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Retracción de la musculatura isquiosural

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La retracción de la musculatura isquiosural o lo que comúnmente sen conoce como “síndrome de acortamiento de


isquiotibiales” es una lesión caracterizada por una disminución importante de la elasticidad de la musculatura posterior
del cuadriceps, con la consecuente limitación de la ADM (amplitud del movimiento).

Isquiotibiales

 Antes de entrar de lleno en el tema en cuestión, vamos a repasar la anatomía de este grupo muscular. Los isquiotibiales
se componen de 3 músculos: semimembranoso, semitendinoso y biceps femoral (porción larga y porción corta).

A continuación vamos a repasar el origen e inserción de cada músculo con las funciones anatómicas específicas de cada
uno:

Semimembranoso: 

Origen: isquion. Inserción: cara posterior e interna de la tibia.

Su función: flexión y rotación interna de la articulación de la rodilla, así como extensión y además ayuda a la rotación
interna de la articulación de la cadera.

Semitendinoso:

Origen: En el isquión (por medio de un tendón común con la porción larga del bíceps femoral) Inserción: En la superficie
interna del cuerpo de la tibia.

Función: su tensión produce la flexión y la rotación de la rodilla. Además extiende y ayuda a la rotación interna de la
cadera. Extiende el muslo sobre la cadera.

Bíceps femoral: Porción larga

Origen: Junto al músculo semitendinoso de la parte inferior-media del área superior de la tuberosidad


isquiática. Inserción: cabeza del peroné por una parte y en la tuberosidad o meseta tibial por la otra.
Función: Flexión rodilla y extensión cadera.

Bíceps femoral: Porción corta

Origen: tercio inferior del intersticio de la línea áspera del Fémur. Inserción: cabeza del peroné por una parte y en la
tuberosidad o meseta tibial por la otra.

Función: Rotación externa de rodilla y cadera.

Tras este breve repaso, donde hemos diferenciado los 3 músculos del grupo isquiotibial vamos a pasar a hablar de la
patología o lesión en cuestión.

Los isquiotibiales están relacionados con el control postural y el mantenimiento de la postura, por ejemplo al inclinarnos
hacia adelante, éstos se tensan para evitar que nos caigamos. El acortamiento común de esta patología generará
descompensaciones y problemas en la cadena muscular, afectando desde espalda, rodilla llegando incluso a lesiones
severas.

Las lesiones más serias a la que nos podemos enfrentar debido a esta rigidez y falta de flexibilidad es:

– A nivel de rodilla: tendinitis rotuliana

– A nivel de espalda: zona lumbar-sacroilíaca y en la parte baja-media de zona dorsal, llegando incluso a incapacidad
motora.

Curvaturas anatómicas

Centrándonos a nivel de espalda cabe destacar que si la patología no se corrige y persiste, las curvaturas anatómicas se
pueden ver alteradas, aumentando la curvatura dorsal (cifosis torácica), variaciones en zona lumbar y sacra, alterando
los discos intervertebrales (protusiones, hernias discales lumbares…)

 Hay una serie de factores que hará que aparezca o se agrave esta patología; por ejemplo: estar sentado durante mucho
tiempo, bajo nivel de actividad física, disminución de movimiento articular, alteraciones posturales…  Para prevenir este
síndrome o su agravamiento debemos tener en cuenta una serie de recomendaciones, entre las que se encuentran:

– No estirar la pierna en un rango de amplitud que nos sea molesto.

– Estirar muy suave y realizando varias series del mismo estiramiento para ir calentando las fibras musculares.

Pilates

– Practicar deportes como yoga o pilates como complemento a nuestra práctica deportiva, de este modo nos
“obligaremos” a estirar las cadenas musculares.
Cuida los Isquiotibiales si tienes dolor lumbar.

Los isquiotibiales son una serie de músculos que están en la región posterior del muslo. Estos músculos van desde la
pelvis hasta la parte más alta de la pierna (por detrás de la rodilla). Su función principal es flexionar la rodilla.

