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RESUMEN: Salario precio y ganancia. Primera parte.

La cuestión del salario siempre aparece en primer plano en los primeros temas económicos ¿Por
qué es un tema tan sensible? ¿A quiénes beneficia y a quienes perjudica?

La primera internacional organizada en 1864 por trabajadores comunistas, sindicalistas y


anarquistas de distintos países debatió mucho este tema. Salario, precio y ganancia se origina en
una exposición que hizo Marx en las sesiones de la primera internacional, es la respuesta a los
planteos que había hecho el obrero John Weston que básicamente había sostenido que la lucha
por salarios no iba a producir ningún resultado. Su conclusión era que frente a cualquier aumento
de salario que pudieran lograr los trabajadores, los empresarios iban a realizar aumentos de
precios equivalentes, por lo tanto no iba a haber ninguna mejora. Este punto era para Marx; así
como para muchos de los dirigentes de la primera internacional; un punto de fundamental
importancia, el problema de las perspectivas de cualquier lucha económica este era uno de los
principales debates que tenía la asociación.

Marx muestra que los argumentos de Weston se apoyan en una serie de supuestos poco realistas
que él toma prestados de la economía oficial y lo que plantea es que una vez levantados estos
supuestos los argumentos y de las conclusiones a las que llega Weston son pobres. Sin embargo
como le parece que lo que este está planteando es algo de fundamental importancia para la
perspectiva de emancipación de los trabajadores, considera que es necesario dar una respuesta
más amplia.

En esta sociedad no hay forma de sobrevivir sin dinero, la mayoría de la población tiene solo su
capacidad de trabajar. Tienen que comprar todo en el mercado pero no tienen ningún producto
para llevar como mercancía, entonces solo pueden venderse a sí mismos y ponerse bajo el mando
de un patrón, así la fuerza de trabajo se convierte en mercancía.

Se dice que estamos todos en pie de igualdad pero cuando se trata de la fuerza de trabajo tras
esta aparente igualdad se oculta la desigualdad básica entre los propietarios y no propietarios de
las medidas de producción, unos pueden lucrar con el trabajo ajeno, los otros tienen que ponerse
al servicio de un patrón para poder vivir. Todos los días la explotación capitalista reproduce esta
desigualdad dejando a los empresarios con una riqueza enorme y a los trabajadores obligados a
ponerse a las órdenes del patrón. Los capitalistas compran esta particular mercancía que les
permite obtener ganancias pero ¿Qué pagan cuando compran la fuerza de trabajo? La distinción
entre el valor que paga el capitalista por la fuerza de trabajo y el que generan los trabajadores en
la jornada es fundamental para entender de donde sale la ganancia.

El salario no es igual al trabajo realizado

Marx lo explica con un ejemplo:

El alimento que recibe el caballo no tiene nada que ver con la contribución que este realiza con su
esfuerzo de llevar al jinete. No es el igual en alimento del esfuerzo realizado por el caballo sino
solo lo necesario para que pueda seguir haciendo este esfuerzo. De la misma forma el salario que
pagan al obrero no es el equivalente en dinero del esfuerzo realizado sino lo suficiente para que
pueda volver al día siguiente y ponerse a disposición del patrón.
En el capitalismo el valor de las mercancías se determina por el tiempo de trabajo promedio
necesario para producirlas. Una mercancía vale más si al nivel social requiere mayor tiempo de
trabajo. En el caso de la mercancía fuerza de trabajo su valor se da por el tiempo de trabajo
necesario que requiere producir otras mercancías que garantizan que el obrero pueda cubrir sus
necesidades. Pagando la fuerza de trabajo el capitalista se hace dueño de todo lo que produce el
obrero en la jornada, durante las horas que un obrero trabaja una parte produce el valor que el
capitalista le entregara como salario. Durante el resto de la jornada el trabajador realiza un trabajo
excedente, un plus trabajo.

En estas horas produce un valor que va enteramente a las manos del patrón. De esta forma en el
precio de las mercancías vendidas, una parte representa los insumos necesarios para la
producción pero hay un nuevo valor creado por la fuerza de trabajo, solo una parte de este se
destina a salarios, todo lo demás es lo que Marx llama plusvalía. Este robo descarado de horas de
trabajo es la única fuente de ganancia de los capitalistas.

La distinción entre el trabajo realizado por los obreros y la remuneración que reciben por su
fuerza de trabajo destruye el argumento de que los cambios de los salarios son los causantes de
los aumentos de precios, por supuesto muchas de las veces en las que los capitalistas conceden
aumentos de salarios intentan resarcirse aumentando los precios. Eso es otra evidencia más de
que toda conquista que los trabajadores logren en el capitalismo empieza a ser atacada desde el
mismo momento en que la logran. Cualquier idea de un triunfo logrado de una vez y para siempre
es una ilusión.

Siempre se dice que los trabajadores al reclamar salario, mejores salarios generan inflación,
generan algunos corrimientos en la economía, esto no es real, no es para nada real, nosotros
vemos como algo posible al entender digamos que la ganancia o que el salario es solo parte de la
riqueza que genera el trabajador con su trabajo efectuado vemos que es totalmente factible que
no hay ningún impedimento que permita que los trabajadores mejoren su salario.

Marx mencionaba que ante derechos iguales y contrarios decide la fuerza teniendo en cuenta la
diferencia que hay entre salario y fuerza de trabajo que es lo que los capitalistas toman como
plusvalía del esfuerzo cotidiano de todos los trabajadores, por eso también nosotros vemos a la
lucha sindical como una lucha colectiva de los trabajadores para mejorar sus condiciones
salariales, para mejorar sus condiciones de trabajo que es efectiva para estas cuestiones pero que
no puede quedar solamente en ese plano en el plano sindical sino que creemos algunos de
nosotros que tiene que ser elevado al plano político a dar una lucha en ese plano que es donde se
terminan definiendo las cuestiones donde nosotros tenemos que hacer efectivas también esas
conquistas que vamos peleando cada día que vamos peleando cotidianamente.
RESUMEN: Salario precio y ganancia. Segunda parte.

