Está en la página 1de 13

DERECHO PENAL EN PANDEMIA

I.- INTRODUCCION: En los primeros meses del año 2020, la


humanidad se vio afectada por la Pandemia de Covid-19, declarada por la
Organización Mundial de la Salud. El Estado Nacional Argentino estableció la
Emergencia Sanitaria y el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO),
con un impacto especial en lo que es la justicia y sobre todo el proceso penal,
que históricamente, siempre ha exigido una proximidad física.
En este contexto, desde la regulación de la situación de Aislamiento
Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) en el DNU 297 del Poder Ejecutivo
Nacional, de fecha 19 de marzo de 2020, se han visto afectadas tanto la
organización como la realización del proceso y el juicio penal a lo largo de todo el
territorio nacional.
Esto género que a partir de que se adoptaron las medidas de
protección de salud, la cuarentena, se produzcan una serie de intentos para
seguir brindado el servicio de justicia mediante medios no presenciales.
Las circunstancias excepcionales que estamos viviendo como
consecuencia de la crisis sanitaria, abrió paso al surgimiento del derecho
procesal electrónico y el ciberjuicio, con el objetivo primordial de brindar
respuestas oportunas para alcanzar una resolución jurídica adecuada y eficaz. La
necesidad de pensar nuevas formas de llevar adelante el proceso penal, a través
de herramientas electrónicas, ha modificando las modalidades de trabajo e
interrelación, que han venido para quedarse.
Por ello, el objetivo del presente ensayo es reflexionar sobre algunas
interrogantes surgidas en esta época de pandemia que nos toca vivir, en todo lo
concerniente al desarrollo de la labor en el área penal.
II.- DESARROLLO: Como ya he adelantado en la introducción voy a
reflexionar sobre varias interrogantes que surgen con estas nuevas modalidades
de llevar adelante el proceso penal y el juicio, y si estas nuevas maneras de litigar
son respetuosas de las garantías consagradas constitucionalmente y
convencionalmente.
Desde un principio he utilizado la palabra reflexionar porque no he
tomado una posición respecto de esta cuestión, en atención a que hay voces que
se levantan en contra y otras que justifican la utilización de estas nuevas
herramientas o procedimientos tecnológicos para remover obstáculos y poder
brindar un adecuado acceso a la justicia en la circunstancia tan especial como los
es la pandemia.
II.a.- A continuación, analizare si es posible llevar adelante el proceso
penal y el juico penal (debate oral) respetando todas las garantías constitucional
y convencionalmente previstas, en un escenario de aislamiento social preventivo
y obligatorio. El análisis general de esta interrogante, es posible tratarla
conjuntamente, tanto para el proceso penal digital y el ciberjuicio, porque tienen
un denominador común, por medio del cual se trató de brindar acceso a la justicia
y respetar las garantías de las partes intervinientes, a saber: la utilización de
herramientas tecnológicas y digitales.
Por un lado se encuentran quienes consideran que la plena
operatividad de las garantías constitucionales y convencionales se respetan solo
con la presencialidad, fundando sus motivos en que: “….una de las principales
garantías que la ley procesal penal otorga a toda persona incriminada es que su
imputación sea probada por quien la sostiene ante un tribunal imparcial, en un
juicio previo, oral y público. Luego, es la misma ley la que establece los principios
y reglas que deben ser observados en la realización de un juicio oral.
Estas reglas han sido ideadas para un modelo de juicio presencial y
no remoto, por naturaleza adversarial y contradictorio, que se operativiza bajo
