UNICAH

HISTORIA DE LA
ARQUITECTURA
IV

ARQ. JENIFER PINEDA

LISSBETH LOPEZ

ARTE
NOVOHISPANO

26/10/2022
 Arte Novohispano
En México, el barroco cumple otra función. Que es la de llenar otro vacío. El vacío entre la
promesa utópica del nuevo mundo americano, una nueva edad de oro y la realidad colonial del
trabajo explotado, o juzgado.

El alma mexicana. Información modificó el barroco occidental y se sirvió de él para expresar lo

que todavía no tenía una forma definida de su personalidad social, fue una sabia combinación
que aún hoy nos asombra por su perfección formal, sí, pero sobre todo por la madurez que
representa en su capacidad de elegir del pasado ajeno lo universal para integrarlo en la creación
de una nueva personalidad artística y cultural.
Voluntad de integración entre arquitectura, pintura, escultura y música. Cuál es el caso de la
integración pictórica, la arquitectura de la única bóveda pintada en América en el siglo 17, la de
la Catedral de Puebla, ejecutada por Cristóbal de Villalpando.

Impidió que la sociedad criolla de la nueva España floreciese en todos los terrenos la literatura, la
arquitectura, la música e incluso la ciencia, y todo ello en gran parte fundador del auge minero de
ciudades como San Luis Potosí, Zacatecas. La nueva sociedad mexicana se estaba integrando
rápidamente la Ciudad de México, las grandes ciudades coloniales fueron centros de Cultura y se
establecieron las primeras imprentas, las primeras universidades, una sociedad se perfilaba, pues
cada vez con mayor identidad, con mayor presencia estábamos al filo. De una gran
transformación. El barroco de la segunda mitad del siglo XVII, poco a poco se va enriqueciendo
hasta llegar a la exuberancia del siglo de las luces. La creación novohispana culta encontró en el
barroco una veta casi inagotable de exploración arte que produjo algunas de las obras más
complejas y perfectas del pasado artístico. La tradición religiosa de la columna salomónica,
supuestamente inspirada por la divinidad, para lo que fue el templo de Salomón y Jerusalén y
Revivida por Bernini el baldaquino de San Pedro de Roma. Le dio esta modalidad un impulso
extraordinario. Al lado de la piedra se utilizó la argamasa y aquí adquirió una riqueza
impresionante, lo mismo que la cerámica de la llamada Talavera en los azulejos que llenaron de
col. Fachadas e interiores, civiles y religiosos y que dieron color local y brillo inusitado al barroco
de la región de Puebla, Tlaxcala, como la magnífica cocina del convento de Santa Rosa de Lima.
El azulejo poblano de Talavera brilla con intensidad de esmalte la fachada de San Francisco
Acatepec en una portentosa combinación de ladrillo y piedra. Los ejemplos innumerables están
diseminados por extensas zonas del territorio mexicano actual. La culminación, sin embargo,
ocurre entre 1690 y 1730, años en los que se crea la riquísima iglesia de San Cristóbal en Puebla.
Pero, sobre todo la octava maravilla cómo fue llamada en su tiempo de la capilla del Rosario,
anexa a la Iglesia de Santo Domingo en Puebla. La ornamentación en estuco que llegó a la nueva
España procedente del arte árabe con siglos asentado en España, aquí se unió a la gran
tradición prehispánica. Para el exuberante gusto barroco, las yeserías fueron una manera más de
lograr el esplendor de los templos y el deslumbramiento de los sentidos mediante un sinfín de
formas simbólicas encadenadas en la producción indescriptible de una jungla de Lucio.
En la mitad del siglo 17, deslumbra el trabajo del último representante de la Castilla de
Cosechado. Baltasar Echave y Rioja. El cambio de siglo produce en la estructura virreinal
el paso del tenebrismo a una tradición de luminosidad más plena que nunca se perdió del
todo en el repertorio de la cultura virreinal. Es auténticamente una lucha feroz entre la
luz y las tinieblas. El mensaje se dulcifica y prevalece la excelencia en el tratamiento del
color, sobre las imperfecciones en el.
Cristóbal de Villalpando plasma en algunos óleos memorables una iconografía
renovadora. En todos ellos el dibujo es en general, correcto. Los contrastes de luz se
manejan con maestría y reproducen una religiosidad profunda, exenta del dramatismo
excesivo. De sus predecesores. Son una síntesis pictórica de una forma de hacer ya
característicamente novohispana bien diferente de los modelos europeos.

La llegada del Estípite a la nueva España fue todo un acontecimiento cultural. Por fin
después de las numerosísimas variaciones que habían hecho del Barroco Salomón el estilo
por excelencia. Este nuevo elemento decorativo venía a abrir un mundo de nuevas
posibilidades de expresión a los novohispano. El estípite creado por José de Churriguera
en España a fines del siglo XVII, produce el nombre de Churrigueresco para el estilo
barroco que lo utiliza. Es una forma que hace referencia también a un elemento clásico
pero transformada por la geometría, la ornamentación en un compuesto de pirámides
truncas contrarias con un cuerpo cúbico central, rememorando lejanamente la figura
humana. El estípite fue utilizado por primera vez en él arquetípico. Retablo de los Reyes
de la Catedral metropolitana, por Jerónimo de Balbás.
A partir de ahí, su difusión fue casi inmediata, se le adoptó y adaptó en todas las nuevas
construcciones, tanto religiosas como civiles, como muestra de avance artístico. Hacia 1730
Lorenzo Rodríguez lo utilizará para hacer en piedra la fachada del Sagrario
Metropolitano. Hay otros muchos templos, expresión de la magnitud que alcanzó el
churrigueresco en México. San Agustín de Querétaro, con el que posiblemente sea el
claustro más impresionante de América.

La escala siguiente, el encadenamiento de estilos, que es el estilo barroco. Es una muestra

del genio Louis Pan. La columna y la pilastra en todas sus formas y variaciones posibles,
se transforma en lenguaje y se elimina la columna. Se trata del Canastillo, el no estilo. El
estilo que vuelve al plano. Pero conformándolo con infinitos planos superpuestos en los
que la diferencia entre unos y otros milímetros. Las esculturas resaltan en la ausencia de
éste. Una vez más nada es lo que parece.