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Reflexiones del mito de Lilith La Creación una ficción de la

diferenciación (EJE VI)

Dr., Marco Antonio Dupont Villanueva•

Lic. Laura Mejorada de la Mora•

Sigmund Freud, creador del Psicoanálisis, hombre de amplia cultura y

sabiduría, pudo ver mas allá de la narración cautivante de los mitos y encontrar el

sentido oculto en los deseos inconscientes expresados y junto con ello pretendió

reconstruir la historia y el origen de la civilización fundada en lo pulsional que

aparecen como un común denominador, por eso emplea en su teoría diversos

mitos, como una manera de equipara y encontrar semejanzas en la fuerza

pulsional motor creador y destructor de vida, presente tanto en el ser humano

como en la cultura. Probablemente es por esto pulsional tan inquietante que el

mito, tiene como función el trasmitir lo prohibido y lo temido, o temer lo prohibido,

es, finalmente, una forma de insertar la ley. Si convertimos el temor en culpa, es

también una forma de trasmitir la moral. Además no podemos dejar de mencionar

la fórmula freudiana según la cual los mitos son para las fantasías inconscientes

de la humanidad, lo que los sueños son para el individuo.


Acogemos la definición del Dr. Juan Vives del mito: que “sería el prototipo

de la creación grupal, el destino final de una fantasía inconsciente que ha sido

elaborada por generaciones y generaciones de seres humanos”1

Esta concepción coincide con la "idea del pueblo", teoría defendida por

Adolf Bauer2 que supone la existencia de pensamientos elementales. De tal modo

que la conciencia unánime de los mitos sería el resultado necesario de la

disposición uniforme de la mente humana y del modo de su manifestación que

dentro de ciertos límites, son idénticos en todo tiempo y lugar.

El mito empleado por Freud es Edipo Rey, donde, en especial, aparecen

tres componentes que se encuentran en todos los mitos: el incesto, el parricidio y

el filicidio3.

Por otro lado, los mitos, al igual que la tradición, están basados en una

serie de costumbres a través de las cuales se ha trasmitido la sabiduría y se ha

creado una identidad. Esta afirmación nos obliga a pensar especialmente en el

judaísmo, además, no hay que olvidar que Sigmund Freud fue judío.

Tanto las tradiciones como los mitos trasmiten normas que están en función

de la conservación de la especie y de la identidad de una comunidad, condenando

el asesinato en las formas de parricidio y filicidio así como el incesto4, que

terminaría con la especie por las deformidades y enfermedades genéticas y

congénitas que éste ocasiona, según lo ha constatado la ciencia.

1
Vives R Juan. José Luis González: Un estudioso de los mitos. Revista de Análisis Grupal, Psicoanálisis – Grupo Familia -
Institución. Vol. V. Nos 1 y 2. México 1988.
2
"Die Kyros Sage und Verwandtes", Sitzb Wien. Akad, 100. 1882
3
El orden de la enumeración no implica una jerarquía de importancia.
4
En varios países europeos, el incesto sólo se contemplaba con los padres y con los hermanos, no así con la figura de
los abuelos.
Lo que permite suponer que existe una necesidad de preservación porque

existe la posibilidad de extinción, es decir, de hacer conscientes nuestras

pulsiones tanáticas. Otto Rank ha establecido como patrón, en El mito del héroe,

el “abandono”. Partiendo de esta concepción, nosotros consideramos como

origen de todo mito la fusión, en especial, en la forma como la plantea Piera

Aulagnier, al referirse a lo descrito anteriormente por Freud, Mahler y Klein, entre

otros. Pero es Aulagnier quien directamente lo relaciona con la psicosis. Nosotros

retomamos su concepción de la “escena primaria”, que está compuesta por dos

elementos de importancia. El primero de ellos es la separación, cuando el bebé

descubre que la madre –el pecho— no es parte de él, incluso Aulagnier introduce

aquí él termino de castración, como la primera experiencia de pérdida corporal. El

