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Transporte activo secundario

Los gradientes electroquímicos creados mediante transporte activo primario almacenan


energía, que puede liberarse a medida que los iones se mueven otra vez por sus
gradientes. El transporte activo secundario utiliza la energía almacenada en estos
gradientes para mover otras sustancias contra sus propios gradientes
Por ejemplo, supongamos que tenemos una alta concentración de iones de sodio en el
espacio extracelular (gracias al gran esfuerzo de la bomba sodio-potasio). Si alguna ruta,
como una proteína de canal o transportadora, está abierta, los iones de sodio se moverán
por su gradiente de concentración y regresarán al interior de la célula.
En el transporte activo secundario, el movimiento de los iones de sodio a favor de su
gradiente se acopla al transporte de otras sustancias en contra de su respectivo gradiente
mediante una proteína transportadora compartida (un cotransportador). Por ejemplo, en
la siguiente figura, una proteína transportadora permite que los iones de sodio se muevan
en el sentido de su gradiente, pero simultáneamente lleva una molécula de glucosa en
contra de su gradiente y hacia la célula. La proteína transportadora utiliza la energía del
gradiente de sodio para transportar moléculas de glucosa.

En el transporte activo secundario, las dos moléculas transportadas pueden moverse en


la misma dirección (es decir, hacia la célula) o en direcciones opuestas (es decir, una
hacia adentro y otra hacia fuera de la célula). Cuando se mueven en la misma dirección,
la proteína que las transporta se llama simportador; si se mueven en direcciones
opuestas, se llama antiportador.
Gradientes electroquímicos
Ya hemos visto los gradientes de concentración simples, en los que una sustancia se
encuentra en diferentes concentraciones en una zona o en lados opuestos de una
membrana. Sin embargo, debido a que los átomos y moléculas pueden formar iones y
tener cargas eléctricas positivas o negativas, también puede existir un gradiente eléctrico
o diferencia de cargas a través de una membrana plasmática. De hecho, las células vivas
normalmente tienen lo que se llama un potencial de membrana, una diferencia en el
potencial eléctrico (voltaje) a través de su membrana celular.
Siempre que hay una separación neta de cargas en el espacio existe una diferencia de
potencial eléctrico. En el caso de una célula, las cargas positivas y negativas están
separadas por la barrera de la membrana celular, con una mayor cantidad de cargas
negativas al interior de la célula que al exterior de la misma. El potencial de membrana de
una célula típica es de -40 a -80 milivoltios, donde el signo menos significa que el interior
de la célula es más negativo que el exterior. La célula debe mantener activamente este
potencial de membrana y veremos cómo se forma en la sección de la bomba sodio-
potasio (a continuación).

Como ejemplo de cómo el potencial de membrana puede afectar el movimiento de los


iones, echemos un vistazo a los iones sodio y potasio. En general, el interior de una célula
tiene una mayor concentración de potasio (K^+) y una menor concentración de sodio
(Na^+) que el líquido extracelular a su alrededor.

 Si los iones de sodio están afuera de una célula, tenderán a moverse hacia
adentro de ella, de acuerdo tanto con su gradiente de concentración (la
concentración de Na^+ es más baja dentro de la célula) como el voltaje a través de
la membrana (la carga más negativa está al interior de la membrana).
 Debido a que el K^+ es positivo, el voltaje a través de la membrana provocará su
movimiento hacia adentro de la célula, pero su gradiente de concentración tiende a
llevarlo hacia afuera de la misma (hacia la región de menor concentración). Las
concentraciones finales de potasio en los dos lados de la membrana serán un
balance entre estas dos fuerzas opuestas.
A la combinación entre el gradiente de concentración y el voltaje que afecta al movimiento
de un ion se le llama gradiente electroquímico.

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