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Un deseo de Navidad

by RakelOR93

Traducción del fanfict italiano Un desiderio sotto l'albero de RizzoliAlex.

Jane y Maura celebran su primera Navidad juntas como pareja

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Capítulo 1

Jane se despertó temprano, al menos para su ritmo habitual pues eran las 5.30.

Agarrada a ella se encuentra la médico forense, sonríe a la vitsa. La cara de Maura esta pegada a
ella, abrazada a su cuello. Sus piernas entre las suyas. Cómo puede dormir en esa posición es un
misterio. Colócó un ligero beso en su frente y comenzó a acariciarle el pelo. LLevaban juntas más de
un mes y no podría estar más feliz. Todo fue un éxito después de resolver el caso del hombre de las
calabazas, esa noche quedaría marcada para siempre en su memoria y en su corazón.

Después de años de juegos, chistes... al final se dieron cuenta de que no había niguna razón para no
pasar el resto de sus vidas juntas. Se pertenecían. Siguió observándola porque no era capaz de
creerse que esa mujer hermosa, ducle, inteligente y muchas otras cosas magníficas fuera su pareja.
La sostuvo en un cálido abrazo. Maura abrió los ojos que se reunieron con los de ella. Una dulce
sonrisa la hizo más hermosa de lo que ya era.

- Buenos días detective - dijo frotando su nariz contra su cuello.

- Hola Doctora - respondió con su voz ronca, aún más baja debido a que hacia poco que se
despertara.
-¿Cómo es que ya estás despierta? ¿No estás bien?- Le preguntó mientras levantaba el rostro y la
miraba con preocupación.

Jane sonrió acercándola aún más y dándole un rápido beso en la nariz.

-No Doc! Estoy bien, estoy despierta porque hoy es el último día de trabajo y luego tendremos una
semana de vacaciones y podré pasar mucho tiempo con mi hermosa,

dulce y sexy forense. - Le respondió sin dejar de acariciarla.

Maura se abrazó de nuevo a Jane sonriendo y disfrutando del momento tan dulce y personal.

- Detective Rizzoli, lo que dirían en el departamento si la escucharan! Debería grabarlo para poder
usarlo después en tu contra!- Le respondió con una sonrisa.

- Oh, no, no, no! No lo harás! - dijo tirando de ella y colocándola encima de ella mientras la miraba
con cara de amenaza.

-¿O qué?- dijo Maura con mirada seductora.

- De lo contrario, te podría castigar... - respondió Jane acariciando su espalda.

- No lo creo!- dijo la forense, besándola lentamente debajo de la mandíbula.

- Oh, no? Ahora verás! La giró, subiendo ahora encima de ella y comenzando a hacerle cosquillas.
Maura rió tratando de librárse. Finalmente logró decir:

- No por favor!Me rindo! - levantando las manos en señal de rendición.


Jane la miró victoriosa, entonces sus ojos se suavizaron, acercó su cara a la de la forense y comenzó
a besarla Permanecieron así abrazadas hasta que sonó el despertador. Maura se acercó a apagarlo y
empezó a levantarse, pero se arrastro de nuevo a la cama, a los brazos de Jane.

. No! Todavía no pasan ni cinco minutos! - dijo mirándola con ojos de cachorrito.

- Eres imposible! - dijo Maura con una sonrisa, besándola. - Está bien, pero sólo 5 minutos.

Las mañanas se habían convertido en el mejor momento del día para Jane Rizzoli.

Después de una ducha, Jane se vistió y bajó a la cocina. El olor de las crepes y el café la habían
puesto

aún más de buen humor, si es posible. Se acercó a Maura, le dió un beso en la mejilla y se sentó en
uno de los taburetes, apoyando los codos en la barra sobre los que sostenía su rostro. Admirando la
espléndida figura de la mujer rubia que estaba terminando de preparar el desayuno.

- ¿Por qué me miras? - Preguntó Maura en un tono divertido.

- ¿Y cómo sabes que te estoy mirando?

- Siento que el rimo de tu respiración cuando me miras cambia. - dijo apagando el fuego y girándose,
dándole una sonrisa radiante.

Jane se puso de pie, incapaz de resistirse a ella y le dio un beso dulce pero caliente.

- Porque me haces perder el control, me quedo sin respiración cada vez que te veo.- dijo sujetándola
y dándole otro beso.
- Oh Jane! Me encanta cuando me dejas ver tu lado más dulce! - dijo con la cabeza apoyada en su
hombro

- Y es tuyo exclusivamente doctora.- Le respondió con una sonriisa.

Después del desayuno cogieron el coche y fueron al centro para hacer frente a su último día de
trabajo antes de las vacaciones. Afortunadamente el día estaba tranquilo. Ambas elaborando los
informes, con la diferencia de que Jane se sentía como un perro con cadena cuando tenía que estar
en la oficina. A ella le gusta la acción, poder descargar su energía persiguiendo a algún "tipo malo".

Durante la hora del almuerzo Jane decidió bajar a por Maura, quería salir un poco con ella a pesar de
que el tiempo era frío y amenazaba nieve.

Llegó al laboratorio pero la sala de autopsias estaba vacía. Probó en la oficina.

- Hey hermosa! ¿estas

ahí?-dijo abriendo la puerta. Pero se detuvo. Dentro de la habitación estaba Constance, sentada
enfrente de Maura que estaba hablando. La mujer se volvió hacia la morena con una sonrisa.

- Hola Jane, te veo bien.- dijo.

- Oh perdona! Buenos días Constance - respondió todavía en la puerta.

- Jane, ven. Mi madre me estaba pidiendo nuestra ayuda. - dijo Maura indicándole que se acercara.
Entró y se puso al lado de la Doctora saludándola con un beso en la mejilla.

- ¿Nos necesita? ¿hay algún problema? - preguntó con tono preocupado.


