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Zine de reflexiones sobre

las políticas culturales

Tatiana Otoya
Ricardo Lozano
Byron Sánchez
Gissela Carlos
Laura Nivela
índice
1 Nota del grupo
Agradecimientos

Recomendaciones y datos curiosos sobre cada


2 texto

El teatro de la calle como representación de las


4 limitaciones laborales para los artistas
Por Ricardo Lozano

"SINCHI WARMIKUNA” encuentro de cantoras


8 como un espacio de cuidado
Por Gissela Carlos

La articulación de los colectivos culturales en


12 Santo Domingo de los Tsáchilas
Por Byron Sánchez

El fanzine como un territorio de autocuidado


20 (y otras conversaciones internas)
Por Laura Nivela

Análisis y evaluación e las políticas culturales


desde el IFAIC-IFCI, a los beneficiarios de
26 convocatorias públicas y su precarización
laboral.
Por Tatiana Otoya

30 Biografías
Nota del grupo

En este fanzine encontrarán una serie de reflexiones a partir


de nuestro camino de aprendizaje en la materia de Políticas
Culturales y de las Artes impartida por la docente Albeley
Rodríguez en la maestría de Políticas de la cultura y gestión de
las Artes de la que formamos parte.

Cada uno de nosotrxs tiene diferentes registros de escritura,


así como distintas experticias en el campo de las artes y
esperamos que estas diferencias enriquezcan sus
experiencias lectoras.

Agradecemos toda la calidez recibida durante la clase de la


docente Albeley. Gracias por expandir este sendero en el que
nos encontramos.

1
Recomendaciones y datos
curiosos sobre cada texto

Gissela Carlos
Textos:
Les recomiendo el texto “Cuidarnos cara a cara cuerpo a cuerpo” de Paola de la
Vega. Así también “Políticas Culturales y Ciudadanía” de Víctor Vich. Y por
último un texto más filosófico, como es “Un mundo común” de Marina Garcés.
Dato curioso :
En la política pública de la cultura del Ecuador se insertó y se quiere establecer
como un eje prioritario, la activación de emprendimientos culturales y el fomento
de las industrias creativas.

Byron Sánchez
Textos:
Les recomiendo el texto “Los pobres crean”. En: El entusiasmo. Precariedad y
trabajo creativo en la era digital de Remedios Zafra, 2017, Barcelona (Esp.):
Anagrama, También el texto de Giuseppe Campuzano. 2008. “Museo Travesti
del Perú” En: Rev. Desicio, May-Ago. Pátzcuaro (México): CREFAL,
Dato Curioso:
Luban Oko en lengua Tsafiki de la cultura Tsáchila es un cuento mitológico sobre
la historia de un niño Tsáchila en la selva donde habla sobre la cosmovisión de
su cultura. El centro cultural lleva este nombre en referencia a la cultura
originaria de Santo Domingo.

Laura Nivela
Textos:
Les recomiendo leer a Judith Vidiela, “Espacios y políticas culturales de la
emoción. Pedagogías de contacto y prácticas de experimentación feministas” En:
Antonio Collados y Javier Rodrigo (Edits), Transductores. Pedagogías en red y
prácticas instituyentes, Granada: Centro de Arte José Guerrero, 2012.
Dato curioso:
Ecuador creó su Ministerio de Cultura en el 2007 mientras que países como
Colombia lo crearon en 1997,

2
Recomendaciones y datos
curiosos sobre cada texto

Ricardo Lozano
Textos:
Recomiendo el texto “Revista Cine Documental n° 22” de Albeley Rodríguez.
Datos curiosos:
En la política pública de la cultura del Ecuador se estudia mucho sobre la
memoria a no olvidar nuestras raíces indígenas y hacer conciencia de los grupos
Lgbtiq +, feministas todos los grupos rechazados. Todo esto me ha llevado a
pensar en todos los grupos que han luchado por ser aceptados por tener una
manera de pensar diferente o por ser migrantes, todos son productos de rechazo
de la sociedad y el patriarcado. Finalmente este es un concepto que llevo desde
mi adolescencia, cuestionó todo lo que nos enseñan y que no está mal, pero si
debemos ver ese otro lado de la moneda. Actualmente me encuentro en un
proyecto web para descubrir talentos artísticos y elaboración de un libro así que
si alguien conoce personas que escriban o tengan talento pueden enviar su
información a mi número de trabajo +593 963552802.

Tatiana Otoya Velásquez


Textos:
Les recomiendo el texto de “Un mundo común” de Marina Garces y también “Un
mundo ch`ixi es posible- Ensayo desde un presente en crisis” de la autora Silvia
Rivera Cusicanqui.
Dato Curioso:
Las políticas culturales aplicadas a la cultura digital han producidos cambios en
las prácticas y costumbres usando la tecnología como un recurso a la
globalización social.

3
El teatro de la calle como representación de
las limitaciones laborales para los artistas
Por Ricardo Lozano

El teatro callejero en el Ecuador, se compone de varias muestras creativas de


parte de un conjunto de artistas; actores, músicos, comediantes, etc. Estas
muestras culturales tienen como objetivos principales el acercar las expresiones
artísticas de manera menos estandarizadas al pueblo, sin embargo, otros de sus
rasgos es el generar una entrada económica, dado a que no dejan de ser
desempleados.
Los lugares más recurrentes en el país donde se pude apreciar estas muestras
culturales son en ubicaciones estratégicas donde haya mayor concentración de
personas, como plazas, malecones o centros históricos en general. Como
ejemplo, el malecón 2000 de Guayaquil, ha sido el escenario de varios artistas,
los cuales han utilizado al teatro para informar sobre las gestiones cantonales de
los partidos políticos a cargo, de manera menos formalizada.
Es por ello que al hablar sobre el teatro callejero hay que ir más allá de
considerar que solo son “personas que hacen reír”, puesto que, son muestras de
la realidad social en la que se encuentra sumergida el Ecuador.

Cuidar significa proteger el trabajo lo invisible; en el trabajo


artístico, es todo lo que está fuera del escenario y del espacio de
circulación, aquello que desborda el producto artístico y su
materialidad. Es cuidar los cuerpos el espacio y el tiempo de la
creatividad que es muy distinto, es antagonista al de la
productividad.[1]

[1] Solo yo. “Mi arte en la calle” “Teatro callejero, Ecuador” 2014
[2] Paola De la Vega. “Análisis de datos para una Política en femenino", 99. 4
A continuación, el presente texto explicara como el teatro callejero contribuye a
desnudar la realidad laboral en la que se encuentran los artistas, el desinterés
estatal y las manifestaciones que han surgido como planeaciones para el
bienestar de los gestores culturales y el arte.
Las políticas culturales y laborales, han cambiado debido a las luchas del
proletariado, que se levantaron contra la esclavitud neoliberal, que mantiene al
trabajador sumiso bajo a un nuevo colonizador, el capitalismo[2]. Sin embargo,
para los artistas, ni siquiera hubo cambio, ya que, para el estado, su labor no era
parte del crecimiento económico, asimismo, no era relevante cuestionar si existía
una explotación hacía el artista. Es por ello, que se han visto con la necesidad de
integrarse en las calles y en sus muestras culturales para exhortar sobre esta
problemática.
En las protestas contra el manejo gubernamental del ex mandatario Lenin Moreno,
por las políticas económicas tomadas en octubre del 2019, estuvieron presentes
grupos minoritarios, indígenas, feministas, y por su puesto artistas. Uniéndose
formaron un gran grupo, al que denomino como Nosotros somos Ecuador, puesto
que, en ellos se refleja la precariedad laboral de los ecuatorianos, sin embargo,
esta vez nos focalizaremos en las condiciones del artista en el país.