una lógica y dinámica en la que los sujetos procesales interactúan, dialogan,
argumentan y se confrontan en forma permanente. Los jueces aprecian de
manera personal y directa la prueba rendida; el acusado está presente en todo el
desarrollo de su juicio en compañía de su abogado, con quien se comunica
continuamente y de manera privada; los testigos comparecen en forma presencial
antes los jueces, quienes no sólo verifican su identidad, sino también la forma en
que rinden su testimonio, con el fin de impedir que su relato pueda verse
alterado.
Estas reglas obviamente tienen un fin último, cual es brindar a todos
los sujetos procesales plenas garantías de un juicio razonable y justo, lo que no
ocurre en un juicio remoto, donde los jueces no se encuentran presentes en el
lugar donde se rinde la prueba, por lo que su apreciación de ésta se limita a
aquello que logran oír y observar a través de una pantalla.
Los testigos y peritos deponen desde una comisaría o desde la oficina
del fiscal que los presenta como prueba, sin que en ninguno de estos casos un
funcionario del tribunal controle en forma previa su identidad o esté presente al
momento de declarar. A ello se suma, la dificultad que tiene para la defensa
contraexaminar y confrontar dichos testimonios con otras pruebas. Por su parte,
al permanecer en prisión, el acusado sólo puede conferenciar con su abogado de
manera remota.
Al ponderar racionalmente los fines que se persiguen con un juicio a
distancia y los derechos y garantías judiciales del acusado, su resultado
evidencia lo desproporcionado de esta medida. Desde una exigencia de
necesidad, el juicio presencial es el medio más apto y menos lesivo para el
enjuiciamiento del incriminado, teniendo en cuenta que las reglas que lo regulan
han sido diseñadas para esta forma de proceder. Lo otro simplemente es
intentar adaptar dichas reglas a un modelo de juicio que, por su naturaleza
adversarial y contradictoria, no es posible replicar.
Lo mismo ocurre al examinar la aptitud del medio escogido (juicio
remoto), que como hemos visto no es el más idóneo, teniendo en cuenta que la
propia ley condiciona la virtualidad a que se aseguren las condiciones para el
cumplimiento de las garantías judiciales del proceso, y planteando como
alternativa su suspensión y no realización hasta una vez cesado el estado de
excepción constitucional…”1
Como así también, consideran que: “… Otra gran dificultad se gesta
en el hecho de implementar obligatoriamente nuevas tecnologías, porque para
pasar a la virtualidad, se requiere que las partes, los intervinientes y los testigos
ostenten plan de datos, internet, teléfonos inteligentes, computadoras, tabletas o
similares, lo que raya con el principio de gratuidad.
Es un verdadero dolor de cabeza evacuar una sesión de juicio por las
falencias de internet, los problemas de conexión, intermitencia o interrupción de
internet, la discontinuidad del sonido o la imposibilidad de proyectar de manera
permanente todas las imágenes que reflejen los rostros de los que participan en
la audiencia. De esta forma, si se trae a colación los principios de eficacia,
celeridad y economía procesal, la virtualidad no será la solución…”2
Dicho esto, se puede afirmar que un claro ejemplo, de la problemática
de la virtualidad, es la imposibilidad de poder controlar presencialmente al testigo,
y evitar que tenga la ayuda de escritos o la ayuda de alguna persona que se
encuentre en el mismo lugar ayudándolo con respuestas “libretadas o guionadas”
en tiempo real, para lo cual lo único que basta es que la cámara no lo capte. Que
fueron inconvenientes advertidos por quien suscribe al momento de litigar, como
así también las testimoniales que se bridaban desde un mismo domicilio donde