segundo elemento es cuando el bebé se percata de la presencia de un tercero,

refiriéndose a la presencia del padre –el Otro—. A partir de estos elementos y

considerando lo constantemente planteado por Freud de la compulsión a la

repetición, y el retorno a lo originario, nos planteamos que el ser humano siempre

buscará la sensación de plenitud perdida por la separación. Esta sólo se podría

lograr buscando una fusión –simbiótica, regreso a la fase descrita por Margaret

Mahler— con la madre. Desde la genitalidad del adulto esto sería a través del

incesto y con la eliminación del tercero, es decir, del parricidio. La fusión con la

figura de la madre lleva en sí tal grado de regresión que implica entrar en la

psicosis; así, si la mujer, no logra individualizarse de la figura de la madre, está

expuesta a la psicosis, ya que sólo logra una identidad propia como mujer al lograr

separarse de esta.
Lo anteriormente expuesto nos hace pensar que la figura femenina es

amenazante al hombre ya que le recuerda la incompletud en la que se encuentra,

estado que es resuelto por la figura femenina a través de la procreación. Por lo

tanto, consideramos que esta incompletud en la mujer se ve compensada cuando

tiene un hijo, el hombre no puede trascender a través del hijo como lo hace la

mujer, esto explica porqué de una manera compensatoria el hombre marca al hijo

con su apellido, de acuerdo con lo que establece Safouan: se marca al hijo con el

apellido para lograr una identidad como padre, en el catolicismo la figura de Dios

nos da una identidad de hijos. Todo esto nos hace pensar que una explicación del

paso de religiones politeístas a monoteístas y de matriarcales a patriarcales se

logra en el momento en que el hombre concibe un Dios que puede procrear, un

dios que hace la luz y da a luz. Para mantener esta imagen de un Dios con las

características mencionadas, el hombre ha mostrado a la mujer como una figura

temible. Tal vez por la feminidad primaria descrita por Green y por otros autores

psicoanalíticos por la que tanto el hombre como la mujer atravesamos al inicio de

nuestras vidas

Como ejemplificación de lo anterior presentamos un mito de origen judío –

hebreo El mito de Lilith, tiene su origen en el estudio del Génesis, donde

aparecen elementos contradictorios, ya que en la parte primera se lee que Dios al

séptimo día creo al hombre y a la mujer a imagen y semejanza de él 5

5
Lilith fue la primer mujer de Adan según el Talmud, aparece en los libros apócrifos de la biblia antigua, y en el folklore
hebreo, el midrach titulado Alfabeto de Ben Sira, redactado hacia el siglo X, el que verdaderamente pone en escena a esta
primera Eva. El nombre con que se le conoce desde entonces, Lilith, es una apelación genérica en el Talmud
Sin embargo hay elementos que han dado pie a la suposición de la existencia de

una mujer previa a la sumisa Eva y que correspondería al:

MITO DE LILITH6

Yahvé Dios formó a Lilith, la primera mujer, de la misma manera que lo

hiciera con Adán, pero en vez de utilizar polvo la formo de inmundicia y sedimento

nunca hallaron la felicidad, ni mucho menos la armonía, en especial, por esos

momentos en los que Adán deseaba yacer con Lilith; ella se sentía ofendida y

sometida por la postura que Adán le exigía, la cual consistía en colocarla siempre

reclinada. Como Adán insistía en someterla, Lilith encolerizada pronunció en voz

alta el nombre mágico de Dios, quien al escuchar su nombre enunciado por Lilith,

le otorgó alas, tal vez para que con ellas volara hacía él, pero en vez de eso, voló

para abandonarlos y para ver hacia abajo.

