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Todo lo que un padre hace o expresa con respecto de su hijo está dotado de significado para el
niño, éste lo capta todo como mensajes que expresan la prohibición o el permiso de continuar con
una conducta o expresión, señales que marcan la dirección que tomar en las diferentes situaciones
que se le presentan en la vida, así como mensajes que expresan la amenaza de lo que pasará si no
se actúa según las expectativas de los padres.
Estos mensajes expresados por los padres, influyen directamente en cómo será la actitud del niño
ante la vida. En base a esas conductas y frases expresadas, el niño construye sus mensajes
(cuadros uno y dos), y los interioriza.
LOS PERMISOS
LAS PROHIBICIONES
Esperamos que esto os haga tomar conciencia a todos y todas que sois padres y madres
y a todas las personas que tratan con niños/as con frecuencia. Vuestras palabras pueden
ser un motor o un freno en el desarrollo del potencial de los pequeños. Os invitamos a
demostrarles amor, a dar caricias físicas y emocionales, a hacerles sentir confianza,
aceptación, respeto, a aprobar su autonomía, ayúdenles a integrarse y a realizarse.
Háganles capaces de dar amor.
Un valor es la creencia estable de que algo es bueno o malo; de que algo es preferible a
su contrario. Estas creencias nunca van solas, sino que siempre están organizadas en
nuestro psiquismo de manera que forman escalas de preferencia relativa.
Los valores son universales. Es decir, que existe un conjunto de valores que so comunes
a todos los hombres y a lo largo y ancho del mundo., Lo que diferencia a unos hombres
de otros es la mayor o menor intensidad que con que los viven.
Es verdad que los valores que tenemos reflejan nuestra personalidad, pero también lo es
que de nuestros valores son responsables, en gran medida, las instituciones en las que
hemos vivido, la cultura en la que nos movemos, y, en toda su amplitud, la sociedad.
Importancia de los valores. Los valores son pautas y guías de nuestra conducta. Sólo el
hombre es capaz de trascender del estímulo al sentido. Las personas nos interrogamos
constantemente acerca del significado de nosotros mismos, de lo que hacemos y del
mundo que nos rodea. Esto es un indicador de que las personas tenemos necesidad de
encontrar un sentido, de obrar con propósito claro, de saber a dónde nos encaminamos y
por qué razón. Una escala de valores permite elegir entre caminos alternativos. Es como
el mapa del arquitecto; no es necesario que continuamente, pero conviene tenerle
presente.
Un sistema de valores permite al hombre resolver los conflictos y tomar decisiones. La
escala de valores será responsable en cada caso de los principios y reglas de conducta
que se pongan en funcionamiento. La carencia de un sistema de valores bien definido
deja al sujeto en la duda, a la vez que lo entrega en manos ajenas a su persona.
No seas tú - "¿Porque no eres como tus amigos?", "Si fueras como tu hermana que
saca buenas notas".
Por ello es importante saber que decirle a los niños debido a que estos absorben todo
como esponjas y son muy inteligentes en captar los mensajes. Ellos se adaptaran al
ambiente tomando a los mandatos como validos. Cabe resaltar que estos mensajes no
sólo los toman de los padres sino tambien pueden ser atraves de figuras significativas
como abuelos, tios, padrinos, hermanos mayores, amigos (en la adolescencia
mayormente), entre otros.
Lo importante de la terapia es poder identificar que mandatos son los que predominan
en nosotros y a partir de allí desde nuestro Niño interior re decidir y cambiarlos por
permisos puestos desde el Padre. Darte permiso para sentir, para equivocarte, para
confiar, para ser tu y aceptarte.
Un segundo elemento importante a la hora de construir el guión de vida son las
atribuciones. Como su nombre indica, una atribución le dice al niño lo que debe
hacer o lo que debe ser. A diferencia de los mandatos, que son de naturaleza
limitante, las atribuciones cargan al pequeño con aquello que se espera o
desea que sea. También, como en el caso de los mandatos, la posible lista de
atribuciones es ilimitada: “eres como tu tío”, “eres igual que el abuelo”, “eres…
bueno, malo, listo, torpe, sano, frágil, especial, distinto, tremendo, etc”.
Etiquetas que, a base de repetición, se pueden colgar en la mochila que
moldea y construye la plástica y flexible identidad de un pequeño que busca
ser amado, protegido y reconocido