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Sinopsis
Lauren Jauregui es un imán para las enfermedades. Al nacer, debió de someterse a un trasplante de
corazón, pues el suyo tenía un gran agujero en el. Antes de cumplir un año ya había sufrido de varicela,
sarampión, meningitis y otitis, esta ultima al menos dos veces. Al año y medio una fiebre la dejo en
cama durante semanas. Los doctores les dijeron a sus padres que no viviría, pero Lauren lo hizo. A los
cuatro años los doctores les dijeron a los padres de Lauren que su trasplante de corazón estaba siendo
rechazado por su organismo. A los cinco se sometió a otro trasplante. A los siete, le extirparon el
páncreas. A los once, su corazón fue rechazado nuevamente. Sí, esto indico otro trasplante. A los doce,
Lauren estaba deprimida, así que sus padres la llevaron al psicólogo. No es extraño que este le
diagnosticara algo también. Asperger. A los quince, Lauren dejo de asistir a la escuela y comenzó a
recibir educación en casa, pues su madre llego a la conclusión de que era lo mejor para ella. A los
dieciséis, Lauren estaba más deprimida que nunca, sin amigos, escuchando música a alto volumen
mientras miraba por la ventana de su habitación, saludando a la anciana señora Marta durante las
mañanas. Y como siempre, vino otro problema: los riñones de Lauren comenzaron a fallar. Recibió varia
donaciones, pero todas las rechazo al instante. Ahora Lauren vivía de la diálisis tres veces a la semana.
Pero eso no era todo… Su corazón, de nuevo, estaba siendo rechazado.
Luego estaba Camila Cabello, una niña que solo había tenido un par de gripes en su infancia. Cuando su
abuela, Marta Estrabao, murió y su madre heredo la casa por ser su única hija, Camila debió decir adiós
a su vida en el hermoso México y decir hola a la ciudad de Miami. Los primero días fueron difíciles.
Camila conocía el idioma desde pequeña, pero aun así se le dificultaba entender algunas cosas. La
escuela fue difícil también. Allí no tenía amigos, y al ya tener 17 años, estar en el último curso y ser una
chica no muy dada a hacer amistades fácilmente, la hizo sentirse como una persona solitaria y deprimida
durante los primeros meses. Luego, sin saber cómo, conoció a Dinah y Normani, y su vida dio un giro
drástico. Podría decirse que Camila Cachutt era feliz… Lo era hasta que un chico, Austin, comenzó a
acosarla y ella termino confesándole su gran verdad solo para que la dejara en paz. Sí, Camila era
lesbiana. Dinah y Normani no se alejaron de ella, pero eso no evito el montón de burlas que comenzó a
recibir diariamente… Así fue como Camila se convirtió en una joven deprimida que, al llegar a su casa,
se encerraba y lloraba en su habitación… Hasta que vio a la chica de ojos verdes que la miraba desde la
casa de enfrente.
CAPITULO 1
XX: A ver ¿Que tenemos acá?
YY: ¡Es Camila Cabello! ¡Nuestra lesbiana favorita!
Dinah: Luis, Austin, déjenla en paz. Se los advierto.
Camila: Déjalos, Dinah. No me importa.
Normani: Pero a nosotros si nos importa, Mila, y hasta que estos idiotas no te dejen en paz…
Luis: ¡Cállate de una vez! ¡Nosotros haremos con ella lo que se nos dé la gana!
Camila dejo escapar un gemido de terror. Sabía lo que aquellas palabras significaban. La golpearían…
De nuevo.
Luis y Austin se miraron y dejaron escapar una fuerte carcajada al unisonó. Luego, Luis miro a Austin y
asintió aun con su sonrisa de villano en el rostro.
Fue entonces cuando Austin sujeto el cabello de Camila con una mano, la hizo retroceder hasta los
casilleros y luego enterró su rodilla en su estomago. Un grito de dolor escapo de los labios de Camila y,
cuando el chico la soltó, cayó al suelo jadeando, intentado recuperarse del golpe. Lágrimas ya resbalaban
por sus mejillas.
Pero Austin no pudo culminar su frase, pues Dinah ya se había lanzado sobre él y estaba golpeándolo
con todas las fuerzas que tenía mientras Normani intentaba detener a Luis.
Camila no dudo ni un segundo en hacerlo. Con el estomago aun doliéndole, corrió y corrió hasta llegar
al estacionamiento. Una vez allí busco las llaves de su auto desenfrenadamente hasta dar con ellas. Un
minuto después, Camila surcaba las calles en dirección a su casa a máxima velocidad, con lágrimas en
los ojos y un terrible dolor en el vientre.
Al llegar, como siempre, la casa estaba vacía. Su madre y su padrastro solían trabajar hasta muy tarde, y
Sofi, su pequeña hermana, era cuidada por su tía durante las tardes. Camila suspiro. A veces deseaba
poder llegar, abrazar a su madre y contarle lo que había sucedido… Pero no podía.
Y cuándo tenía la oportunidad de decirlo, no lo hacía. No lo hacía porque tenía miedo de que la llamasen
cobarde. Ya tenía bastante con que todos en la escuela (Exceptuando Dinah, Normani y un par de gays)
la llamaran estúpida lesbiana. No quería ser la estúpida lesbiana cobarde.
Triste y adolorida, subió a su habitación y empezó a llorar.
Camila: ¡ERES TAN ESTUPIDA! ¡¿POR QUE NO DEJASTE QUE TE BESARA ESA VEZ?! ¡¿Por
qué, IDIOTA?! -se gritaba a sí misma, llorando sobre su cama.
…………………………………………….
Austin: Vamos, Camila, se que quieres hacerlo -Había dicho Austin mientras la mantenía presa entre los
casilleros y sus brazos.
Camila se sentía asqueada por su olor a sudor, por sus labios demasiado cerca de los suyos, por sus
brazos demasiado grandes para su gusto…
Camila se quedo callada. Sabía lo que sucedería que si lo decía. En México había cambiado de escuela
tres veces por esa razón.
Y lentamente, Austin acerco sus labios a los de Camila. Ella apretó los ojos fuertemente, esperando que
al abrirlos todo fuese una muy mala pesadilla. Pero no era así. Sus bocas casi se tocaban y Camila estaba
aterrada. Cuando Austin rozo sus labios ligeramente con los suyos, Camila ya no pudo contenerse.
Austin sonrío. Sonrío de esa manera en la que sonríen los villanos de toda película. Con malicia, odio y
unos grandes deseos de golpearle el trasero a alguien.
Austin sonrío aun más ampliamente, y Camila pensó que no iba a hacerle nada. Entonces la mano del
chico aterrizo en la mejilla de Camila, haciéndole voltear la cara y ver estrellitas por unos instantes.
Cuando Camila volvió a mirarlo, Austin ya no estaba sonriendo.
De repente, la canción de One Direction que usaba como tono de celular interrumpió su llanto. Atendió
su teléfono sin siquiera ver el nombre.
Camila: ¿Hola?
XX: ¿Mila, estás bien?
Camila: Si, Dinah… o al menos físicamente. Pudo ser peor… La otra vez me abrió el labio.
Dinah: Yo creo haberle roto la nariz, pero no estoy segura. Ojala los otros hayan tomado fotos y las
suban a Facebook. En serio quiero ver cómo le deje la nariz de payaso.
Camila río entre lágrimas. Dinah era la única que podía hacerla sentir mejor en aquellos momentos en
los que solo sabía odiarse a sí misma.
La risa de Dinah se escucho al otro lado del altavoz. Camila río también, contenta de que alguno de sus
chistes hubiese sido lo suficientemente bueno como para hacer a Dinah reír.
Alejandro: ¿Cómo te fu hoy, querida? -Pregunto su padrastro, quien era casi como su padre, pues vivía
con ella desde que tenía cinco años.
Camila: Como siempre…
Sinuhe: Vamos, Camila, danos más detalles… ¿Hiciste algo nuevo hoy?
Camila sonrío. Sus padres aceptaban tan bien su sexualidad que a veces Camila pensaba que ellos eran
los padres de su mejor amiga. Solo el padre de tu mejor amiga acepta tu sexualidad tan fácilmente, pues
no son sus hijos quienes sufrirán el maltrato y discriminación de la sociedad.
XX: Buenas tardes, Jauregui –La saludo una voz que conocía bastante bien.
Lauren: Ally Brooke Hernández, acabas de interrumpir mi crucigrama.
Ally: Lo siento. Solo quería hacerte compañía. Puedo irme si quieres.
Lauren sacudió la cabeza casi de inmediato. Le encantaban los crucigramas, pero su madre
sobreprotectora solo le permitía ver a Ally durante las diálisis y cuándo asistían a clases de piano, y en
estas últimas hablar era imposible con la estricta señora Hansen como profesora.
Lauren sonrió y luego hizo espacio para que Ally se sentara a su lado. En cuanto lo hizo, ambas se
quedaron en silencio, escuchando el sonido de la máquina de diálisis. Entonces Lauren rodeo a Ally por
la cintura con su brazo libre y apoyo su cabeza en su hombro. Era un abrazo. Torpe, pero lo era. Ally
respondió al abrazo de inmediato.
Eran pocas las veces en las que Lauren daba un abrazo espontaneo. Su psicóloga decía que era a causa
del Asperger, pero Ally creía que en realidad la personalidad de Lauren era así. ¿Por qué echarle la culpa
de todo a tu padecimiento? ¿Por qué no puedes ser tu mismo a pesar de todo?
El por qué las enfermeras hacían todo lo que Ally decía era bastante grande. Su padre era el dueño del
hospital, pero esto no quiere decir que Ally se aprovechara de ello. Ella no era una de esas chicas
presumidas y arrogantes. No, Ally era la mejor persona que jamás nadie pudiese conocer. Y su padre era
igual…
El padre de Ally había sido de gran ayuda durante toda la vida de Lauren. Cuándo Lauren necesitaba un
corazón, el padre de Ally ya tenía tres a su alcance. Cuándo Lauren comenzó a necesitar diálisis, el padre
de Ally ya la había hecho entrar en el programa. Cuándo necesito insulinas, el se las dio. Cuándo
necesito medicinas para evitar que su corazón fuese rechazado nuevamente, el padre de Ally ya se las
había entregado a su madre. El padre de Ally era como el ángel guardián de Lauren Jauregui.
Ally sonrió. Lauren no solía entender sus comentarios sarcásticos a causa del Asperger, así que Ally
muchas veces debía explicar las cosas. Pero esto no la frustraba. En realidad, amaba esto acerca de su
amiga.
La pequeña chica rodeo con sus brazos el cuello de Lauren y le beso la mejilla. Usualmente la chica de
ojos verdes no se lo hubiese permitido, pero ese día parecía estar de buen humor.
Ally: Lo que quise decir es que siempre encuentro lo que quiero encontrar.
Lauren: Igual sigues sin ser un duende.
Ally: Jamás dije que lo fuera.
Lauren: ¡Claro que sí! ¡Te escuche!
Ally: Lauren, no estaba hablando en serio. Sé que no soy un duende. Es solo una forma de expresión,
¿Entiendes?
Lauren: Sí, creo que sí pequeña NO duende.
Ally rio fuertemente y volvió a abrazar a Lauren, con cuidado de no golpear los tubos que estaban
limpiando su sangre.
Ally: Te quiero mucho, Jauregui –Susurro.
Lauren: Yo también te quiero, Brooke –Susurro Lauren.
Y la pequeña chica sabía que esto era verdad, pues Lauren solo solía decir esto cuando en verdad lo
sentía.
Ally: Mientras esperamos a que traigan tu historial, puedes contarme lo que hiciste hoy Lauren –
Sugirió, aburrida.
Lauren: También puedo no hacerlo.
Ally: Idiota, hazlo en serio. Quiero escuchar –Dijo Ally con una sonrisa en el rostro.
Lauren también sonrió. Pero no una sonrisa grande, no. Solo una sonrisa donde se levantaban una de las
comisuras de su boca.
Lauren se quedo pensativa. No recordaba que la chica le hubiese dado su nombre. Y tampoco recordaba
haberle dado el suyo.
“Mierda” Pensó. Y luego se dijo a si misma que necesitaba conocer con urgencia el nombre de la chica.
Ally: Bueno, está bien, no me cuentes –Dijo Ally, creyendo que el silencio de Lauren debía de ser
interpretado como una negación-… ¿Cómo sigue tu corazón?
Lauren: No he muerto, eso es bueno.
Ally: No tanto… -Dijo con una sonrisa.
Lauren: ¿Qué? –Pregunto herida.
Ally: ¡Estoy bromeando! ¡Lo prometo! ¡Es solo una broma! ¡Oh, Dios, soy una idiota! ¡Yo no debería
olvidar que tú no puedes entender algunas cosas, Lauren!
Lauren: Tranquila, Ally. Es mi culpa, no tuya.
Ally: No es tu culpa, Lauren. Tú no pediste tener Asperger.
Lauren: Soy una idiota –Dijo para sí misma.
Ally: No, Lauren –Dijo mientras le acariciaba la espalda con delicadeza-. Eres increíble.
La pequeña abrazo a Lauren de nuevo y recostó su cabeza contra la de ella luego de depositar un tierno
beso en la mejilla de su amiga.
Fue entonces cuando llego la enfermera con una carpeta entre manos.
Y así loa enfermera se fue, dejando a las dos amigas entre el silencio. Bueno, no un silencio total. Aun se
escuchaba las máquinas de diálisis y las conversaciones de los demás pacientes.
Lauren: Quiero ver esa cosa tan buena que hay en mi historial, Ally.
Ally: Espera, tengo que encontrarlo primero… y no solo es bueno. Es hermoso.
Lauren: Ally, una fistula arteriovenosa en el brazo izquierdo no es hermoso. Y menos cuándo lo hace ver
así.
Ally: No hablo de tu fistula, Jauregui… Además, no está tan mal.
Lauren: Eso dices tú…
Ally: Cállate Jau… ¡Lo encontré!
Lauren: Quiero verlo. Quiero ver esa cosa tan hermosa que tú dices está en mi historial.
La chica de ojos verdes sonrió al leer las palabras que Ally le estaba señalando:
“Lauren Jauregui”
CAPITULO 3
Cuándo Lauren llego a su casa estaba tan débil que su padre, Mike, debió subirla cargada hasta su
habitación, donde se quedo dormida casi de inmediato.
“Estúpidos efectos secundarios” Pensaba Lauren cada vez que la debilidad luego de una diálisis la
atacaba. “Estúpida enfermedad” Pensaba después.
Cuando su cuerpo le indico que ya había dormido más de lo que necesitaba, Lauren se sintió lo
suficientemente fuerte como para bajar las escaleras y cenar junto a su familia.
La cena transcurrió casi con normalidad.
Casi…
Taylor: Lauren –La llamo su hermana. Lauren volteo a mirarla, demostrándole que la estaba
escuchando- ¿Quieres salir a dar una vuelta conmigo y Chris?
Clara: Amor, sabes que su corazón está débil y no puede hacer ese tipo de esfuerzos…
Taylor: Entonces tal vez… podríamos… solo salir al jardín y mirar las estrellas.
Clara: Taylor, ella está cansada después de la diálisis… Solo… Déjala descansar.
Chris: ¡Deja que Lauren hable, mamá! –Dijo exasperado.
Mike: ¡No le hables así a tu madre, Chris!
Chris: ¡Entonces dile que le permita a Lauren hablar! ¡Ella no es muda!
Lauren: Taylor… yo… yo solo… -“Estúpida, la voz no debería fallarte” Se regaño a sí misma.
Clara: Ella hará lo que sea mejor para su salud. Y lo mejor para ella es quedarse acá en casa.
De repente, Lauren comenzó a chasquear los dedos lentamente. Era algo que hacía cuando estaba
estresada, indecisa o confundida. Mientras su familia peleaba en la mesa, ella los miraba sin saber que
decir, chasqueando los dedos sin ser consciente de este acto.
“¡Haz algo Jauregui! ¡No dejes que se peleen por tu culpa!”
Y con toda la velocidad que le permitían sus débiles piernas, Lauren subió a su habitación y cerro con
llave, aunque sabía que su madre tenía varias de repuesto, convirtiendo a este acto en un acto
completamente inútil.
Enojada con su madre, con su familia y consigo misma, Lauren se lanzo sobre la cama y comenzó a
llorar.
¿Por qué no podía ser normal? ¿Por qué no podía simplemente tener una ligera gripe de vez en cuando?
¿Por qué no podía simplemente tener malas notas en la escuela? ¿Por qué no podía ser solo una niña
estudiosa encerrada en una biblioteca? ¿Por qué tenía que ser la puta niña enferma que siempre parece
estar a punto de morir?
Clara: Lauren –La llamo su madre delicadamente a través de la puerta- Lauren, por favor, abre la puerta.
Quiero… Quiero hablar contigo.
Lauren: ¡YO NO QUIERO HABLAR CONTIGO!
Clara: Lauren, por favor, tranquilízate, no hagas ninguna locura.
Lauren: Déjame morir, mamá… -Suplico Lauren con lágrimas en los ojos.
Clara: ¿Qué?
Lauren: QUE ME DEJES MORIR. ¡YA NO PUEDO SALIR DE ESTA CASA! ¡YA NO PUEDO VER
A ALLY SI NO ES EN LAS PUTAS DIALISIS! ¡YA NO PUEDO NI SALIR DE LA CASA! ¡NO
PUEDO HACER NADA POR MI MISMA! ¡NO ESTOY VIVA, MAMA! ¡ESTO NO ES VIDA! –
Estallo-… Me estoy muriendo –sollozo.
Lauren escucho a su madre dejar escapar un gemido de dolor a través de la puerta y de inmediato supo
que había actuado mal.
Luego de esto, Lauren no pudo hacer nada más que llorar desesperadamente sobre su cama, deseando no
ser tan idiota, tan estúpida, tan… tan enferma.
“¡ESTUPIDA! ¡ESTUPIDA! ¡ESTUPIDA! ¡ERES UNA ESTUPIDA LAUREN JAUREGUI!”
Estuvo llorando por lo que parecieron horas… Lo hizo hasta que volvió a escuchar los mismos ruidos
que había escuchado horas antes. Los ruidos de la ventana de enfrente al ser golpeada por un puño.
Lauren se levanto y camino hasta colocarse cerca de la ventana. Como siempre, puso su mano derecha
sobre el vidrio. Sus dedos habían dejado de chasquear.
La chica de la ventana estaba allí, con una hoja de papel sobre el vidrio, mirándole con una cara que,
según el diccionario mental de Lauren, era preocupación.
Sí, Lauren tenía un diccionario mental. Como no podía reconocer bien el lenguaje no verbal (Gestos,
señas y otros), su psicólogo le había recomendado aprender las expresiones faciales de memoria. Ahora,
gracias a esto, Lauren podía diferencia un rostro triste falso de uno verdadero… No siempre, pero si la
mayoría del tiempo.
“No llores, chica de la ventana” leyó.
Entonces Lauren sonrió como no había sonreído desde hacía mucho tiempo.
La chica de la ventana giro la hoja de su cuaderno de dibujo y comenzó a garabatear algunas palabras
rápidamente. Cuando termino, coloco el papel sobre la ventana delicadamente.
“Tienes una linda sonrisa”
Lauren levanto un poco la vista del papel y pudo ver que la chica de la ventana también estaba
sonriendo. Lauren no entendía la necesidad que tenían las personas de sonreír al decir algo amable, pero
aunque no lo entendía le gustaba que la chica de la ventana lo hiciera.
De inmediato, Lauren tomo un cuaderno y un marcador y comenzó a escribir lo que estaba pensando.
“Tú también”
Ninguna de las dos escribió nada durante un buen rato, y mientras la chica de la ventana tenía la mirada
baja, Lauren se permitió observarla sin temor a encontrarse con sus ojos.
Delgada, de piel clara pero no demasiado, cabello oscuro y una hermosura de esas que solo se ven
cuando las fotos son retocadas para las revistas. Pero Lauren sabía que nada podía ser perfecto en el
mundo, pues lo había leído en libros, así que busco rápidamente alguna imperfección. Y la encontró:
Pijama rosa con conejitos amarillos.
Para Lauren, quien solía vestir de colores oscuros TODO EL TIMEPO, los conejitos amarillos
combinados con el color rosa de la tela era una imperfección bastante grande.
De repente, la chica de la ventana levanto la vista y la miro directamente a los ojos. Lauren de inmediato
aparto la mirada. Se sentía tan incómoda mirando a las personas a los ojos… Era… antinatural para ella.
Con la cabeza gacha, la chica de la ventana busco una hoja de papel en blanco y escribió sobre ella. Lo
coloco sobre el vidrio en cuanto termino.
“¿Por qué estas llorando, chica de la ventana?
Lo único que a Lauren se le ocurrió hacer fue tomar su cuaderno y escribir lo que pensaba.
Lauren sonrió. Cuando conversaba con aquella chica las sonrisas salían tan naturalmente, como si ella
las colocara en su cara con cada palabra.
“Por favor, Lauren, nadie puede colocar sonrisas en las caras de las demás. Sonreír consiste en flexionar
músculos idiota, no en colocarlos así como así” Se dijo mentalmente.
La chica de la ventana golpeo el vidrio, y Lauren se sintió mal por haberse perdido tanto tiempo en sus
propios pensamientos. Miro hacia adelante y se sintió extrañada cuando la chica comenzó a abrir su
ventana y luego coloco un papel frente a su cuerpo.
“Quiero escuchar tu voz, chica de la ventana”
Pero justo cuando Lauren comenzaba a abrir su ventana, una pequeña niña entro a la habitación de la
otra chica y comenzó a saltar a su alrededor. Por supuesto, no se fijo en Lauren, porque, como ya
habíamos mencionado, nadie tiene tiempo para mirar a través de las ventanas.
La chica de la ventana termino sonriendo y diciéndole algo al oído a la más pequeña. Casi de inmediato,
la niña abandono la habitación.
La chica de la ventana escribió algo apresuradamente en un papel y luego lo coloco frente a su cuerpo.
“Debo irme . ¿Hablamos mañana?”
:(
Lauren solamente asintió, sonriendo como solo ella podía hacerla sonreír.
Se alejo de la ventana en cuanto la chica desapareció por la puerta.
Estuvo media hora esperándola, pero ella no llego. Fue entonces cuando vio el reloj y supo que debía de
dormirse en ese mismo instante o no podría cerrar los ojos en toda la noche.
Tomo un baño corto, se coloco el pijama (el cual consistía en unos shorts blancos y en una holgada
camisa negra), bebió sus medicinas y sus pastillas para dormir, y luego se recostó en la cama.
Durante quince minutos intento dormirse, sin éxito. Cada vez que lo intentaba, la chica de la ventana
aparecía en su cabeza. Era imposible para Lauren seguir así toda la noche.
Entonces, inquieta, se levanto, se acerco a la ventana, coloco su mano derecha sobre el vidrio y miro
atentamente, esperando verla una vez más para poder conciliar el sueño. Pero no la vio, porque ella aun
no estaba allí.
Tomo un papel, un marcador y algo de cinta adhesiva. Escribió rápidamente en el papel, y con algo de
torpeza lo pego sobre la ventana con ayuda de la cinta.
Lauren se recostó sobre la cama y se durmió casi de inmediato, recordando lo que había escrito en aquel
papel con una sonrisa en los labios.
“Buenas noches, chica de la ventana”
CAPITULO 4
Camila estuvo viendo películas con Sofi hasta que esta se quedo dormida (lo cual sucedió muy tarde,
para desgracia de Camila, quien deseaba con urgencia hablar con la chica de la ventana). Luego de llevar
a Sofi a su cama, Camila volvió a su habitación, esperando que la misteriosa chica que vivía frente a su
casa estuviese aun despierta.
Para su mala suerte, la chica de la ventana ya estaba dormida.
Camila gruño. Estaba frustrada. Quería conocer su nombre, pero cada vez que lo intentaba alguien las
interrumpía. Primero la madre de la chica de la ventana, luego Sofi…
“¿Ahora qué? ¿Un cerdo volador en tanga?”
Entonces sonrió al ver que había un papel pegado torpemente en aquella ventana de enfrente. La ventana
donde aquella chica apoyaba su mano derecha y la miraba con esos ojos que Camila nunca lograba ver
más de un par de milisegundos.
“Buenas noches, chica de la ventana”
Camila jamás había sonreído como lo hizo aquella vez.
……………………………………………………
Pero como siempre, las cosas buenas en la vida de Camila venían acompañadas de algo mucho peor. Se
levanto temprano y se alisto para ir a la escuela. Intento hablar con la chica de la ventana antes de irse,
pero esta estaba recostada sobre su cama, dormida, lo cual era raro pues al despertar Camila habría
jurado que la chica de la ventana ya no estaba en su cama… Además, habían quitado el papel de su
ventana.
Frustrada por no poder hablar con la misteriosa chica de ojos escurridizos, Camila tomo una hoja y
escribió en ella “Buen día, chica de la ventana”, la coloco sobre el vidrio y se fue.
Al llegar, Dinah y Normani la recibieron como siempre.
Dinah: ¿Cómo estás, Mila? –Pregunto Dinah mientras sacaba algunos libros de su casillero.
Camila: Bastante bien, en realidad –Contesto sonriendo. Camila no podía recordar lo sucedido con
Austin y Luis el día anterior. Lo único que ocupaba su mente era la chica de la ventana.
Normani: Mila, estas… extraña. Jamás te había visto sonreír tanto. ¡Ni siquiera cuándo Dinah te regalo
una pizza tamaño extra familiar por tu cumpleaños!
Camila: ¡ESTOY FELIZ, NEGRA! ¡ESTOY FELIZ!
Dinah: ¡Fiesta en casa de Mila! –Dijo no muy alto, burlándose de la felicidad de su amiga.
Normani: ¡Yo llevo la bebida!
Camila: ¡NORMANI!
Normani: Bueno, entonces llevo el Stripper… -Respondió entornando los ojos.
Camila: ¡NORMANI!
Normani: ¡Oh! Había olvidado que a ti no te gustan los chicos… em… tenemos que solucionar esto
Mila.
Dinah: Yo era Stripper en vidas pasadas, Mila –Sonrió tentadoramente a Camila, y luego la abrazo y le
beso la mejilla- Tu dime lo que quieras y yo lo hare, bebe –Y seductoramente le guiño el ojo.
Camila se sonrojo de inmediato y se cubrió la cara con ambas manos, riendo. Dinah siempre hacían
bromas como aquella, y Camila siempre se sonrojaba. Sonrojarse formaba parte de la vida diaria de
Camila Cabello.
La mañana pasó rápido. Luis Felipe y Austin parecían haber sido tragados por la tierra, lo cual hacía que
Camila se sintiera mejor que nunca. Sus clases transcurrieron normales. Durante el almuerzo, las chicas
se sentaron en la mesa más alejada de la cafetería y comenzaron a hablar como lo hacían todos los días.
Dinah: Háblanos sobre ella –Pidió Dinah con una sonrisa en su rostro.
Camila: ¿Sobre quién?
Dinah: ¡Vamos, Mila! Esa estúpida sonrisa que tienes en tu cara debe de ser por una chica… Y lo sé, sé
que voy a bailar sobre tu mesa esta noche, pero esa sonrisa no es por mí.
Camila: Dinah, no sigas con eso…
Normani: Vamos, Camila. Cuéntanos.
Camila: Bueno… cuando llegue ayer a casa estaba tan triste y me odiaba tanto a mi misma que decidí
mirar por la ventana para relajarme. Entonces descubrí… que una chica me estaba mirando desde la
ventana de la casa de enfrente.
Dinah: ¿Te enamoraste de una acosadora, Mila?
Camila: ¡No me enamore! ¡Solo hablamos dos veces, Dinah! ¡Esto no es un cuento de hadas!… ¡Y ella
no es una acosadora!
Normani: ¡No me interesa si te enamoraste o no! ¡Sigue contándonos, Mila!
Camila: Bueno… en cuanto me di cuenta ella comenzó a hacer un crucigrama –Dinah quiso interrumpir,
pero Normani coloco una mano sobre su boca mientras con la otra se llevaba una papa frita a la boca-.
Quería saber si en serio era un crucigrama, así que tome un papel, escribí mi pregunta allí, golpee la
ventana y ella leyó lo que yo había escrito.
Normani: ¿Y era un crucigrama?
Camila: Sí… Y luego yo… Yo me quede mirando su brazo porque… hay algo extraño en el.
Dinah: ¡Alienígena! –Grito, pero Normani nuevamente volvió a cubrirle la boca y la miro de forma
amenazante.
Normani: Vuelves a interrumpir y ni Michelle Obama te salvara de lo que te pasara, Dinah “nombre
largo” Hansen –Dijo con evidente molestia. Luego volteo a ver a Camila y dijo con una sonrisa:- Sigue.
Camila: Ella noto que estaba mirando algo, pero no supo que era su brazo, así que me pregunto que
estaba mirando y… No sé porque razón no pregunte acerca de su brazo. Le dije que… Que era hermosa
y –Camila se sonrojo y se coloco ambas manos sobre la cara, sonriendo estúpidamente, como un niño
que acaba de recibir la noticia de que tendrá un hermanito-… Luego me dijo que yo también lo era.
Normani: Awwww. Eso es tan tierno –Dijo, apretándole las mejillas a su amiga con las manos.
Camila: ¡Auch! ¡Normani, eso duele!
Normani: Lo siento, Mila –Se disculpo, dejándola libre.
Dinah: ¿Qué mas, Mila?… Dijiste que habían hablado dos veces, así que me imagino que aun hay otra
historia.
Camila: Sí la hay… Luego de que ella me dijera… que yo también era… Ustedes entienden. Bueno, ella
debió irse. Hice mis deberes ¿Saben? Los termine todos y ella aun no regresaba. Fue entonces cuando
baje a cenar. Al regresar a mi habitación, ella estaba allí de nuevo… Pero ella estaba llorando ¿Saben?
Hasta parecía estar gritándole a alguien detrás de su puerta. Entonces la vi recostarse en su cama y… se
veía tan sola que… tome un papel y escribí lo primero que pensé. Golpee la ventana y se lo enseñe. Ella
se acerco, y les juro que –Suspiro al recordar el momento-… les juro que se veía hermosa aun con los
ojos hinchados… Y lo leyó.
Normani: ¿Qué le escribiste, Mila? –Pregunto intrigada mientras mantenía sus ojos bien abiertos.
Camila: Yo… Yo le dije que –Camila se cubrió la cara con ambas manos, intentando ocultar sus mejillas
rojas- Le pedí que no llorara.
Dinah: Awww. ¡Eres tan tierna, Mila!… Créeme que estoy a punto de dejar a Siope por ti, Mila. Y no
estoy bromeando. Palabra de Stripper frustrada.
Normani: ¡Dinah! ¡Siope y tú son mi OTP! ¡No puedes hacerme esto!
Dinah: ¡Cállate Normani! ¡Tú destruiste mi OTP!
Normani: ¡¿YO?!
Dinah: ¡Sí! ¡Mi primo y su cama eran tal para cual!
Camila: Tranquila, Dinah. Piensa que su relación sigue siendo normal, pero ahora Normani hace tríos
con ellos.
Normani: ¡CAMILA! –La reprimió, avergonzada.
Dinah: Creo que voy a vomitar…
Camila rio fuertemente. Le gustaban las reacciones de sus amigas cuando ella hacía comentarios de
aquel tipo. Era divertido… Para ella.
Dinah: Mejor síguenos contando sobre tu nuevo amor antes de que lo devuelva todo, por favor.
Camila: ¡Qué no es mi nuevo amor!
Normani: Sí, sí, lo que sea… ¡Habla!
Camila: Bueno, la vi sonreír. Pero de verdad. Y tiene una sonrisa hermosa… Ella es hermosa –Dinah la
miro levantando una ceja-. El hecho de que me parezca hermosa no quiere decir que este enamorada -
Dinah levantó aun más su ceja, demostrándole a Camila que no le creía. Sonrojada (de nuevo), Camila
volvió a esconder su rostro entre sus manos-… El punto es que se lo dije y me dijo que la mía también
era hermosa y… intente mirarla a los ojos, pero ella no me lo permitió. Siempre que intento mirarla a los
ojos ella los aparta y es… ¡Frustrante! En serio lo es –Camila suspiró, recordando sus ojos escurridizos-
… Luego de eso le pregunte por que lloraba, y ella me dijo que no quiere ser una maldita enferma…
Dinah: ¿Enferma? ¿Enferma de qué?
Camila: No… no lo sé. No me lo dijo… ¿Saben? Quería escuchar su voz. Quería saber si su voz es tan
sexy como el resto de ella… ¡No me mires así, Dinah! ¡Si la vieras también dirías que es sexy!… Le
pedí que abriera su ventana para hablar, y ella iba a abrirla pero… Sofi llego y me pidió ver una película
con ella y… Saben que no puedo decirle que no, chicas.
Dinah: ¡Esa enana! ¡Arruino el mejor momento de mi nuevo OTP! –Exclamó enojada, casi gritando.
Camila: ¡Dinah!
Dinah: está bien, me tranquilizo…
Camila: Volví cuándo Sofi se durmió. Pensé que ella estaría despierta, pero ya estaba recostada sobre su
cama, durmiendo… Pensé que se había aburrido de mí, que ya no le interesaba. Pensé que solo había
querido desahogarse y yo había sido su primera opción… Pero entonces vi… -Camila sonrió e hizo
silencio. Recordar aquello le hacía sentir unas cosquillas muy extrañas en su estomago, unas que jamás
había sentido hasta ese día.
Normani: ¿Qué? –Pregunto con los ojos bien abiertos.
Camila: Había pegado un cartel en la ventana y… ella escribió “Buenas noches, chica de la ventana”…
Y yo… Eso fue tan… Yo estaba tan… Creo que jamás me sentí tan…
Dinah: ¿Enamorada?
Camila: No estoy enamorada.
Dinah: Vamos, Mila, dilo. No está mal enamorarse de una acosadora con un brazo extraño que hace
crucigramas y te escribe detrás de una ventana.
Camila: ¡No es una acosadora, Dinah!
Normani se echo a reír.
Entonces, dos voces llegaron a los oídos de Camila y arruinaron el día que creyó iba a ser el mejor que
había tenido en años.
Clara solo negó con la cabeza y miro los zapatos de Lauren. Frunció el ceño al verlas, se agacho y
comenzó a desatarlas.
Lauren: ¡¿Qué haces?! -Pregunto alterada. Había estado más de diez minutos intentando atarlas y ella…
ella había destrido todo su esfuerzo en menos de uno.
Clara: Voy a atarlas bien, Lauren. No quiero que te caigas.
Lauren abrió la boca para protestar, pero el argumento de Ally era bastante bueno para ella, así que la
cerro de nuevo sabiendo que, por más que lo deseara, Troy nunca sería un Power Ranger y ella seguiría
de malhumor.
Lauren: Que a ti te interesen cosas diferentes a las mías no quiere decir que las cosas que yo haga estén
mal, mamá –Dijo, y lágrimas empezaron a caer por sus ojos. Lauren se volvía muy sensible cuándo de
cosas que le gustaban se hablaba. Incluso una vez estuvo llorando durante todo el día cuándo encontró
un montón de Tweets insultando a Lana del Rey.
Ally noto que Lauren estaba llorando y la abrazo por detrás del asiento.
Ally: No llores, Lauren. Tú sabes que Troy te quiere mucho, y darte sus medidas no fue un problema
para él. Incluso, si lo deseas, puedes medirlo tú misma la próxima vez que lo veas.
Lauren: ¿De verdad?
Ally: Jamás miento.
Y así fue como una sonrisa genuina ocupo el rostro de Lauren mientras se limpiaba las lágrimas del
rostro.
El rostro de Clara, sin embargo, mostraba el desagrado que siempre mostraba cuándo las cosas no salían
como quería.
::::::::::::::::::::::::::::::::
Las clases de piano transcurrieron normalmente durante la primera hora. Como siempre, Lauren era la
mejor. La música parecía ser algo natural en su sangre, y sus ágiles dedos tocaban todos los acordes que
la señora Hansen le indicaba. Ally, sin embargo, era un poco más lenta en aprender, pero aun así era
bastante buena.
Como lo prometió, Lauren estuvo pensando en la chica de la ventana. Pensó en lo que esta estaría
haciendo. Pensó que tal vez estaba llorando en su habitación, como siempre, y esto la hizo sentir
particularmente triste.
Durante el descanso, la señora Hansen y Ally conversaban mientras Lauren pensaba en la chica de la
ventana, en lo sola que tal vez estaba, cuándo una de las hijas de la señora Hansen llego… Y todo dio un
gran giro.
En cuento la señora Hansen se volteo a saludarla abrió los ojos como platos.
Milika: ¡Dinah! –Lo dijo con horror, como si acabase de ver un fantasma- Ally, Lauren, por favor
ayúdenme –Pidió con algo de desesperación en su voz.
Cuándo Ally y Lauren se dieron la vuelta, se sorprendieron al encontrar a Dinah con un ojo hinchado, la
nariz sangrante, el labio partido, los nudillos morados y con la ropa sucia. Sujetaba uno de sus costados e
intentaba caminar mientras gemía de dolor, probablemente con una costilla rota.
Ally se levanto casi de inmediato y corrió a ayudar a Dinah. Con ayuda de la señora Hansen, la
colocaron en el sillón.
Milika: Iré por el botiquín –Dijo. Llego con él entre manos unos minutos después.
Dinah: Mamá… te lo prometo… estoy… estoy bien -Comenzó a decir mientras su madre intentaba
limpiarle la sangre del rostro.
Ally: Dinah, mi padre es doctor y se cuándo las personas están bien… Tú no lo estás.
Dinah: Estoy bien… Solo… Necesito un baño… tengo que… Tengo que ir con Mila… Ella…. Ella esta
peor que yo…
Ally, Dinah y la señora Hansen voltearon a verla de inmediato. Por un momento habían olvidado que
ella estaba allí.
Lo cierto es que a Lauren se le daba difícil hablar con extraños, y para ella Dinah era una extraña, pues
nunca se había detenido a tener una conversación con ella, así que esta era la razón de su tartamudeo.
La única razón por la que Lauren estaba en aquella casa era para recibir sus lecciones de piano.
Ally: Lauren, estás pálida… más de lo usual –Dijo corriendo hacía su amiga mientras la señora Hansen
intentaba desinfectar las heridas de Dinah. En cuanto llego hasta ella coloco una mano en su frente y dijo
preocupada:- Lauren, estas fría. ¿Te sientes mal?
Lauren solo pudo asentir. Se había comenzado a sentir mal desde que había visto a Dinah.
No, mal no.
Muy mal.
Austin: ¡No te quedes allí sentada! -Le ordeno mientras le sujetaba el cabello y la lanzaba contra el
suelo, haciéndola gemir de dolor.
Luis: Jamás olvidaras este día, Camila Cabello, lo prometo.
Austin volvió a sujetarla del cabello y la levanto. Ella se mordía el labio, intentando reprimir sus gritos
de dolor. Tenía que ser fuerte. Tenía que resistir.
Y así fue como Luis comenzó a golpear a Dinah, no sin que esta se defendiera lo suficientemente bien
como para que este recibiera unos cuántos golpes de vez en cuando.
Normani intento ayudar, pero un solo puñetazo de Luis la hizo caer al suelo, inconsciente.
Austin, sonriendo como siempre, obligo a Camila a arrodillarse frente a él y grito delante de toda la
cafetería:
Todos los de la cafetería rieron y gritaron en ese mismo instante, mientras las mejillas de Camila se
llenaban de lágrimas silenciosas y su cabeza de insultos.
No todos en la cafetería eran malos. En realidad, muchos no aprobaban la conducta de Austin y Luis,
pero tenían miedo de enfrentárseles, pues sabían cómo terminaría todo.
Camila: Puedes golpearme todo lo que quieras, Austin. Pero eso no te hará más hombre –Susurro. Si él
iba a herirla, ella lo golpearía donde más le dolía: su ego.
Fue entonces cuando el puño de Austin aterrizo sobre su rostro, haciéndola probar su propia sangre.
…………………………………………
Tenía también una herida en la ceja y otra en el puente de la nariz.
…………………………………………
Camila: ¿Eso es todo lo que tienes, pequeñín? –Pregunto mientras escupía toda la sangre que se había
acumulado en su boca.
Austin: ¡CÁLLATE, IDIOTA! ¡CÁLLATE! – Grito, depositando en su rostro la más horrible expresión
que Camila jamás vio en su vida.
Y así fue como a su rostro fue a parar, de nuevo y con más fuerza, el puño de Austin Mahone. El cuerpo
de Camila cayó directamente sobre el suelo.
………………………………………….
Su mejilla era decorada por un gran moretón. Incluso, si lo veía de cerca, podía notarlo palpitando.
…………………………………………
Camila sintió una gran presión. Era Austin, que se había colocado sobre ella y ahora sujetaba su cabeza
contra el frio suelo de la cafetería. Camila intento moverse, sin éxito.
Austin: Créeme que esto me duele más a mí que a ti, preciosa –Susurro mientras enredaba el cabello de
Camila entre sus dedos.
Camila: ¿Qué? ¿Qué mis heridas sean más grandes que tu pene? Sí, eso debe doler –Se burlo.
Lo siguiente que Camila sintió fue el duro y frío suelo golpeando su mejilla.
……………………………….
Moretones también cubrían sus hombros, abdomen, espalda y piernas. El dolor que sentía al caminar le
decía que tenía, al menos, tres costillas rotas.
