Está en la página 1de 4

EJERCICIOS DE WILLIAMS

El dolor lumbar es una enfermedad frecuente, se estima que 90 % de la población adulta la


sufrirá en algún momento de su vida, es la principal causa de limitación física en personas menores
de 45 años y constituye el séptimo motivo de consulta médica en la atención primaria, y a pesar de
su carácter benigno, es una de las primeras causas de invalidez en los países desarrollados.

La lumbalgia es el dolor en la parte baja de la espalda o zona lumbar causado por


alteraciones de las diferentes estructuras que forman la columna vertebral a ese nivel: ligamentos,
músculos, discos intervertebrales y vértebras.

Noventa por ciento de los casos de lumbalgia se atribuyen a alteraciones mecánicas de


estructuras vertebrales, en la mayoría de carácter inespecífico.

El restante 10% puede deberse a síndrome radicular, secundario a hernia de disco,


estenosis de canal lumbar, espondilitis anquilosante, dolor no orgánico o psicógeno y un grupo de
enfermedades potencialmente graves, que sólo representan 2-3% de los dolores lumbares, pero
que es necesario descartar: tumores (0.7%), infección, fractura vertebral reciente, hiperlordosis,
escoliosis, osteoporosis y dolor referido visceral.

La lumbalgia mecánica se atribuye a alteraciones estructurales o sobrecarga funcional o


postural de los elementos que forman la columna lumbar (pilar anterior vertebral, pilar posterior
vertebral, ligamentos y musculatura paravertebral).

Lumbalgia Aguda

Es un dolor intenso y de aparición brusca que aparece en la zona lumbosacra al realizar


una actividad que provoque sobreesfuerzo, como ocurre al levantar un peso del suelo usando la
musculatura de la espalda (pasar de flexión a extensión), que deja al sujeto bloqueado en una
postura antálgica y puede prolongarse hasta seis semanas.

Lumbalgia crónica

Es aquella con o sin limitación de la movilidad, que persiste durante tres a seis meses.

Lumbociatalgia

A menudo la ciática es precedida por dolores lumbares agudos y crónicos. Lo que ocurre
en esta patología es que el disco vertebral, que está situado entre dos vértebras, puede protruir o
herniarse al recibir mucha presión por algún movimiento realizado por la columna (generalmente
ocurre cuando se dan la flexión y la rotación a la vez), cuando esto sucede el disco se desplaza
hacia atrás contactando e irritando a la raíz nerviosa más cercana, lo que desencadena un dolor
muy intenso. Dependiendo la raíz nerviosa que afecte, el dolor se distribuirá por diferentes zonas:
cara posterior del glúteo del lado afecto, cara posteroexterna del muslo, cara externa de la pierna
y el dorso del pie o por la cara posterior del glúteo, muslo, pierna y planta del pie.

El reposo en cama puede ser contraproducente. Las recomendaciones basadas en la


evidencia científica disponible coinciden en señalar que el reposo en cama, especialmente si dura
más de 2 días, conlleva pérdida de fuerza y aumenta la dificultad para rehabilitar al paciente,
favoreciendo que el dolor dure más y pueda cronificarse. Es conveniente que el paciente con dolor
de espalda mantenga el grado de actividad que el dolor le permita, es decir, que haga todo aquello
que pueda, vaya aumentando progresivamente su actividad a medida que mejore y que regrese al
trabajo tan pronto como pueda. Mantener el mayor grado de actividad posible mejora el dolor y la
limitación.

La realización de ejercicios, han demostrado ser efectivos para mejorar el dolor y la


limitación física que éste ocasiona en los pacientes con dolor subagudo o crónico (de más de 2
semanas), Además, de poder ser eficaz para disminuir el riesgo de que aparezca, empeore o
persista el dolor.

