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Ensayo sobre “Cosmética del enemigo”

Grecia García Martínez


22/06/2019

“Soy la parte de ti que te destruye. Todo lo que crece acrecienta su


propia capacidad de autodestrucción. Soy esa capacidad”- (Nothomb,
2003, p.40)

En este ensayo, hablare sobre la obra de Amélie Nothomb, titulada “La


cosmética del enemigo”, publicada en su idioma original en el 2003. Además,
daré mi respuesta ante las preguntas que previamente me fueron proveídas.

Siempre me ha parecido muy importante conocer un poco de la vida de la


persona que tiene autoría del escrito que leí, puesto que entender al autor tiene
como consecuencia que entendamos también, sus obras.

Amélie Nothomb nació en Kobe en 1967. Proviene de una antigua familia de


Bruselas, aunque pasó su infancia y adolescencia en Extremo Oriente,
principalmente en China y Japón, donde su padre fue embajador. (Anagrama,
editorial, s/f)

De su estilo se ha opinado que es valioso y pedante, pero a la vez cómico


y con mucho carácter. Maneja magistralmente el arte de lo absurdo.
Fascinada por la fealdad y la monstruosidad, destaca por la descripción de
personajes de rasgos extremos. Sus obras giran siempre, en torno al
enfrentamiento entre dos personajes, o un personaje y una situación.
(Sáiz, s/f, p.4)

Conociendo esto, empezare entonces a responder las preguntas, siendo la


primera; ¿El diálogo es una forma de hablar con uno mismo? A esto, respondo
que sí. Aunque el dialogo, es, en su definición pura, una conversación con el
otro, es cierto también, que uno se conoce a si mismo a partir del otro; “soy yo, y,
por tanto, no soy ese señor de ahí”, nos dice Nothomb en La cosmética del
enemigo. Puedes conocerte a ti mismo al hablar con alguien más, ya que ahí, en
la conversación, uno expresa sus ideas; lo que siente y lo que piensa, y esa
misma autonomía del pensamiento, es la que forja la identidad propia: el yo.

Además, Nothomb explora en su escrito, el cómo todo el tiempo uno tiene


conversaciones consigo mismo, que sí existe un dialogo singular, y que nunca
termina, porque uno nunca termina de conocerse.

¿El peor enemigo se encuentra en la misma mente humana? Si. Lo digo con
firmeza, pues yo lo he experimentado. La mente es nuestro peor enemigo,
porque podemos escapar de todos, pero no podemos escapar de nosotros
mismos.

Nuestra mente es poderosa (a veces hasta parece autónoma) y no tiene


problemas para recalcarnos todos los errores que hemos cometido, ni esos
pensamientos vergonzosos que puede que no sean bien vistos por la ética y la
moralidad. La mente lo sabe todo, lo recuerda bien, recuerda bien nuestras
peores partes. Y nos consume, nos consume poco a poco, en el transcurso de
los años.

“El enemigo es aquel que, desde el interior, destruye lo que merece la


pena. Es el que te muestra la decrepitud contenida en cada realidad.
Es aquel que te hará sentir asco de ti mismo” (Nothomb, 2003, p.11)

Hablare entonces sobre si la sociedad moderna ha dejado sin identidad al


hombre. Después de pensarlo bien, me parece que sí, la sociedad moderna ha
dejado sin identidad al hombre.

Creo que en el ahora, existe más bien, una identidad colectiva, más que
individual. Esta identidad puede ser encontrada de forma superficial
dependiendo de factores tal como; tu forma de vestir, el tipo de música que
escuches, tu equipo de futbol, o la marca de tu teléfono celular. Es una identidad
vacía, y cuando uno empieza a cuestionársela más allá, o sale de los
paradigmas de esta, entras en crisis, pues te das cuenta sobre lo poco que en
verdad te conoces. La identidad, como tal, existe de manera muy frágil. Y esto,
es también una consecuencia del sistema económico en donde el ser humano se
transforma en un producto más, y de la misma modernidad, que sigue sin
cumplir las promesas sobre igualdad, libertad, y democracia.

Llegamos entonces a la última pregunta, sobre si es la muerte una forma de


liberación. En el desenlace de la cosmética del enemigo, el personaje principal,
golpeándose, lastimándose a sí mismo, y terminando con su vida, repite las
mismas palabras: “¡Libre! ¡Libre! ¡Libre!”. La muerte es, la única forma de
verdadera liberación. Puesto que uno de despoja de todo lo que te encadena; tu
mente, y después de un tiempo, también tu cuerpo.

Como conclusión, puedo decir que este libro verdaderamente me hizo pensar. Y
en muchos momentos, también me hizo sentir incomoda y enojada. Me sentí
enojada cuando el personaje principal, de pronto empieza a escuchar,
verdaderamente a escuchar a Textor, que relata cosas horripilantes, tal persona
sociópata. Para después, sentirme aún más enojada cuando Textor justifica sus
acciones de una forma, incluso coherente. Me enojo también su concepto sobre
la idea del amor... en fin: me enoje. Creo que el hacerme sentir así era la
intensión de la autora.

Me tomo desprevenida el momento en el que se revela que Textor, es nada más


que Jerome Angust, nuestro protagonista. Este recurso narrativo me parecido
muy efectivo, puesto que, al principio, sentía un grado alto de simpatía hacia
Angust, ya que, como lector, me puse en sus zapatos. Era él. Esto hizo que, al
terminar de leer, me cuestionara mis propias decisiones, y le dio una enorme
capa de profundidad al personaje: lo hizo más humano. Y por un pequeño (muy
pequeño) instante, incluso me sentí mal por Angust, lo entendí.

La cosmética del enemigo es un relato emocionante a todo momento, y que nos


habla sobre el peligro de uno mismo y de nuestra mente, que, en muchos
momentos, es nuestra peor pesadilla.

Referencias:

Nothomb, A. (2003) Cosmética del enemigo. Barcelona: Anagrama.

S/A. (S/F). Nothomb, Amélie. Editorial Anagrama. Recuperado


de:https://www.anagrama-ed.es/autor/nothomb-amelie-792
Sáiz, J, L. (S/F). Cosmética del enemigo, adaptación teatral sobre la novela
Cosmétique de l'ennemi, de AMÉLIE NOTHOMB. Recuperado de:
http://www.mariadiaz.eu/dossieres/dossier_cosmetica_del_enemigo.pdf

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