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encubrimiento del otro : hacia el origen del mito de la modernidad. UMSA. Facultad de
Humanidades y Ciencias de la Educación. Plural Editores, La Paz.
Algo distinto es lo vio Colón o quiso ver Colón, este afirmó rotundamente haber llegado al Asia.
Por tanto el Eurocentrismo y sus componentes como la Falacia desarrollista. Esto se trata de
una posición Ontológica por la que se piensa que el desarrollo “Falacia desarrollista” no es una
categoría Sociológica o económica, sino una categoría Filosófica fundamental, donde el
Eurocentrismo cae en la Falacia desarrollista.
Según Dussel América latina queda fuera de la Historia mundial. Lo mismo acontecerá con el
África. En efecto aunque haya una especie de Trinidad (Europa, Asia, África) igualmente queda
África descartada.
De todas maneras Colón muere en 1506 con la clara "conciencia de haber descubierto el
camino por el Occidente hacia el Asia; en ella siempre estuvo y murió pensando en ella. Los
Reyes Católicos lo traicionaron, abandonándolo a su pobre y solitaria suerte, así como
traicionaron a Boabdil y su pueblo granadino, musulmán y judío que serán expulsados después
como extranjeros, perdiendo con ellos España, entre otras causas, la posibilidad futura de una
"revolución burguesa".
En estas conferencias, en cambio, deseamos indicar por "invención" a la experiencia existencial
colombina de prestar un "ser-asiático" a las islas encontradas en su ruta hacia la India. El "ser-
asiático" -y nada más- es un invento que sólo existió en el imaginario, en la fantasía estética y
contemplativa de los grandes navegantes del Mediterráneo. Es el modo como "desapareció el
Otro, el "indio", no fue descubierto como Otro, sino como "lo Mismo" ya conocido (el asiático) y
sólo re-conocido (negado entonces como Otro): "en-cubierto".
Pasemos ahora a la tercera figura: la "conquista". Por tal entendemos ahora una relación no ya
estética o cuasi-científica de la Persona- Naturaleza, como en el "descubrimiento" de nuevos
mundos. En España, desde la "conquista" era una figura jurídico-militar. El "Conquistador" es el
primer hombre moderno activo, práctico, que impone su "individualidad" violenta a otras
personas.
La dominación más fue matanza e inorgánica ocupación que sistemático dominio. Totalmente
distinta será la suerte del primer imperio conquistado en el Nuevo Mundo.
La "colonización" o el dominio del cuerpo de la mujer india es parte de una cultura que se basa
también sobre el dominio del cuerpo del varón indio. A éste se lo explotará principalmente por
el trabajo.
Los indios ven negados sus propios derechos, su propia civilización, su cultura, su mundo, sus
dioses en nombre de un "dios extranjero" y de una razón moderna que ha dado a los
conquistadores la legitimidad para conquistar. Elabora un mito de su bondad ("mito civilizador")
con el que justifica la violencia y se declara inocente del asesinato del Otro.
Los ojos admirados de aquellos indios que desde las playas, con pies desnudos sobre las suaves
y cálidas arenas de las islas "vieron" acercarse, flotando sobre el mar, dioses nunca vistos.
Cambiar de piel como la serpiente, pero no la perversa serpiente traicionera que tentaba a
Adán en Mesopotamia, sino la "serpiente emplumada", la Divina Dualidad que "cambia su piel
para crecer. ¡Cambiemos la piel! Adoptemos ahora "metódica-mente" la del indio, del africano
esclavo, del mestizo humillado, del campesino empobrecido, del obrero explotado, del marginal
apiñado por millones miserables de las ciudades latinoamericanas contemporáneas. Túpac
Amaru usaba esta expresión para referirse a los españoles europeos.
Tomemos como propios los "ojos" del pueblo oprimido, desde "los de abajo" -como expresaba
Azuela en su conocida novela.
Entre las culturas nómadas (primer grado) o de plantadores aldeanos (como la de los guaraníes)
no había diferenciación social suficiente para que se distinguiera una función tal como la del
"filósofo”. Mientras que en las culturas urbanas se perfila claramente esa figura social.
La "parusía" de los dioses: Buena parte de las creencias de los Tlamantinime coincidían con los
populares y las de las clases dominantes política, guerrera y comercial como, por ejemplo, la
existencia de los "Cinco Soles". Más allá de todo mito, la razón azteca afirmaba, como el origen
ab- soluto y eterno de todo, no al "Uno”, sino al "Dos.
La "resistencia”:
"La historia tradicional presenta la conquista como una hazaña prodigiosa realizada por un
puñado de valientes que dominaba casi con sólo su presencia, en nombre de Dios y de Castilla,
a primitivos y salvajes. Una simple lectura de las Crónicas demuestra lo contrario: la oposición
fue encarnizada y sistemática a partir del momento en que, pasada la sorpresa y confusión del
encuentro, la creencia en la llegada de los supuestos dioses anunciados por la tradición es
sustituida por la conciencia de la excesivamente terrenal naturaleza de los invasores.
Se podría seguir paso a paso la "resistencia" ante la "invasión pero sólo indicaremos algunos
rasgos de la misma. Había cinco pequeños reinos bajo el mando de los caciques Guarionex,
Guacanagarí (el traidor de su pueblo y "amigo" de Colón), Caonabo, Behechio (hermano de la
reina Anacaona, famosa por su valentía y belleza) y Catubanamá. Cibao, el que resistió al robo
de las mujeres de su pueblo perpetrada por los españoles dejados por Colón en el fuerte de
Navidad. Robaban, violaban, mataban indios. El cacique se dirigió al fuerte y ajustició a los
invasores. Fue el comienzo de la resistencia en el continente. Rico en oro, se le impuso al Cibao
un tributo en el mismo metal Cada indio que había pagado el impuesto llevaba colgado al cuello
una moneda de cobre marcada en el momento del pago.
Una vez aniquilada la resistencia en las diversas regiones, de una manera u otra, cada pueblo
interpretó dentro de su visión del mundo el nuevo estado de cosas. En el imperio azteca todos
llegaron a la trágica conclusión que se les imponía. Pareciera que los aztecas interpretaron de
inmediato que era el "fin del mundo", el fin del "Quinto Sol".