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Las maquetas arquitectónicas de Luis Jaime

San José de Moro: aproximaciones Castillo


a su contexto y significado Butters
Pontificia Universidad
Católica del Perú

Solsiré
Cusicanqui
Marsano
Pontificia Universidad
Católica del Perú

Ana Cecilia
Mauricio
Llonto
University of Maine

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Las representaciones arquitectónicas de edificios y tem- minaron la complejidad de las representaciones de los
plos, particularmente las que llamamos maquetas edificios, desde las que no son más que tres líneas cruza-
porque parecen ser versiones a escala de edificios reales, das que representan paredes y techos, hasta las muy
son una de las categorías de objetos más notables que realistas, como las maquetas egipcias de graneros y es-
nos han legado las sociedades antiguas del Perú. En tablos encontrados en la tumba de Meketre (3). Por su
museos y colecciones de todo el mundo existen abundan- realismo y detalle, estas representaciones nos transpor-
tes ejemplos de este tipo de artefactos, con frecuencia Fig. 119 tan a un mundo poblado de construcciones y residencias,
Selección de maquetas de barro
bordados o pintados en telas y pinturas murales, o mod- de San José de Moro. Programa templos y tumbas pero, al mismo tiempo, nos plantean la
elados en objetos rituales de cerámica, madera o metal. Arqueológico San José de Moro. pregunta de qué es lo que representan. ¿Son acaso imá-
Las representaciones arquitectónicas existen en prácti- genes de los edificios que existieron en el pasado? ¿Son
camente todas las culturas que se desarrollaron en los imágenes idealizadas, versiones mitológicas de un mun-
Andes Centrales, desde las representaciones Cupisnique do fantástico? ¿O son en realidad símbolos o metáforas,
de edificios en botellas negras de asa estribo, las in- quizás de la relación que se establecía, por un lado, entre
creíbles maquetas a escala Mochica y Chimú que se pre- el mundo construido de los edificios y los espacios que
sentan aquí (1), las de los edificios Recuay de dos o más los rodean, del paisaje y el territorio y, por otro, de las
niveles, hasta las pacchas de estilo Inca que representan personas que habitaron o cumplieron funciones en ellos
canchas rodeadas de construcciones con puertas de doble y a las que se les confirieron este tipo de artefactos du-
jamba (Fig. 119). Además de los objetos muebles, existen rante alguna actividad ritual, como un entierro o un rito
representaciones de edificios, e incluso de paisajes reales de iniciación? En este estudio argumentaremos en favor
o imaginarios, en restos verdaderamente monumentales, de estas tres ideas para interpretar las maquetas arqui-
tales como el monolito de Sayhuite en Abancay (Véase tectónicas halladas en San José de Moro, pues es evi-
Fig. 113 a) o la piedra tallada de Quenco, en Cusco. Las dente que estas corresponden a los edificios que existi-
representaciones a escala de edificios de increíble com- eron justamente en el periodo Mochica Tardío pero, a la
plejidad no son exclusividad de las culturas andinas, vez, parecen ser modelos estandarizados, cuyo propósito
también son comunes en las tradiciones artísticas de fue el de representar la relación entre los individuos en
otras sociedades como Egipto (Véase Fig. 2) y China (2). cuyas tumbas las hallamos, muchos de ellos mujeres de
élite, el territorio y los espacios construidos.
En las representaciones andinas las edificaciones apare-
cen en diversos tamaños y escalas, desde las muy peque- Las representaciones arquitectónicas son, a menudo, los
ñas, donde podemos ver imágenes de edificios como det- únicos testigos de lo que ahora son las ruinas de las an-
alles decorativos en cerámica, hasta las que parecerían tiguas edificaciones y paisajes. En ellas encontramos
ser verdaderamente modelos a escala. La arquitectura representados los elementos más perecederos de los edi-
fue integrada muchas veces a la escenografía y combi- ficios, como sus techados, las molduras y decoraciones
nada con otros objetos, con elementos del paisaje o como hechas en barro o madera, hasta las pinturas murales
parte de representaciones de complejos de habitaciones que pudieron existir. Contrastando y complementado los
y patios. Estas diferencias de escala y contexto deter- restos arqueológicos con la representación arquitectóni-

(1) Ver Uceda en este volumen.

(2) Qinghua, Gao. “The Mingqi


Pottery Buildings of Han Dinasty
China 206 BC – AD 220: Architec-
tural Representations and Repre-
sented Architecture”, Londres:
Sussex Academic Press, 2010.

(3) Imperio Medio, Dinastía 12,


reino de Amenemhal I, 1975 AC.
(¿)

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ca, podemos tener una mejor comprensión de una y la sido el sujeto de la obra, las construcciones no fueron imaginarias. Si presumimos que se trata de imágenes tas. La escala dependerá de la importancia, las paredes
otra, puesto que los restos vuelven a la vida cuando se generalmente el sujeto principal. El motivo de represent- más o menos fidedignas de la realidad, debemos asumir externas serán retiradas para representar lo que sucede
les compara con el modelo, se llenan de detalles con- ación más importante, en realidad, lo constituyeron las que ilustran cómo fueron las cosas, qué materiales se en el interior de los cuartos, las alturas serán mengua-
structivos, colores y formas que el tiempo ha hecho desa- ceremonias y rituales, mitos y leyendas, que fueron rep- emplearon, cuáles fueron las técnicas de diseño y con- das para ocupar menos espacio, se enfatizarán los espa-
parecer. resentados en estructuras construidas de diversos tipos. strucción, o qué tipo de detalles arquitectónicos y decora- cios más sagrados sobre los que no lo son, etc. Sin em-
Es decir que, sin haber tenido la intención expresa de tivos existieron. Por otro lado, es posible que las repre- bargo, en la comparación entre la realidad y la
Por su parte, la interpretación de la naturaleza y función representar la arquitectura de su tiempo, estas piezas sentaciones arquitectónicas sean solamente imágenes de representación podríamos encontrar claves para desci-
del edificio representado es generalmente posible solo ilustran las estructuras que fueron creadas y usadas por un mundo fantástico, como lo era aquel de los dioses y frar algunos aspectos centrales sobre la manera en la
cuando se lo contrasta con la información contextual y estas sociedades. héroes que pueblan los ritos y mitos representados, pre- que las sociedades antiguas veían y concebían su
arqueológica que ofrecen los monumentos, por los datos cisamente, en los edificios sagrados. Si este es el caso, las hábitat.
que estos aportan de lo que pasó allí en base a los arte- Esta condición tiene aspectos negativos y positivos, edificaciones que vemos en las representaciones arqui-
factos hallados in situ, por la historia del edificio que se puesto que al no haber sido el sujeto de la represent- tectónicas no tendrían por qué haber existido en la reali- En esta investigación, que se debe leer junto a otros tra-
puede estudiar en sus múltiples capas de ocupación, por ación, la arquitectura podría presentar distorsiones, u dad y, ciertamente, las imágenes no tendrían que hacer bajos importantes acerca de las representaciones arqui-
sus modificaciones y arreglos, es decir, por los cambios omitir o alterar detalles de su forma y elementos en ben- referencia a ningún edificio en particular. tectónicas en el mundo mochica (6), trataremos de desar-
que sufrieron durante los años en que fue usado y que eficio de las acciones representadas. Este suele ser el rollar su discusión y entendimiento combinando tres
las imágenes solo pueden congelar en un momento del caso del paisaje, que casi nunca fue el sujeto de la repre- Entre estas dos concepciones, sin embargo, se sitúan aspectos: por un lado, los artefactos; por el otro, los con-
tiempo. Esta afirmación presume que hemos concluido sentación, y que solo aparece indicado a través de el- numerosas interpretaciones que podrían interferir con textos arqueológicos en que algunos de estos artefactos
que las maquetas son representaciones de edificios re- ementos como la vegetación o la fauna. Sin embargo, al nuestra comprensión del mundo real e ideológico de las fueron encontrados; y finalmente, el contexto social y
ales y, lo que es más complicado aún, que podemos iden- enfatizarse las actividades que se realizaban en o alred- sociedades antiguas. Las imágenes de edificios, así fuer- político en el marco del cual se dieron los contextos que
tificar cuáles son los edificios representados. En este edor de la arquitectura, las imágenes nos ofrecen infor- an fantásticas, tendrían que haberse inspirado en cual- contienen a dichos artefactos. En última instancia y
punto habría que señalar que muchas veces las repre- mación valiosísima para determinar la función de los quier caso en retazos de la realidad, es decir, en elemen- como ya se dijo, trataremos de demostrar que un con-
sentaciones arquitectónicas aluden a formas genéricas, edificios, su escala y las relaciones entre los diferentes tos reales, y aun cuando los edificios representados no junto de estas representaciones, las maquetas de San
patrones arquitectónicos que pueden ser repetitivos y tipos de construcciones (5). tendrían por qué haber existido, sus formas serían re- José de Moro, fue producido para individuos en particu-
que, por lo tanto, existen en diferentes edificios reales. ales, lo que se evidenciaría en el tipo de estructuras, las lar, y que estas representan metafóricamente las relacio-
Las maquetas Chimú halladas en la Huaca de la Luna Precisamente por el énfasis en lo que sucedía dentro, formas de las puertas y vanos de entrada, las ventanas, nes inalienables entre sujetos y objetos, entre las perso-
(4)
, por ejemplo, parecen tener correspondencia con los alrededor o encima de los edificios, más que en la forma columnas y horcones, y las vigas y techos que vemos en nas enterradas a las que se les colocaron las maquetas
grandes patios ceremoniales con banquetas laterales y de la arquitectura, las representaciones arquitectónicas las representaciones. Ahora bien, si las imágenes ilus- como ofrendas, y los lugares y edificios a los que hacen
un podio elevado en la parte frontal, muy frecuentes en se concentraron, en su inmensa mayoría, en las edifica- tran edificios que existieron en la realidad, es decir, si alusión. Ambos, sujetos y espacios, parecen haber estado
las ciudadelas de Chan Chan. Esto hace muy difícil de- ciones religiosas o en las sedes del poder político, en des- son verdaderas representaciones, estas no podrían haber unidos por vínculos que merecieron ser retratados más
terminar específicamente a cuál de ellas representan o medro de los espacios domésticos, particularmente los sido fotografías de la realidad, sino que habrían sufrido allá de la muerte.
si, en realidad, ilustran los rituales de culto a los ances- que habitaron los sectores menos favorecidos. Por las distorsiones que, naturalmente, resultan de la valor-
tros que se celebraban en todas estas plazas de la capital tratarse de representaciones de espacios de alto rango o ación de las cosas, de su integración a un mundo de va- Las maquetas Mochica de San José de Moro
Chimú.(Véase Fig. SU). reservados para la escenificación de rituales o de recre- lores e identidades muy distinto al nuestro. Es decir que,
aciones de mitos, que bien pueden atribuirse al mundo incluso si las representaciones intentaron retratar la Las maquetas halladas en San José de Moro que se dis-
Si bien algunas maquetas son muy detalladas y realis- de los hombres o de los dioses, nos queda siempre la realidad tal como la podemos documentar en los restos cuten en esta sección fueron depositadas como ofrendas
tas, y la representación de la arquitectura parece haber duda de si estas imágenes son representaciones reales o arqueológicos de pueblos y edificios, estas no serán exac- funerarias en tumbas muy ricas y complejas, general-

