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Capitulo - 1 Muñoz - Hacia El Estado Regulador PDF
Capitulo - 1 Muñoz - Hacia El Estado Regulador PDF
INTRODUCCION 19
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 46
1. HACIA EL ESTADO REGULADOR*
INTRODUCCION
Cuando en octubre de 1989 triunfó el candidato de la Concertación de
Partidos para la Democracia, en la primera elección presidencial chilena que se
realizaba desde 1970, muchos creyeron que habría una vuelta atrás en el sistema
de organización económica nacional y se reimplantaría el esquema de Estado
empresario que rigió desde antes de la Segunda Guerra Mundial. Entre otras
cosas,ello podría haber significado la revisión de las privatizaciones efectuadas
por el regimen militar. No fue así, y por el contrario, el nuevo gobierno ha
profundizado el papel del mercado y de la inserción internacional como
mecanismos centrales de la organización económica. Pero esto no quiere decir
que se considere al mercado como un instrumento suficiente para resolver
automáticamente los grandes problemas de la economía nacional. El mercado
como instrumento tiene muchas ventajas pero tambien límites, más allá de los
cuales puede provocar severasdistorsiones y pérdidas en el bienestar social. Si
no, piensesc en los efectos que tuvo la implantaciún del mercado libre en el
transporte colectivo urbano durante los anos 70. Los efectos perniciosos de la
contaminación del aire y la congestión de las vías las han tenido que pagar todos
los habitantes de la ciudad dc Santiago, sin mencionar el sobredimensionamien-
to del parque vehicular y la inversión ociosa que ella ha provocado.
Las nuevas autoridades económicas no pretendieron revivir el modelo del
Estado empresario. Pero tampoco ignoran que por sí solos los mercados no son
suficientes para desarrollar una economía eficiente y dinámica. En cuanto se
trata de acuerdos voluntarios entre agentes que desean transar bienes o
servicios, los mercados suponen reglas claras y normas de conducta amparadas
por la institucionalidad, la tradición y las leyes. La expansión del sistema de
mercado requiere tambien un desarrollo de la institucionalidad, la que debe
reflejar los criterios últimos que la sociedad se impone a traves dc sus procesos
democráticos.
* Deseo agradecer los comentarios formulados por los participantes cn el Taller de CIEPLAN
sobre Privatizaciones y Rol del Estado, como también los de Javier Couso, Lovell Jawis y Cecilia
Montero.
za OSCAR MUÑOZ G.
1. EL ARGUMENTO GENERAL
que aun en estos casos el éxito de los procesos dependió fuertemente del
fortalecimiento y dinamización de las clases empresariales, así como de la
construcción de una institucionalidad que articulara los mercados y los Estados,
como lo han demostrado los paísesdel sudesteasiatico desde los años 60.
La estrategia latinoamericana de postguerra puede entenderse como un
proceso que descansben la transformación productiva, con un fuerte liderazgo
estatal. Ello se ha explicado por la debilidad de los agentes productivos, las
características subordinadas de la región y las contingencias económicas
provocadas por la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. De ahí el
carácter eminentemente estatal de la industrialización.
En las experiencias europeas del siglo XIX tanto el Estado como las
instituciones y los actores sociales experimentaron innovaciones y desarrollos,
para ir asumiendo las nuevas tareas que imponían el cambio tknico y la
transformaci6n social. En America Latina, y tambien en Chile, los cambios
sociales e institucionales han sido mucho más tardlos (Moulian, 1982). Aunque
el perfodo de postguerra se caracteriza por la movilizaciún de las clasesmedias,
las elites tradicionales de raigambre colonial mantuvieron cuotas significativas
de poder, que les permitieron negociar los cambios institucionales, y, en no
pocas ocasiones, impedirlos. Una manifestación de ello es la prolongación en el
tiempo de sistemas arcaicos de propiedad agraria, que constituyeron obstaculos
a la modernización de la sociedad como un todo. En Chile la estructura de
tenencia de la tierra heredada del regimen colonial se prolongó hasta los años
60, en abierto contraste con lo sucedido en Europa y en el este asiático.
