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CATEDRA PARA PAZ – DDHH Y DIH

Dra. Lais Mayerly Rey Quintero

John Jairo Meneses Galvis


Estudiante X semestre

Taller sobre Victimas

¿Puede una persona que un proceso anterior fue reconocida como victima participar en un nuevo
proceso de reparación como víctima, otra vez?

• El diccionario de la Real Académica de la Lengua nos ofrece 4 acepciones de la palabra


VÍCTIMA. Es una persona […] sacrificad[a] o destinad[a] al sacrificio; una persona que se
expone u ofrece a un grave riesgo en obsequio de otra; una persona que padece daño por
culpa ajena […]; y por último, una persona que muere por culpa ajena […].

• Ahora bien, si revisamos el derecho internacional público encontraremos que el concepto


de víctima ha evolucionado. Con normas que datan de 1600, se ha pasado por considerar
como víctima únicamente a los extranjeros que sufrían un daño por parte de un Estado,
hasta la aparición del Derecho internacional de los derechos humanos y de sus instrumentos
internacionales, según los cuales podemos resumir que víctima es:

Una persona, que ha sufrido un daño, que le ha sido impedido el disfrute de uno de sus
derechos, y que este derecho ha sido reconocido por un tratado internacional adoptado por
el Estado, el daño resulta de la acción u omisión del mismo Estado.

Posteriormente la jurisprudencia incluyó como víctima a algunos parientes, o personas a


cargo de quien sufrió físicamente el daño o la restricción de su derecho fundamental.

• LEY 1148 DE 2001 - ARTÍCULO 3o. VÍCTIMAS. Se consideran víctimas, para los efectos de
esta ley, aquellas personas que individual o colectivamente hayan sufrido un daño por
hechos ocurridos a partir del 1o de enero de 1985, como consecuencia de infracciones al
Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas
internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno.

PARÁGRAFO 1o. Cuando los miembros de la Fuerza Pública sean víctimas en los términos
del presente artículo, su reparación económica corresponderá por todo concepto a la que
tengan derecho de acuerdo con el régimen especial que les sea aplicable. De la misma
forma, tendrán derecho a las medidas de satisfacción y garantías de no repetición señaladas
en la presente ley.
En Colombia encontramos la definición de víctima en varias normativas, sin ir muy lejos podemos
mencionar la Ley 600 de 2000, Ley 906 de 2004 y Ley 975 de 2005 (sobre el concepto de víctima de
hechos punibles), la Ley 742 de 2002 (aprobó el estatuto de la Corte Penal Internacional) y en la Ley
1448 de 2011 (Ley de víctimas y restitución de tierras), la Corte por su parte se ha pronunciado sobre
el tema al analizar la constitucionalidad de las respectivas leyes.

En términos generales define como víctima a las personas que hayan sufrido un daño por hechos
ocurridos como consecuencia de infracciones al DIH o de violaciones graves de derechos humanos,
ocurridas con ocasión del conflicto armado interno. El respectivo artículo amplía el reconocimiento
como víctima a algunos familiares, a los menores de edad que sean desvinculados de los grupos
armados organizados. También extiende la protección a quien haya sufrido un daño al tratar de
auxiliar a otra persona. Y expresamente se excluye “como víctimas [a] quienes hayan sufrido un
daño en sus derechos como consecuencia de actos de delincuencia común”.

Frente a esto la Corte considera que “la limitación temporal no resulta desproporcionada respecto
de los derechos de las víctimas”, basa la apreciación en el hecho que justo en las fechas
determinadas por la ley se “cobija el período histórico en el cual se produce el mayor número de
víctimas y se agravan las violaciones al derecho internacional humanitario y en las normas
internacionales de derechos humanos”. Al hacer alusión a las víctimas anteriores, que no resultan
cobijadas, afirma que existen para ellas “otro tipo de medidas de reparación, […], a saber: el derecho
a la verdad, medidas de reparación simbólica y a las garantías de no repetición previstas en la
presente ley […]”.

En resumen, hoy pueden acceder a los procedimientos establecidos por la Ley de víctimas para la
garantía de sus derechos, todas las víctimas de hechos victimizantes atribuibles a los actores
armados (guerrillas y fuerza pública); y las personas que fueron víctimas de desplazamiento forzado
por cualquier grupo armado, actor o no del conflicto armado interno. Se ha avanzado en la
protección de las víctimas, pero aún se requiere analizar si se les debe reconocer las mismas medidas
especiales a las víctimas de estos grupos que la corte llama “bandas criminales, [y/o] desmovilizados
de grupos armados”, para conductas punibles como homicidios, reclutamiento forzado, lesiones
personales, etc., que hoy no pueden ser inscritas en el Registro Único de Víctimas.

Teniendo claro quiénes son víctimas veremos si estas pueden volver a participar en otros procesos
de reparación; la Unidad Nacional de Victimas establece que La Reparación Integral es un deber del
Estado y es un derecho de las víctimas afectadas por las infracciones al Derecho Internacional
Humanitario y/o las violaciones graves y manifiestas a los Derechos Humanos, ocurridas con ocasión
del conflicto armado interno, que han sufrido daños severos en sus vidas, su integridad, su
patrimonio, sus proyectos de vida personales, familiares y profesionales.
Propende por reconocer el daño causado, contribuir a la reconstrucción del proyecto de vida,
devolver a la víctima su estatus y la garantía de sus derechos, dependiendo del sufrimiento
particular, de la visión del entorno y del sentido de justicia que cada una de ellas pueda tener, pero
mejorando su nivel de Goce Efectivo de Derechos -GED-.

La reparación integral comprende 5 medidas, cada una de estas medidas es implementada por las
entidades que conforman el Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas -
SNARIV. Sin embargo, no todas las víctimas acceden a todas las medidas de reparación, el acceso
depende del tipo de hecho, del daño sufrido y de la voluntad de las víctimas para acceder a las
mismas.

La misma Ley 1148 reza “ARTÍCULO 5o. PRINCIPIO DE BUENA FE. El Estado presumirá la buena fe de
las víctimas de que trata la presente ley. La víctima podrá acreditar el daño sufrido, por cualquier
medio legalmente aceptado. En consecuencia, bastará a la víctima probar de manera sumaria el
daño sufrido ante la autoridad administrativa, para que esta proceda a relevarla de la carga de la
prueba.
En los procesos en los que se resuelvan medidas de reparación administrativa, las autoridades
deberán acudir a reglas de prueba que faciliten a las víctimas la demostración del daño sufrido y
aplicarán siempre el principio de buena fe a favor de estas.
En los procesos judiciales de restitución de tierras, la carga de la prueba se regulará por lo dispuesto
en el artículo 78 de la presente Ley”.

ARTÍCULO 20. PRINCIPIO DE PROHIBICIÓN DE DOBLE REPARACIÓN Y DE COMPENSACIÓN. La


indemnización recibida por vía administrativa se descontará a la reparación que se defina por vía
judicial. Nadie podrá recibir doble reparación por el mismo concepto.

Así las cosas, podemos tener claro que las víctimas no podrán participar en diferentes procesos de
reparación cuando estos giren en torno del mismo hecho, pero si demuestran que su participación
es por circunstancias distintas a los hechos ya reparados podrán participar efectivamente en estos
y obtener su reparación integral.

Información obtenida:
• Pagina web Unidad Nacional de Victimas
• Ley 1148 de 2011
• Pagina web de la ONU

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