(4) Ver Uceda en este volumen. Museum, 1975; Donald McClel-


land. “Architectural Models in
(5) Wiersema, Juliet B. “The Ar- Late Moche Tombs”, Ñawpa Pacha
chitectural Vessels of the Moche of 30 (2): 209-230, 2010; Santiago
Peru (C.E. 200-850). Architectures Uceda. “Esculturas en miniatura
for the Afterlife”. Disertación para y una maqueta en madera”, en
doctorado, University of Mary- Santiago Uceda, Elías Mujica y
land, Departamento de Historia Ricardo Morales (Eds.), Investiga-
del Arte y Arqueología, 2010. ciones en la Huaca de la Luna
1995, pp. 151-176. Trujillo: Facul-
(6) Ver en Cristóbal Campana. tad de Ciencias Sociales de la
“Estudio de una maqueta mo- Universidad Nacional de La Lib-
chica”, Scientia et Praxis 16: 157- ertad, Trujillo, 1997; Juliet B.
178, 1984; Luis Jaime Castillo y Wiersema, Op. Cit.
otros. “Maquetas mochica de San
José de Moro”, Arkinka 22: 120-
128, 1997; Christopher B. Donnan.
“An Ancient Peruvian Architec-
tural Model”, en The Master key
for Indian Lore and History 49
(1): 20-29. Los Ángeles: Southwest

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mente tumbas de cámara, la mayoría de las cuales cor- sistemático, por varias generaciones de huaqueros. Los factos frágiles que, por las condiciones en que los hua-
responden al periodo Mochica Tardío (Fig. 119). A dife- objetos que se encontraban en sus excavaciones clandes- queros trabajaban, resultaban difíciles de discernir. Ex-
rencia de muchas otras representaciones arquitectónicas tinas iban de la mano de traficantes de antigüedades cavando en pequeños túneles, con baquetas y lampas, y
que carecen de información contextual, estas fueron en- que muchas veces financiaban los trabajos a coleccionis- solo a la luz de velas, es indudable que los huaqueros
contradas y registradas a lo largo de veinte años de in- tas extraños y foráneos, pese a que algunos permanecier- podían recuperar únicamente los artefactos más conspic-
vestigaciones arqueológicas, por lo que fue posible docu- on en la región en manos de coleccionistas como Óscar uos (Fig. 121).
mentar con precisión el contexto en que se hallaron, su Rodríguez Razzetto (9). Su extraordinaria colección in-
filiación cronológica, las características de los individuos cluía muchos objetos que, presumiblemente, provenían Las investigaciones llevadas a cabo en el marco del
a los que estas tumbas corresponderían, etc. Esta infor- de San José de Moro, particularmente ornamentos me- Proyecto Arqueológico San José de Moro (PASJM) se
mación contextual, enriquecida aún más por el hecho de tálicos y artefactos cerámicos, estos de un sorprendente plantearon en un inicio con la intención de contextuali-
que tenemos una comprensión general de los procesos rango estilístico que indicaba que el sitio había tenido zar los objetos singulares que caracterizan a este sitio,
sociales, políticos y económicos por los que atravesaron una secuencia de ocupación cultural muy compleja. particularmente las botellas MochicaTardío de Línea
los mochicas en las fases y periodos en los que se dieron Fina. Las excavaciones debían producir información
estas manifestaciones, nos permiten abordar la interpre- Además de la cerámica de los estilos Mochica Medio, acerca de los tipos de tumbas en las que las botellas se
tación de su significado y función, más allá de las carac- Mochica Tardío de Línea Fina y Mochica Polícromo que habrían hallado, la secuencia de sociedades que habrían
terísticas intrínsecas de los artefactos. Es menester, en- son característicos del sitio, y botellas Lambayeque y habitado en el sitio, los objetos que habían estado asocia-
tonces, iniciar esta sección con un breve recuento del Chimú, frecuentemente encontradas en cementerios de dos y las relaciones entre sí. Evidentemente, los métodos
sitio y de los contextos encontrados en él para poder así la costa norte, en San José de Moro los huaqueros repor- arqueológicos de excavación permitirían obtener mucho
dotar de un marco explicativo a estas piezas. taban haber excavado piezas muy raras de estilos Caja- más información y podrían rescatarse artefactos más
marca y Chachapoyas, Chaquipampa, Viñaque y Niev- frágiles y delicados que los procedimientos empleados
En junio de 1991 se iniciaron las investigaciones arque- ería, Atarco, Pachacamac, Casma Impreso y otros, de por los huaqueros hasta 1991. Las maquetas arquitec-
ológicas en San José de Moro, el cementerio y centro formas y estilos decorativos nunca antes descritos (Fig. tónicas son un ejemplo del tipo de artefacto que solo es
ceremonial Mochica más importante del valle de Je- 120). Según informaban los huaqueros en ese entonces, a posible recuperar a través de una excavación cuidadosa
quetepeque, localizado al norte de la ciudad de Chepén, gran profundidad encontraban grandes “cuartos”, que puesto que, al ser objetos de cerámica no cocida,
en el departamento de La Libertad (7). Antes que no- equivaldrían a tumbas de cámaras muy elaboradas y únicamente un trabajo escrupuloso y lento podría res-
sotros, el sitio había atraído el interés de algunos inves- repletas de ofrendas, que incluían unos pocos ejemplares catar sus matrices originales. A decir verdad y con ex-
tigadores (8), pues exhibía una inusualmente larga y de- de artefactos singulares. También existían tumbas en cepción de un conjunto de maquetas “crudas” registradas
tallada secuencia ocupacional visible en perfiles forma de “hornos”, es decir, cámaras abovedadas que, en por Donnan en una colección privada (10) antes de
estratigráficos muy complejos, pero también había con- el lenguaje arqueológico, se denominan tumbas de bota, nuestras excavaciones en San José de Moro, no se sabía
citado el interés de huaqueros y traficantes de antigüe- cuyo contenido era por lo general más modesto que el de de la existencia de este tipo de artefactos.
dades por la gran cantidad de tumbas ricas en cerámica las cámaras. El tercer tipo de tumbas, que además era el
y ornamentos metálicos. que con más frecuencia se hallaba, correspondía a tum- El hallazgo de tumbas de cámara en San José de Moro
Fig. 121
bas simples y poco profundas, hechas en un foso irregu- fue una inesperada sorpresa para los investigadores, no Tumbas de cámara y bota en San
Inicialmente, nuestras esperanzas de encontrar contex- lar, que contenían individuos aparentemente pobres, con porque no se hubieran hallado en otros sitios, sino por su José de Moro.
tos funerarios intactos eran muy pocas, puesto que el pocas o ninguna ofrenda. En las tumbas se encontraban forma peculiar, sus agrupamientos y su ubicación en una
sitio había sufrido un saqueo de baja intensidad, pero restos óseos, cerámica, ornamentos de metal y otros arte- llanura. Se han reportado cámaras funerarias,

(7) Ver en Luis Jaime Castillo y (1991-2006)”, Ñawpa Paccha 26, versidad Nacional Mayor de San
Christopher B. Donnan. “La ocu- 2008 Marcos y Comisión para Inter-
pación Moche de San José de cambio Educativo entre los Esta-
Moro, Jequetepeque”, en Santiago (8) Ver en Paul Kosok. “Life, Land dos Unidos y el Perú, 1979. pp.
Uceda y Elías Mujica (Eds.), and Water in Ancient Peru”. Nue- 37-47.
Moche: Propuestas y Perspectivas. va York: Long Island University
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Instituto Francés de Estudios Copenhagen, 1958a y Cajamarca–
Andinos y Asociación Peruana Keramik von der Pampa von San (10) McClelland, Donald. “Archi-
para el Fomento de las Ciencias José de Moro (Prov. Pacasmayo). tectural Models in Late Moche
Fig. 120 Sociales, 1994a; Luis Jaime Cas- Baessler–Archiv n. s. 6: 181-193. Tombs”, Art. cit.
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de Moro. Programa Arqueológico y reconstitución del Estado Mo- ciones arqueológicas en San José
San José de Moro. chica del Jequetepeque. El Proyec- de Moro”, en R. Matos M. (Ed.),
to Arqueológico San José de Moro Arqueología peruana. Lima: Uni-