Si los Estados y sus aparatos institucionales – incluso cuando


hablamos de los llamados Estados de bienestar-no cuidan y
construyen su relación con los trabajadores culturales desde la
dádiva.[4]

Tomando como ejemplo lo sucedido en las manifestaciones del 2019, como nos
los presenta Albeley Rodríguez en su escrito sobre su exposición cinematográfica
de lo vivido durante la protesta. Podemos corroborar de cierta manera como el
teatro callejero fue utilizado para representar las malas condiciones laborales.
Como lo dice Albeley:

[3] Víctor Vich. “Políticas culturales y ciudadanía”. “Estrategias simbólicas para


tomar las calles” PDF.
5
A continuación, el presente texto explicara como el teatro callejero contribuye a
desnudar la realidad laboral en la que se encuentran los artistas, el desinterés
estatal y las manifestaciones que han surgido como planeaciones para el
bienestar de los gestores culturales y el arte.
Las políticas culturales y laborales, han cambiado debido a las luchas del
proletariado, que se levantaron contra la esclavitud neoliberal, que mantiene al
trabajador sumiso bajo a un nuevo colonizador, el capitalismo[1]. Sin embargo,
para los artistas, ni siquiera hubo cambio, ya que, para el estado, su labor no era
parte del crecimiento económico, asimismo, no era relevante cuestionar si existía
una explotación hacía el artista. Es por ello, que se han visto con la necesidad de
integrarse en las calles y en sus muestras culturales para exhortar sobre esta
problemática.
En las protestas contra el manejo gubernamental del ex mandatario Lenin
Moreno, por las políticas económicas tomadas en octubre del 2019, estuvieron
presentes grupos minoritarios, indígenas, feministas, y por su puesto artistas.
Uniéndose formaron un gran grupo, al que denomino como Nosotros somos
Ecuador, puesto que, en ellos se refleja la precariedad laboral de los
ecuatorianos, sin embargo, esta vez nos focalizaremos en las condiciones del
artista en el país.

Es necesario decir también que, además de los nudos expositivos,


también pensamos importante dar espacio a una especie de tributo a la
respuesta popular ecuatoriana, de modo que hiciera visible que los
hechos de octubre de 2019 y sus antecedentes en las acciones de los
distintos movimientos sociales que actuaron antes y entonces, nos
resultaban relevantes dentro de la discusión de esta puesta en
exposición y a pesar de tenerla ya articulada para el momento de
aquellos decisivos acontecimientos.[5]

[4] Paola De la Vega. “Análisis de datos para una Política en femenino”


(ciudad de publicación: editorial, año de publicación), 103.
6
[5] Albeley Rodríguez Bencomo. “Cine Documental” PDF. Mayo 2020, 9.
Con lo citado, inferimos sobre la importancia de las propuestas culturales de los
diferentes grupos, con sus carteles, cantos, expresiones durante y después del
estado de excepción, como muestra de rechazo sobre lo que se vivió. Siendo
estas muestra las que contribuyeron a que al final, gane el proletariado contra el
estado.
Es por ello que, exhorto a través de este escrito sobre la importancia del arte vivo,
como forma de expresión general. Es por ello que, es necesario que el arte
callejero se construya en base a un protectorado de parte del estado, quien
determine un sueldo, inversión, salud a todos aquellos que ven al arte como
fuente de vida. Puesto que, los artistas son los gestores culturales que aportan a
la identidad ecuatoriana, la que aún se sigue formando. Para sintetizar, la calidad
laboral es una lucha que se ha venido enfrentado desde hace años y aún sigue
siendo un planteamiento sin resolver, estando al margen para quienes tienen el
poder.

Bibliografía:

De la Vega Paola. «Análisis de datos para una política en femenino: Cuidarnos:


cara a cara, cuerpo a cuerpo. 6to Encuentro Iberoamericano De Arte, Trabajo y
Economía». Edición de León Crespo Paulina, Gabriela Montalvo y María Fernanda
Troya (6EIATE). Quito: FLACSO, 2021.
https://www.academia.edu/49139450/An%C3%A1lisis_de_datos_para_una_poli_ti
ca_en_femenino.

Rodríguez Bencomo Albeley. «Lo documental en propuestas ecuatorianas de arte


y creación activista, en la exposición: Estrategias sublevantes. Lo sensible en
acción». Revista Cine Documental n° 22. Quito, 2020.
http://revista.cinedocumental.com.ar/lo-documental-en-propuestas-ecuatorianas-
de-arte-y-creacion-activista-en-la-exposicion-estrategias-sublevantes-lo-sensible-
en-accion/.

Vich Víctor. «Políticas culturales y ciudadanía: Estrategias simbólicas para tomar


las calles». Buenos Aires: CLACSO, 2021.

7
"SINCHI WARMIKUNA” encuentro de cantoras
como un espacio de cuidado.
Por Gissela Carlos

“Sinchi Warmikuna” (mujeres valientes, mujeres que hablan de frente) es una


organización de cantoras independientes que nace en Otavalo – Imbabura, en el
año 2016 con el propósito de impulsar el desarrollo creativo, técnico musical y de
producción de proyectos culturales que incluyan la participación de mujeres. Si
bien las actividades al inicio se enfocaron en las mujeres indígenas de Imbabura,
hoy se cuenta con la presencia de mujeres y hombres de diferentes pueblos y
nacionalidades del Ecuador, garantizando la accesibilidad a las actividades sin
discriminación de género. El objetivo es preservar, fortalecer y revitalizar los
cantos tradicionales, timbres e idioma.
Estos espacios emergen de una gestión cultural comunitaria, experimental y
participativa, en este caso de la guía de la compositora y gestora otavaleña Anita
Cachimuel. Así, la autogestión, la producción, las relaciones, y todas estas
confluencias hacen de “Sinchi Warmikuna”, un espacio de cuidado. Pues nos
hacen pensar en nuestro quehacer sobre otra vida y cultura posible, en
comunidades territorializadas e inestables.
Como ya se mencionó, una de las características iniciales de estos espacios es
la autogestión. Es evidente que han existido trabas burocráticas de las entidades
públicas en los procesos de gestión para estos. Sin embargo, estas mujeres han
encontrado modos de organización, gracias al ánimo y espíritu de trabajo
colaborativo. Por otro lado, las cantoras encuentran un tiempo para compartir
ideas y experiencias con el fin de visibilizar el pensamiento de la mujer y el
concepto de la unidad. Así más mujeres se unen para debatir, disfrutar, cantar,
ayudar y preservar estos saberes. Como menciona, Laura Cabascango en una
entrevista:

8
Algunas mujeres en la ciudad de Otavalo tienen como actividad la
composición y la interpretación musical. Y ellas han abierto espacios
para conocerse a través de otras voces y apoyarse, hacer lo que les
apasiona y para no dejar morir el legado de conocimientos y saberes
ancestrales que tienen como pueblo.

