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Centro de Investigaciones sobre América del Norte


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(}iit~_:.~, Editorial, Universidad Nacional Autónotna de México

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ÍNDICE !!
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Agradecimientos 9
Presentación 11
• Bolívar Echeverría

AMERICANIZACIÓN
La "modernidad .americana" 17
(claves para su comprensión)
• Bolívar Echdverría
La independencia de Estados Unidos: 51
una singularidad histórica
qQCqición; Ediciones Gra / Cenlro de l.nveslígaciolies sobre Am¿rica del No(te • Ignacio Díaz de la Serna
!.
y Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial, 'Ul"AM

Primera edición: lOOS DE LA CULTURA


l)rimcra reimpresión: 201.1 Las poéticas -colonizadas de América Latina
ISBN: 97S-ti07-.:I4S:00S. 7 (Era)
77
lSBN: 978-970-32-5146-9 (UNAM) • Eduardo Subirat.s
¿Cómo se dice OK en inglés? 97
OH. ,1)2008 • Univasitiad NaciOllal Aulónoma de Mc,xico"
'-Oirección General de Public:u;ioncs y Fomento Editorial (De la americanización como arcaísmo y novedad).
Ciudad Universilaria. Dckgación Cuyoacán, • Carlos Monsiváis .
0:\510 Mé:--ico, D.F.
• Cenlro d.: 11l\'C'sligaciones sobre América del None
Anatornía de un:1 tentación 121
Piso, 9 y 10, Torre 11de Humanid:\des • José lI-laría Pé~'ez Gay
Ciudad l.llliversitHI'ia. Odcgación Coyoacáll, '
04510 Mé,-.;ico, D.F
• Ediciollt.s Era, S.A, de C.V. DE LA CIENCIA Y LA ECONOMÍA
Calle del Trabajo 3J. cülonia La F¡Llna, Tlalpan,
La americanización de la ciencia 139
14269 México, [).F.
• Manuel Peimbert
Impreso y Il<.'cho en 'l\1é,'\Íco México y su economía política de la modernizaciQ\1
Primed alld mm/ •• in MexÍ1:0
(hipótesis para un relato) 153
ESle libro 110puede ser tOlOcopiado, ni ¡"eproducido total u parcialmente, • Rolando Cordera
por ningún medio o l11<Ítodo,sil1lu aUlOri¡wcióll por escrito del cditvr.

nlis book I/I(/Y ,ivl il! lI'Jwlc al" i¡¡ parl,


bt' reprudlli:i.'d,
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.;', ' LA MODERNIDAD AMERICANA


(CLAVES PARA SU COMPRENSIÓN)

t • Bolívar Echeverría

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1 "Sie Jwhen teuere Kleider", sagte Karl [ ... ].
"Ja", s(lgte RobimOll, "ieh kauJe mil' fasl
jedéf1.--Tag irgend ellúas. Hlie ¡fejiiUt Ihnrn
• "'JC' .•
di/? Weste?" "Can;:: glll", s(J&rte Karl. "Es
sind ab~rkeine wirkiir.hcn. Taschen, das isl
nUT so gemnc"l "J sngie Hohinson 11l1dfnjJ-
te Karl bei dr.r Hand, damit sieh diese¡"
sclbst davon úberu:ll.gr.
Franz Kafka, Amcrika l

El interés en distinguir lo específicamente ",unericano" q.ue hay


en la modernidad contemporánea proviene de una constata.
ción de hechos y tendencias: el proceso de deterioro del con-
~, junto de la vida económica, social y política en el último medio
siglo -que parece encaminar la historia mundial a una situa-
ción catastrófica de magnitud y radicalidad desconocidas hasta
ahora- es un proceso que sigue la línea de desarrollo ddini.
da por una de las múltiples versiones de la modernidad capita-
lista, la versión "americana". Cualquier intento ele frenar, ~l vez
revertir o incluso simplemente sobrevivir a ese proceso de de-
terioro civilizatorio y sus consecuencias debe pregun tarse acer-

l'
I
ca de los recursos que tal intento puede encontrar en medio
de la civilización moderna actual pará ser rcalmente viable.
Sería equivocado suponer que estos recursos siguen siendo los
mismos o del mismo orden que aqucllos de que disponía la vi-
• cia civilizada moderna en el siglo pasado para contrarrestar sus

I "'Su ropa es cara', dUo Karl [... J. 'Sí', dijo Robimon, 'casi todos Jos días
me compro algo. ¿Qué le parece este chaleco?' 'Muy bueno', dUo Kar1. 'Pero
los bolsillos no son reales, son hechos sólo a:;í'. dijo Rabioson )' le tomó la
mano para que se convenciera por sí mismo." América, novela inconclusa que-
se publica ahora con el título que su autor quería darle origin<11111cntc: Der
Ver.schollene(El desaparecido), Fischcr, t 994. p. '16:3.

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propias aberraciones, y que fueron desaprovechados en tonces 44-49). Una radicalización que convierte esa subsuncióQ, de
con los resultados devastadores tan conocidos. Las diferell- un hecho sólo exterior o '¡[onnal", en otfO "real" o de alcance
cias de todo orden (lo mismo en lo técnico que en lo social y técnico y que, al hacerlo, "interioriza" o incorpora el peculiar
lo político) entre la modernidad prevaleciente hace un siglo modo capitalista de reproducir la riqueza en la composición
(la "europea") y la que domina actualmente (la "americana") misma del campo instrumental-del "sistema de aparatos" (Wal-
pueden ser evidelll.es en el detalle -¿quién, por ejemplo, no ter Benjamin)- de la sociedad, consolidando y generalizando
ha debido contrastar alguna vez la grnnrllichkeit europea con así la configu;'ación del trabajo humano como un proceso de
el easy going americanoL, pero son confusas en su sentido: explotación asalariada ("esclavismo moderno") de la mayoría
¿son l11l1cstras de un perfecionalnicnto o de un desvío, de una de la población ("proletariado") por parte de una minoría de
complejidad mayor o de una simplificación? Sólo si se las exa- ella ("burguesía:').
mina con precisión crítica se podrá reconocer la especificidad El proceso que lleva a la generalización del telos de la valori-
que ticne la segunda por debajo de su parentesco innegable zación del valor, inducido por el modo capitalista de repro-
con la primera, y se podrá así detectar en ella misma ciertos ducción de la vida social, es sin duda el proceso dominante en
recursos nuevos que puedan usarse para combatirla adecua- la historia de la modernización europea; pero está lejos de ser
damente y revertir tal vez la tendencia catastrófica que ella im- el único. Otras propuestas de vida moderna que reivindican
prime aClualmente a la historia. otros telas propios de la "forma natural" de la vida humana
aparecenjunLa a él y lo acosan una y otra vez a lo largo de esa
1 historia; se trata, sin embargo, de propuestas sobre las que ese
proceso "no ha dejado de vencer" hasta ahora, propuestas que,
La modernidad capitalista puede ser vista como un "proyecto desde su útatlJ~ de derrotadas, ejercen una gravitación enigmá-
civilizatorio" que conlenzó a gestarse de manera espontánea e tica y fascinante, descifrable tan sólo por quien, como el "mate-
inconsciente eu la vida práctica de las sociedades europeas a co- rialista histórico" de \'Vaher Benjamin, sabe pasar la mano "a
mienzos del segundo milenio de nuestra era. Su propósito ha contrapelo" sobre el lomo de la historia.
sido reconstruir la \oda humana y su mundo mediante la actua-
lización y el desarrollo de las posibilidades de una revolución 2
técnica cuyos plimeros anuncios se hicieron presentes en esa
época a todo lo ancho del planeta. Lo peculiar de este proyec- El proyecto civifizaLOrio de la modernidad capitalista sólo pu-
to de modernidad está en su modo de emprender esa recons- do llevarse a cabo en términos histórico concretos, primero,
trucción civiJizatoria, un modo que irnpriJne a ésta un sentido invadiendo las figuras preexistentes de la civilización en Eu-
muy particular: darle una "vuelta de tuerca capitalista" a la ya ropa e imponiéndose dentro de ellas o incluso sustituyéndolas
milenaria mercan tificación de la vida humana y su mundo, ini- y, segundo, reprimiendo las prefiguraciones civilizatorias que
ciada ocho o nueve siglos antes de la era clisliana. En otras pa- resultaban de otras actualizaciones, éstas no capitalistas, de
labras, radicalizar la "subsunción" o subordinación a la que está ese revolucionamicnto técnico. Por esta razón, la realidad his-
siendo sometida la "forma natural" de esa vida por parte de tórico concreta de la civilización moderna en Europa sólo se
su "doble", la "iol'lna de valor", que ella misma pone en pie vuelve comprensible si se la descifra como la realización del pro-
CHando se desarrolla como una vida mercantilizada (sobre es- recLa civiliza torio que trae consigo el modo capitalista de la
las conceptos, véase infla "Apuntes sobre la 'forma natural"', pp. reproducción social, llevado a cabo bajo la forma de un arro-

18 19
f
lIamiento de las resistencias que presentaban las distintas civi- nea europea, a todas luces la principal, antonom,ísica, y la línea
lizaciones premodernas y los múltiples esbozos no capitalistas aparentemente secundaria, la "(norte)amcricana".
de civilización moderna. En la lucha o enfrentamiento desatado Lo que distingue entre sí a esLo1S dos rama, es el grado de den-
por esta resistencia, la parte vencedora, la capitalista, sólo re- sidad del compromiso que se establcce entre la realización del
sulta serlo a través de un conjunto din,imico de compromisos proyecto civiliza torio capitalista y la realidad ya civilizada (des-
en los que debe entrar con esas otras civilizaciones ya estableci- de lo arcaico) o recivilizándose (desde el presente) a la que
das y con esas otras propuestas civiliza tonas, compromisos que ella debe someter y, si es posible, anular. La rama eurupea de
permiten a éstas reproducir refuncionalizadamente ciertos ras- la ci"ilización moderna es una ram" "impura" debido al alto
gos esenciales de la "forma natural" de la vida social y que obli- grado de densidad que ese compromiso adquiere en ella; avan-
gan a aquélla, a la parte capitalista, a desviar su autoafirmación za sinuosa y lentamente refuncionalizando una identificación
y a retardarla. social "pagana" que está dotada de una consistencia y dinámi-
Especialmente en el mundo mediterráneo, y como resultado ca propias y que obliga a la "forma de valor" capitalista a cun-
de una historia milenaria, la "subsunción formal", impuesta por tcmpolizar con una vigencia múltiple y compleja de formas
el capital comercial y el capital usurario (a los que Marx llama- "naturales o concretas de la vida, unas toda\Ía premodcrnas y
ll

ba "antediluvianos") sobre la civilización de Occidente, había otras ya claramente protomodernas.


decantado en la vida social en un rico en tramado de usos y La rama <lamericana" de esa civilización es en cambio una
costumbres, en un amplio y complejo conjunto de identida- rama prácticamente "pura", debido a lo tenue de ese conflic-

I
1.
des cultivadas cotidianamente con fervor. Por esta razón, el
paso del predominio de ese capital "antediluY,iano" al predo-
to entre lo capitalista y lo "natural"; se desenvuelve sin mayo-
res contratiempos siguiendo una trayectoria casi rectilínea, en
medio de una vida civilizada bastante ra,a O elcmental en la que
minio del "capital productivo" -que es el tipo de eapital con
I[1 el que se consuma la "subsunción real" de la ,ida social al capi-
talismo-, un paso que se completa apenas a mediados del siglo
la identificación "natural" de la vida por refuncionalizar se re-
duce, quintaesenciada, a la fe ardiente en las Sagradas Escritn-
XVIII, abrió un panorama especialmente contradictorio. Tan ras judeocristianas y la obediencia ciega a las directrices morales
contradictorio, que dio lugar, a partir de la Revolución fran- derivadas de ellas.
cesa, a toda una época histórica, la de la "actualidad de la re-
volución" (como la llamó Georg Lukács), en la que un proyecto 4
alternativo de modernidad, el proyecto comunista, llegó a po-
ner en grave peligro la opción capitalista que trataba de perfec- Tras las diferencias ele apariencia puramente doctrinal que dis-
cionarse. (Fernand Braudel registra la dificultad de este paso tinguían a los Clistianos de la rama europea frente a los colonos
cuando atribuye al capital una "extrañeza" y "torpeza" ante los puritanos que irán a fundar la rama americana -precisamente
asuntos propios de la esfera de la producción.) las que llevaron a que éstos fueran "expulsados" a América-,
se esconden otras, más determinantes, que Lienen que ver con
3 la mayor o menor complejidad, con lo más "elaborado" (mes-
tizado) o lo más "elemental" (castizo) ele la viela ci,ilizarla que
La historia de la civilización moderna-capitalista se hifurca a unos y otros presen taban an te el proceso de modernización.
partir del siglo XVII; aparecen dos ramas o líneas de desarro- La modernidad europea del siglo X\1J al siglo XVIII, lo mismo
llo yuxtapuestas, paralelas y contiguas, pero autónomas: la lí- que su re-constnlcción en AJnélica Latina, es en 10 fundarnen-

20 21
lal una modernidad de Europa del sur o del orbe mediterrá- concesIón de principio y sin entrar en las complejidades del
neo, mientras que la modernidad "ameJicana", a partir del siglo mestizaje, una definición o identificación eclesial puristamen-
x\~r, deriva más bien de una modernidad de la Europa noroc- te cristiana en el lugar que ocupaban antes esas identidades y
cidental. Y aqur la diferencia geográfica apunta hacia una di- culturas, apartándolas a la periferia "bárbara" o herética, siem-
ferencia de orde-n identitario que tuvo gran importancia en la pre reprimida pero siempre amenazante.
consolidación del modo capitalista de reproducción de la ri-
ll
queza social. La primera es una ITIodernidad "calólica la se- ,
5
gunda, una modernidad "protestante", no lanto en el sentido
teológico de eSlos calificativos cuanto en su senlido identita- La modernidad "americana", como prolongación de la parti-
rio-político, es decir, en el que atañe al grado de radicalidad cular modernidad noreuropea, viene a culminar algo que el cris-
de la cristianización de la vicia cotidiana, a la medida en que tianismo pareciera haber tenido el encargo de preparar: una
la asamblea religiosa propiamente cristiana, la ecclesía, había socialidad dotada de un ethos que la vuelva capaz de dar una res-
alcanzado a ponerse en e1lugar o sustituir a la comunidad an- puesta positiva, "realista", aquiescente y dócil. al "espíritu del ca-
'Ccstral o a la polis como instancia socializadora e identificadora pitalismo" (Max Weber), a la solicitación que éste hace de un
de los indiviuuos singulares y colectivos. cierto tipo de ser humano capaz de ser funcional con la acción
La modernidad europea católica o mediterránea presenta- que subsume la vida humana al capital; de una humanidad que
ba un grado de cristianización relativamente bajo debido a que demuestre una cierta definición ético-antropológica como ca-
proven ía de un proceso de evangelización cuyo efecto destlUc- racterística básica de su comportamiento y apariencia.
til'O sobre las identidades y las culturas paganas de las socieda- El capitalismo radical no tiene en principio ninguna pre,
des mediterráneas se encontró con filertes resistencias. Si llegó ferencia identitaria en su realización histórico concreta; sin
a dominar fue gracias a que, cediendo a estas resistencias, si- embargo, dado que una actualización de este orden es única e
guió una "estrategia" peculiar de tolerancia ante las iuolatrías, irrepetible y que las poblaciones cristianas noroccidentales fue-
de integración o mestizaje de las mismas en una identidad y ron de facto, accidental o casualmente, las que lo actualizaron
una cultura cristianas relativizadas y "aflojadas" para el efecto.' de la manera más limpia y potente, las características étnicas de
La modernidad europea protestante o noroccidental pre- las mismas se fundieron con las puramente capitalistas -"la for-
sentaba, en cambio, un alto grado de cristianización debido a ma se hizo fondo", lo accidental devino esencial. lo casual ne-
tIue se había gestado en un proceso de evangelización cuyo efec- cesario, lo retórico central- y surgió una peculiar identidad
to devastador había avanzado sin grandes obstáculos sobre las moderna, la "blanquitud", según la cual no basta con ser mo-
ruinas de las idcl1[idades y culturas noreuropeas (celtas y ger- derno-capitalista, sino que también hay que parecerlo.'
mánicas) y había impuesto, sin necesidad de hacer ninguna En la vía "americana" -noreuropea al extremo- de la moder-
nidad capitalista, la mercantificación de la vida y su mundo,
2 Al afirmarse como una re-creación de la modernidad europea católica, la subsunción de la "forma natural" de esa vida a su "forma
la modernidad de América Latina resulta especialmente capaz de sufrir/
de valor", se cumple en condiciones de extrema debilidad de
vivir el proceso de la subsunción capitalista sin participar milítantemente
en él. Y 1;$ que en su historia tlla vuelve reCLlrrentemenle al eliJos específi-
camente barroco de e~e sufrirlvi\~r, al elhos que ensei"l<l a rescatar lo cualita- , Véase, Bolívar Echeverría, "Imágenes de la blanquitud", en Diego Liza-
tivo de 1<1 Viel,l incluso allí donde la miseria cuantitativa parece volverlo razo el aL, Sociedades icónicas, Siglo XXI, México, 2007; también en: www.
imusrcntablc. bolivare.unam.mx.

