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La relación tan intensa entre pensamiento y lenguaje hace que sean mutuamente
dependientes: el lenguaje ayuda a construir modelos científicos más elaborados y éstos
ayudan a configurar un lenguaje más preciso (Bargallo, 2005).
Por tanto, el lenguaje científico en el proceso de aprender ciencias se tiene como idea en
aprender nuevas palabras, nuevas estructuras gramaticales, es decir, es como aprender
otro idioma. Y para ello se debe hablar, leer y escribir. La naturaleza de los fenómenos que
trata la ciencia hace que el lenguaje cotidiano sea insuficiente para representarlos. Por eso
la comunidad científica se comunica utilizando un lenguaje altamente especializado “el
lenguaje de la ciencia” que incluye, además de palabras, gráficos, mapas, símbolos
matemáticos, ecuaciones, etc. Sin embargo, la idea de los estudiantes acerca de que el
descubrimiento es un proceso simple y el lenguaje es sólo un medio para contar lo nuevo
es inadecuada, puesto que la educación científica debería orientarse a ayudar a los
estudiantes a recuperar algunas de las luchas pasadas y a oír las voces auténticas de
aquéllos que participaron en el proceso de formular una nueva forma de pensar y actuar.
Pues es así como los estudiantes todavía pueden adquirir una imagen distorsionada de la
ciencia como actividad y de la ciencia como cuerpo de conocimiento, a menos que se
preste atención a la manera cómo cambia el lenguaje a medida que la ciencia crece. Por
ejemplo, se puede tomar la historia del “viaje en el pensamiento” de Charles Darwin sobre
los cambios que se han producido en las rocas y en los seres vivos.
Por último, cabe destacar el aprendizaje en la química, pues en ella se usan símbolos
(ecuaciones químicas y fórmulas matemáticas), tablas y gráficas, así como ciertas
representaciones correspondientes a distintos modelos de la química. Este lenguaje añade
nuevas barreras para los alumnos en la comprensión y la comunicación de esta disciplina,
en donde el papel del profesor de química, también como profesor de lenguaje, se
manifiesta esencial a la hora de facilitar y ayudar a los alumnos el aprendizaje de los
conocimientos científicos.
Bibliografía