Está en la página 1de 3

Monasterio de El Escorial

El Escorial, fue pensado en la segunda mitad del siglo XVI por el rey Felipe II en el año 1558 y
su arquitecto Juan Bautista de Toledo, aunque consecutivamente intervinieron Juan de Herrera,
Juan de Mijares, Gian Battista Castello El Bergamasco y Francisco de Mora. El rey concibió un
gran complejo multifuncional, monacal y palaciego que, plasmado por Juan Bautista de Toledo
según el paradigma de la Traza Universal, dio origen al estilo herreriano.
Se trata de un edificio derivado de fuentes italianas, pero de gran sobriedad y desornamentación,
lo que unido a su colosal tamaño y el color gris del granito de su fábrica, le confiere una
solemnidad aplastante.
Juan Bautista de Toledo inicia las obras en 1562. A él se deben la planta general del edificio, la
fachada meridional y el patio de los Evangelistas. Le sucedió como arquitecto general principal
el italiano Giovanni Battista Castello "el Bergamasco", que construyó la gran escalera a la
imperial del interior, la primera de este tipo en Europa.
Arquitectura
La arquitectura de El Escorial es rígida, simétrica y equilibrada. Toda la masa arquitectónica de
este edificio, tanto en planta como en alzado, se puede simplificar en tres figuras geométricas: el
cuadrado, el rectángulo y el círculo. El conjunto está inscrito dentro de un "quadro" de 207 por
161 metros de perímetro con cuatro torres en sus esquinas (la denominada "Traza Universal"),
el cual se podría dividir longitudinalmente en tres rectángulos, según tres ejes marcados por las
tres entradas de la fachada principal. En el eje central se sitúa el Patio de Reyes, el Templo y la
Casa del Rey; a la izquierda queda el colegio y el palacio; y a la derecha el convento y las
cocinas.
Exteriores
Flanqueando las cuatro fachadas del Real Monasterio se alzan cuatro torres de 55 metros de
altura cada una cubiertas con chapiteles coronados por bolas con veleta y cruz. Son la Torre de
la Botica o Enfermería, la Torre del Prior, la Torre de las Damas y la Torre Norte o del Cierzo.
Dentro ya del Patio de Reyes se alzan los dos campanarios gemelos, de 72 metros de altura, y el
magnífico cimborrio que alcanza los 92 metros de alto
Acceso
El acceso al edificio se realiza a través de la Lonja, gran espacio enlosado de granito que rodea
al Monasterio por los lados Norte y Oeste. Todo el recinto está acotado por un muro bajo que
delimita el espacio en el que se asienta la construcción, y rodeado por los lados Sur y Este por
unos bellos jardines.
Juan de Herrera, el estilo herreriano y el Monasterio de El Escorial
Juan de Herrera, auxiliado por Antonio de Villacastín dirigió la obra desde 1572 hasta el final
(1584), y le imprimió su sello característico. Los trabajos de ornamentación, sin embargo, no
terminaron hasta comienzos del siglo XVII.
Herrera, estudioso de las teorías del romano Vitrubio, es una de las grandes figuras de la
arquitectura española de todos los tiempos e influyó decisivamente en la arquitectura española
del último cuarto de siglo. Otras obras de Herrera, al margen del Escorial, serán la Lonja de
Sevilla y la catedral de Valladolid.
La arquitectura herreriana se basaba en el protagonismo de la pureza de la línea frente a los
elementos decorativos
No fue azarosa, por tanto, la inmensidad de los muros del edificio, casi desnudos y sólo
interrumpidos por hileras de ventanas. Los torreones de las esquinas añaden un sentido militar a
la construcción. Estas torres se rematan en chapiteles a cuatro aguas, con pizarra negra, que
repiten el contraste cromático con la piedra. La decoración arquitectónica se basa en columnas
jónicas y dóricas y frontones triangulares, además de pináculos con bolas.
El Convento: Ocupa la zona occidental del Monasterio. Esta organizada siguiendo un esquema
cruciforme, con cuatro brazos que enmarcan cuatro pequeños claustros, llamados Patios Chicos.
Daba paso a cuatro salas rectangulares: la cocina, el refectorio, la caja de necesarias y la ropería.
Claustro Principal: Ocupa la zona oriental del convento. Es una estructura de dos pisos con
arcos sobre pilares y medias columnas dóricas y jónicas, en correcta superposición de los
órdenes clásicos: su configuración parte de los patios romanos renacentistas. En el centro se
halla el célebre templete de los Evangelistas, última obra de Juan de Herrera para el monasterio:
el exterior es de granito mientras que el interior está chapado de ricas piedras duras y se
presenta como un tholos clásico. Está coronado por una cúpula también de granito. Posee
estructura centralizada con planta pseudoctogonal.
El Palacio: En el palacio se pueden distinguir dos zonas claramente diferenciadas, una en el
sector noreste, el palacio público, y otra, el palacio privado con los aposentos del Rey, alrededor
de la cabecera de la Basílica.
Colegio y Seminario: Situados en la zona norte, en un principio fueron ideados como área de
servicios, función que sólo permanecería en uno de sus cuatro patios. El seminario y el colegio
disponían de cocinas, refectorio, necesarias y dormitorios, añadiéndose las correspondientes
aulas para las lecciones y un pasadero utilizado como lugar de recreo.
La Biblioteca: Se halla en la parte central delantera. Es un enorme salón abovedado, decorado
por pinturas de Pellegrino Tibaldi. Adosadas a sus muros están las estanterías para los libros
realizadas en madera y compuestas de columnas dóricas con pedestales, entablamento con
triglifos y metopas, y bolas de remate.
Patio de los Reyes: Tras atravesar al portada principal es el elemento que precede a la basílica.
Está compuesto de tenues pilastras asimétricas y al final consta de una escalinata que da paso al
templo “sacralizando ” de este modo el pavimento elevado de la basílica.
La Basílica: Se trata de una estructura centralizada, célebre por su planísima bóveda vaída
central, y cuya planta repite a menor escala la zona principal. La zona de la basílica propiamente
dicha consta de un cuerpo centralizado, de planta cuadrada y ábsides planos, con cúpula central
y cuatro bóvedas de cañón, mientras que los espacios de las esquinas se cubren con vaídas.
Panteón de los Reyes: Consta de una cámara circular cubierta con media naranja y cuya
circunferencia se segmenta en ocho tramos. Originalmente era de granito, pero Felipe III la
ordenó revestir de mármoles y bronces.
Panteón de Infantes: Se construyó por iniciativa de Isabel II. El estilo del conjunto da lugar a
formas nuevas de pesadez verdaderamente sepulcral. La fría riqueza del material, su colorido y
el interés histórico forman su atractivo.

También podría gustarte