22 23
J.'
la primera, de su falta de recursos para resistirse a la acción
fí Por el contrario, si lo que se tiene en cuenta es la histoda
de esta última. Es una vida "natural"' cuya creatividad está de la consistencia formal concreta de la vida rnoderna, la ame-
"congelada", encerrada en la inercia o la repetición. Nada o
1
ricanización de la modernidad traería consigo, un empobreci-
casi nada hay en la experiencia práctica de los individuos socia- miento radical: implica, en efecto, en prilner lugar, una ruptura
les que los lleve a percibir una contradicción entre el produ- tajante con el pasado premoderno, no sólo pagano, sino también
cir y consumir objetos en calidad de "bienes terrenales" y el cristiano católico; un pasado sin el cual la modernidad, como
hacerlo tratándolos en calidad de mercancías, de "bienes ce- "negación determinada" que es de otros proyectos civilizato-
lestiales" o puros receptáculos del valor económico. En la ,;da rios anteriores, queda severamente disminuida en su sustancia
(norte)americana moderna, el desarrollo paulatino pero con- históI;ca. Irrlplica además, en segundo lugar, una eliminación
sistente de una "forma natural" sometida al capital explora más sistemática, dentro de la vida cotidiana, de la competeucia en-
allá de todo límite las posibilidades de incremento cuantitativo tre las múltiples propuestas de vida o los distintos elhe posibles
de los bienes producidos/ consumidos; sin embargo, por otro dentro de la modernidad capitalista; tiende, en efecto, a asegu-
lado, impone una repetición sin alteraciones sustanciales de rar el monopolio del modo de ser capitalista para uno de ellos
la consistencia cualitativa ancestral de los mismos. Los nuevos en particular, el ethos "realista" ("protestallte"' o "puritano").'
valores de uso deben descubrirse así a partir de la proyección,
sobre una naturaleza de disponibilidad en principio inagota- 6
ble, de las exigencias caprichosas pero conservadoras que echan
sobre ella unos propietarios privados, cuyo endquecimiento en La europea y la (norte)americana son dos ramas de la hislOda
dinero no alcanza a habilitarlos para romper ~on el sistema de moderna que se reencontrarán a partir de la segunda mitad
necesidades establecido: pese a todo, los valores del earlyame- del XIX. tres siglos después de su separación. Para entonces,
rican se repiten una vez más en el postmodern americano Proceso mientras la primera ha llevado a la modernidad capitalista a
que contrasta con el que tiene lugar en la modernidad euro- un estado crítico de autonegación, la segunda la ha conduci-
pea, donde los nuevos valores de uso que se descubren han si- do a uno de realización plena. La primera, la de la moder-
do sin duda refuncionalizados por el valor capitalista, pero sin nidad "europea" -impugnada por el pro)'ecto comunista-, se
desconocer la "lógica" social-natural de sus alteraciones ni anu- encuentra en plena crisis debido a que no pudo concluir a sa-
lar la creatividad de formas que \;enen de la interacción colec- tisfacción la tarea de subordinar completamente a la "forma
tiva "materialista" o "terrenal" con la naturaleza. natural" (ni en su versión tradicional ni en sus versiones nuc-
Considerada en el nivel esencial de la historia de la moder- vas). La segunda, en cambio) la de la modernidad "americana",
nidad realmente existente, la "americanización" de la moderni- está en pleno crecimiento y expansión, satisfecha de haber
dad en el siglo xx sería sin duda una culminación: el arribo al concluido la tarea.
punto de la más estrecha interconexión entre la consolidación Los vasos comunicantes que se instalan entre ambas versio-
de la revolución técnica en las fuerzas productivas y el procedi- nes de la modernidad capitalista no estarán al servicio de un
miento capitalista de actualizarla. Sería la conquista del grado llretorno", de una reinserción de la versión "americanal1 en la
más alto de subsunción de la lógica "natural" o lógica del va-
lor de uso de la vida social moderna a la lógica capitalista de
~ Véase, Bolívar Echcverría, "Modernidad y capitalismo", en Las iluSlOl1t'S
la autovalorización del valor mercantil, el grado casi pleno de la di la modernidad, Universidad Nacional Autónoma de ~léxico.El Equilibrista,
identificación entre ambas. México, 1995; también en: \'/ww.bolivare.unam.lllx.

24 25
"europea", sino al de una invasión de ésta por la primera, que yecto cristiano purilano, con un hecho natural igualmente pe-
inlenlará absorberla y sustituirla en un proceso lento y loda- culiar, el de la abundancia relaliva de medios de producción
via inacabado en la presente \~lella de siglo. naturales; en el encuentro inesperado de una moralidad que
busca la salvación eterna (celestial) a través de la entrega com-
7 pulsiva al trabajo productivo (el "workholism" de nuestros días)
con una situación natural excepcionalmente favorable a la po-
La simbiosis de ambJ.s inyecta savia nueva y revitaliza a la "mo M

tenciación de la prod uctividad del trabajo.


dcrnidad europea", sobre lodo a partir de la segunda posgue- No puede exagerarse la importancia que ha tenido este en-
rra europea del siglo XX, pero se trala de una transfusión que cuentro "fundacional" en la redefinición "americana" de la mo-
se dirige solamente a las partes de ella que la "modernidad ame- dernidad. Un esquema de comportamiento moral concebido
ricana" considera "rescalables". Al hacerlo de esta manera, esa para garantizar la supervivencia en condiciones de "amenaza
simbiosis abre en la modernidad europea una escisión entre dos total" a la vida humana, diseñado y perfeccionado por mile-
versiones de sí misma: la que se re-confornla a la "americana" y nios en condiciones de "escasez absoluta", es puesto a prueba
la castiza o l'nuténtica", fiel;] la identidad l'europea" tradicional; de buenas a primeras, después de un "segundo éxodo del pue-
versión éSla que, por lo demás, se encuenlra en una profunda blo de Dios", esta vez a América, en una situación radicalmen-
elisis de autodcfinición. "Ser moderno a la europea" implica te diferente, en la que reina una escasez que se ha vuelto sólo
hoy el1 día reconocer, comoJean Baudrillard, que, por debajo "relativa" (es decir, un cierto grado de aceptación y no de re-
de sus veleidades autocríticas, una "verdad americana" había chazo de lo otro, lo natural, hacia lo humano) y, concomitan-
eSlado siempre esperando, como un destino por cumplirse, en temen te, una "abundancia" desconcertante, hasta entonces
el horizonle de lo europeo, e implica constatar al mismo tiem- desconocida ..,
po que juslo aquello contra lo que se vuelca toda modernidad Los hechos del "nuevo mundo" debieron venir por sí solos
capitalista, la sustancia histólico concreta -eso que es lo "pres- a impugnar ese esquema de comportamiento moral; a demos-
cil1dible" en la perspectiva "americana"-. es lo único que legi- trar que la tierra donde vive el ser humano no es necesaria-
timaba y otorgaba especificidad a la modernidad "europea". mente, como parecía serlo para las mayorías en la Europa de
Por su parte, tambiéll la rama histórica 'j(norte)americana" Oligen, un "valle de lágrimas". un "lugar de prueba y sufrimien-
de la modernidad capit;,llista experimenta modificaciones con- la". Sobre lodo. a volver e\'idente que la "riqueza terrenal" no
siderables C01110resultado de esle reel1cuehtro si'111biótico, tan es solamenle el frulo del sacrificio humano en la guerra o en
decisivas e incluso más que las que se observan en la rama eu. el trabajo, que no consiste en el puro valor económico, es de-
ropea; modificaciones que vienen a completarla y a hacer de ella cir, en la clislalización de ese sacrificio; a confirmar (como Karl
precisamente la "modernidad americana" que existe actual- Marx les recordaba a los socialdemócratas) que ella proviene
mellle, el A meJira" way o/life. sólo a medias del esfuerzo humano, pues la naturaleza pone su
propia parle; a comprobar que la riqueza social es una objeti-
8 vación de la actividad humana, pero no como una proyección
sobre un sustrato vacío e indiferente, simplemente "gratuito",
Tal vez la clave hislórico empírica principal de la modernidad ll
sino como una "colaboración con ella, como una acción que
"americana" esté en la coincidencia casual-uprovidcncial", si completa o "complementa" una "acción natural" que está siem-
se quiere- de un peculiar proyecto de vida comunitaria, el pro- pre en proceso por sí misma, espontáneamente.

26 27
Sin embargo, al proyecto de modernidad "americano" -que "renta de la tierra" que solventaba los excesos de la "clase
no persigue la autorrealización terrenal del productor, sino sólo ociosa" (Thorstein Veblen) consagraba también, por otro la-
..,:.- ~~
el engrosamiento ad infiniturn de lo producido-le convenía más do y a su manera, el carácter mvaluablc de la naturaleza. En
atribuir el incremento de la productividad del trabajo europeo j el capitalismo del siglo XX, que ha sustentado a la moderni.
en América a su propia "fórmula de éxito" que a la conjun- !
dad "americana'J, la "renta de la tecnología", es decir, de la ob-
ción de una naturaleza pródiga con unos instrumentos me- \
jorados; prefería insistir en la fe como el mejor potenciador
r, jetivación de la astucia humana) vino a desplazar a la "renta de
la tierra"; con ello, al bajar de precio siendo funcionalizada
de la productividad. Se mantuvo por ello lejos del autocuestio- como relativamente "superabundante'", la naturaleza perdió
namiento político que hubiera venido con el abandono de la ese rasgo inconmensurable que siempre había tenido, y el abu-
fundamentación sobrenatural de las instituciones sociales. Rea- so destructivo de ella pasó a ser cosa de menor importancia.
firmó la creencia en el esquema puritano, en su esencia sacrifi-
cial; le pareció preferible seguir pagando, con "el sudor de la 9
frente" y con la renuncia al momento dionisiaco del disfrute,
la deuda hipotecaria contraída conJesucristo para alean zar con En las bases de la modernidad "americana" parece encontrar-
seguridad el "bien supremo"; la salvación -aunque sea "en el se una constatación empírica, la de que en América ~c en-
más allá", Se resistió a interactuar directamente, sin garantía cuentra vigente un "destino maniliesto" asignado por Dios a
divina, con una naturaleza cuya abundancia posible, pero im- la comunidad de los "godlies" (divinos) o puritanos (calvinistas)
predecible o insegura, tenía que parecerle demasiado desconfia- recién desembarcada de! Ma)'flowery a sus descendientes; un
ble y sospechosa. Los fundadores de la modernidad "americana" destino que se haría evidente en la entrega que Dios habría he-
minimizaron el aporte activo de la naturalezá' en la constitu- cho a los colonizadores neoingleses de un lebensrnurn natural
ción de la riqueza concreta, lo menospreciaron. Al absolutizar por conquistar libremente, que se extiende far west al infinito.
e! aspecto puramente humano-laboral de la riqueza social anu- Lejos de llevar a una demostración de la falta de sustento de
laron todo aquello de la "naturalidad" del valor de uso que, por esa ética puritana productivista e inducir su cuestionamicnto,
ser casual o fortuito, no puede servir de sustrato inmediato pa- el despliegue de la misma en las condiciones inesperadas eJe
ra el valor mercantil. La naturaleza es reducida a un "menú" de una abundancia natural relativa -que tr'0o consigo una multi-
oj'portunities, entre las que el individuo emprendedor encuen- plicación in usual y exagerada de los "santos visibles"- vino por
tra, después de una ardua búsqueda iniciatoria, aquella que el contrario a "sobrelegitimarla'" empíricamente. La exuberan-
estaba "reservada" para él. Incluso como objeto de ternura o cia natural del "nuevo nlunclo" -la "tierra prometida"- provocó
de terror, como animalito (pet) o como tornado indomable, la una generosidad inusitada en la "mano invisible" del merca-
naturaleza no abandona su esta tus de bestand o reservorio de do, una validación incluso irónicamente excesiva de la ética del
materia y energía para la empresa humana (Martin Heideg- elegido excepcional o el "santo visible"; el "ser elegido" se "de-
ger). (Como es conocido, la marcha ele apropiación territorial mocratizó" tanto que recaía incluso en "h01nbres de poca fe".
hacia el West norteamericano avanzará eliminando, arrasando La excepción pudo pasar a ser casi la regla: e1winnero elegido
y exterminando todo aquello que no sirve directamente, right por Dios para ser salvado devino el tipo humano "normal" o ma-
here and right now, de "materia prima", lo mismo a los indíge- YOlita60 en la sociedad (norte)arne6cana; el loser, el "hunclido"
nas "pseudohumanos" que los bosques y los rebaños.) de la while Irash, fue la minoría anólnala que venía a confirmar
En el capitalismo que sustentó a la modernidad europea, la la regla. Como asamblea de "santos l"isibles", la comunidad pa.

28 ~q
rro'luial de ¡armers y la comunidad de comunidades, la "nación" través de la reivindicación, inherente a esa práctica, de la au-
\VAS!' (vVhile Anglo-Saxon Protestant) veía ratificada en los hechos tosuficiencia de su "artificialidad".' Por contraste, el respeto
su convicción de haber sido favorecida por un incuestionable de esa "naturalidad" social e histórica en la modernidad euro-
"destino de salvación". pea pareciera ser la causa de la crisis y la decadencia de ésta.
Con la u1TIodernidad americana" se estaría ante la entrada
10 en vigencia de una nueva "naturalidad artificiar', una natura-
lidad propia dcll'alor de la mercancía-capital, valor que, por
La más característica y determinante de todas las transforma- su parte, sería capaz no sólo de autovalorizarse independien-
ciones que expelimenta la modernidad capitalista con su temente de los valores de uso "naturales", sino de promover, él
"arnericanÍzación" ('5 sin duda la introducción de lo que po- por sí solo -fantasma ele un great pretender-, la aparición y la cons-
dría llamarse la '.hyblÚ aInericana"l su desmesura absoluta, titución de valores de uso sustitutivos de ellos. La "modernidad
que consiste en aquello que muchos autores coinciden en des- americana" se desentiende de la tarea elemental, "natural", de
crihir (OITIO una "anificialización de lo natura}" o una natu-Il todo proyecto cil'ilizatorio concreto, la de crear simultánea
ralización de lo artificial". y articulada.mente en la vida humana una suficiencia para el
El proyecto de auloafi,'mación s\~etiva que es propio de la subsistema de capacidades sociales de producción y una sacia-
"fo,'ma natural" de la vida humana es el que otorga necesidad bilidad para el subsistema de necesidades sociales de consumo.
o "naturalidad" a Jos objetos de su mundo. Por ello, puede de- Para ella, obedeciendo a un paralelismo asintótico de principio,
cirse ele una determinada cualidad de la vida o de su mundo la ampliación de las capacidades de producción, por infinitas
que es "artificial" cuando es el resultado de una combinación que sean sus posibilidades de crecimiento, no podrá coincidir
[ortuita de otras cualidades que se da eo virtud del mero in- jamás con la apertura siempre indefinida, con la "insaciabili-
crCI1H.:nto cuantitativo de las mismas o de su número; es decir, dad metafísica" constitutiva de las necesidades de consumo.
cuando es una cualidad que no responde a un "proyecto" o in- La tergiversación fundamental de la forma del valor de uso
tención hum::tna, y carece dc una "necesidad" o hnaLuralidad" a la que tendía técnica o "naturalmente" la gran industria mo-
'lile el sujeto haya descuhierto/instaurado en interacción con derna -tergiversación que desde el siglo XVIIIconvirtió a ésta, de
lo aIro. Dicho en términos históricos: cuando es el efecto de instrumento de liberación del trabajador en instrumento de su
una simple reproducción ampliada del valor económico de la esclavización orgánica-6 sirve de base al "dise\10" del valor de uso
mercanCÍa, y no de una tratl~formación "interior" concreta de
5 Una confusa noción de la vigencia de la "hybris americana", de su pre-
la vida y de su mundo (el conjunto de los valores de uso), con-
tensión de sustituir a la naturaleza misma, parece subyacer en la predilección
cer~\d" a través ele algún tipo de "democracia".
ood por el tema de la obra deJack Finney The Invasion ofthe Body
de Holl}'\....
La hybris o desmesura absoluta de la modernidad "america- Snatchers (hayal menos cuatro versiones). El cine norteamericano aprove-
na" consiste en la pretensión de haber alcanzado al fin una cha la sensación generalizada de que el propio cuerpo individual ("fonna
subsunción IOtal de la "forma natural" de la vida humana y su natural") ha sido suútuido por una versión "blanca" o lighl de sí mismo, en la
mundo a la "forma de valor", subsunción que h,bría llegado que se encuentra "subsumido" bajo un alma que se ha re-identificado ella
misma ("enajenado") a fin de ser más severa pero más apropiada para al-
no sólo a refuncionalizar esa vida "desde afuer, y desde aden-
canzar la meta de una vida socialljbre de contradicciones.
tro", sino de plano a anular en ella esa "forma natural". Se ma- 6 Todos los elementos del campo instrumental y del proceso de trabajo
nifIesta en la vida pr;'lctica a través de la impugnación teí.cita de que corresponden a la revolución industrial se planifican y diseñan no se-
una "naturalidad" como fundamento del mundo de la vida; a gún el principio de "ahora resulta más fácil producir los mismos bienes con

