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Reproducción de las

relaciones de producción una formación social que no reproduzca las condiciones de producción al mismo tiempo que produce, no sobrevivirá siquiera un año.
, la condición final de la producción es la reproducción de las condiciones de producción.
Puede ser "simple" (y se limita entonces a reproducir las anteriores condiciones de producción) o "ampliada" (en cuyo caso las extiende).
Para simplificar nuestra exposición, y considerando que toda formación social depende de un modo de producción dominante, podemos
decir que el proceso de producción emplea las fuerzas productivas existentes en y bajo relaciones de producción definidas.
De donde resulta que, para existir, toda formación social, al mismo tiempo que produce y para poder producir, debe reproducir las
condiciones de su producción. Debe, pues, reproducir:

1) las fuerzas productivas


2) las relaciones de producción existentes.

no hay producción posible si no se asegura la reproducción de las condiciones materiales de la producción: la reproducción de los medios
de producción.
la reproducción de las condiciones materiales de la producción no puede ser pensada a nivel de la empresa pues no es allí donde se da en
sus condiciones reales. Lo que sucede en el nivel de la empresa es un efecto, que sólo da la idea de la necesidad de la reproducción, pero
que no permite en absoluto pensar las condiciones y los mecanismos de la misma.
existe la necesidad de reproducir las condiciones materiales de la producción.
Reproduccion de la fuerza de la reproducción de aquello que distingue las fuerzas productivas de los medios de producción, o sea la reproducción de la fuerza de
trabajo trabajo.
la reproducción de la fuerza de trabajo se opera, en lo esencial, fuera de la empresa.
¿Cómo se asegura la reproducción de la fuerza de trabajo? Dándole a la fuerza de trabajo el medio material para que se reproduzca: el
salario. El salario figura en la contabilidad de la empresa, pero no como condición de la reproducción material de la fuerza de trabajo, sino
como "capital mano de obra". Sin embargo es así como "actúa", ya que el salario representa solamente la parte del valor producido por el
gasto de la fuerza de trabajo, indispensable para su reproducción, aclaremos, indispensable para reconstituir la fuerza de trabajo del
asalariado (para vivienda, vestimenta y alimentación, en suma, para que esté en condiciones de volver a presentarse a la mañana
siguiente -y todas las santas mañanas- a la entrada de la empresa), y agreguemos: indispensable para criar y educar a los niños en que el
Salario proletario se reproduce (en X unidades: pudiendo ser X Igual a 0, 1, 2, etc.) como fuerza de trabajo.
Recordemos que el valor (el salario) necesario para la reproducción de la fuerza de trabajo no está determinado solamente por las
necesidades de un S.M.I.G “biológico", sino también por las necesidades de un mínimo histórico (Marx señalaba: los obreros ingleses
Reproduccipin de orden necesitan cerveza y los proletarios franceses, vino) y, por lo tanto, históricamente variable. Señalemos también que este mínimo es
Biologico e historico doblemente histórico, en cuanto no está definido por las necesidades históricas de la clase obrera que la clase capitalista "reconoce" sino
Necesidades impuestas por la por las necesidades históricas impuestas por la lucha de clase proletaria (lucha de clase doble: contra el aumento de la jornada de trabajo y
lucha de clases contra la disminución de los salarios).
Competencia la fuerza de trabajo disponible debe ser "competente", es decir apta para ser utilizada en el complejo sistema del proceso de producción.
El desarrollo de las fuerzas productivas y el tipo de unidad históricamente constitutivo de esas fuerzas productivas en un momento. dado
determinan que la fuerza de trabajo debe ser (diversamente) calificada y por lo tanto reproducida como tal. Diversamente, o sea según las
exigencias de la división social-técnica del trabajo, en sus distintos "puestos" y "empleos".
Contrariamente a lo que sucedía en las formaciones sociales esclavistas y serviles, esta reproducción de la calificación de la fuerza de
trabajo tiende (se trata de una ley tendencial) a asegurarse no ya "en el lugar de trabajo" (aprendizaje en la producción misma), sino, cada
Calificación vez más, fuera de la producción, por medio del sistema educativo capitalista y de otras instancias e Instituciones.
reglas de moral y de conciencia cívica y profesional, lo que significa en realidad reglas del respeto a la división social-técnica del trabajo y,
en definitiva, reglas del orden establecido por la dominación de clase. Se aprende también a "hablar bien el idioma", a "redactar” bien, lo
que de hecho significa (para los futuros capitalistas y sus servidores) saber "dar órdenes", es decir (solución ideal), "saber dirigirse" a los
Escuela obreros, etcétera.
Reproduccion de la FFTT es la reproducción de la fuerza de trabajo no sólo exige una reproducción de su calificación sino, al mismo tiempo, la reproducción de su
tambien reproduccion de la sumisión a las reglas del orden establecido, es decir una reproducción de su sumisión a la Ideología dominante por parte de los obreros y
cualificación y del una reproducción de la capacidad de buen manejo de la ideología dominante por parte de los agentes de la explotación y la represión, a fin
sometimiento de que aseguren también "por la palabra" el predominio de la clase dominante.
En otros términos, la escuela (y también otras instituciones del Estado, como la Iglesia, y otros aparatos como el Ejército) enseña las
"habilidades" bajo formas que aseguran el sometimiento a la ideología dominante o el dominio de su "práctica”. Todos los agentes de la
producción, la explotación y la represión, sin hablar de los "profesionales de la ideología" (Marx) deben estar "compenetrados" en tal o cual
carácter con esta ideología para cumplir "concienzudamente" con sus tareas, sea de explotados (los proletarios), de explotadores (los
Sometimiendo ideologico capitalistas), de auxiliares de la explotación (los cuadros), de grandes sacerdotes de la ideología dominante (sus “funcionarios”, etcétera.
La condición sine qua non de la reproducción de la fuerza de trabajo no sólo radica en la reproducción de su "calificación" sino también en
la reproducción de su sometimiento a la ideología dominante, o de la "práctica" de esta ideología, debiéndose especificar que no basta
decir. "no solamente sino también", pues la reproducción de la calificación de la fuerza de trabajo se asegura en y bajo las formas de
sometimiento ideológico, con lo que reconocemos la presencia eficaz de una nueva realidad:
la ideología.
IDEOLOGIA
según Marx la estructura de toda sociedad está constituida por "niveles" o “instancias" articuladas por una determinación específica: la
infraestructura o base económica ("unidad" de fuerzas productivas y relaciones de producción), y la superestructura, que comprende dos
índice de eficacia respectivo. "niveles” o "instancias": la jurídico-política (el derecho y el Estado) y la ideológica (las distintas ideologías, religiosa, moral, jurídica, política,
TOPICO: Infraestructura y etcétera).
Superestructura Que los pisos superiores no podrían "sostenerse" (en el aire) por sí solos si no se apoyaran precisamente sobre su base.
La metáfora del edificio tiene pues por objeto representar ante todo la "determinación en última instancia" por medio de la base económica.
Esta metáfora espacial tiene así por resultado afectar a la base con un índice de eficacia conocido por la célebre expresión: determinación
en última instancia de lo que ocurre en los "pisos" (de la superestructura) por lo que ocurra en la base económica.
Determinación en ultima Se puede decir que los pisos de la superestructura no son determinantes en última instancia sino que son determinados por la eficacia
instancia de lo económico básica; que si son determinantes a su manera (no definida aún), lo son en tanto están determinados por la base.
Autonomia relativa y reaccion Su índice de eficacia (o de determinación), en tanto ésta se halla determinada por la determinación en última instancia de la base, es
de la superestructura sobre la pensado en la tradición marxista bajo dos formas: 1) existe una "autonomía relativa" de la superestructura con respecto a la base; 2) existe
infraestructura o base una "reacción" de la superestructura sobre la base.
obliga a plantear el problema teórico del tipo de eficacia "derivada" propio de la superestructura, es decir, obliga a pensar en lo que la
tradición marxista designa con los términos conjuntos de autonomía relativa de la superestructura y reacción de la superestructura sobre la
La Topica base.
desde el punto de vista de la reproducción. Analizaremos brevemente el Derecho, el Estado y la ideología desde ese punto de vista.
Naturaleza del Estrado
el Estado es concebido explícitamente como aparato represivo. El Estado es una "máquina" de represión que permite a las clases
dominantes (en el siglo XIX a la clase burguesa y a la "clase" de los grandes terratenientes) asegurar su dominación sobre la clase obrera
El Estado para someterla al proceso de extorsión de la plusvalía (es decir a la explotación capitalista).
El Estado es ante todo lo que los clásicos del marxismo han llamado el aparato de Estado. ... no sólo el aparato especializado (en sentido
estricto), cuya existencia y necesidad conocemos a partir de las exigencias de la práctica jurídica, a saber la policía -los tribunales- y las
prisiones, sino también el ejército, que interviene directamente como fuerza represiva de apoyo (el proletariado ha pagado con su sangre
esta experiencia) cuando la policía y sus cuerpos auxiliares son "desbordados por los acontecimientos", y, por encima de este conjunto, al
aparato de Estado Jefe de Estado, al Gobierno y la administración.
del Estado abarca lo esencial, y ni por un momento se pretende dudar de que allí está lo esencial. El aparato de Estado, que define a éste
Lo escencial del Estado y su como fuerza de ejecución y de Intervención represiva "al servicio de las clases dominantes", en la lucha de clases librada por la burguesía
función fundamental y sus aliados contra el proletariado, es realmente el Estado y define perfectamente su “función" fundamental.
De la teoría descriptiva a la para desarrollar esta teoría descriptiva en teoría a secas, es decir, para comprender mejor los mecanismos del Estado en su
teoría a secas funcionamiento, es indispensable agregar algo a la definición clásica del Estado como aparato de Estado.
el Estado (y su existencia dentro de su aparato) sólo tiene sentido en función del poder de Estado. Toda la lucha política de las clases gira
Lo esencial de la teoría alrededor del Estado. Aclaremos: alrededor de la posesión, es decir, de la toma y la conservación del poder de Estado por cierta clase o
marxista del Estado por una alianza de clases o de fracciones de clases.
Distinguir Poder de Estado de Esta primera acotación nos obliga a distinguir el poder de Estado (conservación del poder de Estado o toma del poder de Estado), objetivo
Aparato de Estado de la lucha política de clases por una parte, y el aparato de Estado por la otra
que los clásicos del marxismo siempre han afirmado que:
1) el Estado es el aparato represivo de Estado;
2) se debe distinguir entre el poder de Estado y el aparato de Estado;
3) el objetivo de la lucha de clases concierne al poder de Estado y, en consecuencia, a la utilización del aparato de Estado por las clases (o
alianza de clases o fracciones de clases) que tienen el poder de Estado en función de sus objetivos de clase y
4) el proletariado debe tomar el poder de Estado para destruir el aparato burgués existente, reemplazarlo en una primera etapa por un
aparato de Estado completamente diferente, proletario, y elaborar en las etapas posteriores un proceso radical, el de la destrucción del
Estado (fin del poder de Estado y de todo aparato de Estado).
...en su práctica política, han tratado al Estado como una realidad más compleja que la definición dada en la "teoría marxista del Estado" y
que la definición más completa que acabamos de dar. Para hacer progresar la teoría del Estado es indispensable tener en cuenta no sólo
la distinción entre poder de Estado y aparato de Estado, sino también otra realidad que se manifiesta junto al aparato (represivo) de
Los aparatos ideológicos de Estado, pero que no se confunde con él. Llamaremos a esa realidad por su concepto:
Estado los aparatos ideológicos de Estado.
No se confunden con el aparato (represivo) de Estado. Recordemos que en la teoría marxista el aparato de Estado (AE) comprende: el
gobierno, la administración, el ejército, la policía, los tribunales, las prisiones, etc., que constituyen lo que llamaremos desde ahora el
aparato represivo de Estado. Represivo significa que el aparato de Estado en cuestión 1unciona mediante la violencia", por lo menos en
situaciones límite (pues la represión administrativa, por ejemplo, puede revestir formas no físicas).
Designamos con el nombre de aparatos ideológicos de Estado cierto número de realidades que se presentan al observador inmediato bajo
la forma de instituciones distintas y especializadas. Proponemos una lista empírica de ellas, que exigirá naturalmente que sea examinada
en detalle, puesta a prueba, rectificada y reordenada. Con todas las reservas que implica esta exigencia podemos por el momento
considerar como aparatos ideológicos de Estado las instituciones siguientes (el orden en el cual los enumeramos no tiene significación
especial):
AIE religiosos (el sistema de la distintas Iglesias),
AIE escolar (el sistema de las distintas "Escuelas”, públicas y privadas),
AIE familiar, [1]
AIE jurídico, 9
AIE político (el sistema político del cual forman parte los distintos partidos),
AIE sindical,
AIE de información (prensa, radio, T.V., etc.), AIE cultural (literatura, artes, deportes, etc.).
Diferecias entre ARE y AIE Un aparato Represivo, por un lado, muchos aparatos Ideológicos, por el otro.
ARE: dominio publico. VIOLENCIA.
AIE: Dominio privado. IDEOLOGIA
Rectificando esta distinción, podemos ser más precisos y decir que todo aparato de Estado, sea represivo o ideológico, "funciona" a la vez mediante la violencia y la ideología, pero con una diferencia muy importante que impide confundir los aparatos ideológicos de Estado con el aparato (represivo) de Estado. Consiste en que el aparato (represivo) de Estado, por su cuenta, funciona masivamente con la represión (incluso física), como forma predominante, y sólo secundariamente con la ideología. (No existen aparatos puramente represivos.) Ejemplos: el ejército y la policía utilizan también la ideología, tanto para as
Ni puramente represivos ni De la misma manera, pero a la inversa, se debe decir que, por su propia cuenta, los aparatos ideológicos de Estado funcionan masivamente con la ideología como forma predominante pero utilizan secundariamente, y en situaciones límite, una represión muy atenuada, disimulada, es decir simbólica. (No existe aparato puramente ideológico.) Así la escuela y las iglesias "adiestran" con métodos apropiados (sanciones, exclusiones, selección, etc.) no sólo a sus oficiantes sino a su grey. También la familia... También el aparato ideológico de Estado cultural (la censura, por mencionar sólo una forma), etcétera.
puramente ideológicos
Si los AIE “funcionan" masivamente con la ideología como forma predominante, lo que unifica su diversidad es ese mismo funcionamiento,
en la medida en que la ideología con la que funcionan, en realidad está siempre unificada, a pesar de su diversidad y sus contradicciones,
bajo la ideología dominante, que es la de “la clase dominante". Si aceptamos que, en principio, “la clase dominante" tiene el poder del
Estado (en forma total o, lo más común, por medio de alianzas de clases o de fracciones de clases) y dispone por lo tanto del aparato
(represivo) de Estado, podremos admitir que la misma clase dominante sea parte activa de los aparatos ideológicos de Estado, en la
Unidad de los AIEe ideologia medida en que, en definitiva, es la ideología dominante la que se realiza, a través de sus contradicciones, en los aparatos ideológicos de
de la clase dominante Estado.
ninguna clase puede tener en sus manos el poder de Estado en forma duradera sin ejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y en los
Coerción mas hegemonia aparatos ideológicos de Estado.
los aparatos ideológicos de Estado pueden no sólo ser objeto sino también lugar de la lucha de clases, y a menudo de formas
encarnizadas de lucha de clases. La clase (o la alianza de clases) en el poder no puede imponer su ley en los aparatos ideológicos de
Estado tan fácilmente como en el aparato (represivo) de Estado, no sólo porque las antiguas clases dominantes pueden conservar en ellos
posiciones fuertes durante mucho tiempo, sino además porque la resistencia de las clases explotadas puede encontrar el medio y la
Lucha de clases al nivel de los ocasión de expresarse en ellos, ya sea utilizando las contradicciones existentes, ya sea conquistando allí posiciones de combate mediante
AIE la lucha.
Si la tesis que hemos propuesto es válida, debemos retomar, determinándola en un punto, la teoría marxista clásica del Estado. Diremos
que es necesario distinguir el poder de Estado (y su posesión por ... ) por un lado, y el aparato de Estado por el otro. Pero agregaremos
que el aparato de Estado comprende dos cuerpos: el de las instituciones que representan el aparato represivo de Estado por una parte, y
SINTESIS el de las instituciones que representan el cuerpo de los aparatos ideológicos de Estado por la otra.
¿cómo se asegura la reproducción de las relaciones de producción? está asegurada en gran parte por la superestructura jurídico-política
e ideológica.
Sobre la reproducción de las está asegurada, en gran parte, por el ejercicio del poder de Estado en los aparatos de Estado, por un lado el aparato (represivo) de Estado,
relaciones de producción y por el otro los aparatos ideológicos de Estado. .
1) Todos los aparatos de Estado funcionan a la vez mediante la represión y la ideología, con la diferencia de que el aparato (represivo) de
Estado funciona masivamente con la represión como forma predominante, en tanto que los aparatos ideológicos de Estado funcionan
Caracteristicas masivamente con la ideología como forma predominante.
2) En tanto que el aparato (represivo) de Estado constituye un todo organizado cuyos diferentes miembros están centralizados bajo una
unidad de mando -la de la política de lucha de clases aplicada por los representantes políticos de las clases dominantes que tienen el
poder de Estado-, los aparatos ideológicos de Estado son múltiples, distintos, "relativamente autónomos" y susceptibles de ofrecer un
campo objetivo a contradicciones que, bajo formas unas veces limitadas, otras extremas, expresan los efectos de los choques entre la
lucha de clases capitalista y la lucha de clases proletaria, así como sus formas subordinadas.
3) En tanto que la unidad del aparato (represivo) de Estado está asegurada por su organización centralizada y unificada bajo la dirección
de representantes de las clases en el poder, que ejecutan la política de lucha de clases de las clases en el poder, la unidad entre los
diferentes aparatos ideológicos de Estado está asegurada, muy a menudo en formas contradictorias, por la ideología dominante, la de la
clase dominante.
El rol del aparato represivo de Estado consiste esencialmente, en tanto aparato represivo, en asegurar por la fuerza (sea o no física) las
condiciones políticas de reproducción de las relaciones de producción que son, en última instancia, relaciones de explotación. El aparato
de Estado no solamente contribuye en gran medida a su propia reproducción (existen en el Estado capitalista dinastías de hombres
políticos, dinastías de militares, etc.) sino también, y sobre todo, asegura mediante la represión (desde la fuerza física más brutal hasta las
Rol del Aparato Represivo de más simples ordenanzas y prohibiciones administrativas, la censura abierta o tácita, etc.) las condiciones políticas de la actuación de los
Estado aparatos ideológicos de Estado.
Ellos, en efecto, aseguran en gran parte, tras el "escudo" del aparato represivo de Estado, la reproducción misma de las relaciones de
producción. Es aquí donde interviene masivamente el rol de la ideología dominante, la de la clase dominante, que tiene el poder de Estado.
A través de la ideología dominante se asegura la 11 armonía" (a veces estridente) entre el aparato represivo de Estado y los aparatos
Ideologia Dominante ideológicos de Estado y entre los diferentes aparatos ideológicos de Estado.
Iglesia como AIE Antiguo
Aparato Escolar como AIE
dominante en el capitalismo el aparato ideológico de Estado que ha sido colocado en posición dominante en las formaciones capitalistas maduras, como resultado de
maduro una violenta lucha de clase política e ideológica contra el antiguo aparato ideológico de Estado dominante, es el aparato ideológico escolar.
la pareja Escuela-Familia ha reemplazado a la pareja Iglesia-Farnilia
1) Todos los aparatos ideológicos de Estado, sean cuales fueren, concurren al mismo resultado:
la reproducción de las relaciones de producción, es decir, las relaciones capitalistas de explotación.
Toma a su cargo a los niños de todas las clases sociales desde el jardín de infantes, y desde el jardín de infantes les inculca -con nuevos y
viejos métodos, durante muchos años, precisamente aquellos en los que el niño, atrapado entre el aparato de Estado-familia y el aparato
de Estado-escuela, es más vulnerable- "habilidades" recubiertas por la ideología dominante (el idioma, el cálculo, la historia natural, las
ciencias, la literatura) o, más directamente, la ideología dominante en estado puro (moral, instrucción cívica, filosofia).
Hacia el sexto año, una gran masa de niños cae "en la producción”: son los obreros o los pequeños campesinos. Otra parte de la juventud
escolarizable continúa: bien que mal se encamina y termina por cubrir puestos de pequeños y medianos cuadros, empleados, funcionarios
pequeños y medianos, pequeño-burgueses de todo tipo.
Una última parte llega a la meta, ya sea para caer en la semidesocupación intelectual, ya para proporcionar, además de los "intelectuales
del trabajador colectivo", los agentes de la explotación (capitalistas, empresarios), los agentes de la represión (militares, policías, políticos,
administradores, etc.) y los profesionales de la ideología (sacerdotes de todo tipo, la mayoría de los cuales son “laicos" convencidos).
Cada grupo está prácticamente provisto de la ideología que conviene al rol que debe cumplir en la sociedad de clases: rol de explotado
(con "conciencia profesional", "moral", "cívica", "nacional" y apolítica altamente "desarrollada"), rol de agente de la explotación (saber
mandar y hablar a los obreros: las "relaciones humanas"): de agentes de la represión (saber mandar y hacerse obedecer "sin discutir" o
saber manejar la demagogia de la retórica de los dirigentes políticos), o de profesionales de la ideología que saben tratar a las conciencias
Reproduccion de las RRPP en con el respeto, es decir el desprecio, el chantaje, la demagogia convenientes adaptados a los acentos de la Moral, la Virtud¡ la
la Escuela "Trascendencia", la Nación, el rol de Francia en el Mundo, etcétera.
Por supuesto, muchas de esas virtudes contrastadas (modestia, resignación, sumisión por una parte, y por otra cinismo, desprecio, altivez,
seguridad, grandeza, incluso bien decir y habilidad) se enseñan también en la familia, la iglesia, el ejército, en los buenos libros, en los
Rol privelegiado de la Escuela filmes, y hasta en los estadios. Pero ningún aparato ideológico de Estado dispone durante tantos años de la audiencia obligatoria (y, por si
como AIE fuera poco, gratuita ...), 5 a 6 días sobre 7 a razón de 8 horas diarias, de formación social capitalista.
Ahora bien, con el aprendizaje de algunas habilidades recubiertas en la inculcación masiva de la ideología de la clase dominante, se
reproduce gran parte de las relaciones de producción de una formación social capitalista, es decir, las relaciones de explotados a
explotadores y de explotadores a explotados. Naturalmente, los mecanismos que producen este resultado vital para el régimen capitalista
están recubiertos y disimulados por una ideología de la escuela universalmente reinante, pues ésta es una de las formas esenciales de la
ideología burguesa dominante: una ideología que representa a la escuela como un medio neutro, desprovisto de ideología (puesto que es
... laico), en el que maestros respetuosos de la "conciencia” y la libertad de los niños que les son confiados (con toda confianza) por sus
"padres” (que también son libres, es decir, propietarios de sus hijos), los encaminan hacia la libertad, la moralidad y la responsabilidad de
Reproducción adultos mediante su propio ejemplo, los conocimientos, la literatura y sus virtudes “liberadoras”.
Los maestros ... Están tan lejos de imaginárselo que contribuyen con su devoción a mantener y alimentar esta representación ideológica de
la escuela, que la hace tan "natural" e indispensable, y hasta bienhechora, a los ojos de nuestros contemporáneos como la iglesia era
"natural”, indispensable y generosa para nuestros antepasados hace algunos siglos.
En realidad, la iglesia es reemplazada hoy por la escuela en su rol de aparato ideológico de Estado dominante. Está combinada con la
familia, como antes lo estuvo la iglesia. Se puede afirmar entonces que la crisis, de una profundidad sin precedentes, que en el mundo
sacude el sistema escolar en tantos Estados, a menudo paralela a la crisis que conmueve al sistema familiar (ya anunciada en el
Manifiesto), tiene un sentido político si se considera que la escuela (y la pareja escuela-familia) constituye el aparato ideológico de Estado
dominante. Aparato que desempeña un rol determinante en la reproducción de las relaciones de producción de un modo de producción
Sintesis amenazado en su existencia por la lucha de clases mundial.
A proposito de la Ideología
una teoría de la ideología en genera[ y no de una teoría de las ideologías particulares, que siempre expresan, cualquiera que sea su forma
(religiosa, moral, jurídica, política), posiciones de clase.

