Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El tomo a que me refiero consta de 39 ar- Y aun más, en los ambientes universitarios
tículos en que se analizan críticamente aspectos se usan sin ningún pudor lingüístico: pregrado,
relacionados con nuestra pronunciación, ortogra- postgrado, magister, parvulario y parvularia, a
fía, morfología, sintaxis y, sobre todo, con el uso pesar de que “no existen”.
que hacemos del vocabulario.
Y sin necesidad de encumbrarnos tanto,
OBSERVACIONES DE CARÁCTER GENE- también pueden citarse términos de uso diario,
RAL totalmente arraigados en Chile, que están en la
misma situación: alcuza, cacho, lavatorio, ampo-
Criterio de corrección lleta; en vez de los académicos: angarillas, cubi-
En todos los casos, el autor dice basarse en la Au- lete, lavabo y bombilla, respectivamente, entre
toridad que la Real Academia Española de la muchos otros.
Lengua (en adelante RAE) manifiesta, tanto en su
Diccionario de la Lengua Española (supongo que
2
en -mente y voces despectivas “de formación fácil La diferencia está entre concebir la lengua
y a menudo ocasional”, y se hace a continuación —toda lengua— como una realidad dinámica, en
una afirmación lapidaria, que desmorona la base equilibrio inestable, donde tienen cabida la crea-
de sustentación de la preceptiva del señor Bande- ción y la evolución, o como una realidad estática,
ras: “Su ausencia en el Diccionario no significa anquilosada, archivada en el diccionario y en las
por sí sola que (tales términos y acepciones) no gramáticas de la Academia, según un “purismo
existen en el uso o que sean incorrectos”. supersticioso”, para el cual toda innovación o
cambio, es tildado de “corrupción” o “incorrec-
Como esto es aplicable a cualquiera ex- ción”. Felizmente, el destino de las lenguas nun-
presión y no sólo a las aludidas, me parece opor- ca ha dependido de los puristas, verdaderos puri-
tuno recordar lo que Bello, en su Gramática ma- tanos en materia lingüística.
gistral, nos aclara: “no se crea que recomendando
la conservación del castellano, sea a mi ánimo “De haber sido purista —declaró una vez,
tachar de vicioso y espurio todo lo que es peculiar Gabriela— jamás entendiese en Chile ni en doce
de los americanos. Hay locuciones castizas que en países criollas la conversaduría (sic) de un peón
la península pasan hoy por anticuadas, y que sub- de riego, de un vendedor, de un marinero y de
sisten tradicionalmente en Hispanoamérica (ar- cien oficios más”. Y hasta aseguró que su premio
caísmos como pollera, fierro, pararse ‘ponerse de Nobel “es triunfo de la lengua criolla de Améri-
pie’, etc.) ¿Por qué proscribirlas?. Si según la ca”.
práctica general de los americanos, es más analó-
gica la conjunción de algún verbo (agredo, agre- Es un hecho indiscutible que una lengua
den, etc.) ¿Por qué razón hemos de preferir la que que está cambiando permanentemente, por la in-
caprichosamente haya prevalecido en Castilla?. mensa cantidad y heterogeneidad —geográfica,
Si de raíces castellanas hemos formado vocablos histórica, social y cultural— de sus hablantes, no
nuevos según los procederes ordinarios de deriva- puede encerrársela enteramente en un diccionario
ción que el castellano reconoce, y de que se ha o en una gramática, por muy voluminosos que
servido y se sirve continuamente para aumentar sean y por muy buena voluntad que se tenga. Se
su caudal, ¿qué motivos hay para que nos aver- ha afirmado con razón que, desde el momento
goncemos de usarlos?. Chile y Venezuela [sus dos mismo en que ven la luz estas obras, ya están an-
patrias, como ejemplo] tienen tanto derecho como ticuadas. De aquí las numerosas enmiendas y co-
Aragón o Andalucía para que se toleren sus acci- rrecciones que la propia RAE les hace de una edi-
dentales divergencias cuando las patrocina la cos- ción a otra.
