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AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

QUEJOSO: ***************

VISTO BUENO
MINISTRO
PONENTE: MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA
COTEJÓ
SECRETARIO: JOSÉ ALBERTO MOSQUEDA VELÁZQUEZ.

México, Distrito Federal. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación, en sesión correspondiente al siete de octubre de dos mil
quince, emite la siguiente:

SENTENCIA

Mediante la cual se resuelve el amparo en revisión 588/2015, interpuesto


por ***********(en lo sucesivo, el sentenciado o quejoso), por propio
derecho, en contra de la sentencia dictada el quince de julio de dos mil
catorce, por el Magistrado del Tribunal Unitario del Decimocuarto Circuito,
al resolver el juicio de amparo indirecto ****.

El problema jurídico a resolver consiste en analizar la constitucionalidad de


los artículos 43 y 44 de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada,
ello, a la luz de los principios de igualdad y reinserción social.

I. ANTECEDENTES DEL CASO

1. En la sentencia de amparo recurrida, el tribunal unitario de circuito realizó el


análisis de constitucionalidad de los citados artículos de la Ley Federal
contra la Delincuencia Organizada.

2. El anterior estudio constitucional devino del hecho de que *************** ha


estado compurgando la pena de diez años de prisión, al haber sido
sentenciado por el delito de delincuencia organizada, previsto y sancionado
en el artículo 2°, fracción I, en relación con el 4°, fracción I, inciso b, de la
Ley Federal contra la Delincuencia Organizada1.

1
Sentencia de amparo indirecto, página 72.
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

3. En ese contexto, el sentenciado promovió, ante el juez penal del conocimiento,


incidente no especificado para solicitar el beneficio de remisión parcial de la
pena; lo que le fue negado. Por ello, aquel interpuso recurso de apelación;
mas el tribunal de alzada confirmó la interlocutoria de primera instancia.
Esta última resolución fue impugnada a su vez por el sentenciado
incidentista en amparo indirecto, siendo así que de manera paralela hizo
valer, como actos reclamados, los artículos 43 y 44 de la Ley Federal contra
la Delincuencia Organizada, que prohíben la concesión de dicho beneficio2.

II. TRÁMITE DEL JUICIO DE AMPARO

4. Demanda, trámite y sentencia de amparo directo. Por escrito presentado el


dieciséis de enero de dos mil catorce, el sentenciado incidentista solicitó,
por propio derecho, el amparo y protección de la Justicia Federal 3, entre
otros actos, contra la resolución de doce de diciembre de dos mil trece,
dictada por el Tribunal Unitario de Circuito del Centro Auxiliar de la Séptima
Región, con residencia en Acapulco Guerrero, en el cuaderno auxiliar ******,
derivado del toca penal *****, correspondiente al Tribunal Unitario del
Vigésimo Séptimo Circuito, con residencia en Cancún, Quintana Roo;
resolución que confirmó la interlocutoria de dieciocho de junio de dos mil
trece, dictada por el Juez Cuarto de Distrito de Quintana Roo, con
residencia en Cancún, en la causa penal *****; ello, en el incidente en que le
fue negado el beneficio de la remisión parcial de la pena de prisión;
asimismo, se destacaron como actos reclamados, la inconstitucionalidad de
los artículos 43 y 44 de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada4:

Artículo 43.- Los sentenciados por los delitos a que se refiere la presente Ley
no tendrán derecho a los beneficios de la libertad preparatoria o de la condena
condicional, salvo que se trate de quienes colaboren con la autoridad en la
investigación y persecución de otros miembros de la delincuencia organizada.

Artículo 44.- La misma regla se aplicará en relación al tratamiento


preliberacional y la remisión parcial de la pena a que se refiere la ley que
establece las normas sobre ejecución de penas y medidas de seguridad.

2
Ibídem., páginas 1 a 7.
3
Cuaderno de amparo indirecto, folio 1 a 30.
4
Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación, el 7 de noviembre de 1996.

2
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5. Por auto de diecisiete de enero de dos mil catorce, el Magistrado del


Tribunal Unitario del Decimocuarto Circuito, con residencia en Mérida,
Yucatán, admitió la demanda bajo el registro de amparo indirecto ******, y
tramitado el juicio, mediante sentencia de quince de julio de dos mil catorce,
resolvió negar el amparo5.

6. Recurso de revisión. Mediante escrito presentado el treinta y uno de julio


de dos mil catorce, el quejoso interpuso recurso de revisión, por lo que en
auto dictado el cuatro de agosto de dos mil catorce, el A quo ordenó remitir
el recurso de revisión y el juicio de amparo al Tribunal Colegiado en
Materias Penal y Administrativa del Decimocuarto Circuito6.

7. En sesión de veintidós de abril de dos mil quince, el Segundo Tribunal


Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Octava Región, con
residencia en Mérida Yucatán, bajo el cuaderno auxiliar ******, en auxilio del
Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del Decimocuarto
Circuito, de la misma sede, bajo el amparo en revisión ******, reservó la
competencia originaria a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación,
respecto al estudio de la inconstitucionalidad de los artículos 43 y 44 de la
Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, por lo que ordenó la
remisión de los autos respectivos y el recurso de revisión7.

8. Trámite ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Por auto de


catorce de mayo de dos mil quince, el Presidente de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación admitió el anterior recurso bajo el registro del amparo
en revisión 588/2015, por lo que ordenó el envío de los autos a la Ponencia
del Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, integrante de la Primera Sala.
Luego, en acuerdo de once de junio de dos mil quince, se avocó al
conocimiento del asunto8.

5
Ibídem, folio 31 y 32, 146 a 220.
6
Ibídem, folio 251 a 278.
7
Amparo en revisión del tribunal colegiado de circuito, folio 145 a 158.
8
Amparo en revisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, folio 33 a 35, 68.

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III. COMPETENCIA

9. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es


competente para conocer del presente recurso de revisión, de conformidad
con los artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos; 83 de la Ley de Amparo; y 10, fracción II,
inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; así como
en el punto segundo, fracción III, y tercero, del Acuerdo General 5/2013 del
Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación. Lo anterior, porque
el recurso se interpone en contra de una sentencia dictada en primera
instancia de un juicio de amparo indirecto, en que se impugnó la
inconstitucionalidad de preceptos de una ley federal, cuya materia de
revisión por especialidad corresponde a esta Primera Sala.

10. Cabe destacar que el presente asunto se rige por la Ley de Amparo
publicada en el Diario Oficial de la Federación el dos de abril de dos mil
trece, con entrada en vigor el día siguiente; ello, porque la demanda de
amparo fue presentada después de esa fecha; así, en términos del artículo
Tercero Transitorio del Decreto de reforma, el ordenamiento aplicable es la
ley vigente9.

IV. OPORTUNIDAD

11. Conviene mencionar que no será necesario analizar la oportunidad con la


que fue interpuesto el recurso de revisión, en virtud que de ello ya se ocupó
el tribunal colegiado de circuito que previno en el conocimiento del asunto,
al concluir que fue presentado oportunamente en la propia sesión que
reservó competencia para conocer la establecida materia a que se delimita
la presente revisión.

9
Por lo tanto, las subsecuentes alusiones que se hagan se deben entender referidas a esa
legislación y no a la abrogada.

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V. LEGITIMACIÓN

12. El quejoso está legitimado para interponer el presente recurso de revisión,


pues en el juicio de amparo indirecto se le reconoció tal calidad; por
consiguiente, la decisión adoptada en la sentencia recurrida sí le puede
afectar directamente.

VI. ELEMENTOS NECESARIOS PARA RESOLVER

13. A fin resolver la cuestión propiamente constitucional que ha sido sometida


ante este Alto Tribunal, se reseñan los conceptos de violación hechos valer
por el quejoso, la sentencia de amparo, así como los agravios del recurrente
contra la misma; todo ello, en la parte conducente a que se delimita la
materia de la presente revisión.

14. Conceptos de violación. El demandante de amparo expuso como


argumentos contra la resolución reclamada, los sintetizados en el orden
siguiente:

a) Reclama el Decreto de la Ley Federal Contra la Delincuencia


Organizada, publicado en el Diario Oficial de la Federación el jueves
siete de noviembre de mil novecientos noventa y seis, cuyo contenido
se tilda de inconstitucional en sus artículos 43 y 44 del propio
ordenamiento; lo anterior, al aducirse que violan el artículo 18, párrafo
segundo, de la Constitución al negarse la concesión del beneficio de
la remisión parcial de la pena frente al principio de reinserción social.

b) Los preceptos tildados de inconstitucionales son contradictorios a su


vez con lo previsto en el artículo 16 de la Ley que establece las
Normas Mínimas sobre Readaptación Social de Sentenciados; los
que también contaría el artículo 18 de la Constitución.

c) Además, se vulneró el artículo 1º de la Constitución y el principio de


igualdad contenido en el mismo.

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15. Sentencia de Amparo. El tribunal unitario del conocimiento resolvió, en


esencia, conforme a las siguientes consideraciones:

a) En primer término, procedió a analizar los artículos 43 y 44 que se


tildaron de inconstitucionales. Al respecto, siguió el criterio
establecido por la primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación al resolver el amparo en revisión 6/2013, en que se
declaró la constitucionalidad de tales preceptos impugnados10.

b) Agregó que de acuerdo a la reforma constitucional en materia de


derechos humanos de diez de junio de dos mil once, las
obligaciones del Estado Mexicano se refieren no solo a garantizar el
ejercicio de los derechos enumerados en la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, sino también los contenidos en los
tratados internacionales ratificados por México.

c) Bajo las premisas anteriores, el tribunal de amparo determinó la


constitucionalidad de los artículos impugnados y negó el amparo
solicitado por el quejoso.

16. Agravios. El quejoso recurrente reiteró sus motivos de inconformidad:

a) Al respecto, se adujo que los artículos 43 y 44 de la Ley Federal


contra la Delincuencia Organizada contravenían el artículo 18 de la
Constitución, porque se debe tomar en cuenta que el quejoso cumple
con los requisitos para que se le otorgue el beneficio de remisión
parcial de la pena, para su reinserción social. Por ello, no se debió de
aplicar la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada.

b) El tribunal responsable y el tribunal de amparo no aplicaron,


respectivamente, el control de legalidad, así como constitucionalidad
y convencionalidad, ni observaron el principio de exhaustividad, ya
que no analizaron todos los conceptos de violación del quejoso.
VII. PROCEDENCIA DEL RECURSO
10
Amparo en revisión 6/2013, resuelto en sesión de diez de abril de dos mil trece, bajo la ponencia
del Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Secretario José Alberto Mosqueda Velázquez.

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17. Es procedente el estudio del presente recurso ante este Alto Tribunal, en
virtud que fue interpuesto contra una sentencia dictada en un juicio de
amparo indirecto, en que se tildaron de inconstitucionales los artículos 43 y
44 de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada. Por lo cual, se
surten los extremos de los artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 83 de la Ley de
Amparo, así como en el punto segundo, fracción III, y tercero, del Acuerdo
General 5/2013 del Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación.

VIII. ESTUDIO DE FONDO CONSTITUCIONAL

18. Esta Primera Sala estima que los agravios hechos valer por el quejoso
recurrente son infundados.

19. Al respecto, resulta necesario delimitar la litis constitucional de la presente


revisión, que se ciñe a la aducida inconstitucionalidad de los artículos 43 y
44 de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada11:

Artículo 43.- Los sentenciados por los delitos a que se refiere la presente Ley
no tendrán derecho a los beneficios de la libertad preparatoria o de la condena
condicional, salvo que se trate de quienes colaboren con la autoridad en la
investigación y persecución de otros miembros de la delincuencia organizada.

