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EL DILEMA DE LA PIRATERÍA EN LA INDUSTRIA DE LA MÚSICA

La música se ha vuelto en algo indispensable para el ser humano ya que hoy en día la música
puede ser vista como una forma fundamental de la comunicación humana. Todos tenemos un deseo por
tener música en nuestras vidas, un deseo influenciado por factores individuales y sociales. Este deseo,
junto con la propagación de nuevas tecnologías de la información y comunicación, conducen a las
personas cada vez más a la práctica de la descarga ilegal de la música. Así, una persona que quiera
conseguir música nueva debe enfrentarse a un dilema: comprar la música, o descargarla ilegalmente.
Si vemos a la compra legal de la música como una decisión ética, uno puede entender la razón
por la cual el comprar o piratear música es un dilema ético. Un dilema ético nos obliga a elegir de una
forma que involucra romper con alguna norma ética o contradecir con nuestros valores morales. En el
caso de la música, debemos decidir entre pagar por ella o descargarla ilegalmente. Ambas decisiones
tienen resultados que no son deseados. En primer lugar, comprar música puede ser algo malo ya que
fomenta la creación de un mercado de sociedad donde el músico es visto como un objeto para obtener
una utilidad. Asimismo, descargar música ilegalmente tiene varias consecuencias negativas, ya que
aparte de que es ilegal, la piratería afecta a todas las disqueras, artistas y profesionistas cuyo sustento
depende de la venta del material musical.
Ya que hemos identificado a la piratería como un dilema ético, debemos aplicar la metodología para
identificar, analizar y resolver un dilema ético. Esta consiste de seis pasos:
“Primero, uno debe identificar a aquellos que son moralmente relevantes en el asunto. Uno se debe preguntar cual
es el rol de cada persona en el dilema y también debe de cuestionar que es lo que hace a cada persona importante.
Después, uno debe identificar las posibles alternativas (o cursos de acción) que uno puede elegir para resolver el
dilema ético. En tercer lugar, uno debe analizar qué esta en riesgo, y debe determinar cual es la cosa que está en
mayor riesgo. Basado en esto, uno puede determinar que curso de acción se debería tomar y finalmente, elegir ese
curso de acción.1”

En el caso del dilema de la piratería, tenemos a dos partes implicadas. De un lado, tenemos a la persona
que tiene el deseo por obtener música. Por el otro lado, tenemos a las personas que se benefician por la
venta de la música; es decir, los artistas, productores, ingenieros. Siguiendo el segundo paso, debemos
determinar cuales son las posibles alternativas que uno puede elegir. Para conseguir música, se tiene
dos opciones: se puede comprar o se puede descargar ilegalmente. Cada una de estas acciones tiene
diferentes beneficios y consecuencias tanto sociales como individuales. En el ámbito social, cuando se
decide piratear la música, estamos afectando directamente a todas las personas cuyo sustento depende
de la venta de la música. Asimismo, cuando se decide comprar la música estamos beneficiando a todas
estas personas. Es decir que la acción de una sola persona beneficiará a muchas más. En un ámbito

