Está en la página 1de 13

VPH y Embarazo

Una mujer embarazada que haya sido infectada con VPH y además tenga


verrugas genitales debería estar muy preocupada acerca de la posibilidad de
transferir esta extremadamente común enfermedad de transmisión sexual a su
bebé. A pesar de que la misma no es curable; las verrugas genitales usualmente
plantean una mínima amenaza para la salud del bebé durante el transcurso de su
embarazo.

¿Qué es el VPH?
El mismo es una de los virus más comunes, conocido como virus del papiloma
humano (VPH), el cual afecta a aproximadamente el 80% de la población. Existen
aproximademente 100 diferentes variedades del virus VPH, 30 de las cuales
son transmistidas por vía sexual. Algunas de las restantes 70 variedades del VPH
son responsables del desarrollo de verrugascutáneas comunes y corrientes; como
aquellas que pueden encontrarse en las manos, como el caso de las verrugas
plantares (las que se encuentran en la parte inferior de los pies), las verrugas
juveniles y otros tipos de verrugas.

De aquellas variedades de verrugas que son transmitidas por vía sexual, algunas
podrían llegar a causar el desarrollo de verrugas genitales. No obstante, muchas
variedades del virus son asintomáticas. Aun así, existe evidencia que sugiere que
cuando usted está infectada con VPH, su organismo prepara su sistema inmune
para luchar contra este virus. Sin embargo, únicamente con esta clase particular
de VPH su organismo recibirá inmunidad, pero posibilitando que vuelva a aparecer
una infección con una variedad del virus totalmente diferente.

¿Qué son las Verrugas Genitales?


La diferencia entre las verrugas genitales y las verrugas comunes es que las
verrugas genitales sólo aparecen en el área de los genitales: dentro y alrededor de
la vagina, del cuello uterino, de la vulva, del ano, del pene y del escroto. Además,
las verrugas genitales se esparcen con mucha facilidad mediante el contacto
sexual directo; y a través del sexo vaginal, anal u oral.

Las verrugas genitales tienen la apariencia de coliflores. Los síntomas que


denotan la presencia de estas verrugas usualmente no incluyen ningún tipo de
quemazón o picazón. De hecho, las verrugas genitales normalmente no son
dolorosas, y su apariencia es de color carne. Las mismas pueden ser blandas y
suaves al tacto. No obstante, algunas verrugas genitales pueden llegar a ser
pequeñas, lo que hará que usted no se dé cuante de que las tiene.

Algunas variantes del virus del VPH han sido asociadas con el desarrollo de
cáncer cervical. Aquellas variedades causantes de verrugas genitales no están
asociadas con el cáncer cervical y no son la causa de otros problemas de salud,
más allá del desarrollo de las propias verrugas genitales.

VPH Y Embarazo
Las mujeres embarazadas que tienen verrugas genitales usualmente descubren
que los síntomas de sus verrugas genitales empeoran durante el embarazo. Ésto
se debe a que el sistema inmune es naturalmente suprimido durante ese tiempo,
dejándolas más vulnerables ante la posibilidad de contraer diferentes virus o
infecciones. Como consecuencia de ello, usted podría descubrir que sus verrugas
cada vez crecen y se alargan más, y con mayor celeridad.

Tratamiento para el VPH


A pesar de que no existe una cura para las verrugas genitales, es posible tratarlas
y extirparlas, aunque las mismas podrían volver a desarrollarse nuevamente. El
tratamiento para las verrugas genitales puede incluir:

 Uso de Ácido Tricloroacético (ATA).


 Uso de Ácido Bicloroacético (ABA).
 Uso de Crioterapia.
 Uso de Electrocauterización.

Todos estos tratamientos pueden llevarse a cabo en el consultorio de su doctor.


No obstante, si una amplia área de su anatomía estuviera infectada con verrugas
genitales, lo más recomendable sería que se sometiera a una cirugía con láser.
Esta clase de tratamiento requerirá el uso de anestesia o de una inyección
epidural.

