“INNOVACION”

Concepto clave para el desarrollo territorial

Por Gustavo Rodríguez

Para muchos, el hablar de innovación es algo inherente a tiempos modernos. Pero

si vamos a los hechos históricos, entendemos que la acción de innovar ha hecho

parte de diferentes hechos tanto en el ámbito organizacional como gubernamental.

Adicional a esto, este concepto no solo se ha sostenido, sino que además ha

evolucionado a través del tiempo dando evidencias de su progreso en el desarrollo

de las comunidades en general.

Como catedrático que habla de innovación en sus clases de administración he

podido socializar con mis alumnos sobre su impacto e importancia partiendo de un

concepto básico y llegando a la aplicabilidad en la realidad empresarial.

En una conversación con mi amigo Enrique Vargas, experto en planeación

territorial, se me ocurrió profundizar en el hecho de cómo impacta hoy la

innovación en el desarrollo de los territorios y si realmente existen acciones al

respecto a la hora de gobernar dichas regiones y su aporte al desarrollo de las

mismas.

Pero antes de hablar del tema es importante recordar el concepto de innovación

emitido por la OCDE a través del manual de Oslo, (2.005) donde se define como

la introducción de un producto (bien o servicio) o proceso nuevo con un alto grado

de mejora, o un método de comercialización u organización nuevo aplicado a las

prácticas de negocio, al lugar de trabajo o relaciones de trabajo. Según Medina y

Espinosa, (2010) La innovación es el instrumento específico del empresariado

innovador. Para ellos, la innovación consiste en la acción de dotar a los recursos

con una nueva capacidad de producir riqueza. La innovación crea un recurso.

Cualquier cambio en el potencial productor de riqueza ya existente, también es

innovación.

Si bien es cierto que las definiciones anteriores se enfocan en generar cambio a

nivel organizacional, en los últimos años la innovación ha venido haciendo parte

de los procesos implementados en las organizaciones gubernamentales

estableciendo un vínculo con los planes de desarrollo que implementan los

gobernantes para su período administrativo aunque no tan masivamente como se

pudiera creer debido a factores como la corrupción, el tradicionalismo político y la

falta de voluntad de los elegidos por el pueblo. Solo quienes han demostrado

intencionalidad innovadora implementan áreas de I+D inspiradas en la llamada

Teoría del Conocimiento desde donde parte el concepto de regiones

inteligentes todo ello ligado al conocimiento como protagonista de un verdadero

proceso de transformación a través del aprendizaje y crecimiento colectivo que

genere las estrategias adecuadas para el cumplimiento de los objetivos fijados en

el plan de desarrollo.

Junto al conocimiento, es importante que los territorios entiendan que para que

exista un verdadero cambio se debe sensibilizar a los equipos en el manejo

adecuado de los recursos, analizar y entender el entorno, así como los problemas
y las necesidades que deben resolverse estableciendo prioridades de acuerdo a

importancia y relevancia. La mentalidad se cambia con políticas claras y reglas de

juego coherentes con los principios y valores que se quieran difundir en el territorio

y desde este hacia el exterior. Con estos factores claros, los gerentes de gobierno

podrán construir estructuras organizacionales sólidas, sujetas a resultados que

permitan el buen uso de los recursos, la mejor actitud y trabajo en equipo a nivel

interno sin olvidar resultados en cuanto a calidad de vida de la población, servicios

de calidad, tecnología de punta, dinamismo en los procesos, sostenibilidad y

gobernabilidad entre otros factores que por lógica redundarán en una identidad

diferenciadora no solo en la región sino también la imagen del gobernante que

tenga esa mentalidad innovadora exteriorizando una buena gestión y excelentes

resultados.

Innovar significa “cambio”.