- Oh no! No, le estaba contando a Maura que estamos preparando una fiesta de caridad con subasta
oara recaudar fondos para un hospital infantil. Y le preguntaba si iba a cooperar. - Dijo con una
sonrisa.

Jane había preparado otros planes para la semana de vacaciones que había conseguido.

- ¿De qué manera? - preguntó tratando de no mostrarse demasiado molesta.

- Puedes participar en la subasta. O si no estábamos pensando también en organizar algo para los
niños que están en el hospital ya que se acerca la Navidad. Sería una buena cosa, ¿verdad?. - dijo
mirándolas. Después se puso en pie - Ahora me voy, os dejo a solas para que lo habléis, Maura ya lo
sabe todo. Tesoro, hazme saber lo que decidáis. - y salió de la habitación cerrando la puerta tras ella.

Jane miró a la rubia.

- ¿ De que va esto Maur... si no recuerdo mal teníamos otros planes en mente... - dijo sentándose en
el sofá con tristeza.

- Jane... no pongas esa cara, que sabes que no me puedo resisitir!

Se que habíamos hecho planes, pero esto es para la caridad y hay muchos niños pobres que sufren.
¿Puedes hacer este sacrificio por mi? Sólo dos días! Y después haremos todo lo que habíamos
planeado - dijo acercándose y tomando su rostro entre sus manos - ¿Me haces este facor?- le
susurró a pocos milímetros de sus labios, rozándolos con los de ella,

Jane la agarró haciendo que se sentase en su regazo, besándola.

- Doctora... - suspiró dándole otro beso. - Las cosas que hago por ti... - dijo con una sonrisa viendo la
celebración de Maura.
Esa misma noche Maura estaba hablando con su madre por teléfono para definir los detalles del
evento mientras Jane estaba sentada en el sofá viendo la televisión y bebiendo una cerveza.
Después de la llamada Maura tomó una copa de vino y se sentó junto a la morena.

- Está todo listo! Yo subiré al escenario y cantaré una canción, o más bien haré como que canto una
canción y pondré a subasta una cena conmigo. Tu en cambio te disfrazarás de Santa Claus para
llevarle regalos a los niños. - Dijo satisfecha.

A Jane se le atragantó la cerveza.

- ¿Qué? No, espera. ¿He entendido bien? ¿tú te pones en la subasta? Oh, no! No, me parece una uy
mala idea Maura, no me gusta!- respondió con ira moviendo la cabeza.

- Pero Janeeee! No hagas eso! Es sólo una cena!- Le responde mientras le acaricia el pelo.

- Te digo que no!- dice mientras intenta permanecer insensible al tacto de su pareja y poniendo su
cerveza en la mesa.

- ¿Segura? - dijo Maura con tono seductor, besándole la frente y bajando poco a poco hacia su
mandíbula.

- Ummmm, no...

- ¿en serio? - continuando su camino hacia un lateral de la boca para después cambiar de lado de la
cara de la morena, poniéndose a horcajadas en sus largas piernas y continuando su trabajo
persuasivo.

- Maur... dije que no...- dice tragado con dificultad incapaz de mantener sus manos fuera de la rubia,
acercándola más.
- Es sólo una cena Jane, pequeña, durará poco... - continuó, mirándola con sus bellos ojos, entonces
empezó a besarla suavemente. En ese momento la resistencia de Jane desapareció, Maura como de
costumbre era capaz de obligarla a hacer lo que quería. Se separaron sin dejar de mirarse a los ojos.

- Maldición... Maur está bien, pero tengo que comprobar quién es, y si intenta tocarte con un sólo
dedo lo detendré y lo meteré en la cárcel durante un mes a pan y agua. - dijo en un tono bajo y lleno
de deseo, suspirando y frotando su espalda.

- Jane, sabes que para mi sólo existes tú. No quiero a nadie más, aunque me gusta mucho cuando te
pones así de celosa... - dijo abriéndole la camisa y dejando pequeños besos en su pecho.

- Hmmm Maur, ¿qué haces? ¿Tratas de sobornarme? Te podría detener... - respondió susurrando en
su oído y metiendo las manos por debajo de la camisa, trazando pequeños círculos con sus dedos
sobre la suave piel.

- ¿Por qué no nos vamos al dormitorio detective y me muestras lo que tienes pensado hacer en
búsquedas?- dijo levantándose y dirigiéndose al piso superior. Jane no necesitaba que se lo dijera
dos veces, en un segundo ya estaba detrás de ella. Maura tenía argumentos muy convincentes.

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Capítulo 2

A la mañana siguiente, Jane estaba eufórica. Al fin había empezado su semana de vacaciones,
aunque tenía que compartir su tiempo con Maura con otras personas.

Lo primero que hicieron juntas fue ir y elegir un bonito árbol de Navidad para ponerlo en el salón.
Después de las discusiones sobre que tenía que ser sostenible decidieron ir a un vivero en Maine
donde por cada abeto talado plantaban uno nuevo. Una vez cargado en el coche se detuvieron para
comer y hacer unas pequeñas compras por la zona, comprando decoraciones para su primera
Navidad juntas.

Mientras regresaban a Boston, Maura conectó su mp3 a la radio del coche y comenzó a cantar
cancioes de Navidad. Hubo muchas risas, besos y música durante la decoración de su árbol.

Después de colocar la punta en la parte superior Jane se bajó de la escalera.

- Es maravilloso, ¿No crees Jane?Nuestra primera Navidad!- dijo la mujer abrazándola.

- Estoy my contenta Maura, no tienes ni idea de cuanto. Vamos a empezar nuestras propias
tradiciones y quiero hacerlo contigo todos los años, durante los próximos cien años.- respondió
poniendo un beso en su cabeza y apretándola aún más.

- Jane te amo tanto!- se besaron.

