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TALLER SOBRE ORATORIA

CONTENIDO:
1.- La Oratoria: Conceptos y origen
2.- Un poco de historia…
3.- Niveles del lenguaje
4.- El Propósito comunicativo
5.- Estilística oral
6.- La voz, respiración y dicción – Articulación
7.- Ideas y sentimientos a través de la voz
8.- Cualidades del buen orador
9.- Dificultades y errores más comunes a la hora de exponer
10.- Venciendo el miedo escénico
11.- Vicios del lenguaje
12.- Comunicación No Verbal (CNV) y Lenguaje Corporal

1.- Concepto y origen


Según la Real Academia de la Lengua Española, la oratoria es el “arte de hablar con
elocuencia”. Es decir, la habilidad de comunicar de un modo eficaz para deleitar,
conmover o persuadir a la audiencia. De este modo, la oratoria sirve para captar la
atención del receptor, seducirlo a través de un mensaje claro y conciso, y conseguir que
tome decisiones o adopte una determinada posición.

1.1.- Historia y evolución de la Oratoria


La historia de la oratoria constituye lo fascinante de las raíces evolutivas de la
humanidad y forma parte del maravilloso mundo de la comunicación. Tomando en cuenta
que esta es indispensable para el desarrollo del hombre dentro de la sociedad.

Cuando se hace referencia a la historia en la oratoria, se debe considerar donde nació y


se desarrolló. La oratoria nació en Sicilia y fue Grecia donde se desarrolló y se consideró
como un invaluable instrumento en la política. Estudiando a fondo, se conoce acerca de la
existencia de profesionales en este ámbito: los logógrafos, quienes tenían la ardua o
maravillosa tarea de redactar los discursos para los tribunales.

En cada una de los períodos evolutivos de la Oratoria, se destacan importantes figuras


como los oradores más representativos de las diferentes épocas.

En la Edad Antigua, del año 3000 a.C. (invención de la escritura) al 476 d.C. (caída
del Imperio Romano Occidental), figuran como oradores representativos, Demóstenes
(384 – 322 a.C) quien fue un orador político ateniense y destacaba por la originalidad en
sus discursos, y la precisión en sus argumentos.

Otro gran orador fue Sócrates (469 – 399 a.C), filósofo griego, quien utilizó la oratoria
como expresión pública para atraer la atención de las personas. Sócrates fundó una
escuela de oradores en Atenas.

Por último, Marco Tulio Cicerón (106 – 43 a.C) quien llegó a ser un orador
representativo por centrar la oratoria en su carrera política; se le conoce como uno de los
autores más importantes de la historia romana.

Durante la Edad Media, desde el 476 al 1453 d.C. (caída del Imperio Bizantino o
Imperio Romano Oriental), los oradores más representativos formaron parte de la
iglesia. Tal es el caso de San Agustín de Hipona, santo, padre y doctor de la iglesia
católica. Fue conocido como el máximo pensador del cristianismo. Igualmente, San Juan
Crisóstomo formó parte del grupo de oradores de la época. Fue un clérigo cristiano
eminente y patriarca de Constantinopla y considerado como uno de los cuatro grandes
padres de la iglesia de oriente.

Por su parte, San Gregorio Nacianceno también forma parte de este grupo de oradores.
Se le consideró como un orador y filósofo quien estableció el paradigma de los teólogos y
los eclesiásticos bizantinos.

Durante la Edad Moderna, desde 1453 o 1492 a 1789 (revolución francesa), el máximo
orador fue Maximilian Robespierre, abogado, escritor y orador francés a quien
llamaban ”el incorruptible”. Fue líder prominente de la revolución francesa.

En la edad contemporánea, se destaca como orador Martín Luther King quien luchó
incansablemente por los derechos civiles de los afroestadounidenses. Utilizó la oratoria
en la predicación religiosa y el activismo por el cual recibió el premio nobel de la paz en
el año 1964.

Desde sus inicios, la oratoria ha sido una herramienta fundamental para la elaboración de
discursos políticos. Actualmente esta realidad no ha cambiado, solo que su uso se ha
expandido a otras áreas. Sin embargo, sigue siendo de gran relevancia en las actividades
políticas y jurídicas.

