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La empresa
La filial de España
Considerado “major market”, el mercado español era sin ninguna duda uno de
los principales mercados para la casa matriz a nivel mundial. Dentro de esta
categoría sólo se encuadraban además, los dos mercados originales: EEUU y
Reino Unido. El caso español era una excepción: por una parte por la
importancia de las ventas en el mismo, relacionada con factores culturales y
con una fuerte demanda básica por sus productos; por otra tenía la
particularidad de que ninguna de sus marcas era producida en territorio
nacional, con lo que en la práctica actuaba como una distribuidora en exclusiva.
Este proyecto fue considerado como prioritario para la dirección del grupo, por
la importancia del mercado español. Los problemas que esperaba solucionar la
central se basaban en la falta de conectividad de los comerciales directamente
con el grupo, así como el problema de la fuerza de ventas por el uso de
herramientas para realizar su reporting obsoletas, de alto coste de
mantenimiento, sin las funcionalidades requeridas para la nueva estrategia y
una pobre conectividad.
La estructura organizacional
Por otra parte los objetivos de los comerciales se modificaron, así como su
retribución, pasando a medirse no por unidades vendidas sino por rentabilidad,
manejando cada uno de ellos cuentas de resultados por cliente y por producto
o línea de productos según fuese el caso. Para soportar esto además de las
funcionalidades clave de Siebel, que se fueron implantado gradualmente, se
contó con aplicaciones más artesanales en soportes ofimáticos más comunes
como Excell. También se apoyó a los comerciales en su labor promocional con
la inclusión de videos y propaganda antes de que saliera al gran público en
medios masivos, permitiéndoles así enganchar a sus clientes con las primicias
en materia de comunicación.
El liderazgo
La sintonía y sincronía entre estos dos hombres fue una de las claves del éxito
del proyecto. En primer lugar ambos estaban de acuerdo en que el proyecto
debía dirigirse a las funcionalidades clave de los comerciales. En segundo,
consiguieron involucrar a todo el equipo comercial en el desarrollo y puesta en
marcha de la nueva herramienta. En tercero, los plazos se cumplieron, y la
labor de difusión (project champions) del proyecto fue rápida y directa.
A lo largo de todo el proyecto estos dos hombres viajaron por toda la península
para dar apoyo, explicaciones e involucrar al personal de las delegaciones
comerciales. Las presentaciones realizadas durante el proyecto evolucionaban
según el grado de avance, con el punto en común de estar abiertos a escuchar.
Por último, el departamento de sistemas fue uno de los que más facilidades
dieron a la hora de realizar entrevistas, permitiendo la visualización de los
sistemas en funcionamiento, hardware y aplicaciones. En este departamento
estaban orgullosos del proceso de implantación, de su resultado y de los pasos
que seguían dando en esos momentos. Varios de los miembros del equipo
tenían lo que podíamos considerar el perfil del „informático bilingüe‟ 1, personal
con un background tecnológico pero un importante barniz de conocimiento del
negocio, lo que facilitó su comprensión de los problemas de los comerciales
más allá de la tecnología.
1
Enrique Dans, “El informático bilingüe”, Publicado en Expansión el 25 de Julio de 2003,
disponible en www.ie.edu/enrique_dans
realizada por toda España, una persona en particular ejerció como servicio de
atención al cliente interno para resolver in situ casi a cualquier hora del día las
dudas y cuestiones que surgiesen a la fuerza de ventas. Un punto curioso es
que durante una comida informal con dos miembros del área de sistemas, fue
posible comprobar en directo esta encomiable labor de asesoría técnica, casi al
mismo nivel que cualquier call center, que supuso durante el proceso una
fuente de apoyo y confianza (reconocido por los propios comerciales) y facilitó
la difusión de la nueva innovación.
El proceso de implantación
La formación del equipo de proyecto fue otra de las claves. A dos niveles, dado
que era necesario contar con gente de todas las áreas porque todas las áreas
iban a resultar beneficiadas del mismo. En un estrato superior el director
general como líder del proyecto, los usuarios clave de las áreas comerciales, y
el director técnico que era el director del departamento de sistemas de
información. Por debajo de este equipo estratégico se encontraba el equipo
más operativo, con el plantel de consultores contratados para la adaptación y
parametrización de la solución, y el personal del departamento de sistemas que
hacía de enlace con el equipo estratégico.
Una vez claras las líneas generales, se inicia la comunicación interna a los
comerciales para involucrarles en el proyecto. Esta implicación del equipo
comercial es más que clave, ya que su oposición al uso de la nueva
herramienta, o su incapacidad para usarla, habrían hecho fracasar una
implantación millonaria. Esto se consigue en primer lugar hablando a los
comerciales en lenguaje que entienden, franco y directo, y valorando las
ventajas funcionales que el nuevo modelo aporta sobre el anterior, sobre todo
en lo relativo a facilidades para vender más y mejor, es decir, para que ganen
más con el cambio. Es de resaltar que el caldo de cultivo estaba ya preparado,
dado que existía una cierta incomodidad con la anterior tecnología en uso, por
lo que el nuevo sistemas a poco bien que hiciese sería bienvenido. Si a esto le
añadimos la participación de los comerciales de a pie en el diseño de
funcionalidades aportando propuestas continuamente, que veían convertirse en
realidad, tenemos la explicación del alto grado de motivación alcanzado.
Métricas
Hay dos puntos importantes aquí. El sistema métrico expresado así era una
herramienta fantástica para hablar con la dirección del grupo, pero también
para motivar a los vendedores en su uso. Por supuesto esto no hubiera
funcionado si las funcionalidades y la facilidad de uso del sistema
definitivamente implantado no apoyaran estos hechos (de nuevo relación con
otro factor clave). El segundo punto importante es que estas métricas están
completamente alineadas con los objetivos estratégicos de cambias la forma de
hacer negocios en la compañía, atacando directamente a los puntos clave
necesarios para transformar la firma, pero no intentando hacer el cambio de
golpe.
La duración inicial del proyecto era superior al año. Debido a la experiencia en
implantaciones del personal del área de sistemas, se dividió el proyecto en
varios subproyectos de manera que de cara a los clientes internos (comerciales
y personal del propio área de sistemas) no disminuyese la motivación ni se
perdiese de vista el objetivo final del mismo. Por ello las métricas relativas al
tiempo de duración del proyecto también son muy importantes. El proyecto
completo se repartió en varios subproyectos pero no se difundió toda esta
información a todo el mundo, es decir, los comerciales no eran conscientes de
que una segunda fase comprendía la integración con el ERP de la compañía,
para ellos la herramienta estaba disponible, podían hacer uso de ella y poco a
poco con el tiempo y en base a sus peticiones se iban ampliando las
funcionalidades.