Por otro lado, existen dos tipos de verrugas genitales, para las cuales están
disponibles una serie de tratamientos que podrían realizarse en su propio hogar.
Tanto el podofilox como el imiquimod son cremas de uso tópico que pueden ser
aplicadas sobre las verrugas genitales externas. El Podofilox también puede
adquirirse en forma de gel; actúa destruyendo el tejido verrugoso, y requiere 4
semanas de uso consecutivo para poder lograr los resultados esperados. No
obstante, esta medicación tópica no es demasiado recomendada en el caso de las
mujeres embarazadas; ya que las substancias químicas presentes en la crema o
en el gel podrían ser absorbidas por su piel -y posiblemente- podrían provocar
daños en el bebé, o causar que el mismo/a nazca con defectos de nacimiento.

El Imiquimod, por otra parte, realmente actúa reforzando su sistema inmune y


ayudando a que su organismo pueda luchar contra el virus del VPH. Es
verdaderamente importante tener en cuenta que, tanto el podofilox como el
imiquimod son medicaciones que se venden bajo prescripción médica. Los
medicamentos comunes, que pueden adquirirse sin receta médica nunca deberían
ser usados en el área de los genitales.

El Lomatrex es otro tratamiento sumamente efectivo en lo que respecta a tratar las


verrugas vaginales. El Lomatrex es un medicamento 100% natural, muy eficaz
para tratar las verrugas genitales. El mismo le ofrecerá un rápido alivio a las
molestias provocadas por las verrugas vaginales, y posee muy pocos efectos
colaterales.

Algunas mujeres deberían tratar de evitar someterse a cualquier clase de


tratamiento contra el VPH durante sus embarazos. Dado que las verrugas
genitales usualmente vuelven a aparecer durante el transcurso del embarazo;
muchas mujeres descubrirán que es más fácil esperar hasta que hayan dado a luz
a sus bebés para comenzar a tratarlas adecuadamente. Lo más recomendable
sería que discutiera con su doctor de cabecera las ventajas y las desventajas de
someterse a alguna clase de tratamiento para aliviar o curar momentáneamente
las verrugas genitales durante su embarazo.

Las Verrugas Genitales y el Embarazo


La mayor parte de las mujeres embarazadas con antecedentes de padecer VPH y
verrugas genitales podrán disfrutar tranquilamente de embarazos sumamente
saludables y partos sin ninguna clase de complicaciones. No obstante, el VPH
podría ser transmitido tanto antes -y posiblemente- durante el momento del parto,
en el caso de las mujeres que sufrieran un caso activo de verrugas genitales.
Además, las verrugas genitales podrían dificultar la capacidad femenina de dar a
luz a sus bebés por vía vaginal.
No es para nada inusual que las mujeres embarazadas tengan verrugas genitales
tan largas que lleguen a bloquear el canal de parto, imposibilitando dar a luz a sus
bebés por vía vaginal. También existe el riesgo de que las verrugas puedan
comenzar a sangrar a medida que el bebé vaya pasando por el canal de parto. En
algunos casos, podría llegar a ser necesario que una mujer se sometiera a
una cesárea, si las verrugas llegaran a bloquear completamente el canal de parto,
como también si corriera riesgo excesivo de padecer una hemorragia masiva
durante el parto. El hecho de someterse a una cesárea no ha demostrado una
reducción en el riesgo de transmitirle el virus del VPH a su bebé, tampoco.

El VPH y los Niños


Si su hijo/a se infectara con el virus del VPH, podría llegar a desarrollar verrugas
en sus genitales o en su garganta (condición médica conocida como papilomatosis
laríngea). A pesar de que es raro que un niño/a desarrolle verrugas en su
garganta, se podría requerir el uso de la cirugía con láser para poder extirpar
dichas verrugas, y para que las mismas no obstruyeran la respiración del niño/a en
cuestión. Los síntomas característicos de las verrugas genitales en los niños
pueden llegar a permanecer inactivos hasta un plazo de tres años posteriores a su
nacimiento.

La Sífilis y el Embarazo

A pesar de ser una enfermedad de transmisión sexual bastante simple de curar, la


sífilis puede llegar a causar serios problemas de salud, tanto en la mamá como en
el bebé si la misma no llegara a tratarse adecuadamente y en el momento preciso.
Si usted estuviera embarazada e infectada con sífilis, debería averiguar qué es lo
que debería hacer para protegerse y para proteger a su bebé.