El liderazgo de estas mujeres es notorio y se puede evidenciar en la


organización y creación de ensambles. Pues han tratado de reivindicar la
sabiduría ancestral mediante sus intervenciones musicales, y lo hacen cantando
en kichwa e interpretando instrumentos como el charango, bombo, pingullo,
zampoña, quena, entre otros. También tratan de salvar su lengua a través de la
conformación de agrupaciones. Como es el caso de Cabascango, en la
entrevista, ella comenta que dentro de la comunidad se estaba perdiendo el
mantener esa parte musical, con esa preocupación ella consolidó una
agrupación con sus propios familiares. Ella dice: si no trabajamos en esto, la
posible generación no lo hará, ni en la recuperación del lenguaje ni en la parte
musical.
Cada una de estas artistas tienen algunos roles en su vida en el hogar, en su
comunidad, en las escuelas, en sus proyectos, etc. Pues, ellas manifiestan que
muy aparte de ser madres e hijas también tienen una conexión bastante fuerte
en el campo de la salud, la agricultura, costura, etc. Sin embargo, siempre han
ido tejiendo entre el que hacer musical y estas otras múltiples ocupaciones.
Vemos que para ellas el cuidado es esencial en sus vidas y nos permiten palpar
esas lecturas que encaminan hacia ese cuidado, donde también hacen de
partícipes a sus hijos/as, esposos, amigos/as, etc. Es un espacio de realización
común, lleno de iniciativas de bienestar, de igualdad de género donde debaten la
inclusión de la participación de la mujer en más espacios. Es así, que estos
encuentros para pensar en políticas culturales que vean más allá de solo el
individualismo. Como lo dice Paola de la Vega en su texto. «En los encuentros
colectivos reside la idea del cuidado común, del cuidado en colectivo una
comprensión del sostenimiento colectivo de la vida que comparten los
feminismos y los pueblos indígenas».[1]

[1] Paola de la Vega, «Cuidarnos cara a cara, cuerpo a cuerpo, Análisis de datos»,
Quito; FLACSO, 2020, 101 9
Estos tipos de encuentros son una forma de producir otras subjetividades que
están impuestas por la economía capitalista que solo nos lleva a ese
individualismo. Estas actividades emancipadoras nos permiten reflexionar sobre
otra manera de relacionarnos unos con otros, muy diferente a la que esta
imposición neoliberal nos enmarca mediante la imaginación, como lo manifiesta
Víctor Vich, « el capitalismo nos enmarca donde ya no parece haber noción de
pasado y donde el futuro es un puro narcisismo cifrado bajo la ley del más fuerte
».[2]
Por otro lado, cabe recalcar que los gobiernos locales, no les dan tanta
importancia a estos encuentros, o simplemente lo realizan para cumplir una
agenda. Y muchas veces para evitar dar un espacio se llenan de excusas con la
burocracia, indicando que se debe tener permiso para realizar aquellas
actividades. Pero a pesar de las dificultades, lo hacen en contra la marea, sin
darle importancia a la precariedad e informalidad que conlleva muchas veces su
quehacer artístico.
Desde esa concepción capitalista, el arte es un trabajo considerado como
“improductivo”, ya que, al no ser intercambiable rápidamente por un salario, las
instituciones lo miran como algo que no tiene ni genera valor monetario. De
hecho, la gestión con estas entidades para obtener alguna remuneración
económica resulta improductiva. Esto coloca a las artistas en una evidente
situación de precariedad.
Así el cuerpo de las cantoras se ve afectado por este pensamiento dicotómico de
la modernidad porque los cuerpos de las artistas se ven sometidas a una
práctica de formación, y paralelamente hacen otras actividades como el cuidado
de sus respectivos hogares, Sus cuerpos se desgastan a la vez que se
precarizan. No hay que hacerse de la vista gorda como dice Zafra:

No olvido que quienes crean tienen cuerpo. Un cuerpo que habita


lugares con identidad y que transita espacios. Que aquí y allí los
entusiastas se relacionan con otros y fantasean, pero no solo como
parte de su proceso creativo, sino también como parte de su
subjetivación política.[2]

[2] Víctor Vich, «Políticas Culturales y Ciudadanía; Estrategias simbólicas para


tomar las Calles», CLACSO, 16 10
Estos espacios nos permiten reflexionar sobre opciones distintas para la vida
colectiva, que sea de afecto, de cuidado, de reivindicación, de proteger el
lenguaje. Y así mismo, pensar en que las políticas culturales como lo manifiesta
Víctor Vich, no deben ser entendidas como una herramienta para producir
simples espectáculos ni gestión únicamente destinada para ganar dinero o
administrar lo que ya existe, sino más bien para contribuir a la producción de una
sociedad nueva y ofrecer alternativas hacia una nueva vida colectiva mediante la
ayuda de estos tipos de propuestas. Aparte de cuidarnos debemos exigir que las
instituciones nos cuiden.

Bibliografía:
De la Vega Paola. «Análisis de datos para una política en femenino: Cuidarnos:
cara a cara, cuerpo a cuerpo. 6to Encuentro Iberoamericano De Arte, Trabajo y
Economía». Edición de León Crespo Paulina, Gabriela Montalvo y María
Fernanda Troya (6EIATE). Quito: FLACSO, 2021.
https://www.academia.edu/49139450/An%C3%A1lisis_de_datos_para_una_poli_
tica_en_femenino.
Remedio Zafra. «El entusiasmo». Barcelona; Editorial Anagrama. 2017.
Vich Víctor. «Políticas culturales y ciudadanía: Estrategias simbólicas para tomar
las calles». Buenos Aires: CLACSO. 2021.

11
La articulación de los colectivos culturales en
Santo Domingo de los Tsáchilas
Por Byron Sánchez

Este trabajo tiene como primer objetivo reflexionar sobre cómo se entiende la
gestión cultural y las políticas a través del texto Políticas culturales y ciudadanía,
Estrategias simbólicas para tomar las calles escrito por Víctor Vich. En este
trabajo Vich aborda el derecho a políticas culturales que permitan recuperar lo
común, que permitan nuevas formas de vivir juntxs, el derecho a la ciudad, entre
otros.
El segundo texto usado en el análisis de los tres ejes es Cuidarnos Cara a cara,
cuerpo a cuerpo publicado en Análisis de datos para una política en femenino y
escrito por Paola de la Vega. En este texto, De la Vega reflexiona sobre los
resultados de los datos publicados en el “Termómetro cultural” (Observatorio de
Políticas y Economía de la Cultura, ILIA Universidad de las Artes). Datos con los
que la autora se pregunta sobre las dimensiones invisibilizadas del trabajo
cultural, y sobre el cuidado.
El tercer texto en este análisis es, El entusiasmo, precariedad y trabajo creativo
en la era digital escrito por Remedios Zafra. Un ensayo sobre el sujeto precario
en los trabajos culturales contemporáneos en el mundo digitalizado. Zafra
expone cómo el entusiasmo y vocación en el arte han sido manipulados y han
desembocado en un sujeto cultural que vive en permanente ansiedad y
frustración.
Por último, se utiliza una entrevista realizada expresamente para este trabajo a
la artista y gestora cultural santodomingueña Elina Castro Navarrete, directora
de la Fundación Cultural Antropológica Teatral y Transcultural Luban Oko de
Santo Domingo de los Tsáchilas. En esta entrevista Elina expone datos
importantes sobre el trabajo de Luban Oko y por supuesto de su trayectoria.

12
Detalla también características de la institucionalidad cultural en la provincia,
problemáticas y aciertos. Y finalmente reflexiona sobre alternativas para un
adecuado trabajo cultural a largo plazo.
Haciendo uso de los textos mencionados y la entrevista el análisis está dividido
en tres ejes principales que son: En primer lugar, la institucionalidad de la
cultura, una reflexión sobre los sistemas de estructuras institucionalizadas que
han establecido modelos de compartimentos en la gestión cultural y algunos de
sus impactos. Segundo, el trabajo cultural y sus complejas características en el
Ecuador y en Santo Domingo. Por último, la articulación como alternativa para la
generación de políticas culturales públicas que permitan hacer frente a las
actuales problemáticas.