- No es posible, yo te amo más! - respondió con una sonrisa dulce.

- Eso no la libra de tener que pasar la aspiradoa ahora!Mira cuantas agujas de pino hay en el suelo! -
dijo riendo Maura.

- Mauraaaaa! - respondió Jane desconsolada.

La mujer rubia cogió la aspiradora y se la pasó.

- Vamos! Si haces un buen trabajo esta noche tomaremos hamburguesas y patatas fritas!- dijo sin

dejar de reír.
Durante la tarde Maura fue con su madre al local donde se organizaba la fiesta para definir los
últimos detalles y conocer los diversos partidarios del proyecto.

Jane por su parte decidió aprovechar que se quedó sóla para ir a recoger el regalo para su novia.
Conocía una tienda en el centro donde seguramente encontraría lo que necesitaba. Llegó, entró y se
puso a mirar a su alrededor. Después de un rato buscando encontró exactamente lo que quería,
pagó su compra y suspiró contenta. Ahora lo que necesitaba era el momento perfecto para dárselo a
Maura.

Mientras tanto Maura estaba ensayando en el escenario la canción para la gala. Fue muy difícil
sincronizarse con la reproducción, de vez en cuando olvidaba la letra y tenía que comenzar de
nuevo... Pero al final se las arregló para sumergirse por completo en la pieza. Era una canción que le
gustaba mucho y además era perfecta para la época del año en la que se encontraban: All I want for
Christmas is You, de Mariah Carey, y tenía la intención de dejarle clara a Jane para quien iba dirigida.

Su madre estaba muycontenta de ver a su hija tan despreocupada y feliz, rara vez la forense se
dejaba llevar, pero esto era el resultado de su nueva novia.

- Felicidades querida! Hiciste un gran trabajo ahí arriba! - dijo dándole un beso en la mejilla. - Estoy
segura de que Jane se va a quedar muy sorprendida.

- Eso espero madre. Aunque me temo que pueda estar un poco irascible.- respondió riendo.

- Debido a que te ama y te quiere sólo para ella. Es algo muy agradable, ojalá tu padre se pusiese así
por mi. - dijo sorprendiéndola. Constance Isles no era una persona que dejara ver sus sentimientos. -
¿Jane se ha comprometido a hacer de Santa Claus?

- Sí, sabes que cuando hay niños pequeños de por medio siempre está dispuesta.- respondió con una
sonrisa.

Cuando llegó a casa se encontró con que Jane ya había preparado la cena con velas y música de
fondo.
- Entonces mi hermosa médico ¿Cómo ha ido el ensayo? - dijo tomándola en sus brazos y bailando.

El corazón de Maura se saltó un par de compases, cada vez que estaba en los razos de Jane perdía el
contacto con la realidad.

- Bueno, me aprendí mi canción de memoria. Todo está listo para el evetno y después seremos sólo
nosotras dos.- respondió apoyando la cabeza en su hombro, cerrando los ojos y dejándose llevar
siguiendo el ritmo de su compañera.

- Mhhmmmm, no epera. ¿Qué cantas?

- Es una sorpresa, pero creo que te va a gustar mucho.- respondió riéndose y dándole un largo beso.

No me gusta cuando te ries así Maur... por lo general tendré problemas. - le dijo mirándola con
recelo.

La mujer rubia se rió. Se apartó de ella y se sentó a la mesa.

- Qué detective! No querrás que me muera de habre, no? Vamos a ver lo que has preparado!

- Mujeres... serás mi ruina!- le respondió dándole un beso. Se sentó y se pusieron a cenar mientras
se contaban su día.

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Capítulo 3
Había llegado el día de la fiesta benéfica, Maura estaba ocupada con los últimos detalles por lo que
no pasaba mucho tiempo en casa. Jane sólo la había visto un momento durante la pausa para comer
pero después se había tenido que marchar de nuevo. No le gustaba no poder tenerla siempre a su
lado pero entendía que esto era algo que su compañera hacía de manera particular, sonrió en ella
haciendo el último ensayo. Seguramente habría sido agradable verla y no podía esperar para echarle
un vistazo. En un momento Jane se dirigía a donde se llevaría a cabo el evento.

El salón estaba brillantemente decorado, todas las mesas habían sido reservadas y la subasta sería
un éxito. Jane estab nerviosa, quizá más que Maura ya que no le gustaba la cena que subastaría. Y el
hecho de que no sabía que iba a cantar y, sobre todo, cómo se iba a vestir le moestaba mucho. Jane
había decidido que se iba a poner un vestido negro de noche. Era negro, un poco escotado por
delante aunque no excesivamente, se había dejado el pelo suelto como le gustaba a la forense y un
maquillaje ligero. Se sentó en la mesa que habían reservado a la que posteriorete se unieron su
madre, Korsak, Frost e incluso Constance.

- Oh mi bebé! Que bien te queda ese vestido!-le dijo Ángela conmocionada.

- Tu madre tiene razón, estas hermosa. - dijo Korsak, a lo que Frost asintió vigorosamente con una
gran sonrisa.

- Oh, parad! Sólo lo hice por Maua, espero que le guste. Todavía no nos hemos visto. - respondió
sonrojándose.

- Estoy segura de que le gustará mucho, Jane. Estás muy guapa. - dijo Constance.

/>Las luces se apagaron, un foco iluminó el escenario y la sala se quedó en silencio. Detrás de la
cortina Maura estaba aterrada, ¿y si algo sale mal? ¿ y si me olvido la letra?. Ya era demasiado tarde,
pues se había anunciado su número. Se escuchó una campana, se abrió el telón y Maura empezó a
cantar.