Adán recurrió a Yahvé Dios para quejarse: "Mi compañera me ha

abandonado" por lo que Dios Yahvé mando a tres ángeles: Senoy, Sansenoy y

Semangelof, para que fueran a buscarla y la convencieran de volver al lado de

Adán. Lilith se encontraba a las orillas del Mar Rojo, morada de los demonios

lascivos, con quienes ella había engendrado alrededor de cien de ellos al día. A

los hijos de Lilith se les llama lilim. Los ángeles le dijeron: "Regresa con Adán de

inmediato o te ahogaremos". Lilith preguntó: "¿Cómo puedo regresar con Adán a

vivir como una esposa honesta después de vivir en las márgenes del Mar Rojo?",

A lo que los ángeles le respondieron: "Si te niegas, te ahogaremos". Lilith

preguntó: “¿Cómo puedo regresar con Adán y vivir como esposa honesta después

6
Yalqut Reubeni. Gen. 2, 21: 4,8
de mi estancia en el Mar Rojo?”, A lo que los ángeles respondieron: “¡Si te niegas,

morirás!" A lo que Lilith respondió: "¿Cómo puedo morir, si Dios me ha condenado

a que me haga cargo de todos los recién nacidos: de los niños, hasta el octavo

día, día de su circuncisión, y de las niñas, hasta el vigésimo día?” Y después dijo:

“No obstante, si alguna vez veo vuestros tres nombres o vuestras figuras en un

amuleto sobre un recién nacido, prometo perdonarle la vida”. Los ángeles

aceptaron el trato, pero Dios Yahvé, castigó a Lilith haciendo que un centenar de

sus hijos demoníacos perecieran cada día y cuando ella no podía destruir la vida

de un infante, debido al amuleto angelical, se volvía con rencor contra los suyos

propios, además de terminar chupándoles la sangre y comiéndose la carne de los

hombres a los que seducía. Otra versión refiere que el verdadero motivo por el

que Lilith no puede volver al lado de Adán, es por haber copulado con samaelm el

ángel caído, Alias Satán, y que el castigo impuesto por Dios Yahvé a Lilith, fue el

de nunca poderse mirar al espejo, a no reflejarse como el vampiro o como aquel

que ha vendido su alma al diablo, porque para ella el mirarse equivale a

desaparecer. Por su nombre Lilith se emparienta con el viento, por su materia con

Dios de la cintura hacia abajo, Lilith esta hecha de fuego ardiente y este elemento

la constituye como el lado riguroso y severo de Dios ambivalente bueno y malo a

la vez.

Los cabalistas conciben a Lilith como la ninfa vampirica de la curiosidad que

a voluntad pone o quita sus ojos, habita en las profundidades del mar y la censura

procura que de ahí no salga para no alborotar l vida de los hombres y de las

mujeres
Lilith, al cohabitar con Adán su hermano, está cometiendo incesto, y al

pronunciar el nombre de Dios lo reta y lo desconoce, siendo ésta una de las

diferentes formas de parricidio. La condena impuesta por Dios a Lilith de “hacerse

cargo" de todos los niños que no tuvieran nombre y que, cuando no lo lograra, su

rencor se volvería contra los suyos, es una sanción que implica llevar a cabo un

filicidio. Lilith se ha asociado con lo demoníaco, con lo temible, incluso en varias

versiones se le asocia con el vampirismo e incluso las pocas imágenes que de ella

se tienen se le representa con alas como la de los murciélagos. Y en otras

representaciones se le muestra con características convalezcas: “Les chupaba la

sangre y se comía la carne de los hombres a los que seducía".

Este personaje, por cierto, poco conocido por la mayoría de la gente y entre

aquellos que lo conocen, negado, ha trascendido a nuestra cultura a través de

ciertas costumbres que se tienen, como son: el atar un cordón al brazo del bebe

y/o colgarle una semilla llamada "ojo de venado" para evitar que el bebé sea

víctima del mal de ojo, que se traduce como: “protegerlo de la envidia de otra

mujer” –la representante de Lilith—. La costumbre de colocar el amuleto al niño

demuestra el constante temor que tiene la madre de perder al bebé: el gran temor

a la separación, y a sus impulsos destructivos reactivados por la relación fusional

vivida con su madre, a través del hijo, que es nuestro argumento como origen de

los mitos..

