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Saludos y bendiciones a todos los amigos y amigas que me escuchan, les habla Ana Rincón, hoy es

el día 23, …. al estudio de CONTROLA TU LENGUA EN 30 DIAS ….APRENDER que DECIR ( o NO


DECIR) mejorara tus relaciones.

Antes de iniciar VAMOS HACER LA AFIRMACIÓN que he considerado la consigna al cambio….

HABLAR BIEN ES VIVIR BIEN! Repite conmigo


Hablar BIEN es vivir BIEN!
Espero sus comentarios positivos!
Iniciemos

DIA 23

La lengua vengativa
Acompáñame a leer en 1 Pedro 3:9 No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien,
bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición.

Hablar de venganza, como bien sabemos, resulta complicado en ocasiones y es difícil no entrar en
aspectos éticos, morales y hasta legales. Hay actos que evidentemente, necesitan de un tipo de
respuesta, pero en esos casos quien debe aplicar justicia serán los tribunales y nunca la violencia.

¿Cómo saber si una persona es vengativa?


Las personas vengativas son personas rencorosas porque no olvidan. ... Al no
perdonar viven anclados en el pasado, lejos del presente que es dónde está el
bienestar de una persona. Pese a que a veces no seamos conscientes, perdonar
tiene muchos beneficios y es clave para nuestro equilibrio emocional.

¿Qué dice la Palabra de Dios acerca de la venganza?


En el lenguaje de hoy, vengarse es castigar una ofensa devolviendo a otro mal
por mal. En el lenguaje bíblico la venganza designa en primer lugar cierto
restablecimiento de la *justicia, una victoria sobre el mal.

¿Cómo vengarse de una persona que me ha hecho mucho daño?


La mejor manera de vengarse de todas las personas que te han hecho daño, es
progresando, y comprender que el deseo de desquitarse con otra persona
solamente te mantiene atado al daño que recibiste, y te quita el beneficio de salir
adelante.

¿Qué dice la Biblia acerca de los enemigos?


Y de estos preceptos la enseñanza es ésta: Bendecid a los que os maldicen y
rogad por vuestros enemigos, y ayunad por los que os persiguen. ... Vosotros
amad a los que os odian, y no tengáis enemigos.
¿AMAR A NUESTROS ENEMIGOS?
El pueblo judío estaba familiarizado con el mandamiento del Antiguo
Testamento de “amar a tu prójimo” que aparece en libro de Levítico 19:18.
Para muchos, esto significaba amar a sus hermanos judíos, pero esto
siempre no es fácil y se dieron cuenta de la importancia de ello. Entonces
Jesús vino y llevó este mandato un paso más allá: “No solo ames a tus
vecinos, sino que quiero que ames a tus enemigos también.”

Amar a nuestros enemigos significa amar a aquellos que no nos aman, a


quienes no les caemos bien, no hablan tal como nosotros lo hacemos, e
incluso no nos quieren. Esto hace referencia a gente tanto dentro y como
fuera de nuestro círculo de familiares y amigos. El mandato de Jesús
incluye amar a aquellos que no buscan nuestro bien, es decir, gente que
desean que el mal recaiga sobre nuestras vidas, e incluso gente que
busca cada oportunidad para ponernos la zancadilla.

A primera vista, amar a nuestros enemigos puede parecer un acto


imposible. Pero después de todo, cada uno de nosotros tiene una historia
que comienza con: “Si supieras cómo era esta persona o lo que hizo, no
me pedirías que los amara.” Pero Jesús fue muy claro, así que ¿Cómo
comenzamos a amar a nuestros enemigos? Esto comienza con la oración.

Cuando oramos por una persona que nos ha lastimado, Dios tiene una
manera de ablandar nuestro corazón. Comenzamos a mirar a esa persona
a través de los ojos de Dios, e incluso haciendo memoria cómo Dios nos
vio con amor y misericordia mientras nosotros aún éramos sus enemigos y
lo rechazamos por nuestro pecado.

Entonces, ¿Podemos decir que “orar por nuestros enemigos” hace que lo
que esa persona hizo esté bien? La respuesta es absolutamente que
no…... ¿Significa que vas a querer ser la persona mas cercana con él o
ella? En la mayoría de los casos, no…… Pero esto significa que Dios
puede darte un poder sobrenatural para amarlos y mostrarles amor, sin
importar que tipo de respuesta tengan ello con nosotros. Y ese tipo de
amor es poderoso. Bueno no, en realidad está más allá de ser poderoso.
Esta actitud es sobrenatural porque este tipo de amor proviene de Dios.

 
Todos hemos sido dañados alguna vez en nuestras vidas. Existen
personas que simplemente pasan página y siguen con sus vidas, y
existen personas que permanecen inmóviles en ese dolor. Se
alimentan del daño que han sufrido, y necesitan tener viva la
esperanza de una futura venganza. Son heridas que no son capaces
de cerrar de ningún modo, y ello les va consumiendo cada vez más.
En este artículo describiremos cómo son las personas rencorosas.

