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Análisis Cartas a quien pretende enseñar

A continuación hemos desarrollado las diez cartas que aparecen en esta monografía, aportando
nuestra visión personal.
1º Carta: Enseñar- aprender. 
En esta carta nos habla de que los seres humanos vamos aprendiendo según nuestras experiencias
y las de otros. Los profesores, tienen la misión de guiar a los alumnos hacia la obtención de
conocimientos, desarrollo de habilidades o destrezas, u obtención de ciertas actitudes y valores.
Según, su preparación les acredita como personas que ya cuentan con las competencias para llevar
a cavo esta función. Se supone que ya saben lo que enseñan. Sin embargo, eso no significa que el
profesor lo sabe todo y que ya no hay nada que aprender. 
Los docentes día a día tienen la oportunidad de aprender no solo de los errores de nuestros alumnos
sino también de los propios. Ser profesor no implica saberse todo como una receta de cocina,
porque se trabaja con seres humanos los cuales no siempre piensan, actúan o responden de la
misma forma. Por esta razón, los maestros aprenden en cada una de las experiencias que tenemos. 
No siempre se es posible efectuar los mismos procesos, ni los mimos resultados. En cada
experiencia y contacto que tenemos en el proceso de enseñanza y aprendizaje son caminos distintos
que se recorren, pues no siempre los alumnos tendrán las mismas dudas que responder ni mucho
menos siempre tendrán las mismas respuestas que dar a determinada interrogante. Es por eso que
el “El educador aprende primero a enseñar, pero también aprende a enseñar al enseñar algo que es
reaprendido por estar siendo enseñado”.
Por lo anterior, el maestro tiene el reto de estar en constante estudio, porque obtener una
licenciatura no es suficiente para atender estos desafíos. Entendiendo el termino de estudiar como
“alcanzar la comprensión más exacta del objeto, es percibir sus relaciones con los otros objetos.
Implica que el estudioso, sujeto del estudio, se arriesgue, se aventure, sin lo cual no crea ni recrea”.
Una de las herramientas que le permitirán al profesor estudiar sus experiencias, es la lectura. La cual
entendemos no solo como la decodificación de signos, sino como un proceso donde existe una
comunicación entre el lector y el autor del texto. Leer, implica interpretar, analizar, reflexionar y
comprender cada una de las palabras (enunciados) que el autor escribió.
No obstante, los profesores pueden llegar a enfrentarse a diferentes dificultades de comprensión
lectora. Para superarlas existen algunos instrumentos fundamentales. Entre ellos están: los
diccionarios (entre ellos el etimológico, el filosófico, el de sinónimos y antónimos), manuales de
conjugación de los verbos, de los sustantivos y adjetivos, enciclopedias; o bien, la lectura
comparativa de texto de otro autor que trate el mismo tema y cuyo lenguaje sea menos complejo.

2º Carta “No permita que el miedo a la dificultad lo paralice”


En primer lugar  reflexiona sobre la importancia y el por qué los profesores deben tener una
constante preparación. Muchos logran reconocer esa necesidad, sin embargo, no hacen nada para
atenderla. Con frecuencia el obstáculo que se debe pasar es el temor o miedo que provoca la sola
idea de regresar al estudio. 

Se define al miedo como “sentimiento de inquietud frente a la idea de un peligro real o imaginario”. El
estudio es un proceso que se llega a considerar como complicado debido a que presentar muchos
obstáculos, ya que hay que realizar investigaciones, comprender y escribir textos, analizar
problemas, etc. Sin embargo, es el medio que les permite superar sus dificultades y en consecuencia
ser mejores en su labor. 

Es conveniente señalar, que al estudio lo tenemos que ver como una necesidad y no como una
carga porque de ser así es muy probable que lo abandonemos en cualquier momento. Tenemos que
estudiar por gusto, curiosidad, o por querer ser más competentes, no solo por obtener más puntos.
Si nos encontramos con dificultades de comprensión de textos es recomendable utilizar instrumentos
auxiliares como: diccionarios, enciclopedias,  internet, etc. Pero nunca cerrarnos a la idea de que no
comprendemos y que mejor por eso hacemos a un lado la lectura. Huir frente a esta primer dificultad,
es permitir que el miedo nos paralice.
Estas reflexiones no solo son dirigidas a los profesores para que ellos las apliquen en ellos, sino para
que también las lleven a sus aulas. Los  estudiantes también debemos de ver y sentir al estudio
como una necesidad. Debemos sentir gusto por ir a la escuela y no solo porque son obligados o
presionados por sus padres.
3º Carta “Vine a hacer el curso de magisterio porque no tuve otra posibilidad”
Aquí nos habla de que hoy en día es muy frecuente encontrarnos con personas que se dedican a la
docencia solo “porque no tuvieron otra posibilidad”.