Las ciencias políticas requieren un alto nivel de oratoria para convencer a todo un país
sobre la pertinencia de determinado plan o proyecto de gobierno para toda una nación. En
esta rama, el éxito depende principalmente de las habilidades comunicativas.
Considerando la confianza, seguridad y persuasión como pilares fundamentales de la
oratoria.

Además de la política, actualmente la oratoria se está implementando en otros ámbitos. El


arte de la palabra se ha apoderado de la economía, la motivación y la religión.

2.- Filósofos y grandes oradores


- Pericles (495 a.C.) - Maximilian Robespierre
- Sócrates (469 a.C.) - Abraham Lincoln (1809)
- Demóstenes (384 a.C.) - Mohandas Gandhi (1869)
- Marco Tulio Cicerón (106 a.C.) - Winston Churchill (1874)
- Cleopatra (69 a.C.) - Jhon F. Kennedy (1917) y Nelson Mandela (1918)
- Marco Séneca (54 a.C.) - Evita Perón (1919) y Martin Luther King (1929)
- San Agustín (354 d.C.) - Bill Clinton (1946) y Barack Obama (1961)

3.- Niveles del lenguaje

- En ocasiones, la lengua se presenta como un obstáculo que marca diferencia sociales


entre las personas.
- Los individuos no manifiestan de igual forma la lengua, pues cada uno utiliza los
vocablos que son habituales en el medio social en el que se desenvuelve, pues cada grupo
social impone un uso concreto de la lengua. Por tanto, cuando un individuo habla deja
entrever el estrato social, profesional o cultural al cual pertenece.
- La lengua puede recibir desde un uso coloquial y familiar hasta llegar a un nivel
elegante o culto que sobrepase el uso cotidiano de ésta.
- En consecuencia, hay niveles muy especializados y específicos de grupos profesionales
o sociales que tienen sus vocablos propios como son los lenguajes técnicos,
profesionales y científicos.
Por tanto, se denomina Niveles del Lenguaje a las distintas variantes en el uso del
lenguaje.

Existen dos grandes bloques en los Niveles del Lenguaje


a.- Lenguaje natural con vocabulario sencillo (nivel popular, nivel familiar y
nivel coloquial)

b.- Lenguaje especializado con vocabulario elevado (lenguajes específicos,


lenguaje científico y lenguaje culto)
a.- Lenguaje natural con vocabulario sencillo
1) Nivel popular: Según estudios especializados una persona, aunque sea de pocos
estudios, utiliza un vocablo elemental de unas 2 mil palabras, que le sirven para
cubrir sus necesidades expresivas más comunes; no obstante, esa misma persona puede
extender su radio de comprensión en 5 mil vocablos adicionales, por lo cual puede
entender fácilmente lo que perciba en el cine, radio, televisión o redes sociales.

2) Nivel familiar: Este segmento de lenguaje depende del entorno social que poseen los
adultos de la familia, quienes imponen su estilo al resto del grupo familiar. Este nivel se
caracteriza por el uso de expresiones y frases que en dicho grupo tienen un significado
especial.

3) Nivel coloquial: Es en el que mayor número de hablantes coinciden. Es el que todos


practicamos en la cotidianidad y dinámica diaria; por ejemplo, cuando hablamos con
alguien desconocido en la calle. Este lenguaje puede acercarse al lenguaje culto, sin
embargo, depende de diversos factores especialmente, la características del segmento
social donde se desenvuelve el individuo.
Se caracteriza por la riqueza y variedad de: palabras (ahorita, baratico), frases (vengo
muerto, estoy ensopao); expresiones (refranes y dichos); oraciones (¿no me diga?,
¡Claro! ¿Cómo no?), y, hasta ciertas muletillas (¡Okey!, ¡Eso va!, O sea)

b.- Lenguaje especializado con vocabulario elevado


Un estudiante cuando conversa con sus amigos no usa el mismo nivel de lenguaje que
cuando se dirige a un profesor, o cuando realiza una exposición en clase. Es decir, hay
palabras que se usan en cualquier momento pero otras sólo en circunstancias muy
concretas y las tiene el hablante como “reserva de riqueza léxica” para usarlas en el
momento adecuado.
Según estudios especializados, una persona necesita de unas 3.000 palabras (adicionales
a su caudal lingüístico) para comprender “la lluvia” de mensajes que recibe a través de
los medios de comunicación y redes sociales. Ese caudal lingüístico se denomina
vocabulario usual.

