Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Datos Adjuntos Sin Título 00018 PDF
Datos Adjuntos Sin Título 00018 PDF
1
Esta especialidad de la Psicología, denominada aquí según el criterio de la American Psychological Association (APA). se
ocupa en la empresa de áreas tales como el reclutamiento, evaluación, selección, entrenamiento, análisis de cargos,
calidad de bienes y servicios, marketing, estudio de competencias, gestión del talento, incentivos, condiciones de
trabajo, desvinculación asistida y otras actividades similares y además identifica, describe, analiza, explica e interviene
para generar cambios y mejoras en el comportamiento de las personas y los grupos, los subsistemas de trabajo y la
respuesta de la organización en su conjunto para la mejora de la productividad y bienestar de los trabajadores, ante
estímulos internos y externos a partir de la Visión, Misión y Políticas de la empresa..
2
Psicólogo Director de PERSIST LTDA. Distinción Nacional en Chile, en: Ciencias del Comportamiento Aplicadas a la Prevención.
persist@persist.cl
1
Por consiguiente, el propósito de este documento es sugerir vías de empleo útil y verificable,
de algunos conocimientos y técnicas de la especialidad Industrial/Organizacional de la
psicología de la conducta aplicables a la seguridad del trabajo, probados en nuestra
experiencia directa, en diferentes empresas y países, superior a los treinta años y además,
respaldadas y coincidentes con las prácticas internacionales avanzadas y avaladas por el
conocimiento científico, obtenido con rigor experimental, actualmente disponible en estas
materias.
Es conveniente en forma previa, alertar sobre algunos obstáculos que hasta cierto punto
dificultan a los profesionales de la prevención, utilizar estos conocimientos para mejorar la
Seguridad del Trabajo.
Obstáculos a remover,
2
recientes (RIPOT), y b) en la formación de los especialistas en prevención o seguridad
del trabajo. En este último caso, la cantidad de contenidos de psicología
industrial/organizacional en su formación, es escasa, fragmentaria o inexistente, a
pesar de la cantidad de conocimientos disponibles, debido al desconocimiento de la
gran mayoría de los Institutos o Universidades del potencial preventivo de la ciencia
de la conducta.
3
6. Otra dificultad añadida resulta de la deficiente formación de los psicólogos en estas
materias. Cuando, algunos psicólogos, por diversas razones descubren este
importante territorio de intervención, suelen intentar acceder a él y en ocasiones lo
logran, pero con conocimientos incompletos o tratando de incorporar estrategias de
intervención propias de otras especialidades de la psicología, como la clínica por
ejemplo, al campo laboral, con lo que su fracaso suele estar asegurado, o al menos
sus logros resultan mínimos. Y esta situación claramente desalienta a las
organizaciones a buscar especialistas en la ciencia de la conducta para trabajar en
seguridad.
4
esa razón nos llama poderosamente la atención cuando el empresario o su
representante nos consulta de buenas a primeras y nada más insinuar nuestra
propuesta, ¿y cuántas horas tiene este curso? El curso es, hasta ahora, el único recurso
de cambio de conducta que ellos conocen. Para el empresario un curso es una
intervención breve, acotada y cumple, al menos formalmente, con lo que le indica la
legislación. A pesar de estos comentarios, es conveniente señalar que la psicología
proporciona la metodología para establecer con propiedad los efectos reales de la
capacitación sobre la conducta objetivo de cambio, con una clara relación de
causalidad. Entre otros, sirve como recurso técnico para ello el modelo LBM, pero
su empleo es muy escaso o simplemente desconocido, incluso por los profesionales
de la capacitación. Esta falta de empleo de un modelo distinto o nuevo, puede deberse
al hecho que, si bien es difícil elaborar nuevas metodologías o instrumentos, suele ser
mas difícil aún que las personas las utilicen, pues sus circuitos cerebrales suelen estar
trabados por la práctica de hábitos antiguos. Para destrabarlos el profesional necesita
efectuar presentaciones sólidas, convincentes y muy bien preparadas porque de esta
forma puede actuar con la suficiente convicción para persuadir a los directivos y
obtener recursos y presupuesto destinados a realizar acciones preventivas diferentes
que le permitan alcanzar mejores resultados.
5
conductuales que reducen la accidentalidad en el trabajo. A ello se agrega la visión de la
Psicología como una ciencia solo clínica, los prejuicios sobre la enseñanza de esta ciencia, la
hipertrofiada visión de las capacidades de la capacitación como casi única acción de
intervención y el relativo poco interés de los empresarios en aplicar técnicas que conocen
escasamente, con la constancia que el cambio de conducta requiere para mantenerse en el
tiempo.
