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CAPÍTULO 25

PTOSIS PALPEBRAL
CLASIFICACIÓN Y EXAMEN DE LA PTOSIS
Encarnación Mateos Sánchez, Gorka Martínez Grau, Ferrán Mascaró Zamora

CIRUGÍA DE LA PTOSIS PALPEBRAL


Gorka Martínez Grau, María Consuelo Prada Sánchez, Encarnación Mateos Sánchez, Antonio
Augusto V. Cruz, Patricia Mitiko S. Akaishi, Tirso Alonso

COMPLICACIONES DE LA CIRUGÍA DE LA PTOSIS PALPEBRAL


Gorka Martínez Grau, Ainhoa Martínez Grau, Paoloa Sauvageot

1. DEFINICION 2. Ptosis aponeuróticas

Se denomina ptosis palpebral a la posición anormal- 2.1. Involutiva o senil.


mente baja del párpado superior (PS). El margen del 2.2. Congénita.
párpado superior normal, en su zona central y con la 2.3. Hereditaria tardíamente adquirida
mirada en posición primaria, se sitúa 1-2 mm por de- 2.4. Síndrome de blefarocalasia.
bajo del limbo esclerocorneal. Cuando el párpado des- 2.5. En los estados gravídicos
ciende, la hendidura palpebral se estrecha, e incluso, el 2.6. En portadores de lentes de contacto rígi-
eje visual puede quedar ocluido parcial o totalmente. das.
2.7. En orbitopatía tiroidea
2.8. Ptosis en parálisis facial
2. CLASIFICACIÓN 2.9. En frotadores crónicos
2.10. En cavidades anoftálmicas
Clasificamos las ptosis según su etiología, en
miogénicas, aponeuróticas, neurogénicas, trau-
máticas y mecánicas; según el grado en leves, 3. Ptosis neurogénicas
moderadas y graves; según el momento de apari-
ción en congénitas y adquiridas: 3.1. Parálisis congénita o adquirida del III par
craneal.
CLASIFICACIÓN ETIOPATOGÉNICA 3.2. Regeneración aberrante del III par craneal.
3.3. Migraña oftalmopléjica.
1. Ptosis miogénicas 3.4. Ptosis de de Marcus-Gunn.
3.5. Síndrome de Horner congénito o adquirido.
1.1. Congénitas: 3.6. Síndrome de Duane.
1.1.1. Simple. 3.7. Síndrome de Guillain-Barré.
1.1.2. Asociada a debilidad del músculo 3.8. Esclerosis múltiple.
recto superior.
1.1.3. Síndrome de blefarofimosis.
1.1.4. Fibrosis de músculos extraoculares. 4. Ptosis mecánicas
1.2. Adquiridas:
1.2.1. Miastenia gravis. 4.1. Por peso excesivo del párpado:
1.2.2. Oftalmoplejia externa progresiva 4.1.1. Edemas e inflamaciones.
crónica. 4.1.2. Tumores.
1.2.3. Distrofia miotónica. 4.1.3. Luxación de glándula lagrimal.
1.2.4. Síndrome oculofaríngeo. 4.1.4. Dermatocalasia.
1.2.5. Distrofia muscular progresiva. 4.2. Cicatrices conjuntivales.

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CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

5. Ptosis traumáticas 3. Graves, si el descenso es mayor de 4 mm,


pudiendo llegar a ocluir la pupila y provocan-
5.1. Contusiones órbitopalpebrales. do tortícolis compensador.
5.2. Laceraciones y avulsiones palpebrales.
5.3. Fracturas orbitarias y cuerpos extraños.
5.4. Ptosis cicatriciales. CLASIFICACIÓN SEGÚN EL MOMENTO
5.5. Ptosis postquirúrgicas. DE APARICIÓN

1. Congénitas.
CLASIFICACIÓN SEGÚN EL GRADO 2. Adquiridas.

1. Leves, cuando el PS se sitúa 2 mm por deba- En la infancia la ptosis más frecuente es la con-
jo de su posición normal. génita simple y en los adultos mayores la aponeuró-
2. Moderadas, en las que el párpado descien- tica involutiva.
de 3-4 mm.

TABLA 1: CUADRO DIFERENCIAL DE LOS 2 TIPOS DE PTOSIS MÁS FRECUENTES EN LA CLÍNICA DIARIA
Ptosis congénita simple Ptosis involutiva
Edad Niños Adultos mayores
Patogenia Disgenesia del elevador Desinserción aponeurosis
Pliegue cutáneo Normal, débil o ausente Alto
Función del elevador Reducida Normal
Retraso palpebral en infraversión Sí No
Tratamiento Resección aponeurosis vs técnicas de su- Reinserción aponeurosis
plencia

3. PTOSIS MIOGÉNICAS Los estudios histológicos sugieren la ptosis mio-


génica congénita como una disgenesia más que
Se deben a un déficit en la función del músculo como una distrofia, es decir, una alteración del des-
elevador del párpado superior. Pueden ser congé- arrollo, y puede apreciarse durante la cirugía como
nitas o adquiridas. una reducción del espesor e infiltración grasa de la
aponeurosis del párpado ptósico. Con microscopia
electrónica se han descrito cambios mitocondriales
3.1. PTOSIS MIOGÉNICAS CONGÉNITAS semejantes a los que aparecen en otras enfermeda-
des mitocondriales sistémicas asociadas a ptosis,
3.1.1. Ptosis congénita simple por lo que esta estructura celular podría ser un fac-
tor clave en la ptosis miogénica congénita. Iljin et al
Producida por una disgenesia aislada idiopática hallan incluso una correlación entre el grado de
del músculo elevador del párpado superior (EPS), es ptosis y los hallazgos en microscopia electrónica:
la causa más frecuente de ptosis en la infancia. – En ptosis leves aparece una proliferación de fi-
Aunque la mayoría de los casos son esporádicos, bras de colágeno.
existe un componente hereditario aún no aclarado, – En ptosis moderadas se añade una distribu-
y se han descrito mutaciones en determinados loci ción anormal de miofibrillas y distorsión del sistema
de los cromosomas 1 y X, patrones autosómicos do- tubular y mitocondrial.
minantes con penetrancias variables, posibles genes – En ptosis graves se aprecia además una pérdi-
modificadores de la lateralidad e incluso asociacio- da de mitocondrias con una reducción del citoplas-
nes con malformaciones oculares y sistémicas. ma.

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25. PTOSIS PALPEBRAL

La sustitución de las fibras musculares estriadas En el 25% restante la ptosis es bilateral, a menu-
por tejido fibroadiposo limita tanto la contracción do asimétrica, dato importante a valorar en el mo-
como la relajación del EPS en la mirada hacia arriba mento del planteamiento quirúrgico (fig. 3). En ca-
y abajo. Así, este tipo de ptosis se caracteriza por sos de ptosis bilaterales graves el niño compensa la
una mala función del músculo, retraso del párpado deficiencia de su elevador con la contracción del
en la mirada inferior, y en ocasiones lagoftalmos. A músculo frontal y con la posición elevada del men-
menor desarrollo del músculo, mayor será la grave- tón (fig. 4). La cirugía en estos pacientes no debe
dad de la ptosis, llegando incluso a estar ausente el demorarse demasiado para evitar la aparición de
surco cutáneo del párpado superior. patología de la columna cervical.
La ptosis congénita simple se manifiesta desde el
nacimiento y permanece relativamente constante
durante toda la vida (fig. 1).

Figura 3. Ptosis congénita bilateral asimétrica. A: Mayor en


ojo derecho. B: Mayor en ojo izquierdo.
Figura 1. A. Ptosis palpebral miogénica congénita derecha. B.
Un año más tarde, la ptosis permanece igual.

Aproximadamente el 75% de las ptosis congéni-


tas son unilaterales y son ptosis puras (fig. 2). La
ambliopía aparece en un 20% de los pacientes,
pero sólo en una cuarta parte de ellos es atribuible
aisladamente a la ptosis. La mayoría son secunda-
rias a estrabismo, astigmatismo elevado o anisome-
tropía, más frecuentes en estos pacientes. Por ello,
en todos los casos debemos determinar la agudeza
visual y el error refractivo. Si existe riesgo de amblio-
pía por oclusión del eje visual la cirugía debe ser re-
alizada precozmente.
Figura 4. Ptosis miogénica congénita bilateral grave. Tortícolis
compensatoria, con mentón elevado.

3.1.2. Ptosis congénita asociada a debilidad


del músculo recto superior

La ptosis miogénica congénita asociada a un fe-


nómeno de Bell deficiente o estrabismo vertical
puede indicar una disgenesia concomitante del
músculo recto superior. Ambos músculos tienen
un origen embriológico común, pero sólo se pre-
senta una disgenesia combinada en un 5% de los
casos (fig. 5).
Figura 2. Ptosis miogénica unilateral en los cuatro pacientes.

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CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

Figura 6-2. Evolución de la misma paciente en los primeros


Figura 5. A: Ptosis izquierda moderada. B: En la supraducción años de su vida. A: Ptosis grave y mentón elevado. B: Hiperfun-
el ojo no sobrepasa la línea media. ción del frontal. C: Párpados pequeños. D: Mala función del
elevador.
Debemos hacer un diagnóstico diferencial con
las falsas ptosis por hipotropia, en los que la posi- La histología muestra fibrosis de los músculos EPS
ción del párpado se normaliza al fijar el ojo hipotró- y acusada escasez de fibras musculares estriadas.
pico. La cirugía se realizará en dos tiempos, actuan- Se hereda de forma autosómica dominante, con
do primero sobre el recto superior y más tarde sobre penetrancia variable, aunque hasta un 35% de los
la ptosis residual. casos son formas esporádicas. Existen dos tipos,
ambos debidos a anomalías en el gen FOXL2 (locus
3q22). El tipo 1 se asocia con infertilidad femenina,
3.1.3. Síndrome de blefarofimosis mientras que en el tipo 2 la fertilidad es normal. Se
ha propuesto otro locus presente en el cromosoma
Este síndrome combina ptosis bilateral congénita 7q. En este síndrome la inteligencia es normal.
grave, generalmente simétrica, con pobre o nula fun- El riesgo global de ambliopía en los pacientes con
ción del EPS, epicanto inverso, párpados superiores síndrome de blefarofimosis es del 56,4% aunque de-
pequeños, acortamiento de la hendidura palpebral pende del tipo de ptosis: grave bilateral (55,9%), mo-
horizontal y telecanto. El puente nasal y reborde orbi- derada bilateral (42,5%) o asimétrica (77,8%). Es por
tario también están poco desarrollados. Puede asociar ello que la ptosis en este tipo de pacientes debe co-
ectropión de la porción temporal de los párpados in- rregirse antes de los 3 años y nunca más allá de los 5.
feriores, por la falta de elasticidad y déficit cutáneo, y
desplazamiento lateral de los puntos lagrimales. Pre-
sentan también hipertricosis (figs. 6-1 y 6-2). 3.1.4. Síndrome de fibrosis congénita
de los músculos extraoculares

Es un grupo raro de trastornos congénitos idio-


páticos caracterizados por la sustitución del tejido
muscular contráctil normal por tejido fibroso. Con
frecuencia tienen carácter hereditario autosómico
dominante, el espectro de afectación puede abarcar
desde la alteración de un solo músculo hasta invo-
lucrar todos los músculos de ambos ojos, con fibro-
sis total o parcial del tejido afectado y grados varia-
bles de restricción.
La ptosis es a menudo bilateral, con función del
EPS prácticamente ausente y severidad variable en
Figura 6-1. Síndrome de blefarofimosis. Hipertricosis manifies- cuanto a la limitación en la motilidad ocular. El test
ta, gran epicantus inverso, telecanto, hipoplasia nasal y de re- de ducción forzada es positivo, debido a la presen-
bordes orbitarios. cia de músculos tensos y fibrosos (fig. 7).

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25. PTOSIS PALPEBRAL

mantener la mirada hacia arriba en forma prolonga-


da (fig. 8). En la mayoría de los pacientes, la MG
ocular se generaliza a la musculatura de las extremi-
dades, con carácter proximal y asimétrico, pudien-
do afectar también otros músculos craneales y pro-
ducir disfagia, disnea o disartria. Pueden presentar
crisis de exacerbación desencadenadas por proce-
sos intercurrentes, como infecciones o fiebre. La
motilidad ocular intrínseca, así como las funciones
sensitivas y autonómicas, se encuentran respetadas,
de manera que si están afectadas se deben buscar
Figura 7. Síndrome de fibrosis congénita.
otras causas.

3.2. PTOSIS MIOGÉNICAS ADQUIRIDAS

Son raras, siendo la más frecuente de ellas la


asociada a miastenia gravis. Otros tipos de ptosis
miogénicas adquiridas pueden encontrarse en el
contexto de distrofias musculares localizadas o sis-
témicas, como la oftalmoplegia externa progresiva
crónica, la distrofia muscular oculofaríngea o la dis-
trofia miotónica.