30 31

j..
.
f
. •.~
'.

encuentran la manera de armoniz.ar su propia tendencia a in-


que el valor económico mercantil capitalista, ya con el mero
acto de imponer su autovalorización dentro del juego aleato-
, ventarse una rnodernidad con la defensa fundanlentalista de
í
rio del mercado, induce en la producción. Se trata de un va- , una identidad sustancializada. Sobre ",te endeble trasfondo,
la "modernidad americana" ha podido ostentar su "validez" )'
lor de uso estructuralmente monstruoso: útil, sin duda, pero
desconocer y hacer que se desconozca lo insostenible de su
no para alimentar la vida, sino para lograr el suicidio del ser
hybris, de su desmesura absoluta: ha podido ocultar la devasta-
humano y el arrasamiento de la naturaleza en la que se desen-
ción que ella implica para lo bumano )' para la naturaleza quc
vuelve su vida.
lo posibilita.'
11
12
No debe extrañar la buena -incluso entusiasta- acogida que
Si examinamos lo que disLingue a la modernidad "americanLt"
esta pretensión de la "modernidad americana" pudo tener y
de la modernidad europea -de la que es un desprendimiento
sigue teniendo, sobre todo en la vasta clase media europea y la
histórico independiente-, su rasgo peculiar parece estar en la
capa intelectual que piensa por ella.' Si la civilización "(norte)
disposición total o in'estricta a asumir el hecho del progre.lo,
americana" ha podido festejarse a sí misma como autosufi-
es decir, la realización del Ímpetu producti\ista abstracto de
ciente, como dueña de una "naturalidad artificial" que le auto-
"la producción por la producción misma", propio dc la acu-
rizaría a prescindir de la "naturalidad" antigua y moderna de
mulación de capital y asumido por la "mano invisible" del
la vida, es porque así lo permiten las condiciones de una cri-
mercado (Adam Smith); parece estar en la tendencia que esta
sis civilizatoria radical y generalizada. Sitiada en su "pequeño
'j continente" (Braudel), la civilización "euro'pea", que respeta
peculiar modernidad n1l1eslra a entregarsc sin reservas a la acc-
leración de los cambios que este productivismo abstracto in-
,
1: el valor de uso "natural" pero sólo para estancarlo en su casti-
, cismo, experimenta una disminución de sí misma que la lleva
al borde del automatismo; mientras tanto, en el resto del vas-
troduce en la vida práctica y en la realidad social.
El "americanismo", la "identidad americana", se presentaría
así, en un primer nivel empírico, corno un progrcSiSI110 -que
to mundo, las otras civilizaciones "naturales" del planeta no

ti La fase de ascenso del "amrricanislllo" a Sll h.\'hrú contiene de toclo.~ mo-


menos esfuerzo", sino según el de "ahora resulta más fácil producir más
dos un elemento impugnador de la t.raición a la "llaturalidad contingente"
bienes con el mismo esfuerzo". Es el principio del diseño que regirá la revo-
perpetrada por las forma$ modcma.~ de la Europa de la belleéj10quey c1",n<llcs-
lución urbanística del siglo XIX-con los barrios obreros y sus mielskaserne, con
tal' en la cultura" (Sigmuml Frclld), (01 mas penetrada!' por la illHosuficicnda
los servicios públicos y de transporte más "dkientes" (los trenes con los que
y la arrogancia de los Estados nacionales imperialistas. Flotando librclllclllC
soñaba Mussolini, que llegan y parten a la hora exacta estipulada en los ha-
en el aire de una "artificialidacl" inocente, despreocupado del fardo de una
rarios)- habiéndose extendido a partir de las naves industriales y la disposi-
"naturalldad" aparentemente prescindible, e\ (nortc)americano modemo
ción productivista abstracta de la maquinaria y la "coreografía" laboral.
disfrutaba del valor de uso descubierto en la línea del telos capitalista con
7 No son escasos los ejemplos de hombres de letras europeos deslumbra.
una ingenuidad que sólo en los años de la guerra de Vietnam dejaría de ser
dos por las noches en Las Vegas, transformadas en días, o ante los antros de
explicable. Mucho dc lo que más fascina eo las formas de vida (nurte)ame-
Los Ángeles, que anulan el sol implacable de sus calles: desconcertados por
ricanas, incluyendo las de su literatura y su música.- proviene de la entrega
la temperatura invernal de los climas interiores en medio del calor sofocante
"espontánea" (desvirtuada por dentro, dado que obedece a una necesidad,
de Miami o por los remansos tropicales instalados en los malls americanos,
la del productivismo capitalista) al quúl pro qua que confunde esa "artificiali-
esos bunkers en donde la pretendida autosuficiencia del cosmos moderno se
dad" retadora con la contingcnci:i\ fundamental de la "naturalidad" humana.
refugia ante el acoso de los otros enviados por lo Otro.

33
32
es un rasgo general de la monernidad capitalista-, pero radica- colonización romano-cristiana había logrado generalizar, apar-
lizado o llevado al extremo; como un progresismo que ha eli- tando a los reacios hacia e! border o hacia el underground del
minado los obstáculos d~ orden identitario ("cultural"), social mundo social, la confección masiva de seres humanos cuya idio-
y políticu qu~ lo refrenaban en la modernidad europea. sincrasia o identidad "natural" se reproducía en términos su-
El "progresismo americano", la entrega
[olal de su moder. mamente elementales; identidad que es la que ostentarán las
nidacl al progreso, puede ser descrito como una lnancra pecu- comunidades puritanas calvinistas llegadas para colonizar
liar d~ construir la rcmporalinad del mundo dc la vida social la Nueva Ingla terra y para asumir así, sobre una vía paralela a la
y corno una man~ra peculiar de actualizar la politicidad de esa europea, la "tarea histórica" de la modernización capitalista.
,ida social. Miradas las consecuencias que tiene en estas dos di- Sustituir una técnica por otra "más eficiente", un satisfactor
mensiones de la construcción dclmundo de la vida, el "progre- (un producto con valor de uso) por otro "mejor" es el proceder
sismo an1cricano" se muestr", primero, como un "presentisD1o", propio del progreso. En la modernidad dominante, la eficiencia
y licgundo. corno un "apoliticismo". de la primera y la calidad de! otro deben definirse, en princi-
S~gún esro, la en trega incondicional de la vida norteame- pio, en referencia a una figura identitaria del ser humano que
ricana :t la marcha automática del progreso implicaría esen- se encuentra ya mercan tificada en sus potencialidades produc-
cialmcnre una clausura estructural de la experiencia cotidiana tivas y consuntivas; ambas deben responder a un diseño del
Creme a las determinaciones provenientes del pasado y del fu- mundo de la vida en donde el telos de la valorización del valor
turo, experiencia que sólo puede corresponder a una sociedad mercantil de las cosas domina sobre e! de la "forma natural"
que ha pasado a reproducirse como una colectividad supratri- de las mismas. Lo "más eficiente" o lo "mejor" debe determinar-
balo propiamente republicana. En olros términos, llevaría a se en referencia a los critelios de un ser humano interesado ex-
una indiferencia lo mismo frente a los compromisos históri- clusivamente en la productividad abstracta o "productividad de
cos objelivados o cristalizados en el mundo de la vida compar- valor" que demilestran tanto su propia actividad como los ob-
tid" por todos, que frcIlle a las expecl:ujvas proyecladas hacia jetos de los que ella se sirve. (Productividad, por lo demás, que
el futmo desde la "ida actual de la sociedad como un scueto es la legitimadora de la membresía o pertenencia de cada in-
au¡ónnmo. El "presclll.ismo" americano generaría así, conse- dividuo a la comunidad.)
cuentemente, una fobia ante cualquier instancia política que El progreso al que se entrega la realización de! American
pretenda "imponel''', desde su polis o su tiempo-espacio citadi- d,~ames aquel que, mientras pretende "mejorar" al ser huma-
no, dctcrmin3cíones lrasccnnentes o de alcance mctaprivado no y a su mundo, lo que "mejora" o incrementa en verdad es
a una vicia de 13 "sociedad civil", de la asamblea de propietarios el grado de sometimiento de la "forma natural" de la vida ba-
privado.s, Yi\;da siempre ('nb .serie de presentes ele los innume- jo su "forma de valor".
rables "clanes" o lom\.lllidades ad hoc compuestos por indivi-
duos comprornetidos únicamenle a llc,,;:!r a cabo una enlpresa 13
determinada.
El desatamiento )' aceleración sin límites del progreso como El valor de uso de la ci uelad del siglo xx, del campo del siglo
destino ineluctable sólo pudo negar realmente con la moder- XX, de las vías de comunicación del siglo XX, es un valor de
nidad "americana", en donde la resistencia del "valor de uso" uso deformado, invertido de sentido por un diseño del mismo
al "valor" I1lcrc:lntil se encuentra conlplctalnente desarmada. en donde el telos de la valorización parece haber sustituido de-
Después de siglos de sometimiento de los pueblos germanos, la finitivamente al tews que la sociedad moderna puede plantear-


34 I, 35
r
1
se a sí misma democráticamente. El valor de uso del automóvil cias a un proceso de permanente "negociación clvilizatoria"
individual (del Ford Ty el Volkswagen en adelante) no respon- que se vuelve especialmente percepLible en el intento que hace
de a necesidades de transportación "naturales", es decir, social- la "industria cultural" (Max Horkheimer y Theodor W. Ador-
mente concretas, que el ser humano moderno decidiera tener no), a escala mundial, de poner la creatividad festiva y estética
soberanamente; por el contrario, es un valor de uso que "se ade-
lanta" a los deseos del ser humano e infunde en él una ne-
cesidad que no es de él, sino del capital, el cual satisface la suya,
f1 de la sociedad al servicio del autoelogio práctico que el estab-
lishment capitalista necesita hacerse cotidianamente. La "indus-
tria cultural" administra el surgimiento de una abrumadora
la de acumularse, a través de ella. Con el valor de uso de la casa "riqueza de formas'. en el universo de los bienes producidos;
hogareña y de los utensilios domésticos aparentemente "indis- 1 hecho que se hace evidente lo mismo en la sucesión acelerada
pensables para el ama de casa moderna" sucede lo mismo; tam- de los cambios de moda (en el disetlo del automóvil, del home
bién con el valor de uso del cuerpo propio (como instrumen to y de la autopresentación) que en la agitación del universo del
de trabajo y consumo) y los productos e implementos de su espectáculo. Se trata de una riqueza de ¡órmas que invade in-
alimentación y salud, de su higiene y cuidado; con el valor de conteniblclnentc la experiencia humana singular y colectiva
uso de los medios de diversión y entretenimiento, etcétera. del ser humano contemporáneo y en la que se expresa -a tra-
uGlobalizada", omnipresente, la "modernidad americana" vés de! cinc de Holl)wood y sus estrellas e "ídolos", de la pos-
inunda desde todos lados el mercado mundial con mercancías música del rack y sus derivados y sobre todo de la televisión, con
cuyo valor de uso se diseüa y se genera desde las necesidades su fomento de la afición pasiva al deporte, y de la pseudointc-
de autovalorización del valor; agobia con bienes que, por esa racción de los videojuegos-, el dinamismo profundo, conflic-
razón, no se ofrecen a la fruición liberadora -dotada de esa "dé- tivo y ambivalente de una realidad que es la ele! difícil proceso
bil fuerza dionisiaca" que está en todo disfrute determinado de una imposición civilizatoria. En efecto, dentro de este pro-
desde la "forma natural" de la vida-, sino sólo a la saciedad ceso -sobre todo dentro del mestizaje de formas que se da en
que viene con el consumo abundante permitido por la disponi- Nueva York y en las otras grandes ciudades norteamericanas
bilidad de una cierta cantidad de dinero, el representante de (a las que la América WAS? da la espalela "como si fueran So-
cualquier mercancía. doma y Gomarra") con las propuestas formales que vienen ele
La "americana" es así una modernidad que promueve nece- los aliens, los del bordery e! undergrouru¡"" es pr,ícticamente impo-
sariamente el fenómeno del HconsumismoH, es decir, de una sible saber en qué medida es el capital, con su peculiar "voll1l1-
compen~ación cuantitativa por la imposibilidad de alcanzar un tad de forma", el que simplemente usa)' abusa de las "formas
disfrute cualitativo en medio de la satisfacción; consumismo naturales" (las tradicionales y las modernas) como recursos de
ejemplificado claramente en el "give me more!" de la industria de su autopromoción y en qué medida son estas ,'¡ltimas, las "for-
la pornografía, en la precariedad del disfrute sexual en medio mas nalurales"~ las que se lnimelizan con las formas inducidas
de la sobreproducción de orgasmos. por e! capital a fin de resistir y poder rescalar la "naturalidad"
precisarrlcnte él través de su propia "deformación".
14
15
El triunfo de la "modernidad americana", la demostración de
la superioridad del American way of lije sobre los otros modos La ilusión moderna de que una subsunción total de la "forma
de ser moderno dentro del capitalismo, se viene dando gra- natural" a la "forma de valor" es factible prendió fácilmente en