La institucionalidad de la cultura
Comenzamos esta reflexión mencionando que hoy en día las políticas culturales
traspasan la tensión entre el ideal de cultura entendida como trascendencia y por
otro lado desde lo antropológico en palabras de Lacarrieu. Son estos dos
aspectos los que determinan cómo se hace y se piensa la cultura desde la
política. Y es en ese sentido, es que los sistemas o estructuras
institucionalizadas han determinado modelos de comportamiento que entienden
la cultura como más que algo que hay que subvencionar o fomentar como
producción estética. Dejando de lado aspectos importantes como por ejemplo el
valor hacia el arte, la cultura, los artistas y gestores. Respecto a esto Paola de
de la vega en su texto Cuidarnos Cara a cara, cuerpo a cuerpo manifiesta que:

Cuando el arte y la cultura y sus hacedores tienen valor en lo público,


en la esfera social y en lo común y, además, ocupan un lugar central
en la agenda del Estado, las instituciones se preocupan por cuidar de
modo permanente a los trabajadores y no otorgar formas de ayuda,
esporádicas y populistas que huelen a caridad asistencial [1]

En ese sentido podemos decir que las políticas culturales están sujetas a un
aparataje institucional que no termina de cimentarse, y mucho menos de
entender las necesidades de unas políticas a largo plazo.

[1] Paola de la Vega, Cuidarnos Cara a cara, cuerpo a cuerpo, Análisis de datos
para una política en femenino, 7. 13
En referencia a esta problemática desde lo local, Elina Castro gestora cultural
santodomingueña manifiesta:

La gente que trabaja en la administración cultural (refiriéndose al


municipio de Santo Domingo) no conoce el trabajo local. Y para una
adecuada gestión cultural se necesita pensar en procesos a largo
plazo. Los GADs no entienden el lenguaje de la gestión cultural y se
piensa en la cultura desde lo clientelar y lo turístico. Como gestora y
desde el centro cultural que dirijo, durante veinte años hemos metido
proyectos en el municipio y no nos aprobaron ni uno solo hasta el día
de hoy.
Ellos deberían conocer primero el territorio y sus colectivos, para
trabajar en una propuesta local. He hablado con el alcalde de la ciudad
y el actual director de cultura, pero no les interesa nada. Se han
conversado hasta con asambleístas de la provincia Tsáchila, entre
estos Gruber Zambrano, a quien se le entregó una propuesta para
darle un tratamiento especial a la educación artística, pero la respuesta
de Zambrano fue: que no hay dinero y esa es siempre la respuesta de
todos. Incluso se les han entregado proyectos a otros asambleístas,
pero no les ha interesado. No hay voluntad política, tampoco tienen
idea de cultura y de nuestras necesidades.
Por otra parte, a una administración anterior se le sugirió la creación de
una ordenanza de cultura y un teatro, dado su importancia, pero no
escucharon. Lo que el municipio sí ha hecho con los artistas y gestores
locales es darnos reconocimientos en actos públicos, pero nosotros no
comemos medallas.

Elina describe cómo debería ser la política pública cultural en cuatro palabras:
crear, producir, difundir, disfrutar. Las respuestas de Elina son directas y nos
llevan a entender que, esta es una de las razones, por la que surgen los
colectivos culturales como espacios y alternativas aisladas de toda intención
ideológica y partidista. Estos surgen para fortalecer manifestaciones culturales
en los diferentes territorios.

14
En Santo Domingo, Luban Oko es un proyecto independiente que nació para
formar nuevos públicos en un territorio donde no había, y sigue habiendo pocos
espacios para la cultura, para las expresiones artísticas y de comunicación. Nace
como un lugar para compartir todas las experiencias y conocimientos de su
fundadora Elina Castro Navarrete. Este espacio tiene ya veintiún años
trabajando en su objetivo de crear nuevos públicos, en artes escénicas y danza.
Actualmente es un centro conformado por varios artistas y gestores locales.
Luban Oko y la gran cantidad de centros culturales en el país, ponen en
evidencia una fallida institucionalidad política y cultural. Por un lado, tenemos la
incomprensión del estado hacia las políticas culturales. Por otro lado, una
institucionalidad que no termina de sentar bien sus bases y lo evidencia, en su
imposibilidad para no verse afectada por los políticos de turno. Considero que, a
más del cuidado, es importante tejer redes locales bien articuladas que permitan
trabajar en todas las falencias existentes. Trabajar, por ejemplo, ante la falta de
una ordenanza bien estructurada para hacerle frente a la poca voluntad política
de turno desde otros frentes. Una ordenanza que permita dejar herramientas
claves para garantizar cosas tan esenciales como el derecho a la participación
política y hacerles frente a problemáticas más estructurales como la precariedad
laboral o la intermitencia del trabajo cultural.

Sobre el trabajo cultural


Ahora bien, queda claro que los colectivos surgen como alternativa ante la
deficiencia del estado en la generación de políticas culturales adecuadas. No
obstante sostener los colectivos y centros culturales requiere de recursos
económicos, humanos, infraestructura, etc. Sostener el trabajo cultural no es una
tarea que resulte fácil, porque cuando el Estado falla los artistas tienen que
sustituir lo que el Estado no es capaz de cuidar según palabras de Paola de la
Vega. Son ellos mismos quienes deben hacerse cargo de esa tarea, El trabajo
cultural y el arte tienen costos invisibles, que el estado y las instituciones poco
entienden. Al respecto, Paola de la Vega dice que son los propios artistas y
gestores, quienes deben hacerse cargo de esos costos extras, si el estado no se
hace cargo del cuidado y protección de estos «Cuando sostener la vida de
trabajadores culturales no es asunto de cuidado público, ese cuidado se privatiza
como responsabilidad del individuo».[2]

[2] Paola de la Vega, Cuidarnos Cara a cara, cuerpo a cuerpo, Análisis de datos
para una política en femenino, 6. 15
Actores motivados quizás por lo que Remedios Zafra define como el “entusiasmo
fingido”. Refiriéndose a las ganas de producir en libertad «Sujetos envueltos en
precariedad y travestidos de un entusiasmo fingido, usado para aumentar su
productividad a cambio de pagos simbólicos o de esperanza de vida pospuesta».
[3] Aunque después la necesidad apremie, deviniendo en un obligado
pluriempleo. Propiciado por las lógicas mercantilistas de lo que Víctor Vich llama
el «capitalismo bajo el imperativo de éxito individualista, de apropiación
desvergonzada del trabajo ajeno, de acumulación estéril y de consumo frívolo,
las capacidades humanas se empobrecen día a día».[4] Lo que en principio es
una aparente motivación por la libertad creativa termina convirtiéndose en
fracaso o desilusión y posponiendo la vida, el cuerpo, etc.

Para Elina Castro dedicarse al trabajo cultural, no significa vivir en pobreza.