La ideología es pues para Marx un bricolage imaginario, un puro sueño, vacío y vano, constituido con los "residuos diurnos" de la única
realidad plena y positiva, la de la historia concreta de individuos concretos, materiales, que producen materialmente su existencia.
En este sentido, en la Ideología Alemana la ideología no tiene historia: su historia está fuera de ella, allí donde existe la única historia
existente, la de los individuos concretos, etc. La tesis de que la ideología no tiene historia es en la Ideología Alemana una tesis puramente
negativa ya que significa a la vez:
1) La ideología no es nada en tanto que es puro sueño (fabricado no se sabe por qué potencia, a menos que lo sea por la alienación
de la división del trabajo, pero en tal caso también se trata de una determinación negativa).
2) La ideología no tiene historia, lo cual no quiere decir en absoluto que no tenga historia (al contrario, puesto que no es más que el
pálido reflejo, vacío e invertido, de la historia real), sino que no tiene historia propia.
La ideología no tiene historia
las ideologías tienen una historia propia
la ideología en general no tiene historia
es propio de la ideología el estar dotada de una estructura y un funcionamiento tales que la constituyen en una realidad no-histórica, es
decir omnihistórica, en el sentido en que esa estructura y ese funcionamiento, bajo una misma forma, inmutable, están presentes en lo que
se llama la historia toda, en el sentido en que el Manifiesto define la historia como historia de la lucha de clases, es decir, como historia de
las sociedades de clases.
nuestra proposición (“la ideología no tiene historia") puede y debe -de una manera que no tiene nada de arbitraria sino que, por el contrario,
es teóricamente necesaria, pues existe un lazo orgánico entre las dos proposiciones- ser puesta en relación directa con aquella proposición
de Freud que afirma que el inconsciente es eterno, o sea, que no tiene historia.
Si eterno no quiere decir trascendente a toda historia (temporal), sino omnipresente, transhistórico y, por lo tanto, inmutable en su forma en
todo el transcurso de la historia, yo retomaré palabra por palabra la expresión de Freud y escribiré: la ideología es eterna, igual que el
inconsciente, y agregaré que esta comparación me parece teóricamente justificada por el hecho de que la eternidad del inconsciente está
Eterno en relación con la eternidad de la ideología en general.
será conveniente emplear la palabra ideología a secas para designar la ideología en general, de la cual acabo de decir que no tiene historia
o, lo que es igual, que es eterna, es decir, omnipresente bajo su forma inmutable, en toda la historia (= la historia de las formaciones
sociales incluyendo las clases sociales). En efecto, me limito provisoriamente a las "sociedades de clase" y a su historia.

IDEOLOGÍA La ideología es una "representación" de la relación imaginaria de los individuos con sus condiciones reales de existencia
Para abordar la tesis central sobre la estructura y el funcionamiento de la ideología, deseo presentar primeramente dos tesis, una negativa
y otra positiva. La primera se refiere al objeto "representado" bajo la forma imaginaria de la ideología, la segunda a la materialidad de la
ideología.
Tesis 1 Tesis 1: la ideología representa la relación imaginaria de los individuos con sus condiciones reales de existencia.
Ahora bien, repito aquí una tesis que ya he anticipado: no son sus condiciones reales de existencia, su mundo real, lo que los "hombres"
"se representan" en la ideología sino que lo representado es ante todo la relación que existe entre ellos y las condiciones de existencia. Tal
relación es el punto central de toda representación ideológica, y por lo tanto imaginaria, del mundo real. En esa relación está contenida la
"causa" que debe dar cuenta de la deformación imaginaria de la representación ideológica del mundo real. O más bien, para dejar en
suspenso el lenguaje causal, es necesario emitir la tesis de que es la naturaleza imaginaria de esa relación la que sostiene toda la
deformación imaginaria que se puede observar (si no se vive en su verdad) en toda ideología.
Para utilizar un lenguaje marxista, si bien aceptamos que la representación de las condiciones reales de existencia de los individuos que se
desempeñan como agentes de la producción, de la explotación, de la represión, de la ideologización y de la práctica científica, está
determinada en última instancia por las relaciones de producción y las relaciones derivadas de ellas, diremos lo siguiente: toda ideología,
en su deformación necesariamente imaginaria, no representa las relaciones de producción existentes (y las otras relaciones que de allí
derivan) sino ante todo la relación (imaginaria) de los individuos con las relaciones de producción y las relaciones que de ella resultan. En
la ideología no está representado entonces el sistema de relaciones reales que gobiernan la existencia de los individuos, sino la relación
imaginaria de esos individuos con las relaciones reales en que viven.
Sí esto es así, la pregunta sobre la "causa" de la deformación imaginaria de las relaciones reales en la ideología desaparece y debe ser
reemplazada por otra: ¿por qué la representación dada a los individuos de su relación (individual) con las relaciones sociales que
gobiernan sus condiciones de existencia y su vida colectiva e individual es necesariamente imaginaria? ¿Y cuál es la naturaleza de este
ente imaginario? La cuestión así planteada halla solución en la existencia de una “camarilla” de individuos (curas o déspotas) autores de la
gran mistificación Ideológica, o bien en el carácter alienado del mundo real. Veremos el porqué al desarrollar nuestra exposición. Por el
momento, no iremos más lejos.
Tesis 2 Tesis 2: la ideología tiene una existencia material.
Ya hemos tocado esta tesis al decir que las "ideas" o "representaciones", etc. de las que parece compuesta la ideología, no tienen
existencia ideal, idealista, espiritual, sino material. Hemos sugerido incluso que la existencia ideal, idealista, espiritual de las "ideas" deriva
exclusivamente de una ideología de la "idea" y de la ideología y, agreguemos, de una ideología de lo que parece 1undar" esta concepción
desde la aparición de las ciencias, es decir, lo que los que practican las ciencias se representan, en su ideología espontánea, como las
"ideas", verdaderas o falsas. Por supuesto que esta tesis, presentada bajó la forma de una afirmación, no está demostrada. Pedimos
solamente que se le conceda, digamos en nombre del materialismo, un juicio previo simplemente favorable.
Cuando nos referimos a los aparatos ideológicos de Estado y a sus prácticas, hemos dicho que todos ellos son la realización de una
Ideología (ya que la unidad de esas diferentes Ideologías particulares -religiosa, moral, jurídica, política, estética, etc.- está asegurada por
su subordinación a la ideología dominante). Retomamos esta tesis: en un aparato y su práctica, o sus prácticas, existe siempre una
ideología. Tal existencia es material.
Por supuesto, la existencia material de la ideología en un aparato y sus prácticas no posee la misma modalidad que la existencia material
de una baldosa o un fusil. Pero aun con riesgo de que se nos tilde de neoaristotélicos (señalemos que Marx sentía gran estima por
Aristóteles) diremos que la materia se dice en varios sentidos" o más bien que existe bajo diferentes modalidades, todas en última instancia
arraigadas en la materia “fisica”.
Dicho esto, veamos lo que pasa en los 'Individuos" que viven en la ideología, o sea con una representación determinada del mundo
(religiosa, moral, etc.) cuya deformación imaginaria depende de su relación imaginaria con sus condiciones de existencia, es decir, en
última instancia, con las relaciones de producción y de clase (ideología = relación imaginaria con las relaciones reales). Diremos que esta
relación está dotada de existencia material.
He aquí entonces lo que se puede comprobar. Un individuo cree en Dios, o en el Deber, o en la Justicia, etcétera. Tal creencia depende
(para todo el mundo, o sea, para todos los que viven en una representación ideológica de la ideología, que reduce la ideología a ideas
dotadas por definición de existencia espiritual) de las ideas de dicho individuo, por lo tanto, de él mismo en tanto sujeto poseedor de una
conciencia en la cual están contenidas las ideas de su creencia. A través de lo cual, es decir, mediante el dispositivo "conceptual"
perfectamente ideológico así puesto en juego (el sujeto dotado de una conciencia en la que forma o reconoce libremente las ideas en que
cree), el comportamiento (material) de dicho sujeto deriva de él naturalmente.
El individuo en cuestión se conduce de tal o cual manera, adopta tal o cual comportamiento práctico y, además, participa de ciertas
prácticas reguladas, que son las del aparato ideológico del cual "dependen" las ideas que él ha elegido libremente, con toda conciencia, en
su calidad de sujeto. Si cree en Dios, va a la iglesia para asistir a la misa, se arrodilla, reza. se confiesa, hace penitencia (antes ésta era
material en el sentido corriente del término) y naturalmente se arrepiente, y continúa, etc. Si cree en el deber tendrá los comportamientos
correspondientes, inscritos en prácticas rituales "conformes a las buenas costumbres". Si cree en la justicia, se someterá sin discutir a las
reglas del derecho, podrá incluso protestar cuando sean violadas, firmar petitorios, tomar parte en una manifestación, etcétera.
Comprobamos en todo este esquema que la representación ideológica de la ideología está obligada a reconocer que todo "sujeto" dotado
de, una "conciencia" y que cree en las "ideas" que su "conciencia" le inspira y acepta libremente, debe "actuar según sus ideas", debe por
lo tanto traducir en los actos de su práctica material sus propias ideas de sujeto libre. Si no lo hace, eso "no está bien".
En realidad, si no hace lo que debería hacer en función de lo que cree, hace entonces otra cosa, lo cual -siempre en función del mismo
esquema idealista- da a entender que tiene otras ideas que las que proclama y que actúa según esas otras ideas, como hombre
"inconsecuente" ("nadie es malvado voluntariamente"), cínico, o perverso.
En todos los casos, la ideología de la ideología reconoce, a pesar de su deformación imaginaria, que las "ideas" de un sujeto humano
existen o deben existir en sus actos, y si eso no sucede, le proporciona otras ideas correspondientes a los actos (aun perversos) que el
sujeto realiza.
Esa ideología habla de actos: nosotros hablaremos de actos insertos en prácticas. Y destacaremos que tales prácticas están reguladas por
rituales en los cuales se inscriben, en el seno de la existencia material de un aparato ideológico, aunque sólo sea de una pequeña parte de
ese aparato: una modesta misa en una pequeña iglesia, un entierro, un match de pequeñas proporciones en una sociedad deportiva, una
jornada de clase en una escuela, una reunión o un mitin de un partido político, etcétera.

Diremos pues, considerando solo un sujeto (un individuo), que la existencia de las ideas de su creencia es material, en tanto esas ideas
son actos materiales insertos en prácticas materiales, reguladas por rituales materiales definidos, a su vez, por el aparato ideológico
material del que proceden las ideas de ese sujeto. Naturalmente los cuatro adjetivos "materiales” inscritos en nuestra proposición deben
ser afectados por modalidades diferentes, ya que la materialidad de un desplazamiento para ir a misa, del acto de arrodillarse, de un
ademán para persignarse o para indicar mea culpa, de una frase, de una oración, de un acto de contrición, de una penitencia, de una
mirada, de un apretón de manos, de un discurso verbal externo o de un discurso verbal "interno" (la conciencia), no son una sola y misma
Materialidad materialidad. Dejamos en suspenso la teoría de la diferencia de las modalidades de la materialidad.
Trastocamiento ciertas nociones han desaparecido pura y simplemente de nuestra nueva presentación, en tanto que, por el contrario, otras subsisten y aparecen nuevos términos.
Ha desaparecido: el término ideas.
Subsisten: los términos sujeto, conciencia, creencia, actos.
Aparecen: los términos prácticas, rituales, aparato ideológico.
Las ideas en tanto tales han desaparecido (en tanto dotadas de una existencia ideal, espiritual), en la misma medida en que se demostró
que su existencia estaba inscrita en los actos de las prácticas reguladas por los rituales definidos, en última instancia, por un aparato
ideológico. Se ve así que el sujeto actúa en la medida en que es actuado por el siguiente sistema (enunciado en su orden de determinación
real): ideología existente en un aparato ideológico material que prescribe prácticas materiales reguladas por un ritual material, prácticas
éstas que existen en los actos materiales de un sujeto que actúa con toda conciencia según su creencia.
Pero esta misma presentación prueba que hemos conservado las nociones siguientes: sujeto, conciencia, creencia, actos. De esta secuencia extraemos luego el término central, decisivo, del que depende todo: la noción de sujeto.

1) No hay práctica sino por y bajo una ideología.


2) No hay ideología sino por el sujeto y para los sujetos.
Esta tesis viene simplemente a explicitar nuestra última proposición: la ideología sólo existe por el sujeto y para los sujetos. O sea: sólo
La ideología interpela a los existe ideología para los sujetos concretos, y esta destinación de la ideología es posible solamente por el sujeto: es decir por la categoría
individuos como sujetos de sujeto y su funcionamiento.
aun cuando no aparece bajo esta denominación (el sujeto) hasta el advenimiento de la ideología burguesa, ante todo con el advenimiento
de la ideología jurídica,[1] la categoría de sujeto (que puede funcionar bajo otras denominaciones: por ejemplo, en Platón, el alma, Dios,
etc.) es la categoría constitutiva de toda ideología, cualquiera que sea su determinación (particular o de clase) y cualquiera que sea su
fecha histórica, ya que la ideología no tiene historia.
Decimos que la categoría de sujeto es constitutiva de toda ideología, pero agregamos en seguida que la categoría de sujeto es constitutiva de toda ideología sólo en tanto toda ideología tiene por función (función que la define) la "constitución" de los individuos concretos en sujetos. El funcionamiento de toda ideología existe en ese juego de doble constitución, ya que la ideología no es nada más que su funcionamiento en las formas materiales de la existencia de ese funcionamiento.
tanto para ustedes como para mi, la categoría de sujeto es una "evidencia" primera (las evidencias son siempre primeras): está claro que ustedes y yo somos sujetos (libres, morales, etc.). Como todas las evidencias, incluso aquellas por las cuales una palabra "designa una cosa" o "posee una significación" (incluyendo por lo tanto las evidencias de la "transparencia" del lenguaje), esta "evidencia" de que ustedes y yo somos sujetos -y el que esto no constituya un problema- es un efecto ideológico, el efecto ideológico elemental. En efecto, es propio de la ideología imponer (sin parecerlo, dado que son "evidencias")
En esta reacción se ejerce la función de reconocimiento ideológico que es una de las dos funciones de la ideología como tal (su contrario
Reconocimiento Ideológico es la función de desconocimiento).
Con esta advertencia previa y sus Ilustraciones concretas, deseo solamente destacar que ustedes y yo somos siempre ya sujetos que,
como tales, practicamos sin interrupción los rituales del reconocimiento ideológico que nos garantizan que somos realmente sujetos
concretos, individuales, inconfundibles e (naturalmente) irremplazables. La escritura a la cual yo procedo actualmente y la lectura a la cual
ustedes se dedican actualmente son, también ellas, desde este punto de vista, rituales de reconocimiento ideológico, incluida la
"evidencia" con que pueda imponérseles a ustedes la "verdad" de mis reflexiones o su falsedad.
Pero reconocer que somos sujetos, y que funcionamos en los rituales prácticos de la vida cotidiana más elemental (el apretón de manos, el
hecho de llamarlo a usted por su nombre, el hecho de saber, aun cuando lo ignore, que usted "tiene" un nombre propio que lo hace
reconocer como sujeto único, etc.), tal reconocimiento nos da solamente la "conciencia" de nuestra práctica incesante (eterna) del
reconocimiento ideológico -su conciencia, es decir su reconocimiento, pero no nos da en absoluto el conocimiento (científico) del
mecanismo de este reconocimiento. Ahora bien, en este conocimiento hay que ir a parar si se quiere, mientras se hable en la ideología y
desde el seno de la ideología, esbozar un discurso que intente romper con la ideología para atreverse a ser el comienzo de un discurso
científico (sin sujeto) sobre la ideología.
Entonces, para representar por qué la categoría de sujeto es constitutiva de la ideología, la cual sólo existe al constituir a los sujetos
concretos en sujetos, voy a emplear un modo de exposición especial, lo bastante "concreto" como para que sea reconocido, pero
suficientemente abstracto como para que sea pensable y pensado dando lugar a un conocimiento.
Diría en una primera fórmula: toda ideología interpela a los individuos concretos como sujetos concretos, por el funcionamiento de la
categoría de sujeto.
He aquí una proposición que implica que por el momento distinguirnos los individuos concretos por una parte y los sujetos concretos por la otra, a pesar de que, en este nivel, no hay sujeto concreto si no está sostenido por un individuo concreto.
Sugerimos entonces que la ideología "actúa" o “funciona" de tal modo que "recluta" sujetos entre los individuos (los recluta a todos), o "transforma" a los individuos en sujetos (los transforma a todos) por medio de esta operación muy precisa que llamamos interpelación, y que se puede representar con la más trivial y corriente interpelación, policial (o no) "¡Eh, usted, oiga!".[1]