36 37
el ánim() \\'ASI' y alcanzó visos de realidad en el American w"Y lizada que "se sirvió" casualmente de la historia y la "sustancia"
of liF. SO" esos vi;os d" realidad los que mantuvieron fascina- norteamericanas para alcanzar su universalización; eso sÍ, im-
do al mundo entero durante todo el siglo xx, y que, pese a pregnándose al hacerlo de ciertos rasgos del comportamiento
que amenaZ:1n con devanecr.rse en cualquier momento, pare- "natural" de la población norteamericana. En efecto, puede
cen ahora renovar su brillo en los enclaves occiclentalizados decirse que lo que el siglo xx ha sido sobre todo es el siglo de
de Oriente. la contrarrevolución, de la restauración de la dictadura del ca-
La identidad propia del WA,'iPaporta decisivamente a la de- pital después del "d.esfallecimiento" al que la llevó la "moderni-
finicion del /¡amcricanisI11o que ha caracterizado a la moder-
!l dad europea" con su "autocrítica socialista"; si ha sido el siglo
nidad dominante t~n estos últinlos cien años. PerOl así como de la "modernidad .americana" es porque ésta ha sido el mejor
"lo alemán" no basta para explicar causalmente la realidad del vehículo de esa con n.arrevolución. Así lo sospechó, ya en 1922,
nazismo, aSl ta¡nbit:n "lo (norte)americano" resulta insufi- un enviado especial del hebdomadario parisino L'Illustration
cien te para dar cuenta de la figura histórica más radical de la cuando escribía, a la par deslumbrado y clarividente:
modermdad capitalista; lejos de ser una emanación suya, esta
figura es más bien la que usa "lo (norte)americano" como ins- Aun cuando para un obse",ador superficial el automóvil y
trumento de su propia afirmación. La afirmación de la figura el bolchevismo parecen mantener entre sí relaciones suma-
histórica de una modernidad capitalista total o absoluta, que mente difíciles de descubrir, estoy convencido -y esto de nin-
sería aquí lo sustancial (de fondo), esencial o central, tiene en guna manera es una paradoja- que no existe remedio más
lo (norte)americano un apoyo que si bien es decisivo no deja eficaz contra el microbio bolchevique en Estados Unidos
de ser formal, accidental o "retórico" (periférico). Pero hay que que el automóvil. Se puede afirmar, sin temor a equivocar-
obse",ar al¡so que resulta muy especial: dado que la afirmación se, que el autonlóvil matará al bolchevismo, o más bien que
de este tipo radical de modernidad capitalista es un hecho his- el automóvil pone al país completamente fuera del alcance
tóricamente único, en verdad irrepetible, el apoyo que ella del bolchevismo.
recibe de lo (norte)americano adquiere una sustancialidad, El automóvil constituye la vacuna por excelencia que inmu-
esencialidad o centralidad que lo vuelven indistinguible de ella niza al país entero. Todo propietario de un coche se convier-
misma.~ te ipsofacto en un enemigo declarado y activo del bolchevismo.
Tv!ásque la idiosincrasia de llll imperio, el "americanismo" y no sólo cualquier propietario actual sino también cualquier
ha sido el imperio dC! una "idiosincrasi~": la del ser humano prájJietario futuro; es decir, casi todo el mundo, entendiendo
cortado:1 imagen)' semejanza de la mercancía-capital. El "amc- que lodo el mundo está en condiciones de lograr su sueño
ricanismo" no es llna característica identitaria de la nación y comprar por doscientos o trescientos dólares este peque-
"ame.;cana" que haya sido impuesta en cI planela por los Es- ño mecanismo trepidan te, que le confiere enseguida libertad
tados Lnidos de América, sino un modo peculiar ele viela civi- de movimiento, dominio de la carretera, que le convierte,
en ciertos aspectos, en el par de un Vanderbilt O un Rocke-
9l;n fenÓrl1l.:11o parecido tiene lugar con el "arte del siglo xx", el arte ej. feller [Raymond Recouly, 30 de septiembre de 1922]."
llemaLogrático; aunque es claro que no estaba llamado esencialmente ,1ser
norteamericano, el accid('ntl~de su amcricanidad fáctica lo marcó tan COl l.
sistcntcmclltc. que cir-n allOSdespLlés de su nacimiento resulta difín\ imaginar IG "Bien que, j}()urun observQwur superficül, l'aulomobile el le boú.hcvisme parais-
hoy una cínrlll,llogr;).fía que no presente un cierto grado básico de ameri. smt Qvoir ['un avee "aulre des mpports assez. diffici!es ti decouurir, je suis convaincu
C\nismo, -el ceci n 'es!pas le maitu du monde un paradoxe- qu 'it n 'existe pos, QUX États.Unis,
¡

38
t
~an ..
39
En el siglo xx, en América, uno fabrica su propio deslino,
:,' Una vez eliminada la identidael má, c\~dente de la masa de
es amo y señor de la naturaleza. El trabajo, la fuente del valor
los propietarios ele una propiedael re(\ucieh a \a pura [uen.a
económico mercantil, es absolutamente creador: sin importar el de trabajo, su identidad revolucionari<l, el "valor autovalorizán-
modo de su realización, que es asunto di\1no, basta con que dose", que es el verdadero sujeto de \a vida moderna enajenada,
cada quien lo realice para que los valores de uso broten para comenzó a comportarse como si estuviese por alc<lnzar al fin su
él obedientemente. Rico o pobre, aventajado o mermado, blan- autorrcalización plena, C0l110 si estuviese por llegar a su n1eta
co o negro, hombre o mujer, todos son iguales y viven felices histórica úllima: suhsumir o ,c:;omcterde manera completa yab-
en tanto que son libres de ejercer esta aeti"dad milagrosa. soluta la [arma natural del proceso de producción/consumo
El proceso por el cual la economía capitalista emprendió la de bienes.
subordinación o subsunción real de las nuevas características Sin embargo, las sociedades nacionales de la modernidad
tecnológicas y geográficas, aparecidas en las fuerzas producti- capitalista "curopea se encontraban compromeLidas en el (on1-
H

vas a finales del siglo XIX y a escala mundial, "no acompaña- bate abierto contra l<lrevolución anticapitalisla que ellas mismas
do en Occidente de un proceso similar y concomitante en el habían despertado, y no estaban así en c<lpaciclad de ofrecer al
plano social y político más inmediato de la con tradicción que capital renovado la sustancia cuncreta adecuada que él nece-
enfrenta a la "da humana con el capital; en la lucha de cia- sitaba para su autonlanifestación.l'l La única que podía hacerlo)
ses. Se trataba de un proceso que convertía la divergencia de y sobradamente, era la sociedad de la model'lliebd capitalista
intereses de clase entre "burgueses" y "proletarios" en una con- "americ<ln<l". Sólo en ella, como lo detectó el en"ado de L'Illus-
vergencia de Jos mismos, proceso que se manifestaba en la tration, descansaba sobre bases firmes la convicción de lo absur-
"colaboración de clases", ideada y promovieta por los partidos do, y por tanto inaceptable)' reprimible que tendda cualquier
obreros socialdemócratas reformistas. II
duda ante el evidente "humanismo" que inspira al capilal cuando
orienta a la mano invisible del mercado; sólo en ella esa COll"C-
conlre u microbe bolchevik, de remede plus iffieaee que j'automobife. On peut ajfinner;
ción podía ser realmente espontánea y militante.
sans craintt! d'itre démenti par lesfaits, que ceci tuera ala, ou Piulo! que ced met le
pays comptetemml ti l 'abri de cela. dad de esos cotos, El capital comenzó a burlar b necesidad de desdoblarse
L'automobile constitue le vacón par excelknce qui immuniJe le pa)'s tout entzer: en "Illuchos capitales" (Roman Rosdolsky); su acumuLlci6n parecía poder
Tourpossesseur d'une voilure devient, ipso [acto, un ennemi declarÉ el agissant du cumplirse sin rl requisito de pasar por la tllcdiaci6n de la competencia en-
bolchevisme. El non seulement fout possesseur present, mais enCDre [out posses- tre muchos E.Madasapoyados en distintos prolC'tariados nacionales dentro de
seur [utur, c'esl-a-dire pre.sque tout le monde, allendu que tout le monde id est en état un mercado illundiallibre y neutral. La legitimidad de los Estados nacionales
de réaliser son reve el d 'acheter pour deux otl trois centaines d,e dollars, celle petite mé- model'llos de tipo europeo amenazabn con desvanecerse. Ln fxaccrbación
caniqlle trépidante qui fui confi,.,! aussilót la liberté de::.mouvements, la maftrise de de los nacionalismos en la primera mll.,adckl .~;gloXX, lo mismo ell Alemania
la TOute, qui le rend, a certains égards, l'égal d'un Vanderbilt ou d'un Roche/elter" que en Rusia, en Japón que en Estados L:nidos, resultaba ser, no un signo
(Rayrnond Recouly, 30 de septiembre de 1922). de la actualidad de los pseudOS1Üctos estatal-naciona!cs cn G1.lidadde encaro
1I A comienzos del siglo xx la economía capitalista entró en un proceso naciones de la sujclidad hiSlóricll. ('(anómica del capital, sino precisamente
de redefinición y recomposición de las bases mismas de la explotación de la un signo de lo contrario, de su obsolescencia,,! lit' .~Il¡'¡ltima, desesperada y \~o-
fuerza de trab<tio; un proceso que llevaba a generalizar la categoría de tra. lenta, re..•istcncia a acept.arla.
b<~oasalariado, tradicionalmente rcscrvada para el trabajo obrero, ya aban- )2 Si (lIgo es digno de elogio en la ll1odernid,Hl capit;'l1istaeuropea es pre-
donar la segmentación y concentración de esa fuerza de trabajo en cotos cisamente su frac.aso en la tarea ortodoxa de ~\llular la "forma natural" de h\
cerrados, otorgados a las múltiples empresas estatales nacionales del capital, vida social, ese fracaso l1\le la llevó a una a\llOllcgar:i6n -en la Revolución
adoptando para ello otros mecanismos de extracción de plusvalor, de alcance franccsa- de la q\le sólu muy tarde, :.1mcricí\ni:dl1dosc {'lb m1.~J11,\, h" CDmen~
transnacional, cuyo funcionamiento minaba desde dentro la sustentabili. z;ldo í1 r('ponerse.

40
" 1
Fueron pocos quienes advirtieron al principio
que tras la THE CREA T PRETENDER
ingenua prepotencia con la que conlcnzó a exhibirse
la" hybris
americana" se escondía el triunfo catastróficalnentc peligroso Al morir con un juguete en las manos, una esfera de vidrio
de la contrarrevolución. dentro de la que sc imita el revoloteo de la nieve en el último
imierno de su niñez, el hombre viejo recuerda de golpe el mo-
Mitos de la moclemirlarl"amencana" mento en que murió por primera vez, Pronuncia la palabra
"Rosebud": la marca del trineo de Charlie, el niño que fue, y
nóU,I,VC A NO COC'Ji,\ CE también la marca de aquel momento en que su madre se deshi-
zo de él arrojándolo al abismo de un futuro implacable, Con
El colmo d"l wil/'lw; el "gran entre/mne1l1", El hombre que dis- la muerte de Charles Kane se cierra el ciclo de existencia de un
crepo del (Olllmon sense, de la racionalidad y la moralidad stan- rlluerto-VÍvo sobre la tierra, de un nosfcratu, el citiz.en Kane, cuya
dan/, confía en su !lunch, en su corazonada, y está dispuesto a vida sin reposo es la alegoría del capital siempre acumulándo-
un ex.lrailo sacrificio; el enlpleo de un surplus de violencia con- se, de la auto\'alorización indetenible del valor,
tra sí mismo y contra los otros a fin de alcanzar sus Inetas. Un Cuando crece}' se convierte en el joven Kane, favorecido por
criminal redimido por el éxito: un héroe, Un ¡reah: Carnegie, una fortuna de origen azaroso, Charlie, el niño muerto, se con-
Rockdellcr, Ford, Hearst, ctcétera, Pero un monstruo admira- vierte en el vehículo idóneo para una versión individual concre-
ble (, incluso ImNa!Jtequc se convierte en el modelo a itnitar por ta de la personificación que el capital necesita adoptar a fin de
todo aqllcl 'lile aspire en serio al surcess en su vida, validarse como el sl~eto que sustituye al ser humano en la vida
Pasar el umbral quc lleva al tcrritOlio ya concedido pero social moderna,
alln por conquislar de la abundancia exigía del earl)' american El drama sC"desata cuando el capital, el Yalor que se auto-
un aeLOde violcncia dirigido contra lo otro pero también y so- valoriza, exige que la forma natural de las cosas mercantiles-a
bre lodo conlra "Ií lllÍsmo, acto en el que el segundo aspecto dCM la que sometc, explota y deforma- se comporte con él como se
bía compellsar con creces el primero y que resultaba ser así un comportaría con el verdadero sujeto humano, reconociendo
acto aulnsaclificia1. COlllO el cine de los weslern no se cansó de en él su origen y su destino, Y es que el único defecto del va-
rccordar al mundo, la l1luerte física de los indios masacra- lor-capital est,í en que no puede prescindir de la utilidad natu-
dos, los reb:dl()S exterminados y los bosques arrasados se opaca ralo el valor de uso; defecto que aflora cuando el ciudadano
ante' lo principal: la (;'l1nH.'rtc y resurrección" del hombre ex- Kane siente la necesidad de un "amor auténtico H
, el amor de
cepcion:ll r¡uc supo tomar sobre sí, fundadoralnenle, la res- una amante \'erdadera, Una necesidad que sin embargo no lle-
ponsahilidad y la tare~ de matar y abatir a los unos y talar a los ga nunca a satisfaccrse porque su peculiar modo de amar trae
otros. Un héroe de alcances "meta-éticos" cuya acción injusLiM consigo la muerte de la amada, Sólo la desea en la medida en
[¡caLle Se perdona por la magnitud inaudita de lo alcanzado que ella se presta al sacrificio de sí misma, Charlie está muer-
con ella, Un Cristo redivivo sobre cuyo saoificio se levanta la to, su vida es sólo aparente; es incapaz de responder al deseo
felicidad gr,,¡(aria de los pequeños bürger (Gary Cooper como auténtico, natural, popular, de la "típica muchacha america-
"el cilo)'P"fl solitario", en J-figh I\Toon). na", Quererla, para él, equivale a convertirla en una estrella
cuyo brillo artilleial se financia con menos de lo que parece,
"Si no me quieres, ni modo", le dice el Yalor a la forma na-
tural de las cosas, "yo mismo puedo crear el amor, producirlo

¡
42

i
43
a mi an tojo y mi medida." Esta hybris narcisista del capital cons- 2
tituye su perdición. Pasa por alto que la forma natural del valor
de uso -el amor- aunque sometida y reprimida por él, es su La "lógica" O racionalidad inhercnte al pro( eso de la vida so-
propia causa y fundamento; pretende improvisarse como crea- cial en su modo o "['orma natural" (histórico-social) es la que
dor de aquello de lo que es creatura, de algo que nunca podría corresponde a las necesidades de reproducción del ser huma-
ser un producto o efecto suyo. no como un ser que se <luloidcnlifica conrretamcnte. Esto quie-
Xanadú, la "gigan tesca colección de mercancías" (Marx), el re decir, cs el principio de cohercncia quc deriva dc la praxis
inmenso "paraíso" en donde Kane ambiciona reunir toda la ri- de autorreproducción de un sujeto cuya libertad se realiza en
queza a fin de asegurarse el disfrute absoluto, es el mundo de los la autotransformación, en la creacióll o I'C-CITélción tC'nncncial-
valores de uso, pero como una realidad instalada por el Valor mente "democrática" de una forma para sí mismo en corres-
capitalista, obediente a él: enorme, agitada, luminosa, ofrecida, pondencia con las posibilidades de hacerlo que se abren para
pero al mismo tiempo ausente] inanimada, más que hostil, in- él en 10 "otro" o la naturaleza, Es \lna "lógica" o un p,incipio
diferente. que corresponde al ser humano, lo mi!'illlo singu1<lr que colec-
Con la muerte del ciudadano Kane en la pan talla, Orson tivo, en tanlo qu<.; <.;sél mismo una totaJización cualitati\'a, un
Welles se adelanta al desvanecimiento del "sueño americano", juego permanente de <1lltoidentificaci()n, un allimallibrc para
al colapso de su hyb,is; muestra a un Charlie envejecido en el hacer y rehacer su propia polis, un z.oon fJOlitikon.
instante último y fugaz en que, al decir la palabra "Rosebud",
deplora, ya demasiado tarde, el momento en que su volun- 3
tad de vivir comenzó a realizarse mediante el sacrificio de la
vida misma. ". Hablando propiamente, la "forma natural" de la vida huma-
na -del proceso de reproducción d" ,í misma y del mundo en
Apuntes sobre la 'forma natural" que se dcscnvuclve- es una [urma social e hist6rica; es el modo que
tiene el ser humano de auloafirmarse e identiftcarsc Inicntras
1
lor" rstl\yicra "en pecado"; tampoco a un anclaje de 10 humano en ht norma-
Según la "crítica de la economía política" de Karl Marx, en la tividad de la Naturaleza, respecto del cual la "forma de valor" fuera artificial
vida social mercantil-capitalista rigen simultáneamente dos prin- y careciera de fundamento. Se refine exclusivamente al hecho de que lo hu-
mano, siendo por esencia "artificial", no natural, es decir, contingente, auto-
cipios estructuradores que le son inherentes, dos coherencias
fundado, oebe siempre cOllStrtlir sus formas en un acLo de "trascendencia ele
o dos racionalidades que son contradictorias entre sí: la del
lo otro" o de "transIlilturalización", acto que hace de ellas formas construi ..
modo O la "forma natural" de la vida y su mundo y la del mo- das a partIr eh::prolofunnas que se cncucntr;l.n en la nat\lrakza, las mismas
do o la "forma de valor" (económico abstracto) de los mismos. Cluc. "negadas dcterminadamentc", permanecen en ellas en calidad de .sus-
Son, además, dos "lógicas" de las cuales la segunda, la del "va- lanclo suya. Es esta "transnaturalización" -y no "natllT'alidad"- quc constitu-
lor", está permanentemente en proceso de dominar sobre la ye ¡¡ las formas actuales la ClIIC mantiene en ellas, incluso después de milenios
primera, la "natural", o de "subsumirla",13 de acumulación histórica civilizada que las hace parecer .1fbitrarias, por más
elaboradas)' artif1ciosas que rllcrl~Hlser (formas de OUas formas de otr,LS for-
mas ...), un sutil nexo casi imperceptible con los actos arClicos de transnatu-
1~El término "forma natural" no hace referencia a una "sustancia" o ralización que fundaron las formas b,lsicas de las múltiples m;:mcras de ser
"naturaleza humana" de vigencia metafísica, contra la cual la "forma de ya~ humano, las simbolizaciones elementales de bs mCiltiples "lenguas nal\ll-ales".