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posiblemente la forma más compleja de enterramiento y antecámara. Distribuidos en el interior y en los nichos siete puntas de obsidiana, junto con objetos de metal
una práctica reservada solo a los miembros más encum- aparecen numerosos artefactos cerámicos y metálicos, como un cuchillo escultórico y una estólica de metal. La
brados de las élites, en numerosos sitios arqueológicos estos últimos asociados con los ataúdes rectangulares de tumba M-U30 fue otra cámara funeraria Mochica Tardío
Mochica, pero con peculiaridades que permitirían inferir caña, dentro de los cuales se colocaba al individuo princi- A, denominada la Tumba de la Niña Sacerdotisa, pues el
que hubo al menos dos patrones funerarios. pal. Las cámaras de San José de Moro parecen corre- entierro principal fue una niña cuyo cuerpo yacía dentro
sponder a un único ocupante principal que aparece ro- de un ataúd adornado con placas metálicas, que repre-
En la región Mochica Sur (11) las cámaras funerarias tien- deado de otros individuos asociados, algunos de ellos sentaban a la sacerdotisa navegando en una balsa de
den a ser estrechas o están divididas internamente en muertos mucho antes del entierro (20). A la fecha, siete de totora o en una luna creciente. El cuerpo estaba asociado
compartimientos, los nichos que aparecen en las paredes estas tumbas –cuatro correspondientes al periodo Mo- a una máscara funeraria y penachos, la parafernalia
son muchas veces pentagonales y, puesto que no son muy chica Tardío y tres al periodo Transicional– contenían propia de este tipo de personaje con funciones religiosas.
anchas, están techadas con adobes dispuestos en forma los restos de mujeres de alto rango a las que denomina- En esta tumba se ofrendaron siete maquetas, tres de
de falsa bóveda. Se han encontrado cámaras de este tipo mos “Las Sacerdotisas de San José de Moro” (21). ellas estuvieron en nichos, una se halló severamente
en Huanchaco (12); en la Huaca de la Luna y la Platafor- dañada. Las otras cuatro, que se encontraron dentro de
ma Uhle, ambas en el Complejo de las Huacas de Moche Las primeras maquetas arquitectónicas aparecieron en la cámara misma, rodeadas de ceramios y crisoles, estu-
(13)
; en la Huaca de la Cruz, en el valle de Virú (14); en la las excavaciones de 1991 y 1992, dentro de cinco grandes vieron expuestas a muchísima humedad. Las maquetas
Huaca Cao del complejo El Brujo (15); y en Salamanca, en tumbas de cámara. Todas correspondientes al periodo localizadas en los nichos fueron las más complejas (23).
el valle de Chicama (16). Salvo en el caso de las cámaras Mochica Tardío (aprox. 700 d.C.), contenían como sus Los ejemplares mejor conservados representaban estruc-
funerarias reportadas por Larco y Díaz en Salamanca, principales ocupantes a tres sacerdotisas y dos individu- turas del tipo Templo con Rampa y Habitaciones (Fig.
las tumbas de cámara han sido reportadas dentro de os masculinos (22). En esos años iniciales del PASJM exca- 122).
plataformas de aparente función ceremonial. vamos una cincuentena de tumbas, pero las maquetas se
encontraron solo en las cámaras, dispuestas tanto en los En la tumba de cámara M-U41, la tumba de la sacerdo-
Fig. 122
En la región Mochica Norte, es decir, en los valles de nichos de las paredes como en el piso de las tumbas, cer- tisa de San José de Moro, la persona principal fue una Vista general de la tumba M-U30
Jequetepeque, Zaña, Lambayeque y Piura, han apare- ca del cuerpo del individuo principal y entremezcladas mujer adulta a la cual se le ofrendaron cinco maquetas, en San José de Moro.
cido tumbas de cámara de los periodos Mochica Tem- con otras ofrendas, particularmente cerámica y miniatu- todas encontradas en el piso de la cámara, ninguna en
prano (17), Mochica Medio (18) y Mochica Tardío (19). Las ras de cerámica a las que denominamos “crisoles”. Este los nichos. Tres de ellas aparecieron a la izquierda de la
cámaras excavadas en Dos Cabezas y Úcupe fueron rela- grupo de cámaras funerarias estaba asociado con la sacerdotisa y dos a la derecha. Su estado de preservación
tivamente estrechas y no presentaron nichos. Las cáma- Huaca La Capilla, pues las cámaras aparecieron directa- fue bastante precario por haber estado en el piso. Todas
ras encontradas en Sipán y San José de Moro, si bien mente al pie de la rampa de acceso que conduce a la par- las maquetas de esta tumba difieren entre sí y son dife-
aparecen en una amplia gama de tamaños y proporcio- te superior de la huaca. rentes también a las encontradas en las otras tumbas.
nes, tienden a ser más amplias, algunas incluso casi de Estas maquetas estaban pintadas en tres colores (blan-
planta cuadrada, con nichos cuadrangulares y techadas La tumba M-U26 tuvo como personaje principal a un co, negro y amarillo) y presentan pequeñas decoraciones
con un complejo sistema de vigas y columnas de madera. hombre adulto. Las maquetas halladas fueron del tipo modeladas. Una de ellas, en buen estado de conserva-
Interiormente no estuvieron subdivididas con paredes, Templo con Rampa y Habitaciones y Templo Concén- ción, mostraba un muro perimétrico con una pequeña
como es el caso en el sur, aunque se pueden determinar trico. Se encontraron seis maquetas, todas representan- puerta en la esquina noroeste. Esta puerta daba a un
subdivisiones en base a superficies de diferente altura, do edificios diferentes, en los nichos y piso de esta es- patio con un podio en el centro, al que se accedía por una
con la cámara funeraria misma a mayor altura que la tructura. En esta tumba destacó también un conjunto de rampa. Una parte del patio estuvo cubierta por un techo
Fig. 123
Maqueta hallada en la tumba
M-U41 en San José de Moro.
(11) Castillo, Luis Jaime y Chris- 2010. Early Chimu de Kroeber). Buenos lectures/390/weblec.htm.>, 2008. Reinos de la Luna. Colección y poder en la consolidación, co-
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sostenido por dos columnas. Detrás del patio se encon- tumba M-U314 fue una de las tumbas de bota. El per-
traba un conjunto de cuatro habitaciones intercomunica- sonaje principal de este entierro fue una mujer adulta,
das por accesos. Tres estaban techadas, el cuarto espacio cuyo cuerpo fue hallado en muy mal estado de conserva-
fue un patio abierto en la parte posterior. El techo de la ción y colocado sobre otro esqueleto adulto (M-U314b).
estructura estaba pintado con los mismos colores que el Ambos cuerpos estuvieron tan deteriorados que forma-
resto de las maquetas (24). A pesar de que estas maquetas ban una capa de solo unos cuantos centímetros de grosor
parecen haber sido todas diferentes, aquellas en mejores (27)
. Las dos maquetas registradas fueron halladas sobre
condiciones fueron del tipo Templo con Rampa y Habita- fragmentos de grandes paicas, junto a una gran cantidad
ciones (Fig. 123). de crisoles que rodeaban el cuerpo y piezas de cerámica
de estilo Mochica Polícromo. Esta tumba contuvo una de
La tumba M-U102 contenía a un adulto masculino joven las maquetas mejor conservadas que se han hallado en
de unos 15 a 23 años, acompañado de un niño. En esta San José de Moro, del tipo Templo con Banqueta, donde
cámara se registraron cuatro maquetas de arcilla no se representaba un patio con muros perimétricos con
cocida, todas colocadas al interior de los nichos de una banquetas en tres de sus lados. La banqueta principal
sola pared. Nuevamente, todas las maquetas fueron del tenía tres niveles y se hallaba al final de este espacio, se
tipo Templo con Rampa y Habitaciones. Adicionalmente, accedía a ella por una pequeña rampa que tenía una
junto a estas maquetas se hallaron miniaturas de cobre, especie de fogón en la cima. Dos columnas colocadas so-
pequeñas piezas tubulares de metal, restos óseos de ca- bre la banqueta sostenían un techo inclinado con alero.
mélidos y dos pares de valvas de spondylus (Fig. 124). La La maqueta fue decorada con pintura roja, blanca/crema
tumba M-U103 fue una cámara funeraria cuyo personaje y negra (Fig. 126 a-b). La segunda tumba en forma de
Fig. 124
principal era una mujer adulta enterrada en un ataúd Vista general de la tumba de bota que contenía maquetas fue la M-U729. El personaje
decorado con placas metálicas y una máscara funeraria, cámara M-U102 en San José de principal fue también una mujer, cuyo cuerpo se encon-
que tuvo la típica parafernalia de la mujer mítica o sac- Moro. tró incompleto y en muy mal estado. Se hallaron in situ
erdotisa. Esta tumba contenía solo dos maquetas, ambas el cráneo, columna, costillas y húmeros. La pelvis y la
colocadas al interior de nichos. Lamentablemente, el mal parte inferior había sido removida y los huesos estaban
estado de conservación de estos artefactos impidió un acomodados junto al lado inferior derecho del individuo.
buen registro de sus formas, sin embargo, se pudo obser- El peroné y los huesos del pie estaban removidos y suel-
var banquetas y rampas que indicarían que fueron del tos en la zona media de la tumba (28). La tumba contenía
tipo Templo con Rampa (Fig. 125). una de las maquetas más complejas hasta hoy halladas
en ese sitio, la cual estaba colocada sobre un fragmento
Se han registrado tres tumbas del periodo Mochica Tar- de paica y decorada con los mismos colores que las ante-
dío C (aprox. 750 d.C.) en San José de Moro: la tumba de riores (rojo, negro y crema). Se trataba de un gran patio
cámara M-U1525 y dos tumbas de bota, que estaban rodeado por muros bajos, y diez columnas sostenían un
entre las más grandes y ricas de este tipo (25). Las maqu- techo a dos aguas, sobre el cual se encontraban relieves
etas Mochica de San José de Moro que se presentan en en forma de felinos (Fig. 139 a-b).
esta exhibición corresponden a estas tres tumbas (26). La

(22) Ver en Luis Jaime Castillo.