¿Qué es la Sífilis?
La sífilis es una infección bacteriana, que generalmente se contrae a través de
relaciones sexuales o a través de contacto cercano e íntimo. La Treponoma
pallidum es la bacteria causante del desarrollo de la sífilis. Más de 6.000 casos de
sífilis son reportados en los Estados Unidos año tras año. El desarrollo de la
sífilis se lleva a cabo en tres etapas. La sífilis primaria está caracterizada por una
irritación abierta, conocida con el nombre de chancro sifilítico, el cual puede
aparecer en la parte interna o externa de su cuerpo, típicamente en la zona de sus
genitales. Si la misma no recibiera un adecuado tratamiento, la enfermedad podría
progresar hasta llegar a la sífilis secundaria y terminar en la sífilis terciaria. Es así
que podría experimentar algunos de los síntomas propios de la sífilis, entre los que
se incluyen: fiebre, dolor de garganta, prurito, pérdida de cabello o alopecia, e
inflamación glandular. En esta etapa final; la sífilis podría causar demencia,
ceguera o dañar seriamente el sistema nervioso.

Sífilis y Embarazo
La sífilis es una enfermedad extremadamente peligrosa para un bebé que aún no
haya nacido. La misma puede ser transmitida a su bebé a travéz del canal de
parto (canal vaginal) y, posiblemente si tuviera qe someterse a una cesárea;
aunque una cesárea podría reducir el riesgo de transmisión de esta enfermedad.
La misma también podría ser transferida a su bebé durante el transcurso de su
embarazo.

La sífilis que es transmitida al feto durante el embarazo es conocida como sífilis


congénita. Más de 500.000 casos de sífilis congénita ocurren cada año en todo el
mundo. Por otro lado, unos 500.000 fetos infectados con sífilis son abortados o
nacen muertos cada año. Si usted estuviera embarazada e infectada con sífilis, su
bebé podría contraer la enfermedad a través de la placenta, ya que éste es el
órgano encargado de alimentarlo. Es verdaderamente importante que se someta a
todos los exámenes médicos necesarios para detectar la presencia o no de sífilis
durante las primeras etapas de su embarazo, a fin de evitar contagiar a su bebé
con esta enfermedad tan peligrosa.

Síntomas de la Sífilis Congénita


La sífilis congénita puede llegar a presentar varios síntomas de extrema gravedad,
pero éstos podrían no hacerse notar inmediatamente. Los bebés que nacen
padeciendo sífilis congénita podrían no llegar a presentar ninguna clase de
síntomas hasta cumplir los ochos meses de vida. Los bebés infectados con la
bacteria de la sífilis -por lo general- experimentan erupcionescutáneas, o
pequeñas áreas irritadas y adoloridas en su cuerpo. Si su bebé estuviera infectado
-probablemente- el aspecto de su piel sería amarillento (ictericia), su naricita
sangraría con mucha frecuencia, sus brazos y sus piernas estarían inflamados, y
presentaría puntos o manchas pegajosas en su boquita. Su bebé también podría
tener un llanto muy débil o parecido al relincho de un caballo. Los bebés
infectados con esta enfermedad también podrían llegar a padecer anemia o
contraer neumonía durante los primeros años de su vida.

Si su bebé no fuera tratado adecuadamente para curar su sífilis; la falta de


tratamiento podría acarrearle problemas físicos realmente muy graves. La sífilis
crónica podría causar daños serios en el sistema óseo de su bebé, en sus dientes,
en su visión, en sus oídos, y en su desarrollo mental. Su bebé podría sufrir
apoplejías, experimentar retraso mental o crecimiento físico deficiente. El 12% de
los bebés recién nacidos infectados con sífilis congénita, eventualmente mueren a
causa de esta enfermedad.

Análisis y Tratamiento
Si usted estuviera embarazada, sería muy importante que se sometiera a un
análisis para detectar si está infectada con sífilis. Para ello, simplemente se le
extraerá una muestra de sangre, necesaria para verificar la presencia de la
bacteria causante de esta enfermedad. Si su análisis arrojara un resultado positivo
en cuanto a la presencia de la bacteria causante de sífilis, debería someterse a un
tratamiento adecuado para curar esta enfermedad antes de llegar a la semana 16
de su embarazo; y así podría evitar que dicha enfermedad fuera contraída por su
bebé. Más del 98% de los bebés no contraerán la bacteria causante de la sífilis si
sus mamás se someten a los adecuados tratamientos antes de llegar al cuarto
mes de embarazo. Si usted estuviera atravezando las primeras etapas de esta
enfermedad, su bebé correría mayor riesgo de contraer sífilis congénita. El 50% de
los embarazos de las mujeres son afectados durante estas primeras etapas. Un
tratamiento a tiempo es la mejor opción tanto para usted como para su bebé.