44 45
se define o se detcfnllna en referencia a lo otro, a la "naturale- alteración hecha o "cifrada" por el uno y aceptada o "descifra-
za". Es la forn1a "metaGsica" que adoptan las funciones "físicas" da" por el otro de acuerdo a un código o una simbolización
o vitales ucl anirn~ll hqmano cuando (~SlCcomienza él ejercer elemental creada para el efecto, en la que se encuentran esti-
un" slljeLidad, esto es, " ser ;'libre" (Imll1anucl Kant). Articular ¡mIadas las infinitas posibilidades de determinar la "utilidad"
en un solo sistema }nnónico y dinámico el subsistema de las o el valor de uso de lo otro o naturaleza. La realización del ser
capacicLldes de producclón -;} tra\'és del cual el sujeto persigue humano como una autolransformación del sujeto tiene lugar
la superación de la escasez o reticencia de lo otro ante las exi- durante el consumo de! objeto o, mejor dicho, durante el "con-
gencias de lo humano- con e! subsistema de las necesidades de sumo" de la forma del objeto impresa en él durante el proceso
COllSumo -a trClvés del cual e! sl0cto persigue su autorrealiza- de producción.
ción plcna-; en otros términos} articular lo siempre liInitado
del primero con lo siempre ilimitado del segundo, de manera 5
Lalque ni lo uno ni lo otro puedan experimentarse como tales}
COl110limitado el uno e ilimitado el otro, éste es el acto funda- La "lógica" o ,'acionalidad inherente al proceso de la vida so-
mental que está en la constitución de la identidad, en la cons- cial en su "forma (históJico-social) natural" se extiende a la cons-
trucción de la forrna
reconoce como ideal
o modo de vivir que un grupo hUlnano
para sí nlismo, En la consistencia cuali-
¡ titución de su cosmos, es decir, a la estructura del "mundo de
la vida" o "mundo de los valores de uso". Esto es así, primero,
tativa del mundo de la vida, y dotándola de su concreción, se porque la reproducción de la vida humana, como el proceso
encuentra objetivado -transitorialnente- este acto o llcontrato" que es de autorrealización, autoformación o autoidentificación
a la vez inlerhurnano y hUlnano-natural. permanente, sólo puede cumplirse a través de la mediación ob-
Aunque pueda parecer extral1o, puede decirse, por ello, que jetiva de los bienes producidos (o productos con valor de uso)
el origen último de la riqueza de formas o la diversidad cuali- y, segundo, porque en éstos se encuentra objetivado el juego
tativa de la vida hunlana y su n1undo se encuentra en la "de~ incesan te de formas o significaciones pasadas -reactualizadas
mocracia" o clJlnplinlicnto cOlnunitario (a la vez colectivo y en el presente y proyectadas hacia el futuro- a través del cual
singulaI') de la autonomía y autarquía políticas; en alguna de el sujeto de esa vida lleva a cabo las alteraciones de su propia
sus múltiples formas, ella es la condítio sine qua non de la realiza- iden tidad.
ción de la sujetidad del sujeto como una fundación de cosmos.
I 6
4
La "ida hUlnana en su "fonna de valor" es como un Hdoble" O
En su "forma natural", el ser humano es un ¡¡ser seI11iótico"; un "fantasma" de lo que es ella n1¡snla en su "forma natural";
ello se debe J que su autorrcproducción, por ser una acti\~dad es una proyección objetivada de su propio proceso de repro-
"libre", implica un acto de re-formación ejercido por el sujeto ducción en lo que él tiene, entre otras cosas, de capacidad de
sobre sí 111ismo, un acto de comunicación mediante el cual él creación y destrucción de valor económico dentro del mundo
(en un tiempo 1) se indica a sí mismo la nueva forma que pre- de las mercanCÍas capitalistas o, lo que es lo mismo, en lo que
tende darse (en un tiempo 2). Los bienes u objetos con valor él tiene, abstractamente, de vehículo suficiente para el proce-
de uso llevan de uno a otro el mensaje, que consiste exclusiva- so de autovalorización del valor capitalista o proceso de acu-
mente en una determinada alteración de sus fonnas objetivas, mulación de capital.

"16 47
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< 7 '3, ~f .~:.
de los valores de uso por un diseño "artificial" o emanado de los
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!. .f~r'- puros rcqucrinlientos de la valorización capitalista.
La racionalidad inherente al proceso de la vida social en su
1 "
.~ ~.,.~'
"forma de valor" expresa una "obsesión objetiva" volcada ha- }:;'1~/~:
9
cia un productivismo en abstracto; es una Ilcompulsión'l que
viene "de las cosas mismas" y que corresponde a la necesi- El efecto devastador que tiene el hecho de la subsunción ca-
dad de "producir por producit'" emanada de! "m)lndo de las pitalista sobre la vida humana, y sobre la fLgura actual de la naR
mercancías" capitalistas y exigida por e! automatismo de la, re- ~ _[uraleza que la alberga, es evidente: la meta alcanzada unay
producción ampliada del valor económico puro -por la "auto- otra vez por el proceso de reproducción de la riqueza en su
valorización del valor", Es un principio estructurador que modo capitalista es genocida y suicida al mismo tiempo, Con-
actúa y se refleja en ella "proveniente de las cosas mercantifi- siste, primero, en el "perfeccionamiento" del proceso de explo-
cadas" y que tiende a organizarla como si fuera exclusivamen- tación del ser humano como fuerza de trab,~o, e! mismo que
te un proceso en el que el ser humano, en calidad de pura implica una condena de poblaciones enteras a, la muerte en
fuerza de trabajo, debe ser explotado en cada ciclo reproduc- vida de la marginalidad (cuando no a la mucrte sin mas) a [m
tivo, compelido a producir ese "plusvalor" que habrá de pasar, de abatir el "precio del trabajo" a escala global, y, segundo,
, como "pluscapital", a mantener la acumulación capitalista. en el "perfeccionamiento l
' d~ la explotación irracional o con~
traproducente de la naturaleza actllal(lratada corno un simple
8 reservona de ciertas materias y ciertas energías), que insiste en
" destruir el equilibIio propio de ella, si tal destrucción sirve a los
La subsunción de la "forma natural" b~o"la "foJma de valor" :t intereses -en verdad siempre eoyuntutales- de la acumulación
,IZ',..
puede ser relatada como el "esfuerzo" permanente del "fan- capitalista,
? tasma" por mantener y afirmar su dominio sobre el ser real: "1

"Le mm saisit le vif", como le gustaba decir a Karl Marx. Nada se ~¡


.
produce ni se consume en la sociedad puramente moderna si
~' :
su producción/consumo no es el vehículo de la acumulación
t, de capital. En lo que respecta a la vida social misma, esta sub- .;¡
sunción consiste en el fenómeno de la "enajenación": la sujeti-
dad de esa vida, su capacidad política 'de identificarse o decidir
, sobre sí misma, sobre su forma, es sustituida por su represen-
;~

tante fantasmal, por la "voluntad" de autovalorizarse que está 1:


en el valor económico del mundo de las mercancías capitalis-

I
~. ,
n',

tas, "voluntad" que actúa automáticamente, "desde las cosas


"
mismas", las que adquieren por esta razón la función de "feti- ,": ,

ches", de objetos que socializan "milagrosamente" a los pro-


pietarios privados, que serían asociales por definición, En lo
.' que respecta al mundo de la vida o mundo de los "bienes te- ~
rrenales", ella consiste en la sustitución del diseño "natural"

f 48 49
,
S~',
ciones del ser ("Every part of the earth is sacred to my people", es- ¿CÓMO SE DICE OK EN INGLÉS?
cribió el jefe Seattle al presidente de Estados Unidos), nin- (DE LA AMERICANIZACIÓN COMO
gún objeto sagrado, propio o ajeno, es vano. Y daban por bueno ::;
ARCAÍSMO Y NOVEDAD)
el obsequio. Pero, en una siguiente etapa, esos mismos misione- • Carlos Monsiváis
ros advertían y advierten a sus indígenas, convertidos sin saber-
lo en acólitos, que la cruz no es un signo cualquiera, sino el gran
significante que los contiene a todos por carecer de cualquier Largo epígrafe que describe reflexiones del mi.o 1909 tal co-
I referente. A ella y sólo a ella se le debe rendir el sacrificio de mo las transcribe en 1948 don Agustín Yáii.ez en su nove-
oro, sudor y lágrimas, al tiempo que se prohibía la experiencia la Al filo del agua:
y el sentimiento de lo santo con respecto a todos los demás ob-
jetos sagrados y a la naturaleza misma, por tratarse de mani-
¡ festaciones maléficas del mismísimo diablo. Esta imposición
Vientos que traen ázaña, cizaña ellos mismos, mlÍS perniCIOsa que la de
{os arrieros. (Ya no digamos la san{j1ia en lasfamilias, en los campos.
No se sabe qué sea peor: la a1.lsencia o el regrl'so.) "Peor es que vuelvan ",
misionera nunca puede tener efecto sin violencia, como en su
dice la mayona de las gentes. Ni les luce lo que ganaron. Y aunque les
1 día señaló Agustín de Hipona. Violencia derivada de la reduc-
ción ontológica y la igualación semiológica de todas las cosas
luzca, ya no sr hallan a gusto en su tierra. lHuchos ya no qui~ren traba-
jar, lodo se les va en presumi1; en alegar; NJ criticar: En dn,r mal e:femplo,
t sagradas, desde el propio cuerpo humano hasta los animales, burlándose de la religión, de la patria, de los costumbres. En sembrar la

I las plantas o las estrellas, a signos, cadenas significantes, alego-


rías y representaciones del gran significante Dios-Emperador.
duda, en hacer que se pierda el amor a la tierra, rn alborotar a otros para
que dejen la ¡)(Itria miserable J cochina. tst05 son los 'lile han tmido las
id~as de masonería, de socialismo, de eSjJinlismo. Y la falta de respeto
~ Hoy no se destituye a los dioses, reducidos ya hace tiempo
f" a la mujer. Son desobligados. Viciosos. Pendenciero.l. Eso, eso pnncip(Ll-
a cenizas. Tampoco se persigue a chamafies, que ya práctica- mente, pendencieros. Faltos de temor de Dio,l. ¿Para qué decir más' Y
~ mente no quedan. Lo que se hostiga con el mismo encono mi- mientras más son, más se crecen, a nadie ya dejan vivir en paz: a los
sionero de redefiniciones y reconversiones son sus memorias ricos por ricos, a los pobres por pobres; no 1u.ieren que nadie se les pon-
~ literarias y artísticas en el reino de la experiencia estética. De ga p(rr delante. Pobre pUf'blo, jJobre jmÍJ. Los mris sabios son ello.l, los
más valientes, por palabras raras que reTmr.l.ven (011. lengua de cri.Hia-
esta guisa se convierte a las diosas aztecas de Pedro Páramo en
nos, aunque no sepan leer, como cuando sefueron. Y p01"que traen dien-
signos feministas de una estraegia identitaria deconstruccionís-
f ticamente desvalijada de entidad mitológica y sustancia ontoló-
les de oro, que andan pelando a toda hora. Po'rque vienen de zapa/os
tmmpudos, COIl sombreros de fieltro, con pantnlones de globito y camisa
¡ gica. Así también se reconfigura la rebelión cósmica de las diosas de puño, con manc1lfrnillas relumbrantes. Se hacen el pelo, como catri-
de la tierra en el Abancay de Los ríosprofundos que representan nes, rasurados de atrás, melenudos, melenudos. Ni el bigote les gusla.
la chichera Felipa y la loca violada del convento de los frailes Son unos facetos. ¡Sí, facetos con que. al entenado de don Pedro Rubio, el
1 como representación de un sujeto subalterno sin memoria ni
pobre, se le había olvidado el nombre de su alole!" ¡Pero no el me1/('adi-
tooFacelos.' A mí lo que más me repateo es el modito con que se ríen y es-

I raíces ontológicas en el orden dinámico del ser increado e in-


finito de las cosmologías incas. Y si en su edad clásica el colo-
nialismo convirtió a los dioses cósmicos de mayas y aztecas en
cupen por el colmillo. "-¿ Y dónde dejas el modo de hablar, que parece
que se les olvidó el idioma que sus jladres les ense1iaron?" "-Para que
acabemos pronto, son unos traidores, que)'o no sé si de adrede o por taru-
t santos híbridos, la reconversión global de estas tradiciones li- gos, el caso es que I~s sirven a los gringos como avanzadas para robarse
lo que nos queda de tierra, lo que no se p~eUenm mbm' la aira vez.
terarias y artísticas sirve hoya 'la hibridación de fronteras, a las
I
i
redefiniciones transculturales y a la refundición de un nuevo
orden mundial sin memorias, sin dioses y sin ser.
"-Lo que no me eX/Jlieo es &'l1i1lO las mujeres slt'f}uelan con ellos."


96 97
"Pobresde los imquíes. Ni a sus vecinos Estados Unidos los rasgos y las cualidades de la modernidad.
tratan tan mal [osgringos" En materia de comportamientos, la americanización es la teoría
y la práctica de individuos y colectividades que ante el desarro-
¿Qué es Estados Unidos para quienes nunca, a pesar de serlo llo de Estados Unidos mezclan incesantemente lo que obser-
por ubicación geográfica, .se consideran norteamericanos? His- van, lo que rechazan, lo que no advierten que perciben, lo que
tálicamcntt, como sentimiento) sensación o registro político, y asimilan, lo que imitan, lo que les sirve en la vida cotidiana, lo
de modo sucesivo o simultáneo, Estados Unidos ha sido para que estimula su oportunismo vital. Las sociedades se america-
los mexicanos el enemigo probado y de ningún modo "extraiío" nizan (es decir, aprenden un catálogo de comportamientos y
sino "natural", el Buen Vecino de la diplomacia pueril, el que reflejos condicionados) debido al fervor por la tecnología, a
le robó a México más de la mitad de su territorio, la fuente de la gana de modificar el presente cambiando por eso mismo el
los males de la República, el modelo de la organización de la pasado, al afán de incorporar la eficacia o las convicciones reli-
eficiencia y la civilización, eljefe de la conspiración herética con- giosas, al gusto por in ternacionalizarse mudando de domicilio
tra el país que profesa la religión verdadera, el paradigma del o en pleno sedentarismo, al gusto creciente por los hábitos y
comportamiento moderno o, si se quiere, posmoderno,la for- las mitologías allá tras lomita o allá tras la migra.
taleza tecnológica, el imperio depredador, el puntal de la econo- Así, y verbigracia, las industrias culturales ejercen el asesinato
mía de mercado, el ámbito donde se inventan y multiplican las serial de las costumbres ancestrales, el miedo al anacronismo es
oportunidades, la vanguardia de las transformaciones, la nación la base del nomadismo y la americanización es un proceso cuyo
destinada por la Providencia a sembrar los males en América vigor afecta incluso a los habitantes de Estados Unidos. Esto
Latina, la cuna del imaginario de imaginarios, Holl)~vood ... sucede en Francia y Vietnam, en Filipinas y Cuba, en Argenti-
E.ntre los mexicanos {gobiernos, élitcs, clases medias, las cla. na y Vehezuela, porque la americanización, fábrica de sueños
ses populares), Estados Unidos es (elija una o varias opciones) y pesadillas a domicilio ("Soñé que me perseguían mis tradicio-
el ejemplo inevitable, el racismo exacerbado, el lugar donde re- nes, pero me desperté antes de que me alcanzaran"), es el fe-
llacen las ilusiones del arraigo, el saqueador de malclias plimas, nómeno con más de un siglo en ejercicio.
el aprovisionador de tecnología a muy alto costo, el aparato del
i Illcrvencioni.'iJno sin escrúpulos, la seducción cultural y laboral, '~stá tan americanizado que no se quiere ir a Estados Uni-
el reino del e'l'ccuícuio (en Las Vegas baila el futuro), el adver- dos para no perder su identidad"
sario de la jámilia I! la mexiw'IIa. A un tiempo, Estados Unidos cs
la idcologia del Illis fllnte, la santificación de la Guerra Fria Si algo, el tema de la americanización influye drásticamente en
)' de la,) inter\'cnCÍonc5 violentas en otros países, el proveedor los debates sobre la modernidad, el nacionalismo, el posnacio-
elel confort, el renovador ele los horizontes del conocimiento y nalismo y la globalización. En el fondo, el dilema ha desapa-
el placer, la reducción de las posibilidades de los países pobres, recido: el planeta está americanizado y México, el vecino que
la destrucción ele procesos creativos o su acervo de estímulos ... sólo ha sido bueno en tre 1941 y 1945, no podría ser la excep-
Una aclaración: el tema inabarcable y central de Estados ción. Ya carece de sentido describir la americanización como
L'nidos, la gr.ln pol<:ncia, nunca es lo mismo que el fenóme- el conflicto que enfrenta a los Deudos de la Identidad Nacional
no de la americanización. Por ésta entiendo -y no he visto nun- con los eheer-leaders de la Integración a Toda Costa con Nortea-
ca discrepancias m"yores cuando se ejemplifica el término- el mérica. En la realidad o lo que haga sus veces, a la americani-
proceso sociológico y psicológico que deposita en la cultura de zación, incluso aún más que el flujo irresisLible de las novedades,
,;~
g~ t, 99