El mito de Lilith nos habla de la creación del hombre y de la mujer y del

primer intento infructuoso de diferenciar y separar al ser humano que concuerda

con el origen bisexual planteado por el psicoanálisis del psiquismo tanto femenino
como masculino y que Freud, considera la roca viva a la que se enfrentan tanto los

hombres como las mujeres en cuanto a la represión de lo masculino en la mujer y

lo femenino en el hombre condición ineludible para acceder como efecto de la

castración a la diferenciación, a la aceptación de que es imposible tener los dos

sexos, admitiendo la finitud y la muerte, y renunciando a lo fusional, y por lo tanto

asumiendo los limites que la vida plantea a todo ser humano para construirse

como hombre o como mujer, situación que se plantea como imposible en este

mito.

Auto engendrados por un Dios que lo es y lo tiene todo, es hombre y mujer

madre y padre, que intenta darles forma diferenciando y separando masculino y

femenino, sin éxito alguno, emergiendo así el odio y la violencia derivado de este

intento, de salir del caos y de la indiscriminación.7

De acuerdo a este mito el hombre es creado con polvo, lo que nos permite

pensar que el origen planteado en este mito, del hombre sería una reproducción

asexual ambigua e indeterminada, no hay objeto ni discriminación alguna, por lo

tanto Adán no llega a ser mas que polvo, sin diferenciación es imposible construir

la masculinidad.

7
Génesis 1, 26-27 y Génesis 5, 2. Según el dicho atribuido a R. Jeremías ben Eléazar, el primer hombre fue creado con dos
rostros (dou-partsoufim). Rachi (R. Salomon ben Isaac, Troyes, 1040-1105), en su lectura autorizada del Talmud, considera
que este hombre estaba compuesto de dos partes, una masculina y otra femenina, separadas posteriormente para formar a
un hombre y a una mujer. Rachi interpreta este texto del Talmud sirviéndose de otro midrach, Génesis Rabba 8, 1. Según
esta sentencia rabínica, hombre y mujer son las dos mitades de un ser único que es el Adán primero, imagen de Dios. La
expresión "dos rostros" significa en este contexto que la parte femenina no es distinta de la parte masculina, que está
incluida en el varón original sin diferenciarse como realidad autónoma. Ella no forma con él una pareja, cuyos componentes
estarían fundidos aunque guardarían su diferencia en el seno de esta unión; ella no aparece como femenina más que a
partir de la extracción por Dios de un miembro del primer hombre, que es enteramente varón, miembro que sería
transformado en mujer, según la expresión bíblica. Dicho en otros términos, la mujer o lo femenino no estaba presente en
tanto que entidad ya sexualmente diferenciada en el hombre original creado por Dios. Esta interpretación implica que la
mujer tenga un estatuto subordinado al del hombre, que deba obedecerle y servirle como un inferior sirve a un maestro.
(Génesis 1, 26-27: la imagen de Dios, la pareja humana y el estatuto de la mujer en los primeros cabalistas .
Charles Mopsik)
Lilith en cambio creada de sedimento, residuos que yacen en el fondo, poso

de inmundicia, nos llevaría a pensar el origen de Lilith en una madre alcantarilla

en donde caen todos los residuos, los deshechos relacionada a una concepción

del origen de la mujer y de la sexualidad como inmunda, y deshonesta, la mujer

impura, infiel, vampiresa. Seductora, que causa horror, fuego ardiente, sexualidad

y diferencia repudiada,

“la visibilidad restringida del sexo de la mujer provoca temores evidentes en

el hombre, las fantasías paranoides descriptas por M. Klein se reactivan por la

anatomía femenina y son proyectadas sobre el interior del cuerpo femenino y su

funcionamiento sexual, el hombre solo percibe lo que es visible, embarazo y parto,

la mujer es finalmente confundida con la madre, mezcla de admiración y de terror,

y entonces el interior de la mujer representa la omnipotencia sobre la vida y sobre

el sexo del hombre que se siente atraído por ella. Las múltiples representaciones

de devoración, mutilación y transformación que suscitan la gestación y el


8
nacimiento son fuente de idealización, de odio, de rivalidad y de adoración” La

creación de Lillith nos habla de una indiferenciación y de una feminidad no

asumida y a la vez temida tanto por el hombre como por la mujer.