……………………………
Sus mejillas estaban llenas de lágrimas, y sentía que su rostro pronto explotaría de dolor. Aun así seguía
fuerte, sin gritar. No quería complacer a Austin. Resistiría hasta el final.
Austin: No llores, preciosa. Esto apenas empieza –Susurro contra su oído. Su aliento caliente golpeando
su mejilla era una de las cosas que más odiaba Camila en este mundo, así que no pudo evitar
estremecerse al sentirlo.
Camila: ¿En serio? Conociéndote pensé que terminarías antes –Susurro con una falsa sonrisa en el
rostro, continuando así su juego de ofensas a pesar del dolor.
Fue entonces cuando Austin gruño, ofendido, se levanto del suelo y sonrío con malicia, como siempre lo
hacía cada vez que las cosas empezaban a empeorar.
Lo primero que Camila sintió fue el pie de Austin impactando contra su abdomen una y otra vez. Camila
ya no pudo resistir más. Los gritos escapaban de sus labios inconscientemente, como si estos fuesen a
disminuir el dolor. Intentaba protegerse haciéndose un ovillo, pero eso solo hacía vulnerables otras
partes de su cuerpo como su espalda, sus brazos y sus piernas.
Austin: ¡Estúpida… lesbiana… estúpida… estúpida… estúpida… estúpida… no… mereces… vivir…
no… mereces… nada! -Cada palabra era acompañada con una patada. Y cada patada, con un grito de
Camila.
Los demás sabían que eso estaba mal, y deseaban poder proteger a la pobre chica tirada en el suelo,
manchada con su propia sangre, pero eran demasiado cobardes.
Camila sentía que ya no podría soportarlo más. Estaba llorando desesperadamente, sintiendo como
golpes iban y venían por todas partes de su cuerpo, quemándola como mil infiernos.
Por eso, cuándo Luis alejo a Austin de ella, casi sintió ganas de besarlo.
Luis asintió, quedándose cerca de Austin todo el tiempo, temiendo ir a la cárcel por culpa de su amigo.
Entonces, Austin se acerco al cuerpo de Camila, se agacho y le acaricio una mejilla, haciéndola a ella
temblar de miedo.
Austin: ¿Viste su rostro, chica enamorada? -Y sin esperar respuesta, le escupió en la cara.
…………………………….
Casi pudo sentir la saliva de nuevo en su rostro, y se sintió asqueada. Se sintió decepcionada también,
pues, al irse Austin, ni una sola ofensa había logrado salir de sus labios.
“Te mereces esto y mucho más, Camila” Susurro su mente “Lo sabes”
Ignorándose a sí misma, se fijo en sus rodillas, llenas de raspones.
……………………………
Dinah: ¿Estás bien, Mila? -Pregunto mientras corría hacía ella e intentaba ayudarla a sentarse.
Camila: Sí… yo solo… eso fue -Y sin poder soportarlo más, se echo a llorar sobre el hombro de Dinah,
intentando borrar los recuerdos de lo que había ocurrido.
Dinah intento calmarla durante unos minutos, sin éxito. Ella también se sentía bastante adolorida, pero
jamás como Camila. Austin hería a Camila de una forma en la que todos los golpes del mundo no
podrían herirla a ella.
Dinah no pudo hacer nada más que asentir e ir a buscar a la enfermera lo más rápido que todas sus
heridas se lo permitían.
Camila se levanto despacio, procurando no herirse más de lo que estaba. Luego de escupir toda la sangre
que su boca había acumulado, fue caminando despacio y ahogando sus gritos hasta la salida del colegio.
Como siempre, nadie le ofreció ayuda.
Por supuesto, las heridas de Camila no le permitieron llegar a su auto caminando. Cayo sobre el
pavimento, llorando y adolorida. Gateo hasta su auto, arrastrando las rodillas, gimiendo con cada
movimiento. Una vez adentro, lloro hasta que los ojos se le secaron.
……………………………….
Recordar todo esto le trajo a Camila una gran tristeza, más insultos internos y unas inmensas ganas de
vomitar. Camino hasta el retrete y dejo que su estomago desechara lo que había allí dentro.
Y aunque Camila sentía que necesitaba llorar, no lo hizo. Ya había llorado suficiente por culpa de
Austin. No lo dejaría salirse con la suya tan fácilmente.
De nuevo centrándose en sus heridas, Camila ya sabía lo que debía hacer. Como estaba acostumbrada a
los maltratos de Luis y Austin, ella guardaba un gran botiquín lleno de vendas, gasas, analgésicos y otras
cosas en su baño. Cuidadosamente vendo su torso, limpio sus heridas y coloco apósitos sobre los cortes.
Se tomo algunas medicinas para el dolor y luego decidió recostarse sobre su cama, sabiendo que no
podría moverse con libertad hasta dentro de unos días.
Jamás se había sentido peor. No solo su cuerpo estaba destrozado. Su alma también.
Fue entonces cuando miro hacía la ventana. Si no se equivocaba, la chica debía de estar allí. Se levanto
ignorando el dolor, sabiendo que hablar con la chica de la ventana la haría sentirse mejor. Entonces vio
aquellos papeles pegados sobre la ventana de su vecina: “Hablamos en la noche, chica de la
ventana”“Estaré pensando en ti”
No era lo que esperaba, pero Camila sonrío y suspiro. ¿Podría ser cierto que aquella misteriosa chica de
ojos escurridizos estuviese en realidad pensando en ella? ¿Era eso posible? ¿Podía una joven tan
hermosa estar pensando en ella, una simple chica con baja autoestima?
No conocía las respuestas a sus preguntas, pero no se cansaría hasta tenerlas.
Camila abrió la ventana sonriendo y se sentó en el borde, dispuesta a esperar a la chica de la ventana
toda una eternidad.
Sin saber cómo, se quedo dormida.
Solo lograron despertarlas unos fuertes golpes. Camila abrió los ojos lentamente, y espero que estos se
acostumbrar a la luz. Aun era temprano, pues no había comenzado a anochecer. Se descubrió durmiendo
en el borde de la ventana y sonrío. Ojala la chica si estuviese pensando en ella, pues solo eso podía valer
el dormir en una ventana.
Lo siguiente que descubrió es que estaba adolorida, mucho más que antes, y supo que tendría que
arrastrarse hasta su cama para poder llegar a ella.
Fue entonces cuando la vio frente a ella, golpeando su ventana. Saludo a la chica con la mano,
sonriendo, sintiendo un montón de cosquillas en su estomago y un inmenso dolor en su mano.
Entonces, la chica de la ventana tomo un papel y lo coloco frente a ella.
“Espero que tuvieses un lindo sueño, chica de la ventana”
Esto fue todo lo que necesito Camila para olvidarse de todo lo sucedido durante el día. Olvido los golpes
de Austin. Olvido los insultos. Olvido la humillación. Ahora, sentía que podía volar y tocar el cielo con
los dedos. El día comenzaba a ser perfecto.
Cuándo Camila sonrío, la chica de la ventana lo hizo también.
De repente, la chica de ojos escurridizos comenzó a abrir la ventana, procurando usar solo su mano
derecha, como si la otra pudiese sufrir algún daño.
“¿Acaso estoy soñando? ¿Ya me volví loca?” Se pregunto.
Cuando la ventana estuvo completamente abierta y pudo ver su largo cabello negro danzando con la
brisa, Camila supo que no lo estaba.
Como una idiota adolescente que acaba de conocer a su artista favorito, sonrío y se sonrojo al escuchar
las primeras palabras que aquella chica le dirigió con una voz rasposa que le hizo sentir escalofríos hasta
en el rincón mas inhóspito de su ser:
Lauren no pudo evitar sonreír. Su voz era tan… No sabía cómo describirla. Solo podía decir que la hacía
sentir de una increíble forma, como en su heladería favorita o en un concierto de Lana del Rey. Su voz
también le había alegrado el día.
Camila: Oye, se que ya te lo había dicho, pero tu sonrisa es en serio muy hermosa –Le dijo con los ojos
brillando de emoción. A cambio, Lauren, inconscientemente, sonrió aun más.
Lauren: Técnicamente lo escribiste.
Camila: Escrito o no, sigue siendo hermosa. Como tú.
Fue entonces cuando Lauren levanto la mirada, y sus ojos se encontraron con los de la chica de la
ventana. Por primera vez en su vida, el hecho de estar mirando fijamente a alguien a los ojos no le
molesto. Al menos no de inmediato. Por unos pequeños segundos, se fijo en los ojos de la otra chica,
notando lo marrones que estos se veían, convirtiéndose así este color en su favorito… Pero luego de
unos diez segundos se sintió incomoda, como siempre, así que desvió la mirada y borro la sonrisa de su
rostro, comenzando a chasquear los dedos.
Camila: Tus ojos son realmente hermosos, chica de la ventana. Siempre he amado los ojos claros, pero
los tuyos son tan… ¿Crees que puedas prestármelos algún día?
Lauren frunció el ceño, confundida. Aquella chica debía de ser estúpida o algo así. Una persona jamás
podría prestarle sus ojos a otra. Era imposible. Y mucho menos solo por un día… y si lo hacía ¿qué ojos
usaría ella? ¿Tendría que quedarse ciega durante un día o ella le prestaría los suyos?
Fue entonces cuando Lauren comenzó a reír como una loca. Rio y rio, sujetándose el estomago, hasta
que por fin logro recuperar el control y volver a mirar a la chica de la ventana, aun con una sonrisa en los
labios.
Camila: Chica de la ventana, sé que soy un payaso y que mis chistes no pueden igualarse, pero no he
dicho nada gracioso esta vez.
Lauren: Claro que si –Contesto con los ojos iluminados.
Camila: En serio, no he dicho…
Lauren: Dijiste que dejara de tomarmelo todo tan a lo literal –Revelo, una carcajada amenazando con
salirse por entre sus labios.
Camila: ¡¿Y eso te causa gracia?!
Lauren: Es que no puedo dejar de tomarme las cosas a lo literal, chica de la ventana.
Camila: ¿Por qué? –Pregunto con algo que Lauren de inmediato reconoció como curiosidad.
Fue entonces cuando la chica de ojos claros suspiro y comenzó a contarle su historial médico a la chica
de la ventana, esperando a cada segundo que esta saliera corriendo y no le hablara nunca más. Pero ella
permaneció allí, escuchándola atentamente, dejando resbalar un par de lágrimas por sus mejillas de vez
en cuando. Al terminar, lo único que la chica de la ventana hizo fue sonreírle, secarse las mejillas y decir
con una tierna voz que hizo que su corazón rechazado palpitara como nunca:
Lauren inmediatamente reconoció culpabilidad en el rostro de la chica, de que inmediato dijo con
desesperación en la voz:
Camila: ¡Lo siento! ¡Lo siento mucho, chica de la ventana!… No quiero que creas que no te escuche,
porque lo hice, en serio, pero… Es difícil analizar tantas cosas… Lo siento, en serio… Soy… Soy una
completa idiota y…
Lauren: Está bien, chica de la ventana… No tienes que disculparte. No me has ofendido.
Camila: En serio lo siento. Ahora mismo… Oh, no, seguro ya tienes una mala impresión de mí… Soy
tan idiota… ¿Hay algo que puedo hacer para recompensarte?
La chica se le quedo mirando con sus ojos marrones, su nuevo color favorito, como si estuviese
esperando algo. Lauren sonrió. Cada segundo, la chica de la ventana se volvía más especial para ella.
Por supuesto, la mente de Lauren no supo leer entre líneas que debía responder a la pregunta, así que la
chica exigió finalmente:
La chica abrió sus ojos como platos, como si no pudiese creer que Lauren se había dado cuenta de lo mal
que se veía.
Fue entonces cuando la chica suspiro, bajo la cabeza, derramo un par de lágrimas y comenzó a contar la
historia.
Lauren jamás se había sentido tan conmovida.
Ahora podía entender sus lágrimas diarias, sus moretones y sus cortes. Lloro junto con la chica, odio a
sus agresores (de los cuales la chica no quiso dar nombres) y sintió cada uno de los golpes. Se enfureció
con los demás por no hacer nada, le agradeció mentalmente a sus amigas (de las cuales tampoco dio
nombres) y golpeo una y otra vez al director, el padre de aquella bestia.
Cuándo la chica de la ventana termino su historia, Lauren limpio sus lágrimas y susurro con molestia:
Lauren: Son unos idiotas. Realmente lo son… Tú… tú eres tan… tan… tan increíble… No te mereces
esto solo por ser… ser… bueno… tu entiendes.
“¡Reacciona, idiota! ¡Ella está mal y tú sigues tartamudeando! ¡Se una mujer!”
Lauren no era homofóbica. Todas las enfermedades que tenía le habían enseñado que se debe vivir la
vida al máximo, aunque ella no cumplía con esto exactamente. Para Lauren vivir la vida al máximo era
sonreír todos los días, ser feliz con cada mínimo instante, ser su propio jefe y enamorarse, no importa de
quien, pero hacerlo hasta tocar los límites del infinito. Sin importar tamaño. Sin importar raza. Sin
importar edad. Sin importar genero. Sin importar nada.
La chica de la ventana sonrió, y luego se echo a reír. No pudiendo evitarlo, Lauren rio también.
Y en cuánto dijo esto, se fue. Camila respiro hondo. Sinuhe no era una madre de las que suelen enojarse
por todo, pero encontrar a tu hija hablando con una desconocida a través de la ventana no debe de ser
algo muy lindo.
Cuándo Camila se volteo a mirar a la chica de la ventana, esta estaba chasqueando los dedos y mirando
el suelo de la habitación.
La chica de la ventana solo se encogió de hombros, sonrió y la miro a los ojos por unos pequeños
segundos. Durante sus conversaciones lo había hecho algunas veces, a veces por error y otras con miedo,
como si quisiera detallar más sus ojos, como si fuesen casi tan hermosos como los de ella.
Camila sonrió. Jamás se había sentido así. Jamás había sentido tantas mariposas revoloteando en su
interior. Jamás había sentido tantos deseos de estar junto alguien. Jamás se había sentido tan feliz.
Aquella chica lograba convertir su mundo en algo más positivo, más hermoso. Ella era tan inocente, tan
dulce y tan divertida detrás de aquella coraza de chica ruda vestida de negro con un rostro aparentemente
infeliz. Era, simplemente… perfecta.
La chica de ojos verdes sonrió y luego saco su brazo por la ventana. Aun estaba algo lejos, pero ahora
Camila era capaz de verlo mejor. La fistula era solo como una vena demasiado gruesa en el brazo de la
chica. En realidad, no se veía tan mal si lo observaba de cerca.
Fue allí cuándo aquellos hermosos ojos verdes se iluminaron, como si “No está tan mal” fuese el mejor
halago que había recibido jamás.
Camila miro a la chica durante lo que parecieron ser horas, pero fueron en realidad solo unos cuantos
segundos. Observo cada parte que podía ver de ella como si no la fuese a ver nunca más en su vida. Sus
manos, su torso, sus hombros, su rostro. Incluso se permitió ver descaradamente, durante solo un par de
segundos, sus pechos bien formados. Fue entonces, la chica de la ventana se dio cuenta de que la estaba
mirando… Y también a donde.
Lauren: Comunmente no me doy cuenta de que me miran, chica de la ventana, pero tu realmente no
sabes disimular.
Camila se sonrojo y coloco ambas manos sobre su rostro. Jamás se había sentido tan avergonzada. Ella
era genial, y seguramente… seguramente ahora la odiaba o pensaba que era una pervertida.
Fue entonces cuando la chica de la ventana se echo a reír. Lo había hecho unas seis veces desde que
habían comenzado a hablar, y siempre lo hacía por alguna tontería. Camila debía admitir que esto era
bastante tierno. Mientras la chica de la ventana intentaba sofocar su risa, Camila la miraba con ternura,
sonriendo dulcemente.
Cuándo su ataque de risa pareció marcharse del todo, Camila pregunto:
Fue entonces cuando Camila abrió los ojos como platos y finalmente sonrío al imaginar aquellos ojos
verdes mirarla con más que un sentimiento de amistad. Algo en lo más profundo de su ser se revolvió y
la hizo sentir en el cielo durante medio segundo.
“Concéntrate, Camila. No arruines esto. Ni siquiera sabes si a ella le gustan las chicas”
La chica de la ventana volvió a reír, como si aquel fuese el mejor chiste del mundo. Como siempre que
ella reía, Camila la observo con dulzura y una sonrisa en la cara.
Finalmente, cuándo las risas se sofocaron, la chica de la ventana miro a Camila a los ojos y susurro
rápidamente:
Lauren: Ya lo he hecho, chica de la ventana -Su voz sonó ronca y rasposa una vez más. Los vellos de sus
brazos se erizaron al escuchar eso. ¿Sabría la chica de la ventana los efectos que tenía sobre ella?
Seguramente no.
Camila: Creo que… tu y yo deberíamos -Volvió a cubrirse el rostro con ambas manos, avergonzada- En
serio necesitamos dejar de hablar sobre pechos si no quieres que muera de vergüenza ahora mismo.
Lauren: ¿Morir de vergüenza?
Camila: No es en serio. Es una…
Lauren: Expresión. Lo sabía. Mi mejor amiga suele utilizar bastantes expresiones sin sentido como
esa… Lo que realmente quería decir es que no deberías avergonzarte. Es decir ¡Mírame! Soy como la
hermana menor de Megan Fox. ¿Quién no quiere mirarme? -Se burlo. Camila supo, de inmediato, que
no hablaba en serio. Era como si la chica e la ventana no creyese lo hermosa que era, como si solo viese
sus defectos en el espejo.
Camila: Intentaste bromear, chica de la ventana, pero realmente ERES como la hermana menor de
Megan Fox.
Y luego de esto la chica de la ventana bajo la mirada, sonrío e incluso se sonrojo un poco.
Camila: Ahora es mi turno de reír, chica de la ventana -Expresó mientras se cruzaba de brazos- ¡Ja…
ja… y ja!
Sorpresivamente, la chica de la ventana se dejo caer en una lluvia de carcajadas. Camila se sintió
confundida. Mientras hablaban, había intentado contar todos sus mejores chistes, y ni uno la hizo reír,
pero cuándo ni siquiera lo intentaba la chica caía en crisis.
“Nota mental: No intentes contar un chiste nunca más”
Su risa era cálida. Adictiva. Sexy.
“¿De nuevo, Camila? ¡Deja de pensar en ella de esa forma!”
Su risa le revolvía el estomago y le hacía sentir miles de mariposas allí dentro. O, tal vez, más que
mariposas. Tal vez era todo un zoológico.
Finalmente las risas de la chica de la ventana se fueron haciendo más y más débiles, hasta que
finalmente desaparecieron, dejando en su lugar una hermosa sonrisa.
Lauren: Em…creo que ya es bastante tarde -Dijo mientras miraba hacía el cielo cubierto de estrellas y
decorado por una inmensa luna llena-. Mi madre pronto me llamara para que vaya a cenar y, al contrario
que tu madre, ella no me dejara ir a la cama sin comer. Además, necesito mi insulina y… Creo que
bajare ahora… Pero tal vez podremos hablar dentro de una hora si tu sigues despierta.
Camila se sintió bastante triste al escuchar esto. No quería dejar de hablar con la chica de la ventana,
pero sabía que la salud de esta estaba por encima de los deseos de Camila, así que solo asintió con una
falsa sonrisa en el rostro.
La chica se levanto de donde estaba sin dejar de mirarla con sus hermosos ojos verdes y fue caminando
lentamente hacia la puerta, pero antes de abrirla se volteo a mirar a Camila.
Su corazón se acelero.
Y sin esperar a que Camila respondiera, se dio la vuelta, abrió la puerta y se marcho.
Camila suspiro y coloco una mano sobre su pecho, intentando tranquilizar su corazón acelerado.
Camila: Lauren Jauregui -Dijo suavemente, como si las palabras no fuesen reales. Pero lo eran, y
sonaban bastante bien con el sonido de su voz.
…………………………………….
Para matar el tiempo Camila decidió darse otro baño. Caminar hacía el baño no fue nada sencillo. Tuvo
que sostenerse de todo lo que encontraba, y de vez en cuando un gemido se escapaba de sus labios.
El agua fría le ayudo a aliviar sus músculos adoloridos. Estuvo en la ducha, pensando en los hermosos
ojos de Lauren Jauregui por lo que parecieron ser horas. Entonces noto el cuerpo entumecido, y con
tristeza dijo adiós al agua fría y los claros ojos de su vecina.
Tardo unos diez minutos secándose, sufriendo con cada mínimo movimiento. Vendarse y colocarse
apósitos fue otro reto. Y vestirse… Eso fue lo peor. ¿Desde cuándo resultaba ser tan doloroso colocarse
ropa interior, shorts rosas y una camisa de Ed Sheeran?
Salió del baño esperando que Lauren Jauregui ya estuviese en su habitación. Y así era.
Estaba sentada en el borde de su ventana, con los pies en la intemperie y la cabeza recostada en uno de
los marcos. Llevaba puestos unos shorts negros y una camiseta de Bob Marley. También tenía puestas
unas medias negras con calaveras que le llegaban hasta las rodillas.
“Es tan extraña y tan sexy al mismo tiempo que podría mirarla para siempre”
Lo siguiente que noto fue que estaba dormida. Tal vez se había dormido esperándola.
¡SE HABIA DORMIDO EN EL BORDE DE UNA VENTANA!
Corriendo y sin importar el dolor que sentía, Camila salió corriendo de su habitación. No podía dejarla
allí toda la noche. Podía caerse, podía hacerse daño, podía…
“¡NO PIENSES EN ESO!”
Salió de su casa con facilidad, pues sus padres ya estaban dormidos. Corrió lo más rápido que pudo
hacía la casa de los Jauregui, sin importarle no poder ver nada a causa de la oscuridad e ignorando sus
musculos adoloridos. Finalmente llego hasta allí y sin siquiera saber que decir cuándo la puerta se
abriera, toco el timbre.
Unos minutos después, una mujer abrió la puerta.
Fue entonces cuando Camila se dio cuenta de que no llevaba más que su pijama y unas pantuflas de
perrito.
Lo siguiente que Camila vio fue al padre de Lauren Jauregui correr por las escaleras hacia el piso de
arriba.
Clara: Gracias…
Lauren: Camila -Susurro, no pudiendo creer que era el nombre de la chica lo que sus labios estaban
pronunciando. Aquello, realmente, debía de ser un sueño.
Lauren: Aun chupas tu dedo, chica de la ventana… ¿Qué otros secretos tienes?
Fue entonces cuando su madre entro a la habitación. Lauren se separo lo más que pudo de la ventana y
comenzó a fingir que estaba reorganizando su escritorio. Su madre no se extrañaría. Siempre lo hacía.
Clara: No lo reorganices de nuevo, Lauren. Ya lo hiciste tres veces ayer, antes de las clases con la
señorita Hansen.
Lauren: Y antes de mi ataque de pánico.
Clara: No estuvo tan mal, Lauren. En este solo lloraste… ¿Recuerdas aquel en el centro comercial?
¡Estabas gritando!
Lauren: no me lo recuerdes –Pidió con los ojos humedecidos. Recordaba ese ataque. Había sido el
primero de sus muchos ataques de pánico. La psicóloga decía que eran provocados por las muchas
medicinas de Lauren y sus muchas experiencias traumáticas. No había ninguna medicina que detuviese
los ataques sin hacerle daño, así que Lauren solo podía intentar mantener la calma y contar hasta diez.
Clara:… Lauren… Lauren… ¡Lauren!
Asustada, Lauren soltó lo que tenía entre manos y se alejo unos pasos de su escritorio. Se había perdido
en sus pensamientos, como siempre.
Lo cierto era que Lauren preferiría almorzar un poco más tarde… Pero no pudo decirle esto a su madre,
pues esta la tomo del brazo y la llevo escaleras abajo.
Lo cierto era que el ruido solo le molestaba a Clara Jauregui, no a su hija. Tenía tan pocos momentos
junto a sus hermanos debido a sus múltiples enfermedades que el hecho de presenciar sus peleas en
medio de la cocina la hacía sentir un poco más unida a ellos.
Pero como siempre, Lauren fue muy cobarde como para reprocharle a su madre y, una vez más, Clara
Jauregui se salió con la suya.
Pero Taylor y Chris no estaban dispuestos a perder tiempo junto a su hermana, así que se sentaron frente
a ella cruzados de brazos.
Lauren intento morder una de sus tostadas, pero los ojos de sus hermanos fijos en ella no se lo
permitieron.
Lauren rió y bajo la mirada, sonrojada, al recordar su charla con Camila y como está también había
resaltado su parecido con Megan. Se cubrió la boca con la mano, intentando ocultar su evidente alegría.
“Son iguales que tu de idiotas, Lauren… Y si esperas que dejen de comportarse como lo que son morirás
de hambre”
Clara: Chicos, será mejor que se vayan a otra parte… Están incomodando a Lauren, y ella necesita
alimentarse.
Pero Lauren, aunque sabía que sus hermanos se estaban comportando como verdaderos idiotas, no
quería que ellos se fuesen. Fue entonces cuando lo hizo. Por primera vez enfrento a su madre.
Chris: Iré a calmarla -Y dicho esto, se fue, sabiendo que su madre posiblemente comenzaría a lanzar
cosas contra el suelo y las paredes si no la detenía primero.
Taylor y Lauren se quedaron solas en la cocina, ambas mirando las tostadas que aun no habían sido
probadas, como si estás pudiesen hablar.
“Pero obviamente no pueden hacerlo, idiota”
Fue entonces cuando Lauren levanto la vista, sorprendida por la pregunta, y miro directamente a su
hermana. Sus ojos color miel se veían cristalizados, como si quisiera llorar. Como siempre, al sentirse
incomoda, bajo la mirada.
Lauren comenzó a recordar. La última vez que había abrazado a Taylor debía de haber sido hacía ya más
de un año, antes de su primer trasplante de riñón (El cual no había tenido ningún tipo de éxito). Y antes
de eso no se habían abrazado en muchas oportunidades. Lauren no era una chica de abrazos.
Lauren se levanto de su silla y rodeo la mesa mientras chasqueaba sus dedos audiblemente. Taylor de
inmediato pensó que se estaba marchando, así que dejo salir un par de lágrimas. Pero lo que sucedió a
continuación fue una gran sorpresa para ella… Lauren la abrazo.
No la abrazo toscamente como solía hacerlo con su padre, su madre y Ally. No. Este abrazo fue real. Los
brazos de Lauren rodeaban la cintura de su hermana, mientras esta se aferraba a su cuello, no queriendo
separarse de su hermana jamás. Lágrimas corrían por sus mejillas y una sonrisa iluminaba su rostro,
mientras Lauren solo mantenía los ojos cerrados, disfrutando de aquel abrazo como jamás había
disfrutado de ellos.
Y sin decir más se separo un poco de su hermana, le beso la mejilla y salió de la cocina limpiando sus
lágrimas. Lauren miro el reloj. Hora de la escuela.
Suspiro. Le hubiese gustado permanecer en los brazos de su hermana para siempre.
Ahora podía entender por qué la gente siempre se abrazaba. Se sentía bien. Realmente bien… Pero no
con todo el mundo… Se pregunto si abrazar a la chica de la ventana se sentiría igual de bien.
“No te preguntes eso de nuevo, idiota. Simplemente no lo hagas” Pensó.
Chris: ¡OJALA TE GUSTEN MIS TOSTADAS, LAUREN! -Grito desde la puerta de la salida. Lauren
se echo a reír. No podía pedir mejores hermanos.
Se termino todas las tostadas, tal y como Chris se lo pidió. No eran la gran cosa, pero Chris se había
esforzado en ellas y esto era suficiente para Lauren. Su madre entro cinco minutos después de que
terminara sin decir palabras. Le coloco la insulina, se aseguro de que sus valores de azúcar en sangre
estuviesen bien, la superviso mientras tomaba sus médicinas y se marcho completamente callada.
Sintiéndose lista y sabiendo que lo estaba, Lauren subió a su habitación. Era tiempo de hablar con la
chica de la ventana, quien, con suerte, estaría despierta y esperándola sentada en su ventana.
Lauren solo tuvo razón en una cosa. La chica de la ventana se había despertado, pues ya no estaba en su
cama y los papeles de la ventana habían sido quitados. Pero Camila no estaba sentada en su ventana,
esperándola.
“Debe de estar en el baño, idiota”
Lauren estuvo de acuerdo con sus propios pensamientos, así que sonrió y se sentó en el borde de su
propia ventana, esperando a que Camila saliera del baño mientras chasqueaba sus dedos.
Lauren: ¿Qué estás haciendo conmigo, Camila Cabello? –Susurro para sí misma.
“Lunes: Diálisis
Martes: Clases de piano.
Miércoles: Cardiólogo.
Jueves: Diálisis.
Viernes: Psicólogo.
Sábado: Diálisis.
Domingo: Clases de piano (Opcionales)”
Camila: Tienes una vida difícil, Lauren Jauregui -Suspiro. El solo hecho de leer el montón de
actividades en el calendario de Lauren la había agotado.
Cuándo finalmente pudo apartar su vista del calendario, Camila decidió espiar el armario de Lauren. La
ropa, tal y como la habitación, estaba perfectamente organizada. Solo había ropa negra, gris, blanca, azul
o marron. Ni rosa. Ni amarillo. Ni naranja. Solo esos simples colores. Tenía solo tres pares de zapados
dentro. Dos pares eran tenis blancos, y los últimos eran zapatos de tacón alto, también negros. Parecían
casi nuevos. La chica tenía también montones de sombreros, gorros y beanies, todos de los colores antes
mencionados. Excepto uno.
Era un beanie morado, oculto entre los otros. Lo tomo entre sus manos y lo saco del armario procurando
no desordenar los demás.
Camila sonrió y lo coloco sobre su mano, examinándolo fijamente. Entonces lo vio. En la parte delantera
del beanie se encontraban unas palabras escritas con los diferentes colores del arcoíris. Camila sonrío al
leerlo.
“Soy un unicornio”
Lauren: ¿Qué estás haciendo conmigo, Camila Cabello? –Fue un susurro, leve como el susurro del
viento. Camila sonrió. Su nombre se escuchaba tan bien con su voz.
La sorpresa que decoro el rostro de la chica fue casi irreal. Su mandíbula prácticamente cayo al suelo,
mientras que sus ojos la examinaban, como dudando que fuese real.
Sin pensarlo dos veces, Camila corrió hacía ella y la abrazo.
Lamentablemente no fue bien recibida.
En cuanto sus brazos rodearon el cuerpo de la chica de ojos verdes esta la empujo con fuerzas,
haciéndola caer al suelo y gemir de dolor.
Pero el dolor que sentía en su cuerpo no era comparado con el que sentía en su corazón. La chica de la
ventana la había empujado, como si ella fuese una enfermedad que tratara de alejar. Sin poder evitarlo,
Camila ya había comenzado a llorar.
Lauren: Ca… Ca… Camila…. yo… yo no quería… yo solo… yo… no… yo no…
Camila la miro. Lauren estaba apoyada en el marco de la ventana, mirándola fijamente con los ojos
humedecidos, chasqueando los dedos sonoramente y con la respiración irregular. Lentamente se dejo
caer al suelo. Apoyo sus rodillas contra su pecho y envolvió sus brazos con ellas. Lo que vino después
hizo a Camila reaccionar. Lauren comenzó a llorar desesperadamente mientras movía todo su cuerpo de
adelante hacía atrás, aun chasqueando los dedos.
Camila: Lauren… Lauren… esta bien… Lauren -Intentaba llamarla, pero ella parecía estar atrapada en
un mundo de lágrimas.
Lentamente y recuperándose de su dolor, Camila fue acercándose a la chica de los ojos verdes mientras
limpiaba sus propias lágrimas. Finalmente logro sentarse a su lado. No atreviéndose a tocarla de nuevo,
susurro:
Pero las lágrimas continuaban, al igual que los chasquidos. Camila intentaba pensar en una solución,
pero no podía pensar claramente teniendo el sonido de los dedos de Lauren como distracción.
Fue entonces cuándo lo decidió. Ya había sufrido fracturas en sus huesos muchas veces antes, así que
podía soportar una más en sus dedos. Lo único que Camila deseaba era que Lauren parara de llorar.
Lentamente Camila movió su mano hasta que esta se encontró con la de la chica de la ventana,
deteniendo de inmediato el sonido producido por sus dedos. Cerro los ojos de inmediato, esperando que
Lauren la apartara dolorosamente, pero, a cambio de eso, ella solo sujeto más fuertemente su mano,
como si no quisiera dejarla ir.
Fue entonces cuándo sucedió. Lauren solo envolvió sus brazos al rededor del cuello de Camila y apoyo
su cabeza sobre su hombro, llorando desconsoladamente. Sin pensarlo dos veces, una de las manos fue a
parar a la espalda de Lauren, donde comenzó a acariciarla para que las lágrimas cesaran. La otra fue
directo a su cabello, con el cual comenzó a jugar.
Lauren: Soy… soy… soy una… una idiota -Susurraba entre lágrimas. Camila a penas pudo entenderla.
Camila: Shhh, Lauren. No eres una idiota. Esta bien llorar.
Lauren se separo del abrazo y miro a Camila a los ojos durante unos segundos antes de bajar la mirada.
Estaba incomoda, dedujo Camila.
La chica de ojos verdes se sorbió la nariz y luego pregunto tímidamente:
Camila casi se derritió al escuchar el tono de voz con el que Lauren le había preguntado aquello. ¿Como
podía esa chica ser tan tierna y verse tan fría? ¿Como podía ser tan débil y verse tan ruda? ¿Cómo podía
tener lágrimas en los ojos y aun así verse perfecta?
Camila acerco su dedo a la mejilla de Lauren y comenzó a limpiar sus lágrimas lentamente. Al principio
Lauren parecía incomoda, pero finalmente termino adaptándose e incluso se permitió cerrar los ojos por
un par de segundos.
La chica de ojos verdes se quedo mirando la mano de la Camila durante un rato. Ella solo la miraba,
fascinada con su perfección y expectante, como si la chica de la ventana estuviese a punto de realizar un
truco de magia.
Fue entonces cuándo Lauren comenzó a mover su mano. Había duda en ella, y de vez en cuándo la hacía
retroceder. Pero finalmente pareció decidirse y fue acercando su mano a la de Camila, quien estaba
conteniendo la respiración. ¿En realidad estaría pensando Lauren en darle la mano? Sus dedos estaban
tan cerca que se rozaban. Finalmente, Lauren unió su dedo meñique con el de Camila y una sonrisa
nació en sus labios.
Sí, era solo un dedo. Sí, no era lo que ella había esperado… Era mejor.
Aquel acto lleno de timidez, inseguridad y alegría al mismo tiempo había hecho estallar el corazón de
Camila. Una sonrisa iluminaba su rostro, y nada podría borrarla durante días. Aquel mínimo contacto
había vuelto locas las mariposas de su estomago, y había acelerado su corazón. Y aquella sonrisa, tan
hermosa y sincera como la de un niño… Camila suspiro.
Dejo escapar una ligera carcajada de sus labios. Aquella chica era tan… impredecible.
Camila asintió. Lo había hecho… Al principio, al despertar, no se había dado cuenta. Pero ahora estaba
más que claro.
Camila: Todo era verde, como tus ojos. Y yo… yo simplemente no quería dejar ese ese lugar. Había
arboles, una cascada, flores y… y estabas tu -Contó, sintiendo como el calor en sus mejillas aumentaba
cada vez más y más.
Lauren: ¿Yo también era verde? -Pregunto con curiosidad, mirándola a los ojos por un par de segundos.
Camila: Sí -Contesto asintiendo- Pero no eras tu exactamente…
Lauren: Lo siento, no puedo… no puedo entenderte.
Camila sonrío, tomo el beanie morado que aun tenia entre las manos y lo coloco tiernamente sobre la
cabeza de Lauren mientras se mordía ligeramente el labio.
Camila: ¿Hola?
Normani: ¡Mila! ¡¿Estás bien?!
Camila: Mejor que nunca -Contesto sonriendo mientras miraba a la chica de ojos verdes, la cual estaba
jugando un juego de preguntas con su celular.
Normani: Mila, Dinah quiere saber si te gustaría salir con nosotras dentro de una hora. Iremos al cine.
Bajo la Misma Estrella, por si te interesa.
Camila se mordió el labio inferior. Bajo la Misma Estrella era la película que tenía meses esperando por
ver. Aquel libro era su favorito. Debía de haberlo leído unas diez veces, y cada vez que lo releía lloraba
y reía mucho más que la vez anterior. Quería ir. En serio quería ir…
Pero entonces vio a la chica de ojos verdes, la cual estaba concentrada en sus juegos, respondiendo
preguntas sin dudar ni un solo segundo en cual era la correcta. Fijándose bien, Camila vio en la mejilla
de la chica de la ventana un rastro de salsa que la pizza había dejado. Con su pulgar lo limpio
dulcemente, y cuándo la chica la miro Camila se llevo el dedo a la boca, sonriendo, sintiendo que su
corazón salía cuando Lauren también lo hizo
Camila: Me encantaría ir, Mani, pero tal vez otro día. Ahora mismo estoy justo donde quiero estar.
Los ojos de Lauren se iluminaron, y Camila sintió a todo su ser derretirse con esta acción.
Normani: ¿De nuevo ella, Mila? -Pregunto. Todos los días en los cuales Normani la había llamado,
Camila estaba con la chica de la ventana.
Camila: Siempre es ella -Comento, y finalmente colgó su celular sin decir adiós.
Lauren había retomado su juego, y de nuevo estaba ganando y superando niveles de forma asombrosa.
Camila simplemente la miraba jugar, sonriendo. Finalmente Lauren pareció reaccionar y se alejo de la
pantalla.
Lauren: Deberías ir… Mis clases de piano empiezan dentro de una hora, así que no nos queda mucho
tiempo. Había pensado en no ir hoy, pero creo que es tiempo de que también estés con tus amigas.
Camila: ¿Hablas en serio?
Camila: Bueno, está bien, iré -Contesto mientras le enviaba un mensaje a Normani- Pero necesito que
me prestes algo de ropa. Se supone que estoy llegando de la biblioteca después de una larga sesión de
estudios, y un pijama rosa no es lo que yo usaría para ir a estudiar.
La chica de la ventana solo sonrío y asintió. Camino hasta su armario y abrió las puertas.
Lauren pareció dudar, pero finalmente asintió. Busco dentro de su armario hasta encontrar una mochila
negra y algo rota y la coloco sobre su cama. Cuándo Camila la abrió, se sorprendió. Dentro encontró una
camiseta rosa con las palabras “Soy diferente” escritas al revés con todos los colores del arcoíris.
También saco unas leggins blancas que, en algunas partes, parecían haber sido salpicadas por brochazos
multicolores. Finalmente encontró zapatillas moradas y una gorra del mismo color con las mismas
palabras que la camisa en la parte trasera. Las miro sonriente. Jamás habría esperado que Lauren pudiese
tener ropa como esa.
Camila solamente sonrío y volvió a mirar la ropa que tenía entre manos, intentando aun procesar la
situación.
Lauren: Si no te gusta puedo buscarte algo de Taylor o…
Camila: Cállate, Lauren. Solo… -No encontraba palabras. Se sentía tan feliz. La chica de la ventana era
como ella, realmente lo era. Primero el beanie y ahora la ropa. ¿Qué otros secretos escondía Lauren
Jauregui?-… Es hermosa, Lauren.
Lauren: ¿Lo dices en serio?
Fue entonces cuando, sin poder evitarlo, la abrazo. La abrazo con fuerzas, y Lauren no la alejo. Pero
tampoco le correspondió. Y aunque cualquiera hubiese quedado inconforme, para Camila aquel abrazo
fue el cielo.
Camila entro al baño, sonriendo y suspirando, sintiendo su corazón más grande con cada latido. Mientras
se colocaba la ropa de Lauren, Camila sentía que sus manos abrazaban su cuerpo. La camiseta le
quedaba algo grande, pero los leggins y las zapatillas le entraban a la perfección. Por último se coloco la
gorra hacía atrás, para que cualquiera pudiese leer la frase que allí había. Salió cuándo pensó estaba lista.
La que encontró frente a ella casi la hizo desmayar. Lauren tenía puestos unos pantalones negros y unos
tenis desatados, a los cuales miraba con frustración. Y su torso… ¡Solo llevaba un sexy brasier negro!
Camila estuvo mirándola durante algunos minutos. Miro sus abdominales, su perfecta espalda, sus
pechos… Y sus cicatrices. Tenía tres. Una a cada lado de su abdomen y una en la parte izquierda de su
pecho. Pero aun así era hermosa. Lauren Jauregui era la única mujer capaz de lucir tan bien cicatrices
como aquellas.
La chica de la ventana volteo la mirada en ese preciso instante. Abrió los ojos como platos y se cubrió
con una almohada. Camila se sonrojo de inmediato. Aquello era incomodo.
Entonces Lauren soltó la almohada y se sentó sobre la cama mientras gruñía y colocaba las manos sobre
su cabeza. Camila se acerco y se sentó a su lado procurando no tocarla.
Camila lentamente acerco su mano al cabello de Lauren y comenzó a jugar con él, buscando entregarle,
de esta forma, algo de tranquilidad.
Era una pregunta extraña, pero aun así Camila se sentía obligada a responderla. Sin dudarlo, susurro un
ligero sí.
