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LEÓN SAMORA GRISEL DENISSE

R1 EMAFyD

LA AGILIDAD Y LA VELOCIDAD DE CAMBIO DE DIRECCIÓN SON


HABILIDADES INDEPENDIENTES: IMPLICACIONES PARA EL
ENTRENAMIENTO DE LA AGILIDAD EN DEPORTES DE INVASIÓN.

La agilidad es una habilidad importante en los deportes de combate y los deportes


de cancha, sin embargo el trabajo se realizó en una categoría de deportes
descritos como "invasión" o "territoriales". Estos deportes involucran equipos
opuestos que intentan invadir el territorio contrario. En los deportes de invasión la
agilidad es beneficiosa para los atacantes para evadir la presión de sus oponentes
o tacleadas, y para que los de la defensa reduzcan el espacio en el campo para
limitar los movimientos del ataque o lograr un cambio de posición.
No existe una definición universal para agilidad, al principio era referida como un
cambio de dirección; más recientemente se le ha definido como un movimiento
rápido del cuerpo con cambio de velocidad y de dirección, en respuesta a un
estímulo. Aparte del cambio de dirección, es importante reconocer los dos
elementos en la definición de agilidad. Primero, "cambio en la velocidad" indica
que un jugador podría desacelerar, si él decide reducir repentinamente la
velocidad para crear espacio entre él y el adversario. El segundo elemento
importante de esta definición es que un cambio en la velocidad o en la dirección es
en respuesta a un estímulo externo provisto por las acciones de un oponente. Esto
reconoce que los jugadores no cambian aleatoriamente la velocidad o dirección;
más bien lo hacen en respuesta a estímulos externos para evadir o presionar a un
atacante.
Un ejemplo de deporte invasivo en el que se planifica previamente un movimiento
de cambio de dirección en lugar de una respuesta a un estímulo es el fútbol
americano, donde un receptor elegible corre hacia adelante e intenta cortar
lateralmente después de una distancia predeterminada. En estos casos, la
estrategia es planificada previamente para avanzar el ovoide a una ubicación
particular, pero típicamente el jugador en posesión del balón debe realizar
maniobras de agilidad evasiva impredecibles en respuesta a las acciones de un
defensor. Del mismo modo, un defensor observará los movimientos del atacante
para reaccionar rápidamente ante cualquier acción evasiva.

En 2002, se publicó un modelo en que la agilidad tiene dos componentes; factores


de percepción y toma de decisiones y velocidad de cambio de dirección. La
velocidad de cambios de dirección se determinó por factores técnicos como los
ajustes de zancada, elementos físicos como la velocidad de carrera recta y las
cualidades musculares de las piernas, que incluyen fuerza, potencia y fuerza
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reactiva. Las actividades de velocidad de cambio de dirección son habilidades


cerradas que implican movimientos planificados previamente. Esta revisión analiza
los factores que determinan la velocidad de cambio de dirección y la agilidad en
los deportes de invasión y proporcionar aplicaciones prácticas para entrenar y
evaluar a los atletas para mejorar el rendimiento deportivo.
De acuerdo con los autores, hay pocos estudios que han evaluado a los atletas
con una prueba de agilidad, y con una prueba velocidad de cambios de dirección
planificada comparable que involucra el mismo patrón de movimiento. En todos
estos estudios, la correlación entre la prueba de agilidad y velocidad de cambios
de dirección arrojó que la agilidad y la velocidad de cambios de dirección son
habilidades independientes. Sabiendo que son habilidades distintas, hay que
analizar cuál de las dos es más importante para el rendimiento.
Algunos estudios han demostrado que el grupo con más habilidades es superior
en una prueba de agilidad pero no en una prueba de velocidad de cambios de
dirección. Estos resultados indican que la agilidad está más relacionada con el
rendimiento en los deportes de invasión que las pruebas de velocidad de cambios
de dirección, y proporciona evidencia de la importancia del elemento perceptivo y
de toma de decisiones de la agilidad.

Ya sea atacando o defendiendo, la agilidad requiere la capacidad de percibir


información relevante sobre los movimientos del oponente y reaccionar de forma
rápida y precisa. Algunas pruebas que se han usado en otros estudios han podido
aislar el tiempo de toma de decisiones de la acción de agilidad total, concluyendo
que el tiempo de toma de decisiones es más influyente para el rendimiento de
agilidad que el movimiento. Otros estudios han concluido que las cualidades
cognitivas son importantes para desarrollar la agilidad a la hora de la toma de
decisiones.
Algunos estudios han demostrado que con entrenamiento, se puede disminuir el
tiempo de toma de decisión de 340 a 40 ms; que el tiempo de toma de decisiones
en una prueba de agilidad mejoró en un 31% después de 11 sesiones de juegos
diseñados para mejorar la agilidad. En consecuencia, estos estudios indican que
la habilidad cognitiva relacionada con la agilidad es altamente entrenable, incluso
en atletas experimentados.
La investigación sobre las habilidades cognitivas en el fútbol se ha centrado en
que el defensor observe el video del rodaje de un atacante, descubrieron que los
jugadores más hábiles eran más rápidos y más precisos al anticipar la dirección
del pase en una situación uno a uno. Se encontró como hallazgo que la habilidad
cognitiva requerida para reaccionar de manera rápida y precisa se basa en un
estímulo específico para cada deporte. Es necesario determinar la importancia de
una habilidad entrenable para desarrollar y perfeccionar esa habilidad, lo
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primordial es la efectividad de un enfoque de entrenamiento particular para


mejorar la habilidad.
Al evaluar la evidencia relacionada con la importancia de los factores físicos para
la velocidad de cambios de dirección, un problema es la gran variedad de pruebas
utilizadas para evaluar esta habilidad. Un elemento que es común a todas estas
pruebas es que se requiere que el deportista complete un entrenamiento
planificado con obstáculos tales como conos en el menor tiempo posible,
generalmente evaluado con un sistema de cronometraje. Las pruebas también
varían debido a las diferencias en el ángulo de cambio direccional y el número de
cambios de dirección.

Algunos estudios concluyen que el entrenamiento adicional de fuerza no ofrece


mayor ventaja sobre el entrenamiento de cambio de dirección y coordinación,
mientras que otros concluyen que el entrenamiento de fuerza suplementario
produce grandes ganancias en la fuerza de las piernas y esto se transfirió a
mejoras significativas en una prueba de velocidad de cambios de dirección.

En cuanto a la relación con sprint, refieren que hay pocos estudios de


entrenamiento relacionados con los posibles beneficios del entrenamiento de
sprint lineal con velocidad de cambios de dirección o agilidad. En la prueba más
compleja que involucra cinco cambios de dirección relativamente bruscos, los
resultados indican que el beneficio de la velocidad de carrera lineal a la velocidad
de cambios de dirección disminuye a medida que la tarea de cambios de dirección
se vuelve más compleja. Por lo tanto, dado que las actividades de cambios de
dirección implican desaceleraciones, aceleraciones y ajustes constantes de los
pasos y la postura del cuerpo, el potencial para mejorar la velocidad de cambios
de dirección mediante el entrenamiento de sprint lineal es limitado.

En este estudio llegan a la conclusión que es poco probable que el entrenamiento


de velocidad se transfiera bien al rendimiento de la agilidad, sugiriendo que el
rendimiento de la agilidad puede estar más influenciado por factores cognitivos
que por factores de fuerza.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA:

Young WB, Dawson B, Henry GJ. Agility and Change of Direction Speed are
Independent Skills: Implications for Training for Agility in Invasion Sports. Int. J
Sports Sci Coach. 2015; 10(1): 159-169

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