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PSICONEUROINMUNOLOGÍA Y CÁNCER.

Andrea del Pilar Jimenez Arrieta

La OMS define el cáncer como “un proceso de crecimiento y diseminación incontrolados de células.

Puede aparecer prácticamente en cualquier lugar del cuerpo. El tumor suele invadir el tejido circundante y

puede provocar metástasis en puntos distantes del organismo”, no tenemos que ser médicos para saber que

el cáncer es una enfermedad difícil, que implica no sólo dolor sino procesos de cambio tanto físicos como

psicológicos como por ejemplo la pérdida de cabello debido a las quimioterapias, los síntomas como

náuseas y dolor físico y también implicaciones psicológicas como el hecho de entender, comprender y en

ciertos casos aceptar la posibilidad de muerte.

El cáncer a pesar de ser una enfermedad que debe ser diagnosticada médicamente, la psicología

también puede tener un papel vital e importante en cuando al padecimiento de la enfermedad, la

adherencia al tratamiento y la posible recuperación, pero podemos preguntarnos ¿qué tiene que ver la

psicología en una enfermedad, generalmente terminal? En este punto es donde entra en juego la conocida

psiconeuroinmunología la cual “sostiene la hipótesis de que el sistema inmunológico puede ser controlado

por la mente y poder alterar así el proceso o disposición a la enfermedad” (Ortega 2011) un elemento muy

importante en este ámbito es la influencia que tiene el estrés sobre el organismo y la producción de

hormonas que combaten agentes extraños que entren al organismo.

Biondi y Pancheri afirman que “El hallazgo más importante repetido en la literatura es la asociación

entre distrés psicológico prolongado y disminución en la respuesta proliferativa de los linfocitos

cultivados con mitógenos, particularmente mitógenos que activan las células T”. (citado por Molina,

2000) aquí entramos a ver la relación que tiene con el cáncer ya que las células T combaten las posibles

infecciones del organismo y podrían ayudar a combatir el cáncer. Pero ¿qué tiene que ver entonces la parte

psicológica en cuanto al desarrollo o padecimiento del cáncer? Nuestro organismo tiene por naturaleza la

producción de hormonas y células inmunológicas como las células NK (natural killer) Kiecolt-Glase
mencionan que “Estudios en tres poblaciones diferentes (estudiantes de medicina, residentes geriátricos,

facilitadores independientes y pacientes no psicóticos) han apoyado la asociación entre factores

psicológicos y actividad de las células NK” (citado por Molina, 2000) como lo menciona Kiegol y Glaset

“El estrés produce una disminución de la actividad de las células NK” (citado por Molina, 2000) así

mismo, según Denney y Col en 1988 y Krueger y Col en 1984 afirman que “Algunos datos sugieren que

pacientes deprimidos tienen menor porcentaje de linfocitos T ayudadores y totales” (citado por Molina,

2000) con estas afirmaciones podemos entender que, afectaciones psicológicas como el estrés, la

motivación, la tristeza, entre otros. Afectan a nuestro sistema inmunológico de manera significativa.

Anteriormente habíamos mencionado que el cáncer no es una enfermedad que sea fácil de sobrellevar

en cualquier ámbito, cualquier diagnóstico médico, y el cáncer no es la excepción, conlleva un proceso de

duelo luego del informe del diagnóstico. Schleiter y Col afirman que “El duelo se asocia con una

disminución de algunos componentes de la respuesta inmune” (citado por Molina, 2000). Esto puede

deberse a que, en el diagnóstico del cáncer, como en otras enfermedades, implica el recibir la noticia no

sólo del diagnóstico sino también lo que la enfermedad implica, como cambio de rutinas, alimentación,

cambios físicos, etc. Esto puede llegar a afectar a nivel orgánico en cuanto a la producción de hormonas

ya sea por falta de algunas vitaminas debido a los tratamientos o a la dieta que se debe seguir u otras

razones.