Respecto a eso ella dice lo siguiente:
Hay altibajos, como la pandemia, la precarización laboral, pero el
trabajo de gestión cultural es como cualquier profesión. se cumplen
roles como lo hace un maestro, un médico. En Latinoamérica el trabajo
cultural es complejo. Uno puede vivir del arte, pero se necesita
formación. Quizás ese sea el principal problema, la falta de formación
especializada ha propiciado inequidades que se han normalizado y
conllevan a una fuerte precarización laboral en el sector. Uno puede
vivir del arte, pero se necesita formación. El arte necesita calidad.
Sin embargo, los dilemas del trabajo cultural no son una cuestión de falta de
preparación. Para Paola de la Vega la salida a la precariedad no depende de
“formación”, para De la Vega el pluriempleo no es sino un problema que debe
entenderse como “precariedad, angustia y ansiedad” que devienen en cuerpos
cansados, que constantemente buscan preparación para lograr mejores ingresos
y reconocimiento, que poco cambia la situación precaria de fondo. En ese
sentido De la Vega manifiesta: «Siempre digo que una de las grandes paradojas
de nuestro tiempo es que somos una generación. una “clase creativa”, cada vez
más profesionalizada y más precaria.»[5]

[5] Paola de la Vega, Cuidarnos Cara a cara, cuerpo a cuerpo, Análisis de datos
para una política en femenino, 7 16
Para De la Vega la alternativa es crear redes de cuidados colectivos, para
salvaguardar el cuerpo, la mente, el alma y todo aquellos que nos constituye.
Ciertamente el cuidado es una alternativa desde lo colectivo, pero volviendo al
primer tema de este análisis, se necesita más cuidado para hacer frente a las
problemáticas de las políticas culturales en una ciudad como Santo Domingo.

¿Es la articulación una posibilidad?


En Santo Domingo de los Tsáchilas existen aproximadamente 305 artistas y
gestores culturales afiliados al RUAC (Registro Único de Artistas y Gestores
Culturales), según el Ministerio de Cultura y Patrimonio y 177 artistas y gestores
miembros de La Casa de la Cultura Ecuatoriana SDT. Un total de 482
personas[6] según los datos formales. Cabe destacar que por fuera de este
número se encuentran los artistas y gestores “informales”, varios de esos actores
culturales se encuentran agrupados en colectivos o pertenecen a los pocos
centros culturales que hay en la ciudad.
El trabajo artístico en la provincia se caracteriza por la gestión individual. No
obstante, ante el considerable número de artistas y/o gestores y unas
problemáticas de base ya mencionadas, pareciera que pensar la gestión cultural
desde lo individual no es la mejor alternativa. Según Víctor Vich «La política…no
es algo referido a un interés particular, sino una fuerza que concierne al destino
de la comunidad».[7] En ese sentido, los grupos de producción estética
excluidos, ejercen una función decisiva. No sólo en la reconfiguración de la
política cultural pública, sino porque de cierta forma rompen también con los
métodos de trabajo preestablecidos.
En el análisis precedente sobre la articulación Elina Castro dice:

En Santo Domingo, si hay cultura es gracias a los artistas y gestores


independientes, pero no caminamos juntos. Es necesario unirnos más.
Debemos crear convenios con embajadas, universidades. Necesitamos
retomar los espacios públicos. También se necesita trabajar en la
formación de gestores culturales, los artistas no conocen la ley de
cultura, a la mayoría solo les interesa que les den dinero para su obra.
(clientelar-fondos), pero pocos están pensando por ejemplo en
proyectos con la comunidad.

[6] Ministerio de Arte, Cultura y Patrimonio, Sistema Integral de Información


Cultural (SIIC), datos emitidos por La Casa de la Cultura NST. 2021. 17
[7] Vich Victor, Políticas Culturales y Ciudadanía; Estrategias simbólicas para
tomar las Calles, CLACSO, 15.
Otra cosa importante es trabajar en procesos para reconstruir la
memoria social, como artistas locales no conocemos nuestra historia.
Existe una desmemoria y desconocimiento de nuestro propio contexto.
Se plantea entonces la articulación política como una opción. La elaboración de
un tejido del sector cultural que junte no solo a los colectivos de artistas, centros
culturales, gestores, academia, instituciones públicas, empresa privada,
comunidad, entre otros. para trabajar en un plan que escuche todas las voces y
las propuestas de cada sector. Articularse es la única posibilidad, para darle la
vuelta a la página y generar una acción contundente. Al respecto Remedios
Zafra dice: «No tardamos en advertir que el sistema cultural se vale hoy de una
multitud de personas creativas desarticuladas políticamente.»[8] Pero me refiero
a una articulación que vaya más allá de la red, para conseguir determinados
objetivos. Valdría la pena replantearse la necesidad de una articulación para la
participación de los actores culturales en la práctica política como tal.
Estas reflexiones sobre algunas problemáticas y necesidades culturales carentes
de políticas surgen de unas necesidades colectivas de las que soy parte. Mi
trabajo como gestor me lleva a indagar y reflexionar críticamente sobre las
preocupaciones de actores y gestores culturales locales. Aunque estas
reflexiones deben asimilarse en un contexto nacional, porque lo nacional se
refleja en lo local.
Como primer paso, los artistas y gestores culturales estamos llamados a trabajar
en la generación de políticas culturales, que posibiliten otras formas de
expresión, prácticas, experiencias, metodologías, inclusión, creación, etc. Es
importante entender la necesidad de políticas culturales abiertas y diversas y que
no caiga en una posición de ajuste dentro de su perspectiva instrumental y
tecnocrática, sino que por el contrario entienda, incluya y desarrolle políticas
culturales colectivas, porque como dice Vich:

Las políticas culturales no deben ser entendidas, por tanto, como una
herramienta para producir simples espectáculos ni mucho menos como
una simple gestión únicamente destinada para ganar dinero o
administrar lo que ya existe. Su verdadero objetivo consiste en
neutralizar las distintas formas de poder para contribuir a la producción
de una sociedad nueva.[9]

[9] Vich Víctor, Políticas Culturales y Ciudadanía; Estrategias simbólicas


para tomar las Calles», CLACSO, 12. 18
Bibliografía:

Vich Víctor, Políticas Culturales y Ciudadanía; Estrategias simbólicas para tomar


las Calles, CLACSO,
Remedios Zafra, El entusiasmo, precariedad y trabajo creativo en la era digital,
Paola de la Vega, Cuidarnos Cara a cara, cuerpo a cuerpo, Análisis de datos
para una política en femenino
Ministerio de Arte, Cultura y Patrimonio, Sistema Integral de Información Cultural
(SIIC), datos emitidos por La Casa de la Cultura NST. 2021.

19
El fanzine como un territorio de autocuidado
(y otras conversaciones internas)[1]
Por Laura
Nivela

El fanzine tiene una larga trayectoria en América Latina, acompañando marchas,


comunicando las injusticias del sistema y compartiendo experiencias de lucha.
Este compendio de hojas de bajo costo se adapta a cualquier tipo de situación y
terreno, siendo un punto de encuentro y creatividad para grupos de personas
que buscan compartir sus escritos y experiencias.
El término fanzine surgió aproximadamente el 1960, a partir de la publicación de
“The Comet”, el primer fanzine del que se tiene conocimiento en Estados Unidos.
Este zine se entregaba por correspondencia y fue el despertar de una gran ola
de fanzineros alrededor del mundo entero. En este punto, el fanzine encontró
muchos aliados en la música, en el ámbito literario, en la ciencia y en todos los
espacios del saber y del DIY[2].
Es por esto que, este texto tiene como objetivo indagar el fanzine como un
espacio de autocuidado teniendo en cuenta como las políticas culturales del
Ecuador son uno de los puntos que desgastan en todos los niveles a los artistas,
gestores culturales, entre otros. Para cumplir con el objetivo se realizaron dos
entrevistas, la primera fue a Nicole Coronado, estudiante de la carrera de
literatura en la Universidad de las Artes y la segunda a Andrés Gómez, parte del
equipo del proyecto literario y autogestivo Granuja de México.