[1] En la práctica policial la interpelación, esa práctica cotidiana sometida a un ritual preciso, adopta una forma completamente especial ya que se ejerce sobre los "sospechosos".
En realidad las cosas ocurren sin ninguna sucesión. La existencia de la ideología y la interpelación de los individuos como sujetos son una sola y misma cosa.
lo que parece suceder así fuera de la ideología (con más exactitud en la calle) pasa en realidad en la ideología. Lo que sucede en realidad
en la ideología parece por lo tanto que sucede fuera de ella. Por eso aquellos que están en la ideología se creen por definición fuera de
ella; uno de los efectos de la ideología es la negación práctica por la ideología del carácter ideológico de la ideología: la ideología no dice
nunca "soy ideológica". Es necesario estar fuera de la ideología, es decir en el conocimiento científico, para poder decir: yo estoy en la
ideología (caso realmente excepcional) 0 (caso general): yo estaba en la ideología. Se sabe perfectamente que la acusación de estar en la
Ideología sólo vale para los otros, nunca para sí (a menos que se sea realmente spinozista o marxista, lo cual respecto de este punto
equivale a tener exactamente la misma posición). Esto quiere decir que la ideología no tiene afuera (para ella), pero al mismo tiempo que
no es más que afuera (para la ciencia y la realidad).
La ideología interpela, por lo tanto, a los individuos como sujetos. Dado que la ideología es eterna, debemos ahora suprimir la forma de temporalidad con que hemos representado el funcionamiento de la ideología y decir: la ideología ha siempre-ya interpelado a los individuos como sujetos: esto equivale a determinar que los individuos son siempre-ya interpelados por la ideología como sujetos, lo cual necesariamente nos lleva a una última proposición: los individuos son siempre-ya sujetos. Por lo tanto los individuos son "abstractos" respecto de los sujetos que ellos mismos son siempre-ya. Esta proposición puede p

la forma en que los “actores" de esta puesta en escena de la interpelación y sus roles específicos son reflejados en la estructura misma de
toda ideología.
si consideramos que la ideología religiosa se dirige precisamente a los individuos para “transformarlos en sujetos", interpelando al
individuo Pedro para hacer de él un sujeto, libre de obedecer o desobedecer al llamado, es decir a las órdenes de Dios: si los llama por su
Nombre, reconociendo así que ellos son siempre-ya interpelados como sujetos dotados de una identidad personal (hasta el punto de que el
Cristo de Pascal dice: “Por ti yo he derramado esta gota de mi sangre”); si los interpela de tal modo que el sujeto responde "Sí, ¡soy
precisamente yo!"; si obtiene el reconocimiento de que ellos ocupan exactamente el lugar que ella les ha asignado como suyo en el mundo,
una residencia fija ("¡Es verdad, estoy aquí, obrero, patrón, soldado!") en este valle de lágrimas, si obtiene de ellos el reconocimiento de un
destino (la vida o la condena eternas) según el respeto o el desprecio con que traten los "mandamientos de Dios", la Ley convertida en
Amor;, si todo esto sucede exactamente así (en las prácticas de los muy conocidos rituales del bautismo, de la confirmación, de la
comunión, de la confesión y de la extremaunción, etc.), debemos señalar que todo este "procedimiento" que pone en escena sujetos
religiosos cristianos está dominado por un fenómeno extraño: tal multitud de sujetos religiosos posibles existe sólo con la condición
absoluta de que exista Otro Sujeto Unico, Absoluto, a saber, Dios.
Convengamos en designar este nuevo y singular Sujeto con la grafía Sujeto con mayúscula, para distinguirlo de los sujetos ordinarios, sin
mayúscula.
Resulta entonces que la interpelación a los individuos como sujetos supone la "existencia" de otro Sujeto, Unico y central, en Nombre del
cual la ideología religiosa interpela a todos los individuos como sujetos. Todo esto está claramente escrito en las justamente llamadas
Escrituras. "En aquellos tiempos, el Señor Dios (Yahvé) habló a Moisés en la zarza. Y el Señor llamó a Moisés: ‘¡Moisés’ ‘¡Soy
(precisamente) yo!’, dijo Moisés, ‘¡yo soy Moisés tu servidor, habla y yo te escucharé!’ y el Señor habló a Moisés y dijo: ‘Yo Soy El que
Soy’."
Un ejemplo. la ideología religiosa cristiana
Resumamos lo que hemos obtenido sobre la ideología en general.
La estructura especular redoblada de la ideología asegura a la vez:
1) la interpelación de los 'Individuos" como sujetos,
2) su sujeción al Sujeto,
3) el reconocimiento mutuo entre los sujetos y el Sujeto, y entre los sujetos mismos, y finalmente el reconocimiento del sujeto por él mismo.[1]
4) la garantía absoluta de que todo está bien como está y de que, con la condición de que los sujetos reconozcan lo que son y se conduzcan en consecuencia, todo irá bien: “Así sea”.
tomados en este cuádruple sistema de interpelación como sujetos, de sujeción al Sujeto, de reconocimiento universal y de garantía
absoluta, los sujetos "marchan", "marchan solos" en la inmensa mayoría de los casos, con excepción de los "malos sujetos" que provocan
la intervención ocasional de tal o cual destacamento del aparato (represivo) de Estado. Pero la inmensa mayoría de los (buenos) sujetos
marchan bien “solos”, es decir con la ideología (cuyas formas concretas están realizadas en los aparatos ideológicos de Estado). Se
insertan en las prácticas gobernadas por los rituales a los AIE. "Reconocen" el estado de cosas existente (das Bestehende), que "es muy
cierto que es así y no de otro modo", que se debe obedecer a Dios, a su conciencia, al cura, a de Gaulle, al patrón, al ingeniero, que se
debe "amar al prójimo como a sí mismo". etc. Su conducta ¡concreta, material, no es más que la inscripción en la vida de las admirables
palabras de su plegaria “¡Así sea!”.
Sí, los sujetos "marchan solos". Todo el misterio de este efecto reside en los dos primeros momentos del cuádruple sistema de que
acabamos de hablar, o, si se prefiere, en la ambigüedad del término sujeto. En la acepción corriente del término, sujeto significa
efectivamente 1) una subjetividad libre: un centro de iniciativas, autor y responsable de sus actos; 2) un ser sojuzgado, sometido a una
autoridad superior, por lo tanto despojado de toda libertad, salvo la de aceptar libremente su sumisión. Esta última connotación nos da el
sentido de esta ambigüedad, que no refleja sino el efecto que la produce: el individuo es interpelado como sujeto (libre) para que se someta
libremente a las órdenes del Sujeto, por lo tanto para que acepte (libremente) su sujeción, por lo tanto para que "cumpla solo" los gestos y
actos de su sujeción. No hay sujetos sino por y para su sujeción. Por eso "rnarchan solos".
“¡Así sea”... Esas palabras, que registran el efecto a obtener, prueban que no es "naturalmente" a si ("naturalmente": fuera de esta plegaria,
o sea, fuera de la intervención ideológica). Esas palabras prueban que es necesario que sea así, para que las cosas sean como deben ser,
digámoslo ya: para que la reproducción de las relaciones de producción sea asegurada cada día (incluso en los procesos de producción y
circulación) en la "conciencia", o sea, en el comportamiento de los individuos sujetos que ocupan los puestos que la división socio-técnica
del trabajo les ha asignado en la producción, la explotación, la represión, la ideologización, la práctica científica, etc. ¿Qué implica
realmente ese mecanismo del reconocirniento especular del Sujeto, de los individuos interpelados como sujetos y de la garantía dada por
el Sujeto a los sujetos si aceptan libremente su sometirniento a las "órdenes" del Sujeto? La realidad de ese mecanismo, aquella que es
necesariamente desconocida en las formas mismas del reconocimiento (ideología = reconocimiento/desconocimiento) es efectivamente, en
última instancia, la reproducción de las relaciones de producción y las relaciones que de ella dependen.
CUADRO COMPARATIVO
INSTRUMENTALISMO ESTRUCTURALISMO
MILIBAND POULANTZAS
Empirismo Teoricísmo
Sujeto Estructura
OBRA El Estado en la sociedad capitalista 1969 Poder político y clases sociales en la sociedad capitalista 1968
Objetivo: desarrollar un estudio histórico comparativo a partir de los estados del capitalismo avanzado. (Etapa EB Kp. 10-11) Objetivo: Construir teóricamente el concepto de Estado capitalista como parte de la teoría más general del modo de producción capitalista.
La materia prima de su trabajo la constituían:
OBJETIVO
1- Las obras de los clásicos del marxismo;
2- Los textos políticos del movimiento obrero; y 3- las obras contemporáneas de ciencia política.
Ambos tenían en común un proyecto: proveer un contrapunto a la noción de que el Estado moderno occidental había sido liberado de la determinación del poder del capital. Por el contrario, se había vuelto un elemento mucho más integral en el desarrollo y reproducción del capitalismo moderno. Ambos persiguie
EN COMÚN
El debate, desde un comienzo se trató, más bien, de una disputa epistemológica acerca de si existía una metodología marxista específica que brindara un soporte adecuado a (as investigaciones y las prácticas relativas al poder político.
Propósito: Polémica permanente con las concepciones historicistas, subjetivistas e instrumenta listas de la tradición marxista. Critica la
Propósito: buscaba, centralmente, desenmascarar a la visión del pluralismo democrático que dominaba los desarrollos de la ciencia política
ortodoxia tradicional comunista del “capitalismo monopolista de Estado”.
anglosajona y expandir el pensamiento socialista más allá de las fronteras de los ya convencidos.
Confrontaba con la concepción comunista ortodoxa del Capitalismo Monopolista de Estado (CME). La teoría del CME, en su forma más
Responder, desde una investigación empírica a partir de las tesis marxistas, a los teóricos de la democracia liberal (pluralistas). Interesado
común, afirmaba que el Estado es un instrumento del capital monopólico en la era del imperialismo, es decir, el medio a través del cual se
en confrontar a estos teóricos con los hechos referentes al trasfondo social, lazos personales y valores compartidos de las élites
mantiene la dominación del capital sobre la sociedad civil. Este papel estatal es en sí mismo una expresión de la contradicción entre las
económicas y políticas y con los hechos relativos al impacto de la política gubernamental sobre asuntos como la distribución del ingreso y la
fuerzas productivas y las relaciones de producción, lo que representa la socialización de las últimas en respuesta a la socialización de las
riqueza. Quiere revelar las distorsiones y mistificaciones del pluralismo liberal. Verpag,6
primeras, pero bajo el control del capital monopólico. La tarea revolucionaria del proletariado era, por ende, conducir una coalición de
Por eso en su trabajo refuta las proposiciones de numerosos autores pluralistas y los confronta con abundantes datos empíricos
fuerzas democráticas que liberarían al Estado de este control y lo usarían como instrumento en la transición hacia el socialismo.
PROPÓSITO provenientes de los países capitalistas avanzados.
Frente a esta concepción del PC francés, consideraba -como Althusser-, que la disputa en el plano de la teoría -que incluía la construcción
Pero además, con su trabajo apuntaba a desmentir cierta ilusión socialdemócrata de que al llegar al gobierno se alcanzaba el poder real del
de un andamiaje conceptual sólido, autónomo y lógicamente inexpugnable- era central para la lucha por el socialismo. Evitar la
Estado para producir cambios revolucionarios.
contaminación teórica con las perspectivas burguesas constituía, para los estructura listas, una condición innegociable para hacer avanzar
Un objetivo implícito y sutil: afirmar la centralidad y vigencia del conflicto básico entre burguesía y ciase trabajadora, frente a ciertas visiones
la lucha por el socialismo.
de la Nueva Izquierda que privilegiaban los cambios culturales como explicativos de las transformaciones en el
“atacar directamente aquellas concepciones según las cuales la clase obrera ha llegado a integrarse o a disolverse en el capitalismo
.capitalismo avanzado.
contemporáneo (...) Mi propósito era mostrar que incluso cuando la clase obrera carece de ideología y organización política revolucionaria
todavía continúa existiendo como clase diferenciada y autónoma, ya que incluso en ese caso su ‘existencia’ tiene efectos pertinentes en el
plano político-ideológico"
* Representa una línea que persigue dar una batalla intelectual y política que traspase los límites del marxismo y convenza con argumentos *Expresa la prioridad de saldar la discusión hacia el interior de las fronteras del marxismo y trazar una línea de acción coherente con los
sólidos a los no convencidos. objetivos revolucionarios.
PRETENSIÓN *Pone todos sus recursos intelectuales al servicio de demostrar, con (a contundencia de los hechos, los males de la dominación en el *Intenta construir una explicación teórica rigurosa y autosustentable sobre la naturaleza del Estado capitalista, más allá de los hechos
capitalismo. puntuales en los que se encarna.
*Pretende hacer del socialismo el "sentido común" de su época, capaz de llegar a amplios sectores deja sociedad. *Aspira a traducir los debates estratégicos del comunismo europeo en sofisticados términos teóricos.
Identifica la principal deficiencia de la teoría marxista contemporánea del Estado con el hecho de que casi todos los marxistas se habían
limitado a afirmar la tesis instrumentallsta del Manifiesto Comunista: “el ejecutivo del Estado moderno no es sino un comité para arreglar los
asuntos comunes de toda la burguesía” y asume la neutralidad de esta tesis, (p.8)
Se analizan sistemáticamente los vínculos (subjetivos) entre la clase dominante y el Estado. El contexto estructural está teóricamente Establece sistemáticamente la forma en que la política del Estado está determinada por las contradicciones y límites del sistema capitalista.
desorganizado. Ver pag,33, 37, 40, 44, 45, 48, 141, 147 La relación entre la clase burguesa y el Estado es una relación objetiva. El manejo instrumental es secundario. Las funciones del Estado
Lo primero que expone es la existencia efectiva de !a división de la sociedad en clases y, pese a los avances en el acceso al consumo y los están ampliamente determinadas por las estructuras de la sociedad, más que por las personas que ocupan posiciones en el poder estatal.
ESTADO Y cambios en la forma de gestión de la empresa capitalista, la firme preeminencia de la clase económicamente dominante y su unidad Dice que el Estado es una relación social compleja, lo que significa que
CLASES interna. Luego, para develar las distorsiones y mistificaciones del pluralismo liberal, bucea en la forma en que le llegan ai Estado las 1- las clases no deben ser consideradas como simples fuerzas económicas que existen por fuera e independientemente del Estado y
SOCIALES demandas múltiples de los intereses dominantes y cómo son procesadas para preservar eí orden social. En su estudio de la élite capaces de manipularlo, porque la influencia política de las clases depende de la estructura institucional del Estado y de los efectos del
gobernante y su afinidad social básica con la clase dominante encuentra el autor inglés uno de los ejes para demostrar cómo se produce, poder estatal.
en concreto, la defensa de los intereses capitalistas por parte del Estado. 2- la lucha de clases no está confinada a la sociedad civil, sino que se' reproduce dentro del aparato estatal. El Estado tiene la función
objetiva de conservar la cohesión social para permitir la acumulación de capital.
PREGUNTA Responde a la pregunta ¿Por qué sirve el Estado a los intereses de la clase capitalista? Responde a la pregunta ¿Cómo hace el Estado para mantener / expandir el sistema capitalista?
El Estado no es una cosa. El término Estado designa a cierto número de instituciones particulares que, en su conjunto, constituyen su
realidad y ejercen influencia unas en otras en calidad de partes de aquello a lo que podemos llamar sistema del Estado, (pag.50)
“el término Estado' designa a cierta número de instituciones particulares que, en su conjunto, constituyen su realidad y ejercen influencia
unas en otras en calidad de partes de aquello a lo que podemos llamar sistema del Estado. El sistema estatal está integrado por:
ESTADO 1) Los aparatos de gobierno: autoridades legislativas y ejecutivas electas en el nivel nacional;
2) los aparatos administrativos: burocracia, bancos centrales, etc.,
3) los aparatos coercitivos: agencias militar, paramilitar, policial y de inteligencia;
4) el aparato judicial; tribunales, profesión legal, cárceles y prisiones y otros componentes del sistema de justicia; El Estado posee la función de constituir el factor de cohesión de los niveles de una formación social. (p.43). Es la estructura donde se
5) los gobiernos sub-centrales, tales como provincias, municipios y distritos. condensan las contradicciones de los diversos niveles de una formación, (p.44)
En "Estado, poder y socialismo" dice que no puede hablarse de “poder estatal”, pues el Estado es una estructura y el poder concierne al
campo de la lucha de clases. El estado es un lugar y un centro de ejercicio de poder, pero sin tener poder propio.
En “Poder político y clases sociales” la autonomía relativa es definida a partir de la específica separación entre el nivel político y el
ESTDO Y La clase económicamente dominante no es inmediatamente reinante también en el terreno político: necesita estrategias para instrumentar económico propia del modo de producción capitalista. Así, el Estado es autónomo:
LUCHA DE el poder estatal de acuerdo a los intereses del poder de clase. Pero el poder estatal (por su autonomía relativa) nunca es totalmente 1- respecto al nivel económico, y
CLASES reductible al poder de clase. El Estado actúa autónomamente “en nombre” de la clase dominante, sin ser nunca su instrumento directo. 2- de las clases o fracciones dominantes.
El Estado
1- es el factor de unidad de los niveles de la formación capitalista y
2- organiza a largo plazo los intereses del “bloque en el poder”.
PUNTO DE Trata de dar cuenta de la naturaleza del poder estatal a partir de las estrategias de individuos o sectores de la clase económicamente Parte de la localización estructural del Estado en el modo de producción capitalista.
PARTIDA dominante, a través del manejo de aparatos del Estado o de presiones sobre el mismo.
Mérito: La contribución principal de sus textos más importantes, El Estado en la sociedad capitalista (1968) y Marxismo y Política (1977)
residió en la deslegitimación del sistema de poder capitalista y, sobre todo, en desafiar a quienes se proclaman a favor de un cambio del
MERITO sistema, a establecer los puntos estratégicos fundamentales para lograrlo. La accesibilidad de su escritura, la claridad de su prosa y el
juicioso estilo de argumentación, la abundancia de evidencia empírica y el uso ecléctico de las fuentes y conceptos son rasgos destacados
de sus trabajos.
Crítica Inconsecuencia teórica: no define intrínsecamente el carácter capitalista del Estado, sino extrínsecamente, a partir de la presión de Crítica 1; aunque más fundada teóricamente, su formulación no estuvo exenta de contradicciones lógicas.
CRITICAS
individuos de la clase dominante sobre el estado neutro.
Crítica Se limita a proporcionar un cuadro descriptivo de relaciones interpersonales con escaso poder explicativo. Crítica Indiferente a la historia y a la acción de los sujetos, convierte el carácter capitalista del Estado en un juicio apodíctico, lógicamente
necesario, dado el carácter previo del modo de producción capitalista
Crítica La sutil descripción histórica no se determinó en el plano de !a teoría Crítica Una teoría autosuficiente reduce la historia a la lógica de la maquinaria estructural
Crítica Define el Estado como factor de cohesión pero lo interpreta de 2 maneras distintas:
1- una condición suficiente de cohesión es la organización exitosa de un bloque de poder bajo la hegemonía deí capital monopolista.
Esto ignora los limitantes económicos fundamentales para el ejercicio efectivo del poder estatal e implica que el E es más bien un
Crítica Relaciona política y fuerzas económicas solo a través de las conexiones interpersonales y descuida su mutua presuposición e
instrumento de! bloque de poder que del solo sector monopolista.
interderdependencia a nivel institucional.
2- Posición reduccionista de que los efectos del poder estatal están necesariamente circunscritos por la dominación del capitalismo de
tal manera que a la larga esos efectos pueden corresponder solamente a los intereses de la clase dominante. Esta afirmación implica que
es irrelevante cuál clase controla el aparato estatal, puesto que debe mantenerse la cohesión en virtud de su función objetiva.
*Las investigaciones desde esta perspectiva fueron fecundas para conocer:
-la naturaleza de la clase que gobierna;
LEGADO *Aunque demostró una capacidad heurística más limitada, nutrió desarrollos teóricos ulteriores de gran relevancia.
-los mecanismos que ligan esta clase al Estado;
-las relaciones concretas entre las políticas estatales y los intereses de clase.
RESEÑA DEL DEBATE
1°: En 1969 Poulantzas reseña libro de Miliband en la New Left Review. Allí se destacan los núcleos epistemológicos de la crítica:
a) EMPIRISMO: acusa a Miliband de caer en el campo ideológico del enemigo, a quienes responde contraponiéndoles hechos, en lugar de romper el campo epistemológico mismo.
EMPIRISMO
“Los análisis de la epistemología moderna demuestran que nunca es posible oponerse simplemente con 'hechos concretos' a conceptos, sino que éstos deben combatirse con otros conceptos paralelos situados en una problemática diferente” (Poulantzas, p.76- Debates...)
b) SUBJETIVISMO: Para Poulantzas, las clases y Estado son estructuras objetivas ("soportes") y no relaciones interpersonales. Entiende que Miliband cae en una postura instrumentalista, al decir que el aparato de Estado sirve a los intereses de las clases dominantes por el
origen de clase común de las élites dominantes y las que manejan el aparato del Estado.
SUBJETIVISMO
Para Poulantzas, en cambio, se da una relación objetiva entre clase dominante y Estado.
(The Problem of the Capitalist State, Nicos Poulantzas, NLR í/58. November- December 1969, pp. 67-78)
2o: En 1970. Miliband responde a Miliband Poulantzas, también en la NLR.
En un tono todavía defensivo, Miliband reconoce el carácter inacabado de su problemática teórica sobre el Estado. Para Miliband, Poulantzas subestimó el grado en que él entiende que los sujetos están determinados por fuerzas estructurales del sistema. Crítica a Poulantzas por
"superdeterminísmo estruc¬tural". En el esquema de Poulantzas, según Miliband, el Estado no es "manipulado" por la clase dominante, sino que lo hace automáticamente. Enfrenta así el peligro ultraizquierdista de no diferenciar fascismo de socialdemocracia en el manejo estatal.
“(en Poulantzas)...las fuerzas estructurales del sistema son tan absolutamente determinantes que convierte a los que gobiernan ei Estado en meros funcionarios y ejecutores de la política que les impone 'el sistema'” ( p.99- Debates...)
(The Capitalist State-Reply to N. Poulantzas, Ralph Miliband. NLR I/59. January-February 1970, pp. 53-60)
3o: En 1973. Miliband reseña en la NLR la edición inglesa libro Poulantzas.
Critica el retoricismo de Poulantzas, por no hacer referencia a ningún Estado capitalista actual. Miliband insiste en la distinción entre poder de clase y poder de Estado. Acusa a Poulantzas de “abstraccionismo estructuralista” y de
"desviación instrumentalista", que lo conduce a afirmar que el Estado actúa no en beneficio de la clase dominante sino bajo sus órdenes. Porque si al hablar de poder de Estado debe hacerse referencia (como hace Poulantzas) al poder de las clases, ello implica privar al Estado de
cualquier tipo de autonomía y convertirlo en instrumento directo de la clase dominante. Dado que el Estado es capitalista por definición estructural, Poulantzas asume -como punto de partida estructural- lo que debe ser explicado acerca de las relaciones del Estado con las clases
en el modo de producción capitalista.
(Poulantzas and the Capitalist State, Ralph Miliband. NLR 1/82, November- December 1973, pp. 83-92)
POULANTZAS, N.: Poder Político y Clases Sociales en el Estado Capitalista, México, Siglo XXI, 1971, primera parte, capítulo 1 (pp.33-59) y cuarta
parte, cap. 4 y cap. 5 ((pp. 387-421).
1] En una formación capitalista puede establecerse la coexistencia característica, en el nivel de la dominación política, de varias clases y, sobre todo,
fracciones de clases constituidas en bloque en el poder. Eso se debe en primer lugar a las relaciones capitalistas de produc¬ción, por ejemplo a la
coexistencia particular, como cla¬ses dominantes de una formación capitalista, de los grandes terratenientes de renta territorial —al princi¬pio como clase
de nobleza terrateniente o fracción de la nobleza, después como fracción autónoma de la bur¬guesía— y de la burguesía, y a la fragmentación particu-lar de
la burguesía en fracciones comercial, industrial y financiera; eso se debe después al tipo de predominio del M.P.C. sobre los modos no-dominantes, y a la
pre-
sencia, que se sigue, de clases de éstos en el bloque en el poder; y se debe, finalmente, a las estructuras del Estado capitalista que hacen posible la
presencia en la escena política de varias clases y fracciones de clase, etc

