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Tx2 - Arriaga-Rodriguez. Tres - Tesis - Del - Concepto - Frontera - en - La - H PDF
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historia contemporánea
Los trabajos aquí presentados fueron dictaminados y revisados por el Cómite Académico de la
maestría en Historia Moderna y Contemporánea, integrado por la doctora Laura Suárez de
la Torre, la maestra María José Rhi Sausi, la doctora Carmen Collado, la doctora Patricia Pen-
sado, el doctor Rogelio Jiménez Marce y el doctor Rodrigo Laguarda.
ISBN: 978-607-7613-90-9
Impreso en México
Printed in Mexico
TRES TESIS DEL CONCEPTO FRONTERA EN LA
HISTORIOGRAFÍA
Introducción
16
La tesis mecanicista-organicista: la frontera como
determinante de la historia de las culturas y las civilizaciones
Friedrich Ratzel no fue historiador, sino zoólogo y geógrafo y sus ideas sobre la
frontera fueron elaboradas precisamente en el marco de la geografía, aunque
incluyó en su argumentación la descripción de abundantes acontecimientos
históricos. La interpretación de Ratzel sobre las fronteras puede ser ubicada en
dos planos: en la antropogeografía (equivalente a la geografía humana actual)
y en la geopolítica. Sólo revisaremos la interpretación de la frontera desde la
antropogeografía y haremos mención aislada de la perspectiva geopolítica.
Para Ratzel, la humanidad está formada por una sola raza, la cual
puede ser dividida etnográficamente, es decir, por rasgos físicos y culturales
impuestos por la geografía. La existencia de cada cultura y cada civilización
está definida por la geografía del lugar donde radican.23 Las condiciones
geográficas son la clave, decía, para explicar la evolución social y el desa-
rrollo de la civilización.
Al inicio del tomo iii de History of Mankind, Ratzel trazó en un mapa
una franja desde la península ibérica y el Mediterráneo, al extremo oriental
en el Pacífico. Esta franja representaría la frontera de la civilización moderna.
Ratzel explicó que en este cinturón fronterizo del antiguo mundo habitaron
diferentes culturas que se continuaron una a otra. Cada cultura estuvo radi-
cada en un territorio demarcado, aunque se “interpenetraron” durante siglos.
“La pradera y la tierra arable en un clima templado son las condiciones de-
terminantes para que una civilización pudiera surgir.”24 Y, por el contrario,
en donde tales condiciones determinantes no existieron, los pueblos nativos
quedaron obligados a dedicarse a la cacería, la conquista y el saqueo.25
18 Para Ratzel, “la sociedad es el intermediario por el cual el Estado se une
al suelo”. Las diferentes formas de relación de los hombres con el suelo afec-
tan la naturaleza del Estado. El sentido de propiedad recae en la sociedad y la
defensa de esa propiedad en el Estado. Es por eso que cuando una población
es poco densa y no tiene necesidades de un territorio extenso, “produce un
Estado de nómadas, en el que el carácter distintivo es una fuerte organiza-
ción militar, imprescindible por la necesidad de defender vastas extensiones
de tierra con pequeño número de habitantes”.26
Según Ratzel, el sentido de propiedad territorial no fue exclusivo de
los Estados avanzados, pues incluso en las sociedades poco evolucionadas
existió el sentido de territorialidad. En History, Ratzel describió la existencia
de un sentido de propiedad territorial entre ciertos pueblos indios america-
nos, y señaló que la existencia de ese sentido de propiedad fue negado y
rechazado por los conquistadores europeos para reforzar sus propios dere-
chos de ocupación.27
Ahora bien, si algunos pueblos indios americanos tuvieron cierta no-
ción de territorio, entonces debieron haber desarrollado la idea de frontera.