tumbre uniforme y auténtica de la gente educada
[instruida]”. Así, pues, mientras Bello, con su na- Tratando de ser consecuente con el princi-
tural sabiduría, estimula la creación lingüística pio rector del señor Banderas, me pregunto: dado
conforme al “genio de la lengua”, mediante la lo que ocurre con las obras académicas mencio-
cual ésta se enriquece, el profesor Banderas inhi- nadas y ante una expresión o una estructura gra-
be a los hablantes que se atreven a decir vestón, matical no registrada en ellas, ¿tendremos que
chaleca, cancerólogo, agreden y quizás cuántas esperar, cada vez, hasta la nueva edición de las
formas más por el estilo, estigmatizadas en los mismas, para emplearlas con la frente en alto, y
tomos que no he leído, contribuyendo de este no cabizbajos, como quien comete un pecado o
modo —por lo menos en ciertos casos— a su em- un delito? De hacerse esto así, la RAE nunca las
pobrecimiento. tomaría en cuenta, por la simple razón de que no
se usan (y no se usan, repetimos, porque no están
incluidas; hermoso círculo vicioso), con lo cual
4
momento (1978) no han sido admitidas por la lificado en el diccionario académico chileno co-
docta corporación española y quizás, en muchos mo “familiar”, lo cual no quiere decir incorrecto.
casos, no tendrán nunca la oportunidad de ser to-
madas en consideración”. Repárese en el cautelo- Me parece, en definitiva, que el gran re-
so “quizás”. Salta a la vista, pues, la concordan- chazo de que son objeto —sobre todo de parte de
cia de criterio con el que se desprende de la cita los lingüistas—, los que se erigen en censores pu-
que hicimos más arriba de un segmento del ristas del lenguaje, está en que se empeñan en
“Preámbulo” del diccionario académico español. aplicar a su uso, las categorías de “correcto” e
“incorrecto”, considerándolas en forma absoluta,
Las categorías “correcto”–“incorrecto” frente a y no relativa o funcional.
otras categorías
Es que —como observan muy bien Santamaría y Es sabido que una persona se comporta
Cuartas— “las fronteras entre lo correcto e inco- correctamente cuando lo hace obedeciendo a
rrecto de una lengua, en una época dada, no pue- normas preestablecidas, e incorrectamente, cuan-
den señalarse con precisión. Palabras tenidas por do actúa contraviniéndolas. Ahora bien, todo ha-
bárbaras o culteranas, en nuestro Siglo de Oro, así blante, hasta el más iletrado, se expresa de acuer-
como frases, entonces conceptuosas, figuran en do con determinadas normas que, en conjunto,
nuestro idioma como corrientes y correctas. Y a constituyen su mayor o menor grado de compe-
buen seguro que muchas de las voces y locucio- tencia lingüística y de competencia de la comuni-
nes tildadas en nuestros días, de viciosas e inco- cación, pero sólo lo hace “correctamente” cuando
rrectas, pasarán, tal vez, con el tiempo, a formar utiliza, en una determinada situación, la norma
parte del acervo del idioma.” (Ahora la cautela exigida socialmente para ella. Decir, por ejemplo,
está expresada con “tal vez”). Recuérdese que Oye, ¿tení una luca que me prestí? no es intrínse-
Juan de Valdés (s. XVI), autor de un sabroso Diá- camente “incorrecto”; sólo lo es cuando ello ocu-
logo de la Lengua, cuando en una ocasión les de- rre fuera de una situación de familiaridad y con-
claró a sus contertulios que tenía la intención de fianza.
