Está en la página 1de 9

Cómo funciona la Tierra

Un planeta interdependiente
David Brusi
y complejo. Interacciones entre Universidad de Girona

los subsistemas terrestres

La Tierra ha sido desde su origen hasta nuestros días un planeta en continua trans- Palabras clave: atmósfera, biosfera, geosfera,
formación. Un enfoque sistémico de los infinitos procesos que caracterizan su diná- hidrosfera, interacciones.
mica permite constatar la existencia de permanentes interacciones entre la
geosfera, la hidrosfera, la atmósfera y la biosfera (por la influencia reciente de
la actividad humana). En este artículo se describen las características que otorgan a
estos elementos la especial capacidad de establecer relaciones de mutua interde-
pendencia y se dan ejemplos de procesos en los que se aprecian interacciones de la
geosfera con el resto de los subsistemas.

An interdependent, complex planet. Interactions between earth subsystems


Ever since its beginnings to the present day, the earth has been a constantly chan- Keywords: atmosphere, biosphere, geosphere,
ging planet. A systemic focus of the infinite processes the characterise its dynamics hydrosphere, interactions.
lets us prove the existence of constant interactions between the geosphere, hydros-
phere, atmosphere and biosphere (under the recent influence of human activity).
This article describes the characteristics that give these components their special abi-
lity to establish mutually interdependent relationships. We also explore some exam-
ples of processes revealing interactions of the geosphere with the rest of the
subsystems.

De las raíces griegas al enfoque permitió explicar las dinámicas y las permanen-
sistémico tes transformaciones del mundo. Así, siguiendo
las ideas de Platón, Aristóteles (385-322 a. de C.)
En sus observaciones de la Naturaleza, los filóso- postuló que nuestro planeta es corruptible o, lo
fos presocráticos griegos partieron del supuesto de que es lo mismo, cambiante y sometido a una
que ésta estaba formada por cuatro elementos: tie- continua transformación. Por ello, si algunos
rra, agua, fuego y aire. Se atribuye a Empédocles señalan a Hutton como el padre de la geología,
(490-430 a. de C.) la definición de estas cuatro raí- otros consideran a Aristóteles como el abuelo de
ces o estados de la materia, que también aparecen, las ciencias de la Tierra (San Miguel de Pablos,
con ligeras variantes, en las tradiciones filosóficas 2010), por su visionaria explicación del funcio-
asiáticas (china, japonesa, budista, hinduista...). namiento de nuestro planeta.
Estos cuatro elementos básicos adquirieron La ciencia moderna ofrece un enfoque más
su máxima significación cuando su interacción riguroso y preciso de los constituyentes materia-

28 Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales | núm. 67 | pp. 28-36 | enero 2011
Un planeta interdependiente y complejo. Interacciones entre los subsistemas terrestres

