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Número 103 - D i c i e m b re d e 2 0 1 8 - D i s tr i b u c i ó n g r a t u i ta w w w. u n i v e r s o c e n tr o .

c o m
2 # 103 EDITORIAL # 103 3

Pugilato sin filosofía Visitas al brujo Ilustración: Santiago Rodas

H
emos pasado de la indignación por los
hechos a la furia frente a las opinio-
nes. Antes se rabiaba por la ineptitud

Y
de los funcionarios, la venalidad de
los contratistas, el cinismo y la falta o soy Fernando, hijo de Fer-
de coherencia de los candidatos, ahora se oyen las nando González, y tengo un
matracas y las cantaletas de clanes fascinados más gran cariño por Estanislao
por las ideas contrarias que por las propias. Parece conocidas. Pero siempre descubría la misma hu-
manidad y terminaba aceptando que la rareza más Zuleta, tanto padre como
que hoy se tienen más claras las discordias que las hijo, porque los recuerdos
afinidades, se piensa por reacción, se practica algo grande e incomprensible estaba encerrada en su
cuerpo, se sorprendía de sus cambios de opinión y son muy bonitos. Primero conocí yo a
parecido a la filosofía de la represalia. Estanislao en la Bolivariana, estába-
Esa permanente crispación frente a los decires de la fragilidad de sus estados de ánimo: “Mi pie
es tan inestable e inseguro, me encuentro tan vaci- mos jugando un partido de fútbol y ten-
ajenos es también una dolencia asociada a la solem- go esa imagen de él, de futbolista, me
nidad. Parece que tomamos demasiado en serio el lante y dispuesto a resbalar, y mi vista es tan poco
fiable, que en ayunas me siento otro hombre que acuerdo que era callado, un poco pesa-
parloteo insomne de las redes, las noticias y la pren- do para correr, pero pateaba duro, esa
sa. Hasta los chistes flojos de quienes se paran so- después de comer. Si me sonríe mi salud y la luz de
un precioso día, soy un hombre estupendo; si ten- era la imagen de deportista.
litarios frente a una cámara pueden generar una Luego vuelvo a ubicarlo entrando
cascada de maldiciones. Bien vendría darle una mi- go un callo que me duele en el dedo del pie, soy
hosco, desagradable e inaccesible”. Era un filósofo aquí a Otraparte, venía los sábados por
rada a los bien conservados Ensayos de Montaigne, la tarde en camión de escalera de esa
ensayos también en el sentido de ser simples inten- de la incertidumbre, un pensador que se veía más
como un ratón en el laboratorio de las ideas que época, se bajaba aquí y siempre traía li-
tos, ejercicios muchas veces predestinados al error. bros bajo el brazo, era de caminar lento,
Era esa una de las virtudes del primer hombre mo- como un búho pontificando desde una rama alta.
Y si eso pasaba con sus ideas filosóficas, hoy pare- entraba y cuando se le decía a mi papá:
derno, según algunos de sus admiradores. Tener “Vino Estanislao”, gozaba mucho, y en-
sus pensamientos por provisionales, llenar sus pá- ce increíble que nos enzarcemos durante años en
las estrategias y las muletillas grandilocuentes de tonces se sentaban ahí en una mesa que
ginas de expresiones como “quizá”, “hasta cierto había pertenecido a Carlos E. Restrepo
punto”, “creo”, “me parece”, palabras que “suavizan los políticos.
Buena parte de nuestras controversias se han con- que era el padre de mi madre, era de un
y moderan la aspereza de nuestras proposiciones”. cedro viejo. Esa mesa la menciono por-
Tal vez la frase más inquietante de Montaigne vertido en una competencia de descalificaciones,
unos pleitos que se alimentan más de la bilis que de la que fue el lugar de reunión de mi padre
para los lectores de estos días fuera esta declaración con sus amigos y hay en ella cierto cor-
sin principios: “Ninguna propuesta me asombra, burla. Batallas en las que más que causar dolor físico
se buscan golpes de desprestigio. Montaigne destaca- dón umbilical de todo lo que ha pasado
ninguna creencia me ofende, por mucho contraste en esta casa.
que ofrezca con las mías propias”. Hoy en día pare- ba los peligros de un concepto de la época que jus-
tificaba la brutalidad en la guerra, el “furor” de los A Estanislao lo recuerdo sentado en
ce una renuncia inaceptable, un vacío de razones, un ángulo del extremo y mi papá en la
un abandono simple y llano. Montaigne hablaba so- combatientes hacía normal que no se contuvieran y
que la piedad pudiera ser olvidada. Ese mismo “fu- cabecera. Él sacaba los libros que traía
bre todo de las opiniones y reflexiones filosóficas, y comenzaba a comentar con mi papá,
ese era el centro de sus intereses y sus conocimien- ror” hace olvidar hoy toda obligación de compos-
tura y valoración de ideas en el debate de nuestras que si los había leído, que tal cosa, inter-
tos, pero por supuesto hablaba también de inquie- cambiaban libros y había una relación,
tudes políticas e inclinaciones religiosas. Hoy en coyunturas. Las razones propias nos hacen duros
para agredir y aislados para aceptar la posibilidad diría uno, casi fraterna, era más bien
día nuestras grandes pugnas son sobre todo elec- una comunión. Por eso cuando me pre-
torales, ni siquiera fundamentalmente políticas o de cambio, no logramos experimentar “el freno de
la benevolencia”. guntan cómo influyó mi papá en Esta-
ideológicas, hemos permitido que el más vulgar de nislao, hombre, yo no creo que haya
los escenarios cope toda la atención. Por eso la pun- En últimas el escepticismo entrega una gran
ventaja. Quienes pierden en una discusión, prue- influido en ese sentido de maestros y
ta de lanza de los duelos digitales del diario pueden esas cosas, sino que había una afinidad,
ser Ernesto Macías o Gustavo Bolívar. ban que tenían razón en dudar de sus propios co-
nocimientos. Y quienes graban para siempre una una armonía, que era no solamente por
Montaigne sentía fascinación por el sentimien- el lado del padre, Estanislao viejo (mi
to de la extrañeza, visitaba los “monstruos” de la “verdad” o un prejuicio solo demuestran que son
más crédulos, y que su alma es más blanda y menos papá decía que era el único amigo que
época, personas con malformaciones, para in- había tenido en la vida), sino por el mis-
tentar encontrar un sentido humano distinto, resistente a dejarse grabar para siempre.
El poeta irlandés Thomas Moore escribió una mo espíritu rebelde, buscador, camina-
para conocer criaturas por fuera de las categorías dor, valiente, solitario, que se enfrenta
especie de oración al sereno escepticismo que pue-
de servir como un pantallazo obligado antes de a la realidad, la denuncia sin amargura
entrar al tinglado de las redes sociales: “Cuando pa- sino con una gran valor y una gran luci-
san las olas del error / qué dulce es alcanzar al fin dez, que fue lo que representó.
tu puerto tranquilo, / y suavemente balanceado por Como Rendón y todo ese grupo, el
la duda ondulante / sonreír a los tenaces vientos mismo León de Greiff que tanto que-
que guerrean afuera”. ría Estanislao, solos se autoexiliaron
porque Estanislao al fin se aisló tam- en cuanto más tenía que violentarse el “Fernando González me enseñó a amar somos absolutamente exilados en una
bién, según me cuentan, y lo mismo fue hombre para cumplir con algo o actuar a mi padre y es como mi padre”, y dice cosa hedionda.
mi papá, mi papá se exilió porque des- de determinada manera. No, el verdade- que el mejor libro que él haya leído de Mi papá hace cincuenta años en la
de que escribe El maestro de escuela en el ro virtuoso siente los mandamientos o la mi padre es Viaje a pie. Revista Antioquia dice, criticando a Ló-
41 y firma ex Fernando González, se me- armonía, esa ley divina connatural, no La última vez que vi a Estanislao fue pez y a los Santos y a Ospina: “Si los
tió aquí a Otraparte y se dedicó a escri- tiene que esforzarse para no robar, para en la Biblioteca Pública Piloto, él entra- gobernantes de Colombia siguen así, lle-
bir sus últimos libros que fueron el Libro no hacer daño al prójimo, en fin, eso es ba, yo iba de paso y lo vi allá y fui a sa- gará el momento en que ni siquiera en
@Montaigne de los viajes y las presencias, La tragico-
media..., y ya era una lucha no contra lo
muy lindo. A Spinoza por eso lo ape-
drean allá en Róterdam, porque él dijo:
ludarlo. Hacía como diez años que no lo
veía: “Hombre Estanislao, qué has he-
las cárceles estaremos seguros”. Vea lo
de hoy: todo profetizado. Entonces no
social, ni lo económico ni lo político sino no señores, qué cuento de que el hom- cho”, ¡qué cariño!, iba con unos de los solamente los unía ese ardor en la lucha,
contra él mismo, entonces por eso quie- bre tiene que ser virtuoso para ganarse discípulos que lo querían mucho y veían esa lucidez, esa soledad, sino en cierto
nes lo siguen o lo leen hasta la etapa de el cielo, no: la virtud es en cuanto no ne- en Estanislao a su maestro, entonces sentido algo de premonitorio, de proféti-
lo revolucionario, social y económico al cesita premio para ser. apenas entré yo, dijo el acompañante co, porque la prueba es que hoy la gente
final dicen: “Fernando González se vol- Bueno, Estanislao después de que de Estanislao: “Fernando, lástima que se emociona con Estanislao, ven en él un
vió místico”, pero no ven que ya estaba vino aquí ( lo recuerdo unas diez veces), tu papá fuera un gran escritor pero que camino, lo mismo es con lo de mi papá,
en otra cosa. Entonces, no sé, generacio- y óigalo bien, eso es muy bonito porque nunca escribiera poesía”, entonces Esta- pero a pesar de todo, porque ellos no tu-
nalmente y en esa convivencia fueron cuando Estanislao después de ese con- nislao se enojó y dijo: “Hombre, toda la vieron grupo político ni social ni econó-
DIRECCIÓN Y FOTOGRAFÍA – Alfonso Buitrago Es una publicación mensual de la Corporación Universo Centro fraternos. Sí, inicialmente sobre todo, tacto con mi papá, y haber coincidido, obra de Fernando está impregnada de mico que los impulsara, ellos surgen por
– Juan Fernando Ospina – Carolina Calle Número 103 - Diciembre 2018 pero Estanislao era un culto y un lector abierto los ojos ambos, pasó a la Univer- poesía”, y la conversación a otra cosa. la misma vida que representan, por el
EDITOR 20.000 ejemplares tremendo, porque en esa época los gran- sidad de Antioquia a enseñar y recuer- Eso fue unos meses antes de morir Es- mismo futuro, claro que la vida se em-
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
des amores de mi papá eran Nietzsche, do que una vez una discípula de él muy tanislao. Entonces, ¿qué hay entre ellos peña y se muestra a sí misma. Ellos eran
– Pascual Gaviria – Gretel Álvarez Impreso en La Patria Schopenhauer, Spinoza, sobre todo. Re- linda me dijo: “Hombre Fernando, yo dos?, pues una afinidad como esas de la muy cercanos, quienes tratan hoy de ha-
COMITÉ EDITORIAL CORRECCIÓN cuerdo que mi papá le decía a Estanis- quiero mucho a Estanislao, Estanislao naturaleza, afinidades que uno llama- cer una escisión, de esquematizarlos, al-
– Fernando Mora Meléndez - Gloria Estrada universocentro@universocentro.com lao: “Hombre Estanislao, acuérdese en en la universidad tuvo una época en la ría en la búsqueda, en la rebelión, en la gunos inclusive oponiéndolos, de eso no
– David Eufrasio Guzmán ASISTENTE ese postulado 33 de Spinoza de la Éti- cual no hablaba bien de tu papá, era un gana de claridad, en el gran fastidio de hay nada, yo diría que hay una comu-
– Sandra Barrientos ca, cuando dice: ‘porque la beatitud no lector crítico de una parte de su obra”. lo circundante, en la afirmación de la nión, pero con mayúsculas.
– Andrés Delgado
DISTRIBUCIÓN GRATUITA es premio a la virtud, sino la virtud mis- Entonces fue una forma de amor y fue distancia que hay entre este medio co- * Fragmento de una entrevista a Fernando
– Anamaría Bedoya DISTRIBUCIÓN ma’”. Desfasa todo el criterio ético, que una dialéctica vital porque después hay lombiano y una persona que sea libre y González hijo realizada en video por Antonio Do-
– Maria Isabel Naranjo – Didier, Gustavo y Simón venía vigente a través del antiguo tes- un reportaje que le hacen a Estanislao, piense; porque creo que hoy la soledad rado en diciembre de 1999. La transcripción es de
WWW.UNIVERSOCENTRO.COM tamento, de que había más mérito ético allá en Cali, salió en la prensa, y él dice: colombiana es más vigente que nunca, Sandra Salazar.
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egotismo. En cambio, en la autobiogra- tuétano, permaneció insensible. Sartre las cuales él también intrigó para que se episodio pintoresco en la crónica de una
fía de su mujer es omnipresente desde pensaba que el terrorismo es la bomba le permitiera presentar su teatro. Y no sociedad que acabó por convertir la ente-
cuando se encontraron en la universi- atómica de los pobres. dudó en sustituir a un profesor de filo- lequia del individuo en eso que los publi-
dad recién salidos de la adolescencia y Sartre dictó su conferencia el lunes sofía desbancado por su ascendencia se- cistas llaman la clientela y los políticos
pactaron una unión en libertad, sin ata- 29 de octubre de 1945 en el club Main- mítica en un incidente que recuerda el la masa, en un ente cuyos problemas de
duras, una monogamia singular que tenant. Anunciada con bombos y pla- que manchó la reputación de Heidegger conciencia están definidos por el rol so-
solo desató la muerte. Y juntos acaba- tillos, dijo Boris Vian, un novelista del a propósito de Husserl. cial o por la marca de la ropa que usa y
ron de crecer y se formaron y recorrie- círculo sartreano, el acto superó las ex- A pesar de sus contradicciones, que que cuando ataca ese estado de ánimo
ron el mundo entre la China de Mao y pectativas. Se esperaba una reunión la muerte hizo transparentes, Sartre fue que Heidegger nombró el llamado de la
la Cuba de Castro a la que Sartre dedi- de amigos y unos pocos adversarios el dueño de la verdad para muchos inte- nada, siempre puede acudir al aturdi-
có un libro, Huracán sobre el azúcar, has- de adorno pero la cita terminó en una lectuales en todo el mundo, una especie miento de las discotecas contra el vacío,
ta la separación del abrazo postrero en manifestación multitudinaria con em- de papa del ateísmo moderno. Muchos, enviarle a alguien un mensaje de tex-
el anfiteatro, que ella relata con un ale- pujones, destrozos de sillas y damas antes de emitir una opinión sobre cual- to por el teléfono de última generación o
jamiento lindante con el naturalismo desmayadas. A partir de entonces Sar- quier evento, la guerra de Vietnam, el cambiar de automóvil si tiene cómo.
literario, en La ceremonia del adiós, don- tre se transformó en el símbolo de una fusilamiento de un revolucionario, pri- Hace días el joven redactor de una
de describe a su amante con las arterias generación y en el juez acucioso de una mero trataban de adivinar lo que Sartre revista me preguntó cómo había vivi-
destrozadas por las drogas que usó para época conflictiva. Que al final de su habría pensado del asunto. do la gran fiesta colectiva de mayo del
mantenerse despierto y cumplir con la vida encabezó las marchas de los maoís- Aunque en El existencialismo es un 68, porque eso fue, una fiesta callejera
misión a la cual se sentía predestinado, tas franceses validándolas con su pres- humanismo dijo que el existencialista y multitudinaria. Y me pareció que ha-

La aventura
explotado por sus alumnas, y sin con- tigio, para protegerlas de los ataques no confía en la pasión, Sartre hizo de la bía sido el broche de cierre de la última
trol sobre sus esfínteres. Ni siquiera po- de la policía. Después del triste, opaco escritura la pasión de su vida. Y defen- esperanza de la utopía y un descalabro
día escribir. Pero contra la minusvalía papel que desempeñó la izquierda or- dió su literatura de quienes pensaban en cabeza propia. Y me acordé de Rudi
Sartre se dedicó a conceder innumera- todoxa en el movimiento de mayo del que privilegiaba lo morboso, aunque Dutschke, el joven anarquista alemán
bles entrevistas, incapaz de renunciar a 68, Sartre consideró que su deber era nunca falta el morbo en sus novelas, sus sobreviviente a un atentado preparado

del siglo XX
un papel en la sociedad moderna como correrse a la extrema izquierda del es- cuentos y sus dramas de tesis. En últi- por un contemporáneo ultraderechis-
teórico y ejemplar paradigmático de lo pectro político. Tal vez por amor al pro- mas, dijo en la legendaria conferencia, ta en abril de 1968 y muerto en 1979 en
que el siglo XX llamó el compromiso de tagonismo de los extremos. el existencialismo es un optimismo, una su bañera durante un ataque epilépti-
los escritores. Confió a pie juntillas en La conferencia de Sartre no estaba doctrina de la acción, y solo por mala fe, co. Un mes después del atentado, esta-
el poder de las palabras para cambiar el destinada a la publicación, y no tuvo el confundiendo su propia desesperación llaba París y las paredes se llenaron de
mundo. Aunque a veces era más modes- honor de la imprenta hasta que un edi- con la nuestra, los cristianos pueden lla- consignas extrañas: prohibido prohibir,
to. Y desconfiaba del poder de los inte- tor en 1946 se lo concedió, sin permiso marnos desesperados. la imaginación al poder, toma tus de-
lectuales. En La ceremonia del adiós, su de Sartre, según algunos. Aunque es po- A estas alturas si uno se pregunta seos por realidades. Y recordé algunas
por E D U A R D O E S C O B A R novia ya vieja, a pesar de su repudio del
romanticismo y de la sensiblería, cuen-
sible que este lo compusiera todo siendo
como fue. Es preciso recordar que des-
por lo que Sartre significa para el hom-
bre de hoy encuentra una respuesta:
imágenes. La visita de Sartre a Daniel
el Rojo en la cárcel. Su encuentro noc-
ta cómo pidió permiso a los médicos de pués de renunciar al Premio Nobel dejó nada. Sartre dijo al final de su vida, con turno con el Che Guevara en el banco
Ilustraciones: Camila López la morgue para echarse junto al despojo pasar un tiempo y escribió a la acade- resignación: se hizo lo que había que ha- central de Cuba, cuando los billetes cu-
del hombre al que le rindió una fidelidad mia sueca a ver si era posible reclamar cer, se hizo lo que se pudo. Pero como banos llevaban la firma del argentino.
más honda que la fidelidad de la carne. el dinero de todos modos. el marxismo, y el sicoanálisis, es hoy ar- Sus marchas por las calles de París en-
El meollo de El existencialismo es un Sartre en su grandeza fue un mons- queología cultural. Y sus novelas, con la vuelto en las banderas de los maoístas,