usar ciertos términos tomados del italiano, uno de
ellos, de acuerdo con más de un contemporáneo, Pues bien, para operar con estos postula-
le manifestó su disconformidad porque, según dos, si creemos sinceramente que tenemos la
dijo, “se me hacen durillos”, es decir, “difíciles de competencia suficiente para guiar a nuestro pró-
tragar”, nada más que por tratarse de formas nue- jimo en el manejo de su idioma, es conveniente
vas, de neologismos. Estos eran, entre otros, faci- que lo hagamos con la ayuda de otras categorías,
litar, entretener, discurso, manejar, novela, có- como las de “culto” e “inculto”, “formal” e “in-
modo, incómodo, comodidad, pedante y asesinar. formal”, “genuino” y “falso”, “necesario” e “in-
necesario”, “exacto” e “inexacto”; señalándole lo
Además, nótese que, tanto viuda (del latín que ocurre en cada caso, la oportunidad o inopor-
vidua), como palabra (de parabra, y este del latín tunidad de tal o cual uso, su ventaja o desventaja.
parábola) —dos botones de muestra— son el re-
sultado de metátesis (transposiciones), tan “vulga- Culto e inculto
res” como la que ha dado origen a pachotada y Así, analizando algunos ejemplos del profesor
pachotero (de patochada y patochero, respecti- Banderas con estas nuevas categorías, y otras que
vamente) términos éstos considerados como los daré por mi cuenta, andé (a imitación de canté),
“correctos” por el señor Banderas, contradicién- andara (como cantara), etc. se consideran formas
dose en el segundo caso, pues, patochero no exis- incultas, frente a anduve, anduviera, etc., que se
te en el diccionario de la RAE. Patochada es ca- estiman cultas, no obstante que el famoso escritor
7
y académico de la lengua (¡!) Camilo José Cela de ella. Igualmente falsos son los plurales latinos
haya usado andara; lo mismo doldrá , doldría, curricula y memoranda, de curriculum y memo-
frente a los cultos dolerá, dolería (de doler), a randum, frente a los genuinos currículos y memo-
pesar de que se diga correctamente saldrá, sal- randos, de currículo y memorando, respectiva-
dría, etc., contra la opinión de Juan de Valdés mente.
que, con más sentimiento idiomático, preferiría
salirá, saliría, etc. “porque vienen de salir”. Así Falsos son, también, los plurales: ajises y
son de convencionales las normas. manises, de ají y maní, en cada caso, aun cuando
la RAE legitime el triple plural de maravedí: ma-
Formal e informal ravedíes, maravedís y maravedises.
Por otra parte, expresiones como pone (la mesa),
sale (al patio), hace (las tareas), que han sobrevi- Una vez más, no todo es maniqueamente
vido a 150 años de censura, son informales (o fa- blanco o negro en español. Es que no es lo mismo
miliares), comparadas con pon..., sal..., y haz..., una lengua histórica, como la nuestra, que una
respectivamente, que lo son menos; como plata, lengua de laboratorio, como el esperanto, por
lindo, tragar, también informales frente a dinero, ejemplo: la nuestra es obra de todos nosotros, y
bello, deglutir, que son formales. en ella todos hemos aportado nuestra cuota de
irracionalidad, movidos, muchas veces, por valo-
Genuino y falso res distintos (éticos, estéticos, etc.) de los pura-
En cambio, de voces como carnet y box puede mente intelectuales, o por un razonamiento pura-
decirse con propiedad que, usadas como hispáni- mente analógico. Desde el punto de vista sintác-
cas, son estructuralmente falsas, ajenas a la índole tico, son falsificaciones también, tanto la supre-
de nuestra lengua; frente a las genuinas: carné y sión de algunas preposiciones delante de que
boxeo, por cuanto no responden a la estructura (queísmo), como antes (de) que se agote, en caso
fonológica del español, donde no se da ni ‘t’, ni (de) que salga (frente a antes de agotarse, en ca-
‘x’ (ks) al final de una palabra que no sea sigla, so de salir) —fenómeno que se advierte en el
onomatopeya o interjección. En el mismo caso propio señor Banderas, cuando escribe “en la me-
están, desde el punto de vista morfológico, entre dida (en) que depuremos..”— como la adición de
muchas otras, dirigente y sirviente, o médico, ar- de antes de que (dequeísmo) en frases del tipo:
quitecto, sicólogo, magistrado, ingeniero, carabi- yo creo de que..., el piensa de que... etc.; por yo
nero; cuando con ellas se alude a una mujer, pues, creo que..., el piensa que..., etc.