[[1] A lo largo del texto añadí pensamientos que tenía sobre ciertos temas en este ensayo. No
quise suprimirlos sino crear un dialogo entre lo considera “formal” e “informal” en un texto
académico.
[2] Do it yourself, que significa ¡Hazlo tú mismo! Es una tendencia que se encuentra regada por
todo el internet. Permite a los usuarios recrear vestimentas, adornos o crear algún artefacto con
implementos económicos y con sus propias manos. Esta perspectiva del hacer permite al
usuario empoderarse y tener otra perspectiva en un mundo donde nos han enseñado que no
somos capaces de crear algo desde cero.
20
Nicole, a lo largo de nuestra carrera, fue una colega que siempre llevaba varias
mochilas con su laptop, diferentes cuadernos para cada clase, cambios de ropa,
comida, café y varias cartucheras para cada asignatura. Solía verla por las
mañanas en la universidad hasta altas horas de la noche. A lo largo del día
desarrollaba varias actividades, como clubes de lectura, asistía a clases,
sesiones de escritura en la biblioteca, participaba en la revista Tangente de la
Uartes, entre otras. En tiempos de pandemia supe que comenzó a laborar para
la OEI como mediadora de lectura en Machala, así que tuvo que cambiarse de
ciudad y comenzar una nueva vida.
Mientras esta nueva vida comenzaba, solía escucharla mientras conversábamos
lo complejo que era lidiar con su entorno laboral, sus estudios y su vida personal.
Traigo todos estos datos a colación porque desde la vida universitaria del pre
grado, ciertos estudiantes comenzamos lo que Vidiela llama: una auto
precarización. Ella acota: (…) Porque algo que nos afecta cada vez más a
aquellos que trabajamos y “habitamos” en contextos educativos, académicos,
culturales, artísticos y colaborativos, es el estado de (auto) precarización
permanente.[3] Considero que muchas de las personas que me rodeaban en ese
entonces y yo misma comenzamos una auto precarización para “ganar
experiencia”, o para “tener dinero”.
En la entrevista que le realice nos concentramos en hablar sobre el fanzine y el
autocuidado. Ella me supo indicar, al comienzo de la misma, su apreciación del
fanzine y sobre este, como un lugar para el autocuidado, me dijo: El fanzine es
una publicación independiente que destaca por ser un terreno en el que no hay
reglas fijas (…) Cuando pienso en el autocuidado, pienso un poco más en el
tema de la demanda, siento que se pueden disfrutar los procesos de una manera
distinta.[4]

[3] Judith Vidiela, “Espacios y políticas culturales de la emoción. Pedagogías de contacto y prácticas
de experimentación feministas” en Pedagogías en red y prácticas instituyentes (Granada: Centro de
Arte José Guerrero, 2012), 87.
[4] En el mundo editorial como en cualquier ámbito mercantil existe la necesidad de venta, de obtener
ganancias, de bajar el stock de libros atorados en la bodega y es normal. Durante varios años trabajé
como parte de una librería independiente y aprendí tres cosas esenciales: (uno) el tiraje de los libros
ecuatorianos de una editorial indie es de máximo 500 ejemplares, (dos) las grandes librerías del país
acogen una ínfima cantidad de libros que esconden en sus estanterías de literatura ecuatoriana que
se encuentra en el lugar más recóndito del local y (tres) ser editora y librera en una ciudad como
Guayaquil es una de las cosas más desgastantes que he hecho.

21
La conversación con Nicole continua: (…) estos festivales fanzineros son
momentos en los cuales hay una conexión mucho más directa entre el lector,
editor y los ilustradores, creo que es algo muy lindo.[5] Paola de la Vega en su
texto “Análisis de datos en una política en femenino” nos comparte: Cuidar
significa proteger lo invisible; en el trabajo artístico es todo lo que está fuera del
escenario y del espacio de circulación, aquello que desborda el producto artístico
y su materialidad. Es cuidar los cuerpos, el espacio y el tiempo de la creatividad
que es muy distinto, es antagonista a la productividad.[6] Justamente proteger lo
invisible es una de las actividades más complejas a realizar hoy en día, por la
falta de tiempo, de energía o de acompañamiento en estas no-actividades.
Considero que el cuidado es una pieza clave para construir y convidar
honestamente un trabajo artístico[7], y cuando digo honesto me refiero a que sea
un arte que discuta con las problemáticas actuales que rodean a los artistas, que
se hable de las situaciones emocionales que atraviesan a las personas detrás de
la obra y que veamos una producción que no esté ligada al miedo.[8]
Sobre el cuidado del cuerpo y el pluriempleo Andrés Gómez, parte del equipo
editorial de la revista Granuja de la ciudad de México, me supo indicar que el
proyecto editorial del que es parte no está ligado al zine pero que mantiene su
línea independiente y de plaquete. Tuvimos una conversación donde se puso en
evidencia el pluriempleo, Andrés me comentaba que para mantenerse en la
universidad tenía un trabajo de camarero a medio tiempo mientras que sostenía
el proyecto editorial del que es parte con otros colegas. Gómez también realizó
una distinción, muy interesante, entre ser independiente y ser un independiente
que se mantiene del estado, que se basa en trabajar en proyectos que reciban
una remuneración estatal.

[6] Paola De la Vega, “Análisis de datos para una política en femenino”, en: Cuidarnos Cara a cara,
cuerpo a cuerpo, ed. de Paulina León Crespo, Gabriela Montalvo y María Fernanda Troya, 97-106.
(Quito: FLACSO Arte Actual. 6to Encuentro de Arte Iberoamericano de Arte Trabajo y Economía,
2020), 99.
[7] En la plataforma que elija el artista. Recomiendo en este punto leer: (si el lector está interesadx en
comprender a profundidad la plataforma de Instagram en el ámbito artístico) “Condiciones laborales de
ilustradores freelance en Instagram: Esos seguidores no son míos, son de Instagram” de Luciana
Musello. Texto que es parte de “Trabajadores de la cultura: condiciones y perspectivas en Ecuador”,
publicado por UArtes ediciones en el 2021.
[8] Este miedo en especial está ligado a un miedo que se moviliza en las redes sociales, por ejemplo:
el miedo a no encajar en las tendencias, un miedo a no formar parte de un hashtag, el miedo a recibir
malos cometarios por tu obra.

22
Trajo a colación la importancia de las ferias de zines o de libros artesanales y las
redes que se forman en el mundo editorial.
Entre la entrevista realizada a Nicole Coronado y a Andrés Gómez encontré
varias similitudes en las preguntas que se dirigían al pluriempleo, a la
explotación laboral, a la falta de seguridad social. Con la ayuda de Paola de la
Vega las respuestas empezaron a cobrar cada vez más sentido:

Poco entendemos y los gobiernos de turno y las instituciones públicas,


mucho menos que aquello que “consumimos” como arte/cultura tiene
costes invisibles que asumen los propios trabajadores culturales, tanto por
la condición misma de intermitencia del trabajo cultural, como por su
fragilidad de protección social pública. Es decir, Poco entendemos y los
gobiernos de turno y las instituciones públicas, mucho menos que aquello
que “consumimos” como arte/cultura tiene costes invisibles que asumen los
propios trabajadores culturales, tanto por la condición misma de
intermitencia del trabajo cultural, como por su fragilidad de protección social
pública. Es decir, cuando sostener la vida de trabajadores culturales no es
asunto de cuidado público, ese cuidado se privatiza como responsabilidad
del individuo. Si el estado no ofrece condiciones de cuidado y protección,
alguien tiene que ocuparse de ello.[9]

Considero que, dentro de lo vivido en la pandemia Paola de la Vega nos permite


entender mejor las precarias condiciones en las que el artista y gestor cultural no
tiene ningún tipo de seguridad social en caso de enfermar gravemente y de no
tener los ingresos para poder solventar un tratamiento ni los medicamentos
adecuados.