                                                                                                               
1  Ivón Cepeda y Shannon Shea. El discernamiento de dilemas éticos en las profesiones. Ética, profesión y ciudadanía,
individual, podemos ver que descargar música tiene un gran beneficio individual, ya que estamos
recibiendo un producto que queremos sin tener que pagar por él. Descargar música ilegal también tiene
desventajas individuales, ya que está tiene una calidad muy inferior a la música comprada, debido a
que los archivos están muy comprimidos. Por el otro lado, comprar música tiene ventajas y desventajas
individuales. Una ventaja es que la calidad de la música es superior. Otra ventaja es que al comprar
música, nos sentiremos bien al saber que nuestra compra está apoyando al artista que nos gusta
escuchar. Una desventaja de comprar música es que al pagar por ella, fomentamos una sociedad de
mercado. Esto se explicará más adelante. Entonces, evaluando todas las ventajas y desventajas
mencionadas, uno se dará cuenta que podemos resolver el dilema desde varias perspectivas éticas: una
de ellas es la perspectiva consecuencialista, mientras que la otra es la perspectiva deontológica.
El consecuencialismo es una doctrina de la moral que dictamina que la moralidad de una acción
debe ser juzgada únicamente por sus consecuencias. La teoría Utilitarista tiene como fin último la
felicidad. Por ende, al enfrentarnos a un dilema ético, debemos tomar el curso de acción que brinde el
máximo placer y el mínimo dolor a las personas involucradas. “[Debemos] aprobar o desaprobar
cualquier acción según la tendencia en la que parece aumentar o disminuir la felicidad de la parte cuyo
interés está en cuestión.”2 Al evaluar las consecuencias, lo que importa es la cantidad de felicidad que
se crea. Entonces, la solución Utilitarista al dilema de la piratería es que debemos comprar música ya
que esta decisión beneficiará al mayor número de personas. Cuando descargamos música ilegalmente,
los únicos beneficiados somos nosotros mismos y todas las demás partes se ven perjudicadas. Por el
otro lado, la decisión de comprar música tiene grandes beneficios para todas las partes involucradas.
Por un lado, estamos compensando al artista por su propiedad intelectual, mientras que por el otro
nosotros también salimos beneficiados, ya que estamos recibiendo música de excelente calidad y
estamos apoyando a la industria musical.
También se puede resolver este dilema ético desde una perspectiva deontológica. Una de las
teorías deontológicas es la de Kant. El Imperativo Categórico de Kant establece que los deberes son
dictados por la razón, en donde nuestro actuar se pueda convertir en una ley universal. Podemos aplicar
la teoría kantiana a la piratería, ya que esta se puede comparar con el acto de robar. Cuando no se paga
por la música, no se está compensando el trabajo intelectual del artista, ni de las personas que
estuvieron involucradas en la realización del producto. De tal forma, el acto de piratear música se debe
considerar como robo. Entonces, cuando decidimos robar música estamos permitiendo que cualquier
persona en cualquier contexto pueda robar. Asimismo, podemos ver a la piratería como un acto anti-

                                                                                                               
2  James Rachels, “The Utilitarian Approach”. The Elements of Moral Philosophy, (EUA: Mc Graw Hill, 2006). pp. 90
consecuencialista. Una de las razones por la cual la gente recurre a la piratería es porque ofrece
anonimato a los piratas. Consecuentemente, estas personas escapan de las consecuencias directas de sus
actos, sin seguir una visión kantiana en la que somos responsables de nuestros propios actos. Por
último, al piratear música, estamos viendo a las personas que están involucradas en este medio como
un medio para obtener música, quitándoles su dignidad humana. Entonces, bajo toda estas perspectivas,
la solución kantiana del dilema sería el no bajar música ilegalmente.
Evidentemente, cuando uno analiza el dilema de la piratería desde varias perspectivas éticas
como la deontología y el consecuencialismo, queda muy claro que la solución del dilema sería no
descargar música ilegal y comprarla en vez. Pero la validez de esta solución puede ser cuestionable si
la vemos desde otro punto de vista muy importante. Es decir, que debemos cuestionar por qué debemos
pagar por escuchar música. Se dice que, “Cuando decidimos que ciertos bienes pueden ser vendidos y
comprados, decidimos de manera implícita que es apropiado tratar a estos bienes como comodidades, o
instrumentos para sacar utilidad y uso. 3” El principal problema de esto es que hay bienes, como la
música, que no están siendo valorados adecuadamente. La música, así como el aire, la seguridad, la
educación o la salud, es una necesidad para el ser humano. Es decir, que difícilmente alguien podría
vivir sin ella. Por ende, al comprar o vender música, estamos desvalorando el bien interno de la música
al verla como una comodidad o un instrumento para sacar utilidad, y no como una práctica social o un
modo de vida. Consecuentemente, al darle un valor comercial a la música, le estamos quitando un valor
social que es mucho más importante.
Otra cosa que debemos considerar es que al ponerle un precio a la música, no solo la estamos
desvalorando, si no que también la estamos corrompiendo. También se argumenta que, “Ponerle un
precio a la cosas buenas de la vida las puede llegar a corromper. Esto es porque los mercados no
solamente asignan bienes, si no que también expresan y promueven ciertas actitudes hacia los bienes
que están siendo intercambiados.4” En la industria musical, estas actitudes que promueve el mercado
hacia los bienes que intercambia son muy notorias. Por ejemplo, el músico ya no es visto como un
artista. En vez, éste es visto como un producto al cual se le exige resultados mediante la venta de
discos. Como a cualquier otro producto en una economía de mercado, se le invierte una gran cantidad
de dinero en mercadotecnia al músico para que venda su producto. Es decir, que ya no estamos viendo
al músico como una persona, si no que lo estamos viendo como un objeto para sacar utilidad. Entonces,
basado en esta premisa, ¿qué diferencia hay entre un músico y una botella de shampoo? Al ponerle
                                                                                                               