Artículo 44.- La misma regla se aplicará en relación al tratamiento


preliberacional y la remisión parcial de la pena a que se refiere la ley que
establece las normas sobre ejecución de penas y medidas de seguridad.

20. En primer término, se analizan los motivos de inconformidad del quejoso


recurrente contra la sentencia en revisión, en que se declaró infundada su
impugnación de los invocados preceptos legales, en relación con la
contravención que adujo al artículo 18 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, en su relación con el principio de reinserción
social.

11
Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación, el 7 de noviembre de 1996.

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21. Al respecto, tal como lo hizo el A quo, se retoman las consideraciones de


esta Primera Sala al resolver el amparo en revisión 6/201312.

22. A su vez, esta Primera Sala partió en el anterior estudio de los diversos
precedentes en que se ha pronunciado sobre el particular, destacándose el
amparo en revisión 631/201113.

23. En ese orden, se ha establecido por esta Primera Sala, que con motivo de
las reformas al artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos (dieciocho de junio de dos mil ocho y diez de junio de dos mil once),
fue modificada la lógica general sobre los objetivos y las funciones del
sistema penitenciario; reforma constitucional que se encuentra vigente en
términos del artículo quinto transitorio14. El siguiente cuadro comparativo
permite advertir las diferencias entre el texto anterior y el actual:

Texto antes de la reforma penal Texto vigente


(dieciocho de junio de dos mil ocho) y
de la reforma de derechos humanos
(once junio de dos mil once).
Art. 18.- Art. 18.-

…Los Gobiernos de la Federación y de …El sistema penitenciario se


los Estados organizarán el sistema organizará sobre la base del respeto
penal, en sus respectivas a los derechos humanos, del trabajo,
jurisdicciones, sobre la base del trabajo, la capacitación para el mismo, la
la capacitación para el mismo y la educación, la salud y el deporte
educación como medios para la como medios para lograr la
readaptación social del delincuente. reinserción del sentenciado a la
sociedad y procurar que no vuelva a
delinquir, observando los beneficios
que para él prevé la ley.

12
Amparo en revisión 6/2013, resuelto en sesión de 10 de abril de 2013, por mayoría de cuatro
votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena (Ponente), Olga
Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo (el Ministro José Ramón
Cossío Díaz votó en contra). En los mismos términos se resolvió el amparo en revisión 704/2013,
en sesión de 24 de junio de 2015, bajo la ponencia del Ministro José Ramón Cossío Díaz.
13
Amparo en revisión 631/2011, resuelto en sesión de cinco de octubre de dos mil once, por
unanimidad de cinco votos, bajo la Ponencia del Ministro José Ramón Cossío Díaz
14
Quinto. El nuevo sistema de reinserción previsto en el párrafo segundo del artículo 18, así como
el régimen de modificación y duración de penas establecido en el párrafo tercero del artículo 21,
entrarán en vigor cuando lo establezca la legislación secundaria correspondiente, sin que pueda
exceder el plazo de tres años, contados a partir del día siguiente de la publicación de este Decreto.
Luego, el plazo de tres años al que esta disposición se refiere finalizó el 19 de junio de 2011. Por
tanto, resulta necesario basar nuestro análisis de constitucionalidad en este texto.

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24. Como puede observarse, el órgano reformador de la Constitución modificó


la redacción del artículo 18, lo que básicamente resultó en los siguientes
puntos:

a) La sustitución del término “readaptación” por “reinserción”.


b) El abandono del término “delincuente”.
c) La inclusión del fomento al respeto por los derechos humanos, como
medio para lograr la reinserción.
d) La inclusión de un objetivo adicional a “lograr la reinserción”; a
saber: “procurar que la persona no vuelva a delinquir”.
e) La adición del concepto “beneficios” como parte de la lógica del
sistema.

25. Esta Primera Sala ha estimado que los anteriores cambios no son
superfluos; por el contrario, obedecen a motivos concretos que fueron
claramente vislumbrados durante los procesos de reforma a los que hemos
hecho referencia.

26. Podemos decir que el abandono del término readaptación y su sustitución


por el de reinserción tiene un impacto crucial en la forma en que debe ser
entendido el régimen penitenciario. A partir de las reformas apuntadas, el
sentido de la pena adquiere finalidades distintas a las que se tenían
anteriormente. En otras palabras, con el cambio se pretenden superar
ciertas prácticas incongruentes con el derecho penal del acto, el cual pone
énfasis en la conducta delictiva cometida por la persona, antes que en su
personalidad. La superación del paradigma del derecho penal del autor
obedece a la intención de abandonar cualquier nomenclatura que pudiera
resultar estigmatizante para la persona, tal como el concepto de
desadaptado.

27. Por tanto, bajo el principio de reinserción social del sentenciado, esta
Primera Sala reconoce que la delincuencia es un problema social y no
individual. De este modo, el fin de la prisión cambia radicalmente, pues ya
no se intentará readaptar a la persona sino reinsertarla a la sociedad.

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28. Así, el hecho de que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
elimine la posibilidad de que el sistema penal opere bajo la premisa de que
el infractor de la ley penal es un sujeto al que puede atribuirse el adjetivo de
desadaptado, conlleva a la convicción de que nuestro sistema actual se
decanta por un derecho penal sancionador de actos o de delitos, no de
personalidades. Lo mismo demuestra el abandono del término delincuente,
pues también exhibe la intención del constituyente permanente de eliminar
cualquier vestigio de un derecho penal de autor, que estigmatiza de manera
nociva al sentenciado por la comisión del delito. Por ello, el nuevo sistema
penal opera bajo el entendimiento de que el infractor de la ley penal puede y
debe hacerse responsable de sus propios actos y, por tanto, basta con la
comisión del delito (y su previa tipificación en la ley) para que el Estado
cuente con legitimidad para sancionarlo.

29. Para fines ilustrativos, resulta útil acudir a alguna de las manifestaciones
expresadas en la discusión de doce de diciembre de dos mil siete en la
Cámara de Diputados (debate que integra el proceso de reforma
constitucional en materia penal de junio de dos mil ocho). La más destacada
señala que:

…Otra propuesta importante de la presente reforma es el cambio del


paradigma de la pena, en donde se transita de la llamada readaptación
social a la reinserción social, dejando atrás la teoría que ubicaba al
sentenciado como una persona desadaptada socialmente o enferma,
para considerar que el individuo que cometió una conducta sancionada
por el orden jurídico, debe hacerse acreedor a la consecuencia jurídica
que corresponda, mediante la aplicación de la pena, antes de volver a
incorporarse a la sociedad.

30. Como se ve, el abandono de ciertos términos tiene un impacto que


trasciende a la mera nomenclatura. La reinserción social, como fin de la
pena, no acepta la idea de que al culpable se le caracterice por ser
desadaptado o peligroso. Entonces, para justificar la pena no es posible
aludir a una función moralizadora por parte del Estado.

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31. Se aplica la Jurisprudencia 1a./J. 21/2014 emitida por esta Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, bajo el rubro y texto:

DERECHO PENAL DE ACTO. RAZONES POR LAS CUALES LA


CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS SE DECANTA POR DICHO PARADIGMA
(INTERPRETACIÓN SISTEMÁTICA DE LOS ARTÍCULOS 1o., 14,
TERCER PÁRRAFO, 18, SEGUNDO PÁRRAFO, Y 22, PRIMER
PÁRRAFO). A fin de determinar por qué el paradigma del derecho
penal del acto encuentra protección en nuestro orden jurídico, es
necesario ubicar aquellos preceptos constitucionales que protegen los
valores de los que tal modelo se nutre. Para ello, en primer lugar, es
imprescindible referir al artículo 1o. constitucional, pues como ha
sostenido esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, la dignidad
humana por él protegida es la condición y base de todos los derechos
humanos. Además, al proteger la autonomía de la persona, rechaza
cualquier modelo de Estado autoritario que permita proscribir
ideologías o forzar modelos de excelencia humana a través del uso
del poder punitivo. Por ende, el derecho penal no puede sancionar la
ausencia de determinadas cualidades o la personalidad, porque está
limitado a juzgar actos. Afirmación que necesariamente debe ser
enlazada con el principio de legalidad, protegido por el artículo 14,
tercer párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, al establecer que en los juicios del orden criminal queda
prohibido imponer, por simple analogía, y aun por mayoría de razón,
pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable
al delito de que se trata. Esta disposición es la que revela, del modo
más claro y literal posible, que el derecho penal únicamente puede
prohibir la comisión de conductas específicas (no la personalidad); es
decir, sólo aquel acto prohibido por una norma penal, clara y explícita,
puede dar lugar a una sanción. Por otro lado, también debe
considerarse el actual contenido del segundo párrafo del artículo 18
constitucional. El abandono del término "readaptación" y su
sustitución por el de "reinserción", a partir de la reforma constitucional
de junio de 2008, prueba que la pena adquiere nuevas connotaciones.
El hecho de que la Constitución haya eliminado la posibilidad de que
el sistema penal opere bajo la premisa de que alguien es
desadaptado, fundamenta la convicción de que nuestro sistema se
decanta por un derecho penal sancionador de delitos, no de
personalidades. Así, el abandono del término "delincuente" también
exhibe la intención del constituyente permanente de eliminar cualquier
vestigio de un "derecho penal de autor", permisivo de la
estigmatización de quien ha cometido un delito. Esta conclusión se
enlaza con la prohibición de penas inusitadas contenida en el artículo
22, primer párrafo, constitucional, la cual reafirma la prohibición de
que cualquier consideración vinculada con etiquetas a la personalidad
tenga incidencia en la punición15.

15
Jurisprudencia 1a./J. 21/2014 (10a.), publicada en el Semanario Judicial de la Federación, Libro
4, Marzo de 2014, Tomo I, página 354.

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32. Cabe aclarar que este este cambio de paradigma no genera ningún
problema de incompatibilidad con los derechos protegidos en aquellos
tratados internacionales que aluden a la readaptación como el fin de pena.
Es el caso del artículo 5.6 de la Convención Americana sobre los Derechos
Humanos y el artículo 10.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos. Tales disposiciones señalan respectivamente:

Artículo 5. Derecho a la Integridad Personal.

6. Las penas privativas de la libertad tendrán como finalidad esencial la


reforma y la readaptación social de los condenados.”.

“Artículo 10
3.- El régimen penitenciario consistirá en un tratamiento cuya finalidad
esencial será la reforma y la readaptación social de los penados. Los
menores delincuentes estarán separados de los adultos y serán
sometidos a un tratamiento adecuado a su edad y condición jurídica.

33. La razón por la cual la reforma al ordenamiento constitucional mexicano


puede ser compatibilizada con la lógica de tales artículos, es la siguiente: a
juicio de esa Primera Sala, la visión que abandona el concepto readaptación
es más compatible con un entendimiento democrático y expansivo de los
derechos de los sentenciados, que aquella visión en la que se admite
suponer que el infractor es un delincuente, al cual el Estado debe reivindicar
o reformar. Entonces, es a la luz del modelo de la reinserción que debemos
entender las disposiciones contenidas en los tratados internacionales
citados, pues ésta es la interpretación más extensiva de derechos humanos
―a la cual debe atenderse por imperativo del artículo 1º Constitucional-16.