Jane se quedó sin aliento tan pronto la vio, llevaba un impresionante vestido rojo que dejaba ver sus
fantásticos pechos bajo el que se veían unos zapatos de tacón rojo y un gorrito de Santa en la
cabeza. Se movía con sensualidad siguiendo el ritmo de la música, moviendo las caderas y la pelvis,
balanceándose mientras señalaba a Jane.
"I don't want a lot for Christmas

There is just one thing I need

I don't care about the presents

Underneath the Christmas tree

I just want you for my ow

More than you could ever know

Make my wish come true oh

All I want for Christas is you"

Durante toda la canción no rompieron el contacto visual, siempre con una dulce sonrisa en la boca.
Jane ya no podía respirar sólo quería subir al escenario, cogerla y besarla hasta quitarle la
respiración. Su autocontrol estaba desapareciendo, estaba realmente sorprendida. Definitivamente
tenía que llegar al escenario, ahora! Los compañeros de mesa de la morena notaron su reacción y se
rieron dándose codazos. Incluso Constance sonrió cuando vio el efecto que su hija había causado en
Jane. Cuando la canción finalizó Jane tomó un largo trago de agua tratando de contener su emoción.
/>De inmediato comenzó la subasta y por supuesto todos los hombres del salón estaban
embelesados con la belleza de Maura. Jane estaba liternalmente echando humo por las orejas y les
echaba miradas asesinas a todos los que levantaban la pala. No podía soportar la idea de dejar a su
mujer con otros hombres a pesar de que sabía que Maura no haría nada anormal. Pero la simple
idea la ponía furiosa.

- Hey Jane! Calma! - dijo Korsak riendo. - Por suerte no tienes tu arma de fuego contigo.

- No me parece gracioso! Si no paran de hacer ofertas, arrestaré a todos!-gruñó.

Luego hizo algo de locos, levantó la pala y ofreció una cifra astronómica, probablemente todos sus
ahorros.

- Oh bebé! ¿Qué estas haciendo? - gritó Ángela.

- Silencio! - respondió enojada.

Maura lo había visto todo desde el escenario y estaba desconcertada, estaba segura de que Jane no
podía permitirse una oferta tan alta Lágrimas de alegría se escapaban de sus ojos. Nadie hizo otra
oferta por lo que Jane ya se estaba levantando para recoger su premio cuando otra persona ofreció
mucho más. Se quedó inmóvil, petrificada. Se giró lentamente fulminando con la vista al hombre.
Era uno de los principales socios del hospital y Jane no podía competir con él. Se sentó desesperada,
segura de que ahora la subasta se cerraría, mirando a la mujer rubia que se llevó las manos a la boca.
Pero se escuchó una voz proveniente del fondo de la sala, se dio la vuelta y una enorme sonrisa
apareció en el rostro de las dos mujeres. El profesor Isles había relanzado la subasta con una
impresionante suma

en el último momento.

MMaura bajó del escenario e ir ha abrazar a su padre, Jane se unió a ellos para darle las gracias.

- Oh papá! Muchas gracias!- dijo Maura dándole un gran beso en la mejilla.


- De nada Maura! Consideralo mi regalo de Navidad y ve a cenar con Jane. - respondió mirando a las
dos mujeres.

- Gracias, profesor!- dijo Jane dándole la mano.

- Basta ya de tantas muestras de afecto, me estáis avergonzando! - dijo el hombre riendo.- Divertíos!
- concluyó yéndose a saludar a su esposa.

Fueron todos juntos a a mesa donde sus amigos felicitaron a Maura y empezar a hacer bromas sobre
Jane.

- Oh Doc! Deberías haber visto la cara de Jane en cuanto apareciste en el escenario. Los ojos se le
iban a salir de la cabeza! - dijo Frost riendose como un loco.

- Nunca me había reido tanto en la vida. Parecía que tenía un fuego debajo de la silla pues no podía
estarse quieta.- continuó Korsak.

- Ustedes dos son de lo peor. - les respondió Jane, sonrojándose.

Maura se volvió hacia ella sonriente.

- ¿Bailamos?

Jane se puso de pie con la mano extendida y se fueron al centro del salón donde ya había otras
parejas bailando.

- Aún no te he dicho lo guapa que estás con ese vestido Maur... - susurró en su oído, abrazándola y
dándole un ligero beso en la mejilla.
- Y tu Jane... ese estido negro... ¿sabes el efecto que tiene en mi, no?- respondi con una voz
seductora mirándola a los ojos.

La morena traga

- Maura... vámonos a casa, ya! o tendrán que detenerme por exhibicionista. - respondió con un tono
bajo, moviendo

su mano hacia la parte final de la espalda de la rubia, tocando la piel expuesta.

Maura se estremeció aferrándose aún más a Jane.

- No puedo, tengo que estar en el evento y luego tenemos nuestra cena, o no quieres tu premio? - le
respondió dándole un rápido beso en los labios con una sonrisa traviesa.

- Por su puesto! pero no puedo hacer lo que quiero en público... no creo que pueda resistir mucho
más Maur- susurró empezando a besarle la oreja sensualmente.

- Oh Dios, Jane... para... - respondió con un gemido con los ojos cerrados.

La situación estaba llegando a su punto de ebullición. Afortunadamente la música estaba


empezando a parar. Se miraron. Respiración entrecortada, el rostro rojo...

- Volvamos a la mesa, terminamos lo más rápido posible, cenamos y después nos vamos corriendo
para casa.- dijo Maura dándole un beso muy caliente que no hizo más que aumentar el deseo de
Jane.

El resto de la noche pasó bastante rápido. A lo largo de la cena las dos mujeres se intercambiaron
multitud de miradas llenas de pasión. Legados al postre Maura cogió el menú donde un pastel llamó
su atención. Jane decidió pedir una panna cotta.
- ¿Las mueres han elegido?- preguntó el camarero.

- Sí, para mí una panna cotta. - respondió Jane.