6
ocurrir que trate a los demás como a él le trataron. (o le tratan). La recomendación
para aplicar la psicología a la prevención en este punto es clara: Procure tratar a los
trabajadores como ellos quieren ser tratados. Lo hemos escuchado en diferentes
empresas y países: los trabajadores quieren ser tratados con respeto, quieren que se
les escuche, que sus ideas no sean aprovechadas por otros sin darles ningún crédito,
que su trabajo sea valorado… Y que, por el contrario, se eviten apodos humillantes o
inducir el miedo como estrategia de gestión, empleando amenazas y recriminaciones
constantes. Esta diferente forma de trato facilita conductas pro-sociales en el trabajo
y relaciones interpersonales más auténticas y ayudan a conformar, sin forzarlo, un
sentido de comunidad de necesidades, intereses y objetivos que, además, la seguridad
ayuda a alcanzar, porque ésta mantiene la salud psicológica y la física. Los avances
en el conocimiento de las conductas pro-sociales son interesantes, Un grupo de
psicólogos canadienses, estudió las posibilidades de aumentar estas conductas a
través de la oxitocina. Este es un neuropéptido que en el cerebro se comporta como
neurotransmisor y participa en los vínculos sociales, laborales y de cuidado entre las
personas. Si bien se trata de estudios recientes, cabe destacar que la oxitocina por vía
intranasal empleada en personas con poco interés en los demás o egoístas, produjo el
aumento de sus conductas pro-sociales. (Roberts, I., Teoh Y.Y., Hutcherson, C.,
2019). El solo hecho de explicar de forma didáctica a los trabajadores el trabajo de la
química cerebral que contribuye a configurar su conducta, contiene un importante
potencial de cambio conductual, según hemos comprobado directamente en terreno.
También, para favorecer la liberación de oxitocina en el cerebro, con el fin de
aumentar las conductas prosociales de cuidado en el trabajo, podrían utilizarse
técnicas conductuales y una vez observados algunos cambios en estas conductas
prosociales, aplicar las consecuencias positivas correspondientes.
7
la empatía nos recuerda la necesidad de aplicar los procedimientos de intervención
conductuales considerando las emociones de los trabajadores. Es posible que el
trabajador comprenda racionalmente su conducta insegura, pero ello no parece ser
suficiente para el cambio de esta conducta, sin lograr su involucramiento emocional
en este proceso de cambio. Aquí, mediante el diálogo preventivo, con preguntas y
escucha empática, el supervisor puede aprender cómo es estar, o sentirse en el
momento que vive su interlocutor.
8
ocupacionales, utilizan actualmente el reconocimiento social en la empresa, de forma
improvisada, casi intuitiva, sin un procedimiento que asegure resultados, como sería,
por ejemplo, un programa de razón variable. El uso que hacen de este recurso
psicológico sigue el azar y roza la manipulación. Esta situación y sus causas, se ha
explicado en López-Mena, (2008, p. 67) incluso empleando, para ilustrar esta extraña
situación, el modelo estadístico de Gauss.4 Pero esencialmente puede observarse, por
ejemplo, que los supervisores suelen dar más trabajo a quienes son mejores
trabajadores (como una curiosa forma de reconocimiento) y, paradójicamente, dan
menos trabajo a quienes tienen el más pobre desempeño. Si tal es el caso, puede
preguntarse, ¿Quién le regula la conducta a quién?
Para aclarar esta situación, la psicología enseña que una consecuencia positiva
aplicada a la conducta segura correctamente, en un contexto debidamente conocido,
siguiendo de forma sistemática y ordenada una pauta profesional establecida, tiene la
capacidad para aumentar y mantener ésta conducta en la dirección prevista, lo que
conlleva la disminución de la accidentalidad.
Una consecuencia positiva verbal que sigue a la conducta segura del trabajador, no
son solo palabras de buena educación. Cuanto el trabajador escucha palabras o frases
que alientan su comportamiento seguro, su cerebro libera hormonas de la familia de
las endorfinas que le proporcionan una sensación general de bienestar y de
disposición a la acción. Lo que la ciencia de la conducta facilita en esta oportunidad,
es emplear los conocimientos que posee sobre los procesos naturales del aprendizaje
humano, establecidos en el último siglo, para lograr el aumento de la conducta segura
en el trabajo.