El tratamiento es bastante sencillo si se realiza antes de que la futura mamá llegue


al cuarto mes del embarazo. Una simple inyección de penicilina podrá evitar que el
bebé pueda llegar a infectarse. Si fuera alérgica a la penicilina, su doctor podría
recetarle ciertos antibióticos. Si se sometiera a un tratamiento después del cuarto
mes de embarazo, el mismo no surtiría los resultados esperados. Entre el 40% y el
70% de las mujeres que se hubieran sometido a un tratamiento tardíamente, o que
no hubieran tratado médicamente su sífilis, darán a luz bebés que padecerán sífilis
congénita. Luego del parto, si el análisis que se le practicara a su bebé para
detectar si el mismo/a padece sífilis arrojara un resultado positivo, su doctor de
cabecera le recetaría inyecciones de penicilina para matar la bacteria. Recuerde
que tanto usted como su bebé deberán realizarse repetidos análisis para detectar
la presencia de sífilis, a fin de verificar si el tratamiento al que se han sometido ha
dado resultado y ha logrado erradicar dicha enfermedad.

VIH y Embarazo

Las mujeres infectadas con VIH corren el riesgo de transmitirles la infección a sus bebés.
Aproximadamente el 25% de todos los bebés nacidos de mujeres embarazadas VIH-
positivasestán infectados con este virus. Aquí encontrará lo que necesita saber acerca del
VIH y el embarazo.

¿Qué el el VIH?
El virus de inmunodeficiencia humana, o VIH, es una enfermedad de transmisión sexual
(ETS). La misma es una infección viral que puede transmitirse o contagiarse a través de
sexo vaginal o anal sin protección, mantenido con alguna persona que esté infectada con
este virus. El mismo también puede contagiarse a través de jeringas usadas por más de una
persona (las más comunes son aquellas usadas por las personas que se inyectan drogas
ilícitas, pero también puede ser transmitido por medio de las agujas utilizadas para realizar
tatús o piercings); además de poder contagiarse a través de la leche materna, o mediante el
contacto con la sangre de personas infectadas con esta enfermedad.

Una vez que esté infectada con este virus, el mismo comenzará a atacar su sistema inmune.
A pesar de que podría sentirse sana y saludable y no dejar entrever ninguno de los síntomas
de la presencia de VIH, el interior de su sistema inmune se estaría deteriorando muy
lentamente. El tratamiento para el VIH incluye el uso de drogas antivirales, las cuales
pueden ayudar a minimizar el daño causado en su sistema inmune y, a su vez, pueden
lograr mantenerla sana por más tiempo. No obstante, muchas personas infectadas con VIH
llegan a desarrollar SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). A pesar de que el
uso de medicamentos pueden ayudar a prolongar su vida por varios años, una vez que haya
contraído SIDA, la infección ha demostrado ser fatal.

Síntomas del VIH


A diferencia de muchas otras ETSs. que cuentan con signos y síntomas distintivos; muchas
personas que están infectadas con VIH no llegan a darse cuenta de ello, debido a la falta de
síntomas que dejen entrever la presencia de esta enfermedad. Se ha estimado que una de
cada tres personas están infectadas con VIH, y probablemente no se hayan dado cuenta de
ello.

Si llegara a surgir algún síntoma que dejara entrever la presencia de VIH, podría ser
fácilmente confundido con los síntomas propios de la gripe. Los primeros síntomas de VIH
tienden a incluir: dolores musculares, fiebre baja, dolores de cabeza o jaquecas, fatiga, e
inflamación glandular. Estos síntomas pueden llegar a durar desde una semana hasta un
mes. Por otro lado, el virus podría permanecer inactivo en su sistema durante una gran
cantidad de años.

El VIH y el Embarazo
Existen un gran número de pasos que debería seguir para evitar transmitir la infección del
VIH a su bebé si estuviera embarazada. El hecho de consumir o utilizar drogas antivirales,
de someterse a una cesárea y de no amamantar a su bebé podría disminuir el riesgo de que
su hijo/a contrajera el virus, hasta llegar a un porcentaje menor a un 2%.