Efectivamente, Ratzel puso los ejemplos de tribus americanas que tenían
un territorio demarcado y cerrado, de manera que los extraños deberían
pedir permiso para ingresar a sus dominios. Esta práctica fue común entre
los patagones, en las civilizaciones maya y azteca, y en ciertos pueblos
cazadores norteamericanos.28
Para Ratzel, sólo entre los pueblos atrasados donde la dispersión y el
nomadismo fueron características de su cultura, no hubo necesidad de crear
instituciones políticas avanzadas ni tampoco tener un sentido de posesión te-
rritorial, en consecuencia tampoco de límites ni de fronteras. De esta manera,
infiere que el nivel de evolución social de los pueblos determina la posesión
de un territorio delimitado. Y aunque si bien los pueblos nómadas no crearon
instituciones políticas avanzadas, el nomadismo en su forma de migración fue
responsable de la “difusión” de innovaciones, herramientas e ideas, pero sobre
todo, reforzaron entre los pueblos sedentarios el sentido de propiedad de la
tierra. Lo que ha caracterizado a la humanidad y ha sido la causa del progreso
son las migraciones, a pesar de los obstáculos que impusieron las diferencias
culturales y las fronteras políticas entre los pueblos. La migración ha sido el
motor del progreso de la civilización, pues ha permitido la ocupación natural
de nuevos territorios, donde los pueblos pueden propagar su cultura. La cele- 19
ridad con la que ocurre la expansión de una población en un territorio es un
síntoma del avance de su civilización.29
Sólo las fronteras naturales fueron verdaderos obstáculos para las migra-
ciones. Ratzel señala la existencia de ciertos pueblos dedicados a la caza y
la recolección que permanecieron encerrados en territorios delimitados por
este tipo de frontera. Ejemplificó lo anterior con el caso de los esquimales,
para quienes la frontera de bosques los separó de los pueblos vecinos del
sur. Estos bosques estuvieron deshabitados debido a la escasa alimentación
que podían suministrar a individuos o familias. Aisladas durante siglos, las
tribus esquimales guardaron rasgos antropológicos de la raza mongoloide.
La forma de vida de estos pueblos estuvo determinada por el nomadismo y
este a su vez estuvo condicionado por la necesidad de alimentación. El no-
madismo impidió que entre los esquimales se creara la necesidad de formar
un Estado o delimitar un territorio.30
Para Ratzel, la posesión de un territorio no garantiza la creación y evo-
lución de civilizaciones, ni tampoco la creación de instituciones políticas.
Afirmaba que sólo bajo ciertas condiciones naturales (clima favorable y fer-
tilidad del suelo), y de satisfacción plena de las necesidades de comida y
refugio es que se favorece el desarrollo de civilizaciones. Tales condiciones
permitían el crecimiento de la población, y aun cuando su comunidad polí-
tica sea destruida por un pueblo invasor, las condiciones naturales del terri-
torio le permitirán resurgir. Ahora bien, no obstante que un pueblo habite un
territorio en donde las condiciones favorables de la naturaleza le permitan
desarrollar una civilización, es necesario el trabajo creador de sus miembros,
el cual deberá estar complementado por impulsos, o estímulos, provenientes
del exterior de su comunidad. Precisamente estos impulsos son fomentados
por la migración.31
En otra de sus obras, Ratzel definió el territorio de una civilización
como lebensraum, es decir, “el área geográfica requerida para sostener espe-
cies vivientes en su tamaño poblacional actual y en su modo de existencia”.
Este principio, decía, da al espacio geográfico un papel crítico en la diferen-
ciación de los procesos de colonización humana. Dicho de otra manera, si
un pueblo es técnicamente atrasado, la diferenciación actúa a través de la re-
ducción y separación de sus integrantes en grupos menores. Para que un pue-
20 blo pueda dominar regiones amplias de tierra, entonces debe estar provisto
de suficiente desarrollo técnico, instrumental y habilidades de sus miembros.
En estas condiciones, un pueblo puede adaptarse mejor y más rápidamente
a una región homogénea específica, y se convierte más rápidamente en una
“entidad natural” (primeras civilizaciones) que aspira a gobernar sobre un te-
rritorio. Así surgió la autonomía geográfica de las primeras civilizaciones, las
“entidades naturales”, las cuales posteriormente demarcaron, como si fuera
una parcela política, el territorio donde habitaban. La demarcación significó
precisamente el surgimiento de límites territoriales. La demarcación del te-
rritorio fue un factor de unificación al interior de las regiones y sus habitan-
tes,32 pues permitió la aparición del “sentimiento nacional” entre masas de
individuos provenientes de regiones diferentes, quienes no necesariamente
estaban estrechamente vinculadas por aspectos raciales o del lenguaje.
Para finalizar, a la par del proceso de apropiación de un territorio y la
demarcación del mismo surgió la “organización política”, el Estado, la cual,
“en conformidad con la conciencia política de un pueblo”, controla el terri-
torio donde tiene lugar la actividad económica vital de su gente. De acuerdo
con Ratzel, el Estado sobrevivirá según las posibilidades que le brinde el
suelo donde ejerce su dominio. Si el territorio ha agotado las posibilidades
de brindar los recursos necesarios para la sobrevivencia de un pueblo, en-
tonces el Estado se verá obligado a buscar nuevos territorios, aun a costa del
de otros pueblos. El control estatal del espacio vital y la necesidad de ex-
pandirlo para la supervivencia del mismo Estado son asuntos de otra materia
desarrollada por Ratzel: la geopolítica.33
Notas
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