1
Fuente: https://enestrado.com/derechos-y-garantias-en-pandemia-por-marcos-montero/

2
Fuente: https://www.ambitojuridico.com/.../juicios-virtuales-una-nefasta-realidad
ahí convivían varios de los testigos, y cada uno escuchaba lo que deponía el otro,
aumentando la probabilidad de que sean contestes los testimonios (por oirse
entre sí), restándole confiabilidad a los testimonios o por los menos generando
duda.
Por otra parte, si bien asiste razón, a las opiniones precitadas en los
párrafos anteriores, también se debe analizar en qué medidas resultan legitimas
las aplicaciones de tecnologías y si se pueden implementar protocolos de
actuación que aseguren las garantías tanto en el proceso penal digital como en el
juicio virtual o remoto.
Es así que durante el ASPO en la administración de justicia se han
dado diversas situaciones: ferias extraordinarias, suspensión de plazos, rápida
adaptación de espacios, incorporación de tecnología e implementación del
teletrabajo como una modalidad para seguir adelante con la actividad laboral,
procurando proyectar como retomar la actividad en esta nueva realidad.
En consecuencia, esta forma de afrontar los procesos judiciales –en
particular, los penales– pone en tensión diferentes normas constitucionales. Es
que, como sabemos, el art. 18 de la Constitución Nacional garantiza el debido
proceso y el derecho de defensa, entre otras medidas, que ninguna persona sea
condenada sin un juicio previo oral, público y contradictorio. Dichos preceptos se
ven reforzados por la Convención Americana sobre Derechos Humanos (art 8,
inc. 1, inc. 2 puntos C, D y F; e inc. 5) y el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (art 14 inc. 1 e inc. 3 apartados A, B, C, D y E). Del requisito de
oralidad se infiere, asimismo, el principio de inmediación, vinculado a su vez con
la publicidad. En un estado de Derecho, la administración de justicia es una
función estatal básica que sirve a la satisfacción de un derecho fundamental de
todas las personas: el acceso a la jurisdicción con las debidas garantías.3
En ese sentido, la situación de emergencia sanitaria, la necesidad de
contener la pandemia y la necesidad de garantizar el servicio de justicia, llevo a
que diferentes actos procesales comenzaron a sustanciarse de forma virtual, a
través de medios tecnológicos. Las provincias que instauraron modelos
acusatorios orales centraron sus esfuerzos en la gestión de audiencias de forma
remota, utilizando herramientas digitales de video y teleconferencia, tales como:
Whatsapp, Skype, Duo, Zoom, Google Met, etc.

3
Cfr. Graciela Elizabeth Gómez, Derecho Procesal en tiempos de pandemia: el proceso en el marco del COVID-
19, coordinación general María Valeria Di Bernardo, dirección Marcelo Sebastián Midon, autor 1ª ed.,
editorial Contexto Libros, Resistencia Chaco, 2020, pág. 57.
Y, “…sostener que realizar audiencias de presencia remota,
indefectiblemente afectan las garantías del juicio oral, la inmediación, el
contradictorio y su publicidad, creo que es una posición extrema al no permitir
siquiera su discusión. No obstante, de ser posible que ello pudiera suceder,
deberían arbitrarse las condiciones necesarias para que ello no ocurra. Para ello
son imprescindibles la redacción de protocolos o guías de buen funcionamiento
para asegurar que ello no ocurra. O en su caso, de ocurrir estas audiencias no
tengan ningún valor y produzcan su inmediata nulidad…”.4
Entonces, “….La cuestión a resolver (en la ya existente controversia
entre sus partidarios y sus detractores) no debería pasar, entonces por el
incuestionable nivel de constitucional (art.75 inc.22, CN) de la oralidad, la
inmediación, el contradictorio, la publicidad y la identidad física del juez del juicio
penal. Se debería concentra, en cambio, en otro tema: si la presencialidad física
en una sala de audiencias, que parece derivar naturalmente de una interpretación
puramente histórica del significado de las normas constitucionales y
convencionales que implican aquellos caracteres –propios del momento de su
sanción-, podría ser legítimamente equiparada (por su significado, no por
analogía) mediante una interpretación evolutiva de aquellas según significan en el
contexto de vida actual, a una presencialidad en el ciberespacio a través de
herramientas digitales de transmisión a distancia, sin afectar la esencia de sus
alcances constitucionales. Y la respuesta será proporcionada, seguramente, más
que por los textos supranacionales constitucionalizados, por la justificación
practica que vaya brindando la progresiva mejoría del funcionamiento de las
herramientas digitales utilizadas para el desarrollo del Ciberjuicio, cuyo previsible
perfeccionamiento técnico –sin límites conocidos- junto con la imprescindible
capacitación de sus operadores, será probablemente el más vigoroso aporte para
aquella respuesta…”5
Por otra parte, en lo referente a como instrumentalizar el proceso
penal digital o el ciberjuico, nos encontramos con la opinión de Cafferata Nores,
para quien no alcanzaría un protocolo a los efectos de hacer operante la garantía
del juicio previo, sosteniendo que: “…Demás está decir que como condición
básica para que el Ciberjuicio satisfaga la garantía del juicio previo, es
indispensable una ley en sentido formal, emanada del Poder Legislativo que en