J
humanismo es el enigma de la libertad. truo de ambigüedades e inconsecuen- excepción de La náusea, resultan ilegi- repartiendo los periódicos de la extre-
ean Paul Sartre, nacido en guerras tienen en común que a la postre muchos de ellos el papel de una madre ensayo sobre Baudelaire está en clave Sartre advierte, puesto contra las viejas cias, como su mujer. Ella contemporizó bles y cándidas. Lo mismo que sus dra- ma izquierda. No se avergonzaba de los
1905, tenía cuarenta años cuan- se enfrían y se extinguen sobre un mon- sustituta, alcahueta y manirrota. sicoanalítica. San Genet, escrito en cla- filosofías de Kant y Hegel, y alargando con el gobierno de Vichy después de ser mas sobre Prometeo y sobre el infierno desmanes de la revolución cultural, una
do pronunció la conferencia tón de ruinas y polvo dejando espanto- Sartre opinaba que el jazz era como ve teológica, aspiró a probar que un la- las líneas del pensamiento de Marx, que expulsada de la enseñanza por un es- que son los demás. especie de jipismo de los comunistas
fundacional del existencialis- sos desconciertos y crisis espirituales a las bananas: para consumirlo donde se drón, y homosexual declarado, cuando el hombre en un mundo sin dios debe cándalo sexual con una alumna, trabajó Después de un funeral multitudina- chinos, con una diferencia con el jipis-
mo, que provocó un escándalo veces lindantes con el irracionalismo. producía. Era difícil de contentar. Y se eso no se usaba, puede superar moral- convertirse en su propio proyecto y que en una emisora colaboracionista y as- rio que algunos comentaristas enten- mo de occidente: que el levantamiento
en los círculos culturales de Francia y lo Después de la primera surgió en el sui- conocen pocos datos sobre la música que mente a Santa Teresa. No es extraño al decidir sobre lo que quiere ser decide piró al premio Goncourt dominado por dieron como la última manifestación juvenil de los chinos fue estimulado y fi-
convirtió en uno de los hombres esen- zo café Voltaire el movimiento dadá que prefería. Aunque es posible que haya que ocupara un lugar de honor en el ín- por todos los demás hombres. Un pen- las autoridades de la ocupación. Ante del mayo francés, el caso Sartre es un nanciado por un Mao senescente y por
ciales de su época. Ahora, visto con la pretendió transfigurar la locura en un compuesto por dinero letras de cancio- dice de los libros prohibidos para todo samiento que tiene sus raíces, proba-
perspectiva de los años, Sartre se ha estado noble y hasta deseable, después nes para los traganíqueles. Como hicie- católico según la lista del Vaticano. blemente, en Feuerbach, cuyos textos
convertido en una curiosidad antropo- de la espantosa conflagración, del largo ron otros escritores de su entorno, entre Para acercarse a la crónica del exis- sobre el cristianismo eran lectura obli-
lógica e incluso en un pensador desca- proceso de destrucción mutua al que se quienes se destacó Jacques Prévert, au- tencialismo la caudalosa autobiografía gada de los hombres de izquierda.
labrado cuyas reflexiones apenas vale entregaron las naciones de Europa du- tor de las palabras de Las hojas muertas, de Simone de Beauvoir es un recurso in- Mark Lilla en Los pensadores teme-
la pena considerar, pero aún conserva rante un cuatrienio dantesco. una canción que pertenece a la lista de mejorable. En media docena de volúme- rarios, un libro dedicado a los intelec-
la distinción de haberse comprometi- El existencialismo, dijo Sartre en las clásicas del siglo, con innumerables nes de dimensiones heroicas la mirada tuales en la política, repasa la vida de
do con energía y tenacidad implacables su conferencia, estaba destinado es- versiones a cargo de las figuras más que- femenina alumbra a Sartre y sus cama- los más notorios escritores comprome-
con los grandes problemas sociales de su trictamente a los técnicos y los filóso- ridas de la crónica musical del siglo XX. radas: las discordias políticas, los líos de tidos del siglo XX. Heidegger, Arendt,
tiempo. Lo cual hizo de él el testigo acu- fos. Pero pronto se volvió una moda, un Algunos radicales del existencialis- faldas, los celos profesionales, los libros Schmitt, Foucault, Derrida. Entre to-
sador de sus crímenes y hasta su cómpli- modo de escribir y una manera de ves- mo pensaron que en venganza con un que leyeron, las obras que escribían, las dos componen una fábula trágica, unos
ce necesario, pues tardó en reconocer tirse: un gesto vacío. Y también justificó mundo injusto y absurdo era válido el películas que vieron. Beauvoir dijo de su adictos del marxismo, que Aaron lla-
las atrocidades del estalinismo en Ru- una cierta bohemia, la camaradería de suicidio, y se mataron para refrendar la amigo Aaron que se había convertido en mó el opio de los intelectuales, los otros
sia ante las cuales hizo la vista gorda. los intelectuales y los artistas de la “rive fe en la libertad sartreana y en su defini- uno con quien ni siquiera se podía ir a desde su adhesión a los nazis. A Lilla
La fidelidad a los sueños lo condujo sin gauche”, reunidos en los cafés de la orilla ción del hombre como un ser hecho para cine, cuando este se atrevió a repudiar le faltó en el inventario el nombre de
querer a la mala fe, como a muchos in- izquierda del Sena, donde aún se servía la muerte. Sin embargo, en su conferen- las fantasías del marxismo de su novio. Sartre. Que a partir de su famosa con-
telectuales coetáneos suyos a lo largo y el ajenjo después satanizado, y comen- cia Sartre separó el existencialismo de la Y su amante en un rapto de irraciona- ferencia derivó hacia un comunismo re-
ancho del mundo. García Márquez ente- zaba a oírse una nueva forma de la tris- desesperanza que se le atribuyó. Y dijo lidad semejante habría de decir que la calcitrante, como compañero de ruta
rado de la ruida de los derechos huma- teza: el jazz norteamericano cuyo aporte que era más bien una doctrina que hacía Renault es el fascismo, que quien no es porque nunca militó en el partido, en
nos en la isla de su amigo Fidel Castro a la música contemporánea fue reco- posible la vida humana. comunista es un perro y que al mundo una postura que habría de arrastrarlo al
solía decir en la intimidad que no se re- nocido muchas veces por los críticos, y El existencialismo propició ade- le iría mejor sin los hombres. La subjeti- fundamentalismo. El fundamentalismo
fería al asunto para no unirse al coro de cuyas técnicas fueron utilizadas por mú- más una jerga plagada de preposicio- vidad que defendió Sartre en su confe- que ocasionó la ruptura con uno de sus
los enemigos de la revolución cubana. Y sicos de la vanguardia como Stravinski y nes que habló del hombre como un ser rencia paró a veces en un nuevo dogma mejores amigos, el argelino Albert Ca-
el propio Castro para disculpar las mise- el misterioso Eric Satie y hasta por mú- en sí y para sí y condenado a ser libre. y en el incierto resentimiento de un es- mus, porque se negó a pasar por alto las
rias de su experimento social afirmó que sicos rusos más o menos afines a los co- Marx había dicho que la tarea de la fi- critor burgués que se sentía autorizado miserias del gulag.
había un socialismo real y un socialismo munistas como Shostakovich. losofía había sido interpretar el mundo para tener siempre la última palabra en En mi libro de ensayos Cuando nada
para idealistas, pero que solo el fascista El idilio de Miles Davis con la can- pero que era preciso liberarla de su pa- la discusión de todas las cosas que in- concuerda establezco un paralelo entre
aspiraba a la perfección. tante existencialista Juliette Greco fue pel de sirvienta de la teología, para ayu- quietaron el siglo XX, dado a la diatri- estos dos hombres descollantes del exis-
Sartre ya había publicado su nove- un acontecimiento social en el París de darla a poner las cosas patas arriba. Eso ba y la sospecha sobre todo lo razonable tencialismo francés y descubro que por
la emblemática, La náusea, en 1938, los la amarga paz que siguió a la derrota de no es gracia. Así las ven los borrachos. después de la masacre espantosa de la esos misterios de la vida y de la histo-
cuentos El muro, en 1939, y El ser y la Hitler. Las estrellas negras del jazz dis- Y así las vio a veces Sartre con su ojo segunda guerra. ria, Camus, que parecía una figura se-
nada, en 1943, un trabajo que lo consa- frutaban de la paz americana de dólares fosilizado detrás de la pipa pensativa, Las memorias de la señora Beauvoir gundona junto al olímpico Sartre, sigue
gró en los medios académicos como un baratos en los cafés de los seguidores de mientras se apropiaba de las ideas del testimonian sobre el existencialismo vigente, mientras la relevancia intelec-
renovador de la fenomenología de Husserl Sartre. Allí no eran discriminados como marxismo y del sicoanálisis, realizan- más allá de las implicaciones filosóficas. tual de Sartre se ve desvanecida. Por
y de las ideas de Martin Heidegger, aun- en su patria que los obligaba a entrar en do una amalgama que habrían de conti- Sartre, fuera de Las palabras, un breve una razón. Camus condenó la violen-
que es un texto que pocos han abordado. los hoteles de lujo de sus presentacio- nuar Marcuse y sus amigos de la escuela texto autobiográfico de 1964, fue poco cia. Y contra todas las desventuras del
Pero fue su conferencia sobre el existen- nes por la puerta de las basuras. Aun si de Frankfurt, más tarde los guías de la dado a hablar de sí mismo, aunque en siglo conservó la ternura que Sartre re-
cialismo lo que vino a convertirlo en un contaban con la protección de Pannoni- generación jipi, más próxima sin embar- su intimidad, según se supo después, se primía como un lujo burgués, y el amor
escritor popular, leído y discutido, y el ca Rotschild, la multimillonaria inglesa go a las fantasías religiosas del budismo sintiera el mejor de los franceses, poco por la naturaleza, el aire y la luz de las
de más vasta influencia después de la se- descendiente díscola de la más famo- y la simplicidad taoísta que a las cons- menos que un dios a pesar de su aspec- playas africanas, ante las cuales Sartre,
gunda guerra y su posguerra. Todas las sa de las dinastías judías, que hizo con trucciones de la filosofía occidental. Su to sombrío, su erotismo desaforado y su un parisino, un ser urbanizado hasta el
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la arpía de su mujer, una exbailarina sin escrú-


pulos que después fue juzgada y condenada.
le respondieron que en ese caso todos eran ju-
díos alemanes de ocasión. Francois Truffaut,
quimérico. Con una diferencia: los niños de las
flores de los años sesentas, entre quienes me
Compran
y compran
El sueño de los niños de las flores comenzó icono de la cinematografía de aquellos años, conté, sobrevivimos al espanto de la amena-
a frustrarse esa primavera de París. El idealis- dudó si ponerse del lado de los policías france- za real de la guerra atómica, y si también está-
mo de los baladistas anglosajones que contagió ses, proletarios, o de los estudiantes, burgue- bamos llenos de esperanza no era la esperanza
el mundo con sus rimas y guitarras se unió al ses acomodados, en una burda simplificación. en el cielo prometido por la metafísica, sino en

y compran
pragmatismo marxista formando una sopa in- Pero estos, que tuvieron a flor de labios una la de la tierra edenizada por la desnudez y una
esperada. Y el repudio de la violencia siguien- respuesta para todo, declararon que no se po- nueva pureza que aspiraba a devolverle a la
do los mandatos de la inacción creadora de Lao día confiar en nadie que tuviera más de treinta vida un sentido, más allá de los sortilegios de la
Tse y la caridad de Jesús y la no resistencia de años. Con una afirmación que hizo suya An- sociedad de consumo.

. . .
Gandhi se contaminó con la noción de una ira drés Caicedo, un muchacho caleño que termi- El poder de los adolescentes se manifes-

p e n s a r
legítima que levantó los adoquines de la ciudad nó suicidándose con barbitúricos después de tó con frenesí en San Francisco, Nueva York,

s i n
luz y confrontó a la policía francesa en las uni- escribir un grupo de relatos emblemáticos de en las temibles guardias rojas de Mao que re-
versidades. El intento tuvo la belleza del fra- una generación en la literatura colombiana. volcaron China, en los primeros héroes de la
caso. Un fracaso que redondeó la matanza de Aunque nadie ha hecho la tarea de averiguar resistencia a la policía estalinista en Europa
la plaza mejicana de Tlatelolco, en octubre del si valen algo más allá de su valor testimonial. Oriental, en los motines universitarios en Esta-
mismo año. Truffaut, valga la alusión, fue un devoto ren- dos Unidos, las asonadas del Poder Negro y las
Como en los días de la Comuna Marx esperó dido del símbolo sexual de esa generación de brigadas rojas italianas y alemanas de un idea-
en vano que los campesinos apoyaran el levan- los existencialistas, la hermosa Brigitte Bar- lismo asesino. Y en Colombia, claro, hicimos la
tamiento obrero, los líderes estudiantiles del dot, una de las mujeres más bellas de la época, caricatura de todo, en los suburbios de la civili- La diferencia está
mayo francés se quedaron aguardando que los
trabajadores industriales participaran en la su-
que después, retirada de las cámaras, se dedicó
a proteger a las focas de la depredación de los
zación. Y los poetas nos dedicamos a producir
una cantidad aterradora de poemas militantes
en que aquí
blevación. El partido comunista se alineó con- peleteros, lo que no le impidió castrar un burro que no hicieron más que maltratar la poesía sin queremos que pases
tra la efervescencia juvenil que acompañaba que se atrevió a profanar las rosas de su jardín. beneficiar el porvenir.
más bien simbólica que efectivamente el más Y a quien el poeta nadaísta Amilcar Osorio de- El jolgorio degeneró en pánico. En homici- una navidad tranquila,
reputado de los escritores de Francia, que odia- dicó una oración. das seriales como Charles Manson, o como la por eso te invitamos
ba a De Gaulle. Aunque este había dicho en re- Los jipis huyeron de la prosperidad de sus banda alemana de Baader Meinhof. Pero a pe-
chazo de las insinuaciones de su jefe de policía, hogares a la incomodidad de los suburbios don- sar de las miserias quedaron sentadas unas co- a ahorrar y a pensar bien
que Francia no podía detener a Voltaire. Sartre de instalaron sus carpas, sembraron lechugas y sas. Los pobres dejaron de ser una fatalidad
sobrevivió doce años más. De Gaulle murió dos leyeron a Blake y Rimbaud. Algunos han visto teológica para ser un problema moral de la so-
antes de endeudarte.
años después de la revuelta. en la época la tiranía de la adolescencia. Cuan- ciedad entera y cambiaron las relaciones en-
El movimiento coincidió también con la do los adolescentes de las ciudades capitalistas tre los hombres y las mujeres y entre los padres
muerte infeliz, en Bolivia, del Che Guevara, descubrieron al mismo tiempo el poder de com- y los hijos. A pesar del sentimiento de frustra-
que la insurgencia juvenil había cristificado. prar y el hastío de las sociedades de consumo. ción muchas cosas no volverán al estado ante-
Y con los crímenes de la pandilla del nombra- La época presentaba todos los síntomas de esa rior. El mundo enfrenta hoy otros peligros: el
do por un poeta nadaísta el genocida de Cielo edad conflictiva y cándida en sus propósitos y empobrecimiento ambiental, el envilecimiento
Drive. Un hombrecito insignificante llamado sus métodos. Y los universitarios de los países creciente de las masas consumistas de las mega-
Manson, que se asumió como nuevo Hijo del desarrollados amasaron en el mismo bollo in- ciudades, la crisis energética, el terrorismo re-
Hombre, el vástago desadaptado de una pros- creíble el pensamiento económico de Marx y la ligioso, las corrupciones de las gerentocracias,

La diferencia está en Confiar


tituta, que había pasado casi toda su vida en los filosofía disidente de Marcuse con las fantasías los contratistas y los políticos en todas partes.
reformatorios, y aspiraba a fomentar por el des- de cocainómano de Freud. Liberación fue la pa- Y la mezquindad de una sociedad estragada por
orden gratuito, una gran revuelta de los negros labra de moda. El rechazo a los padres, la crítica la insensibilidad del mercado y la brutalidad fi-
contra los blancos ricos de los Estados Unidos. de la autoridad, el derecho a soñar. Todo lle- nanciera. Incapaz de desesperar. Sumida en la
Por raro que parezca, aquellos años califi- no de inocencia en medio de un gran desgreño. inconciencia de los artilugios electrónicos.
cados de maravillosos por los cronistas fueron Los jipis alrededor de las hogueras de las comu- Mayo del 68 es hoy una fábula que conta-
los más violentos del siglo XX según la estadís- nas de la familia abierta proclamaban una nue- remos a nuestros nietos sin remordimiento.
tica. Detrás de las guitarras y las diademas de va sensibilidad. Contra el matrimonio el amor Con el orgullo de haber aspirado a lo imposi-
margaritas bullía el malestar de la cultura, en libre, contra el trabajo el ocio creativo, contra ble. De haber participado en una gran aventu-
medio de una prosperidad como no había co- la guerra la ternura. Toda Tierra es Tierra San- ra que culminó con el funeral multitudinario
nocido la historia de la humanidad. Por alguna ta, proclamó Timothy Leary, el profeta del áci- de un anciano alcohólico, como último acto del
razón poética poco más tarde los norteameri- do lisérgico, que primero quiso convertir el LSD drama de una generación que quiso cambiar el
canos pisaron la superficie lunar, iniciando la en la eucaristía de una nueva iglesia del hedo- mundo, que siguió su marcha dejando un mon-
fuga hacia las estrellas del porvenir. Y sellan- nismo hasta que se vio obligado a esconderse en tón de mártires, literaturas, películas y cancio-
do la superioridad de la técnica sobre las ruin- México de las autoridades norteamericanas. nes. Nadie puede culparnos. Ni existe razón
dades de la política y de la cháchara filosófica. Nada era nuevo aunque todo parecía nove- para envanecernos. Después de todo, las co-
En la feliz confusión de aquel mayo el co- doso. Visto en perspectiva, sin nostalgia, mayo sas nos sucedieron, mientras nosotros creíamos
misario máximo del partido comunista francés del 68 reeditó por alguna razón oscura, en el ejercer la libertad soberana, el arcano que Sar-
dijo despectivamente que Daniel Cohn-Bendit siglo XX, las experiencias de los valdenses me- tre no fue capaz de desvelar con su obra. Y que
era un simple judío alemán. Olvidando que dievales, y los seguidores de Joaquín de Fiore, para los neurólogos de hoy sigue siendo apenas
Marx también lo era. Y los estudiantes alzados espantados por la hipótesis de un apocalipsis una hipótesis nada más.
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Maharishi y el brazo que sin embargo tenían algunos precios especiales


y ciertas facilidades de pago. Pero no quise escu-
cada momento. Frente al Maharishi había una
mesa con mantel del mismo blanco relumbran-
Tanto que salí directo para el Parque del Periodista
y me emborraché.

