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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES


ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE ARQUEOLOGÍA

“LA CERÁMICA MOCHICA TARDÍO DE HUACA BANDERA: TIPOLOGÍA


POLITÉTICA Y MODELOS INTERPRETATIVOS.”

TESIS PARA OPTAR EL TÍTULO PROFECIONAL DE LICENCIADO EN


ARQUEOLOGÍA

AUTOR:

Br. ANDRES ZARIFT RISCO SEMPERTEGUI

ASESOR:

Lic. SEGUNDO VÁSQUEZ SÁNCHEZ

TRUJILLO – PERÚ

2016
AGRADECIMIENTOS

La redacción de esta tesis ha sido posible gracias al apoyo desinteresado


de muchas personas. Quisiera empezar agradeciendo a mi asesor, Segundo
Vázquez, quien me apoyó continuamente y cuya recomendaciones han sido de
los más útiles para realizar este trabajo de la mejor manera. Asimismo a mis
profesor y miembros del jurado Santiago Uceda y Horna Clavo quienes me
brindaron sus enseñanzas en base a observaciones para mejor este trabajo.
También quiero agradecer al arqueólogo Carlos Wester, director de Museo
Arqueológico Nacional Brüning por brindarme las facilidades y apoyo constante
en este proceso, al arqueólogo Manuel Curo, director del Proyecto investigación
Arqueológico Huaca Bandera por sus enseñanzas, apoyo y amistad, que fueron
determinantes en mi formación profesional. Al equipo de trabajo del PIAHB,
especialmente al arql. Jorge Rosas y Denisse López.

También quiero manifestar mi más sincero agradecimiento a Sam


Ghavami, que me ha brindado su apoyo con sus comentarios a todas mis
interrogantes que le exponía. Agradezco a mis compañeros “tertulianos” Hoover
Rojas, Héctor Aguinaga y Lorena Toledo por las innumerables reuniones de
debate y cuyas opiniones me guiaron parte del proceso. Mi especial gratitud a
Leisy salinas quien siempre me alentó para culminar este trabajo y me brindo
desinteresadamente su apoyo infinito en todo los aspectos.

Finalmente, y sin duda lo más significativo, agradezco el apoyo


incondicional de mi familia.
PRESENTACIÓN

Cumpliendo con los requisitos señalado en el Reglamento de Grados y


Títulos de la Facultad de Ciencias Sociales, Escuela Académico Profesional de
Arqueología de la Universidad Nacional de Trujillo; presento ante ustedes
SEÑORES MEMBROS DEL JURADO DICTAMINADOR, el informe final de
Tesis titulado: “La Cerámica Mochica Tardío de Huaca Bandera: Tipología
Politética y Modelos Interpretativos”, para optar por el título de Licenciado en
Arqueología.

La presente investigación tiene por objeto, comprender la situación social


y los cambios en la alfarería en Huaca Bandera durante el periodo final del
Mochica Tardío. Este acercamiento se hace a través del análisis ceramográfico
dando como resultado una tipología que identifica las características y rasgos
más representativos de la cerámica del sitio. Posterior a ello, se realizó
comparaciones de los resultados con otras muestras de cerámica
contemporáneas al sitio, para establecer semejanzas o diferencias entre los
distintos componentes.

El presente texto representa unos de los primeros trabajos de


investigación para el sitio, el cual está sujeto hacer ampliadas con futuras
investigaciones así como a la evaluación y discusión de éste. Sin embargo es el
deseo de esta investigación, sumarse al esfuerzo de los arqueólogos dedicados
a la investigación de las sociedades que se desarrollaron en esta región, y en
especial de la sociedad Mochica, sin cuyos conocimientos este proyecto no sería
posible.

Dejo por lo tanto a vuestra consideración, la evaluación de este proyecto,


contando con la justicia de su calificación.

El Autor.
RESUMEN

Esta investigación contribuye el carácter que presento la última etapa del


Mochica Tardío y su interacción con el Horizonte Medio en la región
Lambayeque. Se enfoca en el sitio de Huaca Bandera considerado el último
centro ceremonial Mochica ubicado en valle de Motupe – La Leche, el cual
presenta un registro amplio para contextualizar la interacción durante dicho
periodo. Las evidencias en la arquitectura, la iconografía y principalmente en la
cerámica demuestra una influencia por lo menos estilísticamente de sociedades
foráneas del Horizonte Medio. Mediante el análisis ceramográfico y el desarrollo
una tipología politética se identificó tres grupos estilísticos bien marcado:
cerámica de estilo local (Mochica Tardío), cerámica de estilo foráneo (Wari
derivado) y cerámica post-Mochica (Transicional). Estas características de la
cerámica del sitio nos brinda importante información para entender el proceso
que se dio al final del Mochica Tardío, donde estilo locales conviven y se
entremezclan con estilo foráneos gestando así el inicio de un nuevo estilo que
posteriormente se conocerá como Lambayeque.
ABSTRACT

This contribution investigates the character that I present the last stage of
Late Moche and its interaction with the Middle Horizon in the Lambayeque region.
It focuses on the site of Huaca Bandera considered the last Mochica ceremonial
center located in Valley Motupe - La Leche, which has a long record to
contextualize the interaction during that period. The evidences in architecture,
iconography and mainly in ceramics demonstrates at least stylistically influence
of foreign societies in the Middle Horizon. Through ceramic analysis and
development of polythetic typology, three well marked stylistic groups were
identified: Local ceramic style (Late Moche), ceramic foreign style (Wari
derivative) and post-Mochica ceramic (Transitional). These peculiarities pottery
provides important information to understand the process that gave the end of
the Late Moche, where local style coexist and intermingle with outsiders style
and gestating the beginning of a new style that would later be known as
Lambayeque.
ÍNDICE

AGRADECIMIENTOS
PRESENTACIÓN
RESUMEN
ABSTRACT
ÍNDICE
ÍNDICE DE CUADROS
ÍNDICE DE FIGURAS

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………….1

PRIMERA PARTE: GENERALIDADES

CAPÍTULO I: MARCO GEOGRÁFICO………………………………………………………………5

1.1. Ubicación y descripción general……………………………………………………………6


1.2. Climatología…………………………………………………………………………………..6
1.3. Formación ecológica………………………………………………………………………...6
1.4. Hidrología………………………………………………………………………………...…...7
1.5. Aspectos geológicos y geomorfológicos………………………………………………….10
1.6. Fauna…………………………………………………………………………………………13
1.7. Flora…………………………………………………………………………………………..14
1.8. Vías de Acceso……………………………………………………………………………...14
1.9. Ubicación y Descripción Preliminar de las Áreas………………………………………..15

CAPITULO II: ANTECEDENTES DE INVESTIGACIONES…..................................................17


2.1. Los Mochicas: Historia, cronología y antecedentes……………………………………..17
2.2. El Mochica Tardío y el Transicional ………………………………………………………25
2.3. Antecedentes de investigación de Huaca Bandera – Pacora antes del 2010……….40
2.3.1.Datos etnohistóricos…………………………………………………………………..40
2.3.2.Primeras investigaciones arqueológicas en Huaca Bandera antes del 2008…..42
2.4. Investigaciones del Proyecto Arqueológico Huaca Bandera (2010 – 2013)…………44

SEGUNDA PARTE: ASPECTOS TEÓRICOS

CAPITULO III: MARCO TEÓRICO…………………………………………………………….……54


TERCERA PARTE: EXCAVACIÓN

CAPÍTULO IV: DESCRIPCIÓN DE LOS NIVELES ESTRATIGRÁFICOS Y ELEMENTOS


ARQUITECTÓNICOS………………………………………………………………..…………….…67

5.1 . Excavaciones en el Sector Norte – Huaca Bandera…………………………….…….67


5.2 . Estratigrafía de Sector Norte…………………………………………………...….…….68
5.2.1 Sector Área Norte 2……………………………………………………….………68
5.2.2 Sector Este…………………………………………………………………………70
5.2.3 Sector Área Norte 1……………………………………………………………….73
5.2.3.1 Sector Área Norte 1 – Montículo 01…………………………………….76

CUARTA PARTE: ASPECTOS METODOLÓGICOS

CAPITULO V: METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN……………………………………....79

4.1 . Procedimiento de la investigación………………………………………………………...79


4.1.1 Tipología Politética………………………………………………………..…….….82
4.1.2 Tipos y Variantes…………………………………………………………………...85
4.2 . Criterios morfológicos utilizados en la descripción formal del material
ceramográfico………………………………………………………………………………..86

QUINTA PARTE: ANALISIS Y TIPOLOGIA DE LA CERAMICA DE HUACA


BANDERA

CAPÍTULO VI: ANÁLISIS DE LA CERÁMICA………………………………………………...….88

6.1 . Los Fragmentos……………………………………………………...……………………..88


6.1.1 Análisis Morfológico………………………………………………………………....89
6.1.1.1 Variedad Espacial………………………………………………...……...105
6.1.2 Análisis Tecnológico………………………………………………………………..108
6.1.2.1 Análisis Granulométrico…………………………………………….…....108
6.1.2.2 Análisis de las pastas y cocción de la cerámica……………………....111
6.1.2.3 Análisis del tratamiento superficial …………………….…………….…113
6.1.2.4 Análisis del grosor de la pasta…………………………….………….…115
6.1.3. Análisis Decorativo…………………………………………………………….…...117
6.1.3.1 Análisis de Estilos y Filiación Cultural.................................................121
6.1.4. Comentarios………………………………………………………………………...123
6.2 . Cerámica Completa……………………………………………………………………...125
6.2.1. Estudio Morfológico……………………………………………...………………...136
6.2.1.1 Análisis de la variedad espacial…………………………………………138
6.2.2. Análisis Tecnológico…………………………………………………………..…...144
6.2.2.1 Estudio granulométrico de temperantes……………………………….144
6.2.2.2 Estudio cocción y color de pasta de la cerámica……………………...145
6.2.2.3 Análisis del tratamiento superficial………………………………...…..146
6.2.3. Análisis Decorativo…………………………………………………………….….147
6.2.3.1 Análisis de Estilos y Filiación Cultural………………………………...148
6.2.4. Comentarios……………………………………………………………………….149

CAPÍTULO VII: TIPOLÓGICA POLITETICA…………………………………………………….151

7.1. Cantaros………………………………………………………………………….….….151
7.2. Ollas………………………………………………………………………………….….157
7.3. Botellas………………………………………………………………………....……….165
7.4. Tinajas…………………………………………………………………………………....173
7.5. Platos……………………………………………………………………………….……177
7.6. Escudillas…………………………………………………………………………….….182
7.7. Vasos…………………………………………………………………………………….183
7.8. Cuencos………………………………………………………………………..………..186

SEXTA PARTE: RESULTADOS Y DISCUSIÓN

CAPÍTULO VIII: ESTILOS Y CARACTERÍSTICAS ALFARERAS DE HUACA


BANDERA………………………………………….…………………………….188

8.1. Cerámica de Estilo Local (Mochica Tardío)………………………………………...188


8.2. Cerámica de Estilo Foráneo (Wari derivado)…………………………………..….193
8.3. Cerámica de Estilo Post-Mochica (Transicional)………….…………………….....197
8.4. Características alfareras……………………………………………………….……..200

CAPÍTULO IX: COMPARACIONES CON OTROS ESTILOS MOCHICAS


CONTEMPORANEOS……………………………………………………………202

CAPÍTULO X: LOS MOCHICAS DE HUACA BANDERA……………….……………………..207

CAPITULO XI: CONCLUSIONES……………………………………………………………...….214

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………………….…….216

ANEXOS
ÍNDICE DE CUADROS

Cuadro 1: Cuadro general por formas de toral de fragmentería de


cerámica registrada por Sectores……………………………………………….…...104
Cuadro 2: Fragmentos cerámicos según su granulometría por formas…………….……..…110
Cuadro 3: Fragmentos cerámicos según su cocción por formas……………………..……....112
Cuadro 4: Fragmentos de cerámica según su tratamientos superficial por formas………...114
Cuadro 5: Fragmentos de cerámica según rangos de grosor de pasta por formas………...116
Cuadro 6: Fragmentos cerámicos según su decoración……………………………………....119
Cuadro 7: Tipos de decoración según las formas de los fragmentos….………………….….120
Cuadro 8: Fragmentos de cerámica según su filiación y estilo cultural……………….……...122
Cuadro 9: Cuadro general por formas de toral de fragmentería de cerámica
registrada por Sectores……………………………………………………………….138
Cuadro 10: Vasija completas según su granulometría por formas…………………………...144
Cuadro 11: Vasijas de cerámicos según su cocción por formas………………………..……145
Cuadro 12: Vasijas de cerámica según su tratamiento superficial por formas……….…….146
Cuadro 13: Vasijas de cerámica según el tipo de decoración……………………………..…147
Cuadro 14: Vasija de cerámica según su filiación y estilo cultural………………………..…148
Cuadro 15: Cronología relativa de Huaca Bandera………………………………………..….209
ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1: Vista geográfica de los valles de Lambayeque (Tomada del Google


Earth 2015)…………………………………………………………………………………….5
Figura 2: Ubicación del Complejo Arqueológico Huaca Bandera, en la
Carta Geográfica Hoja Jayanca 13D………………………………….……………………9
Figura 3: Vista panorámica del valle Motupe-La Leche y sus principales ríos con relación
al Complejo Arqueológico Huaca Bandera (Tomada del Google Earth 2015)………....9
Figura 4: Plano sectorizado del Complejo Arqueológico Huaca Bandera indicando las
Áreas de donde proviene la muestra ceramográfica………………………………..……16
Figura 5: Mapa de los sitios Mochicas más importaste en la costa norte del Peru.
(Tomada de castillo 2012)…………………………………………………………...………17
Figura 6: Zorro sentado. Extraída de Donnan et al. (1991)…………………………………………18
Figura 7: Botella asa estribo con pintura Línea Fina. Extraída de Donnan et al. (1991)………..18
Figura 8: Secuencia Cultural de la costa norte planteada por Rafael Larco (Tomada
de Castillo 2012)……………………………………………………………………………...20
Figura 9: Fases estilísticas de la cerámica Mochica, según Rafael Larco (Tomada
de Donnan et al. 1991)………………………………………………………………………20
Figura 10: Cuadro comparativo de la secuencia de los estilos Mochica Norte
y Mochica Sur (Tomada de Castillo et al.)……………………………………………….23
Figura 11: Cuadro cronología Mochica considerando los valles de la costa norte y los
diferentes estilos que interactúan. Se indican también algunos de los
sitios característicos para cada periodo (Extraído de Castillo 2012: 368)………..….24
Figura 12: Vasijas de cocción reductora con representaciones geométricas registradas en
Galindo (Tomadas de Bawden 1996)……………………………………………….…...26
Figura 13: Sitio de Pampa Grande con una extensión de cuatro kilómetros cuadrados
ubicado en el cuello del valle Chancay-Lambayeque (Tomada de Castillo 2012)….28
Figura 14: Fragmentos de botellas de asa estribo decorados con Línea Fina, registradas
en Pampa Grande. (Tomada de Rojas y Johnson 2006)…………………………...…28
Figura 15: Especímenes Típicos para la fase Mochica Tardío A (arriba izquierda); Mochica
Tardío B (arriba derecha); Mochica Tardío (Abajo izquierda). Tomada de
Castillo 2000………………………………………………………………………………..32
Figura 16: Ofrendas provenientes de una tumba tipo Foso de la fase Transicional
Temprano; presencia de botellas reductoras de estilo Post-Mochica, platos
Cajamarca costeño y artefactos de textileria…………………………………………...35
Figura 17: Cerámica del Transicional Tardío………………………………………………….……..35

Figura 18: (A) fragmento de cerámica de estilo Viñaque encontrada en Huaca Soledad,
Batan Grande. (B) y(C) fragmentos del mismo estilo huaqueados en San José
de Moro. (D) Pareja de felinos sentados de frente sobre una vasija del estilo Sican
Temprano prevenientes de Huaca del Pueblo, Batan Grande (Extraído de Shimada
1994a: 251)………………………………………………………………………………….37
Figura 19: Vasija recuperadas de la Tumba 21 de Huaca Santa Rosa (Tomada de
Bracamonte 2011: 17. Fig. 10)………………………………………………………….…39
Figura 20, 21 y 22: Fotografía aérea del Complejo Arqueológico Huaca Bandera (arriba).
Vista frontal de la pirámide principal “Huaca Bandera” (centro). Fragmentos
de decoración paletada (abajo) registradas en la prospección realizada por Paul
Kosok (Kosok 1965)……………………………………………………………………..….43
Figura 23: Mural encontrado en el Sector Norte 1 donde se representaría a la escena
de la Presentación de la copa (arriba). Reconstrucción digital de los personajes de
la escena (abajo) (Archivo del PIAHB)……………………………………………….…...47
Figura 24: Grafiti 1 encontrado en el corredor ceremonial que ilustraría a la Sacerdotisa
Moche (archivos PIAHB)………………………………………………………………...…47

Figura 25: Grafiti 2 representa a dos personajes sobrenaturales enfrentándose con el gesto
de presentar la copa. (Archivo PIAHB)……………………………………………….…..48
Figura 26: Reconstrucción isométrica del Conjunto Amurallado 1 (Archivo del PAHB)………....49
Figura 27a: Mural en escaques superpuestos por el friso en el Sector sur, Huaca Blanca
(arriba). 27b: detalle del friso de los personajes con la cola de ola zoomorfa y copa
en la mano (centro). 27c; Reconstrucción digital del personaje felino en detalle en
el mural en escaques (abajo) (Archivo PIAHB)………………………………….……….50
Figura 28: Reconstrucción digital del muro en escaques superpuesto por el friso en el sector
de Huaca Blanca (Archivo PIAHB)…………………………………………………….….51
Figura 29: Diseño arquitectónico del mural perteneciente a la Huaca Facho; nótese la
similitudes del diseño comparada a la de Huaca Blanca (Extraída de Donnan 1972).51
Figura 30: Detalle de la iconografía de la porra antropomorfizado llevando la copa;
mural de Huaca Facho (Extraída de Donnan 1972)……………………….……………51
Figura 31: Fotografía de planta de la Unida XCVIII G’’ vista de Este a Oeste del
capa 2. (Fotografía extraída del archivo del PIAHB)…………………………………...69
Figura 32: Fotografía de planta de los recintos, vista de Sur a Norte. (Imagen extraída del
archivo del PIAHB)………………………………………………………………………….70
Figura 33: Fotografía de planta de los recintos de la unidad LXXXIV O’’ (Imagen extraída
de archivo del PIAHB)………………………………………………………………………71
Figura 34: Fotografía de planta de la unidad LXXXII O’’, presencia de material cultural
asociado al piso deteriorado del capa 2 (Imagen tomada del archivo PIAHB)…….…73
Figura 35: Fotografía de Planta de la Unidad LXXII W’’’ vista de Este a Oeste (Imagen
tomada del archivo PIAHB)………………………………………………………………...74
Figura 36: Fotografía de planta de la unidad XCVII F’’ vista del piso asociado a banqueta
del capa 2 (Imagen tomada del archivo PIAHB)………………………………………….75
Figura 37: Fotografía de planta de Unidad LXXIII Q’’’ Nivel 2 (Imagen tomada Risco et
al. 2013)……………………………………………………………………………...………76
Figura 38: Fotografía de planta de la Unidad LXXIV P’’’ del Nivel 2 (Imagen tomada de
Risco et al. 2013)……………………………………………………………………………78
Figura 39: Fotografía de planta de la rampa, ubicada en el lado Este del Montículo 01
(Imagen tomada de Risco et al 2013)……………………………………………………..78
Figura 40: Fotografía de una concentración de vasijas semi-completas y fragmentos de
cerámica, halladas sobre piso del nivel 2, de la Unidad LXXIII Q’’’ (Imagen
tomada Risco et al. 2013)…………………………………………………………….…….77

Figura 41: Categorías morfo-funcional utilizadas en el análisis cerámico……………….………..85


Figura 42: Esquema Morfo-funcional (Tomada de Muro 2010)…………………………………….86
Figura 43: Partes de una vasija. Imagen extraída de Manrique (2001)…………………..………87
Figura 44: Ejemplos de formas de cuellos. Imagen extraída de Alvarez-Calderon (2003)……...87
Figura 45: Formas más representativas de los cantaros (Imagen extraída de Manrique 2001).90
Figura 46: Variantes de cantaros: a) cuello recto; b) cuello cóncavo; c) cuello evertido;
d) cuello compuesto; e) cara gollete………………………………………………………90
Figura 47: Formas más representativas de las ollas (Imagen tomada de Manrique 2001)……..91
Figura 48: Variantes de ollas: a) cuello recto; b) cuello divergente; c) cuello corto;
d) cuello convexo; e) cuello carenado; f) cuello acampanulado; g) cuello compuesto;
h) sin cuello………………………………………………………………………………..….92
Figura 49: Formas más representativas de las botellas (Imagen extraída de Manrique 2001)...93
Figura 50: Variantes de botellas: a) cuello recto; b y c) cara golletes; d) botella con asa
posterior; e) botella asa puente……………………………………………………….…..94
Figura 51: Formas más representativas de las tinajas (Tomada de Manrique 2001)…………....95
Figura 52: Variantes de tinaja: a) con cuello recto –convergente; b) con cuello convexo y
borde corto divergente; c) con cuello divergente; d) borde directo; c) reborde
interno………………………………………………………………………………………...95
Figura 53: Formas más representativos de los platos (Imagen extraído de Manrique 2001)…..96
Figura 54: Variante de platos: a y b) pared recta –divergente; c) borde con labio en bisel exterior;
d) pared divergente y borde engrosado……………………………..…………………...97
Figura 55: Fragmentos de escudillas………………………………………………………………….97
Figura 56: Formas más comunes de vasos (Imagen extraída de Manrique 2001)……….………98
Figura 57: Variante de vasos: a) pared recta –divergente; b) cuerpo ovoide y pared divergente..98
Figura 58: Forma de un cuenco (Imagen tomada de Manrique 2001)…………….………………99
Figura 59: Cuencos de paredes convexa –convergente………………………………………...…..99
Figura 60: Fragmentos de cuellos troco-cónicos tubulares……………….……………………….100
Figura 61: Variantes de agarraderas: a) tipo anillo; b) asa lateral cintada; c) asa puente;
d) mango falso; e) tipo oreja perforada; f) tipo oreja aserrada…………………………100
Figura 62: Fragmentos de soportes………………………………………………………………….101
Figura 63: Fragmentos de cuerpo decorados………………………………………………..……..101
Figura 64: Fragmento de un rayador………………………………………….……………………..103
Figura 65: Fragmento de una figurina……………………………………………………………….103
Figura 66: Distribución porcentual de las categorías de fragmentos del Sector Este………….107
Figura 67: Distribución porcentual de las categorías de fragmentos del Sector Norte 1…….…107
Figura 68: Distribución porcentual de las categorías de fragmentos del Sector Norte 2…….…107
Figura 69: Gráfico de la distribución porcentual de la fragmentería de cerámica por
Granulometría……………………………………………………………………………..109
Figura 70: Gráfico de la distribución cuantitativa y porcentual de fragmentería de
cerámica por procedencia…………………………………………………………….…111
Figura 71: Gráfico de la distribución porcentual de fragmentería de cerámica
según tratamiento superficial……………………………………………………………113
Figura 72: Gráfico de la distribución porcentual de fragmentería de cerámica según
rangos de grosor de la pasta………………………………………….…………….……115
Figura 73: Gráfico de la distribución porcentual del tipo de decoración en los fragmentos……..118
Figura 74: Fragmento con pintura blanco crema - marrón - rojo oxido - amarrillo ocre – negro
de diseños de escaques de estilo Wari derivado (arriba izquierda); fragmento
con pintura blanco crema - negro - anaranjado – marrón de estilo Moche
Policromo (arriba derecha); fragmentos oxidante con pintura de línea negra de
filiación Mochica (abajo)…………………………………………………………………..118
Figura 75: Distribución porcentual de las categorías de vasijas del Sector Este……………….139
Figura 76: Distribución porcentual de las categorías de vasijas del Sector Norte 1……………140
Figura 77: Distribución porcentual de las categorías de vasijas del Sector Norte 2……………140
Figura 78: Variantes de cantaros: a) cantaros cara gollete; b) cántaro de cuello compuesto…141
Figura 79: Variante de ollas: a) cuello recto; b) cuello convexo; c) cuello acampanulado;
d) escultórico; e) cuello compuesto………………………………………………………142
Figura 80: Variante de botellas: a) botellas cara –gollete; b) cuello recto; c) cuello divergente;
d) doble gollete y asa puente……………………………………………………………..141
Figura 81: a) Plato decorado de estilo foráneo (Horizonte Medio); b) Escudillas de
cocción reductora (arriba) y oxidante (abajo); c) Tinaja de doble cuerpo de
estilo foráneo; d) Cuenco oxidante con pintura blanca al contorno del labio………..143
Figura 82: Variante de vasos: a) vasos de paredes rectas –divergentes; b) vaso de cuerpo
ovoide y pared divergente………………………………………………………………..143
Figura 83: Gráfico de la distribución porcentual de las vasijas de acuerdo a su filiación y
estilo cultural……………………………………………………………………………....148
Figura 84: Tipología de cantaros……………………………………………………………..………153
Figura 85: Tipología de ollas……………………………………………………………………….....163
Figura 86: Tipología de botellas………………………………………………………………………169
Figura 87: Tipología de Tinajas……………………………………………………………………….176
Figura 88: Tipología de Platos………………………………………………………………………..181
Figura 89: Tipología de Escudillas……………………………………………..…………………….182
Figura 90: Tipología de Vasos………………………………………………………………………..185
Figura 91: Plato decorado con estilo del Horizonte Medio registrado en Huaca Bandera
(A); nótese la similitudes con las vasijas halladas para la costa central (catálogo
del Museo de Larco) (B y C)………………………………………………………………195
Figura 92: Botella con representación zoomorfa “murciélagos” recuperada en Huaca
Bandera (A), nótese las similitudes con las vasijas halladas en Santa Rosa
(Bracamonte 2011) (B) y en San José de Moro (Castillo y Rengifo 2009) (C)……….204
Figura 93: Botella doble gollete y asa puente donde representan diseños de aves en
excision registradas en sitio Castillo de Huarmey (A), Huaca Bandera (B),
San José de Moro (c)…………………………………………………………………..….205
Figura 94: Vaso tipo Kero muy típico del Horizonte Medio recuperado Huaca Bandera (A),
nótese las similitudes con los vasos hallados en Santa Rosa (B) y San José de
Moro (C y D)………………………………………………………………………………..206
Figura 95: Vasos tipo Kero decorados al contorno con cuatro rostros frontales de
personajes distribuidos equidistantemente registrados en Huaca Bandera (A y B),
para el periodo Lambayeque Medio se hallan vasos de rasgos muy similares como
los de Batan Grande (C)……………………………………………………………….….206
Figura 96: Comparación del diseño y distribución arquitectónica de los sitios de Huaca
Bandera (Izquierda) y Pampa Grande (Derecha). Nótese que comparte
mismos elementos arquitectónicos como el corredor, rampa, muro perimetral
entre otros………………………………………………………………………………….211
INTRODUCCIÓN

Durante el periodo Mochica Tardío (700-850 d.C), la sociedad Moche


sufre una serie de eventos generados por conflictos sociales externos e internos
(Castillo 2000, 2003, 2012; Rucabado y Castillo 2003, Uceda 2010) y un
prolongado estrés ecológico (Shimada et al. 1991, Mosley 2007) provocando
cambios en su estructura social-política como también en sus parámetros
ideológicos; cambios que van a ser reflejados en la cultura material como vendría
ser la cerámica debido a que es un material de expresión artística cargado de
información sobre los comportamientos sociales de diferentes ámbitos en que
estuvo inmerso, así mismo funciona como un barómetro de las condiciones
políticas y culturales (Castillo 2000).

En relación a este periodo de tiempo donde la sociedad Mochica


atraviesa una serie de cambios sociopolíticos e ideológicos también se produce
una drástica ruptura de las líneas de evolución en los estilos cerámicos que se
venían siguiendo desde los periodos más tempranos y se observa una
reorientación de la cultura material hacia nuevas direcciones (ibíd: 160), como
es el caso del sitio Huaca Bandera ubicado en la margen derecha del rio Motupe
en la región Lambayeque, considerado el ultimo centro ceremonial Mochica
(Curo y Rosas 2014) . El cual a través del análisis ceramográfico de tipo politética
(uso de varias variables o criterios) donde los criterios fundamentales de
clasificación son: la forma, tecnología y la decoración de manera simultánea
(Sinopoli 1991), se logró identificar principalmente dos estilos particulares muy
marcados. El primero, la continuación de un estilo propiamente Mochica y un
segundo conformada por los estilos Wari-derivados y un estilo relacionados con
el periodo Transicional, el que posteriormente se le conocerá como cultura
Lambayeque; a este conjunto de estilos lo llamaremos “estilos atípico”.

Estas características de la cerámica de Huaca Bandera nos brindan


importante información para entender el proceso que se dio al final del Mochica
tardío. Donde estilos locales conviven y se entremezclan con estilo foráneos que
estarían relacionados con el fenómeno del Horizonte Medio para esta parte de
la región norte, a la vez demostraría algunas particularidades locales en cuanto

1
al estilo ceramográfico, lo que nos sugiere que el proceso de cambio que se dio
a finales del Mochica Tardío enmarcada por el Horizonte Medio tubo respuesta
diferentes en cada región Mochica; por lo cual cada grupo social Mochica
presentaría una singularidad y reacción diferente a este proceso de cambios.
Objetando así, el modelo de los Moches como una sola y única unidad política,
contario a ello enfatizamos la probable existencia de que cada valle Mochica
tendría un configuración política diferente y un desarrollo histórico independiente
(Donnan 2011; Koons 2012, 2014; Quilter y Koons 2012). Así mismo sugerimos
que debería elaborarse secuencias de cerámica para cada valle como la mejor
forma de estudiar la estructura política de cada entidad y así aproximarse a su
desarrollo histórico, como el caso de Huaca Bandera el cual nos ha permitido
reconstruir la situación social y los procesos de cambio por las que atravesó
dicho centro ceremonial durante el periodo Mochica Tardío.

Toda la información recogida, se plasma en los siguientes partes:

PRIMERA PARTE: GENERALIDADES, aquí tratamos sobre el marco


geográfico del sitio, detallando la ubicación geográfica y política, vías de acceso
y la descripción del área de investigación, los aspectos medioambiente, en base
a revisión bibliográfica y el trabajo de campo, desarrollando la geología y clima,
ecología y el uso actual de los recursos natrales. Con ello se ha podido tener una
perspectiva del medio ambiente y los recursos que fueron aprovechados por la
sociedad asentada en Huaca Bandera. Asimismo hacemos referencia a los
antecedentes de investigación realizados en el sitio de estudio, partiendo de
aquellos datos etnohistóricos recopilados muy importantes como también las
primeras visitas de estudio antes de la ejecución del Proyecto Investigación
Arqueología Huaca Bandera.

SEGUNDA PARTE: ASPECTOS TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS,


presentamos los métodos y estrategias empleadas para la obtención y
procesamiento de los datos que se utilizaran para la elaboración de una
clasificación tipológica.

TERCERA PARTE: EXCAVACIÓN, en esta parte de describirá de manera


detallada los sectores y áreas excavadas de donde proceden los fragmentos
ceramográficos que se utilizaron para dicha investigación.

2
CUARTA PARTE: ANÁLISIS TIPOLÓGICO DE LA CERÁMICA DE HUACA
BANDERA, contiene el análisis tecnológico morfológico y decorativo de la
cerámica, así como una propuesta tipología politética para el sitio partir de los
datos obtenidos de los criterios analizados independientemente.

QUINTA PARTE: RESULTADOS Y DISCUSIÓN, contiene la interpretación de


los resultados obtenidos durante la investigación.

Los resultados expuestos en cada uno de los capítulos, han permitido


resolver la problemática planteada: ¿Cuáles son las técnicas, formas y tipos
de decoración empleadas en la producción de cerámica registrada durante
el periodo Mochica Tardío del sitio arqueológico Huaca Bandera? y ¿Cómo
se explica la presencia de técnicas, formas y tipos de decoraciones
diferentes a las empleadas en la producción de cerámica típica del periodo
Mochica Tardío, en el sitio arqueológico Huaca Bandera?

Ante estas interrogantes, se expuso las siguientes interrogantes:

Hipótesis general.

En el complejo arqueológico Huaca Bandera existe una gran variedad en


técnicas, formas y tipos de decoración empleadas en la producción de
cerámica que se caracterizan por compartir elementos formales de la
cerámica Mochica tardío, y a la vez exhibe la presencia de nuevos
elementos como: vasos tipo Keros, vasijas estilo Cajamarca, vasijas de
estilo Moche policromo, botellas de doble gollete y asa puente, botellas de
cuerpos achatados decoradas con chevrones. Surgidos por la influencia
de sociedades externas en la organización sociopolítica Mochica durante
el Horizonte Medio, eso se verá reflejada en nuevos estilos de producción
alfarera.

Hipótesis Particular.

En la fase Mochica Tardío, la sociedad afrontó grandes cambios en su


organización sociopolítica, lo que conllevó a una ruptura con relación a las
líneas de evolución de los estilos cerámicos Mochicas generando nuevas
formas y elementos decorativos con influencia externa. La presencia de
nuevas forma de manufactura (técnica, forma y decoración) de cerámica

3
Mochica en Huaca Bandera, es resultado de una estrategia ideológica de
subsistencia por parte de las elites debilitadas para sustentar su
legitimidad en un periodo en crisis, la adaptación y reinterpretación de esta
ideología debió ajustarse a los cánones Mochicas, en consecuencia la
forma de como materializarla necesariamente se modificó.

Finalmente al culminar esta investigación, se cumplió con los objetivos


planteados.

Objetivo General

1. Comprender la situación social de Huaca Bandera durante el periodo


Mochica Tardío y los cambios en la alfarería, mediante un estudio
sincrónico, en el contexto sociopolítico, con otros sitios del periodo en
estudio.

Objetivos específicos

1. Elaborar una tipología del material ceramográfico de acuerdo a los


datos obtenidos de los cuadros estadísticos.

2. Determinar las técnicas de manufactura de la cerámica de Huaca


Bandera.

3. Identificar las formas y variaciones más recurrentes de la cerámica


recuperada del sitio.

4. Determinar las técnicas de acabado superficial, decoración y motivos


utilizados.

5. Elaborar cuadros estadísticos segregando la muestra seleccionada de


acuerdo a sus características técnica, formas y decoraciones presentes
en material que se analizará.

6. Comparar el material cerámico de la muestra analizada con las formas


registradas en otros sitios arqueológicos, en el periodo Mochica Tardío,
para definir las formas presentes en Huaca Bandera.

4
PRIMERA PARTE: GENERALIDADES

CAPÍTULO I: MARCO GEOGRÁFICO

La región Lambayeque se ubica en la parte Noroccidental del Perú (Fig.


1) con una extensión de 14, 231. 30 km². Se caracteriza por poseer un relieve
poco accidentado, relativamente llano con pequeñas lomas y planicies elevadas
llamadas pampas formadas por ríos extrazonales que nacen en los contrafuertes
andinos. Es una región eminentemente costera ya que el 94 % de su superficie
se halla en la costa y tan solo 6 % corresponde a algunos territorios alto andinos
situados al noreste.

La costa lambayecana, está constituido por extensas planicies aluviales,


unas surcadas por ríos y otras cubiertas de arena. Estas planicies son muchas
más extensas en comparación a las de sus vecinos en el lado sur, formando así
valles extraordinariamente fértiles, como por ejemplo: los valles de Chancay –
Lambayeque, Zaña, La Leche, Motupe y el valle de Chaman. Sin embargo; la
configuración espacial de los valles es el resultado de siglos de transformación
del medio geográfico e hidrológico por las culturas que lo habitaron como
Cupisnique, Salinar, Gallinazo, Mochica, Lambayeque, Chimu e Inca. Las
características geomorfológicas y geológicas de esta región influenciaron y
determinaron en muchas formas las actividades humanas que se desarrollaron
en estos valles, por este motivo es importante conocerlos.

Fig. 1. Vista geográfica de los valles de Lambayeque (Tomada del Google Earth 2015).

5
1.1. Ubicación y descripción general
El complejo arqueológico Huaca Bandera se encuentra ubicado
geográficamente en la margen derecha de unos de los brazos del rio Motupe. A
una distancia de 8 Km. al oeste del pueblo de Pacora, a 35 Km. de línea de playa
(en línea recta) y a una altitud de 52 m.s.n.m. Pertenece dentro de la Carta
Geográfica la Hoja Jayanca 13D (Fig. 2).
Su punto base geográfico, se sitúa entre los 6°24’48’’ latitud sur y los
9°54’30’’ longitud oeste; en las coordenadas UTM 9290953 N y 620698 E, del
Datum WGS 84 una altura de los 52 msnm. Políticamente pertenece a la
jurisdicción del distrito de pacora, en la provincia de Lambayeque (Curo 2010).

1.2. Climatología
El clima del valle de Motupe está determinado por las influencias directas
del mar, las corrientes peruanas del Niño, la atmosfera dominada por el anticiclón
del Pacifico Sur, los vientos y las cordilleras de los Andes. Es por ello que posee
un clima semitropical; con una humedad de 50% a 60% en promedio y escasas
precipitaciones.
La temperatura promedio anual oscila en una máxima de 26,2°C y mínima
de 17,3°C, en verano (entre enero y abril) la temperatura fluctúa entre 30°C
como máxima y 20°C como mínima; sin embargo, cuando el clima se
“tropicaliza” por la influencia del Niño alcanza temperaturas hasta los 35°C. En
invierno la temperatura tiene una máxima de 24°C y una mínima de 15°C.
(Garayar 2003).

1.3. Formación ecológica


El sitio a estudiar se encuentra entre los linderos de los ecosistemas de
humedad y de secano, semi desértico (Curo 2012), por lo cual corresponderían
según la clasificación de la O.N.E.R.N (1976) a las zonas bioclimáticas; Desierto
desecado – Premontano Tropical y Desierto superárido – Premontano Tropical.

1.3.1. Desierto Desecado - Premontano Tropical

Corresponde a la planicie de la parte baja del valle, inicia desde el nivel


de mar hasta aproximadamente el lado este del sitio, se caracteriza por tener un

6
relieve plano en donde no existe vegetación o es muy escasa apareciendo
especies halófitas distribuidas en pequeñas manchas verdes dentro del extenso
y monótono arenal grisáceo eólico. La precipitación pluvial es escasa de 15 y 30
mm., en todo el año. El suelo se caracteriza por ser sumamente salino y ácido
formando así un escenario paisajístico de una planicie desértica (arenal grisáceo
eólico) con algunas elevaciones producto de la acumulación eólica de la arena.

1.3.2. Desierto Superárido - Premontano Tropical

Se caracteriza por tener un relieve ondulado, constituido por clastos


angulosos con sedimento arcilloso; así como, también limo y arena muy fina
provenientes del litoral y trasportación eólica. La vegetación es más abundante
y está conformado por arbustos xerófilos como: gramíneas efímeras, además
se puede observar la formación de varios manchales de algarrobo y zapote entre
las más importantes. Estos suelos posee aceptable permeabilidad y porosidad,
sin embargo la agricultura es reducida debido a la escasez de agua (DEGAS
1999)

1.4. Hidrología
Por su ubicación el complejo arqueológico Huaca Bandera corresponde a
la cuenca del rio Motupe, su actual cauce modificado en el año 1997 transcurre
a una distancia de 1 Km del lado Este del complejo y a 7 Km en relación de su
antiguo cauce. Así mismo de igual manera forma parte de la cuenca baja del rio
La Leche, debido a su aproximación de 2Km de distancia del lado sureste del
complejo, punto en donde los cauces de los ríos Motupe y La leche se
encuentran formando así el rio Morrope. Estos ríos pertenecen al sistema
hidrológico del Pacífico y se caracterizan por tener una descarga irregular de
sus aguas durante todo el año; escasas en invierno e incrementándose en
verano, debido a las precipitaciones abundantes en la sierra (Fig. 3).
Según la Carta Nacional de Incahuasi, el origen del rio Motupe es el
resultado de la confluencia de los ríos Chiniama y Chóchope, su recorrido es de
Noreste a Sureste, pasando por el lado este del pueblo de Motupe y al Oeste de
Jayanca y Pacora, a lo largo de su recorrido recibe por la margen derecha las
aguas del rio Chotoque y posteriormente las agua del rio Salas para luego unirse

7
en el suroeste de Pacora con el rio La Leche en el sector Las Juntas dando
origen al río Morrope cuyo lecho desaparece al Oeste de este pueblo por lo que
genera inundaciones en épocas lluviosas. Posee un recorrido de 73 Km de
longitud con una masa media anual de 34,4 m³ y un caudal de 1,09 m³/s; el
caudal pico que se puede registrar se da durante el fenómeno de El Niño
alcanzando 600 m³/s.
Por otro lado el rio La leche conocido también como río Loco, debido que
en épocas de fuertes lluvias (fenómeno de El Niño) su caudal es muy torrentoso
causando inundaciones en diferentes poblados por donde atraviesa. Este río
algunos lo llaman río Sangana, es donde se origina una confusión, según el
Instituto Geográfico Nacional y los lugareños llaman río La Leche tanto al
proveniente de Incahuasi como al que baja por Miracosta y Tocmoche (Río
Sangana). El primero se forma en el distrito de Incahuasi por la unión de dos
riachuelos: el proveniente de la laguna Tembladera y el que nace de las lagunas
situadas al Oeste del caserío San Lorenzo; atraviesa luego el citado distrito y se
interna en el de Pítipo. El segundo es el río Sangana, que nace de las lagunitas
denominadas Quinsacocha y desciende hacia el Oeste por los distritos de
Miracosta y Tocmoche (prov. de Chota), llevando mayor cantidad de agua que
el primero. Pero según los acuerdos geográficos; para determinar el origen de
un rio se tendrá en cuenta su formador más largo. Por lo tanto El río La Leche
es el originado en Incahuasi, teniendo como afluente el Río Sangana que
constituye su afluente más importante. Su cuenca colectora se calcula en 1 304,
6 km², confluye con el río Motupe en el lugar denominado Las Juntas, se calcula
que tiene una longitud de 51,8 Km y se caracteriza por tener un volumen
irregular; gran parte del año no posee caudal, solo en los meses de verano, su
masa media anual es de 201,4 m³ y su caudal de 6,41 m³/s (INGEMMET 2010).

8
Fig. 2. Ubicación del Complejo Arqueológico Huaca Bandera, en la Carta Geográfica Hoja
Jayanca 13D

Fig. 3. Vista panorámica del valle Motupe-La Leche y sus principales ríos con relación al
Complejo Arqueológico Huaca Bandera (Tomada del Google Earth 2015).

9
1.4.1. Hidrogeología

En la región Lambayeque se ha podido distinguir cuatro tipos de unidades


hidrogeológicas: los acuitardos, los acuicludos, los acuifugos y los acuíferos,
este último tipo corresponde a la zona circundante y al área donde se ubica del
complejo arqueológico Huaca Bandera.

Acuíferos
Se caracteriza por ser unidades geológicas que tienen la capacidad de
almacenar y trasmitir aguas subterráneas a través de sus fracturas fallas y poros.
En esta zona existen dos tipos de acuíferos: a) Fisurado sedimentario y b)
Acuíferos poroso no consolidado.

a) Fisurado sedimentario: Tiene su sección típica en el curso inferior


del río La Leche, con afloramientos de calizas intercaladas con lutitas
y material volcánico. Estas se encuentran bien estratificadas en capas
delgadas y medianas formando plegamientos. Estos materiales
presentan permeabilidad alta por fisuración; la porosidad estimada es
caliza 10%, lutitas 2% y el material volcánico de 10 a 12%,
favoreciendo la circulación de las aguas subterráneas.

b) Acuífero Poroso no consolidado: Constituye una de las unidades


hidrogeológicas más importantes en la región y en ella se extrae la
mayor cantidad de agua subterránea. Se compone de sedimentos
aluviales y fluviales constituidos por gravas, cantos con bloques
angulosos y redondeados con matriz arenosa. Son depósitos porosos
no consolidados de edad cuaternaria, la fuente de alimentación
proviene de las aguas superficiales de los ríos. En la actualidad este
tipo de acuífero se encuentra muy explotado principalmente a travez
de pozos y sondeos profundos (INGEMMET 2010: 32).

1.5. Aspectos Geológicos y Geomorfológicos


La mayor parte del suelo de esta zona corresponde a materiales del
periodo Cuaternario, con una antigüedad menor a un millón de años. Durante el

10
cuaternario esta región estuvo sujeta a movimientos eustáticos que dieron lugar
a la deposición de material aluvial, fluvial, eólico, y a la formación de la geoforma
característica de esta zona.

Sin embargo es durante el Cretácico que se depositaron las lutitas,


areniscas y calizas de las formaciones Tinajones, Inca, Chulec, Pariatambo,
Chimú y Pulluicana, manifestaciones de las transgresiones y regresiones
marinas de hace 100 millones de años, conjunto con la actividad volcánica
contemporánea produjo que dichos materiales se mezclen y formen depósitos
continentales del tipo vulcano-sedimentario como los de la Formación La Leche
(INGEMMET 2010: 17).

1.5.1. Unidades Litológicas


El Instituto geológico minero y metalúrgico (INGEMMET) ha agrupado en
unidades litológicas la geología de cada región teniendo en cuenta sus
características geológicas (litología) y geotécnicas (grado de homogeneidad,
grado de fracturamiento, grado de meteorización y resistencia a la erosión). Para
el área que comprende el complejo Huaca Bandera y sus alrededores se puede
distinguen las siguientes unidades litológicas:

1) Depósitos inconsolidados: Son depósitos poco o nada coherentes


de composición litológica heterogénea con clatos heterométricos de
extensión y espesor variable, forman parte de los conos de deyección
y cauces de los ríos (Motupe y La leche), los cuales se hallan sueltos,
propensos a erosiones fluviales; se encuentran medianamente
estables y se activan con el tiempo de vientos fuertes y precipitaciones
lo que produce flujos de arenamiento. En función de su origen
encontramos:

a) Depósitos eólicos: Está formado por arena inconsolidados de


grano fino a medio que cubren la llanura aluvial, ubicada al
oeste del Complejo Huaca Bandera. La cual es transportada
continuamente por efecto de los vientos

11
b) Depósitos fluviales: Constituido por una mezcla, cantos,
grava, bloques subredondeados de granulometría variable,
englobados en una matriz poco compacta. Su permeabilidad se
considera alta y su valor como suelo de cimentación es
moderado. Este depósito se encuentra distribuido a los largo de
los cauces del rio Motupe y La Leche

c) Depósitos aluviales y proluviales: Se localizan en la parte


baja y media de los cauces de los ríos Motupe y La leche.
Corresponde conglomerados inconsolidados en una matriz
arenosa-limosa o arcillosa lenticular.

2) Rocas volcánicas – sedimentarias: Son rocas constituidas por


derrames y brechas de composición andesítica, estratificadas con
intercalaciones de areniscas, cuarcita, lulita, caliza y marga. Este tipo
de roca aflora a lo largo del valle de río La leche

3) Rocas sedimentarias: Está conformada por calizas nodulares y/o


bituminosas de bancos delgados con niveles de lutitas y
esporádicamente margas; estas rocas son medianamente resistentes
a erosión y fuertemente diaclasadas. Por lo general se asocian a
procesos de erosión de ladera y flujo de detritos, se pueden observar
entre Mochumí e Incahuasi.

Geomorfología: Esta parte del valle se caracteriza por ser en gran medida una
llanura costera árida y poco accidentada, donde destaca las pampas aluviales y
las formaciones eólicas. De acuerdo al INGEMMET clasifica a esta parte de la
región por tener una “Pendiente muy baja” (menos de 10°) y “Pendiente baja”
(10°-20°). Teniendo en cuenta las características morfológicas, morfometricas,
geológicas se ha divido el terreno en unidades geomorfológicas:

1. Geoformas de origen fluvio-aluvial


a) Conos y abanicos proluviales: comprende la desembocadura de
rio Motupe en La Leche, constituido por flujos de detritos, lodo

12
y represamiento de los valles. Está compuesto por arenas,
arcillas con mesclas de fragmentos heterométricos y
heterogéneos de rocas de distinta composición. Propenso a
inundaciones periódicas.
b) Planicie fluvio-aluvial: es una superficie amplia y plana donde
se asienta el complejo arqueológico y el pueblo de Pacora. Se
encuentra conformada por material no consolidado movible
(conglomerados, arena y arcillas), ubicado en los lechos de los
ríos Motupe y La Leche. La baja pendiente y la acción fluvial
predispone a esta subunidad a procesos de inundación
estacional o excepcional.
2. Geoformas de origen eólico
a) Explanada eólica: corresponde a la parte oeste del complejo
arqueológico, formada por la acumulación de arena que bordea
la planicie fluvio-aluvial. Sus extensiones son kilométricas,
formada por algunos montículos de arenas fijas y móviles en
etapas de vientos fuertes. Es considera una zona erizada, cabe
mencionar que dicha unidad es susceptible a procesos de
arenamiento y licuación de suelos.