el bloque en el poder constituye una unidad contradictoria de las clases o fracciones dominantes, unidad do¬minada por la clase o fracción hegemónica. La
Bloque en el unidad del bloque en el poder se constituye bajo la égida de la clase o fracción hegemónica que polariza política¬mente los intereses de las otras clases o
Poder fracciones que forman parte de él.
Unidad política del bloque en el poder bajo la égida
de la clase o fracción hegemónica significa, así, unidad del poder de Estado, en su correspondencia con los intereses específicos de esa clase o fracción.
Ésta se refiere, entre otras cosas, al juego interno de las instituciones del Estado capitalista, a su unidad propia y su autono¬mía relativa consideradas aquí
desde el punto de vista de la función del Estado respecto del bloque en el po¬der. Porque, por otro lado, esa relación particular del Estado y de la clase o
fracción hegemónica no nace de ningún modo de una dependencia directa de la "máquina” estatal respecto de dicha clase o fracción: antes al contrario, va
a la par con su autonomía rela¬tiva respecto de ésta, y, además, respecto del bloque en el poder en su conjunto.

su incapacidad característica para erigirse en unidad política bajo la égida de la clase o fracción hegemónica. Dicho de otro modo, com¬probamos una
incapacidad de la clase burguesa o de las fracciones de esa clase para erigirse en el nivel hegemónico, por sus propios partidos en la escena política;
incapacidad de transformar, por sus propios medios de organización, su interés específico en interés político, que polarizaría los intereses de las otras
clases y fracciones del bloque en el poder: no pueden, pues, constituir la unidad de las clases y fracciones del bloque. Esto se debe, principalmente, al
fraccionamiento profundo, ya a partir de las relaciones mismas de producción, de la clase burguesa en fracciones antagónicas de clase
Inestabilidad de dominación en el nivel politico debido a contradicciones.
son precisamente las relaciones contradictorias de las fuerzas sociales de la clase burgue-sa, constitutivamente fraccionada en fracciones de
clase las que revelan las tendencias cesaristas inmanentes al tipo capitalista de Estado, o sea el bonapartismo como religión de la burguesía.
Éste constituye, en realidad, el factor de unidad política del bloque en el poder bajo la égida de la clase o fracción hegemónica. Dicho de otro modo,
constituye el factor de organización hegemónica de esa clase o fracción de suerte que sus intereses específicos puedan polarizar los de las otras clases y
Estado fracciones del bloque en el poder
Factor de unidad del bloque en el poder
Así vemos aparecer más claramente el papel esencial del Estado, como factor de unidad política del bloque en el poder bajo la égida de la clase o fracción
hegemónica —por lo tanto su papel respecto de las clases y fracciones no hegemónicas del bloque en el poder— y como factor de organización de los
Rol del Estado intereses de la clase o fracción hegemónica —por lo tanto su papel específico respecto de ésta.4
Estado presenta una unidad propia conjugada con su autonomía relativa, no porque constituya el instrumento de una clase ya políticamente unificada, sino
en cuanto constituye precisamente el fac¬tor de unidad del bloque en el poder. No se trata, pues, de fuerzas sociales que se repartan el poder
institucio¬nalizado: se trata indudablemente de varias clases y fracciones presentes en el terreno de la dominación po¬lítica, que no pueden, sin embargo,
asegurar esa domi-nación sino en la medida en que están políticamente unificadas. El Estado saca su unidad propia de esa pluralidad de clases y
fracciones dominantes, en la me¬dida en que su relación, no pudiendo funcionar a la manera de reparto del poder, necesita el Estado como factor
organizador de su unidad propiamente política. Esa unidad, realizada bajo la égida de la clase o frac¬ción hegemónica, corresponde así a la unidad de!
Estado como factor de organización de esa clase o fracción. En este sentido, la unidad del poder del Estado reside, en último análisis, en su relación
particular con la clase o fracción hegemónica, en el hecho de la correspondencia unívoca del Estado con los intereses específicos de esa clase o fracción.

el Estado capitalista, aunque representa los intereses del bloque en el poder en su conjunto, funcionó siempre en una relación específica con la clase o
fracción hegemónica de ese bloque, estuvo siempre al servicio de los intereses específicos de esa dase o fracción. Lo que no impedía, antes al contrario, la
dominación política de las otras clases y fracciones del bloque en el poder. Por otro lado, la relación actual del Estado y de la fracción monopo¬lista
hegemónica no impide de ningún modo que otras fracciones de la burguesía pertenezcan al bloque en el poder: no puedo aquí entrar en ese problema cuya
dis¬cusión nos llevaría muy lejos. Me limito a indicar que el desarrollo del imperialismo, al dar nacimiento a nue¬vas fisiones y a desplazamientos de las
contradicciones —burguesía imperialista y compradora,* burguesía na¬cional, burguesía inedia—, no abolió las coordenadas fundamentales del bloque en
el poder (en contra de una opinión que situaría la línea de demarcación actual de dominación política entre un puñado de viles monopolizadores de un lado
y el resto de la nación del otro).
Esa función del Estado capitalista determina además su autonomía relativa respecto del bloque en el poder y respecto de la clase o fracción hegemónica,
autonomía que puede revestir varias formas concretas. El Estado puede, por ejemplo, presentarse como el garante político de los intereses de las diversas
Autonomia clases y fraccio¬nes del bloque en el poder, frente a los intereses de la clase o fracción hegemónica, y hacer a veces actuar a esas clases y fracciones
Reativa del contra esta última: esto, sin embargo, en su función de organizador político de ésta, a la que hace admitir los sacrificios necesarios para su hegemonía.
Estado, critica al Decir, pues, según la frase del Manifiesto comunista, que el Estado es el comité de gestión de los negocios comunes de la burguesía en su conjunto, es a la
Manifiesto, Estado vez exacto e insuficiente: insuficiente si eso nos hace perder de vista el papel complejo del Estado respecto del bloque en el poder, y su relación particular
complejo con la clase o fracción hegemónica
a pesar d declaración de separación de los poderes, más particularnente del poder legislativo —parlamento— y del poder ejecutivo, puede comprobarse que
el Estado capitalista funciona como unidad centralizada, organiza partiendo del predominio de uno de esos poderes sobre los otros. En realidad, esta
distinción entre lo legislativo y lo ejecutivo no es una simple distinción jurídica formal, sino que corresponde a la vez a relaciones precisas las fuerzas
políticas y a diferencias reales en el funcionamiento de las instituciones del Estado, lo que sin embargo, importa por el momento es retener que, al contrario
de una concepción de reparto, multicentrista equilibrado, del poder interno del Estado, siempre se puede descifrar el predominio característico de uno de
esos poderes, del que constituye la instancia principal de la unidad de Estado. Esa instancia —por regla ge¬neral el ejecutivo o el legislativo— constituye así
Critica a la el punto nodal en que se concentra, dentro de la orga¬nización compleja del Estado, el poder institucionalizado unitario, y refleja el índice de las relaciones
Divisiom de internas de subordinación por delegación de poder, de los diversos poderes del Estado, en el “poder” predominante, que constituye el principio de unidad del
Poderes poder del Estado.
La unidad del Estado capitalista se debe a la vez a que representa la unidad política del pueblo-nación y a que constituye la unidad política del bloque en el
poder bajo la égida de la clase o fracción hegemónica. La instancia principal de la unidad interna de ese Estado constituye el lugar donde se concentra la
relación de los principios de unidad del Estado, el lugar donde se expresa la legitimidad del poder político institucionalizado.
En la relación del Estado y de las relaciones sociales económicas “aisladas”, relación a la cual se reduce, fi-nalmente, en las instituciones del Estado, la
relación del Estado y de las clases dominadas, esa instancia constituye el lugar donde se refleja la soberanía popular.
UNIDAD DEL En la relación del Estado y de las clases y fracciones dominantes, esa instancia designa el lugar en que se constituye, en el interior del Estado como factor
ESTADO de uni-dad del bloque en el poder bajo la égida de la clase o fracción hegemónica, esta clase o fracción en cuanto hegemónica
Pero nosotros comprobamos, en efecto, que ese lugar, por regla general, sigue siendo el mismo, y esto en la medida exacta en que, en ese lugar
institucional y por mediación del Estado, esa clase o fracción llega a cons-tituirse como representativa de un interés general del pueblo, como materializando
en ella la soberanía popu¬lar, y consigue erigir sus intereses específicos en intereses del bloque en el poder, realizar bajo égida la unidad del bloque. En
resumen, esa instancia de la unidad interna del Estado capitalista concreta la relación de los dos prin-cipios de unidad del poder institucionalizado. Es el
lugar en que se constituye, por medio del Estado, la organiza-ción política de la clase o fracción hegemónica respecto de la “sociedad” y respecto del bloque
en el poder.

CAPITULO 5
1. La distinción legislativo-ejecutivo, fuera de su sig¬nificación política en las relaciones de poder de clase, y si se deja a un lado su expresión constitucional-
jurídica, con la mayor frecuencia de factura ideológica, incluye varios factores heterogéneos. En primer lugar factores de orden técnico concernientes al
funcionamiento del Es¬tado, en la medida en que el ejecutivo, en el sentido amplio de la expresión, recubre más particularmente lo que se ha dado en
llamar aparato de Estado: burocracia, administración, policía, ejército. Su funcionamiento, en el interior del Estado capitalista, no puede ser reabsor¬bido en
las funciones propias de las asambleas directa¬mente elegibles, representativas en sentido estricto. Des-pués, es indudable que esa distinción, y el
predominio de uno de los poderes sobre el otro, incluye también formas diferenciales de articulación, y aun de interven¬ción y de no-intervención, de lo
económico y de lo po¬lítico: por ejemplo, un predominio del ejecutivo significa con frecuencia una intervención específica de lo político en lo económico.1
2. La distinción de las formas de Estado se refiere, como se recordará, a variaciones de la articulación de lo económico y de lo político en los límites
marcados por el predominio del M.P.C. en la periodización en estadios de una formación capitalista: concierne a toda una serie de transformaciones de las
funciones del Estado, de desplazamiento de predominio entre esas funciones, de diferenciaciones de las formas de intervención de lo político en lo
económico y de lo económico en lo polí¬tico. Sin embargo, se había comprobado que esas va¬riaciones, concernientes a las formas de Estado, si
recu¬bren las formas diferenciales de intervención y de no-intcrvención de lo económico y de lo político en las estructuras, no son directamente
determinadas por ellas. Dicho de otra manera, no se reflejan en formas diferen¬ciales de Estado más que concentrándose en las relacio¬nes del Estado y
del campo de la lucha de clases: a saber, precisamente en las relaciones del Estado y del aislamiento de las relaciones sociales económicas, por una parte,
en las relaciones del Estado y del bloque en el poder en el marco de la lucha política de clases, por otra parte, y según la forma en que se conjuguen esas
dos relaciones.

la correlación de las formas de Estado y de la relación eje-cutivo-legislativo está ella misma sobredeterminada. La pertinencia del criterio de las relaciones
ejecutivo-legis-lativo se funda en que concentra la relación del Estado con la lucha económica y la lucha política de clases. Es eso, por otra parte, lo que
puede hacernos com¬prender por qué y cómo las formas diferenciales de articulación de lo económico y de lo político, características de las formas de
Estado, se reflejan pertinente¬mente en la relación del legislativo y del ejecutivo.
A. En la relación del Estado y del aislamiento de la lu¬cha económica de clases, a que se reduce finalmente la relación del Estado y de las clases
dominadas, tal como está presente en sus mismas instituciones, esta distinción parece pertinente, por cuanto corresponde a diferencia- dores de las formas
de legitimidad del Estado capitalista: 5 por lo tanto, a diferenciaciones de los proceso! ideológicos complejos por los cuales ese Estado se da por
representativo de la unidad del pueblo-nación, y por los cuales actúa como factor de desorganización polí¬tica de las clases dominadas. Esto es la
consecuencia de que el aislamiento mismo de las relaciones sociales, económicas, cuya unidad se considera el Estado, no es más que el efecto de lo
jurídico-político y de lo ideo¬lógico. En efecto, ya sea en lo legislativo o en lo ejecuti¬vo donde se refleje la clase o fracción hegemónica, ese lugar, en
cuanto instancia predominante del Estado, debe, en principio, concentrar igualmente la relación del Estado con la lucha económica de clases. Sin embargo,
las formas por las cuales el ejecutivo o el legislativo consideran la unidad del pueblo-nación, son diferentes El predominio característico del legislativo o del
ejecutivo especifica así las formas de Estado, en la relación listado-aislamiento de las relaciones sociales económicas, por cuanto corresponde a
diferenciaciones de la legiti¬midad burguesa. Las transformaciones de articulación, de intervención y de no-intervención específicas de lo económico y de lo
político, que caracterizan los estadios de una formación capitalista, se reflejan en el Estado por diferenciaciones de legitimidad.