Los Medicamentos para el VIH Durante el Embarazo


Si en la actualidad estuviera consumiendo medicamentos para el VIH que la ayudaran a
controlar la infección, debería discutir con su doctor si es necesario cambiar el régimen de
drogas, teniendo en cuenta que está embarazada. Las mujeres que actualmente no están
consumiendo ninguna clase de medicación para el VIH también deberían discutir con el
profesional médico que las estuviera atendiendo los riesgos y los beneficios de comenzar
un tratamiento que podría ayudar a protegerlas tanto a ellas como a sus futuros bebés.
Ciertos medicamentos especialmente desarrollados para tratar el VIH no deberían ser
usados durante el transcurso de su embarazo, ya que han demostrado ser los cuasantes de
defectos de nacimiento. Entre ellos se incluyen:

 Efavirenz (Sustiva).
 Stavudine (Zerit).
 Amprenavir (Agenerase), en suspensión oral.
 Hydroxyurea.

Aún no se han analizado otras medicaciones ni se ha probado que las mismas son seguras e
inocuas para ser consumidas durante el embarazo. Lo más recomendable sería que hablara
con su doctor de cabecera acerca de los pro y los contra de cada una de las medicaciones
desarrolladas para tratar el VIH.
Un tratamiento para el VIH que es altamente recomendable para todas las mujeres, es el
ZDV (también conocido como zidovudine o AZT). El hecho de someterse a una terapia con
ZDV durante el embarazo ha demostrado tener una efectividad cercana al 70% en lo que
respecta a eliminar los riesgos de transmisión del VIH entre la mamá y su bebé. Éste es un
tratamiemto pre-parto que debería ser iniciado entre la semana 14ta. y la semana 34va. de
su embarazo.

Durante el embarazo, a las mujeres se les aconseja tomar 100mgs. de ZDV cinco veces al
día, 200mgs. tres veces al día, o 300mgs. dos veces al día. El ZDV debería ser administrado
por vía intravenosa en el momento del parto y del alumbramiento. Si tuviera que someterse
a una cesárea, el tratamiento debería comenzar tres horas previas a la cirugía. Luego de
haber dado a luz a su bebé, el mismo/a también necesitará consumir dosis líquidas de ZDV
de manera regular, cada seis horas durante las primeras seis semanas luego de su
nacimiento.

Parto y Nacimiento
Las mujeres VIH-positivas deberían someterse a una cesárea en la semana 38ava. de su
embarazo, o podrían dar a luz a su bebé por vía vaginal. Lo que decida dependerá de sus
circunstancias particulares.

Una cesárea sería recomendable para aquellas mujeres en las que su carga viral aún fuera
desconocida en la semana 36va. de su embarazo, o para aquellas que tuvieran más de 1000
bacilos/mL; para las que no consumieran drogas antivirales, para las que sólo tomaran ZDV
durante sus embarazos; o para las que no hubieran recibido ninguna clase de cuidado
prenatal anterior a la semana 36ava. de su gestación. A pesar de que las cesáreas
disminuyen el riesgo de que la mamá le transmita el virus a su bebé, la misma es
considerada como una cirugía mayor, y conlleva algunos riegos asociados.

Una mujer infectada con VIH debería considerar el hecho de tener un parto vaginal si su
carga viral fuera inferior a 1000 bacilos/mL, si estuviera consumiendo ZDV acompañado o
sin ser acompañado por otras medicaciones para tratar el VIH o si hubiera recibido los
cuidados prenatales necesarios durante el transcurso de su embarazo. El riesgo de
transmisión del virus del VIH de madre a hijo/a es mayor cuando la mujer decide dar a luz
a su bebé mediante parto vaginal. Además, sería una muy buena idea evitar el uso de
instrumentos quirúrgicos para el parto natural, ya que los mismos podrían pinchar la piel de
su bebé recién nacido; logrando de esta manera minimizar la mezcla de su sangre con la de
su bebé tanto como fuera posible.
Nuevos estudios científicos han sugerido que la transmisión del VIH de la madre al bebé
podría ocurrir como resultado de pequeñas pérdidas o filtraciones en la placenta cuando la
mujer parturienta estuviera experimentando contracciones propias del trabajo de parto.
Estos hallazgos son consistentes con el hecho de que las mujeres tienden a no transmitirles
el virus a sus bebés si se someten a una cesárea- antes de comenzar con su trabajo de parto;
aunque las mujeres que deban someterse a una cesárea de emergencia luego de haber
comenzado con las contracciones del trabajo de parto, sí podrían transmitirle el virus a su
bebé. Como consecuencia de ello, a las mujeres infectadas con VIH se les debería
recomendar el uso de drogas antivirales antes de comenzar con el trabajo de parto.