pecoso de Fabiola
char más y salí. Al llegar a la esquina de Maracaibo te de las paredes, lo que daba la impresión de que A pesar de todo noté que la meditación me ha-
con Girardot me encontré con Carolo, un antigüo los granos de arroz y las frutas regados frente a cía bien y en los meses siguientes me convertí en
compañero de parrandas, que se alegró mucho de la foto estuvieran flotando. Ante el altar, dos si- asiduo visitante de la casa de Maracaibo. Y del
verme después de tanto tiempo y me invitó a to- llas Rimax que no me parecieron muy a tono con Parque del Periodista. De ese modo crecieron pa-
marnos “alguito” en Parque del Periodista. Inicial- la atmósfera celestial. Edna ocupó la silla de la de- ralelamente mi capacidad de concentración en el
mente le dije que no porque andaba juicioso, pero recha y tomó una tabla de madera que había so- mantra y de dispersión en el alcohol. Me fui alejan-
cuando dijo que solo un ratico dije que sí. Nos sen- bre una mesita. Pasó las hojas adheridas a la tabla do de Fabiola quien, cansada de disculpas y apla-
tamos en la acera y trajo dos cervezas. En principio con un broche metálico y se detuvo en la planilla zamientos, dio con un tipo más macho, más frágil
le dije que no, pero cuando argumentó que un en- de mi matrícula. A medida que leía mentalmente y con más tiempo disponible.
cuentro de esos no se daba todos los días dije que hacía preguntas para corroborar los datos. Todo Para fin de año Edna organizó una jornada es-
sí. Y de ese modo sencillo y lleno de sentido, como iba muy bien hasta que preguntó a qué me dedica- pecial de meditación grupal después de la cual dio
las cosas importantes de la vida, recaí en el alcohol. ba y contesté que era comunicador social. Me miró una extensa charla para ofrecer los productos de
Días después, en el motel Aries, inmerso en el preocupada y bajó la tabla. la marca Maharishi, expuestos en el salón de la re-
por L U I S M I G U E L R I V A S trance de liviandad y apertura espiritual que su-
cede a la pasión carnal, le conté a Fabiola mi re-
—Entonces hay un problema —dijo.
Siempre fui consciente del desprestigio de la
cepción, que se había convertido en una especie
de almacén: aceites, suplementos herbales, locio-
encuentro providencial con las enseñanzas del carrera universitaria que había escogido pero nun- nes, cosméticos, sustancias para el cuidado del ca-
Ilustración: Mónica Betancourt Maharishi y la imposibilidad terrenal de acceder ca pensé que pudiera ser un obstáculo para mi cre- bello, ghee o mantequilla ayurvédica, objetos de
a ellas. Esperaba un gesto solidario o unas pala- cimiento personal. protección electromagnética, todos con la garan-
bras de consuelo pero lo que su rostro me devolvió —¿Qué pasó? —pregunté preocupado. tía de calidad del Maharishi Mahesh Yogi que apa-
fue una mirada de encendida lujuria. Al parecer la —Que la persona que pagó su matrícula dijo recía en cada una de las etiquetas con la sonrisa
confesión de otra de mis limitaciones había reavi- que usted no tenía trabajo y por tanto le cobramos próspera de quien nunca ha tenido que coger un
vado sus pulsiones eróticas recién satisfechas. Me la cuota mínima. Pero si es un profesional debe pa- bus. Luego de embutirle la totalidad del surtido a
estrujó como a un bulto de papas y me dio vuelta al gar la tarifa estándar de un millón de pesos. los asistentes, Edna habló del próximo curso avan-
revés y al derecho sobre un sillón. Yo me concentré Miré a Edna y luego al Maharishi buscando que zado que nos permitiría alcanzar el nivel de siddhi
en su brazo suculento y me olvidé del Maharishi. alguno de los dos me dijera que se trataba de una en el cual era posible lograr la levitación. Me ima-
El tema no se volvió a tocar hasta que la sema- broma. Pero ninguno de los dos dijo nada. giné flotando pero la emoción no duró mucho por-
na de mi cumpleaños, en una oscura habitación de —Lo que pasa es que tengo una profesión en que Edna se encargó de aterrizarme: el curso valía
las residencias Marriot, Fabiola me entregó un so- la que no pagan salarios profesionales —contes- tres millones de pesos. Entonces no me contuve e
bre. Es mi regalo, dijo haciendo un guiño. Lo abrí té sinceramente. hice la pregunta que tenía en la garganta desde el
pensando en un bono para alguna librería pero me Edna siguió como si no me hubiera escuchado. primer día.
sorprendí cuando vi que era la matrícula para el —Como ella solo pagó la mitad usted debe can- —¿O sea que si uno no tiene plata no puede
curso básico de meditación trascendental. Dije el celar quinientos mil pesos para poder hacer el cur- evolucionar espiritualmente?
consabido ¿por qué te pusiste en esas? con no sé so —dijo impertérrita. La mayoría de los presentes me miró con inco-
qué gesto de humildad que ocasionó una nueva —Pero es que no me alcanza. modidad y pena ajena. Pero Edna, imperturbable,
arremetida volcánica. Permanecimos largo rato en un silencio incó- se extendió en una explicación meticulosa.
Fui al miércoles siguiente a la casa de Maracai- modo. Volví al rostro dulce del Maharishi espe- —La plata es materialización de energía. Si
bo llevando en mi mochila los objetos requeridos rando que interviniera por su potencial discípulo, tenés plata estás en posesión de una cantidad de
para el rito de iniciación: una manzana, un pañue- pero el Maestro siguió inmutable. Eso me molestó energía, ya sea que la hayás heredado de alguien o
lo blanco y media libra de arroz. Me abrió una se- y empecé a ponerme de pie. la hayás logrado vos mismo. Si en esta primera eta-
ñora canosa que sin decir palabra señaló dónde —Espere un momento —Edna pronunció la pa has realizado bien tus meditaciones tu mente se

Q
sentarme a esperar el turno. Observé los afiches frase sin ningún énfasis, pero la fuerza de su po- debe haber abierto y tu potencial energético con-
de la pared con esquemas y fragmentos de estu- tencia mental me hizo volver a la silla—. Podemos centrado para lograr lo que buscás en este mun-
uién iba a pensar que dios científicos que demostraban los beneficios de buscar una alternativa. No tiene que pagarlo todo do. Así que si no podés conseguir los tres millones
aquella relación estricta- la meditación trascendental para la inteligencia y ya mismo. Lo puede hacer en cuotas. de pesos es porque no has meditado lo suficiente-
mente carnal con Fabiola la memoria y me entusiasmé con las posibilidades —Es que tengo gastos fijos mensuales que no mente bien, y por tanto todavía no estás en el nivel
me abriría el camino a las de recuperación de mi cerebro estropeado. Luego me permiten meterme en más deudas. para merecer esas enseñanzas.
enseñanzas espirituales miré con detenimiento un cuadro explicativo de los —Puede abonar los quinientos mil en dos cuo- La respuesta no me pareció exenta de cierta ló-
del Maharishi Mahesh Yogi. A Fabiola niveles de consciencia que se atraviesan por medio tas, una la semana entrante y otra la semana de más gica pero no me convenció del todo. Continué yen-
ninguno de ustedes la conoce (de hecho de la meditación constante para llegar a la fuen- allá —siguió con su costumbre de no escucharme. do a la casa de Maracaibo durante unos meses más
yo hace muchos años que no la veo) pero te de energía donde todo se sabe, todo se acepta, —No me da para pagar en dos cuotas —contes- hasta que decidí abandonar al Maestro y buscar
al Maharishi lo recuerdan hasta los más y donde hay una felicidad y una comprensión ple- té sin mucha determinación y luego de dudar un caminos espirituales menos onerosos. De eso hace
legos en asuntos trascendentales por su nas. En esas se abrió la puerta del fondo y apareció momento continué—, aunque tal vez podría pagar más de veinte años y aún hoy conservo la costum-
célebre relación con los Beatles a fina- Edna vestida con una túnica delgadita y colorida en seis cuotas quincenales. bre diaria de meditar. No he alcanzado la paz ab-
les de los años sesentas. Aunque no fue que dejaba trasparentar su cuerpo imperturbable y Edna negó con la cabeza y discutimos un rato soluta con que se ilusionan los devotos pero estoy
esa faceta farandulera del gurú lo que asexual. Expuso la precaria sonrisa que permitía su más ante la mirada ecuánime del Maestro. Al final mucho mejor de lo que pudieran creer los incrédu-
me llevó a él. Tampoco un interés inicial piel tensa y me invitó a pasar a la habitación. acordamos cuatro cuotas de ciento veinticinco mil los. La otra vez un conocido de Envigado me pre-
por su sabiduría. Más bien dos cuestio- Adentro el olor a sándalo y el blanco refulgen- pesos quincenales. Allí me pareció que la sonrisa guntó con esa manera dictatorial de reducir todo a
nes prosaicas: el trago y el sexo. te de las paredes daban una sensación de liviana de Maharishi se acentuó. Entonces Edna dejó la ta- dicotomías tan común en mi pueblo:
Todo empezó con un libro que com- irrealidad. La limpieza absoluta de todo el entor- bla a un lado y procedió a la instrucción. Me dio —¿Y a vos pa qué te ha servido tanta puta me-
pré para un amigo, sobre un tema que no iba más allá de los alcances de la escoba, la tra- todas las indicaciones y mi mantra personal y lue- ditadera si seguís bebiendo como un caballo?
no me interesaba: Meditación trascen- peadora, el balde y el jabón. Pensé en el nirvana go hicimos juntos una meditación en la que casi no —¿Te imaginás cómo bebería si no meditara?
dental, escrito por Jack Forem. Cuando soñado por una madre antioqueña que pasa y re- me pude concentrar pensando en cómo iba a hacer —le contesté levantando la copa.
lo vi en la librería pensé: a Luisfer que le pasa una olla con la esponjilla metálica. Al fondo, para pagar las cuotas y con la idea fija de que de De vez en cuando me acuerdo del rostro de
gustan tanto todas esas cosas le va a en- un altar presidido por la foto del Maharishi Ma- alguna manera me habían tumbado. Sin embargo, niño senil del Maharishi con gratitud, de la cara de
cantar este. Pero antes de podérselo en- hesh Yogi con su risa un tanto burlona y ese as- al terminar la sesión me sentí fresco, dispuesto a palo de Edna con terror y del brazo pecoso de Fa-
tregar la vida dio un giro radical y tuve pecto endeble como a punto de desbaratarse en asumir la vida con alegría, plenitud y entusiasmo. biola con palpitaciones en el segundo chakra.
que internarme intempestivamente en
una granja de resocialización para adic-
tos. En el afán del internamiento solo
alcancé a empacar dos mudas de ropa
y el único libro que tenía a mano. Una mentales de claridad mucho más pro- entrar fue el fragmento de un hombro Un sábado por la tarde, después de
vez inmerso en la terapia no tuve otra fundos y verdaderos que los del alcohol acaramelado con goticas de sudor y un uno de nuestros encuentros, bajaba por
opción para aprovechar el poco tiempo y las drogas. Al final había una lista de brazo pecoso y suculento que surgía de Maracaibo rumbo al paradero de bu-
de lectura que nos permitían que echar sedes en distintas ciudades del mundo la manga sisa. De inmediato sentí re- ses cuando, media cuadra antes de lle-
mano, sin mucho interés, del libro que donde se impartían tales enseñanzas. verberar mi segundo chakra, el sacro o gar a Girardot, vi un letrero grande en
había comprado para mi amigo. Busqué con interés la palabra Medellín, svadhisthana, que conecta directamen- el ventanal de una casa vieja: Medita-
Recuerdo que me llamó la atención pero para los editores de ese texto publi- te con el aparato reproductor. Fabiola, ción trascendental, Maharishi Mahesh
una de esas frases generales con aire cado a comienzos de los años setentas según me contó después, fue cruzada Yogi, charlas informativas, cursos y ta-
axiomático sacadas del sentido común en Estados Unidos no existía ni siquiera por un calambronazo en la columna lleres. Me detuve y toqué el timbre. Sa-
que acostumbran los libros de autosupe- Colombia. La cosa quedó así, me olvidé vertebral ante la presencia de lo que lió una mujer de rostro blanquísimo, la
ración, pero que en ese momento y en del asunto y seguí confinado en ese tra- consideró una virilidad frágil, mezcla piel inmaculada y casi artificial de una
esas circunstancias me pareció revela- tamiento durante casi un año. de macho cabrío y nena desvalida, que vida demasiado sana, que se presentó
dora y contraria a la convicción de os- Cuando volví a la civilización, en- despertó una incontrolable urgencia de como Edna. Le pregunté por los cursos,
curidad innata e inmodificable que por deudado y sin un peso, conseguí trabajo proteger y devorar. Esa tarde nos en- me mandó a entrar y con gesto inexpre-
entonces le atribuía a la vida. Decía algo en una ONG como tallerista de perio- contramos a la salida de la cárcel y sin sivo y rigor pedagógico me explicó los
así como que “todo lo vivo surge para dismo en la cárcel Bellavista. Allí fue muchas palabras caímos presos (val- pormenores de la meditación y la me-
expandirse, nada nace para decrecer”. donde conocí a Fabiola. El primer día ga el símil fácil pero certero) de un pa- todología de los cursos. Escuché entu-
Y luego sustentaba la afirmación con el coordinador me llevó al salón don- sión animal que durante varios meses siasmado hasta que llegó al tema de las Músicas del mundo, arte, bebidas y cafés
ejemplos concretos y argumentos cien- de se hacían las sesiones de aeróbicos y nos llevó a pasearnos por moteles y re- tarifas y supe que el costo para acceder Calle 54 # 42-07 Centro • Tel: 216 8302
tíficos. El libro hablaba además de una gimnasia para presentarme a mi com- sidencias de toda la ciudad. Y en medio a ese conocimiento cósmico era estra- Fb: @CasadeAsterion
técnica que permitía acceder a espacios pañera de equipo. Lo primero que vi al de todo eso nos hicimos amigos. tosférico. Cuando vio mi desánimo dijo
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El escorpión en la boca la escenografía progre de rigor. Los gestores culturales de
la ciudad suelen invitarme a participar en charlas y mesas
redondas sobre un amplio abanico de temas. Conozco las
literaturas de Argentina, Chile, México, Ecuador y Colom-
bia. Gracias a una simpatía dosificada con tino intercam-
bio correos electrónicos con autores incluidos en las listas
de Bogotá-39: algunos incluso llegaron a escribir párrafos
por Á N G E L C A S TA Ñ O G U Z M Á N elogiosos para las contratapas de mis libros académicos.
Estos y las selfis con Caparrós, Guerriero y Piglia me hicie- Caído
del zarzo
ron una celebridad aldeana, famoso en el metro cuadrado
Ilustración: Laura Mejía-Posada de mi red de amigos, cófrades y estudiantes.
Soy un profesor competente. Preparo las clases y ge-
neralmente releo los libros del currículo. Con los alumnos
firmé un armisticio implícito: no les exijo más de la cuen- Elkin Obregón S.
ta y a cambio ellos toleran mis rarezas. No me lío con las
“No hables. médicos y gurús del mercado, el perio- en el teclado del computador. Por un América Centenario me lleva a la cres- chicas de mis clases: para eso, y por fortuna, la universi-

SERIES EN TRES TIEMPOS


Mira cómo las cosas a tu alrededor dista trazó con brocha gorda las fron- par de semanas fui un cínico Jerry Ma- ta de la ola apretar el cuello de la aman- dad es amplia y generosa en la carne ingenua. No me enor-
se pudren”. teras de las edades. Ya se considera guire. Un señor Anderson sin el mesia- te de turno, quitarle paulatinamente el gullece decirlo, pero las reactivas a mi encanto otoñal son
HAT una persona mayor, eufemismo de vie- nismo kung-fu. Un Alvy Singer. aire, hacerla rozar el orgasmo por la vía las provenientes de familias encabezadas por la madre. No