1.6. Fauna
El clima extremo de este ecosistema no fue impedimento para la
adaptación de algunas especies teniendo como resultado una amplia variedad
faunística de mamíferos, reptiles y aves principalmente. Entre los mamíferos
tenemos: el “zorro costeño” (Dusicyon sechurae), también existen roedores
como la “ardilla gris” (Scirus straminaus), un tipo de “rata de campo” (Akodon
sp).
En el grupo de los reptiles encontramos la “lagartija” o “capon” (Tropidurus
peruvianos), al “salta ojos” (T. occipitalis), a la “culebra corredora” (Tachimenes
sp), al “coralillo” (Micrurus sp.), “jergón” o “sancarranca” (Botrops sp.) y al famoso
“cañan” (Dicrodon heterolopis) y el grupo de los anfibios es representado por el
“sapo común” (Bufo spinulosus).

13
Con respecto al grupo de las aves tenemos: al “cernícalo” (Falco
sparverius peruvianus), al “pampero peruano” (Geossita paytensis), el
inconfundible “Huerequeque” (Burhinus supercilaris), el “gallinazo cabeza negra”
(Coragyps atraus), la “lechuza” (Athene cunicularia manodes), el “cuculí”
(Zenaida auriculata), la “putilla” (Pirocephalus rubinus) y la “águila común”
(Pandion sp)

En tiempo de lluvias cuando los causes de rio trasportan agua podemos


encontrar algunas variedades ictiofaunísticas como la “charcoca” (Lebiasina
bimaculata), “life” (Trichoamyceta sp.) y la “lisa” (Mugil cephalus) (Curo 2010,
2012; Mendoza 1985).

1.7. Flora
Debido a la escases de lluvia y un clima de altas temperaturas, existe una
escasa vegetación silvestre entre las más representativas tenemos el “frijolillo”
(Erythrina sp.), el “sapote” (Capparis angulata), el “overo” (Cordia rotundifolia), el
“vichayo” (C. macrocephala, capparis ovalifolia), “algarrobo” (Prosopis pallida),
“chope matorral” (Crypto carpus piriformes), “hierva santa” (Cestrum
auriculatum), “pájaro bobo” (Tessaria integrifolia), al “chilco macho” (Baccharis
salifolia), “chico hembra” (Baccharis glutinosa), “caña brava” (Gynerium
saggittatum) y el “carrizo” (Arundo donax); algunas de estas plantas solo crecen
en temporada de lluvia o cuando los ríos tienen cause.

Así mismo debemos consideras a las plantas cultivables, que son


producto de algún tipo de regadío por ejemplo: el “pacae” (Inga sp.), “ciruela”
(Prunus domestica), “mamey” (Mammea americana), “huayaba” (Psidium
guajava), la “palta” (Persea americana), “mango” (Manguifera indica), “loche”
(Cucurbita máxima), “camote” (Ipomoea batatas) y el “maíz” (Zea mays).

1.8. Vías de Acceso


La ruta más accesible al complejo, es partiendo desde la ciudad de
Chiclayo siguiendo la Panamericana Norte a una distancia de 42 km, se llega al
distrito de Pacora, luego se parte por una trocha carrozable de 8 km en dirección
Oeste, cruzando el antiguo rio Motupe con cauce seco y áridos campos llegando
así en primera instancia al sector norte. Otras rutas de acceso al complejo es
desde el distrito de Pacora, ingresando por los puentes: Machuca o La leche,

14
que están al Sur de distrito, cuyos accesos no están en buen estado de
conservación, pero que se puede llegar al extremo sur del área arqueológica
(Curo 2010).

1.9. Ubicación y Descripción Preliminar de las Áreas


El Proyecto Arqueológico Huaca Bandera, de acuerdo a las evidencias
superficiales, los parámetros arquitectónicos y distribución espacial de los
mismos ha optado en dividir el complejo arqueológico en tres grandes sectores:
Norte, Centro y Sur. Cada sector está conformado por un conjunto amurallado
(pirámide de adobe) a excepción del sector Sur donde existe tres conjuntos. A
su vez cada conjunto amurallado presenta pequeños asentamientos
monumentales de adobe, que están presidido por pequeñas pirámides ubicados
en el entorno de estos, denominados como “Áreas” (Curo 2010, 2012; Curo y
Rosas 2014) (Fig. 4)
El sector Norte es uno de los más densamente poblados. En éste sector
se ubica el Conjunto amurallado 1; conocida mayormente como Huaca Bandera,
además se puede observar algunos asentamientos (pirámides pequeñas)
alrededor del Conjunto. Los cuales han sido excavadas dos de ellos,
denominados: Área Norte 1 y Área Norte 2 que se encuentran a una distancia
de 80 y 300 metros respectivamente en relación al Conjunto Amurallado 1. La
muestra ceramográfico analizada proviene de un total de 23 unidades
intervenidas distribuidas de la siguiente manera: Conjunto Amurallado 1; con (03)
unidades ubicadas en la parte Este del conjunto, Área Norte 1 con (15) unidades
y el Área Norte 2 con (05) unidades. La nomenclatura de las unidades es la
siguiente:

SECTOR SUB-SECTOR UNIDAD


LXXXII O’’
CONJUNTO AMURALLADO 1 LXXXIV O’’
(Parte Este) LXXXIV P’’
NORTE LXX U’’’
LXX V’’’
LXXI W’’’
LXXII W’’’
LXXIII W’’’

15
LXXI Q’’’
LXXIII Q’’’
LXXIV Q’’’
NORTE 1 LXXV Q’’’
LXXVI Q’’’
LXXIII P’’’
LXXVI P’’’
LXXIII R’’’
LXXIV R’’’
LXXVI R’’’
XCIX F’’’
XCVII F’’’
NORTE 2 XCVII G’’’
XCVIII F’’’
XCVIII G’’’

Fig. 4. Plano sectorizado del Complejo Arqueológico Huaca Bandera indicando las
Áreas de donde proviene la muestra ceramográfica

16
CAPITULO II: ANTECEDENTES DE INVESTIGACIONES

2.1. Los Mochicas: Historia, cronología y antecedentes


Los Mochicas, es una sociedad que se desarrolló entre los 200 y 850 d.C.,
en la costa norte del Peru. Considerados como un modelo de adaptación
altamente exitoso al ambiente costero combinando los recursos marinos con una
agricultura avanzada, basada en una desarrollada tecnología de irrigación
(Castillo 2012:25) agregado a ello, el empleo de estrategias de poder, liderazgo
y cohesión social apoyados en un complejo sistema ritual, fueron las causantes
de sustentar el éxito de los Mochicas (DeMarais et al 1996). Esta sociedad es el
reflejo de un alto nivel o
sistema complejo,
nunca antes alcanzado
para los Andes
centrales hasta ese
momento; sus obras
arquitectónicas de
carácter monumental,
la gran calidad de sus
artes como la cerámica,
la orfebrería, entre
otras, que han
sobrevivido al paso del
tiempo son evidencias
de un legado que
respaldan esta idea.

Los Mochicas,
Fig. 5. Mapa de los sitios Mochicas más importaste en la particularmente se
costa norte del Peru. (Tomada de Castillo 2012)
caracterizan por dos
motivos principales, una de ellas, la construcción de centros urbanos donde
predominan grandes edificios públicos. Estos edificios públicos consisten en
estructuras monumentales de forma piramidal, escalona y trunca, elaborada

17
masivamente con adobes (Hastings y Mosley
1975). Algunos de ellos funcionaron como
edificios sagrados para actividades rituales,
otros como centros cívicos que a su alrededor
se emplazaban núcleos habitacionales, centros
de producción especializada y cementerios
(Franco et al. 2007:91), entre ellas destacan
sitios como Las Huacas de Moche (valle de
Moche); Mocollope, el Brujo, Licapa (valle de
Chicama); Pacatnamú, San José Moro (Valle
de Jequetepeque), Sipán, Pampa Grande,
Huaca Bandera (valles de Lambayeque), entre Fig. 6. Zorro sentado. Extraída
otros (Fig. 5). de Donnan et al. (1991)

El segundo motivo que les caracteriza y


por el cual quizá son más conocidos y
admirados en el mundo, es por su bella
cerámica modelada y pintada. Decenas de
millares de estas piezas pueden verse en
museos y colecciones privadas alrededor del
mundo. Los ceramistas Mochicas fueron
consumados maestros en la escultura
tridimensional1, mostraron en gran detalle
esculturas de animales, plantas, deidades
antropomorfizadas (Fig. 6), como también
representaciones de escenas de caza y pesca,
actividades rituales y ceremoniales pintadas en Fig. 7. Botella asa estribo con
pintura Línea Fina. Extraída de
línea fina (Fig. 7). A pesar que los mochicas no Donnan et al. (1991)

tuvieron un sistema de escritura dejaron un vivo legado artístico de sus creencias


y actividades en hermosas piezas de cerámica (Donnan y McClelland 1991: 16).

1La escultura es el arte de modelar, tallar y esculpir un material, con el fin de representar figuras u objetos
en tres dimensiones. Esto quiere decir que, a diferencia de la pintura, que es bidimensional y plana, las
esculturas tienen volumen y pueden ser apreciadas no sólo de frente sino desde distintos puntos
(tridimensional).

18
A lo largo del tiempo se han propuesto diversos modelos que intentan
reconstruir el tipo de organización socio-político que habrían tenido los Mochicas.
Particularmente se puede constatar dos grandes momentos, por un lado la
concepción tradicional que describen un modelo unificado y centralizado de una
sociedad Mochica, y por otro lado una idea relativamente más moderna que
plantea la existencia de múltiples sociedades Mochicas interactuando y con
trayectorias de desarrollo diferentes (Castillo 2012). Ambos modelos son
producto de un continuo trabajo de campo y reflexiones teóricas que se habían
iniciado en los albores del estudio de la cultura Mochica, con los trabajos de Max
Uhle (1915), Alfred Kroeber (1925) y Rafael Larco (1948).

Max Uhle considerado el padre de la arqueología científica en el Perú,


realizó las primeras excavaciones arqueológicas en las Huacas de Moche a
principio del siglo XX, descubriendo una serie de tumbas que contenían
numerosas piezas de cerámica con la peculiaridad que un gran porcentaje de
estas vasijas presentaban un estilo muy diferente a los ceramios reducidos de la
época Chimú. Muchas de estas vasijas atípicas presentaban una decoración
pictórica en crema y rojo ocre, además determinó que este estilo “nuevo” era
contemporáneo con los constructores de aquellas edificaciones monumentales
y cronológicamente eran más antiguos que los estilos Tiahuanacoide y Chimu
(Uhle 2014).

Alfred Kroeber (1925) fue quien caracterizó por primera vez el estilo
Mochica en base de un minucioso análisis de las colecciones de Uhle y de
algunos museos de Norteamérica, Europa y Perú. Permitió confirmar que éste
estilo era anterior a los estilos Tiahuanaco y Chimú, por lo que lo bautizó con el
nombre de Proto Chimú. Además observó que existían algunas variaciones
especialmente en su forma y contenido iconográfico, por lo que sospechó que
se debía a factores cronológicos del estilo. Esta sospecha no se comprobaría
hasta que no se estableciera una secuencia para la cerámica Mochica (Castillo
2012: 40).

Rafael Larco (1938-1939) es quien por primera vez designa con el término
Mochica para referirse al grupo social dueño de este estilo característico. Larco,
quien tuvo un gran interés por conocer y entender a estos pobladores que habían
habitado en esta regiones antiguamente, empezó a realizar excavaciones en
19
diversos valles de la costa norte
entre Chicama y Santa, registrando
números entierros y obteniendo a
partir de ellos numerosas vasijas,
las cuales junto con adquisiciones
de otras colecciones, para luego
lograr reunir las más grande y
completa colección de cerámica
Mochica que existe a la fecha. Fue
en base al estudio de esta
colección, que Larco pudo definir el
estilo Mochica. En un inicio Larco
estaba más interesado en entender
la mentalidad y vida del hombre
Mochica del pasado, por lo que
publicó primero en dos volúmenes
Fig. 8 Secuencia Cultural de la costa norte su trabajo llamado “Los Mochicas”,
planteada por Rafael Larco (Tomada de Castillo
2012). donde describió al hombre Mochica
y su sociedad, la religión, el arte, gobierno y el culto a los muertos (Larco 1938,
1939). En 1946 se realizó la famosa Mesa Redonda de Chiclín auspiciado por
Larco y el Instituto de Investigación Andina de Nueva York, este evento marco
un hito importante en el estudio de los Mochicas, Larco presentó su cuadro
cronológico de las culturas arqueológicas de la costa norte (Fig. 8) y además,
expuso la secuencia estilística de cinco periodos de la cerámica Mochica la cual
estaba basada en una seriación de las botellas asa estribo, en donde observó
que los cambios ocurridos en el asa y en gollete (Fig. 9) se correlacionaban con
los cambios en la forma y la decoración de línea fina de las vasijas (Larco 1948).
Estos resultados fueron publicados dos años después, en 1948 por Larco bajo
el título “Cronologías Arqueológica del Norte del Peru”.

Fig. 9. Fases estilísticas


de la cerámica Mochica,
según Rafael Larco
(Tomada de Donnan et al.
1991).

20
Durante la década de los sesenta, producto de excavaciones clandestinas
en el valle alto de Piura aparecen una serie de objetos (cerámica y metales)
estilísticamente similares a lo conocido como Mochica, esto produjo un gran
asombro a la comunidad científica ya que no contaban con documentación
precisa para explicar este fenómeno. Los cerámicos encontrados presentaban
rasgos Cupisnique, Salinar, Virú y Mochica, según algunas fuentes de los propios
“huaqueros” parecerían sugerir que estas vasijas se hallaban entremezcladas en
los mismos contextos conjunto con un nuevo estilo local inédito bautizado como
Vicús (Guffroy, Kaulicke y Makowski 1089: 125). Ante estos datos, Larco se
apresuró a afirmar que la pluralidad de estilos hallados en esta región sería
resultado de proceder de una serie de cementerios de distintas cultura (Tinoco
2010: 107). Durante los siguientes años, Larco se dedicó a reunir piezas de estilo
Mochica provenientes de Vicús y comparándolos con su colección museística,
logró encontrar suficientes rasgos para identificarlos dentro del estilo
pertenecientes a las fases I y II, estos datos le bastaron para señalar que los
Mochicas habrían controlado desde muy temprano un territorio aún más vasto
de lo que se presumía (Castillo y Donnan 1994: 150).

En la década siguiente se ejecutaron dos grandes proyectos


arqueológicos, “el Proyecto Chan Chan-Valle de Moche” y el “Proyecto Pampa
Grande”, lo que significó una revitalización de las investigaciones arqueológicas
en la costa norte. Estos proyectos revelaron nuevos datos que pudieron explicar
con cierto grado de convencimiento aquellas manifestación mochicas que se
conocían en los valles periféricos a su núcleo territorial (Tinoco 2010: 109).

Los trabajos realizados por el Proyecto Chan Chan-Valle de Moche en el


sitio Huacas de Moche, proporcionaron importantes datos acerca del abandono
del sitio y la declinación del estado Moche (T. Topic 1997; 1982). La presencia
de grandes depósitos aluviales en el sitio durante la fase Moche IV y la ausencia
de material cerámico Moche V sugirieron que el abandono del sitio Moche fue
consecuencia de un grave periodo de crisis medioambiental producto del
eventos climático conocido como “El Niño” (Mosley 1997). Estas evidencias se
correlacionaron con los trabajos arqueológicos realizados por Garth Bawden
(1977) en el sitio de Galindo, ubicado en el valle medio-alto de Moche, cuya
planificación arquitectónica y residencial expresaba un neto carácter urbano y

21
cuyas asociaciones cerámicas mostraban una clara correspondencia con el
estilo “Moche V”. De este modo, se concluyó que tras el abandono de las
“Huacas de Moche” el principal centro político-religioso del valle se trasladó hacia
Galindo, zona más propicia para el control de las fuentes de agua.

Entre los años 1971 y 1976 se ejecutó el proyecto Pampa Grande, el


resultado del análisis de la cerámica, lo vinculó cronológicamente con la fase
Moche V. La monumentalidad del sitio y el avanzado desarrollo urbano que
presentaba, coincidentemente en una época donde la capital Moche había sido
abandonado a fines del Moche IV en un periodo de fuerte estrés ecológico,
fueron los argumentos usados para sostener que los gobernantes Mochicas y su
sequito se habían trasladado desde el área sureña de las costa norte, de valle
de Moche hacia Lambayeque, convirtiendo a Pampa Grande en la nueva capital
del estado Moche V (Shimada 1994a).

En resumen, el resultado obtenido de estos dos proyectos sirvió para


reafirmar la tesis de Larco, si bien, la reformularon adaptándolas a los nuevos
datos obtenidos, la idea en general se mantenía sobre una visión de la sociedad
Mochica como un estado centralista, uniforme y expansivo. Además se propuso
que el abandono de la capital Mochica se debía a fenómenos medioambientales
durante la fase Moche IV en consecuencia se fundó una nueva capital ubicada
en la región Lambayeque.

Este relativo consenso entre la comunidad científica en cuanto a la


homogeneidad del estado Mochica, se empezó a poner en juicio a fines de los
años ochenta producto de unos extraordinarios descubrimientos en los valles
norcosteños más septentrionales, como la tumba del “señor de Sipán” en
Lambayeque o la cámara funeraria del sitio de La Mina en Jequetepeque. Estos
hallazgos que pusieron en escena nuevamente a la cultura Mochica fueron
acompañados por la ejecución de importantes proyectos arqueológicos en todo
el territorio Mochica: el “proyecto Alto Piura” en Piura; el “Proyecto Sipán” en
Lambayeque; los Proyectos “Pacatnamú”, “San José de Moro” y “Dos Cabezas”
en Jequetepeque; en Chicama el “Complejo Arqueológico el Brujo”; y en Moche
el “Proyecto Huacas del Sol y de la Luna” (Tinoco 2010: 111).

22
Con los nuevos descubrimientos e información que continuamente iban
apareciendo, se comprobó que cada región Mochica seguía un proceso de
desarrollo independiente y distinto que a su vez evolucionaron a los largo de
más de 600 años. Sin embargo; este proceso gracias a prácticas rituales
comunes e interacciones sociales entre las elites, parece haber ido
transformándose de manera convergente constituyendo el fenómeno cultural
Mochica (Castillo 2012: 82). En consecuencia empezaron a surgir dudas acerca
del uniformizado modelo de organización socio-político del estado Moche. Ya
no se podía argüir como hizo Larco que se trataban de préstamos culturales o
intercambios comerciales, por lo que surgió de nuevo la necesidad de reevaluar
la validez de la clásica secuencia tipológica como herramienta cronológica
(Tinoco 2010: 112).

Una repuesta
innovadora a estos
inconvenientes
metodológicos y
cronológicos fue
proporcionada por
Christopher Donnan y
Luis J. Castillo,
quienes proponían la
existencia de dos
grandes regiones
Mochicas; una sureña
que comprendía los
Fig. 10. Cuadro comparativo de la secuencia de los estilos valles desde Chicama
Mochica Norte y Mochica Sur (Tomada de Castillo et al. 2007).
hasta Nepeña y otra
norteña que abarcaba los valles desde Piura hasta Jequetepeque, ambas
separadas por el gran desierto de Paiján. Además elaboraron en base al material
ceramográfico norteño una secuencia de cerámica general del Mochica Norte
(Fig. 10) que subdividieron en “Mochica Temprano” entre los 200-550 d.C., (que
correspondería cronológicamente, pero no necesariamente estilísticamente a
las fases I y II del sur), “Mochica Medio” entre los 550-700 d.C., (equivalente al

23
Mochica III y parte del IV del sur) y “Mochica Tardío” entre los 700-850 d.C.,
(equivalente al Mochica IV y V del sur) (Castillo y Donnan 1994).

La propuesta de Donnan y Castillo gozó inmediatamente de una amplia


aceptación entre los arqueólogos, no obstante en los últimos años surgieron
acreditadas voces críticas que señalan la existencia de particularidades propias
en la cerámica en cuanto a formas, decoración e iconografía en cada uno de los
valles, por lo cual existiría la probabilidad de que cada valle Mochica hubiera
tenido un configuración política diferente y un desarrollo histórico independiente
(Donnan 2011, Koons 2012, 2014; Quilter y Koons 2012). Asimismo algunos
investigadores sugieren que debería elaborase secuencias de cerámica para
cada valle como la mejor forma de estudiar la estructura política de cada entidad
regional y así aproximarse a su desarrollo histórico (Tinoco 2010:112; Castillo
2012) (Fig. 11).

Fig. 11. Cuadro cronológico Mochica considerando los valles de la costa norte y los diferentes
estilos que interactúan. Se indican también algunos de los sitios característicos para cada
periodo (Extraído de Castillo 2012: 368).

24
2.2. El Mochica Tardío y el Periodo Transicional

Este lapso de tiempo se inicia a fines del siglo VI d.C., se caracteriza por
ser un proceso claramente complejo marcado por profundos cambios en el
panorama político y social Mochica, como el abandono de asentamientos
principales y el surgimiento de nuevos centros urbanos, la disminución del poder
político basado en la ideología y la adopción de nuevos patrones culturales
fueron los indicadores del cambio ocurridos a largo de trescientos años. El
resultado de estos procesos fue la reconfiguración de la sociedad Mochica,
primero en procesos culturales bastante peculiares, como el Periodo
Transicional de San José de Moro (Castillo y Rucabado 2003) y finalmente el
establecimiento de dos culturas regiones distintas; Lambayeque, en la región
Mochica Norte y Chimu, en la región Mochica Sur (Castillo 2012:107), las causas
por las cuales esto sucedió no fueron del todo claras. Sin embargo, en las
mayorías de casos siempre se discute tres principales causas: a) consecuencia
de una serie de eventos climatológicos catastróficos, b) una crisis sociopolítica
interna y c) las presiones o conquista de sociedades foráneas como Wari
(Castillo 2000, 2003, 2012).

Es importante considerar que por sus múltiples características, las


organizaciones Mochicas de cada región presentan diferentes procesos en
respuesta a este periodo de cambios (Koons 2012 2014). Es por ello, que
podemos encontrar que cada valle presenta diferentes contextos producto de la
manifestación de las distintas acciones, a menudo autónomas, emprendidas por
las elites en el afán de responder a la crisis (Ghavani 2015: 3).

El abandono y surgimiento de nuevos centro urbanos ubicados en las


partes medias de los valles costeños fue una característica principal del periodo
Mochica tardío, entre los sitios más representativos que podemos mencionar
para este periodo son Pampa Grande y Galindo, que se caracterizan por un
surgimiento súbito de la urbanización como nuevo patrón de asentamiento
sustituyendo así al patrón tradicional de centros ceremoniales (Shimada 1994b).
El desarrollo de este nuevo modelo urbano que evidencia mayor diferenciación
administrativa en sitios Mochicas, es considerado por varios autores no como
una evolución lógica de la sociedad Mochica, ya que interpretan su aparición

25
brusca como indicadores de inseguridad debido a conflictos mayores por el
control de los derechos de agua (Bawden 1995, Shimada 1994b).

En el área Mochica del Sur, para el valle de Moche, la construcción en


corto tiempo de Galindo surge cuando el prestigio de las elites de las Huacas de
Moche estaba en proceso de desgaste (Bawden 1995). Este sitio se caracteriza
por presentar una arquitectura muy planificada, en donde se observa áreas
residenciales segregadas por imponentes muros de adobes que separarían las
clases sociales; las existencias de “cercaduras” como un nuevo tipo de
arquitectura ceremonial demuestran el abandono de la tradicional huaca
monumental. De igual forma se registra cambios notables en el patrón funerario,
mostrando nuevas prácticas de enterramiento como la posición, registrando
individuos enterrado en forma extendida en los lados y parcialmente flexionados
remplazando la tradicional posición cubito dorsal (Bawden 1995); asimismo
Garth Bawden registra un conjunto de ceramio que aparecen siempre en
contextos Moche V, que difieren totalmente de las formas tradicionales Moche,
aunque incorpora elementos decorativos que son comunes en la cerámica de la
costa Norte (Bawden 1994) (Fig. 12).

La ocupación de Galindo fue muy corta y convulsionada, hay evidencias


que sugieren que el abandono del sitio se dio luego de una posible destrucción
en el trascurso del siglo VIII d.C. debido a un levantamiento social y económico
de sus habitantes causadas por el rechazo de los sistemas de creencias
tradicionales (Bawden 1995, 2001).

Fig. 12. Vasijas de cocción


reductora con
representaciones
geométricas registradas en
Galindo (Tomadas de
Bawden 1996)

26
Las investigaciones realizadas en el sitio de Huacas de Moche,
demostraron que entre los 600 o el 650 d.C. el Templo Viejo es clausurado como
respuesta al colapso del sistema teocrático generado por el desprestigio de la
elite religiosa de las esferas de poder, y paralelamente las elites urbanas
emergieron, surgiendo así un nuevo aparato político (Uceda 2009). Este evento
marco el fin del dominio religioso de la elite suprema Mochica y el inicio del
desarrollo de un estado secular (Uceda 2014).

Por otro lado en la región Norte, específicamente en el valle de


Lambayeque, Pampa Grande (600-800 d.C.) considerado un centro urbano por
excelencia y llegando a convertirse en el más importante de la costa Norte
(Shimada 1994a). Este sitio se caracteriza por una densa conglomeración de
diferentes construcciones residenciales y ceremoniales; como también la
presencia de números talleres artesanales (cerámica, metales, textiles, entre
otros) y áreas de almacenamiento (Fig.13). El conjunto ceremonial amurallado
está dominado por la imponente Huaca fortaleza construida mediante la nueva
técnica de cámara de relleno, otra de las tradiciones que se va popularizar en
periodos posteriores y que permitirán la construcción de edificios en menos
tiempo (Shimada 1990). Las evidencias de segregación social son fuertes, por
ello Izumi Shimada considera la existencia de una población Gallinazo que
habitaba al Sur del Piedemonte la cual eran subyugadas por la elite Mochica y
alrededor del año 700 d.C. estás se rebelaron contra el poder, destruyendo e
incendiando el centro religioso (Shimada 1994a). Sin embargo, esta fecha
debería ser reconsiderada, los nuevos resultados obtenidos en base a
recalibraciones de fechados C14 por Koons (2014) ubican el final de la
ocupación Pampa Grande alrededor de los 800 d.C. (Ghavani 20115: 7). La
presencia de cerámica de Línea Fina es muy interesante debido a que
representan repetitivos diseños geométricos (sin personas, animales o deidades)
dejando así de lado la expresiva iconografía característica de los Mochicas, las
formas de las botellas asa estribo son muy similares a las registradas en Sur
para la Fase V de Larco (Wester et al 2006) (Fig.14).

27
Fig. 13. Sitio de Pampa Grande con una extensión de cuatro kilómetros cuadrados
ubicado en el cuello del valle Chancay-Lambayeque (Tomada de Castillo 2012).

Fig. 14. Fragmentos


de botellas de asa
estribo decorados
con Línea Fina,
registradas en
Pampa Grande.
(Tomada de Rojas y
Johnson 2006).

28
La situación en el valle de Jequetepeque es muy particular difiere en gran
medida al compararlo con sus valles vecinos. Sitios de gran magnitud como
Pampa Grande o Galindo siguiendo el patrón urbano en el cuello de los valles
son inexistentes para Jequetepeque. Sin embargo lo que caracteriza para este
periodo es la emergencia y proliferación de sitios ceremoniales de pequeña y
media escala a lo largo de la parte baja del valle y la expansión de las tierras de
cultivo en el interior de la región gracias a la construcción de canales de
irrigación (Castillo y Donnan 1994, Castillo 2000, Dillehay 2001). Otra
singularidad que caracteriza a este valle contrario a la situación de los valles de
Moche y Lambayeque es su paisaje político fragmentado y descentralizado
(Dillehay 2001, Swenson 2004). Sitios como Cerro Chepén y San Idelfonso
presentan amurallamiento, muchos investigadores sugieren que son señales de
posibles conflictos étnicos en este periodo, lo que llego a plantear una situación
que probablemente carezca de integración y monopolización de fuerza coercitiva
por un único centro de poder (Dillehay 2001).

Entre los sitios que podemos nombrar más interesantes, no solo para este
valle sino para toda la costa Norte durante este periodo es San José de Moro, el
cual pareció haber gozado de un estatus particular en relación a los otros sitios.
Los extraordinarios contextos funerarios de elite afiliados a la mitología Mochica
que se registraron ahí permiten señalar a San José de Moro como un centro
ceremonial y probablemente político de un importante prestigio (Castillo y
Donnan 1994, Castillo 2000, Castillo 2012). Sin duda otra de las particularidades
que resaltan en este sitio, es la presencia de cerámica de origen foráneo de gran
calidad en los entierros de elite. Esta situación se debería al resultado de una
nueva estrategia por partes de las elites, los cuales se asociaron a estos
artefactos foráneos de prestigio con el afán de sostener su poder y legitimidad
su ideología en un periodo de crisis (Castillo 2000).

Como se ha señalado en el capítulo anterior fueron Luis Jaime Castillo y


Cristopher Donnan (1994) quienes definieron en base al análisis de cerámica
proveniente de los contextos funéreos correspondientes al periodo Mochica
Tardío para el valle de Jequetepeque, dividiéndolo cronológicamente entre tres
sub-fases (Fig.15). Castillo (2012) lo presenta de la manera siguiente:

29
Mochica Tardío A: Corresponde con el inicio del periodo y está
caracterizada, a nivel de la cerámica fina, por la aparición de la cerámica
Mochica Tardía de Línea Fina, la cerámica Mochica Polícroma (Castillo
2009, McClelland et al. 2007), y algunas de las tradiciones foráneas como
Wari-Ocros, Wari-Chaquipampa, Cajamarca Medio, Nievería y Atarco
(Castillo 2010; Castillo et al. 2008). La cerámica de calidad media está
conformada por formas derivadas de Mochica Medio, particularmente los
cántaros de cuello efigie, la cerámica modelada o impresa pero sin buen
acabado ni engobes, y un nuevo repertorio de cerámica doméstica en la
que figuran ollas y cántaros con cuellos rectos evertidos y bultos en el
cuerpo, jarras de cuerpos carenados y botellas de cuerpos achatados.

Mochica Tardío B: Está marcada por la proliferación de los estilos


cerámicos mixtos y por la desaparición de algunas formas características
de la fase anterior. Durante esta fase continúa la tradición de las botellas
pictóricas de Línea Fina, que probablemente alcanza su máximo
desarrollo. En las tumbas de esta fase no se han hallado artefactos
importados, pero sí cerámica polícroma con diseños derivados de las
tradiciones Wari-Ocros y Wari-Chaquipampa, así como cerámica
Cajamarca costeña (Castillo 2000). Las tumbas típicas para este periodo
son tumbas de bota que contienen a un sólo individuo, abundante
cerámica pero ni “crisoles” ni maquetas. Estos dos tipos de artefactos, así
como cerámica polícroma aparecieron, sin embargo, en la tumba de
cámara M-U 1727 (Muro 2010), la única tumba de este tipo y para esta
fase excavada hasta la fecha. En la cerámica de calidad media es donde
se experimentan los cambios más importantes para la fase Mochica
Tardía B. Las ollas con bultos son sustituidas por las ollas de “cuello
plataforma”, que se convierte en la forma más diagnóstica para la fase.
Los cántaros o botellas de cuello efigie disminuyen drásticamente,
persistiendo prácticamente sólo a través de los grandes cántaros “Reyes
de Asiria”. Las jarras pequeñas dejan de ser las formas más comunes y
pasan a tener el cuello recto y el cuerpo redondeado y con frecuencia se
decoran con motivos foráneos.

30
Mochica Tardío C: Durante la fase Mochica Tardía C se produce una
drástica ruptura con relación a las líneas de evolución de los estilos
cerámicos que se venían siguiendo desde el Periodo Mochica Medio
(Castillo 2000). La cerámica Mochica Tardía de Línea Fina prácticamente
desaparece y el cambio más importante en la cerámica doméstica es que
las ollas de cuello plataforma comienzan a perder popularidad y son
reemplazadas por ollas de cuello compuesto o recto evertido. Muchas
formas típicas de la cerámica Mochica de calidad media continúan,
particularmente piezas decoradas con diseños en relieve. También son
frecuentes las piezas polícromas, vasos lira, keros negros y “crisoles”,
pero con caras humorísticas modeladas. (Castillo 2012: 393-402).

En forma general podemos señalar que el periodo Mochica Tardío está


marcado principalmente por la trasformación de la iconografía de poder
(Bawden 1995, Castillo 2000, Donnan y McClelland 1999) con el surgimiento de
nuevos temas míticos conectados entre sí que involucran ciertos personajes del
panteón Mochica, principalmente son tres temas: el tema de las confrontaciones
míticas, la sacerdotisa sobre la balsa o sobre la luna creciente y el tema de la
ceremonia del entierro (Castillo 2012). Estas trasformación ideológicas y
religiosas podemos considerarlos como respuestas provocadas por traumas
económicos, politos y ecológicos suscitados para este periodo. Es interesante
notar que los nuevos temas iconográficos están muy relacionados con el mar, lo
que supondría la utilización de este elemento como estrategia religiosa para
adoptarse a las importantes perturbaciones medioambientales (McClelland
1990), es por ello que las divinidades del mar y de la noche llegaron a ser los
protagonistas del ámbito mítico y religiosos armonizador del Mochica Tardío
(Swenson 2004).

31
Fig. 15. Especímenes Típicos para la
fase Mochica Tardío A (arriba
izquierda); Mochica Tardío B (arriba
derecha); Mochica Tardío (Abajo
izquierda). Tomada de Castillo 2000.

32
El Periodo Transicional

La denominación del término transicional hace referencia a un periodo de


tránsito entre fin de la sociedad Mochica y el inicio de los Lambayeques en el
norte o Chimu para el caso del sur. Sin embargo a lo largo de los años este
periodo de tránsito ha recibido diferentes nombres como Huari Norteño (Larco
1948); Chimu temprano para el área de Trujillo (Donnan y Mackey 1978); y Sican
Temprano para los valles de Lambayeque (Shimada 1995). El Periodo
Transicional, más que una tradición cultural y estilística definida es una bisagra
entre dos tradiciones muy arraigadas en la costa norte, por un lado la tradición
Mochica y por el otro Lambayeque o Chimu (Castillo 2012: 406).

Este periodo en base a secuencias estilísticas y estudios de contextos


funerarios principalmente para el valle de Jequetepeque se presume que se
desarrolló entre los 850 y 1000 d.C. Según castillo (2012) el periodo es
principalmente caracterizado por la falta de estandarización en la producción de
vasijas de estilo Mochica, y consiguientemente una gran heterogeneidad y
libertad estilística. Así como también se observa el abandono de las botellas asa
estribo de Línea Fina y el estilo Mochica Polícromo, emblemático en su rol como
soporte de la ideología Mochica, por lo tanto esto significaría una caída
progresiva de las elites Mochica. Sin embargo es importante mencionar el
registro de importantes contextos funerarios para esta época, lo que
representaría que las elites no simplemente desaparecieron, sino por el contrario
los grupos dominantes habrían sido reestructurados (Castillo 2003, 2012,
Castillo y Rucabado 2003).

Durante el periodo Transicional se registra la coexistencia de una amplia


variedad de estilos ceramográficos foráneos del Horizonte Medio 2 provenientes
de la costa sur: Atarco; costa central: Nivería, Pachacamac y Casma impreso;
sierra sur: Chaquipampa y Viñaque; y sierra norte: Cajamarca (Castillo y
Rucabado 2003). Además se observa la proliferación de réplicas de los estilos
foráneos producidos localmente y el surgimiento numeroso de cerámica de
cocción reductora y botellas de doble pico adornadas por una síntesis de
símbolos religiosos Mochicas y de signos de poder Wari, cuya manifestación dio
un probable origen a la iconografía y la expresión material de la cultura
Lambayeque (Castillo y Rucabado 2003, Zevallos 1980).
33
El resultado obtenido de fechados C14 (Calibrados) y la clara definición
de la estratigráfica de San José de Moro; sitio que se caracteriza por presentar
una ocupación del Periodo Transicional más compleja y mejor estudiada, es
posible distinguir dos momentos muy marcados, Castillo (2012) menciona:

Transicional Temprano: Están relacionadas con grandes tumbas de


cámara, muy semejantes en su diseño y orientación a las tumbas Mochica
Tardías, pero con marcadas diferencias en los artefactos que contienen.
Llama la atención la gran cantidad y variedad de cerámica Cajamarca y
Viñaque que encontramos en ellas. A decir verdad, cada una de las tres
tumbas de cámara con evidencias de haber contenido Sacerdotisas es
muy diferente de las otras (Castillo 2005, Castillo et al. 2008). También
existen en esta época tumbas de foso muy complejas y repletas de
ofrendas funerarias. Este tipo de tumbas había sido en el Periodo Mochica
Tardío el más simple, reservado para las clases bajas, pero en el
Transicional A se convierte en una forma asociada a entierros de elite (Fig.
16).

Transicional Tardío: Está caracterizada por la aparición de tumbas de


cámara semi-subterráneas muy singulares, mucho más pequeñas y que
contienen entierros secundarios. Estas tumbas son muy semejantes a
tumbas reportadas por Watanabe del sitio de Paredones (Watanabe y
Echevarría 2007), en el valle alto del Jequetepeque, donde presentaban
las mismas dimensiones (aprox. 2 por 2 metros), un ingreso elevado e
incluían materiales revueltos, compuesto por huesos largos,
cerámica Cajamarca y Cajamarca costeña, cerámica post Mochica
y artefactos importados de estilos Viñaque y Tiawanaco (Castillo 2012:
411) (Fig.17).

En resumen podemos señalar que durante el Transicional Temprano aún


existe un continuum de las prácticas funerales del Mochica Tardío y parece que
de alguna manera los rituales Mochicas sobrevivieron hasta esta fase. Rucabado
(2006) considera que el Transicional Temprano mantiene aún algunos cañones
Mochicas y que el verdadero Colapso de esta sociedad ocurrió en esta fase. En
cambio el Transicional Tardío representa una verdadera ruptura con las
tradiciones Mochicas, además esa fase está marcada por la influencia estilística
34
Cajamarca (Castillo 2012, Rucabado 2006) y finaliza con la llegada de los
Lambayeques.

Fig. 16. Ofrendas


provenientes de una
tumba tipo Foso de la
fase Transicional
Temprano; presencia de
botellas reductoras de
estilo Post-Mochica,
platos Cajamarca
costeño y artefactos de
textilera.

Fig. 17.
Cerámica del
Transicional
Tardío.

35
El caso Transicional en Lambayeque

Para esta parte de la región norte, este periodo de transición parece


empezar luego del colapso del estado Moche V en Pampa Grande. Shimada
denomina a este periodo con el nombre de Sican temprano y lo ubica
cronológicamente entre los 800 d.C. y 900 d.C., además considera que se
caracteriza por una ausencia de un centralismo político o la presencia de un
liderazgo político efectivo; sin embargo señala la presencia de una gran mezcla
de estilos artísticos derivados localmente, así como provenientes de áreas de la
sierra norte, costa central y extremo sur (Shimada 2014). Por lo tanto podemos
considerar que en esencia el Sican Temprano fue consecuencia de interacción
interregionales, en el que se fusionaron dos tradiciones andinas muy importantes
como la de la costa norte y sierra sur.

Luego del colapso de Pampa Grande surge en el bosque de Pomac, valle


medio de la leche un centro de poder de complejas características llamado Batan
Grande, el cual se le atribuye como la capital religiosa y política del nuevo estado
Lambayeque Medio, desarrollando entre los 900 d.C. – 1100 d.C. Sin embargo
en esta área se puede hallar diferentes componentes característicos del último
periodo Mochica (Mochica tardío C) y del Sican temprano (Transicional
Temprano) como los registrados en Huaca Lucia, la presencia de cámaras
funerarios de adobes pertenecientes según Shimada al periodo Moche V, que
contenían a varios individuo enterados en posición cubito dorsal, donde ciertas
huellas dejaban a entender que algunos muertos fueron removidos para un
probable reusó posterior de la estructura funeraria (Shimada 1994a: 242). Esta
Práctica para Ghavani (2015) remite obligatoriamente a la cámara funeraria M-
U615 de San José de Moro, por lo que supondría un cierto grado de similitud
entre las dos regiones, posiblemente debido al periodo en cuestión (Ghavani
2015: 33). Cabe mencionar en un contexto funerario también ha registrado una
botella de asa estribo de Línea Fina, junto con otras vasijas de influencia Wari
del estilo denominado Cachaco (Shimada 1981:426 citado en Ghavani 2015).
Huaca del Pueblo otro sitio ubicado dentro del complejo de Pomac, en donde se
ha podido identificar fragmentos de copas Huari provincial típicas del Horizonte
Medio 2 (Shimada 1994a) muy idénticas a la encontradas en Huaca Bandera y

36
San José de Moro además cerámica Sican Temprano (Fig. 18), correspondiente
al Proto – Lambayeque del valle de Jequetepeque.

Fig. 18. (A) fragmento de cerámica de estilo Viñaque encontrada en Huaca Soledad, Batan
Grande. (B) y(C) fragmentos del mismo estilo huaqueados en San José de Moro. (D) Pareja
de felinos sentados de frente sobre una vasija del estilo Sican Temprano prevenientes de
Huaca del Pueblo, Batan Grande (Extraído de Shimada 1994a: 251).

Las evidencias sugieren que el estilo Sican Temprano proviene de un


importante sincretismo de influencias de estilos foranos del Horizonte Medio 2 y
la tradición local Mochica. Durante este periodo se hacen popular aquellas
cerámicas de cocción reductora con acabado pulido y bruñido cuya presencia
coincide con la aparición del paleteado (Shimada 1990); asimismo aparecen las
primeras botellas asa puente de doble gollete decorados con la cabeza de un
personaje con el gorro de cuatro puntas similares a los registrados en Huari y
Tiahuanaco (Ver Shimada 1990, Fig. 12); la botella de cuello único suelen
presentar el rostro de un personaje con rasgos ornitoformas y ojos ligeramente
alados. Para Shimada la corporación religiosa de Batan Grande opta por este
sincretismo en el afán de mantener comunidad pero al mismo tiempo introducir
nuevos elementos en el sistema de creencia y rituales muy contestadas.
(Shimada 1981: 39).

Este proceso de tránsito también es observado en otras partes de la


región Lambayeque como en es el caso del complejo arqueológico Chotuna
Chornancap, en donde Donnan a partir de sus excavaciones, análisis
estratigráficos y una seriación de la cerámica construye una primera
37
aproximación cronología del sitio, registrando una Fase Temprana que abarca
aproximadamente del 700 al 1100 d.C. (Donnan 1993), el cual se ubicaría
cronológicamente dentro de escenario del Horizonte Medio y el fin de los
Mochicas. De igual forma Donnan señala que esta fase está vinculada con
botellas y platos tricolor (rojo, blanco y negro); platos de base anular y pintura
roja sobre blanco conocidos mayormente en Batan Grande como Sican Pintado
o Cajamarca Costeño en Jequetepeque; platos con decoración impresa; vasija
con base trípode; botella reducida de estilo Lambayeque y una variedad de
cerámica utilitaria con una particular decoración de marcas de dedos pre-cocción
(Donnan 1990: 252-257). Estas características de la cerámica registrada en el
sitio alude a la dinámica del periodo Trasnacional como el de San José de Moro,
aunque sin mostrar la prestigiosa cerámica Wari importada (Ghavani 2015: 40).

En el distrito de Tumán, existen sitios arqueológicos pertenecientes a este


periodo como: Huaca Bola de Oro, Huaca Alto Perú, La Calerita, El Milagro y
Calupe. Estos sitios habrían tenido durante el Lambayeque Temprano
características de tipo administrativo y domestico que gozaban del control y
aprovechamiento del recurso hídrico provenientes del sistema de riego del rio
Lambayeque para el desarrollo agrícola (Bracamonte et al 2006: 172). Asimismo
los autores mencionan la existencia de una heterogeneidad de estilos cerámicos,
donde interactúan en un mismo contexto estilos Post-Mochicas, Lambayeque
Temprano, Pachacamac, Cajamarca costeño y serrano.

Otro sitio importante a considerar es Huaca Santa Rosa de Pucalá, el cual


fue un centro religioso y político regional de la margen norte del rio Lambayeque,
presenta además un extraordinario secuencia ocupación de aproximadamente
2500 años. Durante las excavaciones dirigidas por Bracamonte se registró un
contexto funerario, el cual estaba relacionado con el Horizonte Medio. Este
contexto denominado como la tumba 21 contenía la osamenta de un adolecente
en posición sentada y flexionada, además presentaba un conjunto de vasijas y
una valva de Spóndylus como ofrenda (Bracamonte 20011) (Fig.19). El autor
resalta la importante similitud que presentan todas las vasijas del conjunto con
el material excavado en tumbas del periodo Transicional Temprano en San José
de Moro y de algunas vasijas registras para sitio de Huaca Bandera (Bracamonte
2011: 17-18).

38
Fig. 19. Vasija recuperadas de la Tumba 21 de Huaca Santa Rosa (Tomada de Bracamonte 2011:
17. Fig. 10).

Huaca Bandera ubicado en la margen derecha del rio Motupe, se


caracteriza por ser el sitio ceremonial más septentrional del Horizonte Medio con
presencia de materiales Mochica Tardío y del Periodo Transicional (Curo et al.
2011). La singularidad de este sitio de detallaran en los capítulos posteriores de
esta investigación.

39
2.3. Antecedentes de investigación de Huaca Bandera – Pacora antes
del 2010

2.3.1. Datos etnohistóricos


Previo a la llegada del español, Pacora estaba incorporado al cacicazgo
o señorío de Jayanca, uno de los más prósperos del valle de Lambayeque
(Espinoza 1975), es por ello que en los primeros documentos de los
conquistadores se hace mención solo a Jayanca.

Sin embargo en 1782 el licenciado Justo Modesto de Ruviños y Andrade,


párroco de Mórrope y Pacora escribe “Sucesión cronológica e serie historial de
los curas de Mórrope y Pacora…” donde narra la obra de los religiosos desde el
año 1536 hasta 1733, en esta obra dejada inconclusa menciona dos importantes
datos; una relacionada con la fundación “legendaria” de Mórrope o Félam
(mencionado también la de Pacora) y otra vinculada con la conocida versión
corta del relato de Naylamp. La primera narra una importante época de sequía
donde la Luna, “Diosa de las aguas”, es destronada por la diosa Murrup, al
resolver el problema del agua para su pueblo. Señala además que Pacora era
asiento y cabecera del cacicazgo en relación a Morrope, que fue fundada por
Culloc-Capac, por encargo de Manco Cápac y que su cacique a la llegada de los
españoles era Cusu – Soli (Curo 2013: 10).

Entre los trabajo etnohistóricos más importante para esta zona, es el de


Waldemar Espinoza con su artículo titulado “El valle de Jayanca y el reino de los
Mochicas del siglo XV y XVI” de 1975, en el cual indica la existencia de un
documento que data de 1540 el cual hace referencia a una vista hecha por el
licenciado Sebastián de la Gama. En dicho documento se puede obtener
información relacionada con montos tributarios de la época, ceso y población de
Jayanca y Pacora, patrón de asentamiento, topónimos, sistema administrativo
legal y relación Costa – Sierra, además menciona al cacique Facollapa como el
señor de Pacora en aquel momento.

Así mismo sostiene una versión legendaria sobre la fundación de


Jayanca, a cargo de uno de los príncipes que escoltaban y asesoraban Naylamp
llamado LLapchillulli. Él cual era muy apreciado por Naylamp, tanto por su valor
como por haber sido un perito artesano en la labraba de telas con plumería
40
(Cabello Balboa 1586: 327-329 citado en Espinoza 1976: 245). Esta versión
sobre la fundación de Jayanca también fue mencionada por otro investigador
anterior siendo Enrique Brunning en 1992, donde señala en su publicación
“Estudios Monográficos del Departamento de Lambayeque” la fundación de
Jayanca por parte de uno de los oficiales de Naylamp siendo Llapchilluli, además
postula la hipótesis de proponer al sitio arqueológico Zurita como el lugar donde
se asentó.