Análisis para el VIH


Poco tiempo después de que su bebé nazca, al mismo/a se lo someterá a una serie de
análisis para detectar si es portador o si está infectado con el virus del VIH. Luego deberá
comenzar con el tratamiento con ZDV. Aproximadamente 6 semanas posteriores a su
nacimiento, cuando el tratamiento con ZDV haya finalizado, deberá someterse nuevamente
a más análisis médicos para saber si está infectada/o si el virus del VIH está presente en su
organismo. A diferencia de los exámenes médicos para el VIH a los que deben someterse
los adultos, los cuales se encargan de medir el número de anticuerpos del VIH presentes en
su sistema; la sangre de su bebé recién nacido será analizada para detectar si contiene
vestigios de este virus. Ésto se debe a que los niños reciben sus anticuerpos a través de sus
mamás. Como consecuencia de ello, si sometiera a su bebé recién nacido a una serie de
exámenes médicos para analizar los anticuerpos del VIH siempre arrojaría un resultado
positivo, a pesar de que el niño/a podría no estar afectado con dicho virus.

A su bebé se le debería realizar un conteo completo de glóbulos y plaquetas, el cual mediría


tanto sus glóbulos rojos como sus glóbulos blancos, sus plaquetas, sus hematocritos y su
nivel de hemoglobina. Un nivel anormal de alguno de estos componentes podría indicar la
presencia de algún problema. Su bebé también debería ser monitoreado para detectar si
padece anemia, ya que éste es uno de los efectos secundarios más comunes del tratamiento
de ZDV de seis semanas.

Luego del Nacimiento


Durante el período postparto, debería cambiar su régimen de medicamentos o dejar de
tomar medicación antiviral, todo al mismo tiempo. Lo más recomendable sería que
discutiera este tema con su doctor antes de proceder a cambiar o a dejar de consumir su
medicación. Debido a que el VIH puede ser transmitido a través de la leche materna; a las
recientes mamás se les acoseja alimentar a sus bebés con leche de fórmula en lugar de
amamantarlos.

Entre la cuarta y la sexta semana posteriores al nacimiento, su bebé debería comenzar a


recibir el tratamiento para prevenir la neumonía, conocido como P. carinii/jiroveci (PCP).
La PCP es una infección muy grave que provoca que los pulmones se llenen de líquido, y a
su vez, es considerada una enfermedad propia de las personas que padecen de SIDA. Si su
bebé desarrollara PCP, sería diagnosticado con SIDA. El tratamiemto para la PCP podría
ser discontinuado una vez que el análisis de VIH de seis semanas de su bebé demostrara
que el mismo/a está libre del virus. Si su bebé fuera VIH-positivo, el tratamiento para la
PCP, así como también para el VIH/SIDA deberían ser continuados de por vida.

Puede mi Bebé Contagiarse el Virus del Papiloma Humano?

El VPH, el Virus del Papiloma Humano, es tan común que existen muchas mujeres
embarazadas que padecen esta enfermedad. En la mayor parte de los casos, el
VPH no causa efectos sobre el feto en desarrollo y frecuentemente tampoco
produce ninguna clase de impacto sobre el cuidado prenatal. Aún así, usted
debería dejarle saber a su doctor de cabecera que desea someterse a algún
exámen médico para saber si padece VPH o no.

¿Investigación de Antecedentes Médicos?

Las mujeres que se someten regularmente a un test de Papanicolau podrían


considerarse examinadas y seguras de no padecer esta enfermedad, debido a que
cualquier resultado anormal arrojado habría alertado a su doctor, y éste/a la habría
sometido a diferentes exámenes médicos para asegurarse de que no padece
VPH. Los test de Papanicolau también son llevados a cabo durante la primera
visita médica prenatal, es por ello que a menos que su doctor encontrara algo
fuera de lo común en los resultados arrojados por los exámenes médicos a los que
fue sometida y que le sugiriera que se sometiera a exámenes médicos más
exhaustivos, usted podrá asumir que no padece VPH.