U S
na tarde de miércoles,
jo, a quien haya traspuesto la puerta de
los 39. De esa manera baladí me trope-
El baldado de agua fría me abrió los
ojos y lo que vi no me gustó nada: ha-
de la violencia consentida. Muy pronto
—tal vez a los 31— tuve conciencia de
les pido mucho. Migajas de compañía los sábados en la no-
che, los domingos en la tarde. Se dan conmigo el baño de
1
abemos que por desgracia la máquina del tiempo es imposible y que,
mientras esperaba el turno cé con una verdad, aún no sé si dolorosa bía llegado a ser un adulto con el pecho mis limitaciones amatorias, de mi me- la trasgresión de salir con un docente y con alguien ma-
como su mejor sucedáneo, hemos de apelar al cine, o, lo que es igual,
para subirme al trono del o cómica: la juventud se me fue para no lleno de ceniza fría y una cara vacía. diocridad en las faenas del tálamo. Los yor cuatro lustros, un rito de paso. A la mayoría las quie-
a la televisión. Dicho lo cual, confiesa este cronista su nuevo amor,
odontólogo, me fijé en una volver. En breve recibiré la marca de in- En otras palabras, un cliché ambulan- trucos aprendidos en las entrañas del ro con el tibio cariño de quien usa y se sabe usado. Procuro
nacido de aquellas zonas metafísicas hechas posibles por el séptimo
revista dejada en la mesa servible, el sello de mercancía pasada de te, el blanco de mis sarcasmos púberes. internet y en las secciones íntimas de no apegarme a sus relucientes pieles: el amor es la calle os-
arte. Ama ahora, con cierta discreción impuesta por los años, a la ac-
de centro. Hojeé a saltos varios artícu- moda. ¿Saldo de la cita?: tres muelas con Desprovisto de conciencia, me volví un las revistas para damas me han servi- cura en la que asestas y recibes puñaladas, el nudo de una
triz británica Diana Rigg; Diana es hoy una dulce anciana en Game of thrones,
los. Al final encontré un reportaje sobre caries y unos pinchazos en la encía. Frankenstein de las rutinas. El apetito do para compensar el gris rendimiento selva posapocalíptica llena de zombis y licántropos. Al ce-
creo, o en serie parecida. Pero la que mueve mi corazón, aunque la conocí hace
los gustos y las etiquetas generaciona- En mi vida las revelaciones no han de escribir páginas honestas y flamíge- y ciertos rezagos de catolicismo infantil. rrar cada vínculo ellas quedan con una biblioteca un poco
poco, existe en 1965, bajo el nombre de Mrs. Peel, en la serie inglesa Los venga-
les. Estaba dividido por décadas. Al ir a tenido el buen gusto de presentarse en- ras cedió espacio y energía a las maqui- Los jóvenes piensan en el ancho más nutrida —demuestro afecto con el regalo y préstamo
dores; comparte allí retos y peligros con el impoluto Mr. Speed, encarnado por
la mía me di cuenta por vez primera de vueltas en nubes rojas ni acompañadas naciones para hacerme un nicho en la mundo, su vista está clavada en las tie- de novelas— y yo con poemas escritos en los periodos de
Patrick Macnee, cuya principal arma es el bastón que nunca abandona (la de
algo evidente para los de la sala, para de voces de ultratumba. Me doy de bru- academia y ligar veinteañeras con deva- rras de los cíclopes y los lotos. Los cua- cortejo y de despecho. Nada memorable.
Mrs. Peel es su dominio de las artes marciales), y al alimón enfrentan a espías y
mis colegas de la universidad, para la ces con ellas cuando la leche se riega o neos artísticos (fotógrafas, publicistas, rentones matamos el reloj en resolver La fugaz vocación eclesiástica paterna fue el motivo
villanos de toda índole. Extraña pareja, su platonismo a toda prueba los exime
gente del cine de anoche y del restauran- en el ritual de embadurnar el rostro con pintoras, cronistas, tatuadoras), dis- asuntos menos épicos y líricos: la cir- de mi nombre. En mi despacho del campus hay un retablo
de besos y otras confianzas, preserva su amor (poco después, miss Rigg optó al
te de hace unas horas: estoy en el borde crema de afeitar. Al llegar a casa abrí un puestas a paliar mi orfandad con mimos cunferencia del ombligo, la batalla sin del santo patrono de los jesuitas. En los cocteles saco de la
fin por los besos; el elegido fue Georges Lazenby, para el caso James Bond en Al
de la vejez. Tras consultar a genetistas, par de botellas de vino y me diseccioné y sadomasoquismo rosa. Desde la Copa cuartel con los vellos insidiosos del arco manga la broma de presentarme como Ignacio Escobar y
servicio secreto de Su Majestad). En resumen, Los vengadores se parece a El San-
exterior de la oreja y el festejo de los ca- recitar para extrañamiento de la audiencia los versos “Las
to, un Santo a dos bandas. Más allá de obvias diferencias, los hermana una elec-
lendarios idos, de las épocas del bandi- cosas son iguales a las cosas / Aquello que no puede ser di-
ción, la de los puños y la astucia sobre el exceso de balas; pero a Templar, tan
daje y la noche. Esta crisis burguesa me cho, hay que callarlo”. Hago parte de un grupo de profeso-
poco platónico como Bond, le faltó su iron lady. Él se lo pierde.
llevó a pensar en mí, en mis logros y fra- res —Los Corleone nos bautizaron a nuestras espaldas—.
casos. Mi crónica vital a grandes tra-
zos podría resumirse así: con el diploma
Defendemos con uñas y dientes los rangos y las jerarquías.
Nos damos la mano en las publicaciones indexadas y ya
2
Las series de esas décadas —sesenta, setenta y aun ochenta— dieron fru-
universitario caliente, encontré la res- conquistamos la cima del puesto de profesor titular para tos perdurables. Todo aquel que las vio tendrá sus favoritas. Cito algunas de las
puesta al problema de la subsistencia en- tres de nosotros. Somos una tropa disciplinada: seguimos mías, sin agotar inventario: Star Trek, Ajedrez fatal, Cuentos del Mono Dorado,
ganchándome en clases ocasionales, el un cronograma de trabajo y en las convocatorias nos pre- El Gran Chaparral, Remington Steele, Perry Mason, Misión imposible, El fugiti-
primer peldaño de la carrera universita- sentamos con un plan diseñado al detalle para que el ga- vo… Sin importar su género, pues hubo de todo, todas presentaban, sobre un es-
ria. Los cheques puntuales y el lustre de nador sea un Corleone. No somos héroes, estamos lejos de quema básico de personajes protagonistas, episodios autoconclusivos; dicho en
pertenecer a una élite fueron el tiquete serlo, pero la palabra villanos no nos describe con justicia. buen romance: te sentabas, seguías la historia y a otra cosa. Nada que ver con la
de entrada a la máquina. Moviendo con No inventamos el juego ni sus reglas, solo las seguimos al invasión actual de series Netflix y similares, que se retroalimentan, ad libitum,
paciencia los alfiles y peones, alcancé la pie de la letra. Y la primera es salva tu pellejo y el del solda- de la audiencia. Si este cronista fuera mamerto, hablaría de alienación. Pero
segunda base: el nombramiento como do de al lado. Lo sé: esta práctica no se acopla al concepto prefiere alejarse de esas aguas, donde se ahogaría sin remedio.
profesor auxiliar. La evolución de apren- humanista de la universidad. En esta pecera se aprende de
diz de escritor a oficinista del conoci- inmediato a desactivar los remordimientos y a convertir la 3
miento fue gradual. Al principio juré, ética en un lujo. ¿Series colombianas? Las hubo, claro, y de muy buena factura. Ubicando en
por la memoria de Li Po y de Roberto Bo- Mis opiniones políticas caben en el enorme salpicón un definitivo fuera de concurso a Yo y tú, la brillante comedia de Alicia del Car-
laño, sacarle tiempo al tiempo y escribir del progresismo liberal. Quedarme en casa los primero de pio, la más memorable es para muchos (me incluyo) Don Chinche, presidida por
en la madrugada o destinar los fines de mayo no es obstáculo para respaldar en Twitter a la clase el personaje que hizo célebre el recién fallecido Héctor Ulloa. En su gestación
semana a redondear por fin un proyecto obrera y sus exigencias. La retórica de megáfono me abre anduvo Pepe Sánchez y también el proteico chileno Duni Kuzmanich. Precurso-
de novela. Honré la palabra un semestre la mandíbula en bostezos olímpicos. Desde luego no venti- ra de muchas cosas, se grababa en exteriores. El taller vivienda de don Chinche
o dos, lo reconozco. La ficción se atascó lo esto, lo guardo en un lugar seguro, no vayan los camara- y Eutimio, la tienda de la esquina, las calles, el barrio, en fin, eran felizmente
en el fango de la lucidez: intenté de mil das del sindicato a confundirse. Al feminismo de trinchera verdaderos. Como lo demostró Señal Colombia hace un par de años, el encanto
formas construir una limpia escena de lo veo con simpatía, apoyo sus consignas pero conservo las de Don Chinche es inmarchito.
amor y hastío, en el espíritu de Virginia distancias. El activismo en general me produce respeto. Lo
Wolff, de J.D. Salinger. La pareja de pro- tomo en serio con el recelo de quien no cambió al mundo y
tagonistas debía separarse y dejar trozos tampoco le interesó hacerlo. CODA
de sí en el otro. El pasaje nunca cua- Me odio a ratos y sin estridencias. No con la sorda fe- Murió el gran Stan Lee. De sus muchas creaciones, mi favorita es Spider
jó. Siempre caía en el sentimentalismo rocidad del adolescente. Odio este manojo de obviedades man. A pesar de sus películas llenas de efectos especiales, su verdadero mundo
del bolero o en la crueldad. Adjudiqué y al escorpión que anida en mi boca. Odio la esperanza de es el cómic. Todavía veo al Araña, con todos sus arreos, haciendo cola ante una
el resultado a la inexperiencia. Una no- una existencia fascinante y la certeza cotidiana del abis- ventanilla de banco. Al llegarle el turno, no puede cobrar su cheque, por obvias
che de tragos lo supe: mi talento narra- mo. Odio la innoble servidumbre de amarme. ¿Cuándo el razones: carece de cédula, no existe en términos contables. Ha sido Lee el único
tivo alcanzaba con esfuerzo la categoría corazón —obstinado— dejará de ser? Permanezco por la que osó hacérnoslo ver. Él es, por antonomasia, el creador del antisuperhéroe.
de modesto. Estaba fuera de mis posibi- misma causa por la que quiero irme: da igual hoy o maña- A mi juicio, es el heredero de otro grande, Lee Falk. Hay que ver qué dice al res-
lidades dotar a las letras de electricidad. na, yo o cualquier otro. pecto Carlos Díez.
La pegajosa luz recibida por la ingesta
de ron no me brindó consuelo: me sentí
cortado por la tijera de los personajes de
Philip Roth, autor al cual en varias bra-
vatas de cantina llamé blando. Las reu-
niones de comités y la pereza asesinaron
a batazos las ganas salvajes de hacer au-
llar a las letras, de dejar un vestigio.
A los cuarenta años no soy una rui-
na. Administro con tacto el consumo
de sustancias que hace menos sofocan-
te el ocio. Tengo en el banco el dinero
suficiente para proporcionarme los gus-
tos de la clase media profesional: un
par de conciertos al año, viajes a la cos-
ta o al eje cafetero en vacaciones. Vivo
de alquiler en un coqueto apartamen-
to de aire bohemio: libros y revistas por
doquier, una pila de cedés piratas con
películas iraníes y europeas, un res-
petable suministro de alcohol, algu-
nas bolsas con motas de marihuana y
12 # 103 # 103 13
Probó con la construcción. Ganaba un mínimo y sentía

Con los fierros encima


que le rendía más que los dos o tres millones que le dejaba
la plaza de vicio, además dormía tranquilo toda la noche
con su familia. Ese trabajo le pareció muy duro, la obra se
acabó y las necesidades lo acosaban.
Aunque llegó a ser el tercero al mando, cuando regre-
só no le dieron nada: la plaza la cobraba otro, la parabólica
y la lavada de las busetas de la ruta las tenían otros, solo le
quedaba cobrar deudas, de lo cual le quedaba el cuarenta
por ciento de lo recuperado, y pernoctar entre las fronte-
por S A Ú L F R A N C O ras invisibles de La Sierra. Gratis. Sin guerra solo hay plata
para los que mandan.
Petiche siente que la bacrim es un servicio social al ba-
Ilustración: Sara Serna Trujillo rrio, que le da respeto y autoridad. Considera que la comu-
nidad le tiene cariño, pero no a todos los respetan porque
no saben ganárselo, porque “ven a alguien con hambre y
no le dan ni un pan, no tratan a la gente seriamente y se

P
pierden en la droga o el alcohol y son muy boletas”, dice.
eto Petiche, así le pusimos el ataque de epilepsia, un vecino que fu- taxistas en compañía de un amigo. La enfrentamientos que por décadas libra- Peto Petiche es un hombre reservado que dice muchas
primer día cuando lo vimos maba en una casa abandonada entre el muerte de Ocampo es una de las gran- ron con Los Pillos, de Villa Liliam, ni con cosas a medias, las piensa y se asegura de que nadie más lo
bajar corriendo por la zanja caserío de Villa Turbay le ofreció fumar des marcas de Petiche. las milicias del Ocho de Marzo iniciando escuche. Sabe que para ascender tiene que ganarse a la or-
que abre la corriente de agua a Petiche y a su amigo Ocampo. Des- Ni en su cuello ni en sus muñecas o la década del 2000, ni con los Chamizos ganización, ser solidario con su gente, ser serio e inteligen-
en la parte alta de Villa Turbay, pués de pensarlo, los dos se decidieron talones se ven escapularios, tampoco o los Pacheli los afectaron tanto. te, sin vicios: juegos, droga, alcohol; tampoco mujeriego,
en la Comuna 8 de Medellín. Él corría por y fumaron. Él sintió vida, tranquilidad aretes. Nada de eso le gusta. Tiene un ta- También él perdió en esa guerra, ahí porque según él la mayoría ha caído por las mujeres.
ese mismo barrizal por donde los milicia- y alivio. tuaje con el nombre de sus dos sobrinas, fue cuando se enroló. En esa guerra re- Dice que no le gusta el poder, pero hace bien lo que le
nos del 6 y 7 de noviembre del ELN pasa- Al otro día, para que no le diera ese las más cercanas y más estigmatizadas clutaron a todo el que veían por ahí me- pidan. Su código de ética no le permitió vender droga a
ban en tropa por la noche, acompañados ataque, fue a buscar al vecino y así lo si- por la misma familia y por la comuni- dio desocupado, y sobre todo a los muy los menores de quince años ni a consumidores que tenían
por los ladridos de los perros. guió haciendo por más de diez años. A dad. Él las quiere como a sus hijas y cada desocupados como Petiche. Acostum- aguantando hambre a su familia por drogarse. Petiche
A sus treinta años, Petiche ha sido los doce años sentía que tenía muchos tanto les da consejos que ni siquiera él brado a ver la guerra desde un lugar dice que esos valores nacen de su familia y de sí mismo.
desplazado tres veces. Es el menor de problemas. Iba mal académicamente, mismo ha podido aplicar en su vida. seguro en la ladera, las explosiones y El miedo ha invadido su cuerpo y erizado su piel trigue-
ocho hermanos y luchó por no seguir peleaba con sus compañeros del cole- Aunque pocos lo ven y nadie lo escu- disparos habían pasado de ser historias ña cuando ha tenido que cobrar una extorsión o cuidar al-
los pasos de la mayoría de sus parientes, gio y con sus hermanos. La traba le ha- cha tendido en su cama, que no es más de sus hermanos y juego de niños a ser gún secuestrado. Le teme a la traición, pues ha visto cómo
pero al final cayó. Su esposa y sus dos hi- cía ver todo mejor. “Pues si mi mamá y que unas tablas en un segundo piso, la su sobresalto de cada día y noche. se ha llevado a más de uno; especialmente en las cúpulas.
jos, que llevan los nombres de uno de sus mi papá tienen que trabajar para darnos decepción de sí mismo por no lograr sus Pasada esa guerra, y a sus veinte Ir preso es otro temor, pero el día que le toque pagar algo
familiares más queridos y de su mejor comida, pues que trabajen”, se decía a sí metas lo arrolla. No fue policía, no es- años, intentó relajarse y se fue a probar lo hará con toda la cabeza fría. Siente que ha cometido in-
amigo, son la fuerza que lo inclina a sa- mismo bajo la traba. tudió, los problemas familiares del pa- suerte a Apartadó en una finca con al- justicias y por eso mismo sabe que tendrá que pagarlas.
lir del hampa, pero no ha sido suficiente. Con Ocampo lo unió el vicio en una sado no se han solucionado, el hampa gunos familiares. Otra guerra lo hizo Le gusta y prefiere la vida sencilla, pero en abundan-
Petiche, de contextura gruesa y ras- complicidad y una confianza comproba- cada vez lo compromete más y no sabe regresar a Medellín y sin saber hacer cia. Dos o tres arepas en un plato lleno de arroz con huevo
gos bruscos, creció en un ambiente fa- das desde que él le dijo: “Si usted fuma y sino coger los fierros o los hierros, pero nada se enroló de nuevo en el mismo y chocolate. ¿Gaseosas? No. Prefiere la aguapanela y los ju-
miliar afable, que acogía a sus vecinos, a no le dice a nadie, yo fumo y tampoco le el azadón poco le gusta. grupo armado. gos. Sueña con conocer los hermosos lugares de Colombia
los sacerdotes, a las monjas y a los semi- digo a nadie”, y así fue. Nadie supo por La marihuana lo acercó a otros jóve- La segunda oportunidad que tuvo con su familia.
naristas en cada fiesta católica que se ce- boca de Ocampo que ellos fumaban ma- nes consumidores y a algunos paramili- para dejar el hampa fue por su hijo y su Por diez años no durmió tranquilo pensando en los su-
lebraba en el barrio. La generosidad era rihuana. Para Petiche, Ocampo era más tares que se torcían, para él era bacano esposa. Con su hijo mayor, cuando te- yos, incluso en estos días el sueño lo ha abandonado. No ha
un mandato en su casa, pero la violencia serio que él y esa confianza la compro- andar con ellos y tener con qué drogar- nía cuatro años, vivió un momento que sido capaz de irse a dormir temprano, el deseo de salir del
parece perseguirlos a donde vayan. bó cuando en la adolescencia, después se gratis. Ha escapado a la muerte, pero él define como triste: “Mi hermano fue hampa lo hace divagar en el barrio, perderse en la noche,
A los ocho años de edad pocas cosas de robarse una plata en una guardería, no a la frustración y al fracaso que sien- a la casa y dejó la pistola sobre una mesa paso a paso, minuto a minuto.
le preocupaban. No entendía por qué te- la milicia los sacó de su casa y Ocampo te, aunque no acepta. y mi hijo la cogió y empezó a jugar con Sabe que cada vez será más tarde, pero que justo des-
nían que salir de su finca, que contaba se echó la culpa del robo, asumiendo to- *** ella y a decir: así de potente quiero yo pués de la hora más oscura vendrá la luz y espera que no lo
con un inmenso solar, cafetales, pláta- dos los riesgos: la tortura o la muerte. La peor guerra que ha azotado a la una ¡bam, bam, bam!”. Por eso empezó coja dormido, con los fierros encima y las ilusiones perdi-
nos y animales. Años después se enteró Una muerte que encontró a los diecio- banda de La Sierra fue entre ellos mis- a soltar toda responsabilidad en el gru- das, y menos corriendo por una zanja de agua como cuan-
de que dos de sus hermanos extorsiona- cho años cuando se dedicada a atracar mos en el año 2009. Ni los cruentos po armado y buscó trabajo. do lo conocimos.
ban a los pobladores de la vereda La Tol-
da, en Santa Fe de Antioquia.
Su infancia fue feliz, pero el día
que salieron de la finca las preguntas
lo invadían: ¿por qué nos vamos y de-
jamos la casa sola?, ¿por qué dejamos
las cosas y salimos con maletas tan pe-
queñas?, ¿por qué dejamos a los anima-
les?, ¿por qué mi perro no puede venir
y lo dejamos allá triste y abandonado?,
¿cuándo volveremos?
De la vereda llegaron a San Javier,
un barrio en la Comuna 13 de Medellín.
Allí, más de ocho personas se acomo-
daron en una casa que más parecía una
pieza. Dormían calorocitos, casi unos
encima de los otros. El piso frío y duro
compensaba un poco el calor del arru-
me. A los meses, un hombre le ofreció al
padre de Petiche una casa en el barrio La
Sierra para que se acomodaran mejor.
***
Sus manos gruesas y sucias se han
mantenido activas desde niño, empu-
ñando la madera y el metal para ayu-
dar en su familia. La brusquedad lo ha
acompañado desde su infancia trabaja-
dora, lo marcó la fuerza para mover y
arrastrar en el campo; también las pe-
leas entre hermanos que, aunque de ni-
ños, le exigían mayor valor por ser el
menor de la familia.
“Mi papá estaba muy enojado conmi-
go porque yo traía un palo muy pequeño
para el cerco que estábamos haciendo,
entonces apenas llegué él jaló el palo
y con una punta me hizo esta cicatriz”,
dice señalándose el hombro derecho.
Pero a él le fue bien, ya que para sus her-
manos los castigos eran de otra índole,
cercanos a la tortura. Aunque dice que
en su familia no les faltó amor por parte
de su papá y de su mamá.
Petiche quería ser policía, pero la
marihuana lo alejó de esas aspiracio-
nes. A los doce años, luego de sufrir un
14 # 103

