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ORGANIZACIÓN DE
UN TALLER
Introducción
Antes de empezar a ordenar o hacer cualquier tipo de cambio en nuestro taller, ya sea profesional
o como aficionado, lo primero que tendremos que hacer es un inventario de todo lo que tenemos
disponible.
Para ello os recomendamos bien hacerlo en papel, o si controlas un poco la ofimática hacerlo en
una hoja de cálculo tipo Excel para tenerlo todo bien controlado.
En este inventario apuntaremos cada herramienta, cantidad, estado de las herramientas, tipo, etc.
intentando separar por categorías para facilitar la posterior clasificación.
La intención de esta tarea es tener todo el material controlado, y localizar duplicidades y excesos
que intentaremos minimizar al máximo para reducir costes innecesarios.
Limpieza
Tal y como nos enseñaron los Japoneses de Toyota haya por el los años ’60, con su
método de las 5 eses, una de las mas importantes es la limpieza en el lugar de
trabajo.
Aprovecharemos ahora que hemos terminado el inventario y tenemos el espacio de
trabajo despejado para identificar y eliminar las fuentes de suciedad, y en realizar las
acciones necesarias para que no vuelvan a aparecer.
Recordad que la suciedad no es solo cuestión de estética, sino que esta puede
provocar anomalías en el funcionamiento de la maquinaria y problemas de salud en
los empleados.
Además, un espacio de trabajo limpio y ordenado transmite buena imagen y
profesionalidad de cara a vuestros clientes.
Las áreas de trabajo han de estar limpias. Es buena señal si los espacios de
trabajo se limpian una vez acabada cada tarea. Permite un mantenimiento
continuo y una mejor organización del taller. En estas labores de limpieza se
debe prestar especial atención a aquellos residuos que pueden comprometer
el medio ambiente. Muchos de ellos están regulados legalmente.
El taller debe disponer de los contenedores apropiados para cada tipo
de desecho, con etiquetas o distintivos de colores para identificarlos.
Para la recogida de aceites, grasas lubricantes y combustibles utiliza
recipientes apropiados o tanques. Para deshacerse de estos residuos
existen gestores autorizados. Los más comunes en un taller son:
•Neumáticos.
•Aceites usados, lubricantes y combustible.
•Baterías y acumuladores.
•Pinturas.
•Restos de chapa.
Almacenamiento y clasificación
Otra de las premisas que ha de seguir la buena organización de taller es la
de tener correctamente almacenadas e identificadas las herramientas. Si se
adquiere la buena costumbre de dejarlas en su sitio cada vez que se usen, se
tendrá mucho ganado. Además, poner empeño en organizar bien las
herramientas permitirá saber si hay necesidad de adquirir nuevas o si incluso
existe duplicidad en algunos casos. Así también se ahorran costes.