34. Ahora bien, retomando el argumento, resulta necesario analizar qué impacto
tiene el nuevo paradigma constitucional (el resultante de la reforma penal de
junio de dos mil ocho y de la reforma en materia de derechos humanos de
junio de dos mil once) en la litis que toca resolver.

16
Este párrafo dispone: Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de
conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en
todo tiempo a las personas la protección más amplia.

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35. Para resolver lo anterior, lo primero que hay que distinguir es que el nuevo
texto del artículo 18 de la Constitución tiene la función preponderante de
ordenar la consecución o la procuración de ciertos fines dentro del sistema
penitenciario. Es decir, establece determinadas directrices que de ahora en
adelante deben regir la actuación de legisladores, jueces y autoridades
administrativas. De este modo, nos encontramos con la obligación a cargo
de dichas autoridades de garantizar que los establecimientos penitenciarios
cuenten con ciertas cualidades en el marco de un sistema respetuoso de la
dignidad y los derechos humanos del sentenciado.

36. En suma, dichas autoridades están obligadas a procurar ―como dice el


texto constitucional― la generación de un régimen penitenciario con
características tales que su principal propósito sea desincentivar la comisión
de nuevas conductas delictivas por parte de quienes logran obtener su
libertad. Cabe precisar que la procuración de tal fin no implica que sea
posible coaccionar al sujeto con motivo de tales ofertas educativas,
laborales o de formación personal.

37. La nueva lógica del sistema se traduce en el deseo por parte del
constituyente permanente de aminorar los perjuicios que de facto suelen
estar implicados con la pena privativa de la libertad; tales como la falta de
oportunidades para que la persona se desarrolle adecuadamente en ese
ambiente. Se busca evitar que cuando el sentenciado recupere su libertad,
continúe teniendo los mismos incentivos que antes para delinquir. La prisión
debe ofrecerle medios para su crecimiento como persona.

38. Por tanto, bajo el nuevo modelo de reinserción social, las instituciones
penitenciarias deben funcionar de tal forma que permitan garantizar al
sentenciado la posibilidad de acceder a los medios de reinserción. Por otro
lado, se pretende que sea la lógica de la protección de los derechos
humanos la que inspire y determine el funcionamiento de tales instituciones,
de tal forma que se garanticen condiciones de vida dignas en prisión.

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AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

39. Al respecto, se cita la jurisprudencia P./J. 31/2013, sustentada por el Pleno,


bajo el rubro y texto:

REINSERCIÓN DEL SENTENCIADO A LA SOCIEDAD. SU


ALCANCE CONFORME AL ARTÍCULO 18 DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS Con la reforma
al indicado precepto, publicada en el Diario Oficial de la Federación el
18 de junio de 2008, se sustituyó el término "readaptación social" por
el de "reinserción del sentenciado a la sociedad" el cual, a diferencia
del primero, reconoce a la delincuencia como un problema social y no
individual, de forma que el fin de la prisión cambia radicalmente, pues
ya no se intentará readaptar sino regresar al sujeto a la vida en
sociedad, a través de diversos medios que fungen como herramienta
y motor de transformación, tanto del entorno como del hombre privado
de su libertad. Así, en tanto se asume que quien comete un acto
delictivo se aparta de la sociedad porque no se encuentra integrado a
ella, para su reinserción se prevé un conjunto de actividades y
programas que se diseñan y aplican para permitir a las personas
condenadas a pena privativa de la libertad en los establecimientos de
reclusión su regreso a la sociedad, cuestión que, como reconoce la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo
18, no es posible sin una instrucción previa, creadora o revitalizadora
de habilidades y hábitos laborales, así como la atención de la salud, la
educación y el deporte.17.

40. Tal es el fin constitucional al que principalmente aspira el artículo 18


Constitucional reformado.

41. Lo anterior tiene relevancia para el tema de los beneficios de libertad


anticipada, pues a la luz de esta nueva lógica constitucional, tales beneficios
también adquieren una nueva connotación. Se puede decir que tienen una
finalidad eminentemente instrumental. Esto es, son medios adecuados para
generar los resultados y fines que el artículo 18 de lo Constitución, segundo
párrafo, adscribe al régimen penitenciario; a saber: lograr la reinserción del
sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir.

42. Sin embargo, el que exista una condición constitucional que incentive la
reinserción no significa que el otorgamiento incondicional o irrestricto de los
beneficios de libertad anticipada pueda ser considerado un derecho
fundamental.

17
Jurisprudencia P./J. 31/2013, publicada en el Semanario Judicial de la Federación (10a.) Libro 1,
Diciembre de 2013, Tomo I, página124.

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AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

43. En otros términos, si bien el nuevo artículo 18 de la Constitución incorpora


los beneficios a la lógica del sistema penitenciario, lo cierto es que de ello
no se sigue una prohibición dirigida al legislador en el sentido de impedirle
condicionar su otorgamiento. Por el contrario, la norma constitucional
establece que será en la ley secundaria donde se preverán los beneficios
acordes al modelo de sistema penitenciario que diseña la Constitución.

44. Aquí es necesario precisar cuál es la litis en la que específicamente nos


encontramos: inconstitucionalidad de los artículos 43 y 44 de la Ley Federal
contra la Delincuencia Organizada, como se ha destacado, en principio,
frente al artículo 18, segundo párrafo, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; ello, porque los motivos de disenso del
revisionista se centran en este aspecto.

45. Lo que se sostiene infundado por este Ad quem, pues como bien lo
determinó el A quo, la negativa de los beneficios preliberacionales, en el
caso, la remisión parcial de la pena, por la ley especial en la materia, no
contraviene los principios consagrados en la Constitución.

46. Ciertamente los beneficios aludidos guardan relación con la ejecución de la


pena de prisión impuesta y, por ende, con el principio de reinserción social
contenido en el artículo 18, de la Constitución. Sin embargo, ello no significa
que dicho principio constitucional conlleve necesariamente la concesión de
beneficios para que no se compurgue la sanción impuesta al sentenciado.

47. Por el contrario, se prevé constitucionalmente el fin de la pena de prisión,


precisamente, para la reinserción social, dentro de los rubros de política
criminal de prevención general y especial. A su vez, la procedencia o no de
los eventuales beneficios que pudieran ser concedidos para que no se
compurgue la sanción privativa de libertad, quedan delegados a su
regulación en la legislación secundaria bajo los principios con que se rige
nuestro Estado de Derecho. Lo que parte también de la propia Constitución.

15
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

48. Luego, no es fundado lo aducido por el recurrente, en el sentido de que el


precepto constitucional que invoca no remite a la ley, en relación con los
beneficios de que se trata; contrario a su aseveración, la ley suprema sí
hace tal remisión a la secundaria. Luego, la que opera en el caso es la Ley
Federal contra la Delincuencia Organizada, al regular precisamente el delito
bajo esta denominación, tanto de manera sustantiva como procedimental, lo
que incluye ejecución de sanciones, y en este último aspecto, resulta
inconcuso, la normatividad que determina improcedente los beneficios
apuntados.

49. En efecto, el artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos, dispone en su segundo párrafo, lo siguiente:

El sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a


los derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la
educación, la salud y el deporte como medios para lograr la
reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a
delinquir, observando los beneficios que para él prevé la ley...

50. Por ello, la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, además de


tipificar las conductas penalmente relevantes en la materia y las sanciones
correspondientes, así como cuestiones del procedimiento penal, también
regula cuestiones propias de la última fase del mismo, esto es, la ejecución
de las sanciones, y derivado de ello, la regulación de los beneficios en dicho
rubro.

51. Por consecuencia, si los artículos 43 y 44 de la Ley Federal contra la


Delincuencia Organizada determinan expresamente la improcedencia de
beneficios de libertad preparatoria o condena condicional, así como
tratamiento preliberacional y la remisión parcial, resulta evidente que se
trata de la ley aplicable a que remite el artículo 18, segundo párrafo, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, dada su materia y
especialidad.

16
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

52. De este modo, el principio de reinserción social, que opera a favor del
sentenciado, no significa que los beneficios de la libertad preparatoria o de
condena condicional, así como tratamiento preliberacional y la remisión
parcial de la pena, se den en forma ilimitada, sino solo en los casos en que
la ley lo permite, conforme a la disposición expresa del texto constitucional y
su remisión a la legislación aplicable.

53. Así, se reitera, el que exista una condición constitucional que incentive la
reinserción, no significa el otorgamiento incondicional o irrestricto de los
beneficios de libertad anticipada del sentenciado, sino que tales beneficios
se sujetan a las propias limitaciones constitucionales. Lo que significa que la
regulación legal de los beneficios sí tiene sustento constitucional, amén de
estar justificada de manera objetiva y razonable, así como proporcional.

54. En ese orden, el estudio de inconstitucionalidad planteado sobre los


artículos 43 y 44 de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada,
frente al artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, se relaciona con el artículo 1º de la propia Constitución, pues
como se ha establecido, es a la luz del modelo de la reinserción que
debemos realizar es la interpretación más extensiva de derechos humanos
―a la cual debe atenderse por imperativo del artículo 1º Constitucional-.

55. Así, conforme a los anteriores principios, se constituye un estándar o test


que permite verificar la validez constitucional de la medida legislativa18.

18
Se trata, en realidad, del llamado test de proporcionalidad, compuesto por tres subprincipios: 1º
idoneidad, 2º necesidad y 3º proporcionalidad en sentido estricto. Los dos primeros —de acuerdo
con Robert Alexy— se refieren a la optimización en relación con las posibilidades fácticas, y
suponen que una medida que limita un derecho (o un bien de considerable importancia) para
satisfacer otro, debe ser idónea para obtener esa finalidad, así como necesaria, pues no debe
ocurrir que la misma finalidad pudiera alcanzarse con un costo menor. El tercer subprincipio –
ponderación- tiene que ver con la optimización en relación con las posibilidades normativas. Cfr.
Alexy, Robert, Teoría de los derechos fundamentales, trad. Carlos Bernal Pulido, Fundación
Beneficentia et Perittia Iuris, Madrid, 2004, pp. 36 y ss. Mauricio del Toro apunta que La
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos adoptó el uso de este estándar
del Tribunal de Estrasburgo, que a su vez, se había inspirado en diversos tribunales
constitucionales europeos, especialmente en alemán. Cfr. Del Toro Huerta, Mauricio Iván, El
caso Castañeda Gutman. El juicio de proporcionalidad en sede internacional, Instituto de
Investigaciones Jurídicas, UNAM, www. jurídicas.unam.mx p.396.

17
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

56. Por ello, contrario a lo que expone el quejoso revisionista, la distinción legal
de improcedencia de los beneficios para el delito de delincuencia
organizada, salvo quienes colaboren con la autoridad en la investigación y
persecución de otros miembros de la delincuencia organizada, no es una
medida inconstitucional, sino que su regulación jurídica se encuentra
justificada de manera objetiva y razonable, así como proporcional, incluso,
bajo la propia naturaleza jurídica del delito, así como su propia especial
regulación normativa de carácter excepcional.

57. Ello es así, porque la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
no concede al sentenciado el derecho ilimitado de que los beneficios
preliberacionales se den de manera absoluta, sino que ello debe estar
regulado bajo ciertas condiciones; pues, como se ha reiterado, su concesión
no es incondicional o irrestricta.