3.2.1. Ptosis de la miastenia gravis

La miastenia gravis (MG) es un trastorno au-


toinmune mediado por anticuerpos contra el re- Figura 8. A: Ptosis miasténica bilateral. B: Surcos palpebrales
ceptor nicotínico de acetilcolina a nivel de la pla- en posición correcta. C: Buena función del elevador. D: Descen-
ca motora. Esto provoca el bloqueo funcional de so de los párpados al intentar mantener la mirada hacia arriba.
E: En pocos segundos aumenta la ptosis. F: Recuperación lenta
los receptores y su lisis, asociado a una pérdida de
al mirar de frente.
los pliegues normales de la membrana postsináp-
tica. La dificultad en la transmisión del impulso
motor resulta en la debilidad muscular caracterís- La prueba diagnóstica clásica es el test de
tica de la MG. edrofonio (Tensilon®, Anticude®). Tras su adminis-
Dado que casi en la mitad de los casos los mús- tración intravenosa, este anticolinesterásico de
culos extraoculares, y en especial el EPS, son los pri- acción rápida y corta vida media revierte los sínto-
meros en afectarse, con frecuencia los pacientes mas de forma casi inmediata y transitoria. Esta
acuden al oftalmólogo refiriendo ptosis, diplopia o prueba debe realizarse bajo monitorización y con
ambas como forma de comienzo de la enfermedad. diponibilidad de atropina por el riesgo de crisis
Puede simular cualquier alteración de la motili- colinérgica.
dad ocular extrínseca, y debe incluirse en el diag- Otros tests incluyen las pruebas del frío y del re-
nóstico diferencial ante la presencia de una ptosis poso, estudios neurofisiológicos y serológicos. La
adquirida. Al principio suele ser unilateral, con afec- prueba del hielo tiene una alta sensibilidad (90%)
tación variable del párpado contralateral, y con un y especificidad, y es fácil de realizar en la consulta;
empeoramiento característico a lo largo del día, tras se aplica hielo sobre los párpados durante 2 minu-
haber mejorado con el reposo nocturno. No existe tos, produciendo una mejoría transitoria de la pto-
patrón predeterminado de afectación de la motili- sis (fig. 9).
dad ocular extrínseca, aunque algunos autores su-
gieren que se afecta primero la supraducción. Es tí-
pico el agravamiento de la ptosis en los intentos de

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CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

Figura 9. A. Ptosis bilateral grave. B. Mala función del m. elevador. C. Clara mejoría de la ptosis tras la aplicación de hielo durante
10 minutos.

Parece que el frío disminuye la actividad de la 3.2.2. Oftalmoplejia externa progresiva


acetilcolinesterasa y promueve la eficiencia de la crónica
transmisión neuromuscular. La demostración de an-
ticuerpos contra el receptor de acetilcolina es diag- La oftalmoplejia externa progresiva crónica es
nóstica, aunque su ausencia no excluye el diagnós- una miopatía de herencia mitocondrial (transmisión
tico. Son positivos en el 50% de las MG oculares materna) que afecta a la musculatura ocular extrín-
aisladas, frente al 85% en la MG generalizada. seca de ambos ojos produciendo ptosis y oftalmo-
Debe descartarse asimismo una posible asociación plejia progresivas. Su sello histopatológico es el co-
con otras patologías autoinmunes, en especial el hi- lor rojo oscuro de las fibras musculares («rojo
pertiroidismo. rasgado») en la tinción con tricrómico de Gomori,
El tratamiento de la miastenia gravis va dirigido que representa la acumulación de mitocondrias
a mejorar la transmisión neuromuscular mediante anormales en las miofibrillas.
inhibidores de la acetilcolinesterasa, como la piri- Afecta a ambos sexos por igual y comienza habi-
dostigmina, y disminuir la respuesta autoinmune tualmente a partir de la tercera década de la vida,
mediante esteroides, inmunosupresores, plasmafé- aunque puede verse antes (fig. 11). Es bilateral, y su
resis y/o timectomía. Aquellas ptosis que no respon- evolución es lentamente progresiva por lo que rara-
dan a estos tratamientos serán susceptibles de tra- mente refieren diplopia a pesar de la grave altera-
tamiento quirúrgico, y deberá realizarse resecando ción oculomotora. Las fibras musculares pupilares
más o menos la aponeurosis de acuerdo al grado de se encuentran respetadas, de ahí el nombre de of-
ptosis (fig. 10). talmoplejia externa.

Figura 11. OECP en paciente joven. A Ptosis derecha. B, C y


D, Alteraciones oculomotoras leves.
Figura 10. Ptosis palpebral bilateral en paciente con miastenia
gravis que no responde al tratamiento médico. A. En PPM el
párpado derecho cubre el eje visual, B. La supraversión se en- Debido a su origen mitocondrial, pueden afec-
cuentra totalmente limitada, C y D. Postoperatorio inmediato tarse otros tejidos con altas necesidades energéti-
tras cirugía de resección de la aponeurosis del m. elevador. cas, como el miocardio, músculo esquelético y siste-

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25. PTOSIS PALPEBRAL

ma nervioso central. El síndrome de Kearns-Say- El tratamiento en estos casos debe estar dirigido
re pertenece al grupo de las miopatías mitocondria- solamente a mantener libre el eje visual ya que el fe-
les y se caracteriza por oftalmoplejia externa pro- nómeno de Bell es muy pobre o nulo y, los casos
gresiva, bloqueo cardíaco, retinopatía pigmentaria y avanzados, presentan una absoluta inmovilidad.
debilidad muscular periférica. La ptosis suele ser
muy acusada (fig. 12). 3.2.3. Distrofia miotónica
La distrofia miotónica se hereda de forma auto-
sómica dominante (cromosoma 19) y se caracteriza
por debilidad de los músculos esqueléticos faciales
y periféricos y por dificultad para la relajación mus-
cular tras una contracción mantenida. La afectación
ocular puede incluir ptosis, blefarospasmo, paresia
orbicular, oftalmoplejia externa simétrica, queratitis
seca por parpadeo infrecuente, pupilas mióticas
poco reactivas, cataratas «en árbol de Navidad» y
degeneración pigmentaria macular y periférica. La
debilidad es de predominio distal y empeora con el
frío y la fatiga, y se asocia a anomalías sistémicas tí-
picas, como atrofia testicular, calvicie frontal, retra-
so mental y resistencia a la insulina. Su diagnóstico
Figura 12. Síndrome de Kearns-Sayre. es electromiográfico (figs. 13 y 14).

Figura 13. Distrofia miotónica en pacien-


te joven. A. Situación en la que llegó a la
consulta. B. Pobre función elevadora, C.
Fotografía de la niñez aportada por la fa-
milia, D, E y F. Postoperatorio inmediato;
G, H, I. Postoperatorio tardío.

Figura 14. A. Ptosis bilateral en paciente


adulta con enfermedad de Steinert, calvi-
cie frontal. B. Minutos después de la co-
rrección quirúrgica de la ptosis con blefa-
roplastia.

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CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

3.2.4. Distrofia muscular oculofaríngea

La distrofia muscular oculofaríngea es un tras-


torno familiar de herencia autosómica dominan-
te, producido por mutaciones en el gen codifican-
te de la proteína PAB2, y caracterizado por Figura 15. A. Ptosis aponeurótica bilateral involutiva, mayor
debilidad y atrofia de la musculatura faríngea y en lado derecho, con dermatocalasia asociada. B. Estado pos-
ocular. La disfagia, que empieza alrededor de la toperatorio.
quinta década de la vida, suele preceder varios
años a la aparición de la ptosis, bilateral y progre- En posición primaria de mirada se aprecia la pér-
siva. El fenómeno de Bell generalmente está res- dida del surco palpebral, porque la aponeurosis se
petado y la función del elevador es un poco me- encuentra desplazada hacia la órbita. El párpado se
jor que en la oftalmoplejia externa progresiva vuelve más delgado y más largo en sentido vertical.
crónica por lo que muchas veces podemos conse- El contorno de la órbita se muestra muy marcado
guir buenos resultados haciendo resecciones del por la atrofia grasa existente y aparece el llamado
EPS, aunque en casos graves serán necesarias téc- «surco cadavérico» característico de estos pacientes
nicas de suplencia. (fig. 16).

4. PTOSIS APONEURÓTICAS

Se producen por desinserción, dehiscencia o


adelgazamiento de la aponeurosis del elevador en
su contacto con la placa tarsal. La ptosis aponeu-
rótica es la causa más frecuente de ptosis adquiri-
da. En estos casos, a diferencia de la ptosis miogé-
nica, el músculo elevador tiene un recorrido
normal. Suelen ser ptosis llamativas, con buena
función del elevador y en la mirada hacia abajo el
párpado ptósico desciende más que el párpado
Figura 16. A. Ptosis bilateral grave, surco palpebral muy alto,
sano. En las ptosis congénitas ocurre lo contrario,
dermatocalasia. B. Los párpados descienden demasiado en la
el párpado ptósico queda rezagado por dificultad infraversión, C. Al estar la aponeurosis muy desinsertado no
en la relajación. puede elevar bien los párpados, a pesar de ser buena la función
del m. elevador. D. Aspecto postquirúrgico después de la ciru-
gía de reinserción de la aponeurosis.
4.1. PTOSIS INVOLUTIVA O APONEURÓTICA
SENIL La desinserción se ve también favorecida por el
enoftalmos secundario a la atrofia grasa orbitaria,
La ptosis involutiva o aponeurótica aparece en que es frecuente en personas de edad avanzada, en
personas de edad avanzada, normalmente por en- que el párpado pierde el soporte normal del globo.
cima de los 60 años. Parece que existe una cierta Otro factor a tener en cuenta es el peso que sobre
predisposición familiar, pero la desinserción con fre- el párpado provoca el exceso de piel en la dermato-
cuencia se ve favorecida por cirugías previas sobre calasia. Los esfuerzos mantenidos de los párpados,
el globo ocular, inflamaciones crónicas, o traumatis- para contrarrestar el peso de tanta piel redundante,
mos directos sobre el párpado. Son ptosis bilatera- desencadenan el estiramiento y desinserción de las
les, moderadas o graves, con buena función del ele- fibras de la aponeurosis.
vador. (fig. 15). Conforme la ptosis se hace mayor aumenta el
adelgazamiento palpebral, llegando en algunos ca-
sos a transparentarse la córnea cuando el paciente
cierra los ojos. Puede llegar a ocluir el eje visual y, en
ocasiones, se objetiva una aparente mala función

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25. PTOSIS PALPEBRAL

del elevador por estar la aponeurosis tremenda- ptosis del PS aparece cuando por efecto del alarga-
mente desplazada hacia la órbita. miento mantenido el músculo de Müller pierde no
En edades muy avanzadas puede desinsertarse la sólo su acción elevadora del PS mediada por la vía
aponeurosis espontáneamente por atrofia de los di- simpática, sino también su actividad como huso
ferentes planos palpebrales. Cuando la ptosis senil muscular del EPS.
es espontánea generalmente se acompaña de otros
signos palpebrales: Entropión o ectropión senil infe-
rior por desinserción de retractores, exceso cutá- 4.2. PTOSIS APONEURÓTICA CONGÉNITA
neo, hernia grasa, relajación del canto externo bajo
la forma de un canto redondeado desplazado hacia La ptosis aponeurótica congénita es más fre-
el globo ocular, por distensión del ligamento lateral cuente de lo que realmente pueda parecer y se dis-
externo y atrofia de las fibras del orbicular (fig. 17). tingue de la ptosis congénita simple en que la fun-
ción del músculo elevador del párpado superior es
mejor, y en que no existe retraso del párpado supe-
rior en la mirada hacia abajo. Además, estos niños
tienen pliegue palpebral marcado aunque más alto
que lo normal. Se detecta muy frecuentemente esta
desinserción congénita en niños; ya se sospecha clí-
nicamente en la consulta y más tarde se comprue-
ba en el momento de la cirugía.
Con frecuencia se encuentra más de un miem-
bro de la misma familia presentando el mismo tipo
de ptosis (fig. 18).

Figura 17. A: Ptosis aponeurótica bilateral, con entropión del


Figura 18. A. Ptosis aponeurótica congénita en un niño. B
párpado inferior del OD. B: Tras cirugía de reinserción de la
Ptosis similar congénita en su padre.
aponeurosis del elevador en ambos ojos y de los retractores del
párpado inferior del ojo derecho.

4.3. PTOSIS HEREDITARIA TARDIAMENTE


En los últimos años se ha evidenciado la impor- ADQUIRIDA
tancia del músculo de Müller en la posición del EPS.
Hay datos que confirman que se puede mantener Los pacientes afectos de ptosis hereditaria tardí-
una apertura palpebral normal a pesar de existir amente adquirida muestran las mismas característi-
una desinserción casi completa de la aponeurosis cas que los afectos de ptosis involutiva, pero son ca-
del EPS siempre que el músculo de Múller este in- sos que se presentan en pacientes más jóvenes,
tacto y funcione correctamente; pero con el tiempo alrededor de los 40 años, y en varios miembros de
la desinserción del EPS causa un debilitamiento del la misma familia.
Müller y aparece la ptosis. Existe teóricamente un
mecanismo tónico involuntario de contracción del
EPS que mantiene la apertura del PS. Según esta 4.4. SÍNDROME DE BLEFAROCALASIA
teoría el músculo de Müller actuaría como un huso
muscular del EPS, el estiramiento del Müller al des- El Síndrome de Blefarocalasia es una alteración
cender el PS activaría la contracción del EPS mante- infrecuente de causa mal conocida, que se caracte-
niendo la apertura. Así, en los primeros estadios de riza por episodios recurrentes de edema palpebral
la desinserción de la aponeurosis la apertura palpe- muy llamativos y de corta duración (fig. 19). Suele
bral se mantiene mientras está intacto el Müller. La comenzar en la pubertad y, con el tiempo, los epi-

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CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

sodios disminuyen en frecuencia, pero dejan una junto con blefarofimosis (fig. 20). Son ptosis muy
atrofia e hiperlaxitud de estructuras palpebrales: llamativas y de mal pronóstico
piel fina y con telangiectasias, ptosis aponeurótica Son de etiología desconocida, pero el hecho de que
por adelgazamiento y dehiscencia de la aponeuro- aparezcan alrededor de la pubertad y su asociación fre-
sis del elevador del párpado superior y prolapso de cuente con bocio apuntan a un origen endocrino.
glándulas lagrimales. Se produce también desinser- No se debe confundir este trastorno con la der-
ción o dehiscencia de los tendones cantales y de los matocalasia, en la que solamente encontramos piel
retractores de los párpados inferiores, lo que da lu- redundante por pérdida de elasticidad, volviéndose
gar a la aparición de ptosis muy llamativas y graves, delgada y sin tono.