Aumentar y mantener la conducta segura en el trabajo es, hasta ahora, el medio más
eficaz para reducir la accidentalidad en la empresa. También resulta interesante
aclarar que, si no se trabaja primero en lograr cambios mediante intervenciones
conductuales de este tipo, intentar comenzar por cambiar la cultura de seguridad,
puede resultar un ejercicio frustrante, laborioso y extremadamente difícil de evaluar.
Además, si el supervisor corrige al trabajador inseguro, pero en cambio, cuando él
observa la conducta segura no dice nada, esta indiferencia puede provocar extinción
de la conducta segura, tal como nos enseña el proceso natural de aprendizaje conocido
como condicionamiento clásico, nada menos que desde 1898. Una pregunta para
formularse a sí mismo: ¿Cuándo fue la última vez que Ud., reconoció una conducta
segura en su trabajo?
4
Ilustrado en el libro, Intervención psicológica en la empresa, p. 65
9
5. Observe directamente la conducta de sus colaboradores en el trabajo. Este es, en
nuestra experiencia un proceso clave. El supervisor y el especialista en seguridad
pueden recibir entrenamiento y apoyo del psicólogo de empresa para esta tarea.
Conviene señalar que esta acción ha recibido denominaciones innecesarias tales como
liderazgo visible o programa de observaciones de conducta. Esta última es además
incorrecta. Las observaciones de conducta comprendidas en un Programa de
Seguridad Basada en la Conducta, son solo una parte del mismo. Y en demasiadas
ocasiones las observaciones, se inician y se terminan ahí mismo, por
desconocimiento de sus fundamentos científicos y por desconocer las diferentes
etapas subsiguientes del Programa, por ejemplo, de las técnicas de intervención
conductual y/o del modelo de Análisis Funcional de la Conducta de cuatro pasos, con
lo que estas observaciones tienen escaso o ningún efecto sobre la conducta segura y
pueden servir solo para acumular papeles. El automatismo de estos procedimientos
conlleva falta de convicción para efectuar las observaciones y para formular los
pobres comentarios que el supuesto observador hace al respecto. Rápidamente se
pierde el interés en este proceso pues se desconoce su propósito y sentido.
Estos directivos que presionan por cambios rápidos de conducta solo constituyen un
agente estresor para el especialista en seguridad. Próximamente el estrés, que provoca
mucho daño, podrá ser evaluado por el psicólogo, no solo a través de cuestionarios o
el uso de un polígrafo, sino además, mediante la medición del cortisol contenido en
una muestra de saliva y el empleo del instrumento respectivo. Esta acción derivará en
la aplicación de estrategias conductuales de control externo o de autocontrol, que
permitirá la mejor auto-regulación de las presiones propias y externas, empleando el
principio psicológico del biofeedback (de forma casi similar a como lo emplean las
populares app de salud en el smartphone). El biofeedback, empleado hace años por
los psicólogos induce cambios en la conducta a partir de la información directa
obtenida de los propios parámetros biológicos personales. El trabajo de Zohar et. al.,
antes citado, fue un interesante precursor del empleo combinado de medidas
biológicas con técnicas conductuales externas de cambio.
10
El mayor aporte de la observación directa de la conducta5 en el terreno mismo, es que
hace posible aprender de otros a partir de su mejor ejecución segura de las tareas. El
aprendizaje de conducta segura entonces, puede ayudarse empleando estos modelos
de conducta segura, los que pueden ser empleados como tales, lográndose el doble
efecto de fortalecer y reconocer la conducta del modelo y lograr que sus conductas
sean imitadas.
Por otra parte, al hablar de sentido no deseado de la imitación nos referimos a que los
trabajadores imiten conductas inseguras de otros modelos, porque proceder así puede
tener además, ventajas para ellos. De esta comprobación nace para el especialista en
seguridad y el supervisor, el imperativo de utilizar este proceso de modelado, natural
y presente en todas las personas, para emplearlo en función del aumento de la
conducta segura, comenzando por el ejemplo, o modelo de conducta que deben
proporcionar ellos mismos.
5
Utilizar la observación de la conducta requiere responder previamente, un conjunto de preguntas: quienes observaran, qué
observaran, por cuanto tiempo en qué momento y otras similares. En nuestro caso, obtenemos una serie temporal de datos de
conducta observados, una sucesión de variables aleatorias indexadas de acuerdo a parámetro creciente con el tiempo. Cuando la
esperanza matemática de dichas observaciones conductuales es constante o varía de manera cíclica, se dice que la serie es regular
y puede ser intervenida estableciendo relaciones de causalidad entre la intervención efectuada y los resultados observados.