todas admiten ‘-a’ final para el femenino (a pesar
de que dirigenta, sicóloga, y magistrada no apa- El uso genuino es el uso que nos autoriza
rezcan, todavía, en el diccionario de la RAE, y a a decir que hablamos español y no una mezcla de
pesar también de que carabinero, en esta obra, no español e inglés, español y francés, español-latín,
tenga exactamente la acepción nuestra, y de que etc. Sólo que lo que es genuino en una lengua,
carabinera signifique allí solo “alondra moñu- tampoco es siempre muy fácil de establecer: los
da”). sonidos (fonemas) de “z” y “ll”, por ejemplo,
(caza, pollo), aunque propios del español están-
Usar los nombres en ‘e’ y en ‘o’ como dar, son pronunciados como distintos de “s” y de
masculino y femenino (el, la estudiante; el, la “y”, respectivamente, (casa, poyo) sólo por una
sargento), es, como dice esta vez acertadamente minoría dentro del mundo hispánico y, a pesar de
el profesor Banderas (a propósito de presidente y esto, seguimos pensando que hablamos español.
ministro) “violentar la lengua”, lo cual significa,
obviamente, abrirse una brecha para marginarse
8
En cuanto a la manera de hablar de las tica inculta no es más que una de sus manifesta-
personas no instruidas o de bajo nivel de escolari- ciones; que toda nuestra población —sobre todo
dad, si bien desde el punto de vista sociocultural infantil— tenga acceso a una escolaridad perma-
carece de prestigio, desde el punto de vista lin- nente y sistemática donde aprenda no sólo lo que
güístico es también importante, ya que incide en en la lengua se ha creado hasta hoy, sino también,
el destino de la lengua, pues sus usos, con fre- los propios mecanismos de la creación lingüística;
cuencia, terminan, con el tiempo, por incorporar- que el libro esté a su alcance a un precio accesible
se a los de la gente culta, adquiriendo un nuevo o en buenas bibliotecas; que se evite que en la
estatus. aduana se tengan que comprar prácticamente las
publicaciones que se reciben de regalo o, como
Función del hablante intercambio, desde el exterior.
Que el hablante decida, pues, con conocimiento
de causa, su conducta lingüística y asuma las con- Función del gramático
secuencias de su decisión. El español se habla Si bien es cierto que —como sostiene Seco, pen-
“correctamente” de muy diversas maneras, tantas sando, sin duda, en la forma oral del lenguaje—
como lo exija cada situación; es —como todo “los gramáticos no hacen las lenguas, ni las re-
idioma— plurinormativo, pues fuera de un común formas, ni son capaces de detener su evolución,
denominador que garantiza un mínimo de inter- [pues] una lengua es patrimonio de una comuni-
comprensión entre los interlocutores dentro del dad, y quien la hace y la altera y la deshace es la
mismo país (norma general), no se habla exacta- masa, la mayoría, contra cuyo ímpetu nada puede
mente igual en los diversos lugares; tampoco lo la voz aislada de un sabio [y menos de quien no
hacen los adultos, los jóvenes y los niños, conver- lo es]”, no es menos cierto que con su ayuda “se
sando entre sí o los unos con los otros; una perso- puede orientar y encauzar [nunca forzar], la deci-
na instruida y una analfabeta; la que vive en zo- sión lingüística de la muchedumbre” hacia el mo-
nas urbanas y la que lo hace en zonas rurales o do de expresión que más conviene a sus propósi-
marginales; la que se encuentra en una situación tos.