4
Cfr. Del Rio, Victor, Juicios orales en tiempo de pandemia, 1ª edición, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Editores del Sur, 2020, pág. 28.

5
Cfr. Cafferata Nores, Jose I., El Juicio Penal Digital, 1ª edición, Córdoba, Alveroni Ediciones, 2020, pág. 35/36.
cada jurisdicción política sea el competente para dictarla, al menos para la
regulación de debates penales no presenciales (o sea, ciberdebate) mediante el
uso de herramientas informáticas tecnológicamente aptas para su desarrollo a
distancia.
Para el supuesto que se resolviera autorizar legislativamente el
Ciberjuicio penal, su reglamentación debería realizarse en una ley especial que
contemple su reglamentación como “juicio especial, total o parcialmente no
presencial” o solo como “procedimiento especial”.6
Es una postura lógica y ajustada a derecho la que plantea el Dr.
Cafferata, y atendible para realizarla en un futuro no muy lejano, pero no
debemos olvidar que la pandemia nos tomó por sorpresa a todos, y se hizo lo que
se pudo con lo que se tenía al alcance a los efectos de brindar el servicio de
justicia y así nacieron las acordadas y protocolos.
Por consiguiente, podemos afirmar que la propuesta de los autores
citados, establece que se deben prescribir las formas en que se debe llevar la
ejecución de cada acto (método de actuación), en el proceso penal digital y el
cibejuicio, porque este régimen de legalidad, constituye una garantía de justicia
en cuanto asegura la inalterabilidad de la forma sustancial del proceso y es la ley
quien traza un camino procesal uniforme.
Por ello, las distintas modalidades que implementa la Función Judicial
están reglamentadas en el Código de Procedimientos y por lo tanto imperativo
poder modificar o ampliar el mismo para poder incluir las audiencias virtuales.
Entonces, se podría pensar que la Audiencia Virtual no cambia la
naturaleza ni las garantías que debe tener una Audiencia en un proceso penal,
sino que se trata de un modo distinto de llevar a cabo la Audiencia con el empleo
de medios tecnológicos. Y que las mismas pueden ser autorizadas en todos
aquellos procesos penales que permitan su implementación y siempre que se
cuente con los elementos tecnológicos requeridos a tal fin, como la conectividad
a Internet y un servicio de comunicación que soporte el envío de audio y video en
tiempo real, que permita una interacción fluida entre las partes procesales.
Por otro lado, circunscribiéndonos a un territorio específico: “El STJ
de la Provincia del Chaco ha sido una de las Cortes Provinciales, que se han
posicionado muy fuerte por la opción de virtualidad como forma de realizar el
funcionamiento en esta emergencia de la pandemia. Pero redoblo la apuesta al