les de la Tierra –y del Universo– El motor de estas interac-


y de las complejas interacciones El papel del agua ciones es la energía. En el caso
que regulan la dinámica de nues- y el aire en la Tierra que nos ocupa, las principales
tro singular Planeta azul. El resulta esencial fuentes de energía son dos: el
papel del agua y el aire en la calor interno del planeta y la
para comprender
Tierra resulta esencial para com- radiación solar. Sin embargo, no
la aparición
prender la aparición y el sosteni- podemos minusvalorar la ener-
miento de la vida y de muchos y el sostenimiento de gía potencial, relacionada con la
procesos geológicos. Por ello, la vida y de muchos posición que ocupa un elemento
cuando se analiza nuestro plane- procesos geológicos material en el campo gravitato-
ta como un sistema formado por rio terrestre, ni la energía quími-
un conjunto de subsistemas, se ca, producida por reacciones
suelen considerar cuatro grandes esferas interde- químicas que desprenden o consumen calor.
pendientes y que interaccionan entre sí: la geosfe- Las particulares características de cada sub-
ra, la hidrosfera, la atmósfera y la biosfera. sistema son desencadenantes de infinitas trans-
Desde un enfoque sistémico, estas cuatro formaciones (imagen 1 en la página siguiente).
esferas dejan de ser «ingredientes» aislados e
independientes para constituir una verdadera Un mundo de interacciones
dinámica a través de la acción recíproca que
establecen entre ellas. En este contexto, la Las interacciones existentes entre los subsistemas
influencia antrópica ha adquirido en los últimos terrestres son fenómenos omnipresentes, que se
siglos la entidad de una nueva esfera, por su producen de forma constante en la naturaleza. A
extraordinaria capacidad para influir en los pro- menudo son procesos tan usuales, interconecta-
cesos naturales. dos e imperceptibles, que ni tan sólo los distin-
La Tierra cambia. La incesante actividad guimos como tales. ¿Quién es consciente de la
geológica y biológica es un rasgo que la distingue formación del suelo o de la evapotranspiración
de otros cuerpos celestes conocidos. En la super- de las plantas o de los seres vivos? Además, estas
ficie del planeta, la materia se transforma y evo- interacciones suelen desarrollarse a una escala
luciona constantemente. espacial y temporal que queda muy alejada de
nuestra percepción.
Los artífices de la transformación En el campo de la física atmosférica, uno
de los ejemplos más evidentes de que esta
Las cuatro1 esferas postuladas por el enfoque sis- interdependencia está próxima a la teoría del
témico son capaces de generar transformaciones caos es el conocido «efecto mariposa», concep-
porque constituyen entidades materiales que, to acuñado por el meteorólogo estadounidense
respondiendo a una entrada de energía, se con- Edward Lorenz (1917-2008) e inspirado en un
vierten en causas activas de cambios en la Tierra proverbio chino, según el cual el aleteo de una
(Bach y otros, 1988). Es decir, funcionan como mariposa puede desencadenar una serie de
agentes capaces de establecer reacciones, flujos y perturbaciones que acabarán provocando una
ciclos de influencia mutua que desencadenan devastadora tormenta en el otro extremo del
efectos por doquier. mundo.

Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales | núm. 67 | enero 2011 29


Cómo funciona la Tierra

Imagen 1. Las especiales características de la geosfera, la atmósfera, la hidrosfera y la biosfera generan una
extraordinaria capacidad de interacción

Para estudiar las interacciones entre siste- siguiendo una sucesión ordenada de transforma-
mas, solemos recurrir a modelos que simplifican ciones que tienden a regresar periódicamente a
su comprensión. Así surge la idea de «ciclo», unas condiciones iniciales. Los modelos cíclicos
como un conjunto de fases y estadios por los que son aproximaciones teóricas que tratan de repre-
discurren la materia y los flujos de energía, sentar esquemáticamente una realidad compleja;

30 Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales | núm. 67 | enero 2011


Un planeta interdependiente y complejo. Interacciones entre los subsistemas terrestres

Los combustibles fósiles y el cambio


El aleteo de una mariposa puede climático
desencadenar una serie de
En las últimas décadas, las investigaciones cientí-
perturbaciones que acabarán
ficas han establecido una relación directa entre
provocando una devastadora tormenta el ascenso de las temperaturas y el incremento
en el otro extremo del mundo del efecto invernadero, causado por la incorpora-
ción a la atmósfera de ingentes cantidades de
gases generados por la actividad antrópica.
podemos citar, entre otros muchos, el ciclo del Tanto la radiación solar incidente como la
agua, el ciclo del carbono o el ciclo del nitrógeno. radiación terrestre reflejada interaccionan con
Las interacciones son tantas y tan enrevesa- los gases de la atmósfera. La absorción de ener-
das que su descripción sucinta sobrepasa las limi- gía de distintos gases (dióxido de carbono,
taciones de extensión de este texto y la capacidad metano, ozono, óxido nitroso, vapor de agua...)
y conocimientos de quien escribe. No obstante, contribuye al calentamiento del aire. En el
nos centraremos en algunos ejemplos más cercanos ámbito de la política, la evidencia de este fenó-
a la geología, en los que se ponen de manifiesto meno y de sus consecuencias climáticas ha lle-
los procesos y relaciones que se establecen entre vado a establecer normas que regulan las
la geosfera y el resto de los subsistemas. emisiones, la producción y el consumo de