Los isquiotibiales son en realidad tres pequeños grupos de músculos diferentes, el semitendinoso, semimembranoso y el
bíceps femoral. Juntos, trabajan para llevar a cabo dos acciones principales – flexión de la rodilla (piensa levantar el
talón hacia el trasero,) y la extensión de la cadera (patear con la pierna hacia atrás.)

¿Por qué es tan importante para la columna lumbar?

Estos músculos están anclados a la pelvis y desde aquí tiran de la pierna para que se flexione la rodilla.  Al tener acción
sobre la pelvis también tiene acción sobre la columna ya que se continúa una con la otra. El  problema con este músculo
viene cuando es más corto de lo normal, este acortamiento o falta de elasticidad, a la que comúnmente llamamos
“retracción de isquios”.

Tener unos isquiotibiales acortados o retraídos puede provocarnos lesiones en la columna lumbar y es importante
trabajar su elasticidad. Esto debemos
hacerlo cuando estamos sanos como parte del ejercicio y más aún si cabe cuando padecemos de lesiones en la columna
lumbar. Los estiramientos de los isquiotibiales son sencillos de realizar y todos los hemos hecho en algún momento de la
vida, existen muchas formas de hacerlo.
Como valorar si existe un acortamiento de isquiotibiales

Para esto necesitaremos la ayuda de otra persona, tumbados boca arriba elevamos el muslo hasta que forme 90º con el
suelo. Después, sujetando el muslo en esta posición, estiramos la pierna (extensión de rodilla) y medimos hasta donde
llega.

Una vez que hemos medido el ángulo, lo normal es tener un ángulo de 70º-80º en la primera prueba y unos 15º en la
segunda. Si nuestro ángulo se aleja mucho de estos valores de normalidad y tenemos unos isquiotibiales claramente
acortados, sin duda tendrán un efecto nocivo sobre nuestra espalda.

Estiramiento de isquiotibiales

Un gesto típico para el estiramiento de los isquios es, estando de pie o tumbados, inclinarnos hacia adelante a tocarnos
los pies con las manos. Es lo que llamamos un estiramiento simétrico porque estiramos ambos a la vez. Este gesto puede
ser perjudicial para la espalda. Cuando estiramos ambos isquiotibiales a la vez lo que estamos haciendo es estirar
también la zona lumbar. En alguien con aceptable elasticidad y una espalda sana puede no ser un problema pero no es la
forma ideal de hacerlo.

La manera correcta es realizar un estiramiento de isquiotibiales es asimétrico es la manera de no forzar la zona lumbar,
se basa en sujetar la pelvis para no tener que tirar de ella con la zona lumbar. Qué mejor manera de sujetar la pelvis que
dejando una pierna atrás mientras subimos la otra. Si nos fijamos en las fotos podemos ver cómo una pierna se eleva
recta y la otra se queda atrás. Cuando estamos estirando los isquios de esta forma, la pelvis no se ve arrastrada por los
isquiotibiales porque la otra pierna no le deja (al haberse quedado atrás). De esta forma no se transmite tensión a la
zona lumbar.

Hay muchas maneras de hacer un estiramiento asimétrico de los isquiotibiales y hay una forma ideal. Se puede realizar
el ejercicio de pie, donde está elevando una pierna sobre una superficie. Se puede realizar tumbado boca arriba y tirar
con los brazos de la pierna utilizando una toalla que va anclada al pie.

El método ideal para realizar este estiramiento consiste en tumbarnos boca arriba y pedir a otra persona que nos coja
del talón y realice el estiramiento por nosotros. En la foto podemos ver a lo que me refiero. Por un lado, estamos
realizando un estiramiento de los isquiotibiales aislado sin forzar otras zonas del cuerpo y, por otro lado, el esfuerzo lo
realiza nuestro compañero y podemos relajarnos mejor. Esta es la mejor forma sin duda pero necesitamos un voluntario
que nos ayude.

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