El hermano mayor

Ilustración: Verónica Velásquez


por D A N I E L M E L L A
L
os que se morían antes de tiempo eran —No sé si esta vez no se enteró de la tormenta viéndome en sus cristales oscuros, que llamaron los
siempre los más felices o los más talen- que se venía o qué pasó, pero es horrible, ¿no te pa- amigos de Ale. El que lo encontró muerto fue el Ena-
tosos. Los que se mueren antes de tiem- rece? —dice ella. no, que trabajaba con él, que lo ve todos los días.
po siempre son los más felices de todos, le Tenía fe en esa casilla. Dejó el cuerpo en un lu- —Si le pegó un rayo, capaz que estaba irrecono-
disparo a tía Laura ni bien mamá se va. gar donde tenía fe. No sé si es tan horrible, le dije. cible —dice ella.
La tía, en una silla a mi derecha, oyó toda nues- —Admiro tu capacidad para el dolor —dice la En ese momento surge Mariela del pasillo con el
tra conversación. Es la única hermana de mi padre. tía después, secándose lágrimas con las uñas de teléfono de línea al oído. Se da cuenta de que ocu-
Igual que papá, igual que yo, tiene la columna jo- los pulgares. rre algo raro y le pide un momento a su interlocu-
dida. Nuestras averías se originan en la parte baja ¿Qué estás diciendo, tía?, le pregunto. tor, tapa el micrófono y me clava sus ojos amarillos.
de la espalda. Lo mío fue una vértebra del sacro. Se toma el mate, asintiendo mientras traga. Mamá quiere que le mande un mensaje a Alejan-
Lo que uno ve, en una radiografía del sacro, es una —Te admiro de verdad —dice. dro, le explico.
cara de hueso traslúcida, de ojos vacíos, de un ser No sabe lo que dice, pero no importa. Mariela reflexiona por un segundo, luego me
de otro planeta. Los médicos chinos lo llaman el En el pasto junto a la glicina está Enrique toman- dice que mande un mensaje.
rostro de Dios. La nariz es ancha y larga y llena de do de su propio mate con Guido. Enrique es flaco, la ¿Que le mande el mensaje? ¿Que le mande un
promontorios. La boca, una grieta un poco hendida, cara chupada por la falta de muelas. Julio es panzón mensaje de texto a Alejandro?
recuerda a los labios cerrados de ciertos reptiles. y no le conozco sin bigote. Desde que tengo memo- —Se lo mandás y listo —dice Mariela, y regresa
¿Puede ser?, le pregunto. Los más felices o los ria viven uno al lado del otro en diagonal a lo de mis por donde venía. La oímos encerrarse en el dormi-
más talentosos. Es como una ley, ¿eh, tía? Hay que padres. Guido sigue solo después de quince años de torio matrimonial. En el porche nadie parece estar
tener ojo con los que andan muy felices por la vida. que su mujer se fuera, sigue manejando un taxi noc- pendiente de nosotros. Algunos bajaron al pasto, al
Son un peligro, ¿no es cierto? Siempre están a pun- turno, y al menos exteriormente se encarga de man- sol. Entonces se me ocurre que lo puedo llamar. Pue-
to de irse a la mierda. Me pasa con Paco (7). Con tener su casa en buen estado. La única diferencia do llamar a mi hermano y ver quién atiende. Come-
Juan (5) no tanto, Juan es más seco, más malhu- entre su casa de antes y la de ahora es el muro que to el error de decirlo en voz alta. Mamá se desespera.
morado. Pero paco es un gurí que se despierta los separa del criadero de ratas de Enrique, que tie- —¡No! —dice­—. ¡No lo llames, no lo llames!
contento, hablando hasta por los codos. Se acues- ne todo su terreno cubierto por basura. Es un muro ¿Por qué no? Ahorramos tiempo si lo llamo.
ta contento, se despierta contento. Todo el mundo de más de tres metros de altura porque Enrique, que —Vos mandale un mensaje y dame el teléfono y
te menciona qué gurí feliz, qué gurí más amoroso. dice que trabaja de clasificador, tiene la basura api- te olvidás, si tanto te molesta.
Ojalá dejaran de hablar así, tía. No sabes cuánto lada en unas estructuras monstruosas de palo y de Pero no me voy a poder olvidar. Voy a estar
temo por Paco. ¿Querés un mate? lona. Desde la calle no se aprecia orden ni concier- como ella, esperando a que alguien responda el
—¿Sabés qué me dijo tu hermano la última vez to en la basura. Lo que se ve es un tolderío detrás del mensaje y que el que lo haga sea mi hermano, que
que lo vi? —me pregunta ella entonces—. Dijo que cual apenas se insinúa la casa de bloque construida ya no ve ni oye, ni tiene una voz, ni tiene dedos para
le tenía fe a esa casilla. al fondo, que ya en mi infancia será una ruina. manejar su iPhone.
La última vez que vi a Alejandro fue una noche —¿Esos dos no se odian? —dice tía Laura—. Se —Mandale el mensaje y dame el teléfono, por
hace dos semanas, en La Paloma. Papá también es- ve que hoy vale todo. favor —dice mamá.
taba: había ido a pasar unos días con ella y con el La mañana del 9 de febrero me agarró en casa de Ni bien mando el mensaje, mamá me saca el ce-
tío, y también acabó siendo la última vez que papá lo mis padres. Estaban mis hijos también. El día ante- lular de las manos. Dice:
viera. Esa noche iban a hacer pizzas en el horno de rior, el lunes 8, yo los había traído a ver a sus abue- —No le pusiste lo que te pedí.
barro y, sabiendo cuánto le gustaban a Ale, lo llama- los, y como estaba su prima Catalina (16), la hija de Te quiero chupaverga, le había escrito.
ron para que se venga. Ale se tomó el ómnibus desde Mariela (39), terminamos acampando en el living. —¿Esto es lindo para vos? —dice mamá después
Santa Teresa ni bien salió de la playa. La tía, entera- Lo primero que oigo al traspasar el ventanal y de leerlo.
da de que Alejandro acampaba, le había preguntado entrar a la cocina es a Mariela y a los nenes dicien- Sin previo aviso, siento las lágrimas del día. Con
dónde dormía, con las tormentas que venía habien- do qué película poner a una pared de distancia, en su silencio, en el que prácticamente me puedo apo-
do. Él le respondió que se iba para las casas de unos mi pieza, ahora el estudio de mi padre. Mamá, to- yar, mamá sondea mi dolor, pero mi dolor no es mío.
amigos cruzando el cerro Rivero, pero que a veces davía de lentes de sol, ocupa el sillón frente a la tele Como vaticinara, sin que lo pueda evitar, en mi
se iba para la casilla de Playa Grande. sin sonido. Por momentos mira la pantalla y por mente se forma la imagen de Alejandro vivo toda-
—¿Podés creer? —dice la tía—. Un guardavi- momentos se mira las manos sobre la falda. Ni bien vía. No hay chance, pero lo veo volviendo de la casa
das, un surfista, que sabe lo peligrosa que es la pla- me ve, levanta la derecha mostrándome su celular de alguna mina, llegando tarde al trabajo cansado
ya cuando hay tormenta eléctrica. Él decía que la en un gesto extraño, como de saludo, mientras con y medio en pedo. Mamá parece aliviada ahora que
casilla llevaba no sé cuántos años sin que le pasa- la otra mano se prende al control remoto. abrevamos del mismo charquito miserable.
ra nada, que había sobrevivido varios inviernos sin —¿Te animás a mandarle un mensaje a Alejan- —Cuando estábamos afuera —dice entonces,
que el viento la tirara ni que le pegara un rayo. “Le dro? —me dice—. Vengo tratando, pero no distin- delicadamente—, no quise decir que prefería que
tengo fe a esa casilla”, me dijo. go las teclas. fueses vos en vez de Alejandro. Jamás diría algo así.
Yo no sabía que Ale había dicho eso. Nunca tenía Alejandro no está, le digo yo. ¿Cómo le voy a Me interpretaste mal.
saldo para llamarlo. Nos mandábamos mensajes o mandar un mensaje? No tiene de qué preocuparse. Si hay un día para
era él que llamaba, y nunca había mencionado que —Ponele: Ale, decime que no sos tú, mamá — volverse loco, es hoy.
durmiera en la casilla para guarecerse. Ni una vez dice. Capaz que no es él. Capaz que se confundieron. Ella dice que va a aprovechar para acostarse
se me había pasado por la cabeza que él pudiera es- De pronto estoy en cuclillas sacándole el teléfono un rato.
tar en peligro por lo de las tormentas. Yo tenía otras de la mano, nuestras cabezas prácticamente a la mis- *Fragmento de la novela El hermano mayor, del uruguayo
preocupaciones ese verano. ma altura. Le explico, hablándole como a los sordos, Daniel Mella, publicada por la Casa Editorial HUM en 2016.
Arte Central

Andrés Bustamante
Comunas
Serigrafía sobre papel
2018
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Juan José Hoyos es el último caminante del año para las Conversaciones desde San Ignacio.
Recorre las calles invisibles del Camellón de Guanteros. Cuando el barrio guardaba más
furia y más música que humo de buses. Tobías Arboleda ilustra esos tiempos perdidos.

El barrio que se perdió en Medellín

por J U A N J O S É H O Y O S
Ilustraciones: Tobías Arboleda

“Inmediatamente se apagaron las Mariano Ospina Rodríguez —quien del llamado Camellón de La Asomade-

M
1 velas, y en medio de la profunda oscu- entonces se hallaba refugiado en An- ra. Para ello se remonta al siglo XVIII.
e gustan los barrios con ridad se oyó el ruido amenazador de tioquia, después de participar en la cons- La Asomadera era el antiguo nombre de
historias. Por eso, desde los garrotes”, cuenta Restrepo. “Enton- piración de septiembre contra Simón la carrera Niquitao, que iba desde la Pla-
que escuché su curioso ces la confusión fue horrible: las mu- Bolívar—, Manuel Uribe Restrepo, Ra- zuela de San Ignacio hasta el antiguo
nombre, quise conocer jeres corrían desatentadas de un lado fael Navarro y otros ilustres de la época. Cementerio de San Lorenzo, también lla-
el barrio Guanteros sin para otro dando medrosos aullidos y pi- Tal vez fue el primer encuentro feliz mado el Cementerio de los Pobres.
saber que cada vez que caminaba por el diendo socorro; los platos volaban a es- de los estudiantes y la gente ilustrada de “El paseo favorecido por el vecin-
Centro estaba recorriendo algunas de trellarse contra las paredes, impulsados la Plazuela de San Francisco —sede del dario para los ejercicios vespertinos y
sus calles hoy desaparecidas. por los poderosos garrotes, y en medio Paraninfo de la Universidad de Antio- las giras dominicales fue, muy desde el
Se cuentan muchas cosas de sus mú- del tumulto se oía la voz de Ponzoña que quia— con la gente de Guanteros. principio, La Asomadera, que conducía a
sicos, sus artesanos, sus cafés. También animaba a los suyos gritándoles: La presentación tuvo tal éxito entre el Envigado, a los pueblos y cortijos de ese
de sus veladas teatrales, sus poetas, sus —¡Arriba, muchachos! Cuiden las público que luego se presentaron varias lado. Hasta de camellón lo graduaron.
tertulias, sus restaurantes y sus bailes puertas para que nadie se escape, y palo obras más, acompañadas por una peque- Por ahí dizque había algunas casas de
de garrote. con el cachaco”. ña banda formada por dos clarinetes, una ricos, muchas de la pobrecía y uno que
Hasta el origen de su nombre es in- El cronista resiste los golpes agaza- corneta, un bombo y un redoblante. El es- otro ventorro. En el siglo XVIII la villa
cierto. Algunos creen que tiene que ver pado debajo de una mesa. Luego, bus- cenario era alumbrado con cazuelas de se fue cargando, gradualmente, del lado
con los obreros que fabrican guantes, cando a gatas la cocina, logra llegar al barro con sebo y mechas de lienzo. sur por lo que llamaban y llaman Las Ba-
pero esa industria no ha tenido arrai- solar de la casa. Allí, después de caer a rrancas. El camellón se fue empatan-
go en Medellín. El filólogo Marco Fidel
Suárez asegura que está emparentado
un lodazal, alcanza a trepar por una ta-
pia y a huir saltando entre muros y en-
3 do con una calle que iban haciendo a la
buena de Dios, y me tiene usted el prin-
El historiador Agapito Betancur dice
con guantón, un equivalente popular de tejados, perseguido por los perros del cipio de Guanteros, de tétrica historia.
que el origen del barrio Guanteros se re-
guantazo o guantada. Según el Diccio- vecindario y los malandrines. A mediados de aquel siglo, principiaron
monta a la época colonial, cuando el go-
nario de la Real Academia, es un golpe los frailes de San Francisco su conven-
bernador de la provincia y el Cabildo de
que se da con la mano abierta. Para Suá- to e iglesia, y, a poco, una dama ilustre Cuando llego a una esquina, busco a interrumpir su carrera y a enrolarse más importantes. En 1908, la Casa Co-
rez, guantear es dar guantazos y guan- 2 Medellín mandaron que los indígenas
que tenían sus casas y bohíos alrede- principió a levantar a sus expensas en en los muros las placas que identifican en las filas del ejército del Estado de An- lumbia los contrató para grabar cuaren-
teros es lo mismo que guanteadores. Es Hay otra historia antigua del barrio local donado por ella misma, el monas- el lugar. La mayoría son ilegibles. Es- tioquia. En 1897, poco antes de la Gue- ta canciones usando la nueva tecnología
dor de la plaza principal —hoy Parque
muy probable, pues, que el nombre esté que ha corrido de boca en boca y tiene terio de las madres Carmelitas. Levantar tán cubiertas por el aire sucio, el moho rra de los Mil Días, formó un dueto con del disco de acetato de 78 revolucio-
de Berrío— los vendieran a los españo-
asociado a la vieja tradición pendencie- que ver con las veladas teatrales. Dicen convento e iglesia es como tocarle cuer- y la humedad. En muy pocas aparece el su padre y se fue a Bogotá. Luego viajó nes, recién patentada por la RCA Vic-
les, previo avalúo, y se fueran a habitar
ra del barrio. que en Guanteros se fundó la primera no a la peonada: todos quieren vivir jun- nombre de la calle. Casi todas las casas a Cali y Popayán a buscar trabajo como tor. Pelón y Marín se convirtieron en los
la zona de Guanteros.
Antes, para mí, era un barrio de le- compañía dramática de Medellín y se to a lo grande”, cuenta Carrasquilla en viejas han desaparecido o han sido re- sastre y compró una guitarra. Después primeros artistas colombianos que di-
De este modo, los ejidos que dispu-
yenda. Un barrio tal vez inventado que presentó la primera obra de teatro. una de sus crónicas. Antes de que los formadas para convertirlas en pequeños de la guerra volvió a Medellín y formó fundieron nuestra música por el mun-
siera el fundador de la ciudad, don Mi-
aparecía en algún cuento del siglo XIX. Cuenta el cronista don Eladio Gó- monasterios fueran terminados ya esta- negocios: tiendas de abarrotes, litogra- el dueto que lo hizo famoso con Adolfo do a través de los discos y el gramófono,
guel de Aguinaga, en 1675, para que la
Solo supe que era real cuando leí el re- nima, en su libro Vejeces, que en 1830 ban edificadas Palacé, hacia el sur, hasta fías, restaurantes populares, ferreterías, Marín, otro sastre de Guanteros. A par- antecesor de los tocadiscos modernos.
comunidad compartiera cultivos y pas-
lato “Un baile con carrera”, del escritor se reunieron varias personas de mu- el Barrio Colón; y Pichincha y Ayacucho talleres, pequeños bares o ebanisterías. tir de 1905, Pelón y Marín viajaron por Luego estalló la revolución. Pelón se
tos, se convirtieron con el paso del tiem-
Ricardo Restrepo, publicado en 1870 en cho mérito y se propusieron fundar una —entonces llamada Calle de la Amargu- Por encima de los tejados viejos Antioquia, Chocó y la costa Atlántica. enroló en el ejército insurgente como
po en Guanteros. El lugar empezó a ser
Antioquia Literaria. compañía teatral que sacara a la ciudad ra— hacia el occidente. solo se distinguen uno que otro edifi- Más tarde, con su tiple y su guitarra, re- conductor de presos. Marín volvió a su
habitado por artesanos, esclavos negros
Restrepo es un cachaco de un ba- del marasmo. En 1831 dieron principio En su opinión, el barrio Guanteros cio: la torre del Paraninfo de la Univer- corrieron Panamá, Costa Rica, Jamaica oficio de sastre y se casó con una mexi-
libertos, indígenas y mulatos. Desde en-
rrio de ricos invitado por la cocinera de a su empresa. Como no tenían un local debió de poblarse, salga como saliere, sidad de Antioquia; la sede de la Caja de y Cuba. Cantaban y cosían. cana. Pelón regresó a Medellín en 1916
tonces, las casas del Centro de Medellín
su casa a un baile en Guanteros. Acepta propio, decidieron solicitar permiso al en la infancia de la villa y tal vez fue el Compensación Familiar de Antioquia Estando en La Habana, el poeta Por- y se rebuscaba administrando una can-
y sus alrededores quedaron en manos
movido por el aliciente que lo descono- gobernador de la provincia para levan- primero que se incorporó a ella. (Comfama); los apartamentos de las To- firio Barba Jacob los presentó a un em- tina. Fue la época en que compuso su fa-
de familias criollas descendientes de es-
cido tiene para todas las imaginaciones. tar el teatro en el patio del edificio que “Este barrio, así como las barrancas rres de Bomboná; algunos hoteles. presario mexicano que los contrató moso bambuco Antioqueñita.
pañoles y familias mestizas de mineros
Cuando llega a la fiesta, vestido de le- ocupaba el Colegio de Antioquia en la de Ospina y de Caleño, afluentes a esa Por momentos siento que Guanteros para viajar a Mérida, la capital de Yuca-
y comerciantes adinerados.
vita negra y chaleco y pantalón blan- antigua Plazuela de San Francisco, hoy su gran calle que serpentea falda aba- es un barrio invisible. Desde el siglo XVIII tán. Un cronista los recuerda en su de-
cos, encuentra bailando a seis u ocho llamada San Ignacio.
En 1843, con la llegada de los sacer-
dotes de la Compañía de Jesús, el anti- jo, era en esos tiempos del catón de San ha estado aquí y la ciudad se lo ha traga- but, “elegantemente vestidos y luciendo 7
mestizas y a varios artesanos. Su coci- El escenario se fabricó en el ala sur Casiano, el lugar nefando y tenebroso do hasta borrarlo casi por completo. La en el enclavijado de sus instrumentos un Ahora busco El Blumen, el viejo
guo local del Colegio Académico volvió
nera no puede presentarlo ante los invi- del patio. “Un tablado de poco más de de los bailes de garrote, de los aquela- gente ha olvidado los nombres de sus ca- moño con los colores de la bandera co- café situado en Niquitao donde se reu-
a abrir sus puertas y allí se fundó un co-
tados porque está ocupada preparando ocho varas de frente, con escaleras inte- rres inmundos y de la costumbre hórri- lles. Solo algunos viejos los recuerdan. lombiana”. Apenas salieron al escenario, nían a conversar, a tomar aguardiente
legio dirigido por los Jesuitas. La Com-
la cena. Él trata de sortear la situación y riores para comunicar con las piezas del da. En esos antros se ofendía mucho rompieron a cantar: Enterraron por la y a escuchar bambucos, pasillos y dan-
pañía inició una misión en la Iglesia
unirse al fandango… hasta que empie- claustro bajo y con el alto, destinado a a mi Dios y se le daba culto al diablo”, tarde / la hija de Juan Simón / y era Si- zas, hasta el amanecer, los estudiantes
zan a tomar aguardiente, sirven la cena vestuario de los actores. El decorado de
Mayor —hoy conocida como iglesia de
San Ignacio— “con tan copioso fruto, dice don Tomás. 6 món en el pueblo / el único enterrador… de la Universidad de Antioquia y los es-
y se da cuenta de que no es bienvenido la escena era primitivo: una sábana co- Busco la vieja casa donde nació Pe- Cuando acabaron la canción, pare- critores, poetas y músicos de la primera
que todos los habitantes en edad de ha-
por su atuendo y sus maneras. Enton- lorada de telón, y sábanas blancas con lón Santamarta, el músico mayor del cía que el teatro se iba a caer. “Tal fue mitad del siglo XX: Tomás Carrasqui-
ces decide abandonar la fiesta y bus- más o menos manchas que figuraban
cerlo recibieron los santos sacramentos
y cambiaron radicalmente las costum-
5 barrio, y no la encuentro. Pelón nació en la atronadora ovación y los gritos de en- lla, Tartarín Moreira, León Zafir, el vate
ca la puerta, con tan mala suerte que en ‘Sala’, ‘Jardín’ y ‘Cárcel’. Se creía que en Hoy salgo a recorrer esas calles Guanteros en 1867. Su verdadero nom- tusiasmo con que fueron recibidos”, González, Ciro Mendía, Efe Gómez y
bres de los vecinos, muy en particular
ese momento llegan cinco hombres des- la tragedia clásica no podía haber más guiado por un mapa donde aparece la bre era Pedro León Franco Rave. Hijo de dice el cronista. Así es como el bambu- Manuel Ruiz Mejía —el célebre Manuel
las de los barrios de Guanteros y del Lla-
greñados y borrachos, que llevan en sus decoraciones. El resto del patio se des- nomenclatura antigua y en el que solo un sastre aficionado a la música nacido co de Antioquia fue adoptado como pro- Blumen, un hijo de tenderos del barrio
no —hoy, carrera Bolívar—, que eran
manos, cada uno, un garrote. Ponzoña, tinaba para la concurrencia de ‘a pie’ y figuran los nombres de las calles. Nin- en Santa Marta, llamado Pedro León, y pio por los yucatecos y acabó formando que se volvió famoso con su dueto Blu-
centros de disipación y de desorden”.
su jefe, manda cerrar la puerta, y mien- la galería alta con palcos para las seño- guna tiene números. Para hallar las de Rita, una muchacha de Medellín. parte de su música popular. men y Trespalacios—. Nadie puede ayu-
tras sus compinches hacen resonar los ras”, dice don Eladio. Para el estreno, equivalencias de números y nombres Pelón no fue un sastre más: termi- Después viajaron a Ciudad de Méxi- darme a encontrar el sitio.
garrotes contra las puertas y los mue- escogieron una tragedia de Voltaire. 4 busco un teléfono celular con GPS, pero nó el bachillerato y empezó a estudiar co, donde se dedicaron a cantar en las Sigo caminando por las calles llenas
bles, saca un cigarro, se acerca a una Los promotores de la compañía En 1925, don Tomás Carrasquilla une el aparato no da pie con bola y solo sirve medicina en la Universidad de Antio- fiestas de las familias acaudaladas. Su de ruido por donde hoy transitan cien-
vela y hace como si fuera a encenderlo. eran el futuro presidente de Colombia, la historia de Guanteros con el destino para confundirme más. quia. La guerra civil de 1885 lo obligó fama les abrió las puertas de los teatros tos de buses. Entonces pienso que hace
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una sala de música donde se han presentado bandas


