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OPERACIÓN CHAVÍN DE

HUÁNTAR
Es la operación más exitosa de rescate de las Fuerzas Armadas
del Perú.

El 17 de diciembre de 1996, la residencia del embajador japonés


en el Perú fue tomada por 14 miembros del (MRTA), un grupo
terrorista de izquierda. La toma ocurrió cuando se celebraba el
natalicio del emperador japonés Akihito, por lo que había varios
invitados: políticos, empresarios, diplomáticos, militares, entre
otros.

Tras la irrupción del MRTA, a pedido de la Cruz Roja, los


terroristas liberaron a los rehenes que no tenían peso político, a
todas las mujeres y a Javier Diez Canseco (hoy fallecido) y
Alejandro Toledo, ambos políticos de izquierda.

Luego de liberar a la mayoría de los rehenes, quedaron 72


capturados durante 125 días. Estaban el canciller Francisco
Tudela, el ministro de Agricultura Rodolfo Muñante, miembros de
la Corte Suprema, incluyendo a Carlos Giusti Acuña, diplomáticos
extranjeros, el jefe de la DEA, entre otros. Además, un rehén
clave fue Luis Giampietri, almirante de la Marina de Guerra del
Perú.

En el tiempo que duró la crisis, el gobierno se mostró dispuesto a


negociar y el ministro de Educación, Domingo Palermo Cabrejos,
fue designado para dialogar con los terroristas. Adicionalmente,
Juan Luis Cipriani, en ese entonces arzobispo de Ayacucho, fue
parte de una comisión negociadora.

Mientras se llevaban a cabo las negociaciones, el gobierno


entrenaba a miembros del Ejército y de la Unidad Especial de
Combate de la Fuerza de Infantería de Marina de la Marina de
Guerra del Perú (IMAP), para una operación secreta. El plan era
infiltrarse en la casa del embajador a través de túneles
subterráneos para rescatar a los rehenes.

Para el trabajo de excavaciones, el gobierno había reclutado a


mineros de La Oroya.

Mientras se preparaba la operación, se dijo que los túneles eran


similares a los templos construidos por la cultura preincaica
peruana Chavín de Huántar, construidos bajo tierra con varios
pasadizos.

Evidentemente, la excavación de túneles bajo la residencia del


embajador de Japón produciría ruidos que revelarían las
intenciones del gobierno. Por lo tanto, se ocultó los trabajos a
través de maniobras con tanques en las calles aledañas a la casa y
con la reproducción de música con el volumen alto.

Los militares se habían enterado, a través micrófonos y cámaras


escondidas filtradas, que ocho terroristas, incluyendo cuatro
líderes, jugaban fútbol todas las tardes dentro de la casa por una
hora. Ese era el momento clave para entrar. Se logró informar a
los rehenes que utilizaran ropa clara, para diferenciarlos de sus
captores.
A Luis Giampietri se le entregó una radio en miniatura a través de
la cual, con un mensaje cifrado, se le dio instrucciones para
advertir a los demás rehenes 10 minutos antes de la operación.

El 22 de abril de 1997, a las 15:23, inició la operación, con 140


comandos peruanos. Lograron ingresar a la residencia luego de
tres explosiones.

Como resultado de la operación, fueron abatidos los 14


terroristas, el rehén Carlos Giusti Acuña y dos oficiales: el
teniente coronel Juan Valer Sandoval y el teniente Raúl Jiménez
Chávez. Sobre la muerte de los miembros del MRTA, se dice que
hubo algunas ejecuciones extrajudiciales. Sobre ese tema
publicaremos otro informe esta semana.

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