formal y la que se halla en otra que es informal; la
que tiene una determinada actividad intelectual o OBSERVACIONES ESPECÍFICAS
manual y la que tiene otra, cuando hablan de lo Hasta aquí mis consideraciones sobre la validez
que hacen; tampoco los hombres y las mujeres, de los criterios que ha tenido en cuenta el profe-
sobre todo cuando conversan de lo suyo y lo ha- sor Banderas para juzgar nuestra manera de ha-
cen separadamente. De aquí, que cada norma sea blar. Ahora, quisiera entrar en algunos detalles
sintomática de nuestra particular condición hu- relacionados con lo que afirma en algunos de sus
mana, tanto que es posible afirmar, parafraseando artículos del tomo 1º, para lo cual lo citaré entre
un conocido aforismo: “dime cómo hablas y te comillas, sin las páginas, por razones de espacio.
diré quién eres”. Claro es que, para la gente no Seguiré el siguiente orden: fenómenos de pronun-
instruida o de escasa instrucción logre hablar co- ciación, ortográficos, morfológicos, sintácticos y
mo persona culta, debe dejar de ser inculta, para léxicos.
lo cual no basta que se aprenda de memoria las
observaciones que en forma inorgánica y no Fenómenos de pronunciación
siempre acertada, está haciendo el profesor Ban- 1. Afirma que la persona que dice calientito, en
deras, ni las que yo mismo estoy presentando vez de calentito, comete un “error (...), fácil de
aquí; se necesita mucho más que se termine con comprender: se piensa que calientito deriva de
la incultura como totalidad, con la ignorancia, con caliente y que, en consecuencia, debiera conser-
el subdesarrollo mental, del cual la norma lingüís- var el diptongo ‘ie’”. Pues bien, el problema no
10
2. Más adelante anota “También tenemos en Cas- 6. A pesar de lo que en este mismo cuadro se dice,
tellano el acento dierético que sirve para separar con respecto a la acentuación de las palabras gra-
la estructura de algunas palabras. Ejemplos: Ra- ves y esdrújulas, en el tomo puede leerse volúmen
úl, tranvía, búho”. Al respecto, cabe observar (sic), con acento, no obstante ser palabra grave
que: a) ni acento dierético, ni dierético solo, están terminada en “n”, y termino (sic), sin acento, pa-
aceptados por la RAE; luego, según su propia labra esdrújula. Aunque estos casos sean descui-
doctrina, son “incorrectos”; b) falta coma antes de dos o erratas —de los cuales hay más ejemplos en
que; c) el acento en los ejemplos que da el autor, el libro—, el resultado para el lector es tan grave
no sirve para separar ninguna estructura, sólo como si se tratara de errores, pues, en materia de
sirve para que el lector que no conoce nuestra aprendizaje de una lengua, es mucho más impor-
norma culta forma, sepa que las secuencias de tante lo que se capta por la vista o el oído (los
vocales en estos casos, forman hiatos, y no dip- modelos) que las reglas. Si en estos, como en
tongos, y que, por lo mismo no debe pronunciar otros casos, nuestro profesor, además de sustentar
“rául”, “tránvia”, “buó”, según los hábitos acen- una doctrina de corrección idiomática —a mi jui-
tuales del español. cio— equivocada, no predica con el ejemplo, el
11
remedio que quiere poner resultará peor que la lo: “había muchas coincidencias”. El hecho es
enfermedad. que 1) ningún verbo tiene sujeto, ya que éste se
estructura con un predicado, del cual un verbo
7. Hablando de las formas del verbo prohibir que forma parte; 2) el hablante, en estos casos, por el
se acentúa gráficamente en la raíz (prohíbo, etc.) mismo, significado del verbo haber, considera
nos dice “Conviene repetir que la letra hache no como sujeto lo que los gramáticos tradicionalistas
deshace el hiato (sic), razón que exige el acento estiman que es complemento directo (sujeto sico-
marcado sobre la vocal débil (la ‘i’). Ejemplo: se lógico, para algunos lingüistas), de aquí la con-
prohíbe cazar búhos”. Señalemos al respecto, a) cordancia: “habían muchas coincidencias = exis-
que en español esto se dice, por ejemplo, así: tían...”, y 3) esta crítica del señor Banderas viene