nacionales e internacionales de todas las corrientes
del rock contemporáneo.
Desde su creación, en 1979, el Colectivo Teatral
Matacandelas navegó por la ciudad como un barco sin
puerto durante más de diez años. En 1991, el barco
echó sus anclas en esta calle y empezó a reconquistar
para el teatro el barrio Guanteros.
El Matacandelas es un digno heredero de la voca-
ción errante de Pelón Santamarta y de los teatreros
que montaron la tragedia de Voltaire en este mis-
mo barrio en 1831. En sus más de 32 años de vida, el
grupo ha tenido diecinueve giras internacionales en
países como Portugal, España, Francia, Bélgica, Gua-
temala, Cuba, República Dominicana, Venezuela y
Perú; ha participado en 79 festivales internacionales
de teatro y 69 nacionales. A lo largo de estos años, por
las puertas de esta casa han desfilado más de un mi-
llón cuatrocientos mil espectadores.
Sigo caminando por la calle Bomboná. Una cuadra
más arriba, en la carrera Pascasio Uribe, en dos viejos
caserones construidos a fines del siglo XIX, también
han abierto sus puertas al público La Pascasia y Ele-
mental Teatro.
La Pascasia es la sede cultural de un grupo de músi-
cos, artistas plásticos y realizadores audiovisuales que
se unieron hace dos años para crear un lugar donde co-
existen un sello de discos —Música Corriente—, dos
orquestas, una galería de arte, una librería y un café.
tiempos la bulla que por aquí se escuchaba no era la del barrio. Hoy en ese lugar están el almacén Éxito y La casa tiene un patio central con un totumo gran-
de los motores diésel. Era la de la música de los céle- el Parque San Antonio. A unos doscientos metros, so- de, rodeado de cuernos, helechos y bifloras. En la que
bres carnavales decembrinos, que también nacieron bre la Avenida Bolívar, está la estación San Antonio era la cocina del viejo caserón está el café. En la par-
en Guanteros. del metro. te de atrás, donde antes había un solar y después una
Ahora subo por la calle Bomboná. Aquí tampoco Cae la tarde. Por fin llego a la casa de las Ramírez. bodega, ahora hay un auditorio. El escenario donde se
quedan restos de los bares y los restaurantes que fue- Es una casa de fachada antigua y de puertas y venta- presentan cada semana las dos orquestas de planta de
ron escenario de esa vida bohemia que juntó bajo los nas rojas, situada en la calle Bomboná, cerca del cru- la casa, formadas por músicos jóvenes y veteranos que
aleros de estos techos a fabricantes de vihuelas, guita- ce con la carrera Girardot. Hace unos años, esta era aman el tango, el jazz, el rock… Ellos también son
rras y tiples como Raimundo Arango, o a diestros eje- una edificación de piezas grandes, con una bodega dignos herederos de los viejos músicos que nacieron y
cutantes de la vihuela como Cesáreo Mesa y Francisco abandonada y un largo callejón lateral. La bodega era vivieron en estas calles.
Ortega, o a compositores como Juan Yepes, el primero la caballeriza, y el callejón, la puerta por donde en- Sentado junto a un jardín de enredaderas, vien-
en musicalizar las estrofas de El canto del antioqueño, traban los caballos. Una más de esas casas viejas del do a los muchachos que toman cerveza o café o se co-
de Epifanio Mejía, que después se convirtió en el him- Centro que se resisten a ser demolidas. men una empanada mientras esperan que empiece
no de Antioquia. Hoy este viejo y hermoso caserón es la sede del el concierto de la noche, pienso: Guanteros se per-
Creo que todo empezó a cambiar desde 1970, grupo Matacandelas. Cristóbal Peláez, su direc- dió en Medellín. La ciudad se lo tragó. Casi todas sus
cuando fueron demolidas las primeras casas viejas de tor, me abre la puerta. Por dentro, la casa ha sido viejas casas fueron demolidas. Pero el alma de sus
la carrera Junín y de las calles Pichincha y Amador. reformada. Ahora tiene una moderna sala de teatro músicos, sus teatreros y sus poetas sigue viva. Ahora
La nueva Avenida Oriental, que cruzó de sur a nor- dotada con excelentes equipos de iluminación y so- ellos están volviendo a sus calles… Y ya no hay más
te el Centro de la ciudad, partió en dos la parte baja nido, una sala de ensayos y hasta un “cantadero”: bailes de garrote.

Conversaciones desde San Ignacio es un proyecto de


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Hace cien años Colombia despedía a la pandemia más mortífera de la historia. la nombrara y reglamentara las funcio- ingreso de la pandemia de 1918 y no Bo-
nes de los médicos. Al final, fue la Jun- gotá, como hasta ahora se ha afirmado”.
Las ruanas no fueron remedio infalible y los jarabes sirvieron para endulzar el ta de Socorros, una agrupación privada Pero más atrás de Colombia, la pre-
trago amargo de la muerte. Más de 3500 muertos dejó en los cementerios de conformada por notables de la ciudad, gunta que ha inquietado a los científicos
la que tomó las riendas de la situación, en el ámbito internacional es dónde co-
pueblos y capitales. Un siglo después las preguntas clave, ¿dónde se originó?, abrió una cuenta en el Banco de Colom- menzó todo. En los días de la pandemia,
¿por dónde llegó?, ¿podría repetirse?, tienen como respuesta recetas dudosas. bia para recibir donaciones y se quedó se inclinaban por las hipótesis de siem-
con la gratitud de la ciudadanía. pre: había comenzado en Oriente y se
Las investigaciones sobre la natu- había propagado hacia Occidente. Dos
raleza de la epidemia nunca fueron sacerdotes misioneros católicos le con-
concluyentes. O mejor: llegaban has- taron a la prensa neoyorquina que, en el

La gripa del fin del mundo


ta donde lo permitían los lentes de los mes de abril de 1918, esos mismos sínto-
microscopios, capaces entonces de ob- mas que pronto experimentaría buena
servar bacterias pero incapaces de iden- parte de la humanidad se habían obser-
tificar virus. vado en la China, de donde ellos venían.
Informaba el presidente de la Junta Llamar a aquello “gripa española” sería,
Central de Higiene: “Los exámenes bac- pues, una injusticia.
teriológicos que practicaron los doctores Y sí, parece que lo es. Dado que la
Jorge Martínez S. y Bernardo Samper en ciencia puede resultar tan dinámica
el Laboratorio de Higiene que ellos di- como la política, valga aclarar que en
rigen, y por el profesor Federico Lleras 2018, año del centenario de aquella en-
A., demostraron la presencia del bacilo fermedad que mató a entre cuarenta y
de Pfeiffer [erróneamente considerado, cien millones de personas, la denomina-
por C A R L O S D Á G U E R hasta 1933, el agente causante de la gri- ción de origen es inexacta y, por tanto,
pa común], de neumococo, de estrepto- injusta. Pero también habría sido injus-
coco y de estafilococo. La asociación de to llamarla “gripa china”.
estos microbios y especialmente la viru- Diversas fuentes coinciden en que
lencia que adquirió el neumococo expli- comenzó el 4 de febrero de 1918 en un
can la intensidad de las complicaciones campamento militar en Funston, Kan-
El Gráfico , 1918.
pulmonares; la toxemia neumocócica sas, Estados Unidos. Albert Gitchell,
dominaba el cuadro clínico y le daba la cocinero del ejército, sería el primer
funesta gravedad que se observó”. paciente. Esa oleada no fue tan grave
Los insignes padres de la salud pú- como la segunda, que se inició en Fran-
blica colombiana acertaban al identifi- cia. Pero los países involucrados en la
car la causa de las complicaciones (las Gran Guerra no querían desmoralizar a
infecciones bacterianas), pero no atina- sus tropas, y guardaron silencio. Espa-
ban a la causa de esas causas (el enton- ña, ajena al asunto, publicó las noticias
ces desconocido virus de la influenza). sobre la gripa en su territorio y terminó
La otra pregunta que inquietaba a produciendo la sensación histórica de
los expertos era por dónde había llega- que había sido la cuna de la peste.

P
do la infección. Las hipótesis barajadas A menos que algún brote genere
rimero los pañuelos y las rua- fueron de diversa índole. Una versión alarmas en el intervalo, el sistema deci-
nas se llenaron de mocos, dijo que lo había hecho a bordo del va- mal predice que del tema se seguirá ha-
luego los hospitales, de en- por Satrústegui, que zarpó de Barcelo- blando así, por picos noticiosos, cada
fermos, después las esquinas, na a finales de mayo, cuando la capital diez años. Habrá nuevos datos e hipó-
de carteles fúnebres, y final- catalana vivía el pico de la epidemia, y tesis, y volverá la pregunta de siempre:
mente, la prensa llenó sus páginas con arribó el 2 de julio a Puerto Colombia. ¿una pandemia similar podría repetir-
anuncios apocalípticos. El médico Pedro Sarmiento, pasajero se? La respuesta es, obviamente, sí. Y
La secuencia de fotos de la icóni- del barco, atestiguó que unas mil perso- más aún en un tiempo en que los virus
ca “carreta macabra”, que iba y volvía nas habían enfermado en altamar, co- pueden transportarse por el cielo a más
del cementerio cargada de cadáveres menzando por los de tercera clase, pero de novecientos kilómetros por hora.
hasta las banderas, obliga a ser indul- ninguno fue examinado ni sometido a Pero lo más probable es que encuen- El Gráfico , 1918.
gente con la prosa del momento. Los cuarentena al desembarcar. tre a una humanidad mejor preparada.
muertos fueron ciertos. Y miles. Cual- La hipótesis era plausible, pero de- Las comunicaciones aún viajan más rápi-
quier cronista engalanaría el verbo si jaba un vacío: ¿por qué la epidemia no do que los aviones. Existe una Organiza-
tiene la oportunidad de narrar el fin se había iniciado a orillas del mar sino ción Mundial de la Salud con capacidades
del mundo, y más aún ante la ausen- en una ciudad enclaustrada en los An- para encender alarmas. Existen entida-
cia de un dato medianamente certero, El Gráfico , 1918. des? Otra hipótesis sorteaba ese incon- des de salud mejor preparadas para hacer
de un pequeño desliz científico sobre veniente pero generaba otras dudas: campañas preventivas. Existe un sistema
la naturaleza de esa epidemia de gri- planteaba que la enfermedad había lle- de vigilancia en salud pública que podría
pa que se cebó con particular furia en gado en un paquete de correo proceden- rastrear el paso a paso de los primeros ca-
el altiplano cundiboyacense y dejó a su infección. De ellos morirían 1573, se- hermanos enloquecidos le arrancaban la Antioquia, Tolima, Bolívar, Valle y Cal- te de Estados Unidos. No dejaba de ser, sos y hacer cercos epidemiológicos. Exis-
paso, mal contados, 3500 muertos en gún las cuentas oficiales (1075 en octu- vida a sus hermanos”. das, invadía los dos Santanderes. “Aun- en todo caso, mera especulación. ten los microscopios electrónicos y mejor
un país que en 1918 frisaba los seis mi- bre y 498 en noviembre). Menos se ha escrito sobre lo vivi- que todas las clases sociales sufrieron la Las investigaciones realizadas no- tecnología para producir vacunas. Y exis-
llones de habitantes. En ese reino de incapacidades, el ca- do en Boyacá, aun cuando fue el de- enfermedad —anotó Pablo García Me- venta años después por Manrique, Mar- te el recuerdo de la tal “gripa española”
No faltó el humor negro: “Cuando pitolio se veía medio vacío; el gabinete partamento que llevó la peor carga. dina, presidente de la Junta Central de tínez, Meléndez y Ospina vuelven a que, como una cantaleta periódica, obli-
esta peste iba a llegar —anotó un cro- ministerial se ausentaba de sus despa- El periódico La Linterna reportó el 25 Higiene—, fue en la clase obrera y en la situar al Caribe como puerta de entrada. ga a no bajar la guardia.
nista de Cromos—, la pública atención chos; las compañías teatrales suspendían de octubre que la epidemia ya afecta- proletaria en las que más rápidamente Al revisar la Gaceta Médica de Cartage- “Para muchos días dará tema de con-
estaba pendiente del censo. Nuestra sus funciones; los bebedores de oficio se ba a cuatro mil de los diez mil habitan- se extendió y más alta mortalidad oca- na, los investigadores encontraron el re- versación esta epidemia, la más capri-
curiosidad consistía en saber cuántos abstenían de visitar las chicherías; los te- tes de Tunja y, como un calco del relato sionó, dadas las malas condiciones de gistro de veintiún muertes por gripa en chosa que hayamos conocido”, predijo
éramos; ahora es la de averiguar cuán- legramas se retrasaban; y los aurigas del bogotano, todo había quedado en sus- las pésimas habitaciones en que viven noviembre, una en diciembre y una en la revista Cromos hace un siglo. En me-
tos quedamos”. tranvía, que hasta entonces parecían in- penso: el batallón no montó guardia, y la deficiente alimentación y falta de septiembre. “Este último —anotaron— dio de tantas florituras que parecían
Bogotá era a la sazón una ciudad munes a toda peste, abandonaban sus se cancelaron las clases, se aplazaron abrigo de los proletarios”. sería el primer caso reportado en las ocultar la falta de datos y certezas, ha
que enterraba diez muertos al día, pero puestos de trabajo. El novelista José An- los matrimonios... Según el director de- Nueve décadas después, cuatro in- fuentes primarias consultadas, lo que in- sido la única conclusión que no se ha
el conteo comenzó a variar desde el 21 tonio Osorio Lizarazo, acorde con las ten- partamental de Higiene, la gripa había vestigadores —Fred Manrique, Abel dica que fue la Costa Caribe el lugar de modificado luego de cien años. Cromos , 1918.
de octubre que se saldó con 35 defun- taciones hiperbólicas del momento, llegó sido “introducida a Tunja por peones Martínez, Bernardo Meléndez y Juan
ciones. Al día siguiente fueron 71. Y al a afirmar que estos últimos “caían desde carreteros que llevaron la infección de Ospina— concluyeron que hubo otro
siguiente 58. Y luego, cuando la cifra sus pescantes sobre las ancas de los caba- Bogotá; pronto se propagó a todo el De- factor de riesgo: la cercanía al cielo. La
alcanzó los tres dígitos, colapsaron los llos pacientes y morían entre las ruedas partamento, y como era natural, en los probabilidad de morir por la gripa fue
servicios funerarios de la capital. de sus coches”. Y de los escolares se dijo climas fríos predominaron las compli- mayor en las regiones más distantes del
El 24 de octubre, medio centenar de que eran los únicos que celebraban las caciones pulmonares”. nivel del mar, anotaron en septiembre Boston Bar Café Gastronomía
cuerpos se amontonaban a la espera de circunstancias: les cancelaron las clases Los mercaderes de la salud y los mi- de 2009 en la revista Infectio. Las tie- Cra 42 con Cll 54 • Caracas con Córdoba
su entierro, y pronto comenzó a circu- justo en tiempos de exámenes. lagreros, tan antiguos como la especie, rras andinas eran, pues, las condenadas Atendido por John Jaramillo, su propietario personalizada
lar la “carreta macabra” —bautizada
por la revista El Gráfico— recogiendo a
Entonces cundieron los escritos pom-
posos, era otra de las enfermedades del
aprovecharon la ocasión para vender
el jarabe antitífico que supuestamen-
a cavar más tumbas.
Ida la gripa, vinieron las reflexiones,
Embutido artesanal
los más pobres en las calles para darles momento. “Jamás llegó para esta ciudad te había tenido éxito en Panamá, y un los señalamientos y las preguntas. El Es-
sepultura en las grandes fosas comunes la fecha de hoy en tan dolorosas circuns- tal Eduardo Boada, propietario de un tado había hecho su tarea hasta donde
que el joven Enrique Tovar, administra-
dor del cementerio, había ordenado ca-
tancias, ni las campanas de las iglesias
gimieron más fúnebremente su plegaria
taller de mecánica, se ofreció a sumi-
nistrar gratuitamente “una magnífica
pudo, que era poco. El plan de acción,
que se había comenzado a elaborar al se-
Bebidas
var para satisfacer la demanda. de lágrimas —anotaba la revista El Grá- receta para combatir en pocas horas la gundo día de la epidemia, constó de cin- y comidas Lunes a sábado:
La ciudad adquirió un ambiente de fico en su edición del 4 de noviembre de epidemia de la gripa”. Esfuerzo vano: co puntos: organizar la atención a los
toque de queda no decretado. Unos se- 1918—. Ni bajo aquellas pestes legen- Boyacá contabilizó al final más de dos pobres; dividir la ciudad en diez zonas 12:00 m a 3:00 pm y
6:00 pm a 10:00 pm
senta mil bogotanos, de los ciento cua- darias de la Colonia, ni cuando en plena mil defunciones por gripa entre octu- para que cada una fuera atendida por un Domingo: 12:00 m a 6:00 pm
renta mil que poblaban la ciudad, se lucha emancipadora los maderos ensan- bre y noviembre. médico y un ayudante; abrir los hospita- _____
afiebraron, tosieron, moquearon y ex- grentados del patíbulo pregonaban el te- A comienzos de diciembre, la epi- les para aquellos casos en que los médi- Cra 42 #54-60
perimentaron los dolores articulares, rror, ni más tarde, en las convulsiones demia se había extinguido en el cen- cos lo recomendaran; crear una junta de Tels.: 5818538 - 3207908977
musculares y de cabeza propios de la revolucionarias de la República, cuando tro del país, pero, después de pasar por socorros, y autorizar al alcalde para que
24 # 103 # 103 25