Otra manifestaciún de las dificultades de la modernización fue la
sobrevivencia de mucha de la organización estatal más allá de su vida útil.
Originalmente fue concebida para actuar en un período particularmente difícil,
como los años que siguieron a la Primera Guerra Mundial y la decadade los 30,
cuando los actores sociales y los mercados estaban muy debilitados. Pero
algunas de esas organizaciones estatales SCprolongaron por razones diversas:
desde la propia inercia burocrática hasta el desarrollo de intereses creados, de
tipo corporativo, que se enquistaron en el Estado, creando sus propias defensas
frente a los riesgos que podía significar la profundización de la modernidad.
Varias de las reformas económico-sociales que se aplicaron en Chile entre
los anos 60 y 80 son formas tardías de modernización de una institucionalidad y
de un Estado que estaban quedando obsoletos. Por cierto, hay distintas
estrategias de modernización, atendiendo a su carácter democrático, a su
transparencia, a su proyección temporal, a su radicalidad, a sus sesgos
ideológicos. Las reformas de los años 70 y SO sin duda impactaron por su
magnitud, extensión y fuerte ideologismo, aparte del marco autoritario en que
se realizaron. Ellas fueron inducidas por la obsolescencia de algunas
instituciones y funciones estatales que no podían responder eficazmente a las
nuevas y críticas condiciones políticas y econbmicas, como las que se dieron a
comienzos de los años 70. Si bien el neoliberalismo supo aprovechar esa crisis
proponiendo una agenda radical de reformas, que sobre todo significaba la
desaparición, o más bien la privatización de la política (Muñoz y Schamis,
HACIA ELESTADO REGULADOR 25
1 El ex Ministro de Hacienda de los Presidentes Aguirre Cerda y Ríos, Guillermo del Pedregal, en
un debate cn 1944 que lleg6 a ser histórico, argoment6 los meritos que tendrfa para Chile la
aplicación de unn política fiscal de tipo keynesiano. Su contrincante era Gustavo Ross, otro ex
Ministro de Hacienda. Este debate fue reproducido por la revista Economía y Finanzas, de
Santiago, en el Nn 98 (diciembre de 1944). Informaci6n proporcionada gentilmente por Aníbal
Pinto.
HACIA EL ESTADO REGULADOR 29
2 De aquí nace el debate monetansta-estructuralista de los años SO. Para una interpretación
reciente, ver Velasco (1988).
30 OSCAR MUÑOZ G.
___ ~~
autoridad para enfrentar las fallas asignadoras del mercado. Según Stiglitz
(1989), las situaciones en que los mercados fallan son tantas que debe
considerarse el caso general y no a la inversa (en que los mercados fallan como
caso excepcional). Por lo tanto, una asignación eficiente de recursos requiere la
intervención del Estado en todos aquellos casos en que la solución
descentralizada es menos eficiente (afirmación que el autor mencionado
denomina el “teorema fundamental de la no-descentralicidad”). Por cierto, otra
cuestión distinta es cómo y con que instrumentos el Estado puede intervenir
más eficientemente. El desarrollo de una instrumentalidad microeconómica
eficiente constituye el objetivo de la función reguladora del Estado y de los
nuevos enfoques de política industrial.
3. ROL DE LA INSTITUCIONALIDAD
los de Asia, Europa Oriental, el Medio Oriente y la propia America Latina, sin
desechar, desde luego, los grandes bloques en formación. Pero ello supone una
modernización de la institucionalidad comercial chilena, especialmente en sus
vfnculos con la diplomacia y el sistema de relaciones internacionales, a fin de
lograr una presencia mucho mas activa y relevante en los principales centros de
decisión comercial.