58. De esta manera, se remite de manera válida a su regulación en la


legislación secundaria, en el caso, los artículos 43 y 44 de la Ley Federal
contra la Delincuencia Organizada.

59. En efecto, la medida es una respuesta justificada, a su vez, bajo los


principios que rigen nuestro Estado de Derecho, de tal modo que se trata de
una regulación acorde a la consecución de la pena y el propio principio de
reinserción social; por lo que su fin legítimo es válido y claro; en suma, se
trata de una medida idónea desde el punto de vista constitucional.

60. La regulación en cuestión también respeta el principio de necesidad, ya que


la limitación a los derechos humanos en cuestión guardan necesaria
congruencia con la pena entendida como consecuencia jurídica del delito,
así como como la condición constitucional que incentiva la reinserción social
entendida no necesariamente bajo el otorgamiento incondicional o irrestricto
de los beneficios de libertad anticipada; de ahí que se justifica la necesidad
de la medida, además, bajo su especial regulación en el régimen
excepcional de delincuencia organizada, de estudio subsecuente.

18
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

61. Finalmente, la ponderación de lo anterior supone que la tutela constitucional


de la reinserción social se justifica, en principio, con los fines de prevención
especial y general de la pena, en su convergencia con el condicionamiento
para la concesión de beneficios preliberaciones, lo que guarda especial
proporción dada la especial naturaleza jurídica y el régimen constitucional
excepcional para la delincuencia organizada, así como el incentivo
condicional para el acceso de beneficios en este sistema penal que no es el
ordinario.

62. En ese orden, no resultan inconstitucionales los artículos 43 y 44 de la Ley


Federal contra la Delincuencia Organizada, al establecer que los
sentenciados por delincuencia organizada no tendrán derecho a los
beneficios preliberacionales, salvo que se trate de quienes colaboren con la
autoridad en la investigación y persecución de otros miembros de la delincuencia
organizada; pues dicha condición limitante es objetiva y razonable, así como
proporcional, destacándose que estamos ante el régimen excepcional de
delincuencia organizada

63. Se explica.

64. En principio, ha sido importante destacar que nos encontramos ante el


régimen excepcional de delincuencia organizada, así como su grave
impacto social, para lo cual se estima conveniente destacar la parte
conducente a la exposición de motivos de la Ley Federal contra la
Delincuencia Organizada:
En la iniciativa de Ley que sometemos a la alta consideración de
ustedes, se prevén, por una parte, disposiciones de carácter
sustantivo, que precisan los alcances de la Ley, así como
cuestiones de carácter procedimental, que son las de más peso,
por considerar que es la estrategia penal más adecuada frente a
esta problemática.
… Por cuanto hace a los aspectos procesales, como medidas
legales para el combate a la delincuencia organizada, se
encuentran:
…s) No concesión de beneficios penitenciarios a las miembros o
colaboradores de organizaciones criminales. Se sigue en este
punto el criterio ya establecido en el Código Penal federal,
ampliándose a todos los casos de delincuencia organizada; pero se

19
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

prevén excepciones, como es el caso de los menores de edad y de


los colaboradores de la justicia.
México vive momentos delicados en los que sus sistema de
procuración y administración de justicia. enfrenta demandas y
presiones que pueden llegar a ser contradictorios. Por una parte, se
exige de las instituciones que aumenten rápida y
considerablemente su eficiencia en la lucha contra la delincuencia,
especialmente la organizada, pero por la otra, siguen presentes con
vitalidad las demandas de desterrar del sistema la tortura y otros
vicios, y de controlar la arbitrariedad policiaca.
Plantear en este contexto un sistema de delimitaciones de
garantías puede resultar preocupante para algunos sectores de
opinión, por lo que es necesario establecer una serie de
argumentos de apoyo a dicha política, así como una serie de
garantías que eviten que una legislación especializada, y por ello
de carácter excepcional, pueda extender su aplicación a otra clase
de fenómenos, poniendo en riesgo al sistema de garantías.
Debe, sin embargo, tenerse presente, que:
a) La delincuencia organizada es un fenómeno grave que afecta
directa e indirectamente el nivel de bienestar de las mexicanos.
b) La delincuencia organizada es una amenaza al Estado de
Derecho y a la estabilidad política; con ello, atenta contra la
consolidación de un sistema de garantías individuales sólido y
estable.
c) Las naciones democráticas han adoptado sistemas similares
para hacer frente a la delincuencia organizada y con ello
salvaguardar los principios políticos y jurídicos sobre los cuales se
construyen las democracias modernas.
d) No adoptar medidas realistas en la ley, lleva a la adopción de
prácticas estatales ocultas, o a simulaciones y, con ello, a que la
autoridad escape del control necesario sobre sus actos.
Por tales razones, en el contenido de la presente iniciativa de Ley
se establece claramente que toda limitación de garantías tiene que
ser convalidada por la autoridad judicial federal, ya sea mediante
autorización previa o ratificación posterior, pues se comparte la
preocupación totalmente legítima que en la actuación del Ministerio
Público y de la Policía Judicial deben estar ausentes la tortura y
demás formas de arbitrariedad, y que prevalezca siempre el Estado
de Derecho, que es sinónimo de reconocimiento y respeto a los
derechos humanos.
Con base en todo lo anterior, resulta impostergable la ley que se
propone en materia de delincuencia organizada; de otro modo, la
sociedad queda condenada a que se persiga sólo a bajos
empleados de la gran empresa criminal, y el sistema de justicia
penal, como con frecuencia se ha afirmado, seguirá siendo un
instrumento ineficaz19.

65. Por lo tanto, tampoco le asiste la razón al quejoso recurrente, cuando afirma
que los referidos artículos 43 y 44 de la Ley Federal contra la Delincuencia

19
Ley Federal contra La Delincuencia Organizada, publicada en el Diario Oficial de la Federación el
7 de noviembre de 1996. Exposición de Motivos presentada en la Iniciativa del Ejecutivo, el 19 de
marzo de ese año.

20
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

Organizada son inconstitucionales, al prohibir la concesión de los beneficios


preliberacionales, entre ellos, la remisión parcial de la pena; toda vez que,
como se anotó, es constitucionalmente válido regular qué condiciones
deben satisfacerse para tal efecto; lo que además está justificado, en el caso,
de manera objetiva y razonable, así como proporcional, al tratarse del régimen
excepcional que opera para la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada.

66. En este tema de estudio, se retoman las consideraciones sustentadas por


esta Primera Sala, al resolver el amparo en revisión 740/201120.

67. En este sentido, esta Primera Sala ha sostenido que el fenómeno de la


delincuencia organizada se ha magnificado y expandido; circunstancia que
ha provocado que diversos países del mundo extremen sus mecanismos de
protección y modifiquen sus mecanismos de reacción jurídico penal, en aras
de garantizar seguridad pública a su población.

68. Este fenómeno asociativo delictivo -también conocido como crimen


organizado-, se ha erigido como la figura más lesiva tanto para la
convivencia social como los intereses del Estado.

69. En efecto, bajo el concepto de crimen organizado, pueden englobarse a


todos aquellos grupos dedicados a la realización reiterada o permanente de
actividades ilícitas, estructurados de forma jerárquica y, en ocasiones,
encubiertos con apariencia de corporaciones lícitas, la cual, es utilizada
para realizar operaciones criminales mediante el empleo de la violencia,
soborno e intimidación. Es por lo anterior, que a este tipo de delincuencia se
le identifica con la palabra organizada, ya que le resulta inherente la idea de
una asociación, grupo o gremio.

70. Bajo una perspectiva de política criminal, la fuerza de la delincuencia


organizada radica en el establecimiento de alianzas o vínculos en todos
niveles, en muchas ocasiones incluido el político o el militar; y que con la
ayuda de actos de corrupción y violencia graves logran la impunidad.

20
Amparo en revisión 740/2011, resuelto en sesión de 28 de marzo de 2012, bajo la
ponencia del Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.

21
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

71. La delincuencia organizada no escapa al fenómeno de la globalización, por


el contrario, éste ha generado el incremento de estos grupos delictivos y de
sus esferas de acción. por tanto, cuando esta particular forma de
criminalidad construye conexiones con organizaciones similares formando
redes en todo el mundo, la organización de las naciones unidas la identifica
bajo el concepto de delincuencia organizada transnacional.

72. Es por lo anterior que en contraposición con la delincuencia tradicional,


habitual u ocasional -correspondiente al régimen penal ordinario-, la
denominada delincuencia organizada, en cambio, es considerada a nivel
mundial como un fenómeno global actual de carácter político, económico y
social, cuya atención y combate resulta prioritario, en cuanto impacta de
manera grave a la sociedad21.

73. Por ello, desde el propio nivel Constitucional, se ha establecido el régimen


excepcional para la delincuencia organizada frente a su más grave impacto
social que el régimen penal ordinario.

74. En efecto, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su


artículo 16, párrafo noveno –texto posterior a la reforma de dieciocho de
junio de dos mil ocho- textualmente establece lo siguiente:

Por delincuencia organizada se entiende una organización de hecho de


tres o más personas, para cometer delitos en forma permanente o
reiterada, en los términos de la ley de la materia.

75. En términos similares, el artículo 2º de la Ley Federal contra la Delincuencia


Organizada establece lo siguiente:

Artículo 2o.- Cuando tres o más personas se organicen de hecho para


realizar, en forma permanente o reiterada, conductas que por sí o
unidas a otras, tienen como fin o resultado cometer alguno o algunos
de los delitos siguientes, serán sancionadas por ese solo hecho, como
miembros de la delincuencia organizada:
I. Terrorismo, previsto en los artículos 139 a 139 Ter y terrorismo
internacional previsto en los artículos 148 Bis al 148 Quáter; contra la
salud, previsto en los artículos 194 y 195, párrafo primero; falsificación
o alteración de moneda, previstos en los artículos 234, 236 y 237; el

21
Cfr. Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional.
Convención publicada en la Primera Sección del Diario Oficial de la Federación, el 11 de abril de
2003.

22
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

previsto en la fracción IV del artículo 368 Quáter en materia de


hidrocarburos; operaciones con recursos de procedencia ilícita, previsto
en el artículo 400 Bis; y el previsto en el artículo 424 Bis, todos del
Código Penal Federal;
II. Acopio y tráfico de armas, previstos en los artículos 83 bis y 84 de la
Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos;
III. Tráfico de indocumentados, previsto en el artículo 159 de la Ley de
Migración;
IV. Tráfico de órganos previsto en los artículos 461, 462 y 462 bis de la
Ley General de Salud;
V. Corrupción de personas menores de dieciocho años de edad o de
personas que no tienen capacidad para comprender el significado del
hecho o de personas que no tienen capacidad para resistirlo previsto
en el artículo 201; Pornografía de personas menores de dieciocho años
de edad o de personas que no tienen capacidad para comprender el
significado del hecho o de personas que no tienen capacidad para
resistirlo, previsto en el artículo 202; Turismo sexual en contra de
personas menores de dieciocho años de edad o de personas que no
tienen capacidad para comprender el significado del hecho o de
personas que no tiene capacidad para resistirlo, previsto en los
artículos 203 y 203 Bis; Lenocinio de personas menores de dieciocho
años de edad o de personas que no tienen capacidad para comprender
el significado del hecho o de personas que no tienen capacidad para
resistirlo, previsto en el artículo 204; Asalto, previsto en los artículos
286 y 287; Tráfico de menores o personas que no tienen capacidad
para comprender el significado del hecho, previsto en el artículo 366
Ter, y Robo de vehículos, previsto en los artículos 376 Bis y 377 del
Código Penal Federal, o en las disposiciones correspondientes de las
legislaciones penales estatales o del Distrito Federal;
VI. Trata de personas, previsto y sancionado en los artículos 5 y 6 de la
Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas, y
VII. Las conductas previstas en los artículos 9, 10, 11, 17 y 18 de la Ley
General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro,
Reglamentaria de la fracción XXI del artículo 73 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.