En el documento se hace una descripción de los asentamientos dispersos


clasificándose por pueblos, ranchos y estancias donde Espinoza comenta que
“Los pueblos estaban rodeados por una cerca o muralla de ‘pared’, es decir de
adobes y adobones”, aunque también se intercalaba la pared y la quincha o
solamente caña o ramas. Menciona además que la jerarquización de estos se
daba por la arquitectura y no por el número de habitantes (ibíd., p. 252). Adema
se hace referencia a los problemas del agua en Jayanca y advierte del control
que de ella se tenía y también del control que ejercían los pueblos serranos sobre
el agua que utilizaba Jayanca, lo cual era motivo de “rescate” o intercambio.
Adema hay una referencia del cacique Caratache (Catache) que controlaba las
aguas de la sierra (ibíd.,p. 271), hecho importante dado que este pueblo serrano
corresponde hoy a la cuenca del rio Chancay y no del río La Leche, que es el
valle donde se encuentra Jayanca. Podría entenderse que el valle de La Leche
Motupe, era subsidiado por el Chancay vía el canal Raca Rumi (Curo. 2010,
2012, 2013). Así mismo, se mencionan en el documento las ordenanzas del
visitador Gonzales de Cuenca para poner en marcha las reducciones a pueblos
de indios a partir del año 1566 mediante los cuales se crearon los pueblos de
San Salvador de Jayanca y Pacora. Además señala que Jayanca estaba
gobernada por el cacique Caxusolo, el cual tenía dos principales: Minimixas y
Facollape; los cuales tenían a sus manos a curcas subordinados, uno de ellos
era Pacora curaca dependiente de Facollapa (Espinoza 1975: 258).

Otro de los trabajos etnohistóricos importantes tenemos el de Jorge


Zevallos de 1989 titulada “Los Cacicazgos de Lambayeque”, en el cual menciona
a los cacicazgos de Jayanca y Pacora. Para este último hace una relación
cronológica de diez caciques, advirtiendo que en la época prehispánica los dos
cacicazgos eran un solo con preponderancia de Jayanca, luego de la conquista

41
los dividen para otorgar sendas encomiendas. El listado de caciques empieza
con Facollapa hacia 1548, le sigue Don Jerónimo Rodríguez Puiconsoli, luego
existe una sucesión familiar de este último pasando por diez generación, en esté
trayecto se observa una variación en el apellido cambiando de Puiconsoli a
solamente Cususoli, siendo el ultimo heredero Don Gaspar Cususoli, quien falle
en el año 1814 (Zevallos 1989: 110 – 111).

2.3.2. Primeras investigaciones arqueológicas en Huaca Bandera


antes del 2008

El sitio arqueológico Huaca Bandera ha sido visitado en muy pocas


oportunidades por arqueólogos o investigadores a fines. El primero trabaja
relacionado con el sitio se le puede considerar al Dr. Paul Kosok quien publica
en 1965 su conocida obra “Life, Land, and Water in Ancient Perú”, el cual trata
de un estudio sobre los antiguos sistemas de irrigación en la costa norte. Su
trabaja contiene mucha información importante, entre ella números fotos aérea
que permiten observar de manera general sitio arqueológicos con sus diversos
componente incluidos redes de canales, campos de cultivo y caminos (Curo
2013: 12). Además considera a los valles de la región Lambayeque el mayor
complejo hídrico de la costa peruana antigua, donde cinco ríos estaban
interconectados por medios de canales intervalles. En su descripción sobre el
valle de Motupe, menciona a Huaca Bandera ubicada en el límite sur del desierto
de Sechura y describe al sitio como un extenso complejo dominado por tres
pirámides de adobe, que contenía un red de canales y recintos amurallados (Fig.
20, 21), a la misma ves resalta la gran cantidad de cerámica de tipo paleteado
(Fig. 22) dispersa en la superficie (Kosok 1965: 167 y 175).

En el año 1983 se publica el “Inventario de Monumentos Arqueológicos


del Perú”- Zona Norte, a cargo del arqueólogo Roger Ravines conjuntamente con
el Instituto Nacional de Cultura, para ello utilizaron las Cartas Geográficas
Nacionales donde ubican a los sitios y hacen referencia con su nombre,
categoría, clase de monumento, ubicación política y geográfica, altitud, área,
época y estilo cultural. En relación con la carta geográfica de Jayanca 13-D,
ubican al sito N° 23 con el nombre de “Complejo Machuca”, le otorgan la clase
de pirámides, cementerio, a la vez lo sitúan en el distrito de Jayanca, provincia
de Lambayeque entre la coordenadas 6º24’30’’ Latitud y 79º54’00’’ Longitud.
42
Fig. 20, 21, 22. Fotografía aérea del Complejo Arqueológico Huaca Bandera (arriba). Vista
frontal de la pirámide principal “Huaca Bandera” (centro). Fragmentos de decoración
paletada (abajo) registradas en la prospección realizada por Paul Kosok (Kosok 1965).

43
Además mencionan que es un sitio que corresponde a las épocas del
Horizonte Medio, periodo Intermedio Tardío. Es claro que la referencia alude al
Complejo Arqueológico Huaca Bandera, asignándole otro nombre, cuando
Kosok antes ya había publicado su trabajo donde menciona el nombre correcto;
mencionando además que en “La Carta del Ejército” se encontraba ya con ese
nombre. Así también erróneamente lo ubica en el distrito de Jayanca, mientras
que la cronología es aproximada (Curo 2013: 12).

Una década después, en el año 1992 el complejo arqueológico Huaca


Bandera es visitado para un reconocimiento por los arqueólogos Jorge Rosas,
Pablo Carlos y Alfredo Narváez; en el año 1995 se realizan las primeras
excavaciones de investigación (excavaciones exploratorias) a cargo de los
mismos arqueólogos que reconocieron el sitio tres años antes. Estos trabajos
permitieron hacer un levantamiento planimétrico del sitio que incluyó su
delimitación y sectorización, además se identificó siete estructuras piramidales
principales distribuidos distintamente, al mismo tiempo lograron registra áreas
arquitectónicas con presencia de relieves policromos y ornamentos con nichos
pintados. Finalmente concluyeron que existía tres momentos de ocupación, el
cual se remontaba a las primeras fases de la cultura Lambayeque remarcando
que el sitio muestra una fuerte influencia Moche, Wari y Cajamarca (Narváez y
Delgado 2011).

Finalmente, en el año 1997, el Museo Brunning realiza trabajos de


mantenimiento en Huaca Bandera, realizando entre otras actividades, el sellado
de pozos de huaqueo como medida de protección de la evidencia arquitectónica,
dentro de la cual encontraban algunas estructuras con decoración pictórica (Curo
2013: 13).

2.4. Investigaciones del Proyecto Arqueológico Huaca Bandera (2010 –


2013)
El Proyecto Arqueológico Huaca Bandera, viene realizando
investigaciones sistemáticas en el sitio del mismo nombre durante tres
temporadas casi continuas. A pesar del corto tiempo de ejecución del Proyecto,
Éste se ha convertido en unos de los proyectos más atrayentes de costa norte,
debido a que sus evidencias arqueológicas y resultados de investigación que
abordan quizás uno de los temas más interesantes, el “Colapso Mochica”.
44
El PIAHB, dirigido por el arqueólogo Manuel Curo Chambergo ha
realizado labores no solo relacionadas a la excavación e intervención directa;
como trabajo de conservación buscando con ello garantizar la integridad de las
estructuras que se mantienen expuestas, sino además ha contribuido de manera
integral al desarrollo comunitario de la población a travez de diversos
mecanismos entre ello la inculcación de valores de identidad y revaloración al
pasado.

En estas temporadas de investigación, los objetivos principales giraban


en torno a interpretar el comportamiento social del grupo humano que ocupo esta
zona; para ello se basó en la acumulación de información sobre todo en los
aspectos: arquitectónicos, iconográficos y ceramográfico. Esto ha permitido,
luego de su sistematización inicial poder comprender en gran medida todo lo
relacionado con el patrón de asentamiento.

Durante la primera temporada, se puedo constatar que la ocupación del


sitio se dio por un tiempo relativamente breve. La estratigrafía demostró que la
zona fue ocupada en un solo asentamiento superpuesto al estrato natural sub
dividido en dos momentos. De acuerdo al dato ceramográfico y a la extensión
del sitio esto pudo haber ocurrido en un lapso no menor de los 100 años (Curo
2010), demostrando que el sitio tendría una breve etapa de ocupación Mochica
Tardío y una más amplia de la etapa transicional, de la cual varios de sus
componente observados de esta última etapa son registrados también en San
José de Moro y en Huaca Santa Rosa.

El descubrimiento del restos de murales policromos con iconografía, así


como grafitis en los muros de áreas ceremonias (Fig. 23, 24, 25), denotarían que
el sitio poseía un rol ritual en particular. A la vez observando y analizando estas
representaciones iconográficas nos demuestran que si bien los personajes están
representados con un estilo básicamente Mochica, ellos se encuentran en franco
proceso de cambio, evolucionado hacia el estilo de las imágenes Lambayeque
(ibíd: 5).

La lectura que se puede hacer de la presencia de estos componentes y


de tipos ceramográfico foráneos variados, demostrarían que los Moches se
encontraban en un momento de debilitamiento político y que ello permitió esta

45
infiltración cultural foránea (Castillo 2000, 2003; Rucabado y Castillo 2003) o
también que parte de la Costa Central y Costa Norte compartían momentos
difíciles y tuvieron que unir esfuerzos para enfrentarlos, durante el Horizonte
Medio (Época 1B). Lo cierto es que la información procedente del Complejo
Bandera nos está planteando la imagen de un pueblo Moche en pleno proceso
de transformación, donde las tradiciones arquitectónicas y constructivas han
iniciado cambios de técnicas, al igual que las imágenes muestran variantes que
las aproximan a aquellas de los Lambayeque y donde también el estilo
ceramográfico ha sufrido transformaciones, caso del Moche Polícromo o la línea
fina sobre anaranjado natural que manifiestan el desplazamiento de sus
tradiciones estilísticas por el empuje de los estilos intrusivos (Curo 2010: 6)

En esta misma temporada se intervenido unidades ubicada en el lado sur


del pasaje ceremonial, denominado como: Sub-sector Este dentro del área
Conexa Sur, donde se hallaron estructuras de posible carácter “Domestico –
Ceremonial”, en el sentido de que su función si bien ha podido servir para la
preparación de alimentos (comida y bebidas), su ubicación próxima al frente de
la huaca dentro del área amurallada, la vinculan a la elite residente que
desempeñaba funciones ceremoniales y administrativas. Las estructuras que la
componen muestran precariedad en contraposición a varias vasijas de carácter
ceremonial a las que se asocian, donde se observan los componentes
ceramográfico transicionales “Lambayeque Temprano”, “Moche Tardío”, y “Wari”
coexistiendo como si se tratase de un asentamiento “Polietnico” o “Policultural”
que al margen de los mecanismos sociales que lo causaron, muestran los
resultados de la simbiosis cultural en marcha (ibíd: 7).

Durante la siguiente temporada 2011- 2012 el proyecto decidió ampliar el


área de investigación no solo en Sector Norte se intervendría, sino también el
Sector Sur integrado por sus conjuntos amurallados 3, 4 y 5; principalmente sus
plataformas piramidales denominadas Huaca Culebra, Huaca Blanca y Huaca
Quemada, respectivamente.

46
Fig. 23. Mural encontrado en el Sector Norte 1 donde se representaría a la escena de la
Presentación de la copa (arriba). Reconstrucción digital de los personajes de la escena
(abajo) (Archivo del PIAHB)

Fig.24. Grafiti 1 encontrado en el corredor ceremonial que


ilustraría a la Sacerdotisa Moche (archivos PIAHB).

47
Fig. 25. Grafiti 2 representa a
dos personajes sobrenaturales
enfrentándose con el gesto de
presentar la copa. (Archivo
PIAHB)

El resultado de las intervenciones en los conjuntos amurallados demostró


que todos ellos mostraban rasgos muy semejantes en su distribución
arquitectónica como por ejemplo: presentaban planta rectangular estaban
orientados hacia el Este, en cuyo interior destacaban una o dos plataformas
piramidales con rampa central, además de otros componentes internos como sus
sistemas de acceso a través de un corredor central, dos plazas públicas
simétricas, áreas administrativas, áreas domésticas, entro otros (Curo 2012: 6).
A la vez se comprobó que los conjuntos amurallados son los compones
arquitectónicos principales pero no los únicos, próximos a ellos se encontraban
otros que no estaban cercados (en la temporada siguiente se corroboró que
algunos poseían los mismos elementos arquitectónicos que los conjuntos
amurallados) pero que mostraban monumentalidad, la mayoría de casos se

48
trataba de pequeños asentamientos nucleados alrededor de una plataforma
piramidal, caso de las Área Norte 1 y Oeste 1, próximas al Conjunto Amurallado
1, en el sector Norte (Fig. 26).

Fig. 26. Reconstrucción isométrica del Conjunto Amurallado 1 (Archivo del PAHB)

Entre los resultados más importantes de esta témpora fue el


descubrimiento de unos muros policromos registrados dentro del conjunto
amurallado 4 (Huaca Blanca). Este muro corresponde al lado Oeste de un
Recinto, cuyos caracteres y diseño asemeja mucho al muro soporte de los
murales de Huaca Facho, en el recinto ceremonial de Pomac (Donnan 1972). Se
trata de un muro de unos 30 m. de largo que esta ornamentado con nichos de
los cuales hoy se encuentran evidencias de al menos dos hiladas superpuestas
(las superiores casi inexistentes) en cuyos espacios de separación, entre nichos,
se han pintado murales en paneles con imágenes de personajes antropomorfos
de claro estilo Moche Transicional, representados de perfil, portando dardos y
estolica (Fig. 27a-c, 28). Aquí es interesante notar la similitud de diseño
arquitectónico con aquellos de Facho, además de la sugestiva disposición similar
de los personajes que también se asemeja a aquellos reportados por Donnan
(Curo 2012: 136) (Fig. 29,30).

49
Fig. 27a. Mural en escaques
superpuestos por el friso en el Sector
sur, Huaca Blanca (arriba). 19b: detalle
del friso de los personajes con la cola de
ola zoomorfa y copa en la mano (centro).
19c; Reconstrucción digital del
personaje felino en detalle en el mural en
escaques (abajo) (Archivo PIAHB)

50
Fig. 28. Reconstrucción
digital del muro en
escaques superpuesto
por el friso en el sector
de Huaca Blanca
(Archivo PIAHB).

Fig. 29. Diseño arquitectónico del mural perteneciente a la Huaca Facho; nótese la
similitudes del diseño comparada a la de Huaca Blanca (Extraída de Donnan 1972).

Fig. 30. Detalle de la iconografía de la porra antropomorfizada llevando la


copa; mural de Huaca Facho (Extraída de Donnan 1972).

51
Al comparar las características de los murales tanto del Sector Norte como
con el Sector Sur advierte diferencias que tendrían connotaciones de carácter
étnico – cultural (ibíd). Estas diferencias se dan en el aspecto técnico pero
asimismo desde un aspecto conceptual de diseño, hecho que posibilita pensar
una vez más, en el proceso de cambio religioso que se estaba suscitando en el
sitio. Mientras que en el Sector Norte, en Huaca Bandera, los murales se
diseñaban sin utilizar la técnica de la incisión y se pintaban escenas completas,
donde varios personajes eran representados mediante la utilización de siete
colores sobre superficies llanas; en el sector sur, en Huaca Blanca esto ocurría
usando la técnica de la incisión previa, para personajes aislados en paneles,
sobre superficies discontinuas (Muro Nichado), que en conjunto representan dos
procesiones opuestas que coinciden en un punto central y aparentemente
usando solo cinco colores. El primer caso corresponde bien a la tradición Mural
Mochica, mientras que el segundo se asemeja a la concepción de diseño
Tiahuanaco – Wari, que ya se observaba desde la etapa Moche Tardío para el
estilo de línea fina, específicamente en las representaciones del tema del
Enteramiento para la cerámica de San José de Moro (ibíd: 137).

No obstante al contrastar las características ceramográfico son bastantes


homogéneas en los dos sectores, esto sugeriría que entre ellos no haya un
diferencia cronológica significativa, y por lo tanto, estas dos concepciones o
tradiciones pictóricas hayan coexistido. Y como resultando de ello las tradiciones
hayan sido producto de una coexistencia étnico – cultural o también que los
Templos hayan tenido dedicación específica (ibíd: 138).

En la temporada de excavación del 2013 se confirmó la presencia de un


Conjunto Amurallado anexo al Conjunto Amurallado 1, el cual está presidido por
una pirámide menor o plataforma piramidal ubicado al norte de la pirámide
mayor, conocida localmente como Huaca Bandera. De esta manera el proyecto
denominó al Conjunto Amurallado 1A (Huaca mayor) y el Conjunto Amurallado
1B (pirámide menos anexa) (Curo 2013). Ambos conjuntos muestras
básicamente los mismos componentes internos: corredores de acceso con
vanos de control, plaza de la rampa, plataforma piramidal de dos niveles con
rampa central, cerco perimétrico y orientación hacia el este, con algunos grados
de variación entre ellos.

52
Paralelamente a las investigaciones arqueológicas hechas por el PIAHB,
se han realizado dos investigaciones por parte de estudiantes de la Universidad
Nacional de Trujillo con el asesoramiento del proyecto. El primero de ellos es un
trabajo de licenciatura realiza por Rosa Ninatante (2011), el cual presenta su
tema “Arquitectura Domestica Moche en el Área Norte 2 del Complejo
Arqueológico Huaca Bandera”, donde en sus conclusiones establece para esta
área una función doméstica.

Posteriormente en el año 2013 un grupo de estudiantes de dicha


universidad realizan una investigación en el Área Norte 1, en el cual el objetivo
principal era determinar la función de esta área y su relación con la pirámide
principal. De acuerdo a las evidencias arqueológicas, se pudo comprobar que el
área era una residencia de elite, en la cual se realizaban diferentes actividades
como la de producción, preparación de alimentos, almacenamiento y a la vez
actividades de servicio y recepción ligadas al prestigio. Con respecto a la
arquitectura presenta una distribución y componentes similares a los conjuntos
amurallados principales como por ejemplo presentaban planta rectangular,
orientados hacia el Este, en cuyo interior destacaban una o dos plataformas
piramidales con rampa central, además de otros componentes internos como sus
sistemas de acceso a través de un corredor central, áreas administrativas, áreas
domésticas, entro otros (Risco et all. 2013).

53
SEGUNDA PARTE: ASPECTOS TEÓRICOS

CAPITULO III: MARCO TEÓRICO

La sociedad Mochica fue una civilización que se desarrolló en la costa


norte del Perú entre los años 200 d.C. al 850 d.C. Sus evidencias arqueológicas
que se hallan dispersas a lo largo y ancho de su vasto escenario geográfico de
casi 600 kilómetros comprueban la gran amplitud de territorio que poseía esta
sociedad. Es por ello que se le puede considerar a los Mochicas como el primer
sistema estatal verdadero de la costa norte del Perú (Moseley 1992 citado en
Chapdelaine et al. 1997).

Los Mochicas al igual que otras sociedades ágrafas para ser definidas e
interpretadas son estudiados a través de evidencias culturales; que no es otra
cosa que objetos producidos y desechados procedente de las actividades diarias
de la existencia humana (Renfrew y Brahn 1993). Por ello existe una relación
directa entre el objeto arqueológico y la sociedad que lo produjo, debido que los
restos materiales son producto de la actividad social (Lumbreras 2005). A partir
de un conjunto de objetos que comparten un mismo rasgo estilístico se puede
diferenciar sociedades ya desaparecidas. Para ello el término “estilo”, ha sido
empleado para definir las características formales de una obra o un grupo de
obras (Francovich y Manacorda 2001), J.C. Muelle define al “Estilo” como una
manera especial y característica de expresión artística, peculiar de grupos
humanos ya desaparecidos (Muelle 1960: 15). Por otro lado Uceda mencionan
que el estilo, desde el punto de vista arqueológico es el conjunto de rasgos o
características de forma y/o fondo observables en algún aspecto o varios de la
cultura material a partir de los cuales podemos identificar al grupo o grupos
sociales o sociedades que los creó o asimiló (Uceda et al. 2006). Entonces
podemos decir que el estilo es la forma, decoración y tecnología para producir
un objeto dentro de una sociedad. Para determinar un “estilo” es necesario tener
en cuenta los detalles o rasgo de un objeto; es decir, realizar una investigación
de carácter integral, en las características particulares de la forma, la decoración
y la forma de producción (tecnología) (Cruz et al. 2005).

Los estilos se encuentran íntimamente relacionados con los cambios


sociales, pues todo cambio estilístico está vigilado por el poder político

54
imperante, siendo las elites quienes conforman este poder imperante haciendo
uso de la ideología como una fuente de poder social con la finalidad de alcanzar
objetivos específicos; ya sea, controlar o dirigir el trabajo y las actividades de un
grupo para ganar beneficios de la acción social (DeMarrais et al 1996: 3).
DeMarrais y coautores señal que esta ideología de dominación controlada por
las elites puede ser sostenida a través de su materialización, en pocas palabras,
dándole una forma física y concreta (Ibíd. et al 1996: 2).

S. Uceda señala “Para el mundo Andino estos cambios no son percibidos


de la misma manera en las diferentes esferas sociales. En la zona andina existen
dos grupos de estilos. Por un lado, los estilos relacionados exclusivamente con
las elites, claramente suntuarios y rituales; y un segundo grupo relacionado con
la gente en general, claramente utilitario o doméstico. Mientras que la evidencia
arqueológica apunta a asegurar que los estilos de elite cambiaban en sus rasgos
más saltantes, según cambiaba la organización social y política, los estilos
utilitarios podían permanecer prácticamente invariables con el paso del tiempo”
(Uceda et al 2006: 323). Es por ello que los arqueólogos mayormente utilizan las
formas estilísticas creados por las elites para designarlas como culturas, debido
que estas formas estilísticas reflejan las nuevas formas de vida y gobierno de la
elite en un tipo o un espacio determinado (Uceda 2003: 348)

La cerámica es un componente principal, para el estudio de sociedades


pretéritas complejas en el campo de la investigación arqueológica, es por ello
que ha recibido una mayor atención de especialistas, principalmente en las
regiones de los Andes Centrales. Esto obedece a varios factores: los mismos
que varían desde su abundancia y fácil preservación en los sitios arqueológicos,
hasta los notables y rápidos cambios de orden estilístico útiles para determinar
la cronología relativa de los sitios arqueológicos; a su vez constituye una
herramienta muy sensible para evaluar la promoción gubernamental de
mensajes ideológicos, políticos y económicos, además puede determinar
aspectos de carácter artístico, tecnológico o tendencias de consumo promovidas
por los dirigentes o los grupos sociales (Chapdelaine et al. 2009; Valdez 2009).

Es indudable por lo antes mencionado, que generalmente se utiliza a la


cerámica como uno de los datos más apropiado para explorar el comportamiento
social, en otras palabras la cerámica no es otra cosa que un barómetro de las
55
condiciones políticas y culturales que imperan en ciertas épocas (Castillo 2000:
144). Sin embargo, no debemos olvidar que la cerámica como los otros
materiales que se pueden encontrar en una excavación, es parte de un
engranaje que permite comprender, la realidad existente de una sociedad en el
tiempo en la cual se desarrolló.

Una de las características más notables que demuestran el alto grado de


complejidad en la sociedad Mochica es su elaborada cerámica, la cual alcanzó
desde su manufactura un alto grado de desarrollo y especialización, tanto en el
aspecto técnico como en el productivo, además en ella los alfareros Mochicas
expresaban ideas, comportamientos, costumbres, etc. (Gayoso 2011). Por ello
desde inicios de las investigaciones sobre los Mochicas, se ha utilizado a este
material cultural como una fuente de información de primer orden.

Steve Bourget define que a los que llamamos como Mochica fue
principalmente un fenómeno religioso que se expresaba a travez de conjuntos
de símbolos y mensajes que aparecen en los medios de comunicación portátil,
como la cerámica, arquitectura, patrones funerarios, entre otros. Los sitios que
participan con estos mensajes y símbolos fueron probablemente participe de
alguna forma en la ideología Mochica, un sitio del mismo periodo que no utilizo
estos símbolos no puede considerase Mochica (Bourget 2010)

La sociedad Mochica en sus casi 700 años que floreció mantuvo con una
relativa homogeneidad, una sola entidad política y cultural (Castillo y Donnan
1994), aunque con variaciones que surgían en los diferentes valles de la costa
norte; debido a que cada organización política Mochica seguía un proceso de
desarrollo distinto, materializado en artefactos que cambiaron con el tiempo
siguiendo secuencias evolutivas distintas; y que los rituales e interacciones entre
las elites de estas organizaciones parecen haber hecho que estos procesos sean
convergentes (Castillo y Uceda 2008: 715).

Los modelos de una sociedad política Mochica centralista y una


secuencia estilística de desarrollo común para esta sociedad propuestos por
(Larco 1948; Ford 1949; Willey 1945; Strong et al. 1952), son en la actualidad
insostenibles. Nuevos planteamientos basados en la gran cantidad de evidencias
surgidas a partir de las excavaciones arqueológicas en Piura, Lambayeque y en

56
el valle de Jequetepeque a inicios de la década de los noventa a la actualidad,
evidencian que el territorio Mochica estuvo dividido en al menos dos principales
regiones culturales; los Mochicas del norte y los Mochicas del sur (Castillo y
Donnan 1994; Bawden 1994; Kaulicke 1992, 1994; Shimada 1994b), separadas
por el gran desierto de Pampas de Paiján. Cada una presentaba un desarrollo
independiente en cuanto al estilo de la cerámica. Para el caso de la cerámica
Mochica Norte el desarrollo es dividido en tres fases: Mochica Temprano, Medio
y Tardío (Castillo y Donnan 1994). Sin embargo estas diferencias culturales y
también medioambientales entre la costa norte y sur ya habían sido observadas
por Kroeber (1930), quien considero que el valle de Jequetepeque fue una zona
transicional entre ambas.

Actualmente la región Norte se considera como una serie de


organizaciones políticas independientes, mientras que para la zona Sur por
muchos es considerado como un estado básicamente centralista de
características expansionistas (Castillo y Uceda 2008). Sin embargo existente
algunas investigadores que no están de acuerdo en caracterizar a los Mochicas
del sur como un estado con un alto grado de centralización, y sugieren que al
igual que la región Norte, el sur se compondría de un serie de organizaciones
políticas independientes1 (Koons 2012; Quilter y Koons 2012).

Debido a la complejidad y variabilidad de los estilos de cerámica surgidos


en el último periodo Mochica y un lapso de tiempo corto post mochica, este
periodo de tránsito entre el fin de los Mochicas y el surgimiento de la cultura
Lambayeque, ha recibido diferentes nombres. Larco (1966) lo denomino Moche-
Huari y Huari-Norteño, Shimada (1985, 1995, 2014) lo registro como
Lambayeque Temprano y para el valle de Jequetepeque se le conoce con el
nombre de Periodo Transicional. Para éste último valle se ha establecido tres
fases para separar el Mochica Tardío2 y llamar a la fase post-Mochica periodo
1 Existen varias evidencias a favor de un Mochica sureño menos centralista, por ejemplo, Lockard (2009)
mostro que el estilo Moche V en el sitio Galindo estaba en uso en el mismo tiempo que Moche IV en Huacas
de Moche. Koons (2012) menciona que la producción en Cerro Mayal de cerámica Moche IV perdura hasta
finales del Mochica. Millaire (2010) y Bourget (2010) en sus recientes investigaciones en el valle de Viru
sustenta que los sitios de este periodo que una vez fueron considerados Moche pueden ser en realidad
variantes locales y no absolutamente Moche. Agregado a esto, hace más de 40 años Donnan (1973) señaló
que la cerámica Moche IV del valle de Santa era muy diferente al Moche IV del valle de Moche.

57
Transicional que comprende dos fases (Castillo 2000, 2003, Castillo y Rucabado
2003; Castillo et al. 2007). El autor de esta investigación utilizará éste último
modelo temporal establecido para el Mochica Norte, debido que el sitio donde se
ejecutara la investigación pertenece geográficamente a esta región.

Durante el periodo Mochica Tardío, se observa que la sociedad Mochica


empieza a sostener serios conflictos sociales internos, lo que significó una época
donde se produce una drástica ruptura con relación a las líneas de evolución de
los estilos cerámicos que se venían siguiendo desde los periodos más
tempranos. Al final de este periodo se observa una reorientación de la cultura
material hacia nuevas direcciones, las que generan una solución de continuidad
con relación al periodo Transicional (Castillo 2000: 160). Este periodo
Transicional que abarca un lapso de tiempo de aproximado de 150 años, se
caracteriza por el rechazo de los cánones Mochicas y por las síntesis
tradicionales de la costa y sierra norte (Castillo et al. 2007: 32), en San José de
Moro parece iniciarse alrededor del 850 d.C. y se extiende hasta el 950 d.C.
cuando el estado Lambayeque incursiona en el valle de Jequetepeque (Prieto
2014: 115). Sin embargo Rucabado (2006) a partir de la evidencia funeraria
recuperada en San José de Moro sostiene que durante la primera parte del
periodo Transicional que se caracteriza por la inestabilidad, fragmentación e
incluso el colapso de las instituciones Mochicas, existe aún un continuo de
tradiciones Mochicas, especialmente relacionado con el tema de las practicas
ceremoniales asociadas con la figura de la Mujer Sobrenatural, la cual es muy
típica en el periodo Mochica Tardío. Este mismo fenómeno de transición,
Shimada también lo reporta para los valles de Lambayeque, en la cual la
cerámica se caracteriza por una gran mezcla de varios estilos derivados
localmente, así como provenientes de áreas de la sierra norte, costa central y
extremo sur, en donde lo denomina Sican Temprano ubicado entre los 800 – 900
D.C (Shimada 2014: 22).

2 El periodo Mochica Tardío corresponde aproximadamente a los siglos VIII y IX y ha sido caracterizado
principalmente en base a la cerámica (Castillo y Donnan 1994, Castillo 2000, 2003, 2007), la cual se define
como un “fenómeno completamente diferente, con sus rasgos propios, estilos y formas definidas, que
devienen de la tradición Mochica Medio, y que salvo en el casos de las famosas botellas pictóricas de línea
fina, guarda poca prelación con los estilos sureños” (Castillo et all. 2007).

58
Dorothy Menzel en los años sesenta realizó un estudio comparativo de
muestras de cerámica y con apoyo de algunas muestras de fechado de
radiocarbono subdivido en cuatro épocas3 el periodo del Horizonte Medio que se
extiende desde la aparición de los estilos Wari, su expansión, y el eclipse
definitivo de las formas y diseños derivados de esta tradición Ayacuchana. Según
esta subdivisión de Menzel, los periodo Mochica tardío y Transicional están
enmarcados entre las Épocas 1B y 2 calibradas actualmente entre los años 700
– 1000 d.C. aproximadamente (Giersz y Makowski. 2014:36-30). Periodos que
se caracterizan por la presencias de estilos Wari en el norte, como el Viñaque,
éste tiene influencia de Robles Moqo, Chakipampa B y Nazca, la forma típica de
este estilo es la silueta en forma de lira, que ha sido derivada de Chakipampa B
y otros más al sur como Atarco y el de Pachacamac (Menzel 1968).

Este proceso que observamos en el registro arqueológico; principalmente


en la cerámica sobre un abandono de los patrones idiosincráticos Mochica,
sucedió alrededor de los 850 d.C., periodo que enmarcó el momento anterior y
posterior al del colapso Mochica, íntegramente relacionada con el fenómeno del
Horizonte Medio periodo comprendido entre los 550 y 1000 d.C., que abarcó el
final del periodo Intermedio Temprano y todo el Horizonte Medio, fue un tiempo
de interacción interregional que implicó el desarrollo de un sistema ideológico
que unifico gran parte de los Andes Centrales con sus respectivos aportes
locales, además significo un periodo de grandes cambios sociopolíticos en
niveles sin precedentes en los Andes, esto se puede constatar en los cambios
acaecidos en los modelos de asentamiento, las variaciones en el patrón

3 Dorothy Menzel (1968) elabora una secuencia ceramográfico del Horizonte Medio basándose en la
distinción de los estilos alfareros. La autora divide este periodo en cuatro épocas, con la subdivisión de las
dos primeras en: Época 1A y 1B y Época 2A y 2B. Época 1: en la primera fase sobresale el estilo ceremonial
Conchopata, mientras que en la segunda fase el estilo característico es Robles Moqo, ente los estilos
domésticos, esta Chakipampa, Okros y Negro Decorado entre los estilos regionales relacionados con Wari,
destaca Nivería (costa central). Época 2: se observa diferencias entre los estilos que son identificados como
estilos regionales Wari como ejemplo, el estilo Viñaque, de influencias Roble Moqo, Chakipampa B y Nasza;
la forma típica es la silueta en forma de lira que deriva del Chakipampa B, el estilo característico en Nazca
es el Atarco, en la costa central el estilo Pachacamac que remplazo al estilo Nivería. Época 3: los estilos
regionales que destacan es el Soisongo en el área de Nazca y el estilo Pinilla en Ica. Época 4: se puede
apreciar derivaciones simplificadas y reducidas de los estilos de la Época 3.

59
funerario y la aparición de nuevos estilos de cerámica (Ángeles 2009, Schreiber
2014), la gran cantidad de cerámica foránea de estilo Wari y derivados
encontrados en sitios Mochicas, demuestra la notable influencia que tuvo en el
desarrollo del Mochica Tardío.

Nuevas investigación sobre este fenómeno provocaron en algunos


investigadores argumentos en relación a cambios y variaciones ocurridas en
sociedades locales, como los Mochicas, serian producto de una incorporación
territorial de parte de Wari, llegándose a expandir y controlar gran parte del
territorio Andino central, y no como se pensaba producto de una mera influencia
ideológica, eso fue posible no solamente por incursiones militares, sino más bien,
de estrategias políticas y mediaciones pacificas con los caciques locales de
determinados territorios, como las alianzas y una eficaz manipulación de la
institución de la reciprocidad Andina (Giersz y Pardo 2014)

Debido a las numerables excavaciones arqueológicas que se ha venido


realizando desde la última década del siglo XX en sitios con ocupación Mochica
Tardío especialmente en San José de Moro, se ha podido definir la existencia
de dos momentos de fuerte presencia Wari para este sitio que podría extender
para toda el área Mochica Norte: el primer momento asociado con el periodo
Mochica Tardío, relacionada con el Horizonte Medio I, y la segunda con el
Periodo Transicional, representada por la presencia de la cerámica del Horizonte
Medio 2 (Castillo 2000).

Para poder entender el porqué del abandono de los patrones


idiosincráticos y consecuentemente la ruptura en la evolución estilística de la
sociedad Mochica se ha elaborado números modelos y propuestas teóricas
generales en las últimas décadas que intentan explicar el colapso4 de esta
sociedad.
4 El colapso según Tainter (1990) es un proceso que decae en complejidad. Aunque usualmente
se piensa que el colapso es algo que afecta a los estados, en realidad no está limitado a ningún tipo de
sociedad o nivel de complejidad, ocurre cada vez que la complejidad establecida decae rápidamente,
significativa y notablemente “Las sociedades colapsan en realidad por los mismos procesos por los cuales
se vuelven más complejas, que la complejidad es el factor clave que conduce al colapso y que también
lleva a las sociedades a crecer”. Por el contrario Diamond (2006) plantea que en realidad el colapso de las
sociedades es consecuencia de las respuestas inadecuadas a problemas particulares (deterioro ambiental,
cambio climático, vecinos hostiles, socios comerciales amistosos).

60
Otros modelos específicos que explican que el colapso Mochica se debió
a factores medio ambientales, consecuencia de cambios climáticos relacionados
con un Paleo-ENSO (Shimada et al. 1991), estudios realizados por Thompson y
Mosley en los glaciales de los Andes aseguran un gran periodo de prolongadas
sequias producto de un mega-ENSO (Rosas 2007: 225). Otra propuesta señala
que el ocaso Mochica es producto de la existencia de una paradoja estructural
al interior de la sociedad; un alejamiento entre gobernante y el pueblo (Bawden
1995, Shimada 1994a), a consecuencia a eso las elites en su estrategia de
legitimarse buscaron un interés de afiliarse a sociedades con prestigio en este
caso Wari (Castillo 2000, 2003; Castillo et al. 2007; Rucabado y Castillo 2003;
DeMarrais et al. 1996). Otros autores observan un marcado fraccionamiento de
la sociedad Mochica, donde cada organización local era libre de establecer
alianzas y afiliaciones con otros grupos étnicos o sociedades foráneas. Tom
Dillehay señala que muchos sitios Mochicas eran fortificados debido a una
situación de “conflicto esporádico o posible guerra organizada entre
comunidades” (Dillehay, 2001: 271), Dillehay asume que el conflicto era producto
de una competencia entre grupos étnicos por el control de los mejores terrenos
de cultivo. Por otro lado Marco Rosas interpreta el patrón arquitectónico y el
estilo de la cerámica de Cerro Chepén de un posible origen Cajamarca, lo que le
conduce a señalar una incursión por parte de grupos Cajamarcas en pleno
corazón territorial Mochica, produciendo una presión externa hacia los grupos
locales (Rosas 2007). Por último, el modelo de colapso Moche a consecuencia
de una conquista y anexión por parte de Wari tiene como abanderados a
investigadores como Lumbreras y William Isbell, quien sostienen la existencia
del primer imperio expansionista en los Andes durante el Horizonte Medio, cuya
capital se encontraba en Ayacucho y disponía de capitales provinciales a lo largo
del territorio, con la función de administrar (Lumbreras 1979; Isbell 2000).
Agregados a estos modelos existen algunos que presentan una propuesta
alternativa como la de Ruth Shady que contradice al modelo imperialista
postulando que no habría existido tal imperio sino que más bien todo esta
aparición de objetos Wari en casi tos los Andes seria consecuencia de
interacciones comerciales. (Shady 1988)

61
En la última década a raíz de numerosas investigaciones y un aumento
de literatura científica sobre temas relacionados con el Horizonte Medio y en
consecuencia sobre Wari, la visión monolítica de los años setenta sobre un
imperio Wari es ahora insostenible. Nuevos investigadores que mantienen
algunas de las ideas sobre un Wari expansionista, han protagonizado nuevos
discursos sobre este tema adoptándose a los nuevos descubrimientos. Entre
ellos tenemos a Watanabe, quien menciona la existencia de una presencia
imperialista Wari en la sierra norte especialmente en Cajamarca, en el cual los
Waris no necesitaron implantar una infraestructura imperial en toda la región, ya
que el poder se ejercía desde pocos establecimientos claves (Watanabe 2014).
Por su parte, Jenning explica que no debemos confundir al hablar de un imperio
Wari con lo realizado por los Incas, además plantea que los cambios
sociopolíticos que caracterizaron el Horizonte medio en los andes, parece ser el
resultado de respuestas locales a fenómenos locales y externos (Jenning 2014).
Por otro lado, quizás una de la más importantes defensoras de este modelo seria
Schreiber quien sostiene que Wari fue un experimento temprano de formación
de un imperio, resaltando con énfasis los Wari no fueron los Incas, su área de
dominio no fue tan extensa como el Tahuantinsuyo y su control no fue tan
marcado en su área de dominio, plantea un modelo “mosaico de control” imperial
en el cual los Wari interactuaban de manera muy diferente con diferentes grupos
en distintas regiones, las relaciones interregionales tuvieron diversos grados de
integración y control (Schreiber 1992, 2013, 2014).

Nuevos descubiertos realizados en el valle de Huarmey, principalmente


en el sitio llamado Castillo de Huarmey ha aportado nuevas evidencias sobre el
modelo imperialista, por su ubicación en plena parte meridional de las costa
norte, el sitio cumpliría muy bien la definición de capital provincial, la ausencia
de cerámica Mochica IV, permiten ubicar al sitio entre 800 y 1000 d.C.
paradójicamente momento en donde existe el abandono de los centros de poder
en la costa norte, guardaría relación casual con la conquista de los valles de
Huarmey y Culebras por parte de sociedades sureñas (Giersz y Makowski.
2014:67).

62
Es indudable por lo antes expuesto que el surgimiento de Wari estuvo
relacionada al menos en gran medida, con los cambios culturales que
influenciaron a muchas sociedades de los Andes durante el Horizonte Medio. Sin
embargo, el tipo de relación política, económica y social que conectaron a los
Wari con otras regiones particulares, permanecen aún poco claros.
Especialmente para el caso de la costa norte donde no hay evidencia sólida que
Wari haya “conquistado” esta región de los Andes. Al parecer, esta no consistió
en una invasión militar, sino en un lento ingreso de una influencia ideológica a
través de estilos derivados como Cajamarca y estilos de la costa central
asociadas a nuevas tecnología, que inicialmente producirían estilo híbridos y
copias locales de estilos foráneos las que no alteran grandemente los estilos
domésticos locales. Hasta que finalmente desaparece el estilo pictórico, cambian
los patrones funerarios, y surge una nueva tradición cultural en este caso los
Lambayeques (Castillo 2003).

El tema del colapso Moche como es sabido, es un tema que implica


debate, conocer las causas y motivos que la produjeron; varían desde
implicancias medio ambientales, pérdida de control de las esferas de poder hasta
conquista y anexiones de sociedades foráneas. Pero lo que sí es innegable, es
el papel fundamental que cumplió Wari en la última etapa de la sociedad Moche,
la influencia de parte de Wari en los patrones de asentamiento y especialmente
en los estilos de cerámica de las sociedades de la costa norte es evidente.

La relación entre Wari y los Moches, visto desde una forma de mecanismo
de parte de las elites Moches decadentes, con el único propósito de legitimar su
poder a través de símbolos de prestigio y estableciendo vínculos con sociedades
foráneas (Castillo 2000, 2003; Castillo et al. 2007; Rucabado y Castillo 2003;
DeMarrais et al. 1996), o por lo contario de una anexión de parte de los señores
Wari imponiendo el sello característico de sus costumbres y hábitos productivos
en los objetos producidos por las sociedades de la costa norte (Giersz y
Makowski. 2014:51). El resultado de este encuentro de sociedades y sus estilos
produjo un severo impacto no solamente en las relaciones sociales entre las
esferas de poder y el pueblo sino también en la forma de producción de la
cerámica local, debido a que la importación en gran medida de cerámica Wari es
extremadamente escaso en los hallazgos recuperados en contextos funerarios y

63
en los basurales contiguos de áreas ceremoniales de sitios Mochicas tardíos
demostrarían una producción local de cerámica fina con motivos foráneos.
Consecuentemente las formas, las técnicas y los tipos de decoración que se
empleaban para la manufacturación de piezas de cerámica típicas Mochica
tuvieron que modificarse y adaptarse para esta nueva síntesis de estilo.

Entre los ejemplos para este periodo de síntesis de estilos Mochicas –


Wari y sus derivados, son las vasijas con estilo Moche policromo, nuevas formas
como los platos de base anular, los Keros de color oscuro, botellas en forma de
gota, botellas de doble gollete y puente. En relación a la decoración surgen
motivos Chakipampa, como la serpiente y el rombo, la representación de
semillas de nectandras, figuras zoomorfas y/o antropomorfas se hacen comunes
en las botellas de asa puente, se empieza a utilizar una nueva técnica decorativa
conocida como piel de ganso, Si bien tenemos ejemplos del uso de la técnica del
moldeado impreso durante la tradición alfarera Mochica, recién durante el
Transicional podemos observar una influencia del estilo Casma Impreso en la
producción alfarera local, las pastas de la mayoría de piezas de cerámica son
grises, lo cual evidencia una preferencia por la técnica de cocción reductora.

Huaca Bandera ubicada en la margen derecha de la confluencia de los


ríos temporales5 La Leche - Motupe, región Lambayeque. Es considerada como
el ultimo centro ceremonial Mochica (Curo et al. 2011), debido a las evidencias
recuperadas; principalmente su cerámica por la cual la ubican tentativamente
entre la última etapa del Mochica tardío y el Transicional, correspondiente hacia
la parte más tardía de la época 1b y la época 2 del Horizonte Medio (Curo 2010;
2012; Curo y Rosas 2014), una época que se caracteriza por los procesos de
cambios ocurridos, como se ha señalado en párrafos anteriores. Por ello es
indudable la gran importancia que posee este material ceramográfico en cuanto
a información relacionado al problema del Horizonte Medio en la costa norte, a
la vez podría demostrar algunas particularidades locales en cuanto al estilo
ceramográfico Mochica Tardío de esta parte del valle. Estudio recientes sugieren
que cada valle, o región, utiliza su propio estilo local de la cerámica pero dentro
5 Presentan un régimen irregular a lo largo del año, su máximo caudal se produce en los meses de
Diciembre-Marzo y en otros meses su caudal puede ser poco e incluso escaso.

64
de un marco estético global y tradicional contradiciendo modelos estilísticos pan-
Moches como también la existencia una esfera norte y sur muy marcadas
(Donnan 2011, Koons 2014).

En este contexto cambios y adaptaciones particulares por parte de las


sociedades mochicas, demuestra que los cambios no ocurren al mismo tiempo
en lugares diferentes, cada lugar y cada grupo tiene su propio ritmo de cambios
y sus propios razones para adaptarse o no cambiar (Benson 2003). Un claro
ejemplo de singularidad es el caso de Galindo donde existe evidencia de nuevas
formas de cerámica muy distintas a las características propias del Moche V,
Bawden sostiene que la cerámica de Galindo no es el resultado de una influencia
foránea y apunta a mayor medida a una fuente local, llegando a la conclusión
que estas vasijas atípicas reflejan un desarrollo cerámico tardío de Moche V
(Bawden 1994). Asimismo podemos mencionar a los sitios Portachuelo de
Charcape, San Idelfonso y Cerro Chepén para el valle de Jequetepeque, los
cuales presentan una ocupación probablemente desde el Mochica Medio, pero
su ocupación principal y colapso se dieron durante el periodo Mochica Tardío
para los casos de los dos primeros sitios mencionados, por lo contrario Cerro
Chepén continuo con su ocupación alargándose todo el periodo Transicional
(Mauricio 2004, 2006; Rosas 2007; Cusicanqui 2010a, 2010b,). Esto demuestra
que incluso dentro de una misma región o valle, los cambios y adaptaciones son
propias de cada comunidad.

Como se ha señalado la cerámica ha jugado un papel principal en el


estudio de las sociedades pasadas, debido a los motivos ya expuestos. Para el
caso de la sociedad Mochica no es excepción, desde inicios de la investigación
sobre esta sociedad, la cerámica ha sido el centro de varios estudios científicos
interesados por la tecnología, la morfología y su función (Donnan 1965,
1981,2001; Russel et al. 1994; Shimada 1994c; Donnan y MacClealland 1990;
Mogrovejo, 1996; Vargas 2006 citados en Chapdelaine et al 1997).
Adicionalmente se puede mencionar los trabajos de Castillo; en cuanto al tema
de la cerámica ceremonial de Estilo de Línea Fina (Castillo 2009b), unos de las
primeras investigación utilizando métodos arqueométricos son las de
Chapdelaine et al (1995 y 1997) en donde mediante la técnica de activación
neutrónica se conoce el lugar de procedencia de la materia prima, y con ayuda

65
de un microscopio de Barrido se determina la composición química de los
pigmentos utilizados en la decoración de vasijas. Como resultado de los avances
tecnológicos la aplicación de métodos y técnicas de arqueometría para el
estudio de la cerámica ha crecido en gran medida, pero muchos de estos
trabajos son meramente descriptivos y muy poco relacionados a resolver el tema
del colapso Moche relacionado con el Horizonte Medio. De igual manera son
escasas las investigaciones de análisis en base a la cerámica en Lambayeque
y nula para el valle de la Leche-Motupe siendo el limite Mochica más
septentrional para esta región, como se planteara en esta investigación y poder
tener mayor conocimiento sobre el colapso Moche y en medida aportar al
entendimiento de fenómeno Wari para la costa Norte.

Finalmente, este marco teórico es retomado en los capítulos finales de


esta investigación donde se discute nuevamente los planteamientos antes
expuestos pero a la luz de los datos obtenidos del estudio ceramográfico.

66
TERCERA PARTE: EXCAVACIÓN
CAPÍTULO IV: DESCRIPCIÓN DE LOS NIVELES ESTRATIGRÁFICOS Y
ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS
4.1 Excavaciones en el Sector Norte – Huaca Bandera

Las excavaciones arqueológicas en el Sector Norte fueron parte del


Proyecto de Investigación Arqueológica Huaca Bandera que fue dirigido por el
arqueólogo Manuel Curo Chambergo. Se realizaron tres temporadas de campo
durante los años 2010, 2012 y 2013 (Curo 2010, 2012, 2013).