Los ejercicios de Williams están dirigidos únicamente a tratar las afecciones lumbares de la
columna vertebral, son tres los objetivos que se manifiestan, el primero es la flexibilización de la
región lumbar, el segundo objetivo es el fortalecimiento de esta región y el tercero consiste en la
práctica de ejercicios correctores. Son ejercicios de flexión, más sencillos, originalmente parten de
seis ejercicios básicos y dos variantes, el paciente se coloca en decúbito supino con las rodillas
flexionadas en 45º, logrando un equilibrio entre la función movilizadora y estabilizadora de la
columna lumbar, respetando su curvatura fisiológica, son más tolerados en los estadíos crónicos
de los dolores de espalda (más de 3 meses).

Su objetivo es proporcionar estabilidad a la región lumbar y activar la región abdominal


consiguiendo un equilibrio apropiado entre el grupo muscular de flexores y extensores de tronco
con la finalidad de disminuir el dolor y mejorar la movilidad lumbar. En este tipo de ejercicios se
toman en cuenta todos los tejidos blandos de la unidad funcional: músculos y aponeurosis,
ligamentos y cápsulas articulares, tejidos como el cartílago articular, disco y raíces nerviosas
contenidos dentro de la unidad funcional; se basan en la flexión y se deben de realizar con
suavidad, lentitud y en repetidas ocasiones.

Fundamento del Método Williams Reagan

Williams propone ejercicios de flexión desde la posición de decúbito supino hasta la


posición sedente. También insiste en el estiramiento de los músculos lumbro-sacros y en
fortalecimiento de los músculos abdominales para evitar el desplazamiento anterior de la columna
lumbar (es decir, hiperlordosis) y lograr con esto evitar la desestabilización de la región lumbro-
sacra.

La secuencia de los ejercicios permite recuperar el perfil fisiológico de la columna,


evitando la vasculación pelvica anterior y estirando los músculos posteriores.
Al realizar la flexión de tronco se amplian los agujeros de conjunción aliviando así el dolor y la
compresión.

Indicaciones Generales

Las dos indicaciones base para la prescripción de este método son:


 Lumbalgias de diversas etiologías.
 Corrección de hiperlordosis lumbar.
A continuación relacionamos la posición de Williams y los seis ejercicios básicos de este:
Ejercicio 1: Posición de Williams: Acostado decúbito supino, brazos al lado del cuerpo y piernas
con rodillas flexionadas apoyadas en el piso, formando un ángulo de 45º.

Ejercicio 2: Abarquillamiento, llevar el tronco arriba con brazos extendidos al frente, útil para
fortalecimiento de la musculatura abdominal.

Ejercicio 3: Inclinación pélvica, elevar caderas (pelvis) arriba (anteropulsión); este desarrolla el
fortalecimiento del glúteo mayor.

Ejercicio 4: Levantar rodillas hacia el tronco, con ayuda o no de los brazos: sostener contando
hasta tres y regresar a la posición inicial; van encaminados a relajar el músculo erector espinal y
todas las estructuras posteriores al centro superior de gravedad a este nivel.

Ejercicio 5: En la posición de sentado, llevando los brazos extendidos al frente; estiramientos de


los tendones de las curvas, aspira a restaurar la flexión lumbosacra y relajar flexores del muslo
contracturado (tocarse los tobillos).

Ejercicio 6: Estiramiento de los muslos en posición baja de asalto al frente; su objetivo principal es
relajar el músculo de la fascia lata y el ligamento ileofemoral, así como los flexores de la cadera.
Ejercicio 7: Agacharse con apoyo completo del talón en el suelo: facilita restaurar la flexión
lumbosacra y desarrollar activamente los músculos glúteos y los cuádriceps.

Intervención

Se realiza el empuje de la columna lumbar hacia abajo durante 5 segundos y reposo de 5 segundos
volviendo a la posición de partida. Se realizan 5 repeticiones (1 serie) con un total de 2 series La
frecuencia es de 3 ó 4 veces por semana, con una progresión de 1 serie a las 2 semanas hasta un
máximo de 3 series, siendo la duración de 6 semanas Se insiste en el estiramiento de los músculos
lumbro-sacros y en fortalecimiento de los músculos abdominales para evitar el desplazamiento
anterior de la columna lumbar (es decir, hiperlordosis) y lograr con esto evitar la desestabilización
de la región lumbro-sacra.

También podría gustarte