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ECONOMIA POLITICA CONSERVADORA
EN AMERICA LATINA Y EUROPA
OCCIDENTAL: LOS ORIGENES POLITICOS
DE LA PRIVATIZACION
HECTOR E. SCHAMIS
INTRODUCCION 51
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 69
2. ECONOMIA POLITICA CONSERVADORA
EN AMERICA LATINA Y EUROPA
OCCIDENTAL: LOS ORIGENES POLITICOS
DE LA PRIVATIZACION*
HECTOR E. SCHAMIS
INTRODUCCION
En la década de los SO hemos sido testigos de la diseminación
internacional dc programas de privatización y parecería que estos se
desarrollarán aún más en los 90. Países con vastas diferencias están
implementando programas que buscan ampliar el alcance de las fuerzas del
mercado y reducir el rol económico del Estado. Estos eventos han llamado la
atención de los analistas tanto como la de los líderes políticos. Expertos en
economfa política internacional han sido particularmente proclives a investigar
acerca de la existencia de patrones comunes que están operando a nivel del
sistema internacional. La paradoja es que el Estado -alguna vez considerado la
solución para las fallas de mercado y el estabilizador de los ciclos econbmicos-
esta siendo escrutado, si no es que abiertamente atacado, como la causa del
problema que intentaba resolver. De hecho, no ha habido tan vasta
convocatoria a expandir el rol del mercado y reducir el del Estado desde por lo
menos 1920.
Dejando de lado las dimensiones internacionales de la moda antiestatal en
boga, este artículo se centrara en la significación política interna de estos
eventos. Primero, porque las condiciones internacionales son siempre mediadas
por factores internos, es decir, los actores se alinean WA-YLF una corriente
política dada, alterando, si no su contenido, al menos su forma de
implementación. Segundo,porque la misma política económica -la privatización
en este caso- no afecta de igual manera a todos los países. Teniendo estas
nociones en mente, este ensayo discutirá las dimensiones políticas mas
evidentes involucradas en la privatización: la recomposición de coaliciones
pohticas y el rediseño de instituciones estatales.
l Una versión de este trabajo fue publicada como “Consewative Politicai Economy in Latin
America and Wcstem Europe: The Politlcal Sources of Privatization” en A.A. Boron, D.A.
Chalmers y M.C. de Souw (eds.). The Righr and Democracy in Lorin America (Westpoint CT:
Praeger, 1992).
52 HECTOR SCHAMIS
1 Por ejemplo, el profesor de Harvard, Jeffrey Sachs y la oficina en Londres de Ptice Waterhouse
han trabajado con estor gobicmos. Vbsc ThheEco>romis~,13 de enero, 1990~ 14 de abril, 1990.
2 Jnse Piiiera, Minirtrn drl Tr:ibaj!> dc Pinxlx!. E! .Mercwio, 12 de julio, 1990.
LOS ORIGENES POI,I’l‘ICOS DE LA PRIVATIZACION 53
1. EUROPA OCCIDENTAL
Después de la Segunda Guerra Mundial, y hasta 1970, el principal
esquema de gobernabilidad internacional en los países industrializados fue
conceptualizado, gracias a la cclcbrc frase de John Ruggie, como un sistema de
“Embedded Liberalism” (Liberalismo Incrustado)3. El esquema de liberalismo
incrustado se basaba en un equilibrio entre el laissez-faire internacional de
Bretton Woods y cl intcrvcncionismo estatal interno, y descansaba,en gran
medida, en la hegemonía americana. El liderazgo de los Estados Unidos en la
economía mundial, de acuerdo con este analisis, creó y mantuvo el sistema
internacional de libre comercio el cual, a nivel interno, permitiú el desarrollo de
un Estado keynesiano intervencionista y de bienestar.
Aun cuando el keynesianismo fue, principalmente, un conjunto de tecnicas
económicas, su impacto se extendi6 más allá del area de la formulación de
políticas cconúmicas. En lo social, el paradigma keynesiano asignaba al Estado
la responsabilidad de proveer los bienes y servicios ncccsarios para mantener un
estándar de vida mínimo de la clase trabajadora. El crecimiento de la
maquinaria de provisión estatal significó, según postulara T. H. Marshall, una
redefinición de la propia noción de ciudadanía, implicando un incesante
aumento de los derechos, desde las esferas civiles y políticas hasta la esfera
socia14.