ESTADO PODER Y SOCIALISMO, INTRODUCCION


SOBRE LA TEORIA DEL ESTADO http://www.estudiantesuba.com/ciencia-politica/sociologia-politica/1302-estado-poder-y-socialismo-poulantzas.html
el Estado presenta, desde luego, una armazón material pro¬pia, que no puede reducirse, en asoluto, a la sola dominación política. El aparato del Estado es
algo especial, y por tanto temible, que no se agota en el poder del Estado. Pero la dominación política está, a su vez, inscrita en la materiali-
dad institucional del Estado. Si el Estado no es producido de arriba abajo por las clases dominantes, tampoco es sim¬plemente acaparado por ellas: el
poder del Estado (el de la burguesía en el caso del Estado capitalista) está trazado en esa materialidad. No todas las acciones del Estado se redu¬cen a la
El poder del dominación política, pero todas están constitutiva¬mente marcadas por esa dominación.
Estado
Separacion
No se trata, sin embargo, de recaer en el positivismo y el empirismo, construyendo el objeto teórico del Estado ca¬pitalista a la manera de un modelo o tipo
ideal, es decir, por inducción-adición comparativa de los rasgos propios de los diversos Estados capitalistas concretos. Lo cual quiere decir, simplemente,
que aun manteniendo la distinción entre modo de producción (objeto abstracto-formal en sus determinaciones económicas, ideológicas y políticas) y
formaciones sociales concretas (articulaciones, en un momento his¬tórico dado, de varios modos de producción), no hay que considerar estas formaciones
sociales como simples apilamientos-concretizaciones espacializados de modos de producción reproducidos en abstrácto, ni considerar, por tanto, un Estado
concreto como simple realización del Estado del modo de reproducción capitalista. Las formaciones sociales son terrenos efectivos de Existencia y
reproducción de los modos de producción, y por consiguiente del Estado en sus diversas formas, formas de no pueden ser simplemente deducidas del tipo
Teoria del Estado capitalista de Estado, el cual designa un objeto abstracto-formal. Situar al Estado capitalista en primerísimo lugar con respecto a las relaciones de
Capitalista en producción no significa construir a partir de ahí el objeto teórico de ese Estado. Objeto tipo que, a continuación, sería singularizado
relacion a las o concretado de tal o cual manera según la lucha de clases en tal o cual formación social. Una teoría del Estado capi¬talista no puede ser elaborada más
luchas politicas que relacionando este Estado con la historia de las luchas políticas, bajo el capitalismo.
Separación si son las relaciones de producción (tales o cuales) las que configuran el campo del Estado, éste tiene sin em¬bargo un papel propio en la constitución
relativa del Estado misma de esas re¬laciones. La relación del Estado con las relaciones de pro¬ducción es una primera relación del Estado con las clases sociales y la lucha
y las relaciones de de clases. En lo concerniente al Estado capitalista, su separación relativa de las relaciones de pro¬ducción, instaurada por éstas, es el fundamento de su
producción arma¬zón organizativa y configura ya su relación con las clases sociales y la lucha de clases bajo el capitalismo.
El proceso de producción está fundamentado, en efecto, en la unidad del proceso de trabajo y de las relaciones de producción (consistentes a su vez en una
doble relación: la de propiedad económica y la de posesión). Esta unidad se realiza mediante la primacía de las relaciones de producción sobre el proceso
de trabajo, a menudo designado como «fuer¬zas productivas», incluyendo la tecnología y el proceso téc¬nico. Contrariamente al economicismo tradicional
que con¬duce directamente al tecnicismo y no. ve, finalmente, en las relaciones de producción más que la simple cristalización- envoltura-reflejo de un
Proceso de proceso tecnológico de las fuerzas productivas como tales (importando así, al seno mismo del proceso de producción, la concepción que tiene de las
producción: rela¬ciones entre base y superestructura-reflejo), es la primacía de las relaciones de producción sobre las fuerzas producti¬vas la que confiere a la
Unidad del articulación entre ambas la forma de un proceso de producción y reproducción. Si las fuerzas productivas poseen una materialidad propia que no puede
proceso de ignorarse, no obstante se organizan siempre bajo unas rela¬ciones de producción dadas (lo cual no excluye, por tanto, ni las contradicciones entre ellas, ni
trabajo y su desarrollo desigual en el seno del proceso que es efecto de esa primacía). No es el paso del molino de viento al molino de vapor lo que explica el paso
relaciones de del feudalismo al capitalismo: toda la obra de Marx lo demuestra pesé a las indudables ambigüedades que com¬porta, debidas a la influencia de la ideología
producción del progreso técnico de la filosofía de las Luces, incluso en los textos de su madurez.
De esa primacía deriva la presencia de las relaciones po-líticas (e ideológicas) en el seno de las relaciones de pro¬ducción. Las relaciones de producción y
las relaciones que las componen (propiedad económica/posesión) se traducen en forma de poderes de clase: estos poderes están orgánica¬mente
Poder de clase y articulados a las relaciones políticas e ideológicas que los consagran y legitiman.
Ellas mismas están presentes, bajo la forma específica de cada modo de producción, en la constitución de las relaciones de producción. Las relaciones
políticas (e ideológicas) no se limitan, por tanto, a intervenir simplemente en la reproducción de las relaciones de pro¬ducción, según una acepción actual y
corriente del término de reproducción, en la que la reproducción oculta la constitución de las relaciones de producción, introduciendo por la puerta trasera
las relaciones político-ideológicas y mante¬niendo al mismo tiempo a las relaciones de producción su pureza original de autoengendramiento. Las
relaciones polí-tico-ideológicas desempeñan un papel esencial en la reproducción de las relaciones de producción, justamente porque están presentes
desde el primer momento en la constitución de estas últimas. Y por eso el proceso de producción y de explotación es, al mismo tiempo, proceso de
relaciones reproducción de las relaciones de dominación/subordinación política e ideológica. De este dato fundamental deriva la presencia, específica para cada modo
politico- de producción, del Estado, que concentra, condensa, materializa y encarna las relaciones político-ideológicas en las relaciones de producción y en su
ideologicas reproducción.
Esos espacios de clase, que se traducen en poderes, con-sisten, ya en el seno de las relaciones de producción, en prácticas y luchas de clases. Las
relaciones y la división so¬cial del trabajo, lo mismo que no constituyen una estructura económica exterior (previa) a las clases sociales, no perte¬necen a
un campo exterior al poder y a las luchas, No exis¬ten clases sociales previas a su oposición, es decir, a sus luchas. Las clases sociales no existen «en sí»
en las relacio¬nes de producción, para entrar en lucha (clases «para sí») sólo después o en otra parte, Situar el Estado en su vincu¬lación con las
Lucha de clases relaciones de producción es configurar los primeros contornos de su presencia en la lucha de clases.
LOS APARATOS IDEOLOGICOS: ¿EL ESTADO = REPRESION + IDEOLOGIA?
Si el Estado tiene un papel constitutivo en las relaciones de producción y en la delimitación-reproducción de las clases sociales, es porque no se limita al
ejercicio de la represión física organizada. El Estado tiene igualmente un papel pro¬pio en la organización de las relaciones ideológicas y de la ideología
dominante.
el papel eminentemente positivo del Estado no se limita tam¬poco al binomio represión + ideología.
El Estado no puede consa¬grar y reproducir la dominación política exclusivamente por medio de la represión, de la fuerza o de la violencia «des¬nuda». Ha
Ideologia de clase de recurrir a la ideología, que legitima la violen¬cia y contribuye a organizar un consenso de ciertas clases y fracciones dominadas respecto al poder
(ideologia político. La ideolo¬gía no es algo neutro en la sociedad: sólo hay ideología de clase. La ideología dominante, en particular, consiste en un poder esencial de
dominante) la clase dominante.
la ideología dominante se encarna en los aparatos del Estado que desempeñan el papel de elaborar, inculcar y reproducir esa ideología, lo cual tiene su
importancia en la constitución y reproducción de la división social del trabajo, de las clases sociales y de la dominación de clase. Este es,
por excelencia, el papel de ciertos aparatos que pertenecen a la esfera del Estado y han sido designados como aparatos ideológicos del Estado, lo mismo si
pertenecen al Estado que si conservan un carácter jurídico «privado»: la Iglesia (aparato religioso), el aparato escolar, el aparato oficial de información
('radio, televisión), el aparato cultural, etc. Y está claro que la ideología dominante interviene en la orga¬nización de los aparatos en quienes recae
principalmente el ejercicio de la violencia física legítima (ejército, policía, jus¬ticia-prisiones, administración).
AIE
la distinción entre aparatos represivos y aparatos ideológicos tiene límites muy netos: antes de abor¬darla mencionaré el papel represivo del Estado, el cual
pa¬rece a veces tan natural que casi no se habla de éí. Insistir en el papel del Estado en las relaciones ideológicas no debe¬ría conducir, como a menudo
Papel represivo sucede , a subestimar su papel represivo.
Represión Por represión debe entenderse, ante todo, la violencia física organizada, en el sentido más material del término: violencia sobre los cuerpos.
Uno de los aspectos esenciales del poder, la condición de su instauración y mantenimiento, es siempre la coerción de los cuerpos, pero también la amenaza
sobre los cuerpos, la amenaza mortífera. Cierto, el cuerpo no es una simple naturalidad biológica sino una institución política: las relaciones del Estado-
poder con el cuer¬po son mucho más complicadas y extensas que las de la represión. Ello no impide que el anclaje del Estado también sea siempre su
acción coercitiva sobre los cuerpos por medios físicos, la manipulación y la devoración de los cuerpos. Y esto en un doble aspecto: mediante instituciones
que actualizan la coerción corporal y la permanente amenaza de mutilación (prisión, ejército, policía, etc.); y mediante la ins-tauración, por todo el Estado, de
un orden corporal, que instituye y administra, a la vez, los cuerpos, conformándo¬los, moldeándolos y aprisionándolos en instituciones y apa¬ratos. El
Estado es coextensible, en su materialidad, de hu¬millar, meter en cintura y consumir el cuerpo de los suje¬tos; en una palabra, de encarnarse en la
corporeidad de los sujetos-objetos de la violencia del Estado. Si bien no puede hablarse de una mortificación corporal por el Estado, que remitiría a la
imagen de un cuerpo primero, naturalmente libre, y desviado a continuación por la política —cuando en realidad no hay más cuerpo que el político—, queda
en pie, no obstante, que en este orden corporal se trata siempre de amaestrar y regimentar efectivamente los cuerpos, operando mediante dispositivos
Estado y los físicos apropiados. El Estado capita¬lista presenta aquí particularidades indudables, como vere¬mos al examinar el papel de la ley, en cuya ocasión trataré
cuerpos más a fondo la cuestión de la represión.

Es evidente que con semejante concepción del Estado no es posible comprender nada de su acción específica en la constitución de las relaciones de
producción, como la que tiene lugar ya en el caso de la transición del feudalismo al capitalismo y en el estadio competitivo, llamado liberal, del capitalismo.
Pero esto es válido, aún más y muy especial¬mente, para el Estado actual, que interviene en las entrañas mismas de la reproducción del capital. En suma,
el Estado actúa también de manera positiva, crea, transforma, produce realidades. Apenas es posible captar las actuales acciones económicas del Estado
Función positiva —salvo que se juégue con las pala¬bras— bajo la modalidad exhaustiva de la represión o de la inculcación ideológica, sin desconocer que estos aspectos
del Estado existen, indudablemente, en la materialidad de las actuales funciones del Estado.
Concepción la formulación del espacio estatal en tér¬minos de aparatos represivos y aparatos ideológicos sólo puede aceptarse a título puramente descriptivo y
restrictiva de los teniendo en cuenta las reservas que hemos hecho. Tiene el mérito de ampliar la esfera estatal incluyendo una serie de aparatos de hegemonía, a menudo
AIE «privados», y de subrayar la acción ideológica del Estado, pero no deja de implicar una concep¬ción del Estado y de su acción que sigue siendo restrictiva.

HACIA UN SOCIALISMO DEMOCRATICO


transición hacia un socia¬lismo democrático
relación entre socialismo y democracia en la cuestión de las transformaciones del Estado.
Socialismo y
demoracia
a) Socialismo y democracia, vía democrática al socialismo: esta cuestión se plantea hoy a partir de dos experiencias históricas que funcionan de algún modo
Socialdemocracia como barreras, como ejemplo de dos escollos a evitar: el ejemplo socialdemócrata tradicional, tal como se ve en numerosos países europeos, y el ejemplo
b) Socialismo real de los países del Este, llamados de «socialismo real».
Antidemocraticos presentan una connivencia de fondo: el estatis¬mo y la desconfianza profunda ante las iniciativas de las masas populares; en suma, la suspicacia ante las
en comun exigencias democráticas.
Falsa dicotomia Estatismo y autogestión
Lenin y la dualidad de poderes
Los análisis y la práctica de Lenin tienen una línea principal: el Estado debe ser destruido en bloque mediante una lucha frontal en una situación de do¬ble
Transición al poder y ser reemplazado-sustituido por el segundo po¬der, los soviets, poder que no sería ya un Estado en sentido propio, pues sería ya un Estado en vías
socialismo de extinción.
¿Cuál es el sentido leninista de esta destrucción del Estado bur-gués? Las instituciones de la democracia representativa y las libertades políticas son a
menudo reducidas por Lenin (esto no sucedió nunca con Marx) a una pura y simple emanación de la burguesía: democracia representativa = de¬mocracia
burguesa = dictadura de la burguesía. Deben, pues, ser totalmente extirpadas y reemplazadas por la sola democracia directa de base, de mandato
imperativo y revocable; en resumen, por la verdadera democracia proletaria (los soviets).