1) Lenguajes específicos: Son una serie de vocablos y expresiones, llamados


especializados, que pertenecen a campos específicos de la actividad humana.
Por ejemplo: en las correspondencias o en emails: quien suscribe, estimadísimo, la
presente tiene como fin, tu servidor y amigo; en el ambiente futbolero: comba, empeine,
túnel, olímpica, vaselina, enganche, doble pivote, revulsivo, contragolpe, penalti, offside;
en publicidad: biodegradable, ultra limpio, versátil, catalítico, etc.
2.- Lenguaje científico: Un médico no usa el mismo lenguaje cuando conversa con
un colega que cuando le explica a un paciente los cuidados que debe tener. Cada ciencia
o área de conocimiento tiene una terminología técnica y específica para designar
utensilios, objetos, procesos y operaciones. Por ejemplo: cine: montaje, doblaje, edición,
encuadre, plano medio, contrapicado, cenital, contraluz, gran angular; navegación:
proa, popa, línea de flotación, babor, estribor, cabo, arriar, trinquete; carpintería:
cepillo, lezna, lima, broca, gubia, garlopa; imprenta: rotativa, fotolito, litografía,
fotocomposición, monotipia; medicina: auscultar, terapia, biopsia, diagnóstico,
prognosis, edema, metástasis, etc.

3.- Lenguaje culto: Es el acto de habla que se utiliza con un lenguaje bien cuidado, tanto
en la fonética (pronunciación y dicción) como en una morfosintaxis lo más perfecta
posible. En dicho discurso oral o escrito, se cuida la pureza de la lengua utilizando las
palabras más adecuadas, evitando los arcaísmos (términos en desuso, como “habemos”)
o préstamos de otros idiomas (anglicismos como parking, outsorcing, coach, CEO).
Se caracteriza por el uso sustancial de sinónimos, la cuidadosa construcción de frases y la
utilización de pausas y gesticulaciones para intensificar o destacar algún aspecto que se
esté expresando.

4.- El Propósito comunicativo


Cuando una persona habla intenta lograr los siguientes propósitos:

1. Conocer con exactitud lo que quiere decir o comunicar


La condición previa para una comunicación eficaz y adecuada consiste en tener
claridad en lo que se quiere decir exactamente, y, lo que queremos obtener. Por
ello, tenemos que ser muy precisos en los términos a emplear pues al hablar en
público no siempre se cuenta con la oportunidad de hacer una pausa para verificar
que el mensaje se entendió a cabalidad. En otras palabras, se trata de decir algo que
previamente haya tomado la forma de una idea concreta en nosotros.

2. Decirlo con el tono adecuado para que el receptor o la audiencia reciba y


acepte el mensaje
Al hablar en público, además de tener una idea concreta que transmitir a los
demás, es necesario decir las cosas con el “tono” adecuado, o sea, adecuando lo
que decimos a lo que sentimos, y siendo empáticos con nuestros oyentes.

3. Exponer su mensaje de tal manera que el receptor lo entienda a medida que lo


oye
Aquí es de vital importancia tener como objetivo que el receptor “no pierda” el
hilo de las ideas que vamos a exponer. Aquí el secreto radica en colocar las ideas
de forma sencilla y en orden secuencial, unas detrás de las otras, evitando incisos,
paréntesis o ideas intermedias.

4. Decir lo que realmente se pretende comunicar


En ocasiones puede que no encontremos la “palabra exacta” para expresar nuestra
idea concreta. Para transmitir nuestra idea con precisión y exactitud, debemos
hacer dos c osas: 1) Sentir, vivir, ver y comprender aquello que estamos
hablando; 2) nunca perder de vista la idea o realidad de la cual hablamos.
Alguien dijo una vez: “Pensar en lo que decimos es el camino más corto para
decir efectivamente lo que pensamos”

5.- Estilística oral


El Estilo es la manera propia que cada uno tiene para expresar su pensamiento por medio
de la escritura o de la palabra. Para Chesterfield, “el estilo es el ropaje del pensamiento”.