390

380

370

360

350

340

330

320

CO2
Ppmv 1960 1970 1980 1990 2000 2010

Año

Cuadro 1. Datos instrumentales de la concentración atmosférica de CO2 obtenidos en el observatorio de Mauna


Loa (Hawai) durante los últimos cincuenta años. (Fuente: NOAA Earth System Research Laboratory Scripps
Institution of Oceanography, www.esrl.noaa.gov, citado en Martín-Chivelet, 2010)

Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales | núm. 67 | enero 2011 31


Cómo funciona la Tierra

determinados gases (protocolos El impacto ha sido evidente, pero


de Kyoto o de Montreal). Las investigaciones la explotación de las reservas
En este proceso tiene un todavía existentes,2 además de
científicas han
especial protagonismo el incre- anunciar la crisis del actual
mento de las concentraciones establecido una modelo energético por el inmi-
atmosféricas de CO2, derivado relación directa nente agotamiento de los recur-
entre otros factores de la quema sos naturales (previsto para
de combustibles fósiles. La medi- dentro de unas pocas décadas),
ción continuada de la presencia de CO2 en la deja al descubierto una perturbación del equili-
atmósfera arroja registros desde hace más de cin- brio mucho más visible. La producción de
cuenta años (cuadro 1). En 2010, la presencia cemento también incrementa el flujo de CO2 a la
media de este gas en la atmósfera fue de 387 ppm, atmósfera debido a la descarbonatación de las
un dato que supone la concentración más elevada rocas carbonáticas (calizas, dolomías…). Un ter-
de los últimos 420.000 años. Además, «durante el cer factor es la deforestación del planeta, que
período 2000-2008 las emisiones han aumentado afecta al ciclo del carbono a corta y media escala
a una tasa anual del 3,4%, comparada con el (Martín-Chivelet, 2010).
incremento medio anual de un 1% durante la La perturbación antrópica del ciclo del car-
década de los años noventa» (Llebot, 2009). bono pone de manifiesto un conjunto de interac-
ciones y una alteración de la dinámica propia de
Observatorio de Manua Loa (Hawai) la Tierra que principalmente tendrán consecuen-
cias climáticas y efectos sobre la atmósfera, la
Los que no creen en la influencia de la acción hidrosfera y, por ende, la biosfera y la ocupación
antrópica en el calentamiento atmosférico argu- humana del planeta. Se constatan variaciones en
mentan que, según el registro geológico, las con- la temperatura y en el régimen de precipitaciones
centraciones de CO2 alcanzaron en el pasado y se observan importantes efectos en determina-
valores muy superiores por influencia de proce- dos agentes geológicos, entre los que destacan el
sos estrictamente «naturales». Esto es cierto, aumento del nivel del mar, el retroceso de los gla-
puesto que la desgasificación de la litosfera tam- ciares y la modificación de los caudales de los
bién ha constituido una fuente de CO2 proceden- ríos, lo cual acentúa los fenómenos extremos
te de la actividad volcánica y, en menor medida, (Mas-Pla y Brusi, 2009).
de la diagénesis, el metamorfismo o la exhuma-
ción de rocas sedimentarias. Sin embargo, la per- Los riesgos geológicos externos
turbación del ciclo del carbono a causa de la
acción humana ha producido un forzamiento Los riesgos geológicos surgen de una relación de
anómalo a una escala temporal mucho más corta interferencia entre los procesos naturales y la
(Martín-Chivelet, 2010). actividad humana (Brusi y Roqué, 1998). Según
La oxidación del carbono y el incremento una de las primeras definiciones, formulada por
exponencial del CO2 atmosférico se derivan el Servicio Geológico de Estados Unidos en 1977,
mayormente de la extracción de combustibles se entiende por riesgo geológico «cualquier con-
fósiles (petróleo, carbón y gas) de la geosfera y de dición, proceso o suceso potencial que suponga
su quema o utilización en procesos industriales. una amenaza para la salud, seguridad o bienestar

32 Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales | núm. 67 | enero 2011