El sector Norte, se caracteriza por ser uno de los más densamente


poblados del Complejo Arqueológico, aquí se ubican los Conjuntos amurallados
1a6 (Huaca Bandera) y 1B (Huaca Menor), además se encuentran otros
pequeños asentamientos, ubicados en las proximidades de los mencionados
Conjuntos, principalmente en los lados Norte y Noroeste, donde se ha podido
registrar nucleaciones entorno a pequeñas pirámides cuyas funciones son de
carácter ceremonial, habitacional y de producción

El propósito de la ejecución de las excavaciones en este sector, se debió


entender la distribución espacial de la arquitectura, función y cronología. Así
como exponer la arquitectura como parte de la puesta en valor de este Conjunto
Ceremonial del Periodo Mochica Tardío en el valle de la Leche-Motupe. Así
mismo conocer la función del asentamiento nucleado alrededor de la pirámide
mayor y su relación con ella.

Las excavaciones realizadas fueron unidades de 10 x 10 metros,


excavadas totalmente en mayoría de veces y parcialmente en casos especiales.
La técnica de excavación ha sido realizada por capas naturales y subniveles
arbitrarios dentro de cada nivel como medida de control de los vestigios y de la
exposición arquitectónica. Dado la particularidad del terreno y de la arquitectura,
la excavación consistió básicamente en la extracción de arena acumulada por el
transporte eólico de los alrededores de los muros, que es el material que cubre
la mayor parte de las cabeceras de muro.

6 Durante la temporada de excavación 2013 se pudo concluir que el Conjunto Amurallado 1, estaba
conformado por dos pirámides de características arquitectónicas muy similares (Curo 2013).

67
4.2 Estratigrafía de Sector Norte

La superposición estratigrafía en el Sector Norte del Complejo


Arqueológico es bastante sencilla y se ha observado dos fases remodelativos de
los edificios, los cuales están edificados sobre la superficie natural del sitio. Este
quiere decir que la ocupación monumental de la zona solo se dio en una fase,
probablemente durante la época de vigencia de la cultura Mochica Tardío y
Transicional, también existen entierros intrusivos pero solamente de periodos
tardíos durante la época de dominio Chimu sobre los valles de Lambayeque. Es
posible que las condiciones medioambientes y la escasez de agua haya
motivado la no reocupación de esta área arqueológica (Curo 2010: 143).

Sector Área Norte 1, Norte 2 Y Este

La muestra ceramográfica analizada provienen específicamente de tres


sectores: Área Norte 1, Norte 2 y Este. Éstas fueron excavadas durante las
temporadas 2010 y 2012.

Durante la temporada 2010 se excavo los sectores Este, Norte 2 y parte


del Norte1 conformando así un total de 13 unidades. Posteriormente durante la
temporada 2013 se excavo el extremo este del sector Área Norte 1, donde se
encuentra el montículo denominado por el autor, “Montículo 01” conformando
en total para esta temporada 10 unidades de excavación. La estratigrafía de cada
área será descrita a continuación:

4.2.1 Sector Área Norte 2

Corresponde a un pequeño montículo de unos 40m., de Este-Oeste, por


50m. Norte-Sur y 1m., de altura ubicado a 310m., al Norte (NE) de la plataforma
piramidal 1. El montículo se observó como un promontorio bajo sin evidencias
arquitectónicas de superficie, excepto a través de unas excavaciones
clandestinas practicadas en parte de su lado Sur. El lado Este se observa
delimitado por una pequeña quebrada o surco de erosión pluvial. El objetivo de
intervención obedeció a la necesidad de obtener información de un área distante
del área central del sector (al extremo Norte del Complejo). Se excavaron un total
de cinco unidades: XCVII F’’’, XCVIII F’’’, XCIX F’’’, XCVII G’’’, XCVIII G’’’, de las
cuales la cuarta sólo se intervino la mitad Norte. En las unidades intervenida se

68
han registrado de 2 a 3 niveles compuestos en general por arena eólica fina y/o
semi-compacta con algunas evidencias de material cultural como cerámica,
cabeceras de muro y adobes sueltos para los niveles superiores, y solo un piso
de ocupación de color verdoso que se asocia a la arquitectura registrado en el
nivel 2 (Fig. 31).

Fig. 31. Fotografía de planta de la Unida XCVIII G’’ vista de Este a Oeste del capa 2.
(Fotografía extraída del archivo del PIAHB)

Estratigrafía:

Superficial: compuesta por una acumulación de arena de consistencia suelta,


restos vegetales y material cultural descontextualizado. Espesor de 0,05m.

Capa 1: Compuesto por arena eólica semi compacta, con exposición de


cabeceras de muro y presencia de adobes sueltos producto de muros
colapsados. Se registró evidencias de material cultural como: fragmentos de
cerámica, restos malacológicos (en su mayoría donax) y restos de carbón.
Espesor entre 0,53m., a 0,95m.

Capa 2: Formado por un piso ocupación de consistencia semi-compacta de color


verdoso de un espesor de 0,05 m., que se asocia a la arquitectura conformada
por 10 recintos (R1-R10) continuos y de planta cuadrangular (Fig. 32), totalmente
interconectados por vanos directos y estrechos de entre 0,70 y 0,80m., de
abertura al interior, están ocupados por estructuras con planta en forma de “U”
y/o plataformas bajas “banquetas”, además en solo un caso (R5) ubicado entre

69
las unidades XCVII G’’ y XCVIII G’’ se observa nichos en uno de sus lados. Los
muros están construidos con adobes con mortero de barro mezclado con greda,
con un tramado de soga y de cabeza. Sobre el piso se observa material cultural
como fragmentos de cerámica, restos malacológicos, restos óseos y restos de
carbón.

Capa 3: Compuesto por el suelo estéril de consistencia muy compacta de color


verdoso sin evidencias culturales, muestra rajaduras y concentración de
sedimentos

Fig. 32. Fotografía de planta de los recintos, vista de Sur a Norte. (Imagen extraída del
archivo del PIAHB)

4.2.2 Sector Este

Se consigna como sub sector Este a la parte residencial relacionada a la


muralla Sur que encierra el conjunto arquitectónico hacia la plataforma principal.
Observado superficialmente como el acumulamiento de arena en torno a la
cabecera del muro Sur. Se observa excavaron un total de 25 unidades, de los
cuales el material utilizado para el análisis de esta investigación proviene
únicamente de 3 unidades. Por ello solo se describirá la estratigrafía de estas.

70
Las unidades intervenidas en este sector (incluidas las no descriptas),
registran en algunos casos 2 a 4 niveles, el primer nivel está compuesto por un
acumulamiento de arena eólica semi compacta y algunas evidencias de material
cultural. Por otra parte los pisos de ocupación asociados a la arquitectura se
registran para el nivel 2, y finalmente en los niveles inferiores 3 y 4 se registran
depósitos de relleno de arena suelta y un suelo natural arcilloso (Fig. 33).

Fig. 33. Fotografía de planta de los recintos de la unidad LXXXIV O’’ (Imagen
extraída de archivo del PIAHB)

Estratigrafía

Capa superficial: Consiste en un acumulamiento natural de arena eólica de


consistencia suelta y muestras pequeñas de material, no presenta evidencia de
material cultural. Espesor de 0,10 a 0,20 m.

Capa 1: Corresponde a un acumulamiento de arena eólica de consistencia semi-


compacta de aproximadamente 1,20m a 1,60m., se evidencia diversos
materiales culturales como: fragmentos de cerámica, malacológicos, restos
óseos, carbol y pequeños restos de metal.

71
Nivel 1a: Consiste similarmente al material de acumulamiento de los niveles
superiores, con la diferencia de presentar escombros de adobes productos de la
destrucción posiblemente natural de los muros. Se ha registrado numerosos
fragmentos correspondiente mayormente a ollas, ése nivel solo se ha registrado
para la unidad LXXXII O’’ y tiene un espesor de 0,50 m.

Capa 2: Corresponde a un piso de conservación irregular, consistencia semi-


compacta de color beige con un espesor de 0,04 m. está relacionada a la base
de los muros. La arquitectura está formada por muros precarios de adobe
dispuestos de soga y/o cabeza construidos sobre arena y sin aparente intención
de formar paramentos rectos. Las dimensiones máximas de los muros es variada
pueden alcanzar los 3,10m., de largo 0,22m., de ancho y 1.45m., de altura. Los
adobes son de forma rectangular y miden 0,40 m. de lago, 0,20m., de ancho y
0,12m de alto en promedio. Estos muros forman recintos de planta rectangular y
toralmente interconectados por vanos directos y estrechos. También se ha
podido registras dos fogones ubicados en la unidad LXXIV O’’, el primer fogón
se halla junto al muro sur dentro de una estructura con planta en forma de “L”,
ubicada al extremo Nor-oeste de la unidad, el fogón tiene en toda su extensión
una gruesa capa gruesa de ceniza de 0,20 m. de espesor. Mide 1 m. de largo,
0,65 m. de ancho y 0,15 m. de alto., en el interior se evidencia fragmentos de
cerámica con restos de hollín; el segundo fogón se encontró en el centro de la
Unidad que mide 0,80 m de largo, por 0,50 m. de ancho y 0,15 m. de alto.
Asociado al fogón se encontró material cultural disperso y muy fragmentado
como: vasijas rotas, restos malacológicos, estos óseos, pedazos de carbón y
abundante ceniza.

Sobre el piso se observa gran concentración de material cultural,


principalmente entre vasijas semi-completas y fragmentería que conforman las
vasijas tipo cántaro cara gollete, ollas de cuerpo globular posiblemente utilizadas
por el almacenamiento de líquidos o granos (Fig. 34).

Se planteó seguir con la excavación solo en la unidad LXXXII O’’


registrado los siguientes niveles:

Nivel 2a: Está formada por arena de color beige de consistencia semi-compacta
a suelta de un espesor de 0,20m. Se recuperaron vasijas semi-completas como:

72
ollas, vasos, botella pequeña; asimismo se registró fragmentos de huesos de
animal, carbol, pan de cal, restos malacológicos y de metal; como también
grumos de pintura amarilla y adobes plano-rectangulares colapsados.

Nivel 2b: Corresponde a un relleno compuesto por arena fina de color beige de
consistencia suelta, de un espesor de 0,30 m., se registrador evidencias de
restos malacológicos, carbón y fragmentos óseos.

Nivel 2c: Está formada por un contexto de arena suelta donde se registraron
tientos de cerámica, restos malacológicos y un objeto lítico.

Capa 3: Corresponde al suelto natural conformado por una delgada capa de


arena gruesa de 0,20m., de espesor seguido el suelo arcilloso muy compacto.

Fig. 34. Fotografía de planta de la unidad LXXXII O’’, presencia de material cultural
asociado al piso deteriorado del capa 2 (Imagen tomada del archivo PIAHB).

4.2.3 Sector Área Norte 1

Se encuentra a 100 metros al Norte de la Plataforma Piramidal 1 y se


caracteriza por ser una amplia terrada de aproximadamente 80 m. Norte-Sur; por
50 m. Este-Oeste; sobre la cual se observa algunos montículos y evidencias
superficiales de muros de adobe con fragmentería.

73
En la Temporada 2010 se intervino la parte extrema Sur, que corresponde
a las unidades LXX U’’’, LXX V’’’, LXXI W’’’, LXXII W’’’ y LXXIII W’’’ (Fig. 35).
Posteriormente en la temporada 2013 las excavaciones continuaron en esta
área, interviniéndose un montículo ubicado al Este de la terrada. Dicho
montículo se le asignará el nombre “Montículo 01”, en él se realizaron 10
unidades de excavación.

Fig. 35. Fotografía de Planta de la Unidad LXXII W’’’ vista de Este a Oeste (Imagen tomada
del archivo PIAHB)

Estratigrafía

Capa superficial: Compuesto por una acumulación de arena fina producto del
acarreo eólico, con presencia de material cultural descontextualizada como:
fragmentos de cerámica y restos malacológicos, además se observa gran
número de escombros de adobes consecuencia de excavaciones ilícitas. Tiene
un espesor entre 0,02 m. y 0,06 m.

Capa 1: Está formado por una acumulación de arena eólica de consistencia poco
compacta de color beige claro, tiene un espesor irregular entre 0,20m. a 0,80m.
Se puede apreciar exposiciones de cabeceras de muro y presencia de
fragmentos de enlucido con improntas de quincha decoradas con pintura roja,
amarilla y blanca, formando diseños antropomorfos (LXXII W’’ y LXXIII W’’).
Además se registró material cultural compuesto: tiestos de cerámica y restos
malacológicos.

74
Capa 2: Corresponde a un piso de color verdoso de consistencia semi compacta
de 0,05m., de espesor que se relaciona a la arquitectura conformado por 5
recintos de planta cuadrangular, totalmente interconectados por vanos directos
y estrechos. Al interior de los recintos están ocupados por plataformas bajas
“banquetas” (Fig. 36). Además se pudo definir la presencia de un corredor y dos
áreas abiertas. Los muros están formados por adobes rectangulares colocados
de soga con mortero de barro mezclado con greda. Sobre el piso de los recintos
se observan algunos fragmentos de enlucido caídos con improntas de quincha
decorados con pintura de color rojo, amarillo, negro y blanco de un mural
policromo conformando diseños de personajes. Además se registró dentro y
fuera de los recintos gran porcentaje de fragmentos de cerámica como también
vasijas semi-completas halladas sobre el piso.

Nivel 2a: compuesto por una capa de arena eólica de color beige claro, tierra
suelta y grumos con material cultural entre cerámica completa y fragmentos. Este
nivel tiene un espesor de aproximadamente 0,20m.

Capa 3: Compuesto por el suelo estéril de consistencia muy compacto con


evidencias de agrietamiento, de color verdoso sin material cultural.

Fig. 36. Fotografía de


planta de la unidad
XCVII F’’ vista del piso
asociado a banqueta
del capa 2 (Imagen
tomada del archivo
PIAHB)

75
4.2.3.1 Sector Área Norte 1 – Montículo 01

Se ubica a 150 metros norte de la plataforma principal (Huaca Bandera),


margen derecha del cauce, ramal del río Motupe, que sale de su cauce principal
en periodos de abundancia. Consiste en un montículo de baja altura de
orientación mayor Norte – Sur; cuya superficie muestra arena y ligeramente
cabeceras de muros simples, así como pocos tiestos de cerámica y arbustos
jóvenes de algarrobo. Similarmente se aprecia algunos pozos de huaqueros al
entorno de éste montículo.

En el montículo del sub sector Norte 1 se ejecutaron 10 excavaciones en


área, de las cuales 07 son unidades completas: LXXIII P’’’, LXXVI P’’’, LXXI Q’’,
LXXIII Q’’’, LXXIV Q’’’, LXXV Q’’’, LXXVI Q’’’, y 03 unidades son parciales LXXIII
R”’, LXXIV R’”, LXXVI R”’ (Fig. 37).

Fig. 37. Fotografía de planta de Unidad LXXIII Q’’’ Nivel 2 (Imagen tomada Risco et al.
2013)

Estratigrafía

Capa Superficial: Compuesto por arena fina de consistencia suelta, producto del
acarreo eólico, presenta una coloración beige claro, tiene un espesor
aproximado de 0.10 m. El material escaso se encuentra asociado a Donax sp.,
y tiestos de cerámica diagnóstica y no diagnóstica. El relieve del terreno presenta
pendiente hacia el lado Este.

76
Capa 1: Corresponde a una acumulación de arena de arrastre eólico de
consistencia suelta de color beige claro, tiene un espesor de 0,38m en promedio
sin embargo puede alcanzar los 0,85m para las unidades del lado este debido
a la pendiente. Se registró cabeceras de muro como también adobes sueltos,
fragmentos de cerámica y una gran concentración de restos malacológicos (en
su mayoría Donax) descontextualizados.

Capa 2: Está referido al


piso de ocupación, de
color beige y consistencia
compacta o semi
compacta, presenta un
espesor aproximado de
0,50m. El piso está
asociado a muros
delgados, construidos con Fig. 40. Fotografía de una concentración de vasijas semi-
completas y fragmentos de cerámica, halladas sobre piso
adobes plano del nivel 2, de la Unidad LXXIII Q’’’ (Imagen tomada Risco
rectangulares dispuestos et al. 2013).

de soga y unidos con argamasa de barros, los mismos que forman 11 recintos
continuos de planta rectangular totalmente interconectados por vanos directos y
estrechos, como también por corredores. Estos recintos presentan en su interior
plataformas bajas o “banquetas” (Fig. 38), en el lado Este del montículo se
registró un rampa central de acenso de Este a Oeste (Fig. 39), la cual está
flanqueada por dos “banquetas”. En cuanto a las evidencias culturales se
registra una peculiaridad, la mayoría de material cultural como: vasijas semi-
completas, fragmentos de cerámica (Fig. 40), restos malacológicos, objetos
líticos y metálicos se hallaron para el lado Oeste, donde existe mayor
concentración de recintos, banquetas y quemas lo que significarías que esta área
tendría un función de producción o almacenaje. En cambio en el lado Este se
registra poca o nula concentración de material cultural salvo en la plataforma de
ingreso de la rampa, donde se registró fragmentos de muro enlucido decorados
con pintura roja.

Capa 3: Se realizó un corte llegando a una profundidad de 1.50 m


aproximadamente llegando al suelo estéril sin evidencia de piso ni material

77
cultural. Se determinó como suelo natural a la capa arena de color beige de
consistencia semi compacta, la cual está sobre la capa de tierra arcillosa de
coloración verdosa de consistencia muy compacta.

Fig. 38. Fotografía de planta de la Unidad LXXIV P’’’ del Nivel 2 (Imagen tomada de Risco
et al. 2013).

Fig. 39. Fotografía de planta de la rampa, ubicada en el lado Este del Montículo 01 (Imagen
tomada de Risco et al 2013).

78
CUARTA PARTE: ASPECTOS METODOLÓGICOS

CAPITULO V: METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

Para el desarrollo de la presente investigación, se ha considerado aplicar


de una serie de estrategias metodológicas, con la finalidad de que esta sea
ordenada, orientada y que presente un rigor científico, utilizando métodos y
técnicas propias de la investigación arqueológica, los que están en directa
relación con los objetivos trazados, teniendo siempre en cuenta nuestro tema de
estudio “Análisis de la cerámica Mochica Tardía de Huaca Bandera: Tipología
Politética y Modelos Interpretativos”

5.1 Procedimiento de la investigación

Para un adecuado análisis de nuestra investigación, se ejecutaron


paulatinamente los siguientes pasos:

A. Elaboración y llenado de fichas

Antes de la descripción de cada una de los elementos de la muestra


ceramográfica y su respectivo análisis, se elaboró una ficha descriptiva, con la
finalidad de obtener todo los datos referentes a la investigación y a los objetivos
planteados. Los datos que presenta dicha ficha son:

 Datos Generales.
Comprende: Responsable; Fecha; N° de Ficha; Código, y Procedencia.
 Datos Culturales.
Comprende: Periodo; Filiación Cultural; Fase / Estilo.
 Características Morfológicas.
Comprende: Categoría; Grupo; Forma; Tipo; Labio; Borde; Cuello; Tipo
de Asa; Forma del cuerpo; Base y Soporte.
 Características Tecnológicas.
Donde se incluye: Manufactura; Color de Pasta; Acabado Superficial; Tipo
de Cocción; Granulometría y Grosor de Pasta
 Características decorativas.
Se ha subdivido en: Altera la Superficie y Adosa en la superficie. Pero los
atributos de análisis son los mismos, comprendiendo: Técnica decorativa;
Motivo iconográfico y Colores Empleados

79
 Observaciones, Interpretaciones o Información Adicional.

Es un espacio para la información peculiar que presenta cada elemento


analizado, así como las interpretaciones que realiza el investigador como
posible funcionalidad, alguna correlación temporal con objetos registrados
en otros lugares y adicionalmente otros datos que anteriormente no han
sido mencionados.
 Medidas
Altura Máxima; Ancho Máximo; Diámetro Máximo; Diámetro de la Base;
Altura del Soporte y Peso.
 Registro Fotográfico
Comprende la toma de fotografías de cada una de las vasijas analizadas
en todos los ángulos que esta requiera: Frontal, Lateral-izquierda, Lateral-
derecha, Posterior, Superior e inferior y también de algunos detalles
decorativos.

B. Análisis cerámico

El análisis del material cerámico tiene como objetivo dar indicios acerca
de las características que presenta la cerámica del sito Huaca Bandera, así
como; también establecer una cronología del sitio y de una manera general,
trazar posibles relaciones con sitios contemporáneos

Este análisis tuvo, por finalidad, determinar la morfología, tecnología y el


tipo de decoración característico de la cerámica del sitio, así como la
identificación de alguna particularidad presente.

Dicho proceso se inició con separar aquellos fragmentos que permitirían


la reconstrucción de la vasija con o sin decoración, para ello se tomó en cuentas
los fragmentos que representan el 5% o más del diámetro de la vasija (porcentaje
mínimo para identificar la forma de la vasija) o que presenten algunas partes
identificables de ésta como bases, asa, golletes entro otros. En lo referente al
diseño, fragmentos de bordes o cuerpos decorados, moldeados, modelados, o
que presenten algún tipo de acabado especial: pintura, relieve, aplicación, entre

80
otros. Se analizaron todos aquellos fragmentos que consideramos nos otorgaría
mayores y mejores datos, obteniéndose una muestra total de 720 fragmentos.

Luego de separar el material se procedió a la descripción y análisis de


cada fragmento, teniendo en cuenta los criterios morfológicos, tecnológicos y
decorativos, cada uno con sus propios ítem que se han señalada en la ficha
elaborada.

En cuanto a las piezas completas, se realizó, al igual que los fragmentos,


la descripción y el llenado de una ficha descriptiva con los mismos ítems
señalados anteriormente, detallando individualmente a cada vasija completa.

El desarrollo de la estudio analítico de la cerámica constada de dos partes


principales: Primero se realizara un estudio individual de las características
morfológicas, tecnológicas y decorativas de los elementos analizados, utilizando
los datos obtenidos de las fichas elaboradas; en la segunda parte del estudio se
planteara una tipología ceramográfico para el sitio en base a la información que
se obtendrá por medio de una sistematización de los resultados individuales de
cada uno de los criterios analizados. Para dicho estudio nos apoyaremos en dos
importantes métodos tipológicos: a) Tipología Morfo-Funcional el cual nos
ayudara a elaborar un corpus ordenado de formas y variaciones que nos
permitirá tener una idea aproximada, y al menos general, del inventario general
de las vasijas y la b) Tipología Politética utilizada principalmente para la
elaboración de la tipología politética del sitio. Estos métodos tipológicos se
describirán detalladamente más adelante.

Antes de empezar con el análisis nos enfrentamos a ciertos aspectos de


carácter metodológico. Uno de ellos es el conocimiento que la muestra de
cerámica provienen mayormente de la capa 2 el cual está asociado con el único
piso ocupacional del sitio y en algunos casos de capas inferiores 3 y 4 asociado
a arena de consistencia semi-compacta como parte del relleno. Lo que indicaría
que gran parte de la cerámica registrada podría ser considerada “de relleno”, es
decir, no está asociada directamente a un contexto primario (pisos ocupacional),
esto quiere decir que los datos a obtenerse deben de venir de mismo fragmento
y después de hacer la relación y comparación con los datos arqueológicos. Por
ello elaborar un tipología se hace necesario y optima, ya que elaborar un corpus

81
ordena de formas y variaciones nos permite tener una idea aproximada, y al
menos general del inventario general de vasija, las actividades y eventos que se
habrían dado y en escala se habría realizado. Esto no excluye que en la muestra
se mezclen algunos fragmentos de objetos pertenecientes a otros periodos
especialmente más tardíos, lo cual es fácilmente identificable puesto que
estadísticamente no son representativos.

5.1.1 Tipología Politética (Forma-Tecnología-Decoración)

Antes de explicar en qué consiste este método tipológico, primero


definiremos que es una tipología.

Fue Irving Rouse quien diferenció por primera vez el “método tipológico”,
del método analítico, mencionado que la clasificación analítica se centra en la
identificación de modos o atributos particulares en colecciones cerámica, la
clasificación tipológica utiliza como unidad principal el tipo, que se refiere a una
combinación repetitiva de rasgos (Rouse, 1960). El termino tipo es la unidad de
comparación más frecuente para los materiales arqueológicos. El “tipo” es el
punto básico de una clasificación, y la variación de tipos de objetos ha podido
fijarse en muchas culturas con mayor o menor precisión conociéndose con
certeza que tipos han dado origen a otros. La diferencia entre tipos, (que en
ocasiones se establecen por avances o retrasos tecnológicos, por modas, por
causas económicas, o por otras causas) a través de un tiempo y dentro de un
espacio determinado, puede ser percibido por el prehistoriador, el mismo que es
capaz de asociar un tipo a un grupo humano en una época concreta y dentro de
un espacio determinado (Eiroa, et al. 1989: 14).

La tipología Politética es una variante de la tipología morfo-funcional que


se caracteriza por combinar variables requeridas para establecer forma y
función, es decir, da criterios sentados e inamovibles en los cuales la adquisición
de una categoría forma se vuelve necesariamente categoría funcional Sinopoli
(1991). Para graficar este enunciado, tenemos la categoría formal “olla”. Por
ejemplo, al asignar que un tiesto de cerámica pertenece a lo que habría sido una
olla, asignamos inmediatamente un valor funcional, por lo cual ésta vasija
etiquetada funciono necesariamente para el procesamiento de bienes de

82
consumo, y por ende, su superficie debo estar expuesta al fuego. Al asumir esta
idea eliminamos la posibilidad de cualquier otro uso7 probable (Muro 2010b: 125).

Diversos autores entre ellos Lumbreras (2005) menciona la existencia de


una estrecha relación ente la forma y función, por consiguiente algunas
propiedades morfológicas y físicas de las vasijas afectarían el comportamiento
de la misma, permitiendo o facilitando ciertas tareas, y en consecuencia limitando
o dificultando e imposibilitando otras, a la vez siempre habría ciertas
restricciones tanto en las funciones, tareas y usos que se le puede dar a una
determinada vasija. Igualmente, si bien las vasijas individuales puedes ser
usadas para una variedad de tareas la mayor parte de sus usos estarían
restringidos a aquellas tareas para las cuales fueron diseñadas (Muro
2010b:125). Sin embargo, esto no quiere decir que cada tarea imaginable
demande una vasija diferente ya que para muchos casos, incluyendo Huaca
Bandera, el número de formas generales es reducido. A pesar de eso se ve que
el repertorio de formas presenta muchas variaciones tanto en las componentes
(orientación y dirección del cuello, labio, cuerpo y base) como en su decoración
y acabado.

Muro (2010b) menciona existen factores que condiciona las recurrencias


y frecuencias con las cuales registramos ciertas formas de cerámica, como por
ejemplo el uso utilitario de algunas vasijas como las ollas provocan que estas
tengan una vida muy cortas, por lo tanto, tengan que ser remplazadas. Esto
explica porque encontramos una mayor proporción de ollas en las muestras. A
consecuencia de esta vida corta de algunas vasijas, harían que al fabricarlas se
tomen algunas medidas como por ejemplo hacer las paredes más gruesas y más
porosas para que tenga una mayor resistencia. Por lo tanto una tipología morfo-
funcional debería consideran no solo los rasgos funcionales de las vasijas, sino
también detallar información importante como su decoración, tamaño, volumen,
huellas entre otras cualidades

7 Sinopoli (1991) sugiere que es posible asignar tres tipos de usos a las vasijas. El primer uso es para el
cual la vasija fue manufacturada; el segundo, aquel que la vasija adquiere ante una determina circunstancia
y finalmente un tercero podría ser definido como el “uso casual” que la vasija podría tener luego de ser
descartado.

83
Insertándose en un escenario temporal, como la fase del Mochica Tardío;
fase que se caracteriza por la existencia de un sincretismo cultural donde estilos
cerámicos locales y foráneos se entre mezclan produciendo nuevos estilos
híbridos de gran variedad de formas y especialmente diseños decotativos, por
ello consideramos que la variabilidad decorativa debe toman también un papel
protagónico en la elaboración de nuestra tipología. Un claro ejemplo de ello, son
algunos tipos registrados en la categoría morfo-funcional como los platos y las
botellas los cuales están supeditados no tanto a la forma, sino más bien al tipo
de diseños decorados8 que estos presentan. Sin embargo esto no es aplicado
a todas las categorías morfo-funcionales, como es el caso de las ollas donde la
diferencia partiría de las distintas formas del cuello (variable de forma y no de
decoración)

Tomando en cuenta lo antes expuesto, para este análisis ceramográfico


tomaremos en consideración ambas variables para la creación de los tipos
cerámicos. Sin embargo, creímos conveniente en algunos casos anteponer
jerárquicamente el criterio de formas antes que el de decoración o viceversa.
Para cualquier de los casos y ante la necesidad de no caer en contradicciones
metodológicas planteamos la aplicación de una tipología politética (uso de varia
variables o criterios) en donde los criterio fundamentales de clasificación sean la
forma y por ende la función, además la tecnología y la decoración de manera
simultánea (Sinopoli 1991: 46).

8 Diversos autores que ha investigados temas relacionas para este periodo Mochica final, determinaron la
existencia de distintos grupos de cerámica en los cuales han sido definidos por la variable de decoración,
en primer lugar y luego la forma, como por ejemplo el “Estilo Línea Fina” (Donnan y McClelland 1999), el
estilo Proto-Lambayeque (Castillo y Rucabado 2003), el estilo Mochica Polícromo (Castillo 2000), el estilo
Cajamarca Costeño (Bernuy y Bernal 2008), entre otros.

84
5.1.2 Tipos y Variantes

Antes del análisis tipológico se establecieron 12 categorías morfo-


funcionales (Fig. 41), las cuales proponemos para el Sitio Arqueológico Huaca
Bandera y estas son:

VASIJAS CERRADAS VASIJAS ABIERTAS OTROS OBJETOS


Cántaros Platos Instrum. Musical
Ollas Escudillas Adorno: Colgante
Botellas Vasos Utensilios: Rayador
Tinajas Cuencos Rituales: Figurina

Fig. 41. Categorías morfo-funcional utilizadas en el análisis cerámico.

La descripción de cada fragmento y su posterior clasificación morfológica


fue realizada a través de un examen visual de los bordes. Para ello, se ha
seguido los procedimientos de uso común en la arqueología en cuanto a la
clasificación morfológica (Lumbreras 2005) como por ejemplo tener en cuenta el
ángulo de inclinación del borde y su eventual curvatura de la pared. En muchos
casos fue necesario también la revisión y comparación con las bases de datos
de cerámica de otros proyectos.

Cada categoría fue dividida a su vez en “tipos”, en base a los rasgos


comunes que ciertos ejemplares al interior de las categorías presentaban. Estos
rasgos recurrentes podrían refinarse a una forma específica del cuello y/o la
decoración que presenta. Finamente los tipos fueron sub-divididos en
“variantes”. Estas últimas representan modificación o peculiaridades de un sub-
grupo de ejemplares al interior del tipo. A pesar de esto no todos los tipos
presentan variantes (Muro 2010b: 127) (Fig. 42).

Por ultimo uno de los aspectos importante en la elaboración de la tipología


fue el registro gráfico y fotográfico de los elementos ceramográfico, los cuales
permiten captar con más detalles y sutilezas no sólo entre las formas y tipos sino
incluso entre variantes. En los casos de los fragmentos con decoración el dibujo
ofrece una representación por lo general más nítida que una fotografía. Para este
caso de investigación se dibujó una muestra de fragmentos para cada variante,

85
por cada tipo y por cada categoría morfo-funciona, en algunos caso donde el
elemento analizado presenta en su decoración pinturas variadas o algún detalle
se le fotografiara.

CATEGORIA MORFO-FUNCIONAL

Implica el reconocimiento de un grupo de vasijas que cumplieron una misma


función, y por tanto presenta una misma forma

TIPO

Implica el reconocimiento de un sub-grupo de vasijas, al interior de una


categoría, que presente rasgos o formas peculiares que permiten poder sub
agruparlos. Estos rasgos pueden ser: una forma específica de gollete o una
decoración especifica en la superficie.

VARIANTE

Implica el reconocimiento de grupos menores dentro de un tipo que se puede


caracterizar por particularidades muy específicas como las atmosferas de
cocción, las proyecciones de los bordes, o rasgos muy específicos en los
diseños, o tamaños mayores o menores a los establecidos.

Fig. 42. Esquema Morfo-funcional (Tomada de Muro 2010).

5.2 Criterios morfológicos utilizados en la descripción formal del


material ceramográfico

Para la elaboración de la tipología, previamente se tuvo que registrar la


información sobre la forma, tecnología y decoración de cada uno de las piezas
ceramográfico mediante el uso de fichas. Los criterios para establecer un
esquema de clasificación y ordenamiento de las formas se empezó con
determinar las partes de una vasija (Fig. 43, 44), para ello nos ayudaremos de
las nomenclaturas propuestas por Manrique (2001):

86
A) Boca: Abertura de la vasija que permite el paso hacia el exterior puede
ser de amplitud diversa y forma variada.
B) Labio: Se ubica en el extrema superior del borde de la vasija comprende
el punto de unión entre la cara interna y externa.
C) Borde: Es la extremidad superior del cuello o cuerpo de la vasija, ( en el
caso de olla o vasija de borde directo
D) Cuello: Es la parte superior de la vasija, generalmente es estrecha. Se
extiende desde la boca hasta el punto de inflexo que da origen al cuello-
E) Asa: parte accesoria de una vasija que sirve para asirla.
F) Cuerpo: Es la parte principal, se sitúa entre el cuello o boca y la base.
G) Base: Es la parte inferior exterior de la vasija, sobre el cual se sienta y
reposa el cuerpo

Fig. 43. Imagen extraída de Manrique (2001)

Fig. 44. ejemplos


de formas de
cuellos (Imagen
extraída de Muro
2010a tomada de
Alvarez-Calderon
2003).

87
QUINTA PARTE: ANALISIS Y TIPOLOGIA DE LA CERAMICA DE HUACA
BANDERA

Los trabajos efectuados con dicho material cerámico, nos ha permitido, en


un primer momento, hacer un análisis descriptivo de las variables morfológicas,
tecnológicas y decorativas de los fragmentos de cerámica y de las vasijas
completas por separado, con la finalidad de obtener datos puntuales para luego
combinarlas en una tipología de tipo politética (uso de varias variables o criterios)
en donde los criterios fundamentales de clasificación son forma, tecnología y
decoración utilizados de manera simultánea permitiendo el reconocimiento de
categorías, tipos y variantes (Sinopoli 1991: 46; Muro 2010b: 126).

CAPÍTULO VI: ANÁLISIS DE LA CERÁMICA

El material obtenido para el análisis proviene de las excavaciones


estratigráficas realizadas en los sectores Norte 1, Norte 2 y Este del Complejo
Arqueológico Huaca Bandera llevadas a cabo durante las temporadas 2010,
2013 (Curo 2010,2013; Risco et al. 2013). La muestra está constituida por 768
fragmentos y piezas de cerámica de los cuales, 720 (93,48%) corresponden a
fragmentos diagnósticos y 48 elementos (6,51%) a piezas completas. La
fragmentería de cerámica y piezas completas fueron analizadas por separado,
no obstante los criterios analíticos (morfológicos, tecnológicos y decorativos) de
estudio fueron empleados para los dos casos a partir de cuadros analíticos, los
mismos que serán presentados a continuación.

6.1 Los Fragmentos

La clasificación de los fragmentos se ha realizado por medio del estudio


de su técnica de elaboración, forma, técnica y decoración

La muestra analizada cuenta con 720 fragmentos diagnósticos, los cuales


se encuentran distribuidos de la siguiente forma: El Sector Este cuenta con 78
(10,88%) elementos de los cuales 25 fragmentos pertenecen al nivel 2; 28 al
nivel 2A; 13 al nivel 2B; 1 al nivel 2C y 11 corresponden al nivel 3. El Sector Área
Norte 1 presenta 560 (77,78%) fragmento, de los cuales 524 elementos
pertenecen al nivel 2; 20 al nivel 2A y 16 al nivel 3. Finalmente Sector Norte 2

88
posee 82 (11,39%) fragmentos, de los cuales 64 elementos se ubican en el nivel
2 y 18 en el nivel 3.

Todos los fragmentos se identificaron, catalogaron y analizaron,


posteriormente esta información se sistematizo en una base de datos, y se
elaboraron 6 cuadros estadísticos: 1. Cuadro general de cerámica, 2. Cuadro de
análisis granulométrico, 3. Cuadro de estudio de pastas y cocción, 4. Cuadro de
tratamiento superficial, 5. Cuadro de análisis de grosor, 6. Cuadro de decoración.

Todos los cuadros disponen de filas y columnas en los que se agrupan


por morfología. Esta clasificación morfológica consta de 7 grupos: Vasija
cerrada, vasijas abiertas, partes diversas, instrumentos musicales, adornos,
utensilios y objetos rituales. Los cuales se detallaran a continuación.

6.1.1 Análisis Morfológico

Conformado por las vasijas, término genérico con el que se designa a


cualquier recipiente de barro cocido (Heras y Martínez 1992:33). En base a los
fragmentos de bordes y cuello se pueden clasificar en dos grupos: vasijas cerras
y vasijas abiertas. (Cuadro. 1)

Vasijas cerradas

Se caracterizan por ser vasijas cuyo diámetro de abertura es menor que


su diámetro mayor (Lumbreras 1981: 3).

En esta muestra se cuenta con 220 elementos, los cuales representan el


30,68% del total y están conformados por cantaros, ollas y botellas.

Cántaros

Se caracterizan por ser vasijas cuya altura del cuello es mayor al diámetro
de su boca que es angosta y restringida, su altura del cuello siempre es más
elevada que la de una olla; pero nunca más estrecho que el diámetro de la boca
de las botellas. La abertura de la boca permite el ingreso de sólidos y líquidos
para su conservación, en muchos casos pueden presentar en el cuello
representaciones escultóricas denominadas como cara-gollete. Por lo general
son de cuerpos globulares, con bases convexas o planas (Fig. 45)

89
Fig. 45. Formas más representativas de los cantaros (Imagen extraída de Manrique 2001).

Se han registrado 102 fragmentos de cerámica que representan el 14,22%


del total de la muestra analizada. Considerando la forma y la proyección de los
cuellos y bordes, se ha establecido los siguientes subtipos: Cántaro de cuello
recto con 32 elementos que corresponde al 4,44%, cántaro de cuello cóncavo
con 12 fragmentos que representan el 1,67%, cántaro de cuello evertido con 13
elementos que corresponden al 1,81%, cántaro de cuello compuesto con 21
fragmentos que equivalen al 2,92% y finalmente cántaro cara-gollete con 18
elementos que corresponden al 2,50%, por ultimo indeterminados con 6 (0,83%)
fragmentos (Fig. 46).

Fig. 46. Variantes de cantaros: a) cuello recto; b) cuello cóncavo; c) cuello evertido; d)
cuello compuesto; e) cara gollete.

90
Ollas

Son vasijas mayormente de cuerpo globular o esférico, de base convexa


y boca ancha. Por lo general presentan un cuello corto, aunque se han registrado
algunos elementos sin cuello. En este análisis se ha podido observar que la
altura del cuello varía; pero nunca es más alto que el cuello de un cántaro. De
igual manera el diámetro de la boca varia de tamaño, a pesar de ello su diámetro
será siempre menor a la mitad del diámetro máximo del cuerpo.

La principal función de este tipo de vasija seria la preparación o el


procesamiento de alimentos, es por ello que la superficie expuesta al fuego
produce una serie de huellas expresadas en el desgaste y en las huellas de hollín
o quema. En muchos casos pueden presentar a manera de asas laterales
distribuidas desde el cuerpo hasta el cuello (Fig. 47).

Fig. 47. Formas más


representativas de las
ollas (Imagen tomada
de Manrique 2001).

Se ha registrado 101 elementos que equivalen el 14,03% de la muestra


total, según la forma de su borde y cuello se ha clasificado en: Cuello recto con
5 elementos (0,69%), cuello divergente con 6 elementos (0,83%), cuello corto
con 15 fragmentos (2,08%), cuello convexo con 46 elementos (6,39%), cuello
carenado con 10 elementos (1,39%), cuello compuesto con 16 fragmentos
(2,22%) y las ollas de cuello directo con 3 elementos (0,42%) (Fig. 48).

91
Fig. 48. Variantes de ollas: a) cuello recto; b) cuello divergente; c) cuello corto; d) cuello
convexo; e) cuello carenado; f) cuello compuesto; g) cuello directo

92
Botellas

Vasijas cerradas que se caracterizan por tener el diámetro de la boca


considerablemente menor en relación al diámetro de su cuerpo. En algunos
casos el cuello puede presentar el mismo alto que el de un cántaro pero se
tipifican como botellas por el tamaño angosto de la abertura de la boca, por lo
general tienen el cuerpo globular y la base convexa o plana. De acuerdo al
tamaño y volumen son más pequeños que un cántaro y suelen tener el acabado
superficial más fino. Además pueden presentar uno o dos golletes o cuellos, que
son generalmente altos y angostos de forma tubular y/o cónica. La presencia de
asas es muy común y de acuerdo a su forma define a las botellas (botella asa
estribo, botellas asa puente, botella asa posterior) (Fig. 49)

Fig.49. Formas más


representativas de
las botellas (Imagen
extraída de
Manrique 2001).

Se han registrado 16 fragmentos de golletes o cuellos de botellas que


representan el 2,23% de la muestra total. De acuerdo a la presencia o ausencia
de la asa se han agrupado en dos sub-grupos. Botellas sin asa, dentro de este
sub-grupo tenemos: Botellas con gollete o cuello recto registrando 8 elementos
(1,11%) y botellas caras gollete con 2 fragmentos (0,28%); dentro de las botellas
con asa tenemos: asa posterior con 1 elementos (0,14%) y gollete troncocónico
asa puente con 5 elementos (0,69%) (Fig. 50).

93
Fig. 50. Variantes de botellas: a) cuello recto; b y c) cara golletes; d) cuello con asa
posterior; e) gollete troncocónico asa puente.

Tinajas
Vasijas de gran tamaño y volumen de bases planas o convexas,
generalmente de cuerpo tronco-cónico. Algunos tinajas pueden presentar cuello
o simplemente no tenerlas, su diámetro de boca es amplia la cual permite un
acceso fácil a los contenidos internos, aunque debido a su mayor profundidad
habrían sido necesario el uso de elementos auxiliares para este fin (Muro 2010b:
169). La función de este tipo de vasijas está relacionada con la preparación y
almacenamientos de grandes cantidades de chicha, hecho que a su vez permite
relacionarlo con la realización de banquetes (Fig. 51).

94
Fig. 51. Formas más
representativas de las
tinajas (Tomada de
Manrique 2001).

Este grupo cuenta con 46 elementos que equivalen el 6,39% de la muestra


total. Según la presencia o ausencia del cuello se ha dividido en dos grupos:
Tinajas con cuello; que a su vez se ha sub-dividido en tinajas con cuello recto
convergente con 1 fragmento (0,14%), tinajas con cuello convexo y borde corto
con 1 fragmento y tinajas con cuello divergente también con 1 fragmentos. En el
grupo de las tinajas sin cuello tenemos: Tinajas con borde directo con 20
fragmentos (2,78%) y tinajas convergente con reborde interno 18 elementos
(2,50%) y bordes indeterminados con 5 (0,69%) elementos (Fig. 52).

Fig. 52. Variantes de tinaja: a) con cuello recto –convergente; b) con cuello convexo y
borde corto divergente; c) con cuello divergente; d) borde directo; e) convergente con
reborde interno.

95
Vasijas abiertas

Una vasija abierta es aquella sin constricción de diámetro y cuyo diámetro


máximo coincide con la boca (Balfet et al. 1992) En la muestra contamos con
121 elementos, los cuales representa el 16.87% de la muestra total, están
conformados por:

Platos

Son vasijas abiertas de paredes divergentes cuya altura total suele ser el
diámetro máximo de su boca, de base plana, convexa o con soporte. Se le asocia
generalmente con la función de servir además se caracteriza porque en la parte
interna es donde con mayor frecuencia presenta decoración. De acuerdo a un
análisis demostraron que a pesar de sus paredes delgadas los platos cuentan
con gran dureza, resistencia y se fragmentan con dificultad, sobre todos los
platos tipos “Cajamarca serrano” que se caracterizan por esta hechos con arcilla
tipo caolín (Thiriet 2009).

Morfológicamente la totalidad de los platos presentan paredes divergentes


(Fig. 53), aunque presentan pequeñas diferencias como el ángulo de abertura
de la boca, el grosor de las paredes, forma del bode y el tipo de labio las cuales
se han tomado en cuenta para este análisis.

Fig. 53. Formas más


representativos de los
platos (Imagen extraído
de Manrique 2001).

Contamos con 49 bordes de plato que representan el 6,81% de la muestra


total, los cuales se han a grupos de la siguiente manera: Platos de paredes rectas
divergentes con 31 elementos (4,31%), platos de paredes divergentes con borde
de labio en bisel exterior con 12 elementos (1,67%) y platos de paredes
divergentes con borde engrosado con 6 elementos (0,83%) (Fig. 54).

96
Fig. 54. Variante de platos: a y b) pared recta –divergente; c) borde con labio en bisel
exterior; d) pared divergente y borde engrosado.

Escudillas

Es una vasija abierta cuyo diámetro superior está comprendido entre dos
y media y cinco veces la altura de la pieza, generalmente es un recipiente ancho
y alto pero que tiene la forma de una media esfera (Lumbreras 2005: 115).
Probablemente cumplía con la función de una vasija para beber o en el servicio
de la mesa.

En la muestra contamos con 10 elementos de borde de escudilla que


equivalen el 1,39% del total. Morfológicamente la totalidad de las escudillas
tienen paredes convexas, aunque presentas pequeñas variaciones con respecto
a la dirección. Sin embargo creyó conveniente no separarlas en variantes debido
a no tener una muestra más numerosa para corroborar variantes (Fig. 55)

Fig. 55.
Fragmentos de
escudillas.

97
VASOS
Son vasijas abiertas de paredes divergentes cuya altura es mayor al
diámetro de su boca y cuya forma pueden ser cilíndricas o cóncavas, en algunos
casos estas formas varían. Suelen tener bases planos o soportes. A pesar de
ser vasijas abiertas, el diámetro de su boca no permite manipular los contenidos
(Muro 2010b: 166). Su función ha sido la de servir líquidos (Fig. 56).

Fig. 56. Formas más


comunes de vasos
(Imagen extraída de
Manrique 2001).

Este grupo de vasijas cuenta con 13 elementos que representan el 1,81%


de la muestra analizada, de acuerdo a la forma del cuerpo de los vasos fue
conveniente agruparlos en dos tipos: Vasos de paredes rectas divergentes con
11 bordes de fragmentos (1,53%); vasos compuesto de cuerpo ovoide y paredes
divergentes con 2 elementos (0,28%) (Fig. 57).

Fig. 57. Variante de vasos: a) pared recta –divergente; b) compuesto: cuerpo ovoide y
pared divergente.

98
Cuencos
Vasijas abiertas de cuerpo semiesférico, en la cual la altura total de la
vasija es el tercio del diámetro máximo. Suelen ser más profundos que los platos
y poseer un diámetro de boca más estrecha. Presenta en su mayoría escasa
decoración, también cumpliría una función domestica ligada a la actividad de
servir (Fig. 58).

Fig. 58. Forma de un cuenco


(Imagen tomada de Manrique
2001).

Esta muestra cuenta con 7


fragmentos de borde de cuenco que representan el 0,98% del total de la muestra,
morfológicamente presentan paredes convexas convergentes (Fig. 59).

Fig. 59. Cuencos de paredes convexa –convergente.

Parte de vasijas
En la muestra contamos con un total de 371 elementos de esta categoría
y representan el 51,74% del total.

99
Golletes
Es la parte superior de una vasija
cerrada. Tiene un diámetro mínimo, igual o
inferior al tercio del diámetro máximo del
recipiente (Balfet et al. 1992)

La forma de los golletes permite


identificar tipos y se utilizan generalmente
para el caso de cantaros, ollas y botellas;
entre los fragmentos de la muestra hemos
identificado 2 formas que representan el
1,39% del total: 5 golletes rectos (0,69%) y 5
golletes troco-cónicos tubulares (0,69%) (Fig.
Fig. 60. Fragmentos de cuellos
60). troco-cónicos tubulares.

Agarraderas
Parte de la vasija que permite
asir a éste y cuya características
principal es estar unido a la piensa
por un solo punto (Heras y Martínez
1992: 10).
En esta muestra contamos
con 17 fragmentos que representan
el 2,37% del total. Dividido en 6
subtipos: 1 agarradera cónica
(0,14%), 2 agarraderas tipo anillo
(0,28%), 1 asa lateral cintada
(0,14%), 7 asas puentes (0,97%), 1
mango falso (0,14%) y 5
agarraderas tipo oreja (0,69%); de
la cual existe una variante tipo oreja
Fig. 61. Variantes de agarraderas: a) tipo
aserrada (Fig. 61). anillo; b) asa lateral cintada; c) asa puente; d)
mango falso; e) tipo oreja perforada; f) tipo
oreja aserrada.