- A mi me gustaría un trozo de tarta Selva negra. - dijo Maura mirando a su pareja relamiéndose los
labios.

Jane se sonrojó, le faltaba el aire. Estaba a punto de comenzar una tortura y ella todavía no lo sabía.
Llegaron los postres y Maura comenzó a degustar su pastel lentamente emitiendo pequeños

gemidos. Lentamente lamió la cuchara. Cogió con sus dedos una cereza, mirando a Jane con pasión,
cerró los ojos y con una lentitud exasperante la puso en su boca, después cogió otra pero esta vez
chupando una pequeña parte. Jane se quedó sin palabras, la cuchara con su postre suspendida en el
aire. No podía decir nada, sus ojos se oscurecieron. Dejó los cubierto y apretó el borde de la mesa
tan fuerte que sus manos se pusieron blancas.

- Maur... - gimió. - Basta, Basta... al diablo... - dijo con una voz tan llena de deseo que hizo gemir a la
doctora.

- ¿O qué?- respondió Maura mientras continuaba emitiendo gemidos cada vez que comía un trozo
de tarta.

Jane se levantó de un salto. La tomó de la muñeca.

- Vamos, ahora! - y la arrastró hacia la salida.

Ni siquiera se dieron cuenta de que el resto de personas de la mesa se estaba partiendo de risa. Se
metieron en el coche, Jane condujo como una posesa llegando incluso a encender la sirena lo que
provocó la risa de Maura. Después de la loca carrera con el coche llegaron al fin a su casa. Tan
pronto entran Maura golpea la espalda de su compañera contra la pared, Jane empieza a besarla en
diversas partes del cuerpo sin descanso. Luego pasa a sus labios, un beso posesivo que transmite
todas las emociones que la morena contenía en su interior.
- Dios Maura, no tienes ni idea de lo que has provocado. Te amo tanto, desde el primer momento
que te i en ese escenario deseaba besarte, Te amo con locura. - dijo entre besos, suspiros y gemidos.

Maura no respondió, la besó de nuevo con más pasión. Luego saltó a su regazo poniendo sus piernas
alrededor de su cintua. E esido se levantó dándole a Jane un mayor acceso a sus piernas
sosteniéndola contra la puerta.

- Jane... no pares, no lo hagas por favor, vamos a la habitación que no puedo esperar más. -
respondió entre besos.

La morena la puso en el suelo. Llegaron a la habitación sin dejar de besarse. Se miraron. Jane se dio
la vuelta para que Maura le bajara la cremallera del vestido que dejo caer al suelo dejándola en ropa
interior. Ella sonrió y se giró de nuevo para quitarle el vestido rojo que reveló un sujetador y unas
bragas del mismo color que le vestido. La acostó en la cama observando la mirada depredadora de
su compañera. Jane se quitó los zapatos y comenzó a moverse sensualmente por la cama llegando a
la altura de la cara de Maura y besándola de nuevo.

- Gracias por la canción, por tu vestido y también porque siempre eres tan hermosa, atractiva,
inteligente, divertida, y sobre todo mía!- le dijo antes de continuar besando su cuello, sus hombros y
seguir bajando hacia sus pechos.

Maura la levantó tirando de ella hacia su boca y dándole un beso como respuesta a las palabras que
había oído. Ese beso contenía todo el amor que sentía por esta mujer. Fuera de la habitación había
comenzado a nevar pero ellas no se dieron cuenta de nada, lo único que existía en ese momento
eran Jane y Maura.

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Capítulo 4

Se despertaron más tarde abrazadas. Jane se estiró abriendo poco a poco los ojos. Lentamente se
alejó de Maura para ir al servicio y ponerse algo de ropa porque tenía frío. Al volver a la cama miró
casualmente por la venta y vio que todo estaba cubierto por una capa blanda y pesada de nieve, su
alegría era incontenible y empezó a dar pequeño saltos mirando a su compañera que se acababa de
despertarla y le estaba sonriendo.

- Maurr... nieva, hay nieve! Vístete que salimos ahora! - dijo mientras saltaba por la cama y le daba
un beso.

- Jane! Pero al menos desayunemos antes, y tengo que ducharme primero! - respondió riendo de
buena gana. Amaba el lado infantil de Jane que podía ser dulce y determinada aunque también muy
dulce.

- Uf! Pero yo quería salir ahora... - dijo poniendo ojitos de cachorrito.

- Vale Jane, primero nos duchamos y comemos algo y te prometo que cuando acabemos salimos! -
contestó poniendose de pie.

- Mhmmm ¿Dijiste que primero nos duchabamos? Me encanta esa idea doctora! - dijo sonriendo
sensualmente, se puso en pie le dio una palmada en el culo y dirigiéndose al baño. - Así que,
¿vienes? - gritó.

Maura sacudió la cabeza, riendo.

- Voy!

Según lo prometido después del desayuno salieron al jardín. Jane recogió la nieve y a continuación
comenzó a perparar un muñeco de nieve con Maura. Hicieron una batalla de bolas de nieve, riendo y
bromeando rodeadas por el pequeño terrier que trataba de comer los copos de nieve que caían.
Después entraron y se tomaron un chocolate caliente.
- Más tarde vamos

al hospital, así conocemos un poco a los niños y vemos como preparar la visita de Santa Claus y los
regalos. - dijo Maura.

- Vale, ¿ya tienes el traje? Tendré que rellenarlo un poco para que sea más creíble. - dijo Jane.

- Si, ya tenemos todo. Lo puse en la habitación de invitados.

- Entonces lo pruebo ahora para ver si hay algo mal y así poder arreglarlo antes de esta noche. - dijo
yendo hacia la habitación. Poco después salió, Maura sonrió divertida y se levantó para ir hacia ella.

- Pero mira que bien que me vino a visitar Santa Claus! - dijo poniéndose de puntillas y dándole un
beso.