Un planeta interdependiente y complejo. Interacciones entre los subsistemas terrestres

de los ciudadanos o para las funciones o econo- Por tanto, la afectación social de los riesgos de la
mía de una comunidad». dinámica externa es muy elevada.
En la clasificación de los riesgos geológicos, En lo referente al riesgo de mortalidad por
es habitual distinguir entre los derivados de la geo- inundaciones, los datos de los últimos años son
dinámica interna (terremotos, actividad volcáni- poco halagüeños. Se estima que entre 1990 y
ca, tsunamis sísmicos…) y los que tienen su 2007 el número de muertos aumentó en un 13%,
origen en la geodinámica externa o en los propios mientras que el riesgo de pérdidas económicas
materiales geológicos. En estos dos últimos casos, creció en un 35% (UNISDR, 2009). Las razones
la peligrosidad que conllevan está claramente aso- de este incremento deben buscarse en una mayor
ciada a las interacciones de la geosfera con el resto exposición al riesgo, debida al crecimiento expo-
de los subsistemas terrestres, principalmente la nencial de la población mundial y su ocupación
atmósfera y la hidrosfera. Los ejemplos de riesgos del territorio, y en la mayor vulnerabilidad de los
de este tipo comprenden una larga lista de proce- países en desarrollo. Sin embargo, desde el punto
sos: movimientos de laderas, erosión de playas, de vista de las interacciones, resulta tanto más
inundaciones, avenidas torrenciales, subsidencia preocupante la constatación de que el cambio cli-
del terreno, sequías, aludes y expansividad de arci- mático comporta una mayor probabilidad de
llas, entre otros muchos. ocurrencia de fenómenos extremos e influye en
Según los datos de Naciones Unidas, entre su magnitud e intensidad.
enero de 1975 y octubre de 2008 se registraron
8.866 sucesos que provocaron la muerte de El proceso de fosilización
2.283.767 personas (UNISDR, 2009). Durante
este mismo período, las pérdidas económicas Una de las pruebas más complejas y excepcionales
contabilizadas ascendieron a 1.527.600 millones de la interacción entre subsistemas en nuestro pla-
de dólares. En España, por ejemplo, los perjui- neta es la existencia de los fósiles. Si la presencia de
cios económicos derivados de acontecimientos la vida es ya una singularidad de la Tierra, el regis-
atmosféricos extremos representan, según los tro fósil supone la quintaesencia del azar. Un fósil
años, entre el 0,15 y el 1% del PIB (Olcina, 2009). es la evidencia material de un ser vivo o de su acti-
Para períodos equivalentes, los resultados vidad, que se ha conservado hasta nuestros días a
son bastante homogéneos. Las pérdidas en vidas través de un proceso fisicoquímico de fosilización.
humanas causadas en todo el mundo por terre- Para la paleontología, tiene la consideración de
motos y erupciones volcánicas suponen un 62% fósil tanto un organismo entero como cualquiera
del total, mientras que las muertes causadas por de sus partes, así como las huellas o las sustancias
inundaciones y ciclones representan un 37%. químicas conservadas en las rocas o sedimentos y
Sorprendentemente, si analiza- que constituyen testimonios de
mos los datos estadísticos, la vida en el pasado.
Los riesgos geológicos
vemos que el número de heri- El proceso de fosilización
surgen de una relación
dos y de personas que han per- es producto de un cúmulo de
dido sus hogares a causa de de interferencia entre casualidades. Es un hecho abso-
desastres hidrometeorológicos los procesos naturales lutamente fortuito que un orga-
supone un 86% del total y la actividad humana nismo muera en un lugar donde
(González de Vallejo, 1988). sus restos no terminen siendo

Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales | núm. 67 | enero 2011 33