El Estilo Oral cuenta con cinco cualidades primordiales: 1) Claridad; 2) Concisión; 3)


Coherencia; 4) Sencillez y 5) Naturalidad

- CLARIDAD: Significa expresar las cosas de manera diáfana con conceptos bien
digeridos, con una exposición limpias, es decir, con sintaxis correcta y un
vocabulario o léxico asequible a la mayoría de las personas. Dicho de otro modo:
Un estilo es claro cuando el pensamiento del que emite el mensaje penetra sin
esfuerzo en la mente del receptor

- CONCISION: Implica el uso de las palabras indispensables, justas y significativas


para expresar lo que se quiere decir. La Concisión es enemiga de la excesiva
verborrea, y la redundancia.
Por ello, debemos jerarquizar las ideas y exponer las más relevantes (“dejar lo
bueno por lo mejor”), eliminándose todo lo que sea banal y vulgar, que pueda
desagradar al público; también debemos considerar no abusar de la atención de la
audiencia durante una hora si podemos desarrollar nuestro tema en media hora.

- COHERENCIA: Al hablar en público debemos ordenar las ideas de tal manera


que el oyente no haga tanto esfuerzo en coordinarlas en su cerebro. Las relaciones
entre las ideas deben ser lógicas y deben evitarse las contradicciones.
- SENCILLEZ: Se refiere tanto a la composición de lo que hablamos y las palabras
que empleamos. Para ello, debemos evitar lo enrevesado, lo artificioso y lo
complicado. Esto es difíciles por razones de proyección y orgullo personal.

- NATURALIDAD: Un orador es natural cuando se sirve de su propio vocabulario,


de su habitual modo expresivo, procurando que las frases sean las propias y
evitando el rebuscamiento, sin sacrificar elegancia y buen gusto.

6.- La voz, respiración y dicción – Articulación


Aunque tengamos nuestras ideas bien concretas y claras sobre lo que queremos transmitir
a nuestro público de interés la comunicación verbal no se inicia hasta que hablemos.

Es decir, esta forma de comunicación implica un aspecto físico y material, constituida por
la voz que hemos de emitir, por lo cual la dicción, cobra una vital importancia. Y, para
que sea la dicción sea optima es necesario que el emisor o expositor pueda respirar bien.

Una buena respiración ayudará a atenuar la tensión nerviosa, así como proyectar y
disciplinar la voz de manera que el emisor pueda variarla a su antojo en intensidad,
expresión y entonación y, al mismo tiempo graduando los ritmos y pausas.

Una buena voz además de proyectar una imagen favorable del emisor, contribuye a que
este pueda exponer sus ideas de forma más interesante y significativa. Por ello, es
importante conocer la fisiología de la voz.

6.1.- Respiración y voz


No existe un mecanismo específico productor de la voz, sino que ésta se produce por la
conjunción y aportes de varios órganos. Por ejemplo, las cuerdas vocales y la lengua,
aunque contribuyen a la formación de la voz y la dicción, tienen otras funciones
principales.

La función humana de emitir sonidos comprensibles e inteligibles es producto de la


acción conjunta de: 1) los pulmones, que actúan a modo de fuelles o bombas; 2) la
glotis, que es propiamente un vibrador; y 3) la cavidad bucal y las fosas nasales, que
hacen las veces de resonadores y amplificadores.

- Los fuelles: En la caja torácica se encuentran los pulmones colocados entre las
clavículas – en la parte superior-, y el diafragma, en la inferior. Cuando tomamos
aire, ciertos músculos hacen que las costillas se expandan para que los pulmones se
llenen de aire a su máxima capacidad. Y, cuando expiramos o expulsamos el aire
de los pulmones las costillas descienden y se contraen elevando el diafragma,
presionando la salida del aire.

- El vibrador: Para salir al exterior, el aire almacenado en los pulmones sube por la
tráquea y llega a la laringe, que es una especie de caja situada en la parte superior
de la primera; está conformada por una serie de cartílagos ligados entre sí que
tienen cierta movilidad.
En el interior de la laringe, extendidas entre dichos cartílagos, están las cuerdas
vocales donde tiene origen la fonación o emisión de la voz. La glotis se abre y
cierra rápidamente por el paso del aire aspirado. Los pequeños chorros de aire que
pasan a través de las cuerdas vocales producen vibraciones sonoras. Cuando vibran
más rápidamente el sonido será más agudo; y, cuanto más intensamente vibren será
más intenso.