- Ho, Ho, Ho! He aparcados el reno en su patio bella dama, ¿quiere dar un paseo en mi trineo? - dijo
Jane con un bozarrón y moviendo las cejas.

- Tonta! - dijo entre risas dándole otro beso.

Jane la tiró sobre el sofá.

- ¿Así está mejor, mi bella dama? - dijo usando la misma vez y besándola largamente.

-Sí, sin duda... - respondió la forense entre besos. - Pero ahora cámbiate que tenemos que irnos.
- Vale, pero vamos en mi trineo!- respondió riendo mientras se iba a cambiar otra vez.

Llegaron al hospital a primera hora de la tarde. En cada habitación había niños con diversas
enfermedades, desde las más graves a aquellas que por suelte se resolverían. Para Jane era
desgarrador ver esas caritas tristes. Habló con casi todo el mundo tratando de hacerles reír con sus
expresiones divertidas. Mientras tanto Maura la miraba con una gran sonrisa llena de amor. Era
innegable que su compañera

tenía un feeling especial con los niños. Mientras estaban en el área de ortopedia pediátrica un
hombre se acercó a Maura.

- Dr. Isles, soy el doctor Marcus West. Muchas gracias por venir y aceptar llevar a cabo la sorpresa
para nuestros pequeños pacientes. - dijo el hombre.

- Es un placer Dr. West, estamos muy felices de estar aquí y de paso aprovecho para hacerle saber
que la subasta ha ido muy bien y hemos logrado reunir una cifra considerable de dinero que pronto
les haremos llegar. - respondió ella sonriendo.

- Genial! Incluso podremos tratar a más pacientes. Veo que su amiga es muy buena con los niños. -
dijo mirando a Jane que estaba sentada en el suelo con un grupo de niños que escuchaban
embelesados sus historias de policía. Maura sonrió.

- Si, ella es muy hábil, y es mi compañera además de ser mi mejor amiga. - dijo con orgullo. El doctor
la miró sonriente.

- ¿Pero realmente fuiste capaz de saltar desde el techo? - le preguntó un niño con la boca abierta.

- Claro! Me perseguía a una velocidad vertiginosa y luego... Boom! Salté sobre él.- Y repitió la acción
saltando sobre el niño y haciéndole cosquillas.

Todo los niños se reían felices a excepción de una que los estaba observando un poco apartada.
Tenía una trenza oscura y dos ojos negros inteligentes, unas muletas la ayudaban a caminar. Jane la
vio, sus ojos se encontraron y una pequeña sonrisa apareció en el rostro de la niña que se acerca
lenta y laboriosamente al grupo que se iba disolviendo poco a poco al ser la hora de la merienda. Se
puso de pie y fue a su encuentro.

Hola, soy Jane, ¿Cómo te llamas? - le preguntó con una sonrisa.

- Soy Julia, ¿realmente eres detective? - le preguntó curiosa.

- Por supuesto! ¡Mira! - y le enseñó la placa. La niña la miró con asombro y luego se sentó en una
silla dejando las muletas a un lado.

- ¿Puedo cogerla?

- Aquí tienes. - respondió Jane dándole la placa y agachándose para ponerse a su altura. Julia la tomó
con reverencia comprobó que estaba fría y que era muy brillante, después se la devolvió con una
sonrisa.

- Es realmente bonita, debes estar feliz de tenerla. - dijo con una sonrisa tímida. - Sabes, a mi me
gustaría algún día ser una mujer policía. Atrapar a los malos y meterlos en la cárcel. - respondió
seriamente arrancándole una sonrisa a la morena.

- Estoy segura de que lo conseguirás. - respondió Jane acariciándole la cabeza. Una enfermera se
acercó a hablar con la niña.

- Julia, es la hora de tu rehabilitación. - dijo.

- Pero ahora no puedo! Estoy hablando con mi nueva amiga! - le respondió a la enfermera.
- Vamos a hacer una cosa Julia. Tu vas a rehabilitación y mientras yo te espero aquí para poder
seguir hablando después. - dijo Jane con una sonrisa.

- ¿Me lo prometes? - Le respondió Julia con una mirada muy parecida a la que puso Jane.

- Te lo prometo por mi placa. - respondió con un guiño.

La niña sonrió y se fue acompañada de la enferma hacia la sala de rehabilitación.

Maura había observado toda la escena. Jane se acercó a su pareja acompañada

del médico.

- ¿Qué le pasa a Julia?

- Tuvo una lesión causada por un terrible accidente de tráfico. Se golpeó la espalda y el violento
impacto le causo una lesión en el disco espinal y se rompió una pierna. La operamos y ahora se está
recuperando. El problema es que ha perdido a ambos padres y no tiene a nadie que se pueda ocupar
de ella, una vez termine el tratamiento será llevada con los servicios sociales. - dijo el médico con
tristeza.

- Oh, Dios mío... eso es horrible! - dijo Maura. Jane trago un par de veces.

- Que injusto - dijo apretando los puños. - ¿Cuántos años tiene?


- Casi siete años, es una niña muy linda e inteligente. Siento tanto que tenga que terminar en una
casa de acogida.

Jane se sorprendió por lo que el destino le deparaba a esa niña. Un velo de tristeza la acompañó
durante el resto del tiempo que pasó en la sala. La enfermera fue a por ella cuando Julia terminó la
rehabilitación, pues estaba en cama demasiado cansada para levantarse. La detective entró en su
habitación.

- Hey campeona! Me dijeron que estás haciendo bien tu trabajo, eres muy dura eh! - dijo con una
sonrisa-

- Es muy difícil, siempre me duele la espalda y la pierna. Y me da mucho sueño. - dijo con un bostezo.

- Entonces descansa. - Jane comenzó a salir, pero la niña se lo impidió.