Sin embargo, los profesores tratan con niños, adolescentes, adultos, es decir, tratan con seres
humanos, con los cuales no pueden estar experimentando haber como lo hacen. Ya que estos tienen
la gran responsabilidad de contribuir en su formación para que su vida tenga éxitos o fracasos. Es
por esta razón que los docentes deben de tener unos valores y actitudes bien definido. Deben
desempeñar su labor con gusto y realizar sus acciones con la seriedad que se merece.

4º Carta “De las cualidades indispensables para el mejor desempeño de las maestras y los maestros
progresistas”
Un profesor debe contar con cualidades fundamentales para poder tener un buen desempeño. Un
buen maestro no solo lo es por el hecho de haber obtenido un título o por que domina ciertas
estrategias de enseñanza y aprendizaje, o bien porque tiene dominio de contenidos temáticos. Un
buen maestro, tiene que ser humilde, amoroso, valiente, tolerante, con capacidad de decisión,
seguridad, sentido de justicia y con parsimonia verbal.
 Entendiendo a cada una de esas cualidades como 
-    Humildad. Entender que nadie lo sabe todo y que los docentes también son seres humanos que
podemos cometer errores o que tenemos debilidades. Aceptar las sugerencias tanto de compañeros
maestros, como de sus propios alumnos con fines de mejora.
-    Amorosidad. Tener amor a su trabajo y hacerlo con entrega y dedicación. 
-    Valentía. Tener el valor de hacer cosas que muchos no se atreven por temor al cambio o a las
críticas que hacen otros compañeros por prejuicios. No se refiere a que es malo tener miedo, sino al
no enfrentarlo.
-    Tolerancia. Virtud que nos enseña a convivir con lo que es diferente, a aprender con lo diferente,
a respetar lo diferente  dentro de un ambiente democrático y responsable.
-    Capacidad de decisión. Ser capaz de tomar decisiones pero sin caer en el autoritarismo. Que los
alumnos reflexionen sobre el por qué el profesor tomó una determinada decisión o bien que ellos
mismos lleguen a ella.
-    Seguridad. El maestro debe tener una claridad plena de lo que hace, para qué y el por qué
decidió hacerlo de tal forma. De los contrario, es conveniente darle a conocer a los alumnos que
problemas existen, con humildad. Nunca debe caer en cinismo o en la invención de cosas.
-    Paciencia e impaciencia. La paciencia en exceso nos puede llevar la espontaneidad, a la
inacción. Y por otra parte, la impaciencia, por si sola, nos puede llevar a actuar sin pensar. Debe
existir un equilibrio entre ambas.
-    Parsimonia verbal. Controlar nuestra habla. Identificar cuándo es necesario hablar y cuánto.
-    Alegría de vivir. Tener las ganas de superar los obstáculos y debilidades que se tienen. No
tenerle miedo al riesgo de hacer las acosas diferente con fin de mejora.

5º Carta. “Primer día de clase”


En esta quinta carta nos habla de que uno de los principales problemas a los que se han enfrentado
los docentes en sus primeras experiencias como profesor, es a la inseguridad y al miedo de no ser
capaz de conducir el trabajo. Como se mencionó anteriormente, el miedo es un sentimiento normal
que surge ante lo desconocido y que no se juzga al que lo tiene, sino al que no es capaz de
enfrentarlo.
Las sugerencias que nos da el autor, es que deben enfrentar tal sentimiento con sus estudiantes,
haciendo reflexión sobre el hecho de que también son seres humanos y que el ser maestro no
implica saberlo todo. Con ello, se irán ganando su confianza.
Otra de las sugerencias, es que los docentes hagan registros de sus clases con la intención de
analizar cada uno de los elementos, acciones, actitudes, que se presentan; no solo por obligación
sino con la intención de obtener aprendizajes que les permitan mejoras en su labor educativa. Para
ello, es fundamental que estén  atentos en el desarrollo de sus clases, y sean hábiles en la
observación. 