“Prácticas funerarias de elite en (23) Donnan, Christopher B. y
San José de Moro”, Art. cit. y “Las Luis Jaime Castillo. “Finding the
Sacerdotisas de San José de Moro, tomb of a Moche priestess”, Ar-
rituales funerarios de mujeres de chaeology 6 (45): 38-42, 1992. Fig. 125
élite en la costa norte del Perú”, Vista general de la tumba M-U103
Art. cit.; Donald McClelland. (24) Ibid. en San José de Moro.
“Architectural Models in Late
Moche Tombs”, Art. cit.; para las (25) Castillo, Luis Jaime, Andrew Fig. 126 a-b
subdivisiones del periodo Moche Nelson y Chris Nelson. “Maquetas Vista general y dibujo de la tumba
Tardío en las fases A, B y C ver Mochica de San José de Moro”, M-U314 en San José de Moro.
Luis Jaime Castillo. “Los rituales Arkinka 22: 120-128, 1997.
mochica de la muerte”, en Krzysz-
tof Makowski y otros (Eds.) Los (26) Ver en esta publicación.
Dioses del Antiguo Perú. Colección
Arte y Tesoros del Perú. Lima: (27) Castillo 1996(Buscar esta
Banco de Crédito del Perú, 2000 referencia)
(a). pp. 103-135 y “La presencia
Wari en San José de Moro”, en (28) Castillo, Luis Jaime. “Los
Peter Kaulicke y William H. Isbell rituales mochica de la muerte”,
(Eds.), Boletín de Arqueología Art. cit. y “La presencia Wari en
PUCP 4: 143-179, 2000b. San José de Moro”, Art. cit.

120 Modelando el mundo


121 Modelando el mundo
En el año 2007 se excavó la cámara funeraria MU-1525, estado de conservación de la mayoría era bastante malo
que corresponde a la fase Mochica Tardío C. Esta tumba debido a que los objetos que se colocaron sobre ellas las
tuvo como personaje principal a una mujer adulta de habían afectado severamente, o a que ya estaban en mal
unos 40 a 60 años, la cual yacía al interior de un ataúd estado al momento de ponerlas en el lugar. Aún así, se
decorado con una máscara de cobre y placas metálicas pudo observar que se trataba de estructuras de planta
que representaban imágenes de la Sacerdotisa Mochica. cuadrangular, muros perimétricos, rampas, columnas y
Se hallaron múltiples objetos de cerámica de varias banquetas. Como en el caso de las maquetas Mochica,
tradiciones artísticas, objetos de cobre en forma de estas presentaban las paredes y techos pintados en colo-
penachos y una copa, crisoles, cuentas y huesos humanos res rojo, negro y crema.
y de animales, amén de al menos ocho personas más que
fueron colocadas como acompañantes de la Sacerdotisa. En la tumba M-U1022 se encontraron algunas maquetas
Algo excepcional fue que las ocho maquetas estaban en en los nichos, aunque bastante deterioradas, por lo que
buen estado. Dos de ellas, las más complejas y mejor no es posible ahondar en detalles. La tumba M-U1242, la
conservadas, fueron encontradas en dos nichos, las seis tumba de cámara más grande encontrada en San José
restantes estaban en la parte baja de la cámara, junto de Moro, contuvo como ocupante principal a un person-
con las demás ofrendas. Todas estuvieron pintadas en aje colocado dentro de un ataúd decorado con placas de
colores rojo, blanco y negro y representaron estructuras metal caladas con la silueta de la Sacerdotisa. Solo se
Fig. 127 a-c
diferentes entre sí. Las maquetas de esta tumba eran reportó una maqueta de barro sobre un fragmento de Vistas y dibujo de la tumba de
del tipo Templo con Rampa y Templo con Rampa y Hab- paica ubicada en el nicho 3, junto con platos de tradición cámara M-U1525.
itaciones. La más compleja es una estructura con un Cajamarca. Si bien es cierto que las maquetas arquitec-
amplio patio con rampa en el frente y una serie de hab- tónicas se siguieron produciendo durante el periodo
itaciones y corredores interconectados y semi techados Transicional, no hemos podido encontrar ningún ejemplo
(Fig. 127 a-c). que se pueda estudiar al detalle por la pobre preserva-
ción de todas ellas. Esta situación es un tanto desconcer-
Durante el periodo Transicional (850 -1000 d.C.) tres tante, pues podría deberse simplemente a una coinciden-
tumbas contuvieron este tipo de ofrendas, todas corre- cia desafortunada, a algún cambio en la técnica de
spondientes a cámaras funerarias de la fase Transicio- construcción, o a su estado de conservación en el mo-
nal Temprana. Esta fase es la que continúa luego del mento en que fueron colocadas en las tumbas.
colapso del periodo Mochica Tardío. Si bien muchos ras-
gos característicos de la tradición Mochica –como la Parecería, entonces, que este tipo de artefactos solo se
cerámica de Línea Fina– desaparecen, otras prácticas asocia con las tumbas más grandes y elaboradas y, por lo
persisten, como la inclusión de maquetas arquitectónicas tanto, con individuos de las élites Mochica y que, dentro
en las tumbas más complejas. La tumba M-U1045, a de las tumbas de estos personajes, las maquetas ocupan
juzgar por los elementos asociados, correspondería a una un lugar privilegiado. En términos generales, los objetos
sacerdotisa. En su interior encontramos 11 maquetas que aparecen, la cerámica y los artefactos metálicos que
distribuidas entre el piso y los nichos de la cámara. El se han conservado, tienen un significado simbólico que

122 Modelando el mundo


123 Modelando el mundo
ha sido posible desentrañar en algunos casos. Así por o funerario. Flores en los entierros o figuras de papel recer.
ejemplo, las piezas metálicas que decoran los ataúdes de cortado en las ceremonias por el Día de los Muertos son
los personajes principales, que tienen forma de caras, ejemplos de objetos efímeros, cuya vida en el rito es in- Las maquetas parecen corresponder a un número lim-
brazos y piernas, le conferirían al ataúd una condición tensa pero fugaz. Las maquetas de las tumbas fueron itado de modelos que podemos caracterizar como Tem-
antropomorfa, lo que es muy congruente con el énfasis fabricadas con materiales perecederos: barro pintado, plos con Rampas, Templos con Rampas y Habitaciones y
que los mochicas ponían en su ritual del “Combate de los cañas y elementos de plumas, a diferencia de casi todos Templos Concéntricos. En el primer caso, Templos con
Artefactos”, en la animación de los objetos fabricados por los objetos que las rodean y que tienen en común haber Rampas, la maqueta presenta un muro perimétrico con
el hombre (29). sobrevivido al paso del tiempo. una entrada única, un patio, una sucesión de banquetas
a los lados del patio y plataformas en el lado opuesto a la
Coincidentemente, en estos rituales uno de los person- En contraste con otras ofrendas hechas en base a arcilla, entrada que conducen, a través de rampas, a un trono,
ajes más activos e importantes es la sacerdotisa. Por lo las maquetas no fueron quemadas, es decir, nunca se sobre el cual se observa un techo decorado y sostenido
tanto, la antropomorfización de los ataúdes y su subse- convirtieron en cerámica, solo fueron calentadas al sol, por columnas (Fig. 136). En el segundo caso, Templos con
cuente animación coincidiría con uno de los roles ritu- lo cual endureció la arcilla un tanto, pero no lo suficiente Rampas y Habitaciones, aparece el mismo templo ro-
ales de las mujeres míticas o sacerdotisas. Otros artefac- como para asegurar su preservación. Es importante an- deado por un muro perimétrico, con plataformas y ram-
tos, como los adornos para tocados y las copas de otar que no hay ninguna razón técnica que impidiera pas, pero en los lados y/o en la parte posterior aparecen
pedestal, han permitido identificar a las mujeres que quemar las maquetas, lo que podría haberse hecho en los habitaciones con o sin decoración o techo. Estos dos
fueron enterradas en algunas de estas tumbas como Sac- mismos hornos pequeños en los que quemaban su primeros tipos de maquetas parecerían representar casi
erdotisas de la Ceremonia del Sacrificio, personajes que cerámica fina o en grandes hornos abiertos donde se pro- los mismos edificios, pero con el agregado de los cuartos
figuran prominentemente en la liturgia religiosa Mo- ducía la cerámica doméstica. Solo el hecho de haber es- laterales (Fig. 138). El tercer tipo, Templos Concéntricos,
chica. Las maquetas, que se hallan en medio de estos tado protegidas dentro la estructura funeraria, sea una corresponde a una forma muy diferente, puesto que las
objetos simbólicos cargados de significados referenciales, cámara o una bota, explica cómo han sobrevivido el paso maquetas están conformadas por un muro perimétrico, a
deben haber tenido la misma naturaleza, es decir, serían del tiempo milagrosamente. En muchos casos, sin em- veces rematado en almenas escalonadas, y una estruc-
artefactos simbólicos directamente asociados a las élites bargo, las maquetas fueron colocadas en lugares que no tura rectangular techada ubicada en el centro del patio
Mochica. Las maquetas parecen no haber sido usadas en contribuyeron a su preservación, como por ejemplo el (Fig. 130). Es decir, las maquetas presentan, y quizás
la vida cotidiana, ni siquiera en los rituales que se prac- piso de las tumbas, donde estuvieron expuestas a mucha representan, un rango restringido de edificios. Al pa-
ticaban en el sitio, porque nunca se han encontrado evi- humedad del subsuelo o fueron rodeadas o cubiertas por recer, durante la fase A existieron maquetas complejas,
dencias en los basurales o en los rellenos que se asocian objetos que terminaron destruyéndolas o deteriorándo- es decir, compuestas por múltiples habitaciones de dife-
con los templos, porque no presentan marcas de haber las severamente. Solo las maquetas ubicadas dentro de rentes formas y techadas de diferente manera. Esta in-
sido usadas (aun cuando algunas parecen haber estado nichos techados sobrevivieron en buenas condiciones. La formación, sin embargo, es un tanto preliminar, pues
fraccionadas antes de entrar a las tumbas) y porque localización de las maquetas nos permite inferir que si corresponde a dos maquetas que Christopher Donnan
eran artefactos muy frágiles debido a su forma de elabo- bien fueron artefactos importantes en los rituales funer- registró en una colección particular y de las que solo
ración. arios, no se esperaba que sobrevivieran, de ahí su caráct- poseemos fotografías (30). Una diferencia adicional es que,
er efímero. Al igual que las figuras de papel de las cer- a diferencia de todas las maquetas encontradas arque-
Las maquetas arquitectónicas de San José de Moro son emonias por el Día de los Muertos en México, las ológicamente, estas parecen haber sido cocidas.
característicamente frágiles y, por lo tanto, podrían tener maquetas parecen haber sido hechas solo para cumplir
rasgos en común con otras piezas efímeras de uso ritual su propósito en el momento del entierro y luego desapa- Hasta ahora, las maquetas arquitectónicas halladas es-
Fig. 128
Botella Mochica Tardío de doble (29) Quilter, Jeffrey. “The Moche
cuerpo con representación de Revolt of the Objects”, Latin
estructura arquitectónica con American Antiquity 1(1): 42-65,
techo inclinado. Moldeado y 1990.
pintado. 18,4 x 10,1 x 21,4 cm.
Programa Arqueológico San José (30) McClelland, Donald. “Archi-
de Moro. tectural Models in Late Moche
Tombs”, Art.cit. Figs. 1-7.