Defensa de Lenin la línea principal de Lenin no fue originariamente un socialismo autoritario cualquiera. Si digo esto, no es para asumir la defensa de Lenin, sino para indicar
contra la tesis del el simplismo de un concepto que oculta el verdadero problema y que ve en lo que pasó en la Rusia soviética el resultado de un leninismo centralizador que,
huevo de la como tal, impidió el desarrollo de la democracia directa de base, de un leninismo que llevaba consigo el aplastamiento de la sublevación de los marinos de
serpiente Kronstadt
Linea leninista de la línea principal de Lenin fue originariamente, frente a la corriente socialdemócrata, a su parlamentarismo y a su pánico al consejismo, la de una sustitución
democracia radical de la llamada democracia formal por la llamada democracia real, de la democracia representativa por la democracia directa llamada consejista (en la
directa época no se empleaba todavía el término autogestión).
Lenin centralista y
estatizador
derivado de la Lo que me lleva a plantear la ver¬dadera cuestión: ¿no fue más bien esta misma situación, esta misma línea (sustitución radical de la democracia
linea re¬presentativa por la democracia directa de base) la que cons¬tituyó el factor principal de lo que sucedió en la Unión So¬viética, ya en vida de Lenin, y la
autogestionaria que dio lugar al Lenin centralizador y estatista cuya posteridad conocemos?
lo que Rosa reprocha a Lenin no es su negligencia o su desprecio por la democracia directa de base, es exactamente lo contrario: a saber, que se apoye
exclusivamente en esta última (exclusivamente, pues según Rosa la demo¬cracia consejista sigue siendo esencial), eliminando purá y simplemente la
democracia representativa, especialmente en el momento de la disolución de la Asamblea Constituyente, elegida bajo el gobierno bochevique, en beneficio
Rosa Luxemburgo exclusivo de los soviets. Hace falta volver a leer La Revolución rusa, de la cual no cito más que un pasaje: «Al negar a los cuerpos representativos surgidos
y sus criticas a la de las elecciones populares generales, Lenin y Trotski han instalado los soviets como única representación auténtica de las masas trabajadoras. Pero con la
exclisividad de los represión de la vida política en todo el país, la vida de los propios soviets no podrá escapar a una parálisis extendida. Sin elecciones generales, libertad de
Soviets prensa y de reunión ilimitada, libre confrontación de las diversas opiniones, la vida se apaga en toda institución política y sólo triunfa la burocracia.»
Otras críticas a No es sin duda la única cuestión concerniente a Lenin: la concepción del Partido en ¿Qué hacer?, la de la teoría aportada desde el «exterior» a la clase
Lenin obrera por los revolucionarios profesionales, etc, desempeñan un papel importante en lo que ocurrió después.
Desarrollo
historico de la
situación que lo que siguió, ya en vida de Lenin, pero sobre todo después (Partido único, burocratización del Partido, confusión entre Partido y Estado, estatismo, fin de
criticaba Rosa los mismos soviets, etc.), estaba ya desde ese momento inscrito en esta situación que criticaba Rosa Luxemburgo.
III Internaciona y Idéntica postura ante la democracia representativa, a la cual se añaden, ahora, el estatismo y el desprecio por la democracia directa de base; en resumen,
Estalisnismo la tergiversación del sentido de toda la problemática consejista. Modelo enteramente influenciado por la concepción instrumentalista del Estado.
El Estado capitalista ha sido siempre considerado como un simple objeto o instrumento, manipulado a voluntad por la burguesía, de la que es emanación:
INSTRUMENTALIS no se supone que esté desgarrado por contradicciones internas. Las luchas de las masas populares, que no pueden ser, en su oposición a la burguesía,
MO, Dualidad de uno de los factores de constitución de este Estado (en este caso, de las instituciones de la democracia representativa), no pueden tampoco desgarrar al
poderes y Estado, que es considerado como bloque monolítico sin fisuras. Las contradicciones de clase estarían situadas entre el Estado y las masas populares
transición al exteriores al Estado. Y esto hasta el momento de una crisis de doble poder, hasta el momento en que este Estado es desmantelado de hecho debido a la
socialismo centralización a nivel nacional de unos poderes paralelos, que se convierten en el poder real (los soviets).
a) La lucha de las masas populares por el poder de Estado no puede ser, en lo esencial, más que una lucha frontal, de movimientos o de cerco, pero
exterior al Estado-fortaleza, que apunta principalmente a la creación de la situación de doble poder.
b) Si es esquemático identificar esta concepción con una estrategia de asalto del tipo del gran día, es decir, centrada en un momento álgido
(insurrección, huelga general política, etc.), no es menos evidente que falta aquí la visión estratégica de un proceso de transición al socialismo, es decir, de
una larga marcha en la que las masas actúen para conquistar el poder y transformar los aparatos del Estado. Esto sólo puede tener lugar en la situación de
doble poder, situación de equilibrio de fuerzas muy precario (Estado-bur- guesía/soviets-clase obrera) que/ por definición, no puede durar. La misma
«situación revolucionaria» es reducida a una crisis de Estado que no puede ser más que una crisis de hundimiento del Estado.
c) Este Estado es supuestamente detentador del propio poder, un poder-sustancia cuantificable que hay que arrebatarle. «Tomar» el poder de Estado
significa ocupar, en el lapso de tiempo del doble poder, las piezas del Estado-instrumento, controlar las cimas de los aparatos, estar en los puestos de
mando de la maquinaria estatal y manipular los engranajes esenciales de sus dispositivos, con vistas a su sustitución por el segundo poder-soviets. Una
ciudadela sólo puede ser conquistada si se toman las trincheras, fortificaciones y casamatas de su osamenta instrumental, aprovechando una situación
(doble poder) que la desmantele en provecho de otra cosa (soviets): se supone que esta otra cosa (el segundo poder) se sitúa en un lugar radicalmente
fuera del Estado, más acá de este, campo atrincherado. Lo que caracteriza siempre a esta con¬cepción es el escepticismo permanente en cuanto a las
posibilidades de intervención de las masas populares en el seno mismo del Estado.
d) ¿Qué forma toma, en este contexto, el problema de la transformación del aparato de Estado en una transición al socialismo? Hay que tomar primero
el poder de Estado y, una vez realizada la toma de la fortaleza, arrasar en bloque el conjunto del aparato de Estado, sustituyéndolo por el segundo poder
(soviets) constituido en Estado de nuevo tipo.
Si encontramos constantemente la desconfianza funda¬mental con respecto a las instituciones de la democracia re¬presentativa y de las libertades políticas
(creaciones-instru¬mento de la burguesía), la misma concepción de los soviets sufre entre tanto ciertas modificaciones. Los soviets que deben sustituir en
bloque al Estado burgués no son ya la democracia directa de base que sustituye a la democracia. No es ya el anti-Estado, sino el Estado paralelo calcado
del modelo instrumental del Estado existente, un Estado pro¬letario en cuanto sería controlado-ocupado desde arriba por el partido revolucionario «único»,
partido que funciona a su vez de acuerdo con el modelo del Estado. La desconfianza con respecto a las posibilidades de intervención de las ma¬sas
populares en el seno del Estado burgués se ha conver¬tido en simple desconfianza con respecto al movimiento popular de base. Esto se llama reforzar el
Estatismo Estado soviético
estalinista a fin de poder extinguirlo
. Esta también se caracteriza por la desconfianza fun¬damental hacia la democracia directa de base y las iniciati¬vas populares. Para ésta también la
relación de las masas populares con el Estado es una relación de exterioridad, puesto que el Estado posee! poder y constituye una esencia. Es el Estado-
sujeto, poseedor de una racionalidad intrínseca, encarnada por las entes políticas exclusivamente y por los mecanismos de la democracia representativa.
Este Estado se ocupa sustituyendo sus cimas por una élite ilustrada de izquierdas y aplicando como máximo algunos correctivos al funcionamiento de las
Estatismo instituciones, y dando por supuesto que este Estado aportará así a las masas populares el so-cialismo desde arriba: es el estatismo tecnoburocrático de los
socialdemocrata expertos.
DILEMA y TESIS El dilema del cual hay que salir es, en el fondo, el siguiente: o bien mantener en condiciones el Estado existente, atenerse exclusivamente a la democracia
sobre representativa en la que se hacen modificaciones secundarias, lo que lleva al estatismo socialdemócrata y al llamado parlamentarismo liberal, o bien
Socialdemocracia atenerse exclusivamente a la democracia directa de base, o movimiento autogestionario, lo que conduce ineludiblemente, en un plazo más o menos largo, a
y Estalinismo un despotismo estatista o a una dictadura de los expertos.
PROBLEMA DEL Cómo emprender una transformación radical del Estado articulando la ampliación y la profundización de las instituciones de la democracia representativa y
SOCIALISMO de las libertades (que fueron también una conquista de las masas populares) con el despliegue de las formas de democracia directa de base y el enjambre
DEMOCRATICO de los jocos autogestionarios: aquí está el problema esencial de una vía democrática al socialismo y de un socialismo democrático.
la dictadura del proletariado fue, para Marx, una noción estratégica en estado práctico, que funcionaba todo lo más como panel indicador. Remitía a la
naturaleza de clase del Estado, a la necesidad de su trans¬formación para la transición al socialismo y al proceso de extinción del Estado. Si aquello a lo
Abandono de la que remitía sigue sien¬do real, esta noción ha tenido después una función histó¬rica precisa: la de ocultar el problema fundamental, precisa¬mente el de la
noción de articulación de una democracia representativa transformada con la democracia directa de base. Son éstas las verdaderas razones que justifican, en mi
Dictadura del opinión, su abandono, y no sólo porque esta noción ha terminado por identificarse con el totalitarismo estalinista. Incluso cuando ha sido interpretada de
proletariado formas diferentes, ha mantenido siempre la función histórica en cuestión (ej Lenin y Gramsci)
este problema concierne a toda transición al socialismo, incluso si esta' transición se presenta en forma considerablemente diferente según los diversos
Problema de la países. Ahora lo sabemos: no puede haber, según los diversos países, una veces un socialismo democrático y otras otro cualquiera. Cierto es que las
transición al situaciones concretas son diferentes y no hay duda de que las estrategias deben estar adaptadas a las particularidades de los diversos paí¬ses, pero no
socialismo puede haber más socialismo que el democrático.
En cuanto a este socialismo, en cuanto a la vía democrá¬tica al socialismo, la situación actual en Europa presenta ciertas particularidades: atañen a la vez a
las nuevas rela¬ciones sociales, a la forma de Estado que se instaure, a la particularidad de la crisis del Estado. Estas particularidades constituyen, para
Via democratica al ciertos países europeos, otras tantas opor¬tunidades y posibilidades, probablemente por primera vez en la historia mundial, de lograr la experiencia de un
socialismo socia¬lismo democrático, de una articulación lograda entre una democracia representativa transformada y la democracia di¬recta de base. Lo que implica
Opuesta al doble una nueva estrategia en cuan¬to a la toma de poder de Estado por las masas populares y sus organizaciones, y en cuanto a las transformaciones del
poder Estado: esto es lo que se designa con el término de vía de¬mocrática al socialismo.
La vía de¬mocrática al socialismo es un largo proceso en el cual la lucha de las masas populares no apunta a la creación de un doble poder efectivo,
paralelo y exterior al Estado, sino que se aplica a las contradicciones internas del Estado. La toma de poder sigue suponiendo ciertamente una crisis del
Estado (la que existe actualmente en ciertos países europeos), pero esta crisis, que acentúa precisamente las contradicciones internas del Estado, no se
reduce a una crisis de derrum¬bamiento del Estado. Tomar o conquistar el poder del Es¬tado no puede significar una simple apropiación de las pie¬zas de
VDS y transición la maquinaria estatal, con vistas a su sustitución en provecho del segundo poder.
El poder consiste en una serie de relaciones entre las diversas clases sociales, concentrado por excelencia en el Estado, que constituye la condensación de
una relación de fuerzas entre las diversas clases sociales. El Estado no es ni una cosa-instrumento de la que sea posible apoderarse, ni una fortaleza donde
Poder se penetre con caballos de madera, ni una caja fuerte que se fuerce hasta romperla: es el centro de ejercicio del poder político.
Tomar el poder de Estado significa desarrollar una lucha de masas tal que modifique la relación de fuerzas internas en los aparatos del Estado, que son el
campo estratégico de las luchas políticas. Mientras que, para la estrategia del tipo de doble poder, la modificación decisiva de la relación de fuerzas no se
produce en el seno del Estado, sino entre el Estado y el segundo poder, ese anti-Estado que se supone situado radicalmente fuera del Estado, entre el
Estado y las masas supuestamente exteriores al Estado. Este largo proceso de toma del poder en una vía democrática al socialismo consiste,
esencialmente, en desarrollar, reforzar, coordinar y dirigir los centros de resistencias difusos de que las masas siempre disponen en el seno de las redes
Toma del poder estatales, creando y desarrollando otros nuevos, de tal forma que estos centros se conviertan, en el terreno estratégico que es el Estado, en los centros
del Estado (desde efectivos del poder real. No se trata, pues, de una simple alternativa entre guerra frontal de movimientos y guerra de posiciones, pues esta última, según
adentro?) Gramsci, consiste siempre en un cerco del Estado-fortaleza.
Para ésta, es reformista toda estrategia que se distinga de la del doble poder. Sólo la ruptura radical en cuanto a la toma del poder de Estado, la única
ruptura significativa que permite escapar del reformismo, es la ruptura entre el Estado (simple instrumento de la burguesía fuera de las masas) y su
supuesto exterior absoluto, el segundo poder (masas/soviets). Lo que, dicho sea de paso, no ha impedido, más bien al contrario, un reformismo específico
de la III Internacional, debido precisamente a la concepción instrumental del Estado. Se acaparan las piezas recuperables de la maquinaria estatal y se
Reformismo y yuxtaponen los bastiones insulares en espera de la situación de doble poder. Progresivamente, por lo demás, la situación de doble poder pasa a segundo
critica a la plano: lo que queda es sólo el Estado-instrumento, que se conquista engranaje a engranaje o que se ocupa en sus puestos de mando. Ahora bien, el
concepción reformismo es un peligro siempre latente: no es un vicio intrínseco a toda estrategia que no sea la del doble poder, aun cuando en el caso
instrumentalista de una vía democrática al socialismo el criterio de reformismo no sea tan tajante como en la estrategia de doble poder y los riesgos de
del doble poder socialdemocratización, es inútil negarlo, se vean acrecentados por ello.
Sea como fuere, modificar la relación de fuerzas internas del Estado no significa reformas sucesivas en una progresión continua, conquista pieza a pieza de
una maquinaria estatal o simple ocupación de puestos y cimas gubernamentales. Significa, claramente un proceso de rupturas efectivas cuyo punto
Tomar el Estado culminante, y habrá forzosamente uno, reside en el basculamiento de la relación de fuerzas a favor de las masas populares en el terreno estratégico del
desde adentro Estado.
Esta vía democrática al socialismo no significa, pues, una simple vía parlamentaria o electoral. Esperar la mayoría electoral (para el Parlamento o para la
presidencia) no puede ser más que un momento, por importante que sea: no es, sin embargo, forzosamente el punto culminante de las rupturas en el seno
del Estado. La modificación de la relación de fuerzas en el seno del Estado concierne al conjunto de sus aparatos y de sus dispositivos: no concierne solo al
Momentos y Parlamento o, como se repite hoy a menudo, a los aparatos ideológicos del Estado, supuestamente detentadores del papel determinante en el Estado
escenarios de la «actual». Este proceso se extiende igualmente, y en primerísimo lugar, a los aparatos represivos del Estado, los que detentan el monopolio de la violencia
modificación de física legítima: el ejército y la policía fundamentalmente. Pero así como no habría que olvidar el papel propio de estos aparátos (lo que sucede a menudo en
relación de ciertas versiones de la vía democrática ál socialismo, fundadas en general en una mala interpretación de ciertas tesis de Gramsci), así tampoco habría que
fuerzas en el seno creer que la estrategia de una modificación de la relación de fuerzas internas del Estado, sólo sería válida para los aparatos ideológicos, y que los aparatos
del Estado (AIE y represivos (que serían realmente impermeables a las luchas populares) sólo pueden ser tomados frontalmente, desde el exterior; en resumen, no se trata de
ARE) acumular dos estrategias, manteniendo para los aparatos represivos la del doble poder.
Es evidente que la modificación interna de la relación de fuerzas en los aparatos represivos plantea pro¬blemas particulares y, por tanto, temibles; pero, el
caso de Portugal lo ha demostrado perfectamente, estos mismos aparatos están desgarrados por las luchas de las masas po¬pulares. Además, la
Las masas alternativa real a la vía democrática al so¬cialismo es una lucha de masas populares que apunte a la modificación de la relación de fuerzas en el seno del
populares Estado frente a una estrategia frontal del tipo de doble poder.
Esta alternativa no es, como se considera a meundo, la de una «lucha interna» en los aparatos del Estado, es decir, físicamente colocada e insertada en su
espacio material, frente a una lucha a distancia, físicamente exterior a estos aparatos.
No equivalenta a 1) En primer lugar, porque una lucha a distancia de dos aparatos del Estado tiene siempre efectos en su seno: está siempre presente, aunque sólo lo esté
la lucha interna de de forma refractada y por personas interpuestas.
aparatos del 2) Seguidamente, y sobre todo, porque una lucha a distancia de los aparatos del Estado, más acá o más allá de los límites del espacio físico dibujado por
Estado, sino los lugares institucionales, es siempre, y en todo caso, necesaria, pues refleja la autonomía de la lucha y de las organizaciones de las masas populares. No
acompañar esta se trata de insertarse sólo en las instituciones estatales (Parlamento, consejo económico y social, instancias de «concertación», etc.) para utilizar
de focos simplemente con provecho sus resortes propios, sino que además las luchas populares deben siempre manifestarse también en el despliegue de
autogestionarios movimientos y en el conjunto de dispositivos de democracia directa de base y de focos autogestionarios.
PODER y luchas
dentrod el estado estas luchas autogestionarias o de democracia directa. Ahora bien, estas luchas y movimientos no pueden, a fin de contribuir a modificar las relaciones de
(toda lucha es poder, tender a una centralización en un se¬gundo poder, lugar que se supone absolutamente exterior al Estado, sino a la modificación de las relaciones de
dentro del fuerzas en el mismo terreno del Estado. Estas luchas y movimien¬tos, en cuanto son políticos, aun si se encuentran fuera del espacio físico del Estado, no
estado?), están fuera del Estado: están siempre, de todas formas, situados en su campo estratégico.
Crítica a la
distinción entre
lucha política Es, pues, ésta la alternativa real y no la simple de una «lu¬cha interna» frente a una «lucha externa». En una vía de¬mocrática al socialismo, estas, dos
interna y externa, formas de lucha deben ser combinadas. «Integrarse» o no en los aparatos de Esta¬do, hacer o no el juego al poder, no se reduce a la elección entre una
todas estan lucha externa y una lucha interna. Esta integra¬ción no es, por otra parte, la consecuencia necesaria de una estrategia que apunte a modificaciones en el
dentro terreno del Es¬tado, como si una lucha política pudiera jamás situarse en un exterior absoluto con respecto al Estado.
Via democratica y
articulacion de Esta estrategia de toma del poder remite directamente a la cuestión de las transformaciones del Estado en una vía democrática al socialismo. Sólo una
dos procesos, articulación entre dos procesos, el de la transformación de la democracia re¬presentativa y el del desarrollo de las formas de democracia directa de base o
doble poder movimiento autogestionario, puede evitar el estatismo autoritario. Pero esta articulación plantea pro¬blemas nuevos.
En la estrategia del doble poder, la del reemplazamiento puro y simple del aparato de Estado por el aparato consejista, la cuestión de la toma del poder de
Estrategia del Estado está con¬siderada como un paso previo a su destrucción-sustitución. En el fondo, no se trata de una transformación del aparato de Estado: se toma
doble poder primero el poder de Estado y, hecho esto, se pone otro en su lugar.
No puede en lo sucesivo tratarse de esto: si tomar el poder del Estado significa modificar la relación de fuerzas en el mismo seno del Estado, si esto remite
a un proceso largo, esto implica igualmente que la toma del poder de Es¬tado recubre una transformación concomitante de sus apa¬ratos. Hasta tal punto
sigue siendo cierto que el Estado tiene una materialidad propia: no sólo una modificación de la relación de fuerzas en el seno del Estado no basta para
transformar esta materialidad, sino que esta misma relación no puede cristalizarse en el seno del Estado más que en la medida en que se transforman sus
Materialidad del aparatos. Abandonar una estrategia de doble poder no significa echar por la borda la cuestión de la materialidad propia del Estado como apa¬rato especial,
Estado sino plantearla de forma diferente.
Transformación
radical del Estado
dos direcciones transformación radical del aparato de Estado en una transición al socialismo democrático. Este término sigue siendo, ciertamente, indicativo, pero me
prohibidas: parece que designa una dirección general limitada, me atrevo a decir, por dos direcciones prohibidas.
1) La primera —transformación radical del aparato de Es¬tado en una vía democrática al socialismo— significa que no puede tratarse, en lo sucesivo, de la
que ha sido tradicionalmente calificada como rotura o destrucción de este aparato. Este término de rotura, que fue también un término indicativo en Marx, ha
acabado históricamente por definir algo no menos preciso: la erradicación, precisamente, de toda forma de democracia representativa y de las llamadas
libertades formales, en provecho exclusivo de la democracia directa de base y de las llamadas libertades reales. Hay que tomar el mismo partido: si la vía
democrática al socialismo y el socialismo democrático significan también pluralismo político (de partidos) e ideológico, reconocimiento del papel del sufragio
universal, extensión y profundización de todas las libertades políticas, incluidas las de los adversarios, etc., no se puede emplear ya el término de rotura o
de destrucción del aparato del Estado, a menos que se quiera jugar con las palabras. Se trata claramente, a través de todas sus transformaciones, de una
1) NO HAY cierta permanencia y continuidad de las instituciones de la democracia represen¬tativa: continuidad no en el sentido de una supervivencia lamentable que
ROTURA se soporta en tanto que no se puede hacer otra cosa, sino de una condición necesaria deí socialismo democrático.
2) Ni La segunda dirección prohibida —el término de transfor¬mación radical— designa a la vez la orientación y los medios de las modificaciones del aparato de
readaptacione Estado. No puede tratarse ni de readaptaciones secundarias (según un neoliberalismo del Estado de derecho restaurado), ni de modificaciones
ssecundarias, no provenientes principalmente de arriba (según un socialdemocratismo tradicional o un estalinismo liberalizado): no puede tratarse de una transformación
modificaciones estatista del aparato de Estado. Una transformación del aparato de Estado orientada hacia la extinción del Estado sólo puede apoyarse en una intervención
desde arriba, creciente de las masas populares en el Estado por medio ciertamente de sus representaciones sindicales y políticas, pero también por el despliegue de sus
intervención de iniciativas propias en el seno mismo del Estado. Proceso éste también por etapas, pero que no puede limitarse a una simple democratización del Estado.
las masas Sea como fuere, ésta es la dirección que deben seguir las transformaciones necesarias del Estado, ya se trate del Parlamento, de las libertades, del papel
populares. de los partidos, de la democratización de los propios aparatos sindicales y políticos de la izquierda o de la descentralización.
Base+autogestion Todo esto debe ir acompañado del despliegue de nuevas formas de democracia directa de base y del conjunto de focos y de redes autogestionarios.
La autogestion
deviene al
estatismo,
la democracia
representativa Una transformación del aparato de Estado y un desarrollo de la democracia repre¬sentativa por sí solos no pueden escapar al estatismo. Pero está también
deviene en el otro aspecto de la cuestión: el desplaza¬miento unilateral y unívoco del centro de gravedad hacia el movimiento autogestionario no puede tampoco evitar,
estatismo en un plazo más o menos breve, el estatismo tecno-burocrático y la confiscación autoritaria del poder por los expertos.
su centralización en un segundo poder y su sustitución pura y simple, por los me¬canismos de ]a democracia representativa.
en el lenguaje neotecnocrático, en primer lugar el de un Estado mantenido por la complejidad de las tareas de una sociedad «posindustrial», administrado
por expertos de izquierdas y controlado simplemente por los dispositivos autogestiona¬rios. Todo tecnócrata de izquierdas estaría, como máximo,
flanqueado por un comisario de la democracia directa, lo que no parece dar mucho miedo a los diversos especialis¬tas (véase su súbita pasión por la
Neotecnocraticos autogestión), pues saben, bien a qué atenerse en este caso: las masas proponen, el Estado dispone...
Según los partidarios de la autogestión, el único medio de evitar el estatismo sería situarse fuera del Estado, abandonar su propia transformación, dejar en
lo esencial el Estado (este mal radical y eterno) tal como es y, sin ir hasta el doble poder, limitarlo simplemente desde el exterior mediante «contrapoderes»
autogestionarios de base; en resumen, poner al Estado en cuarentena e impedir la propagación de la enfermedad aislando su foco.
lenguaje neolibertario: el de un poder diseminado, desmenuzado y pulverizado en una pluralidad infinita de micropoderes ex¬teriores al Estado, los únicos
Neolibertarios de los que valdría la pena ocu¬parse si se quiere escapar del estatismo (guerrilla frente al Estado).
se deja intacto el Estado-Leviatán, se pasan por alto las transformaciones necesarias del Estado, sin las cuales el movimiento de democracia directa está
abocado a la derrota. Más aún: se termina por excluir la intervención del movimiento autogestionario en las mismas transformaciones del Estado y por aislar
los dos procesos en un simple paralelismo. ¿Cómo establecer, por ejemplo, una relación orgánica entre las comisiones de ciudadanos y las asambleas
Igual resultado elegidas por sufragio nacional, transformadas a su vez en función de esta relación?
Se trata de situarse en una perspectiva global de extinción del Estado-, perspectiva que comporta dos procesos articulados: la transformación del Estado y
Propuesta de el despliegue de la democra¬cia directa de base. Es la desarticulación de estos dos proce¬sos lo que ha dado lugar a una escisión en forma de dos
Poulantzas tradiciones, escisión cuyos resultados conocemos.
Esta vía, la única que puede llevar al socialismo demo-crático, tiene también su contrapartida: dos peligros la ace-chan.
Peligros del socialismo democrático
1) la reacción del adversario, en este caso la burguesía.
La actitud clásica de la estrategia de doble poder frente a este peligro fue precisa¬mente la de la destrucción del aparato de Estado.
sólo sigue siendo válida en cierto sentido: en la medida en que ya no se trata de la destruc¬ción del aparato de Estado y su sustitución por el segundo
poder, sino de su transformación en un largo proceso, aun¬que no sea más que el desarrollo y la extensión de las liber¬tades y de la democracia
representativas, esto ofrece mayores posibilidades al adversario, bien para boicotear una experiencia de socialismo democrático, bien para intervenir
brutalmente a fin de ponerle término. La vía democrática al socialismo no será ciertamente un simple paso pacífico.
Frente a la estrategia «vanguardista» del doble poder, la realización de esta vía y de los objetivos que comporta, la articulación de los dos procesos que
aspira a evitar el estatismo y el impasse socialdemócrata suponen el apoyo decisivo y continuo de un movimiento de masas basado en amplias alianzas
populares. Si este movimiento desplegado y activo (la revolución activa, decía Gramsci, en oposición a la revolución pasiva) no existe, si la izquierda no
consigue suscitarlo, nada podrá impedir la socialdemocratización de esta experiencia. los diversos programas, por radicales que sean, no cambian gran
cosa en el asunto. Este amplio movimiento popular constituye una garantía frente a la reacción del adversario, aun cuando no sea suficiente y deba ir
reacción del adversario.
siempre unido a transformaciones radicales del Estado.
Solución: Alianza de
Ej:masas
Chile
2) Formas de articulación de los dos procesos, el de las transformaciones del Estado y la democracia representativa, y el de la democracia directa y el
movimiento autogestionario.
¿De qué forma prever la reglamentación de sus conflictos, hasta cierto punto inevitables, sin encaminarse, lenta pero seguramente, hacia una situa¬ción,
efectiva o larvada, de doble poder precisamente?
Doble poder Situación de doble poder que afectaría, esta vez, a dos poderes de izquierdas (gobierno de izquierda y poderes po¬pulares organizados en segundo poder).
Deviene en socialdemocratizacion o en estatismo.
una situación de doble poder, incluso entre dos poderes de izquierdas, no se parece en nada a un juego de poderes y de contrapoderes que se equilibran
mutuamente para mayor bien del socialismo y de la democracia. Esta situación conduce rápidamente a una oposición abierta en¬tre los dos, con riesgo de
eliminación de uno en favor del otro. En uno de los casos el resultado es la socialdemocratización (el caso de Portugal), en el otro (eliminación de la
Conflicto entre democracia representativa) no es la extinción del Estado y el triunfo de la democracia directa, sino, a un plazo más o menos largo, una dictadura autoritaria
ambos poderes de nuevo tipo.
En ambos casos será, a fin de cuentas, siempre el Estado el que saldrá ganando.
la reacción fascista y brutal de la burguesía, pues de esto se puede estar seguro, siempre es parte activa en el asunto. Una oposición abierta entre estos
dos poderes, después de una primera fase de parálisis real del Estado, corre un fuerte riesgo de ser re¬suelta por un tercero, la burguesía, de formas poco
Reacción fascista difíciles de imaginar. He dicho un tercero, pero, como se habrá adi¬vinado en todos estos casos (intervención fascista, socialdemocratización o dictadura
de la burguesia autoritaria de los expertos sobre los restos de la democracia directa), este tercero es, a la lar¬ga, siempre el mismo: de una forma u otra, la burguesía.
Bajo el capitalismo, el Estado es el instrumento de dominación del capital sobre la clase de los trabajadores. Esta afirmación es un hecho de la experiencia
política que ha sido y sigue siendo demostrada continuamente en la existencia histórica de las naciones capitalistas. En este ensayo estaremos interesados
en un solo aspecto de las acciones del Estado, a saber, sus acciones sobre las diversas unidades de capital (“Einselkapitale”). A los fines de nuestra
investigación la cuestión decisiva es: de que maneras se efectúa en la actualidad la coordinación de una sociedad integrada por múltiples unidades de
Estado capital y cuál es el papel desempeñado en este sentido por el Estado?
Si la producción no es lucrativa o si la producción se realiza bajo condiciones tales que ponen en peligro la existencia misma de la sociedad global (p. ej. la
destrucción de los recursos naturales de la sociedad). En consecuencia, el capital no puede generar exclusivamente a través de las acciones de las
Necesidad múltiples unidades que lo integran, la naturaleza social necesaria para su existencia. Se requiere entonces de una institución especial que no esté sujeta a
del Estado las limitaciones del propio capital, una institución cuyos actos no estén determinados así por la necesidad de producir plusvalor, una institución que es
de parte del especial en el sentido de estar ”junto a la sociedad burguesa y al margen de ella”, [Nota: 4] una institución que al mismo tiempo suple dentro de la
capital indisputada armazón del capital las necesidades inmanentes que el
capital ignora. Como resultado de esto, la sociedad burguesa desarrolla, en el Estado, una forma específica que expresa los intereses generales del capital.
[Nota: 5] El Estado no puede ser concebido, entonces, ni como un mero instrumento político ni como una institución establecida por el capital, sino más bien
como una forma especial de cumplimiento de la existencia social del capital al lado y conjuntamente con la competencia, como un momento esencial en el
proceso de reproducción social del capital. [Nota: 6] Sin embargo, si el Estado expresa el interés general del capital no lo hace en forma libre de
contradicciones. Esto se debe a que el concepto de la
existencia promedio del capital no elimina las acciones e intereses de la multitud de unidades de capital, las cuales, como tales, permanecen contrapuestas
unas a otras. Estos contrastes no son abolidos por el mercado competitivo ni pueden ser atribuidos a esta competencia o a la ”anarquia del mercado”:
tampoco puede el Estado eliminar esos contrastes. Por lo tanto, en este sentido, el Estado nunca es un capitalista real, material y total, sino que más bien
implica siempre un capitalista total, idealizado o ficticio. Este es el fundamento de la categoría de la ”autonomización del Estado” de la ”doble naturaleza” de
la sociedad burguesa como sociedad y como Estado. En este punto puede sacarse una importante conclusión: el Estado no sustituye a la arena competitiva
sino que más bien se alinea con ella. Para la ley del valor, esto no significa su remplazo o desaparición sino su correspondiente modificación. Como
concepto, la ley del valor lleva ya implícitas las leyes inmanentes de la realización de la competencia. De este modo, históricamente, el Estado hace posible
el establecimiento de una sociedad de intereses individuales dispares, asegurando los fundamentos necesarios para la existencia de esta sociedad. El
Estado garantiza la existencia de la clase trabajadora como objeto de explotación, crea las condiciones generales para la producción, incluyendo las
relaciones legales. Por oposición, el capital mismo no es capaz de producir estos fundamentos. Bajo la presión de la competencia el capital es forzado a
utilizar al máximo todos los recursos, independientemente de las consecuencias materiales y sociales que ello signifique; en consecuencia, el capital tiende
a destruir sus propios fundamentos sociales.