Pero Camila no respondió. Solo se arrodillo frente a la chica de la ventana y comenzó a atar sus zapatos,
concentrada. Sus mejillas estaban ardiendo. ¿Estaría haciendo lo correcto? ¿Desde cuándo ataba las
agujetas de sus vecinas? ¡¿Desde cuándo ataba las agujetas de sus vecinas mientras estas solo usaban
brasier?!
Cuando termino se levanto sonríete, pero no miro a Lauren. Camino hacia la ventana, hizo una bola con
sus pijamas y las lanzo, haciendo que estas cayeran dentro de su propia habitación.
Camila: Te veré más tarde -Susurro, aun sin voltear a mirarla. Finalmente, comenzó a descender por la
escalera.
Lauren: ¡Espera!
Camila: ¿Qué sucede, Lauren?
Lauren: Hace frío. Tu mamá jamás creería que has salido sin un abrigo.
Y sin decir más, le lanzo una de sus muchas chaquetas negras, la cual Camila atrapo fácilmente.
Lauren: Te veré más tarde -Dijo, y Camila pudo distinguir un guiño. Se sujeto fuertemente a las
escaleras, procurando no caer.
Camila: Ser tan sexy debería de ser un delito, chica de la ventana -Susurro, pero Lauren ya se había
marchado.
Sinuhe: ¿Camila? ¿Por qué estás tocando? ¿Dónde están tus llaves?
Camila: Yo… em… yo… la olvide.
Sinuhe: Deberías ser más cuidadosa cuándo sales, Camila. No sabes cuándo tendrás una emergencia y…
Espera. ¿Qué estás haciendo con esa ropa?
Camila: Es mía ¿No te gusta? -Pregunto con una mueca.
Sinuhe: Sí, claro que si -Respondió de inmediato, no queriendo hacer sentir mal a su hija- Es solo que no
te la había visto antes.
Camila: La compre hace unas semanas mamá, y pensé que hoy era un buen día para usarla.
Sinuhe: ¿También compraste esa chaqueta? Realmente no lo creo, porque te queda algo grande, así
que…
Camila se sonrojo. Poco a poco la mentira que había creado se caía a pedazos.
Sinuhe: ¿Es de ella, verdad? -Pregunto mientras se cruzaba de brazos y alzaba una de sus cejas.
Camila: ¿Perdón?
Sinuhe: No soy estúpida, Camila. Hace unos días dijiste que alguien te gustaba… ¿Estuviste con ella?
Camila: No hicimos nada malo, mamá, lo prometo… -Se apresuro a aclarar con las mejillas ardiendo. Su
madre no había descubierto TODA la verdad, pero si gran parte de ella.
Sinuhe: Te creo, hija -Susurro mientras colocaba las manos sobre sus hombros- Pero la próxima vez me
gustaría que no me mintieras ¿Está bien?
Sinuhe: Ahora pasa, siéntate y háblame sobre ella mientras tomamos algo de jugo de naranja.
Durante media hora Camila hablo con su madre a cerca de la chica de la ventana, intentado dar la menor
descripción física de ella. Le contó a cerca de como la hacía sonreír, sonrojarse. Le contó a cerca del
extraño sentido del humor de la chica de la ventana. Le hablo a cerca de su inocencia, de su gran
inteligencia, de la forma en la que podía lograr que, con el contacto de solo un par de dedos, su corazón
diera un giro. No le hablo sobre su corazón, o sus riñones, o su Asperger. No lo hablo sobre sus crisis, ni
de su forma de interpretarlo todo de forma literal. No le hablo de sus cicatrices ni de la extraña ropa que
guardaba en su armario. No hablo sobre estas cosas porque odiase que Lauren las tuviese. En realidad,
cada una de esas cosas la hacían ser ella misma, y a Camila le encantaban, pero las cosas que una
persona quiere pueden ser las que otra persona odia.
De inmediato escondió el rostro entre sus manos. Se sentía tan avergonzada después de haber dicho
aquel apodo.
Sinuhe: ¿Lolo? ¿Ya le tienes un apodo? -Pregunto con una sonrisa en el rostro. De nuevo parecía ser la
madre de su mejor amiga. ¿Qué madre se siente feliz luego de que su hija le confiese que ha estado
viéndose con una completa desconocida a la cual llama Lolo?
Camila: Mamá, por favor… esto es… vergonzoso.
Sinuhe: Por favor, Camila. No es como si las hubiese encontrado desnudas en tu habitación…
Camila: ¡Mamá!
Sinuhe: Lo que quiero decir, Camila, es que no deberías avergonzarte de estar enamorada… Y mucho
menos de una persona como ella.
Camila: Ella es increíble -Susurro con una sonrisa estúpida.
Sinuhe: Ya me lo has dicho… Ahora, cuéntame más…
Pero, para suerte de Camila, el timbre de entrada sonó justo en ese preciso momento.
Se apoyo sobre la puerta respirando agitadamente, mordiéndose el labio, olvidando el hecho de que sus
amigas estaban allí.
Dinah: Si fueses mi novia ya te habría abofeteado. ¡Estamos acá, Mila! ¡Dinos hola o algo!
Normani: Ha estado tanto tiempo sin nosotras que seguramente ya nos olvido.
Dinah: A ti te olvido, Mani. A mí me ama. ¡No puede olvidarme tan fácilmente!
Normani: ¡Cállate Dinah “Nombre largo” Hansen!
Dinah: Solo estas celosa porque Mila me ama a mí y no a ti -Comento cruzándose de brazos y sacando la
lengua en un gesto infantil.
Camila: Las amo a las dos por igual chicas, no se peleen.
Dinah: ¡Pero tú y yo tenemos algo especial! ¡Debes amarme más! -Exclamo con una mano en el
corazón, haciéndose la dolida.
Camila: Dinah…
Dinah: Pensé que me amabas…
Camila: ¡Dinah!
Dinah: Me acabas de romper el corazón, Mila –Susurro, fingiendo llorar.
Fue entonces cuando Camila sonrió y se subió a la espalda de Dinah y le beso la mejilla.
Camila: Deja de llorar por esa idiota que acaba de dejarte y vamos al cine.
Normani: Sí, Dinah. Sus calcetines olían mal.
Camila: ¡Mis calcetines no huelen mal! -Reprocho aferrándose fuertemente a Dinah mientras esta
comenzaba a caminar junto a Normani.
Y así continuo su recorrido de tres cuadras hacía el cine. Comentarios absurdos, falsas relaciones y
bromas personales. Esto es lo mejor de la amistad, el hecho de que por un momento, mientras estas junto
a tus amigos, la vida deja de ser tan aburrida y se convierte en un mundo ridículo y absurdo del cual te
puedes reír hasta quedarte sin energías.
Compraron las entradas. Ultimas tres para su suerte. Se sentaron a las afueras del cine, esperando a que
se les permitiera entrar a la sala, comiendo lentamente palomitas de maíz y unos cuantos dulces.
Dinah: Mila, debo de ser una estúpida por no me había dado cuenta antes pero… ¿Tu ropa es nueva?
Camila se miro y sonrío. No se había quitado la ropa de Lauren, ni siquiera la gorra o la chaqueta.
Sus amigas estaban un poco más informadas que su madre a cerca de sus encuentros con Lauren, pero no
sabían aun que esta vivía a su lado o cual era su nombre.
Las personas las miraban aun más, preguntándose si debían intervenir o no. Camila quería desaparecer.
Camila: Dinah…
Dinah: ¡No me hables, desalmada!
Camila: Dinah, si no te callas yo voy a…
Dinah: ¡No me importa con cuantas te acostaste! ¡¿Qué soy yo para ti?! ¡¿Un juguete?!
Camila se cubrió con la chaqueta de Lauren. Aquel era el último lugar donde quería estar. De repente, un
guardia de seguridad se les acerco.
Y así fue como a Dinah, Camila y Normani se les fue prohibida la entrada a aquel cine durante el resto
de sus vidas. Camila intento discutir con Dinah mientras iban de camino a comprar dulces y refrescos
para una improvisada noche de cine en casa, pero no lo logro. Simplemente no podía enojarse con
Dinah. Era una estúpida y la había hecho pasar como una completa idiota frente a un montón de
desconocidos, pero ahora, recordándolo todo, la situación había sido bastante divertida.
Camila sonrío ante la broma de su amiga y salto a su espala riéndose y besando su mejilla dulcemente.
Camila solo negó con la cabeza y sonrío mientras Dinah comenzaba a caminar en dirección a su casa,
Camila sosteniéndose fuertemente para no caerse.
Normani: Mila ¿Cuándo vas a presentarnos a la chica por la cual cambiaste a Dinah?
Camila se sonrojo de inmediato, sabiendo que podía hacerlo en cuánto llegaran, y escondió su rostro en
el hombro de Dinah.
Siguieron caminando entre bromas, como solo lo hacen las verdaderas amigas. Camila sonreía. Jamás
había tenido amigas así… Sandra y Marielle habían sido sus mejores amigas en México, pero la
abandonaron en cuánto supieron sobre su orientación sexual. Y no habían sido ni la mitad de divertidas.
Al llegar a la casa de Camila las amigas comenzaron a ver una película sentadas en el sofá de la casa
junto a Sofi, Sinuhe y Alejandro. Cuándo Sofi se quedo dormida, Alejandro y Sinuhe decidieron subirla
juntos a su habitación.
Camila: Se llama Lauren –Soltó entre suspiros. No podía ocultárselos más. Las mejores amigas no hacen
eso.
Normani: ¿Qué?
Camila: No puedo presentárselas ahora, pero ella se llama Lauren.
CAPITULO 12
Paso un mes. Un largo y hermoso mes. Lauren recibía la visita de la chica de la ventana todos los días.
Verla se había convertido en parte de su rutina. Curarle las heridas también. Lauren le había aconsejado
hablar con sus padres, con el director o con la policía.
Camila: No tiene sentido, ellos seguirán haciéndolo -Decía, y Lauren prefería quedarse callada mientras,
dulcemente, la ayudaba a desinfectar y cubrir sus heridas.
Camila había intentado devolverle su ropa colorida y su chaqueta negra durante mucho tiempo, pero
Lauren le pidió que las conservara, pues ella les daría un mejor uso. Camila al principio se negó, pero
finalmente fue cediendo e incluso termino usando más ropa de Lauren, como una camisa de “The 1975”
y unos shorts blancos. Definitivamente se habían convertido en las mejores amigas.
Nada parecía poder arruinar lo que estaban viviendo.
Excepto una cosa…
Lauren despertó tarde aquel día. Pensó de inmediato que podía ser a causa de las medicinas. Corrió hacía
la ventana, esperando verla, pero ella ya se había ido a la escuela.
“Estúpida escuela” Pensó.
Sonrío al ver en la ventana un papel que decía “Buenos días, chica de la ventana. Espero verte más
tarde”.
Desgraciadamente, no lo hizo.
Una hora después, cuándo Lauren hubo desayunado y estaba en su cuarto intentando resolver un
crucigrama, no lográndolo gracias a que sus pensamientos siempre eran desviados hacía Camila, recibió
una llamada de Ally que no dudo en responder. Necesitaba alejar su mente de Camila si quería seguir
con su rutina.
Ally: ¡Jauregui!
Lauren: ¡Brooke!
Ally: Lauren, acabo de hablar con tu cardiólogo. Me dijo que tu corazón no parece estar respondiendo al
tratamiento. ¿Cuándo planeabas decírmelo?
Lauren: No planeaba decírtelo -Susurro, dejando escapar una lágrima por sus ojos.
Decirlo era como admitir que estaba mal. Y estar mal era estar enferma… Lauren Jauregui siempre
estaba enferma. Y estaba cansada de esto.
Ally: Lauren, yo -Lauren no pudo identificar el hecho de que Ally estaba enojada hasta que finalmente
exploto-… ¡Soy tu amiga, Lauren! ¡¿En serio no planeabas contarmelo?! ¡¿Querías que lo supiera
cuándo fueses de nuevo al hospital?!
Lauren: Ally…
Ally: ¡Soy tu amiga, por todos los cielos! ¡Tú mejor amiga, Jauregui! ¡Decirme cosas como estas es
importante, Lauren! –Lauren se sintió culpable. Ally tenía razón.
Lauren: Ally, yo no…
Ally: Yo solo… yo… yo te quiero, Lauren… y no… no soportaría perderte –Dijo entre suspiros.
Lauren: ¡Ally, estoy bien! –Exclamó exasperada. No estaba enferma. No lo estaba.
“Sí lo estás, idiota”
Ally: ¡No estás bien, Lauren! ¡Tu corazón puede fallar en cualquier momento, Lauren! Tus exámenes
dicen que…
Lauren: ¡A la mierda los exámenes! ¡Yo me siento bien, Ally! ¡No soy una puta enferma! ¡Dejen de
tratarme como a una bebe!
Ally: Lauren…
Lauren: No estoy enferma –Sollozo, cayendo al suelo y cubriendo su cabeza mientras lágrimas
escapaban por sus ojos verdes-. No lo estoy.
Ally: ¿Lauren, que sucede? –Ally conocía a Lauren. Conocía cada mínima faceta de su voz. Sabía lo que
estaba por venir.
Lauren:… Yo solo quiero ser normal, Ally. Quiero buenos riñones, un corazón que no funcione como la
mierda y… yo solo… no quiero estar enferma de nuevo, Ally –Susurro, sin intentar limpiar sus lágrimas.
Ally: Lauren, respira.
Lauren: ¡Estoy cansada de toda está mierda, Ally! ¡Mi mamá no me deja salir de la casa! ¡No puedo
hacer nada sin que sea un riesgo para mí! ¡No sirvo para nada, Ally!
Ally: Lauren, tranquilízate ¿Está bien? Entiendo lo que dices… Voy… voy a llamar a tu mamá.
Lauren: ¡No, Ally! ¡Estoy bien!
Ally: Estás a punto de tener un ataque de pánico, Lauren. No estás bien. Tu mamá tiene que…
Lauren: ¡Puedo controlarme sola, Ally! Yo solo… solo… -Pero las palabras ya no salían de su boca, y
así Lauren Jauregui termino ahogada por el llanto, sintiendo como sus lágrimas quemaban sus mejillas.
Ally: Lo siento, Lauren. Tengo que hacerlo.
Y la llamada termino. Lo siguiente que Lauren escucho fue el teléfono de su casa sonar y a su madre
atender. Frustrada, Lauren lanzo su celular contra la pared y simplemente, grito. Grito porque estaba
enferma. Grito porque nadie parecía creer que ella podía hacer algo por su cuenta. Grito por que se
odiaba. Grito porque era una idiota.
Casi de inmediato llego Clara y la cubrió con sus brazos. Lauren intento empujarla, indicarle que ella
podía calmarse sola, pero Clara no la soltó ni un segundo.
Su madre estaba hablando, pero ella no podía escucharla. Solo escuchaba sus propios gritos y una voz en
su cabeza que la llamaba idiota.
Se retorció de un lado a otro, llorando y gritando. Intento golpear su cabeza para callar la voz, pero Clara
se lo impidió. Enterró sus uñas en la piel de sus piernas, buscando opacar el dolor que sentía en su
interior, pero de nuevo Clara se lo impidió. Finalmente comenzó a darse por vencida, y la voz de su
madre se hizo presente en su cabeza.
Y tenía razón. Lauren respiro hondo y conto hasta diez. Si odiaba ser una enferma, debía de eliminar las
posibilidades de serlo.
Clara: ¿Estás mejor? –Pregunto mientras apoyaba la cabeza de su hija en su hombro, Lauren aun
llorando desconsoladamente.
Lauren: No –Sollozo.
Clara intento calmar a Lauren acariciando su espalda, pero las lágrimas de la chica seguían rodando por
sus mejillas.
Clara intento múltiples veces tranquilizar a Lauren, pero todo terminaba igual: en un llanto peor que el
anterior. Paso al menos una hora hasta que Clara por fin lograse que Lauren se calmara.
Clara: Piensa en algo que te guste, Lauren. Olvídate de todo lo que tienes por un minuto y piensa en algo
que te guste.
Fue allí cuándo vino a su mente la imagen de Camila. Sus ojos achocolatados, su piel bronceada, sus
sonrisas, sus expresiones fáciles de deducir, su voz… Todo. Y finalmente una sonrisa se dibujo en el
rostro de Lauren. No una sonrisa falsa, en esa donde solo levantaba la comisura de su labio. Aquella fue
una sonrisa real.
Pero Ally no pudo terminar su oración, pues el llanto se hizo cada vez más fuerte. Lauren estuvo pegada
al teléfono todo el tiempo, dejando escapar algunas lágrimas por sus ojos, sintiendo que su corazón se
retraía dolorosamente ante la noticia.
O tal vez frente a algo más grande y grave…
De repente la voz de Troy se escucho al otro lado del altavoz.
Troy: ¿Lauren?
Lauren: ¿Troy? ¿Estás bien? ¿Cuándo lo supiste? –Pregunto, preocupada. Troy era un buen chico, y un
gran amigo, y no deseaba que nada malo le sucediera. Sobre todo porque Ally lo amaba, y si perdía a
Troy también perdería a Ally. De nuevo estaba llorando.
Troy: Lauren, yo –El intentaba permanecer fuerte, pero su voz también estaba algo quebrada- estoy bien.
¿Me escuchaste? Estoy bien… Lo supe desde hace un par de días, pero Ally acaba de enterarse y… -
Suspiro- Tu eres la única que puede entenderme ahora mismo, Lauren.
Lauren: ¿Quieres un consejo, Troy?
Troy: Por favor –Y Lauren reconoció esa voz. Era la voz que ella usaba todo el tiempo. La voz de
alguien que se siente enfermo. De alguien que ESTA enfermo.
Lauren: No intentes hacerle sentir a los demás que estás bien. Eso solo te hará sentir mal a ti.
Y sin esperar una respuesta, Lauren finalizo la llamada, colocando su celular al lado y dejando que
lágrimas corrieran por sus mejillas desenfrenadamente. Otro ataque parecía acercarse.
Ya se había perdido a sí misma. No quería perder a Troy y a Ally también.
Fue entonces cuando lo sintió.
Primero, un pequeño dolor. Luego el sentimiento de que su corazón era estrujado. La sensación de
ahogo. El dolor se hacía más grande.
Cayó al suelo de rodillas, sujetando su pecho, respirando agitadamente.
“No de nuevo, idiota. Por favor, no” Pensaba, como si con eso pudiese detener lo que estaba sucediendo
“Inhala, exhala. ¡Vamos Lauren! ¡No es difícil! ¡Hazlo idiota!”
Su corazón era estrujado. Débiles sonidos guturales escapaban por su garganta. Se quedaba sin aire. Las
cosas daban vueltas a su alrededor. La garganta le dolía. Las nauseas iban y venían.
“No, idiota. No. Tú no estás enferma. Tú no estás enferma”
Lágrimas corrían por sus ojos, pero ella no se daba cuenta a causa de las miles de malas sensaciones que
sentía. El dolor empeoraba con cada segundo.
Lauren: Mamá –Fue lo último que dijo antes de caer directamente inconsciente sobre el suelo.
CAPITULO 13
Camila estuvo preocupada durante cinco días seguidos. La chica de la ventana no había estado en su
habitación durante todos esos días. No la había visto ni una vez, y Camila dudaba que la estuviese
ignorando, aunque conociendo a Lauren Jauregui y su extraña personalidad, esto no la extrañaría.
Fue entonces cuando lo supo.
Estaba desayunando con su familia, ya preparada para ir a su escuela, cuándo Sinuhe y Alejandro
comenzaron a entablar conversación.
“No, por favor, no” Suplicaba mentalmente a quien sea que la estuviese escuchando.
Sofi: Yo la conozco -Susurro Sofi, sonriendo, no entendiendo bien que era lo que sucedía con Lauren-.
Cuándo mi tía me trae a casa ella siempre está saliendo del auto de sus papas. A veces tienen que llevarla
cargada hasta la casa -Comento-… Una vez se le cayó un libro repleto de… crucigramas, creo que se
llaman… y fui a devolvérselo. Solo dijo gracias y entro a su casa -Contó, moviendo sus manos
exageradamente, como si este movimiento permitiera salir las palabras de su boca más fácilmente-. Creo
que es algo gruñona -Murmuro riendo.
“¡No lo es! ¡Solo debes conocerla!” Grito mentalmente, enojada. Pero Sofi no tenía la culpa… ella era
solo una niña. Ella no podía comprender todos los problemas con los que Lauren tenía que lidiar en su
vida.
Sinuhe: Al parecer los doctores piensan que lo mejor es un trasplante de corazón, pero no pudieron
hacerlo a causa de sus problemas renales…
Alejandro: ¿Problemas renales?
Sinuhe: Es una chica llena de problemas…
Camila: No lo es -Susurro, mirando su plato medio lleno, asqueada. Lo único que quería hacer era llorar
y gritar. La comida ya no le interesaba, y esto era extraño siendo ella Camila Cabello-. Podría estar
drogándose, fumando y bebiendo, mamá, y eso sería un problema porque ella lo habría elegido. Pero ella
no eligió tener todos los problemas que tiene… Es como cuándo te da un resfrió. Tu no elegiste el
resfrió, el te eligió a ti.
Alejandro: Tu mamá no quiso decir eso, Camila…
Camila: Lo sé, papá… Alejandro, quise decir -Aun después de tantos años viviendo con él, no se sentía
cómoda llamándolo de aquella forma-. Pero se refirieron a ella como una chica llena de problemas como
si fuese una drogadicta o algo así…
Sinhe coloco una mano sobre la de Camila y la apretó fuertemente con entendimiento.
Camila simplemente asintió, dudando en poder responder gracias a las lágrimas que querían salir en ese
momento por sus ojos.
“¡MIERDA!”
Lauren Jauregui estaba mal. La chica de la ventana estaba mal. La chica de la ventana podía estar
muriendo en ese preciso momento.
Sin poder soportarlo más Camila se levanto de la mesa y fue directo a su habitación sin terminar su
desayuno. Cerró la puerta y se apoyo en ella, mordiéndose el labio para que su boca no dejara escapar
los gritos que deseaba. Fue deslizándose lentamente hasta llegar al suelo, y una vez allí se cubrió la
cabeza con ambas manos y lloro.
Lloro porque la vida era injusta. Porque no se merecía aquello. Lloro porque no había podido hacer
nada. Lloro porque la vida era una mierda. Lloro porque Lauren Jauregui era la única persona que podía
hacerla feliz en aquel momento, y ella estaba en el hospital, tal vez inconsciente.
Estuvo llorando durante varios minutos con la cabeza entre las piernas, dejando que su mente evocara
cada cosa que le encantaba de la chica de la ventana. Sus sonrisas, sus ojos, su voz, su inteligencia, su
honestidad… Había tantas cosas. ¿Por qué una persona tan pura, tan hermosa, tan Lauren, tenía que
sufrir tanto? ¿Por qué ella y no esos delincuentes que paseaban por las calles sin ser descubiertos?
Finalmente, su madre llamo a la puerta con suavidad.
Lo último que Camila quería era ir a la escuela, pero sabía que si no lo hacía por voluntad propia sus
padres la obligarían.
Camila: Está bien -Susurro, intentando que su voz no sonara quebrada y así evitarle preocupaciones a su
madre.
Se levanto, fue al baño y enjuago su rostro, borrando cualquier rastro de lágrimas, dejando solamente un
par de ojos rojos. Al salir camino hacia la ventana, como si todo pudiese haber sido una mala pesadilla y
Lauren estuviese allí para desearle un feliz día. Pero su habitación estaba vacía.
Fue entonces cuando decidió llevarse una parte de Lauren. Tomo la chaqueta de cuero negra y se la
coloco junto a la gorra morada con la frase “Soy Diferente”, siempre con la frase hacía adelante. Camila
respiro hondo. Aun olían a Lauren.
Quince minutos después Camila había llegado a la escuela y estaba guardando algunos libros en su
casillero.
Normani: ¡Karla!
Camila no se sentía de humor para enfadarse con Normani por llamarla Karla, así que solo volteo, sonrió
falsamente y la saludo con una de sus manos.
Camila solamente negó con la cabeza. Normani se encogió de hombro y se alejo un poco, indicando que
debía llamar al primo de Dinah. Era su aniversario.
“¡Es su puto aniversario! ¡¿Por qué ellos son felices y Lauren no?!”
Cerró con rudeza su casillero y coloco su cabeza sobre él.
Fue entonces cuando Camila se lanzo a los brazos de Dinah, la abrazo fuertemente y lloro. Lloro porque
Lolo no estaba bien. Lloro porque Lolo no podía ser feliz. Lloro porque la vida era una mierda.
Se aferro fuertemente a la camiseta de Dinah, depositando todo su odio y frustración en ella. Dinah solo
la abrazaba y le susurraba que todo estaba bien, que llorar no era malo, que estaba bien desahogarse.
Normani llego unos minutos después y sin dudarlo se unió al abrazo. Camila dejo escapar insultos por
sus labios de vez en cuando, así como también el nombre de Lauren. Quienes pasaban por su lado la
miraban con lastima, pero conociendo quien era y quienes eran sus enemigos, descartaban la opción de
ofrecerle un pañuelo o preguntarle por qué razón lloraba.
Finalmente, sus llantos comenzaron a hacerse cada vez más y más leves hasta que finalmente
desaparecieron. Se alejo de Normani y Dinah lentamente, secando sus lágrimas y mirando al suelo
sonrojada, no creyendo lo que acababa de hacer.
Dinah: ¿Que sucede, Mila? -Pregunto dulcemente mientras la ayudaba a secarse las lágrimas con un
pañuelo. Normani la miraba con los ojos vidriosos, no sabiendo que hacer.
Camila: Ella… ella… ella no está bien, Dinah.
Dinah: ¿Que quieres decir con eso?
Pero Camila no pudo explicarlo, pues el timbre de entrada sonó, indicando el inicio de las actividades.
Las clases fueron lentas y dolorosas. Por más que lo intentaba, Camila no podía escuchar nada. No podía
prestar atención y sentía un inmenso dolor en su pecho. Durante todo el día no se encontró con Luis y
Austin, pero esto no la hizo sentirse más feliz. Lo único que la haría sentir feliz aquel día sería Lauren
Jauregui.
Finalmente las clases terminaron y Camila se despidió de sus amigas con un fuerte abrazo mientras estas
le decían que todo estaría bien.
Fue entonces cuando sucedió. Camila estaba entrando a su auto cuándo sintió la respiración de Austin en
su cuello. Se tenso de inmediato.
Austin: Linda gorra –Dijo con malicia, y se la quito para observarla, soltando una carcajada que hubiese
hecho llorar a cualquier niño.
Casi de inmediato Camila se dio la vuelta, lo empujo y le quito la gorra de las manos con rudeza.
Era la primera vez que lo hacía. La primera vez que se atrevía a tocarlo. La primera vez que se atrevía a
enfrentarlo con más que palabras.
Lo cierto era que Luis no estaba por ningún lado. Era como si se lo hubiese tragado la tierra. Y para
Camila era lo mejor del mundo.
Camila: Dime algo que no sepa ya –Susurro desafiante mientras levantaba una de sus cejas. Era como si
Austin, al quitarle la gorra, le hubiese dado una razón para enfrentarlo y ser fuerte: Lauren.
Austin: Voy a hacerte cerrar tu gran bocota –Sentencio.
Antes de que Camila pudiese verlo venir, un puño golpeo su cara. Cayó al suelo viendo al mundo girar.
Sintió sangre en la boca.
“De nuevo”
XX: Tú no vas a tocarla –Advirtió la voz lentamente, con una furia y un odio que habría hecho temblar a
cualquiera.
Austin: ¿Crees que me das miedo? ¡Tienes un beanie que dice “Soy un unicornio!… Si yo fuese tu me
alejaría. No quisiera marcarte a ti también, bonita –Dijo, mirando a Lauren de arriba abajo, con una
mirada divertida. Finalmente se acerco a Camila nuevamente.
Lauren: ¡NO! –Grito con furia, y lo empujo fuertemente con su mano derecha, haciéndolo retroceder
unos pasos.
En ese instante todos los estudiantes habían formado un círculo alrededor de ellos, deseando ver la
escena de más cerca sin ser participes de ella.
Camila se levanto lentamente, apoyándose del auto. Cuándo finalmente logro ponerse de pie Lauren
entrelazo su mano con la suya y comenzó a acariciar sus nudillos con su pulgar. Camila se sintió
extrañada. Lauren jamás había hecho algo como aquello, pero le gustaba.
Camila solo obedeció. Lauren jamás le había hablado con tanta autoridad… Y eso le gustaba. Le gustaba
ver a la Lauren ruda tanto como le gustaba ver a la Lauren tímida.
Desde dentro, Camila escucho los gritos de Lauren.
Lauren solo sonrió falsa y dulcemente, como una niña que no mataría ni a una mosca.
Lauren: No querrás saberlo –Contesto, con una voz demasiado aguda. Y Camila casi se echo a reír. Solo
Lauren Jauregui podía hacer que aquellas expresiones de niña dulce se viesen aterradoras.
Lauren entro al auto casi de inmediato y susurro un leve “Vámonos de acá”. Camila no dudo en
encender el auto.
Y Camila lo hizo. Sabía que si no lo hacía Lauren no dejaría de hablar sobre su labio roto, lo cual quería
decir que no respondería sus preguntas.
Lauren saco un pañuelo de su bolsillo y comenzó a limpiar el labio de Camila dulcemente. Camila cerró
los ojos, sintiendo dolor y a la vez una mezcla de entusiasmo. ¡Lauren Jauregui estaba allí, junto a ella!
Camila: También te extrañe, Lauren –Dijo, una vez que ella se alejo junto con el pañuelo ensangrentado.
Lauren: ¿Dónde lo pongo? –Pregunto, señalando el pañuelo.
Camila: Lánzalo al suelo. Lo recogeré después.
Lauren no protesto.
Camila: Lindo beanie –La halago con una sonrisa mientras volvía a encender el auto.
Lauren: Pensé que te gustaría –Dijo sonriendo.
Camila: ¿Lo vio tu madre?
Lauren: Me lo puse cuándo salí.
Claro. Lauren aun seguía teniendo miedo… Una visita al hospital no te quitara el miedo a ser tu misma
por más que lo intentes, sobre todo si estás allí por tu corazón y no por tus problemas de inseguridad.
Lauren: ¿Te gustaría acompañarme a mi diálisis? –Pregunto- Le dije a mi madre que iría sola, pero tu
compañía no me haría daño y… El hospital esta a unas calles, así que ir en mi skate será fácil si tú no
quieres…
Camila: Claro que iré, Lauren –Susurro con una sonrisa en el rostro, mirándola por el rabillo del ojo-…
¿Tengo que quedarme en la sala de espera, cierto?
Lauren: No si logro que Ally te permita pasar…
Camila: ¿Ally?
Lauren: Mi mejor amiga. Ya la conocerás.
Lauren solo asintió y respiro un par de veces, como si se estuviese preparando psicológicamente para
hacerlo. Luego volteo la mirada y sus ojos se encontraron.
Era tan hermoso mirar aquel mar verde esmeralda. Camila se sintió sin aliento…. Debía de ser la mujer
más afortunada. Estaba viendo los ojos más hermosos del universo.
Y fue entonces cuando lo vio. Sus ojos estaban cristalizados, como si hubiese estado llorando o quisiera
hacerlo.
Pero la chica no respondió. Ella solo bajo la mirada, se cubrió el rostro con las manos y comenzó a
llorar. De inmediato Camila la abrazo, sintiendo que era su deber aunque a Lauren no le gustasen los
abrazos. Lauren la había salvado de una paliza, ahora debía recompensarla…
La chica de la ventana no la alejo.
Camila: ¿Qué sucede, Lauren? –Pregunto entre susurros, jugando con su cabello.
Lauren: El problema es que me enamore de ti, Camila Cabello. Y yo… yo simplemente no puedo amarte
como te lo mereces. Estoy enferma. Ninguno de mis órganos parece querer funcionar como debe. Soy un
pedazo de basura, una idiota, y me enamore de ti… Lo único que hice durante mis días en el hospital fue
pensar en ti. No pude dejar de hacerlo, Camz. No pude porque me enamore de ti –En este punto ambas
estaban llorando. Camila escondió su cabeza en el cabello de Lauren, aspirando su aroma, esperando que
eso la tranquilizara, pero las palabras de Lauren tenían un efecto increíble en ella-. Hable con mi
psicólogo. El es el único que sabe que soy lesbiana a parte de ti. Me dijo que lo intentara, que intentara
ser feliz… ¡Pero no puedo ser feliz sabiendo que tú no serás feliz conmigo!
Camila: ¿Quién te dijo que no lo seré, Lauren?
Lauren: ¿Cómo puedes ser feliz con una enferma como yo, Camz?
Estaban tan cerca. Pudieron besarse en ese mismo instante. Se miraron los labios mutuamente durante un
par de minutos, esperando el beso tan anhelado. Camila incluso se permitió cerrar los ojos un par de
veces… Pero no sucedió.
Lauren solo salió del auto. Segundos después, con un suspiro, Camila hizo lo mismo.
Camila: Lern Jergi –Susurro, apareciendo a su lado. Lauren estaba recostada en su silla, mirando su
celular, así que se sorprendió al verla.
Lauren: Parece que Ally hizo su trabajo…
Camila: Es muy amable, Lauren. Ahora entiendo por qué es tu mejor amiga… Dijo que estaría acá
dentro de una hora. Su novio tenía una cita médica o algo así.
Lauren asintió. Probablemente estaba con el neurólogo. Lágrimas amenazaron con salir de sus ojos
cuándo recordó el tumor cerebral de su amigo.
Lauren sonrió y se hizo a un lado, dejando el espacio suficiente para que Camila pudiese sentarse a su
lado. Camila se sentó de inmediato a su lado.
Lauren sonrió. Le encantaba la forma en la que Camila la hacía sentir un poquito no tan enferma.
Lauren: Podríamos hablar a cerca del idiota que intento golpearte… -Susurro con odio y la cabeza gacha,
jugando con sus propios dedos, los cuales había comenzado a chasquear inconscientemente.
Camila: O podríamos hacernos preguntas mutuamente –Sugirió, sonriendo. Lauren la miro a los ojos
unos segundos y luego asintió apartando la vista.
Lauren: Eso me parece bien.
Lauren solamente asintió sin dignarse a mirarla. Conocía a aquella enfermera, Antonia, desde que había
comenzado su diálisis y no había logrado dirigirle más de dos o tres palabras en un día.
“Es todo culpa del Asperger” Pensaba “Eres una idiota, Jauregui”
Enfermera: Veo que tienes nueva compañera. ¿Tu novia?
Lauren sonrió ante esta idea, pues le gustaba. Pero no… Camila no necesitaba estar con una enferma
como ella. Había mejores.
Camila: Solo una amiga –Por el rabillo del ojo la vio sonreír y luego tenderle una mano a la enfermera.
Enfermera: Vendré en unos minutos a colocarte las vías.
Lauren suspiro y miro su brazo izquierdo. Miro la extraña forma que le daba su fistula y frunció el
entrecejo. Daría todo por unos buenos riñones.
Lauren: Me colocan anestesia tópica antes, pero aun así debo admitir que duele un poco… -No mentía.
A veces debía morder su propia lengua para no gritar. Tal vez era su mente quien lo exageraba todo…
Lauren odiaba las inyecciones debido al frecuente uso de ellas, así que su mente la hacía sentir el dolor
al máximo.
Camila: ¿Quieres tomar mi mano?
Lauren sonrió ante aquella propuesta. Podía parecer algo de niños, pero Lauren asintió, sabiendo que la
mano de Camila siempre lograba calmarla.
Con torpeza coloco su mano sobre la de Camila y entrelazo sus dedos, acariciándole los nudillos con el
pulgar. Lauren se sentía bien. Había sostenido la mano de Camila de esa forma dos veces en un solo día.
Era todo un logro. La sonrisa de su rostro se ensancho.
Lauren no pudo notar que Camila estaba emocionada de saber lo que Lauren diría. Primero, porque no la
estaba mirando y segundo, porque no podía. Si lo hubiese sabido tal vez no hubiese dicho lo que dijo.
Lauren: Olvídalo.
Fue entonces cuando llego Antonia junto con todos los elementos que necesitaba para colocar las vías de
Lauren.
Sin saber por qué, ese día estaba realmente nerviosa. Tal vez porque había sido el primer día en el que
iba al hospital junto a Camila. Tal vez porque había recibido suficientes inyecciones en los últimos días.
Tal vez porque sabía que iba a doler.
De repente, Camila sujeto su barbilla y la miro directamente a los ojos. Lauren intento desviar la mirada,
pero Camila no lo permitió.
Lauren lo hizo. Antes de que lo supiera, las dos vías ya estaban en su brazo y la máquina de diálisis
estaba funcionando. Solo había sentido dos débiles pinchazos.
Lauren solo asintió y se alejo de Camila, recostando su cabeza sobre la almohada de la silla, admirando
como la máquina de diálisis hacía lo que su cuerpo no podía.
Lauren solo asintió y coloco su cabeza sobre el hombro de Camila. Jamás había hecho esto, pero se
sentía bien. Cerró los ojos y comenzó a hablar mientras Camila jugaba dulcemente con su cabello.
Lauren: Antes de nacer mis padres llevaban una mala vida. Vivían en un viejo basurero y todo su dinero
lo gastaban en drogas y alcohol. Fue entonces cuando el padre de Ally los rescato y les encontró un
trabajo. Todo lo que tenemos ahora es gracias a el… El punto es que antes de que el padre de Ally los
encontrase, mi madre ya estaba embarazada de mi, así que me vi afectada por sus vicios. A los siete
meses de embarazo el ginecólogo me detecto un foramen oval, es decir un agujero en el corazón, durante
uno de sus estudios, pero dijo que esto no era grave ya que la mayoría cierra días después del
nacimiento. Por supuesto, yo era la excepción a la regla. Horas después de nacer comencé a ponerme
azul, mis latidos eran débiles y respiraba con dificultad. Después de unos exámenes los doctores
determinaron que tenía el síndrome del corazón izquierdo hipoplastico, lo cual quiere decir que el lado
izquierdo de mi corazón no se había desarrollado correctamente. De inmediato me sometieron a un
trasplante. Conseguir el corazón no fue difícil… En cuánto lo necesite el padre de Ally ya tenía varios a
mi disposición… Los doctores dicen que tengo suerte. Dicen que, con el historial de mi madre, debí de
tener más problemas congénitos, pero yo no lo veo de esta forma… A los seis meses tuve varicela. No
fue nada grave. Un mes después tuve sarampión. Tampoco fue grave. Tuve otitis dos veces seguidas,
pero lo supere. La meningitis tampoco me afecto demasiado… Cuándo tenía un año y medio me enferme
de influenza, pero mi sistema inmunológico no respondió bien a los tratamientos y casi morí, pero por
una extraña razón eso no sucedió y sigo acá. A los cuatro fui a una cita de rutina con mi cardiólogo y
este noto que mi corazón no estaba funcionando correctamente, así que ordeno realizar los exámenes
necesarios y finalmente determino que era un rechazo. Mi sistema inmunológico estaba intentando
desechar el cuerpo extraño. ¿Extraño verdad? Mi cuerpo intenta deshacerse de lo bueno pero jamás es
capaz de alejar lo malo… Intentaron hacer todo lo posible para que mi cuerpo no rechazara mi corazón,
pero finalmente debieron ceder ante otro trasplante… Fui feliz por, más o menos, dos años, hasta que mi
páncreas se inflamo y los médicos no tuvieron más remedio que extirpar una parte de él. No lo perdí
completamente, pero si una gran parte, y luego de un mes mis médicos determinaron que necesitaba
dosis diarias de insulina para ayudar a mantener mi nivel de azúcar en sangre ya que mi mínimo pedazo
de páncreas no puede hacer las cosas solo. Pasaron años y todo estuvo más o menos bien. Incluso
practique Softball. Pero toda mi felicidad término cuándo mi corazón, nuevamente, comenzó a ser
rechazado. Los doctores intentaron hacer todo lo posible para evitar otra cirugía, pues podía ser peligrosa
al ser yo insulinodependiente, pero finalmente debieron someterme a la cirugía. Mis padres debieron
firmar un papel esa vez. Ellos se hacían responsables de lo que pudiera sucederme, y si moría el hospital
no se haría cargo. Por suerte, sobreviví… A los doce estuve deprimida, y mis padres pensaron que
necesitaba hablar con alguien. Me llevaron al psicólogo esa vez. Me detecto Asperger casi de inmediato,
la cual es la razón por la que colecciono monedas, relleno crucigramas, no miro a las personas a los ojos,
interpreto todo de forma literal, no entiendo el lenguaje no verbal, no puedo atarme los zapatos, amo mi
rutina, me cuesta demostrar afecto y muchas otras cosas… Intente asistir a grupos de apoyo, pero estos
solo me deprimieron más. Los niños de mi clase comenzaron a molestarme. Y finalmente mi madre
decidió que la educación en casa era lo mejor, y sinceramente lo fue. En casa no tenía a tantas personas
para recordarme que no era como los demás. Hace dos años tuve insuficiencia renal severa debido a las
constantes medicinas que debía tomar para que mi corazón no fuese rechazado, y aunque mis médicos
hicieron todo lo que pudieron, no lograron que mis riñones funcionaran como antes, así que de
inmediato sugirieron la diálisis. Pero yo no quería estar condenada a ella, así que hable con ellos sobre la
posibilidad de un trasplante. Al inicio me dijeron que no, que era demasiado peligroso debido a mi
corazón trasplantado, pero finalmente accedieron a realizarlo, no sin antes obligar a mis padres a firmar
ese papel donde ellos se hacían responsables de lo que pudiera sucederme en el quirófano. La cirugía fue
perfecta, pero mi recuperación no. Mi trasplante fue rechazado de inmediato, y los doctores volvieron a
sugerirme la diálisis. Fue entonces cuando pedí otro trasplante. Ellos dijeron que era peligroso, pero yo
no quería depender de una maquina… Tuve dos trasplantes más, y ninguno funciono. Y así fue como
termine viniendo a este lugar tres veces a la semana… Finalmente, hace cuatro meses comencé a
sentirme fatigada y mi corazón de vez en cuando latía de forma anormal. No se lo dije a mis padres. No
quería ser una estúpida enferma… Fue entonces cuando mi corazón se detuvo por primera vez. Desde
entonces los médicos están intentando hacer todo lo posible para que mi sistema no rechace mi corazón,
pues realizar otro trasplante podría ser verdaderamente peligroso debido a mi insulinodependencia y a
mi problema renal. Mi corazón se ha detenido dos veces más desde entonces, la última hace cuatro días.