11
adivinos. La forma más razonable y probada de aumentar y mantener la conducta
segura, es señalar claramente a las personas que es lo que están haciendo bien y que
es lo que pueden mejorar, tan pronto como sea posible hacerlo. Lamentablemente
muchos supervisores o especialistas en seguridad carecen de esta habilidad
profesional. Harían bien en pedir ayuda, ilustrada con ejemplos reales y simulaciones.
Las muecas de disgusto o expresiones de agrado o desagrado y la escasa atención,
suelen ser siempre interpretables en cualquier sentido, no necesariamente para
mejorar la conducta segura.
A lo largo de estas líneas hemos comentado algunas discordancias que, en base a nuestra
experiencia, estimamos que requieren ser resueltas para el avance en la prevención de riesgos
en el trabajo. Como resumen, hemos escogido tres contradicciones, a nuestro juicio, muy
relevantes:
a) enseñar técnicas de ingeniería de la prevención en un 80% de las horas de estudio vs. 20%
de horas dedicadas a estudiar como intervenir la conducta humana en el trabajo. Y
encontrarse después que, en el trabajo, las dificultades en seguridad, son exactamente al
revés.
b) Insistir y estancarse en el falso dilema sobre que hacer primero, si cambiar la conducta
para la seguridad o la cultura de seguridad. ¿Qué es lo que se debe cambiar?. Los psicólogos
del trabajo, han investigado y concluído que solo si se cambia la conducta, entonces se
cambia la cultura, dado que la cultura es solamente un antecedente de conducta. Invertir
estas acciones y tratar de empezar por la cultura, puede hacerse, pero los resultados son
extremadamente lentos, inciertos y difíciles de medir. En nuestras clases de Magister para
médicos ocupacionales, en la Universidad de un país americano, describimos la cultura de
seguridad empleando un popular modelo de cuatro estadios. El primer estadio es llamado de
pensamiento mágico, donde las acciones de prevención tienen muchisimo que hacer pues las
creencias y supersticiones predominan en la organización. Los trabajadores creen no tener
control alguno sobre su conducta y lo que ha de suceder, sucederá por la acción de una
“presencia” externa. El papel del pensamiento mágico en relación a la conducta, no debería
subestimarse. Hemos coleccionado cientos de frases sobre creencias mágicas vinculadas a
las causas de accidentes del trabajo en diversos países y la influencia de este tipo de conductas
verbales está presente incluso en personas con estudios, no solo en los trabajadores. (tocar
12
madera…creer que el uso de determinada vestimenta es responsable de un resultado…la
suerte… y muchas otras similares). El trabajo de Hutson, (2012) es particularmente útil en
este tema.
c) Una discordancia similar ocurre en la duda sobre si observar e intervenir desde fuera la
conducta de los trabajadores o por el contrario, facultarles (empowerment) para que ellos
practiquen el autocontrol conductual en seguridad.
6
El Método TEPS comenzó a elaborarse en 1982. Desde entonces ha experimentado constantes cambios y actualizaciones. Se utiliza en empresas de
diferentes países mediante nuestra autorización para la traducción. Actualmente 12 traducciones. Hace algunos años se le agregó el apoyo de su Software
Conductual de Seguridad.
7 El Manual del Test CFR es distribuido en el país y en el extranjero por el Consejo Nacional de Seguridad de Chile.
13
Hemos apreciado directamente en las empresas, que, para los trabajadores es posible alcanzar
elevados niveles de autocontrol de su propia conducta frente al riesgo, lo que demuestra su
capacidad para el cambio de su propia conducta insegura si son apoyados tecnicamente en
este proceso.
Este apoyo puede estar constituido, por ejemplo, con diversas metodologías8 las que hemos
ordenado en un método denominado Método PREMAC. Ellas ponen énfasis en incentivar la
visión personal de la propia vida, el autoconcepto de los trabajadores, sus metas de vida, su
autoestima, el gobierno de sus emociones, a dignificar su persona, su trabajo y su posición
social, entre otras importantes características que, influídas con estos recursos, ayudan de
forma precisa al trabajador a aumentar el cuidado de sí mismo y el de los demás en el trabajo.