6
Cfr. Cafferata Nores, Jose I., El Juicio Penal Digital, 1ª edición, Córdoba, Alveroni Ediciones, 2020, pág. 27/32.
afirmar que la virtualidad vino a sumarse al sistema de oralidad que se viene
ejerciendo eficazmente en nuestro sistema penal…”7
A manera de ejemplo, en la provincia del Chaco, nuestro Superior
Tribunal de Justicia, por resolución N° 262/2020, en el punto XV aprobó el
protocolo de trabajo y buenas prácticas para audiencias en sala virtual, que forma
parte de la resolución como Anexo III. Allí se establecieron medidas concretas
para unificar directivas y criterios para el uso de tecnologías de video
comunicación que permitan la realización correcta y legal de las audiencias ante
la situación de pandemia por el coronavirus (COVID-19).
A esos efectos se cambió la sala física en tribunales por un espacio
virtual, en el cual se reúnen las partes intervinientes, habiéndose dispuesto para
ello varias opciones de plataformas digitales (Skype, WhatsApp, zoom, etc), con
la ventaja de poder de este modo garantizar la prestación del servicio de justicia
con estricto cumplimiento del Aislamiento social preventivo y obligatorio, como así
también fortalecer la implementación de la oralidad y avanzar hacia la
digitalización de las actuaciones judiciales, evitando retrocesos a prácticas
sustentadas en “papel” o “inexorablemente presenciales”.
Y se establecieron como principios procesales de este tipo de
audiencias los de concentración, economía procesal y buena fe, haciendo
especial hincapié que requieren el más alto grado de compromiso buena fe,
solidaridad y flexibilidad de las partes, profesionales intervinientes y del poder
judicial factor esencial para la realización y eficacia del acto con presencia virtual.
Sin embargo, en opinión personal del Dr. Victor del Rio, lo único que
no se negocia es el juicio por jurados: “….Quiero dejar en claro, que
personalmente sostengo que no deberíamos realizar audiencias de juicio por
jurados en forma virtual. Mucho menos en la Provincia del Chaco, que
recientemente ha implementado la aplicación de su ley y solo se ha llegado a
realizar un juicio por jurados. Por lo cual, daba la necesidad de asegurar un fuerte
resapaldo a este sistema de legitimación de las decisiones judiciales, no veo
factible ni posible la realización de estas audiencias en forma virtual…”8
A lo largo de lo vertido de los párrafos anteriores, y analizando las dos
posturas, vemos que hay cuestiones que se deben realizar de manera presencial
física y otras que se pueden realizar a través de una presencialidad virtual
7
Cfr. Del Rio, Victor, Juicios orales en tiempo de pandemia, 1ª edición, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Editores del Sur, 2020, pág. 28.
8
Cfr. Del Rio, Victor, Juicios orales en tiempo de pandemia, 1ª edición, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Editores del Sur, 2020, pág. 27.
siempre y cuando este regulado su procedimiento a fin de asegurar la efectiva
operatividad de las garantías constitucionales y convencionales. O bien tratar
evolucionar en el concepto de presencialidad.
II.b.- En este punto analizare si la pandemia ayudó en algo a la
evolución de un proceso penal más ágil, tecnológico y a fin con las partes. Qué
buenos desarrollos observa que se han producido por la virtualidad desde marzo
de 2020 a la fecha o si sólo significó retrocesos.
Respecto a esta cuestión, me voy a circunscribir específicamente en
la Provincia del Chaco que es donde litigo a diario.
Como primera medida debo aseverar que el proceso penal en el
Chaco es más ágil y tecnológico, lo que posibilita en muchos casos brindar un
mejor servicio, que favorece tanto a víctimas como imputados.
El Superior Tribunal de Justicia por Acuerdo N° 3310/149, y su
modificatoria Acuerdo Nº 3350/1510, aprobó el Reglamento para el uso interno del
Sistema Integrado de Gestión e Información (SIGI) – Fuero Penal que se aplicó
exclusivamente en la I Circunscripción Judicial, área metropolitana y se encuentra
actualmente en etapa de capacitación para la implementación, a partir del 3 de
noviembre de 2020, en las restantes circunscripciones que conforman la
provincia.
Fue desarrollado por la Dirección de Tecnologías de la Información
del Poder Judicial y consiste en el uso de medios electrónicos en la tramitación
de procesos judiciales del fuero penal, comunicación y notificación de actos y
transmisión de piezas procesales, integrados en los registros del expediente
electrónico, lo que aportó eficiencia y celeridad al trabajo y mejor
aprovechamiento de los recursos humanos y tecnológicos, al disiparse las
dilaciones de la circulación del expediente tradicional.
Hubo que sortear el inconveniente que significaron las causas que
tramitaban en soporte papel, que fueron inicialmente absorbidas por tres
juzgados de transición.
El sistema SIGI contempla la aplicación de la firma electrónica, que es
la utilizada en los documentos o actos procesales por los usuarios con privilegios
necesarios para hacerlo y también la firma digital.
Para los profesionales en general de la primera circunscripción el