Cómo funciona la Tierra

destruidos o dispersados por la dinámica geológi- distintas ramas del conocimiento científico, ade-
ca, o incluso comidos o disgregados por otros más, por supuesto, de una especial habilidad para
3
seres vivos. También es casual que este organis- desarrollar los temas desde el constante estableci-
mo acabe incorporándose a un depósito sedimen- miento de conexiones.
tario que actúe como un enterramiento rápido y Con esta premisa no pretendemos caer en el
favorezca su preservación.4 Y derrotismo ni en la autocrítica,
todavía es más caprichoso que la por nuestra evidente imposibili-
Es un hecho
circulación de fluidos cargados dad de conocerlo todo. Nuestra
de iones y cationes a través de un absolutamente máxima ambición es transmitir al
material geológico conlleve la fortuito que un alumnado, con todo el entusiasmo
sustitución total o parcial de una organismo muera en posible, la idea de una ciencia
sustancia biológica original por un lugar donde sus abierta, que se esfuerza en encon-
una materia mineral distinta que restos no terminen trar respuestas a un mundo com-
permita su fosilización. plejo. Este modelo se aleja de
siendo destruidos o
En las transformaciones que planteamientos compartimenta-
permiten la fosilización intervie- dispersados por la dos y reduccionistas, pero al
nen distintas sustancias minerales. dinámica geológica mismo tiempo debe calibrar el uso
La más común es el carbonato cál- de los ciclos como patrones irrefu-
5
cico, en forma de calcita, presente tables y cerrados del comporta-
en la estructura esquelética de muchos organismos miento de la Naturaleza. Quizá la mejor consigna
y abundante en la hidrosfera. En menores propor- para establecer un enfoque sistémico radique en
ciones, también son comunes las sustituciones por ofrecer a los estudiantes un amplio margen de posi-
pirita, fosfato cálcico, yeso, sílice o carbón. bilidades a la hora de plantear preguntas sobre las
El registro fósil conservado en la geosfera no relaciones entre materiales y la dinámica de los pro-
es sólo un extraordinario ejemplo de interacción. cesos. En un vasto universo de variables que inter-
Su estudio nos aporta información sobre la pre- accionan entre sí, quizá lo menos importante sea
sencia y evolución de la vida en la Tierra, las encontrar la verdad absoluta. El aprendizaje más
características ambientales en las que existieron valioso estará en la comprensión de la interdepen-
los organismos, los cambios climáticos o la edad dencia entre sistemas.
geológica de los materiales que los albergan, par- Uno de los ejemplos más formativos de un
tiendo del principio de sucesión faunística. enfoque sistémico lo encontramos probablemen-
te en el estudio del cambio climático. Las eviden-
Tratamiento en el aula cias del calentamiento atmosférico son sólo el
de las interacciones punto de partida que nos ayudará a desenredar la
madeja de un sinfín de interacciones: gases
El tratamiento en el aula, el laboratorio o el atmosféricos, absorción de energía ultravioleta,
campo de las interacciones requiere concebir de ciclo biogeoquímico del carbono, emisiones vol-
forma distinta la enseñanza clásica de las ciencias cánicas, contaminación atmosférica, combusti-
naturales. Es preciso asumir que no existen rece- bles fósiles, efectos del cambio climático, riesgos
tas fáciles. Los enfoques sistémicos exigen al pro- geológicos, paleoclimatología, extinciones, tram-
fesorado un amplio dominio conceptual de pas de carbono…

34 Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales | núm. 67 | enero 2011


Un planeta interdependiente y complejo. Interacciones entre los subsistemas terrestres

