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La diabetes mellitus tipo 2 como consecuencia de la resistencia a la insulina

Autora: Karen Valentina Morales Romero


Introducción
La diabetes Mellitus tipo 2 es una patología asociada con la resistencia a la insulina sin hallar relación con la falta de producción
de esta por parte de las células beta del páncreas; se deduce esto debido a que se ha demostrado la presencia de
hiperinsulinemia en individuos con esta enfermedad; por tanto, se mencionarán las alteraciones en las vías de señalización
de la insulina causadas por falla en su receptor. Sin embargo, para tener una visión lúcida acerca del tema, se realizará una
breve explicación acerca del funcionamiento del páncreas con enfoque en la secreción de insulina y sus efectos en las células
diana.
El páncreas como fuente de señales hormonales

El páncreas es una glándula mixta debido a que consta de una porción exocrina denominada acinos pancreáticos, donde se
secretan las enzimas digestivas y bicarbonato. De igual manera posee una porción endocrina constituida por los islotes de
Langerhans; los cuales presentan cuatro tipos de células secretoras de hormonas. Las células alfa que se encargan de secretar
glucagón, el cual aumenta los niveles de glucosa en estado de ayuno prolongado o ejercicio. En contraposición se encuentran
las células beta que secretan insulina en respuesta a la ingesta de nutrientes, permitiendo mantener los niveles de glucemia
adecuados. En respuesta a la secreción de ambas hormonas, las células delta producen somatostatina llevando a cabo un
efecto paracrino que inhibe la liberación de insulina y glucagón. Por otra parte, las células f secretan polipéptido pancreático
que tiene una acción anorexígena y las células E secretan ghrelina para estimular la ingesta de alimentos1.

El páncreas como receptor de señales hormonales

Dichas secreciones pancreáticas tienen lugar de acuerdo con las señales generadas por la división autónoma del sistema
nervioso periférico, el cual se subdivide en dos vías autónomas antagonistas: la vía simpática que es más activa en situaciones
de huida y la vía parasimpática predominante en estado de reposo. Cada una de estas vías posee dos neuronas eferentes en
serie; la neurona preganglionar que se proyecta fuera del SNC hacia el ganglio autónomo con el fin de liberar acetilcolina
captada por los receptores colinérgicos nicotínicos de la neurona posganglionar; esta última en el caso de la vía simpática
secreta noradrenalina hacia receptores adrenérgicos del páncreas y en consecuencia produce una disminución de secreciones
enzimáticas y hormonales. Por otra parte, en la vía parasimpática, la neurona posganglionar secreta acetilcolina captada por
los receptores colinérgicos muscarínicos del páncreas estimulando la liberación de enzimas y hormonas2.

El viaje de la insulina y el glucagón

Las hormonas producidas por el páncreas como lo son la insulina y el glucagón van a ser excretadas hacia el torrente
sanguíneo por medio del sistema portal hepático. Inicialmente dichas hormonas serán expulsadas por las venas pancreáticas
que desembocan en la vena esplénica, la cual a su vez drena el riñón y sigue el recorrido hacia la vena mesentérica inferior,
donde recibe la sangre del recto y la parte distal del colón. Posterior a ello, la vena esplénica se une con la vena mesentérica
superior para formar la vena portal hepática que seguirá el recorrido de forma ascendente recibiendo el contenido de la vena
cística de la vesícula biliar y las venas gástricas derecha e izquierda hasta llegar al hígado por la parte inferior; allí se continúa
el trayecto por medio de los sinusoides hepáticos. Finalmente se transportan las hormonas y demás contenido fuera del hígado
por medio de la vena cava inferior para distribuirlo al resto del cuerpo3.

Efecto de la insulina sobre las células blanco

Aunque la insulina realiza su recorrido por todo el organismo, solo puede actuar en las células que poseen el receptor de
insulina como es el caso de las células del hígado, músculo y tejido adiposo. En estos tejidos la insulina induce la
glucogenogénesis debido a que aumenta la actividad de la enzima glucógeno sintetasa encargada de formar enlaces
glucosídicos entre los monosacáridos glucosa y a su vez disminuye la actividad de la glucógeno quinasa para impedir la
degradación del glucógeno. De igual forma, la insulina induce la glucolisis por medio de la enzima fosfofructoquinasa y con
ello permite obtener piruvato, el cual se convierte en acetilcoA, que se fosforila y aumenta la síntesis de malonilcoA;
coetáneamente la insulina estimula a la sintasa de ácidos grasos y con ello permite la formación de triacilgliceroles, los cuales
se almacenan en gotas de lípidos o se exportan como VLDL4.