Los resonadores o amplificadores: Las cuerdas vocales no emiten ningún sonido.


Sin embargo, para amplificar o proyectar la voz requieren de unas cavidades de
resonancia, así como la “caja” de un cuatro o guitarra. El sonido emitido por por la
vibración de las cuerdas vocales es muy débil, pero al pasar por unas cámaras de
aire situadas en la garganta y cabeza, a saber: la parte superior de la laringe, la
garganta o faringe, la boca y las fosas nasales.
Dichos resonadores amplifican el sonido y modifican el timbre, haciéndolo más
rico o melodioso, o chillón como un aullido.

6.2.- La Articulación
Articular es pronunciar las palabras de forma clara, definida y bien diferenciada,
especialmente, las consonantes. Nos referimos exclusivamente a las consonantes, pues
las vocales son los sonidos producidos por la vibración de las cuerdas vocales,
amplificados por los resonadores de la faringe, boca y nariz, sin ser modificados por los
órganos de la articulación, siendo éstos: la lengua, los labios, los dientes, el maxilar, el
paladar y el velo palatino. La calidad del tono se puede lograr a través del movimiento
conjunto de dichos órganos, al variar el tamaño y la forma de la cavidad bucal.

Es importante destacar que la lengua es el órgano que más contribuye de modo


importante a la claridad de los sonidos de las palabras porque, aunque la boca tenga la
apertura necesaria, los sonidos producidos sólo pueden modularse con el movimiento
eficiente de la lengua. Por tanto, si la lengua permanece inactiva o se mueve con torpeza
los sonidos producidos no pueden modularse correctamente.
En el caso de las consonantes, éstas se modulan por el cierre brusco, la apertura súbita o
progresiva, o cualquier interrupción del flujo que forman los sonidos vocálicos. Por
ejemplo, las consonantes D, Z, CH, G y K dependen del movimiento activo de la lengua.

Los labios también son importantes para una pronunciación clara; por ejemplo, los
sonidos de las letras P, B, M, F exigen una enérgica acción labial, de lo contrario, si se
dejan excesivamente relajados su pronunciación resultara en murmullos confusos.

Articular bien permite, hacerse comprender claramente incluso cuando se habla en voz
baja. Por tanto, una articulación adecuada no solo proporciona la debida comprensión
de lo que se diga, sino que constituye la única manera de mantener y desarrollar el interés
del público.

7.- Ideas y sentimientos a través de la voz

8.- Cualidades del buen Orador


Todo orador debe tener las siguientes cualidades:
• Integridad: Debe ser una persona digna de confianza, cuyas acciones y conducta
corroboren sus palabras.
• Conocimientos: Necesita una cultura amplia y profundo conocimiento en la
materia que domina, así como un vocabulario elevado que le apoye para
convencer, argumentar y tener razonamientos para defender sus ideas y refutar las
contrarias.
• Confianza: Tener confianza en sí mismo para argumentar con solidez mostrando
seguridad en lo que dice haciendo que el auditorio perciba su mensaje como
creíble.
• Destreza: Facilidad de palabra, control de la voz y coordinación de los
movimientos corporales

9.- Dificultades y errores más comunes a la hora de exponer


El hecho de que la audiencia esté en silencio y un solo individuo tenga que expresarse
verbalmente, provoca en el orador una serie de tensiones emocionales que dificultan la
naturalidad de la exposición

• Nerviosismo y timidez antes de comenzar. Ambos factores pueden superarse.


Recuerde que los demás estarán interesados en conocer su mensaje.
• Inseguridad. Es importante conseguir confianza en sí mismo. Si el ponente se
siente con confianza y seguridad podrá expresarse de forma natural. Un dato: la
seguridad viene de dominar el tema.

• No prepararse. No prepararse es uno de los errores más comunes de los oradores.