100
Bases
Es considerada como base la
parte inferior-exterior de un recipiente
sobre la que éste se asienta y puede
presentar o no soportes.
En la muestra contamos con 33
elementos que representan el 4,60%
del total. Entre las formas registradas
tenemos: base plana con 25
elementos (3,47%), base convexa
con 3 elementos (0,42%) y 5 soportes
conformados por 4 tipo anulares
(0,56%) y 1 tipo pedestal (0,14%)
(Fig. 62).
Fig. 62. Fragmentos de soportes.

Cuerpos decorados

En este grupo son considerados


aquellos elementos que presentan algún
tipo de decoración como: pintura, incisión,
escultórico, aplicación, entre otros (Fig.
63). Son los más abundantes en la muestra
con 307 fragmentos que representa el
42,64% del total.

101
Fig. 55. Fragmentos de cuerpo decorados.

Aplicaciones

Son aquellos apéndices o accesorios


fijados al cuerpo de la pieza de la
cerámica. Contamos con 4 elementos
que representan el 0,56 del total.

6.1.1.1 Otros objetos

En la muestra tenemos 5 elementos de


este tipo que corresponden al 0,70% del total.

Instrumentos musicales

Contamos con 1 fragmento de esta


categoría que representa el 0,14% del total.
Este elemento registrado es un apéndice de un
posible asa puente perteneciente a una vasija
silbadora

Adornos

En la muestra contamos con 1 fragmento


(0,14%), que pertenece algún tipo de colgante

102
Utensilios

En la muestra contamos con 1 elementos


(0,14%), el cual lo conforma un rayador. Es una
vasija muy semejante a las ollas sin cuello y a los
cuencos, aunque se distingue por tener una
funciona específica, rallar, con ayuda de las
incisiones o irregularidades de su parte interna (Fig.
64).

Fig. 64. Fragmento de un rayador.

Objetos rituales
Conformado por 2
fragmentos de figurinas huecas que
equivalen el 0,28% del total. Las
figurinas son representaciones
figurativas o escultóricas de seres
humanos o animales, cuya función
tuvo una finalidad ritual (Fig. 65).

Fig. 65. Fragmento de una


figurina.

103
CATEGORÍA / PROCEDENCIA Este Norte 1 Norte 2 TOTAL %
c. recto 3 26 3 32 4.44%
c. cóncavo 12 12 1.67%
c. evertido 11 2 13 1.81%
Cántaros
c. compuesto 19 2 21 2.92%
cara gollete 4 14 18 2.50%
indeterminado 6 6 0.83%
c. recto 1 3 1 5 0.69%
c. divergente 1 4 1 6 0.83%
c. corto 1 12 2 15 2.08%
Ollas con cuello c. convexo 2 37 7 46 6.39%
carenado 10 10 1.39%
c. compuesto 3 12 1 16 2.22%
directo 3 3 0.42%
CERRADAS
c. recto 7 1 8 1.11%
sin asa
cara gollete 2 2 0.28%
Botellas
posterior 1 1 0.14%
con asa
puente 1 4 5 0.69%
c. recto
1 1 0.14%
convergente

con cuello c. convexo y borde


1 1 0.14%
corto divergente
Tinajas
c. divergente 1 1 0.14%
VASIJAS directo 18 2 20 2.78%
sin cuello
reborde 1 17 18 2.50%
indterminado 1 3 1 5 0.69%
pared divergente 7 18 6 31 4.31%
platos labio bisel exterior 12 12 1.67%
p. divergente y borde 6 6 0.83%
ABIERTAS p. recto divergente 5 5 1 11 1.53%
Vasos
compuesto 2 2 0.28%
Cuencos 2 2 3 7 0.97%
Escudillas 4 5 1 10 1.39%
recto 1 4 5 0.69%
Gollete
troco-cónico tubular 5 5 0.69%
cónica 1 1 0.14%
tipo anillo 2 2 0.28%
asa lateral cintada 1 1 0.14%
Agarradera
asa puente 3 3 1 7 0.97%
PARTES DE mango falso 1 1 0.14%
VASIJA tipo oreja 4 1 5 0.69%
plana 22 3 25 3.47%
convexa 2 1 3 0.42%
Base
anular 1 1 2 4 0.56%
pedestal 1 1 0.14%
cuerpos decorados 24 244 39 307 42.64%
aplicaciones 2 2 4 0.56%
INSTRUM.
Silbato 1 1 0.14%
MUSICALES
ADORNOS Colgante 1 1 0.14%
OTROS
UTENSILIOS Rayador 1 1 0.14%
OBJETOS
RITUALES Figurina hueca 2 2 0.28%
TOTAL 78 560 82 720 100%
% 10.83% 77.78% 11.39% 100%

Cuadro 1. Cuadro general por formas del total de fragmentería de cerámica registrada por
Sectores.

104
6.1.1.1 Análisis de la variedad espacial
La presencia de ciertas formas y tipos en lugares determinados puede
caracterizar la funcionalidad del espacio o ciertas singularidades que puede
presentar el contexto. En este caso de estudio se pudo observar ciertas
características de los tipos de cerámica en relación a la variedad del espacio,
los cuales se detallara a continuación:

a. cerámica del Sector Este

La muestra está conformada por 78 fragmentos analizados que


representa el 10,83% del universo total, la cual se ha segregado por grupos
de vasijas de acuerdo a las formas y la distribución. De acuerdo a la
morfológica la muestra fue agrupada por vasijas cerradas (33,33%), abiertas
(23,08%), partes de vasijas (42,31%) y un adorno (1,18%).
En el grupo de las vasijas cerradas, las botellas sin asa de cuello recto
son los más abundantes con el 8,97%, seguido por los cantaros cara gollete
con 5,13%. En las ollas, las de cuello compuesto son las más representativas,
ocupando el 3,85%.
En las vasijas abiertas, los platos de labio divergente son más frecuentes
y representan el 8,97%, seguido por los vasos de paredes divergentes con
6,41%. Para el grupo de partes de vasija, hay mayor cantidad de fragmentos,
en donde los cuerpos decorados ocupan el 30,77% respectivamente (Fig.
66).

b. Cerámica del Sector Norte 1

La muestra está conformada por 560 fragmentos analizados. En relación


a la morfología la muestra fue agrupada por vasijas cerradas (38,57%),
abiertas (8,93%), partes de vasija (51,96%), utensilios (0,18%) y figurinas
(0,36%).
En el grupo de las vasijas cerradas, los cantaros presentas mayor
porcentaje, siendo los más representativos los tipos de cuello recto (4,64%)
y los de cuello compuesto (3,39%). En las ollas, las de cuello convexo son
más frecuentes, ocupando el (6,61%), finalmente las tinajas de cuello directo
representan el (3,21%).

105
En las vasijas abiertas, los platos de labio redondo y los de labio biselado
exterior son los más frecuentes y representa el 3,21% y 2,14%
respectivamente. Para el grupo de partes de vasija, hay mayor cantidad de
fragmentos, en donde los cuerpos decorados ocupan el 43,57% y las bases
planas equivalen al 3,93% (Fig. 67)

c. Cerámica del Sector Norte 2

La muestra se conforma por un total de 82 fragmentos, de acuerdo a la


morfología, la muestra fue agrupada por vasija cerradas (28,05%), abiertas
(13,41%), partes de vasija (57,42%) y un instrumento musical (1,22%).
En el grupo de las vasijas cerradas, las ollas con las repetitivas siendo la
forma principal las ollas de cuello convexo con el 8,54%. En los cantaros, los
de cuello recto representan el 3,66%. Para las tinajas, el 1,22% lo conforma
las de cuello recto-convergente. La presencia de botellas es inexistentes en
este sector.
En las vasijas abiertas la forma que se destaca son los platos de labio
redondeado con 7,32%. Para el grupo de pates de vasija, hay mayor cantidad
de fragmentos, en donde los cuerpos decorados ocupan el 47,56%
respectivamente (Fig. 68).
Los resultados demostraron que la presencia de vasijas utilitarias (ollas,
catataros y tinajas) se registran en mayor proporción en los sector Norte 1
(63,53%) y Norte 2 (57.57%); en cambio las formas de vasijas denominas
suntuarias o rituales (botellas y vasos) se encuentra en mayor porcentaje en
el sector Este (31,81%). Otro dato a tener en cuenta es que el sector Norte 1
presenta una mayor variedad de tipos ceramográficos posiblemente se deba
a que presenta el mayor número de ejemplares registrados, sin embargo al
comprarlo con el sector Este de manera porcentual, los tipos de vasijas como
cantaros cara gollete (5,13%), botellas sin asa de cuello recto (8,97%),
botellas con asa posterior (1,28%) y con asa puente (1,28%), platos (8,97%),
vasos “kero” (6,41%), cuencos (2,56%) y escudillas (5,13%) que se
caracterizan por tener un mejor acabado y estar relacionadas a actividades
de servicio y recepción ligadas al prestigio; se registran en mayor proporción
en este último sector.

106
SECTOR ESTE
Escudillas; 9.09% Cántaros; 15.91%
Cuencos; 4.55%

Vasos ; 11.36%

Ollas; 18.18%

Platos; 15.91%

Tinajas; 4.55% Botellas; 20.45%

Fig. 66. Distribución porcentual de las categorías de fragmentos del Sector Este.

SECTOR NORTE 1
Cuencos; 0.75% Escudillas; 1.88%
Vasos ; 2.63%
Platos; 13.53%
Cántaros;
33.08%

Tinajas; 15.04%

Botellas; 2.63%

Ollas; 30.45%

Fig. 67. Distribución porcentual de las categorías de fragmentos del Sector Norte 1.

SECTOR NORTE 2
Escudillas; 3.03%
Cuencos; 9.09%
Cántaros; 21.21%
Vasos ; 3.03%

Platos; 18.18%

Tinajas; 9.09%
Ollas; 36.36%
Botellas; 0.00%

Fig. 68. Distribución porcentual de las categorías de fragmentos del Sector Norte 2.

107
6.1.2 Análisis Tecnológico

6.1.2.1 Estudio granulométrico de los temperantes

El análisis granulométrico de la cerámica permite la identificación de


fragmentos de rocas, minerales incluso restos orgánicos, los cuales pueden
estar presentes de modo natural o agregados deliberadamente como
desgrasante , con finalidad de mejorar la plasticidad y cocción de la arcilla
(Renfrew y Bahn 1993: 329). Resulta importante porque nos ayuda a comprender
las propiedades de resistencia, determinar el grado de desarrollo tecnológico-
alfarero por una sociedad en un tiempo específico o identificar lugares de
procedencia.

Los temperantes o antiplásticos, son los elementos que se añaden a la


arcilla con el objetivo de darle elasticidad. Pueden ser usados como antiplásticos
la cerámica cocida y molida, la mica, el cuarzo, la concha molida y la arena. Para
medir el tamaño del temperante se utilizó medidas estandarizadas, estas son
conocidas como granulometría. El estudio granulométrico se realizó de acuerdo
a un nivel básico (macroscópico); las categorías utilizadas son: muy fino, fino,
medio y grueso (Cuadro 2).

La categoría muy fino, está representado por el número 0, donde el


temperante no se puede percibir bajo simple observación. Su tamaño es inferior
a 0,1 mm. Se registraron 74 elementos que representan el 10,28% del total de la
muestra; siendo los cuerpos decorados los más representativos con 34
elementos; los platos de paredes rectas divergentes con 5 fragmentos, así como
también golletes cónicos tubulares, agarraderas asa puente, agarraderas tipo
oreja y bases planas cada una con 4 elementos.

La categoría fina, está representado por el número 1, es el temperante


que puede ser percibido a simple vista debido que su tamaño es mayor a 0,1 mm
y menor de 0,5 mm., está conformado por arena eólica. Se registraron 328
elementos, es la categoría con mayor representación 45,56%.

108
La categoría media, está representada por el número 2, aquí son percibidos
algunos temperantes como la mica, el cuarzo, entre otros. Su tamaño es superior
a 0,5 mm y menor de 1 mm. Se registraron 258 elementos que equivalen el
35,83% del total de la muestra. Los más representativos son los cuerpos
decorados 109 fragmentos y las ollas con cuello convexo teniendo 18
elementos.

La categoría gruesa, está representada por el número 3, los temperantes pueden


ser apreciados claramente, debido a su gran tamaño y la proporción de estos
que pueden oscilar entre 0,5 mm a más. Se registraron 60 elementos que
representan el 8,33% del total de la muestra. Siendo las tinajas de borde entrante
con 18 fragmentos y las tinajas con reborde con 12 fragmentos las más
representativas (Fig. 69).

Fig. 69. Gráfico de la distribución porcentual de la fragmentería de cerámica por


granulometría

109
GRANULOMÉTRIA
CATEGORÍA total %
0 1 2 3
c. recto 2 16 14 32 4.44%
c. cóncavo 7 5 12 1.67%
c. evertido 2 9 2 13 1.81%
Cántaros
c. compuesto 4 17 21 2.92%
cara gollete 1 8 9 18 2.50%
indeterminado 6 6 0.83%
c. recto 5 5 0.69%
c. divergente 5 1 6 0.83%
c. corto 2 8 5 15 2.08%
Ollas con cuello c. convexo 19 26 1 46 6.39%
carenado 2 8 10 1.39%
c. compuesto 3 11 2 16 2.22%
CERRADAS
directo 3 3 0.42%
c. recto 3 4 1 8 1.11%
sin asa
cara gollete 1 1 2 0.28%
Botellas
posterior 1 1 0.14%
con asa
puente 1 4 5 0.69%
c. recto convergente 1 1 0.14%
c. convexo y borde
con cuello 1 1 0.14%
corto divergente
Tinajas c. divergente 1 1 0.14%
directo 2 18 20 2.78%
sin cuello
VASIJAS reborde 18 18 2.50%
indeterminado 1 4 5 0.69%
p. recta divergente 6 25 31 4.31%
Platos labio bisel exterior 2 10 12 1.67%
p. divergente y borde engrosado 6 6 0.83%
ABIERTAS p. recto divergente 3 8 11 1.53%
Vasos
compuesto 1 1 2 0.28%
Cuencos 4 3 7 0.97%
Escudillas 4 6 10 1.39%
recto 5 5 0.69%
Gollete
troco-cónico tubular 4 1 5 0.69%
cónica 1 1 0.14%
tipo anillo 2 2 0.28%
asa lateral cintada 1 1 0.14%
Agarradera
asa puente 4 3 7 0.97%
PARTES DE mango falso 1 1 0.14%
VASIJA tipo oreja 4 1 5 0.69%
plana 4 15 6 25 3.47%
convexa 1 2 3 0.42%
Base
anular 2 2 4 0.56%
pedestal 1 1 0.14%
cuerpos decorados 34 159 109 5 307 42.64%
aplicaciones 3 1 4 0.56%
INSTRUM.
Silbato 1 1 0.14%
MUSICALES
ADORNOS Colgante 1 1 0.14%
OTROS
UTENSILIOS Rayador 1 1 0.14%
OBJETOS
RITUALES Figurina hueca 2 2 0.28%
TOTAL 74 328 258 60 720 100%
% 10.28% 45.56% 35.83% 8.33% 100%

Cuadro 2. Fragmentos cerámicos según su granulometría por formas.

110
6.1.2.2 Estudio de las pastas y cocción de la cerámica

En el proceso de la manufacturación de la cerámica, después de mezclar


la arcilla, los temperantes, el agua y haber dado forma a la vasija; posteriormente
la pieza se somete al fuego para su cocción. Este proceso que determina la
cocción se reconoce por la dureza de la pieza que posee. Al hornear la pieza de
cerámica, ésta adquiere el color de la pasta, que varía según el tipo de horno
empleado (atmosfera oxidante o reductora). La cocción oxidante, se produce en
hornos abiertos en los cuales entran el oxígeno y favorece la oxidación de las
pastas, especialmente la de las materias orgánicas, determina una pasa de color
claro. Por su parte, cocción reductora, se produce en hornos cerrados en los
cuales no entra oxígeno, la combustión de las materias orgánicas se producen
lentamente determinado una pasta de color oscura. (Balfet et al, 1992).Para este
tipo de estudio el material fue agrupado en tres categorías según el tipo de
cocción: (1) Oxidante, (2) Reductora y (3) Mixta (Cuadro 3).

En el análisis, se ha identificado la predominancia de las pastas de


cocción oxidante, este tipo de cocción cuenta con 392 elementos representado
el 54,67% de la muestra total, de los fragmentos de este tipo de cocción
sobresalen los de color anaranjado con 3724 fragmentos (51,67%) y los de color
rojo con 27 elementos (3,75%). De otro lado los fragmentos de cocción reductora
están conformado por 127 elementos (17,64%), finalmente los fragmentos de
cocción mixta fueron en total 193 elementos (26,81%) (Fig. 70)

Fig. 70. Gráfico de la distribución cuantitativa y porcentual de fragmentería de cerámica por


procedencia

111
CATEGORÍA Anaranjado Roja Gris Mixta Blanco total %
c. recto 18 2 4 8 32 4.44%
c. cóncavo 8 4 12 1.67%
c. evertido 8 3 2 13 1.81%
Cántaros
c. compuesto 14 7 21 2.92%
cara gollete 10 4 4 18 2.50%
indeterminado 3 3 6 0.83%
c. recto 5 5 0.69%
c. divergente 4 2 6 0.83%
c. corto 10 5 15 2.08%
con cuello
Ollas c. convexo 31 2 1 12 46 6.39%
carenado 8 2 10 1.39%
c. compuesto 8 1 7 16 2.22%
CERRADAS
directo 3 3 0.42%
c. recto 4 1 3 8 1.11%
sin asa
cara gollete 2 2 0.28%
Botellas
posterior 1 1 0.14%
con asa
puente 2 3 5 0.69%
c. recto convergente 1 1 0.14%
c. convexo y borde
con cuello 1 1 0.14%
corto divergente
Tinajas c. evertido 1 1 0.14%
entrante 12 2 6 20 2.78%
sin cuello
VASIJAS reborde 15 3 18 2.50%
indeterminado 4 1 5 0.69%
p. recta divergente 7 20 3 1 31 4.31%
Platos labio bisel exterior 7 2 3 12 1.67%
p. divergente y borde engrosado 4 2 6 0.83%
ABIERTAS p. recto divergente 11 11 1.53%
Vasos
compuesto 1 1 2 0.28%
Cuencos 3 3 1 7 0.97%
Escudillas 8 1 1 10 1.39%
recto 5 5 0.69%
Gollete
tronco-cónico tubular 4 1 5 0.69%
cónica 1 1 0.14%
tipo anillo 2 2 0.28%
asa lateral cintada 1 1 0.14%
Agarradera
asa puente 1 5 1 7 0.97%
PARTES DE mango falso 1 1 0.14%
VASIJA tipo oreja 5 5 0.69%
plana 9 1 12 3 25 3.47%
convexa 3 3 0.42%
Base
anular 3 1 4 0.56%
pedestal 1 1 0.14%
cuerpos decorados 143 17 38 109 307 42.64%
aplicaciones 1 3 4 0.56%

INSTRUM.
Silbato 1 1 0.14%
MUSICALES
OTROS ADORNOS Colgante 1 1 0.14%
OBJETOS UTENSILIOS Rayador 1 1 0.14%
RITUALES Figurina hueca 2 2 0.28%
TOTAL 372 27 127 193 1 720 100%
% 51.67% 3.75% 17.64% 26.81% 0.14% 100%

Cuadro 3. Fragmentos cerámicos según su cocción por formas.

112
6.1.2.3 Análisis del tratamiento superficial

El análisis del tratamiento de superficie corresponde a los elementos


terminados según su acabado superficial externo, su finalidad de este proceso
es dejar limpia y afinada la vasija (Manrique 2001: 26). Se han clasificado en
cuatro categorías (restregado, alisado, pulido y bruñido) (Cuadro 4).

Restregado
En esta categoría se han registrado 254 elementos que representan al
35,28% de la muestra analizada, destacan los cuerpos decorados con 51
elementos, las ollas de cuello convexo con 26 fragmentos y los cantaros de
cuello recto con 19 elementos.
Alisado
Es la categoría más representativa, tiene un total de 292 fragmentos que
corresponden al 40,56% del total, destacando los cuerpos decorados con 203
elementos.
Pulido
Se registró un total de 169 fragmentos que equivalen al 23,47% de la
muestra. Destacan los cuerpos decorados con 51 elementos, las bases planas
con 19 fragmentos y los platos de paredes rectas divergentes con 22 elementos.
Bruñidos
Está representado solo por 5 elementos representado el 0,69% de la
muestra total. Conformados por 2 cuerpos decorados, 2 platos de paredes
divergentes y 1 botella asa puente (Fig. 71).

Fig. 71. Gráfico de la distribución porcentual de fragmentería de cerámica según


tratamiento superficial.

113
CATEGORÍA RESTREGADO ALISADO PULIDO BRUÑIDO TOTAL %
c. recto 19 8 5 32 4.44%
c. cóncavo 6 4 2 12 1.67%
c. evertido 5 1 7 13 1.81%
Cántaros
c. compuesto 20 1 21 2.92%
cara gollete 11 2 5 18 2.50%
indeterminado 6 6 0.83%
c. recto 2 3 5 0.69%
c. divergente 4 2 6 0.83%
c. corto 11 4 15 2.08%
con cuello
Ollas c. convexo 40 6 46 6.39%
carenado 8 2 10 1.39%
CERRADAS c. compuesto 12 4 16 2.22%
cuello directo 3 3 0.42%
c. recto 8 8 1.11%
sin asa
cara gollete 1 1 2 0.28%
Botellas
posterior 1 1 0.14%
con asa
puente 4 1 5 0.69%
c. recto convergente 1 1 0.14%
con cuello c. convexo y borde 1 1 0.14%
c. divergente 1 1 0.14%
Tinajas
directo 8 12 20 2.78%
sin cuello
reborde 13 5 18 2.50%
VASIJAS
indeterminado 3 2 5 0.69%
p. recta divergente 4 3 22 2 31 4.31%
Platos labio bisel exterior 10 2 12 1.67%
p. divergente y borde engrosado 3 3 6 0.83%
ABIERTAS p. recto divergente 1 10 11 1.53%
Vasos
compuesto 1 1 2 0.28%
Cuencos 3 4 7 0.97%
Escudillas 1 7 2 10 1.39%
recto 5 5 0.69%
Gollete
troco-cónico tubular 1 4 5 0.69%
cónica 1 1 0.14%
tipo anillo 1 1 2 0.28%
asa lateral cintada 1 1 0.14%
Agarradera
asa puente 7 7 0.97%
PARTES DE mango falso 1 1 0.14%
VASIJA tipo oreja 1 2 2 5 0.69%
plana 2 4 19 25 3.47%
convexa 1 1 1 3 0.42%
Base
anular 4 4 0.56%
pedestal 1 1 0.14%
cuerpos decorados 51 203 51 2 307 42.64%
aplicaciones 1 3 4 0.56%
INSTRUM.
Silbato 1 1 0.14%
MUSICALES
OTROS
ADORNOS Colgante 1 1 0.14%
OBJETOS
UTENSILIOS Rayador 1 1 0.14%
RITUALES Figurina hueca 2 2 0.28%
TOTAL 254 292 169 5 720 100%
% 35.28% 40.56% 23.47% 0.69% 100%

Cuadro 4. Fragmentos de cerámica según su tratamientos superficial por formas.

114
6.1.2.4 Análisis del grosor de la pasta

La muestra es integrada por 717 elementos, identificándose una variedad


de grosores, los cuales se han dividido en las siguientes medidas (Cuadro 5).

Rango 1: (1- 10 mm)

Conforman las vasijas de paredes delgadas con un total de 623 elementos


que equivalen 86,53% de la muestra. Los más representativos son los cuerpos
decorados con 301 fragmentos, las bases planas con 25 elementos y las ollas
cuello convexo 31 bordes de fragmentos.

Rango 2: (11- 20 mm)

Integrado por la vasijas de paredes de grosor medio, con un total de 88


elementos que representan el 12,22%. Los más representativos son los cantaros
de cuello recto con 19 fragmentos seguido de las tinajas sin cuello de borde
entrante con 17 elementos.

Rango 3: (21-30 mm)

Integrado por un total de 9 elementos que equivalen al 1,25 % de la


muestra total. Conformado por fragmentos de tinaja (Fig. 72).

Fig. 72. Gráfico de la distribución porcentual de fragmentería de cerámica según rangos de


grosor de la pasta.

115
GROSOR DE LA PASTA
RANGO 1 RANGO 2 RANGO 3 TOTAL %
CATEGORÍA
(1-10) (11-20) (21-30)
c. recto 13 19 32 4.44%
c. cóncavo 12 12 1.67%
c. evertido 13 13 1.81%
Cántaros
c. compuesto 19 2 21 2.92%
cara gollete 17 1 18 2.50%
indeterminado 6 6 0.83%
c. recto 5 5 0.69%
c. divergente 5 1 6 0.83%
c. corto 7 8 15 2.08%
con cuello
Ollas c. convexo 46 46 6.39%
carenado 8 2 10 1.39%
c. compuesto 11 5 16 2.22%
CERRADAS
directo 3 3 0.42%
c. recto 8 8 1.11%
sin asa
cara gollete 2 2 0.28%
Botellas
posterior 1 1 0.14%
con asa
puente 5 5 0.69%
c. recto convergente 1 1 0.14%
c. convexo y borde
con cuello 1 1 0.14%
corto divergente
Tinajas c. divergente 1 1 0.14%
sin cuello directo 17 3 20 2.78%
VASIJAS reborde 14 4 18 2.50%
indeterminado 4 1 5 0.69%
p. recta divergente 31 31 4.31%
Platos labio bisel exterior 12 12 1.67%
p. divergente y borde engrosado 6 6 0.83%
ABIERTAS p. recto divergente 11 11 1.53%
Vasos
compuesto 2 2 0.28%
Cuencos 7 7 0.97%
Escudillas 9 1 10 1.39%
recto 4 1 5 0.69%
Gollete
troco-cónico tubular 5 5 0.69%
cónica 1 1 0.14%
tipo anillo 2 2 0.28%
asa lateral cintada 1 1 0.14%
Agarradera
asa puente 7 7 0.97%
PARTES DE mango falso 1 1 0.14%
VASIJA tipo oreja 5 5 0.69%
plana 25 25 3.47%
convexa 3 3 0.42%
Base
anular 4 4 0.56%
pedestal 1 1 0.14%
cuerpos decorados 301 6 307 42.64%
aplicaciones 4 4 0.56%
INSTRUM.
Silbato 1 1 0.14%
MUSICALES
OTROS
ADORNOS Colgante 1 1 0.14%
OBJETOS
UTENSILIOS Rayador 1 1 0.14%
RITUALES Figurina hueca 2 2 0.28%
TOTAL 623 88 9 720 100%
% 86.53% 12.22% 1.25% 100%

Cuadro 5. Fragmentos de cerámica según rangos de grosor de pasta por formas.

116
6.1.3 Análisis Decorativo

La decoración pueden ser analizada como parte de un complejo


ideológico donde se puede cruzar aspectos vinculados a una cosmovisión
particular y otros que organizan estéticamente el comportamiento de quien la
manufactura (Ramírez 2014: 59). En el marco del análisis se registró un total de
530 fragmentos de cerámica con decoración (Cuadro 6) identificándose 11 tipos
decorativos como:

La decoración en incisión con 5 fragmentos (0,94%), decoración excisa


y/o 12 fragmentos (2,26%), aplique modelado 17 elementos (3,21%), aplique
moldeado 11 elementos (2,08%), escultóricos 20 fragmentos (3,77%),
estampada impresa 17 fragmentos (3,21%); en su mayoría con la técnica del
paleteado con 12 elementos, decoración en alto relieve 9 fragmentos (1,70%),
tipo muesca 1 fragmentos (0,19%) y punteada/ punzonada 3 fragmentos (0,57%)
(Fig. 73).

El tipo de decoración con más representación está compuesto por los


fragmentos con pintura con un total de 388 elementos, de acuerdo a los colores
utilizados y combinación se puedo identificar 10 categorías que está compuesto
de fragmentos decorados por pintura blanco crema con 353 elementos
(66.60%), pintura blanco crema y negro con 03 fragmentos (0,57%), pintura
blanco crema y negro sobre robre rojo ocre con 03 elementos (0,57%), pintura
policroma conformados por la combinación de colores: blanco crema - marrón -
rojo oxido - amarrillo ocre - negro con 02 fragmentos (0,38%) y pintura blanco
crema - negro - anaranjado - marrón con 01 fragmentos (0,19%). Además se ha
registrado fragmentos con pintura negra con 15 fragmentos (2,83%), pintura
negra sobre blanco crema con 6 fragmentos (1,13%), pintura negra sobre rojo
ocre con 3 fragmentos (0,57%) y pintura rojo ocre con 01 fragmento (0,19%). En
relación con los diseños se han podido registrar formas antro antropomorfas,
zoomorfas, fitoformas, geométricas; “Chevrones”, líneas, bandas, volutas,
escalones, entro otros (Fig. 74) (Cuadro 7).

117
r. ocre 0.19%

negro/ r.ocre 0.57%

negro / b.crema 1.13%

negro 2.83%

b.crema- negro- anaranjado- marrón 0.19%

b.crema- marrón- rojo ox- amarillo ocre- negro 0.38%

b.crema- negro/ r.ocre 0.19%

blanco crema/ r.ocre 0.57%

blanco crema - negro 0.57%

blanco crema 66.60%

punteada/ punzonada 0.57%

tipo muesca 0.19%

alto relieve 1.70%

estampado impreso 3.21%

escultórico 3.77%

aplique moldeado 2.08%

aplique modelado 3.21%

excisa y/o dactil 2.26%

incisión 0.94%

0.00% 10.00% 20.00% 30.00% 40.00% 50.00% 60.00% 70.00%

Fig. 73. Gráfico de la distribución porcentual del tipo de decoración en los fragmentos.

b)
a)

c)
d)

Fig. 74. a) Fragmento con pintura blanco crema - marrón - rojo oxido - amarrillo ocre – negro de
diseños de escaques de estilo Wari derivado (arriba derecha); b) fragmento con pintura blanco
crema - negro - anaranjado – marrón de estilo Moche Policromo (arriba izquierda); c y d)
fragmentos oxidante con pintura de línea negra de filiación Mochica (abajo).

118
CATEGORÍAS TOTAL %
incisión 5 0.94%
excisa y/o dactil 12 2.26%
aplique modelado 17 3.21%
aplique moldeado 11 2.08%
escultórico 20 3.77%
estampado impreso 17 3.21%
alto relieve 9 1.70%
tipo muesca 1 0.19%
punteada/ punzonada 3 0.57%
blanco crema 353 66.60%

blanco crema - negro 3 0.57%

blanco crema/ r.ocre 3 0.57%


b.crema- negro/ r.ocre 1 0.19%

b.crema- marrón- rojo ox- amarillo ocre-


2 0.38%
negro

b.crema- negro- anaranjado- marrón 1 0.19%


negro 15 2.83%
negro / b.crema 6 1.13%

negro/ r.ocre 3 0.57%


r. ocre 1 0.19%
Mixta 47 8.87%
TOTAL 530 100%
% 100%

Cuadro 6. Fragmentos cerámicos según su decoración.

119
blanco blanco b.crema- b.crema- marrón- b.crema- negro-
excisa y/o aplique aplique estampado punteada/ blanco negro / negro/
CATEGORÍAS TIPOS incisión escultórico alto relieve tipo muesca crema - crema/ negro/ rojo ox- amarillo anaranjado- negro r. ocre
dactil modelado moldeado impreso punzonada crema b.crema r.ocre
negro r.ocre r.ocre ocre- negro marrón
c. recto X X X
c. cóncavo X X
c. evertido X X
Cántaros
c. compuesto X X
cara gollete X X X X X
indeterminado X X X
c. recto X
c.
X
divergente
c. corto X
Ollas con cuello c. convexo X X X
carenado X
c.
X
compuesto
directo X
CERRADAS c. recto X X X
sin asa
cara gollete X X
Botellas
posterior
con asa
puente
c. recto
convergent X
e

c. convexo y
con cuello
borde corto X
Tinajas divergente
VASIJAS
c.
X
divergente
directo X
sin cuello
reborde X
indterminado X
pared divergente X X X
platos labio bisel exterior
p. divergente y borde
ABIERTAS p. recto divergente X X X
Vasos
compuesto
Cuencos X
Escudillas X
recto X X
Gollete
troco-cónico tubular
cónica
tipo anillo
asa lateral cintada
Agarradera
asa puente X X
PARTES DE mango falso X
VASIJA tipo oreja X
plana X X
convexa
Base
anular
pedestal X
cuerpos decorados X X X X X X X X X X X X X X X
aplicaciones X X X X
INSTRUM.
Silbato
MUSICALES
OTROS
ADORNOS Colgante
OBJETOS
UTENSILIOS Rayador
RITUALES Figurina hueca X

120
Cuadro 7. Tipos de decoración según las formas de los fragmentos
6.1.3.1 Análisis de Estilos y Filiación Cultural

Los análisis nos permitieron identificar 7 grupos: Mochica, constituye la


muestra más representativa con un total de 535 fragmentos que equivalen al
74,31%; Lambayeque, tenemos un total de 36 fragmentos equivalentes al 5,00%;
Cajamarca, se tiene 1 fragmentos correspondiente al 0,14%; Moche-Wari, en
este grupo tenemos un total de 18 fragmentos que corresponden al 2,50%; Wari
derivado, la muestra corresponde a 15 fragmentos que equivalen al 2,08%;
Horizonte Medio compuesta por 3 fragmentos que representan el 0,42% y
finalmente la categoría Post-Mochica donde se agrupan 112 fragmentos que
equivalen 15,56% de la muestra (Cuadro 8)

El estilo que predomina es el Mochica y se caracteriza por la alta


concentración de cuerpos decorados (37,08%), y vasijas utilitarias como
cantaros (9,72%) y ollas (10,83%). Con respecto al estilo Lambayeque lo
integran en mayor proporción los tipos de vasija de ollas (3,19%) y cuerpos
decorados de tipo paleteado en su mayoría de decoración paleteada (1,94%).

La presencia de estilos foráneos está compuesta por un fragmento


(0,14%) de plato de estilo Cajamarca, como también 3 fragmentos de platos muy
relacionado con estilos de la Costa Central durante el Horizonte Medio. En el
grupo de Wari derivado lo conformas todos aquellos fragmentos de estilo Wari
pero producidos localmente; las vasijas más representativas para este grupo son
los vasos tipo Kero (1,39%). El grupo estilista Moche-Wari hace referencia
aquellas vasijas que presentan una hibridación de estilos tanto locales como
foráneos, para este grupo son los cuerpos decorados policromos de botellas el
más representativo (1,25%).

Finalmente el grupo estilista Post-mochica lo conforman las vasijas que


utilizan formas y/o decoración que muestra tantos elementos estilístico de una
constante influencia forano como elementos locales, formado los inicios de un
nuevo estilo, tradicionalmente conocido como Lambayeque. Las botellas de
cocción reductora (cara gollete y doble gollete) son los representativos de este
grupo con el 3,19%; seguido por los platos con el 3,06% de la muestra total.

121
FILIACIÓN CULTURAL
TOTAL %
WARI HORIZONTE
CATEGORÍA / PROCEDENCIA MOCHICA LAMBAYEQUE CAJAMARCA MOCHE - WARI POST-MOCHICA
DERIVADO MEDIO
c. recto 28 4 32 4.44%
c. cóncavo 12 12 1.67%
c. evertido 10 3 13 1.81%
Cántaros
c. compuesto 21 21 2.92%
cara gollete 13 5 18 2.50%
indeterminado 6 6 0.83%
c. recto 3 2 5 0.69%
c. divergente 6 6 0.83%
c. corto 13 1 1 15 2.08%
Ollas con cuello c. convexo 38 8 46 6.39%
carenado 4 6 10 1.39%
c. compuesto 14 2 16 2.22%
CERRADAS directo 3 3 0.42%
c. recto 3 2 3 8 1.11%
sin asa
cara gollete 2 2 0.28%
Botellas
posterior 1 1 0.14%
con asa
puente 2 3 5 0.69%
c. recto convergente 1 1 0.14%
c. convexo y borde
con cuello 1 1 0.14%
corto divergente
Tinajas c. divergente 1 1 0.14%
directo 20 20 2.78%
VASIJAS sin cuello
reborde 18 18 2.50%
indterminado 5 5 0.69%
pared divergente 6 1 2 22 31 4.31%
platos labio bisel exterior 12 12 1.67%
p. divergente y borde engrosado 6 6 0.83%
ABIERTAS p. recto divergente 10 1 11 1.53%
Vasos
compuesto 2 2 0.28%
Cuencos 4 3 7 0.97%
Escudillas 9 1 10 1.39%
recto 5 5 0.69%
Gollete
troco-cónico tubular 5 5 0.69%
cónica 1 1 0.14%
tipo anillo 2 2 0.28%
asa lateral cintada 1 1 0.14%
Agarradera
asa puente 7 7 0.97%
PARTES DE mango falso 1 1 0.14%
VASIJA tipo oreja 3 2 5 0.69%
plana 10 3 3 1 8 25 3.47%
convexa 3 3 0.42%
Base
anular 1 3 4 0.56%
pedestal 1 1 0.14%
cuerpos decorados 267 14 9 17 307 42.64%
aplicaciones 1 3 4 0.56%
INSTRUM.
Silbato 1 1 0.14%
MUSICALES
ADORNOS Colgante 1 1 0.14%
OTROS
UTENSILIOS Rayador 1 1 0.14%
OBJETOS
RITUALES Figurina hueca 2 2 0.28%
TOTAL 535 36 1 18 15 3 112 720 100%
% 74.31% 5.00% 0.14% 2.50% 2.08% 0.42% 15.56% 100%

Cuadro 8. Fragmentos de cerámica según su filiación y estilo cultural.

122
6.1.4 Comentarios

Los 720 fragmentos de cerámica diagnostica utilizados para el análisis


provienen de tres Áreas distintas: Área Este con 78 elementos (10,88%), Área
Norte 1 con 560 elementos (77,78%) y Área Norte 2 con 82 elementos (11,39%).

El análisis morfológico de la fragmentería nos lleva a determinar que las


vasijas cerradas son predominantes, en donde predomina con casi igual
proporción los cántaros y ollas con 203 (28,19%) elementos; mientras que en las
vasijas abiertas predominan los platos con 49 (6,81%). Con respecto a las formas
empleadas, el estudio morfológico demostró la existencia de formas típicas del
periodo Mochica tardío como las ollas de gollete corto; las cuales se hacen más
frecuentes en el Transicional Temprano llevando en algunos casos aplicaciones
de “mangos falsos” (Mauricio 2007 citado en Cusicanqui 2010b), las ollas de
cuello compuestos; muy populares en los periodos Mochica tardío y Transicional
Temprano; y las tinajas con cuello; muy comunes en los valles Mochicas del
norte. Sin embargo, se puede observar la ausencia de las típicas botellas asa
estribo y la populares ollas cuello plataformas muy diagnosticas para este
periodo (Castillo 2000). No obstante el análisis denota la existencia de nuevas
formas como las botellas de doble gollete y asa puente; las cuales son
aparentemente prestamos de la cerámica Wari, la que llego a la costa norte
durante este periodo (Donnan y McClelland 1999), las botellas cara-golletes de
cocción reductora asociadas al proto-Lambayeque (Castillo y Rucabado 2003),
los típicos vasos tipo Kero y vasos de cuerpo globular y paredes divergentes de
influencia Wari.

El análisis granulométricos de los temperantes nos permitió corroborar la


presencia de mayor cantidad de cerámica de calidad intermedia, puesto que 328
(46,56%) elementos pertenecen a la categoría fina, es decir rango 1 y 258
(35,83%) elementos corresponde a la categoría media, identificado con el rango
2.

En cuanto al grado de cocción y el color de la pasta, el análisis muestra


que las pastas de tipo oxidante son preponderantes, en relaciona a las de
cocción reductora y mixta, siendo las más utilizadas aquellas que resulta en una
pasta de color anaranjado con el 51,67%. Con respecto a la cocción de tipo

123
mixta, cuenta con 195 (27,20%) elementos, se creer que la vasijas con este tipo
de cocción tienen una menor calidad causada por la mala cocción, que reflejaría
una prisa en la elaboración de la cerámica (Seoane et al. 2008) y problemas en
el colocado de las piezas dentro del horno (Chapdelaine et al. 1998). Por otro
lado la cerámica de cocción reductor y pasta gris presenta 127 (17,64%)
elementos, Seoane (ibíd) plantea que este tipo de cocción en la cerámica es
propia de personajes de prestigio; ya que la cerámica hecha en hornos cerrados
requiere de invertir más tiempo en la elaboración para su tratamiento, previo al
conocimiento tecnológico especializado (Zavaleta et al. 2011) esto es interesante
debido a que las vasijas más representativas de cocción reductora están
conformadas por nuevas formas de botellas de doble gollete y vasos muy ligados
a la influencia Wari.

El análisis en cuanto al tratamiento superficial demuestra que la mayoría


de fragmentos presentan un tratamiento simple; conformado por el restregado
con 254 (35,28%) elementos y alisado con 292 (40,56%) elementos, siendo los
cantaros y las ollas, conjuntamente con los cuerpos decorados los más
representativos. Por otro lado los fragmentos que presentan un mejor tratamiento
entre pulidos y bruñidos, están compuesto por las vasijas tipo platos, botella y
vasos con 61 (8,51%) elementos, estas vasijas por lo general están ligadas a la
función de servir y actividades rituales.

Respecto al análisis sobre el grosor de la pasta, los resultados demuestras


que en su gran mayoría presenta un grosor de pasta delgado con 623 (86,53%),
lo que implicaría que el repertorio de las vasijas tendrían un tamaño entre
pequeño y mediano. Por su parte las vasijas con grosor de pasta gruesa, está
representada en su mayoría por tinajas con 40 elementos.

El análisis decorativo demostró que la decoración en pintura


especialmente el blanco crema es la más predominante con 353 (66,60%),
estando presente en casi toda las formas registradas; seguida por la pintura
negra con 15 (2,83%) elementos, el cual se halla dispuesta en fragmentos de
platos de cuello divergente y cuerpos decorados; adicionalmente se ha
registrado algunas combinaciones entre estos colores, más el rojo ocre que
también es utilizado; los cuales son comunes para los Mochicas. Sin embargo la
muestra también presenta algunas combinaciones de colores muy diferentes a
124
los empleados por los Mochicas como marrones y anaranjados, aunque el
porcentaje de elementos con esta combinaciones es baja (1.13%) debe ser
tomada en cuenta para la interpretaciones.

6.2 Cerámica Completa

La muestra está conformada por 48 vasijas completas, que proceden de


tres sectores y niveles distintos: Sector Este conformado por 21 vasijas,
registradas para el nivel 2 con 15 ejemplares; 2 elementos en el nivel 2A y 4
vasijas en el nivel 3. Sector Norte 1 compuesta por 20 vasijas, distribuidas para
el nivel 2 con 13 elementos; 5 en el nivel 2A y una vasija en el nivel 3. Sector
Norte 2 conformada por 8 vasijas, distribuidas de la siguiente manera: 7
elementos en el nivel 2 y 1 vasija en el nivel 3.

Para la clasificación morfo-funcional de las vasijas competas, en primer


lugar se describió detalladamente cada uno de los ejemplares posteriormente las
vasijas fueron analizadas y catalogadas de acuerdo a tres criterios principales:
características morfológicas, tecnológicas y decorativas. Esta información ha
sido sistematizada en una base de datos para luego elaborar 6 cuadros
estadísticos, los cuales serán expuestos a continuación:

V1-Ol-T5: Olla de cuerpo globular, cuello compuesto, labio evertido corto y base
convexa. Sus medidas son: 30,1 cm de alto, con un ancho de 28,2 cm y un
diámetro de abertura de 17,0 cm. Su peso es de 2618,3 gramos. Con respeto a
las características tecnológicas, el tipo de cocción es mixta, de manufactura
modelada, tratamiento superficial alisado, granulometría tipo 2, con un grosor de
pasta de 7 mm. En cuanto a las características decorativas, presenta una franja
de pintura blanco cremas alrededor del cuello de la vasija. Presenta huellas de
hollín en la base y al interior de la vasija.

V2-Ol-T5: Olla de cuerpo globular, cuello compuesto, labio evertido corto. Con
un altura de 20,1 cm, 28,2 cm de ancho y 1698,4 gramos. Tipo de cocción
oxidante, pasta anaranjada, manufactura modelada, acabado superficial
restregado y de granulometría tipo 2. Presenta una franja de color blanco crema
alrededor del cuerpo de la vasija a modo de decoración.

125
V3-Ol-T2: Olla de cuerpo globular, cuello convexo, labio redondeado y base
convexa. El diámetro de su boca es de 13,3 cm, su ancho 28,4 cm y su altura
26,5 cm. Es una vasija modelada, cocción oxidante, acabado superficial alisado,
granulometría tipo 2 y 7 mm de grosor de pasta. Presenta a la altura del cuello y
parte del cuerpo bandas y manchas de pintura blanco crema. Evidencia en la
parte inferior hollín.

V4-Ol-T1: Olla de cuerpo globular, cuello recto, labio redondeado y base


convexa. Tiene una altura de 17,0 cm, ancho 15,7 cm, diámetro de boca 7,6 cm
y un peso de 646,4 gramos. Con respecto a sus características tecnológicas, es
de manufactura modelada, cocción oxidante, acabado superficial alisado,
granulometría tipo 2 y un espesor de 5 mm. En cuanto a la decoración presenta
una franja de color blanco crema en la parte superior del cuerpo, además lleva a
modo de decoración dos protuberancias ubicadas cerca al labio.

V5-Ca-T2: Cántaro de cuerpo globular, cuello compuesto, labio redondeado y


base convexa. Sus medidas son: 34,0 cm de alto, 28,5 cm de ancho, con un
diámetro de 9,8 cm. En lo que concierne a sus características tecnológicas, el
tipo de cocción es oxidante, manufactura modelada, acabado superficial alisado,
granulometría tipo 2 y grosor de pasta 5 mm.

En cuanto a sus características decorativas, presenta decoración pictórica


blanca crema en forma de banda y huella dáctil alrededor del cuello. Además se
observa entre el cuello y el cuerpo un “listón mellado” realizado con la técnica
del modelado.

V6-Es-T1: Es una escudilla de cuerpo hemisférico, borde convexo-divergente,


labio plano. Posee un diámetro de abertura de 19.0 cm y 570,6 gramos.
Manufactura modelado, cocción oxidante, pasta de color anaranjado, acabado
superficial alisado, granulometría tipo 1 y grosor de pasta de 4 mm. La
decoración es nula, aunque es posible que tuviera aplicaciones en cada lado,
debido a la existencia de marca producto del quiebre.

V7-Ol-T2: Es una olla de cuerpo globular, cuello convexo, labio redondeado y


base convexa. Sus medidas son 17,2 cm de alto, 15,9 cm de ancho, 10,0 cm de
ancho de boca y 782 gramos. Respecto a sus características tecnológicas; la

126
cocción es oxidante, manufactura modelado, acabado superficial alisado,
granulometría tipo 2 y grosor de pasta 5 mm. La decoración es simple, presenta
bandas de pintura blanco crema en el cuerpo, además evidencia de hollín en la
base de la vasija.

V8-Ol-T5: Olla de cuerpo globular, cuello globular, borde convexo divergente y


base convexa. Sus medidas son: 22, 4 cm de alto, 21,5 cm de ancho, 14,0 cm
de ancho de boca y 1497.8 gramos. Con respecto a sus cacterísticas
tecnológicas; la cocción es oxidante, manufactura modelado, acabado superfical
alisado, granulometría tipo 2 y grosor de pasta 5 mm. Presenta a modo de
decoración bandas de pintura blanco crema en el cuerpo, además evidencia de
huellas de hollín en gran parte de la vasija.

V9-Ca-T1: Es cántaro cara-gollete de cuerpo globular, cuello recto, labio


redondeado y base convexa. Según sus medidas de altura tiene 38,0 cm, ancho
35,0 cm, diámetro de boca 9,5 cm y peso 4956,8 gramos. Respecto a sus
características tecnológicas: la cocción es oxidante, manufactura modelado,
acabado alisado, granulometría tipo 2 y grosor de pasta 7 mm. En cuanto a las
características decorativas presenta, pintura blanco crema en forma de banda a
lo ancho y largo del cuerpo y una representación escultórica de un rostro
zoomorfo ubicado en el cuello, adornado a cada lado por dos protuberancias a
modo de orejas.