- No me dejes. Quédate conmigo y cuéntame alguna historia sobre meter a los malos en prisión. -
dijo con una mirada que le rompía el corazón.

Se sentó a su lado, tomó su mano entre las suyas y comenzó a hablar sobre detener a las personas,
de su trabajo y lo bien que la forense trataba de entender como habían muerto, de lo hermosa e
inteligente que es... Maura se había quedado fuera de la habitación, pero podía oírlo todo. Lágrimas
rodando por sus mejillas. Julia se quedó dormido tan pronto como Jane salió de la habitación,
encontrando a su compañera sentada esperándola. Se levantó y le dio un gran abrazo poniendo su
cabeza sobre su pecho.

- Jane Rizzoli tengo tanta suerte de haberte conocido, ser tu pareja me hace la mujer más feliz del
mundo. Tiene un corazón enorme! - dijo conmocionada.

Jane le dio una sonrisa dulce y la besó suavemente en los labios.


- Soy yo la privilegiada, doy gracias al destino por haberte puesto en mi camino. - respondió
secándose las lágrimas con los pulgares. - Basta de llorar, hay que prepararse porque Santa Claus
está llegando!

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Capítulo 5

Todos los niños que podían moverse se reunieron en la gran sala del hospital, que había sido
decorado con un gran árbol de Navidad. De repente las luces se apagaron y se abrió una puerta.

- HO, HO, HO! Pero, ¿qué ha pasado? ¿Por qué está todo oscuro aquí? Duendes dadme luz!- gritó
Jane usando su voz profunda.

Las luces se encendieron, y todos los niños empezaron a llorar y reír.

- ¡Mira! Es Santa!
- Es él, te dije que nos iba a venir a visitar.

Corrió hacia la mujer que se rió agarrando el brazo de alguien, luego se sentó y empezó a repartir los
regalos, ayudado por otros miembros de la fundación que estaban vestidos como duendes. Maura
parecía que se divertía, sosteniendo en sus brazos a una niña adorable, que jugaba con su pelo. Por
un momento la tristeza que reinaba en el hospital fue eliminada y reemplazada con la risa y la
alegría. Jane entró en cada habitación para darles los regalos a los niños que no se podían mover,
seguida por Maura que se había puesto un sombrero de duende. Finalmente llegó a la habitación de
Julia.

- Hola princesa! Te traje algo especial. - dijo la morena utilizando un tono bajo. La niña la observó un
poco y después le dio una enorme sonrisa.

De su bolsa sacó un disfraz de policía completo que incluía una placa. Julia era la viva imagen de la
alegría. Una vez que abrió el regalo cogió primero su objeto favorito. Luego le hizo una seña, le dio
un beso en la mejilla y abrazándola

le susurro

- Gracias Papá Jane!


La mujer morena se quedó sin habla.

- ¿cómo me reconociste? - le preguntó.

- Por tus ojos son buenos y hermoso! - Le respondió acercando la placa a su corazón. Jane le dio una
sonrisa dulce y la abrazó dándole un beso en la cabeza.

- Te convertirás en una increíble detective, pequeña princesa.

- ¿Volverás a visitarme? - preguntó sin separarse de su abrazo.

- Siempre que pueda, y Julia es una promesa! - respondió. La niña asintió y la soltó.

- No le diré a nadie que eres Santa Claus, te lo prometo por mi placa! - dijo Julia con un tono serio.
Julia miró a la rubia que tenía lágrimas en los ojos y guiñándole un ojo le hizo un saludo con la mano.

- Gracias a ti también duende Maura!- La doctora se acercó a abrazarla.

- De nada pequeño tesoro, de nada! - Se volvieron y salieron de la habitación.

Durante todo el camino de vuelta a casa de Jane estuvieron en silencio. Maura la miró varias veces.
Sabía muy bien lo que su compañera estaba pensando.

- Jane, ¿sabes qué? Julia me recuerda mucho a ti! - dijo.

La detective, volvió la cabeza por un momento con una sonrisa.


- Esa niña es adorable. Y me parece atroz que deba pasar las vacaciones encerrada en una habitación
de hospital. Y lo peor es que seguramente vaya a terminar en algún lugar en el que nunca se
encuentre bien. - respondió mirando de vuelta a la carretera y suspirando con tristeza.

- Es la noche de Navidad Maura, hay nieve y estás conmigo. Debería ser la persona más feliz del
planeta, pero no puedo dejar de pensar en ella. - dijo conteniendo las lágrimas.

Maura puso su mano en la pierna de Jane acariciándola suavemente. Un pensamiento se abrió paso
en su mente, y puso una leve sonrisa. La cena tuvo lugar sin mucho entusiasmo, Jane tenía pocas
ganas de comer por lo que decidió ponerse delante de la televisión en busca de algo que pudiera
distraerla. Maura hizo una llamada telefónica y luego se sentó a su lado. Una manta caliente y ellas
dos sujetas en un fuerte abrazo.

- Jane realmente estuviste impresionante hoy, a todos los niños les encantó! Les hizo muy feliz. Estoy
muy orgullosa de ti. - dijo dándole un beso aferrándose más a ella.

- Gracias Maura, lo disfruté mucho. Y aunque sólo sea por un corto periodo de tiempo les dimos un
poco de felicidad. - respondió con una sonrisa. - De todos modos, con ese gorrito de duende estabas
muy mona y atractiva!
- Jane! - respondió dando un pequeño golpe en el brazo, riéndose y acurrucándose en sus brazos,
cerrando los ojos y dejando que su pareja le acariciara el pelo. Se quedó dormida. Jane la miró
dándose cuenta de que no podía vivir sin ella. Era imposible pensar en un futuro sin Maura a su lado.

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Capítulo 6 - Final

Era casi medianoche. Jane apagó el televisor y suavemente la despertó con un pequeño beso.