Green Menciona que debido a la etapa de indiscriminación y fusión tan

intima del bebé, respecto de la madre, tanto física como psíquica, en donde “la

madre no puede sino ser portadora de los mensajes sexuales para su bebé, aun

cuando son mediatizados y tamizados por la acción de la represión”, dejan

siempre una huella y una manera de concebir la sensualidad y la ternura y con

8
Anzieu Anie, La mujer sin cualidad. Biblioteca Nueva, Madrid 1993.
esta un repudio, no de lo femenino como Freud argumentaba, sino de lo materno

en ambos sexos, “ no terminamos de repudiar aquello que de la impronta materna

permanece en nosotros” dice Green Así en la creación de Adán y de Lilith se

observa este repudio, Lilith repudia a Dios y a Adán representantes de lo fusional

y de la madre y se va a vivir con los demonios, Adán repudia a Lilith, sometiéndola

y despreciándola finalmente,

“El incesto no espera el complejo de Edipo, se adivina durante la relación

con el pecho, en el compartir las emociones sexuales desde el comienzo” es por

esta razón que resulta necesario repudiar lo materno. Y tal vez sea en este

repudio, que brota el imperio narcisista del cual Kristeva menciona que delinea y

domina la vida psíquica y que protege el vació fundante de la psique humana que

es característico de los comienzos de la función simbólica, la cual permite generar

significados y acceder al lenguaje, organizando los intercambios interiores de los

grupos sociales, sin esta solidaridad y apoyo entre vacío y narcisismo no habría

posibilidad de distinción de huella ni de simbolización, provocando la confusión de

los limites del cuerpo, de lo simbólico, de lo real innombrable, y de las palabras.

Vació y narcisismo sostenidos uno en otro constituyen el grado cero de lo

imaginario que corresponde a esa relación con la imagen del semejante y con el

propio cuerpo que lleva en sí mismo el impasse mortífero de la relación dual; y que

aparece como la separación entre lo que todavía no es un yo y lo que todavía no

es un objeto.9 , situación que podemos observar en este mito de creación y de

origen donde todo es confusión caos, e in diferenciación, y donde Lilith intentando

9
Kristeva Julia. Historias de Amor. Editorial Siglo XXI
escapar a esta fusión aniquilante se recluye en el mar rojo ya que una forma de

muerte es la ausencia de distinción.

Sin embargo el narcisismo la lleva a percibir la existencia de Adán como

problemática ¿cómo elaborar la necesidad y el odio que de esto se desprende?

De acuerdo a Freud la elección de un objeto de amor resulta satisfactoria siempre

y cuando asegure una relación con el narcisismo del sujeto, esto se puede

apreciar en el mito de Lilith que al no someterse a las demandas de Adán

sumisamente, le muestra una diferencia, (yo-no yo) no son uno solo, por lo tanto

Adán tendrá que someterla y controlarla para asegurarse de que la angustia de

desamparo y aniquilamiento no aparezcan, fusionándose con Lilith substituta de

ese objeto primario, de necesidad, Lilith reacciona con odio ante este

sometimiento y desilusionada por la disolución de la fusión narcisista e impedida

para asumir su rol femenino por la precariedad de su estructura es presa de un

malestar ante la amenaza de retorno al desamparo, y tiene necesidad de evacuar

el odio, Adán resulta culpable de su malestar. Dios le otorga alas, y ella en lugar

de volar hacia él huye e intenta librarse de esa madre Dios todopoderosa dadora

de la vida y la muerte matando a cada hijo y con este la relación primigenia

fusional y enloquecedora, engendrar, dar origen a la vida crear vida y destruir la

vida en un intento de nacer, de surgir y ser, sin lograrlo nunca, todo esto de una