V10-Ol-T2: Es una olla cuello convexo, labio plano, cuerpo globular y base
convexa. Sus medidas son: 19,0 cm de alto, 13,4 cm de ancho, 8,5 cm de
diámetro de boca, 523,8 gramos. Es una vasija modelada, cocción oxidante,
acabado superficial restregado, granulometría 2 y grosor de pasta 4 mm. En
cuanto a sus características decorativas presenta dos bandas de color blanco
crema, una ubicada alrededor del labio y borde mientras la otra banda se ubica
en la parte superior del cuerpo de la vasija. Además presenta dos protuberancias
a modo de decoración en el borde la vasija.

V11-Ol-T5: Olla de cuerpo globular, cuello globular, labio evertido corto y base
convexa. El diámetro de su boca es 16,0 cm, altura de 26,0 cm, ancho 29,0 cm
y su peso 2802,4 gramos. En cuanto a sus características tecnológicas: la

127
cocción es oxidante, manufactura modelado, acabado superficial alisado,
granulometría tipo 2 y grosor de la pasta 6 mm. Está decorada por una franja de
color blanco crema ubicada entre el cuello y el cuerpo de la vasija. Presenta
evidencia de huellas de hollín en gran parte del cuerpo.

V12-Ol-T2: Es una olla de cuerpo globular, cuello convexo, labio biselado interior
y base convexa. Sus medidas son: 18,0 cm de alto, 18,5 cm de ancho, 12,0 cm
de diámetro de boca y 1245,7 gramos. Es una vasija oxidante, manufactura
modelado, acabado superficial restregado, granulometría tipo 2 y grosor de pasta
5 mm. Respecto a su decoración presenta, pintura blanco crema alrededor del
cuello y la parte superior del cuerpo de la vasija.

V13-Ol-T5: Es una olla de cuerpo globular, cuello globular, labio evertido corto
y base convexa. Sus medidas son 22.5 cm de alto, 26,5 cm de ancho, 14 cm de
diámetro de boca. En cuanto a sus características tecnológicas, la manufactura
es modelada, cocción oxidante, acabado superficial restregado, granulometría
tipo 2 y grosor de pasta 5 mm. En cuanto a la decoración presenta, pintura blanco
crema en forma de una franja al contorno del cuerpo de la vasija.

V14-Ol-T3: Es una olla de cuerpo globular, cuello acampanulado y base


convexa. Sus mediadas son: 20,0 cm de altura, 24,5 cm de ancho, 13,0 cm de
diámetro de boca y 1660,6 gramos. Con respecto a sus características
tecnológicas: la cocción es oxidante, manufactura modelada, acabado superficial
restregado, granulometría tipo 2 y grosor de pasta 6 mm. A modo de decoración
presenta pintura blanco crema en la parte superior de la vasija, formando un
semi-espiral en el centro del cuerpo de la vasija.

V15-Ol-T6: Es una olla de cuerpo globular, cuello corto, labio divergente y base
convexa. Tiene una altura de 16,0 cm, ancho 23,5 cm, diámetro de boca 22,9
cm y un peso de 1387,5 gramos. Presenta dos “mangos falsos” en la parte
superior del cuerpo de la vasija En cuanto sus características tecnológicas: la
cocción es mixta, manufactura modelado, acabado superficial restregado,
granulometría tipo 2 y grosor de pasta de 5 mm. La decoración está presente de
manera interna como externa y se compone de pintura de color blanco crema.
Abundancia de manchas de hollín.

128
V16-Ca-T1: Cántaro cara-gollete de cuerpo ovoide, cuello recto, labio
redondeado y base convexa. Sus medias son: 37,5 cm de altura, 35,0 cm de
ancho, 11 cm de diámetro de boca, 4619,0 gramos. Con respecto a sus
características tecnologías, la cocción es oxidante, manufactura modelada,
acabado superficial alisado, granulometría tipo 3 y grosor de pasta 6 mm. En
cuanto a la decoración presenta pintura blanco crema en gran parte del cuerpo,
además observamos la representación de un rosto antropomorfo en el cuello
realizada de manera impresa.

V17-Ol-T2: Es una olla de cuello convexo, labio plano, cuerpo globular y base
convexa. Tiene las siguientes medidas: 22,2 cm de altura, 24,0 cm de ancho,
13,0 cm de diámetro de boca 2252,6 gramos. Vasija de manufactura modelada,
cocción oxidante, acabado superficial restregado, granulometría tipo 2, grosor
de pasta 4 mm. Con respecto a la decoración presenta, pintura blanco crema en
forma de franja que recorre el contorno del cuerpo de la vasija.

V18-Ol-T5: Es una olla de cuerpo globular, cuello compuesto, borde evertido


corto, labio plano y base convexa. Sus medida son: 22,2 cm de alto, 25,5 cm de
ancho, 13,5 cm de ancho de boca, 2550,6 gramos. En cuanto a las
características tecnológicas: la cocción es oxidante, manufactura modelado,
acabado superficial alisado, granulometría tipo 2, grosor de pasta 7 mm.
Presenta a modo de decoración una franja cerca al cuello de pintura blanco
crema. Se evidencia gran presencia de hollín en el cuerpo de la vasija.

V19-Ol-T2: Es una olla de cuerpo globular, cuello convexo, labio plano y base
convexa. Sus medidas son: 30,0 cm de alto, 33,6 cm de ancho, 12,0 cm de
diámetro de boca y 2791,0 gramos. Con respecto a las características
tecnológicas: la cocción es oxidante, manufactura modelado, acabado superficial
alisado, granulometría tipo 2 y grosor de pasta 6 mm. En cuanto a las
características decorativas, solo presenta pintura blanco crema en forma de
franja ubicada al contorno de la parte superior del cuerpo de la vasija.

V20-Ol-T4: Es una olla escultórica de cuerpo globular, cuello recto, labio


redondeado y base convexa. Sus medidas son: 16,0 cm de alto, 14,0 cm de
ancho, 9,5 cm de diámetro de ancho, 599,2 gramos. En cuanto a sus

129
características tecnológicas: la manufactura es moldeada, cocción oxidante,
acabado superficial alisado, granulometría tipo 1 y grosor de pasta 4 mm. La
vasija escultora representa a un personaje con una mano sobre el cuerpo, la cual
sujeta a otro de menor tamaño; posible infante con el brazo izquierdo. Mientras
que el otro brazo porta una muñequera, y la mano se encuentra sobre la boca o
mentón.

V21-Ol-T2: Es una olla de cuello convexo, labio plano, cuerpo globular y base
convexa. Sus medidas son: 18,0 cm de alto, 18,5 cm de ancho, 10,0 cm de
diámetro de boca y 1006,7 gramos. Vasija de manufactura modelada, cocción
oxidante, acabado superficial alisado, granulometría tipo 2 y grosor de pasta 6
mm. En cuanto a sus características decorativas presenta pintura blanco crema
en forma de bandas al contorno del cuerpo de la vasija y a la altura del cuello.
Presencia abúndate de hollín.

V22-Ol-T5: Es una olla de cuello globular, borde corto divergente, labio plano y
base convexa. Sus medidas son 31,0 cm de alto, 33,6 cm de ancho, 19,0 cm de
diámetro de boca y 4869,9 gramos. Con respecto a sus características
tecnológicas: la cocción es oxidante, manufactura modelado, acabado superficial
alisado, granulometría 3, grosor de pasta 7 mm. En cuanto a sus características
decorativas presenta, pintura blanco crema en forma de franja entre el cuello y
el cuerpo de la vasija.

V23-Ol-T2: Es una olla de cuello convexo, labio plano, cuerpo globular y base
convexa. Sus medidas son: 22,0 cm de altura, 24,0 cm de ancho, 12 cm de
diámetro de boca y 1824,0 gramos. En cuanto a sus características tecnológicas,
la manufactura es modelada, cocción oxidante, acabado superficial restregado,
granulometría tipo 3 y grosor de pasta 6 mm. Con respecto a la decoración
presenta pintura blanco crema en forman de franja entre el cuello y el cuerpo de
la vasija además dos protuberancias a modo de aplicaciones decoran la parte
superior del cuello.

V24-Es-T1: Es una escudilla de paredes rectas divergentes, labio redondeado y


base plana. Sus medidas son: 7,0 cm de altura, 17,2 cm de diámetro de boca,
9,5 cm de diámetro de base y 408,6 gramos. En cuanto a sus características

130
tecnológicas: la manufactura modelada, cocción reductora, acabado superficial
pulido, granulometría tipo 1 y grosor de pasta 3.

V25-Ol-T2: Es una olla de cuello convexo, cuerpo globular y labio plano. Tiene
una altura de 25,0 cm de alto, 26,0 cm de ancho, 15,0 cm de diámetro de boca
y 2133,0 gramos. De acuerdo a sus características tecnologías: la cocción es
oxidante, manufactura modelada, acabado alisado, granulometría tipo 2 y grosor
de pasta 5 mm. Presenta pintura blanco crema en gran parte del cuerpo de la
vasija.

V26-Ca-T3: es un cántaro de cuerpo globular, cuello divergente, labio


redondeado y base convexa. Sus medidas son 21,0 cm de altura, 18,5 cm de
ancho y 4 cm diámetro de boca. En cuanto a sus características tecnológicas: la
cocción es oxidante, manufactura modelada, acabado alisado y granulometría
tipo 2. Con respecto a la decoración presenta pintura blanco crema en forman
de franja que recorre parte del cuerpo de la vasija además tiene dos orejas
perforadas entre el cuello y cuerpo.

V27-Ol-T1: Es una olla de cuerpo globular, cuello recto, labio plano y base
convexa. Sus medidas son: 20,0 cm de alto, 21,0 cm de ancho, 12,0 cm de
ancho. Es una vasija de cocción oxidante, manufactura modelada, acabado
superficial restregado, granulometría tipo 2 y grosor de pasta 6 mm. La
decoración está realizada por pintura blanco crema en forma de banda y la
técnica del chorreado en casi todo el cuerpo.

V28-Va-T1: Es un vaso cubilete, de paredes divergentes, labio redondeado y


base plana. De una altura de 14,0 cm, diámetro de boca 13,5 cm, diámetro de
base 7,5 cm y peso 404,3 gramos. En cuanto a sus características tecnológicas;
cocción es reductora, manufactura modelada, acabado superficial pulido,
granulometría 0, grosor de pasta de 4 mm. Como decoración presenta una banda
aplicada a la altura de la mitad del cuerpo de la vasija.

V29-Bo-T1: Botella cara-gollete, cuerpo lenticular, cuello recto, labio plano y


base plana. Sus medidas son: 17,0 cm de altura, 8,0 cm de ancho, 11,0 cm de
largo, 3,9 cm de diámetro de boca y 334,4 gramos. Con respecto a sus
características tecnológicas, la manufactura es moldeada, cocción reductora,

131
acabado superficial pulido, granulometría 1 y grosor de pasta 4 mm. La vasija
escultórica representa a un personaje adornando por dos asa perforadas a modo
de orejas en el cuello, además presenta representaciones ornitoformas con
individuos consecutivos en la parte superior del cuerpo.

V30-Va-T1: Vaso cubilete de paredes rectas divergentes, labio redondeado y


base plana. Con una altura 7,7 cm de alto, diámetro de boca 8,5 cm, diámetro
de base 4,5 cm y peso 115,3 gramos. En cuanto a sus características
tecnológicas: cocción es reductora, manufactura modelada, acabado superficial
pulido, granulometría tipo 0 y grosor de pasta 4 mm. Con respecto a la
decoración, tiene 4 rostros con tocado, frontales, equidistantemente, aplicados
en la parte media del cuerpo y una banda aplicada con rombos incisos.

V31-Va-T1: Botella cara-gollete de cuerpo globular, cuello recto divergente, labio


redondeado y base convexa. Sus medidas son: 13,0 cm de altura, 9.2 de ancho,
5,0 cm de diámetro de boca 285,9 gramos. Con respecto a sus características
tecnológicas, presenta manufactura moldeada, cocción reductora, acabado
superficial pulido, granulometría tipo 1 y grosor de pasta 4 mm. La vasija tiene la
representación escultórica de una criatura zoomorfa (murciélago) en el gollete,
orejas a manera de asa con perforación y decoración incisa estilizada posibles
peces lifes en el cuerpo.

V32-Pl-T1: Es un plato de forma hemisférica, paredes rectas divergentes, labio


redondeado y soporte anular, sus medidas son: 6,0 cm de altura, 17,6 cm de
diámetro de boca, 6,0 cm de diámetro de base y 320,9 gramos. En cuanto a las
características tecnológicas, la cocción es oxidante, manufactura modelada,
acabado superficial pulido, granulometría 1 y grosor de pasta 3 mm. Con
respecto a las características decorativas, presenta pintura con diseños en líneas
de color blanco crema sobre un rojo natural en el interior de la vasija. La
decoración consiste en líneas verticales las cuales se agrupan en cuatro grupos
equidistantes; cada grupo lo forma tres líneas paralelas.

V33-Bo-T2: botella de cuerpo lenticular, cuello recto tubular, labio redondeado,


base plana. Sus medias son: 19,5 cm de alto, 11,0 cm de ancho, 15,0 cm de
largo, 3,8 cm de diámetro de boca y 658,1 gramos. Vasija de manufactura

132
moldeada, cocción oxidante, acabado superficial pulido, granulometría 1 y grosor
de pasta 4. En cuanto a la decoración presenta dos hileras de volutas pintadas
delimitadas por líneas paralelas negras sobre rojo natural. Además presenta dos
asas perforadas en la base del cuello.

V34-Va-T1: Vaso cubilete, paredes rectas divergentes, labio redondeado y base


plana; sus medidas son: 36,0 cm de alto, 41,0 cm de diámetro de boca, 25,0 cm
diámetro de base y 8907,5 gramos. Vasija de cocción oxidante, manufactura
modelada, acabado alisado y granulometría 2.

V35-Ol-T2: Olla de cuello convexo, labio biselado interior, cuerpo globular y base
convexa. Tiene una altura de 25,0 cm, ancho 21,0 cm, diámetro de boca 12,0 cm
y peso 1500,2 gramos. En cuanto a las características tecnológicas: la
manufactura es modelada, cocción oxidante, acabado superficial restregado,
granulometría tipo 2 y grosor de pasta 6 mm. Con respecto a la decoración
presenta pintura blanco crema en casi la totalidad del cuerpo de la vasija.
Además abúndate huellas de hollín.

V36-Ol-T2: Olla de cuerpo globular, cuello convexo, labio plano y base convexa.
Su altura es: 20,6 cm de alto, 21,0 cm de ancho, 12,0 cm de diámetro de boca;
1451,0 gramos. En cuanto a sus características tecnológicas: la cocción es
oxidante, manufactura modelado, acabado restregado, granulometría 2 y grosor
de pasta 5 mm. La decoración está compuesta por pintura banco crema en toda
la parte superior del cuerpo y cuello de la vasija además presenta dos
protuberancias en el borde de la olla.

V37-Ca-T1: Cántaro cara gollete, cuerpo globular y base convexa, sus medidas
son: 43,5 cm de alto, 34,5 cm de ancho, 11,0 cm de diámetro de boca y 5259,5
gramos. De manufactura modelada, cocción oxidante, acabado superficial
restregado, granulometría tipo 3, grosor de pasta 7 mm. Con respecto a la
decoración presenta bandas horizontales de pintura blanco crema en todo el
cuerpo, en el cuello se observa una representación zoomorfa realizada con la
técnica del estampado.

V38-Ca-T1: Cántaro cara gollete, cuerpo globular, cuello compuesto, labio


biselado exterior y base convexa. Presenta una altura de 50,0 cm; 31,0 cm de

133
ancho; 11,5 cm de diámetro de base y 4541,8 gramos. En cuanto a las
características tecnológicas: la manufactura es modelada, cocción oxidante,
acabado superficial restregado, granulometría tipo 2 y grosor de pasta 6 mm.
Con respecto a la decoración presenta bandas verticales de color blanco creme
en todo el cuerpo, en el cuello se observa la representación de un rostro
zoomorfo realizada con la técnica del estampado.

V39-Cu-T1: cuenco de cuerpo hemisférico, de pared convexa vertical, labio


redondeado y base conexa. Sus medidas son: 16,5 cm de altura, 20,0 cm de
ancho, 22,5 cm de diámetro de boca y 1151,9 gramos. Con respecto a sus
características tecnológicas: la cocción es oxidante, manufactura modelado,
acabado alisado, granulometría tipo 1 y grosor de pasta 6 mm. La decoración
está compuesta por una banda de pintura blanco crema presente en todo el
contorno del labio de la vasija.

V40-Ol-T2: Olla de cuello convexo, labio redondeado, cuerpo globular y base


convexa. Sus medidas son 17,3 cm de alto, 11,0 cm de diámetro de boca 322 y
8 gramos. De acuerdo a sus características tecnológicas: presenta manufactura
modelada, cocción oxidante, acabado superficial restregado, granulometría 1 y
grosor de pasta 4 mm. Con respecto a la decoración presenta dos bandas de
pintura blanco crema; una ubicada en todo el borde y labio de la vasija, mientras
que la segunda en la parte media del cuerpo de la vasija además presenta un
asa tipo anillo en la base del cuello.

V41-Ca-T1: Cántaro cara gollete de cuerpo globular, base convexa, cuello recto
y labio biselado exterior. Sus medidas son: 33,0 cm de altura, 33,2 cm de ancho,
10,0 cm de diámetro de boca y 4137.1 gramos. De acuerdo a sus características
tecnológicas: la cocción es oxidante, manufactura modelado, acabado
restregado, granulometría tipo 2 y grosor de pasta 7 mm. Con respecto a sus
características decorativas presenta pintura blanco crema en gran parte del
cuerpo, presenta una rostro zoomorfo en el cuello, realizado de manera
estampada.

V42-Ol-T5: Olla de cuerpo globular, base convexa, cuello globular, borde


evertido corto y labio plano. Sus medidas son: 25,5 cm de altura, 26,0 cm de

134
ancho, 13,0 cm de diámetro de boca 2822,5 gramos. Vasija de cocción oxidante,
manufactura modelado, acabado restregado, granulometría tipo 2 y grosor de
pasta 6 mm. En cuanto a la decoración presenta pintura blanco crema
completamente la parte media superior de la vasija.

V43-Bo-T3: Es una botella de doble cuello y asa puente, cuerpo globular


achatado, cuello cónico tubular y base plana. Sus características tecnológicas
son: cocción oxidante, manufactura modelado acabado superficial pulido,
granulometría 0 y grosor de pasta 3 mm. Con respecto a su decoración presenta
díselos en línea fina, con representaciones de pallares y diseños geométricos
con pintura negra en la parte superior del cuerpo, delimitados en la parte media
por una franja blanco sobre negro sobre rojo natural englobado.

V44-Va-T1: Vaso cubilete de paredes rectas divergentes, labio redondeado y


base plana. Sus medidas son: 9,5 cm de altura, 9,0 cm de diámetro de boca, 5,0
cm de diámetro de base. En cuanto a sus características tecnológicas: cocción
reductora, manufactura modelada, acabado superficial pulido, granulometría tipo
1 y grosor de pasta 4 mm. Con respecto a su decoración presenta cuatro
aplicaciones de rostros de personajes con tocado distribuidos en forma
equidistada en la parte media de la vasija.

V45-Va-T2: Vaso de cuerpo globular, paredes divergentes, labio redondeado y


base plana. Sus medidas son: 9.5 cm de altura, 11,0 cm de diámetro de boca y
5, 0 cm de diámetro de base. Vasija de cocción reductora, manufactura
modelada, acabado superficial pulido, granulometría tipo 1 y grosor de pasta 5
mm.

V46-Ca-T1: cántaro cara gollete de cuerpo lenticular, cuello recto y base plana.
Sus medidas son: 22,2 cm de alto, 14,5 cm de ancho, 17,2 cm de largo y 758,2
gramos. En cuanto a sus características tecnológicas: la manufactura moldeada,
cocción reductora y acabado superficial pulido. La vasija tiene una
representación escultórica de un felino antropomorfizado, además presenta dos
orejas perforadas en el cuello.

V47-Ca-T1: cántaro cara gollete, cuerpo lenticular, cuello recto y base plana, sus
mediadas son: 21,7 cm de alto, 12,8 cm de ancho, 16,3 cm de largo, 5,5 cm de

135
diámetro de boca y 658,8 gramo. En cuanto a sus características tecnológicas:
la manufactura es moldeada, cocción reductora y acabado superficial pulido. Es
una vasija escultórica con representación antropomorfa, el cual presenta orejas
perforas en el cuello de vasija y un colla inciso de cuentas rectangulares en la
base del cuello.

V48-Ti-T1: Tinaja de cuerpo compuesto, cuellos altos convexos, borde corto


divergente y labio biselado exterior. Sus medidas son: 60,0 cm de alto, 40,0 cm
de ancho, la altura del cuello es de 34, 5 cm de altor, el diámetro de su boca de
21,5 cm y peso 6600 gramos. La manufactura es modelada, cocción oxidante,
distribución de la temperatura irregular, acabado superficial alisado,
granulometría tipo 2 y grosor de la pasta 7 cm. En cuanto a la decoración
presenta pintura crema en forma de bandas horizontales y verticales “chorreado”
en casi todo el cuerpo, además presenta en el cuello en uno de sus lados una
excisión horizontal y en el cual se observa alrededor pequeñas incisiones
verticales.

6.2.1 Estudio Morfológico

Los 48 vasijas de cerámica completa se clasificaron en dos grupos:


Vasijas cerradas: conformado por los cantaros, olla y botella; vasijas abiertas
integrado por los platos, tinajas, escudillas y vasos. Los cuales se detallaran a
continuación (Cuadro 9).

Vasijas cerradas

Cántaros
Está representada, por 9 vasijas que equivalente al 18,75% del total de la
muestra (Fig. 78). Está dividida en tres sub grupos: Cántaro cara gollete
compuesta por 7 elementos (14,58%), cántaro cuello divergente representado
por un elementos (2,08%) y cántaro de cuello compuesto conformada por 1
vasija (2,08%).

Ollas
Esta categoría es la mejor representada y esta compuestas por 25 vasijas
que corresponde al 53,52% de la muestra total (Fig. 79). Está dividida en 5 sub

136
grupos: Olla de cuello recto con 3 (6,25%) elementos, olla de cuello corto 1
(2,8%) vasija, olla de cuello convexo con 12 (25%) elementos, olla de cuello
acampanulado con 1 (2,8%) elementos, olla con cuello compuesto con 8
(16,67%) elementos.

Botellas

Conformada por 4 vasijas que equivalente al 8,33% de la muestra total


(Fig. 80). Y está dividida en dos grupos: Botellas sin asa; conformado por las
botellas cara gollete con 2 (4,17%) elementos y botellas de cuello recto con 1
(2,08%) vasijas, y el segundo grupo las botellas con asa; compuesta por 1 (2,8%)
botella asa puente.

Tinaja

Representada por 1 (2,0%) tinaja de doble cuerpo con cuello (Fig. 81c).

Vasijas abiertas

Platos
Representados por 2 vasijas que corresponden al 4,0% de la muestra total
(Fig. 81a), conformados por los platos de pared recta divergente.

Escudillas
Conformada por 2 vasijas que equivalente al 4,17% del total (Fig. 81b).
Vasos
Conformada por 5 vasijas que equivalen al 10% de la muestra total (Fig.
82). Está divido en dos sub grupos: Vasos de pared recta divergente con 4
(8,05%) elementos y 1 (2,0%) vaso compuesto: cuerpo ovoide y pared
divergente.
Cuenco
Registramos solo 1 elementos que representa el 2,08% de la muestra (Fig. 81d)

137
CATEGORÍA / PROCEDENCIA ESTE NORTE 1 NORTE 2 TOTAL %
cara gollete 5 2 7 14.58%
Cántaro divergente 1 1 2.08%
c. compuesto 1 1 2.08%
c. recto 1 1 1 3 6.25%
c. corto 1 1 2.08%
Olla c. convexo 3 5 4 12 25.00%
VASIJAS
acampanulado 1 1 2.08%
CERRADAS
compuesto 1 5 2 8 16.67%
cara gollete 2 2 4.17%
sin asa
c. recto 1 0 1 2.08%
Botella
con asa puente 1 1 2.08%
Tinaja de doble cuerpo 1 1 2.08%
Plato p. recta divergente 1 1 2.08%
p. recta divergente 3 1 4 8.33%
Vaso
cuerpo compuesto 1 1 2.08%
VASIJAS
ABIERTAS
Escudilla 1 1 2 4.17%

Cuenco 1 1 2.08%
TOTAL 21 20 7 48 100%
% 43.75% 41.67% 14.58% 100%

Cuadro. 9. Cuadro general por formas de toral de fragmentería de cerámica registrada por
Sectores.

6.2.1.1 Análisis de la variedad espacial

a. cerámica del Sector Este

La muestra está conformada por 21 vasijas analizadas que representa el


43,67% del universo total, la cual se ha segregado por grupos de vasijas de
acuerdo a las formas y la distribución. De acuerdo a la morfológica la muestra
fue agrupada por vasijas cerradas (71,43%) y abiertas (28,57%).
En el grupo de las vasijas cerradas, los cantaros cara-gollete son los más
abundantes con el 23,81%, seguido por las ollas de cuello convexo con
14.29%. En el grupo de las botellas (14,29%), los de cara-gollete son las más
representativas, ocupando el 9,52%.

138
En las vasijas abiertas, los vasos tipo “Kero” de labio divergente son más
frecuentes y representan el 14,29%; las escudillas y cuencos representan el
9,52% (Fig. 75)

b. Cerámica del Sector Norte 1

La muestra está conformada por 20 vasijas analizadas. En relación a la


morfología la muestra fue agrupada por vasijas cerradas (45%) y abiertas
(15%).
En el grupo de las vasijas cerradas, las ollas presentas mayor porcentaje,
siendo los más representativos los tipos de cuello convexo y compuesto
(25%) cada uno. En los cantaros, las de cuello cara-gollete son más
frecuentes, ocupando el (10%). En las vasijas abiertas, los vasos tipo “kero”
d son los más frecuentes y representa el 10% respectivamente (Fig. 76)

c. Cerámica del Sector Norte 2

La muestra se conforma por un total de 7 vasijas, de acuerdo a la


morfología todos pertenecen al grupo de vasijas cerradas, conformada por
las ollas. Son las de cuello convexo los más representativos (51.14%),
seguido por las de cuello compuesto (28,57%) (Fig. 77)

ESCUDILLAS CUENCOS
5% 5%
CÁNTAROS
VASO 29%
14%

PLATO
5%

TINAJA
5%

BOTELLAS OLLAS
14% 24%

Fig. 75. Distribución porcentual de las categorías de vasijas del Sector Este.

139
ESCUDILLAS CÁNTAROS
VASO 5% 15%
10%
BOTELLAS
5%

OLLAS
65%

Fig. 76. Distribución porcentual de las categorías de vasijas del Sector Norte 1.

OLLAS
100%

Fig. 77. Distribución porcentual de las categorías de vasijas del Sector Norte 2.

140
Fig. 78. Variantes de cantaros: a) cantaros cara gollete; b) cántaro de cuello compuesto y c)
Cántaro cuello divergente.

Fig. 80. Variante de botellas: a) botellas cara –gollete; b) gollete recto y c) doble
gollete y asa puente.

141
Fig. 79. Variante de ollas: a) cuello recto; b) cuello convexo; c) cuello acampanulado; d)
escultórico; e) cuello compuesto; f) cuello corto

142
Fig. 82. Variante de vasos: a) vasos de paredes rectas –divergentes; b) vaso
compuesto: cuerpo ovoide y pared divergente.

Fig. 81. a) Plato decorado de estilo foráneo (Horizonte Medio); b) Escudillas de cocción
reductora (arriba) y oxidante (abajo); c) Tinaja de doble cuerpo de estilo foráneo; d) Cuenco
oxidante con pintura blanca al contorno del labio.

143
6.2.2 Análisis Tecnológico

6.2.2.1 Estudio granulométrico de temperantes

El análisis granulométrico fue agrupado en cuatro categorías, según el


tamaño del temperante: Categoría muy fino “0”, está representado por 4 (8,0%)
elementos; lo conforman las botellas cara gollete y los vasos de paredes recta
divergente, cada uno con 2 (4,0%) vasijas respectivamente.

Categoría fina “1”, conformada por 12 vasijas que equivalen el 25,0% de


la muestra total. Categoría media “2”, representada por 27 (56,3%) elementos;
las ollas de cuello convexo con 9 (18,0%) vasijas son los más representativos en
este grupo. Categoría gruesa “3” conformada por 5 (10,04%) elementos;
representado en su totalidad por el grupo de las ollas y los cántaros (Cuadro 10).

GRANULOMETRÍA
TOTAL %
CATEGORÍA 0 1 2 3
cara gollete 2 3 2 7 14.6%
Cántaro divergente 1 1 2.1%
c. compuesto 1 1 2.1%
c. recto 1 2 3 6.3%
c. corto 1 1 2.1%
VASIJAS Olla c. convexo 1 9 2 12 25.0%
CERRADAS acampanulado 1 1 2.1%
compuesto 7 1 8 16.7%
cara gollete 2 2 4.2%
sin asa
Botella c. recto 1 1 2.1%
con asa puente 1 1 2.1%
Tinaja de doble cuerpo 1 1 2.1%
Plato p. recta divergente 1 1 2.1%
p. recta divergente 2 1 1 4 8.3%
Vaso
VASIJAS cuerpo compuesto 1 1 2.1%
ABIERTAS
Escudilla 2 2 4.2%

cuenco 1 1 2.1%
TOTAL 4 12 27 5 48 100%
% 8.3% 25.0% 56.3% 10.4% 100%

Cuadro 10. Vasijas completas según su granulometría por formas.

144
6.2.2.2 Estudio cocción y color de pasta de la cerámica

El estudio de la cocción del material fue agrupado en tres categorías


según el tipo de cocción: (1) Oxidante, (2) Reductora y (3) Mixta. La muestra que
tiene mayor predominación son las pastas de cocción oxidante con 35 elementos
que representan 72,9% de la muestra total, seguida por la cocción reductora con
10 (20,0%) vasijas y por último la cocción mixta con 3 (6,3%) elementos.

Según el análisis del color, las pastas de cocción oxidante presentan color
anaranjado contando con 38 elementos que corresponde al 76,0%, y el color rojo
con 2 vasijas que equivalen al 4,0%, asimismo las pastas de cocción reductora
presenta color gris contando con 10 que representa el 20,0% del total de la
muestra (Cuadro 11).

CATEGORÍA OXIDANTE REDUCTORA MIXTA TOTAL %

cara gollete 4 2 1 7 14.6%


Cántaro divergente 1 1 2.1%
c. compuesto 1 1 2.1%
c. recto 3 3 6.3%
c. corto 1 1 2.1%
VASIJAS Olla c. convexo 12 12 25.0%
CERRADAS acampanulado 1 1 2.1%
compuesto 7 1 8 16.7%
cara gollete 2 4 8.3%
sin asa
Botella c. recto 1 1 2.1%
con asa puente 1 1 2.1%
Tinaja de doble cuerpo 1 1 2.1%
Plato p. recta divergente 1 1 2.1%
p. recta divergente 4 4 8.3%
Vaso
VASIJAS cuerpo compuesto 1 1 2.1%
ABIERTAS
Escudilla 1 1 2 4.2%

cuenco 1 1 2.1%
TOTAL 34 11 3 48 100%
% 70.8% 22.9% 6.3% 100%

Cuadro. 11. Vasijas de cerámicos según su cocción por formas.

145
6.2.2.3 Análisis del tratamiento superficial

Han sido clasificados en tres categorías: 1.- Restregado, en esta categoría


se tiene 17 vasijas completas con el 35,40%, destacando las ollas de cuello
convexo con 8 vasijas que representan el 16,05% del total. 2.- Alisado, categoría
en donde se registró un total de 19 vasijas completas siendo la más
representativa con 39,6% de la muestra analizada: las ollas de cuello compuesto
con 5 (10,0%) elementos, seguidas por las ollas de cuello convexo con 4 (8.0%)
vasijas. 3.- Pulido, en esta categoría se analizó 12 vasijas que representan el
25,0% de la muestra total, que corresponden a 7 botellas, 1 platos y 4 vasos
(Cuadro 12).

CATEGORÍA RESTREGADO ALISADO PULIDO TOTAL %


cara gollete 3 2 2 7 14.6%
Cántaro divergente 1 1 2.1%
c. compuesto 1 1 2.1%
c. recto 1 2 3 6.3%
c. corto 1 1 2.1%
Olla c. convexo 8 4 12 25.0%
VASIJAS
acampanulado 1 1 2.1%
CERRADAS
compuesto 3 5 8 16.7%
cara
2 2 4.2%
sin asa gollete
Botella
c. recto 1 1 2.1%
con asa puente 1 1 2.1%
Tinaja con doble cuerpo 1 1 2.1%
Plato p. recta divergente 1 1 2.1%
p. recta divergente 1 3 4 8.3%
Vaso
VASIJAS cuerpo compuesto 1 1 2.1%
ABIERTAS
Escudilla 1 1 2 4.2%

Cuenco 1 1 2.1%
TOTAL 17 19 12 48 100%
% 35.4% 39.6% 25.0% 100%

Cuadro. 12. Vasijas de cerámica según su tratamiento superficial por formas.

146
6.2.3 Análisis Decorativo

Se han identidad 47 vasijas con decoración, clasificadas en 12 categorías.


La categoría de decoración más abundante lo conforman los de tipos de pintura
como: 18 (38,30%) vasijas de pintura blanco crema; 3 (6,38%) vasijas con pintura
negro sobre rojo; finalmente vasijas con pintura blanco crema sobre rojo, y
blanco crema, negro sobre rojo engobado respectivamente. Básicamente estos
tipos de combinaciones de colores pertenecen a la paleta empleada por los
Moches (Cuadro 13)

CATEGORÍAS TOTAL %
Aplicación modelada 3 6.38%
Aplicación moldeada 2 4.26%
Escultórico 2 4.26%
Incisión 1 2.13%
Excisa 2 4.26%
Alto relieve 1 2.13%
Estamado / impreso 4 8.51%
Blanco crema 18 38.30%
B.crema / rojo 1 2.13%
Negro / rojo 3 6.38%
B.crema - negro / rojo 1 2.13%
MIXTA 9 19.15%
TOTAL 47 100%

Cuadro. 13: Vasijas de cerámica según el tipo de decoración.

147
6.2.3.1 Análisis de Estilos y Filiación Cultural

El análisis estilístico y morfológico de las vasijas recuperadas, nos


permitió identificar los siguientes estilos alfareros: Mochica, es el grupo que tiene
la mayor cantidad de elementos ya que se registró 32 (66,67%) vasijas utilitarias
entre cantaros y ollas; Mochica-Wari, se tiene un total de 2 (4,17%) los cuales
pertenecen a botellas; Wari derivado, se tiene un total de 3 (6,25%) vasijas que
correspondes a los tipo Kero; Horizonte Medio, es el grupo que tiene la menor
cantidad de elementos ya que se registró 1 (2,08%) plato. Post-Mochica, dentro
de este grupo se encuentran 10 (20,83%) vasijas que se caracterizan por ser en
su mayoría de cocción reductora (Fig.83) (Cuadro 14).

POST-MOCHICA 20.83%

2.08%
HORIZONTE MEDIO
Fig. 83. Gráfico
WARI DERIVADO 6.25% de la distribución
porcentual de las
4.17% vasijas de
MOCHICA-WARI
acuerdo a su
filiación y estilo
MOCHICA 66.67%
cultural

MOCHICA- WARI HORIZONTE POST-


CATEGORÍA / PROCEDENCIA MOCHICA TOTAL %
WARI DERIVADO MEDIO MOCHICA
cara gollete 5 2 7 14.58%
Cántaro divergente 1 1 2.08%
c. compuesto 1 1 2.08%
c. recto 3 3 6.25%
c. corto 1 1 2.08%
c. convexo 12 12 25.00%
Olla
acampanulado 1 1 2.08%
VASIJAS
compuesto 8 8 16.67%
CERRADAS

cara gollete 2 2 4.17%


sin asa
Botella c. recto 1 1 2.08%

con asa puente 1 1 2.08%


Tinaja de doble cuerpo 1 1 2.08%
Plato p. recta divergente 1 1 2.08%
p. recta divergente 2 2 4 8.33%
VASIJAS Vaso
cuerpo compuesto 1 1 2.08%
ABIERTAS
Escudilla 1 1 2 4.17%
Cuenco 1 1 2.08%
TOTAL 32 2 3 1 10 48 100%
% 66.67% 4.17% 6.25% 2.08% 20.83% 100%

Cuadro 14. Vasijas de cerámica según su filiación y estilo cultural.

148
6.2.4 Comentarios
Las 48 vasijas registradas para este análisis provienen de tres Áreas
distintas, distribuidos de la siguiente manera: En el sector Este se registraron 19
(39,58%) vasijas; al igual que en el sector Norte 1; en cambio en el sector Norte
2 se registró solo 7 (14,58%) elementos.

En cuanto al análisis morfológico determinó un predominio de vasijas


cerradas con 38 (62,58%) elementos, en comparación a las vasijas abierta que
solo cuenta con 10 (20,83%) elementos. El estudio morfológico comprobó la
presencia de formas típicas Mochicas que son registradas desde el periodo
Mochica Medio hasta Tardío, entre ellas tenemos: los cántaros cara gollete,
típicos desde el Mochica Medio popularizándose en el periodo Tardío, algunos
presentan una variante con representaciones en miniatura a la altura del cuello
siendo registrados por Swenson (2004), el cual los asocia al periodo Mochica
Tardío, así mismo, tenemos a los cántaros de cuello compuesto registrados en
Pampa Grande (Wester et al. 2005; Rojas y Johnson 2006); ollas de cuello recto
y cuello convexo típicas desde el Mochica Medio; ollas de cuello corto que
aparecen desde el Mochica Tardío hasta el Transicional temprano, en esta última
etapa aparecen con mangos falsos (Mauricio 2007 citado en Cusicanqui 2010b);
ollas de cuello compuestos populares entre el periodo Mochica tardío y
Transicional Temprano (Muro 2009, 2010a, 2010b) y tinajas con cuello muy
típicas para los valles del norte, Cusicanqui (2010a, 2010b) los registra en el sitio
de San Idelfonso y Cerro Chepén.
Sin embargo existe un porcentaje de vasijas a consideras que no guardan
relación con las formas típicas Mochicas; en su mayoría consecuencia de
influencia foránea, como las botella de doble gollete y asa puente producto de la
influencia Wari (Donnan y McClelland 1999); botellas cara gollete asociadas al
proto-Lambayeque (Castillo y Rucabado 2003), vasos tipo Kero y vasos de
cuerpo globular y paredes divergentes.

El análisis decorativo indicó que la decoración en pintura especialmente


el blanco crema es más predominante con 18 (38,30%) elementos, en su
mayoría lo conforman diseños simples de bandas y franjas; seguida por la pintura
negro sobre rojo con 3 (6,38%) vasijas, formadas por pintura de “Líneas Fina” de

149
color negro sobre un rojo natural, sus diseños son menos complejos en
comparación a las botellas de Línea Fina de San José de Moro las cuales
presentan escenas rituales, estas en cambio muestran motivos simples como
bandas, volutas, chevrones, espirales y formas geométricas; también se registró
un ejemplar de pintura blanco crema sobre rojo en el interior de un plato de base
anular, el cual presenta diseños en bandas verticales agrupados en cuadro
grupos equidistantes muy característica para el Horizonte Medio; finalmente se
registró una vasija de pintura blanco crema, negro sobre rojo engobado, con
diseños fitomorfos de “pallar”, escalonados, geométricos muy típicos en el arte
Mochicas, y como soporte tiene a una vasija de forma foránea; una botella doble
gollete y asa puente.

150
CAPÍTULO VII: TIPOLOGÍA POLITÉTICA

El estudio del material cerámico, se concentró en tres variables:


morfológico, tecnológico y la decoración. Variables que nos sirvió como
herramientas para realizar y aplicar una tipología de tipo politética donde los
criterios fundamentales de clasificación son la forma, función y la decoración de
manera simultánea (Sinopoli 1991). Esta tipología morfo-funcional-decorativa
permitió el reconocimiento de 8 categorías, que a su vez fueron subdividas en
41 tipos de ceramios. Es importante recalcar que gran parte de la terminología
usada, así como sus definiciones es la establecida por el Proyecto Arqueológico
San José de Moro, en muchos casos ajustadas al Proyecto Arqueológico Huaca
Bandera. A continuación mencionaremos las categorías utilizadas;
posteriormente definiremos detalladamente los tipos identificados para cada
forma y para finalizar correlacionar temporalmente con formas similares
provenientes de otros valles.

7.1 Cántaros: (Fig. 84)


Tipo 1: Cántaro de cuello recto

Son aquellas que presentan un cuello estrecho con bordes rectos


verticales, por lo general poseen cuerpos globulares y base convexa. Existen
algunos ejemplares que presentan protuberancias en la parte media del cuello.
El color de la pasta es en la mayoría de casos anaranjada (cocción oxidante). En
algunos elementos se registró pintura blanca crema en forma de bandas y franjas
dispuestas en el cuello y/o cuerpo.

151
Tipo 2: Cántaro de cuello cóncavo

Este grupo de vasijas se caracteriza por presentar un cuello de bordes


ligeramente evertido. Este tipo presenta variantes definidas por la altura del
cuello, como: cuellos anchos, elevados, cortos y achatados. Existen algunos
ejemplares que presentan pequeñas asas perforadas en la base del cuello; la
mayoría tiene una pasta anaranjada como resultados de una cocción en un
ambiente oxidante; con respecto a la decoración ésta presenta en algunos casos
pintura blanco-crema en bandas o franjas.

Tipo 3: Cántaro de cuello evertido


Se caracterizan por presentar un cuello de bordes rectos pero
divergentes. En algunos casos presentan asa perforadas en la parte superior del
cuerpo; la coloración de la pasta es variada debido a la existencia de elementos
tanto de cocción oxidante como reductora. De la misma manera que en los casos
anteriores existen algunos especímenes que cuenta con restos de pintura blanco
crema.

152
CÁNTAROS

DECORACIÓN DECORACIÓN
SIMPLE COMPLEJA

PINTURA DECORACIÓN DECORACIÓN


ESCULTÓRICA INCISA

CUELLO SIMPLE CUELLO TIPO 7


COMPUESTO

TIPO 4

CUELLO ZOOMORFO
RECTO CÓNCAVO EVERTIDO ANTROPOMORFO
TIPO1 TIPO 2 TIPO 3 TIPO 5 TIPO 6

MINIATURA

VARIANTE 1 Fig. 84. Tipología de cantaros.

153
Tipo 4: Cántaro de cuello compuesto
Se les denomina cuello compuesto a todas aquellas vasijas cuyo cuello
no tiene una solo orientación en su forma, el cuerpo en general es globular y la
base convexa. Pueden presentar pintura blanca crema “chorreada”. Estas
formas han sido registradas por Rojas y Johnson (2006: 136 Fig.11B-E) para
Pampa Grande. Finalmente, podemos asociarlo al periodo Mochica Tardío.

Tipo 5: Cántaro cara-gollete con representación antropomorfa

Estas vasijas exhiben una representación escultórica antropomorfa en el


cuello a manera de “cara o rostro”9. La orientación del cuello y borde de estas
vasijas pueden ser cualquiera de los tipos anteriormente descritos (recto,
cóncavo, evertido o compuesto); el cuerpo por lo general es globular y la base
convexa. Este tipo de cántaros aparecen en la época Mochica Medio y se ve un
aumento en el periodo Mochica Tardío, siendo identificados especialmente en
sitios como: San José de Moro (Muro 2009, 2010a: 240 Fig. 09B, 2010b), San
Idelfonso y Cerro Chepén (Cusicanqui 2010a, 2010b: 94 Fig.27), Portachuelo de
Charape y Cerro Flaco (Castillo y Donnan 1994, Swenson 2004, Mauricio 2004),
Pampa Grande (Shimada 1994a: 173 Fig.7.32). Existen también algunos
ejemplares de cocción reductora y acabado pulido que son registras para el pe-
9 Kaulicke (2002, 2005), ofrece datos interesantes sobre la utilización de este tipo de vasijas, sobre todo en
la época Mochica. Mencionada la existencia de una relación entre estos cántaros con la representación de
personas que en el caso específico de la cerámica Mochica, se podría vincular con la idea del cuerpo como
“recipiente” de sangre humana y por tanto con el sacrificio. “Parece por ende que se trataba de elementos
dentro de imaginados banquetes de los ancestros, dependientes de la sangre humana tanto como los vivos
depende de la chicha. Este afán de retrato o de la captación fiel de la persona quizás esté relacionado con
ritos específicos o el sacrificio de personas específicas, y por tanto, su repetición permanente o cíclica”. En
Huaca Bandera podrían tratarse de ideas parecidas, tomando en cuenta las evidencias que muestran las
realizaciones actividades ceremoniales como “La presentación de la copa”.

154
riodo transicional en el valle de Jequetepeque y Lambayeque (Castillo y
Rucabado 2003: 26, Bracamonte 2015).

Las representaciones de rostros antropomorfos varían en sus detalles,


algunos rostros pueden portar orejeras y tocados, otros representan personajes
arrugados mientras que algunos combinan detalles de ambos. En cuanto a la
decoración algunos presentan pintura blanco crema sobre la superficie, la
cocción por lo general es oxidante; pero existen ejemplares de cocción
reductora.

En este tipo se pudo definir una variable

Variante 1: Cántaros cara gollete con representaciones en miniatura

Estas vasijas se caracterizan por presentar un rostro antropomorfo en


miniatura en cuello, realizado con la técnica del impreso en un molde redondo.
El ambiente en que fueron producidos es heterogénea.

La orientación de los cuellos y bordes puede pertenecer a los tipos descritos


anteriormente. Este tipo es bastante registrado por Swenson (2004: 768-171) en
los sitios de portachuelo de Charcape, Cerro Faclo, Cerro Catalina, J102 y J64;
y por Cusicanqui (2010a:161 Fig.48, 2010b) para Cerro Chepén y San Idelfonso.
Pampa Grande (Shimada 1994a; 137. Fig. 7.32). Se puede asociar este tipo al
periodo Mochica Tardío.

155
Tipo 6: Cántaro cara gollete con representación zoomorfa

Estos tipos de cántaros presentan las mismas características en forma y


color que el tipo 5, pero muestran representaciones escultóricas de rostros
zoomorfas en el cuello que pueden ser hechas de manera moldeada o impresa,
en ambos casos la pintura blanco crema puede estar presente. Las
representaciones son variadas, desde rostros de murciélagos, felinos, reptiles
entre otros no identificados. La forma del cuerpo mayormente es globular y base
convexa.

Tipo 7: Cántaro con decoración incisa y/o dáctil

Son cántaros de influencia Gallinazo que han sido registrados desde la


época Virú10 y aparecen en contextos tardíos del periodo Mochica Medio,
Mochica Tardío y la fase temprana del Transicional (Shimada 1994a: 172 Fig.
7.31, Shimada y Maguiña 1994: 57 Fig.1.17, Castillo 2003: 93 Fig. 18.16, 2009a)
La forma y orientación son muy similares a los cántaros cara golletes descritos
anteriormente lo que los diferencia es el tipo de decoración incisa, la cual se
dispone a manera de líneas. Estas incisiones forman una suerte de caras
dispuestas en el cuello; en muchos casos la decoración se supedita a
impresiones dactilares formando una suerte de rostros en la parte media del
cuello.
10 El fenómeno Gallinazo (o Virú) es nada más que la materialización cultural, sobre todo cerámica, que
comparten formas, técnicas y elementos decorativos comunes, producidas a lo largo de la costa norte antes,
durante e incluso después del desarrollo de los estados Mochicas. La presencia de cerámica Gallinazo en
contextos Mochicas en la Huaca de la Luna (Uceda 2006), Pampa Grande (Shimada 1994a), Sipán (Alva
2004) y San José de Moro (Castillo 2003; Castillo et al. 2007; Del Carpio 2009) no deja ninguna duda de
que las tradiciones Moche tuvieron una base Gallinazo, y que ambas tradiciones coexistieron al menos
hasta el final de Moche (Castillo 2009a).

156
En algunos casos puede presentan orejas aserradas perforadas e incisiones a
modo de “ojos” y aplicaciones modeladas de brazos que se proyectan hasta el
rostro. La cocción generalmente es mixta y el acabado superficial tosco.