Es cierto que alguna vez hemos sido ofendidos y dañados. Esto forma
parte de la vida y de las relaciones que establecemos. Cuando esto
ocurre, lo más sano es aprender de ello, perdonar, y seguir con
nuestras vidas. Pero existe un tipo de personas, que atrapan todos los
agravios sufridos, y se recrean en ese profundo dolor. Son incapaces
de dejar atrás esa mala experiencia y seguir adelante. Se
convierten así en personas necesitadas de venganza y odio, y ello es
una carga que nadie debería soportar, ya que nunca destruye a la
persona a quien va dirigido ese rencor, sino que sólo destruye a la
persona que siente esas emociones tan negativas.

El rencor nace de la necesidad de devolver “el golpe”. Es una


necesidad infantil que perdura en personas adultas incapaces de
gestionar el dolor. Pero esta emoción es mucho más, esconde un
dolor perpetuo capaz de cambiar por completo a las personas que la
padecen. Es capaz también de alterar el humor y el estado de ánimo,
la confianza en los demás, y en definitiva es capaz de cambiar todo lo
que una persona es. El rencor es capaz de debilitar y destruir a quien
la padece.

Características de las personas rencorosas


Para saber cómo son las personas rencorosas debemos fijarnos en su
biografía, su conducta y su modo de pensar. Suelen aguantar un
enorme peso en su interior. Desean responder a las ofensas, las
traiciones, el engaño y el abandono. Ello les ha producido
serias heridas emocionales que no les permiten seguir con sus vidas.
Acaban por centrarse en el odio y en la venganza. Pero eso sólo les
producirá aun más dolor.
Las personas sumidas en el rencor suelen tener una autoestima
baja. Necesitan sentirse valoradas y aceptadas, no soportando
ninguna clase de desprecio u ofensa. Para ellos, un simple mal gesto
de una persona cercana se convierte en una de las mayores ofensas.
Es un modo infantil de percibir las relaciones y todo lo que éstas
conllevan.

También hay que tener en cuenta que esta clase de personas suelen
tener un pensamiento rígido. Es decir, o estás con ellas o contra
ellas. No son capaces de tener un pensamiento crítico, ni gestionar
adecuadamente las adversidades.

Sus relaciones suelen ser bastante tóxicas. Al tener una


personalidad infantil encaminada al pensamiento rígido, valora a las
personas cercanas como queridas o como enemigos. No son capaces
de percibir a alguien simplemente como algo neutral.

Su estado de ánimo suele variar dependiendo de sus relaciones.


Cuando éstas van mal su estado de ánimo suele ser bajo, pero
cuando se siente arropada y querida, su estado se convierte se eleva
hasta la euforia. Por tanto, podemos decir que, son personas
emocionalmente variables y dependientes de los demás, y como
éstos se relacionas con ellas.

El perdón cómo salida


Cuando hablo del perdón, no quiero decir que, si alguien nos daña,
tenemos que perdonar y seguir como si nada. Cuando hablo del
perdón hablo de perdonar, quitarnos esa carga, y seguir con
nuestro camino. Si la persona dañada quiere continuar con esa
relación, ya es una decisión personal.

Ya sabemos cómo son las personas rencorosas, y como necesitan


perdonar para seguir avanzando. Nadie debe cargar con tanto peso
emocional. Si alguien nos ofende, nos daña o no ninguna, debemos
perdonar y seguir con nuestro camino. Nadie que nos daña merece ni
nuestro tiempo, ni nuestras energías para mantener nuestro odio y
nuestro rencor.
El rencor siempre nos lleva al sufrimiento. Un sufrimiento que sólo
lo padecemos nosotros mismos. La persona a quien va dirigido
nuestro rencor ni siquiera es consciente de ello, en la mayoría de las
ocasiones. Por tanto, no vale la pena vivir bajo el yugo del rencor. Es
mejor perdonar y pasar página. Nos lo merecemos.

Cómo superar el rencor


Sabiendo cómo son las personas rencorosas podemos establecer
ciertas estrategias, para que puedan dejar atrás el rencor, liberarse
de esa carga, y seguir con sus vidas. Son herramientas que fomentan
el perdón. Y entre estas estrategias encontramos:

 Las personas rencorosas deben dejar de ser tan dirigidas, y


tener un pensamiento más flexible. Gracias a ello la persona con
rencor puede centrarse en el perdón. Un cambio de perspectiva
es un gran paso para no caer en el odio y el rencor.
 Es importante de igual modo, facilitar herramientas de gestión
emocional, donde la persona rencorosa pueda liberarse de la
rabia y de la ira que siente. Al gestionar esas emociones tan
negativas y nocivas, la persona se puede centrar en el perdón, y
dejar atrás el rencor.
 Para las personas rencorosas es esencial realizar proyectos y
actividades nuevas. También sería recomendable que se
relacionara con nuevas personas. Todas esas novedades
permiten no dejar espacio para lo antiguo para centrarse en lo
nuevo, o como en este caso, dejar a un lado a las personas por
las cual sentimos rencor.

Si al descubrir cómo son las personas rencorosas te has sentido


identificada, decirte que no tienes porque vivir con esa carga. La
vida es demasiado corta para vivir con odio y rencor. Así que, apuesta
por el perdón, aprender las lecciones que has sacado de ese dolor, y
seguir con tu vida. Deja a un lado la venganza, ya que sólo te será útil
para destruirte a ti mismo. Si alguien de hace daño, aléjate sin más. Si
no puedes hacerlo físicamente, hazlo emocionalmente. No tienes que
compartir nada con ese tipo de personas. ¡Libérate!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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