Finalmente los doctores determinaron que una de las razones por la que mi corazón parecía estar
fallando era porque no hacía suficiente ejercicio, así que mi sobreprotectora madre se vio obligada a
ceder con sus cuidados… Y sí. Creo que eso es todo.
Camila gruño, y fue entonces cuando Lauren levanto la cabeza. Camila movía su cabeza de lado a lado
con una sonrisa en los labios y los ojos cristalizados.
Ally solamente miro sus manos unidas y alzo una ceja. Lauren también lo hizo. Su dedo pulgar aun
acariciaba dulcemente los nudillos de Camila. Casi de inmediato, alejo su mano.
Camila: ¿Cómo le fue a tu novio con el doctor?… ¿Se llamaba Troy, cierto? –Seguramente Ally no le
había contado a Camila acerca del tumor cerebral de Troy el poco tiempo que se habían visto en la sala
de espera.
Lauren miro a su amiga y, luego de buscar en las profundidades de su diccionario mental de expresiones,
dedujo que estaba triste.
Fue entonces cuando Camila se levanto de la silla y tomo a Ally del brazo, sentándola al lado de Lauren.
De inmediato ella se abrazo a su amiga y comenzó a llorar sobre su hombro, Lauren no disfrutando del
contacto. Abrazar a Camila era sencillo, y la conocía desde hacía realmente poco tiempo. Abrazar a
Ally, su mejor amiga de toda la vida, no debía de ser tan difícil.
Lauren solamente se dedico a mirar a Ally y limpiar sus lágrimas. En ese momento no encontraba nada
para decir. Nada de lo que ella dijera podría hacer sentir bien a Ally en aquel momento… Lauren solo
quería hablar con Troy. Sabía lo duro que era todo. Sabía lo que se sentía ser el enfermo. Sabía lo que se
sentía estar muriendo. Podía comprenderlo a el más de lo que podía hacerlo con Ally.
Ally: La número cinco es ver una película en el cine mientras vestimos ropas iguales. La número
diecisiete es comer cuatro pizzas enteras junto a mí sin explotar antes… Incluso te incluyo en una,
Lauren.
Lauren: ¿Cuál?
Ally: La número veintiséis: “Burlarme de Lauren junto a Ally porque yo moriré primero”
Fue entonces cuando Lauren se echo a reír. No era el momento, pero lo hizo.
Camila: ¡¿Cómo puedes reírte de algo así, Lauren?! –Le recriminó. Parecía enojada. Aun así, Lauren no
pudo parar de reír. Había algo en su interior que la obligaba a reír, que parecía estar haciéndole
cosquillas en el estomago.
Ally: No es su culpa. Suele suceder todo el tiempo… Una vez tuvo un ataque de risa en el funeral de una
de sus tías. En menos de quince minutos todos estaban riendo junto a ella… En realidad, alegrar los días
tristes con una sonrisa no puede ser tan malo.
Fue entonces cuando Lauren escucho a Ally reír. Y luego la siguió Camila.
Su risa era la gloria.
Y lo era porque estaba enamorada. Todo lo que le había dicho en el auto era cierto… Estaba enamorada
como idiota. Y sí, no era lo mejor que Camila podría tener. Lauren no era nada para ella. Camila tal vez
se casaría con alguna otra chica y sería muy feliz… Pero mientras pudiese, Lauren iba a disfrutar de cada
segundo con ella.
En menos de quince minutos, toda la sala de diálisis estaba riendo junto a ellas.
Como Ally lo había dicho, alegrar el día triste con una sonrisa no había sido tan malo.
CAPITULO 15
Luego de terminada la diálisis Lauren estaba tan débil que no podía levantarse sin ayuda. Su madre
estaba fuera, esperándola en el auto, así que Camila no pudo llevarla de la mano para cerciorarse de que
estaba bien. Lauren fue acompañada por enfermeras hasta la salida, no sin que antes Camila le
prometiera una charla esa noche.
Cuándo Camila llego a su casa Lauren ya estaba durmiendo sobre su cama, con un rostro tan adorable
que Camila no pudo evitar el suspiro que salió de sus labios. Corriendo fue a buscar su celular y tomo
una foto de Lauren en el mejor ángulo que encontró, tomando en cuenta que estaban a dos metros de
distancia. Aun así, la foto salió bastante bien. Sin dudarlo, esta tomo lugar en el fondo de escritorio de su
celular.
Comenzó a hacer sus tareas, esperando el momento de que Lauren despertase, cuándo recibió la llamada
de Dinah.
Camila intento recordar su rostro, pero no lo logro. Era una completa desconocida para ella.
En realidad, la mayoría de los chicos en su escuela eran unos desconocidos para ella. Camila era la rara.
La excluida. La lesbiana.
Las mejillas de Camila se sonrojaron de inmediato, y dio gracias a Dios por estar sola en ese momento.
No habría sido capaz de soportar las burlas de sus amigas en ese instante.
Dinah: ¡No puedo creer que Vero sepa quién es Lauren antes que yo! ¡Soy tu mejor amiga, Cabello!
Camila: Dinah, por favor…
Dinah: ¡Y lo peor es que nadie se atrevió a grabar! ¡Nadie! ¡Pero si pudieron grabar aquel vídeo donde
me picaba la nariz! ¡Todos los estudiantes de esa escuela son unos idiotas!
Camila se echo a reír cuando recordó el vídeo de Dinah rascándose la nariz por toda la red. Fue
divertido, y como Dinah era una chica de esas con las que nadie se metería, las bromas en el colegio
cesaron casi de inmediato. Fue solo un momento divertido… Si hubiese sido Camila en vez de Dinah,
las burlas aun seguirían.
Dinah no tuvo que esperar más de dos minutos para tener la foto en su celular.
Camila se echo a reír. Dinah era capaz de encontrar el chiste en cada pequeña situación, y esto era lo que
a Camila le encantaba de ella. Por esta razón Dinah era su mejor amiga junto a Normani. Mientras
Normani le daba un hombro para llorar, Dinah intentaba animarla con estúpidos chistes. Ni Sandra ni
Marielle le habían dado este tipo de amistad. Tal vez, solo tal vez, jamás habían sido sus verdaderas
amigas.
Fue entonces cuando Camila miro el reloj. Ya era bastante tarde. Lauren pronto despertaría, ella no había
terminado la tarea de física y ese día Camila y Lauren tendrían otra increíble clase de atado de agujetas a
través de la ventana.
Dinah: ¡Ya sé de dónde conozco a Lauren, Mila! –Soltó- ¡Oh, por Dios!
Camila: Tendrás que contarme mañana, Dinah –Dijo, no muy interesada. Lo cierto es que solo quería
estar con Lauren en ese momento-. Necesito terminar esto ya -Y sin esperar a que Dinah se despidiera,
colgó la llamada.
Desde hacía un mes Camila estaba intentando enseñarle a atar sus agujetas a la chica de la ventana.
Lauren aprendía rápido, pero sus dedos no. Aun así, Camila había logrado reducir el tiempo de Lauren
de veinte minutos a ocho, lo cual era un gran logro. El nudo final aun no era perfecto, y a veces las
agujetas se soltaban en solo un par de pasos, pero aun así Camila estaba orgullosa de ella. Estaba
orgullosa porque nunca, ni una vez, se había rendido. A pesar de frustrarse, a pesar de los miles de nudos
que se desataban, a pesar de los nudos mal hechos, Lauren jamás se había rendido. Solo había respirado
hondo y seguido adelante. Camila admiraba esto de ella.
Fue entonces cuando Lauren comenzó a moverse bajo las sábanas. Sus movimientos eran lentos, y cada
vez que parecía estar a punto de despertar su cuerpo volvía a caer en una etapa en inanición que duraba
unos diez segundos cada vez.
Fue entonces cuando Camila recordó la vieja patineta de la chica que aun estaba dentro de su auto. No
había logrado devolvérsela antes, así que pensó que aquella sería una buena excusa para entrar por la
ventana de Lauren y verla una vez más ese día.
Se coloco unos shorts blancos y una camiseta de “The 1975”, la cual antes pertenecía a Lauren, y como
siempre aquella gorra morada por la cual ya tenía un gran cariño. Estuvo a punto de salir cuándo
Alejandro noto que se estaba marchando.
Alejandro: ¿A dónde vas a esta hora, Camila? Ya casi esta lista la cena.
Camila: Tengo que… –Se aclaro la garganta- tengo que ir a buscar unas cosas a casa de Dinah.
Regresare dentro de quince minutos, lo prometo.
Alejandro pareció dudar un poco al principio, pero finalmente asintió. Camila estaba de nuevo a punto
de salir cuando escucho la voz de su madre.
Camila sabía que mentir no era una opción en ese momento. Su madre la conocía muy bien. Podía
mentirle a Alejandro, e incluso podía engañar a un detector de mentiras, pero su madre sabía que
travesuras cometería Camila antes de hacerlas.
Alejandro: ¿Ella?
Snuhe: La chica de le gusta. Se ha estado viendo con ella desde hace un tiempo. ¡Ya te lo había contado!
Alejandra: ¿Lolo?
Camila: ¡No los llames Lolo, Alejandro! ¡Solo yo puedo llamarla Lolo! -Exclamo, irritada.
Sinuhe: ¡Camila! -La reprendió.
Camila de inmediato se dio cuenta de su error, sacudió su cabeza y camino hacía Alejandro, dándole un
gran abrazo y un beso en la mejilla.
Su madre no respondió. Solo se acerco a ella, le sujeto las manos y la miro directamente a los ojos.
Sinuhe: ¿Te gusta? -Camila solo asintió. Sus mejillas comenzaban a tomar un color escarlata- ¿Mucho? -
Camila volvió a asentir- ¿Te trata bien? -Esta vez, Camila dejo escapar un leve “si” por sus labios- ¿Ella
te hace feliz, Camila?
Y sin decir más, sin esperar las palabras que su madre iba a dirigirle, Camila salió de la casa con las
mejillas encendidas y millones imágenes de Lauren revoloteando al rededor de su cabeza.
Busco la vieja patineta dentro de su auto y luego subió las escaleras que la conectaban con la ventana de
Lauren lo más rápido que pudo. La ventana, como siempre, estaba abierta.
Cuando entro sonrió, sintiéndose cómoda ante el ambiente ya conocido. Deposito la patineta al lado de
la ventana y luego se acerco a la cama de Lauren. Ella aun estaba allí, moviéndose de un lado a otro
pesadamente, esforzándose por despertar.
Fue entonces cuando Camila cedió ante sus impulsos.
Se recostó al lado de Lauren y le beso la mejilla sin pensar en cómo Lauren podía reaccionar a esto.
La reacción de Lauren no fue una dulce sonrisa y un tierno “Gracias por despertarme”…
Ella salto de la cama ahogando un grito y respirando agitadamente. Se recostó sobre la pared y coloco
una mano sobre su pecho. De inmediato, sus dedos comenzaron a chasquear. Estaba asustada. Nerviosa.
Agitada.
Camila: ¿Irme?
Lauren: Esto no es parte de nuestra rutina. Debías esperar a que yo despertase… y luego hablaríamos
con carteles a través de la ventana. Como siempre.
Camila: Pero hoy vamos a cambiar eso…
Lauren: ¡No! ¡No es parte de nuestra rutina, Camila!
Camila: Pero…
Lauren: ¡Vete, Camila!
De inmediato, la chica de los ojos color café se sintió irritada.
Camila: ¿Soy solo una estúpida rutina para ti? –Intento mantenerse calmada, respirando hondo. No
quería estallar.
Lauren: ¿Perdón?
Camila: ¡¿Eso es lo que soy?! ¡¿Una estúpida rutina sin la cual no puedes vivir?! –Exploto, intentando
mantener un tono de voz bajo pero aun así irritado. No quería alertar a los padres de Lauren, pero
tampoco quería parecer una niña sonriente y juguetona.
Lauren sacudió su cabeza rápidamente, pero la ira había consumido lo suficiente a Camila como para
que notara el gesto.
Camila: ¡Eres una idiota, Lauren Jauregui! ¡Somos amigas, no rutina! ¡Quería verte! ¡Solo verte! ¡Y
ahora me pides que me vaya porque no es “parte de nuestra rutina”! ¡La amistad no tiene rutinas,
Jauregui!
Lauren intento acercarse a Camila, pero esta se lo impidió. En cuanto la tuvo cerca la empujo con ambas
manos, alejándola lo más posible. Lauren permaneció estática, con la boca abierta y los ojos
cristalizados.
Lauren: Camila…
Camila: ¡Cállate! ¡Hablarme a estas horas tampoco es parte de tu rutina, estúpida! –Lágrimas calientes
resbalaban por sus mejillas. Lágrimas de rabia- ¡Eres una estúpida! ¡Lo estás arruinando todo con tus
rutinas! ¡Me gustas, y yo soy solo una cosa que tienes que hacer para que su vida se sienta en control!
Lauren de inmediato se deslizo hacia el suelo y coloco la cabeza entre sus manos, comenzando a llorar y
chasquear sus dedos con intensidad. Había dado justo en el blanco. Camila habría ido a consolarla,
pero…
Camila: ¡No vas a convencerme con eso, Lauren! ¡No voy a ceder ante tus lágrimas!
Y sin poder seguir en aquella habitación por más tiempo, pues sabía que en cualquier momento cedería
aunque no lo deseara, Camila se acerco a la ventana. Se quito la gorra de la cabeza y la lanzo directo a la
cama de Lauren, depositando allí toda la irritación que sentía. Amaba esa gorra. Amaba la frase “Soy
diferente” en ella, pero dejarla fue la única forma que encontró para hacer sufrir a Lauren tanto como
ella lo estaba haciendo.
Y sin querer decir más, Camila bajo las escaleras aun llorando. Entro a su casa sin decir nada. Sus padres
la miraron preocupados, pero Camila fue directo a su habitación antes de que pudiesen preguntar algo.
Fue entonces cuando pensó en lo que había sucedido.
No era culpa de Lauren reaccionar así. No era culpa de Lauren ver todo como una rutina. No era culpa
de Lauren llorar cuándo se sentía abatida.
“Eres una estúpida” Dijo la voz de Austin en su cabeza.
Y lo era. Se sentía como una.
Había enviado todo a la mierda. Había destruido todo. Había peleado con la chica de la ventana. La
hermosa chica de ojos verdes que le hacía estallar el corazón.
Había peleado con Lauren Jauregui.
Corrió hacia su ventana, esperando poder disculparse. Pero en cuanto miro a través de ella noto que las
ventanas de la habitación de Lauren estaban cerradas y que ella estaba teniendo un ataque de pánico en
ese preciso momento mientras su madre la abrazaba en intentaba contenerla. También noto que, con
dolor, se aferraba a la gorra morada que minutos antes había depositado sobre la cama.
En su habitación, Camila también comenzó a llorar.
CAPITULO 16
Clara no había logrado calmar naturalmente el ataque de pánico que Lauren había sufrido. La chica
había gritado, llorado y sollozado. Había insultado sin parar. Había roto cosas. Había enterrado sus uñas
en su piel y había golpeado el suelo hasta que sus nudillos sangraron.
Se había sentido tan herida. Tan estúpida. Incluso Camila lo sabía. Sabía que ella era una estúpida y se
había alejado como todos siempre terminaban haciéndolo.
Aunque sus padres lo intentaron no lograron detener su ataque. Finalmente debieron llamar a los
paramédicos, que se encargaron de administrarle un sedante. Era la primera vez que tenían que hacerlo.
Se despertó bastante tarde a la mañana siguiente a causa del sedante. En cuánto abrió los ojos se
encontró con Chris y Taylor, que estaban sentados sobre el suelo mirando absortos el portátil que estaba
frente a ellos.
Chris: Buenos días, Lauren -Dijo al mirarla. Le sonrío, y luego Taylor alzó la mirada y también lo hizo.
Taylor: Queríamos despertarte, pero teníamos miedo de que estuvieses de mal humor y…
Lauren: ¿No deberían estar en la escuela? -Pregunto con su ronca voz matutina.
Chris: Mamá nos dijo que podíamos quedarnos contigo si queríamos. No dormimos bien anoche… Aun
con el sedante gritaste varias veces.
Lauren solamente pudo asentir y mirar a su hermano, pidiéndole disculpas por algo que no podía
manejar. Intento sentarse en la cama, pero de inmediato un gran dolor de cabeza la invadió y cayó de
nuevo sobre su espalda.
Lauren solamente asintió, sintiendo que su cabeza dolía aun haciendo esta simple acción.
Taylor: Mamá dijo que podías tomar unos analgésicos en cuánto desayunaras…
Lauren: ¿Dónde está ella?
Taylor: Fue a hablar con tus médicos. Quieres saber cómo pudo haber afectado el sedante a tu sistema -
Informo- Estamos a cargo ahora, Lauren -Se burlo, intentando mantenerse seria.
Lauren: ¿Ustedes? -Por supuesto Lauren no podía comprender que se trataba solo de una broma.
Chris: Si… Por cierto, lamento de tu celular. Taylor no quería incendiarlo.
De inmediato Lauren se sintió alarmada y se levanto. Se apoyo contra la pared en cuanto el dolor de
cabeza se hizo presente, y un leve mareo llego a su cuerpo. Las manos de Chris la llevaron de nuevo a la
cama antes de que pudiera caer.
Lauren: ¡¿Por qué tocaron mi celular?! -Exclamó enojada, aun demasiado adolorida y mareada como
para gritar.
Chris: Lauren, tranquila -Susurro, acariciando su brazo. Lauren de inmediato se sintió incomoda con el
contacto y se alejo lo más que pudo-. Era solo una broma. Tu celular esta bien. Todo está bien.
Lauren:… Eres un idiota -Dijo finalmente.
Chris: El peor de todos -Sonrío. Finalmente dirigió su mirada al reloj y luego le dijo a Taylor con
suavidad:- ¿Podrías acompañarla al baño mientras yo voy a preparar su desayuno? Procura que no se
caiga -La menor solo asintió.
En cuanto Chris se fue Taylor se acerco a Lauren y rodeo sus caderas con uno de sus brazos.
Taylor: Vas a levantarte lentamente, Lauren. ¿Está bien? -Lauren asintió ligeramente-. Si te mareas solo
dilo -La chica de ojos verdes volvió a asentir- Muy bien, hagamos esto.
Lauren logro mantenerse de pie con la ayuda de Taylor luego del tercer intento. Caminaron lentamente
hacia el baño, Lauren deteniéndose a respirar profundamente algunas veces. Luego de hacer sus
necesidades fisiológicas, cepillar sus dientes y lavar su rostro, Taylor decidió que no seria mal para
Lauren tomar un baño.
Lentamente Lauren se desvistió con ayuda de su hermana, aunque se negó a quitarse su ropa interior
durante al menos cinco minutos, pero termino por ceder al darse cuenta de que la discusión no iba a
tener ningún tipo de final si seguían así.
El agua tibia abrazo su piel en cuando esta la toco. Se sentía bien. El dolor de cabeza desaparecía
lentamente, al igual que los mareos. Relajándose, cerró los ojos.
Taylor: Lauren… -La llamo. La chica abrió los ojos y la miro, no a los ojos, pero lo hizo- Tal vez sea un
mal momento, pero… ¿Qué fue lo que te hizo entrar en pánico ayer?
Fu entonces cuándo las palabras de Camila llegaron a la mente de Lauren, haciéndola sentir como la
basura que creía ser.
“Eres una estúpida! ¡Lo estás arruinando todo con tus rutinas! ¡Me gustas, y yo soy solo una cosa que
tienes que hacer para que su vida se sienta en control!”
Una lágrima resbalo por su mejilla y sus dedos comenzaron a chasquear bajo el agua tibia.
Taylor simplemente asintió y limpio la lágrima que había resbalado por la mejilla de su hermana.
Taylor: ¿No te hiciste daño en la fistula durante el ataque? -Taylor sabía que la única forma de evitar que
Lauren sufriese un ataque en ese preciso momento era desviando su atención.
La chica de ojos verdes miro su brazo izquierdo cuidadosamente. Miro aquel pequeño bulto, ese que
parecía una vena dilatada. Lo observo fijamente hasta que estuvo completamente segura de que estaba
bien.
Unos minutos más tarde Lauren ya estaba de nuevo sobre su cama, vestida con unos pantaloncillos
negros, una camiseta del mismo color y calcetines azules hasta la rodilla.
Luego de comer el desayuno que Chris había preparado para ella tomo los analgésicos. Unos quince
minutos después comenzó a sentirse mucho mejor y fue capaz de salir de su cama y sentarse al lado de
sus hermanos, intrigada por lo que los estaba haciendo reír.
Lauren sonrío y asintió. Estaba escondido en su armario, allí en el rincón donde dónde guardaba las
cosas que la hacían vulnerable.
Taylor: ¡¿Es en serio, Lauren?! -La chica de ojos verdes solo se encogió de hombros. Lauren quería
parecer una chica ruda ante los demás, pero lo cierto es que amaba los peluches, Bob Esponja y la
película de Lego. A veces disfrutaba viendo viejas películas de Disney, o leyendo cuentos infantiles. De
vez en cuando también coloreaba, aunque no los típicos libros de dibujo, sino lo que ella dibujaba con
sus propias manos- ¿Podrías mostrármelo?
Lauren se levanto lentamente, aun sintiéndose débil, y fue a su armario. Encontró a Herbert de
inmediato, al igual que una rana, varios osos, a Bob Esponja e incluso un minion. Deposito todos sus
animales de peluche sobre la cama y sonrío. Había olvidado lo divertido que podía ser solo mirarlos y
pensar que incluso las más aterradoras criaturas podían convertirse en tiernos juguetes para niños.
Incluso el ser más espeluznante del planeta puede volverse hermoso.
Fue entonces cuando Lauren la vio. Sobre el suelo, casi bajo su cama, estaba aquella gorra morada con la
frase “Soy diferente” escrita al revés. La tomo entre sus manos y la observo fijamente. Recordó a
Camila, como había sido una idiota al pedirle que se marchara, como ella la había herido y como le
había dicho que hablarían de nuevo cuándo Camila dejara de ser una estúpida rutina para ella.
De inmediato cayó al suelo, llorando y chasqueando sus dedos, otra crisis aproximándose. Taylor y
Chris de inmediato intentaron tranquilizarla sosteniendo sus brazos, procurando que no comenzara a
hacerse daño.
Pero ellos no podían saber esto. Camila no los había herido a ellos. No habían sido ellos quienes habían
herido a Camila.
Escondió su cabeza entre sus manos, aun llorando y recordando cada facción de Camila la noche
anterior.
“Eres una idiota, Jauregui” Se decía a sí misma “Ella solo quería estar contigo y tu la echaste. Tenía
derecho a decirte todo lo que te dijo y más, porque tu eres una idiota, te enamoraste de ella y ella es
demasiado buena para ti”
Taylor: Lauren, tienes que calmarte…
Chris: No pienses en las cosas malas ahora, Lauren. Piensa en algo que te haga sentir bien.
De inmediato su mente busco recuerdos de Camila sosteniendo sus manos para que estas dejaran de
chasquear. Recordó su mirada achocolatada. Su tacto. Su sonrisa. Su voz. La forma en la que lograba
relajarla.
En menos de lo que esperaba sus lágrimas se habían marchado.
La chica de ojos verdes suspiro hondo. Tenía razón. Necesitaba contarles lo que sucedió, ellos
necesitaban saber por qué casi había tenido un ataque de pánico… Tenía que contarles sobre Camila.
Tenía que hablar sobre lo que realmente era.
Solo su psicólogo y Camila lo sabían. Y Ally tal vez un poco…
Taylor y Chris se miraron confundidos durante unos instantes antes de decir al unísono “Lo
prometemos”
Lauren: ¿Recuerdan que hace unas semanas ustedes supusieron que estaba enamorada? -Pregunto,
jugando con la gorra morada que tenía entre manos. Taylor y Chris asintieron-. Lo estoy… -Confeso
sonriendo entre susurros- Me hace reír, aunque no puedan creerlo. Es la mejor persona que jamás conocí,
y tan diferente a mi que no podrían creerlo. Me hace sentir bien y algo así como no enferma. Logra hacer
lo que lo que Paul me hizo sentir se vea solo como un juego -Paul había sido su primer novio. Tenía
catorce en ese entonces. Creyó estar enamorada, pero el chico la dejo por alguien sin enfermedades,
alguien por quien no debía preocuparse-… Es la única persona que no me trata como a una estúpida
enferma aunque lo sea -Suspiro, sonriendo aun mas y delineando los contornos de la gorra.
Taylor: ¡Wooh! Lauren, jamás te había escuchado hablar así de alguien. El debe de ser increíble -Dijo
con una sonrisa mientras acariciaba su brazo dulcemente.
Lauren suspiro de nuevo y se levanto. Aquella era la parte difícil. Lauren jamás había planeado tener una
conversación como aquella, pero no podía seguir ocultándose. Lentamente se acerco a la ventana y
coloco su mano sobre el vidrio mirando hacía la habitación de Camila, completamente vacía. No había
nada pegado sobre el vidrio. Ni un papel deseándole buenos días ni un dibujo gracioso. Nada.
Lauren respiro hondo.
Había llegado el momento.
Lauren: El es ella -Dijo. Se detuvo unos minutos, esperando escuchar alguna reacción, pero la habitación
permanecía en silencio-. Y ella es perfecta.
La chica de ojos verdes había pensado que se sentiría mal luego de decir aquello, pero lo cierto era que
jamás había estado tan feliz. Miro la gorra entre sus manos y pensó en cómo se veía está en la cabeza de
Camila.
“Eres perfecta, Camila Cabello”
Chris: Lauren… -El diccionario mental de Lauren no supo identificar el tono de voz de su hermano en
ese momento.
Lauren: Si quieres insultarme o algo, por favor, hazlo más tarde. Hoy solo…
De repente unas manos acariciaron sus brazos. Era Chris. De inmediato aquello se transformo en un
abrazo… Lauren no le correspondió, pero al menos no se aparto como siempre.
Chris: Te voy querer siempre, Lauren -Le susurro al oído- Si tu eres feliz yo lo soy.
Lauren simplemente asintió. Cualquiera hubiese considerado esta una respuesta fría, debido al hecho de
que las lágrimas no decoraban sus mejillas. Pero las reacciones de Lauren eran diferentes a las del resto,
y aunque no lo demostrase, las palabras de su hermano la habían conmovido profundamente.
Taylor: Tú no eres lesbiana, Lauren… -Se le escucho susurrar. Estaba aun sobre el suelo, cubriendo sus
ojos con sus manos, intentando analizar la situación.
Chris: Taylor…
Taylor: ¿Cómo puedes serlo? Saliste con Paul y con…
Lauren: Solo lo hice porque a mamá la hacía feliz. No quería decepcionarla. Ya era demasiado para ella
tener una hija que parece estar muriendo cada treinta minutos…
Taylor asintió, aun analizando la situación. Taylor no era homofóbica, pero no esperaba recibir aquella
noticia en ese momento y de la forma en la que lo había hecho.
Lauren: Si no te gusta esta bien, pero… No le cuentes a mamá. Esto es algo que solo yo puedo…
Pero antes de que terminara Taylor ya se había echado a sus brazos, llorando y sonriendo. Esta vez
Lauren si respondió al abrazo.
Taylor: Te amo, Lauren Jauregui. Podrías casarte con un perro de tres cabezas y yo aun te seguiría
amando -Lauren dejo escapar una leve carcajada por sus labios. Lentamente, la menor se fue alejando de
su hermana-. Ahora háblanos acerca de ella y cuéntanos por qué estas sufriendo ataques de pánico
cuándo la recuerdas.
Tal vez admitir que le gustaban las mujeres no iba a ser su mayor confesión ese día…
………………………..
En la tarde Lauren se dirigía a casa de los Hansen para recibir sus clases de piano. Iba en patineta, pues
Ally no iba a asistir ese día. Ella aprovecharía cada uno de los segundos finales de Troy para demostrarle
cuánto lo amaba.
La charla con Taylor y Chris había sido bastante divertida. Se burlaron del hecho de querer conocer a
personas a través de ventanas más seguido, y de cómo su madre no se había dado cuenta de que Camila
había estado cada tarde junto a Lauren durante un mes. También le aconsejaron hablar con Camila en
cuánto la vieran.
Ambas se habían equivocado.
La señora Hansen abrió la puerta de la casa luego de que Lauren tocase el timbre por segunda vez.
Milika: Buenas tardes, Lauren -Dijo amigablemente. La señora Hansen podía ser autoritaria en sus
clases, pero era una buena persona.
Lauren: Buenas tardes -Susurro sin mirarla. Lauren jamás intercambiaba más que unas cuantas palabras
formales con la señora Hansen.
Milika: Llegas algo temprano, Lauren. Media hora temprano, en realidad. Aun estoy en clases con otros
de mis alumnos… ¿No te molestara esperar un poco?
Lauren simplemente negó con la cabeza. Milika la hizo pasar y esperar sentada en el sofá. La señora
Hansen le ofreció algo de beber, pero Lauren se negó. Milika se fue de inmediato. Sus otros alumnos
debían de ser principiantes, pues no estaban recibiendo sus clases en el piano de la sala, sino en el piano
del sótano, ese que aun Lauren recordaba claramente.
Diez minutos después, la puerta de entrada se abrió lentamente. Debía de ser uno de los hijos de la
señora Hansen.
Y lo era… Se trataba de Dinah.
Su corazón comenzó a palpitar rápidamente cuándo detallo a la acompañante de la chica. Era Camila.
CAPÍTULO 17
Camila se quedo paralizada al ver la silueta de la chica de ojos verdes sentada en el sofá de la sala,
vestida completamente de negro, mirándola fijamente, revelando miedo en sus ojos.
Camila estaba consciente de el corte en su labio inferior y de su nariz sangrante, pero aun así sonrío al
verla. Los golpes de Austin y Luis se volvieron invisibles en cuánto ella apareció en su vista.
… Así que de allí conocía Dinah a Lauren…
Camila: Lauren Jauregui -Susurro, pensando que ella no la escucharía. Pero lo hizo, y la chica de ojos
verdes hizo algo que Camila jamás habría esperado de ella.
Corrió hacía ella y le sujeto los brazos, mirando cada parte de su rostro con nerviosismo.
Lauren: Camz… ¿Qué te…? ¿Qué les…? ¿Fue Austin? Por favor dime que… Mierda, mira tu labio…
Tienes que limpiar eso y… -Susurraba angustiada.
Dinah: Mi nombre es Dinah…
Lauren: ¿Te duele mucho?… Sera mejor que… ¿Por qué estas sudando…? ¡¿Dónde esta tu auto?!
Dinah: Soy amiga de Mila…
Camila: Lauren, ya, tranquila -Susurro, sujetando sus manos, pues había comenzado a chasquear sus
dedos.
Dinah: Y es un placer conocerte…
Lauren: Está bien -Suspiro, asintiendo lentamente- Estoy bien -Murmuro, como intentando convencerse
de esto.
Dinah: Perdón, pero… -Interrumpió- Estoy acá. Dinah Jane Hansen. Diecisiete años. Amiga de Mila.
¡¿A alguien le interesa esto?!
Camila vio a Lauren mirar confundida el rostro de Dinah mientras fruncía su entrecejo, jamás
encontrándose sus ojos verdes con los de su amiga. Finalmente, una de las comisuras de sus labios se
elevo ligeramente. Camila conocía aquel gesto. Era una sonrisa, pero no completamente real.
Lauren solamente asintió, Camila detectando confusión en ella. Sí, la personalidad de Dinah podía llegar
a ser todo un enigma para la chica del Asperger.
Dinah: Mila, voy a saludar a mis hermanos y buscar algunos libros para hacer nuestra tarea. ¿Te parece?
Serán solo cinco minutos, lo prometo.
Dinah sabía que ayudarla a limpiar sus heridas no era una opción. Camila jamás lo permitía. La pobre
Dinah ya tenía bastante con tener que soportar algunos golpes que no merecía de vez en cuando.
Camila simplemente la miro, beso su mejilla y asintió.
En cuánto Dinah se fue los ojos de Camila volvieron a Lauren, que ahora miraba en la dirección por la
cual Dinah se había marchado con el ceño fruncido y los puños apretados.
Camila sonrío. Lauren estaba celosa, y eso, de alguna forma, le parecía divertido. Lentamente y sin
preocuparse por la sangre que corría por su rostro, Camila acerco sus labios a la mejilla de la chica de
ojos verdes y la beso tiernamente para luego sonreír. La reacción de Lauren fue tensarse al instante, pero
luego de unos segundos sonrío y relajo sus músculos. Camila se sintió sonrojar.
Camila: ¿Mejor?
Pero Camila no le permitió responder pues ya había corrido hacía el sillón y estaba buscando un pañuelo
para limpiar la sangre en su bolso. Limpiar la sangre en su nariz fue sencillo, pero no la de su labios.
Cada vez que el pañuelo tocaba la herida, Camila dejaba escapar un débil gemido.
Lauren: Déjame hacerlo -Pidió acercándose a ella y tomando el pañuelo. Se arrodillo y miro
directamente su labio. Casi de inmediato Lauren comenzó a limpiar la sangre con delicadeza, Camila no
sintiendo ningún tipo de dolor.
Camila: Lo siento -Susurro en cuánto Lauren termino su trabajo- Lamento haber dicho todo lo que dije.
No es tu culpa ser como eres y hacer lo que haces… Y no creo que seas una estúpida -Se disculpo, sus
ojos encontrándose con los de la chica de la ventana unos segundos antes de que esta ultima los retirara,
incomoda.
Lauren: No eres una estúpida rutina -Susurro, uniendo lentamente sus meñiques-. Y no quiero que te
vayas -Agrego, mirándola fijamente a los ojos.
Camila solamente pudo sonreír. Tal vez muchos, después de aquella discusión, habrían esperado un
discurso o algo parecido, pero Camila conocía a Lauren y sabía que, aunque sus frases no habían sido
largas, sus disculpas habían sido sinceras. Y esto era lo único que a Camila le importaba.
De repente, la mirada de Lauren volvió a descender a los labios de Camila y por un momento, la vio
suspirar.
Los ojos de Camila encontraron también su camino hacia los labios de Lauren.
Involuntariamente su lengua humedecido sus propios labios. Quería besarla. Jamás le había sucedido,
jamás había deseado besar a alguien tanto como deseaba hacerlo con Lauren Jauregui. La necesitaba.
Necesitaba aquel beso. Rodeo con sus brazos el cuello de Lauren, esperando que esta la rechazara.
Se sorprendió al sentir las manos de Lauren rodear su cintura. Ella también quería besarla.
Fue entonces cuando la chica de ojos verdes comenzó a acercarse lentamente, como esperando a que
Camila le empujase lejos. Esta ultima solo cerró los ojos y suspiro.
Sus manos sudaban y cada segundo se hacía interminable. Camila podía sentir el aliento de Lauren sobre
su rostro, pero sus labios aun no se encontraban. Comenzó a temblar y su corazón se acelero. Se sentía
en las nubes… Fue entonces cuando lo dijo…
Pero Lauren negó con su cabeza. Intento alejar sus manos de la cintura de Camila, pero esta se lo
impidió, colocando sus manos sobre las de ellas y acariciando sus nudillos con su pulgar. Cuándo estuvo
segura de que Lauren no se alejaría, volvió a colocar sus manos al rededor de su cuello.
Fue entonces cuando Camila le sujeto la barbilla y la hizo mirarla directamente a los ojos durante unos
segundos antes de que la chica de ojos verdes apartase la mirada, incomoda.
Camila: Podría besarte dentro de un panal de abejas y no me importaría… Yo solo quiero besarte Lauren
Jauregui. Quiero besarte ahora mismo.
Lauren: Camz, un humano no cabe dentro de un panal de abejas…
Camila: No es literal, Lauren -Explico-. Lo que quiero decir es que no me importa donde me darás mi
primer beso. Yo solo quiero besarte -El calor subió a sus mejillas, sintiéndose avergonzada. Jamás había
imaginado suplicar para recibir su primer beso.
Lauren:… Estoy enamorada de ti -Dijo, y la miro a los ojos. Y aunque parecía querer hacerlo, no aparto
la mirada.
Camila: Lauren…
Lauren: Si voy a besarte quiero que sepas que estoy enamorada de ti. Estoy enamorada y a veces no sé
cómo demostrártelo. Estoy enamorada de ti y a veces siento que te haré daño. Estoy enamorada de ti, y
soy una idiota por pensar que tengo una oportunidad, pero estoy enamorada de ti. Te veo y mi corazón se
acelera, y es porque estoy enamorada de ti. Cuándo estoy sin ti es como si fuese un poco menos yo, y es
porque estoy enamorada de ti. Y te estoy diciendo todo esto porque estoy enamorada de ti -Soltó
rápidamente. Un suspiro escapo de sus labios al finalizar y rápidamente aparto la mirada. Un pequeño
rubor se hizo presente en sus mejillas, pero no lo suficientemente grande como para igualar el de Camila.
Camila: Lauren -Susurro- Yo también estoy enamorada de ti -No sabía cómo igualar el discurso de
Lauren, así que solo dijo lo que estaba sintiendo en ese momento. Lo que sentía en todo momento desde
que había conocido a la chica de la ventana.
Y, de nuevo, la mirada de Lauren viajo directo a los labios de Camila. Sin pensarlo, la mirada de la chica
de ojos marrones hizo lo mismo. Inconscientemente volvió a humedecer su labio, no sintiendo el roce de
su lengua con la herida. Cuándo la chica de la ventana comenzó a acercarse, Camila cerró los ojos
nuevamente, esperando el tan ansiado beso.
Y fue entonces cuando Dinah llego…
Las mejillas de Camila se enrojecieron de inmediato y Lauren se separo de ella lo más rápido posible,
chasqueando sus dedos.
Escuchando el sonido producido por los dedos de Lauren, Camila acerco sus manos lentamente y detuvo
sus dedos. Lauren simplemente bajo la mirada respiro profundamente.
Dinah se cruzo de brazos y elevo una de sus cejas, sonriendo con gracia, Camila sabiendo que ninguna
explicación borraría lo que Dinah había visto.
Fue entonces cuando la madre de Dinah llego a la habitación junto a dos de sus alumnos. Camila sabía
que iban a su escuela, e incluso de vez en cuando coincidían en las clases, pero no había hablado con
ellos jamás. Sus nombres eran Brad y Lucy.
Brad: ¿Lauren Jauregui? -Pregunto sorprendido al ver a la chica de ojos verdes. Ella solo lo miro, sonrío
y fue a darle la mano- ¿Aun evades los abrazos? -Lauren simplemente volvió a asentir-… Te vi ayer
mientras defendías a la chica en el estacionamiento. ¿Es tu novia? -Camila se sonrojo y sonrío cuándo se
descubrió deseando serlo. Lauren negó lentamente, como si dudase de esto- Oh, ya veo… Y ella esta acá
-Se sorprendió, y con una sonrisa en el rostro corrió a darle la mano, la cual Camila estrecho sin miedos.
Aquel chico parecía ser una buena persona- . Hola, soy Brad. Y ella es Lucy -Dijo, señalando a la chica
tímida que estaba detrás de él, saludando a Lauren con una de sus manos- Estamos en el club de orgullo
gay de la escuela -Informo entre susurros, como si este fuese un secreto, y en verdad debía de serlo pues
Camila jamás había escuchado hablar de él- Lo llamamos “El Coro Escolar”…
Dinah: ¡Ahora entiendo por qué jamás los he visto cantar! -Exclamo, su madre haciéndole una seña para
que bajara la voz.
Brad: Lauren no era parte de él, pero siempre hacíamos los trabajos junto a ella. Los otros jamás se nos
acercaban. Las personas en la escuela no saben que somos gays abiertamente, pero aun así somos “los
raros”… Tu lo entiendes. Fuiste la primera valiente y, sinceramente, luego de lo que te sucedió nos ha
dado algo de miedo.
Camila: ¿Has dicho que hacían trabajos junto a Lauren? -Pregunto curiosa, ignorando lo demás, mirando
fijamente a la chica de la ventana, la cual se mantenía callada mientras la señora Hansen la dirigía al
piano.