¿Podrían dejarme solo,


de motocicleta bajo el brazo, parece- de inolvidable, cualquier madrugada van. Por fin estoy solo. Pero es una vic- 4’33’’, la pieza musical (para cualquier
mos turistas. A las tres de la tarde se nos se acoge con un bienvenido para el día toria parcial, agridulce, a costa de otros. cantidad y combinación de instrumen-
ha unido una excursión de quince ado- que despunta. Pero el turista no bus- Alguna vez leí que una discusión en pa- tos) que Cage compuso después de la
lescentes de Estados Unidos, dos trota- ca sentirse solo, esa es una experiencia reja no se trata de quién tiene la razón, experiencia. Pero es imposible, lo dice

por favor?
mundos con mochilas de treinta litros y que puede tener en casa. La soledad es sino de quién siente menos culpa des- la ciencia y una de sus biografías, escu-
un perro. Tal vez, con algún truco de la una búsqueda antiturística; un afán por pués. Algo similar ocurre en este caso. char nuestra propia circulación y siste-
mirada, pueda convencerme de que no encontrar, en tierras extrañas, eso que Al poco tiempo me voy. Mi soledad que- ma nervioso. Lo más probable es que lo
hay nadie más. Busco el techo de una de siempre llevamos a todas partes: noso- da en tablas. que el compositor escuchara dentro de
las construcciones, doy con un ángulo tros mismos. *** la cámara fueran tinnitus o acúfenos,
que esconde a las personas de mi cam- *** Percibimos la soledad con los senti- sonidos que nacen en la cabeza (un fe-
po visual e intento concentrarme en un Los búnkeres ya daban una pista. dos. En los búnkeres casi pude encon- nómeno auditivo, no psicológico) y que
punto en el horizonte hasta que, por de- Una de las claves para no encontrar a trarla con el engaño de la mirada, pero son solo perceptibles por la persona
mencia o visión de túnel, alcance la sen- nadie era el tiempo. Mejor dicho, el des- me traicionó el oído. Si intentamos un afectada. Es decir, el cuerpo inventán-
sación que busco. ¿Qué es lo que busco, tiempo: el antiturismo tenía que hacer- ranking de los sentidos, el oído sería dose ruidos, hablándose al oído, resis-
en últimas? ¿Soledad o aislamiento? Pa- se a una antihora. En un extremo de la el segundo más importante para estar tiéndose a la idea de estar solo. Y 4’33’’
san un segundo... dos... tres... Hasta que playa de la Barceloneta, el Hotel W tie- solo. Luego seguirían el tacto (no tener refleja esto: es una pieza donde la or-
los escucho. No sé quién hace más rui- ne una plazuela desde la que se accede ningún estímulo táctil genera la sensa- questa entera está durante cuatro minu-
do, si los gringos o el perro. A las cuatro a un parqueadero. Hay algunas ban- ción de aislamiento, como los tanques tos y treinta y tres segundos en silencio,
de la tarde, con la llegada de más per- cas, una escultura y, hacia un costado, de flotación), el olfato (no podemos oler acompañada por la tos de la audiencia,
sonas, desisto. Mientras bajo los veo as- unas gradas que descienden un par de la soledad, aunque sí su ausencia) y el el crujir de las sillas, alguien sonándo-
por D A N I E L B R A V O cender en fila, como el desembarco de metros, formando un anfiteatro. Fren- gusto (en un poema, El gusto de la nada, se los mocos.
un crucero: hordas de turistas, una lí- te a ellas, una baranda hace las veces de Baudelaire me vaticina lo mismo que el ***
Ilustración: Hansel Obando nea sin fin de cámaras, acentos, bolsas balcón al mar. Lunes, doce de la noche. grafiti: “Resígnate, corazón mío; duer- La imposibilidad del silencio y la de
para pícnic. El grafiti que prometía mi La baranda es fácil de saltar. Caigo en me tu sueño de bruto”). Exceptuando los turistas para estar solos. De vuelta al
fracaso me despide. Por lo menos con- las mismas piedras-cubo del rompeolas la sordera, estar solo es casi siempre un muelle con los cinco hombres. Fragmen-
cordamos en las últimas palabras. que, esta vez sin la caída de tres metros, requisito para no escuchar nada. Aun- tos de sus conversaciones me dan a en-
*** sirven como plataforma para ver el mar. que pareciera que a los humanos, como tender que son amigos, que no viven en
La soledad no es una búsqueda muy Están llenas de grafitis, aunque no veo animales sociales, eso también nos es- Barcelona, que vinieron a hacer algo.
popular, y menos para un turista en ninguno que me incumba en mi cali- tuviera vedado. En 1951 el composi- Entiendo también que uno de ellos pateó
Barcelona. Es equivalente de irse a ver dad de turista-estudiante-latino. Mi caí- tor estadounidense John Cage visitó la el balón de fútbol que a ratos miran en
fatbergs a las alcantarillas de Londres, da (ni ágil ni estrepitosa, un ruido seco cámara anecoica de Harvard, un espa- el mar, y entiendo, con una claridad apa-
a buscar el nirvana en Nueva York. Por de costal golpeando la tierra) asusta a cio insonorizado y diseñado especial- bullante, que los intrusos no son ellos,
lo general, un turista busca agraciar una pareja que, tras una roca, se escon- mente para que las paredes, el suelo y sino otro. El que interrumpe su soledad.
sus sentidos: visitar un lugar bello y fo- de bajo sacos con capucha. Yo tampoco el techo absorban los sonidos en vez de Su solemnidad. Creo verlos llorar. No es-
tografiarlo para que se vea bien en re- los había visto. Los maldigo y les ofrez- reflejarlos. Cage buscaba componer una toy seguro, no podría afirmarlo ni para
des sociales; conocer una serie de datos co disculpas en mi cabeza: acabo de da- pieza musical sobre el silencio. Pero el lograr la redondez de la historia. Con el

H
históricos que olvidará a los cinco mi- ñarles la soledad que precede ciertas silencio absoluto fue imposible. Escri- paso de los minutos se van callando, de-
ay cinco hombres al fi- decir, un turista pobre. Y la ciudad se nutos pero de los cuales recordará uno buenas cosas en pareja. También ellos, bió Cage: “Escuchaba dos sonidos, uno jan de manotear, se les acaba la cerveza.
nal del muelle, y se están me ofrece como a todos los demás: con que, fuera de contexto, impresionará a en su escondite, frustraron mi ilusión de alto y uno bajo. Cuando se los descri- Están cada vez más ensimismados. Es-
gritando. “Eh, y tú, ¿por su Sagrada Familia y su santísima trini- sus amigos; probar algo que le sorpren- un espacio vacío. Comenzamos el pulso bí al ingeniero que estaba a cargo me tamos cada uno en silencio, quietos, mi-
qué crees que te he traí- dad cliché de Picasso, Gaudí y Miró; con da el paladar y que fracase al intentar incómodo de un ascensor, el que aguan- explicó que el alto era mi sistema ner- rando al mar, por unos minutos. Luego
do acá?”. Uno está en el sus estereotipos de tapas y paella, sus replicarlo de vuelta en casa. En modo te más sin reconocer la presencia del vioso, y el bajo, mi sangre circulando”. se van. De nuevo el sinsabor. Ellos tam-
borde, de pie, con los ojos clavados en free walking tours y sus “diez lugares im- turista cualquier atardecer se disfraza otro. Pasados unos treinta minutos se La anécdota es el mito fundacional de bién querían estar solos.
el mar, que se arisca con la entrada de perdibles”; con su rambla, que es como
la noche. Su mirada es tierna y apaci- Carabobo tres veces más ancho y con
ble, como si esperara —o quisiera— que tres veces más carteristas. Yo solo quie-
pase algo. Los otros hablan, parados en ro estar solo, pero no conozco esta ciu-
círculo unos metros detrás. En el suelo, dad, no he aprendido a perderme en sus
una losa de cemento sucia, hay cigarri- calles. Y es imposible conjugar soledad
llos a medio terminar y latas de cerveza y turismo: una guía tipo Lonely Planet
tumbadas, paradas, que amenazan con que diera los Top 10 places to be alone in
caerse al agua. El muelle termina don- Barcelona sería ridícula, los condenaría
de toca la punta de su zapato: luego, tres a la pena de muerte por agorafobia.
metros en caída libre hasta estrellar- ***
se con rocas talladas en forma de cubo. Fuck tourists, go home. El grafiti está
Después está el mar. Sería perfecto, si en un contenedor de basura del Carrer
no fuera por ellos. del Panorama. La calle se extiende ha-
Ebrios, algún día sin dormir, con los cia arriba y adelante, como un ejerci-
ojos diminutos de una hiena, manotean cio de punto de fuga. Al fondo, cuando
y vociferan mientras caminan de un la pendiente no la deja escalar más, el
lado a otro. El hombre del borde se da la pavimento serpentea y asciende en zig-
vuelta y se une a los otros. Corrección: zag a través de una vegetación exigua y
en verdad no estamos en un muelle. desnuda —rocas, cactus, arbustos; flo-
Esto es un rompeolas, una estructura ra de despeñadero—, hasta llegar a
artificial que busca reducir la fuerza de
las olas antes de que lleguen a la playa.
los búnkeres. Ubicados en la cima del
Turó de la Rovira, uno de los tres ce- Navidad es el momento perfecto para
Largo y delgado, entra en el agua como
una lanza. O como un bidente, porque
rros que hay en Barcelona, los búnke-
res son un grupo de edificaciones que
disfrutar en familia la gran diversidad de
al frente tenemos otro igual, que cum- durante la Guerra Civil Española aloja- flora y fauna de nuestro país.
ple la misma función. Juntos, amansan ron cuatro cañones antiaéreos y sirvie-
las aguas del Mediterráneo, pero no son ron de atalaya para proteger la ciudad.
capaces de dejarlos por fuera a ellos. Después de la guerra el conjunto mili-
Hablan de fútbol, de política, de un via- tar entró en desuso, y en las décadas si- Recórrelos del 30 de noviembre al 7 de enero
je. A ratos se callan y, ahora entre todos, guientes el cerro estuvo en la mira, ya
miran el mar: en la distancia, pero to- no militar sino administrativa, por ba-
davía descifrable en la marea, hay una rraquismo, que es una forma bonita de
forma. Es un balón de fútbol que flota nombrar lo que acá llamamos barrios
Carabobo Norte Parque Norte Centro de Medellín
entre las olas. de invasión. Con el paso de los años las Edificio EPM Parque Pies Descalzos Avenida Las Palmas
*** familias fueron reubicadas; en los no- Parques principales de las 16 comunas de la ciudad
Lo único que quiero es estar solo. Ir ventas se derribó la última chabola, se Avenida La Playa Tranvía de Ayacucho Paseo Bolívar Carrera
a la playa, a un mirador, a algún par- trasladaron los cañones, y en el 2011 co- 70 Parques de los corregimientos de Medellín 14 municipios
que y que no haya nadie. Llamémoslo menzaron los esfuerzos para recuperar
saturación comunicativa, vocación de los búnkeres como miradores y lugares
antioqueños ganadores del concurso Encendamos la Alegría.
anacoreta. O simple pendejada. En cual- patrimoniales, hasta convertirlos en el
quier caso, es lo único que pido. Sí, po- mejor destino para hacerse selfis pano-
dría lograrlo con alguna facilidad en mi rámicas y tomar fotos 360 grados de la
casa, así viva con otros dos colombia- ciudad. No sé por qué se me ocurrió ve-
nos, o en la certera soledad de mi cuar- nir acá para estar solo. Habría tenido
to; pero quiero estar solo, no encerrado. que ser antes del 2011, antes de que el
Y parece ser que elegí la peor ciudad del espacio fuera recuperado, domado, an-
mundo para hacerlo, porque Barcelona, tes de que apareciera en los folletos tu-
aunque tiene poco más de un millón y rísticos que entregan en el aeropuerto.
medio de habitantes, recibe catorce mi- Es un viernes de octubre y son las dos de
llones de turistas al año. También yo soy la tarde. Somos doce personas. Todos,
uno de ellos: un residente temporal, un a excepción de una pareja que habla en
híbrido entre turista y estudiante. Es catalán y de un ejecutivo con un casco
26 # 103 # 103 27
La música ha sido vista como vía a la santidad o a
la perdición. El órgano de las iglesias cae con su
peso aleccionador sobre los fieles y la estridencia de
algunos conciertos invoca al demonio y a la sordera.
Una historia reciente: cuando no venden boletas

El primero para entrar al infierno.

y el último Diabolus
El 20 de diciembre de 2018 se realizará la reapertura del
edificio central de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín
in musica
para América Latina. Luego de un proceso de repotenciación
y reforzamiento estructural que duró más de tres años, el
edificio construido en los años sesenta —el cual no cumplía
por S I M Ó N R O M Á N O .
con la norma antisísmica para edificaciones públicas— ahora
Ilustración: Manuel Celis Vivas
aparece renovado y cool, o como dirían nuestras mamás, un
verdadero joven buen mozo.