Figura 19. A, B, y C. Síndrome de blefarocalasia en paciente con edema palpebral recurrente bilateral desde la infancia. D, E y F. Atro-
fia de piel, desinserción de cantos laterales y ptosis.

4.5. PTOSIS PALPEBRALES EN RELACIÓN


CON EL EMBARAZO

Se han descrito ptosis palpebrales en relación


con el embarazo, la mayoría unilaterales o bilatera-
les asimétricas y se atribuyen a una desinserción
aponeurótica, probablemente relacionada con la re-
tención de líquido intersticial durante la gestación
por los cambios hormonales (niveles altos de pro-
gesterona) y los esfuerzos del parto; unido a una
debilidad preexistente.

Figura 20. Síndrome de blefarocalasia muy grave. Refiere ha- 4.6. PTOSIS EN RELACIÓN CON EL USO
ber sido intervenido con suspensión al m. frontal en otro país.
A. Piel delgada y telangiectásica, desinserción de tendones
DE LENTES DE CONTACTO
cantales, B. Extremada contracción frontal para mantener la
apertura, Entropión de párpado inferior derecho, C y D. Vista El porte durante mucho tiempo de lentes de
lateral. contacto rígidas se ha relacionado también con el
desarrollo de ptosis. Las manipulaciones y traccio-
nes palpebrales durante la colocación y retirada de

196
25. PTOSIS PALPEBRAL

las lentes y el aumento de la fricción del PS con la 5. PTOSIS NEUROGÉNICAS


superficie del globo darían lugar a desinserción y es-
tiramiento de la aponeurosis. El grado de ptosis en Se producen por una alteración en la inervación
este grupo de pacientes se relaciona con la dura- normal del elevador del párpado superior. Las pto-
ción del uso de las lentes de contacto y se presenta sis neurogénicas congénitas son debidas a defectos
en pacientes relativamente jóvenes. inervacionales en el desarrollo embrionario, mien-
tras que las ptosis neurogénicas adquiridas se de-
ben a una interrupción de la inervación previamen-
4.7. PTOSIS EN ORBITOPATÍA TIROIDEA te bien desarrollada.

En pacientes con orbitopatía tiroidea en que


existe una inflamación palpebral importante y man- 5.1. PTOSIS POR PARÁLISIS CONGÉNITA
tenida, puede aparecer también una ptosis cuyo Y ADQUIRIDA DEL III PAR CRANEAL
mecanismo patogénico es una desinserción de la
aponeurosis (fig. 21). La parálisis congénita del III par craneal es la
principal causa de parálisis del III par craneal en ni-
ños. Su causa es desconocida, pero se atribuye a un
defecto en el desarrollo del núcleo o de las fibras
motoras del III par craneal que inervan el elevador
del párpado superior y los músculos extraoculares.
Suele ser un trastorno aislado; no obstante, se han
descrito alteraciones neurológicas asociadas como
sincinesias oculomotoras, hemiplejia, crisis comicia-
les y retraso del desarrollo.
No suele haber afectación pupilar y el grado de
ptosis y de afectación de la motilidad ocular extrín-
seca es variable (fig. 22).

Figura 21. Ptosis aponeurótica izquierda en paciente con of-


talmopatía tiroidea y vitíligo.

4.8. PTOSIS EN FROTADORES CRÓNICOS


DE LOS PÁRPADOS

Los frotadores crónicos de los párpados también


sufren con frecuencia ptosis aponeuróticas. Se fro-
tan en cualquier momento del día y por causas di-
versas, sobre todo cuando padecen conjuntivitis Figura 22. Ptosis derecha por parálisis congénita del III par.
alérgicas, dermatitis atópicas y ojo seco.
La parálisis adquirida del III par craneal suele
tener un comienzo brusco, puede ser total o parcial
4.9. PTOSIS EN CAVIDADES ANOFTÁLMICAS y puede tener afectación pupilar (fig. 23).

Las cavidades anoftálmicas presentan con fre-


cuencia ptosis por disminución del volumen, pérdi-
da de soporte del párpado y manipulaciones para la
extracción y colocación de la prótesis. Además en
estos casos se suma el proceso inflamatorio que
acompañó a la causa que ha dado lugar a la pérdi-
da del globo ocular.

197
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

ropatías isquémicas, ya que implica una lesión de la


mielina y del perineuro. La ptosis producida por una
regeneración aberrante del III par craneal se deno-
mina sincinética, pues fibras que originariamente
inervaban un músculo extraocular se dirigen al ele-
vador del párpado superior produciendo una sinci-
nesia.
Se produce una elevación del párpado superior,
anteriormente paralizado, cuando el paciente mira
hacia abajo (fig. 24).
El nervio oculomotor es el par craneal más fre-
cuentemente afectado en la migraña oftalmo-
Figura 23. Parálisis adquirida del III par en paciente hiperten-
pléjica, pudiéndose producir diplopía, ptosis y mi-
so y diabético mal controlado. driasis.
Ante dicho cuadro es obligado establecer el
La causa más frecuente es la mononeuropatía is- diagnóstico diferencial con un aneurisma de arteria
quémica, que se produce con mayor frecuencia en comunicante posterior.
pacientes mayores con factores de riesgo vascular
(HTA, DM) y, típicamente, no se produce afectación
pupilar. 5.3. PTOSIS EN SÍNDROME DE MARCUS-GUNN
Otras posibles causas de parálisis adquirida del III
par craneal son lesiones mesencefálicas (tumores, La ptosis en el Síndrome de Marcus-Gunn se
infartos, lesiones desmielinizantes, meningitis), debe a una conexión anormal entre ramas del V
traumatismos craneocefálicos, lesiones compresivas par craneal (frecuentemente ramas pterigoideas) y
(entre ellas, aneurisma de comunicante posterior) y la división superior del nervio oculomotor común,
migraña oftalmopléjica. que inerva el complejo recto superior-elevador. Es
La trombosis del seno cavernoso o la fístula ca- una ptosis unilateral, y es el tipo mas frecuente de
rótido-cavernosa puede también provocar una afec- ptosis sincinética. El párpado ptósico se eleva o re-
tación del III par. trae cuando el paciente realiza movimientos de
Cualquier proceso tumoral, traumático ó infla- contracción del músculo pterigoideo lateral o ex-
matorio a nivel de la hendidura esfenoidal o en el terno, es decir, movimientos de ducción, de aper-
vértice orbitario puede provocar una afectación del tura de la boca, o movimientos de la mandíbula ha-
tercer par craneal. cia el lado opuesto (fig. 25). La retracción palpebral
se califica como menor si el párpado se eleva me-
nos de 2 mm respecto a su posición inicial en posi-
5.2. PTOSIS POR REGENERACIÓN ABERRANTE ción primaria de mirada (PPM), media si se eleva
DEL III PAR CRANEAL entre 2 y 6 mm, y mayor si la elevación es superior
a 6 mm. El 4-6% de las ptosis congénitas se acom-
La regeneración aberrante se produce en las le- pañan de fenómeno de Marcus-Gunn, la mayoría
siones nerviosas traumáticas y no en las mononeu- curiosamente del lado izquierdo. Los padres suelen

Figura 24. A. Regeneración aberrante tras parálisis traumática del III par craneal izdo con recuperación de la ptosis, B. Parálisis de la
elevación del globo, C. El párpado superior izquierdo se eleva en la mirada hacia abajo y a la derecha.

198
25. PTOSIS PALPEBRAL

notar la ptosis del párpado y el movimiento hacia Los casos adquiridos pueden deberse a lesiones
arriba y hacia abajo en relación con la succión, el a lo largo de todo el recorrido de la cadena oculo-
bostezo o la masticación. simpática. La afectación de la neurona de primer or-
den se produce a nivel del tronco del encéfalo y de
la médula espinal cervical o torácica, y suele asociar
otros síntomas neurológicos (fig. 27).
La lesión clásica de la neurona de segundo or-
den es el tumor de Pancoast. No obstante, también
se puede producir por tumores paraxiales como un
neuroblastoma en niños, una metástasis en el sis-
tema simpático cervicotorácico, o un traumatismo
en el cuello o en el pecho. Ante un síndrome de
Figura 25. Ptosis de Marcus-Gunn.
Horner adquirido en un niño pequeño hay que sos-
pechar siempre un neuroblastoma o un tumor me-
Se ha dicho que algunos pacientes pueden «su- diastínico que implique a la cadena simpática.
perar» esta anomalía al llegar a la edad adulta; más Las lesiones que afectan a los axones simpáticos
bien parece que aprenden a controlar los movi- de tercer orden, o postganglionares, se localizan en
mientos de la boca para minimizar el movimiento el cuello, la base del cráneo, el seno cavernoso o la
anormal del párpado. órbita.
Una anisocoria esencial asociada a una ptosis de
5.4. PTOSIS EN SÍNDROME DE HORNER otra causa puede simular un síndrome de Horner.
La exploración cuidadosa de las pupilas junto con
El síndrome de Horner, o parálisis oculosimpáti- pruebas farmacológicas y la observación de las ca-
ca, se caracteriza por la tríada clásica de ptosis, racterísticas de la ptosis serán esenciales para el
miosis y anhidrosis. En casos congénitos puede diagnóstico de este pseudosíndrome de Horner.
existir un rubor hemifacial (aspecto «en arlequín»)
por la ausencia de inervación vasomotora simpáti-
ca, y un iris hipopigmentado, por la influencia del
tono simpático en el desarrollo de sus melanocitos.
La ptosis es leve, de 1-2 mm, por la afectación ais-
lada del músculo de Müller, y el párpado inferior
puede elevarse hasta 1 mm, dando aspecto de
enoftalmos.
El síndrome de Horner congénito se considera
idiopático en la mayor parte de los casos, aunque
puede estar causado por lesión del plexo braquial
en el parto y, en raras ocasiones, por un neuroblas- Figura 26. Síndrome de Horner congénito izdo. Pupila en mio-
toma intrauterino (fig. 26). sis. Iris más claro.

Figura 27. A. Síndrome de Horner adquirido tras accidente con traumatismo en cuello, hombro y región frontal. B. La ptosis desapa-
rece a los 10 minutos de instilar colirio de apraclonidina, C. Curación espontánea un año después.

199
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

TABLA 2: PRUEBAS FARMACOLÓGICAS EN LA EVALUACIÓN DEL SÍNDROME DE HORNER


Test (ambos ojos) Acción farmacológica Utilidad
Cocaína 10% Inhibe recaptación NA en la unión neuromuscular. No Déficit simpático por lesión en cualquier
dilata si no hay tono simpático. Puede revertir la ptosis. punto de la vía.
Apraclonidina 0,5% Agonista α-adrenérgico. Dilata más la pupila de Hor- Indica hipersensibilidad por denervación.
ner y puede revertir ptosis.
Hidroxianfetamina 1% Fuerza la liberación de la NA en la unión neuromuscu- Indica si la lesión es preganglionar o pos-
lar. Provoca dilatación si la tercera neurona está intacta. tganglionar.
Fenilefrina Acción midriática directa. Puede revertir la ptosis. Indica si la pupila afectada tiene capaci-
dad de dilatar.
* NA = noradrenalina.

(variante de Miller-Fisher), que puede estar asociada


a ptosis por parálisis del III par craneal. Acompañan-
do a dicha oftalmoparesia son relativamente fre-
cuentes las alteraciones pupilares.

5.7. PTOSIS EN ESCLEROSIS MÚLTIPLE

Aunque muy raramente, una ptosis puede apa-


recer en el transcurso de una esclerosis múltiple.
Merece la pena recordar que el diagnóstico de es-
clerosis múltiple sigue siendo clínico a pesar de las
pruebas auxiliares (RMN y LCR) y se basa en la iden-
tificación de síntomas neurológicos del SNC disemi-
Figura 28. A. Ptosis y miosis izquierda. Abajo: Inversión de la nados en el tiempo y en el espacio.
anisocoria y elevación del párpado ptósico a los 30 minutos de
la instilación de colirio de apraclonidina 0,5%. Imágenes cedi-
das por el Dr. Mingo Botín.
6. PTOSIS MECÁNICAS

5.5. PTOSIS EN EL SÍNDROME DE DUANE 6.1. PTOSIS POR PESO EXCESIVO


DEL PÁRPADO
En el síndrome de Duane, las fibras del VI par cra-
neal son sustituidas por fibras provenientes del sub- La aparición de edema en los párpados provoca
núcleo del recto medio del III par craneal. La contrac- un aumento de peso o volumen, dando lugar a una
ción simultánea de los músculos recto medio y recto ptosis palpebral, a pesar de que la fuerza del mús-
externo da lugar a una retracción del globo ocular culo elevador es normal.
con estrechamiento de la hendidura palpebral y fal- La piel de los párpados es una piel delgada (de
sa apariencia de ptosis. El síndrome de Duane es, en aproximadamente 1 mm de espesor), laxa, fácil-
la mayor parte de los casos, unilateral, y está presen- mente deslizable en la zona preseptal, y con míni-
te desde el nacimiento. Probablemente la mayoría ma cantidad de tejido celular subcutáneo. Estas ca-
de las parálisis congénitas aisladas persistentes del VI racterísticas facilitan el acúmulo de líquido y la
par craneal se deben a esta entidad (fig. 28). formación de ptosis mecánica subsiguiente ante
procesos alérgicos, inflamatorios o infecciosos.
Generalmente la ptosis desaparece con la causa
5.6. PTOSIS EN SÍNDROME DE GUILLAIN-BARRÉ que la generó, pero en ocasiones la ptosis mecáni-
ca inicial puede provocar una desinserción de la
Raras veces puede aparecer una oftalmoparesia aponeurosis del elevador que la transforma en una
en el transcurso de un síndrome de Guillain-Barré ptosis aponeurótica permanente.