El trabajador es alentado a tomar el control de su conducta y a desoir y vencer la desconocida
esclavitud en la que vive, provocada por la acción mecánica de los circuitos de refuerzo del
cerebro y por su dificultad para reconocer y gobernar sus propias emociones. (Salmurri,
2015). Con esta metodología, la presión externa del supervisor o de otros agentes, por la
conducta segura se reduce al mínimo. Pero, por el contrario, la presión propia, personal, por
el comportamiento seguro, experimenta un fuerte aumento. Facultar (empowerment) al
trabajador es un antecedente de conducta clave que facilita la conducta segura. Y esto es
precisamente, lo que enseña el Método PREMAC9. Por supuesto, cuando la conducta segura
se presenta, la consecuencia positiva es una consecuencia necesaria, auto-aplicable, para este
comportamiento auto-motivado hacia la seguridad. La potencialidad de este Método, como
hemos comprobado, es muy elevada. Ahora bien, al menos hay dos razones que limitan su
aplicación en la empresa: a) suele ser visto erróneamente, con temor por parte de algunos
directivos como una posible pérdida de su poder o autoridad en la empresa al facultar a los
trabajadores a gestionar su conducta y b) cierto escepticismo inicial frente a la capacidad de
autocontrol de la conducta en los trabajadores. Este escepticismo puede provenir de las
propias dificultades de los mismos directivos para regular su propia conducta. Puede deberse
a que tampoco ellos han practicado estrategias de autocontrol en su propia conducta.
A partir de nuestra experiencia y los datos obtenidos, podemos postular un cierto perfil de un
trabajador accidentable. Este sería el de un trabajador preferentemente joven, habitualmente
aislado, que prefiere trabajar solo y elige comer solo, con un tono de humor excesivamente
serio o grave, inexpresivo, cabizbajo, que no sonríe, con súbitos arranques de irritabilidad,
escasa expresión oral y cierta invisibilidad para los demás.
8 Al respecto puede consultarse nuestro Método PREMAC por (Prevención Mediante Autocontrol) que tiene enorme aceptación entre
los trabajadores y resultados rápidos en la disminución de la accidentalidad por las técnicas que aplica el trabajador para regular y
aumentar su conducta segura en el trabajo.
9
Un informe preliminar sobre autocontrol y conducta segura, se encuentra en el trabajo que publicamos en la Revista del IST (Instituto
de Seguridad del Trabajo), 1997; 112: 4-11.
14
El supervisor y el especialista en seguridad podrían estar atentos a estas conductas que suelen
corresponder a personas hurañas, malhumoradas, sin alicientes en el trabajo, con escasa
autoestima y desinterés sobre cómo hacer, en forma segura, las tareas que se le señalan.
Las personas no acuden al psicólogo solo cuando se sienten mal. También se puede apoyar a
quienes están bien, pero sienten que no están alcanzando los objetivos que desearían lograr.
Biglan, (2015) sostiene que ¨si consideramos los problemas que más amenazan nuestro
bienestar: control de armas nucleares; reducciones en guerras, crímenes, “trastornos
mentales”, fracaso académico, abuso de drogas, y evitar más cambio climático. Todos esos
son problemas de conducta humana¨… Y agrega refiriéndose a los cursos o la enseñanza en
general, ¨es fácil ver cómo los antecedentes afectan la conducta, pero tuvimos que esperar
hasta la segunda mitad del siglo XX para poder mostrar que la conducta humana es una
función de sus consecuencias¨. De hecho hasta que Skinner lo describió en Ciencia y
Conducta Humana.
15
Referencias
Alvero, A. M., Rost, K., & Austin, J. (2008). The safety observe effect. Journal of Safety
Research, 39(4), 365–373.
Biglan, A. (2015) The Nurture Effect: How the Science of Human Behavior Can Improve
Our Lives and Our World. Oakland: New Harbinger
Davidson, R. J. et., al. (2013) Compassion training alters altruism and neural responses to
suffering. Psychological Science; 24(7): 1171–1180.
Jones, D., Molitor, D., Reif, J. (2018) What Do Workplace Wellness Programs Do? Evidence
from the Illinois Workplace Wellness. Study NBER Working Paper No. 24229.
Hutson, M. (2012) The seven laws of magical thinking. New York: Hudson Street Press.
López-Mena, L. (1992) Dificultades para la motivación mediante refuerzo positivo en la
empresa. Psicología del Trabajo y de las Organizaciones. (22); 9; 77-87.
Zohar, D., Cohen A. y Azar, P. (1980). Promoting increased use of ear protector in noise
through information feedback. Human factors, 22, 69-79.
16