Cuáles son, entonces, las funciones que cumple el Estado en la sociedad capitalista que no pueden ser realizadas por las unidades de capital? Existen
FUNCIONES esencialmente cuatro áreas en las cuales el Estado es básicamente activo:
1 la creación de las condiciones materiales generales de la producción (”infraestructura”);
2 la determinación y salvaguardia del sistema legal general en el cual ocurren las relaciones de los sujetos (legales) en la sociedad capitalista;
3 la regulación de los conflictos entre trabajadores y capitalistas, y, de ser necesario, la opresión política de la clase obrera, no sólo por medios políticos y
militares;
4 garantía y expansión del capital nacional total en el mercado capitalista mundial.
Todas estas funciones son, por así decirlo, características generales del Estado burgués, aunque ellas se desarrollan sobre los fundamentos históricos de la
acumulación de capital.

El Estado asegura las condiciones generales de la producción encargándose de todos aquellos procesos materiales que no pueden ser operados sobre una
base capitalista. Su función como Estado capitalista que garantiza la explotación de los trabajadores consiste en acometer directamente la realización de los
procesos de producción no capitalistas, regular las condiciones que actualmente realiza la clase capitalista en su conjunto y la sociedad global (relaciones
legales, etc.) y de mantenimiento de un aparato de poder orientado tanto interna como externamente. Solamente de esta manera puede el Estado cumplir
sus funciones dentro del marco de una sociedad capitalista. Para expresarlo más claramente: cuando hablamos del mecanismo unificado que encuadra al
Estado y al monopolio, entonces solamente podemos describir su modo de funcionamiento diciendo que el Estado, debido a las demandas de las fuerzas
productivas del proceso de trabajo, tiene que crear las condiciones de la producción, las cuales en virtud de la estrechez de las relaciones capitalistas de
producción, no pueden ser creadas por el capital privado. El Estado asegura la relación de capital en cuanto actúa de una manera no capitalista, es decir,
por las condiciones generales de la producción creadas por el Estado, el ”capital” no siempre entra en el cuadro.

Realmente el Estado actúa — al lado de las excepciones históricas mencionadas - como no capitalista y como tal limita el campo de la acumulación y
reproducción del capital privado. Si el Estado mismo fuese capitalista, entonces expandería la esfera de la producción del capital y expresaría todo menos la
desintegración de la sociedad burguesa. La teoría del capitalismo monopolista de Estado es contradictoria en sí mismo; por una parte, porque afirma que el
Estado actúa como capitalista, si bien por otro lado, habla de

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CRITICA AL a manifestación general de la decadencia del imperialismo (de estas afirmaciones negamos la primera, pero no la última).
C:M:E
Pero el "menosprecio" de Marx por la América hispana, o mejor dicho, su indiferencia
frente al problema de la naturaleza específica de las sociedades nacionales
constituidas a partir del derrumbe del colonialismo español y portugués - en una
etapa de su reflexión en la que paradójicamente abordó con mayor amplitud y
apertura crítica el mundo no europeo - tuvo también consecuencias negativas por
razones de orden más estrictamente teórico. Forzado por el perfil fuertemente antihegeliano
que adoptó polémicamente su consideración del Estado Moderno,
Marx se sintió inclinado a negar teóricamente todo posible rol autónomo del Estado
político, idea ésta que sin embargo constituía el eje en torno al cual se estructuró
su proyecto inicial de crítica de la política y del Estado. Al extender indebidamente
al mundo no europeo la crítica del modelo hegeliano de un estado político
como forma suprema y fundante de la comunidad ética, Marx debía ser conducido,
por la propia lógica de su análisis, a desconocer en el Estado toda capacidad
de fundación o de "producción" de la sociedad civil y, por extensión y analogía,
cualquier influencia decisoria sobre los procesos de constitución o fundación
El Estado Nacion y America Latina en
deMarx
una nación.

La idea de un continente "atrasado" que sólo podía lograr la modernidad a través


de un proceso acelerado de aproximación y de identificación con Europa - paradigma
fundante de todo el pensamiento latinoamericano del siglo pasado y aún
del presente - estaba instalada en la matriz misma del pensamiento de Marx a
Marx Eurocentrista partir de la lectura que de él hizo la conciencia europea.
Pero la exhumación de
sus escritos sobre Rusia y otros países "anómalos" con respecto a las formas occidentales
de constitución del mundo burgués muestra que esa idea era impugnada
por el propio Marx, quien comprometió buena parte de sus esfuerzos en la dilucidación
de los caminos que pudieran evitar a determinados países los horrores del
capitalismo. Su pensamiento, cada vez más renuente a dejarse encerrar en ortodoxias
sistematizadoras, sus deslizamientos y decentramientos ajenos a cualquier
manía teoricista, cristalizaron en una tradición que se consolidó bajo la forma de
una ideología fuertemente eurocéntrica, legataria de la idea de progreso y de continuidad histórica. La inserción de esta tradición en la realidad latinoamericana
no hizo sino acentuar, con el prestigio que le acordaba su presunta "cientificidad",
menosprecio, indiferencia o soslayamiento
la arraigada
de laconvicción
especificidad
de una identidad con Europa que permitía confiar en una
americana en el pensamiento de Marxevolución futura destinada a suturar en un tiempo previsible los desniveles existentes.
Lo que intentamos
sostener no es que Marx - para referirnos sólo a él - dejará de percibir la existencia
de una parte del mundo ya en gran medida incorporada al mercado mundial capitalista
en la época histórica que le tocó vivir. Más aún, el papel que desempeñaron
y seguían desempeñando las regiones americanas en la génesis y reproducción
del capital aparece nítidamente señalado en sus elaboraciones esenciales.
Pero lo que nos interesa indagar es desde qué perspectiva estos territorios periféricos,
estas "fronteras" del cosmos burgués, fueron o no considerados en su discurso
teórico y político. Pero una vez admitido el hecho indiscutible2 de que la
América hispana emerge de los textos de Marx solamente como frontera, es decir
como territorios sin personalidad ni autonomía propias, el nudo problemático se
desplaza hacia la pregunta por las razones que pudieron conducirlo a hacer de
razones que pudieron conducirlo a hacer
América
de una realidad en cierto modo soslayada, o sea, "ocultada" en el mismo
América una realidad en cierto modoacto
soslayada
de referirse a ella.
indagar por qué tendía a verlo del
Bolivar modo en que lo vio
4 EXCUSAS
distinción que rechazo como incorrecta o por lo menos superficial
entre un Marx "científico" y un Marx "político", es casi una frase hecha la afirmación
de que muchas de las reflexiones de Marx sobre la política y la diplomacia
mundiales, por provenir de artículos periodísticos justificados por razones económicas
Escritos Periodisticos personales, no tienen un valor teórico propio.
si recordamos que la abrumadora mayoría
de sus textos sobre el mundo europeo, o para decirlo con más precisión sobre el
mundo no capitalístico-céntrico, fueron escritos periodísticos, al aceptarlos sólo
como "material de segunda clase" estamos obligados a concluir que el análisis hecho
por Marx sobre las formas particulares que adoptaba el proceso de devenir
mundo del capitalismo occidental no constituye una reflexión sustantiva. Sus
"en los momentos
en que escribió su artículo la historia de las luchas liberadoras de los países de
desconocimiento del historiador América Latina estaban aún insuficientemente explorada".
un argumento
que intente fundarse sobre la limitación de las fuentes historiográficas
sólo es parcialmente válido porque deja de lado el problema más importante del
modo en que tales fuentes son utilizadas. En cierto modo la permanente renovación
y avance de los estudios históricos coloca siempre a un investigador en la incómoda
situación de "desconocer" informaciones.
Pero aun admitiendo que todo pudiera
deberse a informaciones insuficientes, insisto en que esta razón no tiene validez
explicativa. Porque o bien se demuestra que las informaciones de que disponía
eran unívocamente negativas, y Marx fue un acrítico pero comprensible deudor,
o bien se reconoce que era contradictoria y el argumento deja de tener validez.
Y lo que sorprende es que disponiendo Marx de fuentes que evaluaban de
manera contradictoria el papel desempeñado por Bolívar, hubiera aceptado plenamente
los juicios de dos de sus enemigos declarados como eran Hippisley y
Ducudray, en lugar de los más favorables de Miller.
la actitud de Marx hacia lo latinoamericano era previa a la lectura
Aricó de los textos en los que se basó para redactar su panfleto.
antes que a Marx
habría que aplicarla a esa construcción teórica que arranca de él pero se constituye
como sistema luego de su muerte, hacia fines de siglo. Si el marxismo enfatizó
limitaciones del metodólogo la supuesta división de la realidad en "base" y "superestructura"
el método de Marx, notablemente
evidenciado en sus textos "políticos", es "proceder en la explicación de un fenómeno
político de tal modo que el análisis agota todas las instancias sobrestructurales
antes de apelar a las instancias económico sociales fundamentales. Así se
evita que éstas se conviertan en Dei ex machina desprovistas de adecuada función
heurística. Esa regla supone un principio epistemológico que podría formularse
así: el orden del análisis en la investigación es inverso del orden de fundamentación
real admitido por el método".
aun cuando sea
más fácil hallar mediante un análisis el contenido, el "núcleo terrenal" de las brumosas
apariencias de la religión, el único método materialista, "y por consiguiente
científico", es adoptar el camino inverso que permita a partir del análisis de las
condiciones reales de la vida desarrollar las formas divinizadas que les corresponden.
Si dejamos de lado esa noción pedestre
del concepto que se funda en la idea de una ontológica "ininteligibilidad" del
mundo no europeo por la cultura occidental - idea ésta profundamente arraigada
en América Latina, en cuanto mundo de naciones aún en búsqueda de una identidad
propia siempre evanescente e indeterminada - nos queda de todas maneras
la fundamentación que el concepto recibe por parte de quienes, colocados en una
perspectiva distante de la romántica-nacionalista que la visión de eurocentrismo
conlleva, enfatizan el hecho indiscutible de un Marx pensador de su tiempo y poseído,
como es lógico, de una creencia nunca puesta en cuestión en el progreso,la necesidad del dominio del hombre sobre la naturaleza, en la revalorización de
la tecnología productiva, y en una laicización de la visión judeocristiana de la historia.
A partir de este basamento cultural, definido como un típico "paradigma
eurocéntrico", Marx habría construido un sistema categorial basado en las determinantes
contradicciones de clase que debía necesariamente excluir aquellas realidades
eurocentrismo Creencia en el progreso
que escapaban al modelo.
La contradicción subyacente entre un modelo
teórico-abstracto y una realidad concreta irreductible a sus parámetros esenciales
explicaría, por tanto, la exclusión de América. Marx no podía ver detrás del caos,
del azar y de la irracionalidad, el proceso de devenir naciones de los pueblos latinoamericanos,
porque su perspectiva capitalístico-céntrica se lo vedaba. Una
construcción teórica como la suya, basada en la modalidad particular que adquirió
la relación Nación-Estado en Europa, determinaba necesariamente una concepción
de la política, del Estado, de las clases, y más en general del curso histórico
de los procesos que no encontraba réplica cabal en América Latina.

Confieso que esta explicación me resulta insatisfactoria por diversas razones, la


principal es la de que acaba por convertir a Marx en un pensador esclavo de su
teoría y a ésta en un sistema cerrado e impermeable a la irrupción de la historia.
Creo encontrar en Marx fuertes decentramientos de sus hipótesis que no podrían
ser entendidas y evaluadas en su real significación si aceptáramos tal explicación.
Actitud política desviante Cito solamente algunos casos:
a) el viraje estratégico de los años setenta en torno al privilegiamiento de la independencia
de Irlanda como elemento motriz de la revolución en Inglaterra
b) el rechazo explícito en los años setenta de la idea de un camino unilineal de la
historia basado en la expansión capitalista y de la reducción de su teoría a una filosofía
de la historia omnicomprensiva
c) el reconocimiento de la potencialidad de la comuna agraria como vía no capitalista
para el tránsito a una sociedad socialista
d) el privilegiamiento de la autonomía de la política en sus análisis concretos,
privilegiamiento que impregna fuertemente todos sus escritos políticos desde los
años cincuenta.

Pienso que cualquier estudio que se haga sobre su obra debe necesariamente ser
capaz de integrar tales perspectivas que parecen contradecir una lectura en clave
sistémica de tal obra.
Es debido a esta y otras razones por las que creo encontrar en la diatriba de Marx
contra Bolívar elementos para fundar una interpretación que privilegie en cambio
la presencia en sus reflexiones de una previa y prejuiciosa actitud política desviante de su mirada. La caracterización de Bolívar como delator, oportunista, incapaz,
mal estratega militar, autoritario y dictador, y su identificación con el haitiano
Soulouque, encontraba luego el tercero y verdadero término de comparación
en el denostado Luis Bonaparte contra cuyo régimen Marx desplegó toda su
Prejuicio sobre Bolivar. Bonapartismo.
capacidad de análisis teórico y denuncia política, y todas sus energías de combatiente.
Este cabal prejuicio político pudo operar como un reactivador en su
pensamiento de ciertos aromas ideológicos que, como aquella idea hegeliana de
los "pueblos sin historia", constituyeron dimensiones nunca extirpadas de su mirada
del mundo. Y es indudable que tal idea subyace en su caracterización del
PUEBLOS SIN HISTORIA proceso latinoamericano,
Paralelamente con la resurrección positiva de esta idea hegeliana el síndrome bonapartista
hace aflorar también con fuerza su viejo rechazo juvenil al postulado
de Hegel que coloca al Estado como instancia productora de la sociedad civil. Si
el supuesto era la inexistencia de la nación, Marx no podía visualizar de otra forma
que como presencia omnímoda y no racional - también en sentido hegeliano -
del Estado sobre los esbozos de sociedad civil los procesos en curso en América
Latina desde las guerras de Independencia, procesos en los que el Estado cumplía
indudablemente un papel decisivo en la modelización de la sociedad. Marx no logró
ver en ellos la presencia de una lucha de clases definitoria de su "movimiento
real" y por lo tanto fundante de su sistematización lógico-histórica. A partir de lo
cual no pudo caracterizar en su personalidad propia, en su sustantividad y autonomía
Rechazo al Estado Hegeliano una realidad que se le presentaba en estado magmático.

La revolución como separador de las aguas

El contexto internacional
no puede ser analizado, en consecuencia, única y exclusivamente a partir de la
confianza - presente en Marx - del determinismo del desarrollo de las fuerzas productivas.
Requiere de otras formas de aproximación que permitan visualizar
aquellas fuerzas que, puestas en movimiento por la dinámica avasalladora del capital,
tiendan a destruir todo lo que impide el libre desenvolvimiento de los impulsos
de la sociedad civil.

Es desde la política, desde la admisión de la diversidad de lo real,


desde la presentación de los elementos contiguos de la historia social de su tiempo,
como Marx intenta fundar una lectura que descubra en los insterticios de las
sociedades las fisuras por donde se filtre la dinámica revolucionaria de la sociedad
civil. Tal es la razón de por qué sus análisis de "casos" nacionales no parecen
obedecer a "procesos globales", "mediaciones" o "totalizaciones" que otorguen un
sentido único, un orden de regularidad, a sus movimientos. Por cuanto no existe
en él una teoría sustantiva de la "cuestión nacional", los momentos nacionales son
sólo variables de una política orientada a destruir todo aquello que bloquea el desarrollo
del progreso, (...) En última
instancia, las naciones que realmente interesan a Marx son las que, desde su
La Cuestion Nacional perspectiva, pueden desempeñar tal función histórica.
America Latina como freno de la revolución española
Una lectura contextual de Marx
un pensamiento fragmentario, refractario a un
sistema definido y congelado de coordenadas.
La descalificación de Bolívar tenía consecuencias que Marx no sorteó y de las que,
en realidad, jamás tuvo conciencia. El resultado fue la incomprensión del movimiento
La sustitución del movimiento real por
latinoamericano
un falso héroe
en su autonomía y positividad propia.
Marx no comprendió que si el movimiento independizador estaba enfrentado a
tan complejas y peligrosas alternativas, en un momento de clausura de la etapa
revolucionaria en Europa y de plena expansión de la restauración conservadora,
la forma bonapartista y autoritaria del proyecto bolivariano no expresaba simplemente,
como creyó, las características personales de un individuo, sino la debilidad
de un grupo social avanzado que en un contexto internacional y continental
contrarrevolucionario sólo pudo proyectar la construcción de una gran nación
moderna a partir de la presencia de un Estado fuerte, legitimado por un estamento
profesional e intelectual que por sus propias virtudes fuera capaz de conformar
una opinión pública favorable al sistema, y por un ejército dispuesto a sofocar el
constante impulso subversivo y fragmentador de las masas populares y de los poderes
regionales.
Por todo esto es posible afirmar que, dejando a un lado lo que
constituía la forma mentis de su modo de abordar los procesos sociales, Marx
sustantivo en la persona de Bolívar lo que de hecho se negó a ver en la realidad
de Hispanoamérica: las fuerzas sociales que conformaban la trama de la historia.
De modo idealista, reproduciendo un mecanismo que tan brillantemente criticara
en Víctor Hugo, el movimiento real fue sustituido por las desventuras de un falso
héroe.

La presencia obnubilante de los fenómenos del populismo que caracterizan la historia


de los países americanos en el siglo XX llevó curiosamente a cuestionar
como formas de "eurocentrismo" la resistencia a las modalidades bonapartistas y
autoritarias que signan nuestra vida nacional. El resultado fue una fragmentación
cada vez más acentuada del pensamiento de izquierda, dividido entre una aceptación
del autoritarismo como costo ineludible de todo proceso de socialización
de las masas, y un liberalismo aristocratizante como único resguardo posible de
Izquierda Latinoamericana toda sociedad futura, aun al precio de enajenarse el apoyo de las masas.
Aceptar
la calificación de eurocéntrico implica en nuestro caso soslayar el filón democrático,
nacional y popular que representa una parte inseparable del pensamiento de
Marx.
Problematizar
las razones de la resistencia de Marx a incorporar a sus reflexiones la
realidad del devenir estado de las formaciones sociales latinoamericanas no es,
por esto, un mero problema historiográfico o un estéril ejercicio de marxología,
sino una de las múltiples formas que puede, y yo diría más bien debe, adoptar el
marxismo para cuestionarse a sí mismo.
Estas son las razones por las que creo que es un camino inconducente atribuir a
un supuesto "europeísmo" de Marx su paradógico soslayamiento de la realidad
latinoamericana. Inconducente, porque clausura un nudo problemático que sólo a
condición de quedar abierto libera las capacidades críticas del pensamiento de
Marx para que puedan ser utilizadas en la construcción de una inédita capacidad
de representar lo real, de una nueva racionalidad que nos permita leer aquello
Los puntos límites como puntos de partida
que, como recordaba Hofmannsthal, "jamás fue escrito".
Unicamente si la investigación marxista avanza a contrapelo en la historia puede
cuestionar un patrimonio cultural que reclama siempre el momento destructivo
para que la memoria de los sin nombre atraviese una historia que en la conciencia
burguesa es siempre el cortejo triunfal de los vencedores. Es en los puntos límites
de su pensamiento donde podemos encontrar todo aquello que Marx aún nos sigue
diciendo. Pero esta tarea es posible sólo porque siendo un pensador que alcanzó
una aguda conciencia de la crisis fue capaz de leer en el libro de la vida la
pluralidad de las historias que fragmentan un mundo que se propuso destruir,
CONCLUSIÓN para que la posibilidad del futuro pudiera abrirse paso.
2 Lecturas
sobre el
Estado
Hay, por lo general, dos maneras de acercarse al debate en torno al Estado en la sociedad contemporánea,
latinoamericana y mundial. Por un lado, una lectura que propone que estaríamos asistiendo a los momentos
casi de la extinción del Estado, casi a la irrelevancia del Estado. Se trata de una lectura no anarquista (lindo
sería que fuera una realidad del cumplimiento del deseo anarquista de la extinción del Estado). No, al
contrario, es una lectura conservadora que plantea que en la actualidad la globalización, esta
interdependencia planetaria de la economía, la cultura, los flujos financieros, la justicia y la política estuvieran volviendo irrelevante el sistema de Estados contemporáneo. Esta corriente interpretativa,
académica y mediática dice que la globalización significaría un proceso gradual de extinción de la soberanía
estatal debido a que, cada vez menos, los Estados tienen influencia en la toma de decisiones de los
acontecimientos que se dan en el ámbito territorial, continental y planetario; y emergería otro sujeto de los
cambios conservadores que serían los mercados con su capacidad de autorregulación. Esta corriente
también menciona que, a nivel planetario, estaría surgiendo un gendarme internacional y una justicia
Extincionismo planetaria que debilitaría el papel del monopolio de la coerción, del monopolio territorial de la justicia que
del Estado poseían anteriormente los Estados.
Permítanme disentir sobre esa lectura, porque si bien existe claramente
un sistema superestatal de mercados financieros y un sistema judicial de derechos formales que trasciende
las limitación territoriales del Estado, hoy en día lo fundamental de los procesos de privatización que ha
vivido nuestro continente, nuestros países, y los procesos de transnacionalización de los recursos públicos,
que es en el fondo lo que caracteriza al neoliberalismo contemporáneo, no lo han hecho seres celestiales ni
fuerzas transterritoriales, sino que quienes han llevado adelante estos procesos son precisamente los
propios Estados. Esta lectura extincionista del Estado olvida que los flujos financieros que se mueven en el
planeta no se distribuyen por igual entre las regiones y entre los Estados, que los flujos financieros no por
casualidad benefician a determinados Estados en detrimento de otros, a determinadas regiones en
detrimento de otras. Y que esta supuesta gendarmería planetaria encargada de poner orden y justica en
todo el mundo, no es nada más que el poder imperial de un Estado que se atribuye la tutoría sobre el resto
de los Estados y sobre los pueblos del resto de los Estados. Esta lectura extincionista por último olvida,
como lo están mostrando los efectos de la crisis de la economía capitalista de 2008 y 2009, que quien al
final paga los platos rotos de la orgía neoliberal, de los flujos financieros y del descontrol de los mercados de
valores, son los Estados y sus recursos públicos. En otras palabras, frente a esta utopía neoliberal de la
extinción gradual del Estado, lo que van demostrando los hechos es que son los Estados los que al final se
encargan de privatizar los recursos, de disciplinar la fuerza laboral al interior suyo, territorialmente
Critica a esta constituido, de asumir con los recursos públicos del Estado los costos, los fracasos o el enriquecimiento de
interpretación unas pocas personas.
Frente a esta lectura falsa y equivocada de una globalización que llevaría a la extinción de los Estados, se le
ha estado contraponiendo otra lectura que hablaría de una especie de petrificación también de los Estados,
sería como su inverso opuesto. Esta otra lectura argumenta que los Estados no han perdido su importancia
como cohesionadores territoriales. La discusión de la cultura, el sistema educativo, el régimen de leyes, el
régimen de penalidades, cotidianas y fundamentales, que arman el espíritu y el hábito cotidiano de las
personas, siguen siendo las estructuras del Estado. A su favor también argumentan que el actual sistema
Petrificación mundo, en el fondo, es un sistema interestatal, y que los sujetos del sistema mundo siguen siendo los
de los Estados propios Estados, pero ya en una dimensión de interdependencia a nivel mundial.
Sin embargo, esta visión,
defensora de la vigencia del Estado como sujeto político territorial, olvida también ciertas decisiones y
ciertas instituciones de carácter mundial que se dan por encima de los propios Estados: regímenes de
derechos, ámbitos de decisión económica y ámbitos de decisión militar. Incluso varios procesos de
Crítica legitimación y construcción cultural, en otros países, exceden a la propia dinámica de acción de los Estados. Lo que está claro es que tenemos una dinámica, un movimiento y
Postura de
García Linera
Lo que está claro es que tenemos una dinámica, un movimiento y
un proceso. La globalización significa evidentemente un proceso de mutación, no de extinción de los
procesos de soberanía política. No estamos asistiendo a una extinción de la soberanía, sino a una mutación
del significado de la soberanía del Estado. Igualmente, lo que estamos viendo en los últimos 30 años es una
complejización territorial de los mecanismos de cohesión social y de legitimación social. Podemos hablar de
una bidimensionalidad estatal y supra estatal de la regulación de la fuerza de trabajo, del control del
Mutación de la excedente económico y del ejercicio de la legalidad. En otras palabras, hay y habrá Estado, con
soberania del instituciones territoriales, pero también hay y habrá instituciones de carácter supra territorial que se
Estado sobreponen al Estado.
Bidimensionali
dad Estatal y tensión entre reconfiguración de la soberanía territorial del Estado y existencia y
Supraestatal presencia de ámbitos de decisión supraestatal