“Conviene repetir que la letra hache, por sí sola, haciéndose por escrito, en Chile, por lo menos
no es señal de que en prohíbe, etc. haya hiato, y desde 1834; es decir, desde hace 150 años, cuan-
de que, en consecuencia, haya que acentuar pro- do don Andrés Bello se refirió a tal uso. Desde
sódicamente la vocal débil ‘i’; para hacerlo, se entonces, no se ha dejado de insistir en el empleo
exige que se marque el acento sobre dicha vocal”, “incorrecto” de expresiones como “hubieron mu-
y b) que, obviamente, búhos del ejemplo, no tiene chos desórdenes” que se oyen hasta en boca de
‘i’. catedráticos y doctores. ¿No será que el asunto ya
no tiene remedio y que es una majadería en este
8. Ninguna norma académica prescribe mayúscu- momento, seguir insistiendo, después de 150 años
la —como las emplea el señor Banderas— en, por de constante vapuleo?. En el Esbozo, la RAE, con
lo menos, los siguientes casos: “el idioma Caste- muy buen criterio, ya no censura estas formas, y
llano”, “el Diccionario oficial.”, y reservados en se limita a dejar constancia de su uso en textos
“Derechos Reservados”. españoles antiguos y de su proliferación en His-
panoamérica, anotando que “tal abundancia de-
Fenómenos morfológicos muestra (...) la extensión y arraigo de esta cons-
1. Cuando se ocupa el plural de ají, nuestro profe- trucción en el habla coloquial (y también formal)
sor enseña que “si [una] palabra singular termina- de aquellos países”.
da (sic) en a, i, o, u, acentuadas, se agrega la par-
tícula ‘es’”. Aquí puede observarse 1) que dice Fenómenos sintácticos
equivocadamente terminada, por termina, 2) que En el artículo dedicado a la expresión televisor a
no considera las excepciones aceptadas por la color, se lee que “la proposición (sic) ‘a’ tiene
RAE: papás, mamás, menús y otras, 3) que según diecinueve acepciones, pero ninguna se ajusta al
ella también, tan “correcta” es rubíes (única for- pensamiento deseado”. Sobre esto hay que ob-
ma aceptada por el profesor), como rubís, y 4) servar varias cosa: 1) el autor dice proposición en
que en el Esbozo se establece —contra la opinión vez de preposición; 2) confunde una vez más el
de este señor— que los polisílabos en ‘o’ han español con el diccionario de la RAE, pues, aun-
consolidado el plural ‘s’ (y no ‘es’), como domi- que en éste se señalan sólo 19 acepciones de a, en
nós, paletós, etc. la gramática de 1931, después de indicarse el
mismo número, se agrega que “se emplea en otras
2. En un libro como el que estamos analizando, construcciones que enseñará el uso”. Es decir,
no podía faltar la censura del uso personal del que son más de 19, y que si la acepción que a tie-
verbo haber, cuando indica existencia. Se nos ne en televisión a colores no está entre éstas, po-
dice que el verbo, en estas circunstancias “es im- drá encontrarse entonces entre las que faltan, y 3)
personal, no tiene sujeto gramatical, y debe con- no nos dice qué significado tiene en en televisión
jugarse sólo en tercera persona singular.” Ejemp- “en”colores, exigida por él, de modo que el lector
12
tampoco puede saber si su uso es más apropiado uso frecuente de ambos términos en Chile, y con
que a en este contexto, según la RAE; luego significados y géneros gramaticales diferentes y,
agrega: “Al decir a color, estamos suponiendo por lo tanto, su absoluta necesidad. De aquí que
que el color hace funcionar al aparato, lo que ob- aparezca en el diccionario académico chileno sin
viamente es un absurdo”. Tanto, diría yo, como la comentario valorativo alguno. Luego, nuestro au-
afirmación del autor, pues, ¿qué persona que dice tor agrega que, además de chaleco por chaleca,
televisión a color está suponiendo tal cosa, má- “también se puede decir suéter o jubón”. Me
xime cuando él mismo enseña que la preposición atrevo a afirmar que en Chile a nadie, salvo al
a tiene múltiples significados?. Como también señor Banderas, se le ocurriría llamar jubón a
sostiene que la forma con en es “más ordodoxa” nuestra chaleca.