3  Michael J. Sandel. "What Isn’t for Sale" The Atlantic (Abril, 2012).
http://www.theatlantic.com/magazine/archive/2012/04/what-isnt-for-sale/308902/ (acceso octubre 11, 2013)
 
precio a la música, le estamos quitando la dignidad al músico. También, al ver a la música como una
comodidad estamos derivando el mercado musical hacia un mercado de sociedad, donde los músicos se
ven obligados a recurrir a prácticas ilegales (como la payola) para promocionar su material. En el caso
de la payola, un músico debe pagar cantidades cercanas a los $500,000 dólares a las estaciones de radio
para que éstas reproduzcan su sencillo repetidamente4. En este caso, si decidimos comprar música
estamos fomentando la creación de un mercado de sociedad donde desvaloramos a la música y vemos
al músico como un objeto para obtener utilidad. Por eso, si vemos el dilema desde una perspectiva de
mercado, la mejor ruta de acción sería no comprar música.
Hasta el momento hemos tratado de resolver el dilema de la piratería desde varias perspectivas
éticas. Basándonos en lo que se ha discutido, podemos concluir que para resolver cualquier dilema
ético hay que tomar en cuenta muchas cosas. En primer lugar, es importante que nuestra decisión sea la
adecuada para nuestra persona y nuestro entorno. Es decir, que debemos estar conscientes de nuestras
acciones y las consecuencias que estas pueden tener (consecuencialismo y deontología). Después,
debemos considerar el impacto que podría tener nuestra decisión en una sociedad de mercado, donde
nuestras acciones (si no tenemos cuidado) podrían desvalorar algunos bienes internos y desvirtuar a las
personas, viéndolas como objetos para sacar utilidad. Evidentemente, aún hace falta considerar un
ámbito que es de vital importancia para el dilema. Es decir, que para resolver un dilema ético, también
debemos considerar cómo nuestra decisión podría afectar a nuestra profesión y a nosotros como
profesionistas. Es decir, que nuestra decisión debe buscar siempre los bienes internos de nuestra
profesión y no los externos. Asimismo, nuestra decisión también debe cumplir con el código de ética
impuesto por nuestra profesión y no debe corromper los principios y valores que este promueve.
“Cada profesión tiene sus bienes internos, las metas que persigue, el bien específico que hace a
la humanidad; a fin de cuentas, su razón de ser. Ésos son los bienes internos. Y no se puede renunciar a
ellos porque, al hacerlo, se renunciaría a lo que le da el sentido mismo a la profesión.” 5 Basándonos en
esta premisa, es importante que como profesionistas, elijamos nuestra decisión al dilema según los
bienes internos que esta brinda y no por los bienes externos que podamos conseguir (poder, respeto,
dinero, etc.) En la industria de la música, indudablemente el bien interno es la felicidad. Esta es la meta
que persigue y el bien específico que brinda a la humanidad ya que al escuchar música, la gente es