Lucy: Soy Lucy, un gusto -La saludo, estrechando su mano. Camila solo sonrío sin mirarla, esperando la
respuesta a su pregunta.
Brad: Le estaba contando a Camila sobre el “Coro Escolar”… ¡No me mires así, Lucy! ¡Ella no dirá
nada! Sabes mejor que nadie que…
Camila: ¿Lauren estudiaba con ustedes? -Pregunto, deseando que los chicos se callaran para poder
escuchar la dulce melodía que Lauren había comenzado a tocar en el piano, haciendo viajar su mente por
un universo completamente perfecto.
Brad: No en el mismo año. Ella debería de haberse graduado el año pasado si no hubiese comenzado a
tomar clases en casa. Pero coincidíamos en varias clases…
Lucy: Lauren era la única no miembro del “coro” que sabía nuestro secreto, y jamás se lo dijo a nadie.
Nuestros amigos confiaban mucho en ella. Si no entendían clases a la primera persona que preguntaban a
cerca del tema era Lauren… Tal vez sabes que ella es muy lista.
Camila simplemente asintió. Lauren debía de ser la persona más inteligente que jamás había conocido.
Podía resolver crucigramas en diez minutos, y era increíble con los números y conceptos.
Camila: Me gustaría hablar con ustedes un poco más, pero tengo que hacer trabajos con Dinah y se
enojara si no terminamos a tiempo -Dijo, observando fijamente a su amiga, la cual estaba sentada sobre
el sillón organizando libros y materiales, susurrando improperios de vez en cuando mientras observaba
la gran pila de trabajo por hacer.
Brad: Oh, ya veo -Dijo, triste- Entonces supongo que… nos veremos mañana.
Camila: Tal vez -Dijo, y sin despedirse fue a sentarse junto a Dinah.
Brad y Lucy se fueron segundos después.
Dinah y Camila estuvieron haciendo su trabajo durante una hora. No fue fácil, pues fácilmente Camila se
distraía con las melodías que Lauren tocaba en aquel piano. De vez en cuando se permitía mirar su
espalda cubierta por una chaqueta de cuero negra y sus ágiles dedos acariciando las teclas. Suspiros
involuntarios escapaban por sus labios. Ella era perfecta… Dinah solo le golpeaba el hombro y la hacía
regresar a su trabajo.
Finalmente, Dinah y Camila terminaron su trabajo, exhaustas.
Camila solo la miro, confundida. Dinah siempre la invitaba a ver una película después de hacer las tareas
juntas, pero aquella vez su invitación había sonado extraña.
Dinah: Es el tiempo que falta para que las clases de Lauren terminen -Informo, guiñándole un ojos.
Camila no hizo nada más que aceptar con una gran sonrisa en el rostro.
CAPITULO 18
Lauren no pudo concentrarse lo suficiente durante sus clases de piano. Solo podía pensar en Camila, en
su casi beso, en la forma en la que ella estaba dispuesta a entregarle su primer beso.
Lauren recordó su primer beso… Había sido con Paul. Un asco total, por cierto. El chico era un
completo idiota, pero Lauren estaba ciega de amor. Había hecho locuras por el… Pero eso ya quedaba en
el pasado.
“Al menos no le entregaste tu virginidad, idiota” Esto era lo único que Lauren había hecho bien durante
su relación con aquel estúpido: negarse aunque él lo pidiera mil veces.
Milika: No, Lauren, no… Volviste a equivocarte -Dijo, ayudándola a colocar sus dedos en la posición
correspondiente- Así. Concéntrate, por favor -Lauren simplemente asintió, sintiéndose enojada consigo
misma por no lograr tocar aquella pieza que llevaba semanas practicando.
Finalmente terminaron las torturantes clases de piano, y Lauren estaba dispuesta a salir corriendo por la
puerta cuándo la voz de Camila la detuvo.
Camila: ¿Quieres que te acompañe? -Pregunto tímidamente. De inmediato, Lauren sintió los ojos de
Milika y Dinah, quien estaba sentada en el sofá junto a Camila escribiendo mensajes con su celular, fijos
en ella- Ninguna de las dos vino en auto así que… Además, vivimos cerca.
Milika: ¿Viven cerca?
Lauren simplemente asintió, no consiguiendo que las palabras salieran de sus labios.
La chica alta simplemente se quedo callada, y Lauren recordó, apenada, la situación tan comprometedora
en la cual Dinah las había descubierto.
Ella simplemente pudo asentir con una tonta sonrisa en el rostro. Tomo su patineta y abrió la puerta,
esperando a Camila. La chica de la ventana se acerco rápidamente y, luego de despedirse de Dinah y la
señora Hansen, salió por la puerta seguida de Lauren.
Comenzaron a caminar en silencio, solo mirándose de vez en cuando, Lauren sonriendo y suspirando
cada vez que pensaba en ella.
“Háblale, idiota”
Camila: Mi auto esta en el taller ahora mismo. Se le pincharon los dos neumáticos delanteros…
Lauren: ¿Ambos? -Lauren la vio asentir- Eso es extraño.
Camila: No cuándo Austin lo hace -Confeso, bajando la mirada.
Lauren: ¿Es la primera vez que lo hace?
Camila: Lauren, no quiero hablar de eso -Fue lo único que dijo. La chica de ojos verdes simplemente
asintió, sabiendo que la respuesta sería no.
Y el silencio apareció entre ambas. De vez en cuando Lauren deseaba hablar, pero sus palabras parecían
demasiado estúpidas en su mente y cerraba su boca. Finalmente, una pregunta escapo por sus labios.
Camila la miro sonriendo y, por un momento, Lauren sintió que su corazón estaba teniendo un ataque,
pero sin incluir el dolor.
Camila: Te dejare usarla si me enseñas a usarla primero -Propuso. Lauren simplemente fijo sus ojos en
los de ella unos instantes y asintió.
Coloco la patineta sobre el suelo y ofreció una mano a Camila. La ayudo a subirse lentamente, llevando
su mano libre a la cintura de la chica para mantenerla estable. Camila dejo salir una carcajada de su boca
cuándo Lauren comenzó a mover lentamente la patineta, haciéndola avanzar.
Su risa era la gloria.
Camila estuvo cinco minutos más sobre la patineta, Lauren jamás debilitando su agarre, hasta que
finalmente decidió bajarse.
Subió a su patineta con seguridad y comenzó a avanzar junto a Camila, que caminaba con los ojos
puestos en el suelo y una hermosa sonrisa en el rostro.
Fue entonces cuando Lauren sintió un tirón en su chaqueta y casi cayo de la patineta. Antes de darse
cuenta sus pies estaban sobre el suelo y el rostro de Camila estaba más cerca de lo que debería.
Camila: No me importan todos los problemas que puedas tener, Lauren. Quiero que mi primer beso sea
contigo y… ¿Acaso no te has visto en el espejo? ¡Eres mejor que una supermodelo plástica y ruin!… Y
si tu estas jodidamente jodida, quiero estarlo yo también -Dijo decidida, sabiendo que cada palabra que
salía de sus labios era cierta- Jódeme, Lauren -Susurro, las manos de la chica de la ventana sosteniendo
sus chaqueta, atrayéndola cada vez más hacia ella. Lauren miro fijamente aquellos labios.
Camila no era la única que deseaba aquel beso. Lauren lo necesitaba. Cada parte de su interior gritaba
por aquellos labios.
“Jodeme, Lauren” Una extraña sensación recorrió su cuerpo al recordar aquellas palabras. Camila
Cabello podía hacerla sentir de tantas maneras que sentía que podía estallar en cualquier momento.
Sus manos encontraron su camino a la cintura de Camila y permanecieron allí, firmes, sin moverse. Los
ojos de la chica de la ventana estaban cerrados, sus labios entreabiertos y sus mejillas sonrojadas. Lo
único que Lauren deseaba hacer en aquel momento era besarla.
Se acerco lentamente, cerrando sus propios ojos, sintiendo su corazón acelerarse, preparada para sentir
los labios de Camila sobre los suyos, cuándo “Really Don’t Care” comenzó a escucharse a alto volumen.
Camila: Mierda -Susurro irritda, buscando algo en su pantalón. Se trataba de su celular. Alguien estaba
llamando- ¿Mamá?… ¿Qué sucede?… No, estoy bien… Estaba en casa de Dinah… Si… Si… Mamá,
por fav… Mamá… Está bien, llegare en quince minutos… Mamá, no tenemos que hablar de esto
ahora… Mamá… Está bien, estoy con ella. ¿Feliz?… ¡No!… ¡Mamá, no!… Pero mamá… Está bien,
solo no me avergüences -Lauren escucho la conversación atentamente, intentando llevar el hilo de esta
sin llevarlo en lo absoluto. Cuándo los ojos de Camila se encontraron con los de Lauren, esta sonrío-
Lolo -Susurro, aun con el celular en la mano- Mi mamá quiere hablar contigo. ¿Crees que…? ¿Puedes
hablar con ella para que me deje en paz?
La sonrisa de Lauren desapareció de sus labios. ¿La madre de Camila sabia de su existencia? Dudas
comenzaron a atacar su cabeza. No sabía si debía hablar o no, o si su Asperger le permitiría liberar un
par de palabras. Pero, aun así, asintió al ver los ojos de Camila clavados en los suyos. Tomo el teléfono
y, nerviosa, lo llevo a su oído.
Lauren: ¿Si?
Sinuhe: Es bueno escuchar tu voz -Dijo. Parecía ¿aliviada? Lauren no lo sabía con certeza. No podía
descifrar aquel tono de voz- Al menos así se que eres real y no invento de Camila para encubrir noches
de alcohol y sexo… ¿Cómo te llamas?
Lauren: Lauren, soy Lauren -Dijo, dejando escapar un suspiro. Sus manos estaban sudorosas, y no podía
entender el por qué. De repente, sus dedos comenzaron a chasquear. Las manos de Camila de inmediato
viajaron a sus manos, deteniendo el sonido, haciéndola sentir un poco menos tensa casi de inmediato.
Sinuhe: Bueno, Lauren, es un gusto hablar contigo… Solo quiero que sepas que estoy muy feliz de que
hagas a mi hija feliz, pero me gustaría tenerla de vuelta en quince minutos. Su tía se quedara a cenar y
ella prometió preparar la cena antes de que yo llegue…
Lauren simplemente asintió, no recordando al instante que la mujer no podía verla. Finalmente recordó
esto y, con las palabras saliendo difícilmente de sus labios, dijo:
Sinuhe: Cuídala, Lauren -Y, por alguna razón, la chica intuyo que no solo se refería al hecho de llevarla
a casa.
Lauren: Más que a mi vida -Sentencio, las palabras saliendo más fácil de lo que esperaba, su mano
aferrándose fuertemente a la de Camila. Pasaron algunos segundos antes de que Sinuhe volviera a
hablar.
Sinuhe: Me caes bien, Lauren. Tal vez pueda conocerte algún día.
Lauren: Tal vez… -Repitió entre suspiros, la dificultad para hablar volviendo en el acto.
Sinuhe:… Adiós, Lauren.
Camila se acerco lentamente a su oído, y cuándo el aliento de Camila impacto contra su piel, Lauren
pudo jurar jamás haberse sentido de aquella forma.
Lauren no pudo negarse. Ella deseaba aquel beso tanto como Camila.
……………………..
Esa noche Lauren y Camila hablaron a través de la ventana con carteles, así como en los viejos tiempos.
Lauren le había devuelto la gorra morada a Camila, quien la estaba usando en ese preciso momento, y
ella tenía puesto su beanie morado. Usar aquellas prendas se había vuelto una especie de tradición para
ellas.
“Eres hermosa, Camila Cabello” Escribió. Las mejillas de Camila se sonrojaron al leer esto y una sonrisa
apareció en sus labios.
“¿Cómo pasamos de hablar de la reproducción humana a los halagos?”
“De la misma forma en la que yo pase de espiarte por la ventana a enamorarme de ti”
“Buena respuesta, chica de la ventana”
“¿Te parece?”
“Sí, porque yo tampoco sé como pase de ser la espiada a enamorarme completamente de ti”
Siguieron hablando durante media hora, hasta que Lauren determino que era demasiado tarde. Aunque la
chica de ojos verdes intentaba alejarse un poco de su rutina, su mente se lo impedía.
Y sin permitir que Lauren respondiera, Camila corrió a apagar la luz y se recostó sobre su cama. Lauren
coloco su mano derecha sobre el vidrio de la ventana y suspiro.
“Buenas noches, Camz” Pensó, y luego de esto imito lo que la chica de la ventana había hecho segundos
antes.
CAPITULO 19
Camila fue a la escuela con una sonrisa en el rostro. Llevaba la chaqueta negra de Lauren y la gorra
morada, y contaba cada minuto que faltaba para volver a verla. La idea de ver una película junto a la
chica de ojos verdes la emocionaba como a una niña pequeña, pero su primer beso era lo que en realidad
estaba ocupando cada parte de sus pensamientos.
Dinah:… ¡Mila! ¡Mila! ¡MILA! -La llamo a la hora del almuerzo. Era la segunda vez que Dinah se había
visto obligada a gritarle para sacarla de sus pensamientos.
Camila: ¿Qué sucede? -Pregunto asustada.
Dinah: Le estaba contando a Mani sobre tu beso con Lauren y…
Camila: ¡No nos besamos! -Aseguro, sonrojada. Y esta era la muy cruel verdad.
Dinah: Por favor, casi tenía sus labios sobre los tuyos…
Camila: Tu misma lo has dicho, Dinah. Casi -Sonrío, ocultando sus mejillas sonrojadas entre sus manos,
decepcionada por no haber logrado probar aquellos labios que habían estado más cerca de ella que
nunca.
De repente, la chica noto como su otra amiga parecía estar algo pensativa mientras miraba fijamente su
comida a medio probar.
Camila: ¿Qué sucede, Mani? -Pregunto con una leve sonrisa en su rostro, sujetando levemente su brazo.
La chica suspiro.
Normani: Mila, lamento decirlo pero -Hizo una pausa dramática y volvió a suspirar frunciendo su
entrecejo, como si lo que estaba por decir le doliese profundamente-… creo que deberías alejarte de ella.
Camila río alto, como si aquello se tratase de un chiste. Y pensaba que lo era hasta que se fijo en el
rostro de su amiga. Aquella mueca jamás sería una sonrisa.
Camila: ¿Lo dices en serio? -Aun tenía la esperanza de que aquella fuese una broma muy pesada.
Normani: Esa chica tiene un montón de problemas, Mila. Dinah me contó todo lo que sabe de ella
mientras tú estabas en Laurenlandia… Si no te alejas ahora vas a sufrir Mila. Esa chica te va a destrozar
lentamente hasta que solo queden un millón de pedacitos de ti para que la gente los pisotee y rompa aun
más
Camila: ¿Cómo lo sabes, Normani? Tú no la conoces. No sabes nada a cerca de ella…
Normani: ¡Desde que la conoces todo lo que haces es sufrir por ella!
Camila: No es cierto, Mani… Dinah, dile que no es cierto -Suplico a su amiga más alta.
Pero la chica solo lo pensó todo unos instantes para finalmente fruncir el entrecejo, asentir y decir:
Dinah: Mila, lo siento, pero Mani tiene razón. Has hablado con ella durante un poco más de un mes y ya
has llorado unas… ¿Tres veces?… ¡Ayer lo hiciste antes de ir a mi casa, Mila!… Ya comenzó a
destruirte.
Camila: Ella no me está destruyendo -Afirmo, sintiéndose confundida y enfadada por el repentino
cambio de opinión de su amiga.
Dinah: Sí lo está haciendo, pero tú estás demasiado ocupada encantándote con ella como para darte
cuenta de que es así.
Camila: ¡Ella no de esas que te encantan y luego te destruyen, Dinah!
Normani: ¡Ella está enferma, Camila! -Exclamo, no lo suficientemente alto como para que los demás en
la cafetería escuchasen. El corazón de Camila se encogió dolorosamente ante aquella afirmación- ¡No
puedes borrar eso! ¡Ella ya te encanto, Camila! ¡Ella va a destruirte! ¡Aunque ella no lo desee va a
herirte!
Camila: ¡ELLA NO ES UNA MALDITA ENFERMA, NORMANI! -Grito, demasiado enojada con su
amiga como para mantener un tono de voz bajo. Lauren solo tenía algunos problemas, pero no era una
maldita enferma incapaz de hacer nada. La mitad de la cafetería volteo a mirarla en ese instante y las
mejillas de Camila de inmediato enrojecieron al darse cuenta de la atención que estaba recibiendo.
Camila, al escuchar el tono maligno en su voz, supo que lo que estaba por venir era malo.
Un puño impacto directo en su estomago, dejándola sin aire y haciéndola caer directamente al suelo,
tosiendo y tomando grandes bocanadas de aire.
Camila: ¿Es todo lo que tienes, pequeño? -Pregunto débilmente, intentado recuperar el aire que había
escapado de sus pulmones, una sonrisa intentado aparecer en su rostro.
Austin: ¡Cállate Gaybello!
Luis: ¿Qué te parece si te hacemos un par de moretones, preciosa? Tal vez a tu noviecita le gusten…
Austin: Sí, Gaybello… A tu unicornio le gustan las cosas moradas -Dijo con amargura en su voz. La
rabia se apodero de Camila casi al instante-. Es una idiota.
Camila: ¡No te metas con ella! -Exigió lo más alto que pudo.
Austin: ¡Owww! ¡Luis! ¡Se protegen entre sí! ¡Qué hermosura! -Exclamo, una carcajada saliendo de sus
labios. Luis escupió sobre ella, y Camila solo pudo dejar salir una lágrima por sus ojos. Se sentía tan
humillada- ¿Dónde está ella ahora, Gaybello? ¿Dónde está tu noviecita cuándo necesitas que te
defiendan? ¿Estará acaso en un bar de mala muerte con otros de su especie?
Camila: ¡CALLATE!
Luis: Uuuh, que miedo. Casi me hiciste temblar, Gaybello.
Fue entonces cuando una voz algo familiar llego a los odios de la chica.
Brad: Déjenla en paz -Exigió, colocándose de brazos cruzados frente a Camila, protegiéndola. En menos
de un minuto, Camila ya estaba rodeada por la mayoría de los miembros del “coro escolar”- Luis,
Austin, puede que no parezcamos intimidantes. Somos solo miembros del coro y unos raritos, pero
vamos a defender a esta chica con todo lo que tenemos. ¡Nos cansamos de ustedes y de toda su mierda!
Una sonrisa instantánea apareció en su rostro aunque no era precisamente el momento de que lo hiciera.
Cuándo Camila logro ponerse de pie aparecieron Austin y Luis frente a aquella gran barrera, mirándose
mutuamente con los brazos cruzados.
Una carcajada escapo por sus labios al mismo tiempo.
Luis: ¡APLAUSO PARA LOS RARITOS DEFENSORES DE LA GALAXIA! -Grito, y los demás
chicos de la cafetería, sabiendo lo que podría suceder si no cumplían los caprichos de aquel par les iría
mal, comenzaron a aplaudir y reír sonoramente.
Austin: Apártense idiotas. Yo solo quiero golpear a esta estúpida lesbiana… Ustedes me caen
parcialmente bien, así que les dejare pasar esta.
Lucy: ¿Vas a golpearla solo porque prefiere dedos antes que un pene pequeño como los suyos? -
Pregunto cruzada de brazos. Camila no pudo evitar que una sonrisa apareciera en sus labios. Jamás había
pensado que Lucy podría decir algo como aquello.
Luis: ¡Cállate, Vives! ¡Eres una…! -Exclamo enojado, acercándose a la chica, preparado para golpearla.
Austin, por suerte, lo detuvo.
Austin: Tranquilo, Luis. Recuerda que solo golpeamos a Gaybello y de vez en cuando a aquellos gays
que se sientan al fondo de la cafetería.
Camila volteo su mirada hacia a ellos. Eran Harry y Louis, la única pareja gay conocida en el instituto.
Harry era hijo de un ex alcalde, lo cual les evitaba una gran cantidad de golpes, pero no todos. Louis
estaba colocado protectoramente frente a Harry, listo para defenderse si Luis o Austin se acercaban a
ellos. A pesar de ser víctimas, jamás se habían acercado a Camila, temiendo que los golpes que recibían
esporádicamente aumentaran la frecuencia.
Tristan: ¿Y los golpean solo porque son homosexuales? -Camila conocía a ese chico. Era bastante
popular a pesar de formar parte del coro, y toda chica intentaba acercársele. Aun así, nadie lograba
conquistarlo. Ahora Camila conocía la razón gracias a la confesión que Brad le había hecho el día
anterior.
Austin solo asintió con una sonrisa maléfica en su rostro, al igual que Luis.
Austin: Sí, los golpeo porque son un puto error en este puto mundo… Ahora déjenme disfrutar un poco
de mi día. Todos acá quieren escuchar los gritos de Gaybello…
Brad: Si vas a golpearla solo porque le gustan las personas de su mismo sexo, entonces creo que vas a
tener un gran trabajo hoy…
Luis: ¿Qué quieres decir?
Camila: ¡Lauren! -La saludo al llegar a ella. En un movimiento involuntario envolvió sus brazos
alrededor del cuello de la chica de la ventana, dándose cuenta muy tarde de lo que había hecho.
Camila jamás había abrazado a Lauren mientras esta no estaba en medio de una crisis sin ser rechazada o
no correspondida, así que espero que la chica solo se tensara o no le correspondiera, sintiéndose triste
antes de que sucediera.
Como siempre, Lauren la sorprendió.
Sus manos rodearon torpemente su cintura, y Camila dejo escapar un suspiro cuándo Lauren hundió su
cabeza en su cuello. Camila hizo lo mismo con Lauren, disfrutando del abrazo como jamás había
disfrutado ningún otro.
Lauren: Hola -Susurro débilmente. Su aliento le provoco cosquillas en el cuello, lo que la hizo reír
débilmente durante algunos segundos.
Camila: Hola -Contesto Camila, sintiendo a Lauren reaccionar de la misma forma que ella-. Linda
chaqueta -La halago. Era idéntica a la que Camila estaba usando en ese preciso instante.
Lauren: Tu chaqueta también es muy linda…
Camila: Por supuesto que lo es. Es tuya.
Camila sintió a Lauren sonreír contra su cuello y luego un resoplido salió por su nariz, el aire haciendo
cosquillas en su cuello y enviando millones de descargas eléctricas por todo su cuerpo.
Camila: Lolo, ellas son Normani y Dinah, mis mejores amigas… Normani, Dinah, ella es Lauren, mi… -
Después de todo lo sucedido Camila no sabía cómo etiquetar su relación con Lauren. No eran novias, no.
Pero tampoco eran simplemente amigas- Mi algo -Susurro finalmente, las manos de Lauren aferrándose
más a su cintura luego de decir esto.
Dinah: Es bueno verte de nuevo, Lauren -Dijo sonriendo. Y, a pesar de lo que había dicho en la
cafetería, no parecía estar mintiendo.
Lauren: Es un… un gusto… un gusto verte de nuevo, Dinah -Susurro, Camila dedujo que con la mirada
en el suelo. Acaricio sus manos con sus pulgares, transmitiéndole seguridad-… Y es un… un placer
conocerte Normani -Dijo aun más bajo.
Normani: ¿Es cierto que irán a ver una película?
Lauren: Si… Ally y Troy… ellos… Ally es mi amiga y… -Estaba realmente nerviosa. Sus manos
estaban sudorosas, y aunque Camila intentaba tranquilizarla con caricias en sus manos, no lo lograba-
Iremos los cuatro… No quería… yo… sola… no es… no me… y después Camz dijo que… ella… un
beso y… yo…
Camila comprendió el mensaje a pesar del nerviosismo de Lauren y sus oraciones sin terminar, pero al
ver el rostro de sus amigas supo que estas apenas habían logrado captar las palabras.
Camila: Respira, Lauren -Susurro, acariciando sus manos, entrelazando sus dedos por primera vez en el
día y sintiendo mil mariposas en su estomago cuando la chica de la ventana las sujeto con fuerza, como
si temiese que ella se marchara.
Camila escucho a Lauren tomar una gran bocanada de aire y soltarla de inmediato.
Lauren: Iremos a ver la película con Troy y Ally… Ellos… Ellos son -Respiro de nuevo. El no trabarse
se le estaba dificultando, dedujo Camila, pero al menos lo estaba intentando-. Son mis amigos. Y yo no
quería ir sola, así que invite a Camz y ella dijo que iría solo si…
Camila: Te autorizo a omitir esa parte, Lolo.
Una risita nerviosa escapo por los labios de Lauren, el sonido retumbando en los oídos de Camila como
el canto de ángeles.
Dinah: ¡No! Ya empezaba a ponerse interesante! ¡Cuéntame Lauren!… ¡Si lo haces yo juro que… que…
BESARE A MANI!
Normani: ¡DINAH!
Dinah: Vamos, Mani. Sé que quieres besarme.
Normani: ¡Dinah, salgo con tu primo!
Dinah: Pero yo… yo quiero saber –Susurro, fingiendo tristeza.
Camila: ¡Aunque se besen ella no les…!
Lauren: Camila quiere que le dé su primero beso -Confeso rápidamente con una sonrisa- Ahora bésense.
Camila: ¡Lauren! -Exclamo sonrojada.
Normani: ¡Dinah!
Dinah: Prepárate Mani -Susurro seductoramente, sujetando fuertemente a su amiga por la cintura.
Camila: ¡NO! ¡USTEDES NO PUEDEN BESARSE! -Grito molesta, no lo suficientemente alto como
para que el resto de los estudiantes la escuchara. Se alejo de Lauren rápidamente y se coloco entre sus
amigas, alejándolas- A cada quien lo suyo. ¡Y Siope me cae bien, Dinah!
Dinah: ¡Pero mira a Mani! -Exclamo, intentando parecer seria. Aun así, no funciono. Risas escapaban de
sus labios inconscientemente-. Ella es todo lo que podría desear -Suspiro exageradamente.
Normani: Te odio, Dinah Jane.
Dinah: ¡Yo te odio más Normani Rompecorazones Kordei!
Lauren: ¡No se odien! -Casi suplico. Camila de inmediato recordó la poca destreza que tenía Lauren para
identificar lo que era broma y lo que era real. La miro. La preocupación en su rostro casi la hizo morir de
ternura- No tienen que besarse si no quieren, pero por favor no se odien por mi culpa.
Casi al instante, Camila vio los dedos de Lauren comenzar a chasquear.
De inmediato se alejo de sus amigas, la sujeto de la mano y la llevo algo lejos para que sus amigas no
pudiesen escucharla. Debía tranquilizarla. Debía comentarle a cerca de las muy extrañas personalidades
de sus amigos. Y, además, debía reclamarle por revelar lo de su primer beso.
Lauren: Se odian por mi culpa -Susurro cabizbaja. Camila le sujeto las manos y se agacho un poco,
haciéndole caras raras hasta que Lauren elevo su mirada, sonriendo levemente.
Camila: No se odian, Lauren. Solo están jugando. Es solo una broma.
Lauren tardo algunos segundos analizando lo que Camila le había dicho. Camila sonrío, pues mientras lo
hacía pudo mirar los ojos de la chica de la ventana sin que esta apartara la mirada. Ese día había un
toque de gris en ellos.
Lauren: ¿Estás segura? -Pregunto débilmente, apretando fuertemente las manos de Camila, una fuerte
electricidad recorriendo el cuerpo de la chica de ojos color chocolate con este simple acto. Camila
simplemente pudo asentir.
Camila: Ahora es mejor que nos marchemos si no queremos llegar tarde…
Cinco minutos después las cuatro chicas caminaban hacía el hospital. En realidad, lo hacían tres. Lauren
estaba sobre su patineta, de vez en cuando bajando su pie solo para darse impulso, Camila sujetando su
mano.
La chica de la ventana
CAPITULO 20
Ally y Troy las estaban esperando fuera del hospital dentro del auto de la pequeña (Ally en el asiento del
conductor y Troy en el del copiloto). El chico parecía estar dormido sobre la ventanilla mientras Ally
sujetaba su mano y cantaba algo que Lauren no fue capaz de escuchar.
Golpeo ligeramente la ventana del conductor, obligando a que Ally la bajara.
Ally solo sonrío a Lauren y luego miro a las tres chicas que estaban detrás de ella. Saludo a Camila con
una sonrisa, y a las otras dos de igual forma.
Lauren simplemente asintió y abrió la puerta trasera del auto. Dinah fue la primera en pasar y
presentarse a Ally. Normani fue la siguiente.
Dinah: Si los culos monumentales de Mila y Lauren ocupan mucho espacio, entonces puedes sentarte en
mis piernas Mani.
Normani: ¡Dinah! ¡No voy a sentarme en tus piernas!
Dinah: ¡¿Por qué?!
Normani: ¡Porque aun tienes esa estúpida idea de que somos novias y seguramente tocaras mi trasero!
¡Y a Siope no le va a gustar eso!
Dinah: Bah Siopicia…
Normani: ¡Cállate, Dinah “Nombre Largo” “Piernas Largas” “Dedos Largos” “Todo Largo” Hansen!
Dinah: Eso quiere decir que te has fijado en mis dedos…
Normani: ¡Dinah! ¡Eso fue asqueroso!
Ally: Señor, ayúdalas -Suplico, apoyando su cabeza en el respaldo del asiento del conductor mirando al
cielo a través del vidrio del parabrisas.
Mientras tanto Camila y Lauren observaban la discusión mientras intentaban contener su risa y se
tomaban las manos dulcemente, el dedo pulgar de Lauren acariciando ligeramente los nudillos de Camila
Camila: Niñas, dejen de pelear -Les pidió con una sonrisa en el rostro. Lauren recordó que su maestra de
preescolar solía decir cosas como aquella todo el tiempo, así que una gran carcajada escapo de sus
labios, haciendo que Troy se removiera en su asiento.
Ally: Duerme -Susurro al odio de su novio, acariciando su mejilla dulcemente, dejando un ligero beso
allí.
Lauren: Lo siento –Se disculpo, avergonzada. Odiaba perder el control.
Camila: Es mejor que nos vayamos antes de que despertemos a Troy -Dijo, sujetando fuertemente la
mano de Lauren- Y para que ustedes dos -Señalo a Dinah y Normani- dejen de pelear como un par de
estúpidas, Lauren va a ir sobre mis piernas. Punto.
Casi de inmediato la sonrisa en el rostro de Lauren se borro y su cabeza comenzó a sacudirse, negándose
rotundamente.
Camila: ¿Por qué no? -Pregunto mirándola fijamente a los ojos, Lauren apartando su mirada de
inmediato, sintiéndose incomoda.
Lauren: Mi trasero es grande –Susurro avergonzada- No como el tuyo, pero es… es…
Ally: Lauren cree esta algo… no algo. Muy… pasada de peso -Explico a través de la ventanilla del auto,
una mueca que Lauren no supo distinguir apareciendo en el rostro de su mejor amiga. Lauren
simplemente se encogió de hombros, afirmando que lo que había dicho su amiga era cierto.
Camila: Lauren -Dijo, mirándola de nuevo a los ojos, está vez Lauren manteniendo la mirada. Lo cierto
es que amaba como los ojos de Camila Cabello podían hacer que su corazón trasplantado y con fallas se
acelerara como un caballo que galopa a través de los valles-. Eres increíble ¿Está bien? Tienes un cuerpo
increíble, desde tu cabello hasta tus pies. No estás pasada de peso, créeme. Tienes cada kilo donde debe
estar. Y aunque lo estuvieses me encantarías, y encantarías a cada persona que te viera… Y no me hagas
hablar de tu culo porque…
Dinah: Ya sabemos que babeas por el culo de la chica por la que me dejaste, así que ahórrate eso y sube
al auto para que podamos ir a ver esa película…
El rostro de Camila se volvió completamente rojo y Lauren sonrió. Amaba verla avergonzada, esos
momentos en los que se convertía en una tierna niña inocente a la cual solo quería besar y abrazar hasta
morir.
Fue entonces cuando Lauren lo decidió.
Con rapidez se movió hacia el auto y subió, viendo a Camila sorprenderse ante su rapidez, su corazón
quejándose un poco debido al brusco movimiento. Coloco su patineta bajo sus pies y sonrío pícaramente
mientras miraba fijamente los ojos de Camila, logrando no sentirse ni un poco incomoda.
Lauren: Estoy segura de que mi trasero es grande, pero necesito comprobar que tu trasero sea tan grande
como se ve…
Camila: ¡Lauren!
…………………..
Lauren sonreía al sentir las manos de la chica de la ventana acariciar su fistula delicadamente mientras
sus propios brazos envolvían la cintura de Camila, una sonrisa siempre dominando su rostro.
Lauren: ¿Cómo está el?- Pregunto refiriéndose a Troy, que había comenzado a removerse en su asiento
produciendo algunos sonidos guturales.
Ally miro a su novio unos segundos, sonrío con tristeza y luego simplemente le sujeto la mano con
fuerzas. Lauren, por supuesto, no noto este gesto. No a causa de su Asperger, sino debido al hecho de
que el cuerpo de Camila no le permitió ver.
Ally: El… su tumor está creciendo, Lauren. Está en una zona de su cerebro que es prácticamente
intocable, así que es imposible que él no… Que él no m… el no… Ya sabes… pero aun así los doctores
creen que pueden hacer algo, así que intentare pensar positivo y olvidar que… lo estoy perdiendo -Una
lágrima resbalo por su mejilla, y Lauren la vio limpiarla rápidamente a través del espejo retrovisor. Las
caricias en la fistula de Lauren aumentaron, y a la chica de ojos verdes le gustaba la sensación que
dejaban los dedos de Camila al pasar por aquel leve elevamiento en su brazo. Simplemente, la hacían
sentir un poco menos mal al saber que, dentro de un mes, Troy ya no estaría allí-. ¿Recuerdas que solía
quejarse de dolores de cabeza y a veces se trababa al hablar? Era a causa del tumor… Los síntomas
ahora son más intensos. Tiene que tomar píldoras para el dolor, y estas lo hacen sentir muy cansado. De
vez en cuando olvida cosas y tiene ataques de ira… Así que si quieres saber cómo esta creo que… no
puedo… no puedo responder eso… -Pequeñas lágrimas resbalaban por la mejilla de la chica, y su nariz
levemente se enrojecía. Lauren quería hacer algo, decir algo, pero simplemente no podía. Se sentía tan
mal que las lágrimas no tardaron en llegar a sus ojos, Lauren no permitiéndose liberarlas.
Dinah: Lo importante es que el está vivo ahora -Susurro Dinah, sujetando dulcemente la mano libre de
Ally. Se conocían hacía menos de cinco minutos, así que Lauren no podían comprender como Dinah
podía estar dirigiéndole la palabra a Ally. Ella, normalmente, no hablaba con alguien hasta haberle visto
al menos unas cinco veces. Y ni hablar de tocarla-. Si alguien me dijera que Siope va a morir mañana
yo… me destrozaría, pero… intentaría hacerlo feliz durante las pocas horas que le quedarían porque…
Estás haciéndolo bien, Ally. No puedes cambiar nada, pero puedes hacer todo un poco menos difícil para
el…
……………………..
Camila: ¿Te duele? -Pregunto, Lauren solo sintiendo el ronroneo del auto y sus piernas parcialmente
entumecidas debido al peso del cuerpo de Camila sobre ellas.
Lauren: ¿Qué cosa? -Lauren no era buena para deducir, aunque las cosas estuviesen frente a su nariz.
Camila: Tú fistula…
La chica de ojos verdes miro a las demás. Dinah y Normani estaban hablando a cerca de cual canción de
Beyonce colocar en la radio mientras Ally intentaba persuadirlas con colocar a Justin Timberlake. Nadie
parecía estar ganando. Troy simplemente continuaba dormido, ajeno a la conversación.
Se había distraído. Lo supo en cuánto miro a Camila e intento recordar lo último que la chica había
dicho, sin éxito. Solo pudo sonreír como una idiota al verla, como siempre.
Lauren se echo a reír. La inocencia en las palabras de Camila la hacían sentir inmensas cosquillas en su
estomago, y las cosquillas la hacían querer reír durante toda su vida.
Lauren: No. Pero intenta no presionarla, es delicada… Y por eso siento cosquillas cuando la tocas. Es
agradable–Confeso- Al igual que el hecho de tener tu trasero sobre mis piernas –Agrego en español,
pensando que Camila no habría entendido ni una palabra.
Camila: ¡Lauren! ¡Eres una pervertida!
Lauren abrió sus ojos como platos. ¿Acaso había escuchado a Camila hablar español?
“Por supuesto que lo hiciste, idiota”
“Y su voz en español es sexy”
“Calla tu lado pervertido idiota”
“No pelees conmigo, yo soy tú y tu eres yo”
“Cállate idiota, me das dolores de cabeza”
Lauren simplemente sonrió y asintió mientras escuchaba a Camila carcajearse sobre sus piernas.
Su risa era la mejor risa que jamás podría escuchar.
…………………….
Luego de ir a unos cinco cines diferentes (Camila y sus amigas habían sido vetadas en todos ellos),
llegaron a uno lo suficientemente lejos como para que Dinah no hubiese dado problemas allí.
Compraron los boletos, las palomitas, los refrescos y las golosinas, pero aun faltaba una media hora para
que la película comenzara así que decidieron sentarse en una mesa a charlar mientras Troy tomaba un
par de pastillas. Despertarlo había sido difícil para Ally, pero finalmente lo había logrado.
Lauren rio cuándo los vio salir del auto. Estaban usando la misma ropa, solo que la de Ally era un poco
más femenina. Según recordaba, vestirse iguales estaba en la lista de Troy. Lauren se rio aun más
cuándo Troy comenzó a burlarse de ella por el hecho de que sería él quien moriría primero. Ally no
decía nada, solo escuchaba y sonreía dulcemente cuándo Troy la miraba.
Fue doloroso para ambas. Lauren lo sabía.
Pero, aun así, la chica de ojos verdes se esforzó por actual lo suficientemente bien.
Troy: ¡Troy llamando a… -Hizo una pausa, como si no pudiera recordar el nombre de la chica de ojos
verdes, a la cual estaba mirando fijamente mientras movía su mano frente a su rostro. Pasaron varios
segundos antes de que completara su frase- Lauren!
Lauren: ¿Qué sucede?
Troy: Estaba diciendo que ahora que volví del… de allí –Señalo la puerta del baño hombres- voy a
seguir burlándome de… de ti… -Dijo con una sonrisa que era completamente falsa, incluso para Lauren-
¿Cierto Ally?
Ally: ¿Te duele la cabeza, amor? –Pregunto sujetando su mano, preocupada, ignorando la pregunta
anterior.
Troy: No –Se negó- Ni un… ni un poco –Sonrió, pero el diccionario mental de Lauren de inmediato
supo que era falsa de nuevo. Estaba intentando convencerse-… Lauren, Camila me conto que… le
gusta… Ed Sheeran. ¿Verdad, Ally? –La pequeña asintió.
Camila: Le conté sobre mi obsesión por sus letras, su música, su voz y hecho de que estoy usando su
camiseta bajo esta chaqueta.
Lauren: Dime que no es verdad –Suplico con un suspiro escapando por sus labios mientras que tomaba
la mano de Camila bajo la mesa, de inmediato su pulgar jugando con los nudillos de Camila.
Camila: ¡Vamos, Lauren! ¡Es hermosa!
Lauren: ¡Lo sería si no fuese rosa chillón y si tú no dijeras que si llegase a cantarte en el oído te
volverías completamente heterosexual!
Camila: ¡Lauren! –Reclamo. Lauren la vio sonrojarse y sonrió.
Todos miraron a la chica, confundidas e intentado que un ataque de risa no saliera de sus gargantas.
Normani: ¿Qué?… Quiero sentir que hice algo malo,y si ustedes no van a reprenderme, voy a hacerlo yo
porque soy muy rebelde.
Dinah se echo a reír con el comentario de Normani, y luego la siguieron los demás.
Dinah: Esa es una de las razones por las que dejaría a Siope por ti –Se burlo, y luego abrazo a Normani
fuertemente y deposito un sonoro beso en su mejilla, la otra chica solo riéndose ante la broma de su
amiga.
Troy: Ally… -Dijo Troy, mirándola. Las demás miraron de forma inevitable, como atraídos por el imán
del amor ajeno- ¿Puedes…? Yo quiero un beso tam… también.
Ally simplemente sonrió y se acerco a la mejilla de Troy, depositando un tierno beso alli, y luego sujeto
dulcemente las mejillas del chico y lo obligo a mirarla para plantar un dulce beso en sus labios.
Se quedo callada unos instantes, observando a Camila enrojecer y creando un montón de nombres,
ninguno lo suficientemente bueno.
Hasta que finalmente se le ocurrió…
El chico asintió. Lauren, al ver su rostro, supo que no lo recordaba. Y supo que era a causa de su tumor.
“Puta vida de enfermedad” Pensó, entendiendo un poco la sensación que Troy debía de tener en ese
momento.
Lauren: Chicas, tengo que hablar con mi madre… Saldré un rato… Las veo dentro…
Dinah: Esta bien, Ralph…
Lauren: ¿Ralph?
Dinah: Ralph Lauren…
Lauren simplemente negó con su cabeza sonriendo ante semejante estupidez. Lo cierto era que el humor
de Dinah era un poco raro, pero a Lauren comenzaba a gustarle.
