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Ignacio Valenta.
1. ¿Con qué objetivos Fierro va a cantar su relato? ¿En qué estrofas lo establece?
Martín Fierro, gaucho pobre y solitario, se presenta como una persona que ha
sufrido mucho durante su vida, pero que sin embargo tuvo un pasado feliz, con una
familia y un hogar, como empieza a vislumbrarse en la última estrofa del Canto I,
cuando canta: “Y atiendan la relación/que hace un gaucho perseguido,/que padre y
marido ha sido/ empeñoso y diligente,/ y sin embargo la gente/ lo tiene por un bandido”
(vv. 109-114). Aquí Fierro se escuda en la actitud de la gente para justificar su presente
condición social: es un gaucho perseguido e ignorado. Esta situación en la que se
encuentra ahora Fierro se debe a un suceso ocurrido en su pasado, que relatará en
Cantos posteriores. Sin embargo, en este Canto I se perfila como un hombre que está
solo, sin una compañía amorosa pero tampoco de otro tipo (vv. 97-98); muestra su
nomadismo en los versos 91 a 96 y su temeridad queda evidenciada al cantar “En el
peligro ¡qué Cristo!/ el corazón se me enancha” (vv. 73-74), o “para mí la tierra es
chica/ y pudiera ser mayor;/ ni la víbora me pica/ ni quema mi frente el sol” (vv. 81-
84).
3. ¿En qué situación “legal” se encuentra Fierro en el presente de su relato?
¿Cuándo y por qué arriba a esa situación? Fundamentar con citas del texto.
4. ¿Quién recluta a Fierro para la frontera? ¿Con qué motivos? Citar cantos y
estrofas.
En el pasado de Fierro se encuentran una mujer, hijos, una hacienda y una rutina
de trabajo (este trabajo es una forma de perfeccionamiento que se desprende de una
pertenencia a un grupo, que sirve para darle un sentido a la vida). Todo funcionaba
perfectamente hasta que el destino decidió “que todo aquello acabara”: un día, tal era su
costumbre, Fierro acude a una pulpería, en donde entretiene a la gente con sus coplas y
aprovecha para emborracharse un poco. De repente, entra al lugar el Juez de Paz, con el
objetivo de llevar a cabo la “leva” (apresar a criminales o maleantes). Todos los
gauchos matreros huyen, pero Fierro, considerándose “manso”, se queda quieto y se
deja agarrar, ya que alega que “no había por qué [escapar]” (v. 316).
Lo llevan a un fortín, primero por seis meses, que se convierten en mucho más
tiempo durante el cual sufre aberraciones y torturas en exceso. Supuestamente, la misión
de los que estaban en el fortín de la frontera era combatir a los malones, y servir al
gobierno. Sin embargo, la vida en el fortín estaba lejos de ser placentera o útil para este
organismo: los gauchos y empleados del lugar sufrían castigos permanentes tales como
la estaquiada (castigo que consistía en atar con cuero crudo las manos y los pies a cuatro
estacas, para luego dejar secar al sol) o los azotes. Además de vivir en la pobreza, sin
ropas decentes, con hambre y bajo el constante abuso de autoridad de sus superiores,
Fierro no recibe un salario por su trabajo en la frontera. Su descontento se aprecia una
vez más cuando retoma un discurso ajeno y dice: “Si eso es servir al gobierno/ a mí no
me gusta el cómo” (vv. 431-432).
6. ¿Qué opinión tiene Fierro sobre los inmigrantes y los indios? ¿Qué relación se
puede establecer con el contexto en que fue escrita la obra?
Martín Fierro tenía una visión particular sobre los extranjeros, llamados
popularmente gringos. Éstos no eran bien vistos debido a que los gauchos los
consideraban como usurpadores de sus puestos de trabajo y de las tierras nativas. Por
eso los trataban de inútiles, cobardes y ladrones.