A su vez en lo político, el keynesianismo de postguerra implicó un
compromiso entre fuerzas políticas y clases sociales contendientes, cuyos
conflictos podrían haher sido disruptivos para la difícil tarea de reconstruir la
democracia capitalista, especialmente despues de la desastrosaexperiencia del
Fue la aceptación por parte del Treasury, agencia que no ~610era vista
corno la expresión de los intereses conservadores-financierossino que también
había sido extremadamente resistente a las políticas inflacionarias de
entreguerras, lo que finalmente abrió la puerta al keynesianismo en Gran
Bretaña. A los ojos de las fuerzas consetvadoras,el keynesianismo no podía ser
visto como un programa socialdemócrata, sino, en cambio, una fúrmula para
mantener alto el empleo a la vez que neutralizar demandas más radicales. “Con
las prácticas keynesianas ya institucionalizadas en el Treasury”, sostiene
Margaret Weir, “los principios keynesianos proveyeron una fórmula
no-conlroversial para preservar el poderío político Conservador”“. Desde esta
perspectiva, no debería sorprender que las coaliciones conservadorasaceptaran
la premisa del “middle way” keynesiano.
En estos terminos, una visiún mas balanceada de las coaliciones que
emergieron y se consolidaron alrededor del kcyncsianismo en el período de la
postguerra, no puede evitar poner la atención en el rol crucial de las fuerzas
conservadorasy de la burguesía. En cierta forma, este punto fue bien resumido
por Robert Skidelski: “Sin duda, tambien la gran empresa necesitabaa Keyne;l
se apropiaron de las políticas de gasto keynesianaspara su propio beneficio” .
Samuel Beer da importancia a un punto similar cuando caracteriza las políticas
británicas como “colectivistas”. Según Beer, el Colectivismo en Gran Bretaña
después de los años 50 fue tanto un rasgo Laborista como Conservador,
sugiriendo un enraizado patrún compartido por ambas fuerzas, en vez de un
estilo de formulacibn de políticas propio del consensosocialdem6crata’3.
Una revaluación al rol de la Derecha en la economía política de la
postguerra es, por lo tanto, de particular importancia si queremos entender su
contribución a la caída del keynesianismo y a la reemergencia de las políticas
ortodoxas de los años 70. La historia del augey caída de la economía mixta y del
consensodel Estado de Bienestar, visto a traves del protagonismo de la derecha,
puede permitir una investigación más sistemática de las cambiantes ideas y
actitudes que forjan una identidad política en el tiempo y que, a su vez, sirven
para caracterizar una política económica dada. Lo que fue “conservador” en los
50, ya no lo sigue siendo y, dado que, en contraste con el período de postguerra,
aquellos que apoyaron el Estado de Bienestar y el keynesianismo están hoy en
día mayoritariamente en la “izquierda”, el significado del termino opuesto
tambien ha cambiado.
Si estamosdc acuerdo en que en las sociedadescapitalistas la organización
política de la burguesía -usualmente a lo largo de líneas de acción conservadora
partidista o extrapartidista- determina fuertemente el curso de las políticas
económicas, el surgimiento de una Derecha dinámica y revigorimda en los 70 y
80 impulsando políticas ortodoxas sería sólo una sorpresa parcial para el
analista. Si algo constituye una novedad dentro de este proceso no es el que la
ll Vkase a Margaret Weir (1989). Similar argumento se puede ver en Keny Schott (1982).
