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DIA 23
La lengua vengativa
Acompáñame a leer en 1 Pedro 3:9 No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien,
bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición.
Hablar de venganza, como bien sabemos, resulta complicado en ocasiones y es difícil no entrar en
aspectos éticos, morales y hasta legales. Hay actos que evidentemente, necesitan de un tipo de
respuesta, pero en esos casos quien debe aplicar justicia serán los tribunales y nunca la violencia.
Cuando oramos por una persona que nos ha lastimado, Dios tiene una
manera de ablandar nuestro corazón. Comenzamos a mirar a esa persona
a través de los ojos de Dios, e incluso haciendo memoria cómo Dios nos
vio con amor y misericordia mientras nosotros aún éramos sus enemigos y
lo rechazamos por nuestro pecado.
Entonces, ¿Podemos decir que “orar por nuestros enemigos” hace que lo
que esa persona hizo esté bien? La respuesta es absolutamente que
no…... ¿Significa que vas a querer ser la persona mas cercana con él o
ella? En la mayoría de los casos, no…… Pero esto significa que Dios
puede darte un poder sobrenatural para amarlos y mostrarles amor, sin
importar que tipo de respuesta tengan ello con nosotros. Y ese tipo de
amor es poderoso. Bueno no, en realidad está más allá de ser poderoso.
Esta actitud es sobrenatural porque este tipo de amor proviene de Dios.
Todos hemos sido dañados alguna vez en nuestras vidas. Existen
personas que simplemente pasan página y siguen con sus vidas, y
existen personas que permanecen inmóviles en ese dolor. Se
alimentan del daño que han sufrido, y necesitan tener viva la
esperanza de una futura venganza. Son heridas que no son capaces
de cerrar de ningún modo, y ello les va consumiendo cada vez más.
En este artículo describiremos cómo son las personas rencorosas.
Es cierto que alguna vez hemos sido ofendidos y dañados. Esto forma
parte de la vida y de las relaciones que establecemos. Cuando esto
ocurre, lo más sano es aprender de ello, perdonar, y seguir con
nuestras vidas. Pero existe un tipo de personas, que atrapan todos los
agravios sufridos, y se recrean en ese profundo dolor. Son incapaces
de dejar atrás esa mala experiencia y seguir adelante. Se
convierten así en personas necesitadas de venganza y odio, y ello es
una carga que nadie debería soportar, ya que nunca destruye a la
persona a quien va dirigido ese rencor, sino que sólo destruye a la
persona que siente esas emociones tan negativas.
También hay que tener en cuenta que esta clase de personas suelen
tener un pensamiento rígido. Es decir, o estás con ellas o contra
ellas. No son capaces de tener un pensamiento crítico, ni gestionar
adecuadamente las adversidades.