Lauren salió del cine y se dirigió a un hermoso jardín con hermosas rosales alrededor y una fuente en
medio mientras llamaba a su madre. No pudo evitar pensar en que en ese jardín había planeado tener su
primer beso con Camila y que seguramente, como su vida era un asco, su madre desmoronaría todos sus
planes. Pensó en lo hermoso que habría sido poder besarla frente a la fuente, escuchando a los pajarillos
cantar y con las rosas preparadas para hacerlo todo un poco más romántico. Suspiro antes de llevarse el
teléfono a la oreja.
Clara: ¿Lauren?
Lauren: ¿Qué sucede, mamá?
Clara: ¿Dónde estás?
Lauren: Estoy con Ally y Troy. Voy a ver una película con ellos y unas amigas.
Clara: ¿Qué amigas?
Lauren: Ellas… -No podía hablarle sobre Camila, así que decidió mentir-. No son malas personas. Lo
prometo. Puedes preguntarle a Ally.
Lauren cerró los ojos, esperando que su madre le exigiese regresar de inmediato. Incluso ahora, después
de escuchar lo que había dicho a su madre, Lauren deseaba regresarse a casa por haber cometido
semejando locura de ir al cine con dos extrañas, la chica que le gustaba, su mejor amiga y un chico alto
con un tumor cerebral que lo estaba matando.
“Tomas muy malas decisiones, idiota”
Clara: Oh, ya veo… Disfrútalo, Lauren. Pero no llegues tarde –Dijo su madre, y luego la llamada
finalizo, dejándola con la boca abierta.
Miro su celular atentamente. ¿Podía ser aquello cierto? ¿Podía estar Clara Jauregui, la madre
controladora, estar permitiendo que su chica viera una película con personas que su madre no conocía?
Aquel debía de ser el mejor día de su vida…
Estuvo así, mirando su celular fijamente, pensando en la broma que seguramente le estaban jugando,
cuándo sintió un par de brazos envolver su cintura por detrás. Conocía esos brazos.
Lauren: ¿Camila? –Por supuesto era ella- ¿Qué sucede?
Se giro y noto que la chica la miro fijamente a los ojos, de inmediato Lauren perdiéndose en aquel mar
chocolate. Sintió una mano sobre la suya y la sujeto dulcemente, acariciando los nudillos de Camila con
su pulgar. Le gustaba hacer eso. Se sentía bien, y la chica de la ventana sonreía cuándo lo hacía, así
que… ¿Por qué no?
Lauren: ¿Camila? –Pregunto, y una tonta sonrisa apareció en sus labios. ¿Cómo era posible que Lauren
la reconociera sin verla directamente?- ¿Qué sucede?
Luego, la chica comenzó a darse la vuelta, su rostro quedando considerablemente cerca. Camila se
sonrojo. Se estaban mirando fijamente, y Camila se sentía en el cielo. Soltó la cintura de Lauren y dirigió
sus manos a las de ellas, sintiendo de inmediato las reconfortantes caricias de sus pulgares en sus
nudillos. Sonrió. Le gustaban aquellas caricias. Era como si, de esa forma, la chica le dijera que todo
estaba bien… Entonces, simplemente, lo dijo…
Camila: Quiero mi beso ahora… -Dijo en algo que sonó más como un susurro. Su rostro ardía. Estaba
segura de que su sonrojo era más que evidente.
Fue entonces cuando sintió un par de manos sujetar dulcemente sus mejillas y acariciarlas. Elevo su
mirada. Lauren tenía sus ojos pegados en los de ella, y parecía que jamás iba a apartarlos. Lauren estaba
enamorada de ella. Lauren estaba tan enamorada como ella.
Iba a recibir su primer beso de alguien que estaba completamente enamorada de ella, y a la cual amaba
de igual forma.
Lauren Jauregui era la chica perfecta para ella, Camila Cabello, la adolescente que comenzó a ser
maltratada a los quince años en cuánto los demás supieron que sus gustos eran distintos a los de las otras
chicas. Aquella que no tuvo verdaderos amigos hasta que había comenzado su vida en un nuevo país.
Aquella que jamás se sintió lo suficientemente hermosa como para que una chica considerablemente
buena se enamorara de ella. Aquella que era golpeada todos los días por los estúpidos de Austin y Luis.
Aquella que jamás había conocido lo que era estar verdaderamente enamorada de alguien.
Jamás pudo pedir algo mejor.
Sonrió.
Sintió lágrimas caer sobre sus mejillas y bajo la mirada, avergonzada. No quería llorar durante su primer
beso… Pero aquellas no eran lágrimas de tristeza. En ellas había alegría, esperanza, amor, y no podía
evitar liberarlas.
De repente y para sorpresa de Camila, la chica de ojos verdes se acerco a su rostro y comenzó a
depositar delicados besos sobre sus mejillas, limpiando sus lágrimas detenidamente, haciendo a Camila
sentir cosquillas cada vez que aquellos delicados labios tocaban su piel. No pudo evitar soltar risitas
nerviosas.
Sin pensarlo, coloco sus manos en la cintura de Lauren, aferrándose fuertemente a aquella chaqueta
negra tan parecida a la que ahora llevaba puesta.
Y fue entonces cuando sucedió.
Lauren simplemente coloco sus labios contra los de Camila, esta última sintiendo su cuerpo vacilar en
cuánto aquellos labios tocaron los suyos, cerrando los ojos de inmediato ante el suave contacto.
Era un beso suave, delicado, que llenaba a Camila de un montón de cosas que jamás había pensado
sentir. Los labios de Lauren se sentían increíblemente bien sobre los suyos. Suaves. Tiernos. Dulces.
Electrizantes.
No eran de aquellos besos pasionales de película. Era un dulce y leve primer beso.
Sin saber por qué, Camila comenzó a reír sobre los labios de Lauren. No pensó en que ella se alejaría,
solo rio. Y lo hizo aun más cuándo las manos de Lauren rodearon su cuello y la acercaron más a sus
labios.
Fue entonces cuando Lauren comenzó a reír sobre sus labios también. Estaban riendo sobre los labios de
la otra, y no había mejor sensación que esa. Jamás podría cansarse de besar a Lauren de aquella forma.
Camila fue la primera en separarse de los labios de Lauren y apoyar su nariz contra la de esta, respirando
agitadamente y dejando que leves risitas salieran de sus labios. Lauren hacía exactamente lo mismo.
Y, simplemente, volvió a besarla. Camila Cabello había descubierto su nueva obsesión: Los besos de
Lauren Jauregui. Sin pensarlo, rodeo con ambos brazos el cuello de Lauren, esta última bajando sus
manos hacía las caderas de Camila segundos después, y sin dudar, Camila la acerco más a ella, como si
esto fuese posible. El beso era lento, casi tanto como el anterior, y las cosquillas regresaban al estomago
de Camila.
De repente, sintió la lengua de Lauren trazar su labio inferior. Tuvo deseos de abrir los ojos, pero lo
evito. Aquello se sentía bien, y si bien estaba sorprendida, quería que Lauren siguiera haciéndolo. Como
si hubiese escuchado sus pensamientos, la chica de la ventana lo hizo de nuevo.
Inconscientemente entreabrió sus labios, y sin que pudiese hacer nada la lengua de Lauren estaba dentro
de su boca, explorándola lentamente, haciéndola sentir grandes descargas eléctricas por todo su cuerpo.
Había leído sobre besos en sus libros de ficción, pero aquello que estaba sucediendo era mil veces mejor
que aquellos besos escritos… Era mejor porque en aquellos libros no incluían a Lauren Jauregui.
A pesar de todo, era un beso inocente. Dulce. Lento. Un beso con sabor a ilusiones y enamoramiento. Un
beso con sabor a Lauren Jauregui.
Finalmente, Camila fue separándose lentamente de la chica, abriendo los ojos cuándo sintió que estaba
lo suficientemente lejos. La miro. Una gran sonrisa decoraba el rostro de Lauren Jauregui, e incluso
podría haber dicho que sus ojos color esmeralda también lo estaban haciendo. Se mordió ligeramente el
labio mientras se fijaba en los de Lauren, esos que segundos antes habían estado sobre los suyos. Y se
echo a reír. Rio fuerte, como cuándo te están haciendo cosquillas en todo el cuerpo.
Rio porque había besado a Lauren Jauregui en medio de un hermoso jardín y frente a una elegante
fuente. Rio porque se sentía mejor que nunca. Rio porque estaba enamorada de ella.
Sin dudarlo, enterró su cabeza en la de Lauren, leves risitas aun saliendo por sus labios. La chica de la
ventana también estaba riendo, pero un poco más bajo que ella.
Lauren: Sigue caminando –Le susurro. Camila la miro, incrédula. ¡¿En serio quería que siguiese
caminando tranquilamente cuándo aquel chico quería destrozarle los dientes?! Lauren estaba enojada,
pero aun así no parecía estar a punto de dar la vuelta para enfrentar a Austin. Era como si estuviese
segura de que no la atacarían.
Camila cerró los ojos fuertemente. Está vez, la voz del chico había sonado aun más severa.
Lauren: Sigue caminando. Estamos en una vida pública, y hay unas veinte personas viendo. No puede
hacernos nada –Aseguro besando su mano para tranquilizarla. Lo logro. Lauren era todo lo que estaba
bien para la vida de Camila, y un solo beso podía hacerla sentir segura en el centro de millones de
explosiones.
Camila: ¿Cómo nos deshacemos de él?
Austin: ¡GAYBELLO!
Lauren: Entremos a esa floristería…
Lo hicieron, y tal y como Lauren parecía haberlo previsto, Austin se fue casi de inmediato, aunque
bastante enojado.
Lauren: Esta bien –Susurro para tranquilizarla. Camila no había notado estar abrazando a Lauren
fuertemente, temblando- Todo estará bien mientras estés conmigo. Yo voy a protegerte, incluso siendo
una completa inútil.
Camila: Lauren, tu no eres…
De repente, el encargado de la tienda se acerco a ellas. Ambas voltearon. Era Brad, y detrás del
mostrador, su novio Tristan arreglaba algunos ramos de rosas mientras tarareaba alguna estúpida
canción.
Difícilmente, la chica negó con su cabeza. Camila, sabiendo que Lauren no tendría fuerzas para
rechazarla, coloco su mano sobre el pecho de la otra y descubrió un latido irregular.
No tardaron en llegar hasta la cama. Camila se sentó al lado de Lauren entrelazando sus meñiques,
viéndola intentar recuperar su respiración. Se veía cansada.
La vio colocar su cabeza entre sus propias piernas y sus propias manos sobre su rostro. En algún libro
Camila había leído que hacer eso era bueno para la oxigenación. Y hablando de piernas, Lauren estaba
usando unos cortos shorts blancos, lo cual dejaba ver a Camila sus pálidos muslos y…
“¡Concéntrate, Camila! ¡¿Acaso no ves que tu novia se esta ahogando?!” La voz de Austin en su mente
siempre la hacía centrarse y dejar de pensar en cosas irrelevantes como las sexys piernas de Lauren
“¡CAMILA!”
Sacudió su cabeza varias veces. Debía concentrarse en el echo de que Lauren parecía estar a punto de
desmayarse por falta de oxigeno.
Delicadamente, Camila comenzó a acariciar la espalda de su novia, realmente preocupada.
Lauren asintió, levantando ligeramente el rostro para luego volver a colocarlo sobre sus piernas.
Lauren:Es solo… subir… escaleras… yo… corazón… rechazo -A pesar de que no había logrado
completar ni una sola frase, Camila comprendió claramente lo que Lauren estaba diciéndole.
Camila: Está bien, Lauren. Tomate tu tiempo.
Luego de unos diez minutos, Lauren finalmente levanto la cabeza, miro a Camila y sonrió.
Lauren:Hola -Dijo con voz baja y rasposa. Aun su respiración no se había normalizado del todo, pero
estaba mucho mejor que al principio. Una sonrisa instantánea se dibujo en los labios de Camila.
Camila: Hola -Susurro colocando un rebelde mechón rebelde de cabello tras la oreja de su novia-.
¿Cómo llegaste hasta acá?
Lauren: Cambie la… la escalera de lugar y… y yo… yo solo subí… y estuve… diez minutos… y tuve
que sujetarme… me canse y…
Camila:Oh, Lauren, lo siento. Debí dejar la ventana abierta… Estaba tomando un baño y no pensé que tu
vendrías hasta acá. En realidad, iba a ir a tu habitación ahora mismo…
Lauren:Quiero demostrarte que… que tu… no eres una simple rutina -Susurro mirándola fijamente a los
ojos. Como siempre, la intensidad de aquella mirada color esmeralda estuvo a punto de hacerla caer
desmayada.
Camila sonrió de forma inmediata, sujeto las mejillas de Lauren entre sus manos y la beso tiernamente,
haciendo a Lauren suspirar.
Camila simplemente sonrió y beso dulcemente la parte superior de la cabeza de su novia antes de
abrazarla ella también.
Camila: Tus abrazos son los mejores, Lauren Jauregui –Susurro, y se inclino para posar sus labios sobre
la mejilla de su novia. Fue algo incomodo, ya que la chica seguía apoyada en su hombro, pero valió la
pena cuándo Lauren giro la cabeza y unió sus labios con los de ella.
Lauren elevo su cabeza y se separo de los labios de Camila, mirándola fijamente a los ojos.
Se hizo silencio. Pero no uno incomodo. Fue uno de aquellos que pueden permanecer horas sin que
nadie los note.
La respuesta a esta pregunta fueron los labios de Lauren posándose sobre los suyos, una sonrisa
inmediata apareciendo en los labios de ambas durante ese contacto.
La lengua de Lauren humedeció delicadamente el labio de Camila, pidiendo permiso para entrar. Suspiro
audiblemente y se lo permitió de inmediato, ambas lenguas enredándose de inmediato , esta acción
haciendo a Camila sentirse en medio de las nubes casi tan verdes como los ojos de Lauren. No pudo
evitar soltar otro suspiro.
Lentamente, Lauren fue cambiando de posición, de forma de el rostro de Lauren quedase sobre el de
Camila, una de sus piernas entrelazándose con la de la chica, el beso siendo aun lento y completamente
romántico.
Dulcemente Camila rodeo con su brazo libre el cuello de Lauren, mientras que con su otra mano aun
sujetaba la de Lauren. De repente, la chica de ojos verdes se alejo de Camila ligeramente, esta ultima
suspirando ante la repentina falta de contacto.
De repente, Lauren comenzó a dejar pequeños y delicados besos sobre las comisuras de los labios de
Camila y fue trazando una línea de besos hasta llegar a su cuello. Se detuvo antes de dejar un pequeño y
delicado beso allí.
Y con su mano libre sujeto la barbilla de Lauren para guiar su rostro hacia el suyo, sus labios uniéndose
en un tierno beso de inmediato.
……………………
Luego de que Lauren se fuese a clases de piano junto a Ally (A la cual Camila había saludado a través de
la ventana), bajo a la cocina a preparar todo para la tarde de películas que tendría con sus amigas.
Camila: ¿Sofi, Alejandro y tu irán a algún lado? -Pregunto a su madre mientras servía palomitas de maíz
en un gran tazón y snacks en otro.
Sinuhe:No, pero estamos planeando ver una película en el sótano mientras ustedes están acá arriba. No
queremos incomodar.
Camila:Mamá, pueden ver la película con nosotras. Ustedes no nos incomodarían nunca… Dinah ama a
Sofi y Normani ama hablar con pa… con Alejandro y contigo… Por favor, mamá. Vean la película con
nosotros…
Sinuhe:Solo si Dinah no trae cincuenta sombras de Grey…
Camila:¡Mamá! ¡Esa película aun no se estrena!… Y si quisiera entretenerme con algo pasado de tono
vería porno lésbico… -Esto último lo dijo solo en un susurro, sus mejillas sonrojándose.
Sinuhe: ¡Camila! -Le reclamo, una sonrisa que no debía estar allí apareciendo en sus labios. De nuevo,
Sinuhe se comportaba como la madre de su mejor amiga.
Camila: ¡Es la verdad!
Sinuhe: Cállate -Le susurro de nuevo, abrazándola esta vez, besándole ligeramente la mejilla.
Se hizo silencio, pero este silencio, al contrario del silencio que se había formado entre Lauren y ella
horas antes, era incomodo. Muy incomodo.
Pensamientos comenzaron a florecer en la cabeza de Camila. La mayoría eran dudas…
Camila: ¿Crees que el estaría orgulloso de mi, mamá? -Pregunto refiriéndose a su padre. Sinuhe dejo
escapar un suspiro y abrazo a su hija aun más.
Sinuhe:No tengo duda alguna…
Camila: Pero yo soy… no soy como las demás… Y… ¿Qué padre quiere una hija como yo? -Pregunto,
una lágrima escapando por sus ojos, su madre limpiándola de inmediato. Era extraño como Camila podía
pasar de estar feliz por la reciente visita de Lauren a estar triste por el echo de que su padre podría no
haber estado orgullosa de quien era en esos momentos-. Quiero mucho a Lolo, mamá. Es la mejor novia
que jamás pude imaginar, pero… Somos diferentes mamá. La sociedad jamás va a aceptarnos como a los
demás y tengo miedo de que mi padre hubiese sido parte de esa sociedad… -Sollozo.
Sinuhe:Camila, mírame -Susurro. Camila elevo sus ojos inundados en lágrimas para mirar fijamente a su
madre-. No eres diferente a mi. No eres diferente a nadie. Tienes dos ojos, una nariz, una boca, manos,
dedos, piernas. Tienes todo lo que los demás. No eres diferente a nadie, hija. El echo de amar a alguien
no va a hacerte menos humana ¿Lo entiendes? Cameron, tu padre, sabía esto. Y estoy segura de que, este
dónde este, está presumiendo tener la mejor hija de todo el universo….
La chica de ojos achocolatados solo logro asentir y abrazar a su madre fuertemente, dándole las gracias
de esta forma…
Sinuhe: Ahora vas a contarme a cerca de Lauren, que al parecer es tu novia ahora…
La chica de ojos color chocolate se sonrojo de inmediato y escondió su rostro en el cuello de su madre,
avergonzada…
Sinuhe:No cometeré los mismos errores que tu abuela, hija… Pero quisiera que me lo contaras todo,
sobre como te lo pido y sobre todo tu primer beso… ¡Y no intentes mentirme! ¡Se qué no habías dado tu
primer beso hastahace una semana, así que imagino que esa chica fue la primera!
Camila se alejo de inmediato de su madre y miro el suelo, completamente avergonzada. Sus mejillas
ardían.
Y fue en ese preciso instante cuándo el sonido del timbre de la casa retumbo en las paredes del lugar.
Camila había sido salvada por la campana.
…………………..
Mientras Dinah y Normani escogían cual película ver (Mi villano favorito y El Rey León eran las
principales opciones), Camila llevaba mantas y almohadones para colocarlos en el suelo, sabiendo que
Dinah y Normani eran completamente hiperactivas y no se quedarían sentadas en el sofá durante toda la
película. Sofi estaba sugiriéndole a las chicas ver la última película de barbie, a lo cual estas se negaban
rotundamente.
Dinah: ¡¿Sabes cuántas veces he visto esa película con Regina?! ¡Siete! ¡SIETE!
Sofi: Pero yo… -Dijo haciendo pucheros- Dinah, por favor…
Dinah: Mani, ayúdame -Suplico a su amiga. Si había algo a lo que Dinah no podía resistirse era a los
pucheros de las hermanas Cabello.
Normani: ¿Qué te parece si vemos Harry Potter?
Dinah:¡Mani! ¡Hemos visto esa película ocho veces! ¡OCHO! ¡ESA ES UNA VEZ MÁS DE LA QUE
HE VISTO LA ÚLTIMA PELICULA DE BARBIE!
Sofi: Tu decides, Dinah. Barbie o Harry…
Camila:Uhhh, Sofia Cabello en su momentos de rebeldía. Deberías estar asustada Dinah -Se burlo
mientras colocaba los tazones de palomitas y snacks sobre el sillón y veía a su madre charlar con
Alejandro en un rincón. La chica de ojos chocolate sabía que su madre estaba hablando a cerca de lo
sucedido en la cocina.
Dinah:Está bien, veremos Harry Potter… ¡Pero solo porque Harry se parece a Siope!
Normani: En tus más profundos sueños, Dinah…
Dinah: ¡Déjame en paz, Mani! ¡Estoy intentando crear una excusa menos estúpida que “una tierna niña
rebelde que hace desgarradores pucheros me obligo”!
Normani: Sigue intentando…
Dinah: Entonces puede ser: Normani me prometió una noche salvaje repleta de se… -Camila la miro
fijamente con los ojos abiertos. Dinah no debía olvidar que Sofi estaba allí- de juegos muy divertidos, así
que no pude negarme…
Normani:¡Yo jamás te prometí una noche salvaje repleta de se… “juegos muy divertidos”!
Dinah: En mi cabeza sí, así que prepárate mi amor -La advirtió guiñándole un ojo.
Normani:¡Dinah!
Sofi:¿A ustedes también les gustan las chicas como a Mila? -Pregunto, haciendo a su hermana sonreír.
Camila y sus padres le habían explicado a su pequeña hermana sobre esto, y la pequeña simplemente
había abrazado a su hermana y le había dicho que la querría aunque se casara con un elefante volador
con siete cabezas.
Normani: ¡No! -Respondió rápidamente.
Dinah: ¡A mi solo me gusta Mani! -Dinah siempre siendo tan Dinah.
Normani: ¡Dinah!
Dinah:Antes intente salir con tu hermana, pero ella prefirió a la rebelde de su novia y… -Sí, Camila se lo
había dicho. No podría habérselos ocultado luego de todos los mensajes que Dinah le había enviado esa
tarde.
Sofi: ¿Tienes novia, Camila? -Pregunto mirando fijamente a su hermana a los ojos, la chica sonrojada de
inmediato.
Camila:Yo… eh… ¡Empezó la película!
………………………
Luego de una hora Sofi se quedo dormida, como siempre que veía películas que ya sabía de memoria.
Sus padres decidieron llevarla a su habitación, pues esta científicamente demostrado que los padres
consideran a las camas más cómodas para sus hijos que un sillón lleno de palomitas y migajas de
doritos.
En cuándo estuvieron solas Camila supo lo que la esperaba.
Dinah y Normani comenzaron a hacer preguntas casi de inmediato.
Camila simplemente sonrío y miro sus dedos, sabiendo que si seguía mirando a sus amigas moriría de
vergüenza.
Camila: Ella… no lo se… ustedes siempre me han dicho que sus primeros besos han sido terribles y todo
eso, pero puedo asegurarles que jamás desearía olvidar mi primer beso porque fue simplemente
maravilloso… -Contó. Ella no lo notaba, pero sus ojos brillaban de felicidad- Mientras nos besábamos
sentí algo tan hermoso que no pude evitar reírme sobre sus labios, y Lauren simplemente hizo lo
mismo… ¡Ella se reía! ¡Incluso mientras nos besábamos!… y nos besamos de nuevo… Dinah, Mani,
puedo asegurarles que no hay mejor sabor que la risa de otra persona en tu boca.
Fue entonces cuándo se escucho un sollozo proveniente de las escaleras. Cuándo Camila volteo la
mirada se encontró con su madre llorando y a Alejandro consolándola tiernamente, su mano acariciando
la espalda de Sinuhe y su ojos mirándola fijamente como si ella fuese la persona más hermosa del
mundo. Camila se pregunto si, horas antes, mientras Lauren intentaba recuperar el aire, la había mirado
de la misma manera.
Camila: Mamá… Papá… No sabía que estaban allí -No se corrigió al llamar a Alejandro “papá”.
Siempre había huido de esa palabra al estar frente a el solo por el echo de pensar que sería una traición a
su padre biológico… Pero ahora, al verlo acariciar la espalda de su madre de la misma forma en la que
ella lo había echo horas atrás con Lauren, supo que, aunque Cameron iba a ser su padre para siempre y
ella iba a amarlo como lo había echo desde el primer día, Alejandro ya era parte de su vida. De sus
movimientos. Cameron era su padre, sí. Pero Alejandro también lo era.
Sus padres simplemente se acercaron a ella y se sentaron a su lado. Dinah y Normani decidieron ir a la
cocina, sabiendo que padres e hija necesitaban tiempo a solas. Sinuhe y Alejandro abrazaron a Camila en
cuánto las chicas se fueron.
Sinuhe:Tienes un corazón tan hermoso, Camila… El solo echo de que describas tus sentimientos por
Lauren de esta forma nos deja ver que en realidad la quieres. Mucho.
Camila simplemente asintió, abrazándose aun más a su madre, dejando escapar lágrimas por sus
mejillas.
Alejandro: Camila, se que tal vez no te gustara lo que voy a decirte, pero… Estoy muy orgulloso de ser
tu padre.
Camila negó con la cabeza ligeramente, miro a Alejandro, sonrío y se abalanzo sobre sus brazos.
Camila: Y yo estoy muy orgullosa de ser tu hija -Le susurro al oído, procurando que su madre no
escuchara, siendo aquel un momento que solo ambos necesitaban tener en sus recuerdos. Los brazos de
Alejandro envolvieron a su hija fuertemente, como si no quisiera dejar ir en aquel momento.
Camila sonrío. Sabía que, estuviese dónde estuviese, Cameron también estaba orgulloso de ella.
………………….
A kilómetros de distancia, Austin planeaba su próxima jugada mientras su acompañante tomaba un baño
en la ducha de aquel motel barato. Repaso cada uno de los pasos y sonrío. Simplemente, todo saldría
increíble. Camila pagaría por la humillación que le había echo aquel día en el que se negó a besarlo.
Troy:Ally… -Susurro.
Ally:Sí, amor…
Troy: Ally… -Dijo, esta vez un poco más alto que antes.
Ally: Dime…
Troy:Ally…
Lauren se detuvo de inmediato, preocupada. Sabía que el tumor de Troy estaba creciendo, así que todo
era motivo de alerta, sobretodo aquella excesiva repetición del nombre de su novia. Las otras chicas, que
se habían encariñado con Troy en tan poco tiempo, también se detuvieron y miraron a la pareja con algo
que el diccionario mental de Lauren reconoció como temor. Temor de que algo estuviese pasándole al
chico y ellas no pudiesen hacer nada.
Ally: ¿Qué sucede, amor? ¿Te sientes mal? -Pregunto, una mueca que el diccionario de Lauren no pudo
reconocer, pero que podía acercarse mucho a la del dolor, la lástima y la preocupación juntas- Podemos
detenernos unos minutos si quieres… -Sugirió mientras le acariciaba los antebrazos dulcemente.
Troy negó bruscamente con su cabeza y luego miro a su novia fijamente a los ojos, sonriendo. Ally lo
imito. Lauren lo hizo también, pues sabía que sonreía de la misma forma cuándo sus ojos y los de
Camila se encontraban de aquella forma en la que los demás a su al rededor parecían desaparecer.
Troy:El doctor… dijo que… -Cerro los ojos y se froto la frente, intentando recordar lo que tenía
planeado decir-… dijo que voy a… olvidar… olvidar cosas y yo… no… -Se froto la frente de nuevo-…
yo no quiero… -Gruño frustrado. Lauren conocía lo que Troy estaba pasando, el echo de sentirse un
idiota que no puede hacer cosas como los demás, así que se aferro fuertemente a la cintura de Camila,
sabiendo que si no lo hacía comenzaría a llorar. Las manos de la chica de inmediato se posaron sobre las
suyas, tranquilizándola.
Ally: Está bien, Troy. Solo respira. Está bien.
Troy respiro, pero Lauren sabía que para Troy todo aquello no estaba bien.
Un grito frustrado escapo por los labios del chico segundos después, y el cuerpo de Lauren se
estremeció. Sintió el cuerpo de Camila caer de la patineta, así que la sujeto con fuerzas para que lograse
mantener el equilibrio. En cuánto los pies de la menor tocaron el suelo y se estabilizo sobre ellos la
pequeña se acomodo en los brazos de su novia, Lauren no haciendo nada para alejarla. Aun no estaba
acostumbrada a dar abrazos, pero en ese momento, viendo como su amigo sufría al hacer algo tan simple
como hablar, lo necesitaba.
Ally:Calma, Troy… Solo piénsalo y dilo despacio. Esta bien. Te esperaría mil años -Susurro acariciando
dulcemente su mejilla.
Troy:El doctor dijo que… iba a olvidar las… las… las cosas y a las… persianas… no, persianas no… las
pers… personas… sí, personas… y yo no… no quiero… yo estoy repitiendo…. repito tu nombre…
porque… porque no… no quiero… olvidar… olvidarlo y tampoco… tampoco quiero… no quiero… -
Respiro hondo y miro a Ally fijamente a los ojos-. No quiero olvidarme de ti, Ally Brooke -Era la
primera vez en el día que hablaba de forma tan fluida. Respiro de nuevo, Lauren entendiendo que de esta
forma el chico lograba liberar las palabras más fácilmente-. Jamás podría perdonarme olvidarte.
La pequeña dejo salir un par de lágrimas y sonrío ligeramente. Delicadamente sujeto las mejillas de su
novio y se puso de puntillas para besarlo, aun no logrando alcanzarlo.
El chico simplemente asintió y unos segundos después la hermosa pareja compartió un beso tan corto
que a penas puede considerarse beso, pero que sin dudas guardaba en el los sentimientos más hermosos
y puros almacenados en el planeta.
Ally:Sigan caminando. Necesito hablar con Troy… ¿Te veo el domingo, Lauren? -La chica de ojos
verdes simplemente asintió, conmovida.
Tomo su patineta y dio media vuelta, las demás chicas siguiéndola. Camila y sus amigas caminaban en
silencio, la chica de la ventana ocultando su rostro en el cuello de su novia y enterrando una mano en su
chaqueta mientras la otra rodeaba el cuello de Lauren fuertemente, como si solo de esta forma pudiese
mantenerse de pie.
Dinah: Eso fue… hermoso -Susurro. Lauren volteo ligeramente su rostro y pudo observar que tanto ella
como Normani estaban llorando. Sintió que el rostro de Camila se enterraba más a su cuello, y pudo
sentir algo húmedo allí.
La abrazo con fuerzas. Sabía que la pequeña estaba llorando, y se sintió culpable por no haberse dado
cuenta antes.
Camila: El va a morir, Lauren -Sollozo, demasiado bajo para que sus amigas la escucharan-. El es bueno,
Lauren. El ama a Ally y la mira como… como si ella fuese lo único que tiene en este mundo. Y el no
merece morir. El no tiene que… -Pero no pudo terminar, Lauren sabiendo que estaba demasiado
afectada por lo ocurrido y que estaba intentando ahogar sus sollozos, pues sentía fuertes respiraciones
sobre la piel de su cuello.
Las cuatro chicas caminaron sin hablar, y la despedida en casa de Dinah no existió. Ambas chicas
simplemente entraron a casa, y Lauren no pudo culparlas. Ella también se sentía afectada, y hablar era lo
último que deseaba.
Camino hasta Camila cinco minutos más hasta que esta última simplemente se paralizo y se aferro
fuertemente a Lauren, comenzando a llorar sonoramente, llenando su cuello de lágrimas.
Y estas fueron las palabras que destrozaron cada mínimo trozo del interior de Lauren.
Lauren:Camila… -Sus ojos se habían humedecido, pero no iba a llorar. No quería tener un ataque en ese
preciso instante. No quería que Camila creyera que estaba usando sus lágrimas para obtener su perdón-
lo siento, yo…
Camila: Voy a quedarme en casa de Dinah… yo… te llamo más tarde.
Y luego de esto la chica de ojos color chocolate simplemente corrió en dirección a la casa de su amiga,
Lauren no dignándose a seguirla. Ella necesitaba estar sola. Y Lauren también.
“Eres una idiota. Eres una idiota. Eres una idiota. ERES UNA IDIOTA”
Miro su reloj. Aun podía llegar a tiempo a su cita con el psicólogo… Su reloj mental la aplaudió. Estaba
siguiendo la rutina.
“¡Deja de pensar en rutinas cuándo Camila acaba de demostrarte que eres una completa basura, idiota!”
Se subió a su patineta, respiro hondo y se dio impulso. Hablar con Samuel, su psicólogo, le vendría bien.
El siempre lograba que no se sintiera tan idiota como pensaba serlo.
Bajo de la patineta un par de cuadras antes de llegar. Por alguna razón su corazón había comenzado a
quejarse. Jamás le había pasado, sobretodo a la baja velocidad a la que iba, pero no se preocupo
demasiado. ¿Quién se preocupa cuándo el dolor se ha vuelto rutina?
Faltaban solo un par de metros para llegar al consultorio de Samuel cuándo lo sintió.
Primero comenzó como un pequeño dolor repetitivo. Pequeños pinchazos en su pecho. Y luego la falta
de aire…
Se estaba ahogando, y su corazón dolía terriblemente cada vez que palpitaba. Una mano se coloco sobre
su pecho, como si esto pudiese desaparecer el dolor. Sus dedos comenzaron a chasquear, solo
consiguiendo que el dolor incrementara, Lauren no dándose cuenta del echo.
Camino forzosamente hacia el consultorio del doctor, sabiendo que en cuanto la vieran en ese estado
llamarían a una ambulancia.
Cada paso dolía más que el anterior, y la sensación de ahogo la invadía. Comenzó a sentir nauseas
cuándo entro al lugar. Linda, la secretaria, de inmediato se acerco a ella. Era la primera vez que la veía
de esa forma.
Linda grito algo, pero Lauren no pudo detallarlo. Solo podía sentir dolor, y un aturdidor chillido se
apoderaba de su tímpano. Quería gritar, e intentaba hacerlo, como si esto pudiese aliviar el dolor, pero
debido a la falda de ahogo no lo gritaba.
Vomito. Simplemente paso, y su corazón dolió como jamás le había dolido. Lágrimas calientes llenaron
sus mejillas. No le importo si su bilis había caído en el suelo o en los nuevos zapatos de Linda. Lo único
en lo que podía concentrarse en esos instantes era en el gran dolor que se apoderaba de su pecho.
No quería morir.
No quería morir de esa forma.
No quería morir sin ver los ojos de Camila una última vez.
“¡¿Por qué no fuiste tras ella?! ¡¿Por qué no le dijiste que la querías una vez más?! ¡¿ Por qué solo te
dedicaste a ser una idiota?!”
Vomito de nuevo. La bilis le quemaba la garganta y a la vez la ahogaba.
Se desmayo un par de segundos después, Samuel llegando justo a tiempo como para sujetar su cuerpo y
no dejarla caer.
……………………….
Mientras tanto, Austin susurraba a una persona a través del teléfono con nada más que malicia
envolviéndolo.
Ariana: ¿Y tu eres…?
Camila: Camila Cabello…
Ariana: Eso ya lo se. El señor Martínez me dijo tu nombre cuándo entre ¿lo recuerdas?… Me
dijo que tenía que sentarme a tu lado. Hablaba a cerca de tu orientación sexual.
Camila simplemente sonrío, sonrojándose y mirando fijamente el suelo. Era incomodo hablar
de estos temas con personas desconocidas.
La chica de ojos color chocolate de inmediato negó la cabeza con fuerzas. ¡No quería una
revolcada! ¡Y mucho menos con una desconocida! Además ¡Era virgen! ¡Había dado su primer
beso hacía menos de un par de semanas!… Sabía que el sonrojo en sus mejillas había
aumentado, así que se cubrió con ambas manos.
“¡No, no, no, no, no y no!”
Camila: Tengo novia…
Ariana: Eso no es problema. Ella no tiene por qué saberlo… -Una mano salvaje viajo
directamente hacía la pierna de Camila, acariciándola. No. No se sentía bien. No viniendo de
ella, una completa desconocida. Se sintió invadida. Ni siquiera Lauren la había tocado de esa
forma.
Aparto la pierna bruscamente y miro a la chica con su peor cara de pocos amigos, dejándole
en claro que la próxima vez que lo hiciera sufriría las consecuencias.
No volvieron a hablar hasta el final de la clase, cuándo el señor Martínez comenzó a formar
las parejas para realizar los trabajos que debían de ser entregados en un plazo de dos
semanas. Dinah y Normani fueron colocadas juntas, Camila riendo de inmediato, sabiendo
que sus amigas suplicarían por su ayuda, pues el español de Normani estaba compuesto por
un simple “Mi amor” con las erres demasiado marcadas y el de Dinah consistía en un gracioso
“Biri biri bam bam”…
Fue entonces cuándo el señor Martínez lo dijo:
Y, aunque deseo golpear a su profesor con todas las fuerzas que tenía, simplemente asintió y
escondió su cabeza entre sus manos, soltando un suspiro de frustración.
…………………
Camila decidió comenzar el trabajo ese mismo día. Entre más rápido terminaran aquello,
mejor.
Ariana y ella fueron a su casa en el auto de Camila, el cual había salido del taller el sábado.
Camila: Antes de que entremos quiero que te queden claras varias cosas…
Ariana simplemente asintió y miro a Camila fijamente a los ojos, con una mirada de inocencia
que no podía ser más que fingida. Camila había sido capaz de apreciar la inocencia pura en
los verdes ojos de Lauren muchas veces, y la que intentaba mostrar Ariana no se le acercaba
ni un poco.
Camila: Primero, tengo novia. La quiero mucho. No sabría explicar cuánto… Segundo, no
quiero nada contigo. Ni un revolcón. Ni una aventura. Nada… -Aclaro- Tercero, sí intentas
tocarme estarás completamente frita, por no decir jodida. No, jodida no. Mi novia solo puede
joderme a mi. Y, hablando de mi novia,es celosa, muy celosa. Y suele ser algo agresiva
cuándo alguien intenta tocarme, y aunque me gustaría ver una buena pelea, no quiero que
seas una de sus víctimas ni nada por el estilo-Explico, recordando como su novia había sido
capaz de defenderla en aquel estacionamiento semanas antes. Tal vez con las palabras que
había utilizado Camila su novia había parecido ser un poco más agresiva de lo que era, pero
esa era la idea- Y cuarto, no intentes seducirme. No vas a lograrlo.
Ariana: ¿Es eso último un reto? -Pregunto alzando una de sus cejas.
Camila: Estoy segura de que desearías que lo fuera…
…………….
A pesar de todo, Ariana era divertida. Algo atrevida y fuera de lugar, sí, pero lo era. Esa tarde
en casa de Camila no volvió a intentar tocarla y se limito a redactar párrafos y párrafos en
hojas de papel, hablando sobre cualquier estupidez que le viniera a la cabeza.
Ariana: Y esa es la historia de como Matt, mi primer novio, se gano una patada en los
huevos…
Camila: Por eso jamás me gustaron los chicos -Susurro arrugando su nariz.
Ariana: ¿Es en serio? ¿Ni uno?
Camila: Puede que sí. Tuve un crush con un chico de mi clase cuándo tenía unos… trece…
pero no fue nada más que eso. También me gustan Ed y Harry, pero lo sabes, son
inalcanzables y creo que solo me gustan porque sus canciones lo hacen también… Los chicos
son lindos, debo admitirlo. Unos más que otros, pero lo son… Pero las chicas tienen…
Ariana: Pechos. Y lindos traseros.
Camila: ¡No me refería a eso! -Se defendió de inmediato, sonrojándose- Es solo que ellas…
olvídalo.
Ariana: Por favor, Camila… No intentes mentirme diciéndome que no le has mirado el culo y
los pechos a tu novia.
Camila: ¡No!… Bueno, si, un par de veces… ¡Pero no es todo lo que me interesa de ella! Es
decir, ella es tan… divertida e inocente. Ella puede consolarme cuándo estoy triste y puede
demostrarme cuánto me quiere solo mirándome… Ella es tan especial para mi. Cuándo me
abraza, me besa o me mira es como sí… No lo se, puedo tocar el cielo con mis manos cuándo
lo hace.
Ariana: Tus ojos brillan, Camila. Ella debe de ser increíble…
Camila: Lo es…
Ariana: Pero yo podría ser mejor que ella. Yo podría llevarte a las estrellas con solo una
palabra…
Camila: Ariana…
Ariana: Sé que vas a decirme que no tengo oportunidad, pero voy a cambiar eso…
Camila: Suerte con eso.
……………………
Camila estuvo más de una semana sin saber nada a cerca de Lauren. La joven pensaba que
la chica de la ventana solamente la estaba ignorando debido a su pelea, pero algo dentro de sí
le decía que estaba sucediendo algo peor.
No había visto a Chris y Taylor, ni a sus padres. Tampoco había logrado comunicarse con
Ally.
Algo realmente grave debía de estar sucediendo, su cerebro se lo decía. Aquello no podía ser
solo por una simple pelea entre novias.
Dinah: ¿La estás llamando de nuevo, Mila? -Pregunto al ver a su novia mirar nerviosa su
celular y llevárselo a la oreja por quinta vez. Por quinta vez, fuera de servicio.
Camila: No he sabido nada de ella. Su cama esta echa. Nadie parece haber pasado por su
habitación… ¡Los Jauregui parecen haberse esfumado!
Normani: Estoy segura de que esta bien, Mila -Susurro colocando su mano sobre la de su
amiga para consolarla.
Camila: Tengo miedo… Ella…
Normani: Te esta destruyendo…
Camila: ¡¿Puedes deshacerte de esa estúpida idea un par de segundos y concentrarte en el
echo de que Lauren puede estar en cualquier hospital del país en estado crítico?! -Pidió
alterada.
Normani: Tienes razón… Lo siento.