12 Véase a Robert Skidelski (1977).
13 Véase a Samuel Ueer (1967).
LOS ORIGENES POLITICOS DE LA PRIVATIZACION 51
2. AMERICA LATINA
La principal fúrmula de gobernabilidad en el Cono Sur, iniciada en los
anos 30 y consolidada en la postsegunda Guerra Mundial, fue conocida como el
“Estado de Compromiso”. Sus características básicas inclulan: un creciente
desarrollo de la maquinaria de bienestar, la activa participación del Estado en el
monitoreo del nivel de la actividad económica y el reconocimiento del derecho
de los sindicatos para expresar sus demandas y participar en el proceso de
diseño e implementación de políticas, todo lo cual resultb en una significativa
redistribución de ingresos. Este contexto, el cual no constituyó una
característica que pueda aplicarse a AmCrica Latina como un todo, fue quizás el
rasgo más sobresaliente de las economíaspolíticas del Cono Sur.
Estos programas sirvieron como herramienttt para dos propúsitos: la
integración de las masas en el escenario político , y la implementación del
proceso de industrializacibn por substitución de importaciones (1.51)como
reemplazo del modelo de desarrollo basado en la exportación de productos
primarios. Diferentes fuerzas políticas emprendieron estas estrategias. Tanto
elites conservadoras, como alianzas populistas o partidos reformistas, aunque
en diferentes modos y grados, las adoptaron. A pesar de su inestable y
contradictorio carácter, esta fórmula operó hasta los anos 70. Asf como el
ECtadode Bienestar en el capitalismo avanzado,el cual para su funcionamiento
dependib de coaliciones policlasistas de industriales, clases trabajadoras
organizadas y agricultores, el Estado de Compromiso en el Cono Sur implicó
también una redefinición de las dimensiones básicas del proceso de
construcción de coaliciones. Con la incorporación de nuevos actores en el
escenario político, el esquema de gobernabilidad se basó ahora en coaliciones
formadas por asalariados urbanos, empresas del sector público e industriales
manufactureros.
Existe una considerable controversia acerca de si estas políticas fueron o
no inspiradas en el kcynesianismo. Para algunos, la revolución kcyncsiana lleg6
a America Latina, si no en la forma de un conjunto completo de políticas de
administraciún de la demanda, al menos en la forma de programas de empleo,
distribución del ingreso y provisión de servicios sociales. Aníbal Pinto, por
ejemplo, ha argumentado que incluso antes que la Teorín Geneml fuera
22 El trabajo de mayor influencia acerca del “overload thrsis” es de Michel Crozier, Samuel
Huntington y Joji Watnuki (1975). Robert Skidelski (1979) ha notado que los economistas de
tendencia neo-laissez-faire aue se hicieron intluventes en los años 70. tales como Friedrich
Hay&, habían empezádo a irgumentar acerca dé la sobrecarga de las iipacidades estatales ya
en los años 30.
23 V&se este argumento en forma completa en Héctor E. Schamis (1991).
62 HECTOR SCHAMIS
27 Para un brillante análisis hist6rico de estos problemas vtase a Rudolf Braun (1975).
28 Para una excelente discusi6n v&wz a Norberto Bobbio (1989).
64 HECTOR SCHAMIS
29 Para una revisibn comprensiva de estas teorías véase a Alfred Stepan (1978). Vale la pena hacer
notar que Keynes, señalando un gran aleJamiento del liberalismo, compartió esta posición. En
“f’he End of Laissez-Faire” (1926) argumenta: “No es una correcta deducción de parte de los
Principios dc la Economía el que los mtcrcscs propms ilustrados operan siempre hacia el interés
público”. John Maynard Keynes (1963).
30 Véase a Claos Offe (lY.81).
LOS ORIGENES POLITICOS DE LA PRIVATIZACION 65
31 Estos problemas están parcialmente relacionados con aquellos discutidos cn el, a mi entender,
excelente libro de Charles Maier (1987).
32 Paul Starr (1988).
66 HECTOR SCHAhíIS
33 Sobre Gran Bretaña, v&nse, entre otros, E~ra Suleiman (en prensa); John Vickers y George
Yarmw (1988) y C. Maya y D. Thompson (19R6).
34 Sobre Chile. véanse Mario Marcel (1983) y Enrique ErrJ17wizy Jacqueline Weinstein (1986).
LOS ORIGENES POLITICOS DE LA PRIVATIZACION 61
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