Fig. 129
Botella Mochica Tardío de doble
cuerpo con representación de
estructura arquitectónica con
techo a dos aguas. Moldeado y
pintado. 15,4 x 11 x 25 cm.
Programa Arqueológico San José
de Moro.

Fig. 130
Maqueta del tipo Templo
Concéntrico hallada en San José
de Moro.

124 Modelando el mundo


125 Modelando el mundo
tuvieron asociadas con tumbas de cámara y bota de dos colocaron sobre los fragmentos que sirvieron como azaf- habitaciones, depósitos y plataformas. En San Ildefonso
de las tres fases del periodo Mochica Tardío, y con tum- ates, platos o lapas. En ocasiones se han hallado huesos y Cerro Chepén, en las laderas de las montañas, halla-
bas de cámara de la fase Temprana del periodo Transi- de cuyes sobre este tipo de lapas cerámicas, lo que las mos cientos de plataformas pequeñas, construidas con
cional. Las tumbas de la fase Transicional Temprana, si asociaría con el criterio de ser recipientes de ofrendas. A muros de contención, que definen una estrecha habit-
bien posterior al colapso de los mochicas en Jequete- su vez, esto corroboraría que las ofrendas tuvieron esen- ación adosada a las montañas, que más parece un an-
peque, guardan muchas semejanzas con la fase terminal cialmente la función de ser ofrendas funerarias. Una dén. En este último caso, la arquitectura doméstica hace
de la ocupación mochica, por lo que se las puede consid- función análoga tuvieron las lapas hechas de cucurbitá- uso intensivo de la piedra como material de construc-
erar, en numerosos aspectos, como una extensión de la ceas o mates de calabaza, que también se emplearon ción, lo que sorprende a algunos investigadores, puesto
época Moche. para contener artefactos pequeños y, aparentemente, que pensamos que la arquitectura Mochica tiene que ser
para presentarlos en las ceremonias funerarias. Las hecha de adobe. El trazo de este tipo de plataformas es
La distribución de las maquetas a lo largo de las fases diferencias señaladas, tanto en lo que concierne a las bastante poco ordenado y oportunista, pues se adecua a
nos permite entender cómo algunas de las diferencias formas de las maquetas como su correspondencia a var- la topografía de la ladera de la montaña, y los espacios
entre ellas se podrían deber a efectos cronológicos. La ias fases cronológicas, nos indican que estas piezas fuer- que se pueden construir de esta manera son, por lo gen-
gran mayoría corresponde a dos fases del periodo Mo- on evolucionando durante el periodo Mochica Tardío, eral, muy restringidos. Esta es la arquitectura típica-
chica Tardío, las fases A y C, es decir, la más temprana y quizás como reflejo en los patrones de diseño arquitec- mente Mochica que correspondería a las habitaciones
la más tardía. Durante la fase A, las maquetas se hal- tónico y decoración. donde moraban las personas de clase media y baja. No
laron solo en tumbas de cámara, tanto de hombres como encontramos ninguna similitud entre estas estructuras
Fig. 131
de mujeres, y están decoradas únicamente con dos colo- Individuos y territorios: las maquetas Mochica de residencias populares y los edificios representados en Vista de la quebrada norte de San
res, negro y blanco, siguiendo la convención de la cerámi- como metáforas de las relaciones sujeto-espacio las maquetas. Ildefonso, valle de Jequetepeque.
ca Mochica pictórica. Las maquetas encontradas en las
tumbas de la fase C aparecieron tanto en cámaras como En esta última sección volvemos a la pregunta que orig- En contraste con las habitaciones y viviendas, los tem-
en botas, muchas veces decoradas con pintura blanca, inó esta investigación: ¿Fueron las maquetas represen- plos y espacios públicos corresponden a un diseño arqui-
negra, amarilla y roja, y con pequeñas figuras modeladas taciones a escala de edificios que existieron en las épocas tectónico de orden totalmente diferente, con una mejor
en forma de animales, que habrían servido como ador- Mochica Tardío y Transicional y, si lo fueron, qué pudi- selección de materiales de construcción, un diseño rigu-
nos. eron significar más allá de representar a los edificios? roso y ordenado, y una ejecución mucho más profesional.
Durante los últimos siete años el Proyecto Arqueológico Edward Swenson hizo notar en su tesis doctoral (31) la
Una diferencia significativa es que mientras las maqu- San José de Moro se ha planteado estas preguntas, lo existencia de un pequeño templo de planta rectangular
etas de la fase C se modelaron en barro crudo directa- que nos ha forzado a adecuar nuestra estrategia de in- en el sitio de Portachuelo de Charcape, compuesto por
mente sobre una base cóncava de cerámica, las maqu- vestigación a la nueva problemática. dos plataformas alargadas sucesivas, unidas por una
etas Mochica Tardío A se elaboraron sin este tipo de rampa y dos banquetas laterales. Si bien esta estructura
base. La base parece ser un fragmento grande y rectan- Nuestras excavaciones en Cerro Chepén, Portachuelo de no presenta evidencias de un muro perimétrico o de un
gular de una paica o tinaja, que servía para almacenar Charcape, San Ildefonso y otros sitios Mochica Tardío acceso central, corresponde bastante bien al tipo de ma-
agua o chicha y que es una forma cerámica muy fre- nos permiten sacar algunas conclusiones. En primer queta que aquí hemos llamado Templo con Rampa (32). El
cuente en San José de Moro. Estos fragmentos grandes lugar, habría que señalar lo que las maquetas no son. En hallazgo de Swenson demostró que existe una relación
de paicas se usaron como base para otros conjuntos de San José de Moro, alrededor de las tumbas de cámara, inequívoca entre algunos componentes aislados de la
artefactos, particularmente grupos de crisoles que se encontramos una arquitectura abigarrada de pequeñas arquitectura Mochica Tardío y las maquetas de San José
Fig. 132
(31) Swenson, Edward. “Ritual Andean Archaeology III, North Vista del Templo con rampas y
and Power in the Hinterland: and South, pp. 112-142. Springer/ habitaciones laterales en la
Religious Pluralism and Political Plenum Press, Nueva York, 2006. quebrada norte de San Ildefonso,
Decentralization in Late Moche pp. 112-142. valle de Jequetepeque.
Jequetepeque, Peru”. Disertación
doctoral, División de Ciencias
Sociales, Universidad de Chicago,
Chicago, 2004.

(32) Edward Swenson. “San Ilde-


fonso and the ‘Popularization’ of
Moche Ideology in the Jequete-
peque Valley”, en Luis Jaime
Castillo et al. (Eds.). Arqueología
Mochica, Nuevos Enfoques. Lima:
Fondo Editorial de la Pontificia
Universidad Católica del Perú,
2008. pp. 411-432, y “Competitive
Feasting, Religious Pluralism, and
Decentralized Power in the Late
MochePeriod”, en William H.
Isbell y Helaine Silverman (Eds.),