que la forma con a, conviene recordar que tan or-
todoxa es la expresión foto en colores como foto a 3. De los varios sinónimos que tiene chaqueta en
todo color; andar en burro, como andar a caba- nuestra lengua, el profesor Banderas ha descu-
llo; lavado en seco, como lavado al seco, lo que bierto que ni vestón ni paltó “están aceptados por
muestra la versatilidad de tales proposiciones. la Academia y, en consecuencia, son errores que
corregir”, y que paletó “tiene una significación
Fenómenos léxicos (académica) diferente (de la chilena)”. Así, sólo
1. Siguiendo una larga e inútil tradición, el profe- chaqueta y saco son para él “correctos”. Lo obje-
sor Banderas censura también el empleo del tér- tivo, en cambio, es que, con excepción de saco,
mino desapercibido con el significado de inadver- que muy pocos usan de manera habitual y espon-
tido. María Moliner y Manuel Seco encuentran táneo (por su significado corriente de “receptácu-
legítima esta acepción. Seco afirma, además, que lo de papel, tela, etc.”), los otros términos signifi-
“se trata de un uso incorporado desde hace mucho can lo mismo y se usan incluso en la norma culta
en el habla corriente”. En efecto, en el dicciona- formal, sin que sean estigmatizados. Vestón, que
rio de Salvá (1852) ya se menciona esta acepción está registrado en el diccionario académico chile-
de desapercibido, es decir, que es de uso habitual no, y sin ningún calificativo, ha dado origen a
desde hace por lo menos 132 años en el mundo vestonero, vestonera, con que se designa a los
hispánico, y no sólo en Chile. Con razón, enton- hombres y mujeres especializados en hacer vesto-
ces, está incluida en el Diccionario del habla chi- nes,y hasta sería ofensivo llamarlos chaqueteros,
lena, y sin juicio de valor alguno. chaqueteras, por el significado peyorativo que
tiene este término. En cuanto a paletó, nadie lo
2. En el artículo dedicado a chaleca, se afirma critica como sinónimo de chaqueta, sólo que éste
categóricamente que esta voz “no existe en el es actualmente de uso mucho más frecuente que
idioma Castellano. Lo correcto es decir ‘chaleco’; aquél. En la encuesta léxica a que nos referimos
el chaleco es masculino”. Dejemos de lado la más arriba, se obtuvieron las siguientes respues-
mayúscula de Castellano, no tiene ninguna justi- tas, cuando se preguntó a los 13 informantes por
ficación académica, por lo que es una falta orto- los distintos nombres de la mencionada prenda:
gráfica cometida por el profesor, y leamos lo que 12 chaqueta; 8 vestón; 2 paletó; 2 saco, y 1 paltó.
dice nuestra Academia Chilena de la Lengua en Esto prueba lo arraigado que está entre nosotros
su diccionario: “Chaleca. Prenda de vestir de el uso de vestón junto a chaqueta.
lana tejida, con mangas largas y abotonada en la
parte anterior. Es de uso femenino”. Como pue- 4. Otro término estigmatizado es cancerólogo,
de advertirse, nuestra chaleca es diferente del cha- por ser “una palabra que aún no está registrada en
leco definido en el diccionario español (y, natu- el diccionario de la RAE”. Lo “correcto” —se
ralmente, por el señor Banderas), lo que explica el sugiere— es oncólogo, pero, curiosamente este
13
término tampoco aparece en dicha obra, donde Lira— que “son vocablos que no tienen un susti-
sólo se incluye oncología (a pesar de que se regis- tuto claro en nuestro idioma”, por lo que de ser
tra cardiólogo y cardiología, neurólogo y neuro- incorporados en este diccionario “vendría a enri-
logía y muchos otros). De modo que, una vez quecerlo”. Más aún, incluso siendo innecesarios,
más, el profesor Banderas vuelve a usar palabras si reciben por decenios un uso constante, conclu-
“incorrectas” o “inexistentes”, según su propia yen por imponerse y se españolizan en su grafía
doctrina. Conviene advertir que cancerología (aunque no siempre) y en su pronunciación. Así,
(que también falta en esta obra) aparece amplia- por uno u otro motivo, han sido incluidos, entre
mente destacada, por ejemplo, en las páginas otros, afiche, coñac, camuflaje, complot, carillón,
amarillas de la guía telefónica de Santiago, lo chalé, gripe, posar, parque, sabotaje, turista, etc.