                                                                                                               
4  Jacob Slichter. "The Price of Fame" The New York Times (Julio, 2005).
http://www.nytimes.com/2005/07/29/opinion/29slichter.html (acceso octubre 11, 2013)  
5  Juan Carlos Nuñez. "Un profesional excelente combina técnica y ética" Magis: Universidad Jesuita de Guadalajara
http://www.magis.iteso.mx/content/un-profesional-excelente-combina-técnica-y-ética-emilio-mart%C3%ADnez (acceso
noviembre 14, 2013)
feliz. Lamentablemente, muchas de las personas que comparten mi profesión han recurrido
constantemente a la piratería, afectando a las personas que comparten su misma profesión. Esto sucede
porque estas personas pierden su vocación y renuncian a los bienes internos de su profesión para
conseguir bienes externos. Por ende, estas personas al descargar música ilegalmente, “[Se olvidan] del
bien interno de [su] profesión y [se dedican] simplemente a conseguir bienes externos con trampas y
engaños” 5. Entonces, al enfrentarme al dilema de la piratería como profesionista de la industria
musical, es fundamental que mi decisión se base en los bienes internos que obtendría de ella y no por
los bienes externos. Si la piratería únicamente nos otorga un bien externo, entonces como
profesionistas nunca deberíamos descargar música ilegalmente.
Asimismo, mientras que uno podría argumentar que la raíz de esta corrupción reside en la
pérdida de vocación de estas personas, la principal razón por la cual algunos profesionistas de mi
industria caen en la corrupción está basada en que aún no existe formalmente un código de ética para la
industria musical. “El principal objetivo de un código de ética es mantener una línea de
comportamiento uniforme entre todos los integrantes de un Instituto y por lo tanto, fija normas que
regulan los comportamientos de las personas dentro de una empresa, organización o institución.”6 Por
lo tanto, si existiera un código de ética para mi profesión, cualquier persona que descargue música
ilegalmente estaría rompiendo el código, ya que una sociedad de personas que comparten mi profesión
ha decidido que eso es un comportamiento inaceptable. De esta forma, regresando a los principios
básicos de la ética donde debemos actuar de acuerdo a una norma impuesta por la sociedad, podemos
apoyar nuestra decisión de este dilema con el código de ética de nuestra profesión. Indudablemente, en
este caso nunca se debería elegir la piratería, ya que va en contra del código de ética de nuestra
profesión y al romperlo, seríamos malos profesionistas y por los tanto, malos ciudadanos y personas.
En conclusión, al enfrentarme a un dilema ético como la piratería, es importante tomar una
decisión que sea adecuada para mi persona, mi profesión y la sociedad. En primer lugar, debo analizar
el dilema desde la perspectiva de mi persona. Esto significa que debo tomar una decisión que no vaya
en contra de mis principios y valores. También debo ver el dilema de la piratería desde la perspectiva
de mi profesión. Es muy importante que no perdamos la vocación hacia nuestra profesión cuando nos
enfrentemos a un dilema ético y siempre busquemos los bienes internos antes de los bienes externos.
Es decir, que si optamos por piratear música, estaríamos desvalorando el bien interno que nos da
nuestra profesión ya que al descargar música ilegalmente estamos asumiendo que nuestro trabajo no
                                                                                                               
6
Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI). “Código de conducta”
http://www.impi.gob.mx/work/sites/IMPI/resources/PDFContent/3855/CODIGO_DE_CONDUCTA.pdf (acceso noviembre
14, 2013)
 
vale nada. Para evitar esto es importante apoyarse en el código de ética de nuestra profesión para tomar
en cuenta a los bienes internos, principios y valores de éste en nuestra decisión. Finalmente, debemos
tomar en cuenta el efecto que tendrá nuestra decisión en la sociedad. Para este caso debemos tener
cuidado, ya que al comprar música podríamos estar fomentando una sociedad de mercado donde el
músico es un objeto. Una vez que consideremos todos estos factores, podemos llegar a una solución del
dilema que sea satisfactoria para todos. Pero si se siguiera esta solución, ¿qué tipo de sociedad
tendríamos?
Si nos enfrentamos al dilema de comprar música o descargarla ilegalmente, la solución a esta
dilema es siempre comprar la música; al menos así se ha planteado la solución a lo largo de este
ensayo. Uno asumiría que al hacer esto, se estaría fomentando una sociedad de mercado donde el
músico es un objeto que únicamente nos brinda un bien externo. Esto no es necesariamente cierto.
Muchas veces, uno se olvida del gran bien interno que se obtiene al comprar música. Hay que recordar
que al comprar música, estamos ayudando a una gran comunidad de profesionistas cuyo sustento
depende de la venta de ésta. Por ende, en vez de crear una sociedad de mercado, al comprar música
tendríamos una sociedad responsable que promueve un comercio justo. Esta sociedad fomenta el
comercio justo, ya que el precio que se paga a los productores permite condiciones de vida dignas. Es
decir, que al comprar música estamos compensando a las personas por su trabajo. Asimismo, al
comprar música se crea una sociedad socialmente responsable cuyo compromiso es ayudar a los demás
miembros de esta sociedad. La satisfacción de ayudar al prójimo es un bien interno que es mucho más
importante que cualquier bien externo que podamos obtener. Por eso, aunque estemos promoviendo
una sociedad de mercado, no se desvirtúa nuestra acción por que los bienes internos son mayores que
los bienes externos. Consecuentemente, al enfrentarse al dilema de la piratería como personas,
profesionistas y miembros de una sociedad, sólo hay una ruta de acción que es la correcta: Siempre
debemos comprar música cuando tengamos la opción.

 
 
Bibliografía

Cepeda, Ivón y Shannon Shea, “El discernamiento de dilemas éticos en las profesiones”. Ética,
profesión y ciudadanía (pp. 109-138). México: Editorial Porrúa. Junio 2008.

Rachels, James, “The Utilitarian Approach”. The Elements of Moral Philosophy (pp. 90). Estados
Unidos: Mc Graw Hill, 2006

Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI), “Código de Conducta” (2012).


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Bibliografía Relacionada
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