Camila: Es lo que suelo hacer -Era cierto. Antes de “La Revolución del Coro” (Como habían
apodado los demás a lo sucedido en la cafetería semanas antes) nadie quería estar en sus
grupos por temor, y Camila simplemente se unía a Dinah y Normani cuándo podía, y cuándo
no prefería hacer todos sus trabajos sola.
Ariana: ¡No, no, no, no y no! ¡No voy a permitirlo!
Camila: Ariana, no quería llegar a esto, pero me estas obligando… -Dijo mientras frotaba sus
sienes con fuerza. La chica le daba dolores de cabeza- No… quiero… estar… en…
NINGUN… grupo… contigo… nunca… más…
Ariana: Pero…
Camila: Eres divertida ¿está bien? Y podríamos ser amigas, pero siempre intentas seducirme
y es completamente incomodo. Mientras te comportes de esa forma preferiría que te
mantuvieses alejada de mi…
Y salió enfadada por la puerta de la cafetería, los aplausos de Dinah y Normani de inmediato
haciéndose escuchar.
Ariana: Te espero dentro de diez minutos. En mi auto. Espero que vayas preparado…
Austin: Así será… -Susurro.
La chica sabía que Austin estaba acostándose con ella solo porque ese era el precio a pagar
por lo que estaba haciendo, pero aun así lo aceptaba. Si había algo a lo que Ariana Grande no
podía resistirse era a una buena sesión sexual.
………………….
Fue ya durante la tarde, mientras Camila miraba fijamente el techo de su habitación pensando
en las miles de cosas graves que pudieron haber sucedido con su novia, cuándo sintió a su
celular vibrar. Reviso fijamente y no pudo creer quien le había enviado aquel mensaje.
Era Lauren.
Sonrío.
“Adivina quien tiene riñones nuevos…
CAPÍTULO 25
Lauren se sorprendió bastante al abrir los ojos y descubrir que estaba en una sala de hospital en la que
nunca antes había estado. También se sorprendió al darse cuenta de que tenía nauseas y mareos, muy
típicos en ella después de que se le aplicase anestesia general…
“¿Anestesia general?”
Aquello tenía que ser una broma…
Sintió un agudo dolor en el vientre cuando intento sentarse, un leve jadeo escapando por sus labios, así
que desistió y se tumbo de nuevo sobre la cama. Cuándo inspecciono su cuerpo con sus manos se detuvo
en el vendaje que abarcaba toda su zona abdominal.
¿Acaso era posible que…?
No pudo terminar sus pensamientos, pues una enfermera había entrado a la habitación y había
comenzado a llamar al doctor Brooke, a los médicos y a sus compañeras de trabajo a través de su
intercomunicador, contándoles que Lauren había despertado.
…………………..
Su corazón estaba cediendo. Se hacía débil cada día, pero los médicos aun creían en una especie de
milagro. Pero, en caso de que ese milagro no sucediera, los médicos y padres de Lauren determinaron
que hacerla apta para un trasplante de corazón era una prioridad, así que el primer paso era un trasplante
de riñón que tenía la gran probabilidad de ser rechazado de nuevo.
Había estado inconsciente tres días antes de la cirugía, y dos días más después de esta. Al día siguiente
de que Lauren abriera los ojos, los doctores (Entre ellos el padre de Ally, quien no había participado
abiertamente de la cirugía pero se había asegurado de que todo fuese bien) se dignaron a explicarle lo
sucedido, de como se había desmayado en medio de la sala de espera de su psicólogo y en como la
habían trasladado días antes a un hospital con mejor tecnología que el del doctor Brooke para que se
realizara su trasplante.
En la primera persona en la que pensó fue en Camila, y el echo de que su novia podía… no, no podía.
Camila seguramente ESTABA preocupada por ella. Su corazón era tan hermoso que podía preocuparse
en una pequeña hormiga aplastada por una aplanadora al otro lado del mundo.
Hablo con sus padres, su hermanos y Ally ese día. Nada importante, solo cosas estúpidas que habían
sucedido esos días como divertidas cenas en familia o los divertidos dibujos de Ally con los cuales Troy
había llenado las paredes de su habitación.
No le devolvieron su teléfono hasta la tarde del día siguiente. En cuánto lo tuvo entre manos suplico a
sus padres y amiga salir de la habitación, alegando que necesitaba algo de privacidad después de haber
estado con ellos más de un día entero.
Lo primero que pensó fue en llamar a Camila, pero sabiendo que su madre probablemente estaba
escuchando a través de la puerta, decidió solo enviarle un mensaje para que dejara de preocuparse como,
seguramente, lo estaba haciendo. Lo sabía porque en sus ojos color chocolate veía cariño cada vez que
juntaban sus miradas, porque se lo había demostrado y porque simplemente quería creerlo.
Estuvo mordiendo su labio durante cinco minutos, pensando en cual sería el mensaje perfecto, hasta que
lo decidió. No podía ser solo perdón, porque eso no explicaría su ausencia y, aunque planeaba que ella le
respondiera y tuviesen una larga conversación, Lauren deseaba que un solo mensaje reflejara todo lo que
había sucedido, y así fue como vino la gran idea…
“Adivina quien tiene riñones nuevos…”
Gruño cuándo vio su mensaje ya enviado. Tal vez había sido una mala opción colocar solo eso.
“¿No pudiste enviarle algo un poco mas lindo, idiota? ¡No lo se! Un: Te extrañe… ¿Quien sabe?
Hubiese sido lindo. Estoy segura de que ella hubiese sonreído. Te gusta cuándo sonríe, idiota. Nos
gusta”
Sonrío ante sus propios pensamientos. Tal vez jamás dejaría de llamarse idiota a sí misma, pero al menos
esa voz en su cabeza ya no la afectaría como antes.
“¡Lauren! ¡Estuve tan preocupada por ti!” Era lo que decía el mensaje que recibio de Camila unos
segundos después.
“Lo siento”
“¿Qué sucedió? ¿Por qué desapareciste así?…” A pesar de que no podía escucharla, Lauren podía intuir
que su novia estaba realmente preocupada, y era extraño, pues generalmente no podía intuir nada.
Continuo leyendo: “Estuve días mirando por la ventana y solo veía tu cama. Y créeme, tu cama no es
atractiva si no estas tu en ella” Una risita escapo por sus labios.
“Antes de llegar con mi psicólogo comencé a sentirme mal y cuándo llegue simplemente me
derrumbe…”
“Es mi culpa. Lo siento. No debí empezar esa pelea… Fue realmente muy idiota de mi parte”
“No es tu culpa, Camz. Solo paso. No eres tu quien controla mi cuerpo… Además, ambas somos idiotas
¿lo recuerdas?” Sí, Camila tenía que recordarlo.
“Jamás lo olvidaría… Ahora dime ¿Estás bien?”
“Bueno, como mi corazón aun falla, ser apta para un trasplante es la propiedad, así que…” Lauren no
podía creer que lo que había sucedido fuese verdad, que ya no estuviese condenada a la estúpida
maquina de diálisis, así que se tomo unos segundos para respirar hondo antes de escribir lo que faltaba.
“Así que…”
“¡Tengo riñones nuevos, Camz! Y al parecer mi jodido cuerpo no los ha rechazado hasta ahora, así que
estoy realmente bien”
“¿Puedes no juntar las palabras “joder” o cualquiera de sus variaciones junto a algo referido a tu cuerpo?
Mi mente se llena de imágenes completamente pervertidas cuándo haces eso”
Lauren se echo a reír, y sus heridas dolieron cuándo sucedió, pero no le importo. Simplemente estaba
hablando con aquella chica que realmente la volvía loca y la hacía reír con estupideces, y cualquier dolor
valía la pena.
“Lauren…”
“Dime, Camz”
“¿Crees que podría ir a visitarte? Me disfrazare de Marta, tu tía perdida, si es necesario…”
“Camz, no tengo una tía Marta”
“¡Sí! ¡La tienes! Pero no lo sabes porque esta perdida, duh…”
“Mierda, debo admitir que casi me lo creí”
“Debes admitir que si te dijera que he visto a una serpiente con cabeza de unicornio también me
creerías”
Lauren volvió a reír sonoramente ante el tonto chiste de su novia, y esta vez su madre pareció darse
cuenta, pues asomo su cabeza por la puerta para comprobar el estado de su hija.
Clara frunció el entrecejo y la miro fijamente, la chica de ojos verdes jurando que aquella mirada podría
matarla en cualquier momento.
Y sin más, Clara cerro la puerta de la habitación, Lauren sabiendo que el tema ya había dejado de
agradarle a su madre.
“Lo que soy no depende ni de ustedes ni de nadie más. Soy lesbiana porque simplemente nací así,
porque simplemente así son mis gustos, y estoy completamente segura de que lo sería aunque me
hubiese criado en un convento”
Estaba tan enfadada con su madre que no recordó los mensajes de Camila hasta que su celular vibro
entre sus manos.
“¡Laureeeeeeen! ¡¿Estás allí?! ¡Holaaaaaaaaaa!”
“Lo siento, Camz. Mi madre decidió entrar y criticar Thug Harmony… Pero ya podemos hablar”
“¿Estás segura? ¿No necesitas descansar o algo?”
“Lo único que realmente necesito ahora mismo es a ti. Eres el aire que llena mi existir”
“¿Ahora eres poeta, Lauren?”
“Esa cara tuya es un poema ;)”
“Jajaja, debo confesar que me hiciste reír”
“Tú siempre me haces reír, Camz, así que supongo que es justo que yo lo haga de vez en cuando”
Su celular se silencio durante cinco minutos completos después de esto. La chica de ojos verdes se
preocupo. ¿Acaso había dicho algo malo?
Como para contradecirlo, su celular comenzo a vibrar en ese preciso instante. Austin lo tomo y leyo el
mensaje.
“Te estoy esperando, amor”
Una sonrisa aparecio en su rostro. Pero no una sonrisa maliciosa o una falsa. Simplemente la sonrisa de
alguien que esta completamente enamorado.
Austin: Tengo que irme -Susurro aun sonriendo, saliendo por la puerta de la habitación de aquel motel
barato al instante.
Camila no respondió.
Segundos después sintió a Dinah y Normani levantarse de la mesa e intentar alejar las manos de Austin
del cabello de su amiga, pero lo único que ganaron fueron los golpes de los puños de Luis en el rostro de
la indefensa Normani, Dinah de inmediato corriendo a socorrerla al ver su cara manchada de sangre,
sabiendo que intentar confrontar a los chicos solo la dejaría completamente herida e imposibilitada para
ayudar a sus amigas.
Austin: Espero que hayas disfrutado tus vacaciones, Gaybello -Susurro con una sonrisa malévola,
escupiendo el rostro de la chica al hablar de forma intencional.
Camila seguía con la mirada sobre el suelo, más exactamente sobre el celular roto, deseando solo hablar
con Lauren y reír como una tonta, sin maltratos, sin idiotas homofóbicos que la golpeasen, sin nada más
que las más hermosas y puras sonrisas en el mundo.
Ningún chico del “coro” se acerco esa vez. Todos estaban demasiado ocupados en su charla mensual.
Brad le había contado a Camila que, una vez al mes, los chicos del “coro” se reunían para hablar sobre
sus problemas, sus parejas, sus relaciones o cualquier otra cosa como forma de liberación o algo así.
Brad le había ofrecido participar, pero la chica simplemente se había negado. No le interesaba hablar de
esas cosas con las demás personas. Sí tenía problemas con Lauren los resolverían solas, en pareja, como
debía de ser.
Por supuesto, Austin había aprovechado la oportunidad.
Suspiro entristecida.
“Debí imaginármelo”
Austin: Vas a sufrir, Gaybello -Susurro, preparado para golpearla, Camila cerrando sus ojos, sabiendo
que lo que empieza siempre tiene que terminar.
No iba a insultarlo ese día. No iba a mirarlo ese día. No iba a hablarle ese día.
Ese día, solo se dejaría golpear, sabiendo que en algún momento esto terminaría y podría ir junto a
Lauren y contarle, aun entre gemidos de dolor, cuánto la había extraño.
Ambos sonrieron maliciosamente al mismo tiempo. Era un buen plan. Ambos lo sabian.
El zumbido del celular de Austin interrumpió el momento.
“Buenos días, príncipe” La mirada de chico enamorado al instante ocupo su rostro. Ariana debía admitir
que la conmovía inmensamente verlo así, tan débil, en plan “haría todo lo que fuese por ti”.
“Buenos días, amor”
………………
Camila vio a Austin y Luis desaparecer por la cafetería completamente enojados luego de que la chica
pelirroja comenzara a soltar improperios sin parar, Camila no comprendiendo como solo los multiples
gritos de Ariana habían logrado detener a aquel par de agresivos chicos. Aun así, estaba agradecida con
ella por haberla defendido.
Camila: Gracias -Le susurro antes de correr hacia donde estaba Dinah intentando despertar a Normani y
limpiando la sangre en su rostro con una servilleta, preocupación apoderándose de cada una de sus
facciones.
Ariana: ¿Puedo ayudar en algo? -Pregunto colocándose al lado de la chica de ojos color chocolate,
mostrando una cara de preocupación que Camila, en ese momento, no pudo entender que era fingida.
Camila: No lo se -Susurro intentando despertar a su amiga con leves palmaditas en la mejilla, nada
haciéndola reaccionar. Tenía un corte en el labio, otro en la ceja y su nariz sangraba. Ese día,
definitivamente, Luis era el único que había tenido su diversión.
Ariana: ¿Quieres que llame a alguien? ¿Ambulancias? ¿Doctores…?
Camila: Llama una enfermera -Pidió, sabiendo que, a pesar de que su amiga estaba inconsciente, llamar
a la ambulancia o a un doctor sería demasiado exagerado. Cosas peores ya habían sucedido antes.
Aquella solo era una tortura más de parte de la vida.
En menos de cinco minutos la enfermera del colegio ya estaba allí. Normani despertó después de dos,
Dinah acompañándola a enfermería, Camila quedándose junto a Ariana para agradecerle, sabiendo que
ver a Normani en aquellos momentos solo la haría sentir completamente culpable.
Ariana: Lo siento, creo que… Esta roto -Susurro, entregándole su teléfono completamente destrozado,
intentando ocultar una leve sonrisa que Camila noto. Le pareció extraño, pero luego pensó que
posiblemente a Ariana simplemente le gustaba reir.
Camila: Gracias -Susurro tomándolo entre manos, sabiendo que no quedaba mas remedio que comprar
otro- No solo por el celular. Gracias por hacer eso que hiciste por mi -Susurro con una tímida sonrisa en
los labios. Si bien Ariana no le caía del todo bien, la había defendido, y Camila no era tan estúpida como
para no dar las gracias por algo así.
Ariana: No es nada… ¿Recibiste mis rosas? -La sonrisa de inmediato se esfumo de su rostro.
Camila: Ariana, ya te he dicho que…
Ariana: Se lo que me has dicho, Camila.
Camila: ¿Entonces por que insistes?
Ariana pareció dudarlo. En realidad lo fingió, pero era una buena actriz y Camila termino por creérselo.
Ariana: Porque me gustas, Camila. Y sí, se que tienes novia y toda esa basura. Sé que la quieres… Pero
voy a hacer todo lo que pueda para conquistare, Camila, porque desde que te vi la primera vez siento que
eres lo único que realmente quiero en mi vida. Lo único en lo que realmente puedo pensar… Cuándo
terminamos de hacer el trabajo de español desee que hubiese sido más largo. Jamás me ha gustado
estudiar, Camila, pero lo haría eternamente solo para estar contigo… Puede sonar tonto, pero creo que
me he enamorado de ti.
Estás palabras dejaron a Camila completamente atontada. Las palabras de Ariana no se asemejaban a las
palabras que Lauren le había dicho al confesarle que se había enamorado de ella en aquel auto, pero, aun
así, sacudieron algo dentro de ella. Algo que la hizo sentir completamente incomoda.
Y, sin más, la chica pelirroja se fue del lugar con una sonrisa en los labios. Una sonrisa con dobles
intenciones. Una sonrisa de un niño travieso que sabe que acaba de cometer la peor de todas las
travesuras.
CAPITULO 27
Lauren no se había preocupado más de lo necesario cuándo Camila había dejado de contestar a sus
mensajes. Pensó que probablemente se había quedado sin bateria, o que las clases habían comenzado, o
que Dinah había comenzado a acosar a Normani más de la cuenta y había tenido que inerponerse para
evitar que la chica polineasia cometiera una locura. Jamás imagino que Austin podría haberla
golpeado… Según le había contado Camila a través de mensajes, el chico y su amigo no habían vuelto a
molestarla. Y cómo el dejar a Camila en paz parecía haberse convertido en una rutina, la chica de ojos
verdes simplemente respiraba hondo, no recordando que el echo de tener que seguir una rutina no
obligaba a los demás a hacerlo.
Toda la paz en sus pensamientos fue interrumpida por los gritos de su madre, Clara Jauregui,
provenientes del piso inferior.
Bajo lentamente las escaleras, procurando no apresurarse, sintiendo dolor en sus costados y a su corazón
agitarse con el simple esfuerzo que conllevaba descender los escalones.
Cuándo llego a la base de la escalera estaba completamente agotada, pero a Clara no pareció importarle,
pues de inmediato llego hasta ella con Lucy y Vero más atrás, tomadas de las manos, sonriendo como si
aquello fuese un chiste, sin siquiera mirar a su hija con algo en su mirada que no fuese rabia absoluta.
Lauren intento responder, pero tenía la boca seca, el corazón acelerado y los pulmones le dolían en un
esfuerzo de conseguir oxigeno, así que lentamente se sentó sobre el ultimo escalón de la escalera y
coloco su cabeza entre sus piernas, tomando aire, intentando que su corazón trabajara correctamente y
evitar un desmayo por falta de oxigeno.
Clara: ¡¿POR QUE NO ME DIJISTE QUE VERO Y LUCY AHORA ERAN UNAS ESTUPIDAS
LESBIANAS?!
Vero: Más respeto, señora Jauregui. Mi novia no es estúpida. Tiene uno de los mejores promedios, en
realidad… -La escucho decir, el diccionario mental de Lauren identificándola como enojada. Aunque
algo no parecía encajar. ¿Era aquello orgullo? Orgullo a los logros de su novia, tal vez…
Clara: ¡Cállate estúpida!
Lucy: ¡NO LE DIGA ASÍ A MI NOVIA!
Clara: ¡No me grites! ¡Y no la llames novia! ¡Solo estas confundida, Lucy!
Vero: La única confundida acá es usted, señora Jauregui. Ella es mi novia y la amo, y se que ella me ama
a mi, y no estamos para nada confundidas con eso…
Clara: ¡Callate de una maldita v…!
Lucy: ¿Estás bien, Lauren? -Pregunto, ignorando a la mujer mayor luego de haber visto el estado de su
vieja amiga, que intentaba recobrar el aire con todas sus fuerzas. Sin saber como, Las manos de Lucy
tomaron las suyas. Lauren de inmediato las aparto. No se sentía bien con el contacto de los demás. A
veces, ni siquiera se sentía bien tocándose a sí misma. La única que podía tocarla y hacerla sentir bien
era una chica llamada Camila Cabello, y su mamá seguramente se enojaría en cuánto lo supiera, no
considerando lo positivo.
Lauren: No me… toques… solo… necesito… aire -Susurro, las palabras saliendo con dolor de su
garganta.
Esta vez Clara si pareció preocuparse, porque Lauren noto que se sentó a su lado y la rodeo con su
brazo, acariciándole los costados débilmente.
Sus dedos comenzaron a chasquear de inmediato. No quería que su madre la tocara. No quería que nadie
allí la tocara.
ELLA QUERÍA QUE CAMILA LA TOCARA.
Lauren lo intento. Realmente lo hizo. Pero entre intentar convencer a sus dedos para que no se movieran
y respirar, el sonido se hizo más fuerte y constante, su cerebro tomando la decisión inmediata de que
respirar era lo más importante en esos momentos.
Clara: ¡TE DIJE QUE BASTA, LAUREN! -Grito, apartándose de ella, cubriendose los oidos.
Lauren: ¡No… puedo! -Intento gritar.
Clara: ¡SI PUEDES PERO QUIERES HACERME CREER QUE NO PARA QUE NO TE GRITE POR
OCULTARME EL ECHO DE QUE TUS ESTÚPIDAS AMIGAS SON LESBIANAS!
Lauren: ¡Cállate! -De nuevo el grito ahogado. Su madre no solo estaba ofendiendo a Vero y Lucy. Sin
saberlo, también había ofendido a su propia hija.
Clara: ¿Sabes que? Hablaremos cuando dejes de hacer eso… Lucy y Vero irán contigo a tu habitación
porque ahora mismo no quiero estar contigo, pero escucho algo sospechoso y juro no regresan.
¿Entendido, Lauren?
Entre sus piernas, tomando grandes bocanas de aire, Lauren asintió débilmente.
Lo siguiente que escucho fue los pasos de su madre alejarse del lugar.
Sus amigas se separaron rápidamente, sonriendo la verla de pie, Lauren jamás mirándolas a los ojos y
elevando la comisura de uno de sus labios en una falsa sonrisa.
De inmediato corrieron a ayudarla, pero Lauren se negó. No se sentía bien cuándo ellas la tocaban.
Antes, cuándo eran más unidas, lo permitía aunque no le agradara, pero ahora simplemente se sentía
completamente incomoda cuándo lo hacían. Tal vez había sido el aislamiento lo que la había echo tan
poco fan del contacto físico.
Lauren: Subamos -Susurro, aun intentando recuperar el aliento, no queriendo estar allí cuándo su madre
regresara.
Subieron lentamente las escaleras, Vero y Lucy siempre detrás de ella, preparadas para sostenerla en
caso de un desmayo o algo parecido. Lo cierto es que las chicas habían conocido a una Lauren Jauregui
que no parecía estar a punto de sufrir un colapso cada vez que intentaba subir las escaleras, así que no
sabían como comportarse en situaciones así.
¿Debían disimular? ¿Debían parecer preocupadas? ¿Debían llorar con ella? ¿Debían hacerla reír?
Finalmente, llegaron a la habitación de Lauren, quien de inmediato se sentó en la silla de su escrito,
coloco su cabeza entre sus piernas, intentando recuperar el aire que tanto necesitaba.
De un segundo a otro, la locura se desato.
Lauren comenzó a llorar.
Sus sus dedos chasqueaban, las lágrimas quemaban y sus pulmones luchaban por obtener oxigeno. Lucy
y Vero intentaban consolarla acariciando su espalda, pero la chica simplemente las apartaba, incomoda
ante el contacto. Finalmente, ambas decidieron sentarse frente a ella, tomándose de las manos y
reteniendo sus lágrimas.
Lauren se sentía tan impotente, incapaz de subir y bajar unas simples escaleras sin cansarse. Incapaz de
decirle a su madre que Vero y Lucy eran sus amigas, besasen a quien besasen. Incapaz de decirle a su
madre que le gustaban las chicas. Incapaz de decirle a su madre que le gustaba Camila. Incapaz de todo.
Con brusquedad tomo uno de los muchos crucigramas de su escritorio y lo lanzo al suelo con fuerzas,
soltando un sonoro jadeo ante el esfuerzo. Hizo lo mismo con siete crucigramas más, los cuales había
resuelto mientras estaba en el hospital, recuperándose de su trasplante de riñon. Finalmente decidió que
lanzar cosas blandas no era suficiente, así que busco en el último cajón de su escritorio y saco el enorme
álbum donde almacenaba todas sus monedas. No pensó antes de comenzar a sacarlas de sus lugares y
lanzarlas sonoramente al suelo, chasqueando los dedos audiblemente, llorando y solo concentrándose en
el odio que sentía hacía sí misma, intentando descargar sus sentimientos con cada lanzamiento.
Vero: Lauren, por favor… Lauren mírame -Pidió acercándose a ella, con intenciones de ayudar.
Lauren: ¡No! -Quiso gritar, pero no lo logro. El aire en sus pulmones aun era escaso, y más aun con
aquella crisis- No… me… toques -Chillo. Vero simplemente asintió, sabiendo que si se acercaba solo
lograría alterarla más.
Y así fue como otro puñado de monedas antiguas fue a dar directamente al suelo.
… Fue entonces cuándo lo escucho.
Un golpeteo desesperado. Un golpeteo desesperado en la ventana de su vecina.
Giro el rostro, aun con lágrimas cayendole de los ojos, para ver a una preocupada Camila abrir su
ventana junto a Dinah y Normani, y mirarla directamente a los ojos, Lauren de inmediato apartando la
mirada, incomoda. No por el echo de estarla mirando, sino por el echo de estar tan rota frente a ella.
Fue lo suficiente como para que la crisis de Lauren se detuviera, dejara el álbum sobre el suelo y llorara
sobre sus piernas, avergonzada ante su comportamiento.
Lauren intento hacerlo. Intento inhalar y exhalar normalmente, pero no podía. El llanto aun seguía. El
sufrimiento aun seguía. Su mente seguía torturándola.
“Eres una idiota, Jauregui. No puedes ni mirarla a los ojos. ¡ERES UNA IDIOTA!
Se agito aun más.
Vero: Yo la ayudo. Tu lleva la silla -Pidió a su novia, mirándola fijamente a los ojos. En cuánto sus
brazos rodearon los hombros de Lauren, esta comenzó a temblar-. Cierra los ojos Jauregay. Soy Camila.
Tengo un lindo culo y soy extremadamente sexy.
Lauren no creyó aquello. Obviamente Veronica no era Camila, sus voces ni siquiera eran iguales, pero
sus comentarios graciosos la hacían sentirse algo más relajada con su vieja amiga. Relajada, no cómoda.
Segundos después las chicas ya habían colocado la silla de Lauren frente a la ventana, y esta ultima
estaba sobre ella, aun llorando, no queriendo mirar a su novia, sabiendo que encontraría un par de
miradas más de las que necesitaba. Miradas llenas de pena. Al instante, enterró la cabeza entre sus
piernas.
Vero: Vamos, Jauregay. No hagas eso. Me hacer querer abrazarte una eternidad ¡Y se supone que eso
solo debería querer hacerlo con mi novia!
Lucy: Tal vez podemos hacer otras cosas durante una eternidad -Dijo sugerente, sonriendo
seductoramente.
Vero: ¡Lucy, no! ¡No hagas eso!
Lucy: ¿Hacer que? -Pregunto, fingiendo inocencia mientras recorría el borde de sus labios con su pulgar,
humedeciendolos ligeramente con su lengua.
Vero: ¡Lucy! ¡No estas ayudando!
Lauren: ¡Cállense! -Exclamo. Su voz comenzaba a normalizarse.
Camila: Lauren, mírame -Pidió.
Lauren se sorbió la nariz antes de hacerlo. Los ojos de Camila, como siempre, le dieron todo lo que
necesitaba. La hacían sentirse cómoda, de nuevo en donde quería estar. Un poquito menos enferma.
Camila: Te extrañe, Lolo -Susurro dulcemente, Lauren captando los sonidos de su voz en el viento. Un
hermoso rubor cubrió el rostro de Camila y a la chica de ojos verdes simplemente le pareció adorable.
Ella era tan Camila. Su Camila.
Ariana: No está funcionando, Austin. Lo estoy intentando, pero se que no voy a lograrlo. Siento que
estoy fallando… Y lo siento.
Austin: No te lamentes, idiota. Gaybello es difícil, sí, pero si no va a caer ante ti por amor lo va hacer
por celos.
Ariana: ¿Celos?
Austin sonrío maleficamente y tomo su celular. Llamo al último de sus contactos con el que había
hablado y susurro “ven” débilmente antes de colgar. Segundos más tarde, una chica atravesó la puerta
del café y se dirigió a ellos, besando dulcemente la mejilla de Austin, haciéndolo sonreír de forma
completamente sincera.
El chico miro a Ariana fijamente a sus ojos, como buscando la respuesta en ellos, pero finalmente río
fuertemente y de forma malevola, como siempre.
Lucy: Y esa fue la primera vez que le dije a mi padre que estaba saliendo con Vero…
Dinah: Aun no puedo creer que se lo dijeras en medio de un aeropuerto repleto de gente, antes de que
fuese a dar un concierto…
Lucy: ¡Es la única forma que encontré para que no comenzara a gritar como loco!
Vero: Pero lo tomo bastante bien, amor…
Lucy: Bueno, yo no sabía que eso iba a pasar.
Vero: Lo positivo es que Carlos y yo ahora somos grandes amigos…
Lucy: ¡No lo llames Carlos!
Vero: ¿Por qué? El me lo pidió…
Lucy: cuándo un padre te dice eso no debes hacerlo. Te está poniendo a prueba.
Vero: Oh, entonces creo que ya reprobé –Dijo riéndose, Lauren frunciendo el entrecejo al no
comprender la broma-… ¿Cómo se lo dijiste tu a tus padres, Camila?
Camila: Bueno, esto va a parecer tonto pero… la primera vez que le dije a mis padres que me gustaban
las chicas fue en una cena familiar. Simplemente se me salió… Y así fue como mi abuela, mis tíos y mis
primos lo supieron también. Fue completamente horrible.
Lauren: Recuérdame no pedirte consejos cuándo yo quiera decirle a mi madre que estoy saliendo contigo
-Dijo con una sonrisa, mirando a Camila atentamente. Esta última se sintió desvanecer. Los ojos de su
novia, definitivamente, debían de ser parte de otro mundo.
Lucy: Hablando de eso… ¿Planeas salir del armario pronto?
Lauren: Lucy, no estoy en el armario. ¿Acaso no me ves? Estoy acá, a tu lado y…
Camila: Lolo, Lucy no te habla en forma literal –Le explico pacientemente, una mirada dulce en sus ojos
chocolate-. Lo que esta intentando preguntarte es si planeas decirle a tus padres que eres… bueno…
lesbiana.
Lauren: Oh… Bueno, yo… no lo se… Es decir, si quiero decírselo pero… eso no va a gustarles y…
Dinah: Y tienes miedo a lo que dirán -Dijo, y Camila volteo a mirar a su amiga fijamente, encontrando
un extraño entendimiento en sus ojos. Acudió su cabeza. Debía estar alucinando.
Vero: Oh… ¿A ti también te gustan las…? -Los ojos de Camila se abrieron. Jamás había pensado algo
como aquello. Si bien Dinah tenía a Siope, su novio, eso no influía en el hecho de que podían gustarle
las mujeres también
Dinah: No, no, claro que no -Se esforzó en negar, pero sin saber por qué, Camila supo que estaba
mintiendo. Tal vez lo sabía porque era su mejor amiga-. Tengo novio.
Lucy y Vero: Sí, novio -Dijeron al unisonó, Lauren mirándolas de forma asesina al instante, Normani,
Dinah y ella no comprendiendo absolutamente nada.
Vero: Lauren intentaba convencerse a sí misma de que era hetero solo por salir con chicos idiotas y feos,
y cada vez que hablaba de ellos era como “Mi novio, sí, novio, me llevo al cine ayer y tuve que pagar las
palomitas de maíz” “Mi novio, sí, novio, estaba besándose con Paquita la del Barrio porque es un idiota
pero igualmente lo quiero”…
Camila río fuertemente mientras escuchaba los inventos de la chica, cada vez más extraños y estúpidos,
y también río al vez la cara de su novia, que parecía decir “Te matare mañana, Veronica Iglesias, así que
será mejor que tengas cuidado”
La única que no reía (Además de la molesta Lauren) era Dinah, que parecía estar en otro mundo, perdida
en sus propios pensamientos.
Aun así, Camila no se atrevió a decir nada. La chica sabía que, posiblemente, su amiga estaba
cuestionando su sexualidad. Lo sabía por la forma en la que había reaccionado a la pregunta. Y sabía que
hablarle en aquel momento no ayudaría. Camila también había pasado por algo como aquello años antes,
y lo único que la había ayudado era hablar consigo misma, intentando convencerse de que no estaba mal
ser como era.
Vero: “… Me confeso que es gay y me esta usando para cubrir su relación con el chico de sus sueños,
pero aun así es mi novio y yo soy tan hetero como…”
Lauren: ¡BASTA VERONICA! -Grito enojada, sujetando sus costados y haciendo una mueca.
Camila: ¿Te duele? -Pregunto a su novia, preocupada, sabiendo la operación era reciente.
Lauren: Un poco. No se por qué, pero las heridas no han cicatrizado como deberían y, aunque ya no
tengo los puntos, me duele cada vez que hago un movimiento brusco o algo así…
Camila: Tal vez solo necesitas descansar un poco más…
Lauren: O, tal vez, necesito que me abraces -Susurro haciendo un puchero, Camila riendo ante el gesto.
Normani de inmediato noto que algo estaba mal en cuánto Dinah no grito “¡Camren Feels!” como si su
vida dependiese de ello.
Se acerco lentamente a su amiga, Camila observándola fijamente, y la rodeo con sus brazos dulcemente.
Si bien Normani a veces se desesperaba con el constante acoso de Dinah, eso no apartaba el hecho de
que era una de sus mejores amigas y de que siempre estaba allí cuando la necesitaba.
Normani: ¿Sucede algo, Dinah? -Pregunto, Lauren, Vero y Lucy demasiado distraídas en la otra
habitación como para darse cuenta. Camila sonrío. Lauren estaba descargando su furia contra ellas.
Dinah: No… yo solo -Susurro. Parecía… distinta. No era la misma Dinah bromista e idiota de siempre.
Estuvo en silencio unos segundos, antes de sonreír genuinamente, como siempre, y decir:- Estaba
pensando en lo increíblemente sexy que eres -Camila suspiro y sonrío. Allí estaba Dinah de nuevo,
aunque confundida y con un montón de preguntas en su interior, pero al menos estaba sonriendo.
Sonriendo de verdad- Y en el montón de cosas sucias que podríamos estar haciendo ahora mismo.
Normani: ¡Dinah!
Vero y Lucy habían escuchado la última parte y rieron, al igual que Lauren. Camila simplemente miro a
su novia, sonriendo, enamorándose de sus perfectas carcajadas.
Normani: ¿Y cómo fue que tu saliste del closet, Vero? -Quiso saber cuándo las risas habían terminado,
mientras abrazaba a Dinah fuertemente. Ella también sabía que su amiga no estaba del todo bien.
Todas se sintieron extrañadas al escuchar a Lucy reír fuertemente ante esta pregunta, sujetándose
fuertemente al hombro de su novia para no caer al suelo revolcándose de risa.
Lucy: ¿Salir del closet? ¿En serio? -Rió de nuevo. Respiro hondo y se limpio las lágrimas de risa que
habían resbalado por sus mejillas-. Vero jamás ha estado dentro -Dijo, besando dulcemente los labios de
su novia durante algunos segundos.
……………
Austin: ¿Estás segura de que quieres hacerlo, Becky? –Pregunto el chico mientras conducía. Becky
mientras tanto sonreía mientras rapeaba junto a las chicas de Thug Harmony y escuchaba el perfecto
BeatBox de Loren Jambalaya…
Becky: Por supuesto, Austin, estoy más que… ¡OH, MY THUG! ¡EL SOLO DE FINAH! ¡¿QUE HICE
YO PARA MERECER ESCUCHAR TANTA PERFECCIÓN, AUSTIN?!
Austin: Se que conocerme es un privilegio, pero no es para tanto…
Becky: Cállate engreído –Susurro riendo.
Austin: ¿Por qué estás haciendo esto, Becky?
Becky: Estoy cantando porque Thug…
Austin: No hablo de eso. Hablo de…
Becky: Se de lo que hablas –Asintió-. Y lo hago porque te quiero…
Austin: Pero dijiste que era cruel.
Becky: Aun lo sigo pensando, pero es lo menos que puedo hacer luego de que mi padre…
Austin: No sigas –Pidió, adolorido. Aun recordaba aquel reciente enfrentamiento con el padre de la
chica.
Becky: ¡EL SOLO DE MOM-MANY! ¡MIERDA, BOYFRIEND ALLY! ¡AUSTIN, ESCUCHA, EL
BEATBOX DE LOREN! ¡FUCK ME LOREN!
Austin: En serio necesitas ayuda profesional –Dijo sonriendo.
…………….
Vero: Bien, juguemos un juego –Sugirió la chica luego de que Dinah y Normani comenzaran a bostezar
debido a lo aburrido del momento, y a que Camila y Lauren solo se miraran como bobas enamoradas,
sonriendo.
Lucy: ¡Verdad o reto!
Lauren: ¡No! ¡Odio ese juego! –Dijo, Camila intuyendo que seguramente no era la primera vez que lo
jugaba junto a las chicas. Camila también sabía que ese juego podía resultar embarazoso, pero por
alguna razón quedar en ridículo la atraía.
Vero: Vamos, será divertido…
Normani: Yo quiero jugar.
Dinah: Si ella juega yo juego –Sonrió.
Camila: ¿Vas a jugar, Lauren? –Pregunto mirándola los ojos, sonriendo- Podemos solo mirar si quieres.
Becky dudo unos instantes con la mano en la manija de la puerta, y luego de suspirar profundamente,
simplemente la aparto.
Becky simplemente se cruzo de brazos, frunció el ceño y abrió la puerta del auto, dispuesta a salir, pero
el chico le sujeto la mano fuertemente.
Lo cierto es que, ahora que el juego había comenzado, Lauren estaba riéndose genuinamente, y esto, a
Camila, simplemente le encantaba. Le encantaba verla sonreír.
Cuándo lo hacía era tan especial. La forma en la que su boca se curvaba y una hermosa carcajada salía
por su garganta, llenando el aire de magia, era todo lo que Camila necesitaba para vivir.
Vero se cruzo de brazos, sonriendo, y elevo una de sus cejas, pensando. Finalmente, una gran sonrisa
apareció en sus labios.
El silencio que hubo después de eso debió durar unos cinco minutos. Todas miraban a Dinah, que tenía
los ojos abiertos y parecía realmente nerviosa. Normani, en cambio, estaba aterrada y miraba a Dinah,
como suplicándole que no lo hiciera. Que no aceptara.
Normani sonrió, Camila deduciendo que estaba aliviada. Dinah, sin embargo, parecía triste.
Dinah: Sera rápido –Susurro, sujetando dulcemente el rostro de Normani y acariciando sus mejillas con
sus pulgares. Cuándo Camila volteo a ver a Lauren, la vio sonreír ampliamente, como si de verdad
desease ver aquello-. Solo cierra los ojos y piensa que soy Beyonce.
Y sucedió. Fue un beso corto, de unos cinco segundos. No hubo movimiento, solo un tierno contacto
entre un par de labios.
Pero lo que sucedió después fue realmente gigante…
Dinah empujo a Normani fuertemente y se sujeto la cabeza con ambas manos, comenzando a derramar
lágrimas por sus mejillas, alterada.
Dinah: No… no… no –Repetía una y otra vez, como intentando convencerse de algo, golpeando las
paredes fuertemente. Ahora estaba llorando sin control.
Camila se preocupo de inmediato, y lo hizo mucho más al escuchar el fuerte chasquido de los dedos de
Lauren, que miraba a su amiga preocupada y respiraba pesadamente con la boca abierta.
Camila deseo abrazarla, pero debía consolar a Dinah… Y una gran distancia separaba ambas ventanas.
Camila: Cierren la ventana e intenten calmarla –Les pidió a Vero y Lucy, que hicieron lo que les pidió
de inmediato.
Normani: ¿Sucede algo, Dinah? –Pregunto preocupada, corriendo hacía ella para rodearla con sus
brazos. La chica se alejo bruscamente.
Dinah: ¡NO ME TOQUES NORMANI! –Grito.
Normani: Dinah…
Dinah: Por favor, no vuelvas a acercarte a mí –Pidió llorando.
Normani: ¿Qué?
Dinah: Soy tan estúpida –Se reclamo a sí misma, llorando, saliendo de la habitación de Camila a toda
velocidad.
XX: ¿Qué estás haciendo acá, Lauren? Deberías estar descansando… -Pregunto colocando una mano
sobre el hombro de su hermana, de inmediato apartándola cuándo la chica de ojos verdes comenzó a
chasquear sus dedos.
Lauren: Chris… yo… yo quería… -Intento mentir, pero realmente no era buena para eso, y la falta de
oxigeno tampoco la ayudaba.
Chris: No me mientas, Jauregui.
Lauren: Quiero ver a… Camila -Susurro débilmente, el aire volviendo lentamente a sus pulmones y su
corazón regularizando sus latidos.
Chris: Mamá no te va a dejar salir… -Le dijo.
Lauren estaba llorando en cuanto su hermano termino de hablar. No sonoramente. Eran solo un par de
lágrimas resbalando por sus mejillas, pero, aun así, el dolor era enorme.
Se lanzo a los brazos de su hermano de inmediato, aferrándose con fuerzas, sintiendo que él hacía lo
mismo. No estaba del todo cómoda, pero tampoco incomoda, así que estuvieron allí unos minutos antes
de separarse, ambos limpiando sus lagrimas.
Lauren: ¿Estás bien? –Pregunto mirando a la polinesia llorar sobre el hombro de su novia-… Dinah,
estoy segura de que Siope no se enojado, el es un buen chico según me has contado y… Solo la besaste
en un juego. No es como si estuvieses enamorada de ella.
Dinah: ¿Es así de inocente todo el tiempo? –Pregunto a Camila, levantando su cabeza y limpiándose las
lágrimas.
Camila sonrió y negó con su cabeza, mirando a Lauren fijamente a los ojos, quien también sonrió al
verla.