126 Modelando el mundo


127 Modelando el mundo
de Moro, y desencadenó una búsqueda más sistemática este tipo de estructura es un tanto singular e inusual en representaciones de edificios reales, maquetas de arqui- blemáticos pudieron simbolizar los sitios en su totalidad.
de otros edificios que podrían corresponder con las ma- la arquitectura Moche en general y se ha atribuido a tectura, para usar el término que Santiago Uceda pro- En cualquier caso, las relaciones entre los individuos y
quetas representadas en San José de Moro. una influencia foránea, pero en las maquetas de San pone en el siguiente artículo. Hemos podido demostrar, los espacios construidos habrían sido metafóricamente
José de Moro se puede ver que su gestación es un pro- ojalá de manera convincente, la relación entre los edifi- materializadas a través de estos objetos. Si esta conclu-
Ahora bien, antes de salir a la caza de las estructuras, ceso gradual. cios y las maquetas de San José de Moro. Por otro lado, sión es correcta, entonces una tumba con múltiples ma-
era necesario caer en la cuenta de que los mochicas no establecimos las relaciones entre las maquetas y los ocu- quetas corresponderá a una persona que detentó una
habían copiado simplemente la arquitectura en artefac- El tercer tipo de maquetas, los Templos Concéntricos, pantes principales de las tumbas de cámara, mujeres y multitud de relaciones en diferentes lugares y que tuvo
tos de escala reducida, sino que, al trasladar las imá- parece tener correspondencia con un templo con las mis- hombres de alto rango social, para los cuales se produje- derechos sobre el uso de diferentes edificios. Por el con-
genes de lo real a lo representado, habían hecho una mas características, que se encuentra en la parte norte ron estos artefactos que fueron colocados en lugares es- trario, una tumba con una sola maqueta corresponderá a
serie de cambios que afectaban la escala de los mismos, del sitio amurallado de Cerro Chepén. En este caso, se peciales de sus tumbas. Esta relación es exclusiva y ex- un individuo que tuvo un ámbito circunscrito de control
los detalles de vanos y escaleras, y la inclusión o elimi- trata de una estructura aislada del resto de sitios, en cluyente, puesto que la inmensa mayoría de tumbas o actividad. Llama la atención, con todo, el caso de la
nación de elementos. Las maquetas no pretendían repre- una plataforma que se extiende como un espolón hacia el Mochica no presenta maquetas de ningún tipo, reser- tumba M-U30, que correspondía a una niña pequeña
sentar toda la complejidad del trazo urbanístico, sino noroeste. Sobre ella se ha construido una pared concén- vadas solo para aquellos individuos que merecieron un pero que, sin embargo, tenía múltiples maquetas en su
que se enfocaban en uno de los componentes, general- trica con una sola entrada hacia el norte, que rodea a entierro de gran complejidad. Finalmente, tratamos de ajuar funerario. Quizás las relaciones simbolizadas me-
mente el templo con rampa y, ocasionalmente, las hab- una habitación central dividida en dos cámaras con ban- demostrar que las maquetas, como los otros objetos que diante las maquetas son las que corresponden al estatus
itaciones aledañas (Fig. 131). No nos queda claro si esta quetas en las paredes. Las paredes están parcialmente se colocaron en las tumbas, debieron tener un carácter adscrito, es decir, a los lugares con los que los individuos
selección de un solo espacio fue deliberada o si, por el derruidas y de su forma original solo quedan las piedras, simbólico, es decir, representaron algo que va más allá habrían tenido alguna relación desde su nacimiento.
contrario, los mochicas concebían sus edificios como uni- por lo que el revestimiento de barro ha desaparecido de la sola materialidad de los objetos.
dades independientes, aisladas y autónomas. Las maqu- completamente, si es que alguna vez lo tuvo. El estudio de las maquetas Mochica Tardío de San José
etas más complicadas, que incluían templos con rampa y Nuestra conclusión es que las maquetas sirvieron como de Moro nos ha permitido profundizar en aspectos inso-
habitaciones aledañas, son menos frecuentes como ma- Es evidente que las maquetas de San José de Moro no representación simbólica de las relaciones que existían spechados sobre la forma en la que operaba la sociedad
quetas, pero también son menos frecuentes en los sitios son representaciones de edificios imaginarios, sino que entre las personas enterradas y edificios concretos de los moche en el valle de Jequetepeque, sobre su mundo sim-
arquelógicos. (Fig. 132). estarían representando a edificios de carácter religioso, y sitios que hemos señalado y, seguramente, de otros sitios bólico y la peculiaridad de sus prácticas funerarias, que
quizás administrativo, que existieron en los sitios mochi- que aún no hemos hallado o que han desaparecido. Estas sorprende por su complejidad. A medida que se hallen
La búsqueda de estas correspondencias nos llevó a en- cas más importantes del Jequetepeque. Las maquetas de relaciones pueden haber sido de muchos tipos, puesto nuevas maquetas en este y otros sitios y al ir comple-
contrar en una quebrada ubicada en el sector norte del San José de Moro no parecen tener correspondencia con que los individuos pudieron haber sido los propietarios, tando los mapas detallados de los sitios contemporáneos,
sitio de San Ildefonso, una contracción de edificios que los edificios que existieron en otras regiones mochicas, pudieron haber tenido derechos sobre estos edificios podremos afinar nuestra interpretación.
corresponden muy bien a los dos primeros tipos de ma- como la Huacas de la Luna o de Sipán. A medida que para ejecutar rituales o sacrificios, pudieron haber naci-
quetas. Ahora bien, los templos no son los únicos compo- nuestro estudio de estos sitios avance (en este momento do o vivido en ellos o, genéricamente, estos edificios em-
nentes, ya que abundan las plataformas, patios, mural- estamos excavando y elaborando los mapas detallados
las defensivas, cuartos cercados y otros elementos que de la arquitectura tanto en San Ildefonso como en Cerro
definen un plano absolutamente abigarrado (Fig. 133). Chepén), estoy seguro de que podremos establecer cor-
relaciones cada vez más certeras entre las maquetas y
Las correspondencias entre las maquetas, particular- edificios.
mente las que se hallaron en la tumba M-U1525 y los
edificios de San Ildefonso, son sorprendentes. Más aún, Aún queda por definir cuál pudo ser la función de estas

Fig. 133
Plano de planta de la quebrada
norte de San Ildefonso, valle de
Jequetepeque.

128 Modelando el mundo


129 Modelando el mundo
Fig. 136
Maqueta de barro no cocida
representando un recinto con
estrado techado. Modelado y
pintado. 16 x 17,7 x 19,4 cm.
Programa Arqueológico San José
de Moro.

Fig. 137
Maqueta de barro cocido
representando un recinto con
estrado principal techado.
Modelado y pintado. 18,3 x 25,6 x
25,5 cm. Programa Arqueológico
San José de Moro.

Fig. 134
Maqueta de barro cocido
representando un recinto con
estrado principal techado y con
paneles decorados. Modelado y
pintado. 14 x 27,6 x 25,4 cm.
Programa Arqueológico San José
de Moro.

Fig. 135
Perfil de la maqueta procedente
de la tumba M-U314.

Maquetas de columnas altas y base con la abertura rectangular, y también es podemos compararlas y verificar que dos, lo que hace que las maquetas sean vemos una decoración con cuadrados dado absolutamente ninguna indicación
cantaritos posible observar que el muro perimétrico entre ellas existen algunas variaciones aún más frágiles si pensamos que estuvi- blancos y un punto negro sobre un fondo de cómo fue su sistema de techado, ni de
está pintado en el interior y exterior. Los importantes, por ejemplo, una de ellas eron sostenidos por las delgadas colum- rojo al centro. las columnas o de los muros. A decir
Este conjunto de tres maquetas ha sido colores que se emplearon son el blanco, tiene banquetas en el patio, las otras no; nas. Sobre las columnas encontramos verdad, solo encontramos las bases de
agrupado porque se trata de ejemplares el negro y el rojo. Frente a la puerta hay solo una tiene un círculo en el centro del techos muy elaborados, que presentan Como se indicó en el texto general de los muros, las banquetas y patios, las
del mismo tipo formal, es decir, de las un patio, a los lados del cual aparecen, en patio, que podría haber sido la base para un frontis vertical en el alero frontal. En esta sección, esta forma de maquetas rampas y las plataformas superpuestas
maquetas del tipo descrito como Templo un caso, banquetas laterales. En el lado colocar una gran tinaja; una tiene un los tres casos se puede ver que en los tiene correspondencia con estructuras como mudos testigos de templos que en
con Rampa. Las tres piezas provienen de opuesto a la puerta vemos una estruc- muro a la derecha de la rampa, y sobre el extremos de este frontis aparecen unos halladas en Portachuelo de Charcape y su tiempo fueron vibrantes en su col-
dos tumbas Mochica Tardío C, por lo que tura escalonada compuesta por dos plat- muro se encontró la representación de elementos puntiagudos, que se asemejan San Ildefonso, dos sitios Mochica Tardío orido y decoración. De allí la gran impor-
se puede argüir que fueron fabricadas aformas superpuestas. La plataforma un ave; los patrones de pintura de las a las formas de decoración en techos que del valle de Jequetepeque. Es intere- tancia de estas maquetas, que devuelven
contemporáneamente. Dos de ellas se superior es mucho más estrecha que la paredes y los pisos es diferente en cada son típicas en la arquitectura Lam- sante ver, al comparar las maquetas, que algo de vida a estos restos y que nos
encontraron en la tumba de cámara M-U inferior y podría ser un trono. Las plata- caso. La diferencia mayor radica, sin bayeque (ver nota de la pieza xx). Esta no son idénticas entre sí y que, más bien, permiten entender un poco mejor a la
1525 que se describió más arriba, mien- formas también están pintadas en los embargo, en la forma y decoración del semejanza no es casual, y parecería que tienen suficientes diferencias como para sociedad del periodo Mochica Tardío.
tras la otra corresponde a la tumba de lados y en las superficies. El muro que techo. Las tres maquetas incluían un esta típica forma de decoración Lam- suponer que los edificios reales también (LJC)
bota M-U 314. Las maquetas del tipo está detrás de las plataformas está pin- techo que se sostenía, en un caso, sobre bayeque ya estaba en gestación durante fueron distintos entre sí. Más aún, estas
Templo con Rampa son las más frecuen- tado en dos colores, formando en un caso cuatro columnas delgadas y muy altas; el periodo Moche Tardío de San José de diferencias permitirían distinguir a unos
tes y, comparadas con las maquetas de una retícula. El patio y las plataformas en otro caso reposaba sobre ocho colum- Moro. El techo más elaborado es el de de otros en cada caso, particularmente a
los otros dos tipos, son las más simples, están unidos por una o dos rampas, que nas muy anchas, aunque estas estaban una de las maquetas de la tumba de cá- los mochicas que vivieron en esos tiem-
pues se representa solo una estructura dan el nombre a este tipo de maquetas. muy deterioradas; y en el caso de la ma- mara M-U1525, que presenta una decora- pos y que, seguramente, celebraron ritu-
rectangular, con un muro perimétrico abi- queta de la tumba de bota M-U314, sobre ción formada por líneas alternadas en ales en los templos. Lamentablemente,
erto en uno de los lados. En dos de los Puesto que contamos con tres ejem- dos columnas delgadas y el muro poste- blanco, rojo y negro. Sobre el frontis en los restos de los templos no ha que-
tres casos se puede ver un umbral sobre plares de maquetas del mismo periodo, rior. Los techos son elementos muy pesa-

130 Modelando el mundo


131 Modelando el mundo
Fig. 138 Fig. 139
Maqueta de barro cocido Vista general y dibujo de la tumba
representando un recinto con de cámara M-U729 en San José
techo a dos aguas. Modelado y de Moro.
pintado. 15,7 x 26,6 x 34,4 cm.
Programa Arqueológico San José
de Moro.

Maqueta del Templo de los Felinos caso en que el techo de una maqueta lumnas frontales y el voladizo del el- el conjunto anterior, y que mostraba una eta del Templo de los Felinos, en cambio,
está sostenido por tres hileras de colum- emento posterior, está inclinado hacia representación tridimensional de un ave. no se construyó sobre una base rígida de
La maqueta que se presenta aquí es una nas, cuatro al frente, tres en medio y adelante y remata en un pequeño frontis La presencia de estas dos representacio- cerámica, sino sobre una de cañas recu-
de las más inusuales en las tumbas de cuatro en la parte posterior. De las co- decorado con bandas en los tres colores nes en relieve nos permite pensar que es bierta de arcilla. La carencia de estas
San José de Moro, tanto por su forma lumnas no quedó prácticamente nada, ya recurrentes. El aspecto más inusual del posible llamarla la maqueta del Templo bases rígidas es común a todas las ma-
como por su decoración. Se trata de una que con el tiempo fueron pulverizadas techo es que sobre el elemento frontal de los Felinos. quetas de la fase Mochica Tardío A, lo
pieza del tipo Templo con Rampa, pues por el peso el techo, sin embargo, en la aparecen dos formas en relieve que po- que hace más difícil su conservasión.
presenta los rasgos formales típicos, es base se observan las huellas de los lugar- drían ser dos animales echados sobre Esta pieza difiere de las discutidas en el Aparentemente, la idea de usar fragmen-
decir, el muro perimétrico con una en- es donde se habían asentado. Las que sus costados, una pose generalmente conjunto anterior porque no se modeló tos de paicas como bases o azafates para
trada, las banquetas laterales, las dos aparecen aquí fueron reintegradas en el reservada para felinos. Lamentable- sobre un objeto rígido que le sirviera transportar dentro de la tumba ofrendas
plataformas superpuestas en el lado proceso de restauración. mente, estos dos relieves están incom- como base. Las maquetas discutidas en de diferente forma y tamaño no apareció
opuesto al acceso y la pequeña rampa pletos, pues les faltan las cabezas, pero el conjunto anterior y, en general, las hasta después. (LJC)
que permite subir desde el patio hasta la El techo está compuesto por dos grandes todavía se puede ver que tienen cuatro maquetas de los periodos más tardíos
parte superior de las plataformas. Todos elementos, que juntos, forman una es- patas y una larga cola, lo que correspon- (Mochica Tardío C y Transicional Tem-
estos elementos están profusamente tructura de doble agua. El elemento pos- de con la representación de pumas. Este prano), tienen en común el hecho de que
pintados con detalles en color blanco, terior, inclinado hacia atrás y sostenido tipo de decoración es en extremo inusu- se construyeron sobre un fragmento
rojo y negro, pero lo que distingue a esta por las columnas centrales y posteriores, al, y ni siquiera podíamos imaginarnos grande de paica o tinaja. Estos fragmen-
maqueta de otras es que estos compo- está decorado por anchas bandas blan- que pudiera existir en un edifico real. tos eran cortados en formas cuadrangu-
nentes están achatados, pues la maqueta cas y rojas delineadas por líneas negras. Ahora bien, el único antecedente que lares, pero conservaban la curvatura
prioriza un elaboradísimo techo sosteni- El elemento frontal, un poco más angosto tenemos para esta clase de decoraciones propia de la paica, por lo que las bases
do por once columnas. Este es el único que el posterior y sostenido por las co- en una maqueta es el que se discutió en de estas maquetas son curvas. La maqu-

132 Modelando el mundo


133 Modelando el mundo
Fig. 140
Maqueta de barro cocido
representando cuatro recintos
contiguos decorados. Modelado y
pintado. 15 x 30,3 x 25,6 cm.
Programa Arqueológico San José
de Moro.

Fig. 141
Perfil de la maqueta del tipo
Templo con rampa procedente de
la tumba M-U1525.

Maqueta de la Tumba M-U1525 esos casos, el espacio principal en esta alargada que hay al lado derecho del mediante una entrada formal de corte decorativos figurativos deben haber sido
representación arquitectónica está com- templo y a la primera de tres habitacio- cuadrangular. Finalmente, la tercera hab- Como sucedió en el caso de otra maqu- distintivos y característicos en este caso.
La maqueta que tenemos aquí es una de puesto por un área rectangular, con mu- nes en la parte posterior. Este tipo de itación posterior no parece tener acceso eta de Templo con Rampa discutida más Esto es evidente en el tamaño que tiene
las más grandes y complejas halladas en ros perimétricos y un acceso frontal que acceso es muy inusual e inesperado, directo desde el complejo de habitacio- arriba, en este caso el elemento más este frontis con relación a otros compo-
San José de Moro. Esta se encontraba en conduce a un patio con plataformas su- puesto que no hay antecedentes en nin- nes, por lo que cabría pensar que se ac- significativo es el techo, por su decora- nentes representados, tales como el
uno de los nichos de la tumba de cámara perpuestas, y con una rampa que permite guna otra representación o en algún cedía a él desde afuera. Lamentable- ción pictórica y por su elemento frontal. muro perimétrico, que tiene la misma
Mochica Tardío C M-U1525 (Fig. 127 a-c). acceder hasta la plataforma más alta. edificio Mochica hasta hoy estudiados. mente, la pared posterior de esta Este techo se habría sostenido sobre dos altura que el frontis. Otro rasgo distintivo
A diferencia de los otros nueve nichos de Como en otros casos, tanto el piso como Más aún, esta forma de acceso permitiría habitación no se conservó, por lo que no columnas ubicadas a ambos lados del de esta maqueta es que en el techo se
esta tumba que estaban repletos de cera- los muros y el techo están decorados con entender por qué a veces, en edificios podemos saber si efectivamente daba templo con rampa, y se apoyaría en el pueden ver unos agujeros que penetran
mios, crisoles, huesos humanos y ani- pintura blanca, negra y roja. Lo que dis- reales, pareciera que las habitaciones no hacia afuera. La habitación ubicada al muro posterior, lo cual no queda del todo en la arcilla. No nos queda claro si estos
males, el décimo contenía solo la maqu- tingue a esta maqueta es que, además tienen comunicación entre sí, puesto que lado del templo presentaba una decora- claro, puesto que no hay forma de colo- hoyos fueron hechos para permitir que la
eta, razón por la cual se preservó del templo con rampa, tiene otras cuatro solo encontramos las bases de los muros, ción simple y parecería representar una carlo en su sitio. El techo mismo está arcilla tuviera mejores condiciones de
magníficamente bien. Esta, al igual que habitaciones, una al costado derecho del pero estos no parecen presentar vanos suerte de depósito. En cualquier caso, se decorado por líneas o bandas de color en secado, o si se crearon cuando la arcilla
las otras pertenecientes al mismo perio- templo y tres más en la parte posterior. entre las habitaciones. asemeja a incontables habitaciones es- que se alternan los tres colores básicos, todavía estaba húmeda, con plumas u
do, fue modelada encima de una pieza trechas y alargadas que son típicas de la blanco, negro y rojo. En el frontis apare- otros adornos. (LJC)
curva de cerámica, un pedazo grande y El acceso entre el templo con rampa y las La existencia de estas entradas haría que arquitectura de Chan Chan. Dos de las cen diseños triangulares intercalando el
rectangular de una gran tinaja, que fue habitaciones es posible no a través de el acceso entre habitaciones sea más habitaciones posteriores presentaban rojo y el negro, decorados a su vez con
cortado a propósito como soporte. puertas convencionales, es decir, de sec- fluido, pues se pueden abrir y cerrar pintura mural, compuesta por elementos puntos blancos y con unas inusuales
ción rectangular, sino más bien a través dependiendo de las necesidades y no decorativos y paneles de color. La habit- imágenes pintadas en forma de cabezas
La maqueta representa cinco espacios, de horadaciones ovaladas en las paredes. conformarían entonces planos fijos y ación central tenía, además, una banqu- de pájaros o serpientes. Al igual que en
de los cuales el principal y más grande es Se puede ver claramente dos de ellas en rígidos. A diferencia de estos accesos eta pintada de rojo en un extremo. el Templo de los Felinos, estos elementos
un templo muy semejante al de las ma- las paredes posterior y lateral derecha informales, el acceso entre la primera y
quetas de Templo con Rampas. Como en del templo, que conducen a la habitación segunda habitación posterior se hace

134 Modelando el mundo


135 Modelando el mundo
Fig. 143
Fig. 142 Botella Mochica que representa a
Botella Mochica que representa a divinidad con colmillos cogiéndose
divinidad cogiéndose el cabello el cabello dentro de estructura
dentro de estructura con elementos marinos. Moldeado
arquitectónica con elementos y pintado. 20,5 x 11,7 x 19,8 cm.
marinos. Moldeado y pintado. 19,5 Museo Nacional de Arqueología,
x 13,1 x 18,4 cm. Banco Central de Antropología e Historia del Perú.
Reserva del Perú. Ministerio de Cultura del Perú.