200
25. PTOSIS PALPEBRAL

Los tumores de los párpados y de la órbita tipo miogénico, aponeurótico, neurogénico o me-
se manifiestan muchas veces como una ptosis pal- cánico.
pebral. Pueden ser debidas a: contusiones simples pal-
La luxación de la glándula lagrimal puede pebrales u orbitarias, heridas con sección del mús-
también provocar ptosis (fig. 29). culo elevador, fracturas y cuerpos extraños orbita-
rios, fibrosis conjuntivales y del músculo elevador
tras el traumatismo y a un síndrome de la hendidu-
ra esfenoidal o del ápex orbitario.
Puede aparecer una ptosis tras cirugías de la
región órbito-óculo-palpebral.

8. EXAMEN DE LA PTOSIS PALPEBRAL

El examen de la ptosis debe ser estático y di-


Figura 29. Luxación de glándula lagrimal bilateral.
námico (fig. 30), y realizado de forma detallada
y precisa para conocer al máximo los signos clíni-
La dermatocalasia, frecuente en personas mayo- cos, poder llegar a un diagnóstico correcto, y
res, provoca un descenso mecánico de los párpados. proponer una indicación quirúrgica adaptada a
cada caso concreto (Ver también capítulo 2, fi-
gura 18).
6.2. PTOSIS POR CICATRIZACIÓN El diagnóstico de sospecha comienza ya en el
CONJUNTIVALES momento de saludar al paciente y mirarle a los ojos,
sin haber comenzado aún la exploración, porque
La cicatrización conjuntival puede provocar muestran signos muy característicos. El diagnóstico
ptosis de tipo mecánico por acortamiento de los fon- definitivo es clínico y se realiza por la exploración fí-
dos de saco conjuntivales y tracción palpebral. Este es sica detallada y por la anamnesis. Debemos intere-
el caso de enfermedades mucosinequiantes como el sarnos por la edad y la forma de comienzo. Muchos
pénfigo cicatricial y el eritema multiforme. El mismo casos se presentan en el nacimiento pero la mayo-
efecto se puede producir tras quemaduras, cirugías ría aparecen a lo largo de la vida. Los antecedentes
conjuntivales extensas o cirugías repetidas sobre el que nos refiere el paciente son muy importantes,
globo en las que la reacción inflamatoria crónica da pero deberemos solicitarle fotografías antiguas que
lugar a fibrosis y retracciones conjuntivales graves. nos serán de gran ayuda.
La inspección debe ser bilateral y comparativa
para descubrir una hiperacción de los músculos
7. PTOSIS TRAUMÁTICAS frontales que podrían enmascarar una ptosis bilate-
ral leve, aminorar otra de más grado ó considerar
El mecanismo de producción es múltiple y según sano al lado menos afectado en una ptosis asimé-
la estructura afectada pueden aparecer ptosis de trica.

Figura 30. A. Estudio estático de la ptosis. B y C. Estudio dinámico.

201
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

Es necesaria la realización de una exhaustiva do- en el tercio inferior de la cara anterior del tar-
cumentación fotográfica de esta patología. Cual- so, emiten pequeñas ramificaciones que atra-
quier detalle de los párpados será de gran valor. Es- viesan el músculo orbicular insertándose en
tudiar las fotografías antes y después de la cirugía este y en la dermis pretarsal. Está situado nor-
aporta mucha información. malmente a una distancia de 8 a 10 mm del
Para valorar correctamente una ptosis es necesa- borde libre en mujeres, y algo más bajo (entre
rio recordar previamente la posición de los párpa- 6 y 8 mm) en hombres. Por su configuración
dos en pacientes con ojos normales: curvilínea, la región nasal y temporal del surco
se enncuentran 2 y 1 mm, respectivamente,
por debajo de la zona central. En la raza orien-
OJOS CON PÁRPADOS NORMALES tal el surco se encuentra muy cerca del mar-
gen palpebral, a unos 3 mm, porque la inser-
– Hendidura palpebral (HP): ción de las fibras de la aponeurosis en la piel
Espacio comprendido entre ambos párpados, es muy baja.
tiene una altura central de aproximadamente – Pliegue palpebral:
9-11 mm en la mujer y de 7-8 mm en el hom- Se trata del exceso dinámico de piel que exis-
bre. Su longitud alcanza los 30 mm (fig. 31). te de forma fisiológica en el párpado superior,
disminuye en la infraducción y es mayor en
supraducción máxima. En las personas jóve-
nes se identifica con el surco y no se aprecia
en la infraversión; en las de edad media o
avanzada se hace más intenso como conse-
cuencia de la dermatocalasia y se hace mani-
fiesto incluso en mirada extrema hacia abajo.
La piel del párpado es la más fina que posee
el ser humano, y en ella la dermis es muy es-
casa, por lo que con el paso de los años se
produce un adelgazamiento de la unión der-
Figura 31. Hendidura palpebral normal. mo-epidérmica y cambios importantes en el
colágeno y elastina, lo que motiva una laxitud
– Borde libre o margen del párpado supe- y exceso de piel con la aparición de los plie-
rior: gues y arrugas.
Se encuentra entre 1-1,5 mm por debajo del – Canto externo:
limbo esclerocorneal superior. Normalmente está 2 mm por encima del can-
– Borde libre o margen del párpado infe- to interno, lo que facilita la eliminación de la
rior: lágrima por el sistema excretor.
Situado tangencialmente al limbo esclerocor- – Función del párpado superior:
neal, a las VI horas. Se define como la excursión que realiza el pár-
– Distancia margen-reflejo 1 (DMR 1): pado desde la posición extrema en infraver-
Es la distancia existente entre el reflejo lumi- sión hasta la supraversión. Debe ser de unos
noso de la linterna de exploración proyectado 15 mm.
en la córnea en PPM, y el borde palpebral su-
perior. En condiciones normales es mayor de
3 mm (3-4 mm). MEDIDA DEL GRADO DE PTOSIS
– Distancia margen-reflejo 2 (DMR 2):
Distancia entre el reflejo luminoso de la linter- El grado de ptosis se mide con el paciente senta-
na y el borde palpebral inferior, y es de 5 mm do, situado frente al explorador, con los ojos en po-
en personas normales. sición primaria de mirada, sin elevar el mentón y
– Surco palpebral superior: con la frente relajada
Este surco está formado por las fibras de la Se pide al paciente que mire la luz de nuestra lin-
aponeurosis que, antes de llegar a insertarse terna. La distancia entre el reflejo corneal de la luz

202
25. PTOSIS PALPEBRAL

y el margen del párpado superior será menor que la Una distancia menor de 9 mm entre los dos márge-
considerada normal (fig. 32). nes palpebrales, en su zona central, y estando el pár-
pado inferior normalmente situado, es decir que no
presente ninguna retracción, debe hacernos sospe-
char una ptosis.
En los niños la distancia interpalpebral puede ser
mayor, los lactantes tienen la hendidura palpebral
casi circular (fig. 35).
Figura 32. A. Ptosis miogénica congénita izquierda, B. El gra-
do de ptosis aumenta al relajar la acción del m. frontal.

Puede emplearse un simple diseño en la historia


que marque la posición de los párpados de ambos
ojos, mediante dos círculos que representen el mar-
gen palpebral y el limbo. Una línea curva mostrará
la relación entre el margen y estas dos estructuras.
Es muy demostrativo y de fácil reconocimiento para
cualquiera que revise la historia (fig. 33).

Figura 35. Hendidura palpebral fisiológicamente aumentada


en lactante.

Las ptosis se clasifican según su grado en leves,


moderadas y graves.
– Ptosis leves:
El párpado se sitúa 1 ó 2 mm por debajo de la
Figura 33. Dibujo para la historia clínica en una ptosis iz- posición normal. El borde libre se encuentra a
quierda.
nivel del borde pupilar superior.
– Ptosis moderadas:
.Asimismo, se anotarán todos los hallazgos de la El párpado cae unos 3-4 mm, el borde palpe-
exploración clínica en forma protocolizada (fig. 34). bral cubre parcialmente la pupila.
– Ptosis graves:
La pupila se encuentra totalmente cubierta,
consecuencia de un descenso de la posición
del borde libre mayor de 4 mm.
La medida debe realizarse con la pupila sin dila-
tar, idealmente de aproximadamente unos 4 mm de
diámetro.

MEDIDA DE LA FUNCIÓN DEL MÚSCULO


Figura 34. Esquema para la historia clínica en exploración de
ptosis.
ELEVADOR

La función del elevador del párpado superior


En las ptosis bilaterales el grado de caída del pár- (FEPS) se mide como la excursión que realiza el bor-
pado puede determinarse también midiendo la dis- de del PS desde la mirada inferior extrema hasta la
tancia entre el margen de los dos párpados, es decir, elevación completa; en condiciones normales es de
la medida de la hendidura palpebral. Normalmente unos 15 mm. A efectos prácticos de cara a la ciru-
esta distancia en el adulto está entre 9 y 11 mm. gía se define como:

203
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

1. Función excelente si el PS se desplaza ojo dominante presenta una ptosis latente, el con-
13 mm o más. tralateral se encuentra retraído; si se trata de una
2. Función muy buena si el desplazamiento es ptosis manifiesta, el contralateral puede presentar
de 10-12 mm. una ptosis latente y si el dominante esta retraído el
3. Función buena si se desplaza entre 7 y contralateral puede presentar una ptosis. Si sólo se
9 mm. corrige el párpado que parece ptósico, es posible
4. Función mala, sólo se desplaza de 4 a 6 mm. que al disminuir el tono inervacional, tras la cirugía,
5. Función nula cuando la excursión es inferior el párpado contralateral descienda.
a 4 mm. Para intentar prevenir este fenómeno se explora a
Es muy importante en estos casos hacer la valo- los pacientes elevando el párpado que va a ser inter-
ración de los pacientes bloqueando la acción del venido y mirando si con ello desciende el párpado
músculo frontal, ya que en ocasiones la tracción del contralateral. En este caso deben operarse los dos
frontal enmascara ptosis leves o altera la valoración párpados. Hay un estudio que dice que esta prueba
de la función del elevador. no tiene buena correlación con los resultados posto-
peratorios, por ello recomendamos que en aquellos
casos que se vaya a realizar cirugía unilateral se infor-
OJO DIRECTOR me de la posibilidad de que en el postoperatorio apa-
rezca una ptosis del párpado aparentemente sano.
Al valorar la ptosis antes de la cirugía no debe- La historia clínica debe ir acompañada de una
mos olvidar determinar, sobre todo en casos unila- exploración oftalmológica completa que incluya
terales, cuál es el ojo director (fig. 36). Los parpa- medición de la agudeza visual y de la refracción,
dos mantienen unos movimientos simétricos, ya examen con lámpara de hendidura, examen del ta-
que los dos músculos elevadores funcionan como maño, simetría y reactividad de las pupilas, duccio-
dos músculos yunta y cumplen la ley de Hering, de nes y versiones, test de Shirmer, y presión intraocu-
tal forma que el ojo dominante o director determi- lar en los adultos, estesiometría, cover-test, fuerza
na la cantidad de estimulo recibido. Así, cuando el del músculo orbicular, signo de Bell y fondo de ojo.

9. CIRUGÍA DE LA PTOSIS PALPEBRAL

– Técnicas sobre la aponeurosis:


1. Resección de la aponeurosis del EPS.
2. Reinserción de la aponeurosis del EPS.
3. Resección modificada del EPS.
4. Plegamiento de la aponeurosis del EPS.
– Técnicas de resección en bloque:
5. Fasanella-Servat.
– Métodos de suplencia:
6. Técnica de la suspensión al frontal.
7. Técnica del colgajo frontal.

9.1. TÉCNICA DE RESECCIÓN


DE LA APONEUROSIS

Las técnicas quirúrgicas sobre la aponeurosis


precisan una buena acción del EPS. El objetivo es la
optimización de la función muscular mediante la re-
sección de la aponeurosis, si ésta se halla en posi-
ción, o bien la reinserción de la misma en aquellos
Figura 36. Métodos para explorar el ojo director. casos en que existe una pérdida de inserción de la

204
25. PTOSIS PALPEBRAL

misma. Son técnicas que en pacientes adultos es re- 3. La coloración blanquecina de la aponeuro-
comendable emplear bajo anestesia local para apro- sis se identifica fácilmente (fig. 39). En este plano
vechar la colaboración del paciente, por lo que uti- se realiza la disección hacia la línea de pestañas, y
lizamos una infiltración anestésica palpebral con hacia arriba, por debajo del septum palpebral
una mezcla de lidocaína al 2% con adrenalina al (fig. 40).
1:100.000 y bupivacaína al 0,5%. Evitaremos la
adrenalina en pacientes con enfermedad coronaria
o enfermedad de Graves.