[9] Paola de la Vega..., 101.


[10] Dedicarse a las artes, en primera instancia, comienza como un sueño, un anhelo y lo indico de
esta manera porque lo he vivido en carne propia y al trabajar en el área de admisiones de la
Universidad de las Artes es algo que escucho constantemente. Los aspirantes suelen decirme:
siempre ha sido mi sueño dedicarme al dibujo o ¡Por fin he convencido a mis padres de creer en mis
sueños! y para mí, sin duda, es algo muy valioso, enternecedor y necesario, pero en este punto en el
que estoy sé que para muchos/as este sueño no se podrá cumplir. No porque no tengan las ganas o
el talento sino porque el sistema de las políticas culturales, la explotación laboral, la falta de seguridad
social, los bajos salarios y muchos otros factores más les caerán como una cubeta de hielo en el día
más triste de sus vidas.
[11] Remedios Zafra, El entusiasmo: precariedad y trabajo creativo en la era digital (Barcelona:
Editorial Anagrama, 2017), 13.

23
Además de que el artista o gestor cultural debe mantenerse en un pluriempleo
arduo y constante con la máscara de lo independiente o de entusiasmo como
diría Zafra. En estas condiciones se encuentra en una cuerda floja con lo
respecta a su vida como un ser humano. Esto es, definitivamente, una pesadilla
que debe ser transformada para las generaciones futuras.[10]
Para culminar este breve texto, me gustaría citar a Zafra que en su texto “El
entusiasmo” comparte:

Puede que solo dos estados de ánimo constante hagan que la vida
valga la pena ser vivida. Yo diría el noble goce de una pasión creadora
o el desamparo de perderla. Me refiero a esa pasión que punza y
arrastra y que nos motiva a anteponer el deseo frente al inmovilismo, el
hacer frente al tener, una práctica creativa frente a, por ejemplo, un
trabajo alienante, esa sensación que perturba “profundamente” frente a
la que resigna o reconforta.[11]
Zafra nos muestra que aquella pasión creadora es posible y que deseamos
tenerla entre nuestras manos y en las actividades que realizamos, pero Vidiela
también nos enseña que esto no será posible hasta que dejemos que auto
precarizarnos sin control en nombre del arte o la gestión cultural. Ser
independiente no significa que no estemos precarizándonos y poniendo en
peligro nuestra estabilidad emocional y física.

[[11] Remedios Zafra, El entusiasmo: precariedad y trabajo creativo en la era digital (Barcelona:
Editorial Anagrama, 2017), 13.

24
Bibliografía
De la Vega Paola. “Análisis de datos para una política en femenino”. En:
Cuidarnos Cara a cara, cuerpo a cuerpo. Edición de Paulina León Crespo,
Gabriela Montalvo y María Fernanda Troya, 97-106. Quito: FLACSO Arte Actual.
6to Encuentro de Arte Iberoamericano de Arte Trabajo y Economía, 2020.
León Crespo Paulina, Gabriela Montalvo y María Fernanda Troya. Cuidarnos:
cara a cara, cuerpo a cuerpo, 6to Encuentro Iberoamericano De Arte, Trabajo y
Economía (6EIATE). Quito: FLACSO, 2021.
Lobos Sofía, Valentina López y Andrés Gribnicow. Financiamiento público a la
cultura y la creatividad en América Latina y el Caribe: presupuestos,
instrumentos y perspectivas. Banco Internacional de Desarrollo, 2021.
Vidiela Judith. “Espacios y políticas culturales de la emoción. Pedagogías de
contacto y prácticas de experimentación feministas”. En Pedagogías en red y
prácticas instituyentes, 79-97. Granada: Centro de Arte José Guerrero, 2012.
Zafra Remedios. El entusiasmo: precariedad y trabajo creativo en la era digital.
Barcelona: Editorial Anagrama, 2017.

25
Análisis y evaluación de las políticas culturales desde el
IFAIC-IFCI, a los beneficiarios de convocatorias públicas

Por Tatiana Otoya

El presente trabajo tiene como finalidad dar a conocer mediante un análisis el


fortalecimiento de las líneas de financiamiento para proyectos de gestores
culturales o artista, para el desarrollo y ejecución. La misión del instituto es
garantizar la implementación y ejecución de políticas públicas culturales
mediante desarrollo de programas de fomento para fortalecer la libre creación
artísticas, la producción de obras, la investigación, circulación y exhibición de la
cultura y las artes, la formación de públicos, la articulación de redes culturales y
de las entidades nacionales de artes vivas, musicales y sonoras, fomentando el
dialogo, el reconocimiento y la visibilidad de la diversidad cultural en el ámbito
nacional e internacional.
A continuación, el presente trabajo contribuye a las políticas culturales desde la
institucionalidad, mediante análisis.
Estas políticas culturales desde las institucionalidades, tiene como objetivo
fortalecer, implementar planes, desarrollar acciones, incentivar e impulsar
iniciativas y contribuir al aporte cultural artístico.
Según Víctor Vich, Las políticas culturales y la ciudadanía no deben ser
entendidas, por tanto, como una herramienta para producir simples espectáculos
ni mucho menos como una simple gestión únicamente destinada para ganar
dinero o administrar lo que ya existe. Su verdadero objetivo consiste en
neutralizar las distintas formas de poder para contribuir a la producción de una
sociedad nueva.
En relación podríamos entender que el IFAIC- IFCI, no solamente debe ser el
patrocino económico para el desarrollo de proyectos, o cumplir con una política
interna institucional, o quedar bien con la asignación estatal que recibe para por
medio de incentivo llegue a la ciudadanía y que no sea solo visto como una
fuente de dinero, basado a no reembolsable, que los hace interesantes para la
competitividad al sector cultural.