9
ACUERDO 3310 DE FECHA 19/02/12, PUNTO 4º. PROYECTO DE REGLAMENTACIÓN PARA EL USO INTERNO
DEL SISTEMA INTEGRADO DE GESTIÓN E INFORMACIÓN (S.I.G.I.) – FUERO PENAL.
10
ACUERDO 3350 DE FECHA 04/02/15, PUNTO 2º. PROYECTO DE REFORMA DEL SISTEMA INTEGRADO DE
GESTIÓN E INFORMACIÓN (S.I.G.I.).
expediente digital significo un avance tecnológico importante, que nos brindaba la
oportunidad de extraer todas las constancias del expediente en un pendrive, lo
que se hacía de manera presencial en las fiscalías donde se encontraba una sala
de máquinas destinada a esos efectos.
Con la pandemia se optimizo ese servicio, esta herramienta (cuyo
nombre deriva del Sistema Integrado de Gestión e Información que funciona de
manera complementaria al nuevo diseño organizacional del sistema penal que
rige en la primera circunscripción judicial desde abril de 2013) fue desarrollada
por la Dirección de Tecnologías de la Información y permite que los abogados
litigantes sigan el trámite de las causas desde su domicilio, evitándoles el
desplazamiento hasta el edificio del fuero penal de Resistencia.
Al di de la fecha se puede acceder al mismo, desde la página del
Superior Tribunal de Justicia del Chaco, desde teléfonos inteligentes, tabletas,
computadoras, en la comodidad de la oficina del estudio jurídico o desde la casa,
conociendo el total del trámite de la causa judicial que se sustanciaba ante los
juzgados y el último acto procesal realizado. Como asi también se pueden
consultar el número de DNI, los expedientes en que una persona interviene como
parte, tanto denunciante como imputado.
A esto se suma la posibilidad de presentar los escritos de manera
online, el Superior Tribunal de Justicia por Resolución N° 07/1711 estableció el
sistema de Ingreso Digital de Escritos (In.Di.) aplicable a partir del 20/02/17. El
desarrollo fue trabajo de la Dirección de Tecnologías de la Información (DTI) del
Poder Judicial y se reglamentó la presentación de escritos por medio digital, cuyo
uso era optativo para el profesional pero de atención obligatoria para las
dependencias judiciales.
Como así también, contamos con las notificaciones electrónicas, el
Superior Tribunal de justicia, dictó la Resolución N° 162/1912, que implementó la
notificación electrónica por publicación en un sistema, que cumple la finalidad y
aporte los beneficios de la notificación digital: integridad y conocimiento por el
destinatario, a través de una plataforma creada por el Poder Judicial que
garantiza su inalterabilidad.
Este sistema, se denomina Sistema de Control de Trámites
Procesales y Notificaciones. Representa un significativo avance hacia la
11
RESOLUCIÓN Nº7 DE FECHA 01/02/2017 DEL SUPERIOR TRIBUNAL DE JUSTICIA. SE ESTABLECE EL SISTEMA
DE INGRESO DIGITAL DE ESCRITOS -INDI-, DE USO OPTATIVO A LOS MÉTODOS TRADICIONALES DE
PRESENTACIÓN DE ESCRITOS.
12
RESOLUCIÓN Nº 162 DE FECHA 25/02/2019, DEL SUPERIOR TRIBUNAL DE JUSTICIA. REGLAMENTA LA
NOTIFICACIÓN ELECTRÓNICA POR PUBLICACIÓN EN SISTEMA
despapelización y libera de la sobrecarga de tareas que pesaba sobre los
secretarios, dado que economiza esfuerzos, gastos y tiempos, porque el
conocimiento del acto se produce mediante la publicación en la plataforma digital,
siendo carga de las personas individualizadas en la reglamentación, ingresar en
el sistema para anoticiarse o a través de correo electrónico.
Además, contamos con audiencias virtuales, la Resolución N° 262/20
-antes citada- también incorporó como Anexo III, el Protocolo de Trabajo y
Buenas Prácticas para Audiencias en Sala Virtual, para le celebración mediante
plataformas digitales de audiencias semipresenciales o en forma absolutamente
remota. Se cambia la sala física en Tribunales por un espacio virtual donde se
reúnen los intervinientes en el acto y el juez para resolver el tema motivo de
convocatoria. Esta iniciativa legislativa fue socializada con los profesionales
abogados y abogadas de la provincia para su conocimiento y que manifiesten
opiniones al respecto y se realizaron tres jornadas de presentación del proyecto