En cuanto al cáncer hay muchos estudios donde relacionan la psicoterapia en pacientes con

diagnósticos de cáncer con el tratamiento e incluso con la supervivencia del paciente un ejemplo de esto

son los resultados del estudio que hicieron Hans y Eysenck donde encontraron “un tiempo de

supervivencia promedio del 50% en los grupos de mujeres con cáncer de mama que recibieron terapia de

apoyo psicológico, en comparación con los controles que solo recibieron quimioterapia” (citado por

Molina, 2000) también podemos tomar el estudio hecho por Hall y Kuarnes donde afirman que gracias a

la psicoterapia, En pacientes con cáncer “se produjo un aumento en el número de linfocitos T, los niveles

de timosina a y la diferenciación de linfocitos T” (citado por Molina, 2000) un último estudio que

podemos referenciar en cuanto a este tema es el realizado por Gruber y Colaboradores en 1988 en el cual
demostraron que en pacientes con cáncer metastásico en estado terminal que recibieron psicoterapia,

“aumentó la capacidad de las células NK, la producción de IL2, los niveles de inmunoglobulinas y la

reacción linfocitaria mixta, además de que disminuyeron los niveles de ansiedad y estrés” (citado por

Molina, 2000).

Estos estudios nos permiten ver la importancia de incluir el ámbito psicológico en el tratamiento y

diagnóstico de enfermedades, el ver al paciente no sólo como una persona enferma sino también como una

persona que siente dolor y que su dolor tiene una explicación pero además de sentir dolor también tiene

sentimientos, es de vital importancia acompañar al paciente en su proceso de salud-enfermedad para

disminuir en la mayor cantidad de estrés que pueda producir, esto no quiere decir que no vaya a haber

estrés, si lo habrá pero debemos encontrar la mejor manera brindarle al paciente recursos para poder

manejarlo y generar una buena adherencia al tratamiento, por ejemplo buscar el mejor método para

mantener una actitud positiva en el paciente ya que esto puede influir en la producción de células

defensoras como lo demostraron Greer y colaboradores en 1979, los cuales afirmaban que “los pacientes

con cáncer de mama que mostraban un espíritu de lucha o que negaban la enfermedad, presentaban una

mayor supervivencia que aquellas con una aceptación estoica o que expresaban depresión o

desesperanza”. (citado por Molina, 2000).

A manera de conclusión, vemos que la psiconeuroinmunología esta fuertemente relacionada con

patologías como el Cáncer no sólo por el hecho de que influyen en el sistema inmune sino también porque

estos tres sistemas se encuentran en constante comunicación y gracias a esto los vuelve pilares

fundamentales de la vida donde si uno entra en desequilibrio afectará a los demás y esto al sistema

completo de individuo, es importante ayudar al paciente con mecanismos de afrontamiento adecuados o

adaptativos para que pueda llevar el proceso de la enfermedad de una manera adecuada e incluso poder

llegar a afectar de manera beneficiosa su sistema inmune y poder combatir la enfermedad desde una

interdisciplinariedad. La Psiconeuroinmunología nos permite, junto con el modelo biopsicosocial, ayudar

al paciente desde una perspectiva multidimensional donde el trabajo conjunto con otras disciplinas como
la medicina pueden ayudar al paciente para llevar su enfermedad, tratamiento y posible recuperación de la

mejor manera posible y acompañar al paciente en sus proceso salud-enfermedad de una manera que el

paciente se sienta bien en todos los niveles que sea posible, enfocándose en aquellos que pueden afectar de

manera positiva o negativa su organismo y a su vez su recuperación o tratamiento.

Bibliografía
1. Molina, T. (2000). Psiconeuroinmunología y Cáncer La unidad entre sistema nervioso, endocrino
e inmunitario. NATURA MEDICATRIX, 56. Retrieved from
http://file:///C:/Users/paste/Downloads/Dialnet-PsiconeuroinmunologiaYCancer-4988981.pdf

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