Pasos quirúrgicos

1. En primer lugar realizamos el marcado de la


línea de incisión, que corresponderá al surco palpe-
bral, si existente, o a 6-8 mm del borde libre en va-
rones, y 8-10 mm en mujeres. Asimismo re marcará
la zona para realizar una pequeña blefaroplastia
concomitante si es precisa (fig. 37).
Figura 39. El plano de la aponeurosis se identifica por el color
blanquecino que tiene.

Figura 37. Marcado del surco palpebral y blefaroplastia.

2. La incisión en piel se realiza a nivel del surco,


y se profundiza a través del plano de orbicular, has- Figura 40. Plano de aponeurosis.
ta hallar la aponeurosis del elevador (fig. 38).
4. Disección de la aponeurosis del plano subya-
cente, el músculo de Müller, mediante su separa-
ción desde la cara anterior del tarso (fig. 41). Iniciar
la disección desde abajo, en el tarso, facilita enor-
memente la diferenciación de los tejidos y evitar
complicaciones derivadas del uso de planos quirúr-
gicos erróneos (fig. 42).

Figura 38. Incisión en piel y el orbicular hasta llegar a la apo-


neurosis del elevador.

205
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

6. Llegados a este punto se coloca una sutura


(Vycril 6/0, por ejemplo), de posición central en
tarso con la aponeurosis avanzada. Existen multi-
tud de reglas y normas descritas para ajustar la
cantidad de resección según el grado de ptosis y la
función de elevador, pero en la experiencia del au-
tor lo más preciso es colocar una sutura de prue-
ba con una lazada «falsa», y pedir al paciente que
se siente en la camilla (fig. 44). Esta es la forma
más real y exacta para medir la posición y el resul-
tado final.

Figura 41. Disección de la aponeurosis del músculo de Müller


subyacente.

Figura 44. Nudo falso de avance de la aponeurosis.

7. Una vez de acuerdo con la altura deseada,


Figura 42. Disección desde tarso hacia arriba.
pueden colocarse dos suturas más a tarso, medial y
lateral a la primera, para conseguir un mejor aspec-
5. Al terminar la disección (puede llegar a sobre- to de la hendidura. La sutura central será la más
pasar, si es preciso, el ligamento de Whitnall, deben alta, después la medial, y la lateral se dejará algo
realizarse dos incisiones laterales en la aponeurosis más baja, para conseguir un efecto «almendrado»
para poder avanzarla sin padecer restricciones de del ojo. Posteriormente se retira la aponeurosis so-
movimiento (fig. 43). brante (fig. 45).

Figura 43. Disección de la aponeurosis completa, con disec- Figura 45. Colocación del resto de las suturas y recorte de la
ción de los cuernos laterales. aponeurosis sobrante.

206
25. PTOSIS PALPEBRAL

8. La cirugía se termina con la reformación del


surco con suturas de elevador a orbicular, y la sutu-
ra de la piel (fig. 46).

Figura 49. Resultado postoperatorio al año. Se ha realizado


una resección de la aponeurosis del elevador.

Figura 46. Párpado en posición. Sólo resta la sutura de piel


(prolene 7/0).

La técnica de la resección de la aponeurosis del


EPS es, probablemente, la técnica de elección en
aquellos casos con buena función de elevador en
que la aponeurosis no está desinsertada (que son la
mayoría), tanto en pacientes con afectación unilate-
ral (figs. 47, 48 y 49), como bilateral (figs. 50 y 51).

Figura 50. Paciente con ptosis bilateral y buena función del


elevador.

Figura 47. Paciente afecta de ptosis unilateral derecha.

Figura 51. Resultado postoperatorio al año de resección bila-


teral de la aponeurosis del elevador.

Figura 48. Exploración del recorrido del elevador: Buena fun-


ción (18 mm).

207
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

9.2. TÉCNICA DE REINSERCIÓN 4. Colocar un protector de globo.


DE LA APONEUROSIS 5. Incisión en piel a lo largo de la zona marcada
en el surco, utilizando un terminal de bisturí eléctri-
Pasos quirúrgicos co con punta de colorado (fig. 54).

La cirugía debe realizarse siempre con microsco-


pio quirúrgico.
1. Marcado del surco palpebral con un rotula-
dor dermográfico, con el paciente sentado y diri-
giendo la mirada ligeramente hacia abajo (fig. 52).
En ptosis unilaterales se marca a la misma altura
que en el lado opuesto. Si la ptosis es bilateral mar-
camos en la zona central a 8-9 mm del borde pal-
pebral en la mujer y a 6-7 mm en el hombre, y se-
guimos la línea curva normal del surco.

Figura 54. Incisión de piel con punta de colorado.

6. Disección del m. orbicular, traccionando de él


con pinzas, y con sumo cuidado para no lesionar el
septum orbitario (fig. 55 A y B).

Figura 52. Marcado del surco palpebral.


Figura 55. A. Tracción del músculo orbicular para separarle del
2. Si además de la ptosis también existe derma- septum. B. Disección del m. orbicular.
tocalasia se deberá valorar la piel redundante, y
marcarla con el lápiz dermográfico a fin de extirpar 7. Resección de bolsas grasas orbitarias si se en-
la cantidad correcta. cuentran herniadas, teniendo cuidado de coagular
3. Infiltración anestésica en piel y conjuntiva los vasos para prevenir el sangrado.
palpebral (fig. 53). 8. Debajo del orbicular hallaremos el septum or-
bitario con la grasa preaponeurótica (fig. 56).

Figura 53. Anestesia en conjuntiva palpebral. Figura 56. Septum orbitario.

208
25. PTOSIS PALPEBRAL

9. Disección de las fibras del septum que se fu- sia local para que podamos solicitar la colaboración
sionan a la aponeurosis. (fig. 57). del paciente.

Figura 59. Aponeurosis.


Figura 57. Disección del septum.
12. Generalmente, en el tema que nos ocupa, la
10. Como en estos casos la aponeurosis se en- aponeurosis es muy fina, y en ocasiones deshilacha-
cuentra desinsertada la encontramos siempre sepa- da e infiltrada de grasa Se puede también encontrar
rada del tarso y desplazada hacia arriba, dejando vi- grasa debajo de ella (fig. 60). Las ptosis de origen
sible al músculo de Müller, rojo y con la arcada miogénico, contrariamente, tienen la aponeurosis
vascular periférica sobre él. Debajo del Müller y bien engrosada y fibrosa. Se han descrito estas diferen-
adherida, se encuentra la conjuntiva palpebral a tra- cias en el grosor en las ptosis congénitas y en las
vés de la cual podemos observar cómo se trasparen- aponeuróticas medidas con biomicroscopía ultrasó-
ta la córnea (fig. 58). nica, siendo la aponeurosis en estas últimas siempre
más delgada.

Figura 58. Músculo de Müller traccionado con las pinzas. Se


Figua 60. Aponeurosis infiltrada de grasa. Encima se aprecia
aprecia la arcada vascular periférica. Desplazada hacia arriba se
septum y grasa preaponeurótica.
aprecia la banda nacarada de la aponeurosis.
13. Liberar la aponeurosis de sus alerones late-
11. La aponeurosis se desplaza arriba y abajo rales, tanto en el lado temporal como en el nasal. El
con los movimientos del globo; podremos recono- cuerno temporal es más denso y puede provocar
cerla pidiendo al paciente que mueva el globo ha- una retracción del párpado muy antiestética si no se
cia esas posiciones (fig. 59). Cuando se encuentra debilita.
desinsertada y retraída hacia la órbita es más difícil 14. Exponer la cara anterior del tarso separando
su localización, de ahí la importancia de la aneste- de él el orbicular (fig. 61A).

209
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

Figura 61. A Tarso preparado para poder anclar adecuadamente la aponeurosis. B. Sutura central en tarso. C Sutura pasada a través
de aponeurosis del elevador. D. Sutura anudada.

15. Colocar en el tarso una sutura central con 9.3. RESECCIÓN MODIFICADA DEL EPS
doble aguja a 2 mm de su borde superior para an-
clar el extremo de la aponeurosis (fig. 61B). Se trata de un procedimiento restrictivo, en el cual
Para este punto puede utilizarse sutura no re- los movimientos sacádicos descendentes (movimien-
absorbible de 6/0 (tipo dacrón), o sutura reabsor- to que realiza el párpado superior en infraducción
bible (Vycril). Se realiza con el punto una lazada ocular) son prácticamente abolidos, y el lagoftalmos
de prueba (fig. 61C) y, si la ptosis es bilateral, a la nocturno postoperatorio es siempre la norma. A pe-
vez en los dos párpados. Se incorpora al paciente sar de esos problemas, esta cirugía es una excelente
para comprobar la altura, contorno y simetría. Se opción para aquellos pacientes con ptosis congénita
finaliza la cirugía suturando con este solo punto si unilateral con función de elevador de 3 ó 4 mm y fe-
la ptosis era leve o añadiendo un punto más y en nómeno de Bell normal.
ocasiones dos cuando el párpado es grande o la La principal modificación en la resección vía ex-
aponeurosis está más retraída o debilitada (fig. terna del EPS es respecto al modo como se aísla y
61C). manipula el músculo. Cuando Berke e Jonson des-
16. La piel se sutura con 7/0 Aquí no es necesa- arrollaron la técnica, los trabajos de Anderson sobre
rio colocar punto de Frost porque el lagoftalmos (al la aponeurosis del EPS no habían sido todavía publi-
no haber sido resecada la aponeurosis) es mínimo y cados. En la década de los años cuarenta, para ma-
pasajero. nipular el EPS, se necesitaba una blefarotomía com-

210
25. PTOSIS PALPEBRAL

pleta con reinserción de la conjuntiva palpebral en puesta totalmente, desde el tarso hasta el ligamen-
el margen superior del tarso (fig. 62). to de Whitnall (fig. 63).

Figura 63. Exposición completa de la aponeurosis del eleva-


dor, desde la placa tarsal hasta el ligamento de Whitnall (fle-
cha).
Figura 62. Técnica original de Berke: A: Blefarotomía palpe-
bral, B: Prensión en bloque de la aponeurosis, músculo de Mü-
ller y conjuntiva palpebral, C: Disección de la conjuntiva, D:
Pasos quirúrgicos
Reinserción de la conjuntiva.
1. Se realiza una incisión horizontal del conjun-
Actualmente, esta maniobra carece de sentido. to aponeurosis/músculo de Müller por encima de la
Así, después de la apertura del septo y la retracción placa tarsal. Sin mucha dificultad, este conjunto es
de la grasa preaponeurótica, la aponeurosis es ex- disecado de la conjuntiva (fig. 64).

Figura 64. Disección del conjunto aponeurosis/músculo de Müller de la conjuntiva palpebral. A la derecha se ve nítidamente la par-
te inferior del ligamento de Whitnall entre la aponeurosis y el fondo de saco.

2. Cuando la disección llega al ligamento de sección avance a través del reborde orbitario, entre
Whitnall, éste es seccionado juntamente con los la cara posterior del EPS y el músculo Recto Supe-
cuernos medial y lateral, lo que permite que la di- rior (fig. 65).

211
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

Figura 65. Izquierda: Sección del ligamento de Whitnall. Derecha: Disección posterior al ligamento entre el músculo elevador y el rec-
to superior, tomado por la pinza. Nótense las adherencias entre ambos músculos.

En la disección posterior al reborde orbitario de- debe ser cuidadoso a la hora de disecar la capa de
ben ser observados algunos detalles. Primero, en el grasa situada entre el EPS y el techo orbitario. Esa
lado temporal es importante observar la presencia grasa tiende a infiltrar el tejido muscular y, en caso
de la glándula lagrimal que, evidentemente, no de ser resecada, puede acarrear la rotura involuntá-
debe ser seccionada. En el área medial es crucial ria del EPS que, por definición en estos casos, está
que la incisión no sea muy extensa hacia la zona na- apenas formado.
sal, puesto que existe el riesgo real de sección del 3. Una vez completada la disección, hasta el pun-
tendón del músculo oblicuo superior. to que el cirujano note una resistencia significativa a
Para que el EPS sea movilizado, es imperativo la tracción muscular, una sutura no absorbible es pa-
que el cirujano libere las aherencias que existen en- sada en «U» en la parte central y superior del tarso,
tre las fascias del EPS y el recto superior. Asimismo, hasta el punto de avanzamiento del EPS (fig. 66).

Figura 66. Izquierda: paso de una sutura con dos agujas, de abajo hacia arriba, a través del músculo elevador. Derecha: nótese que
la grasa subyacente al músculo no ha sido disecada completamente, permaneciendo adherida al músculo.

212
25. PTOSIS PALPEBRAL

La sutura es anudada en alza (nudo falso), y


otras dos son colocadas adyacentes, lateral y me-
dialmente a la primera. El contorno y la altura son
examinados en ese momento, y si esos parámetros
resultan adecuados, las alzas son deshechas y la su-
tura es anudada de forma definitiva. El grado de re-
sección debe guardar relación con la función preo-
peratoria del EPS.

Figura 68. Pase de sutura a través de tarso en plano de apo-


neurosis de elevador.

2. La sutura se ancla, con las dos agujas, en la


zona superior deseada de la aponeurosis, a fin de cre-
ar con ella un plegamiento de la misma (fig. 69). En
esta técnica no se diseca la aponeurosis del músculo
elevador del plano subyacente (músculo de Müller).

Figura 67. Resección del elevador retro-Whitnall. Arriba iz-


quierda: Preoperatorio de ptosis. Arriba derecha: Postoperato-
rio (1 semana), con la niña usando una sutura de Frost para
protección. Abajo izquierda: Resultado final. Abajo derecha:
Retracción del párpado superior en la infraducción.