Marx explica que un aumento general de salarios no daría por resultado un aumento general de
precios sino una baja general de la tasa de ganancia de los capitalistas.

Él reconoce por supuesto que los empresarios buscan siempre resarcirse de los aumentos de
salarios aumentando los precios, como vemos también hoy en día aunque los salarios generen
algunos movimientos en los precios el resultado es claro, al final de cuentas el salario mejora a
costa de la ganancia. Desde el punto de vista de los capitalistas el salario representa una reducción
a su legítima ganancia, en este régimen social por el solo hecho de ser propietario de los medios
de producción y comprar la fuerza de trabajo como una mercancía la clase capitalista tiene
derecho a buscar permanentemente las vías para aumentar su robo de trabajo. Por eso las
mejoras salariales que puedan conseguir los trabajadores amenazan la aspiración de los
capitalistas a seguir aumentando permanentemente sus ganancias. Si esta mejora salarial llegara
demasiado lejos de tal forma de reducir la ganancia a prácticamente cero, la producción capitalista
se paralizaría completamente, los empresarios no producen más que para hacer ganancia y sin
ganancia no hay producción.

Incluso mucho antes de que pueda llegarse a este punto hay muchos factores que empujan a la
economía capitalista a la crisis y en esta crisis las primeras víctimas son los trabajadores que van a
sufrir despidos y rebajas salariales. Por eso la situación de los trabajadores en el capitalismo es
altamente inestable y cualquier ilusión de mejora duradera no es más que una utopía. Por eso
Marx argumenta frente a los planteos de Weston que muchas veces los trabajadores cuando
reclaman mejoras de salario no están más que tratando de lograr que la fuerza de trabajo vuelva a
ser vendida a su valor es algo que pueden hacer solamente en momentos de gran auge económico
donde la producción aumenta mucho y los empresarios tienen que competir unos con otros por
contratar trabajadores o cuando la organización de los trabajadores permite que puedan
conseguir algunas mejoras.

En general solamente cuando se dan estas dos causas juntas los trabajadores pueden lograr
alguna mejora y apenas vienen las crisis que en este sistema son muy recurrentes cualquier
mejora obtenida por los trabajadores se encuentra amenazada por eso más bien la situación de los
trabajadores en este régimen social está condenada a ser permanentemente inestable, las
mejoras que consigan se verán siempre amenazadas y la ilusión de una mejora sostenida como
sostienen los reformistas o sindicalistas de distinto tipo no hace más que soslayar el hecho de que
este sistema está apoyado en la ganancia capitalista, en la explotación de la fuerza del trabajo.

El capital crece permanentemente y avanza sobre nuevas esferas invirtiendo la plusvalía que se
apropia del trabajo de los obreros, son las ganancias logradas a costa de los trabajadores las que
dan trabajo a nuevos obreros. La clase capitalista no solo busca limitar el monto de los salarios
pagados sino que también busca ahorrar en salarios reemplazando el trabajo vivo con maquinaria
de esta forma logran además abaratar los productos que consuman los obreros y destinan una
parte menor del valor que producen los trabajadores al pago de sus salarios. El salario es un límite
fundamental para satisfacer su sed de ganancias, por eso buscan reducir su peso del total que
pueden embolsarse por cada mercancía producida. En el capitalismo con el desarrollo de las
fuerzas productivas el salario tiende a caer en relación con la parte del valor nuevo creado que es
apropiada como plusvalía. Para Marx con el desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo los
capitalistas tienden a invertir mayor cantidad de capital nuevo en maquinarias, materias primas y
medios de producción que en comprar fuerza de trabajo.

Este es uno de los factores que permiten crear un ejército industrial de reserva, sectores de
trabajadores que se ven privados de vender su fuerza de trabajo. El capital utiliza la existencia de
los desempleados para presionar a la baja el valor de la fuerza de trabajo, fomentando la
competencia entre trabajadores ocupados y desocupados, reduciendo el salario de los ocupados y
aumentando sus ritmos de trabajo e incluso la cantidad de horas trabajadas, aterrorizándolos con
el desempleo como también mediante la utilización de tecnología superior consigue aumentar la
explotación, extrayéndoles más cantidad de trabajo excedente. El desarrollo de las fuerzas
productivas de la humanidad que permitiría a los hombres librarse cada vez más de la necesidad
de trabajar jornadas extenuantes para sobrevivir en manos de los capitalistas y de su búsqueda
incesante de ganancias actúa como un arma contra los trabajadores.

La conclusión de salario precio y ganancia mantiene plena vigencia, no existe otro camino para
emancipar el trabajo de sus cadenas que la abolición del sistema capitalista. Toda lucha parcial,
toda reivindicación económica-democrática contra los capitalistas y su estado debe inscribirse por
lo tanto como parte de la lucha de fondo por suprimir de raíz esta sociedad basada en la
explotación del hombre por el hombre. Por eso Marx concluye su exposición con estas palabras: La
clase obrera debe comprender que el sistema actual aún con todas las miserias que vuelca sobre
ella, engendra simultáneamente las condiciones materiales y las formas sociales necesarias para la
reconstrucción económica de la sociedad. En vez del lema conservador de “un salario justo por
una jornada de trabajo justa” deberá escribir en su bandera esta consigna revolucionaria
“abolición del trabajo salarial”.

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