Para saber si padece VPH se deberá someter a un análisis en el cual se tomará


una muestra de células procedentes de su cuello uterino, las que luego serán
analizadas para comprobar si padecen alto riesgo de desarrollar VPH, el cual está
asociado con el cáncer. En algunas ocasiones, el doctor decidirá realizar una
colposcopía utilizando un dispositivo que posee una pequeña luz en el extremo
para poder examinar si en el tejido de su cuello uterino se han producido cambios
anormales.

Cualquier mujer que posea antecedentes de haber padecido verrugas vaginales,


Papnicolaus anormales, u otra clase de problemas debería dejárselo saber a su
doctor para que éste/a pueda examinarla y controlarla durante la fase más veloz
en que se tranforman las células, la cual ocurre durante el embarazo. Dicho
control es más valioso aún para las mujeres que corren alto riesgo de desarrollar
VPH asociado con cáncer de cuello uterino.

Los Riesgos Son Bajos

Hasta la fecha, no se ha descubierto ninguna relación entre el VPH y los abortos


espontáneos, los partos prematuros, u otras complicaciones relacionadas con el
embarazo; y el riesgo de transmitirle el virus a su bebé es bastante bajo.

Los cambios en el tejido ocurren durante el embarazo, es por ello que los doctores
tratarán de posponer el tratamiento debido a que éste podría provocar un trabajo
de parto prematuro.

Si una mujer embarazada tiene verrugas vaginales - un síntoma del VPH - su


doctor controlará su crecimiento, dado que los cambios hormonales ocurridos
durante el embarazo podrían causar que dichas verrugas crecieran o que se
multiplicaran. A veces, las mismas podrían llegar a sangrar. Una vez más, le
recordamos que el tratamiento será pospuesto hasta el nacimiento del bebé,
siendo la única excepción el crecimiento desmedido de las verrugas, el cual podría
bloquear el canal de parto. Las verrugas genitales pueden ser extraídas mediante
cirugía, sometiéndose a un tratamiento a base de químicos, o usando un aparato
que emite destellos de corriente eléctrica indolora.

A pesar de que el riesgo es muy leve, si los bebés se infectaran con el VPH, en la
mayor parte de los casos, sus cuerpecitos erradicarían el virus por sí mismos. En
algunos casos sumamente raros, algún bebé podría desarrollar verrugas en la
garganta. A esta condición se la conoce con el nombre de: papilomatosis
respiratoria; siendo la misma muy grave y teniendo que ser tratada
frecuentemente con cirugías con láser para evitar que las verrugas bloqueen las
vías respiratorias del bebé.
Los doctores no están de acuerdo con el hecho de practicar una Cesárea como un
medio para prevenir la transmisión del VPH al bebé recién nacido. La controversia
proviene del hecho de que el riesgo de transmisión es bajo e incluso si ocurriera
dicha transmisión, el sistema del bebé se encargaría de erradicar el virus por sí
mismo la mayor parte de las veces. El Colegio Norteamericano de Obstetras y
Ginecólogos estima que el riesgo que entraña una cirugía no compensa ningún
beneficio.

Las enfermedades de transmisión sexual antes, durante y después del embarazo ocasionan
serios daños en la gestante y en el bebé  cuando no son tratadas a tiempo.

En realidad las consecuencias para las mujeres embarazadas como para quienes no lo están
suelen ser las mismas, aunque en el embarazo el futuro bebé resulte aún más perjudicado.

Daños para el feto

 El bebé es extraído sin vida


 El bebé está por debajo del peso normal
 Es propenso a desarrollar las siguientes enfermedades: hepatitis aguda, neumonía,
ceguera, sordera, meningitis, cirrosis, meningitis y daño neurológico.
 Problemas en los huesos y en el cerebro

Por otro lado, la madre le contagia a su hijo enfermedades como la sífilis, la gonorrea o el VIH
través de la placenta, en este último caso llega a transmitirse al bebé a través de la lactancia.  
 
La  hepatitis B y  el herpes genital también se transmiten hacía el  bebé al momento del parto

Daños en la madre

 Parto prematuro  por la ruptura de membranas  e infección uterina


 Cáncer uterino u otra clase de cáncer
 Hepatitis crónica
 Enfermedades inflamatorias en la pelvis
 Infertilidad debido al mal funcionamiento del órgano reproductivo: inflamación en las
trompas de Falopio (evita la unión entre óvulo y espermatozoide)  e hinchazón en el
cuello del útero.

También podría gustarte