mismo que en el diccionario médico del Dr. Cor- Sin duda que los escritores, sobre todo los perio-
tada, de la Universidad de Barcelona, donde se la distas, y los locutores de radio y televisión “pue-
define como “el estudio del cáncer”; a la vez que den prestar un gran servicio al idioma examinan-
oncología aparece definida como “el estudio de do los neologismos y usándolos con tino”, sin de-
los tumores”. Ahora bien, como todo cáncer es jarse llevar por la comodidad de su automática
un tumor, pero todo tumor no es cáncer, la cance- adopción. El ideal es, pues, que no sean redun-
rología parece ser una especialidad dentro de la dantes y —como indica Seco— “que se acomo-
oncología. Si esto es así, ambos términos son ne- den bien al ‘genio del idioma’ [...]; esto es, que se
cesarios y dignos de usarse. Nuestros médicos amolden a las estructuras formales de nuestra
tienen la palabra. lengua”.
5. Ha sido una constante entre los puristas de to- Que los extranjerismos (entre otros neolo-
dos los tiempos, incluso entre los que anacróni- gismos) son inevitables, lo revela el hecho de que
camente todavía lo son, la furia con que atacan “como el lenguaje cambia con el continuo evolu-
sin discriminación los extranjerismos (“barbaris- cionar de la vida de un pueblo, el léxico, aún más
mos, los llaman. Término emparentado con “bár- aferrado a la autoridad de los escritores y del
baro, barbarie, barbaridad”). Es así como el señor buen uso del pasado, tiene que recibir mucho del
Banderas arremete contra los siguiente términos lenguaje actual de los negocios y del trato diario
de procedencia inglesa: average, leasing, holding de las gentes”, según la autorizada opinión de
(de empresas), free lance, cofee-brake, spread y Menéndez Pidal. A su vez, viene a concluir lo
staff, porque ninguno de ellos está sancionado mismo cuando nos enseña que el “adelantamiento
académicamente. De éstos, sólo dos tienen un prodigioso de todas las ciencias y las artes, la di-
sinónimo en español: average ( = promedio) y fusión de la cultura intelectual y las revoluciones
staff ( = personal (de empresas)), lo que los hace políticas, piden cada día nuevos signos para ex-
conceptualmente innecesarios. De los cinco res- presar nuevas ideas”.
tantes, leasing, holding y spread, por no estar en
este caso, son candidatos, casi seguros a consoli- En materia de lenguaje, también “la nece-
darse. sidad crea el órgano”. Con razón, pues, don Pedro
Lira, quien fuera secretario perpetuo de nuestra
Es sabido que el diccionario académico Academia de la Lengua, nos advierte que “una
español contiene un buen número de tales voces y preocupación exagerada por la pureza lingüística,
que la Academia Chilena de la Lengua, como las puede estar reñida con el progreso y la unidad del
demás asociadas con la de Madrid, le proponen a idioma español”.
ésta extranjerismos para su inclusión cuando es-
timan —como dice muy acertadamente don Pedro
14
BIBLIOGRAFIA
ACADEMIA CHILENA DE LA LENGUA, Dic- VALDES, Juan de, Diálogo de la lengua, Madrid,
cionario del habla chilena, Santiago, Editorial Saturnino Calleja, 1919.
Universitaria, 1978.