9.4. PLEGAMIENTO DE LA APONEUROSIS


DEL EPS

En aquellos casos de ptosis mínimas con afecta-


ción estética para el paciente, una opción válida es la
del plegamiento de la aponeurosis del EPS. Se trata
de una técnica de abordaje anterior en la que no es
preciso disecar la aponeurosis del Müller subyacente.
Es, además, una opción muy recomendable en casos
de ptosis bilateral con afectación muy asimétrica, en
la que en el lado más afecto se opta por una resec-
ción del EPS y en el de menor grado de ptosis se re-
aliza un plegamiento (Ver ejemplo en figs. 72 y 73).

Pasos quirúrgicos

1. Una vez expuesto el plano de aponeurosis de


elevador se ancla una sutura reabsorbible (Vycril Figura 69. Colocación de la sutura para permitir el bucle de
6/0) en tarso (fig. 68). elevador.

213
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

3. Mediante el cierre de la lazada entre los dos


extremos de la sutura se consigue el plegamiento
de la aponeurosis (fig. 70), que consigue el efecto
deseado de apertura palpebral (fig. 71).

Figura 73. Paciente afecta de ptosis bilateral muy asimétrica.


Izquierda, preoperatorio. Derecha: Resultado tras resección de
aponeurosis en OD y plegamiento en OI.

9.5. SUSPENSIÓN AL MÚSCULO FRONTAL

Cuando la acción del elevador del parpado supe-


rior (EPS) es nula o inferior a 3 ó 4 mm, realizamos
una cirugía de suplencia, de las que la más usada es
la suspensión al músculo frontal (fig. 74).
Figura 70. Lazada de la sutura: plegamiento de la aponeurosis.

Figura 71. Efecto del plegamiento en la misma mesa operatoria. Figura 74. Paciente de 2 años que presenta una ptosis congé-
nita bilateral sin apenas acción.

Para que esta intervención tenga éxito, se debe


objetivar previamente que el músculo frontal esté
activo, pueda contraerse con suficiente fuerza, ya
que el manejo por parte del paciente de la contrac-
ción del músculo frontal será, en estos casos, el me-
canismo de apertura palpebral.
Figura 72. Izquierda: Paciente que consulta para operar blefa- Para realizar la suplencia se emplean dos tipos de
roplastia de párpados superiores, y está afecto de ptosis unila- materiales:
teral de grado leve. Derecha: Postoperatorio de tres días, tras
– Sintéticos:
blefaroplastia superior con plegamiento de EPS en el lado dere-
cho. • GoreTex®, Mersilene, silicona.
– Injertos musculares y fascias
• Fascia lata autologa o heterologa, y fascia
del músculo temporal.
• Pericardio bovino.
• Suplencias con el propio músculo frontal.

214
25. PTOSIS PALPEBRAL

La fascia lata autóloga es obtenida del propio 3. En caso de usar pericardio bovino, las tiras de
paciente. Se extraen las fibras comprendidas entre pericardio se suministran deshidratadas, por lo que
la porción lateral del trocánter mayor y el cóndilo la- previamente se han remojado en suero fisiológico
teral de la tibia. Con la rodilla flexionada para ten- durante al menos 5 minutos para que recuperen sus
sar la fascia, se realiza una incisión longitudinal características físicas normales (fig. 76).
8 cm por encima del cóndilo lateral de la tibia y otra
similar, 10 cm por encima de la primera. Se diseca
hasta encontrar la fascia, de color blanco nacarado,
y se extrae con fasciotomo, o mediante bisturí y ti-
jeras largas. No es recomendable extraer fascia lata
en niños menores de tres años, puesto que en estos
casos puede crear, teóricamente, alguna complica-
ción en la marcha y deambulación (Ver también
capítulo 21).

Suspensión frontal con fascia/pericardio


bovino deshidratado

La técnica de suplencia frontal con fascia autóloga Figura 76. El pericardio se hidrata en suero minutos antes de
y la de pericardio bovino son las más utilizadas. Los la intervención.
pasos quirúrgicos son los mismos.
1. Marcado de tres incisiones cutáneas a 3- 4. Se realiza la tunelización del periocardio en el
4 mm del borde libre del parpado superior, una cen- tarso palpebral con la aguja de Reverdin o similar
tral, coincidiendo con la pupila, y dos laterales. Esta (fig. 77), siguiendo los puntos marcados previamen-
aproximación al tarso puede también realizarse con te en la piel (figs. 78 y 79).
una incisión lineal completa en la zona deseada del
nuevo surco palpebral.
2. Marcado de dos incisiones supraciliares, en lí-
nea con las dos laterales del párpado (a nivel de am-
bos limbos corneales), y de una incisión central su-
perior a 5 mm por encima de las últimas (fig. 75).

Figura 77. Aguja de Reverdin.

Figura 75. Marcado de las incisiones a nivel palpebral, próxi-


mas al borde libre, y a nivel supraciliar. Caso unilateral (izquier-
da) y bilateral (derecha).

En pacientes adultos puede marcarse una inci-


sión de blefaroplastia a 6-7 mm del borde libre del
párpado para poder resecar piel si fuera necesario.
En niños de menos de 3 años se suele pasar el ma-
terial a través de las incisiones marcadas y no se
hace incisión a nivel del surco palpebral, al no rese- Figura 78. Se pasa el material mediante la aguja de Reverdin
car piel. a través de las incisiones.

215
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

6. Se anudan o suturan las suplencias en las in-


cisiones laterales supraciliares (vértice superior del
triangulo isósceles), y finalmente se unen en la inci-
sión central de la frente (figs. 82 y 83).

Figura 79. Imagen del material tunelizado a través de las inci-


siones del párpado por encima del tarso.

5. Se pasa el material a través de las incisiones


cutáneas, formando dos triángulos isósceles que se
unen en la incisión central situada en el frontal (téc-
nica de Crawford). Debe procurarse situar el mate-
rial en un plano por debajo del músculo orbicular, lo
más profundo posible en el párpado, para evitar la
Figura 82. Una vez pasado el material a través de todas las in-
visualización del volumen del material a través de la cisiones supraciliares, se anudan juntas en la incisión central y
piel (figs. 80 y 81). se suturan al músculo frontal.

Figura 80. Desde las incisiones supraciliares se enebra la agu-


ja de Reverdin pasando el material de forma muy profunda por
debajo del musculo orbicular hasta la zona frontal.

Figura 83. Imagen del post-operatorio inmediato, una vez su-


turadas las incisiones con Prolene 7/0.

7. Es necesario dejar un punto de tracción


(Frost, Figura 84) durante las primeras 24 horas
para evitar las consecuencias corneales de la lagof-
talmía que se crea debido a la mala acción del mus-
culo orbicular en el posoperatorio inmediato.
El tratamiento postoperatorio incluye lubricantes
oculares por la noche durante un mes y colirio anti-
biótico y antiinflamatorio 3 veces al día durante 8
días.
Figura 81. Salida del material a través de una de las incisiones Para los puntos de la frente se recomienda el uso
frontales. de Betadine una vez al día durante 8-10 días.

216
25. PTOSIS PALPEBRAL

Figura 84. Puntos de Frost. Figura 86. Postoperatorio inmediato.

Caso clínico: Ptosis congénita sin apenas acción En las figuras 87 y 88 se muestra el resultado al
en un joven de 17 años (fig. 85, preoperatorio). mes de la operación, con el cierre palpebral recupe-
rado.

Figura 85. Aspecto preoperatorio de paciente con ptosis con- Figura 87. Post-operatorio al mes.
génita bilateral y mala función del músculo elevador.

Se realiza la Técnica de Crawford modificada,


con la incisión total en pliegue palpebral ya descri-
ta anteriormente, desde donde se tuneliza el peri-
cardio hacia el tarso. Posteriormente se continúa
con la técnica ya descrita. El material puede anudar-
se primero a nivel de las incisiones laterales supraci-
liares y después a nivel central o solo a nivel de la
incisión central de la frente (fig. 86).

Figura 88. Buen cierre palpebral.

217
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

Suspensión frontal con fascia temporal

La fascia lata no es el único material autógeno


que puede ser utilizado en los procedimientos de
suspensión frontal. Otra excelente opción para lo-
grar el mismo efecto suspensorio es la utilización de
fascia temporal.
La principal ventaja de la fascia temporal radica
en la facilidad de obtención del tejido y la bajísima
tasa de morbilidad postoperatoria. El hecho de ha-
llarse el músculo temporal tan cercano al campo
operatorio de la ptosis facilita mucho la retirada de
la fascia. Además, no existe el dolor postoperatorio Figura 90. Nótese el tejido areolar por debajo de la fascia tem-
en el lugar de remoción de la fascia, y la recupera- poro-parietal, que está siendo traccionada hacia arriba por el
ción es excelente. retractor.

del músculo temporal subyacente (fig. 92). Normal-


Técnica quirúrgica mente es posible retirar material suficiente en una
sola incisión, incluso para la cirugía de suspensión
La retirada de fascia temporal puede realizarse bilateral (fig. 93).
con anestesia local más sedación o, en niños, bajo
anestesia general. Al iniciar la cirugía se prepara la
región temporal. No es necesaria la depilación de la
zona. Los cabellos son separados, delimitando una
línea vertical en la fosa temporal a partir del polo
superior de la oreja.
Tras la infiltración del área a ser operada con so-
lución vasoconstrictora, se realiza la incisión a través
del cuero cabelludo, fascia temporoparietal y plano
subgaleal areolar (figs. 89 y 90), para exponer la
fascia temporal, fácilmente reconocible por su as-
pecto blanco brillante (fig. 91). En este momento se
abre la fascia temporal verticalmente, y se diseca
Figura 91. Aspecto blanco brillante de la fascia temporal, por
debajo del tejido areolar.

Figura 89. Incisión vertical en la fosa temporal. Se observa cla-


ramente la piel, los folículos pilosos y el espeso tejido celular
subcutáneo. El tejido blanco subyacente a la piel es la fascia Figura 92. Se incide la fascia temporal en forma de rectángu-
temporo- parietal. lo, y se diseca del músculo temporal subyacente.

218
25. PTOSIS PALPEBRAL

Figura 93. División de la fascia obtenida del músculo temporal para su utilización en una ptosis bilateral.

La técnica descrita es la que fue recientemente se ha preconizado la necesidad de dicha fijación


publicada por el grupo del Dr Shore, quien describió para la buena funcionalidad de la cirugía, muchos
el procedimiento por primera vez. Básicamente, el autores obvian este anclaje a fin de evitar la posibi-
elemento suspensor es suturado a la placa tarsal y lidad de desarrollo de granulomas frontales. Esta
tunelizado en dos planos: en el párpado el plano es variación de la cirugía consiste en el mantener la
suborbicular, y en la región frontal el plano es sub- posición de la fascia con la ayuda de elementos fi-
cutáneo, esto es, sobre el músculo frontal (fig. 94). jadores externos. Las suturas empleadas para esa fi-
La fascia, en la región frontal, puede ser sutura- jación (Prolene 5.0) son retirados al cabo de dos se-
da, o no, al músculo frontal. Aunque durante años manas (fig. 95).

Figura 94. Izquierda: Introducción de aguja de Wright en la región frontal, entre la piel y el músculo frontal. Derecha: Paso de la agu-
ja bajo el orbicular hasta la incisión realizada en la altura del surco palpebral superior. Se pasa una sutura de nylon 5/0 de una extre-
midad da la fascia, que ya fue suturada a la placa tarsal.

219
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

Figura 95. Izquierda: La sutura doble correspondiente a una de las extremidades de la fascia es exteriorizada en la región frontal. De-
recha: Las dos suturas ya están exteriorizadas. Nótese que los dos hilos son pasados por un «bolster» un poco más arriba de la inci-
sión original frontal, y anudados externamente. No hay suturas en el frontal.

La incisión palpebral debe ser cerrada antes de decidos cuando algo es realizado que mejore su
tensionar la suspensión, a fin de que se forme un cuadro clínico.
surco palpebral en la zona adecuada. Un caso semejante a lo ocurrido con los pacien-
tes de ptosis miopáticas son los secundários a pará-
lisis del III nervio craneal,pues además de la ptosis
Cirugía de la «conexión frontal» con función nula del elevador hay ausencia de la
motilidad vertical ocular (fig. 96).
El tratamiento quirúrgico de las ptosis miopáti-
cas es extremadamente complicado, especialmente
en los casos en que la motilidad ocular está com-
prometida. De hecho, la ausencia de fenómeno de
Bell y la disminución de la función del músculo or-
bicular hacen que la elevación palpebral quirúrgica
suponga un verdadero riesgo para la integridad de
la córnea.
Figura 96. Parálisis bilateral del III nervio asimétrica. El ojo iz-
Las temidas úlceras corneales debidas al lagoftal-
quierdo casi alcanza la línea media, en cambio el derecho no
mos postquirúrgico pueden necesitar de reinterven- presenta adducción. No hay elevación (supraducción) en ningu-
ción quirúrgica precoz o tardía, como tarsorrafias y no de los dos ojos.
reversión de la cirugía de ptosis. Otro aspecto que
debe ser considerado es el carácter progresivo de la La conducta en estos tipos de ptosis pasa por
enfermedad de base. Eso implica que un resultado evaluar cuidadosamente la función del músculo
aceptable en el postoperatorio inmediato puede frontal. Datos recientes indican que el músculo
convertirse em uma auténtica hipercorrección si se frontal es el último en ser afectado en los pacientes
produce um empeoramiento de la motilidad ocular con mitocondriopatía y distrofia miotónica. Así, op-
y de la función del orbicular. tamos, casi siempre, por efectuar un procedimiento
Por otro lado, la presencia de la ptosis agrava so- suspensor frontal muy conservador, de modo que al
bremanera el sufrimiento de los pacientes con mio- final de la cirugía los párpados queden práctica-
patía. Muchas veces esos pacientes tienen debilidad mente cerrados. En este tipo de cirugía, que prefe-
de la musculatura cervical, lo que hace imposible el rimos denominar de «conexión frontal», es la ac-
mantenimiento de la posición de cabeza compensa- ción frontal la que va a corregir la ptosis liberando
toria necesaria (tortícolis) durante largos períodos el eje visual (fig. 97). Se debe recordar que por poca
de tiempo. Por ello, a pesar de todos los posibles in- que sea la corrección obtenida, siempre supondrá
convenientes, en nuestra experiencia cabe destacar una mejora en la mirada hacia abajo con la correc-
que los pacientes afectos de ptosis miopática de- ción de la ptosis en esa importante posición de la
sean fervientemente la cirugía, y quedan muy agra- mirada.