7.2 Ollas: (Fig. 85)

Tipo 1: Ollas de cuello recto

Corresponden a ollas de cuello y borde rectos verticales que tienen un


cuerpo globular y base convexa. En algunos casos presentan decoración con
pintura blanco crema “chorreada sobre el cuello o el cuerpo de la vasijas, en la
mayoría de casos los diseños son bandas horizontales también existen
ejemplares que presentan pequeñas protuberancias en la parte superior del
cuello por lo general son vasijas pequeñas y medianas. Estas ollas son
fácilmente reconocida desde el periodo Mochica Medio (Muro 2010b; 137)

Tipo 2: Olla de cuello divergente

Este tipo de ollas presentan cuello evertido de acuerdo a la dirección del


borde, en cuanto a la forma algunos son de cuello recto divergente o ligeramente
cóncavo divergente para evitar confusión se ha decidido llamarlos simplemente
ollas de cuello divergente. Por lo general cuentan con cuerpo globular y base
convexa de la misma manera que el tipo 1, presenta también pintura blanco

157
crema en forma de bandas aplicadas sobre el cuerpo de la vasija con la técnica
del “chorreado”. Todos los ejemplares presentan cocción oxidante.

Tipo 3: Olla de cuello corto evertido

Se caracterizan por presentar cuello corto evertido (1 a 2 cm), cuerpo


globular y base convexa. Por lo general presenta una abertura de boca casi igual
al diametro mayor del cuerpo. La superficie externa es restregada o alisada, en
algunos casos presenta pintura blanco crema, la cual es aplicada con la técnica
“chorreada”. Este tipo de ollas se han registrado para el periodo Mochica Tardío,
incrementando su porcentaje en el Transicional Temprano (Mauricio 2007 citado
en Cusicanqui 2010b). Se han podido registrar en sitios como San Jose de Moro
(Muro 2009, 2010a, 2010b) y en San Idelfonso (Cusicanqui 2010b).

Variante 1: Olla de cuello corto y “mangos falsos”

Presentas las mismas características morfológicas que las descritas en el


tipo 3, la única diferencia es la presencia de unas aplicaciones de orejas “mangos
falsos” adosados en la parte superior del cuerpo de la vasija. Mauricio (2007
citado en Cusicanqui 2010b) menciona que son típicas para el Transicional
Temprano.

158
Tipo 4: Olla de cuello convexo

Son ollas de cuerpo globular y base convexa, la orientación del cuello es


convergente, así mismo, en su gran mayoría las piezas tienen tonalidad
anaranjada por efecto de la cocción oxidante. Presenta en algunos casos pintura
aplicada en bandas horizontales que pueden abarcar la parte superior del
cuerpo, el cuello, incluyendo el labio. Finalmente como variante, algunos de los
elementos presentan aplicaciones en forma de protuberancias en la parte media
del cuello.

Tipo 5: Olla de cuello carenado

Estas vasijas presentan un reborde o carena en la parte superior. La pasta


es oxidante y pueden adicionalmente exhibir pintura blanca crema. De acuerdo
a los fragmentos registrados nos hace pensar que estas vasijas fueron de
tamaño pequeño y mediano. Según Mauricio (2007 citado en Muro 2010b) estas
ollas aparecen asociadas a tumbas del periodo Mochica Tardío y propone que
su forma estaría relacionada a una evolución de las ollas cuello plataforma,
además menciona que estas ollas a diferencia de las ollas de cuello carenadas

159
Lambayeque y Chimú, presentan una carena más sutil y no incluyen mayor
decoración que la pintura sobre el cuerpo y el cuello.

Tipo 6: Ollas de cuello acampanulado

Es una olla que presenta cuello recto; aunque la orientación es variable y


con borde abocinado. Con respecto a la decoración, pueden presentar pintura
“chorreada” de color blanco crema. Los ejemplares muestran que son vasijas de
tamaño pequeño y mediano con paredes delgadas y de cocción oxidante.

Swenson (2004) registra este tipo de ollas en el valle de Jequetepeque,


ubicándolas en el intermedio tardío donde para los Lambayeques se vuelven
más populares, presentando más variables y se encuentran decoradas con la
técnica del paleteado.

Ollas de cuello compuesto

Son denominados ollas de cuello compuesto a todas aquellas cuyo cuello


no tienen una sola forma, generalmente lo conforman en la mayoría de casos las
vasijas de cuello globular y en cuanto a la formas del borde presenta un serie de
variantes, además pueden exhibir pintura a modo de decoración en el cuello o
cuerpo.

Tipo 7: Ollas de cuello globular y borde evertido corto

Estas ollas presentan un gollete globular y un pronunciamiento evertido


del borde, cuentan con un cuerpo globular y base convexa. La decoración está
presente en algunos ejemplares a manera de bandas horizontales de color
crema, la pasta generalmente es de color anaranjado, el acabado superficial
entre restregado y alisado. Muro (2009, 2010a: 145) registra estos especímenes
en San José de Moro en el Área 45 para los periodos de ocupación de Mochica

160
Tardío y Transicional Temprano, Swenson también lo registra para Huaca
Colorada (Swenson et al 2010: 122. Fig. 116).

Los siguientes tres tipos, si bien corresponden a tipos decorativos nos


pareció conveniente agruparlos dentro de una categoría particular debido a sus
características decorativas muy peculiares. Muchos de estos pueden presentar
similitudes con respecto a la forma del cuerpo y/o cuello de los tipos ya descritos.

Tipo 8: Ollas con decoración impresa

Ollas muy típicas para periodos tardíos (Lambayeque y Chimú). La


decoración impresa es colocada preponderadamente en el cuerpo y es realizada
a través de una paleta, que a su vez es utilizada para adelgazar las paredes de
la vasija, de ahí proviene el nombre “decoración paleteada”. A pesar que es muy
populares en el Intermedio Tardío, Cleland y Shimada (1994) afirman que ésta
técnica no era desconocida en periodos previos, como es evidente en estratos
Moche V de huaca del Pueblo.

De acuerdo a las características tecnológicas de los fragmentos,


identificamos que las ollas generalmente tienen una cocción oxidante y/o mixta,
acabado superficial simple y un tamaño entre pequeño y mediano. Se logró
registrar 3 variantes definidas por el tipo de diseño.

- Ollas con decoración impresa de diseños con reticulados con un punto al


interior: Consiste en cuadriculas orientadas con una dirección específica,
en el interior de cada cuadricula presenta un punto o círculo.

161
- Olla con decoración impresa de diseños dentados: Conformado por una
configuración compuesta de cadenas enmarcadas por una o más líneas
paralelas basados y conectados por triángulos.
- Olla con decoración impresa de diseños lineales: Consiste en líneas
horizontales o verticales, nunca juntas que rodean el cuerpo de la vasija.

Tipo 9: Ollas con decoración Incisa y/o dáctil

Se caracterizan por tener un cuerpo globular y base convexa. Pueden


presentar pintura crema en bandas en el cuello y/o cuerpo, en la mayoría de
casos presentan asa lateral cintada, que se va engrosando mientras más cerca
al labio estén, estas representan brazos antropomorfos en los cuales se dispones
incisiones a manera de líneas. Estas piezas presentan una pasta de color
anaranjada y engobe marrón. Una peculiaridad es que todos los ejemplares
analizados recurre una fuerte evidencia de exposición al fuego. Muro (2010b:
142) señala que éste tipo de ollas son de influencia Gallinazo.

162
Fig. 85. Tipología de ollas

OLLAS

CON CUELLO CUELLO DIRECTO

Tipo 11
DECORACIÓN
SIMPLE DECORACIÓN
COMPLEJA

PINTURA

IMPRESA INCISA Y/O ESCULTÓRICA


DACTIL
CUELLO SIMPLE
Tipo 8 Tipo 9 Tipo 10

CUELLO
RECTO CORTO CARENADO COMPUESTO
Tipo 1 Tipo 3 Tipo 5

DIVERGENTE CONVEXO ACAMPANULADO


GLOBULAR +
Tipo 2 Tipo 4 BORDE EVERTIDO
Tipo 6
CORTO
MANGOS FALSOS CON PROTUBERANCIA
Tipo 7
Variante 1 Variante 1
163
Tipo 10: Ollas con decoración escultórica

Se registró solo un ejemplar una vasija completa, representando a un


personaje el cual se encuentra sujetando a otro de menor tamaño (posiblemente
se trataría de un infante) con el brazo izquierdo. Mientras que el otro brazo porta
una muñequera y la mano se encuentra sobre el mentón. Esta vasija por sus
características muestra un claro estilo Mochica. Aunque esta forma de vasija
escultórica es muy similar a un tipo de cántaro de cuello efigie en el que
representa un brazo modelado proyectado sobre la cara, tapando la boca o un
ojo11 y son registrada desde la época Virú y en contextos tardíos en Pacatnamú,
San José de Moro y Pampa Grande, en los cuales la forma de la vasija va
adoptando modificaciones en los diferentes periodos. (Ver Castillo 2003: 93. Fig.
18.16).

11 Donnan ha publicado dos piezas con esta decoración procedentes de sus excavaciones en Mazanca
(Donnan, Navarro y Cordy-Collins 1998: 26 y 49). Estas piezas provienen de contextos ubicados en el
tránsito entre Virú y Mochica. Ubbelohde-Doering (1983, Fig. 19.3) publica una pieza semejante encontrada
en la tumba E-1, perteneciente al periodo Mochica Medio en Pacatnamú. Para el periodo Mochica Tardío
tenemos dos ejemplos, uno publicado por Shimada de Pampa Grande (Shimada y Maguiña 1994, Fig. 1.17);
y otro encontrado en una tumba de un niño en San José de Moro (Castillo y Donnan 1994a, Fig. 358).
Finalmente, en San José de Moro se han encontrado piezas de esta peculiar forma en un entierro
Transicional (Castillo 2003: 91).

164
Tipo 11: Ollas con cuello directo

Los fragmentos registrados formarían parte de vasijas de cuerpo globular,


base convexa y cuello directo o convergente. El cuerpo culmina en la parte
superior, con una labio recto el cual en algunos casos puede ser entrante. La
cocción es mixta y presenta un acabado muy tosco. La decoración está presente
en algunos ejemplares a modo de pintura blanco crema.

7.3 Botellas: (Fig. 86)

Tipo 1: Botellas de cuello único con decoración de Línea Fina

Son aquellas botellas de un solo cuello que no presentan asa. Por lo


general tiene cuerpo lenticular, base plana y cuello recto vertical. La cocción es
oxidante y el acabado superficial entre pulido y bruñido. En cuanto a la
decoración, consiste en trazos de pintura negra sobre engobe de color rojo; los
motivos son simples como: bandas, volutas, chevrones, escalonados y espirales
en comparación con las botellas Mochicas Tardía de Línea Fina 12 encontradas
en San José de Moro que presentan escenas complejas; la aparición de
chevrones en este tipo de botellas nos hace catalogarlas como pertenecientes al
estilo Mochica Policromo13 (Castillo 2000) a lo que R. Larco había llamado Huari
Norteño (Larco 1942).

Se han registrado algunos fragmentos pulidos de pintura policroma con


combinación de colores blanco-negro sobre rojo, y blanco-marrón-rojo-amarillo-
ocre-negro; puesto que no presentan un marcador significativo para catalogarlos
morfológicamente, se ha creído conveniente ubicarlos en el grupo de las botellas,
debido a su acabado muy bien trabajado y su decoración en Línea Fina.

165
Tipo 2: Botellas cara gollete con representación antropomorfa

Botellas de un solo cuello recto vertical, cuerpo lenticular y base plana.


Presentan en el cuello una elaborada representación escultórica de un rostro
antropomorfo que porta orejeras, tocado, collares entre otros detalles; mientras
que en el cuerpo presenta en algunos casos decoración en alto relieve de
extremidades, representaciones ornitoformas, y/o líneas en incisión.

12 Castillo (2009b, 2012) la cerámica Mochica Tardía de Línea Fina (MTLF) se caracteriza por el uso de
líneas pictóricas muy delgadas sobre engobe blanco que se usaron para ilustrar con gran detalle complejas
escenas. La cerámica MTLF presenta formas nunca antes vistas y muy innovadoras, como botellas de
cuerpos múltiples y perforados o de asas estribo dobles; técnicas decorativas desconocidas en la región
Mochica Norte y unos repertorios iconográficos inéditos y de gran elaboración escenográfica. Estas
innovaciones, que distinguen a la cerámica MTLF de otros estilos Mochicas, a primera vista podrían parecer
meramente mutaciones estilísticas y artísticas, pero en realidad son reflejo de las grandes transformaciones
sociales y políticas que, en última instancia, anuncian el colapso de los Mochicas. El estilo MTLF, estuvo
circunscrito exclusivamente en el valle de Jequetepeque, y se produjo sólo durante el periodo final de la
cultura Mochica.

13 Castillo (2003, 2009b, 2012) durante el Periodo Mochica Tardío se advierte las primeras evidencias de
interacciones con las sociedades Cajamarca y Wari. Observándose la aparición de artefactos de estilos
foráneos, particularmente de los estilos Chaquipampa, Nivería, Atarco y Cajamarca Medio, todos
correspondiente al Horizonte Medio Época 1B. Fruto de estas interacciones, se genera localmente un estilo
hibrido al que llamamos Mochica Policromo, que conjuga tradiciones Mochicas y Foráneas en las formas
cerámica, iconográficas y esquemas de color. Rohfritsch (2007) realizó un estudio arqueométrico sobre
fragmentos de estilo Policromo de San José de Moro, Los análisis determinaron que las pastas utilizadas
en la fabricación de estas piezas, estuvieron formadas por las mismas arcilla usas para la manufacturación
de piezas locales. Sin embargo el estudio de las pinturas determinó que las técnicas de decoración
aplicadas y pigmentos utilizados eran ajenos al valle.

166
Todas las botellas son elaboradas con la técnica del moldeado, presentan
una pasta de color gris y un acabado superficial, muy bien pulido y/o bruñido.
Este tipo de botella es muy recurrente en contextos funerarios del periodo
transicional, registrándose en San José de Moro (Castillo y Rucabado 2003,
Rucabado 2006) y en Santa Rosa -Lambayeque (Bracamonte 2015: 114 Fig. 87).

Tipo 3: Botellas cara golletes con representación zoomorfa

Son botellas de características morfológicas y tecnológicas muy similares


a las del tipo 2, con la diferencia que en el cuello posee una representación
escultórica zoomorfa siendo la más recurrente aquellas donde la representación
de la nariz es de forma frontal mostrando los orificios nasales, recordando a las
viejas representaciones de “murciélagos” en el Mochica Temprano (Donnan
2003: 59). En algunos casos el cuerpo presenta decoraciones en incisión de
líneas zigzagueantes; en un ejemplar se puede apreciar el posible diseños
estilizados de peces “lifes”. Este tipo de botellas se han registrados en
numerosos contextos funerarios del periodo Transicional en San José de Moro
(Rengifo 2004, 2006; Castillo y Rengifo 2006, 2009; Castillo et al 2007) y en
Santa Rosa (Bracamonte 2015: 114 Fig. 87)

167
Tipo 4: Botellas de cuello único simples

Éste tipo de botellas se caracterizan por no presentar ningún tipo de


decoración, son simples botellas de cuello recto vertical, en algunos casos
ligeramente divergentes, cuerpo globular o lenticular, y generalmente base
plana. La cocción es variada; existen ejemplares tanto de pasta reductora como
oxidante, el acabado superficial es pulida, por lo general la manufactura es
moldeada. En algunos ejemplares presentan orejas perforadas en la parte
superior del cuerpo en el punto de inflexión con el gollete. Botellas de
características similares se han registrado para el periodo Transicional (ver
Rucabado 2006; 139. Fig. 63 a-b)

Tipo 5: Botellas de asa lateral

Se han registrado muy pocos elementos de este tipo, consisten en botellas


de cuello recto y un asa posterior, la cual es cintada. La pasta es de color gris y
una superficie muy pulida.

168
BOTELLAS

CUELLO ÚNICO CUELLO DOBLE

SIN ASA
CON ASA
DECORADA SIN DECORACIÓN
DECORACIÓN DECORACIÓN
A. LATERAL
COMPLEJA SIMPLE
TIPO 5 ADOSADO A LA ALTERA LA
TIPO 4 SUPERFICIE SUPERFICIE
ADOSA A LA ALTERA LA
SUPERFICIE SUPERFICIE
OREJA
PERFORADA

PINTURA DE LÍNEA ESCULTÓRICA PINTURA DE EXCISA


FINA* LÍNEA FINA*
TIPO 1 TIPO 6 TIPO 7

ANTROPOMORFA ZOOMORFA
Fig. 86. Tipología de Botellas.
TIPO 2 TIPO 3

169
Tipo 6: Botellas de doble cuello y asa puente con decoración de Línea fina

En esta categoría se registró solo un elemento, conformada por una


botella de doble cuello14, cuerpo globular achatado, de cuello cónico tubulares y
base plana. Con respecto a la decoración que exhibe, ésta consiste en trazos de
líneas de pintura negra, representando diseños fitoformos de “pallares” y
geométricos (escalonados), los cuales están sobre un engobe natural rojo.

La combinación de una decoración de tradición local sobre un soporte


(forma de la vasija) de tradición foránea, se asemeja a uno de los tipos de
combinaciones registrado en San José de Moro, que lo conforman las vasijas de
forma foránea, pero iconografía y bicromía Mochica (Castillo 2000; 167). Sin
embargo existen diferencias muy marcadas, desde la calidad de la vasija y la
complejidad de la decoración que forman escenas narrativas, el mismo autor
menciona en el periodo posterior al abandono de la producción del estilo de
Línea Fina, se registran algunas formas derivadas pero adaptadas a los cambios
acontecidos para la época (Ibíd 2012; 752).

14 Donnan y McClelland (1999) mencionan que durante la Fase V “La fase terminal” de los Moches, aparece
una nueva forma de vasija – las botella con doble gollete y asa puente, son consecuencia aparentemente
de un préstamo de la cerámica Wari, la que llego a la costa Norte durante este periodo.

170
Tipo 7: Botella de doble cuello y asa puente con decoración excisa

De acuerdo a los fragmentos registrados, serian botella de doble cuello,


cuerpo globular achatado o carenado, cuello cónico tubulare y base plana. De
cocción reductora y acabado superficial pulido. La decoración consiste en
motivos ornitoformas y formas geométricas realizadas con trazos excisos en el
cuerpo de la vasija.

De acuerdo a las representaciones que presenta este tipo de vasija, vimos


conveniente sepáralos en dos variantes:

Variante 1: Representaciones ornitomorfas

Son elementos que presentan representaciones ornitoformas dispuestas


de manera consecutiva, alternados por triángulos invertidos. El diseño se ha
trazado mediante excisiones. El color de la pasta es gris y el acabado pulido. No
se han registrado piezas completas en este tipo, no obstante, se conocen vasijas
completas de características en la forma y el diseño muy similares encontradas
en una tumba (M-U615) del periodo Transicional en San José de Moro (ver
Rucabado 2006; 141. Fig.63j), y dentro del grupo que conforma el ajuar funerario
depositados en la cámara funeraria de Castillo de Huarmey (ver Giersz et al
2014; 148. Fig. 91).

Variante 2: Representaciones geométricas

Elementos que presentas diseños de grecas geométricas dispuestas de


manera consecutiva y sobre puestas dentro de un panel en el cuerpo de la vasija,
y todo el diseño se ha trazado mediante excisiones. Debido al registro de un
fragmento que presenta parte del cuerpo, cuello y asa, correspondería a botellas

171
doble cuello y asa puente. La cocción es reductora y el acabado puede ser pulido
o bruñido.

Por lo general estos tipos de botella doble cuello y asa puente (Tipo 7)
presentan no solo decoraciones en el cuerpo, sino también en las asas a modo
de aplicaciones moldeadas o modeladas, debido a que solo ha registrado partes
de asas su correspondencia tipología es incierta, vimos conveniente agruparlos
de acuerdo al motivo de la decoración. Logrando registrar 2 grupos:

 Aplicaciones zoomorfas: para este caso se ha registrado un


ejemplar. La representación es indeterminada, cabe la posibilidad
de ser un batracio debido a la posición de sus extremidades
inferiores. Los detalles de la cabeza y cuerpo son realizados con
incisiones. La cocción es oxidante y el acabado pulido.

 Aplicaciones fitomorfos: se ha registrado representaciones de


semillas de dos tipos; semillas de “nectandras” y “pallares” éstas
están dispuestas consecutivamente de forma paralela sobre la asa
puente. De cocción reductora y acabado pulido. J. Rucabado
menciona que durante el Transicional, estas mismas botellas

172
comienzan a presentar sobre el asa puente figuras modeladas
representando semillas de nectandras (remplazando a las
representaciones de pallares observadas en piezas policromas
Mochicas Tardío), figuras zoomorfas (iguanas y sapos) y/o
antropomorfas (Castillo y Rucabado 2003; 26).

7.4 Tinajas: (Fig. 87)

Tipo 1: Tinaja con cuello de paredes rectas convergentes

Este tipo de tinajas presentan cuellos de paredes rectas y borde entrante.


Probablemente presenta un cuerpo convexo. La pasta es oxidante, de paredes
gruesas y acabado superficial restregado. Cusicanqui (2010a: 164. Fig. 58,
2010b: 100 Fig.51) ha registrado formas muy similares para Cerro Chepén y San
Idelfonso, también son registrados por Swenson (2004) para el valle de
Jequetepeque ubicándolos para los pedidos del Mochica Tardío y el Intermedio
Tardío.

173
Tipo 2: Tinaja de cuello convexo y borde corto divergente

Este tipo de tinajas se caracteriza por presentar un cuello de paredes


convexas, borde corto divergente y labio biselado. Presentan pintura crema en
el cuello en forma de bandas o técnica “chorreada”. La pasta es oxidante, de
paredes gruesas y acabado superficial restregado. Solsiré Cusicanqui registra
formas muy similares para el sitio San Idelfonso.

Se ha registrado un ejemplar completo con características morfológicas


del cuello muy similares a lo descrito anteriormente, pero existe una diferencia
muy particular en cuanto a la forma del cuerpo el cual difiere de las formas
registradas por Cusicanqui (2010b). Debido a ello se creyó conveniente
describirla como un tipo de variante por su forma particular del cuerpo.

Variante 1: Tinaja de cuerpo compuesto

Se caracteriza por presenta un cuerpo compuesto de paredes globulares


y cuello convexo (forma de “8”), de borde corto divergente y labio biselado
exterior. Esta forma es similar a la descrita por Gayoso y Gamarra (2005) en su
tipología de cerámica doméstica en Huacas de Moche, aunque no presenta
alguna imagen referencial. Para el valle de Jequetepeque existen algunas
formas similares a las descritas, las cuales se registran para los sitios de Cerro
Chepén y San Idelfonso (Cusicanqui 2010a, 2010b). En cuanto a la decoración
presentan pintura crema en casi todo el cuerpo, además se observa diseños en
excisiones en el cuello de la vasija. Este tipo de decoración en excisión en las
tinajas es registras por E. Swenson en Jequetepeque para los periodos del
Mochica Tardío y el Intermedio Tardío (Swenson 2004: 749 Fig. 7.11. Muro
(2010a: 240 Fig. 9A) señala la existencia de una “paica” (tinaja) que presenta

174
huellas dactilares a manera de ojos en la parte superior, el cual lo asocia al estilo
decorativo Gallinazo.

Tipo 3: Tinaja con cuello divergente

Este tipo de tinajas se caracterizan por poseer el cuello evertido, o


ligeramente divergente y el labio redondeado. La cocción es oxidante, el
tratamiento superficial restregado y las paredes gruesas. En cuanto a su
decoración se observa pintura “chorreada” de color crema.

Tipo 4: Tinajas de paredes convexas convergentes y borde directo

Este grupo de vasijas presenta paredes convexas con borde directo o


convergente, en algunos casos pronunciados. Todos los ejemplares presentan
pasta oxidante. El acabado superficial mayormente es alisado. En cuanto a la
decoración, algunos casos muestran pintura crema en forma de bandas
horizontales y verticales “chorreada” en la parte superior del borde. Este tipo de
tinajas es muy frecuente, registrándose desde periodos del Intermedio Temprano
hasta el Intermedio Tardío (Swenson 2004). Muro (2010a, 2010b) ha registrado
este tipo vasijas en capas Mochica Tardío así mismo Solsiré (2010a, 2010b) para
San Idelfonso y Cerro Chepén, como también para Pampa Grande (Wester et al.
2006; Rojas y Johnson 2006).

175
TINAJAS

CON CUELLO SIN CUELLO

CUELLO RECTO CUELLO CUELLO PARED CONVEXA- PARED CONVEXA-


CONVERGENTE Y CONVEXO Y DIVERGENTE CONVERGENTE Y CONVERGENTE
BORDE BORDE CORTO BORDE DIRECTO REBORTE
ENTRANTE DIVERGENTE INTERNO
TIPO 3 TIPO 4

TIPO 1 TIPO 2 TIPO 5

CUERPO
COMPUESTO
Fig. 72. Tipología de Tinajas.
VARIANTE 1

176
Tipo 5: Tinajas de paredes convexas convergentes y reborde interno

Se caracterizan por presentar paredes convexas con un ligero reborde


interno. Todos los tiestos presentan pasta oxidante y acabado mayormente
restregado. En algunos casos presentan bandas de pintura crema en la parte
superior del borde y la forma del reborde presenta dos variantes: Reborde
redondeado y Reborde Recto. Esta forma de tinaja ha sido registrada en San
Idelfonso y Cerro Chepén (Cusicanqui 2010a, 2010b).

7.5 Platos: (Fig. 88)

Tipo 1: Platos con decoración pictórica simple

Pertenecen a este grupo todos aquellos platos de paredes convexas


divergentes o rectas divergentes pueden presentar en algunos casos soporte
anular. Están elaborados con una pasta de color anaranjada y por ende fueron
cocidos y/o secados en una atmosfera oxidante. Definimos como decoración
simple a las delgadas bandas de pintura blanca o negra dispuestas de forma
vertical en el interior de la vasija, en algunos casos se adosan sobre un engobe
rojo natural. En un ejemplar completo se pudo registrar que la decoración interna
está distribuida en 4 partes equidistante, mediantes 3 líneas verticales de pintura
blanca sobre un engobe rojo. Esta forma de decoración es muy característica en
los platos de la Costa Central para el Horizonte Medio

177
Tipo 2: Plato con decoración pictórica compleja

Se ha registrado solo un fragmentos de este tipo, el cual pertenece a la


“Tradición Cajamarca” que se caracteriza por presentar pasta blanca producto
del caolín15 proveniente de los valles interandinos de la zona de Cajamarca.
Fragmentos de similares características han sido registrados por Terada y
Matsumoto16 (1895); tomando en cuenta la cronología realiza por estos autores
y algunas modificación propuesta por Watanabe, el estilo al cual pertenecería el
fragmento registrado, estaría ubicado durante la fase Media C 17 que se
caracteriza por sus diseños “cursivos florales”, cuya pasta y dibujos se volvieron
más tosco (Watanabe 2009; 218). La decoración que presenta consiste en
diseños geométricos o figurativos de pintura roja dibujados con gran soltura y
libertad, posiblemente con toques rápidos.

15 Estudios físicos-químicos realizados en la cerámica de este estilo (Thiriert 2009) determino la


composición elemental de la arcilla blanca utilizada para la fabricación de estos platos, cuyo resultados
arrojo un alto porcentaje de Aluminio, Silicio y Oxigeno, la ausencia de Hiero en buenas proporciones
determinan el color blanco de esta arcilla. Una de las características del caolín es su refractariedad y puede
fabricar cerámica color blanco sin deformarse, pero no tiene plasticidad por lo que no puede usarse como
arcilla, necesita ser mezclado con otros minerales como temperante.

178
Tipo 3: Platos de paredes rectas divergentes

Este tipo de platos presentan paredes rectas divergentes y labio


redondeado. Por lo general no presenta soporte, solo base convexa o semi
plano. El color de pasta es gris (cocción reductora) y presenta un acabado
superficial, muy pulido y/o bruñido. No presenta decoración pictórica,
aparentemente estaría afiliados a la época Transicional.

También se han registrado un pequeño grupo de elementos posiblemente


como variante que presentan un acabado más simple y pasta anaranjada, en
algunos ejemplares se puede observar pintura crema dispuesta en el interior y/o
exterior de la vasija

16 Henri y Paule Reichlen (1949) fueron los pioneros en elaborar un cronología relativa en base a la
cerámica, quieres establecieron 5 periodos para la historia prehispánica en Cajamarca (I-V). Posteriormente
la misión Japonesa a cargo de Terada y Matsumoto (1985) establecen una nueva secuencia cronológica
basada en 5 fases: Cajamarca Inicial, Temprano, Medio, Tardío y Final. Dichos autores definieron varios
tipo decorativos que mantiene una correlación con la cronología propuesta: Cursivo Pre-Clásico, para el
Cajamarca inicial; Cursivo Clásico, Cursivo Rectilíneo y Cursivo Floral, para el Cajamarca Medio y
Semicursivo, para el Cajamarca Tardío, entre otros.

17 Watanabe (2009) plantea una división de 3 sub-fases para fase Cajamarca Media: Cajamarca Media A
(550/600 -700 d.C.) se produce el Cajamarca Cursivo Clásico; Cajamarca Media B y Cajamarca Media C
(700-900) donde aparece para la segunda sub-fase el Cajamarca Cursivo Floral y en la sub-fase final el
Cajamarca cursivo se vuelve más tosco y aparecen por primera vez trípodes cortos.

179
Tipo 4: Platos de paredes divergentes y con labio en bisel exterior

El grupo 5 consiste en todos aquellos platos de paredes divergentes con


labio en bisel exterior, que presentan un espesor ligeramente mayor en
comparación a los demás tipo de platos. Se caracterizan por tener un tratamiento
simple entre restregado o alisado, la cocción generalmente es irregular y en
pocos casos puede presentar pintura crema en el interior y/o exterior. Estas
características nos sugieren un trabajo poco cuidadoso en la manufactura de
estas piezas. Swenson (2004) registra para el valle de Jequetepeque en su
tipología, platos de características morfológicas muy similares el cual los ubica
temporalmente entre el Horizonte Medio y el inicio del Intermedio Tardío, siendo
para este último periodo el más representativo.

Tipo 5: Platos de paredes divergentes y borde engrosado

Platos de pasta generalmente oxidante, existen algunos ejemplares de cocción


reductora, presenta un acabado superficial alisado o pulido, el temperante del
grano es fino. La decoración es ausente. Estos platos presentan características
morfológicas muy similares a los registrados por Swenson para el valle de
Jequetepeque, el cual les atribuye el nombre “Flaring plate” en su tipología y se
pueden registrar desde finales del Horizonte Medio hasta el periodo Intermedio
Tardío, donde son más representativos (Swenson 2004: 754 Fig. 7.12).

180
PLATOS

DECORADOS NO DECORADOS

PARED RECTA PARED PARED


PINTURA DIVERGENTE DIVERGENTE Y DIVERGENTE Y
LABIO EN BISEL BORDE
EXTERIOR ENGROSADO
TIPO 3
TIPO 4
TIPO 5
SIMPLE COMPLEJO

TIPO 1 TIPO 2

CAJAMARCA
Fig. 88. Tipología de Platos

181
7.6 Escudillas: (Fig. 89)

Tipo 1: Escudillas de paredes convexas divergentes

Estas escudillas presentan las paredes convexas, borde divergente y el


labio redondeado. De acuerdo a un ejemplar completo el tipo de base seria
convexa; sin embargo, cabe la posibilidad que en algunos casos presente
soporte anular. La altura de estas piezas es mayor que la de los platos y la
curvatura de sus bordes le da a la pieza una forma semiesférica. La cocción
generalmente es oxidante y el acabado superficial es alisado. Se ha registrado
un ejemplar que presenta como decoración una posible aplicación a los lados de
la vasija.

ESCUDILLA

PARED CONVEXA
DIVERGENTE TIPO 1

DECORACIÓN CON
APLIQUE Variante 1

Fig. 89. Tipología de Escudillas.

182
Vasos: (Fig. 90)
Tipo 1: Vasos de paredes rectas divergentes con decoración en banda
moldeada

Son vasijas cubiletes de paredes rectas, borde divergente, labio


redondeado y base plana. Elaborados generalmente de forma modelada,
cocción reductora, acabado superficial pulido y granulometría muy fina. En
cuanto a la decoración presenta una banda aplicada en la parte superior del
cuerpo cerca al borde. Este tipo de vasos son de estilo foráneo, registrándose
tempranamente desde tiempos Pucará y Tiahuanaco (Giersz y Pardo 2014: 130;
Millones - Fundación El Monte 2001: 359) apareciendo luego en el Horizonte
Medio 1 en Ayacucho (Ochatoma y Cabrera 2001: 101). Para la costa norte; en
San José de Moro se registran desde el periodo Mochica Tardío C (Castillo 2000)
y en el periodo Transicional (Castillo et al. 2007); en la región de Lambayeque
se han registrado para los sitios de Santa Rosa (Bracamonte 2011) y Huaca
Bandera, en el valle de Motupe (Curo y Rosas 2014).

Tipo 2: Vasos de paredes rectas divergentes con decoración en aplicación


antropomorfa

Presentan las mismas características morfológicas y tecnológicas que el


tipo 1, con la diferencia de exhibir a modo de decoración apliques antropomorfos,
el cual consiste en representaciones de rostros frontales de personajes con
tocado, distribuidos en forma equidistante en la parte media de la vasija. En
algunos casos las aplicaciones se colocan sobre una banda aplicada
acompañados por diseños de rombos incisos. Este tipo de vasijas nos hace

183
recordar a los vasos registrados en el Castillo de Huarmey (Ver Giersz y Pardo
2014: 131. Fig. 78a), como también los registrados en el sitio Paredones en
Cajamarca (Ver Watanabe 2014: 123. Fig. 21A-B), Huacas de Moche (Zavaleta
et al. 2013: 348 Fig. 106), aunque se observan una marcada diferencia; pero el
tema del concepto de representar rostros de personajes al contorno del cuerpo
de la vasija mantienen similitudes.

Tipo 3: Vasos de paredes rectas divergentes sin decoración

Son vasos que presentan paredes muchos más altas a los tipo anteriores;
pero mantiene la forma y proyección de los bordes y la base. La coloración de la
pasta es gris y el acabado pulido. La manufacturación puede ser hecha en
moldes o de manera modelada y la decoración es ausente.

184
VASOS

CUERPO COMPUESTO:
PAREDES RECTAS OVOIDE Y PAREDES
DIVERGENTES DIVERGENTES

TIPO 4

DECORADOS NO DECORADOS

TIPO 3

ALTERAN LA
SUPERFICIE

BANDA ELEVADA APLICACIÓN


SUPERIOR ANTROPOMORFA

TIPO 1 TIPO 2 Fig. 90. Tipología de Vasos.

185
Tipo 4: Vasos de cuerpo compuesto: globular y paredes divergentes

Se caracterizan por presentar cuerpo globular, bordes divergentes, labio


redondeado y base plana irregular. El color de la pasta es gris, la granulometría
es fina y el acabado superficial es alisado, no presenta decoración. La forma de
la vasija es muy similar a los registrados para el Periodo Transicional en
Jequetepeque por Castillo y Rucabado (2003) con clara influencia Wari.

7.7 Cuenco:

Tipo 1: Cuencos de paredes convexas convergentes

Presenta paredes convexas y el borde convergente. De manufactura


modelada. El acabado de las pastas pueden ser alisadas como pulidas y de
paredes delgadas con granulometría entre fina y media. La decoración puede
estar presente con líneas gruesas de pintura blanca tanto en el interior y/o
exterior del borde de la vasija. Existe una marcada relación en cuanto a la calidad
de la pieza y el tipo de cocción, por lo cual creímos conveniente en separarlas
en variantes.

Variante 1: Cuencos de pasta gris

Presentan pasta gris producto de la cocción en hornos cerrados, estas


vasijas son de manufactura modelada, tienen un acabado superficial pulidos y
granulometría fina. Generante el tipo de labio es redondeado y la decoración es
ausente.

186
Variante 2: Cuencos de pasta anaranjada

Producto de la cocción oxidante, presentan un acabado superficial alisado


y granulometría media. El tipo de labio es aplanado y puede presentar
decoración en pintura blanca alrededor del borde de la vasija. Se caracterizan
por tener las paredes de las vasijas menos elaboradas que la variante anterior.

187
SEXTA PARTE: RESULTADOS Y DISCUSIÓN

CAPÍTULO VIII: ESTILOS Y CARACTERÍSTICAS ALFARERAS DE HUACA


BANDERA

El presente estudio nos ha permitido identifica al menos 41 tipos de vasija


de cerámica. Este amplio repertorio evidencia una marcada especialización en
la producción de estos objetos, así como variadas fuentes de producción. Uno
de los resultados más satisfactorios ha sido determinar en base de la
identificación de algunas formas, técnicas y tipos de decoración tres estilos
ceramográficos muy marcados, los cuales parecen coexistir dentro de la
organización social de Huaca Bandera. El primero se caracteriza por presentar
un estilo típicamente Mochica muy relacionado con las fases del Mochica Tardío,
mientras que el segundo corresponde a los grupos de vasijas con clara evidencia
de influencia foránea (Wari-derivado) y finalmente el tercero se caracteriza por
ser aquellas vasijas asociadas a este estilo definido como Proto-Lambayeque
(Rucabado y Castillo 2003).

8.1. Cerámica de Estilo Local (Mochica Tardío)

De acuerdo a las evidencias recuperadas, estos tipos de cerámica se


asocian al periodo Mochica Tardío C correspondiente al estilo Mochica Norteño,
ubicado cronológicamente entre los siglos VIII y IX (Castillo y Donnan 1994;
Castillo 2000, 2003). Esta última fase del periodo Mochica Tardío también se le
puede denominar como la fase Mochica Terminal, debido a que durante este
periodo se produce una drástica ruptura con relaciona la líneas de evolución de
los estilos cerámicos que se venían siguiendo desde el Periodo Mochica Medio
(Castillo 2000: 160).

Esta fase está marcada por la desaparición de la prestigiosa Línea Fina


de Mochica Tardío y el abandono temporal de la tradicional asa-estribo que
perduro durante más de un milenio en la costa norte (Ghavani 2015), los cuales
eran símbolos emblemáticos que cumplían el rol de soporte de la ideología, esto
significó una sustancial pérdida de poder por parte de las elites (Castillo 2000,
2003, 2012). Además otras formas típicas desparecen como las populares ollas
de cuello plataformas, que son reemplazadas por las ollas de cuello compuesto
o recto evertido, los cantaros cara golletes presentan cuellos más altos y las

188
botellas de cuerpo achatado presentan mayor variedad (Castillo 2000: 21.Fig
19).

Las vasijas correspondientes a este estilo claramente Mochica registradas


en Huaca Bandera son los cántaros predominantes del tipo 4 (cuello compuesto),
el cual consideramos un grupo muy parecidos a los reportados por Rojas y
Johnson (2006:77. Fig. 11.B) para Pampa Grande; como también los registrados
por Pasapera (2008: 134) en Santa Rosa. Estos cántaros se caracterizan por
presentar en su gran mayoría pasta anaranjada y una superficie restregada.
Seguido de éstos, presentan un mayor porcentaje los cántaros de tipo 1 (cuello
recto), al igual que el tipo 2 (cuello ligeramente cóncavo) y tipo 3 (cuello evertido);
los cuales exhiben características similares en cuanto al tipo de cocción y el
tratamiento superficial empleado; siendo para el primer caso oxidante y
restregado para el segundo. Mientras que la decoración más popular para estos
tipos de cántaros de “decoración simple” es la pintura crema en forma de bandas
y franjas dispuestas en el cuello y/o cuerpo. Los tipos de cántaros registrados
con representaciones de rasgos antropomorfos (tipo 5) y zoomorfos (tipo 6) en
el cuello son parecidos a los descritos por Muro (2009, 2010) para San José de
Moro, como también los de Cusicanqui (2010a, 2010b) en San Idelfonso y Cerro
Chepén. Así mismo se han reportado estos tipos de cántaros para Pampa
Grande (Shimada 1994a; Rojas y Johnson 2006); del mismo modo Pasapera
(2006) y Bracamonte (2015) registran en Santa Rosa, cántaros con
características similares. La mayor frecuencia hallada entre estos dos tipos de
cántaros son aquella que presentan decoración zoomorfa, los cuales presentan
un gran número de representaciones siendo los más comunes los de tipo felino,
murciélago y reptil (posiblemente iguanas); con respecto a los cántaros con
decoración antropomorfas, muestra un tipo de variante siendo aquellos cántaros
con representación en miniatura, realizada con la técnica del impreso en un
molde redondo; esta variante es registrada por Swenson (2010a, 2010b) para el
valle de Jequetepeque, como también por Cusicanqui (2010a, 2010 b) en Cerro
Chepén y San Idelfonso, del mismo modo se observa también en Pampa Grande
(Shimada 1994a; 172. Fig. 7.32). estos tipo de cántaros se caracterizan por ser
manufacturados en atmosferas oxidantes, por el cual la mayoría de presentan
pastas de color anaranjada y un acabado superficial simple.

189
Haciendo un paréntesis a este grupo estilístico, podemos mencionar a
unos cuantos tipos de vasijas que presentan influencia estilística Gallinazo. El
registro de este tipo de estilo en periodos tardíos no es nada sorprende debido
a que se pueden encontrar aun después de la interrupción del fenómeno
Mochica, habiendo coexistido e incluso en algunos casos sobrevivido a su
colapso (Castillo 2009a). Dentro de este grupo estilístico podemos registrar
algunas formas que tiene una singular longevidad, y se va adaptando a los
cambios en los diferentes periodos, tal es el caso de los cántaros tipo 7
(decoración Incisa) que se caracteriza por ser un cántaro cara-gollete en el que
presenta un brazo modelado proyectado sobre la cara, tapándose la boca o un
ojo. Esta forma se registra desde la época Guañape y aparece en contextos
tardíos en Pacatnamú, San José de Moro y Pampa Grande. Una posible
repuesta a esta circunstancia de coexistencia estilística parece haber sido que
el estilo Gallinazo estaba íntimamente relacionado con un sustrato popular que
no estaba controlado por la instituciones políticas ni influenciado por la ideología
dominante (Ibíd), sino como refiere Donnan (2009) los estilos Mochicas y
Gallinazo fueron dos expresiones de un mismo fenómeno cultural, una vinculada
con las elites y otra al pueblo.

Retomando para el caso de las ollas se han agrupado morfológicamente


en dos grupos; ollas de cuello simple y cuellos compuestos. En el primer grupo
la presencia significativa de los tipos 4 (cuello convexo) y tipo 2 (cuello corto) es
notoria. En cuanto a la orientación del cuello de las ollas tipo 4 pueden varían
entre vertical y convergente, pero no se utilizó esta variable para una
diferenciación más profunda. Este tipo de ollas son muy parecidos a los
registrados en Pampa Grande (Rojas y Johnson 2006), como también en Cerro
Chepén y San Idelfonso (Cusicanqui 2010a). Con respecto a las ollas de tipo 2,
estas han sido muy bien documentadas desde el Mochica Tardío en sitios como
Pampa Grande (Rojas y Johnson 2006), San José de Moro (Muro 2010a) y San
Idelfonso (Cusicanqui 2010a). En cambio las ollas de tipo 1 (cuello recto) y tipo
2 (cuello divergente) se registran en menor frecuencia. A la vez se registró un
nuevo tipo de olla simple, el tipo 5 (cuello carenado) el cual es muy poco
documentado en sitios Mochicas; sin embargo, lo podemos registrar
estratigráficamente en capas Mochica Tardío en el sitio como San José de Moro

190
(Muro 2010a), este tipo de olla se caracteriza por presentar un cuello carenado
muy sutil a diferencia del carenado bien definida y pronunciadas que se
encuentran en periodos tardíos. Mauricio (2007 citado en Muro 2010b) opina que
este tipo de cuellos consistiría en una evolución de las ollas de cuello plataforma.
Un hecho que sostiene esta idea es la señalada por Muro en sus excavaciones
en San José de Moro, refiere:

“… las ollas en mención se mantienen a partir de esta capa (Mochica


Tardío) hasta periodos muy tardíos, a diferencia de las de gollete
plataforma que dejan de registrase en las capas transicionales.” (Muro
2010a: 189).

De acuerdo a nuestro análisis ceramográfico compartimos esta idea


debido a los resultados arrojados, donde podemos observar la ausencia total del
tipo de olla cuello plataforma, el cual es un marcador bastante diagnóstico para
periodos Mochica Tardío (Castillo 2000), casualmente a la desaparición de este
tipo de cuello se registran los cuellos carenado mencionados anteriormente. Una
variedad que es bastante peculiar y aparece en gran e igual porcentaje de
notoriedad que el tipo 4, es la de cuello compuesto (tipo 7) que presenta un
gollete ligeramente globular que en la altura del labio se abre, teniendo el borde
evertido corto. Este tipo de ollas de cuello compuesto, han sido registrados en
sitios Mochica Tardío como en Pampa Grande (ver Wester et al. 2006: 124. Fig.
40); San José de Moro (Muro 2009, 2010a) y Huaca Colorada (ver Swenson et
al 2010: 122. Fig. 1116). En cuanto a la decoración la mayoría de este tipos de
ollas, presenta bandas o franjas de color crema dispuestas en forma vertical o
horizontal alrededor del cuerpo y/o cuello. Cabe resaltar que existe un grupo de
ollas con decoración incisa (tipo 9), este tipo de decoración es reportada por
Muro (2010a) en San José de Moro en contexto de capas Mochica Tardío y
Transicional Temprano, señalando que son producto de influencia Gallinazo.

Las botellas, por otro lado, se hayan representado por los tipos 1 y 4, los
cuales corresponden a las botellas de gollete único, que se caracterizan por tener
cuello recto o ligeramente divergente, de cuerpo globular o lenticular. La
decoración presente en algunos ejemplares del tipo 1 (decoración de Línea Fina)
consiste en diseños geométricos a partir de líneas y representación fitomorfos
de color negro sobre rojo natural, es evidente al comparar con los diseños
191
complejos de Línea Fina registrados en Pampa Grande, Santa Rosa, San José
de Moro y Huaca Colorada estos son sumamente más simples. Es importante
señala que las botellas asa estribo, principal soporte del estilo de Línea Fina que
se caracteriza por ser una típica cerámica oficial de proselitismo religioso de la
sociedad Mochica se encuentra ausente en el repertorio ceramográfico de Huaca
Bandera (Curo 2014), el análisis realizado por nosotros reafirmó esta
peculiaridad, el cual advierte que nos encontramos en una etapa final de la
sociedad Mochica. También se registró una botella completa (V47-Bo-T1) de
pasta reductora, que por su forma y apariencia parecería antecede al estilo de
botella y cántaros cara-golletes con representación antropomorfa y zoomorfa del
periodo Transicional.

La presencia de platos está representada por el tipo 3 (platos de paredes


divergentes). Estos platos presentan superficies pulidas, bases convexas o semi
planas y labios redondeados. El tipo de horno en el cual han sido
manufacturados es cerrado (cocción reductora), es por ello que se registran en
su mayoría platos de pastas grisáceas, sin embargo existe un porcentaje mínimo
de platos de cocción oxidante.

Por su lado las tinajas registradas nos permite ver la presencia de dos
grupos: tinajas con cuello y tinajas sin cuello. Con respecto al primer grupo, solo
se registró tres ejemplares correspondientes al tipo 1 (cuello recto), tipo 2 (cuello
convexo y borde corto) y tipo 3 (cuello evertido). Estos tipos son muy frecuentes
en sitios como Cerro Chepén, San Idelfonso y San José de Moro. En cuanto a
las tinajas sin cuello, están representadas por los tipos 4 (borde entrante) y tipos
5 (reborde interno), siendo estos dos tipos los más representativos. Las tinajas
de tipo 4 son muy características desde el periodo Intermedio Temprano hasta
el intermedio tardío (Swenson 2004) registrados en sitios como San Idelfonso,
Cerro Chepén y San José Moro (Cusicanqui 2010a; Muro 2010a, 201b) dentro
del valle de Jequetepeque, así mismo también en la región Lambayeque en sitios
como Pampa Grande (Rojas y Johnson 2006). Una característica peculiar dentro
de los tipos de tinajas es la ausencia total de las tinajas sin cuello con borde
reforzado muy típicos dentro del repertorio ceramográfico de sitios Mochica que
se ubican mayormente en la región sur, según la división de Mochicas del Norte
y Mochicas del sur (Castillo y Donan 1994), sin embargo este tipo si es registrado

192
en la región norte siendo el caso de Pampa Grande (Rojas y Johnson 2006;
Wester et al 2006) posiblemente es debido a que Pampa Grande presenta una
mayor relación estilística con los sitios Mochicas del sur especialmente con
Galindo donde sus componentes cerámicos guardan mucha semejanza (Castillo
et al 2007: 42, Castillo y Uceda 2008: 15).

En lo que se refiere a las escudillas se registran ejemplares de paredes


convexas divergentes (tipo 1) con labio redondeado. El color de pasta
generalmente es producto de una cocción oxidante y un acabado superficial
alisado. En una menor proporción se registran los cuencos de tipo 1 (pared
convexa convergente), los cuales pueden presentar decoración a manera de
líneas gruesas de color blanco dispuestas sobre la superficie interno y/o externa
de la vasija.

