Está en la página 1de 2

2.

3 Modelos interactivos de la comprensión textual

La comprensión “es un proceso constructivo que a partir de ciertos datos actuales


e información previa disponible en la memoria tiene como objetivo llegar a una
interpretación de aquellos…” (PARODI, 1999, 20). La perspectiva de este
concepto según Parodi, tiene su trasfondo en la consideración de que la
comprensión es “un proceso cognitivo complejo” en el que confluyen varios
factores tales como: sistemas de memoria, procesos de decodificación y
percepción, sistemas de acceso léxico, analizadores sintácticos, procesos de
inferencia basados en conocimientos anteriores previos, sistemas atencionales
etc.

Giovanni Parodi, desde una visión general de la comprensión de textos escritos,


considera que ésta es un “proceso complejo que no depende de un proceso o
mecanismo mental simple que pueda describirse en forma autónoma, sino que,
muy por el contrario, depende de una serie de procesos cognitivos y no –
cognitivos muchos de ellos aun no totalmente determinados…” (20).

Sabemos que el tema de la comprensión textual escrita ha tomado mucho interés


científico en los últimos años porque se tiende a establecer cuáles son las
relaciones que se establecen en el interior del cerebro al momento de la
comprensión de textos, especialmente escritos.

Parodi, consciente de que existen temas relacionados con el proceso de


comprensión que requieren en la actualidad una mayor profundización y que son
relativamente nuevos ya que van apareciendo paulatinamente a medida que se
avanza en las investigaciones, hace referencia a una aseveración de los autores
(Crowder, 1985: De Vega, 1984, De Vega et al, 1990) citados por él, de quienes
dice que estos “concuerdan al señalar que dentro del proceso general de
comprensión cabe distinguir entre proceso de decodificación o microproceso y
proceso de comprensión propiamente tal o macroproceso y que para De Vega, los
procesos de comprensión operan con un fuerte apoyo en la decodificación y en la
percepción pero no se identifican directamente con estos…” (20). Es De Vega,
sigue aportando Parodi, quien mira la comprensión como “un macroproceso
cognitivo que depende de varios microprocesos y entre esos microprocesos se
incluye la decodificación que según Browser (1985), en el caso del texto escrito,
para algunos se ha denominado lectura” (21). Pero Parodi hace la salvedad de
que se puede hacer una lectura no comprensiva a través de la decodificación de
signos gráficos, lo cual es muy diferente a cuando el lector intenta interpretar
significativamente las palabras que lee.

Es decir, leer mediante la decodificación de signos gráficos o traducción o, en


otras palabras, mediante reconocimiento de señales no es lo mismo que
comprender; de lo que se trata básicamente es que el lector identifique el
significado, la estructura semántica del texto; aquí hay además, una relación
conceptual entre Giovanni Parodi y Valentin Voloshinov, ampliamente referenciado
en párrafos anteriores y para quien como se dijo, el signo se comprende, pero la
señal se reconoce (VOLOSHINOV, 1992).

La opinión de De Vega (1984) citado por Parodi, es que “Los microprocesos se


ordenan en una jerarquía de complejidad cuyo nivel más alto es la comprensión
propiamente tal…” (21) o sea, para De Vega, en concordancia con lo que informa
Parodi, no es fácil pasar del micro al macroproceso, desde el punto de vista de
una lectura de decodificación que es, a todas luces, mecánica.

Parodi cita a “De Vega et al (1990), Belinchón et al (1992) y Broncano (1995)”,


para hacer referencia a la llamada “Arquitectura funcional de la lectura” (22) desde
la cual visualiza la comprensión ubicándose en dos posturas distintas que son
según sus palabras “una concepción modular y una concepción interactiva” (22).

La comprensión modular según Fodor (1986) citado por Parodi, establece que la
cognición se organiza por módulos y que la información se da “de abajo hacia
arriba” (23). Por tanto, la comprensión escrita, en este sistema se da “por etapas
ordenadas en forma serial” (24); más exactamente, es una operación cognitiva,
escalonada en ocho partes y que se inicia visualmente constituyendo esto el
primer nivel, pasando luego a la letra, después al fonema o sonido, posteriormente
a la palabra, sigue con el significado de la palabra, más tarde con lo sintáctico y
por último la integración semántica. Como vemos, la concatenación progresiva de
secciones conforma una secuencia tipo vertical como se anotó, que originándose
desde abajo construye poco a poco un “sistema modular integrado” (24) mediante
el cual el lector comprende el texto de manera “unidireccional (De Vega et al 1990)
citado por Parodi (24) y estructural.

La comprensión interactiva es según Parodi, “opuesta a la anterior”, se da de


manera bidireccional, lo que significa que hay “una influencia mutua entre los
diferentes niveles…” (23) porque no se hace uso de una actividad de lectura por
espacios secuenciales y con rigor estructuralista sino que el lector puede asociar
la información “superior” con la “inferior”, no solo verticalmente sino en forma
horizontal y oblicua, o sea que “la comunicación es interactiva, es decir, en
paralelo”, sin esa verticalidad rigurosa, hacia arriba, buscando el nivel máximo, sin
ninguna regresión. De ahí que la comprensión interactiva sea contraria a la
modular. Y ES EN ESTA ÚLTIMA PERSPECTIVA INTERACTIVA EN LA QUE SE
FUNDAMENTA ESTE PROYECTO DE INVESTIGACIÓN: EN LOS MODELOS
INTERACTIVOS PROPUESTOS POR VAN DIJK Y KINTSCH ( ) Y MARTÍNEZ
( ).

También podría gustarte