;:f~
la estimula el temor a volverse estatua de sal si se vive con la •
vista f~a en las tradiciones, y esto explica los fracasos del na-
cionalismo, las imitaciones a ultranza de lo norteamericano y Reviso brevemente el proceso adaptativo del cine nacional:
la creatividad a partir de la asimilación de influencias, .la comedia ranchera, que viene de los films de Gene Autr)'
y Roy Rogers, y que en Holl)wood incorpora fugazmente al
• mismísimo Charro Cantor, que en ivle.t1can Fi"ta (1940) lleva
el crédito de George Negrete (por cieno, la versión de "AyJa-
Dije tradición y me detengo, En América Latina, y desde las lisco no le rajes" de la, Andrew Sislers, de 1939, lleva el paradó-
primeras décadas del siglo xx, demasiadas expresiones de la jico título de "The Gay Caballero"). Allá ~11d Rancho Grande,
americanización no nada más no se oponen a las tradiciones, en su esquema inicial, es un sil-com, Ullf1 comedia de sitllacioncs
son parte sustancial de ellas, Sí, Elvis Gutiérrez, ya no se concibe rural;
la Identidad Nacional sin las grandes zonas de americaniza- • el western, adaptado muy a la mala (el tvestern-enchila-
ción, Las primeras señales de alarma contra la americanización da). que oscila entre la parodia involuntaria y el derrumbe de
(con ese nombre) se localizan a fines del siglo XIX en los dia- cualquier credibilidad;
rios conservadores, que defienden las esencias nacionales, y, • el cine de gángsters (Chicago trallsladado al Centro lEs-
con otro vocabulario, en los periódicos liberales, que prote- tórico del DF) quejamás trasciende el humor involunta,-io.
gen la soberanía, Cito en desorden algunas contribuciones de • la mecánica del star system. (Si no hay mitos o proyectos ele
ii la americanización, ya parte en trañable (el adjetivo en boga mitos, no hay reahelades);
l!;; para denotar emoción) de nuestras tradi£iones: la renovación • el melodrama ele intención histórica (el epie weepy). con
de los vocablos anglosajones, que los hablantes hallan prestigio- films de la calidad de Vámonos con Pancho Villa, El compadre Men-
~ sos; el Día de las Madres (Mother's Day, desde 1922); el árbol doza, El prisionem 13, Río Escondido;
'f:,.
de Navidad, más fácil de armar que los nacimientos artísticos; • una prueba del camino que va dc la imitación a la Oligina-
Santa Claus más hogareño que los Reyes Magos, de cualquier lidad. El melodrama mexicano, un género que exige el gentili-
modo venidos de Oriente, el Día del Amor y la Amistad y (Saint
r Valentine's Day), el Happy Birthday, el Halloween como el
Tercer Día de Muertos, las iconologías del cine norteamerica-
cio, hace uso de los recursos del cine francés, el teatro español
(los guardianes de la honra), y el melodrama fílmico de Nor-
teamérica. Al cabo de todo esto, se genera el desbordamiento
no, eljazz, el blues, (Me detengo en una etapa,) indetenible, el tremendismo como humanismo, el río literal de
En una de sus acepciones, tradición es el recuerdo de la vida los pesares y de las frases ya imprescindibles a la hora de los en-
en familia o en familias, y allí la americanización provoca trans- frentamientos en la familia o en la pareja: "Vcte Camila, pero
formaciones internas persuasivas y perdurables: renueva las ve- llévate mi corazón que no me gusta guardar cachivaches";
ladas domésticas, rehace la idea del hogar y del ama de casa, • la comedia central es la destrucción universal de los obje-
("La radio inventó el ama de casa", sostiene Emilio Azcárraga tos, tal como se ve en las primeras películas de Tin Tan;
Vidaurreta), alivia las tareas del hogar (los electrodomésticos, Como en la mayoría de los países, Hollywood es la industria
la liberación parcial); compone casi todos los géneros y sub- mmica que forma a la industria nacional. Desde el plincipio
géneros del cine nacional; sojuzga la televisión desde su pri- no hay dudas: el desarrollo del público exige la intemaciona-
mer programa cómico, la transmisión del Informe Presidencial lización, yeso sólo lo otorga la cercanía con el cinc norteame-
el primero de septiembre de 1952, ricano.

100 101
'.
ir;


"
"f¡:l
,,~'. olas cantantes de la índole de Elvira Ríos, Mana Luisa Landín '.
,~' y Chelo Silva han escuchado a las toreh singersy su estilo.genial-
Por lo demás" 'Ia, hislo.ria de. todas las naciones (invenciones f mente melodramático, y gracias a eso haeen del bolero una
, :;~'
que se vuelven .redes de historias, instituciones, costumbres, en- interminable autobiografía colectiva,
~;
:::': "
tregas, saCJificios, rencores, an10res patrióticos), se hace en muy 0' :ot.
. ;.\)
buena medida a tr'avés de "los préstamos", de la adaptación de "~,~.
"Se llama Pamela y hasta allí eso va bien, pero el apellido
logros y hallazgos, La Constitución d~ Estados Unidos (1776)
repercute grandemente en las Constituciones de México, y el
pensamien to liberal de México aprovecha a fondo el federa-
:~~~r
" Pé'rez destruye el efecto de la drugía onomástica"
. .
En cada país, la americanización no es un proceso mecánico,
lismo norteamericano y la Revolución francesa, Todo se toma Se toma lo que se considera indispensable y lo que impone la
de LOdas partes, con la condición de que todo, de inmediato, moda, y de inmediato los procesos de la asimilación intervie-
se transforme, nen, Así se produee lo que, sin reservas, podría llamarse "la
Además de la presencia mayor, la del cine, la hisLOria de la mexicanización de la americanización", algo muy distinto al
cultura popular urbana de México, que distingo de la cultura acto de "desnacionalizarse", Se es muy nacionalista pero de dos
de masas, registra influencias y las devuelve convertidas en ex- países simultáneamente, de manera desigual y combinada,
presiones autóctonas, Ejemplos: La mexicanización de la americanización. O la peruanización,
• el cómic mexicano, con n1tlY escasas excepdon'es,"es en 'f: .;~~. o la colombianización, o la hispanización, que las respuestas
cada ocasión el resultado de admiraciones por creadores nortea- j ,~( , al modelo son. internacionales, Este proceso, al producirse la
~:'<!~'"..
mericanos y búsquedas de públicos a partir del conocimiento XiI""
:)l;:)' globalizació)1 ya dispqne de otra etapa todavía inverificable, lo
de los éxitos probados en Estados U nidos, 1awa y Wama vienen )"r
'r,,~. que potencia el uso,fic la Red, El mecanismo ha sido má; o me-
muy 6bviam~n[e del Tarón de E}lgar Rice .]3urroughs; Germán "t '.,":'~:~. nos preciso: la moda o los ajustes de la vida cotidiana fascinan,
Butze al crear Los Supersabios toma en cuen [.10.1 c<l\hics estado\¡-
nidenses que mezclan aventura y' humor, aderezándolos con el
:.~:::F se revisan, se añaden con entusiasmo a la vida social y perso-
nal, se modifican en el camino y, al cabo de algunas vueltas la
habla popular y las situaciones donde el relajo es el otro gran adaptación que vino de Estados Unidos, ya está lista para verse
componente de la fantasía; el cómic mexicano por e~celencia, defendida como parte admirable de la tradición nativa, (En es-
La familia BUTrón, de Gabriel Vargas, se apega en sus inicios a te sentido, el clímax es el Día de las Madres,) Nada por lo de-
, Educando (j paliÓ (Bringin' up Father), el relato semanal de la es- más, que no suceda en los demás países. Si eaifón es el que cae
posa dominante y el marido que finge someterse; de inmediato, bien, el. que cae fain, y si la casita de solotoy de la canción infan-
Vargas se aparta de su modelo y crea el humor a través del habla til viene del material novedoso del celuloide, ¿por qué no veri-
y la eombinación de parodia extrema y realismo minucioso; ficar los alcances de la mexicanizaeión de la americanización?
o el actor cómico Germán Valdés, Tin Tan, la cúspide de la Good bye mi chaparrita and don 't cry for your Pancho,
comicidad urbana moderna (Cantinflas cs el enloquecimiento Lo que se opone a las versiones demoledoras y sin variantes
de las tradiciones de la pobreza), se forma en las revueltas y de la americanizaeión es la necesidad de seguir viviendo den-
rebeliones, en su caso lingüísticas y corporales, de los pachucos tro de formas culturales específicas, por gusto, por hábito, por
de East LA, de las gesticulaciones al cantar de! direetor de or- funeionalidad, Y un ejemplo culminante lo da e! mundo aca-
questa Cab Cal\oway y de! habla fronteriza, y reelabora sus orí- démico: el momento de mayor descrédito del nacionalismo es
genes hasta haFerlos radicar en sí mismo;. también el de mayor crédito del estudio de lo nacional. Nun-

102 103
ca se habían estudiado tanto las distintas historias de México, el esplendor de la receta son técnicas instaladas con rapidez en
nunca se habían explorado con tan lo detalle las circunstan- todos los países porque -sin necesidad de decirlo- se sabe el
cias de un país al margen de sus incomparables esencias, de! desenl~ee: en materia de r(acomodos de la mentalidad lo que
"La Patria es primero" y "El respeto al derecho ajeno es la paz" J'"
hace la mano hace la tras, como en el viejo juego infantil ya
:'
a "Comes y te vas" y "Como dicen en mi pueblo haiga sido co- , jubilado.
mo haiga sido, yo gané". ¿Quién no quiere lener éxito? ¿Yquién no quiere memorizar
Otra verificación: la imposibilidad del orden en los sitios {; los pasos para conseguirlo' Un país o una persona o un gremio
populares, los malls del revoltijo. pueden recurrir a la autoayuda a la maoera estadounidense y
.' convertir los consejos en la ideología. (Si la toma de conciencia
: "No sabes lo que me he superado desde que comencé no es rentahle, no tiene caso intentarla.) Véanse las memorias
'.
¡ con el curso. Levanté a tal punto mi autoestima, de campaña de Marta Sahagún (El triunfo del espíritu), o Dios
1 que ya no me importa lo que piensen de mí los no mío, hazme viuda porfavor, y se advertirá, en caso de duda, que la
enterados de mi existencia" ti autoayuda es el consuelo del mortal que) si uno usa la ropa y los
gestos adecuados, le permitirá ingresar a la pau'ia celestial.
La americanización no es la sujeción mental a la política del Ejemplo imperecedero: una anécdota (verificable) de! pre-
sistema norteamericano, y la prueba es e! repudio internacio- sidente Vicente Fax y su gabinete que al iniciar su gobierno el
nal a la invasión de Irak. Sí es, en cambio, una sucesión de primero de diciembre de 2000 en la tarde, se congregan para
acomodos didácticos que, desde hace tiempo, abarca también atender la evolución de un experto en selfhelp: "Hagan de cuen-
a las masas que, como las élites, no cop.oc~ internacionalmente ta que salen a surfear, ya parecen beach boys, di,irtiéndose ba-
ámbito más fértil de entendimiento de "la filosofía de la vida" jo el sol ardiente. De pronto, se encuelllran en la cresta de la
que el universo de la autoayuda o selfhelp, con su anegamien- ola y desde allí miran la playa. ¿Qué hacen'" Los mi'nistros se
to de libros, discos, folletos, cursos, coñsejos (las recetas de co- desconciertan, calculan razonablemente (es de suponerse) si es
cina del alma), nuevos refranes y revelaciones del secreto del posible instalar escrilOlios y teléfonos en lal sitio, y luego con-
éxito, lo que en tre las decenas de miles de ofertas incluye a los testan: "Nos dirigimos de inmediato a la playa". El instructor
ladrones del queso, el vendedor más grande del mundo Uesu- los mira con piedad: "De ninguna manera, eso sería lo peor,
cristo), las técnicas del lengu<0e corporal que impresiona a los ustedes deben quedarse donde están y permanecer allí los si-
jefes ("Nunca respires de más, pierdes figura"), y las ofertas guientes seis ai,os, Lo más difícil en la ,ida es colocarse en la
persuasivas que anuncian la combinación de consejos del Más cresta de la ola y nunca, así como lo oyen, hay que abandonar
Allá y el Más Acá: así, los Diez Mandamientos vendría a ser el esa posición. Ir a la playa es renunciar a la emoción y la posi-
primer texto de autoayuda en la historia de la humanidad, pro- bilidad de gobernar y es confesar la debilidad". Por supuesto,
logado por Jehová o Yahvé, y el prontuario de recetas del éxito este grupo "mcxicaniza" la lección: sigl.lcn en la cr('sta de la
hace las veces de oraciones 'lue, al repetirse, provocan santidad. ola hasta que logran desaparecer la ola y la playa.
y tan cuantiosa producción dispone de un mens<0e nítido: "Tú, •
que nomás no la haces, si quieres ascender debes retornar a
tus actitudes en la escuela primaria y quedarte allí mentalmen- Así no le sirva a nadie para ascender con precisión científica
te el resto de tu vida. Recuerda: el que no fuere como niño, en la escala social, la fiebre de la autoayuda le recuerda a sus
no entrará al Reino de los Cielos". El recelo de la madurez y usuarios cuán cerca están o pueden estar dd único estilo rc-