Por suerte, también es el que más fácil solución tiene. Todo lo que tienes que hacer
es dedicar un tiempo antes de tu presentación o discurso para asegurarte de que
tienes todo bien atado.

• Ten en mente a tu público. Es muy complicado - casi imposible-, crear una


presentación efectiva si no sabes a quién se la estás dando. Piensa en tu audiencia y
adapta tu mensaje a ellos y a sus necesidades concretas.

• Organiza tu presentación. A continuación, asegúrate de que tu presentación tiene


una estructura lógica y atractiva para que tu público pueda seguirla fácilmente.

• Practica, practica y vuelve a practicar. Finalmente, practica tu presentación


varias veces antes de darla. Si puedes, prueba a grabarte para verte con los ojos del
público. Una vez que te conozcas la presentación como la palma de tu mano, serás
capaz de darla de forma mucho más convincente.
La improvisación NO es un enfoque profesional a la hora de hablar en público.
Hazte (y a tu público) un favor y prepárate siempre bien tus presentaciones.
• Equivocarse al hablar. Un fallo o error se rectifica sobre la marcha, con sencillez
y naturalidad (hasta el más experto puede equivocarse)

• Hablar muy rápido


Si damos el discurso con el “turbo” puesto vamos a saturar y confundir al público.
Una forma de evitar acelerarte es practicar previamente la presentación a una
velocidad adecuada. Luego, respira hondo durante el discurso para calmarte y
mantener tus nervios a raya.
Otro consejo es hacer una pausa o silencio después de decir algo importante o al
pasar de un tema a otro (en esa pausa podemos preguntar: “¿Estamos claros hasta
este punto? Bien, seguimos…”). Esto le dará a tu público tiempo para asimilar lo
que acabas de compartir.

• Hablar demasiado bajo


Si hablamos con bajo volumen - sobre todo si no hay micrófono-, el público no
será capaz de empaparse de la información que compartimos. Así que debemos
asegurarnos de hablar alto, tener una buena dicción y evitar balbuceos. Esto
garantizará que el mensaje se entienda y dará al orador un aspecto de seguridad
sobre el escenario.
Igualmente, evite hablar con un tono de voz monótono, sosteniendo el mismo
volumen todo el tiempo, ya que es aburrido y tendrá un efecto somnífero en el
público. Este error puede evitarse añadiendo inflexiones, enfatizar palabras
importantes, decir algún chiste corto etc. Esto ayudará a llegar mejor a la
audiencia.

• Olvidarse de hacer contacto visual


El contacto visual es esencial para dar una presentación efectiva. Por eso, no
hacerlo es uno de los mayores errores que se cometen al hablar en público. Si no
miramos al público a los ojos, ofreceremos una imagen poco sincera, distante y
hasta arrogante.
Así que debemos tratar mirar al público sin enfocarnos demasiado en una sola
persona pues ello también produce incomodidad. Al hablar, céntrate en un asistente
durante unos tres/cinco segundos y pasa a mirar a la siguiente persona durante el
mismo tiempo. Esta estrategia te ayudará a mantener atenta a toda la sala.

• Realizar tics molestos


Muchos oradores distraen a su público con ciertos movimientos molestos o tics
como:
 apretar o mover las manos
 moverse de un lado para otro;
 agarrarse el pódium
 acomodarse demasiado el pelo o la ropa
 tocarse la cara.
Todos estos movimientos entorpecen la concentración del público y hacen que la
presentación pierda efectividad. Para saber si estás realizando alguno de estos tics,
grábate hablando y luego analiza la grabación.

• Sobreactuar o querer impresionar. La mejor forma de exponer las ideas es


explicar con sencillez lo que se quiere decir. Evite impresionar con frases raras y
originales. Es mejor utilizar frases cortas, claras y sencillas

• Carecer de convicción. “Las ideas que están claras se expresan claramente”. Hay
que estar convencido del tema que estamos exponiendo y al hablar, de seguro,
contagiará a los oyentes.

• Falta de naturalidad. La naturalidad en la exposición implica un uso ordenado de


la gesticulación, la entonación, la velocidad y el ritmo.
10.- Venciendo el miedo escénico

11.- Vicios del lenguaje

12.- Comunicación No Verbal (CNV) y Lenguaje Corporal

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