manera maniaca y persecutoria, Omnipotentemente ella es ahora mas poderosa

que su creador, engendra 100 hijos diarios a los que también destruye Piera

Aulagner al hablar del proceso originario menciona que el autoengendramiento es

el funcionamiento que característico de esta época, todo lo que existe es auto

engendrado autoconcebido,, lo natural es desconocer la necesidad y conocer solo


el estado que se desea encontrar, la representación pictográfica del encuentro

inicial con la madre, ignora la dualidad infante objeto externo, lo representado se

presenta como la obra de su trabajo autónomo, engendramiento de su propia

imagen, auto encuentro, el pictograma seria la representación que la psique se da

de sí mismo como fuente que engendra el placer erógeno, contempla su propia

imagen y su propio poder en lo que engendra lo que también se puede apreciar en

ese don de quitarse y ponerse lo ojos a voluntad y viendo solo lo que desea ver y

creándose y destruyéndose en cada hijo.

Lilith queda condenada a no ver su imagen en el espejo, a no unificarse y a

no encontrarse como mujer ni como ser humano, a la no-identidad, no-alteridad y

a la indiferenciación, y huyendo de la fusión, se desvanece. Ya que el objeto

materno es el primer contenedor, es el objeto mirado e interiorizado integrado en

una parte del yo, la niña citando a Annie Anzieu intenta entrar en la mirada

materna para preservar la primera estructura narcisista que todavía no puede

rechazar ni transformar. Y si se queda en la indiscriminación, también esta

condenada a la muerte psíquica.

El mito anterior ejemplifica y da pie a nuestra postura teórica de que el

orígenes del mito es la fusión, y deja entrever el odio, el dolor y el deseo de

venganza, ocasionados por la intolerancia ante la incompletud, la falta, la

existencia del otro, el cual tiene que ser borrado y aniquilado. Lilith transforma la

creación en destrucción y destrucción y el odio se vuelve hacia ella.

Lilith seria la representante de una pulsionalidad incontrolable, del odio, de

lo fragmentado escindido, de lo primitivo e indiferenciado del ser humano lo cual

es solucionado en este mito al ser enviada a vivir en las profundidades del mar
donde la censura procura que de ahí no salga para no alborotar la vida de los

hombres y de las mujeres, alude también a esta parte reprimida pero latente tanto

en hombres como mujeres el repudio de lo materno por lo atractivo de lo fusional y

de la sensación de completud y que constantemente corre el riesgo de emerger lo

que nos recuerda las palabras de Aulagner “ Desde su surgimiento la feminidad

comparte con el pene el privilegio de ser el objeto por excelencia de la envidia, por

lo tanto todo ser humano hará a disgusto y en defensa propia la experiencia

perturbadora de la alteridad con el corolario de comprobar que le falta lo que el

otro posee y ello en una relación de reciprocidad10,

10
El deseo y la perversión, Editorial sudamericana, Buenos Aires, 1968
BIBLIOGRAFÍA

Anzieu Anie, La mujer sin cualidad. Biblioteca Nueva, Madrid 1993.


Aulagner, El deseo y la perversión, Editorial sudamericana, Buenos Aires, 1968
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SAGRADA BIBLIA, sexta Edición Editorial Apostolado, Madrid, 1956, Gen 2;
21,22,23
YALQUT REUBENI ad. Gen. 2, 21;4,8
RESUMEN

El mito de Lilith es un mito Judío-Hebreo y tiene su origen en el estudio del

Génesis que supone la existencia de una mujer previa a Eva, Lilith es considerada

la primer mujer de Adan.

Este mito da pie a nuestra postura teórica de que el origen de todo mito es

la fusion, dejando entrever el odio, el deseo de venganza, que causa la

incompletud y la existencia del Otro, el cual tiene que ser borrado y aniquilado.

Lilith sería la representante de una pulsionalidad incontrolable, del odio y de

lo fragmentado escindido, de lo primitivo e indiferenciado del ser humano, lo cual

es solucionado en este mito enviándolo junto con Lilith, a vivir en las

profundidades del mar, para no alborotar la vida de los hombres y de las mujeres,

•Psicoanalista en formación egresado de la Asociación Psicoanalítica Mexicana



Psicoanalista en formación egresada de la Asociación Psicoanalítica Mexicana

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