Edificio rectangular con Aia Paec laván- pintura roja y blanca, y por elementos formados por complejas configuraciones por qué Aia Paec, un ser divino aparente-
dose el pelo triangulares en el otro. En un caso, las de adobes. El ejemplo más notable es el Intentar una interpretación de esta rep- mente invulnerable e inmortal, es repre-
caras laterales del edificio están decora- muro perimétrico en el extremo norte resentación no es sencillo, ya que esta sentado en estas piezas en una actitud
En estas singulares botellas del periodo das con representaciones de aves de del patio ceremonial, que contenía la escena donde Aia Paec aparece aco- tan paradójicamente expuesta? Quizás,
Mochica IV, se representa a un personaje pico largo. La estructura contiene lo que tumba de la Señora de Cao (Fig. XX), en modándose el pelo no se asocia con nin- en su caso, exponer la cabellera no es
con colmillos, posiblemente Aia Paec, parece ser una piscina, ya que es un el que los adobes se han colocado para guna estructura narrativa conocida, sea sinónimo de debilidad, sino que se asocia
que está manipulando su cabellera, aco- pozo hundido cuadrangular sin escaleras. formar elementos escalonados. ritual o mítica. Cabe apuntar que el pelo a una concepción alterativa. En algunas
modándola o quizás aseándola. La es- es de singular importancia en la repre- representaciones se ve a mujeres míti-
cena transcurre en el interior de una El personaje con colmillos se encuentra Además del personaje principal, que sentación de personajes masculinos, ya cas, también representadas con grandes
estructura muy singular, que vale la pena sentado en el borde de la piscina, con las aparece acomodándose el pelo y des- que los mochicas eran muy cuidadosos colmillos, peinándose o arreglándose el
explicar en detalle. La base de las piezas piernas dentro de ella. Se accede a lo nudo de la cintura para arriba, también de no mostrarlo, a menos que el person- pelo. De dicho pelo salían liendres o pul-
tiene forma cúbica, con los lados decora- alto de la estructura, donde está la pi- figuran otros personajes menores y me- aje representado haya sido derrotado en gas que se transformaban en seres hu-
dos con representaciones de seres mari- scina, desde la cara frontal, a través de nos elaborados. Se trata de figuras hu- un combate ritual, donde el rito parece manos, lo que las acercaría a las narra-
nos naturales: una raya en la parte pos- una estrecha escalera. La estructura es manas ataviadas con tocados simples de haber consistido precisamente en der- ciones que el padre Calancha recogió en
terior, peces con grandes colmillos en las singular, puesto que no se ha hallado tela. En un caso, están llevando una ribar el tocado del oponente y hacer el norte, que explicaban el origen de la
caras laterales y dos focas o leones ma- nada parecido en los múltiples sitios suerte de saco en la espalda, anudado a visible la cabellera. También muestran el humanidad precisamente de las liendres
rinos en la cara frontal. Sobre la cara Mochica excavados. Sí se han encontrado la altura del cuello. En otro caso, además pelo los sacrificados, algunos de los cu- que salían de la cabellera de una mujer
superior se levanta un edificio de planta escaleras como las que aparecen en esta de los personajes menores, aparecen ales son arrojados desde altas montañas. mítica. (LJC)
cuadrangular rodeado por un muro peri- estructura en sitios como Huancaco y cántaros de los que usualmente se aso- Es decir, exhibir la cabellera parece haber
métrico formado, en un caso, por el- Huaca de la Luna, y también se han hal- cian con la producción de chicha o con el sido un signo de vulnerabilidad que inevi-
ementos escalonados que intercalan lado muros perimétricos decorados o almacenamiento de agua. tablemente conduce a la muerte. ¿Pero

136 Modelando el mundo


137 Modelando el mundo
Fig. 144
Cetro de cobre fundido con
representación de un palacio en
miniatura con techo a dos aguas.
96 x 16,5 x 13 cm. Museo Tumbas
Reales de Sipán, Lambayeque.
Ministerio de Cultura del Perú.

Fig. 145
Reconstrucción del remate del
cetro de Sipán.

Pieza Comentada: Cetro en forma de evaron el resto del contenido. cones, es decir, columnas que apr- por la escala parece ser considerable, se aún porque elementos decorativos de
templo (Tumbas Reales) ovechan la ramificación de la madera observa un techo a dos aguas sostenido este tipo no existen en otros sitios o
Luego de su limpieza se pudo apreciar para usar su natural forma de letra Y. Los por cuatro columnas semejantes a las artefactos. Esta coincidencia ha hecho
El cetro decorado con una detallada ima- que el edificio que aparece representado horcones, que se han usado tradicional- que aparecen en la columnata y por el pensar que quizás el cetro represente un
gen de un templo y columnata, que se es un templo techado, rodeado de dos mente en la costa norte para erigir edifi- muro posterior. Sobre el techo pueden templo que existió en algún momento en
recuperó de la tumba saqueada de Sipán, hileras paralelas de columnas que sos- cios, soportan vigas sobre las que se verse unos elementos decorativos com- la misma plataforma funeraria de Sipán,
es sin duda una de las representaciones tienen techos ligeros y planos, decorados levantaban techos ligeros. En realidad, no puestos por inusuales cabezas humanas donde fueron encontradas las tumbas
arquitectónicas Mochica más impor- a su vez con elementos en forma de ca- se trata de una sola estructura sino de rematadas con cuernos. Estas figuras reales. Por lo tanto, el cetro sería, en
tantes y complejas que existe. En este bezas de porras. Estos elementos corre- cuatro, siendo las laterales mucho más son muy raras por su forma y por su realidad, una maqueta del templo que
conjunto se han reunido tanto el cetro sponden a las piezas hechas en cerámica largas que la frontal y posterior. ubicación. Sin embargo, y para sorpresa existió en Sipán, de la misma manera
como una serie de elementos decorativos que se encontraron en Sipán, o las que de todos, las excavaciones en Sipán per- como se ha planteado aquí (2) que las
encontrados en las excavaciones realiza- posee el Museo Larco (Fig. 147). Al verlas En el centro de la representación, rodea- mitieron recuperar los otros elementos maquetas encontradas en las tumbas de
das en Sipán y en las colecciones del caemos en la cuenta de que se trataba, do por los techos y columnas, aparece decorativos en cerámica que aparecen en San José de Moro representan también
Museo Arqueológico Rafael Larco Her- en realidad, de decoraciones que se co- una estructura totalmente diferente, que este conjunto, es decir, piezas cerámicas templos que existieron en sitios como
rera, que ayudan a entender la estruc- locaban sobre los techos a intervalos se erige por encima del nivel de los te- donde se puede ver una cabeza humana Cerro Chepén o San Ildefonso. Más aún,
tura que aparece en el cetro. El cetro, regulares, seguramente para evocar al- chos periféricos. Se trata de una peque- con cuernos, que tiene el borde externo el hecho de que se haya incluido maqu-
como se lo ha llamado, está elaborado en gún aspecto relacionado con las activi- ña plataforma compuesta por un piso de aserrado (Fig. 146). etas en estas tumbas de élite parece ser
cobre y fue encontrado por Walter Alva y dades de la guerra o la caza. En la figura dos niveles y un muro en la parte poste- una característica de los rituales funer-
su equipo en 1987 en uno de los lados de reconstructiva (Fig. 145) se puede ver rior, decorado con un calado que toma la La coincidencia entre los elementos dec- arios de élite en la costa norte y de los
la tumba, afortunadamente olvidado por con detalle la forma que tenía el techo, forma de una conocida escena mítica. orativos encontrados y los representados cultos de los ancestros. Esto se puede
los huaqueros que destruyeron y se ll- con las columnas terminando en hor- Sobre la estructura y a una altura que en el cetro es demasiado cercana, más verificar en las maquetas Chimú encon-

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Fig. 149
Botella Lambayeque con
representación de personaje
sentado dentro de estructura y
decoración de cabezas de porras
en el techo. Técnica. 18,8 x 11,8 x
17,9 cm. Museo Larco, Lima.

Fig. 146 Fig. 147


Escultura ornamental Escultura ornamental
arquitectónica con representación arquitectónica que representa
de una cabeza antropomorfa con cabeza de porra. Moldeado. 32 x
apéndices. TECNICA. MEDIDAS. 16,5 x 16 cm. Museo Larco, Lima.
Museo Tumbas Reales de Sipán,
Lambayeque. Ministerio de
Cultura.

Fig. 150 Fig. 151


Botella Mochica que representa Dibujo en línea fina de una escena
una estructura arquitectónica con de intercambio en la que el
motivos de cabezas porras en el personaje principal se encuentra
techo. Moldeado y pintado. 21 x 13 bajo una estructura de techo con
x 19 cm. Colección Óscar motivos de porras. Moche Archive,
Rodríguez Razzetto-Figuerola. UCLA.

tradas en la Huaca de la Luna (3), donde Modelos arquitectónicos rales y en todo tipo de artefactos cer- un techo a dos aguas, mientras que la
una de las ofrendas que se presenta a los emoniales. En la Huaca El Brujo, por parte posterior tiene un techo de una
ancestros es una representación a escala En esta botella Mochica procedente de la ejemplo, aparece en asociación con el sola inclinación. Como es costumbre en
de edificios. Del mismo modo, en repre- región Mochica Sur, se representa un nivel en que se encontró la tumba de la la arquitectura Mochica de habitaciones
sentaciones iconográficas del tema del edificio con un techo muy elaborado y Señora de Cao. y conjuntos residenciales, hay aperturas
entierro y de una ceremonia de present- pintura mural. La botella tiene un cuerpo entre las paredes y los techos. Las es-
ación, ambas del periodo Mochica Tardío ovoide, con decoración pictórica en for- El life es el motivo más frecuente en la tructuras que combinan techos con in-
y del estilo característico de San José de ma de figuras triangulares que se pueden decoración de las paredes con y sin re- clinaciones distintas son frecuentes en
Moro (Fig. 148), se pueden ver represen- reconocer como representaciones del lieve de los patios ceremoniales. También las representaciones Mochica de arqui-
taciones de pequeñas estructuras, edifi- life, un pez de agua dulce abundante en figura de manera notable en la Huaca de tectura de alto rango. (LJC)
cios a escala, debajo y detrás de la es- los recodos de los ríos de la costa, en las la Luna, particularmente en sus niveles
tructura principal, donde un importante albuferas y los pantanos. Durante épocas más tempranos de ocupación. En este
personaje está recibiendo ofrendas. Apa- de calor y lluvia, especialmente durante caso, la representación de lifes en-
rentemente, estas pequeñas estructuras los fenómenos del Niño, los lifes son muy trelazados, formando intrincados diseños
podrían ser maquetas que figuran con- abundantes. Todavía se puede consumir geométricos no se restringe al cuerpo de
spicuamente en los rituales mochicas, lifes en los restaurantes tradicionales, la botella, sino que el mismo diseño apa-
particularmente en los rituales de la particularmente en la zona de Huabal, a rece decorando las paredes y el techo de
muerte. (LJC) Fig. 148 orillas del río Jequetepeque. Para los la estructura. Esta es una construcción
Dibujo en línea fina de la mochicas, este pez debió haber tenido un rectangular que parece tener dos seccio-
(No hay nota 1) Ceremonia del Entierro. significado especial, puesto que figura nes o una división interna. La parte fron-
(2) Ver Castillo en este volumen. Moche Archive, UCLA.\
con frecuencia en representaciones mu- tal donde está la puerta de entrada tiene
(3) Ver Uceda en este volumen
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