Palabras alusivas a la fecha:

Nos encontramos reunidos un año más, para conmemorar hoy, martes 25 de agosto, 195
años de un hecho trascendental, una fecha que marcó un punto de inflexión en el destino de
nuestro país: La Declaratoria de la Independencia, la cual declaró: “írritos, nulos disueltos y
sin ningún valor” los lazos que pudieran unir a Uruguay con “los intrusos poderes de
Portugal y Brasil”.

Nos enorgullece recordar los acontecimientos que sucedieron en el Uruguay del siglo XIX, y
comprender que gracias a un pueblo decidido, podemos celebrar el origen fundacional de
nuestra nación, como así también la determinación y la inspiración que guió a quienes con sus
acciones dieron forma a nuestro país.

Por todo esto, rememorar la historia es también aprender y tener presente quiénes somos,
quiénes fuimos y qué cosas nos han traído hasta aquí.

Este arduo proceso de emancipación comenzó con la “Cruzada libertadora”, que hacia el año
1830 llevaría al Uruguay a la Jura de la Constitución, y al primer gobierno del Estado
Oriental, constituído hoy, como República Oriental del Uruguay; un largo camino recorrido
con altos ideales de libertad e igualdad que difundió nuestro prócer, el General José Gervasio
Artigas.

Un 25 de agosto, pero del año 1825, se llegaría a la memorable reunión, en la que se

aprobarían las “Leyes fundamentales”, redactadas por los diputados Carlos Anaya y Luis
Eduardo Pérez. Estas leyes, siendo tres, expresaban lo siguiente:

Ley de Independencia: “... se declara de hecho y de derecho libre e independiente del Reino de
Portugal, del emperador de Brasil y de cualquier otro del universo, con amplio poder para
darse las formas que en uso de ejercicio de su soberanía, estime conveniente”.

Ley de Unión: “... queda la Provincia Oriental del Río de la Plata unida a las demás, por ser
libre y espontánea voluntad de los pueblos que la componen, manifestada con testimonios
irrefragables y esfuerzos heroícos desde el primer período de la regeneración política de
dichas provincias”.

Ley de Pabellón: “ ... siendo una consecuencia necesesaria al rango de la independencia y

libertad que ha recobrado de hecho y de derecho la Provincia Oriental, fijar el Pabellón que
debe señalar su Ejército y flamear en los pueblos de su territotio, se declara por tal el que
tiene admitido, compuesto por tres franjas horizontales, celeste, blanca y punzó, por ahora y
hasta tanto que incorporados los diputados de esta provincia a la soberanía nacional se
enarbole el reconocido por el de las Provincias Unidas del Río de la Plata a que pertenece”.

Con la Declaratoria de la Independencia, se asume el compromiso de ratificarla con

decisiones, actitudes y conductas soberanas, día a día, hoy y también en el futuro. Por eso,
mirar hacia atrás y encontrarnos con otras personas que lucharon juntas por la libertad, debe
darnos fuerzas para recuperar el sentido de pertenencia, la identidad que nos otorga el
sentirnos parte de una comunidad que lleva un largo trayecto recorrido y que elige seguir un
mismo rumbo, desde el lugar que cada uno ocupa.
Estamos convencidos de que, en tiempos de crisis, teniendo que transitar por un año atípico,
debido a esta pandemia que todos estamos padeciendo, la solidarida cotidiana, la
responsabilidad de estudiar para ser ciudadanos críticos, la de enseñar, dar afecto y transmitir
nuestros mejores valores, podrán hacernos hoy, como en aquel 1825, un pueblo más libre,
unido, y fuerte.