durante el mes de agosto, habilitándose un aula virtual de consulta que generó un
productivo intercambio de opiniones.
En esta resolución, se regulan los aspectos esenciales y generales de
la digitalización y se delega en el Superior Tribunal de Justicia la implementación
progresiva y constante mediante la reglamentación que se dicte,
complementándose con las vigentes, por ejemplo, en notificaciones electrónicas,
escritos INDI, firma digital o electrónica, comunicaciones entre tribunales
provinciales y de otras jurisdicciones, etc. La regla es que la totalidad de los actos
procesales deberá encontrarse documentada en soporte digital. Consagra la
digitalización, oralización y despapelización coordinada, progresiva y constante.
Debo agregar que, en el fuero penal tuvimos que constituir domicilio
electrónico. El Código Procesal, Civil y Comercial de la Provincia del Chaco,
introduce el deber del litigante de constituir domicilio electrónico - artículo 55-,
carga procesal que se reglamentó por Acuerdo del Superior Tribunal de Justicia
N° 3336/14, citado anteriormente. Se establecieron los sujetos alcanzados y se
designó al secretario del Tribunal interviniente como funcionario encargado de
practicar la notificación digital, quien debe dejar constancia en el expediente.
Y ante la falta de constitución del domicilio electrónico se tendría por
constituido en los estrados del juzgado, donde se notificaría automáticamente (art
56 del código de rito).
La aplicación del sistema se extendió a partir del 12/02/18 a todos los
organismos de los fueros civil, comercial, laboral, penal y de niñez, adolescencia
y familia de toda la provincia, por Acuerdo N° 3477/1714. Esta herramienta ha
sido un gran auxilio para el mantenimiento del servicio activo en contexto de
pandemia, como se explica más abajo. 13
Al mismo tiempo, contamos con la UDAVIC (Unidad de atención a la
víctima y el ciudadano), que fue creada para brindar asesoramiento, contención y
tratamiento con predominio jurídico, sicológico, social y atención médica “a todas
aquellas personas que sufrieron en forma directa el impacto de un delito, en caso
de ser necesario, radicar denuncias de índole penal. Se trata de que el servicio
“sea dinámico, urgente en el tiempo” y que comprenda puntualmente la situación
delictiva, ya que la asistencia al sufrimiento de la víctima requiere una respuesta
inmediata y de carácter institucional, orientándola en relación a donde debe
acudir de acuerdo al problema que plantea. Y dar respuestas inmediatas a las
quejas y reclamos realizados por los ciudadanos, como así también derivar las
denuncias en forma inmediata a través del nuevo Sistema Integrado de Gestión e
Información (SIGI) o sugerencias respecto de los organismos del Poder Judicial,
extrajudicial o servicio público provincial correspondiente.
Esta unidad en tiempo de pandemia recepcionaba las denuncias a
través de cualquier medio electrónico idóneo, siendo el más utilizado el correo
electrónico, brindando una respuesta rápida a la víctima y el ciudadano.
En mi opinión, considero que hay cuestiones prácticas que facilitan la
labor profesional, y así poder brindar un mejor asesoramiento a víctimas como
imputados, y de esa manera poder ejercer sus derechos de una manera más ágil
y expedita. Como todo, siempre hay cosas por mejorar y cuestiones que ajustar,
pero solo la practica constante nos ira marcando el camino correcto a seguir y
sumando lo que funciona y descartando o modificando lo inoperante.
II.c.- En este punto analizare sucintamente si es necesaria una vuelta
a la presencialidad masiva como era antes del escenario sanitario actual o puede
pensarse en un escenario institucional mejor.
Como ya lo manifestara ´Víctor del Rio, en cuestiones de juicio por
jurados es necesaria la presencialidad física, la publicidad se podría negociar,
para que no exista aglomeración de persona, en atención a que los juicios por
jurados pueden ser trasmitidos a través de youtube o alguna otra plataforma
digital que permita su transmisión en tiempo real.
Como así también, por ejemplo, las audiencias virtuales podrían