recuperación
de una
centralidad del
Estado
Es evidente que una
parte del Estado es un gobierno, aunque no lo es todo. Parte del Estado es también el parlamento, el
régimen legislativo cada vez más devaluado en nuestra sociedad. Son también las fuerzas armadas, son los
tribunales, las cárceles, es el sistema de enseñanza y la formación cultural oficial. Son los presupuestos del
Estado, es la gestión y uso de los recursos públicos. Estado es no sólo legislación sino también acatamiento
de la legislación. Estado es narrativa de la historia, silencios y olvidos, símbolos, disciplinas, sentidos de
pertenencia, sentidos de adhesión. Estado es acciones de obediencia cotidiana, sanciones, disciplinas y
expectativas. Cuando definimos al Estado, estamos hablando de una serie de elementos diversos, tan
objetivos y materiales como las fuerzas armadas y el sistema educativo; y tan etéreos pero de efecto
igualmente material como lo son las creencias, las obediencias, las sumisiones y los símbolos. El Estado en
sentido estricto son pues entonces instituciones. No hay Estado sin instituciones. Lo que Lenin denominaba
la máquina del Estado. Es la dimensión material del Estado, el régimen y el sistema de instituciones:
gobierno, parlamento, justicia, cultura, educación, comunicación; en su dimensión de instituciones, de
normas, procedimientos y materialidad administrativa que le da vida a esa función gubernativa. Pero el
Estado no es solamente institución, dimensión material del Estado, sino también son concepciones,
enseñanzas, saberes, expectativas, conocimientos. Es decir, ésta sería la dimensión ideal del Estado. El
Estado tiene una dimensión material, que describió muy bien Lenin, como el régimen de instituciones. Pero
también el Estado es un régimen de creencias, de percepciones, es decir, es la parte ideal de la
Estado materialidad del Estado. Es también idealidad, idea, percepción, criterio, sentido común.
Pero detrás de esa materialidad y detrás de esa idealidad, el Estado es también relaciones y jerarquías
entre personas sobre el uso, función y disposición de esos bienes y jerarquías en el uso, mando,
conducción y usufructo de esas creencias. Las creencias no surgen de la nada, son fruto de correlaciones
de fuerza, de luchas, de enfrentamientos. Las instituciones no surgen de la nada, son frutos de luchas,
muchas veces de guerras, de sublevaciones, revoluciones, de movimientos, de exigencias y peticiones.

Tenemos entonces los tres componentes de todo Estado: todo Estado es una estructura material,
institucional; todo Estado es una estructura ideal, de concepciones y percepciones; y todo Estado es una
correlación de fuerzas. Pero también un Estado es un monopolio. Voy a retomar este debate de monopolio y
3 de democracia para estudiar Bolivia como gobierno de movimientos sociales. Un Estado es monopolio,
Componentes monopolio de la fuerza, de la legislación, de la tributación, del uso de recursos públicos.
Podemos entonces cerrar esta definición de Estado en las cuatro dimensiones: todo Estado es institución,
parte material del Estado; todo Estado es creencia, parte ideal del Estado; todo Estado es correlación de
fuerzas, jerarquías en la conducción y control de las decisiones; y todo Estado es monopolio. El Estado
como monopolio, como correlación de fuerzas, como idealidad, como materialidad, constituyen las cuatro dimensiones que caracterizan cualquier Estado en la edad contemporánea. En términos sintéticos podemos
decir entonces que un Estado es un aparato social, territorial, de producción efectiva de tres monopolios:
recursos, coerción y legitimidad. Y en el que cada monopolio, de los recursos, de la coerción y de la
legitimidad, es un resultado de tres relaciones sociales. Tenemos entonces, utilizando brevemente a los
físicos, que el Estado es como una molécula, con tres átomos y dentro de cada átomo tres ladrillos que
conforman el átomo. Similar. Un Estado es un monopolio exitoso de la coerción, según Marx y según
Weber; un Estado es un monopolio exitoso de la legitimidad, de las ideas fuerzas que regulan la cohesión
entre gobernantes y gobernados, según Bourdieu; y un Estado es un monopolio de la tributación y de los
4 dimensiones recurso públicos, según Elias y según Lenin.
Pero cada uno de estos monopolios exitosos y territorialmente asentados está a la vez compuesto de tres
componentes: una correlación de fuerzas entre dos bloques con capacidad de definir y controlar, una
institucionalidad, y unas ideas fuerzas que cohesionan.
Uno puede jugar teóricamente la combinación de tres monopolios, con tres componentes al interior de cada
monopolio. El monopolio de la coerción tiene una dimensión material: fuerzas armadas, policía, cárceles,
tribunales. Tiene una dimensión ideal: el acatamiento, la obediencia, y el cumplimiento de esos monopolios,
que cotidianamente lo ejecutamos los ciudadanos y necesidad de reflexionarlos. Pero a la vez este
monopolio y su conducción son fruto de la correlación de fuerzas, de luchas, de guerras pasadas,
sublevaciones, levantamientos y golpes, que han dado lugar a la característica de este monopolio. El
monopolio de la legitimidad territorial también tiene una dimensión institucional, una dimensión ideal y una
dimensión de correlación de fuerzas. Lo mismo el monopolio de los tributos y de los recursos públicos.
3 Tenemos entonces un acercamiento más completo al Estado como relación social, como correlación de
componentes fuerzas y como relación de dominación. El concepto que nos daba Marx del Estado como una máquina de
de cada dominación entonces tiene sus tres componentes complejos: es materia, pero también es idea, es símbolo,
monopolio es percepción, y es también lucha, lucha interna, correlación de fuerzas internas fluctuantes.
Si el Estado es sólo máquina, entonces hay
que tumbar la máquina, pero no basta tumbar la máquina del Estado para cambiar al Estado. Porque
muchas veces el Estado es uno mismo, son las ideas, los prejuicios, las percepciones, las ilusiones, las
sumisiones que uno lleva interiorizadas, que reproducen continuamente la relación del Estado en nuestras
personas. E igualmente, esa maquinalidad y esa idealidad presentes en nosotros no son algo externo a la
lucha, sino frutos de lucha. Cada pueblo es la memoria sedimentada de luchas del Estado, en el Estado y
para el Estado. Y entonces la relación frente al Estado pasa, desde una perspectiva revolucionaria, por su
transformación y superación. Pero no simplemente como transformación y superación de algo externo a
nosotros, sino de una maquinalidad relacional y de una idealidad relacional que está en nosotros y por fuera
Maquinalidad e de nosotros. Por eso, los clásicos cuando hablaban de la superación del Estado en un horizonte pos
idealidad del capitalista, no lo ubicaban como meramente un hecho de voluntad o de decreto, sino como un largo proceso
Estado de deconstrucción de la estatalidad en su dimensión ideal, material e institucional en la propia sociedad.
Transicion de
un tipo de
Estado a otro Con este concepto de Estado, en lo genérico, que articula distintas dimensiones, quiero entrar a los
tipo de Estado momentos de transición de un tipo de Estado a otro tipo de Estado.
Un Estado, este régimen de creencias de instituciones y dominación, funciona con estabilidad cuando cada
uno de esos componentes mantiene su regularidad y continuidad. Hablamos del Estado en tiempos
normales. Pero vamos a usar el concepto de crisis estatal general de Lenin para estudiar cuándo esos
componentes de Estado no funcionan normalmente, cuándo su regularidad se interrumpe, cuándo algo falla,
cuándo algo en la institucionalidad, en la idealidad, en la correlación de fuerzas que da lugar al Estado, se
quiebra, no funciona, se tranca. En esos momentos hablamos de una crisis de Estado. Y cuando esa crisis
de Estado atraviesa la totalidad de esos nueve componentes que hemos mencionado anteriormente
hablamos de una crisis estatal general. ¿Cuáles son los componentes de una crisis estatal general? Cuando
Crisis de no es meramente un cambio de gobierno, un cambio de administración de la maquinaria del Estado, sino
Estado un cambio de las estructuras de poder y de dominación a otras estructuras de poder y dominación.
¿Y cómo identificamos una crisis estatal general? A partir de cinco elementos.
El primero: el momento de la develación de la crisis.
La transición de un Estado a otro tiene varias etapas.
) La primera etapa es cuando se devela la crisis de Estado, cuando se manifiesta y se expresa.
¿Qué significa que se exprese una crisis de Estado?
5 elementos de 1) En primer lugar, que la pasividad, la tolerancia del gobernado hacia el gobernante comienza a diluirse.
la Crisis 2) En segundo lugar, que surge (inicialmente de manera igual, puntual, pero con tendencia a crecer, a irradiarse, a encontrar otros escenarios de aceptación,) un bloque social disidente, con capacidad de movilizarse socialmente y de expandirse territorialmente en su protesta.
Estatal 3) En tercer lugar, una crisis estructural del Estado en su primera fase de develamiento surge cuando la protesta, el rechazo y el malestar comienzan a adquirir ámbitos de legitimidad social. Cuando una marcha, una movilización, una demanda y un reclamo salen del aislamiento y de la apatía del resto de la población y comienzan a captar la sintonía, el apoyo, la complacencia de sectores cada vez más amplios de la sociedad.
General 4) Por último, la crisis se devela en su primera fase cuando surge un proyecto político no cooptable por el poder ni por los gobernantes, con capacidad de articulación política y de generar expectativas colectivas.
Privatización de lo publico no-estatal
La guerra del agua, abril 2000
Relata los movimientos sociales que llevaron a la huida y renuncia de Sanchez de Losada.

Empate catastrófico. Dualidad de pdoer, pero ambos modelos de poder disputan por largo tiempo la hegemonia.
Momentos de la crisis de estado

Empate catastrófico cuando esos focos regionalizados y expansivos logran


presencia de control territorial con capacidad de deliberar y de tomar decisiones en paralelo a las decisiones
gubernativas. Sustitución de élites es cuando el bloque dirigencial de estos sectores sociales articulados
acceden al gobierno.
Descolonizacion cultural, material, economica,
Victoria electoral, victoria militar, victoria politica

prioriza solamente el ámbito de la deliberación en el terreno de los movimientos sociales, dejando la toma
de decisiones de lado del ámbito de la gestión y del poder del Estado. Hay que vivir los dos. Se corre ambos
riesgos, y la solución está en vivir permanentemente y alimentar esa contradicción dignificante de la lucha
Movimientos de clases, de la lucha social en nuestro país. La solución no está a corto plazo, no es un tema de decreto,
sociales no es un tema de voluntad, es un tema del movimiento social.
Pero esta contradicción viva entre monopolio y desmonopolización, entre concentración de decisiones y
democratización de decisiones, tiene que vivirse en un horizonte largo. Ahí viene la categoría de Gramsci
del Estado integral. En un momento, decía Gramsci, en que los monopolios no sean necesarios, el Estado
actuaría meramente como gestión y administración de lo público y no como monopolio de lo público.
Y esta posibilidad está abierta en Bolivia a partir de dos elementos: por una parte sólo los movimientos
sociales, los que están encabezando este proceso de transformación. Y por otra parte, hay una fuerza y una
vitalidad comunitaria, rural y en parte urbana, que permanentemente tiende a expandirse, a irradiarse, no
solamente como deliberación de lo público, sino como administración de lo público no estatal. Si este pueblo
presenta a los movimientos sociales en la conducción del Estado, despliegue, irradiación, potenciamiento de
lo comunitario colectivo, de lo comunitario político, en barrios, en comunidades, se potencia y se refuerza,
está claro que esta es la construcción del Estado que estamos haciendo hoy Bolivia, esta modernización del
Transito al Estado ya no es la modernización clásica de las élites, de las burguesías nacionales, sino que su tránsito es
socialismo evidentemente al socialismo.
Lo que estamos haciendo en Bolivia de manera dificultosa, a veces con retrasos, pero ineludiblemente como
horizonte de nuestro accionar político, es encontrar una vía democrática a la construcción de un socialismo
de raíces indígenas, que llamamos socialismo comunitario.
Este socialismo comunitario que recoge los ámbitos de la modernidad en ciencia y tecnología, pero que
recoge los ámbitos de la tradición en asociatividad, en gestión de lo común, es un horizonte. No
necesariamente inevitable, como nunca es inevitable la victoria de un proceso revolucionario: es una
posibilidad que depende de varios factores. En primer lugar de la propia capacidad de movilización del los
sectores sociales. Un gobierno no construye socialismo, el socialismo es una obra de las masas, de las
organizaciones, de los trabajadores. Solamente una sociedad movilizada que expanda e irradia y que tenga
la habilidad de irradiar y de defender y de expandir y de tener formas asociativas, formas comunitarias -
modernas y tradicionales- de toma de decisiones de producción de la riqueza y de distribución de la riqueza,
puede construir esa alternativa socialista comunitaria.
Lo que puede hacer un gobierno, lo que podemos hacer el presidente Evo, el vicepresidente, sus ministros,
es apuntalar, fomentar, respaldar, empujar ello, pero evidentemente, la obra del socialismo comunitario
tendrá que ser una obra de las propias comunidades urbanas y rurales que asumen el control de la riqueza,
de su producción y de su consumo.
Pero además, cualquier alternativa pos capitalista es imposible a nivel local, a nivel estatal, una alternativa
socialista, pos capitalista, que supere las contradicciones de la sociedad moderna, de la injusta distribución
de la riqueza, de la destrucción de la naturaleza, de la destrucción del ser humano, tiene que ser una obra
común, universal, continental y planetaria.
1. La “teoría
general” del
Estado
si el Estado produce, produce al servicio de sus objetivos reales, que siguen siendo la calificación de la circulación de la plusvalía y la
construcción del capitalista total.

2.
Instrumentalist En el análisis de los estructuralistas se dice que lo que importa no es el titular del poder del Estado, sino que éste, el
as, poder, es una relación objetiva, o sea que el Estado recoge en sí no sólo la imposición de la cla¬se dominante, sino
estructuralista también el grado de las conquistas de los sectores subalternos. Asu¬me entonces toda la lucha social, y no sólo su
s, resultado. Por debajo de esto, trabaja el criterio que podemos llamar de reciproci¬dad o complicidad. El vencedor
hegelianos contiene al vencido, el oprimido en algo se parece al opresor. Es, en otros términos, la hegemo¬nía, o al menos su
premio.
La visión estructuralista del Estado es así lo más parecido a una dominación legal con administración burocrática. En
realidad este estado de separación limitado o auto¬nomía relativa es quizá el hallazgo conser¬vador más importante de
la historia del ca¬pitalismo.
UNIDAD 4 Digital
Dillard
Holloway https://www.google.com.ar/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0CBsQFjAA&url=http%3A%2F%2Fargentina.indymedia.org%2Fuploads%2F2006%2F05%2F04_holloway_-_marxismo__estado_y_capital.rtf&ei=2k1NVLGaNtaMNpKOgJAD&usg=AFQjCNEfOjxoMqXTuLieeX_M6xHiE6oKRQ&sig2=kUlGNDANWkLTNdL6CUcLuQ&bvm=bv.77880786,d.eXY
Przeworski y Wallerstein Resumen http://www.estudiantesdefsoc.com.ar/ciencia-politica/101-sociologia-politica/1301-en-capitalismo-democratico-en-la-encrucijada-adam-przeworski-y-michael-wallerstein.html
Negri http://www.mabelthwaitesrey.com.ar/wp-content/uploads/45624671-Negri-Toni-John-Maynard-Keynes-y-la-teoria-capitalista-del-Estado-en-1929.pdf
Clarke
UNIDAD 5
Poulantzas Sobre el concepto de política http://cdamcheguevara.files.wordpress.com/2012/06/sobre-el-concepto-de-polc3adtica-por-nicos-poulantzas.pdf
Poulantzas Sobre la teoría del Estrado
Miliband El Estado y la sociedad capitalista
Tarcus
UNIDAD 6
Alvater http://www.todosnos.unicamp.br:8080/lab/acervo/capitulos/ALTVATER_Elmar_notas_sobre_algunos_problemas_intervencionismo_Estado_In_SONNATAG_VALECILLOS_Estado_capitalismo_contemporaneo_mexico_sigloXXI_1985__p_88_133.rtf
Hirsch
Holloway y Piccioto
UNIDAD 7
-Aricó, J. "Marx y América Latina"
-García Linera, A. "La construcción del Estado"
-García Linera, A. "El Estado en transición. Bloque de poder y punto de bifurcación"
-Zavaleta Mercado, R. "El Estado en América Latina"

Consgnas
Sociología Política – Thwaites Rey
2do parcial domiciliario – 2° cuatrimestre 2014
Fecha de entrega: 18 de noviembre – 19hs. Aula 302
Extensión máxima: 6 carillas – Interlineado 1,5
1. Desarrolle el cambio de perspectiva en el análisis sobre el Estado capitalista
que desarrolla Poulantzas e indique cómo se relaciona su teoría del “Estado
relacional” con su perspectiva de un socialismo democrático. Compárelo con
la perspectiva del socialismo democrático que ofrece Ralph Miliband en su
libro Marxismo y política de 1977.
2. En qué medida los conceptos de ideología, bloque en el poder y fetichismo
reformulan las concepciones que entienden al Estado como “instrumento”
político de la clase burguesa.
3. Desarrolle y problematice el análisis que realiza Álvaro García Linera para
el caso boliviano, utilizando los conceptos de “doble poder” de Lenin y de
“hegemonía” de Gramsci.

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