220
25. PTOSIS PALPEBRAL

Figura 97. Resultado después de «conexión frontal»: izquierda, paciente controlando la apertura del ojo derecho, en el medio con
los dos ojos abiertos, derecha, controlando la apertura del ojo izquierdo. Se realizó así mismo cirugía de los músculos horizontales con
mejora de la exotropía del ojo derecho, que aún presenta una clara desviación residual.

Métodos de suplencia con el músculo 1 ml para el bloqueo del nervio supraorbitario y


frontal 2 ml en la mitad inferior del músculo frontal.
• Incisión en el pliegue cutáneo y en el orbicular.
Una alternativa a las técnicas de suspensión al • Disección suborbicular inferior para exponer la
frontal utilizando materiales de interposición es uti- placa tarsal.
lizar un flap del propio músculo frontal que se des- • Disección suborbicular superior hasta el rebor-
ciende y conecta con la placa tarsal del párpado su- de orbitario.
perior. Se evitan las complicaciones propias de las • Continuamos con disección roma superior en-
técnicas que utilizan materiales no autólogos, y se tre la fascia de la porción orbitaria del músculo or-
evita la morbilidad de la zona donante cuando se bicular y el ROOF (retro-orbicularis oculi fat), donde
utilizan tejidos autólogos. localizaremos el músculo frontal. Continuando la
Se han descrito múltiples variantes de la técni- disección roma supraciliar, el músculo frontal se lo-
ca de suspensión frontal con flap de músculo caliza entre la piel y el periostio.
frontal. • Realizamos disección roma en el plano ante-
Exponemos a continuación los pasos comunes a rior y posterior al músculo frontal.
estas técnicas: • Con una pinza traccionamos del músculo
• Se marca con rotulador el pliegue cutáneo y la frontal hacia abajo. Con unas tijeras realizamos un
zona del nervio supraorbitario. flap del músculo en forma de «L», mediante una in-
• Inyección de anestésico local con epinefrina cisión vertical y lateral, o en «U», realizando otra in-
bajo sedación. Se inyecta 1 ml en pliegue cutáneo, cisión (fig. 98).

Figura 98. A: Marcado en piel del colgajo de músculo frontal. B y C: Descenso de flap de músculo frontal, para ser suturado a pla-
ca tarsal (figs. A y C, cortesía de la Dra. Pilar Rojo).

221
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

• El flap de músculo frontal se sutura a la placa


tarsal utilizando una sutura de 5-0 no reabsorbible.
Se ajusta la altura del párpado hipercorrigiendo
1 mm sobre el resultado final que queremos.
• Se cierra la herida con una sutura continua de
6-0 no reabsorbibles y se coloca una sutura de trac-
ción de Frost.
• En la figuras 99 a 101 observamos un caso
con ptosis total derecha con nula función del eleva-
dor en el que se realizó esta técnica. Figura 101. Ausencia de lagoftalmos.

En el postoperatorio inmediato podemos tener


hematoma palpebral, dehiscencia de la sutura con
hipocorrección, y lo más frecuente lagoftalmos. El
lagoftalmos puede persistir varias semanas, por lo
que debemos controlar el estado de la córnea y pre-
venir su ulceración mediante lubricación.
Tardíamente no tendremos las complicaciones
de inflamación o extrusión que ocurren cuando uti-
lizamos materiales no autólogos, pero si puede exis-
tir recidiva de la ptosis con el paso del tiempo.

Figura 99. Paciente con ptosis severa del OD y nula función 10. COMPLICACIONES DE LA CIRUGÍA
del elevador. DE LA PTOSIS

Entendemos por complicación de una cirugía una


condición que se hubiera podido evitar o que reque-
rirá un cuidado especial en un futuro. Como toda ci-
rugía, la de la ptosis palpebral también puede pre-
sentar complicaciones. Sin embargo, una exploración
preoperatoria exhaustiva, una elección de la técnica
quirúrgica acertada y meticulosa, junto a un excelen-
te conocimiento de la anatomía palpebral, y unos
cuidados postoperatorios adecuados, contribuyen a
evitarlas o al menos a reducir su incidencia.
Según su momento de aparición, las complicacio-
nes por una cirugía de ptosis palpebral pueden ser di-
Figura 100. Aspecto postoperatorio. vididas en pre, intra y postoperatorias (tabla 3).

TABLA 3. COMPLICACIONES TRAS LA CIRUGÍA DE LA PTOSIS PALPEBRAL


PREOPERATORIAS INTRAOPERATORIAS POSTOPERATORIAS
• Pseudoptosis • Sangrado • Inmediatas
• Indicación quirúrgica errónea • Corneales • Hipocorrección
• Anestesia • Hipercorrección
• Queratopatía por exposición
• Prolapso conjuntival
• Entropión/ectropión
• Alteraciones del pliegue palpebral
• Pérdida de pestañas
• Secundarias al material

222
25. PTOSIS PALPEBRAL

10.1. COMPLICACIONES PREOPERATORIAS

10.1.1. Pseudoptosis

Se califica de pseudoptosis toda condición que


simula una ptosis, pero que en realidad no se co-
rresponde con ella. El manejo terapéutico de la
pseudoptosis es totalmente distinto, dependiendo
de la etiología.
Por ello es fundamental descartar esta posibili-
dad ante un paciente ptósico, realizando una explo-
ración e inspección exhaustivas para establecer un
buen diagnóstico, que nos evite la posibilidad de in- Figura 103. Enoftalmos del OD que simula una ligera ptosis.
currir en un error de decisión quirúrgica.
Se puede producir una caída del párpado supe-
rior sin alteración funcional del elevador del párpa-
do superior (EPS) por aumento de volumen del pár-
pado, como el que se produce ante una importante
dermatocalasia (fig. 102), un orzuelo o chalazion, o
por una disminución del volumen del globo ocular,
como en el caso de un enoftalmos (fig. 103). Es im-
portante comparar los dos ojos, ya que una retrac-
ción del párpado superior de un ojo puede confun-
dir y aparentar una ptosis del ojo contralateral
(fig. 104).
Figura 104. Pseudoptosis del OD por retracción del OI. El pár-
Asimismo, en las alteraciones del alineamiento
pado superior del OD parece estar más bajo, pero en realidad
ocular, en particular en casos de hipertropia del glo- es el párpado superior del OI el que está ligeramente retraído,
bo ocular, la distancia reflejo-margen está reducida en este caso secundario a una orbitopatía distiroidea.
y puede confundir con una ptosis (fig. 105).

Figura 105. Pseudoptosis OI por hipertropia. La hipertropia iz-


Figura 102. Pseudoptosis por dermatocalasia marcada. La quierda hace incidir el margen palpebral superior en una posi-
hendidura está efectivamente disminuida en sentido vertical, ción más baja que la normal, sin que ello se deba a una ptosis
pero no es por una verdadera caída del párpado, es consecuen- verdadera. Nótese como la paciente utiliza el maquillaje para
cia del exceso de piel redundante en el párpado superior. enmascarar esta situación.

223
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

10.1.2. Técnica indicada nosticado de ptosis del OD, se trató mediante una re-
sección del EPS vía externa, con evidente mal resulta-
Un factor determinante en la elección de la téc- do. Teniendo en cuenta la función casi nula del EPS,
nica quirúrgica a emplear es la función del múscu- una técnica de suplencia hubiera sido más indicada.
lo elevador del párpado superior. Antes de decidir
el tipo de intervención indicada, debe establecerse
correctamente el estado de la función muscular, la 10.2. COMPLICACIONES INTRAOPERATORIAS
posición del párpado respecto al limbo corneal, y la
ubicación del surco palpebral. En los casos en los 10.2.1. Sangrado
que se comprueba una buena función del EPS, la
técnica de elección es la resección de la aponeuro- Los párpados son estructuras anatómicas muy
sis del elevador por vía externa, que permite un vascularizadas, por lo que el sangrado es habitual
abordaje de la zona con un mínimo riesgo de com- en la cirugía, pero generalmente controlado de for-
plicaciones. En caso de mala función del EPS se op- ma sencilla con hemostasia. No obstante, la apari-
tará por una técnica de suplencia como una sus- ción de hematomas postquirúrgicos puede existir
pensión al músculo frontal. Otros aspectos de la en casos puntuales, y aunque ello no cambia el re-
exploración preoperatoria como la presencia de fe- sultado final de la cirugía, sí retarda la reincorpora-
nómeno de Bell o la sensibilidad corneal ayudarán ción social de los pacientes (fig. 107). Se recomien-
a definir el objetivo quirúrgico. da que los pacientes tratados con antiagregantes o
Es bueno recordar que el abordaje de la aponeuro- anticoagulantes suspendan la medicación una se-
sis del elevador permite corregir simultáneamente la mana antes de la intervención a fin de evitar san-
dermatocalasia y/o las anomalías del surco asociadas. grados iatrogénicos por su medicación.
Las figuras 106A y 106B muestran un caso de in-
dicación quirúrgica inadecuada. Este paciente, diag-

Figura 106A. Imagen preoperatoria. Si se observan las dos


imágenes, destaca el mínimo recorrido del margen palpebral de
la infraducción a la supraducción. Ante una función de EPS tan
deficiente, lo correcto sería emplear una técnica de suplencia,
como una suspensión al frontal.
Figura 107. Edema y hematoma palpebrales a la semana de
una cirugía de ptosis bilateral

10.2.2. Complicaciones corneales

Una lesión corneal intraoperatoria es muy infre-


cuente pero muy grave. Por ello se recomienda usar
protectores corneales en la cirugía sobre el EPS, en
especial si se trata de cirujanos noveles o con expe-
riencia escasa.
En la figura 108 se presenta el caso de una pa-
ciente operada de ptosis del OD, que presentaba
una herida corneal realizada intraoperatoriamente
Figura 106B. Resultado postoperatorio tardío tras realizar una con bisturí, suturada aparentemente en el mismo
suspensión frontal unilateral, evidentemente hipocorregido. acto quirúrgico.

224
25. PTOSIS PALPEBRAL

Figura 108A. Mujer que acude tras cirugía de ptosis en OD. He-
rida corneal intraoperatoria suturada e hipercorreción marcada.

Figura 108E. Muellerectomía OD para solucionar la retracción del


PS, y cirugía de corrección de ptosis OI (una semana de evolución).

10.2.3. Anestesia

En cirugía palpebral, la anestesia local es preferi-


ble a la general, pues de esta forma los ajustes de
posición intraoperatorios se realizan de manera más
sencilla y exacta, al poder contar con la colabora-
Figura 108B. Herida corneal suturada. ción del paciente.
Tanto el tipo de anestesia empleada como la
cantidad infiltrada tienen su importancia.
Al usar epinefrina, si bien ayudamos a controlar
el sangrado intraoperatorio por vasoconstricción, es-
timulamos a la vez el músculo de Müller. La activa-
ción de este músculo eleva la altura palpebral intrao-
peratoria entre 0,5 y 1 mm en muchos casos. Si este
dato no se tiene en cuenta, podemos tener que
afrontar una leve hipocorrección postoperatoria. Por
otra parte, el usar un anestésico de larga duración
como la bupivacaína prolonga el tiempo disponible
para la cirugía y disminuye la necesidad de reinyec-
ción intraoperatoria de anestésico. Tanto la elección
Figura 108C. Retroiluminación.
del anestésico como el uso de la menor cantidad po-
sible de anestesia para limitar su efecto edematizan-
te tienen como finalidad preservar la posición inicial
del párpado y no entorpecer la colaboración del pa-
ciente para poder realizar una buena valoración y
corrección intraoperatorias (fig. 109).

Figura 109. Paciente hipocorregido por excesiva infiltración


anestésica, que impidió un buen ajuste intraoperatorio de la al-
Figura 108D. Queratoplastia penetrante OD. tura palpebral.

225
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

10.3. COMPLICACIONES POSTOPERATORIAS

10.3.1. Complicaciones inmediatas

La mayoría de las complicaciones que surgen en el


postoperatorio inmediato son transitorias (fig. 110).
Una hemorragia postoperatoria difícilmente puede
comprometer el resultado funcional y estético de la
cirugía, pero sí retrasar la resolución hasta la norma-
lidad. Hay que prestar especial cuidado en realizar
una buena hemostasia antes de suturar, así como
contraindicar el uso de antiagregantes dos semanas
antes de la intervención y una semana después.

Figura 111B. Drenaje linfático tipo Vodder.