[1] http://www.creatividad.gob.ec/2021/11/30/ifci-entrega-2-millon-cultural-ecuador/
[2] Víctor Vich, Politicas culturales y ciudadanía,16. 26
Que están en el ansia de esperar líneas de financiamiento por el IFAIC, como
oportunidad laboral. Pero como artista y gestores culturales debemos desarrollar
a la contribución de formación de públicos y al profesionalismo, buscando la
conectividad de poder, como en funcionalidad del bien común.
Por lo consiguiente los artistas o gestores culturales, en la aplicación de buscar
políticas de mejoramiento, se encuentran con políticas neoliberalista, que a
veces desde la inconstitucionalidad, son aplicadas al momento de postular,
solicitando requisitos, o cumplir con una serie de documentación como obstáculo
para la aplicación de una oportunidad de ganar un incentivo.
Una de las políticas neoliberales que todavía existe en la centralización de los
fondos, como la de Quito, con mayores beneficiarios en postulaciones, por
cuanto al centrase la matriz en la ciudad, sería una diferenciación en el
otorgamiento de incentivo económico no reembolsables, además de una
retribución social, como cumplimiento de ser beneficiario, y demás trámites
burocráticos.
Remedios Zafras en su obra el Entusiasmo – Precariedad y trabajo creativo en la
era digital, según indica: Que también la donación frente al pago hace a la
persona creadora dependiente de un sistema de auspicio derivado del poder y la
riqueza. Sean ricos benefactores, sean contemporáneos bancos rescatados,
siempre me ha parecido que eclipsan en sus dádivas los delitos que toda gran
fortuna esconde.
Al cumplir con dar incentivos y esto a su vez se conviertes en donación a los
artistas o gestores culturales dependiente de un auspiciante que este a su vez
son las institucionalidades, porque se han vuelto benefactores a cambio de una
creación o una investigación artísticas cultural, para convertirlos en participe de
un desarrollo sostenible mediante convocatorias públicas.
El Instituto por su parte, en la actualidad se ha comprometido en democratizar
descentralizar los fondos públicos que puedan llegar a la mayor cantidad de
personas, ciudades y regiones, simplificar trámites administrativos, en todos los
procesos de postulación de las convocatorias a Fondos Públicos
establecimientos de una normativa interna de transparencia de procesos y cero
tolerancias a actos indebidos, y la Institucionalidad y fortalecimiento de la
identidad del IFCI.

[3] Paola De la Vega. “Análisis de datos para una Política en femenino, 7.


[4] Remedios Zafra. “Entusiasmo, precariedad y trabajo creativo en la era digital, 19.
27
¿Pero qué trabajo realizaron las institucionalidades al sector cultural frente a la
pandemia de salud por el Covid 19, estuvieron preparadas o que política cultural
aplicaron para el cuidado del trabajo? Según para Paola de la Vega en su libro
Cuidarnos cara a cara cuerpo a cuerpo., que si los estados y sus aparatos
institucionales – incluso cuando hablamos de los llamados Estados de bienestar
nos cuidan y construyen su relación con los trabajadores culturales desde la
dadiva., Amaia Pérez nos invita dar un giro radical hacia el cuidado en común, a
pensarnos como sujetos interdependientes a politizar el malestar desde el
cuidado.
Durante el covid 19, las instituciones fortalecieron el cuidado del trabajo, porque
les permitió que la ejecución de los proyectos se desarrolle en plataforma
virtuales, los artistas continuaron trabajando en forma virtual, mas no presencial.
Los artistas y gestores culturales mantuvieron un trabajo desarrollado, pero no
con la asistencia esperadas de actos masivos, pero la fuerza operativa y la
economía hubo un descenso porqué decayó el consumo en bines y servicios
culturales de mayor consumo.
Más allá del cuidado de los Estados e instituciones, los cuidados, en etapas de
crisis, se vuelven un asunto colectivo, comunitario, vincular, fugado al menos
parcialmente, de los modos de los sistemas capitalistas.
Esta investigación tuvo como principal objetivo realizar una reflexión o análisis
entres los textos leídos al campo de las políticas culturales, al ámbito profesional.
Este trabajo contribuyó a realizar un análisis de perspectivas acerca de las
políticas culturales que si beneficia o no beneficia al sector cultural.?.
Desde mi punto de vista las instituciones estatales cumplen con un otorgamiento
de incentivo económico, pero no da una estabilidad laboral, simplemente es una
ayuda pecuniaria para salvaguardar en algo la economía, pero no la supera a su
máxima esplendor, pero a larga te permite ser dependientes de unos fondos que
se espera cada año, para así postular y logar ser beneficiario, a cambio de
mejores días.

28
Bibliografía:
Víctor Vich. “Políticas culturales y ciudadanía”. En: Estrategias simbólicas para
tomar las calles. Buenos Aires: CLACSO, 2021.
De la Vega Paola. “Análisis de datos para una política en femenino”. En:
Cuidarnos: cara a cara, cuerpo a cuerpo, 6to Encuentro Iberoamericano De Arte,
Trabajo y Economía. Edición de León Crespo Paulina, Gabriela Montalvo y María
Fernanda Troya (6EIATE). Quito: FLACSO, 2021.
http://www.creatividad.gob.ec/2021/11/30/ifci-entrega-2-millon-cultural-ecuador/

29
Biografías
Ricardo Francisco Lozano Merello es Ingeniero
en Sistemas Administrativos Computarizados de
la Universidad de Guayaquil, Guayaquil -
Ecuador. Trabajo en el Puerto Marítimo de
Guayaquil durante diez años. Ha desarrollado
proyectos de sistemas para campañas políticas
durante seis años. Habilidades creativas.

Gissela Maribel Carlos Espinoza es licenciada


en Artes Musicales y Sonoras en la Universidad
de las Artes, Guayaquil - Ecuador. Es
compositora, percusionista y baterista. Ha tenido
la oportunidad de gestionar algunos proyectos
con mujeres, y con personas de tercera edad.
Así mismo, ha participado con proyectos,
bandas y orquestas, entre una de ellas, la
Orquesta sinfónica de la prefectura del Guayas,
el cual se realizó una gira en EE.UU. en el año
2018. Su trayectoria artística como músico y
gestora le han permitido desarrollar sus
aptitudes de trabajo en equipo, volviéndose una
persona más sensible con los entornos donde
se ha desenvuelto.

30
Biografías
Byron Sánchez es licenciado en Cine, por la
Universidad de las Artes del Ecuador. Itinerario:
Guion y dirección ciinematográfica. Dentro de su
formación académica se especializó en cine
documental. Maestría en Políticas Culturales y
Gestión de las Artes (en curso). Ha trabajado
como director, guionista y montajista En
proyectos de cine en la universidad de las Artes
del Ecuador y fuera de la misma. Es fundador de
Ceysan films una productora audiovisual en la
provincia de Santo Domingo y Esmeraldas con la
cual Ha estado desarrollando pequeños
proyectos en el ámbito audiovisual. Activista
Lgbtiq+ rural. Ha Trabajado en proyectos con el
pueblo afrodescendiente del cantón Quinindé y
con la comunidad sexo�disidente del cantón
Puerto Quito.

Laura Nivela es licenciada de literatura con


mención en edición graduada en la Universidad
de las Artes de Guayaquil. Actualmente, cursa un
masterado de Políticas de la cultura y gestión de
las Artes. Es editora y fundadora de la editorial
fanzinera Crímenes en Venus, donde se destacan
los sellos de poesía y crónica. Ha publicado "
(GuayakillSinCity: ciudad del opio sísmico)" en el
sello editorial Minga poética en septiembre del
2020 junto a otras autoras ecuatorianas. .

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Biografías
Tatiana Otoya es abogada de los Juzgados y
Tribunales de la República del Ecuador, por la
Universidad Laica Vicente Rocafuerte de
Guayaquil. Gestora Cultural. Artista Musical.
Maestría en Políticas Culturales y Gestión de las
Artes, (en curso) en la Universidad de las Artes de
la ciudad de Guayaquil. Ha trabajado como
Analista de Asesoría Jurídica de la Dirección
Técnica zonal 5 del Instituto de Fomento de las
Artes, innovación y Creatividades IFAIC. Ha
trabajado como Analista de Gestión Cultural en el
Instituto de Fomento a la Innovación y
Creatividad. Actualmente labora el estudio
jurídico Mero & Asociados y es parte del equipo
Braille 2022 (lectoescritura) Lalinchi.

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