104 IV!'>
conocido de la modernidad. Y esto auspicia la gran ilusión: si El problema no radica en el simulacro de viaje por el tiempo
el país no creCe económicamente, si la tecnología al alcance y el espacio, sino en la inennidad de quienes lo emprenden. Por
no es de punta, si se vive en la rutina y la escasez, queda el re- lo demás, americanizarse no es un acto voluntario, se produce
curso de mudarse a otro tiempo mental que es otro país, y allí por contagio atmosférico las más de las veces y este largo vira-
alc:il1za un clímax la vulgarización de la amencanización ya je de la misa de gallo como reflujo condicionado a las happy
vuclLa utopía. La autoayur1a, para empezar, cambia dc lugar hours, no lleva al estudio obsesivo de una cultura, sino a la ad-
las responsabilidades del fracaso: "Si no soy ahora lo mejor quisición de apariencias. Si aumentan los indiferentes a la
que pude haber sido, es culpa mía exclusivamente. Soy un in- "desnacionalización" es porque son cada vez más quienes sólo
dividuo libre, uo el integrante de una comunidad uncida a la han conocido el país de la americanización mexicanizada.
falta de ambiciones, y si admití el determinismo eligiendo na- Si en la época de la globalidad las naciones abandonan sus
cer en un lugar en una fecha determinada, no tengo derecho pretensiones de primacía, con las grandes excepciones de Nor-
a quejarme. Autoayúdate, si no nadie te ayudará". Moraleja teamérica, China yJapón, las comunidades en cambio perma-
(tomada de cualquier libro de selfhelp): Nunca le digas a tuje- necen y allí es definitiva la forma elegida para americanizarse.
fe que ambiciouas su puesto. Podría despedirte en el acto. Me- La más frecuente hasta hoy mezcla las herencias internas ylas
jor dile que nunca serás capaz de suplirlo, así te corra sin "expropiaciones".
rcmordimien lOS acto seguido.
La ame¡icanización: mitos y mobiliario
;'/vle di cuenta d~ que jJara mi desdicha, y no obslante
mis esfuerzos de ;desterritorialización psicológica', Al respecto de la americanización ya existe un catálogo de lu-
yo seguía viviendo en México, yeso lo SU/leporque gares comunes cuya_mayor dificultad es la repetición inevita-
entendía todo lo que decían los vecinos" ble. Para los críticos, la americanización consiste en:
• la imitación forzada, "extralógica", acrítica, de todo lo nor-
Lo caractetístico de la C1mcricanización de masas es la nlemoriza~ teamericano;
ció n de las !eccionc.' repetidas en los medios electrónicos. Todo • la renuncia a las tradiciones que han constituido a la na-
el día se adaptan expresiones del inglés con leves modifica- ción, y la sustitución de lo tradicional por los pragmatismos de
ciones del scntido. Se canta ".Happy Birthday", y el bilingüismo la moda;
amplía el vocabulario (a.sí con?o se cantan "Las maii.anitas" para • la hipótesis generalizada que juzga inútil oponerse a la de-
ccrtificar qne la tradición allí sigue):y si se aspira al hecho finición monopólica (norteamericana) de la modernidad;
paradigmático, la celcbt,lción será en el local de una cadena de • el canje de los valores profundos de la familia y la religión
rest.auran Les con los meseros constituidos en coro, y el presenti- por el "materialismo del consumo";
miento de Texa.' en el (rasfondo. Esto ya es folclor nativo, pero • el viejo juego donde se prefiere ser cola de león que cabe-
la conclusión dia,;a de millones de personas es amarga: "Si quie- za de ratón. "¿Para qué quiero las costumbres que ni practico
ro que algo suceda en mi vida, debo irme allá y hacerla allá. ni me permiten gozar de la actualidad?";
Si no, me resignaré a ser testigo lejano de todo. Y si no' puedo • la oportunidad de gozar de las oportunidades de la época.
imlc, por lo menos debo imaginar que ya estoy en otro lugar y
que allá, si no ('s Norteamérica, sí es la alnencanización". Hay
una geogralh de las esperanzas y otra de las costumbres.

106 107

.~.
.,
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,
{
"¿Que de dónde, amigo vengo? / Del Halloween
singularidad que contengan. Y así la moraleja es devastadora:
que mantengo / a orillas de mi week-end "
¿para qué esforzarse en lugar de copiar? La amcricanización
~ "todo lo amc,icaniza", y la búsqucda de una sola mentalidad
En lo anterior hay, entreveradas, verdades y falsedades. Mu-
" se desprende de las sucesivas rendicioncs incondicionales a
i cho antes del proceso globalizador, tan regido por Estados Uni-
las industrias culturales. ABíes, y a ratos me imagino que de ocu-
! dos, todo se le atribuye al fenómeno de la americanización: la
rrir ahora la Revolución mexicana cada <::jército tendría su apa-
actualización tecnológica, el cambio de derrotero de las socie-
l rato de merchandising, y antes de las batallas los caudillos harían
~ dades, el abandono de conductas amparadas en la lealtad his-
giras de presentación.
tórica, los ajustes pequeños o grandes en los estilos de vida, el
*:t auge del hedonismo, el contrabando de las malas costumbres.
'';;;;'' Una vez aceptado que sólo se moderniza quien tiene la visl<J
.~'
fUa aeross the border, lo demás se incrusta por sí solo. Por un tiem-
Al desmesurarse la idea de americanización, vuelta un equiva-
po limitado los tradicionalistas resisten la arremetida de las
lente de la totalidad, se relegan o se menosprecian los esfuer- ,~:. modas, pero también ellos reciben los cambios y los a¡'¡aden a
zos creativos de las sociedades nacionales y la in teracción con
su personalidad, no sin una vaga conciencia de culpa por trai-
el resto de las culturas en el mundo. (No es un asunto de singu-
cionar su Iden tidad o alejarse de ella. Por eso, a la suma de
laridad, sino de diversidad, hay más países en el cielo y la tie-
"traiciones" en la lnemoria colectiva) individual, familiar, gre-
rra, Horacio, que los que sueña tu geografía imperiaL)
mial, tan1bién se le llama americanización.
Resulta exagerado uniformar b~o el título de americanización
elementos distintos, por ejemplo, el proceso que transforma
las relaciones entre sociedad y naturaleza, la reconstrucción :•.•: ''En esta casa somos modernos y no admitimos
o las nuevas devastaciones de las ciudades'l' del sentido urbano,
slffenatas a las cuatro de la mañana"
',:
e;.
los ritmos cambiantes de la vida social, el tránsito de la fami-
¿Quién le teme a la modernización y quién resiste el peso coa-
lia tribal a la familia nuclear, el crecimiento de la conciencia
ligado de las modificaciones de la vida familiar (en sus distintas
feminista, la adopción cuasirreligiosa de la tecnología, la expe-
modalidades), las libertades del comportamiento, el influjo de
riencia del entretenimiento y la comprensión de lo internacio-
las industrias culturales (muy especialmente los cómics, el cine
nal. Estados Unidos (lo que engloba el término) es la influencia
de Hollywood, el sentido de la programación televisiva y las apor-
planetaria por excelencia al no ser únicamente el imperio, sino
taciones del Cable), y la adaptación insl;mlánea de los éxitos
el laboratorio de los grandes cambios, pero el manejo tiráni-
sucesivos en Estados Unidos' Incluso si una porción de la mo-
co del término americanización desarregla el proceso haciéndo-
da viene de Inglaterra o dejapón, requiere para introducirse del
lo parte del determinismo ancestral, ni modo carnal o carnala,
sello de la aprobación norteamericana. Manga no llegó direc-
aquí te tocó nacer, en la época en que la historia es el desfile
de los Power Points. tamente de Tokio.
Sea como sea, y con las definiciones que se le adjunten, la
Nadie niega el peso de la cercanía del Imperio y su cúmulo
americanización es irreversible, y desde hace más de medio si-
de influencias y logros, pero la identificación obligada de ame-
glo. Se le juzgue de manera estructural o anecdótica, el proce-
ricanización y modernización le impone un solo molde al desen-
so es incesante y en los años recientes se amplía notablemente,
volvimiento de las sociedades. ABignarle a un solo país todos
sin que desaparezcan las "sustancias nacionales" redefinidas y
los atributos de la modernización, arrincona de an teman o el
desarrollo de las sociedades, cualesquiera que sean los grados de reubicadas.

108
109
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'Ú Af ':~
En pos. ele ..la. sus.t;enlación de mis a.rgu!Ilel~tos, acudo a la do a otro.). Así, digamos, el w;o incesante de chingada o cabrón
verbigracia: , o güey en el habla juvenil no sólo ,'iene del repertorio históri-
:, • Crece ,el nún1cro, de funcionarios,. cmpres~rios, "líderes .~:"
~;: co.de vocablos "maldito(, sino, muy claramente, del recurso .';
de opi nión", que al hablar dan la' impresión de traducit: su dis- . r;: de las Jour letter words en inglés, donde el Juck off es mero trá .
curso del inglés un tanto confusan1cnte. La estructura sintác- mite de las conversaciones. Si se quiere hablar "como gringo", se
tica del español apenas aparece, aunque eso no significa que se :necesita derrochar los recuerdos del tiempo en que alguien
vislumbre la estructura sintáctica de! inglés. El resultado dis- 'se escandalizaba parlo que son hoy ajustes del temperamento.
trae enorme,mente porque no hay modo de f~arse en e! co;lte- .¿Agarraste la onda, güey? '
nido o la forma de los discursos, y porque todo se concentra en
. .
';,

las averiguaciones idio,n1áticas: ''Ya nome interesa lo que qui- •


so decir, sino fuar el idioma en que se originó la intervención".
'(
y esto más que americanizacián,
l
es curiosidad lingüística. Un sociólogo acude a una definición amplísima: "Lo mexi.
" .• Se produce el "plagio de atmósferas", Así, las nociones de cano es lo no gringo". Sin . contestarle directamente, diversos :.)'
.
elegancia, lujo, belleza, modernidad y posmodernidad se trans- • analistas y un tropel de testimonios demuestran cuán arduo, rji
laden con fidelidad de Estados Unidos en los ámbitos de la en la realidad global izada, es ~recisar lo gringo y lo no grin-
, chise media alta y la burguesía, a la manera de Houston, Los.Án-
geles, el East Side de Nueva York, Dallas, San Diego y los rnalls
go en materia cultural. En 1936, el ensayista Jorge Cuesta rei-
\1ndica como suyo a Stendhal, y sitúa entre 10 ajeno al autor de
,correspondíen tes (b gentr)'fication men tal), el resultado es muy Santa, Federico Gamboa. Hoy, ¿cuántosse apropian de los clá- , '~I
distinto, porque, p:u:a.empezar, l()s ~lr~¡:Je¡:1,oIett'fEl\~jérLcuen-,. i
sic?s de) rock :"c.omo enel vértice deunjuramento''?~Cuántos'~' ';.1 ,.;;:.: -!J

tan, y se opoúen con su mera presencia a la validez absoluta


de muebles, corubinacio.nes cromáticas, arquitectura de inte-
creei, en el' seifheip Gorno el req¡odelador de sus vidas? ¿Cuán- . ,o[- •
tos quieren pensar en inglés para borrar el sonido de sus vidas
riOl'es, y "alegría de vivir como Dios manda". Nunca convence que todavía es en espar'iol? Es muy sencillo definir lo gringo en '.
la ilusión de hallarse corno en Manhattan o a punto de encar- ;,'
relación a la invasión de lrak, el FMI, la cacena de indocumenta-
garle a Frank Gehry el proyecto para el nuevo edificio del hold- dos en Arizona, el apoyo a la ultraderecha en América Latina,
rngo para el Musco Guggenheim de Hermosillo. Suponer que
la arquitectlll'a posmoderna y la decoración "a orillas del Hud-
la prepotencia imperial, la arrogancia de los policías del pla- ,
.neta y el Segundo Siglo Americano. Pero a los jóvenes crecidos jO'

son" aíslan de la realidad nacional es obl'i£arseo',a no ,ver para en el horizonte mediático, y pongo un ejemplo primordial; les i
, " .' ,
cree~ ~ resulta uno de' sus derechos básicos gran parte de lo produci-
• El vocabulario de las tres últimas décadas ,'iene casi por
entero del inglés. Esto no es problema, pero se da en un mo-
do musicalmente en Estados Unidos, o allí puesto de moda.
Luego podrán darse las innovaciones o los alejamientos de los
\!t:
.,
."
..
mento de catástrofe educativa internacional y de la consiguien- modelos originales, pero en materia de cultura lo gringó ha de- :);
. J'
te escasez idiomática. Utilizar la amplitud del español se vuelve jado drásticamente de ser lo otro. ,:
impensable, y los frecuentes "anglicismos" (si el término tiene
todavía sentido) masil,can las muletillas verbales más que re-

r;,
petir la experien,ia chicana de "adaptar las palabras" (verbi- El sincretismo ~nticipa el sincretismo, y las fusiones de hoy
gracia: ü1arketa por lne'rcado; wllat SUlnara conlla doga, run presagian las combinaciones infinitas de mañana. Detrás del
pa cá, mn pa allá~ por ¿qué pasa con la perra? Corre de un la- rock (tocado, cantado, oído) en 'México, está el conflicto,ja-

110
111

,,
':r

1}
más resuelto, entre localismo y universalidad, ¿A qué alude el ,~
chavo-banda que dictamina: "Somos la chingada madre del po- "
"'Segundo epígrafe (para situarlo donde se quiera)
der"? ¿a retazos de ideología anerquista, al repertorio verbal que
Es el jlachllfo un sUjeto úngulor
lo intimida y lo valida ante sí mismo, a la confusión entre iner- /)cro que 1HI11W dehifTn cnmelltl/;
midad y vigor "obsceno", al habla que lo resguarda ante la falta )' que a las jf}inas las dl'be dominar,
de interlocutores? Ha sido ardua la enseñanza de la diversided pnra que v J1cnla1J fiN)' jllln para bnilm:
yel rock ha contribuido generosamente, Toda UlnlO{(I qUf qtlirm ter Pii:,
En una entrevista, el rocanrolero tijuanense Javier Bátiz ex- con un padrino qlle len¡;a 5tt desliz,
plica su posición ante el Festival de Avándaro (1971): flayo n Sl/ c/¡rmle)' agmTc su vt'!iz,
y luego a Cflmrtl.aT 1'(1 manfrnl'T al inJeliz,

La proposición [del festival] trajo a estos grupos destructi- Canción de TiJI Tan de 1~H2 (¡ 1943
~\'
vos, CQmo Felipe Maldonado de Peace and Lave, quien en
cadena internacional de radio oyéndose hasta Perú y todo, "Si no lo defendemos, el idioma e;jmñol
anunció: "Vamos a cantar una canción que se llama 'Mari- se va a sentir incomunicado"
guana"', Todavía no cortaban, Pero luego dijo: "Chingue a
su madre el que no cante", Apenas dijo eso click. Se apagó En retirada o confinado a Sl.lS ciudadelas "inexpugnables", el
por veinte años el roncarol en México, Hoy existen grupos nacionalismo cultural, punto de unión de la antigua izquier-
positivos, Lo que no es saludable es que la gente esté con- da y la derecha monolingüe, de distintas perspectivas y de én-
fundida pensando que a mentadas de madre y faltando el fasis muy similar, dilapida sus prevenciones antilccnoJógicas.
respeto a la patria y al país, ya la bandera, eso es el roncanroL exhibe su miedo pueril a las acometidas del espanglish y se
queja por la disolución de sus grandes tradiciones (la derecha:
A su manera, Bátiz nos informa de uno de los significados el respeto a los mayores, las concepciones de la moral y las
del rack: la lucha contra la censura desde el relajo, el choteo del buenas costumbres; la izquierda: la emisión de consignas co-
más cerrado de los nacionalismos desde la gana de hacer lo mo profecías ante las ruinas del imperio),
que a uno o a una se le viene en gana, la abolición de los tabúes Se quiso erigir el canon inapelable que dispusiese de la len-
del lenguaje (ni gran victoria ni avance perdurable), Esta con- gua como un ser indefenso (los Comités de Defensa del Espa-
tribución del rock a la divet'Sidad es artística, sociológica, cultu- ñol), y se hizo caso omiso de lo obvio: si el inglés ha invadido a
ral en el sentido más vasto, Con "genio festivo", el rack de los tal punto el espacio de los dem,is idioma" es por rawnes difTcil-
espacios contraculturales ha informado de regocijos, iras, fuer- mente resistibles, las del poderío militar, económico, tecnológi-
zas creativas, limitaciones fGtmativas, patetismos y tragedias en co y cultural (en el sentido amplio) de los Estados Unidos, que
sectores juveniles cuyo futuro, en perenne evaporación, yace emite la lingua franca de donde proviencn, inevitablemente,
siempre en otras manos, y que nadie minimice esta resistencia los nuevos vocablos del mundo entero, A diario, una palabra
al poder de usar creativamente el afán mimético, Tener dere- -software o videoclip- se incorpora al ciicciollario inlernacio-
cho a otros gustos es la in tukión de una vida distinta, efectiva- nal, sin alternativa posible, Dios es el único chip de la trascen-
mente plural, que emerge de los cambios inesperados, dencia, Y sin embargo, al cabo de un siglo de amelicanización,
el espai;ol de México, empobrecido y enriquecido, mantiene
su ritmo vital.