D
Pero más allá del edificio, de sus viejas estanterías y
corredores, de los entrañables ficheros y sus mesas de esde hace mucho tiempo se cree que la
música puede invocar al diablo. El trito-
estudio, a lo largo de su historia la biblioteca ha albergado no, un intervalo disonante de dos notas
miles de libros, algunos ya dados de baja o enviados al que los teóricos dan el apodo de dia-
a otros centros de consulta, otros tantos mutilados o bolus in musica, es utilizado en las com-
posiciones para evocar o representar lo maligno y
desaparecidos. Todos ellos, en suma, han servido para siniestro. Las notas del tritono no son proporcionales
formar e ilustrar a los medellinenses. entre sí, es decir, no son armónicas, no son naturales.
Y como una forma de celebrarlos a todos, presentamos aquí Por eso su combinación se la adjudicaban al diablo, al
ser adversaria de la naturaleza creada por dios.
el libro que lleva más tiempo en la Piloto y el más reciente.
Y bien, en el siglo XXI, algunos creen que el hecho
El primer ejemplar ingresado a la colección, el 3 de mayo de que una banda cante “Jesús, hipócrita, serás el pri-
de 1954, lleva por título Los amigos de Totó, una suerte de mero en ser freído. Jesús, basura, cállate y muere. Je-
narrativa juvenil con ciertos matices escolásticos propios sús sodomizado”, va a llevar a nuestra sociedad, y en
particular a la juventud, al abismo de la depravación
de la influencia franquista en Hispanoamérica, escrito por y podredumbre. En septiembre de este año, desde un
la catalana Mercedes Baguer; es una primera edición de la sector reaccionario y fanático de la sociedad bogota-
Editorial Librería Religiosa de 1947, impresa en Barcelona. na, se censuró a Marduk, una banda sueca de black
metal que no ve a Jesús como una figura inmaculada Igual que con Marduk, pareciera que la música Las opiniones de los congresistas dejan ver que es-
Este primer libro de la colección general y muchos de los e impoluta. que incomoda a los moralistas es el metal, un géne- taban completamente desconectados de la realidad
que se pusieron al servicio en los años cincuenta tuvieron Afortunadamente para nuestra vulnerable juven- ro que desde su estética y arte gráfico lo que busca es de muchos jóvenes de la época. Sus posturas eran una
una especie de filtro de censura o circulación intencionada tud el concierto no se llevó a cabo en Bogotá. La Alcal- irritar, aterrar a algunas almas virtuosas. Es decir, los evocación de los versos de The times they are a-chan-
día, no sabemos si influenciada por los mensajes en que se escandalizan caen derechito en la trampa. En gin, la canción de Bob Dylan que desde 1964 no pier-
hacia la formación de lectores obreros y sus familias. La junta Twitter con el hashtag #MardukFueraDeColombia, 1985, Kronos, vocalista de Venom, dijo en una entre- de vigencia:
de clasificación bibliográfica de la naciente BPP, además de selló el establecimiento donde se iba a realizar el con- vista a Kerrang!: “Yo no predico satanismo, ocultismo, Come senators, congressmen,
bibliotecarios experimentados, incluía a sacerdotes como cierto. La organización consiguió otro espacio y con brujería ni nada de eso. El rocanrol es básicamente Please heed the call
publicidad gratuita brindada por sus opositores logró entretenimiento y hasta ahí llega”. Don’t stand in the doorway
Jaime Serna Gómez, más conocido en columnas de prensa y
agotar la boletería. Pero a pesar de los esfuerzos por Pasados más de treinta años y viendo hasta qué Don’t block up the hall
otras publicaciones de la época con el seudónimo de Humberto vencer la mojigatería, poco antes del concierto la or- extremos ha llegado la música, en particular el me- Finalmente, las señoras, ligadas al poder político
Bronx, de tal manera que dicho comité de selección, con ganización lo canceló sin dar explicaciones. Gracias al tal o el reguetón, resulta risible el concepto de letras y económico, ganaron y lograron que en diciembre
la aceptada influencia de la Pastoral Cristiana, revisaba y “concejal de la familia” por alejar a Satanás de nues- “profanas” o de “contenido satánico”. Risible porque 1985 la industria aceptara el uso de la tradicional
tra capital y evitar la depravación. la historia reciente del mundo occidental nos muestra etiqueta en blanco y negro: “Parental Advisory. Ex-
aprobaba el material bibliográfico que llegaba gracias a los El intento fútil de evangelización moral de estos cómo las sociedades han buscado dejar atrás la mala plicit Content”.
convenios de cooperación internacional y de la Unesco. Para creyentes bogotanos tiene un precedente sistemático costumbre según la cual unos pocos cuantos deciden La etiqueta tuvo un efecto inmediato, algunas em-
los rechazos la biblioteca habilitó un salón especial donde y rotundo. En 1985, Tipper Gore, esposa de Al Gore, lo que es bueno para los otros muchos. presas como Walmart y Sears dejaron de vender álbu-
exvicepresidente de Estados Unidos, y otras espo- Gracias a los esposos de sus fundadoras, el poder mes con esta advertencia. No es claro el efecto en las
reposaban las obras de los autores no aceptados, pero de gran sas de personajes de la vida política y económica de del PMRC creció tanto que en septiembre de 1985 su ventas de los artistas: algunos dicen que sus ventas baja-
valor artístico y literario, al cual no podían entrar los menores Washington se escandalizaron por los mensajes “se- lucha contra lo “cochino” llegó al Congreso de Esta- ron, otros que subieron; otros, incluso, buscaron que sus
de dieciocho años. ¡Qué tiempos aquellos! xualmente explícitos” que en la música de Madonna y dos Unidos. El Comité de Comercio del Senado convo- discos la tuvieran, como una estrategia de mercadeo.
Prince estaban oyendo sus hijos, y que los podrían lle- có a una audiencia pública para discutir el “contenido Lo que sí es claro es que hoy en día esa etiqueta es
Luego de 65 años, y como proyecto colectivo de construcción var hacia el precipicio moral. explícito” en el mercado de la música. Por su proba- un anacronismo, por un lado, porque ya nadie com-
de una biblioteca más libertaria, el más reciente libro Esta indignación llevó a las llamadas “Esposas de ble inconstitucionalidad (la libertad de expresión está pra discos, y por otro, porque los artistas siguen ex-
en ingresar a la colección general es una novela gráfica y Washington” a formar en 1984 el Parents Music Re- en la primera enmienda de la Constitución estadouni- presándose como se les da la gana.
source Center (PMRC) o Centro de Recursos de Pa- dense), la audiencia no tenía como propósito promo- En la época del PMRC una columnista escribió:
autobiográfica que expresa las transformaciones sexuales y los dres para la Música, con el fin de advertirle al público ver legislación sino simplemente ventilar los hechos, “La agudeza escandalosa del rock and roll ha cam-
cambios e imaginarios generacionales en el naciente siglo XXI, sobre las letras obscenas en la música comercializada es decir, fue una sencilla muestra de poder y un in- biado el enfoque de la pelvis de Elvis hacia la sierra
y que al leerse hoja por hoja no escandalizaría a ningún lector en Estados Unidos. El objetivo principal del PMRC era tento de apabullar a la industria. El ruido fue posible saliendo de la bragueta de Blackie Lawless en la ca-
de hoy, salvo, obviamente, al padre Bronx: Todo va a estar bien, “crear conciencia” entre los padres de familia e inten- gracias a que una décima parte del Congreso estaba rátula de W.A.S.P. Las letras en el rock han pasado
tar prevenir que las disqueras produjeran música con conformado por esposos de las “Esposas de Washing- de I can’t get no satisfaction a I am going to force you at
de Powerpaola. Es una primera edición del año 2015, de Silueta “contenido explícito”, utilizando toda la influencia y ton”. Al Gore y otros tres congresistas eran parte del gunpoint to eat me alive”.
Ediciones y Paola Gaviria, impresa en Bogotá por Escala S.A., poder que traían sus apellidos. Y, naturalmente, este comité que convocó la audiencia. Ahora pasamos de la inocua We´re not gonna take
su registro de ingreso data del 5 de diciembre de este año. llamado a la conciencia también incluía la solicitud de En defensa de los artistas y su derecho a expre- it a sodomizar a Jesús.
sobres con dinero para financiar la causa. sarse comparecieron Dee Snider, de Twisted Sister, En un Estado de derecho no tiene sentido que se
No es coincidencia, más allá de los libros de texto, los de El PMRC aducía que su fin era lograr que la indus- Frank Zappa y John Denver. La intervención de Dee regulen los discursos o se busque determinar cuáles
historia, teologías y autoayuda, la Piloto ha privilegiado una tria de la música se “autorregulara” para aportar a la Snider fue la más importante. Sostuvo un interesante resultan válidos. El “concejal de la familia” y su sec-
colección juvenil permanente y fresca, que ahora se enriquece consecución de una sociedad libre pero escrupulosa. intercambio de argumentos con Al Gore, que defendió ta creen a pie juntillas que el diablo está en la música
Su propuesta inicial era rotular los álbumes: “X” para una interpretación imbécil que su esposa tenía de Un- y eso los lleva a promover actitudes contrarias al plu-
con la novela gráfica, el cómic y las narrativas creativas y las letras profanas o sexualmente explícitas, “V” para der the Blade de Twisted Sister. Según la familia Gore ralismo que defiende la Constitución colombiana. Y el
experimentales. las letras violentas, una “O” para las satánicas o de (paradójico apellido si se piensa en el subgénero de alcalde de Bogotá le da gusto enviando a censores dis-
contenido anticristiano oculto, y un “D/A” para seña- metal), la letra de esta canción promovía el sadoma- frazados de estrictos burócratas administrativos.
lar las letras con referencias a las drogas o el alcohol. doquismo, el bondage y la violación. Gore y su esposo creían que una canción sobre el
Con el fin de darle tracción a su movimiento se inven- Pero Snider, quien compuso la letra, afirmó que la miedo a los hospitales invitaba al sadomasoquismo.
taron la lista de las “Filthy fifteen” (acá les llamarían canción buscaba narrar la experiencia que tuvo el gui- Una expresión teórica para referirse a un “interva-
las “Quince sucias”, supongo), que comprendía, entre tarrista de su banda en un quirófano. Como bien lo dijo lo compuesto de tres tonos enteros” se convierte, en
otras, canciones de Judas Priest, Mötley Crüe, Twisted Snider, la interpretación sobre violación y sadomaso- boca de los fieles, en un anatema y un grito de batalla.
Sister, Def Leppard, AC/DC, Venom y Black Sabbath. quismo solo estaba en la cabeza de la señora Gore. El diablo sigue en la música.
28 # 103 # 103 29
Hacer la revolución en Manizales requiere más alucinaciones que
fierros. Algunos desadaptados al atrio de la catedral lo intentaron
en los setentas con Mao como sangrante corazón. Quedaron unas
Le solucionamos todos sus problemas navideños
cuantas huelgas y algunos ataques de risa.

SOLO LO MEJOR

Adiós a las armas


Libros
Postres
Almuerzos
Clle 53 # 64A-27 Barrio Carlos E Restrepo Café
Compañía
Tel. 2301836 • Lunes a sábado de 9 a 9

Manizalados
Nuestra comida es un acto de amor y sanación. por M A N U E L F E R N A N D O J I M É N E Z G A R C Í A El Flaco Jiménez
Es un momento de conexión con el otro, 2018
por medio del cual tenemos la posibilidad
de recordar que la vida, con toda

A
su magia y creatividad
es INFINITA l fin llegó el día en que Bernardo me dijo barrio era de respeto. Lo fundaron una noche del maricas, como les sucedió a todos los machos que tu-
que bajáramos hasta el barrio La Avan- año 51 en una ladera por cuyo pie corre la quebra- vieron sexo con Truman Capote.
Carrera 64C # 48-188 zada para formar el comando armado da Olivares. Los invasores, agarrados a la pendiente El Loco Rendón nos invitó a sentarnos en el suelo
Suramericana 5 local 101 que tomaría la fábrica. como hormigas, izaron la bandera tricolor de Colom- y rodó el bareto a la panameña (de a una chupada).
—El poder nace del fusil —me dijo, bia, pero el comandante de la policía los llamó comu- Bernardo era muy conocido allí y le decían “el cama-
Martes a sábado de 4:30 a 11:00 p.m. citando a Mao. nistas y ordenó que les dieran culata y quemaran los rada”. No quiso meter, pero se trabó con el humo que
Calle 57 (Argentina) # 41-57 —Es un error —le advertí—. Las armas en este ranchos. Un mes después volvieron con la bandera inundaba la pieza y en la traba le dio por leer el Ma-
Teléfono: 2302522
Reservas: 254 45 10 momento solo sirven en el monte donde el Gobierno del Partido Comunista y armados de varillas. nifiesto del Partido Comunista.
es débil. Después de que dominemos el campo ata- A partir de esa noche la policía tuvo miedo de ba- Con su voz cautivadora leyó la historia de un fan-
caremos las ciudades. Eso también lo enseña Mao. jar, pero cada año bajaba el General Invierno y tira- tasma que recorría Europa, pero no arrastraba las
—No tenemos tanto tiempo… ba los ranchos a la quebrada, al mismo lugar donde cadenas como los fantasmas de los cuentos, sino que
Su respuesta, nada ortodoxa, me extrañó. Pero los camiones del municipio arrojaban la basura. Los rompía las cadenas de la opresión capitalista. Un
ahora entiendo que Bernardo sentía pasos de animal sobrevivientes volvían y levantaban nuevos ran- fantasma justiciero (como el de las tiras cómicas)
grande y no quería irse de este mundo sin cagarse en chos: no tenían más a dónde ir. Eran jornaleros, ar- que luchaba contra la policía. Eso último les encan-
la puerta de un templo capitalista. tesanos, emboladores, carretilleros, obreros de tó a los muchachos y todos se apuntaron para el co-
La Avanzada era un barrio marginal donde la po- construcción y rebuscadores de la vida. El barrio mando guerrillero.
licía confinaba a las putas para que su presencia li- creció a pesar de la policía y del invierno, y por sus —¿Y los fierros dónde están? —preguntaron con
Karoty bidinosa no escandalizara las calles decentes de la
ciudad. Zonas de tolerancia, les decían a esos ba-
calles de tierra, retorcidas y estrechas, seguían ba-
jando todos los días, como cucarrones mierderos, los
los ojos brillantes como bolas de cristal.
—Ya deben estar listos —dijo Bernardo, guiñán-
Parafernalia rrios en cuyas casas, pintadas de rojo, funcionaban camiones del aseo a botar los desechos de la ciudad dome un ojo—. Dentro de ocho días los repartimos.
para fumadores los prostíbulos y las escuelas de Altos Estudios de
Tango y Milonga, las mejores del bajo mundo. Allá
en la quebrada Olivares.
Eran las seis de la tarde cuando llegamos a la pie-
No entendí ese guiño sino hasta cuando salimos de
la reunión y Bernardo arrimó a la herrería de don Tito,
cohabitaba Mincho Pineda con una mujer de la vida. za del Loco Rendón. No tenía ventanas y olía a fogón quien tiznado y sudoroso nos abrió la puerta y pudi-
Al lado del Centro comercial —¡Este sí es un duro, hermano! —me dijo Ber- de petróleo y a cannabis sativa. Las paredes esta- mos ver un intenso resplandor al fondo del aposento.
Medellín, contiguo a la nardo mientras tocaba la puerta por tercera vez. ban debidamente empapeladas con afiches de Jorge Traía en la mano una larga tenaza con una herradura
Plaza Minorista “¡Ahí ya no vive nadie, llavecita!”, dijo un male- Eliécer Gaitán, Sofía Loren, Carlitos Gardel y el glo- al rojo vivo. Son zapatos para mis vecinos, dijo mien-
Calle 54 Nº57 60 Local 197 vo que estaba parado en la esquina y quien, por una rioso Once Caldas de Manizales. tras con la cabeza señalaba los caballos carretilleros
Celular: 311 634 21 85 @BUNDI_CAFEBISTRO cerveza fría, nos contó la tragedia del domingo an- Rendón había reunido un grupo selecto de mu- que bostezaban amarrados a los postes de la luz con
C AL L E 53 # 4 2 -1 5 terior cuando Mincho salió a la calle a las diez de la chachos del barrio: jíbaros, raponeros, cosquilleros los ijares todavía húmedos del sudor del día.
mañana, la hora en que el guayabo hace estragos en y apartamenteros, armados de puñaletas. La es- Aunque el calor era infernal, Tito se encargó de
el alma. Estaba a pie limpio y con la camisa por fue- cena, en vez de temor, me produjo cierto placer. Al bajarnos la temperatura. Nos dijo que no era posible
ra, mientras la mujer desde la puerta lo insultaba, igual que Jean Genet, yo profesaba una gran admi- fabricar escopetas en su pequeña fragua. Bernardo
envuelta en una sábana sucia. Era la única pelea que ración por los malevos y los escuchaba con embeleso puso cara de que el atraso de la revolución ya pasaba
Música en Mincho no enfrentaba nunca. La mujer es como el
mar, decía, y se alejaba hasta que bajara la marea.
cuando narraban sus tropelías contra la propiedad
privada. Aunque me hice amigo de algunos, nunca
el medio siglo.

vivo viernes Regresaba con un regalo y le daba una pela delante


del vecindario: ¡Pa que no sea tan alzada esta perra!
me invitaron a participar en un atraco. Tal vez les
parecí demasiado delicado para eso. Tampoco me
y sábado Pero ese domingo cambió su rutina. Se quedó pa-
rado en la calle, pensando quizá en devolverse por
invitaron a que les practicara el sexo oral. Segura-
mente sospechaban que yo quería ser escritor y no
los zapatos, y no se dio cuenta de que su mujer tenía quisieron arriesgarse a salir en un libro con fama de
Cll 47 #42-48 Local 104 un cuchillo en la mano. Los curiosos empezaron a
Lunes y martes: 10am a 5pm / Miércoles a viernes: 10am a 9pm recogerse en la acera de enfrente. La hembra avanzó
Torres de Bomboná Manejamos menú del día y comida a la carta dos pasos con el cabello erizado por la furia, y tiró
Tel. 2170489 la puñalada con los ojos cerrados. Mincho, sonrien-
do, se puso de perfil como un torero para esquivarla,
580 4044 Calle 49#64A-11 pero la punta del cuchillo alcanzó a pringarlo enci-
310 428 6615 @lamanuelarestaurante ma del riñón y le borró la sonrisa. Una mancha roja
empapó la blanca camisa del varón.
La mujer retrocedió hasta la puerta con el brazo
engarrotado, sorprendida de su audacia. Una puta
vieja, tal vez la misma que desde las tinieblas del in-
quilinato le dio el cuchillo, sopló algo en su oído y la
empujó de nuevo a la calle. La mujer de Mincho avan-
zó con ganas, como tiburona que ya probó la sangre.
Mincho, tocándose la herida, comenzó a darle expli-
caciones en voz baja, tratando de calmarla como si es-
tuvieran todavía discutiendo bajo las cobijas.
—¡Písese, güevón, que lo van a matar! —le gritó
el coro de la tragedia desde la acera de enfrente.
Pero el hombrecito se enchonchó y la dejó llegar
y repetir el mismo movimiento de la primera puña-
lada como si fuera un paso de milonga. “Fue como
ver la repetición de un gol en contra, hermano. Uno
sabe lo que va a pasar, pero no puede evitarlo”.
El asesinato de Mincho dejó a Bernardo con cara
de que la revolución se retrasó diez años. Me tomó
del brazo y me ordenó que siguiéramos bajando para
el barrio Galán hasta la casa del Loco Rendón. Ese
30 # 103

x 10

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