76. Sobre este tópico en particular, resulta oportuno transcribir la exposición de


motivos de la citada Ley Federal contra la Delincuencia Organizada:

I. DE LA DELINCUENCIA ORGANIZADA EN GENERAL


I.1.Presentación del problema y compromisos gubernamentales. a)
Es compromiso del Estado fortalecer la lucha contra la delincuencia
organizada, pues ésta ha manifestado en los últimos tiempos una gran
transformación, observando entre otras tendencias, además de una
mayor organización, mayor violencia en su comisión y su indiscutible
transnacionalización, como puede verse en el caso del tráfico
internacional de estupefacientes, tráfico de armas, tráfico de personas,
entre otros.

23
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

Toda esa transformación ha hecho, a su vez, que la delincuencia


muestre actualmente una mayor eficacia frente a los medios de control
estatal, en los diversos órdenes. Con frecuencia, según nos muestra la
realidad, el fenómeno delictivo supera a las formas institucionales de
reacción, obligando a éstas a superarse o quedarse rezagadas. Por
ello, los métodos y las técnicas utilizados por las formas modernas de
delincuencia motivan, también, la necesidad de generación de métodos
y técnicas modernos para combatirla eficazmente.
La delincuencia organizada es uno de los problemas más graves por
los que atraviesa la comunidad mundial, del que México no escapa. Se
trata de una delincuencia de carácter transnacional, que ha sido
identificada, en diversos foros como todo un sistema económico
clandestino, con ingresos que sobrepasan el Producto Nacional Bruto
de algunas naciones. Uno de sus componentes principales, el
narcotráfico, arroja por sí mismo ganancias exorbitantes, que implican,
incluso, la evasión fiscal y las prácticas comerciales restrictivas para
eliminar la competencia. Otras consecuencias de estas conductas
ilegales son el comercio ilícito de armas, el uso de la fuerza física, la
corrupción, la pérdida de la seguridad urbana y rural y aún la
participación en conflictos políticos y étnicos; por lo que plantea una
amenaza directa para la estabilidad de las naciones y constituye un
ataque frontal contra las autoridades políticas de los Estados.
b) Consciente de la gravedad del problema, el Ejecutivo Federal al
definir su política de gobierno, en el mensaje a la nación del 1° de
diciembre de 1994, aseveró, respecto de una de las manifestaciones
más importantes de la delincuencia organizada, que es intolerable la
impunidad al narcotráfico, ya que éste es la mayor amenaza a la
seguridad nacional, el más grave riesgo para la salud social y la más
cruenta fuente de violencia. Idea que reiteró al conmemorarse el Día
Internacional Contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas en
junio del presente año, al afirmar: El narcotráfico es la más grave
amenaza para la integridad física, mental y moral de los jóvenes; el
narcotráfico es la más grave amenaza a la salud de la sociedad; el
narcotráfico es la más grave amenaza a la tranquilidad y el orden
público; el narcotráfico es la más grave amenaza al Estado de
Derecho... y a nuestra seguridad nacional. Por la gravedad de los
peligros que representa, el tráfico de drogas debe ser combatido por
todos los medios, en todo lugar, en todo tiempo y sin titubeos. Si
flaquea nuestra voluntad, si se debilita la cooperación internacional, si
dependemos sólo del esfuerzo aislado de cada nación, se fortalecerá el
enemigo común que son los narcotraficantes.
El Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000 recoge esta preocupación al
establecer que combatir sus causas y sus efectos, acabar con la
impunidad que genera y castigar a sus autores, son tareas urgentes
que debemos emprender sin dilaciones ni titubeos; anunciándose,
además, que para ello se establecerán programas que permitan una
mayor especialización de los cuerpos policiales encargados de esa
tarea; se deberán intensificar los esfuerzos de cooperación
internacional, fortaleciendo los convenios y acuerdos destinados a la
identificación y seguimiento de los delincuentes, de sus operaciones y
de las acciones de lavado de dinero e inversión de fondos obtenidos de
sus actividades ilícitas; y también que se revisará la legislación penal
sustantiva, a fin de que pueda sancionarse de manera directa efectiva y
con mucha mayor severidad, a quienes se organicen para delinquir, o a

24
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

quienes colaboren con ellos con anterioridad o posterioridad a la


realización de los ilícitos. Por este motivo, es necesario revisar las
distintas modalidades de actuación del crimen organizado, así como el
catálogo de las penas que deban corresponder a quienes las realicen.
c) El Poder Legislativo Federal, igualmente sensible a este gran
problema, se dio a la tarea de conocer la opinión pública y buscar
alternativas más eficaces, promoviendo en agosto de 1995 una
Consulta Nacional para el Combate al Narcotráfico. En ella se
recibieron aportaciones valiosas de especialistas, quienes enfatizaron
la necesidad de luchar en contra de dicho fenómeno de manera más
eficaz, desde una óptica multidisciplinaria y con la colaboración de
todos los países, realizando las reformas legales conducentes, que
regulen en forma clara cómo combatir al crimen organizado.
Sugerencias que también se manifiestan en el contenido de esta
iniciativa, sobre todo por lo que hace a ciertas estrategias
procedimentales.
En efecto, la iniciativa de Ley Federal contra la Delincuencia
Organizada, cuya necesidad reiteradamente se ha anunciado y que
ahora, el Ejecutivo Federal y señores legisladores del Honorable
Congreso de la Unión, sometemos a la consideración del Poder
Legislativo Federal, parte de la base de que para enfrentar este
fenómeno generalizado es necesario estudiarlo y definir su origen, su
forma de operación, sus consecuencias y la manera en que se
procesan las ganancias ilícitas obtenidas.
I.2. Conceptualización.
Si bien el problema de la conceptualización ha sido uno de los temas
que ha provocado discusión en la doctrina, ésta ha conceptualizado al
crimen organizado como una sociedad que busca operar fuera del
control del pueblo y del gobierno, pues involucra a miles de
delincuentes que trabajan dentro de estructuras tan complejas,
ordenadas y disciplinadas como las de cualquier corporación, mismas
que están sujetas a reglas aplicadas con gran rigidez. Se caracteriza
porque sus acciones no son impulsivas, sino más bien resultado de
previsiones a corto, mediano y largo plazo, con el propósito de ganar
control sobre diversos campos de actividad y así amasar grandes
oportunidades de dinero y de poder real.
El crimen organizado, en sus diversas manifestaciones, afecta las vidas
de miles de seres humanos; pero debido a que conserva
escrupulosamente su invisibilidad, muchos no estamos conscientes de
cuánto nos daña o siquiera que nos afecte. Ciertamente, mucho se ha
hablado y se habla del narcotráfico, desafortunadamente no siempre
con plena compresión de su enorme complejidad, ya que involucra
elementos jurídicos, políticos, económicos y de salud, entre otros; de
ahí que, gran parte de la insuficiencia de los resultados obedece a que
no se han entendido bien todos los factores causales del fenómeno,
por un lado, ni todas las consecuencias en su magnitud y complejidad,
por el otro.
Es importante señalar que la delincuencia organizada constituye el
género y el narcotráfico la especie, aunque éste es una de sus más
importantes manifestaciones; por ello, analizar e intentar comprender el
fenómeno del crimen organizado sólo desde la perspectiva del
narcotráfico resulta ser una visión parcial y las conclusiones serían

25
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

carentes de método. Es necesario, entonces, analizar las


características específicas de la delincuencia organizada, con el fin de
entender mejor su funcionamiento y adoptar las estrategias político
criminales más adecuadas para enfrentarla eficazmente.
I.3. Características específicas.
Se entiende a esta forma de delincuencia como una organización
permanente, con estructura jerárquica respetada, compuesta por
individuos disciplinados, que se agrupan para cometer delitos.
Este esquema presenta a una delincuencia de mayor peligrosidad que
la común, ya que permite el reclutamiento de individuos eficientes;
entrenamiento especializado; tecnología de punta; capacidad para el
lavado de dinero; acceso a información privilegiada; continuidad en sus
acciones y capacidad de operación que rebasa, en el marco existente,
la capacidad de reacción de las instituciones de Gobierno.
En síntesis, a nivel internacional se destaca que la delincuencia
organizada se identifica por los siguientes atributos: a) No tiene metas
ideológicas. Sus metas son el dinero y el poder sin connotaciones
políticas (salvo en caso de terrorismo); b) Tiene una estructura
jerárquica vertical y rígida con dos o tres rangos máximos y
permanentes de autoridad; c) Limitación o exclusividad de membresía
con diferentes criterios de aptitud y proceso de selección riguroso;
d)Permanencia en el tiempo, más allá de la vida de sus miembros; e)
Uso de violencia y corrupción como recursos reconocidos y aceptados
para el cumplimiento de los objetivos; f) Operan bajo un principio
desarrollado de división del trabajo mediante células que sólo se
relacionan entre sí a través de los mandos superiores. Cuenta con
posiciones perfectamente perfiladas en relación a las cualidades de sus
miembros y, en caso de ser necesario, subcontratan servicios externos;
g) Siempre pretende ejercer hegemonía sobre determinada área
geográfica o sobre determinada industria (legítima o ilegítima), y h)
Reglamentación interna oral o escrita que los miembros están
obligados a seguir, entre otros.
II. LA DELINCUENCIA EN MÉXICO.
II.1. Marco Legal.
En México, como es sabido, el concepto de delincuencia organizada se
introdujo legalmente en el año de 1993 con la reforma que la
Constitución experimentó en su artículo 16, al disponer en el párrafo
séptimo que el plazo de la retención de cuarenta y ocho horas, para los
casos de flagrancia y urgencia, podrá duplicarse en aquellos casos que
la ley prevea como delincuencia organizada.
A raíz de la reforma constitucional, el 1° de febrero de 1994 entraron en
vigor las importantes reformas que se hicieron al Código Penal federal
y a los Códigos de Procedimientos Penales, federal y del Distrito
Federal, en los que también se hace mención de la delincuencia
organizada. En el Código Penal el problema de la delincuencia
organizada se vincula directamente al del narcotráfico, estableciéndose
una penalidad de 20 a 40 años de prisión y de quinientos a diez mil
días multa, además de decomiso, a quien por sí, a través de tercero o a
nombre de otros, dirija, administre o supervise cualquier tipo de
asociación delictuosa constituida con el propósito de practicar o que
practique cualquiera de las actividades a que se refiere este capítulo
(a.196 bis). Se prevé, asimismo, una penalidad menor (hasta una
mitad) para quienes no tienen facultades de decisión pero de alguna
manera colaboran en dichas organizaciones, o una penalidad accesoria