112
113
A la americallizacián, los sectores nacionalistas le enfrentan mófobo, pero a mi casa no vuelven ni tú ni tu amiguito gay");
1", gestos )' los discursos que facilitan su paso acelerado sin si- el incremento de las alternativas de educación hogareña en la
quiera mellarla. l~l error ha sido descomunal y duró demasiado niñez y la adolescencia, el cambio de estatus de las mujeres,
tiempo; se identificó progreso tecnológico con ideología nortea- la tolerancia como la renovación de la convivencia.
mericana, se confundieron cultura y adc¡uisicián de comodi- Casi por excepción, en el caso de la americanización las ideas
dades, y, casi, se exigió a nombre riel nacionalismo la renuncia ,( dominantes de la época son las de la clase dominante: el "agrin-
a innovaciones y con1odidades. Pasado un leve o arduo senti- gamiento", razonan los de Elevados Ingresos, es la única estrate-
miento de culpa, el que aceptaba la tecnología se sentía de pa- gia conocida de incorporación a lo que vale la pena. El mundo
so, an1cricanizado. Y 111ás tarde, la glohalización, como técnica -en su perspectiva- gira en torno de un solo notable estilo de
de obedienci:l, se apoya en los vanos terrores de un nacionalis- vida, y Nueva York y HOllston y DaJlas y Los Ángeles bien va-
mo endeble, que convierte en pesadillas los recelos. Así, la resis- len las certidumbres antes inadmisibles: las hijas abandonan al
tencia a la americanización es declarativa las más de las veces mismo tiempo pubertad y virginidad, la infidelidad matrimo-
porque la seducción no es en principio ideológica, sino tecno- nial ya no es unilateral, la obsolescencia planificada también
lógica: ¿cómo decirle que no al confort? y, muy especialmente, afecta las creencias, los prejuicios también se jubilan. ¿Qué tan-
¿quién se niega a habitar por un instante un fragmento del por- to se pierde si se renuncia a la idiosincrasia "sin valor en el
venir? Por demasiado tiempo, ha permanecido la pregunta: mercado"? Y de esta posición se generan consecuencias paté-
"¿Qué tan contemporáneo soy?", que en rigor significa: "¿Qué ticas: "El subdesarroJlo, afirma Iván IlIich, como estado de áni-
tan cerca o qué tan lejos estoy del modelo norteamericano?", y, mo aparece cuando las necesidades humanas son vaciadas en
con eso, se ha declarado lo nacional valiable de la incomodidad el molde de una demanda urgente por nuevas marcas de solu-
o del atraso o del temor clásico de principios del siglo xx ante ciones enlatadas que-estarán continuamente fuera del alcan-
el teléfono. "¿Cómo le haces para oír a distancia con ese apa- ce de la mayoría".
rato? Esun invento del diablo." Así de puelil, así de inevitable.
El Génesis se transmite por televisión abierta,
• pero el Apocalipsis será P.? V.
A diario, y sea o no consciente di actitud, y no obstante las evi- A partir de la década de 1970, las transnacionales deciden, y
dencias de su resquebrajamiento, el anacronismo es aquello de manera cada vez más amplia y sin rival posible, los rituales de
alejado de los par:ldigmas norteamericanos. Otras sociedades vida en la burguesía y las clases medias, el sentido de la diversión
pueden ser más libres o menos represivas (las escandinavas, inÍ:ln til, los tránsitos y la existencia misma de la cultura juvenil,
digamos), pero según el critetio dominante en América Latina el uso prestigioso o forzado del tiempo libre. Antes, las modas
los avance! se determinan en Estados Unidos, y de allí los vuel- algo tardaban en cruzar las fronteras comerciales y psicológi-
cos ideológicos que van con la moda (el bikini o la minifalda se cas; luego el tiempo se reduce considerablemente, hasta llegar
'1,'
diseminan cuando el orguJlo corporal vence al miedo al Qué -gracias sobre todo a Cablevisión y la Red- a la casi simultanei-
Dirán); el desenfado creciente en las relaciones familiares; dad de hoy en los sectores con capacidad adquisitiva o entre los
el sello de "efIcacia" o '"ineficacia" que decide el porvenir de jóvenes. Una tras otra, las instituciones del gusto y el consumo
las tradiciones (del uso de las lenguas indígenas al adulterio, de Norteamérica se vuelven las instituciones del gusto y el con-
del rechazo de los maricones al "Le dUe a mi hUo: No soy ho- sumo en América Latina: las ceremonias de entrega del Oscar,

~'o
114 ¡;-" 115
del Grammy y del Emmy, el Hit Parade, la adopción de los cuIt'
i.:
,vrhinistamente la idea de "manipulación", sin aceptar que una
1
f ji!ms, las artes marciales (la ambición del Mexican o el Peruvian o"~ . tiranía así desmoviliza para siempre. Y.la realidad ofrece am-
Ninja), el rack como lengu~e metageneracional, la infancia co- plios testimonios de lo contrario.
mo un vide~uego incluso en lugares sin electricidad. En México, un elemento cuya protección se invoca es la
Conviven y se fusionan la internacionalización genuina y la Identidad Nacional, siempre "al borde del extravío", y de la pér-
imitación patética o descarada. Y la adquisición de una men- dida. "Oh Madre Identidad, protege nuestra esencia." Al no
talidad competitiva se agrega a la compra de televisores, radios precisarse el concepto, el miedo al desvanerimiento de la iclio-
de transistores, licuadoras, grabadoras, lavadoras eléctricas, sincrasia es otra de las creencias irracionales a propósito ele la
computadoras. El mayor éxito del proceso: la identificación en nación. Los extremos se unen: a la actitud sólo a la defensiva,
algunos sectores de la americanización (consumo, apropiación al "No pasarán" del cliollismo católico y el chovmismo sucede
de esquemas) con el rechazo de cualquier idea de justicia so- el sometimiento de quienes, al abrazar los bendicios tecnológi-
cial, y el concederle a las industrias culturales una presencia cos, suponen que lo siguiente es aceptar con júbilo la coloni-
determinista. Nunca es para tanto. SÍ, en la sociedad de masas zación mental. ¿Y qué entienden por "colonización mental"?
sólo caben versiones estentóreas de los atavios, las costum- En este caso, la sensación de no habitar simultáneamente en dos
bres, el habla, el sentido del humor, las visiones del erotismo, países. A eso se agrega la deshumanización que trae consigo
pero no son de Índole maoÍsta ("Todos los atavíos chinos son el culto idolátrico por el mercado. Describe Iván l1Iich: "La mo-
iguales"), ni garantizan en los modos de resentir la respuesta derna peculiaridad de ser incapaces de aprovechar las dotes
única. Si la televisión cubre todo el país, son muy distintos sus personales, la vida en común y los recursos del anlbicntc en
efectos en una colonia popular y en una"residencial. Sí, Gwen- forma autónoma infecta todos los aspectos de la vida cuando
dolyn, también hay una recepción televisiva de clase. una mercancía diseñada profesionalmente logra reemplazar
el valor de uso que se configura cnlluralmenle. De este modo
• se destm)'e la posibilidad de experimentar satisfacción perso-
nal y social luera del mercado" (Altemalivas ¡J).
A las mayorías, la radio o la televisión les resultan los grandes
interlocutores, no nada más zonas de entrenamiento, sino mo- Tercerepígrafe: la alborada de la globalización
dos de vida que, al tomarlos en cuenta (al despreciar casi cual-
quier jerarquización educativa: "Me interesa tanto que me Ya lodos saben ¡mra quien trahajan.
vean que trato a todos como a niños"), en algo los compensa de Traduzco un artículo de Esquire
sus limitaciones sociales. El mens~e es nítido: "No tienes otra, sobre una hoja de Kimherley Cfnrh (.or.
público; acércate al espejo paradigmático; refléjate en estas en una a.ntigua máquina Remington.
Corregir; con un boligraJo Esterbrooh.
tramas/ canciones/frases/actitudes; adquiere, por contagio,
Lo qtll' me png111m
identidad globalizada y educación sentimental". y el que en aumentará ("11 unos (llantos pesos 1m arca\
este ámbito habla de "manipulación cultural", es exacto e in- de Carnation, Gencral FoodJ, Heinz,
suficiente, al decir verdades a medias. La cultura de masas ac- Colgale Palmolwe, Cillete
túa sobre vencidos previos y, al encauzar la derrota, hace de la )' California ParkillR Cmpomtion.
explotación el telón de fondo que sostiene los sueños melo- José Emilio Pacheen
dramáticos de las víctimas. No se usa tan consagratoria y dctcr-

116 117
El fenómeno de la "amcricanizaóón" se combina en Améri- siempre a la defensiva, al "No pasarán" de las "esencias crio-
ra Latina de modo indistinguible con ese gran juego de susti- llas", sucede la irracionalidad de creer condición inescapable
lUción de realidades que se llamó el imperialismo cultural yes para "estar al día", el pacto con una visión del mundo a la que
hoy la red trallsnacional de industrias culturales, térnüno que se conoce únicamen t.e por la vulgaridad de sus propuestas.
ck,scribe visione') rmnpetitivas )' ferozmente individualistas, cuya
plimera razr)n de ser es la. apropiación masiva de la mentalidad De la puerilidad como la mayoría de edad
que se caliilca de única y deseable, y cuya técnica de conquista a la que tienen acceso los consumidores
exige que el prcrrequisito del disfrute de logros científicos y tec-
nológicos sea aceptar los delern1inismos de la americanización. Mucho de lo que se entiende por la americanizacián depen-
Irracionalidad y dispersión. No sólo en el hábitat de clase de de la puerilidad de sus client.es o creyentes. Con candor, se
111edia,sino lJl1lbitlt en chozas, en tugurios, en la desolación adoptan de Est.ados Unidos mitologías de vida y conducta, y
regida por la esrasez donde se hacinan las multit.udes, rige d por Nortearnérica se entiende la mezcla de reflejos condiciona-
desencuentro entre el desarrollo personal (el que exista) y los dos de la sociedad de consumo, la veneración de las modas su-
requerimientos del desarrollo colectivo (el que no se produ- cesivas }'la t.raducción mecánica de puntos de vista y cult.o por
ce). En tanto ",Iqnisicioncs ideológicas, los sentimient.os de bie- la tecnología. No es impreciso hablar de puerilídad; en rigor,
nest.ar o de sobrevi"encia dependen en altísimo grado de los nada más pueril que concederles a esquemas muy primarios la
medios e!eetr,ínicos, el resultado es caract.erístico de la hege- calidad de senderos de civilización.
monía: los SOllletidos no logran extraer conclusiones últimas Pongo un ejemplo vertiginoso: desde hace una década, y sin
sobre la nat.uraleza de su opresión. A camhio, se entrega el haz que nadie quiera evitarlo, la mercadotecnia es la piedra de toque
de ilusiones ,icarias y compensaciones elementales a muy alto de las cenidumbreS'Sociales y polít.icas en México, un elemen-
precio que es sinónin10 de sociedad de consumo. Ya la ofen¥ t.o modificador de las mentalidades en mayor medida de lo
de las transnaciona1cs,
5i\'<1 sólo se oponen algunas inst.ancias que se admit.e. Al perder su público cautivo la demagogia, yal
funoatllcl11alcs: la educación, la fuerza de la selección de las tra- anular el est.allido demográfico los efectos de las movilizacio-
diciones (algo miL) significativo que la idiosincrasia, según creo) nes directas, se quiere convertir a la mercadotecnia política,
)' las cargas de sensualidad, humor y de relajo que matizan la con éxito muy regular, en sant.uario de la credulidad, la vía de-
sob revive 1\ da. vocional al conocimient.o y la información, el reemplazo de la
"on la distorsión óptica obligada, los inmigrantes prefieren experiencia por las encuestas y los arquit.ectos de imagen. En
ser ciudadanos ele tercer" dd futuro, no del pasado. Ant.es estig- el imaginario de los políticos, la voz de la encuesta es la voz de
matizada pOI ¡C)S gobiernos de derechas e izquierdas, la ameri- Dios, los grupos focales sustituyen casi por completo a la opi-
"
C:l111Z<1c1Ón ya no es terna urgente, t..s,de modo intensificado, lo nión pública, el electorado existe mientras duran los spots, y
con fin(~s retóricos, 10 omnipresente
5/)10 discutido que comple- lo que sucede al margen de la mercadotecnia es tan premoder-
menta eljuegD de lns nacionalismos y avasalla porque no tiene ':1'1, no que, desde la óptica de los grupos políticos, no ocurre de
sentido oponerse al confort. y las sensaciones de ,ida cont.empo- hecho. Esto, aunque las encuest.as aportan sorpresas. En una
ránea, ni tampoco, atenerse a "valores nacionales" sin quedar encuest.a de 2004, 35 por ciento decidió no creer en la existen-
sepultado b;~o el ahogo loealista. Según muchos "lo nacional" cia física de Juan Diego. Quién lo supondría.
es variable de la ralta de alternativas, y el eje de la seducción no
es la ideolog0. sine) la tecnología. 1\ la irracionalidad de est.ar

I 18 119
••
"

De algunas ventajas de las industrias culturales ANATOMÍA DE UNA TENTACIÓN


• José María Pérez Cal'
Una cosa por otra. En los años recientes, una vertiente de las
industrias culturales recrea comercialmen te las consignas y
las actitudes de varios movimientos sociales, democráticos y li-
bertarios de Norteamérica. Es enorme la contribución de estas
aperturas al crecimiento de la tolerancia, la aceptación cre- En El espacio interior de la gwbalizaciórI dJilcajnlal (1m Wellinnenrawn
ciente de los derechos de las minorías, la incorporación de los des KapitaL<, Suhrbmp, 2006) Petcr Sloterd0k escribió:
avances del feminismo. Como ha sucedido con el ritmo de li-
bertades del cine norteamericano, hay series que al amparo del En nuestros días ya nadie pone en duda que el capitalismo
prestigio de la americanización, con tribuyen a la ampliación mundial -aunque tenga un carácter policéntrico- haya ele-
" ; de criterios en el mundo entero. gido ciertos lugares, países y poblaciones. Estados Unidos
, ¿Es posible valorar lo que ha significado para el entendi- de Norteamérica se cuenta no s~ó entre sus regíones favo-
;~ miento de la vida en prisiones y BUS violencias de toda índole ritas, sino también ha llegado alser su domicilio principal.
una serie como Oz? ¿Y quién esperaba ver, a través de la fami- Estados Unidos es el país del mundo moderno que ha cons-
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lia "disfuncional" que atiende una funeraria, el acercamiento tituido -más que ningún otro- un gran espacio de riqueza
respetuoso a las circunstancias de los velorios, como sucede y prosperidad-representante incuestionable de los procesos
en Six Feet Under? ¿Y cómo apreciar la trasformación del hu- de modernización. Aquí se ha construido el palacio de cris-
mor infantil que traen consigo las se¡;ies de animación The tal de la nación que recibe a las grandes migraciones.
Simpsons y South Park? ¿Y cómo evaluar la normalización de la
experiencia lésbica que impulsa The L World, y la de la expe- Así las cosas, podemos afirmar también que -siguiendo la
riencia gaya cargo de Wilt and Grace, Queer as Folk y Noah 's Are? misma argumentación-la mayoría de los habitantes de Estados
¿Ylas aproximaciones a la vida sexual y sentimental de las mu- Unidos tenía no hace mucho tiempo la convicción de sentir-
jeres jóvenes en Sex and The Gily y Desperate House Wifes? Al fra- se no sólo los agentes de un sistema económico, sino talnbién
casar la censura, las libertades continúan su expansión. los portadores de un entusiasmo cuyo nombre irresistible se co-
noce como the American dream. La mejor interpretación de ese
Cuarto epígrafe sueño -que también se llama American creed-la hizo en su tiem-
po el escritor Israel Zangwill (1864-1926), autor de la metáfora
Sorry, no tengo cash. .;!: del meltingpot, como ha señalado Arthur SchlesingerJr. en The
Presidente Ernesto Zedilla
Disuniting DI America. Rfjlections on a Multicultural Society (Amé-
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a una indígena que le vendía ¡ica desunida, reflexiones sobre la sociedad multicl1ltnml, W. W. Nor-
tina Virgen de Guadalupe ton, Nueva York, 1998).
de palma (1996). Quizá este sueño tuvo en su tiempo tan las definiciones co-
";,
mo ciudadanos tenía por ese entonces Estados Unidos. A di-
ferencia de las muchas letargocracias en el resto elel mundo,
'~' Estados Unidos era la nación donde cualquiera podía hacer algo
nuevo, si quería. hacer algo nuevo. De acuerdo con los derechos
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