3 La presencia de partes duras o esqueléticas


Las fronteras entre disciplinas científicas con cierto grado de mineralización incremen-
deben ser continuamente atravesadas ta las posibilidades de fosilización respecto a
cuando se profundiza en la interpretación los organismos que no las poseen. Algunos
de los fenómenos y procesos naturales fósiles conservan incluso un porcentaje muy
elevado de su materia mineral original.
4 Los ambientes acuáticos son mucho más
En relación con este tema, si se desea profun- favorables a la conservación de restos orgáni-
dizar en algunos conceptos y conocer algunas cos que los ambientes terrestres (Vicens y
experiencias didácticas, recomendamos especial- Oms, 2001).
mente la consulta de los volúmenes 17(2) y 18(1) 5 Más estable químicamente que el aragonito.
de la revista Enseñanza de las Ciencias de la Tierra.
En concreto, nos referimos a los monográficos Referencias bibliográficas
«Geología y cambio climático» y «Tierra y vida». ALFARO, P. (2010): «Un modelo para el funcio-
namiento del interior terrestre y su interac-
Conclusiones ción con la superficie». Alambique. Didáctica
de las Ciencias Experimentales, núm. 67 (en
La Tierra es un planeta sometido desde su origen a este volumen).
permanentes interacciones entre los subsistemas BACH, J.; BRUSI, D.; DOMINGO, M. (1988):
que lo integran. La geosfera, la hidrosfera, la atmós- «Consideraciones en torno a la didáctica de
fera y la biosfera (por la influencia reciente de la los procesos geológicos». Henares. Revista de
actividad humana) mantienen unas relaciones de Geología, Revista de la Universidad de Alcalá,
interdependencia de una extrema complejidad. núm. 2, pp. 213-221.
Cualquier aproximación científica a la com- BRIONES, C. (2010): «Planeta vivo: el origen y
prensión de esta dinámica exige un enfoque sis- la evolución temprana de la vida en la
témico y a menudo un análisis pluridisciplinario Tierra». Enseñanza de las Ciencias de la Tierra,
que tenga en cuenta muy diversas escalas de vol. 18(1), AEPECT. pp. 25-32.
espacio y de tiempo. Las fronteras entre discipli- BRUSI, D.; ROQUÉ, C. (1998): «Los riesgos
nas científicas deben ser continuamente atrave- geológicos. Algunas consideraciones didácti-
sadas cuando se profundiza en la interpretación cas». Enseñanza de las Ciencias de la Tierra,
de los fenómenos y procesos naturales. vol. 6(2), AEPECT. pp. 127-137.
GONZÁLEZ DE VALLEJO, L. (1988): «La impor-
Notas tancia socioeconómica de los riesgos geológicos
1 O cinco, si consideramos la influencia de la en España», en AYALA, F.J.; DURÁN, J.J.;
actividad humana. PEINADO, T., (coord.): Riesgos Geológicos.
2 Estimadas en 1.238 x 109 barriles de petróleo y Instituto Geológico y Minero de España.
177.000 millones de metros cúbicos de gas LEÓN, C. (2008): «El carbón, ¿garantía del futu-
natural (según el BP Statistical Review of ro energético?». Enseñanza de las Ciencias de
World Energy, 2008, citado en Marzo, 2008), y la Tierra, vol. 16(3), AEPECT. pp. 229-238.
en 847.488 millones de toneladas de carbón LLEBOT, J. E. (2009): «Un breve relato sobre
(según la misma fuente, citada en León, 2008). cómo podemos saber si cambia el clima.

Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales | núm. 67 | enero 2011 35


Cómo funciona la Tierra

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, vol. SAN MIGUEL DE PABLOS, J.L. (2010): Filosofía
17(2), AEPECT. pp. 128-140. de la Naturaleza. Barcelona. Kairós.
MARTÍN-CHIVELET, J. (2010): «Ciclo del carbo- UNISDR (2009): Informe de evaluación global sobre
no y clima: la perspectiva geológica». Enseñanza la reducción del riesgo de desastres 2009. Riesgo y
de las Ciencias de la Tierra, vol. 18(1), AEPECT. pobreza en un clima cambiante [en linea].
MARZO, M. (2008): «Recursos convencionales y no <www.comminit.com/es/node/305422/37>.
convencionales de petróleo y gas». Enseñanza de VICENS, E.; OMS, O. (2001): «Los fósiles: qué son
las Ciencias de la Tierra, vol. 16(3), AEPECT. y para qué sirven». Enseñanza de las Ciencias
pp. 218-228. de la Tierra, vol. 9(2), AEPECT. pp. 110-115.
MAS-PLA, J.; BRUSI, D. (2009): «Geología y cam-
bio climático. Enseñanza de las Ciencias de la
Tierra», vol. 17(2), AEPECT. pp. 118-119. Dirección de contacto
MEDIAVILLA, M.J. (2010): «Origen y evolu- David Brusi
ción del oxígeno atmosférico». Enseñanza de Universidad de Girona
las Ciencias de la Tierra, vol. 18(1), david.brusi@udg.edu
AEPECT. pp. 16-24.
OLCINA. J. (2009): «España, territorio de ries- Este artículo fue solicitado por ALAMBIQUE. DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS
go». Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, EXPERIMENTALES en julio de 2010 y aceptado en noviembre de 2010
vol. 17(3), AEPECT. pp. 242-253. para su publicación.

36 Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales | núm. 67 | enero 2011

También podría gustarte