13
ACUERDO 3477 DE FECHA 05/12/17, PUNTO 5º. EXTIENDE LA APLICACIÓN DEL INGRESO DIGITAL DE
ESCRITOS A TODA LA PROVINCIA Y FUEROS, A PARTIR DEL 12 DE FEBRERO DE 2018
seguir celebrándose cuando no se exija mayores controles, como ser por ejemplo
la audiencia de designación de abogado defensor o el otorgamiento de apud acta
para constituirse en querellante.
Las herramientas tecnológicas y digitales tienen sus pro y contra, pero
no se puede negar que muchas veces son una manera ágil y rápida des
solucionar problemas o cuestiones meramente formales, por lo tanto se podría
pensar un sistema de semi presencialidad que permita brindar el efectivo acceso
a la justicia de todas las personas y evitar de esa manera la presencialidad
masiva en tribunales.
También no debemos dejar de lado, que el teletrabajo también es
muy beneficioso para estos nuevos cambios en nuestra justica penal actual.
III.- CONCLUSIONES: El fortalecimiento de la estructura tecnológica
con que se contaba y la implementación del trabajo a distancia por medios
digitales, posibilitó el desarrollo de las actividades, que en un primer tiempo
fueron sólo para urgencias ampliándose luego a los requerimientos ordinarios,
aunque con ciertas restricciones. Se enriqueció la labor y gestión judiciales
utilizando las nuevas herramientas de la tecnología en pos de agilizar y facilitar la
emisión de los actos jurisdiccionales por parte de la totalidad de los organismos
judiciales, y la recepción de las presentaciones de las partes, abogados, peritos,
síndicos y auxiliares de justicia.14
Y todos los problemas, de operatividad tanto del proceso penal digital
y el Ciberjuicio, se circunscribían a asuntos tales como: dificultad de conectividad
entre las partes, la necesidad de que exista una comunicación permanente entre
la defensa técnica y la persona imputada, garantizando que quien se encuentra
declarando lo haga libre de presiones tanto imputado como testigos, o sin recurrir
a elementos auxiliares para su declaración.
Conforme quienes entienden del tema, estos aprietos tiene solución,
se pueden dictar leyes procesales o protocolos que garanticen estos conflictos,
como por ejemplo: el lugar en el que declaran las personas, generar canales
alternativos de comunicación permanente entre el imputado, en detención o en
libertad, y la defensa técnica, ya sea por chat a través de telefonía celular o a
través de computadoras provista a tal fin, como así también se pueden
implementar planes para mejorar las redes de conexión de internet.
Todo cambio plantea problemas y desafíos, pero ello no puede implicar

14
Cfr. Rolando Ignacio Toledo, DERECHO PROCESAL ELECTRÓNICO EN LA PROVINCIA DEL CHACO ANÁLISIS
DOCTRINARIO Y NORMATIVO ACTUALIZACIÓN ABRIL 2021, pag.3.
desconocer la necesidad de implementar los recursos tecnológicos-digitales y los
múltiples efectos positivos que pueden tener, si se los implementa de manera
progresiva.

RAMON ANTONIO RODRIGUEZ CARDOZO


DNI Nº 28.388.514

También podría gustarte