Aspectos alterados de la señalización

Cabe mencionar que en el momento de interacción de la insulina con su receptor se inician dos principales vías de
señalización: la PI3K y MAP cinasas; las cuales van a permitir regular las acciones metabólicas y de expresión genética que
ejerce la insulina. Sin embargo, estas vías pueden verse alteradas debido a una desfosforilación de los residuos de tyr en la
subunidad beta del receptor de insulina y por ende no se generaría la asociación de la proteína Shc que une al complejo Grb2/
SOS para activar a GTP-Ras y así iniciar la cascada de las MAP cinasas. De igual forma, esta alteración del receptor de
insulina impediría la unión del complejo p85/ p110 que convierte el PIP2 en PIP3 que sirve como sitio de unión para cinasas
que fosforilan a Akt y a su vez este fosforila a su sustrato para que deje de inhibir la exocitosis de vesículas con transportador
GLUT4 y estos puedan llegar hasta la membrana para captar glucosa5.

Alteraciones relevantes en la Diabetes Mellitus tipo 2

Se ha demostrado que la Diabetes Mellitus 2 (DM2) es un factor de riesgo para adquirir cáncer de páncreas debido a que las
personas con DM2 presentan altos niveles de IGF-1 que al combinarse con el receptor de insulina activan las vías de MAP
cinasas y PI3K lo cuál activa a Akt y por ende no permite que se dé la apoptosis6. Adicionalmente se sabe que la DM2 es
consecuencia de la resistencia a la insulina; lo cual hace que se presente una hiperglicemia y simultáneamente
hiperinsulinemia debido a que las células beta aumentan la producción de insulina sin que esta ejerza sus funciones, teniendo
como consecuencia una mayor lipolisis en el tejido adiposo y por ende más ácidos grasos libres; además al exceder la
capacidad de absorción de glucosa en el músculo esta se dirige al hígado; donde va a presentarse glucotoxicidad al recibir el
exceso de glucosa desde el músculo y aumentar la glucolisis debido a la falta de supresión que ejerce la insulina7.

Conclusión

Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, se evidencia que la diabetes mellitus tipo 2 es la consecuencia de la
resistencia a la insulina; lo cual genera una hiperglucemia que afecta al hígado, músculo y tejido adiposo. En respuesta a ello,
el organismo trata de mantener la homeostasis generando una producción de insulina compensatoria por parte de las células
beta del páncreas; sin embargo, este mecanismo no es factible debido a que favorece aún más la resistencia a la insulina y
su producción endógena causa hiperinsulinemia. Dichas alteraciones van a tener repercusiones negativas en la salud de los
individuos ya que se favorece la división celular anormal y con ello se puede llegar a desarrollar un cáncer pancreático.
Sumando a esto, se da el aumento de VLDL debido al incremento de lipogénesis en hígado causado por el aumento de
triacilgliceroles; que en consecuencia puede llegar a generar aterosclerosis y dolor neuropático localizado en hígado y músculo
junto con procesos inflamatorios.

Referencias

1. Dra. Brandan, Nora C, Llanos Isabel Cristina, Miño Claudia Alejandra, Rodríguez Andrea. Hormonas pancreáticas.
2011. [citado 9 de octubre de 2019]; 18 páginas. Disponible en: file:///C:/Users/vale/Downloads/hpancreas%20(1).pdf
2. Andrew C. Silverthorn, Bruce R. Jhonson, William C. Ober, Claire W Garrison. Fisiología Humana un enfoque
integrado. Cuarta edición. Buenos Aires. Editorial Médica Panamericana. 2008.
3. Kenneth S. Saladin. Anatomía y Fisiología, la unidad entre forma y función. Sexta edición. México D.F. McGraw-Hill
INTERAMERICANA EDITORES S.A. 2013.
4. Walter F. Boron, Emile L. Boulpaep. Fisiología Médica. Tercera edición. ELSEVIER. 2017.
5. Jesús Alberto Olivares Reyes, Araceli Arellano Plancarte. Bases moleculares de las acciones de la insulina. 2008.
[citado 9 de octubre de 2019]; 27(1):9-18. Disponible en: file:///C:/Users/vale/Downloads/reb081c%20(1).pdf
6. Yan Li, Xiaohui Bian. Shuyi Wei, Meizhi He, Yuelian Yang. The relationship between pancreatic cancer and type 2
diabetes: cause and consequence. 2019. [citado 11 de octubre de 2019]. Disponible en:
https://catalogo.fucsalud.edu.co:2052/pmc/articles/PMC6750859/
7. Andrew M. Freeman; Kristina Soman-Faulkner; Nicholas Pennings. Insuline resistance. 2019. [citado 10 de octubre de 2019].
Disponible en: https://catalogo.fucsalud.edu.co:2052/books/NBK507839/

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