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COLONIALIDAD Y LIBERACIÓN.
Dos pensadores centran sus preocupaciones en éstas problemáticas: Aníbal Quijano e Inés
Fernández Mouján.
Para Quijano la noción de “colonialidad del poder” implica tres ideas centrales:
- Poder como red de relaciones: Quijano sostiene que el poder, a escala societal, es un espacio
y una malla de relaciones sociales de explotación/ dominación/conflicto, articuladas, básicamente,
en función y en torno de la disputa por el control de:
El trabajo y sus productos; “la “naturaleza y sus recursos de producción; el sexo, sus productos y la
reproducción de la especie; la subjetividad y sus productos, materiales e intersubjetivos, incluido el
conocimiento; y la autoridad y sus instrumentos de coersión en particular, para asegurar la
reproducción de ese patrón de relaciones sociales y regula sus cambios.
- Heterogeneidad estructural: Esta idea entiende que existe un patrón de poder que articula los
diferentes elementos que constituyen la sociedad sin implicar un reduccionismo o simplificación.
Para Quijano no es posible comprender el modo en que existe una determinada formación social y
la manera que opera el poder que la configura.
- Totalidad: Para Quijano la totalidad es un campo de relaciones que articula un conjunto de
elementos heterogéneo, discontinuo y conflictivo. Es el campo de relaciones en que un determinado
hecho social puede ser explicado y adquirir sentido.
En síntesis, la noción de “colonialidad de poder” acuñada por Quijano, se sostiene en la siguiente
premisa; las diferencias que se establecieron a partir de la conquista/colonización entre la metrópoli
y sus colonias instauraros un esquema relacional que justificó y legitimó la desigualdad en el
contexto del moderno sistema mundial, persistiendo como colonialidad más allá y más acá de la
colonización.
Otro concepto que propone Quijano, es la noción de reoriginalización; se sostuvo de manera
permanente, aunque no logró establecerse como un patrón de poder, quedando subsumido en la
colonialidad del poder.
En las últimas décadas, principalmente a partir de los años 70, el patrón del poder se ha afirmado,
dando surgimiento a la globalización (la estructura financiera y comercial tiende a ser más integrada
que antes. Con la formación de un bloque de poder que aparece como la autoridad de todo el orden
mundial). Esta globalización también incluye la lucha de los explotados y dominados del mundo.
Esta re- concentración del poder (globalización), no afectó de modo igual, sistemático y coherente a
todos los países, puesto que el ejercicio del poder es heterogéneo, contradictorio y conflictivo.
Para Quijano desde el inicio de este proceso operó la destrucción de las sociedades y las culturas de
los pueblos dominados. Este patrón de poder se configuró de la siguiente manera:
1. Se organizó sobre la idea de raza.
2. Se definió la nueva identidad de los colonizados.
3. Se atribuyeron nuevas identidades sociales.
4. Fue impuesto un patrón de poder racionalizado: jerarquización, desigualdad, reproducción de
nuevas identidades (europeas y no- europeas)
5. Se crearon instituciones y mecanismos de dominación que preservaran el nuevo fundamento
histórico de clasificación social.
6. Se denominó a las poblaciones campesinas, nómades e iletradas.
7. Se impidió a los pueblos colonizados objetar sus imágenes y símbolos. Se les obligo a abandonar
sus prácticas de relación con lo sagrado.
8. Se explicitó la conflictividad como un rasgo necesario y permanente.
9. Se estableció el antagonismo histórico entre: europeos o blancos y los indios, negros y mestizos.
De este modo, la vergüenza por la propia cultura, la simulación de los ajeno y la mímesis operaron
como patrón de disciplinamiento social.
Señala que América tiene dos fases en relación con su invención/ descubrimiento:
- La que corresponde al Renacimiento europeo, y coincide con una primera modernidad (siglo XV);
“Europa” queda convertida en centro de la historia mundial, otorgándole carácter de subalternidad
al resto de las regiones y situándolas en la periferia. La autora afirma que “En la huella de la
modernidad/ colonialidad se inician en América Latina los procesos emancipatorios, procesos de
independencia que se proponen, entre sus objetivos, construir un sistema educativo propio y
determinar las funciones que se le asignará a la educación en la constitución.
Además del discurso de Sarmiento, se hicieron oír en América del sur otras voces disonantes a los
programas eurocentrados. El marco de las nacientes repúblicas la educación latinoamericana tenía
como núcleo organizador y como sustento a la población pobre y marginada, a la que consideraba
con las mismas dotes intelectuales y con los mismos derechos de acceso a la educación que el resto
de los habitantes.
Tal es el caso del filósofo y educador venezolano Simón Rodriguez, antecedente insoslayable de la
pedagogía de la liberación. Desde su mirada ilustrada, pero en el reconocimiento del otro negado,
de aquel que la corona había excluido por no contar con atributos para ser sujeto de la historia, dado
que no tenia pureza de sangre, comienza a plantear que la educación debe cumplir un papel central.
Concluyendo ambos planteos trabajados en la presente lección centran el interés en las trazas de la
colonialidad que persisten en las prácticas, instituciones y epistemologías en América Latina. El
poder se constituye en su materialidad y en el marco de procesos históricos y sociales. Es
fundamental reconocer que el modo en que el poder se distribuye y opera tiene una historia, que
deja sus marcas en múltiples niveles de la vida social.