6ª Carta: "Relaciones entre la educadora y los educandos"


El tema de la sexta carta abarca las relaciones que se establecen entre profesores y alumnos, o lo
que es lo mismo, entre educador y educandos. 
Los conceptos que se exponen para explicar las relaciones que se establecen entre ambos sujetos
son: enseñanza, aprendizaje, aprendizaje, autoridad, la libertad, la lectura, las virtudes del profesor,
la identidad cultural y el respeto de los alumnos. Aspectos que todos confluyen para determinar unas
relaciones u otras.
En el capítulo se hace referencia al concepto de “discurso”, discurso que el profesor transmite a sus
alumnos como testimonio o como medio de comunicación, ese discurso ha de ser coherente y
permanente, capaz de producir respuestas inmediatas a quienes lo escuchan. Debe ser un discurso
abierto y democrático, abierto a nuevas ideas y opiniones, y sobretodo abierto a la participación.
La imagen del profesor ha de despertar la curiosidad de aquello a quien se dirige, a la vez que
transmitir firmeza, seguridad y orden, siempre intentando procurar un respeto mutuo entre ambos. La
actitud del profesor ha de estar guiada por el principio de la justicia y la libertad, y que estos
principios se trasladen a sus alumnos. Defendiendo a los más débiles y procurando siempre que
todas las actuaciones estén basadas en unos principios éticos.
Creo que esto valores son esenciales para la buena relación entre docentes y alumnos, pero como
se puede ver a través de diversos ejemplos que Freire expone en su sexta carta, muchas veces por
diferentes circunstancias es difícil que se lleven a cabo, por ejemplo en el caso de que el profesor no
tenga la suficiente confianza en sí mismo y no logre imponerse ate sus alumnos, haciendo que estos
no le muestren respeto. O por ejemplo que el educador influenciado por sus propias creencias actúe
influenciado y no deje cabida a la libertad de expresión de un alumno, o que intente transferirle sus
pensamientos al alumno y teniendo ese alumno unos pensamientos poco sólidos y definidos. Pero
además hay otras muchas cuestiones que ejercen influencia en la relación entre ambos sujetos
como son la cultura de procedencia o la realidad social en la que cada uno se ve inmerso. Son
factores que directa o indirectamente influyen en la relación. Aunque sé que esa objetividad con el
trato entre personas es muy difícil de conseguir, pero si es verdad que muchas veces guiados por los
valores que Freire menciona resulta mucho más sencillo.

7ª Carta: ”De hablando al educando a hablarle a él y con él; de oír al educando a ser oído por él”
El título de esta séptima carta viene a significar que hay momentos en la enseñanza en los que la
maestra, como autoridad al relacionarse con el educando, establece límites necesarios para que se
produzca libertad del educando, y necesaria para que esa libertad no se pierda en la permivisidad.
Dede la obra se entiende a la educación como un acto político y en este sentido se puede entender a
la educadora o al educador de dos formas, por un lado puede adoptar una posición autoritaria con
fuerte tradición mandona, con inequívoca inexperiencia democrática enraizada en nuestra historia
puede explicar nuestra ambigüedad frente a la libertad y la autoridad.
Nadie vive la democracia plenamente, ni la ayuda a crecer, primero, si es impedido en su derecho de
hablar, de tener voz, de hacer su discurso crítico; y en segundo lugar, si no se compromete de
alguna manera con la lucha por la defensa de ese derecho, que en el fondo también es el derecho
de actuar. El derecho a tener voz no puede ser un derecho limitado por nada ni por nadie. Y ese
derecho da lugar al uso de la escuela democrática e  el ejercicio de ese gusto democrático en una
escuela realmente abierta debería cercar al autoritario, racista, machista, en primer lugar en si mismo
como negación de la democracia, de las libertades y de los derechos de los diferentes, como
negación de un humanismo necesario.
    
8ª Carta: “Identidad cultura y educación”
El capítulo parte de la frase que a mi particularmente me parece bastante interesante y acertada: “no
somos lo que heredamos, ni únicamente lo que adquirimos, sino la realidad dinámica de lo que
heredamos y lo que adquirimos”. Idea principal de la que se extrae que estamos hecho para
aprender y de la importancia de la identidad de cada sujeto en el proceso educador, y que en
muchas ocasiones esa identidad se ve contradictoria, ya que somos la confluencia entre muchos
factores; factores sociales y culturales que se ven enfrentado a nuestros sentimientos y nuestras
percepciones. Por eso Freire dice que no somos todo innato o todo aprendido, y que muchas veces
esa herencia cultural aparece de forma muy marcada y nos predetermine una identidad. Por lo tanto
esa identidad cultural es el resultado de mucho factores, alguno, los que he mencionado, y que todos
ellos son fruto de las decisiones que vamos tomando a lo largo de nuestra vida.
No solo por el hecho de que estamos programados para aprender es cuestión imprescindible para
hacerlo, sino porque enseñan y conocer es cuestión necesaria para no caer en esa herencia cultural
de la que habla Freire. Es aquí donde entra en juego la libertad del individuo para caer o no en esa
herencia cultural, y debe de ser la escuela, quien democráticamente debe promover esos valores. 
Pero igualmente el reconocer la existencia de las herencias culturales implica adoptar una postura de
respeto hacia ellas como docentes. Y es una cuestión que los docentes deben de tener muy en
cuenta ya que existe la tendencia a afirmar que lo diferente a nosotros es inferior. 

9ª Carta: "Una vez más, la cuestión de la disciplina"


Los educandos deben construir en sí mismos con la colaboración de la educadora una situación de
disciplina sin la cual no se crea el trabajo intelectual.  
Es preciso ahuyentar la idea de que existen disciplinas diferentes y separadas. Lo que puede
suceder es que determinados objetivos exijan caminos disciplinarios diferentes. Sin embargo lo
principal es que si la disciplina exigida es saludable, lo es también la comprensión de esa disciplina,
si es democrática la forma de crearla y de vivirla, si son saludables los sujetos forjadores de la
disciplina indispensable, ella siempre implica la experiencia de los limites, el juego contradictorio
entre la libertad y la autoridad, y jamás puede prescindir de una sólida base ética. 
No hay disciplina si se produce una situación de  movilismo, pero tampoco hay libertad en el
inmovilismo de la libertad a la que la autoridad le impone su voluntad como criterios para la libertad.
Al contrario, sólo hay disciplina en el movimiento, pero nunca sin llegar a la situación de libertinaje.
Es por esto por lo que la autoridad, que produce una situación de inmovilismo, caiga en una situación
de autoritarismo. O que la libertad o movilismo produzca una situación de libertinaje, constituyendo
así una amenaza a la libertad. 
Y en el conocimiento debe de existir una libertad de escritura o lectura, que siempre debe estar
guiada por principios democráticos de respeto mutuo. Por eso los profesores no deben de adoptar
una situación responsable, y no cómoda e interesada que adoptan algunos docentes cuando dicen
que ellos tiene poco que hacer, cuando los que deciden en lo importante no son ellos, y son
personas poderosas que nunca actúan guiados bajo intereses y beneficios de todos.
Vivimos en una sociedad en la que es sumamente necesaria la disciplina, y casi todos los ámbitos de
la vida. Y esa disciplina obviamente nosotras creemos que debe de iniciarse en la escuela. Y para
ello es precio que el profesor enseñe y que lo alumnos aprendan, pero en este sentido no
únicamente conocimiento teórico.

10ªcarta: "Contexto concreto-contexto teórico y Últimas palabras: Saber y creer todo que ver"
Es preciso ahuyentar la idea de que existen disciplinas diferentes y separadas. Una intelectual y otra
del cuerpo, que tiene que ver con horarios y entrenamientos. Y otra disciplina ético-religiosas, etc. Lo
que puede suceder es que determinados objetivos exijan caminos disciplinarios diferentes.
Analizando el significado de la última de las cartas de Pulo Freire nosotras encontramos un posible
significado que viene a decir que el proceso de saber y el proceso de creer están interrelacionados,
porque no se puede acceder al conocimiento si previamente no se tiene unas creencias. 
Lo que en estas últimas palabras nos quieren trasmitir es que no debemos dejarnos llevar por las
creencias de la mayoría, y que las minorías sean influenciadas por los más poderosos. Ya que el
profesor debe de constituir  un instrumento contra la lucha social, que debe de impedir injusticias
como que los alumnos sean arrastrados por los ideales de la mayoría. Esto es necesario para el
desarrollo de una sociedad democrática, en la que es imprescindible que el alumno adopte una
posición crítica, y no una actitud pasiva o obediente; pero siempre desde el respeto, la escucha
mutua y la tolerancia. 
Pero como todo hay que buscar un equilibro entre ambas posiciones, sin llegar a ser autoritario ni ser
sumiso, siempre desde una posición responsable en la que prime el respeto mutuo. En la
transmisión de conocimientos es imprescindible la experiencia para que se produzca la comprensión.
Como conclusión a esta obra es necesaria la libertad de tanto docentes como aprendices, para el
uso democrático de la enseñanza.  Y para ello el docente debe de adoptar los valores de: la
humildad, la esperanza, la confianza y el amor.

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