10.3.2. Hipocorreción

La hipocorrección es la complicación más fre-


cuente tras la cirugía de la ptosis. En el caso de ci-
rujanos con poca experiencia esta afirmación es aún
Figura 110. Inflamación y gran hematoma postoperatorio bi- más exacta, debido a la lógica prudencia que obli-
lateral.
ga a realizar cirugías con mínimo riesgo de hiperco-
rrección, lo que muchas veces lleva al efecto inde-
La utilización de cremas cosméticas con base de seado contrario, la hipocorrección. Ésta puede
vitamina K aumentan la velocidad de reabsorción del deberse a una deficiente resección de la aponeuro-
hematoma y mejoran el aspecto de los pacientes sis del elevador, una suspensión con poca tracción,
(fig. 111A). Sólo en casos muy aparatosos se pueden o sencillamente secundaria a una mala elección de
indicar drenajes linfáticos zonales (fig. 111B), que técnica quirúrgica (figs. 112A y 112B).
aceleran la recuperación.

Figura 112A. Hipocorrección por resección insuficiente OI y


sin reformación del surco palpebral.

Figura 111A. Crema a base de vitamina K. Figura 112B. Hipocorrección OI tras resección del EPS.

226
25. PTOSIS PALPEBRAL

No debe considerarse una complicación de la ci- El tratamiento de la hipocorrección implica reali-


rugía de la ptosis la hipocorrección programada que zar una nueva cirugía de la ptosis. Si la técnica em-
se realiza en los pacientes con Bell negativo o sin pleada ha respetado los planos anatómicos, la reo-
sensibilidad corneal para evitar complicaciones cor- peración no debe suponer problema alguno. Sólo si
neales posteriores como la queratopatía por exposi- se trata de un caso con cirugía previa compleja, o
ción (figs. 113 a 115). que presentó complicaciones postoperatorias tipo
hematoma o fibrosis, la disección anatómica de los
planos puede resultar dificultosa y el resultado com-
prometido.
Una hipocorrección se puede reintervenir de in-
mediato. Sin embargo, si la implicación estética no
es muy manifiesta, recomendamos esperar de tres a
seis meses tras la primera intervención, a fin de
Figura 113. Pseudohipocorrección en niña con fibrosis congé- ajustar aún mejor el resultado de la reintervención.
nita y Bell negativo. A pesar de hipocorregirla presentó úlceras
Se realiza entonces la misma exploración que si fue-
corneales en OD.
se una ptosis virgen y los parámetros de la cirugía
se establecerán en función del grado de hipocorrec-
ción observado.

10.3.3. Hipercorrección

Figura 114. Niña con blefarofimosis operada de epicantus in-


Es menos frecuente que la hipocorrección. Rara-
verso y telecanto. Pseudohipocorrección tras suspensión al mente se presenta en ptosis congénitas aunque se
frontal bilateral por Bell negativo. haya realizado una resección amplia, debido a la
deficiente función del elevador, que raramente hi-
percorrige; sin embargo, la hipercorrección es más
frecuente en los casos de ptosis adquiridas. Por ello
se tiende a ser más generoso en las resecciones en
los casos congénitos y más conservadores en los ad-
quiridos (figs. 117 a 122).

Figura 115. A. Preoperatorio: ptosis OI. B. Hipocorrección


tras suspensión al frontal.

Tampoco debemos considerar hipocorrección,


otras alteraciones palpebrales previas a la cirugía de
la ptosis que pueden falsear el resultado postopera-
torio final (pseudohipocorrecciones) (fig. 116), pero
que deben ser tenidas en cuenta a la hora de infor- Figura 117. Hipercorrección OI sin resección de piel palpebral
asociada: resultado poco estético. La dermatocalasia restante
mar al paciente antes de la intervención para no ge- en PS evita que se manifieste estéticamente la gran hipercorrec-
nerar falsas expectativas. ción existente.

Figura 116. Pseudohipocorrección tras cirugía ptosis OI por hi- Figura 118. A: Ptosis OI. B: Hipercorrección. Se decide reinter-
pertropia. venir el paciente 3 días tras la cirugía.

227
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

Figura 119. Mujer intervenida de ptosis aponeurótica en OI


(A). Hipercorreción postquirúrgica (B), tratada únicamente con Figura 120. Mujer remitida por hipercorrección de cirugía de
masajes (C), a los tres meses de la cirugía). ptosis palpebral OD a la que se realiza mullerectomía para so-
lucionar la malposición.

Figura 121. Hipercorrección OI (A) tras cirugía de ptosis (B), que es reintervenida a los tres meses de la cirugía con buen resultado (C).

Figura 122. Pseudohipercorrección. A: Ptosis OD con importante elevación compensadora de la ceja derecha. B: Pseudohipercorrec-
ción transitoria tras la cirugía por elevación mantenida de la ceja derecha.

Las ptosis aponeuróticas pueden presentar hi- durante dos semanas. En caso de indicación quirúr-
percorrección si se tratan equivocadamente como gica errónea, es recomendable reintervenir lo antes
ptosis miogénicas resecando la aponeurosis en lu- posible por la facilidad de acceder a los planos ana-
gar de reinsertarla. De nuevo, insistimos en la im- tómicos antes de que el proceso de cicatrización se
portancia de la inspección y de la exploración para haya completado.
la elección de la técnica quirúrgica.
Los casos leves suelen mejorar con el tiempo. Se
recomienda realizar masajes del párpado superior y 10.3.4. Queratopatía por exposición
contracciones forzadas del músculo orbicular repe-
tidamente con la finalidad de separar el EPS del tar- Tras una cirugía de ptosis la superficie corneal
so. Estas maniobras sólo son efectivas antes de la queda más expuesta, al menos de forma transitoria.
formación de tejido cicatricial, por lo que se deben Los riesgos de queratopatía por exposición son ma-
de realizar inmediatamente después de la cirugía y yores tras resecciones amplias del elevador, en sus-

228
25. PTOSIS PALPEBRAL

pensiones al frontal, fundamentalmente ante pa-


cientes con Bell negativo o mala función del orbicu-
lar (parálisis del III par craneal, miopatías oculares),
en síndromes de ojo seco y en casos de lagoftalmos
postquirúrgico.
La exposición corneal se puede tratar de manera
profiláctica situando un punto de tracción superior
del párpado inferior al final de la cirugía (punto de
Frost), con el uso asiduo de pomada y colirio lubri-
cante para evitar la desecación de la superficie ocu-
lar. En los casos de pacientes con Bell negativo, la
mejor prevención será la hipocorrección programada.
La tolerancia al lagoftalmos es sintomáticamente
Figura 125. Grave hipercorrección tras cirugía de ptosis OI (A)
mucho peor en adultos (fig. 123), en pacientes con que conlleva la formación de una úlcera corneal (B), y melting
ojo seco y en pacientes sin fenómeno de Bell, en los corneal (C) por el lagoftalmos constante producido (D).
que la córnea quedará expuesta, y predispuesta a
padecer desde queratitis por exposición, a úlceras
que pueden comprometer la integridad del globo 10.3.5. Prolapso conjuntival
ocular. (figs. 124 y 125).
Es una complicación rara y, casi siempre, con po-
cas consecuencias. Se produce con más facilidad
durante cirugías de resección amplia de la aponeu-
rosis en las que hay que disecar sobre una gran su-
perficie de conjuntiva. Si aparece durante la cirugía
se debe recolocar la conjuntiva adecuadamente y
revisar el fórnix. Si se prolapsa en el postoperatorio,
se puede establecer un tratamiento antiinflamatorio
y si no mejora, realizar una extirpación directa del
prolapso conjuntival.

10.3.6. Ectropión/Entropión

El entropión de párpado superior ocurre cuando


la lámina interna queda realativamente corta res-
pecto a la lámina externa. Esto sucede en reseccio-
nes o tarsectomías grandes, o cuando la aponeuro-
sis es anclada en el borde superior del tarso en vez
de en la zona media de la cara anterior del mismo
Figura 123. Mujer con ptosis neurogénica, buen cierre palpebral
y Bell negativo. Se hipocorrige pero aún así presenta lagoftalmos
(figs. 126A y 127).
más marcado en OI y úlceras corneales por exposición en OD. El ectropión del párpado superior es menos fre-
cuente. Se produce por un anclaje muy inferior, cer-
cano a las pestañas de la aponeurosis del elevador
al tarso, que evierten el borde libre por la acción
mecánica de la sutura (fig. 126B).
Ambas situaciones pueden mejorar con masaje,
aunque en ocasiones se deberá revisar la sutura de an-
claje tarsal para enmendar la malposición palpebral.

Figura 124. Mujer intervenida por resección del EPS con lagof-
talmos postquirúrgico en OD.

229
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

10.3.7. Alteraciones del surco/pliegue

La altura y simetría del pliegue palpebral son tan


importantes para el resultado final como la altura
del margen palpebral. Un pliegue palpebral asimé-
trico conlleva un mal resultado estético, por muy
exacta que haya sido la corrección de la posición del
margen palpebral.
Puede presentarse una alteración de la forma del
surco, generalmente, por la errónea colocación de
las suturas de aponeurosis a tarso. En caso de utili-
zar sólo una sutura, ésta debe situarse ligeramente
nasal a la pupila, para conseguir una forma de hen-
didura típica en raza caucásica. Si se utilizan tres su-
Figura 126A. Inserción correcta de la aponeurosis del EPS en turas, la manera de conseguir la convexidad ade-
la cara anterior media del tarso. cuada es mediante la colocación de los tres puntos
a distinta altura; el más alto debe ser el central, el
medio el nasal, y el más bajo el lateral. Cualquier
error en estas posiciones conlleva una alteración en
la forma de la hendidura muy evidente estética-
mente (figs. 128 y 129).

Figura 126B. Ectropión por inserción inferior de la aponeuro-


sis del elevador al tarso.

Figura 128. Asimetría del margen palpebral. Párpado más ca-


ído en el canto interno con ptosis de pestañas por probable in-
Figura 127. Entropión por inserción de la aponeurosis a tarso serción demasiado alta de la aponeurosis del elevador al tarso
demasiado alta. en la zona medial.

230
25. PTOSIS PALPEBRAL

Figura 129. A y B: Margen palpebral OD demasiado alto en el lado temporal. La inserción de la sutura en esa zona fue muy baja en el tar-
so, lo que produce una hipercorrección temporal. C y D: Resultado satisfactorio tras la corrección quirúrgica de dicho punto de sutura.

La asimetría entre los surcos de ambos lados se Cuando se afronta una ptosis unilateral, se debe
debe a varios posibles mecanismos patogénicos. En tener en cuenta el realizar una resección de piel
primer lugar, nuestra incisión debe conservar la al- acorde con la dermatocalasia existente y la supues-
tura del surco palpebral si previamente éste era co- ta elevación del párpado que se va a conseguir. Si
rrecto. Si no lo era, se deberá realizar la incisión si- no se observa este detalle estaremos ante un caso
métrica al lado sano, si lo hubiera, y si no es el caso, de doble pliegue o pliegue excesivo en posición pri-
realizarla a 6-8 mm en hombres y 8-10 mm en mu- maria de mirada (fig. 131).
jeres, siempre priorizando la simetría (fig. 130).

Figura 130. Mujer con ptosis leve en OD y pliegues palpebrales asimétricos. Se realiza la cirugía de la ptosis en OD con corrección
de ambos pliegues para intentar restaurar la simetría. El resultado estético es malo: el pliegue del OD está demasiado bajo respecto
al del OI.

231
CIRUGÍA PALPEBRAL Y PERIOCULAR

Figura 131. A. Paciente con ptosis palpebral unilateral. B. Se


realiza poca resección de piel, lo que deviene en un pliegue ex-
cesivo postoperatorio: el pliegue primitivo más el nuevo pliegue

10.3.8. Pérdida de pestañas

La pérdida de pestañas ocurre en disecciones in- Figura 132. Extrusión de la sutura no reabsorbible tras resec-
feriores excesivas muy próximas al margen palpe- ción del elevador.
bral que dañan los folículos de las pestañas. Es una
complicación realmente infrecuente, más ligada a la
poca experiencia del cirujano que a una mala praxis
o defecto de técnica. En la suspensión al frontal también existe la ex-
trusión de suturas, tanto de las incisiones de la
frente (fig. 133) como del párpado (fig. 134). No
10.3.9. Complicaciones secundarias obstante, el hecho de existir la posibilidad de utili-
al material zar material exógeno como material de suplencia
hace esta cirugía especialmente sensible a la extru-
Se trata de una complicación poco frecuente en sión, que muchas veces se complica con la infec-
los casos en que se emplean técnicas que actúan ción de la zona circundante. En estos casos la úni-
sobre la aponeurosis, por el poco o nulo material ca solución, aparte de la cobertura antibiótica, es
externo que se usa. Ocasionalmente hemos podido la eliminación del material de suplencia afecto
ver extrusión de suturas por uso inadvertido de su- (figs. 135 a 137).
turas no reabsorbibles (fig. 132).

Figura 133. Extrusión de suturas por la incisión superior de la frente.

232
25. PTOSIS PALPEBRAL

Figura 136. Mismo paciente. Cinco días tras el drenaje de los


puntos supurados post infección se observa la expulsión aisla-
da de la banda por la incisión superior.
Figura 134. A-B: Niño que presenta extrusión de material e in-
fección tras suspensión al frontal en OD. Debe resecarse todo
el tejido granulomatoso circundante y se retira la banda. C-D:
Resultado postoperatorio. Aun sin la plastia, el párpado se ha
mantenido a su nivel.

Figura 137. El mismo paciente tras la extracción de la banda


de Goretex. Obsérvese que tras estos procesos fibróticos el pár-
pado queda en posición a pesar de no contar ya con el elemen-
to de suspensión.

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