- Hey dormilona, ya casi es Navidad! - susurró. Maura abrió los ojos.

-Uhmmmm me quedé dormido, eres muy cómoda como almohada. - dijo besando a su compañera
que le devolvió el beso con pasión. Jane la levantó, encendió la radio y la llevó cerca del fuego. Puso
unos cojines en el suelo y la sentó a su lado tomando sus manos entre las suyas. Estaban casi debajo
del árbol. Se aclaró un poco la voz nerviosa. Tomó una respiración profunda.

- Maura, esta es nuestra primera Navidad juntas como pareja. Todavía no me lo puedo creer. A veces
te miro y me pregunto por qué decidiste continuar tu vida conmigo. Eres tan hermosa que cada vez
que te miro me quedo aturdida, me paso los días enteros mirándote. No puedo prometerte que
siempre vamos a estar tranquilas, pero sí que te puedo asegurar una cosa y es que siempre le haré
feliz, te amaré y respetaré.
Entonces sacó de su bolsillo una caja de terciopelo azul y la abrió. Dentro había dos anillos. Pero
estos eran especiales. La tomó de la mano izquierda, besó el anillo y se lo puso en el dedo con la
punta del corazón hacia las puntas de los dedos, y luego continuó.

- Es el anillo de Claddagh en Irlanda se usa como anillo de compromiso. Las manos simbolizan la
amistad, la corona simboliza la lealtad y el corazón el amor. Tienes mi amistad, mi lealtad y mi amor
incondicional. Mi corazón te pertenece Maura Isles. - dijo dándole un largo beso.

La forense tomó la cara de Jane para continuar el beso entre lágrimas. Luego, mirando a su
compañera.

Oh, Jane... Te amo, no existen palabras para explicar cuánto Te quiero. Eres una mujer hermosa,
fuerte, inteligente y generosa. Me encanta todo de ti y quiero seguir estando a tu lado durante otros
mil años. Te amo mi dulce detective, Te amo!

Tomó el otro anillo y lo puso en el dedo de la mano izquierda de su compañera. Volvió a besarla
abrazándola por el cuello mientras se sentaba en sus rodillas. El reloj dio la medianoche. Afuera
seguía nevando.
- Feliz Navidad Maur. - dijo haciéndola levantarse.

- Feliz Navidad Jane. - respondió abrazándola y se pusieron a bailar la canción de Navidad que
sonaba en la radio.

********

El día de Navidad en la casa de Maura y Jane nunca había sido tan hermoso y feliz, estaban sus viejos
amigos Korsak, Frost; los hermanos Jane y tampoco faltaba TJ que estaba sentado bajo el árbol
abriendo sus regalos con Jo Friday que corría de un lado a otro con un trozo de papel en la boca,
entre la risa y las lágrimas de todos. Ángela que ya habían tomado al menos 100 fotografías. Frank
sentado en el sofá ocupado comiendo aperitivos. Bass se había retirado a la habitación de invitados,
había demasiada gente para su gusto. Jane aún tenía un toque de tristeza en los ojos que por lo
general estaban brillantes, pensaba en Julia que estaba sola en la habitación del hospital. El timbre
sonó.
- ¿Maur estás esperando a alguien más? - le preguntó Jane mirándola.

- ¿Por qué no vas a abrir y miras quién es? - dijo con una enorme sonrisa.

La morena la miró con desconfianza,

pero fue a abrir la puerta.

- Qué habrás hecho doctora... - pero las palabras murieron en su garganta.

- Hola Santa Claus Jane! - en la puerta estaba Julia con una enorme sonrisa en su rostro acompañada
por el Dr. West.

Jane se la apresó entre sus dándole un beso en la mejilla comenzando a reír.


- Mi princesa! ¡Qué sorpresa! - dijo con tono emocionado. Dejó pasar al médico. Luego se volvió
hacia su compañera, que la miraba con lágrimas en los ojos. Maura se acercó.

- Feliz Navidad, Santa Claus Jane! - La besó en la mejilla y luego hizo lo mismo con Julia que seguía
aferrada al cuello de Jane.

- Feliz Navidad para ti también duende Maura! - le respondió sonriendo.

Jane estaba encantado, pequeñas lágrimas caían por su rostro. Se inclinó hacia su compañera y le
susurró:

- Gracias Maura, gracias! Te amo tanto, era mi deseo tener a Julia aquí con nosotros, Te amo! - y le
dio un rápido beso en los labios. Luego se dirigió hacia el resto manteniendo a la niña en sus brazos.

- Familia, amigos os quiero presentar a Julia, la futura detective del equipo de homicidios de Boston.
- dijo con orgullo y una enorme sonrisa.
Todos fueron a saludarla. Ángela, obviamente, llorando como una regadera.

- Oh Dios Mío Jane! Cuánto se te parece!" dijo entre lágrimas.

Jane la sentó muy suavemente en el sofá poniéndose a continuación a su lado.

- ¿Sabes que me has dado un regalo maravilloso? - le dijo acariciándole la cabeza.

- ¿Estas contenta? Me quedo contigo todos los días de fiesta! El Dr. West dice que si me siento mal
Maura sabe cómo cuidarme. - respondió ella, girándose y tendiéndole la manita a la forense que
corrió a sentarse al otro lado tomándola entre las suyas.

Julia había robado un gran pedazo del corazón de Jane. Llegaría a ser muy importante para ella.
Ángela anunció que la cena estaba servida. Jane volvió a besar Maura.

- Nunca voy a poder agradecértelo lo suficiente Maura, te amo.- y luego se fue hacia la mesa. - Feliz
Navidad a todos. - dijo con una sonrisa.
La nieve todavía caía abundantemente, la familia estaba reunida, Maura estaba con ella, y ahora
también la pequeña Julia. Todo lo que Jane quería estaba en esa habitación llena de alegría y amor.

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