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Seminario Conciliar de Tunja

Eclesiología
Guía de Trabajo N° 4: La Iglesia en el testimonio Bíblico

Clases del miércoles 12 de Agosto de 2020

I. IGLESIA, ¿QUIÉN ERES?

2. El Misterio de la Iglesia (en el designio de Dios)

San Pablo pensando en la unión inseparable y vital entre Cristo y la Iglesia, se refería a
ella como “Misterio grande” (Cfr. Ef 5,32). Recordando nuestras clases de
Sacramentología general, vimos que el término Mysterion en San Pablo designaba ante
todo “el proyecto salvífico que Dios tiene sobre la humanidad” y de consecuencia en su
connotación eclesiológica, quería expresar que a la Iglesia en cuanto Cristo lleva a
término en Ella y por ella el misterio salvífico del Padre sobre todos los hombres, se le
ha de entender como el instrumento subalternado a Cristo, por medio del cual pervive
en el tiempo y se lleva a su total cumplimiento el misterio como designio salvífico de Dios
Padre en Jesucristo.

Como tuvimos oportunidad de ver en la Introducción, esta misma comprensión de la


Iglesia como “Misterio” es uno de los aspectos más característicos y enriquecedores de
la época patrística. Con esta imagen los Santos Padres contemplaban a la Iglesia
inseparablemente unida al Plan divino de la salvación, al designio salvífico de Dios
Trinidad, de donde brota su existencia y donde encuentra su razón de ser. La Iglesia era
entendida como misterio, en cuanto participa en la economía de la salvación.

Por tanto, como indica el Catecismo, “para penetrar en el Misterio de la Iglesia, conviene
primeramente contemplar su origen dentro del designio de la Santísima Trinidad y su
realización progresiva” (CCE 758). Es cuanto trataremos a continuación.

2.1 Prefigurada, preparada, instituida, manifestada, consumada

Sucede con frecuencia que al formular la pregunta sobre el origen de la Iglesia, se piensa
de inmediato en un momento puntual: las palabras de Jesús a Pedro, la última cena,
Pentecostés, etc. Pero en realidad, atendiendo a la enseñanza de San Pablo y a la
profundización de los Padres de la Iglesia, necesitamos ensanchar la mirada para
contemplar el origen de la Iglesia dentro del designio salvífico de la Santísima Trinidad
en sus distintas etapas. Así lo expresa LG número 2:

El Padre Eterno determinó convocar a los creyentes en Cristo en la Santa Iglesia, que
fue ya prefigurada desde el origen del mundo, preparada admirablemente en la
historia del pueblo de Israel y en el Antiguo testamento, constituida en los últimos
tiempos, manifestada por la efusión del espíritu santo, y que se perfeccionará
gloriosamente al final de los siglos.

Estudiemos, cada una de estas 5 etapas, leyendo y tomando nota de los


numerales 760-769 del Catecismo.

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