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El estado de sitio es un régimen de excepción que debe ser impuesto por el poder ejecutivo,
en particular por el jefe de Estado, y con la autorización del órgano legislativo correspondiente
a ejecutarlo. El estado de sitio representa un concepto equivalente al de estado de guerra, y
por ello se dan a las fuerzas armadas facultades preponderantes para los actos de represión.
Durante el estado de sitio quedan en suspenso las garantías constitucionales, con mayor o
menor extensión, según las leyes.
Bolivia[editar]
En Bolivia, a partir del el año 2009, al estado de sitio se lo ha denominado estado de
excepción. El estado de excepción se encuentra regulado en los artículos 137, 138,139 y 140
de la constitución política del estado boliviano.
Según la constitución, el Presidente de Bolivia tiene la potestad para declarar el estado de
excepción en caso de peligro para la seguridad del estado, conmoción interna, amenaza
externa o desastre natural. El alcance del estado de excepción puede ser en todo el territorio
nacional o solo en una parte del territorio donde fuera necesario.
La declaración del estado de excepción no podrá suspender en ningún caso los principales
derechos fundamentales constitucionales y garantías constitucionales. Tampoco se
suspenderá el derecho al debido proceso, el derecho a la información ni los derechos de las
personas privadas de libertad.
Aunque es el Presidente de Bolivia el que puede declarar el Estado de Excepción, la entrada
en vigencia de este, depende de la Asamblea Legislativa Plurinacional la que en un plazo de
72 horas (3 días) deberá aprobar o no, la entrada en vigencia del estado de excepción.
Una vez concluido el estado de excepción, no podrá declararse otro estado de excepción
hasta dentro del siguiente año, salvo la autorización de la Asamblea Legislativa
Plurinacional previamente.
Chile[editar]
El Estado de Sitio (y el resto de los Estados de Excepción Constitucional) se hallan regulados
en los arts. 39 a 45 de la Constitución chilena y en la ley 18.415, Orgánica Constitucional de
Estados de Excepción.
El Estado de Sitio procede en casos de grave conmoción interior o de guerra civil. Puede ser
declarado por el Presidente de la República con aprobación del Congreso dentro de un plazo
de cinco días. En casos urgentes, puede decretarlo sin esperar la decisión del Parlamento,
pero solo limitando el derecho de reunión. El Estado de Sitio dura hasta 15 días, los que
pueden ser renovados.
Por el Estado de Excepción pueden ser restringidas la libertad de transporte y desplazamiento
y el derecho a reunión. Puede también detenerse a personas en sus casas o recintos que no
sean cárceles. También, puede delegar funciones en los Intendentes y Gobernadores o en los
jefes militares que designe al efecto. Además, si el estado de sitio es por causa de guerra civil,
cesa la competencia de los tribunales civiles y militares de tiempo de paz, y en su lugar
asumen los tribunales militares de tiempo de guerra (en este caso, los comandantes de plaza).
Colombia[editar]
El estado de sitio funcionó en Colombia a partir de la Constitución de 1886 que en su artículo
121 decía: "Artículo 121. En los casos de guerra exterior, o de conmoción interior, podrá el
Presidente, previa audiencia del Consejo de Estado y con la firma de todos los Ministros,
declarar turbado el orden público y en estado de sitio toda la República o parte de ella.
Mediante tal declaración quedará el Presidente investido de las facultades que le confieran las
leyes, y, en su defecto, de las que le da el Derecho de gentes, para defender los derechos de
la Nación o reprimir el alzamiento. Las medidas extraordinarias o decretos de carácter
provisional legislativo que, dentro de dichos límites, dicte el Presidente, serán obligatorios
siempre que lleven la firma de todos los Ministros. El Gobierno declarará restablecido el orden
público luego que haya cesado la perturbación o el peligro exterior; y pasará al Congreso una
exposición motivada de sus providencias. Serán responsables cualesquiera autoridades por
los abusos que hubieren cometido en el ejercicio de facultades extraordinarias".
Bajo el amparo del Estado de Sitio, el gobierno colombiano intentó controlar el avance de la
subversión y grupos al margen de la ley, sin embargo, se tradujo en la violación
sistemáticamente de los derechos humanos y las libertades ciudadanas por parte de algunos
agentes del Estado. Su permanencia en las Instituciones Colombianas, 70 de los 105 años
que se mantuvo vigente la Constitución de 1886, derivó en autoritarismos que permitieron la
criminalización de la protesta, la persecución política y la limpieza social. Lo anterior ha sido
evaluado por historiadores como Marco Palacios quien indica al respecto: " En el Estado de
derecho colombiano, el autoritarismo se expresó en estado de sitio permanente, arma jurídica
empleada para neutralizar los efectos políticos y sociales de la creciente presencia de masas
urbanas, convertidas en base de opinión y de electorado, por las movilizaciones liberales."1
Tras la promulgación de la Constitución de 1991 el estado de sitio fue reemplazado por
los estados de excepción.
España[editar]
Artículo principal: Estados de alarma, excepción y sitio en España
En España, el Congreso de los Diputados puede declarar por mayoría absoluta el estado de
sitio a propuesta exclusiva del Gobierno, siguiendo el artículo 116.4 de la Constitución
española y la Ley Orgánica 4/1981 de los estados de alarma, de excepción y de sitio «cuando
se produzca o amenace producirse una insurrección o acto de fuerza contra la soberanía o
independencia de España, su integridad territorial o el ordenamiento constitucional que no
pueda resolverse por otros medios».
El Congreso de los Diputados podrá asimismo determinar en esa declaración «los delitos que
durante su vigencia quedan sometidos a la Jurisdicción Militar» (art. 35). En esas
circunstancias, el Gobierno, que dirige la política militar y de la defensa, asumirá todas las
facultades extraordinarias previstas en la Constitución y en la citada Ley Orgánica de Estados
de Alarma, de Excepción y de Sitio y designará la autoridad militar que, bajo su dirección,
haya de ejecutar las medidas que procedan en el territorio a que el estado de sitio se refiera
(art. 33 de la L. O. 4/1981).
La autoridad militar publicará y difundirá oportunamente los bandos con las medidas y
prevenciones necesarias, de acuerdo con la Constitución, la referida Ley Orgánica 4/1981 y
las condiciones reflejadas en la declaración del estado de sitio. Durante el tiempo en que
permanezca vigente esa situación excepcional, la citada Ley Orgánica 4/1981 determina que
las autoridades civiles continuarán en el ejercicio de las facultades que no hayan sido
conferidas a la autoridad militar, a la que darán las informaciones que ésta le solicite y cuantas
noticias referentes al orden público lleguen a su conocimiento (art. 36).
México[editar]
En México, el estado de sitio se encuentra regulado por el artículo 29 de la Constitución.
El Presidente de la República puede restringir o suspender las garantías y derechos de los
individuos, de manera temporal, en toda la República o en algunas regiones, en los casos de
invasión, perturbación grave de la paz pública, o cualquier otra situación que ponga en riesgo
la soberanía de la Nación y la sociedad. Para declarar el estado de sitio, el Presidente
requiere de la previa autorización del Congreso de la Unión o, en caso de que el Congreso no
se encuentre en periodo ordinario de sesiones, ante la Comisión Permanente.
Las garantías que no pueden suspenderse con esta declaratoria son las siguientes: