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que viene
Para bien o para mal, los argentinos no vamos a volver a lo que éramos
antes
Aburre a esta altura este apartado, nos quita espacio para pensar en otras
problemáticas, pero explicar es nuestra tarea. No se trata de contraponer la salud
a la economía, porque hasta el empirista, pro exacerbación de la realidad sin
ninguna visión crítica, puede descubrir que no hay economía donde la vida se
acaba. ¡Pero el virus no mata a todxs! Grita desesperado un periodista que
ofició de candidato a vicepresidente y ahora vuelva a su tarea de difusor
neutral. Pues, la multiplicación del contagio y de las muertes, frenan el ritmo de
la vida, es decir de la economía. La cuarentena puede discutirse, pero
ordenada permitió que la enfermedad no se generalice y que la economía
empiece a moverse. Por supuesto que cualquier recuperación necesita tiempo, la
palabra paciente, viene de paciencia y lentamente el sistema económico
comenzará a moverse.
Quizás la pandemia nos enseña que temas como la salud deben tener un
Ministerio, pero a la vez quizás se necesite un mayor grado de centralización del
sistema de salud, distinta a la que operaba antes de la constitución del 94, pero
que articule de una forma más eficiente el nivel nacional, provincial y local.
La pandemia nos muestra que no hay salida individual, nadie puede vencer solo
al COVID-19, nadie puede volver a tener trabajo, ingresos, futuro, sin un
proyecto para todxs. Desde muchos lugares nos insisten sobre lo que no podemos
hacer individualmente, que el Estado nos impide. El Estado es el garante de
que pueda suceder el resto de nuestras vidas, y es en cierta parte,
nuestro. De lo que se trata, es hacer que ese Estado pueda encarnar un
proyecto nacional y colectivo que defienda el futuro de todxs los argentinxs.
Cómo enfrentar la “pandemia económica”
Resulta gracioso ver como muchxs personas se las arreglan para enojarse con
cualquier medida de redistribución que el Gobierno Nacional propone: el
impuesto a las grandes fortunas por única vez, el IFE y subsidios a desocupados,
la intervención del Estado en uno de los rubros fundamentales de la economía
como empresa testigo para conocer el mundo de las empresas exportadoras y
productoras de alimentos ( Vicentin) . Toda intervención del Estado intentando
mejorar la situación económica, es mala, y presupondría una forma de chavismo
velado.
Como dicen muchos economistas y periodistas defensores del statu quo - como si
la humanidad hubiera vivido siempre de la misma forma - el problema es la
“pandemia económica”. La misma comenzó por lo menos desde fines del 2017,
siendo buenos con el gobierno anterior, antes del COVID-19. ¿Pero cómo se
resuelve esa pandemia? ¿Solo abriendo la economía? ¿Bajando salarios? ¿Con
reforma laboral? ¿Bajando impuestos a los más ricos, para que inviertan? ¿Eso
sería superar la “pandemia económica”? Todas las preguntas nos llevan a
plantear que para muchos la resolución de la “pandemia económica” implica
volver al mundo injusto del cual venimos y que el COVID-19 desenmascaró. Un
viejo poema gauchesco no desentrama la resolución de esta cuestión “O es para
todos la cobija o es para todos el invierno”
La Argentina tiene cerca de 300.000 millones de dólares por fuera del sistema
bancario, una parte está en el país, otra está en el exterior. Es casi un 65% del
PBI anual de la Argentina, o sea lo que la Economía Argentina produce en un
año. Solo con esos ingresos la Argentina, en su mayoría propiedad de los pocos
que tienen más, se podría hacer cuarentena durante 8 o 9 meses. Claro, esa plata
no es de la Argentina, sino de unos pocos argentinos que contribuyeron a generar
la sociedad desigual que todxs padecemos. ¡Pero eso es atacar la propiedad
privada¡ Diría el mismo periodista, preocupado por el “comunismo” en la
Argentina. Eso es una verdad a medias, dado que es una propiedad privada que
en muchos casos no está registrada frente al Estado, principal garantía de dicha
propiedad.
De lo que se trata es que ese dinero este en el país y se invierta para que la
industria y el trabajo argentino crezca. Lo cual implica que esos patrimonios
individuales cuantiosos se inviertan para que la Argentina sea un país para todxs.
Que debe implicar otras formas de organizar a la economía, que incorporen al
Estado y a los trabajadores y a las organizaciones sociales en un desarrollo
Argentino. Donde las decisiones sobre la economía del país no estén tomadas
solo por un sector de la sociedad, sino por todxs. Ojalá el consejo económico y
social, que convocará el Gobierno Nacional pueda plantearse estos temas: La
Argentina, tan injusta, así como estaba, no puede funcionar más.