26
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

(destitución e inhabilitación) si el delito es cometido por servidor público


de alguna corporación policiaca o por un miembro de las fuerzas
armadas mexicanas.
El Código Federal de Procedimientos Penales, por su parte, hace
referencia a la delincuencia organizada en el artículo 194 bis,
únicamente para efectos de duplicar el plazo de retención de cuarenta
y ocho horas en los casos de delitos flagrantes o en los casos
urgentes. Y establece que los casos de delincuencia organizada serán
aquéllos en los que tres o más personas que se organizan bajo las
reglas de disciplina y jerarquía para cometer de modo violento y
reiterado o con fines predominantes lucrativos alguno de los delitos
legalmente previstos en los siguientes artículos del Código Penal:.....
Entre los delitos que se prevén en dichos artículos se encuentran:
terrorismo, sabotaje, evasión de presos, ataque a las vías de
comunicación, trata de personas, explotación de cuerpos de un menor
de edad por medio de comercio carnal, violación, homicidio doloso,
secuestro, robo calificado, extorsión, despojo, tortura, piratería, uso
ilícito de instalaciones destinadas al tráfico aéreo, asalto en carreteras
o caminos, posesión y tráfico de armas de fuego, narcotráfico, tráfico
de indocumentados, lavado de dinero, falsificación de moneda.
Es importante indicar que, al encontrarse definida la delincuencia
organizada en los códigos de procedimientos penales, se identifica sólo
para efectos de considerar plazos más amplios de retención por el
Ministerio Público sobre presuntos responsables y no para otros fines.
Tampoco se le considera como un delito por sí mismo; por lo que, en
nuestro país no se puede procesar a alguien sólo por pertenecer a una
organización criminal con las características señaladas, sino que sólo
se le puede procesar cuando cometa un delito de los previstos como tal
en la legislación penal.
Por tanto, no obstante tales inserciones a la ley, la regulación es aún
insuficiente; todavía no puede afirmarse que la delincuencia organizada
está debidamente atendida en el plano formal. De ahí la necesidad de
su previsión en este anteproyecto de Ley especial, en la que se
establece, por una parte, lo que se entiende por delincuencia
organizada, señalándose sus rasgos característicos y, por otra, el
listado anterior disminuye considerablemente, para que la Ley resulte
efectivamente funcional, abarcando únicamente aquellos casos que
realmente constituyen problema de delincuencia organizada en la
actualidad, como son: terrorismo, narcotráfico, acopio y tráfico de
armas, secuestro, tráfico de indocumentados, falsificación y alteración
de moneda, robo de vehículos, y lavado de dinero. Se entiende, por
supuesto, que en el conocimiento de estos delitos también se
comprenden a los delitos que tengan conexidad en los términos del
Código Federal de Procedimientos Penales, como serían, por ejemplo,
el homicidio y la portación de arma de fuego.
II.2. Estado de la delincuencia organizada en México.
Las organizaciones criminales mexicanas, relacionadas sobre todo con
delitos contra la salud, se ajustan en gran medida a los patrones
universales ya señalados para la delincuencia organizada…
II.3. Disfuncionalidad institucional de reacción contra la delincuencia
organizada.

27
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

Ahora bien, por lo que hace a los medios de reacción contra la


delincuencia organizada, debe aceptarse que hasta ahora no existe en
México una política criminal integral para enfrentarla; una política que
comprenda desde la prevención general hasta la readaptación social
especial, pasando por la procuración y la impartición de justicia, y que
se base en criterios uniformes. Siempre se han adoptado políticas
aisladas, desvinculadas unas de otras, sin conexión de rumbos y de
criterios; por ello, aunque aisladamente han parecido adecuadas, han
resultado finalmente infuncionales.
Las instituciones encargadas del combate a la delincuencia organizada
padecen de los problemas identificados en lo general para la seguridad
pública, pudiendo destacarse por su importancia respecto de este tema
la falta de especialización (aunque no debe desconocerse el esfuerzo
importante que para el caso del narcotráfico se ha hecho con la
creación del CENDRO e INCD), la impunidad, la falta de
profesionalización de sus integrantes, la corrupción, la falta de
coordinación y corresponsabilidad, y la falta de un sistema nacional de
información.
A este respecto, cabe notar que buena parte de la ineficiencia
institucional en esta materia se debe a la existencia de un marco legal
relativamente rígido, que impide a las instituciones actuar con
flexibilidad y eficacia contra un adversario dinámico y cada vez más
eficiente.’

77. Luego, de la lectura de la citada exposición de motivos, confrontada con la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos –reformada el
dieciocho de junio de dos mil ocho-, así como con lo dispuesto en el artículo
2º de la citada Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, se permite
advertir que el Estado Mexicano ha asumido un compromiso, tanto en el
plano nacional como internacional, a fin de fortalecer la lucha contra la
Delincuencia Organizada, al tratarse de uno de los problemas más graves
que aqueja a la comunidad internacional, en tanto se reconoce a dicho
fenómeno asociativo delictivo, no solo como una grave amenaza a la
tranquilidad y al orden público de todos los países del mundo, sino más aún,
como una grave amenaza al Estado de Derecho.

78. En ese contexto, se ha constituido constitucionalmente un sistema penal


especial de regulación para la delincuencia organizada. Lo anterior, a fin de
adoptar una normativa diseñada ex profeso para atender de manera frontal
y eficiente dicha problemática social.

28
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

79. En efecto, mediante reforma de dieciocho de junio de dos mil ocho, el


legislador constituyente determinó insertar en el texto de nuestra
Constitución Federal, una regulación o sistema normativo especial en
materia de delincuencia organizada, a fin de adoptar nuevos mecanismos
de prevención, investigación y represión de este fenómeno social.

80. Así, al determinarse que la perniciosa acción de la criminalidad organizada


afectaba de manera superlativa tanto a la paz como a la seguridad pública
de nuestro país, pero más aún, a las instituciones y funciones inherentes al
Estado mismo, se reguló a nivel constitucional el sistema penal especial de
regulación para la delincuencia organizada

81. La justificación de estas importantes medidas legislativas, lógicamente lo


fue el reconocimiento de la existencia de una crisis de seguridad en nuestro
país, que ameritaba la implementación de un combate frontal en contra de
estos grupos delincuenciales que amenazan al Estado mexicano en su
conjunto, tal y como la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión lo
reconoció:

En nuestro país, los niveles de impunidad y de inseguridad pública se


han incrementado en los últimos años, lo que dificulta el desarrollo
político, económico y social de México, además de que siembra
incertidumbre, temor generalizado en la sociedad y provoca
desconfianza en las instituciones del Estado además de que obstaculiza
el pleno desarrollo individual de los miembros de la sociedad…Es por
ello, que se requiere una revisión profunda a nuestras instituciones y a
nuestra legislación, a fin de hacer frente a las formas que la delincuencia
ha adoptado22..

82. En efecto, al haberse calificado de urgente el rediseño de las herramientas


jurídicas con que contaba el Estado Mexicano, a fin de hacer frente a este
fenómeno delictivo trasnacional, esto derivó en la modificación de los
sistemas clásicos de procuración y administración de justicia, a fin de
brindar a la sociedad mexicana plena certeza de que sus derechos estarían

22
Cfr. Dictamen de la Cámara de Senadores del Honorable Congreso de la Unión (Cámara
Revisora) de 13 de diciembre de 2007.

29
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

garantizados, no sólo dentro del marco jurídico, sino también por las
autoridades responsables de aplicarlo. Consecuentemente, se procedió a la
reforma de nuestro sistema jurídico –, cuyo antecedente fue a nivel federal
secundario (1996), y posteriormente a nivel constitucional (2008).

83. Con base en la reforma constitucional, se sostiene el establecimiento de un


tratamiento diferenciado entre los delitos comunes, con respecto a aquellos
considerados como de delincuencia organizada.

84. En efecto, el sistema penal especial implementado para combatir dicho


fenómeno delictivo -bajo una perspectiva sociológica jurídica moderna- no
solo tiende a restablecer la vigencia de la norma y de las instituciones
jurídicas derivadas de la misma, cuya legitimidad ha sido puesta en tela de
juicio con la acción de estos grupos delincuenciales transnacionales, sino
que también, a través de esta enérgica reacción de política criminal, se evita
la desaparición del Estado Social y Democrático de Derecho en el cual
vivimos.

85. Consecuentemente, con base en esta ideología y postulados defensistas de


la sociedad y del Estado mismo frente a un especialmente lesivo tipo de
ataque”–no proveniente de la delincuencia común-, fue por lo que se generó
este régimen o sistema penal especial, lo que justifica y legitima la adopción
de nuevas figuras jurídicas, de modo que se modifican sustancialmente los
clásicos postulados del derecho penal y de derecho procesal penal vigentes
en nuestro país.

86. Sobre el particular, podemos mencionar los siguientes artículos


constitucionales (cuyo texto es posterior a la citada reforma de dieciocho de
junio de dos mil ocho), a fin de ejemplificar este nuevo paradigma ius
punitivo:
- En el párrafo octavo del artículo 16 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos,23 se establece la posibilidad de que la autoridad
23
La autoridad judicial, a petición del Ministerio Público y tratándose de delitos de delincuencia
organizada, podrá decretar el arraigo de una persona, con las modalidades de lugar y tiempo que
la ley señale, sin que pueda exceder de cuarenta días, siempre que sea necesario para el éxito de
la investigación, la protección de personas o bienes jurídicos, o cuando exista riesgo fundado de
que el inculpado se sustraiga a la acción de la justicia. Este plazo podrá prorrogarse, siempre y
cuando el Ministerio Público acredite que subsisten las causas que le dieron origen. En todo caso,
la duración total del arraigo no podrá exceder los ochenta días.

30
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

jurisdiccional, a petición del ministerio público y en tratándose de delitos


vinculados con la delincuencia organizada, pueda decretar el arraigo de una
persona.

- Por otra parte, en el artículo 18 constitucional, párrafo octavo, 24 se establece la


imposibilidad para que los sentenciados por delitos vinculados con la
delincuencia organizada, puedan compurgar sus penas en los centros
penitenciarios más cercanos a su domicilio (no obstante considerarse como
una medida coadyuvante a fin de propiciar su reintegración a la comunidad).

- Asimismo, en el artículo 19 constitucional, párrafo segundo, 25 se establece que


en tratándose de delitos de delincuencia organizada, la prisión preventiva
siempre será oficiosa.

- De igual manera, en el precitado dispositivo constitucional, pero ahora en su


párrafo sexto,26 se establece la imprescriptibilidad del delito de delincuencia
organizada.

- Y finalmente, entre otros tantos ejemplos de este sistema especial de


regulación penal en materia de delincuencia organizada, podemos mencionar
que en el artículo 20, apartado B, fracción III, constitucional, 27 claramente se
establece la posibilidad de que pueda mantenerse en reserva el nombre y
datos del acusador (Testigo Protegido), o bien, la posibilidad de que en la ley,
puedan establecerse beneficios a favor del inculpado, procesado o
sentenciado que preste ayuda eficaz para la investigación y persecución de
delitos en materia de delincuencia organizada (Testigo colaborador).
87. Lo anterior nos permite advertir los nuevos derroteros por los cuales
transitará nuestra política criminal de Estado frente al régimen excepcional
para la delincuencia organizada; es decir, se advierte la intención del
legislador constituyente de modificar la tradicional forma de reacción estatal
a fin de hacer frente a un problema social de gran envergadura, el cual, no

24
Los sentenciados, en los casos y condiciones que establezca la ley, podrán compurgar sus
penas en los centros penitenciarios más cercanos a su domicilio, a fin de propiciar su reintegración
a la comunidad como forma de reinserción social. Esta disposición no aplicará en caso de
delincuencia organizada y respecto de otros internos que requieran medidas especiales de
seguridad.
25
El Ministerio Público sólo podrá solicitar al juez la prisión preventiva cuando otras medidas
cautelares no sean suficientes para garantizar la comparecencia del imputado en el juicio, el
desarrollo de la investigación, la protección de la víctima, de los testigos o de la comunidad, así
como cuando el imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado previamente por la
comisión de un delito doloso. El juez ordenará la prisión preventiva, oficiosamente, en los casos de
delincuencia organizada.
26
Si con posterioridad a la emisión del auto de vinculación a proceso por delincuencia organizada
el inculpado evade la acción de la justicia o es puesto a disposición de otro juez que lo reclame en
el extranjero, se suspenderá el proceso junto con los plazos para la prescripción de la acción penal.
27
III. A que se le informe, tanto en el momento de su detención como en su comparecencia ante el
Ministerio Público o el juez, los hechos que se le imputan y los derechos que le asisten. Tratándose
de delincuencia organizada, la autoridad judicial podrá autorizar que se mantenga en reserva el
nombre y datos del acusador.
La ley establecerá beneficios a favor del inculpado, procesado o sentenciado que preste ayuda
eficaz para la investigación y persecución de delitos en materia de delincuencia organizada.

31
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

solo en nuestro país, sino a nivel mundial, se ha convertido en un verdadero


desafío del que depende la subsistencia del orden mundial que conocemos.

88. No sobra decir, que este Tribunal Constitucional ha reconocido que el


Poder Legislativo tiene un amplio margen para moldear la política criminal
en nuestro país y, consecuentemente, para decidir en ese contexto qué
medidas se adoptarán para combatir el fenómeno delictivo organizado que
aqueja a nuestra sociedad.

89. De esta suerte, el legislador constituyente, se reitera, en ejercicio de la


facultad constitucional de configuración legislativa, diseñó la política criminal
aplicable para regular la problemática social que representa la delincuencia
organizada, estableciendo un aludido régimen penal especial.

90. Es por lo anterior, que este Alto Tribunal pondera la fuerza normativa del
principio democrático de separación de poderes, cuya consecuencia obvia
es que los otros órganos del Estado -entre ellos, el juzgador constitucional-
deben respetar la libertad de configuración con que cuentan las autoridades
legislativas en el marco de sus atribuciones. Conforme a lo anterior, la
severidad del control judicial se encuentra inversamente relacionada con el
grado de libertad de configuración por parte de los autores de la norma.

91. Finalmente, debe decirse que en el caso de la normatividad destinada a


regular y preservar la seguridad pública, como uno de los bienes de mayor
jerarquía dentro de nuestra sociedad, la intensidad del análisis
constitucional por regla general, debe ser poco estricto, a fin de no vulnerar
la libertad configurativa del legislador, en una esfera pública (seguridad) en
que la propia Constitución establece una amplia capacidad de intervención y
regulación diferenciada del Estado; circunstancia que implica que las
posibilidades de injerencia del juez constitucional en este rubro deben ser
menores y, por ende, la intensidad de su control se ve limitada.

92. Al respecto, fue aplicada, por identidad de razón, la jurisprudencia


sustentada por esta Primera Sala, bajo el rubro y texto siguientes28:
28
Jurisprudencia 1a./J. 84/2006, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
tomo XXIV, noviembre de 2006, página 29.

32
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

ANÁLISIS CONSTITUCIONAL. SU INTENSIDAD A LA LUZ DE LOS


PRINCIPIOS DEMOCRÁTICO Y DE DIVISIÓN DE PODERES. Acorde
con las consideraciones sustentadas por la Primera Sala de esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación en la tesis 1a. CXXXIII/2004, de
rubro: ‘IGUALDAD. CASOS EN LOS QUE EL JUEZ CONSTITUCIONAL
DEBE HACER UN ESCRUTINIO ESTRICTO DE LAS
CLASIFICACIONES LEGISLATIVAS (INTERPRETACIÓN DEL
ARTÍCULO 1o. DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS).’, siempre que la acción clasificadora del
legislador incida en los derechos fundamentales garantizados por la
Constitución, será necesario aplicar con especial intensidad las
exigencias derivadas del principio de igualdad y no discriminación. De
igual manera, en aquellos asuntos en que el texto constitucional limita la
discrecionalidad del Congreso o del Ejecutivo, la intervención y control del
tribunal constitucional debe ser mayor, a fin de respetar el diseño
establecido por ella. Para este Alto Tribunal es claro que la fuerza
normativa del principio democrático y del principio de separación de
poderes tiene como consecuencia obvia que los otros órganos del Estado
-y entre ellos, el juzgador constitucional- deben respetar la libertad de
configuración con que cuentan el Congreso y el Ejecutivo, en el marco de
sus atribuciones. Conforme a lo anterior, la severidad del control judicial
se encuentra inversamente relacionada con el grado de libertad de
configuración por parte de los autores de la norma. De esta manera,
resulta evidente que la Constitución Federal exige una modulación del
juicio de igualdad, sin que eso implique ninguna renuncia de la Corte al
estricto ejercicio de sus competencias de control. Por el contrario, en el
caso de normatividad con efectos económicos o tributarios, por regla
general, la intensidad del análisis constitucional debe ser poco estricta,
con el fin de no vulnerar la libertad política del legislador, en campos
como el económico, en donde la propia Constitución establece una amplia
capacidad de intervención y regulación diferenciada del Estado,
considerando que, cuando el texto constitucional establece un margen de
discrecionalidad en ciertas materias, eso significa que las posibilidades de
injerencia del Juez constitucional son menores y, por ende, la intensidad
de su control se ve limitada. En tales esferas, un control muy estricto
llevaría al Juez constitucional a sustituir la competencia legislativa del
Congreso -o la extraordinaria que puede corresponder al Ejecutivo-, pues
no es función del Poder Judicial Federal, sino de los órganos políticos,
entrar a analizar si esas clasificaciones económicas son las mejores o si
éstas resultan necesarias

93. Establecido lo anterior, bajo el mismo seguimiento al precedente destacado


de esta Primera Sala, se sostiene a su vez que la normatividad impugnada
tampoco contraviene el principio de igualdad contenido en el artículo 1º
Constitucional, en tanto no impide de manera absoluta la concesión de
beneficios preliberacionales para el sentenciado por el delito de
delincuencia organizada; pues aun permite como supuesto de excepción a

33
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

quienes colaboren con la autoridad en la investigación y persecución de


otros miembros de la delincuencia organizada; respecto de lo cual, se
retoman las consideraciones siguientes.

94. La anterior figura fue trasladada al ámbito internacional por parte del
derecho anglosajón29. Importada a nuestro país, obtuvo su carta de
naturalización en el ámbito internacional tras la suscripción de la
denominada Convención de Palermo contra la Delincuencia Organizada
Transnacional, en cuyo artículo 26 se establecen las “Medidas para
intensificar la cooperación con las autoridades encargadas de hacer cumplir
la ley”. En México, dicho concepto jurídico fue utilizado por vez primera en
mil novecientos noventa y seis, con la expedición de la Ley Federal contra la
Delincuencia Organizada.

95. En efecto, bajo el concepto testigo, se puede englobar in genere, a toda persona
que ha presenciado o percibido a través de sus sentidos la comisión de un hecho
delictivo. Por su parte, al agregarle el vocablo “protección/protegido”, se hace
directa referencia a la obligación del Estado de preservar la vida e integridad
personal de dicho declarante, ante cualquier sospecha de una potencial
afectación. Mientras que la nota de “colaboración/colaborador”, atiende a la
existencia de una especie de negociación o acuerdo entre el Estado y
determinado testigo, usualmente miembro o ex miembro de una banda de
criminales organizados, el cual, acepta revelar información y/o datos eficaces
tendentes a la captura de otros integrantes de dicha organización criminal o bien,
a la neutralización de sus actividades antisociales, a cambio de un beneficio por
parte del Estado, usualmente consistente en inmunidad o reducción de las
consecuencias legales a imponer, aunado a la protección de su vida e integridad
personal30.

29
La protección de testigos empezó a adquirir importancia por primera vez en los Estados Unidos
de América a partir de 1970, como procedimiento legalmente autorizado que se habría de utilizar
junto con un programa para el desmantelamiento de las organizaciones delictivas de tipo mafioso.
Hasta entonces, predominaba sin excepción entre los miembros de la Mafia el “Código de Silencio”
no escrito (conocido como “omertà”), que amenazaba de muerte a quien cooperara con la policía.
El primer testigo protegido del cual se tiene registro fue Joe Valachi, quien en 1963, declaró con
respecto a la estructura interna y modus operandi de la mafia italiana para ese entonces radicada
en Estados Unidos. No obstante que dicho testificante no detentaba un puesto importante en dicha
organización criminal, pudo proporcionar información relevante sobre las operaciones de ésta.
30
Al respecto, la doctrina mayoritaria considera que la institución del “Testigo Colaborador”
encuentra su antecedente en la figura del Plea Bargain (declaración negociada), propia del derecho
anglosajón, la cual, debe entenderse como un acuerdo dentro de un proceso judicial, por virtud del
cual, el Estado representado por su órgano de acusación, celebra un acuerdo con la defensa, a fin
de que el inculpado se declare culpable de los cargos imputados, a cambio de obtener un

34
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

96. Así las cosas, debe decirse que una de las medidas procesales más comunes a
fin de salvaguardar la vida e integridad de los testigos protegidos/colaboradores –y
que en el caso concreto es directamente controvertida por la quejosa revisionista-
lo es la ‘Secrecía’. En efecto, el secreto en la protección de testigos y de las
investigaciones, tiene la inherente teleología de ocultar el nombre o identidad de
las personas que declaran ante la existencia de cualquier sospecha de lesión, ya
sea para salvaguardar la seguridad del testificante o bien, para garantizar el éxito
de las diligencias (v.gr. en el caso de resguardo o restricción al acceso a ciertos
testimonios o constancias de autos).

97. En este contexto, México ha suscrito la Convención de las Naciones Unidas


contra la Delincuencia Organizada Transnacional, el trece de diciembre de
dos mil, publicada en la Primera Sección del Diario Oficial de la Federación,
el once de abril de dos mil tres. En la llamada Convención de Palermo se ha
dispuesto:
Artículo 11.
Proceso, fallo y sanciones
1. Cada Estado Parte penalizará la comisión de los delitos tipificados con
arreglo a los artículos 5, 6, 8 y 23 de la presente Convención con
sanciones que tengan en cuenta la gravedad de esos delitos.
2. Cada Estado Parte velará por que se ejerzan cualesquiera facultades
legales discrecionales de que disponga conforme a su derecho interno en
relación con el enjuiciamiento de personas por los delitos comprendidos
en la presente Convención a fin de dar máxima eficacia a las medidas
adoptadas para hacer cumplir la ley respecto de esos delitos, teniendo
debidamente en cuenta la necesidad de prevenir su comisión.
3. Cuando se trate de delitos tipificados con arreglo a los artículos 5, 6, 8
y 23 de la presente Convención, cada Estado Parte adoptará medidas
apropiadas, de conformidad con su derecho interno y tomando
debidamente en consideración los derechos de la defensa, con miras a
procurar que al imponer condiciones en relación con la decisión de
conceder la libertad en espera de juicio o la apelación se tenga presente
la necesidad de garantizar la comparecencia del acusado en todo
procedimiento penal ulterior.
4. Cada Estado Parte velará por que sus tribunales u otras autoridades
competentes tengan presente la naturaleza grave de los delitos
comprendidos en la presente Convención al considerar la eventualidad de
conceder la libertad anticipada o la libertad condicional a personas que
hayan sido declaradas culpables de tales delitos

Artículo 26

beneficio, como puede ser una pena más benigna al momento de su juzgamiento, o bien, la
anulación de algunos cargos. Aunado a la celebración de procesos sumamente breves.