8.2. Cerámica de Estilo Foráneo (Wari derivado)

A este estilo corresponde vasijas que muestran la influencia del estilo


Wari, al cual Larco (1948) denomino Huari Norteño, correspondiente a la Época
2B del Horizonte Medio (Menzel 1967), su presencia en la costa norte hizo
pensar a Larco que se trataba de una conquista y no sólo de un influencia
simplemente cultural (Larco 1948: 37). Mientras que para castillo (2000, 2012)
sostiene que la presencia de artefactos cerámicos producidos localmente pero
imitando formas colore y diseños asociados con la tradición Wari, expresa la
interacción entre la sociedad Mochica Tardío y la sociedad Wari y sus
respectivos derivados. Esta presencia de estilos sureño en la cerámica de la
costa norte durante el Horizonte Medio 2B demuestra el acercamiento cultural e
interrelación que existió entre estas dos sociedad, lo cual se fue dando de
manera gradual desde la fase de Mochica Tardío hasta que se inicia la presencia
Lambayeque en el área (Shimada 1994a; Rucabado 2008; Donnan y Mackey
1978; Castillo y Rucabado 2003).

Las vasijas que muestran este estilo tenemos por ejemplo dentro del
grupo de las botellas algunos ejemplare de tipo 1 (botella de cuello único), las
representaciones de línea fina que presentan estas botellas están relacionadas

193
a la iconografía del Horizonte Medio (Larco 1948, Topic 1991), esto lo
confirmamos por la presencia de diseños de chevrones, símbolos romboidales y
escaques registrados en algunos fragmentos demostrando una clara influencia
Wari o sureña correspondientes al Horizonte Medio 2B (Menzel 1967), al Huari
Norteño A (Larco 1948), o a la etapa que corresponde al final del Mochica Tardío
y el inicio del periodo Transicional (Castillo y Rucabado 2003).El registro de una
botella semi completa de doble gollete y asa puentes decorados con Línea Fina
(tipo 6) de diseño típicamente Mochicas, comprueba las interacciones existentes
entre sociedades locales (Mochicas) y foráneas (Wari) que se dieron durante el
Mochica Tardío enmarcado por el Horizonte Medio, generando así estilos
híbridos al que se le denomina Mochica Policromo (Castillo 2003). Esta botella
tipo 6 que combina una iconografía y bicromía Mochica sobre un soporte (forma
de la vasija) de tipo foráneo que aparece según Donnan y McClelland (1999)
durante la Fase V “fase terminal” de los Moches producto de un préstamo de la
cerámica Wari cuando llegó a la costa norte durante este periodo, por ello la
vasija pertenecería a una de las seis posibles combinación que L. J Castillo
menciona al sintetizar el estilo Mochica y Wari o relacionado y derivada de esta.
Por sus características, correspondería al tipo 4 que describe Castillo (2000: 168.
Fig.25); sin embargo, comparándolo con el único ejemplo que describe para san
José de Moro de este tipo, la botella que registramos presentar diferencias
marcadas, desde la calidad de la vasija, la complejidad de la decoración y la
ausencia de escenas narrativa, no obstante si tenemos en cuenta que nos
encontramos en un etapa final de la sociedad Mochica donde afrontan un
proceso de cambios y reajustes, el cual es reflejada por la ausencia de la
cerámica oficial representada por el estilo Línea Fina, esta vasija podría tratarse
de una variante temporal del tipo registrado en San José de Moro, el mismo autor
citado menciona que al posterior abandono de la producción del estilo de Línea
Fina, se registran algunas formas derivadas pero adoptadas a los cambios
acontecidos para la época (Castillo 2012; 752).

194
La presencia de platos con influencia de estilo foráneo es muy reducida,
a pesar de ello se han podido identificar los tipos 1 (plato con decoración pictórica
simple) y un ejemplar correspondiente al tipo 2 (plato con decoración pictórica
compleja). En lo concierte a los platos de tipo 1, se caracterizan por presentar
como decoración bandas de color crema o negro dispuestas de formas vertical
agrupadas en grupos equidistantes al interior de la vasija. Esta forma de
decoración en los platos es muy similar a los registrados en la costa central para
el Horizonte Medio comparables con los ejemplares al catálogo de colección del
Museo de Larco (Fig. 91).

Fig. 91. Plato decorado con estilo del Horizonte Medio registrado en Huaca Bandera (A);
nótese la similitudes con las vasijas halladas para la costa central (catálogo del Museo
de Larco) (B y C).

Con respecto al fragmento de plato tipo 2 corresponde a los estilos


asociados al Valle de Cajamarca, el cual pertenecería al periodo Cajamarca
Medio (Terada Matsumoto 1985), asociado al tipo decorativo cursivo floral. No
obstante si tenemos en cuenta los nuevos aportes hechos por Watanabe (2009)
que divide el Cajamarca Medio en tres sub-fases, donde en sus dos últimas fases
Cajamarca Medio B y C (700- al 900 dc) el estilo cursivo floral alcanza una amplia
distribución abarcando zonas como la sierra sur y la costa norte, además en su
última sub-fase el estilo se vuelve más toscos el cual probablemente
correspondería al tipo que registramos. Sin embargo es interesante señala que
de la muestra total analizada solo hemos podido registrar un solo fragmento de
esta tradición, comparando este porcentajes con los de otros sitios Mochicas
contemporáneos como Santa Rosa en valle Chancay-Lambayeque y San José

195
de Moro para valle de Jequetepeque, estos registran una presencia significativa
del estilo Cajamarca.

En cuanto a los vasos registrados el tipo 1 (vaso de paredes divergente y


banda elevada), y tipo 3 (vasos de paredes divergentes sin decoración), los
cuales corresponden a los denominados típicamente como Keros muy utilizados
en los actos ceremoniales, asociados a ofrendas y libación de la chicha de maíz
con la finalidad de buscar alianza y estrechar los lazos de parentesco en la
sociedad andina. Estos vasos ceremoniales se registran en el Altiplano desde
tiempos Pukara y Tiahuanaco (Millones - Fundación el Monte 2001; Giersz y
Pardo 2014), y es durante el Horizonte Medio 1 donde se hacen popular y se
extienden en todos los Andes Centrales producto de la influencia Wari
(Ochatoma y Cabrera 2001). Para el caso de la costa norte, en San José de
Moro aparecen durante el Mochica Tardío C y el Transicional (Castillo 2000 y
Castillo et al 2007), en la región Lambayeque también se han reportado
ejemplares similares como en Huaca Santa Rosa, los cuales aparecen
asociados a material ceramográfico del Horizonte Medio 2 (Bracamonte 2015).

Es interesante denotar que dentro de este grupo estilístico, existe la


escasez de cerámica importada correspondiente a los estilos del Horizonte
Medio (estilos puros) y solo se registra ejemplares con estilos derivados
denominados por Larco (1948) como Huari Norteño o también conocidos como
Mochica Policromo (Castillo 2000) y vasos tipo Kero todos producidos
localmente. Además también es evidente la escasa presencia de cerámica
relaciona con la tradición Cajamarca como se ha señalado en párrafos
anteriores. Una de las posibles repuesta a estas dos situaciones vendría a ser la
procedencia del contexto, como se sabe la mayoría de casos en donde se ha
registrado cerámica importada de estilo sureño y Cajamarca provienen de
contextos funerarios pertenecientes a personajes de clase media-alta, por el cual
hasta el momento no se hallado ningún tipo de entierro de estas características
o algún otro relacionado con la ocupación del sitio (Curo 2010, 2011, 2013).

Sin embargo también debemos tener en cuenta este fenómeno de


relación Wari – Cajamarca, según las evidencias recuperadas para el valle de
Jequetepeque la aparición de cerámica importada de estilo Wari coincide con la
aparición de los primeros ejemplos de cerámica de estilo Cajamarca (Castillo
196
2000) por lo cual se cree que la ruta de acceso y comunicación con las sociedad
del Horizonte Medio no parece ser por la costa, si no que el ingreso habría sido
por los valles alto-andinos de Cajamarca donde la presencia Wari es más fuerte
(Watanabe 2002). La presencia de cerámica importada de tradiciones foranes
(Wari y Cajamarca) en contextos Mochicas parece haberse dado en dos
momentos muy marcados: el primero durante el Mochica Tardío; principalmente
en la fase Mochica Tardío A relacionados con los estilos del Horizonte Medio 1
como el Ocros, Chaquipampa, Cajamarca Medio, Nivería y Atarco (Castillo
2000), el segundo momento es en el periodo Transicional correspondiente con
los estilos del Horizonte Medio 2 donde se incrementa la importación de cerámica
estilo Cajamarca, aparecen estilos como el Pachacamac y sobre todo Viñaque
(Castillo y Rucabado 2003). Durante el periodo Transicional es posible distinguir
dos fases: el Transicional Temprano más cercana al canon Mochica, y el Tardío
con una clara influencia de Cajamarca (Castillo 2012). Teniendo en cuentas
estos argumentos podemos entender preliminarmente el porqué de la ausencia
de estos estilos puros del Horizonte Medio en el registro de Huaca Bandera, el
cual de acuerdo a sus evidencias sugiere tendría una ocupación entre la parte
tardía de la época 1B y la época 2 del Horizonte Medio (Curo y Rosas 2014:
268), por consiguiente se encontraría entre estos dos momentos muy marcados
de ingreso de cerámica de estilo foráneo. Es por ello que solo se registra estilos
Mochica Policromo y Wari derivado, todos producidos localmente y no piezas
importadas de estilo sureño. Esta situación concuerda con lo señalado para el
valle de Jequetepeque en donde los estilos mixtos de cerámica proliferan, la
presencia de piezas policromas, vasos keros negros y crisoles es frecuente
durante las fases del Mochica Tardío B y C (Castillo 2012).

8.3. Cerámica de Estilo Post-Mochica (Transicional)

Estos tipos de cerámica se puede definir como un grupo que se


caracteriza por ser producidas localmente durante el periodo Transicional
utilizando formas y/o decoraciones que expresan tanto elementos estilísticos de
influencia foráneo como elementos locales presentes desde el periodo Mochica
Tardío, gestando así el inicio de un nuevo estilo, que posteriormente se conocerá
como Lambayeque (Castillo y Rucabado 2003; Zevallos 1989). Rucabado
considera que los cambios estilístico durante el periodo Transicional constituye

197
la expresión de un proceso dinámico de trasformación política local (Rucabado
2008: 374).

El resultado de nuestro análisis ceramográfico demuestra una producción


mayormente de piezas de cocción reductora que formaría parte de una
tendencia general al final de la tradición Mochica. Estas piezas reductoras son el
soporte de representaciones escultóricas como es el caso de las botellas cara-
golletes de tipo 2 (representación antropomorfas) y 3 (representación zoomorfa),
que se caracterizan por presentan rasgos morfológicos y tecnológicos muy
similares. Los ejemplares de botella tipo 2 son los más recurrentes,
especialmente los que exhiben en el cuello una imagen de “murciélago”,
haciéndonos recordar a las viejas vasijas con estas representaciones en la fase
Mochica Temprano (ver Donnan 2003: 59, Lam 2.3a). Es interesante señalar que
este tipo de botella tiene paralelos en diferentes contextos funerarios registrados
en San José de Moro para el Transicional (Castillo y Rengifo 2006, 2009; castillo
et al 2009) como también en Huaca Santa Rosa (Bracamonte 2011).

Cabe mencionar que existen también una marcada tendencia de elaborar


botella de doble gollete y asa puente reductoras (tipo 7) decoradas algunas de
ellas en la parte del cuerpo con diseños ornitomorfas y geométricos en excision.
Por lo general este tipo de botellas presentan en el asa puente algún tipo
aplicación modelada o moldeada a modo de decoración, siendo los más
populares las representaciones de nectandras y figuras zoomorfas (posible
batracio) que pudimos registrar, al respecto Castillo y Rucabado (2003)
manifiestan:

“Ya durante el Transicional, estas mismas botellas (botellas de doble


gollete y asa puente) comienzan a presentar sobre el asa puente figuras
modeladas representando semillas nectandras (Fig. 1.4d)
reemplazando a la representación de pallares observada en piezas
policromas Mochica Tardío), figuras zoomorfas (iguanas, sapos) y/o
antropomorfas” (Castillo y Rucabado 2003: 26).

Con respecto a los platos se idéntico dos tipos: platos de paredes


divergente y borde biselado (tipo 4) y platos de paredes divergentes y borde
saliente (tipo 5), los cuales estarían aparentemente afiliados a la época

198
Transicional, es interesante mencionar que la procedencia de estos tipos de
platos provienen en su totalidad de los sectores Norte 1 y Norte 2, los cuales son
áreas ubicadas en los perímetro del edificio monumental (Huaca Bandera), en el
reciente trabajado de gabinete realizado en el 2015 a cargo de la arqueóloga
Lorena Zúñiga los resultados demostraron la ausencia de estos tipos de platos
mencionados dentro del conjunto amurallado 1 conocido comúnmente como
Huaca Bandera y la presencia de estos y otros tipos en el sector sur
correspondiente a la ubicación del conjunto amurallado 3 o también llamado
Huaca Blanca (Zúñiga 2015 comunicación personal), esto podría demostrar
alguna diferencias temporales entre algunos sectores con respecto a otros.
Swenson registra para el valle de Jequetepeque ejemplares muy parecidos a los
tipos 4 y 5 argumentando que estos platos son muy populares en el intermedio
Tardío (ver Swenson 2004: 754. Fig. 7.12), así mismo en Huaca las Balsas se
evidencia platos de características similares (ver Delgado 2011: 166. Lam I-II)
esto podría argumentar que estos tipos de platos estaría relacionado con un
periodo post-Mochica.

La presencia de vasos reductores tipo “Kero” producto de una influencia


sureña se mantiene. Estos vasos producidos localmente presentan una variante
al cual hemos denominado tipo 2 (vasos con decoración antropomorfa), se
caracterizan por presentar cuatro rostros frontales en alto relieve representado
a un mismo personaje con tocando semicircular y ojos almendrados dispuestos
al contorno del vaso. Estas características son muy inusuales, aunque se han
registrado ejemplares similares en relación al tema del concepto de representar
rostros de personajes como los registrados en el sitio de Paredones en
Cajamarca (Watanabe 2014: 123) y Huacas de Moche (Zavaleta et al 2013: 138),
otro ejemplar similar y quizás el que tiene más semejanza debido a que presenta
también la disposición de cuatro rostros es el hallado en el valle de Huarmey en
sitio del Castillo (Giersz y Pardo 2014: 131). Sin embargo es más las diferencias
que semejanza al compararlo con el tipo que registramos, no obstante, podría
relacionarse mejor con aquellos vasos metálicos del Sican Medio provenientes
de Batan Grande (Carcedo 2014: 136. Fig. 15. 10.2) a pesar que estos vasos
exhiben una decoración más compleja cargada de nuevos elementos, la forma y
diseño es muy similar.

199
Característica Alfarera de Huaca Bandera

Es importante señalar que a partir de los resultados de nuestro análisis


logramos diferenciar claramente dos grupos muy marcados estilísticamente, el
primero se refiere a la cerámica que presenta características de un estilo
típicamente Mochica y un segundo grupo relacionado con un estilo “atípico” que
romper esta línea estilística ya sea producto de alguna influencia externa (Wari)
y como consecuencia de ello forja una síntesis de estilos foráneos y locales,
gestando así el inicio de un nueva identidad estilística.

Estos dos grupos estilísticos mencionados, están íntimamente


relacionados con las categorías que utilizan los investigadores para diferenciar
a la cerámica que se caracteriza por presentar un mejor tratamiento de la
cerámica de calidad menos elaborada. Estas categorías se les conocen
comúnmente como “cerámica ritual” y “cerámica doméstica” (o cerámica
utilitaria) atendiendo a la función de la vasija; o también llamadas cerámica fina
y cerámica burda o simple atendiendo al tratamiento de la superficie (Gayoso y
Gamarra 2004: 187). Esto puede provocar ciertas confusiones porque existe
cerámica domestica que puede ser utilizada en rituales ceremoniales como parte
de ofrendas. Es aquí donde figuran los conceptos de uso y función (Lumbreras
2005). Nosotros entendemos esta división de categorías atendiendo a la función
para la cual fueron producidas. Teniendo en cuentas estos argumentos se
estableció una relación entre “estilo” y “función” debido a los resultados arrojados
demostraron que por lo general la cerámica que presentan un estilo típicamente
Mochicas lo conforman las vasijas domésticas, por el contrario el estilo que
rompe con la tradición Mochica son las vasijas rituales.

Es importante señalar que los estilos principalmente los rituales o


ceremoniales están íntimamente relacionado con los cambios sociales y estos
cambios estilísticos están vigilados por el poder político imperante, siendo las
elites quien conforman este poder, haciendo uso de la ideología como fuente de
poder social, para ello necesariamente las elites están obligadas a materializar
esta ideología de dominación (DeMarrais et al 1996). Además debemos tener en
cuenta que los cambios no son percibidos de la misma manera en las diferentes
estratos sociales, para el caso de los estilos relacionados con las elites
claramente suntuarios y rituales son muy sensibles a los cambios acaecidos en
200
la sociedad; mientras que los estilos utilitarios o domésticos relacionados con la
gente en general permanecen practicante invariables con el paso del tiempo
(Uceda 2006: 323).

Teniendo en cuenta estos conceptos y enfocándonos durante el periodo


correspondiente al Mochica Tardío (700-850. d.C) donde la sociedad Mochica
sufre una serie de eventos generados por conflictos sociales externos e internos
(Castillo 2000, 2003, 2012; Rucabado y Castillo 2003, Uceda 2010), un
prologado estrés ecológico (Shimada et al. 1991, Moseley 2007), y la constante
afluencia por parte de los Wari; el cual en esta época contaba con un sistema
ideológico que gozaba de gran prestigio en los Andes Centrales. Esto provoco
en la sociedad Mochica cambios en su estructura social-política como también
en sus parámetros ideológicos; cambios que se van a ser reflejados en la cultural
material. Producto de estas consecuencia permitieron la presencia de nuevos
formas y tipos de decoración foráneas (Wari-derivado) dentro del universo
ceramográfico Mochica, las cuales tuvieron que adaptarse y reinterpretarse para
ajustarse a los cánones Mochica, en consecuencia se produjo una síntesis de
estilos que provocaron reorientación de la cultura material hacia nuevas
direcciones (post-Mochica) (Castillo 2000: 160) que posteriormente se
cristalizaron formando el inicio de un nueva identidad estilística, que
posteriormente lo conoceremos como Lambayeque.

Haciendo un breve resumen de lo antes expuesto, de los datos obtenidos


podemos interpretar preliminarmente que la cerámica doméstica en su mayoría
mantiene una continuidad del estilo Mochica esto no es nada sorprendente, en
otras investigaciones enfocadas en materiales ceramográficos de función
utilitaria arrojan los mismos resultados como el caso estudiado en Huacas de
Moche donde llegan a una conclusión que la cerámica utilitaria Mochica en el
sitio no experimenta grandes cambios a través del tiempo (Gayoso y Gamarra
2004: 187). En cambio para el caso de cerámica ceremonial, este grupo en su
gran porcentaje lo integra tipos de vasijas con una clara influencia foránea como
las botellas de doble gollete y asa puente, botellas de cuerpo lenticular con
elementos decorativos exóticos como chevrones, vasos tipo Kero, asimismo
también platos con decoración típica de la costa central, botellas con
representación zoomorfas en el cuello muy característicos del Transicional, entre

201
otras. No obstante debemos señalar la presencia de algunos fragmentos de
botella decorados con línea fina aunque como hemos señalado anteriormente
esta difiere al compararla con la clásica Línea Fina que se halla mayormente en
botellas asa estribo, la cual es ausente en el repertorio de Huaca Bandera.

CAPÍTULO IX: COMPARACIONES CON OTROS ESTILOS SITIOS


MOCHICAS CONTEMPORANEOS

En lo que corresponde al material alfarero doméstico los cuales está


conformada por vasijas utilitarias como: cántaros, ollas, platos, cuencos,
escudillas y tinajas. Estas guardan paralelos semejantes con los componentes
ceramográficos de otros sitios Mochica Tardío como es el caso de Pampa
Grande y Santa Rosa para los valles de Lambayeque, así como, también los
sitios de San José de Moro, San Idelfonso y Cerro Chepén en el valle de
Jequetepeque.

La revisión de formas presentes en estos sitios nos permite ver fuertes


correspondencias con el material que registramos en Huaca Bandera. Por
ejemplo en el repertorio de cántaros; los de tipo 4 (cuello compuestos) presentan
similitudes con los reportados en Pampa Grande (Rojas y Johnson 2006:136.
Fig.11) y Santa Rosa (Pasapera 2008: 134), mientras que los cántaros cara-
gollete es ampliamente registrado en distintos sitios Mochicas Tardíos, e incluso
los de tipo 8 (cántaros con decoración Incisa) de clara influencia Gallinazo el cual
posee rasgos semejantes a los encontrados en Pampa Grande (Chero 2015
comunicación personal). En cuanto a las ollas estas mantienen igual paralelismo
con los tipos descriptos para otros sitios Mochicas Tardío, sin embargo es
importante recalcar la ausencia de las ollas de cuello plataformas en el repertorio
de Huaca Bandera, según Castillo (2000) menciona que es una forma muy
diagnostica para la fases Mochica Tardío A y B pero es durante la fase C que
comienza a perder popularidad, y refiere:

“…las ollas de cuello plataforma comienzan a perder popularidad


(Mochica Tardío C), y son reemplazados por ollas de cuello compuesto o
recto evertido…” (Castillo 2000: 160).

202
Este dato nos brindaría una referencia parcial de la ubicación temporal del
sitio, el cual se encontraría entre la última fase del Moche tardío C y el
Transicional.

Por otro lado el registro de algunos fragmentos decorados con el estilo


tecnológico del paleteado común entre los valles de Jequetepeque y Piura para
periodos post-Mochicas y firmemente establecidos durante el Sican Medio
(Cleland y Shimada 1994) muestra una primera impresión de que se trataría de
ejemplares tardíos , sin embargo; debemos tener en cuenta lo considerado por
Shimada (1990: 313-321) que la aparición de este estilo tecnológico aparece en
el periodo Sican Temprano dentro del Horizonte Medio 2. Los tipos hallados en
Huaca Bandera corresponderían al tipo G “geométricos” (Ibíd) considerados por
estos autores como el más temprano de los tres que definen (Seoane 2006: 89).

Con respecto a las vasijas abiertas de función utilitarias estas mantiene


características similares comparándolas con las provenientes de otros sitios
contemporáneos como se ha mencionado al inicio.

En cuanto al material ceramográfico que presenta una mejor calidad se


encuentran representadas principalmente por botellas, vasos y algunos tipos de
platos. Estas presentan ciertas similitudes con la cerámica provenientes algunos
sitios Mochicas Tardíos C y Transicional A con clara influencia sureña derivadas
del Horizonte Medio 1 y 2 como el caso de Santa Rosa y San José de Moro.

Entre los tipos de vasijas que podemos establecer algún tipo de


paralelismo tenemos a las botellas de cuello único (Tipo 1 y 3), estas botellas
han sido registradas en San José de Moro como del tipo “Flask” y también se
reportan algunos ejemplares para Santa Rosa (Pasapera 2008). La decoración
que pueden acompañar puede estar conformada por diseños de chevrones,
romboidales entre otros demostrando una clara influencia sureña. La presencia
de botellas con representaciones zoomorfas “murciélagos” (Tipo 3)
característicos del estilo Post-Moche tiene paralelos en diferentes contextos del
Horizonte Medio 2 de San José de Moro, como la Tumba M-U615 (Castillo et al
2007), M-U1221 (Rengifo 2004), M-U1307 (Castillo y Rengifo 2006, Rengifo
2006) y la tumba M-U1316 (Castillo y Rengifo 2009), todas correspondientes al
Periodo Transicional. En el valle de Lambayeque se han registrado algunos

203
ejemplares similares para el sitio Santa Rosa (Bracamonte 2012, 2015)
atribuidas al Horizonte Medio 2 (Fig. 92).

Fig. 92. Botella con representación zoomorfa “murciélagos” recuperada en Huaca Bandera
(A), nótese las similitudes con las vasijas halladas en Santa Rosa (Bracamonte 2011) (B) y
en San José de Moro (Castillo y Rengifo 2009) (C).

La ausencia de Botellas asa estribo en el repertorio ceramográfico de


Huaca Bandera es un dato muy interesante a considerar. La producción de estas
botellas decoradas con Línea Fina (MTLF) considerada como un tipo de
cerámica oficial promotora de proselitismo religioso de las elites Mochicas es
descontinuada y en su ausencia es remplazada por las típicas botellas asa
puente, Castillo (2000) menciona:

“Finalmente, el cambio más importante durante la fase Mochica Tardío C


es que ya no encontramos botellas de asa estribo con decoración de línea
fina. Este estilo de decoración, con el que se produjeron las piezas más
sobresalientes de la cerámica Mochica Tardía, desaparece al final de la
Fase Mochica Tardío B, sin pasar al Periodo Transicional.” (Castillo
2000:162).

“Durante este Periodo (Transicional), por ejemplo, las botellas de asa


estribo disminuyen en frecuencia, y más bien proliferan las botellas de
gollete y puente.” (Ibíd: 166).

La presencia de botellas doble cuello y asa puente en el repertorio de


Huaca Bandera es significante, una de las peculiares características es que
llevan en el asa representación de semillas de nectandras a modo de decoración

204
comparables con los que se encuentran en San José de Moro (Castillo y
Rucabado 2003). En algunos casos esta botellas presentan diseños de aves
dispuestas de manera consecutiva alternadas por triángulos invertidos
realizados en excision, ejemplares de rasgos similares se han podido registrar
en San José de Moro en la tumba Transicional M-U615 (Rucabado 2006; 141.
Fig.63j), como también se ha registrado parte del ajuar funerario depositados en
la cámara funerario del sitio El Castillo en Huarmey (Giersz et al 2004: 148. Fig.
91) (Fig. 93).

Fig. 93. Botella doble gollete y asa puente donde representan diseños de aves en
excision registradas en sitio Castillo de Huarmey (A), Huaca Bandera (B), San José de
Moro (c).

En el grupo de los vasos tipo Keros (tipo 1 y 3) de pasta oscura presentan


paralelismos con los registrados en San José de Moro en las Tumbas M-U626-
C6 y M-U729-C2 pertenecientes a la fase Mochica Tardío C (Castillo 2000), así
como también en la tumba M-U615 del Periodo Transicional (Castillo et al 2007).
Para el valle de Lambayeque se registró un vaso de rasgos similares en la
Tumba 21 del Sitio Santa Rosa perteneciente al Horizonte Medio 2 (Bracamonte
2012, 2015). Es importante señalar que según Castillo (2000) estos vasos de
clara influencia serrana (Wari) aparecen por primera vez en contextos Moches
tardío C para San José de Moro acompañados con la presencia de botella doble
gollete y asa puente. Este estilo de vasos Keros presentan un prologando
continuismo en su uso extendiéndose hasta periodos tardíos, incluso durante el
Lambayeque Medio utilizan como soporte el metal. El registro de un tipo de vaso
kero decorado al contorno con cuatro rostros frontales de personajes distribuidos
equidistantemente (tipo 2) es muy inusual en el registro ceramográfico en sitios
Mochicas (Fig. 94). Sin embargo existe unos tipos de vasos keros registrados en

205
Batan Grande para el Lambayeque Medio que presenta cualidad morfológicas
muy similares, a excepción que el soporte es de metal y presenta algunos
detalles adicionales en la decoración haciéndola más compleja (Carcedo 2014:
136. Fig. 15. 10.2). No obstante podemos considerar que este tipo de vaso (tipo
3) registrado en Huaca Bandera vendría a ser un antecedente a los vasos
metálicos de este tipo registrados para el Lambayeque Medio antes
mencionados (Fig. 95).

Fig. 94. Vaso tipo Kero típico del Horizonte Medio recuperado Huaca Bandera (A), nótese las
similitudes con los vasos hallados en Santa Rosa (B) y San José de Moro (C y D).

Fig. 95. Vasos tipo Kero decorados al contorno con cuatro rostros frontales de personajes
distribuidos equidistantemente registrados en Huaca Bandera (A y B), para el periodo
Lambayeque Medio se hallan vasos de rasgos muy similares como los de Batan Grande (C).

206
CAPÍTULO X: LOS MOCHICAS DE HUACA BANDERA

Recapitulando podemos describir que esta fase Mochica Tardío se


caracteriza por ser una época de fuertes interacciones enmarcados por una serie
de eventos climatológicos y la innegable influencia de sociedades foráneas
como la Wari (Castillo 2003, 2012) que provocaron un sin número de
transformaciones dentro de la sociedad, entre ellos podemos resaltar la
restructuración dramática del patrón de asentamiento y de las representaciones
iconográficas, ambas manifiesto de la organización sociopolítica y del sistema
ideológico de la costa norte (Bawden 1995; Castillo 2003, 2012; Shimada 1990,
1994b). Estas transformaciones son producto y consecuencias de respuestas
estratégicas a un periodo inestable; sin embargo, debemos tener en cuenta que
las repuestas y sus resultados no se dieron de manera igual en las distintas
regiones y valles, Ghavami (2015) menciona:

“…no deberíamos sorprendernos en encontrar contextos diferentes según


cada región, ya que esto sería la manifestación de las distintas acciones,
a menudo autónomas, emprendida por las elites en el afán de responder
a la crisis.” (Ghavami 2015: 3).

Este argumento demostraría lo referido por Benson (2003: 477) que los
cambios no ocurren al mismo tiempo en lugares diferentes; cada lugar y grupo
tiene su propio ritmo de cambio y sus propias razones para cambiar o no
cambiar. Sin embargo a pesar de la existencia de particularidades propias de
cada sitio, todas ellas mantienen patrones y rasgos que los relaciona debido a
que durante esta fase Mochica Tardío enmarcado por el fenómeno del Horizonte
Medio, periodo que implicó el desarrollo de un sistema ideológico el cual unificó
gran parte de los Andes Centrales con sus respectivos aportes locales.

En este sentido, el análisis de contextos arqueológicos provee las


herramientas para definir variables y variantes de las sociedades que
protagonizaron estos eventos, así como, los soportes materiales. Siendo en este
caso de estudio la cerámica el cual jugó un rol clave como barómetro cultural de
las múltiples expresiones culturales que se desarrollaban durante este periodo
volátil.

207
Por lo tanto el estudio del material ceramográfico de Huaca Bandera nos
brinda un panorama sobre este periodo de tránsito entre lo Mochica y lo
formalmente conocido como Lambayeque. De acuerdo a las evidencias y
resultados antes expuestos, podemos tener una idea preliminar de esta época
transitoria. El registro de material ceramográfico de estilo Mochica y Wari
(derivado) coexistiendo dentro del sitio es un prueba innegable de la influencia
que tuvo esta sociedad foránea; por lo menos estilísticamente sobre las elites
locales. Agregado a ello la presencia numerosa de cerámica reductora con claro
rasgos post-mochicas, nos advierte que se está forjando una nueva identidad
mediante una fusión selectiva de elementos tradicionales Andinas más
prominentes del norte y del sur; que posteriormente se conocerá como
Lambayeque Medio.

El resultado de nuestra tipología alfarera del sitio nos permitió ver fuertes
correspondencias formales y decorativas con los materiales registrados en sitios
Mochicas Tardíos contemporáneos. Cabe resaltar que los ejemplares de mejor
calidad (cerámica ritual) de Huaca Bandera presentan fuertes paralelismos con
los descritos en sitios como Huaca Santa Rosa durante el Horizonte Medio 2 y
San José de Moro equivalente al periodo Transicional. Posiblemente se deba a
que los estilos suntuarios y rituales asociados claramente con las elites se
caracterizan por ser estilos que cambian sus rasgos más saltantes, según
cambia la organización social y política a diferencia de los estilos utilitarios que
pueden permanecer prácticamente invariables con el paso de tiempo (Uceda et
al 2006: 323).

Otro dato importante que pudimos obtener del resultados de la tipología


es la ausencia total de botellas asa estribo y ollas de cuello plataformas, las
cuales son tipos de vasijas muy diagnosticas durante las primeras fases del
Moche tardío como se ha señalado en capítulos anteriores. Este resultado brinda
una valiosa información referente al panorama cronológico en el cual está
ubicado Huaca Bandera, además debemos señalar que no registramos cerámica
con Línea Fina (MTLF). Sostenemos la hipótesis que el sitio Huaca Bandera
habría iniciado su ocupación finalizando la fase Mochica Tardío C y
extendiéndose no más allá del Transicional Temprano según la cronología
establecida para San José de Moro (Castillo y Donnan 1994; Castillo 2000, 2003;

208
Castillo y Rucabado 2003), el cual correspondería a todo el periodo del Sican
Temprano utilizando la cronología propuesta para la cultura Sican (Shimada
1985, 1995, 2014) o Lambayeque (Cuadro 15).

Cuadro 15. Cronología relativa de Huaca Bandera compara con los sitios
mencionados.

Esto significaría que las personas que inmigraron a esta parte del valle
Motupe – La Leche, trajeron consigo no sólo su tradición tecnológica y temas
iconográficos Mochicas, sino también, todo el conjunto de elementos derivados
de la influencia Wari. Esta idea es muy factible si tenemos en cuenta la existencia
de sitios con ocupación Mochica Tardío e influencia del Horizonte Medio como
Huaca Facho ubicada en el valle la Leche (Donnan 1972); Huaca Pintada en
Illimo (Bonavia 1985); Solecape y la Huaca la Pava situadas en la margen
izquierda del canal el Taymi en el distrito de Mochumí, en estos dos últimos se
ha podido registrar cerámica con decoración de Línea Fina (MTLF) y formas muy
similares descritas para la fase Mochica Tardío A, así como también evidencias
de fragmentos de estilo Nivería (Fernández 2011, 2015). Por lo tanto resulta muy
probable que estos sitios en mención, los cuales presentan una ocupación
Mochica Tardío más temprana comparada a la de Huaca Bandera y elementos
estilísticos de influencia foránea pertenecientes al Horizonte Medio 1, hayan sido
por su cercanía al sitio en estudio los puntos de divergencia de la población que

209
se trasladó y asentó en Huaca Bandera. Además este fenómeno de
desplazamiento de grupos humanos no es desconocido para los Andes
Centrales, incluso se postula que desde el Horizonte Medio existen ya grupos
que se movilizan de un lugar a otro (Shady 1988).

Este posible escenario genera inmediatamente la interrogante sobre; ¿el


motivo que llevo asentarse en esta parte del valle Motupe? considerada el área
Mochica más septentrional de la región Lambayeque, en donde el recurso hídrico
es escaso y el desarrollo de un agricultura a gran escala no es probable (Rosas
2015 en comunicación personal) en comparación con sus valles vecinos como
la Leche y Chancay donde se puede comprobar la existencia de un complejo
sistema hidráulico (Kosok 1965). Por consiguiente podemos deducir que la
principal razón de ocupar estos territorios no fue la búsqueda de una mejor
situación “económica”, más bien parece que existió un motivo más complejo que
involucraría temas relacionas con lo ideológico y espacio simbólico, teniendo en
cuenta lo propuesto por Eliade (1979) quien define lo que es un centro del
mundo, menciona:

“Un centro del Mundo es el punto donde reside el creador, donde la


realidad se quiebra y permite la comunicación entre los varios niveles del
mundo, una “abertura o agujero” por el que los dioses descienden a la
tierra y los muertos bajan las regiones subterráneas” (Eliade 1996:213).

Seoane (2006) a partir de esta idea argumenta que un centro de mundo


vendría a ser un espacio sagrado, refiere:

En tal sentido, un centro restablece y permite la comunicación entre el


hombre y sus dioses, asegurando en esta forma la armonía entre los
niveles que componen el mundo, se mantenga. Esto lo convierte en un
espacio sagrado” (Seoane 2006:94).

En tal sentido si tenemos en cuenta estos argumentos y a la vez este


escenario temporal en donde los antiguos centros religiosos y políticos de los
valles de Lambayeque fueron en su momento “centros del mundo”; pero ellos,
ante esta serie de eventos climatológicos y nuevas condiciones generadas
durante el Horizonte Medio, eran vistos por las sociedades como estructuras
desacreditadas, incapaces de asegurar el orden de las cosas. En este contexto,

210
Huaca Bandera representaría la construcción de un espacio simbólico (centro
del mundo) cuya función seria de representar, conmemorar y celebrar un
conjunto de actividades rituales; posiblemente relacionadas con el control y
seguimiento de las estaciones (Curo 2013) y así asegurar la adecuada
comunicación entre el mundo del hombre y el de los ancestros.

Fig. 96. Comparación del diseño y distribución arquitectónica de los sitios de Huaca
Bandera (Izquierda) y Pampa Grande (Derecha). Nótese que comparte mismos elementos
arquitectónicos como el corredor, rampa, muro perimetral entre otros.

Nosotros planteamos que todo este conjunto de rituales celebrados en


Huaca Bandera aun mantenían relación con el culto a los ancestros míticos del
panteón Mochica, la evidencia iconográfica registrada en las pinturas policromas
de los murales y los grafitis corroboran esta idea, además si recurrimos a la
arquitectura esta mantiene características semejantes a los diseños registrados
comparados con los de Pampa Grande (Curo 2015 comunicación personal) (Fig.
96). Investigadores como Druc (2013) nos menciona casos de reafirmación de
identidad en respuestas a cambios políticos y económicos locales o regionales,
como los acecidos durante esta última etapa Mochica. La autora refiere “es como
si los cambios sociopolíticos fortalecerían el deseo de crear y preservar la
identidad local” (Druc 2013:504). Por consiguiente podemos argumentar que
estas personas asentadas en Huaca Bandera es un grupo que aún conservan
su identidad y esencia Mochica, si bien es cierto que observamos una fuerte
influencia estilista por parte de sociedades foráneas (Wari derivado), esto sería
a consecuencia por parte de las elites locales en su estrategia de legitimase ante
las clases más bajas con el objetivo de mantener la reciprocidad y generar la

211
dependencias. Por ello Buscaron un interés de afiliarse a sociedades con
prestigio en este caso Wari (Castillo 2000, 2003; Castillo et al 2007; Rucabado y
Castillo 2003; DeMarrais et al 1996). Por lo tanto nuestros resultados demuestra
lo sustentado por Rucabado (2006) quien plantea en su hipótesis que el colapso
Moche se produjo luego del periodo Transicional Temprano.

Consideraciones Finales

Referirnos al colapso Mochica y conocer sus verdaderas causas es un


tema que en las últimas décadas ha causado polémicas entre la comunidad
científica, en consecuencia han surgido numerosos modelos interpretativos que
buscan describir este panorama los cuales hemos señalado anteriormente (cf.
Capítulo 3). Sin embargo es indudable que durante este periodo Transicional, las
esferas de interacción Mochicas estaban reduciéndose cada vez a menos
actores, como resultado los artefactos que expresaban su ideología como el caso
cerámica de la Línea Fina (MTLF) y la tradicional botella asa estribo muy
características por ser la típica cerámicas oficial del proselitismo religioso
Mochica; son dejadas en desuso, dando paso a nuevas expresiones de poder y
estilos foráneos. Ghavami (2015) menciona:

Los cambios generados por el Horizonte Medio afectaron la producción


de artefactos Mochica, probablemente debido a que la esfera de
interacción de los alfareros estuvo influenciada por los movimientos de
personas que trajeron ideas y conocimientos nuevos. La prestigiosa Línea
Fina de Mochica Tardío desapareció de los contextos y se abandonó
temporalmente la tradición del asa-estribo. Con la perdida de los soportes
prestigiosos de los relatos míticos que daban orden al cosmos Mochica,
el discurso de poder ya no lograba expresar su concepción ideológica y
trasmitir, así, las tradiciones mitológicas sagradas. De tal forma que las
elites ya no podían legitimar los importantes costos vinculados a sus cultos
exclusivos, los cuales se desgastaron paulatinamente (Ghavami 2015:
133).

Por lo tanto podemos mencionar que estos nuevos elementos generados


por la influencia del Horizonte Medio provocaron la trasformación del panorama
y el surgimientos de nuevas estructuras de poder, produciendo que el discurso

212
dogmático Mochica cayera en desuso y posterior su abandono. La
transformación en su ideología, creencias, tecnología e instituciones existentes,
así como la introducción de estas, redefinieron el contexto de la costa norte. Sin
embargo existieron grupos sociales que pudieron adaptarse a este nuevo
discurso ideológico y aprovecharon los cambios acecidos, a partir de un
sincretismo de tradiciones locales y foráneas lograron resurgir como entidades
locales autónomas, a este proceso se le denomina etnogenesis. Toohey (2009)
menciona que durante los periodos de post-colapso, nuevas etnogenesis
pudieron generarse, aprovechando los rápidos cambios socio-políticos donde
emergieron entidades políticas locales y socialmente autónomas (Ghavami
2015:133). Posiblemente podrá haber sido este caso lo ocurrido en Batan
Grande, donde la elite de esa sociedad introdujeron este nuevo discurso,
adaptándolas y modificándolas a su situación gestando así una nueva identidad
cultural denomina posteriormente como Lambayeque o Sican.

Para el caso de Huaca Bandera hipotéticamente parece no haber ocurrido


este proceso de etnogenesis, posiblemente la consecuencia sea que este grupo
social se caracterizaba por ser “conservador” que aun mantenían un discurso
dogmático Mochica, que con el tiempo paulatinamente se fue desgastando por
lo tanto este discurso de poder ideológico ya no lograba expresarse ni
trasmitirse. El cambio del escenario climático (Rosas 2015 comunicación
personal) agudizaron este periodo inestable. De tal forma estas elites ya no
podían legitimarse, en consecuencia el sitio y sus gobernantes fueron vistos por
la sociedad como una estructura desacreditada e incapaz de asegurar el orden
de las cosas. A raíz de estos posibles acontecimientos y el incremento
vertiginoso del prestigio de Batan Grande y sus elites a inicios del 900 d.C que
formalmente se le conoce como Sican Medio provocan que la ocupación de
Huaca Bandera se interrumpiera, lo que condujo a sus habitantes abandonar el
lugar.

213
CONCLUSIONES

A partir del estudio completo y exhaustivo del material cerámico, hemos


observado con grata satisfacción que este lugar presenta la coexistencia de
estilos ceramográficos locales (Mochica) y foráneos (Wari-derivado), el cual
permitiría que el sitio responda muchas interrogantes relacionado con el fin de la
de la sociedad Mochica y los sucesos ocurridos para el Horizonte Medio. Por ello
a continuación se muestra las conclusiones a las que se ha llegado.

1. En base al análisis de los criterios tecnológicos, morfológicos y


decorativo se logró identificar tres estilo ceramográficos muy
marcados. El primero corresponde a un grupo de estilo local
relacionado con la tradición Mochica, el segundo grupo pertenece a
aquellas vasijas que presenta influencia estilística foránea asociada
con el Horizonte Medio y el tercer grupo se caracteriza por la presencia
numerosa de cerámica reductora con claro rasgos post-Mochicas. La
coexistencia de estos tres estilos nos advierte que se está forjando una
nueva identidad mediante una fusión selectiva de elementos
tradicionales Andinos más prominentes del Norte y del Sur que
posteriormente se conocerán como Lambayeque Medio o Sican
Medio.

2. El mayor porcentaje de cerámica fina o ritual pertenece al grupo de


estilo relacionaron con la influencia del Horizonte Medio (Wari-
derivado) el cual es una prueba innegable de la influencia que tuvo
(por lo menos estilísticamente) esta sociedad foránea. La presencia de
este estilo posiblemente se deba a una estrategia por partes de las
elites locales por mantener su legitimidad, asociándose por ello con
sociedades de prestigio.

3. La cerámica de características domésticas o utilitarias en su mayoría


están relacionadas con el estilo Mochica, y mantiene paralelismo
morfológicos con los materiales ceramográficos de sitios Mochicas
tardíos como Pampa Grande en el valle de Lambayeque; San José de
Moro, Cerro Chepén y San Idelfonso para el valle de Jequetepeque.

214
Probablemente se deba a que los estilos utilitarios permanecen
practicante invariables con el paso del tiempo y no sufren un
significativo cambio producto de las alteraciones sociales.

4. Los resultados de la tipología ceramográfica comprobó la ausencia


morfológica tanto de ollas cuello plataforma y botellas asa estibo como
también el tipo de decoración de Línea Fina (MTLF), los cuales son
elementos diagnósticos del Mochica Tardío A y B.

5. La presencia significativa de cerámica reductora de características


post-Mochicas como; las botellas de doble gollete y asa puente,
botellas cara gollete y vasos tipo kero, los cuales presentan similitudes
morfológicas con los tipos de vasijas registras en sitios como Santa
Rosa para el Horizonte Medio 2 y San José de Moro durante el
transicional. Demostró que el sitio Huaca Bandera tiene una ocupación
que iniciaría en la última etapa del Mochica Tardío C y extendería no
más allá del Transicional Temprano.

6. Durante la ocupación de Huaca Bandera, las evidencias iconográficas


registradas en los murales policromos y en los grafitis demuestran que
en sus inmediaciones aún se realizaban actos y ceremonias rituales
relacionadas con el culto a los ancestros míticos del panteón Mochica.
Lo cual comprobaría que el colapso Mochica se produce luego del
Transicional Temprano.

7. En Huaca Bandera parece no haber ocurrido el proceso de


etnogenesis debido a que el grupo social se caracterizaba por ser
“conservadores” que aun mantenían un discurso dogmático Mochica
que con el tiempo fue desacreditándose provocando la pérdida de
poder y prestigio por parte de las elites y del sitio, agregado a ello la
situación de un prologado periodo de sequía y el aumento vertiginoso
de prestigio de Batan Grande provocó que la ocupación de Huaca
Bandera se interrumpiera, lo que condujo a sus habitantes a
abandonar el lugar.

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235
Anexo
Registro gráfico del material cerámico

236
Cántaros

Tipo 1: Cántaros de cuello recto

237
Tipo 2: Cántaros de cuello ligeramente cóncavo

238
Tipo 3: Cántaro de cuello evertido

239
Tipo 4: Cántaro de cuello compuesto

240
Tipo 5: Cántaro cara gollete con representación antropomorfa

241
Variante 1: Cantaros cara gollete con representaciones en miniatura

Tipo 6: Cántaro cara gollete con representación zoomorfa

242
243
Tipo 7: Cántaro con decoración incisa y/o dáctil

Ollas

Tipo 1: Ollas de cuello recto

244
Tipo 2: Olla de cuello divergente

245
Tipo 3: Ollas de cuello corto vertido

246
Variante 1: Olla de cuello corto y “mangos falsos”

Tipo 4: Ollas de cuello convexo

247
Tipo 5: Ollas de cuello carenado

248
Tipo 6: Ollas de cuello acampanulado

Ollas de cuello compuestos

Tipo 7: Ollas de cuello globular y borde evertido corto

249
Tipo 8: Ollas con decoración impresa

Tipo 9: Ollas con decoración Incisa y/o dáctil

250
Tipo 10: Ollas con decoración escultórica

Tipo 11: Ollas con cuello directo

Botellas

Tipo 1: Botellas de cuello único con decoración de Línea Fina

251
Tipo 2: Botellas cara gollete con representación antropomorfa

Tipo 3: Botellas cara golletes con representación zoomorfa

252
Tipo 4: Botellas de cuello único simples

253
Tipo 5: Botellas de asa posterior

Tipo 6: Botellas de doble gollete y asa puente con decoración de Línea fina

254
Tipo 7: Botella de doble pico y asa puente con decoración excisa

Variante 1: Aplicaciones diversas en la asa

255
Tinajas

Tipo 1: Tinaja con cuello de paredes rectas convergentes

Tipo 2: Tinaja de cuello convexo y borde corto divergente

256
Tipo 3: Tinaja con cuello divergente

Tipo 4: Tinajas sin cuello de paredes convexas convergentes y borde


directo

257
Tipo 5: Tinajas sin cuello de paredes convexas convergentes y reborde
interno

258
Platos

Tipo 1: Platos con decoración pictórica simple

Tipo 2: Plato con decoración pictórica compleja

259
Tipo 3: Platos de paredes rectas divergentes

260
Tipo 4: Platos de paredes divergentes y con labio en bisel exterior

261
Tipo 5: Platos de paredes divergentes y borde engrosado

Escudillas

Tipo 1: Escudillas de paredes convexas divergentes

262
Vasos

Tipo 1: Vasos de paredes rectas divergentes con decoración en banda


maldeada

263
Tipo 2: Vasos de paredes rectas divergentes con decoración en aplicación
antropomorfa

264
Tipo 3: Vasos de paredes rectas divergentes sin decoración

Tipo 4: Vasos de cuerpo globular y paredes divergentes

265
Cuenco

Tipo 1: Cuencos de paredes convexas convergentes

266

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