35
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

Medidas para intensificar la cooperación con las autoridades encargadas


de hacer cumplir la ley
1. Cada Estado Parte adoptará medidas apropiadas para alentar a las
personas que participen o hayan participado en grupos delictivos
organizados a:
a) Proporcionar información útil a las autoridades competentes con fines
investigativos y probatorios sobre cuestiones como:
i) La identidad, la naturaleza, la composición, la estructura, la ubicación o
las actividades de los grupos delictivos organizados;
ii) Los vínculos, incluidos los vínculos internacionales, con otros grupos
delictivos organizados;
iii) Los delitos que los grupos delictivos organizados hayan cometido o
puedan cometer;
b) Prestar ayuda efectiva y concreta a las autoridades competentes que
pueda contribuir a privar a los grupos delictivos organizados de sus
recursos o del producto del delito.
2. Cada Estado Parte considerará la posibilidad de prever, en los casos
apropiados, la mitigación de la pena de las personas acusadas que
presten una cooperación sustancial en la investigación o el enjuiciamiento
respecto de los delitos comprendidos en la presente Convención.
3. Cada Estado Parte considerará la posibilidad de prever, de
conformidad con los principios fundamentales de su derecho interno, la
concesión de inmunidad judicial a las personas que presten una
cooperación sustancial en la investigación o el enjuiciamiento respecto de
los delitos comprendidos en la presente Convención.
4. La protección de esas personas será la prevista en el artículo 24 de la
presente Convención.
5. Cuando una de las personas mencionadas en el párrafo 1 del presente
artículo que se encuentre en un Estado Parte pueda prestar una
cooperación sustancial a las autoridades competentes de otro Estado
Parte, los Estados Parte interesados podrán considerar la posibilidad de
celebrar acuerdos o arreglos, de conformidad con su derecho interno, con
respecto a la eventual concesión, por el otro Estado Parte, del trato
enunciado en los párrafos 2 y 3 del presente artículo.

98. Luego, la regulación normativa en cuestión se erigen como el cumplimiento de una


obligación internacional contraída por nuestro país con la ratificación del convenio
de referencia; ello, al diseñar toda una infraestructura legal, material y humana
para combatir de manera mucho más eficaz y directa a dicho fenómeno asociativo
delictivo.
99. De este modo, sumada a la base constitucional para la delimitación del régimen
excepcional de delincuencia organizada, fue pertinente destacar el sustento
convencional de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia
Organizada Transnacional -Convención de Palermo-, entendida como un
instrumento internacional incorporado a nuestro sistema jurídico conforme a los
cánones del Derecho Internacional Público.

36
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

100. A su vez, debe estimarse como el cumplimiento de obligaciones internacionales


contraídas por nuestro país con la ratificación del convenio de referencia;
consistente en diseñar toda una infraestructura legal, material y humana para
combatir de manera mucho más eficaz y directa a dicho fenómeno asociativo
delictivo.

101. De tal modo, que estas últimas consideraciones son acordes a nuestra reforma
constitucional mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el
dieciocho de junio de dos mil ocho, a fin de adoptar un nuevo paradigma procesal
penal por cuanto se refiere a la atención del fenómeno delictivo común
(implementación de un sistema penal de corte acusatorio con preeminencia de la
oralidad), pero también, para incorporar un sistema penal especial de regulación
en materia de delincuencia organizada.

102. Establecido lo anterior, para que el sentenciado obtenga algún beneficio


preliberacional, puede encontrarse en el supuesto señalado como
excepción en la porción normativa impugnada: “quienes colaboren con la
autoridad en la investigación y persecución de otros miembros de la
delincuencia organizada”.

103. De lo contrario, devienen improcedentes los beneficios preliberacionales.


Mas, ello no contraviene los principios constitucionales aludidos, como
tampoco implica una distinción que atente contra la dignidad o discrimine al
sentenciado, sino que se justifica de manera objetiva y razonable, así como
proporcional, precisamente, en el tipo de delito por el que compurga la
pena. Por lo cual, la norma tiene perfecto sustento en el artículo 1º de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

104. Así, no se estima que se dé un tratamiento diferenciado perjudicial


injustificado para el sentenciado por el delito contra la delincuencia
organizada que no se ubique en dicho supuesto jurídico de colaborador;
pues conforme a las anteriores consideraciones se justifica, de manera
objetiva y razonable, así como proporcional, en la mayor relevancia penal
de la conducta delictiva de la delincuencia organizada, así como el impacto
más grave a la sociedad y seguridad pública, como bienes jurídicos

37
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

protegidos por la norma penal, cuando no hay colaboración precisamente


para frenar ese negativo fenómeno social. Lo que revela el especial
tratamiento legal para el delito de que se trata y sus consecuencias
jurídicas.

105. De este modo, bajo un estándar de razonabilidad sobre la distinción


normativa, esta Primera Sala sostiene su validez constitucional, desde que
el legislador atendió la posibilidad de que se accedan a los beneficios
preliberacionales, si se colabora con la autoridad en la investigación y
persecución de otros miembros de la delincuencia organizada.

106. De tal modo, que las consecuencias jurídicas aparejadas con la sanción,
para quienes no se ubiquen en ese supuesto excepcional, necesariamente
tienen que ser de diverso tratamiento jurídico, es decir, no pueden acceder
a los beneficios de quienes sí colaboren.

107. Lo que permite entender la razón de que la conducta penalmente relevante,


no alcance beneficios, ante su mayor afectación e impacto contra los bienes
jurídicos tutelados por la norma.

108. Lo anterior, se apoya en el mismo criterio que ha sustentado esta Primera


Sala, en su similitud jurídica sustancial, en la Jurisprudencia 1a./J. 75/2010,
publicada de rubro y texto siguientes:

DELITOS FISCALES. EL ARTÍCULO 101 DEL CÓDIGO FISCAL DE


LA FEDERACIÓN QUE ESTABLECE LOS CASOS EN QUE NO
PROCEDE LA SUSTITUCIÓN Y CONMUTACIÓN DE SANCIONES
O CUALQUIER OTRO BENEFICIO A LOS SENTENCIADOS POR
AQUELLOS ILÍCITOS, ASÍ COMO LOS REQUISITOS QUE DEBEN
SATISFACERSE EN LOS QUE SÍ PROCEDE SU OTORGAMIENTO,
NO VIOLA EL PRINCIPIO DE IGUALDAD ANTE LA LEY.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido en
jurisprudencia firme que el principio de igualdad ante la ley, contenido
en el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, no implica que todos los individuos deban encontrarse
siempre y en cualquier circunstancia en condiciones de absoluta
igualdad, sino que dicho principio se refiere a la igualdad jurídica, la
cual se traduce en el derecho de todos los gobernados de recibir el
mismo trato que aquellos que se encuentran en similar situación de
hecho. Lo anterior significa que no toda desigualdad de trato es
violatoria de garantías, sino sólo cuando produce distinción entre
situaciones objetivas y de hecho iguales, sin que exista para ello una

38
AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

justificación razonable e igualmente objetiva, de manera que a iguales


supuestos de hecho corresponden similares situaciones jurídicas. En
congruencia con tal criterio se concluye que el artículo 101 del Código
Fiscal de la Federación que prevé los casos en los que no procede
otorgar los beneficios de sustitución y conmutación de sanciones o
cualquier otro beneficio a los sentenciados por delitos fiscales, así
como los requisitos que deberán satisfacerse en los que sí proceda su
otorgamiento, no viola el principio constitucional mencionado, pues no
da trato diferenciado a quienes cometen el delito de defraudación
fiscal respecto de los infractores que sí cuentan con el privilegio de
obtener la sustitución o conmutación de las penas que se les
impongan, ya que existe la posibilidad de que el responsable por
aquel delito pueda gozar de esos beneficios, toda vez que el referido
artículo 101 únicamente prevé en qué casos no proceden 31.

109. Por todo ello, la distinción legal que opera para el delito de delincuencia
organizada, en las diferentes hipótesis que regulan los artículos 43 y 44 de
la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, se justifica de manera
objetiva y razonable, dada la mayor relevancia penal de las conductas
delictivas y su más grave afectación e impacto en los bienes jurídicos
tutelados por la norma penal, y con ello, la prohibición normativa de los
beneficios preliberacionales; por lo que, se reitera, no se atenta contra el
Principio de Igualdad contenido en el artículo 1º de la Constitución.

110. Finalmente, son infundados los agravios del quejoso recurrente, al señalar
que el órgano de control constitucional de primera instancia no cumplió con
el requisito de exhaustividad en la sentencia de amparo.
111. Contrario a lo que se adujo por el quejoso recurrente, en la materia a que se
delimita la presente revisión, el A quo analizó íntegramente el problema de
constitucionalidad planteado; de manera que no corresponde a este Ad
quem reasumir jurisdicción en términos del artículo 93, fracción V, de la Ley
de Amparo, como tampoco se advierte queja deficiente que deba suplirse,
en relación con el artículo 107, fracción II, párrafo quinto, de la Constitución,
en relación con el artículo 79, fracción III, inciso a, de la Ley de Amparo.

31
1a./J. 75/2010, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
tomo XXXII, Diciembre de 2010, página 36.

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AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

112. Por lo demás, con fundamento en el artículo 95 de la Ley de Amparo, así


como el Acuerdo General 5/2013 del Pleno de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, se reserva jurisdicción al tribunal colegiado de circuito
del conocimiento, respecto de los diversos aspectos que no han sido
propios del constitucional a que se ha delimitado la procedencia y materia
de la revisión ante esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación; por lo que se devuelven los autos para que resuelva la litis sujeta a
su jurisdicción.

Por todo lo expuesto y fundado, se resuelve:

R E S U E L V E:

PRIMERO. En la materia de la revisión, se confirma la sentencia recurrida.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a *************, en


contra de la alegada inconstitucionalidad de los artículos 43 y 44 de la Ley
Federal contra la Delincuencia Organizada.

TERCERO. Devuélvanse los autos al tribunal colegiado de circuito del


conocimiento para los efectos precisados en la última parte considerativa de
este fallo.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos al lugar


de su origen y, en su oportunidad, archívese el toca.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,


por mayoría de tres votos de los señores Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea, Jorge Mario Pardo Rebolledo y Presidente Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena (Ponente) en contra de los emitidos por los Ministros José Ramón
Cossío Díaz, quien se reserva el derecho de formular voto particular y Olga
Sánchez Cordero de García Villegas.

Firma el Presidente de la Sala y Ponente, con el Secretario de Acuerdos,


que autoriza y da fe.

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AMPARO EN REVISIÓN 588/2015

PRESIDENTE Y PONENTE:

MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA

EL SECRETARIO DE ACUERDOS:

LIC. JUAN JOSÉ RUIZ CARREÓN

En términos de lo previsto en los artículos 3°, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se
suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en
esos supuestos normativos.

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