Camila: No… Ella quiere parecer inocente, pero seguro me ha imaginado desnuda muchas veces –Dijo,
guiñándole un ojo a su novia, Lauren sonrojándose de inmediato.
Dinah: Creo que ya debería irme… Ustedes necesitan estar solas y supongo que yo también…
Lauren vio a Camila sujetar la mano de su amiga cuándo esta se puso de pie y la miro una última vez,
sonriendo y regalándole un simple “Gracias”. Luego, la chica alta se volteo hacía Lauren y se despidió.
Finalmente se marcho, aun con la cabeza gacha.
Antes de que la chica de ojos verdes pudiese darse cuenta Camila ya estaba a su lado, rodeándole la
cintura con los brazos y con la cabeza enterrada en su cuello. Cuándo finalmente reacciono Lauren la
abrazo lo mejor que pudo, y su corazón se acelero.
Camila: Te extrañe –Susurro contra su cuello, Lauren sintiendo escalofríos cuándo el aliento de Camila
choco contra su piel.
Lauren: Yo también, chica de la ventana…
Fue entonces cuando Camila rio, Lauren suponiendo que debía de ser por el hecho de haber escuchado
aquel viejo apodo. Sintio escalofriaos. La risa de Camila tan cerca de su piel era la gloria.
Camila: Lo siento. Sé que ya has dicho que me has perdonado y todo eso, pero necesito decírtelo en
persona. Lamento haber sido una idiota.
Lauren: Camz, yo lo siento. Lamento no ser la novia que debería ser, esa que es perfecta, no tiene ningún
problema y nunca hace a su chica enojar. Lo lamento, en serio…
Camila: Tu eres perfecta, Lolo. Y sí, peleamos y nos enojamos, pero eso no nos hace menos perfectas
juntas –Susurro sujetando la mano de Lauren, la chica de ojos verdes de inmediato acariciando sus
nudillos con el pulgar. Sonrio. Había extrañado hacer esto-… ¿Seguimos juntas después de todo, cierto?
Bueno, eso es lo que importa…
…………………………
Austin: Amor, soy yo… Sí, llegare algo tarde a nuestra cena… No, es solo que… Lo siento ¿Está
bien?… ¡NO! ¡TU SABES QUE TE AMO!… No, es… ¡No digas eso!… Ariana quiere su pago… Sí, lo
sé, pero… Sé que no te gusta, pero tengo que hacerlo… Cuando empezamos nuestra relación sabias que
haría esto, amor. Si no te gusta pues vete a la… ¡NO! No quiero eso… Yo te amo… Amor… por
favor… Tú y yo… Amor… por favor… No amor… No… Yo… Yo te amo… ¡NO!… Amor, no tienes
que hacerlo… Amor, por favor… Amor… AMOR… ¿Hola?…
………………………….:
Simplemente se estaban mirando. No se habían besado durante los quince minutos que llevaban juntas.
Lauren simplemente se había separado de su abrazo con Camila, le había sujetado las mejillas y la había
mirado a los ojos. Le gustaba hacer eso, así que simplemente continuo haciéndolo mientras Camila hacía
lo mismo.
Camila sonrió y negó lentamente con su cabeza, levantándose y obligando a Lauren a hacerlo también,
aferrándose a su cintura cuándo ambas estuvieron estables sobre el suelo. Aun se miraban a los ojos. Las
manos de Lauren sujetaban las de Camila dulcemente.
Camila: No es ese tipo de confusión… Dinah quiere a Siope, sí, pero… No lo ama. No más. No como
antes…
Camila:Lauren -De nuevo volvía la seriedad a su voz- ¿Recuerdas el dia en el que te diste cuenta de que
las chicas te gustaban?
Lauren: Sí… -Asintió.
Camila: ¿Cómo te sentías?
Lauren: Confundida -Respondió.
Y lo comprendió de inmediato.
Lauren frunció el ceño de nuevo. ¡Estaba tan frustrada! ¡¿Por qué Camila no podía hablarle con frases
que podía entender?!
Camila: Lo que quise decir es que Dinah termino enamorándose de Normani y ahora ya no sabe que
hacer…
Lauren: Tal vez ella debería decirselo… Y ver que pasa.
Camila: No es tan fácil. El primo de Dinah es novio de Normani, y el es realmente muy feliz con ella.
Dinah no quiere destruir los sentimientos de su primo por algo así… Y tampoco quiere perder su amistad
con Normani.
Lauren: Esto es una mierda -Susurro. ¿Por qué el amor tenía que ser tan difícil? ¿Por qué Dinah había
tenido que amar a su mejor amiga? ¿¿Por qué el primo de Dinah había tenido que amar a Normani?
Camila: Podrían vernos -Susurro separándose, mirando alertada hacía su casa y luego hacía la de Lauren.
Lauren simplemente hizo lo que Camila había hecho, deteniendose un poco más en su casa, y finalmente
volvio a mirar a Camila, sus ojos descendiendo directamente a sus labios y su corazón saltando en su
pecho. Trazo con sus dedos los labios de Camila dulcemente y sonrío cuándo ella lo hizo.
Sin pensarlo una de sus manos se dirigió a la gorra de Camila y se la arrebato para luego colocarla sobre
su propia cabeza.
Lauren: Lauren Jauregui y Camila Cabello no deberían estar besándose en una acera frente a sus casas
cuándo sus madres podrían estarlas viendo a través de la ventana -Dijo sonriendo-… Pero Lauren es una
chica muy rebelde y quiere besar a su novia ahora mismo, así que si no les gusta que se vayan a la
mierda.
Y volvió a besarla.
………………………..
Austin intento marcar su número, enviarle mensajes, llamar a su madre… Pero nada.
Ahora, mientras embestía fuertemente a Ariana, intentaba descargar toda su frustración en el acto, sin
lograrlo.
Ariana: Austin… para -Suplicaba entre jadeos- Me… estas lastimando -Lloriqueaba, arañando
fuertemente la espalda del chico, quien simplemente la ignoraba.
Sí, la amaba, pero tal vez… Tal vez Camila no estaba lista para escuchar eso.
Tal vez se iría corriendo, asustada, y no volvería a dirigirle la palabra. No volvería a mirarla. Y, Lauren,
simplemente no podía vivir con eso…
Para su sorpresa Camila simplemente sonrío y se lanzo a los brazos de Lauren, besándola de nuevo, la
chica de ojos verdes sintiéndose completamente sorprendida.
Camila: Yo también te amo -Susurro contra sus labios, una sonrisa apoderándose de ambos labios
durante el beso.
Lauren la beso con más intensidad esa vez, completamente feliz por lo que acababa de escuchar.
La amaba. Lo hacía. Como ella.
Lauren amaba a Camila.
Camila amaba a Lauren.
Punto.
Lauren sonrío y mordió levemente el labio de Camila, haciendo que un débil gemido escapara de sus
labios. Era la primera vez que la escuchaba hacerlo, y se había sentido bien haber sido la culpable de
aquel leve gemido que deseo bailar.
Deseando más introdujo su boca en la lengua de Camila, jugando con la boca de esta como no lo había
hecho antes. Olvido que estaban sobre una acera, frente a la casa de sus padres, bajo el sol de la tarde.
Simplemente quería escuchar ese sonido de nuevo.
Las manos de Camila subieron hasta el cuello de Lauren y se enredaron en su cabello, acercándola mas a
ella. Y Lauren lo escucho de nuevo. Era un gemido leve, casi inexistente, pero capaz de hacerla sentir
completamente feliz y… ¿Estaba excitada?… No lo había estado antes. Sus antiguos novios jamás la
habían hecho sentir de aquella forma.
“Asquerosos chicos”
Las manos de Lauren bajaron lentamente hasta posarse sobre las caderas de su novia, sujetándola con
fuerzas mientras el beso se hacía cada vez más apasionado. Intento bajarlas un poco, pero las devolvió
de nuevo a su posición, sabiendo que no sería lo correcto.
En un momento rápido, las manos de Camila se alejaron del cabello de Lauren y se colocaron sobre las
de Lauren, guiando estas hacia su trasero. Lauren se tenso, no sabiendo que hacer.
La chica de ojos verdes se alejo y miro a Camila a los ojos. La chica estaba sonrojada y mordía sus
labios mientras miraba los de Lauren fijamente.
“Sus ojos se ven distintos” Pensó. Había deseo en ellos.
Lauren: Camila, yo… -Intento alejar sus manos del trasero de Camila, aunque sus deseos de dejarlas allí
eran grandes. La chica simplemente sujeto sus muñecas fuertemente y obligo a que sus manos
permanecieran allí.
Camila: Tu quieres hacerlo, y yo sinceramente quiero que lo hagas. Quiero que me toques. Te amo, y
confío en ti para que lo hagas -Susurro acercándose lentamente a los labios de su novia-. Jódeme Lauren.
Y volvió a besarla como antes, regresando sus manos al cabello de Lauren cuándo supo que las manos
de esta no se moverían.
Sí, estaban en una acera frente a sus casas, besándose como nunca antes. Pero no les importaba. Eran
jóvenes, se amaban y, simplemente, podían cometer tantas locuras como quisieran.
La lengua de Lauren volvió a jugar salvajemente con el interior de la boca de Camila, y de nuevo un
gemido leve escapo por los labios de la menor y golpeo contra los labios de Lauren.
Sin poder contenerse, las manos de Lauren se aferraron fuertemente al trasero de Camila, acercándola a
ella con brusquedad, un gruñido escapando por sus labios.
Lauren: Papá… yo… -Respiro hondo, sus dedos chasqueando levemente, Camila negándose a tomar su
mano para tranquilizarla, las mejillas de ambas completamente rojas-… Ella es mi novia, Camila
Cabello.
Camila casi sintió que podría morir en ese momento. El padre de Lauren estaba mirándolas con la peor
expresión de furia en su rostro, pero Lauren solo sonrió y le dio su mano a Camila, de inmediato los
chasquidos siendo reemplazados por caricias a sus nudillos. La chica de ojos marrones solo podía
temblar, pero aun así, muy en su interior, se sentía completamente feliz. Tal vez debía empezar a creen
en el hecho de que Lauren jamás haría lo que Camila pensaba.
Camila lo comprendía. Ahora se sentía mucho peor. Ella era la que había insistido con que Lauren la
tocara de esa forma, aun sabiendo dónde estaban.
Mike: ¿Eres Camila, cierto? -Pregunto de repente, Camila elevando ligeramente la mirada para verle a
los ojos, asintiendo ligeramente, bajándola de nuevo cuando sintió a Lauren sujetar fuertemente su
mano.
Camila: ¿Sucede algo, Lolo? -Se sintió tonta de inmediato. Si algo estaba sucediendo, Lauren no podría
hablar por la falta de aire en sus pulmones.
Un suspiro de alivio salió de sus labios cuándo vio a su novia agitar ligeramente su cabeza.
Lauren: Fue… reflejo -Susurro débilmente, apretando de nuevo la mano de su novia, Camila sabiendo
que esta vez la chica lo había hecho conscientemente. Sonrió débilmente.
Camila: Esta bien –Susurro, apretando la mano de su novia en respuesta-… Sé que se escuchara
estúpido, pero solo respira ¿Está bien? Vamos a esperarte.
Mike: ¿La quieres? -Pregunto, Camila de nuevo elevo la mirada. El semblante del padre de Lauren se
había suavizado, y casi podría jurar que había una sonrisa escondida entre sus labios.
Camila: No -Dijo mirando a su novia con una sonrisa, sonriendo aun más cuándo la sintió tensarse. Sin
dudas estaba escuchando- La amo -Aclaro, y una sonrisa apareció en la cara del padre de Lauren
mientras un suspiro aliviado escapo por los labios de la chica que aun intentaba respirar con normalidad.
Mike: Eso es bueno –Dijo, Camila aun acariciando la espalda de su novia y depositando un tierno beso
en la parte trasera de su pálido cuello. Se sonrojo en cuánto recordó que Mike las estaba mirando-… Y
dime, Camila. ¿Ustedes ya han tenido relaciones sexuales o…?
No pudo terminar de hablar cuándo Lauren elevo su cabeza con brusquedad y comenzó a toser, Camila
de inmediato ayudándola a calmarse. En cuándo la miro, supo que su novia estaba casi tan sonrojada
como ella.
Laura: Papá… -Susurro con voz débil-. Soy virgen -Respondió, aun con dificultades para hablar, Camila
acariciando sus brazos tiernamente, sonrojándose junto a su novia.
Mike: ¡¿Entonces por qué estabas tocándole el trasero como si fuese de gelatina?! -Reclamo, claramente
enojado. Camila sintió a su novia encogerse del miedo y escucho sus dedos comenzar a chasquear.
Actuó rápidamente y tomo ambas manos de la chica, sujetándolas fuertemente, los chasquidos siendo
reemplazados por caricias a sus nudillos.
Lauren: Yo no… -Comenzó a decir, Camila acariciando su mejilla dulcemente-. No lo haré más -Susurro
cabizbaja, sonrojándose.
Camila supo que su novia lamentaba la promesa que estaba haciendo en cuánto sus verdes ojos se
encontraron con los de ella un par de segundos.
Camila: No… Lo harás cuándo quieras, Lauren -Le dijo sujetando sus mejillas fuertemente, obligándola
a mirarla a los ojos y luego mirando al padre de la chica de la ventana-. No es como si estuviésemos
haciendo algo malo. Somos novias y podemos hacer este tipo de cosas. Lauren ya es mayor, y puede
tocar lo que quiera con sus manos. Además, no me está forzando a nada…
Mike: Tienes razón, Camila -Sonrío. Aunque el hombre no parecía del todo feliz, tampoco lucía
enfadado-. Pero solo procuren no hacerlo frente a mi casa…
Camila y Lauren simplemente sonrieron mirando al hombre. Sonrío aun más cuándo los brazos de su
novia envolvieron su cintura dulcemente y cuando esta deposito un dulce beso en su mejilla.
La chica de ojos verdes simplemente asintió, levantándose junto a su padre, sosteniendo fuertemente la
mano de Camila.
Mike: Sera mejor que no vayas junto a nosotros, Camila. Estoy seguro de que Clara que está afuera,
esperándonos para sermonearnos y todo eso…
Camila: Oh, está bien, yo solo… -Susurro asintiendo, levantándose de inmediato y acercándose a Lauren
dudosamente.
Mike: Oh, entiendo… Yo… no mirare, lo prometo.
En cuánto el hombre volteo, lentamente Camila deposito un tierno beso sobre los labios de su novia,
sonriendo dulcemente al hacerlo.
Camila: Te amo -Susurro en su idioma, sintiendo en cada parte de su interior que era cierto.
Lauren: Te amo -Dijo, y una sonrisa apareció en el rostro de ambas. Una mano dulce y cálida se poso en
la mejilla de Camila, y unos suaves labios besaron dulcemente su nariz y sus mejillas, haciéndola reír y
sentir miles de mariposas en su estomago.
Mike: ¿Cuándo planean decírselo a Clara, chicas? -Pregunto, la pareja separándose de inmediato. Por
unos segundos habían olvidado que Mike estaba allí.
Lauren: No lo sé, papá…
Mike: No te voy a obligar a decírselo, Lauren. Pero debo decirte que entre más pronto lo hagas será
mejor para ustedes.
Lauren: Lo entiendo -Asintió.
Mike: Bueno, ahora creo que si es hora de irnos -Dijo comenzando a alejarse.
Lauren miro a Camila rápidamente, sonriendo, sabiendo que esa noche hablarían a través de la ventana,
como siempre, como antes de que Lauren fuese al hospital.
XX: Oh, lo siento. Estoy algo distraída. Es mi primer día -Se disculpo con una tierna sonrisa.
Camila: Eso es bueno. Lo de tu primer día, no lo de la distracción, aunque es normal… Yo siempre lo
estoy y… Perdón, creo que estoy hablando demasiado -Dijo, sonrojándose al final-. ¿Cómo te llamas?
Yo soy Camila Cabello… o eso creo.
XX: Becky, me llamo Becky…
Camila: Un gusto conocerte, Becky -Dijo sonriendo, estrechando la mano libre de la chica mientras
observaba su patineta fijamente.
Becky: ¿Sabes usarla? -Pregunto, refiriéndose a la patineta rosa.
Camila: No, pero mi novia es increíblemente buena con ellas… Aunque estoy segura que no se subiría a
la tuya ni por todo el dinero del mundo.
Becky: Eso es b… ¡Espera! ¿Dijiste novia?
Camila: Si -Contesto sonriendo. Si a Becky no le agradaba el hecho de que prefiriese a la chica de ojos
verdes antes que a cualquier idiota podía irse completamente a la mierda.
Becky: Genial -Dijo con una sonrisa.
Camila se sorprendió como solo Lauren lograba sorprenderla. Ni en un millón de años habría esperado
una reacción así.
Lo primero que hizo la chica, sin embargo, fue mirar a Camila y sonreírle mientras le miraba los labios
y, prácticamente, cada parte de su cuerpo descaradamente. La chica de ojos color chocolate
inmediatamente se sintió incomoda.
Pero no pudo terminar su frase, pues pareció ver a alguien acercarse a espaldas de Camila. En cuanto la
chica giro su cabeza comenzó a temblar. Austin estaba junto a Luis, hablando de algo que no parecía ser
muy agradable, y de repente su mirada se elevo.
El corazón de Camila se paralizo. No. No de nuevo.
Entonces, el chico sonrió. Pero no como un villano de películas. Sonrió de verdad, como en la época en
la cual Camila y el eran amigos. Sintió algo de tristeza al recordar al viejo Austin, ese que el primer día
había sido lo suficientemente amable como para no enfadarse por derramar jugo de uva en su camisa.
Ese que había sido su amigo.
Verlo correr hacia ella lo devolvió a la realidad.
Cerró los ojos en cuánto lo tuvo cerca y espero el impacto.
Este nunca llego.
Abrió los ojos lentamente, esperando un golpe seco en cualquier momento, y se sorprendió al ver a
Austin abrazando a Becky en el aire fuertemente, ambos sonriendo. Luego de unos segundos la chica
volvió al suelo, abrazando a Luis casi al instante.
Pero no pudo decirle nada más. La chica ya estaba corriendo lejos de ambas chicas.
………………
Camila: ¿Dónde está ella? –Quiso saber, no encontrando a su otra amiga por ningún lado.
Dinah: Con los chicos del coro –Susurro, ambas amigas mirando como Normani hablaba animadamente
con Brad, Lucy y Lea en aquella gran mesa.
Una sonrisa apareció en los labios de Camila sin saber por qué.
Camila: No esperaba verte acá –Susurro sujetando su mano-. ¿Cómo es que no te cansaste? –Pregunto
preocupada, envolviendo con su brazo libre el cuello de su novia, la chica de ojos verdes rodeando su
cintura protectoramente, siendo extraño el gesto para Camila, ya que la chica siempre sostenía una
patineta con su otra mano.
Lauren: Mi papá me trajo en su auto –Explico con una sonrisa, besando dulcemente la mejilla de su
novia-. Le dije que tú tenías auto, así que espero que me lleves, porque el ya se fue… Y tenía que
devolverte tu gorra –Comento, sacando una de sus manos de la cintura de Camila, mostrando la gorra
colorida en ella y colocándola dulcemente sobre la cabeza de su novia.
Camila: No tenías que devolverla, Lauren…
Lauren: Ya lo sé, pero necesitaba una excusa para venir a verte.
Camila solamente sonrió y beso a su novia nuevamente, quitándose la gorra en medio del beso y
colocándola sobre la cabeza de la chica de la ventana.
Camila: Debo admitir que te ves muy atractiva con ella –Confeso.
Lauren: Te amo –Susurro dulcemente sin venir al tema, mirándola a los ojos, jamás sintiéndose
incomoda.
Camila: Te amo.
Se fueron acercando lentamente, dispuestas a compartir un beso juntas, cuándo una voz las separo.
Era Becky.
CAPÍTULO 31
Camila: Oh, Becky, hola… -Saludo amablemente, Lauren deseando golpearla por interrumpir el
momento.
Becky: Perdón por interrumpir, pero quería saber si podías llevarme a un lugar…
Camila: ¿Por qué yo? ¿Ariana no puede…? -Antes de terminar, Camila se paralizo mientras veía algo
tras la chica sonriente. Lauren intento descubrir que era, sin suerte. Allí solo habían un par de chicos
hablando animadamente, unas porristas haciendo piruetas y una joven pelirroja que se besaba con un
rubio antes de subirlo al que supuso era su auto-… ¿No te molesta que sea tu hermana? -Quiso saber.
Becky: Hermanastra -La corrigió, parcialmente ofendida, como si no le gustara que la gente las
emparentara de esa forma-. Y no. Es bastante buena cuándo quiere -Explico con una sonrisa-… Y hola
chica ruda -Saludo, mirándola fijamente. Le tomo un par de segundos darse cuenta de que Becky estaba
hablando con ella.
Lauren: Hola -Saludo tímidamente, sin mirarla ni tomar su mano, de inmediato sintiendo unos cálidos
brazos envolver su cintura.
Camila: Crees que es ruda por su ropa negra y su cara de culo -Dijo, haciendo a Lauren sonreír
ligeramente, recibiendo una leve y disimulada palmadita en el trasero como recompensa. Primero se
sorprendió al sentir el contacto, pero luego solo río de nuevo, recibiendo de nuevo su recompensa, esta
vez la mano de su novia permaneciendo en el lugar un par de segundos más-… pero lo cierto es que es la
novia más tierna que jamás podría haber encontrado -Susurro, Lauren sabiendo que estaba su novia
estaba sonriendo cuándo unos dulces labios se posaron sobre su mejilla, haciéndola sonrojar. Sin
dudarlo, rodeo con uno de sus brazos los hombros de su novia, y con su mano libre busco la mano que su
novia tenía tan solo unos centímetros sobre su trasero, haciéndola descender un poco, Camila apoyando
la cabeza en su hombro y riendo tímidamente.
Estaban tan pérdidas en su mundo que no recordaron que Becky estaba allí.
Becky: ¿Cuál es tu nombre? -Pregunto, sus ojos encontrándose con los de Lauren unos segundos antes
de que esta los retirara rápidamente, incomoda-… Lindos ojos.
Lauren: La… Lauren -Contesto tartamudeando, demasiado nerviosa por la presencia de la extraña.
Becky: Oh, un gusto conocerte chica ruda de ojos lindos.
Camila: Oye, Becky, ya se está haciendo algo tarde y desearía ir al parque a caminar con mi novia –Dijo.
El diccionario mental de Lauren le dijo que su novia estaba algo molesta- así que te llevare a donde
quieras con una condición…
Becky: La que quieras, Camila.
Camila: Deja de halagar a mi sexy novia. Solo yo puedo hacer eso -Dijo con una sonrisa en sus labios,
Lauren sintiendo como una de las manos de su novia apretaba uno de sus gluteos fuertemente antes de
subir a su cintura, como si nada hubiese sucedo.
Becky: Esta bien, está bien. Tú ganas. Y tienes suerte…
Camila: ¿Por tener una novia tan sexy?
Becky: Además de eso… Tienes suerte porque yo también voy al parque.
……………………
Mientras iban en el auto Camila conducía, Lauren iba sentada en el asiento del copiloto sujetando
fuertemente la mano libre de su novia y Becky iba atrás, sin parar se sonreír.
Becky: ¿Tienes algo de música, Camila? Me aburro -Se quejo jugando con las ruedas de su rosada
patineta.
Camila: ¿Puedes poner algo de música, Lolo? -Pregunto sonriendo, Lauren sintiéndose admirada al ver
que la chica podía conducir y hablar al mismo tiempo. Sonrió. Realmente era afortunada.
Lauren: Claro… ¿Thug Harmony, te parece?
Camila: ¿De nuevo?
Lauren: Por favor -Suplico-. Es el nuevo álbum, “Me & My Turras”, tenemos que escucharlas…
Becky: ¡Espera! ¡¿Dijiste Thug Harmony?!
Lauren: Si -Respondió confundida.
Becky: ¡YO LAS AMO! ¡LOREN JAMBALAYA ES LA MUJER MÁS SEXY DE ESTE PLANETA!
Lauren: Tienes razón, es sexy, pero no como Karla Pelo… –Aunque era toda una fangirl, a Lauren no se
le daba eso de perder la compostura.
Camila: Supongo que tienes debilidad por las chicas llamadas Karla, Lauren…
Lauren frunció el entrecejo. No podía comprenderlo. Solo conocía a una Karla, y era Karla Pelo, y si,
debía admitir que sentía una debilidad por ella, pero eso no la hacia Karlamaniaca.
No lo sabía.
Becky: ¿Pueden contarse estas cosas después? ¡QUIERO ESCUCHAR EL BEATBOX DE LOREN!
Lauren simplemente rio, olvidando el hecho de que su novia se llamaba Karla, y coloco un CD dentro
del reproductor, el increíble BeatBox y el rap de una de sus bandas favoritas comenzando a sonar de
inmediato.
Becky: ¡Esa está increíble! ¡¿Cómo se llama?! Finah suena tan sexy aquí y… ¡BOYFRIEND ALLY!
¡LOS AGUDOS DE BOYFRIEND ALLY! ¡MOM MANI! ¡MOM MANI DAME HIJOS!
Lauren: Se llama “Martillo”…
…………………….
Camila estaba recostada sobre el pasto, su hombro izquierdo pegado al derecho de Lauren, mirando las
nubes y hablando sobre estupideces.
Lauren: Becky es increíble con la patineta -Susurro mirando a la chica hacer piruetas no muy lejos de
ellas. Al terminarlas, la saludo con una sonrisa y siguió haciendo sus trucos en aquella patineta rosa.
Camila: Tú eres mejor -Susurro.
Lauren: No ahora…
Camila: Te mejoraras, Lauren -Dijo, la chica de ojos verdes sintiendo la mano de su novia apretar la
suya fuertemente-. Pronto podrás correr más rápido que yo, lo prometo.
Lauren: No hagas promesas que no puedes cumplir.
Camila: La promesas no se hicieron para cumplirse, Lauren. Se hicieron para intentar cumplirlas.
Lauren: No puedo entenderte -Susurro confundida, volteando su rostro para mirarla.
Camila: Te prometí que pronto podrías correr más rápido que yo, Lauren. No puedo darte un nuevo
corazón, ni reparar el que ya tienes… Pero puedo ir más lento -Le explico, una sonrisa decorando su
rostro. Lauren no pudo hacer otra cosa más que imitar a su novia, sintiendo millones de cosquillas en su
estomago cuando simplemente se abalanzo para besarla.
………………
Quince minutos después las chicas seguían besándose. Lauren estaba apoyada sobre su brazo derecho,
rodeando la cintura de Camila con el derecho, sobre ella, besándola con pasión mientras la chica rodeaba
su cuello con sus manos y jugaba con su cabello.
De vez en cuando Lauren descendía hasta el cuello de su novia, depositaba un tierno beso allí y volvía a
sus labios. Otras, era Camila quien lo hacía. No les importaba estar en medio de un parque, a plena luz
del día. Lo único que importaba entre las chicas eran ellas mismas.
Becky: Lauren -La escucho llamarla. Parecía estar cerca. Lauren se despego un poco de los labios de su
novia para notar que la sonriente chica estaba parada frente a ellas, no mostrándose incomoda en ningún
momento. Lauren simplemente negó con su cabeza y siguió besando a una sonrojada Camila- Lauren -
Volvió a llamarla. La chica siguió sin responder. Estaba demasiado entretenida saboreando cada mínima
parte de la boca de Camila- ¡LAUREN, KARLA Y LOREN SE ESTAN CASANDO!
Lauren: ¡¿QUE?! ¡LA BODA ERA MAÑANA!
Becky: No, no. ThugHarmonyOnTour dio mal los datos. ¡Es hoy!… Mi padre vendrá a buscarme en
cinco minutos. La boda empieza en diez… Sé que apenas nos conocemos, pero las fans de Thug
Harmony somos una gran familia y tal vez quieras venir a casa a ver la boda conmigo.
Lauren se mordió el labio y miro a Camila, suplicándole. En verdad quería ver esa boda. Había esperado
ver algo así desde el primer día en el que había escuchado el cover de “Menea tu Chapa” en “The Thug
Factor” y vio la gran química que había entre Karla y Loren.
Camila: Ve -Susurro con una sonrisa. No era una de las grandes sonrisas de Camila Cabello, pero era
una sonrisa sin embargo, y para la chica de ojos verdes, que no sabía diferenciar muy bien las
expresiones faciales, fue suficiente-… Pero antes, dos cosas.
Lauren: ¿Cuáles?
Camila: Primero, un beso -Lauren simplemente sonrío y lo hizo completamente de acuerdo con darle a
su novia lo que pedía-. Y segundo: Una Camren selfie…
Lauren: ¿Qué?
Camila: Por favor… Es para Dinah. Hablar de “Camren” es lo único que la hizo sonreír hoy…
Lauren simplemente se echo a reír y beso dulcemente la mejilla de su novia, aunque eso no estaba entre
lo que ella le había pedido. Finalmente, la chica de ojos verdes asintió y observo como su novia sacaba
su teléfono y preparaba la cámara.
Primero sonrío falsamente, mirándose a sí misma reflejada en aquel aparato, sintiéndose incomoda
mirando incluso sus propios ojos.
Camila: Eres hermosa, Lauren Jauregui -Susurro, Lauren observando en la pantalla del celular como su
novia la miraba al decir esto, con un brillo en los ojos que le hizo creer que era cierto.
Y sonrío. Sonrío de verdad. Y la foto, aunque fue hermosa, jamás se comparo con aquel momento.
……………….
El padre de Becky era callado, y eso a Lauren le gustaba. Iban en el auto cuando noto a su celular vibrar.
Eran un par de notificaciones en sus cuentas de twitter.
En la primera cuenta, su cuenta fan @ElCuloDeKarlaPelo, la cual no había abierto desde el follow spree
de Mom Mani la noche anterior, decía “Mom Mani ha comenzado a seguirte”. Casi tuvo un ataque al
corazón al leer esto y estuvo a punto de gritar cuando recordó que estaba en el auto junto a Becky, la
más loca fan de Thug Harmony que había conocido, y a su padre, un hombre que no parecía tolerar
ningún tipo de bromas. Entonces simplemente sonrío y dejo escapar un par de lágrimas de felicidad por
sus ojos. Fue cuando decidió abrir el perfil de la chica para comprobar que sus ojos no la engañaban.
Deseo golpear a todo humano que estuviese cerca.
No era la cuenta oficial de Mom Mani, @IAmMomManiBitch, quien la había seguido. Era una estúpida
cuenta que se hacía llamar @LaFakeDeMomMani.
“Idiota ¿En serio creías que Mom Mani te seguiría? Sigue intentando, bebe”
“Cállate, tu también querías su follow”
“¡CALLATE IDIOTA! ¡ME DUELE EL PENSAMIENTO!”
Llena de rabia simplemente coloco “@LaFakeDeMomMani puta”, y finalmente, completamente
enojada, decidió abandonar esta cuenta hasta estar un poco más calmada.
Fue entonces cuando vio la segunda notificación en su cuenta personal @LaurenJauregui.
Era la selfie que Camila y ella se habían tomado en el parque. Sonrío. En serio se veían felices allí.
Lauren jamás se había visto sonreír de esa forma en una foto, y Camila… Ella se veía simplemente
perfecta. Más que Mom Mani, Boyfriend Ally, Finah, Loren y Karla juntas. Karla Camila Cabello era
perfecta en una forma en la que los demás jamás podrían igualarla.
Sonriendo, y viendo que no había nada más que la mención de @DinahJane97 y @LaurenJauregui en
aquel tweet, Lauren decidió responder con un simple “@DinahJane97 @camilacabello97#Camren”
Lo siguiente que recibió fue una notificación de Dinah, la cual tenía como foto de perfil una foto
bastante depresiva que Lauren creyó había colocado debido a lo sucedido con Normani y su actual
estado de ánimo.
@DinahJane97:“@LaurenJauregui @camilacabello97 #CamrenFeels :OOOOOO”
@camilacabello97: “@LaurenJauregui creo que matamos a @DinahJane97”
@LaurenJauregui: “@camilacabello97 No podemos matarla”
@camilacabello97: “Amo tu inocencia, @LaurenJauregui”
@LaurenJauregui: “Yo te amo @camilacabello97”
@DinahJane97: “@camilacabello97 @LaurenJauregui CAMREN IS REAL!”
La siguiente foto en el perfil de Dinah fue la Camren selfie.
………………………
Becky y Lauren vieron la boda de Loren y Karla toda la tarde en una gran televisión que el padrastro
número cinco de Becky había regalado a su madre dos años atrás. Lloraron al recordar las miles de veces
que habían soñado con aquel momento y gritaron como locas al ver los sencillos pero hermosos vestidos
de las chicas, al igual que los miles de tatuajes expuestos de Loren y las perforaciones de Karla.
Becky estaba hecha un mar de lágrimas cuando recibió un mensaje de Austin.
La chica comenzó a toser. No había esperado esa pregunta de parte de su pequeña hermana. Las únicas
personas de su familia con las cuales había hablando de su relación con Lauren eran su madre y su
padre. La pequeña no debía de saber eso.
Camila miro fulminantemente a Alejandro, quien solamente comenzó a silbar y a mirar a todos lados con
nerviosismo antes de echarse a reír.
Camila: Sí, habla español –Respondió finalmente con una sonrisa, recordando las miles de veces que
había escuchado hablar a su novia en este idioma y había muerto al instante-. Ella es tan perfecta, Sofi –
Agrego con una sonrisa.
Su hermana también sonrió. Alejandro iba a intervenir cuando escucho a su madre llamarla.
Solo conocía a Troy, y el estaba en el hospital, pues debía estar allí un día antes de la cirugía para
comprobar que todo estuviese bien. También conocía a Austin y a Luis, pero dudaba que ellos
interrumpieran en su casa cuando todos estaban allí.
Salió de la cocina luego de lavarse y secarse las manos.
Camila: ¿Brad? –Pregunto al ver al chico, sonriéndole desde la puerta aun con el uniforme que usaba en
la floristería.
Tritan: Y Tristan. No lo olvides.
Camila: ¿Qué hacen acá? –Pregunto acercándose a ellos, sonriendo para recibirlos con un fuerte abrazo.
Aunque los chicos la defendiesen de Austin en la escuela, sabía que no eran amigos, y por eso que la
visitara le parecía ilógico.
Escucho a su padre salir con Sofi de la cocina, y volteo a mirarlo. Sus padres y hermana estaban tan
confundidos como ella, mirando al par de chicos fijamente.
Brad: ¿Puedes bajar las flores, amor? –Pregunto mirando a su novio, que sonriente simplemente asintió y
se dirigió al gran auto con el logo de la floristería aparcado frente a su casa, el cual, debido a la
impresión de encontrarse con los chicos, no había notado.
Camila: ¿Flores?
El primer ramo era de orquídeas rosadas, en el siguiente eran blancas y en el ultimo color lavanda.
Luego Tristan llevo tulipanes amarillos, morados y rosas, gardenias, lirios amarillos y blancos,
margaritas blancas y naranjas, claveles rojos y blancos, girasoles, lilas azules y rosadas, azucenas
blancas y calas naranjas y rosas.
Luego de quince minutos, todos los ramos estuvieron dentro de la casa de la chica, perfumando y
llenando el lugar, Sinuhe, Alejandro y Sofi mirando impresionados la sala de estar, que ahora parecía un
jardin.
Tristan: Creo que eso es todo, Brad –Dijo con una sonrisa, despidiéndose de Camila con un beso en la
mejilla y dirigiéndose al auto, encendiéndolo de inmediato, listo para irse.
Camila: ¿Quién envió todo esto, Brad? –Pregunto al chico sonriente frente a ella, quien aun no se había
marchado.
Brad: Creo que ya lo sabes –Contesto guiñándole un ojo, y comenzó a marcharse. Entonces, ya a punto
de entrar al auto, pareció recordar algo y volvió corriendo-. Se me ha olvidado darte esto –Susurro,
entregándole una rosa roja entre manos y una nota-. Ahora si es tiempo de que me vaya.
De inmediato, Camila sonrió. Sabía quién le había enviado esas flores, y lo sabía gracias a aquella
hermosa y única rosa roja que descansaba entre sus manos.
“Solo una rosa” Decía la nota. Camila sonrió. No se había equivocado.
Cuándo elevo la mirada, el auto de Tristan y Brad ya se había ido, y en su lugar, Lauren, sentada en la
acera de enfrente con una chaqueta negra y la gorra colorida que Camila le había dado días atrás, le
sonreía.
Una lágrima de felicidad escapo por uno de sus ojos.
Camila: Te amo –Articulo, aunque dudo que Lauren pudiese entenderla. Sin embargo, la chica lo hizo,
pues sonrió, sus ojos verdes brillando frente a ella. Finalmente, Lauren se levanto de donde estaba y
camino hacía su casa, haciéndole señas a Camila hacía la ventana. La chica comprendió de inmediato.
Cerró la puerta rápidamente y se apoyo en esta, sonriendo y suspirando, olvidando el hecho de que sus
padres estaban allí, intentando recuperarse de la ola de sentimientos que había experimentado,
intentando calmar su corazón desbocado, para subir y darle las gracias a su novia.
Sinuhe: ¿La chica de la otra vez? –Pregunto, haciendo referencia a la vez en la que Ariana había llevado
ese estúpido ramo de rosas.
Camila: No –Contesto con una sonrisa-. Lauren. Mi novia.
CAPÍTULO 32
Camila: No tenías que hacerlo -Susurro a su novia a través de la ventana, sonriendo, aun con aquella
hermosa y única rosa entre sus manos.
Lauren: Yo quería hacerlo -Contesto, mirándola como si fuese la más hermosa mujer que la chica de
ojos verdes había visto en el mundo. Y así se sentía Camila Cabello siempre que estaba a su lado.
La chica de la ventana era capaz de convertir simples gestos en proezas que ninguna persona jamás
podría igualar.
Camila:… Pero debió de costarte mucho dinero, Lauren… Solo esta rosa hubiese sido suficiente.
Lauren: ¿No te gusto? -Una mueca de tristeza pareció en su rostro, y de inmediato la chica de ojos color
chocolate se arrepintió por no haberse explicado mejor ante su novia.
Después de tantos malentendidos ocasionados por el Asperger de la chica de la ventana algo debía de
haber aprendido.
Camila: ME ENCANTO -Se apresuro a aclarar, una inmensa sonrisa apareciendo en el rostro de su
novia, mariposas en su estómago agitándose ante la acción. ¿Cómo era posible que Lauren la hiciera
sentir así con solo un gesto? El universo nunca lo sabría-… Pero el dinero que usaste comprando las
flores…
Lauren: No te preocupes por eso. Era parte de mi fondo universitario, y sinceramente tu lo valías -
Informo dulcemente, una luz irradiando en sus ojos.
Camila: Ally, no llores. Sé que es difícil, pero Troy no querría verte así.
Ally: ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo puedes pedirme que no llore? -No estaba molesta, estaba dolida. Y esto
era cien veces peor.
Camila: Hace ocho meses mi mamá recibió una llamada de mi abuela. Su nombre era Marta… Tenía
cáncer terminal e iba a morir pronto. Muy pronto. Tomamos el primer vuelo disponible, y finalmente la
encontramos en su habitación, con una enfermera tan estúpida que dudo que en realidad lo fuese… Yo…
yo estaba llorando, Ally. No la veía seguido, pero la quería como no puedes imaginarte… Cuando tenía
ocho fue la primera vez en la que vine a Miami. Jamás había ido a un concierto, y ella me llevo al de mi
artista favorito. Incluso se coloco una camiseta con su cara y grito como una fan obsesionada aunque no
conocía ninguna de las canciones. Ella era, simplemente… increíble… El punto es que me dolía estar
perdiéndola. Me dolía como jamás llegaran a dolerme mil golpes de Austin… Y cuándo me vio, ella…
ella simplemente me pidió que dejara de llorar –Un par de lágrimas habían escapado de sus ojos-. Pero le
dije que no. Le dije que lloraría porque ella iba a morirse, y era yo quien iba a sufrir por no tenerla. Le
dije que lloraría hasta que ella se fuera, e incluso después de eso. Le dije que jamás dejaría de llorar
porque me estaba destrozando –A este punto ya estaba llorando, Dinah y Normani acercándose a ella y
envolviéndola con sus brazos, olvidando por esos momentos todo lo sucedido días atrás-. Entonces ella
comenzó a llorar Ally. Lloro, y yo jamás la había visto hacerlo hasta ese momento. Yo estaba tan
enojada y dolida porque ella iba a dejarme que, simplemente, no pude recordar que no había sido su
elección… Fue entonces cuando comenzó a ahogarse. Sabía que se estaba yendo, y fue entonces cuando
abrí los ojos. Iba a morir llorando, y todo por mi culpa. Comencé a gritar y yo… mis padres me sacaron
de la habitación. Murió quince minutos después… Si hubiese sabido que eso sucedería habría sonreído.
Falsamente, pero lo habría hecho. Y tal vez ella habría vivido un poco más, y habría podido decirle
cuánto la quería… Y no habría muerto llorando… Está bien llorar, Ally. Pero no cerca de él. Vas a
romperlo, Ally. Más de lo que ya lo esta… Te va a doler como la mierda, pero no llores, porque sino tu
te sentirás como una -Finalizo suspirando, un nudo formandose en su garganta.
Finalmente, Camila se entrego a las lágrimas, recordando el momento, abrazándose fuertemente a Dinah
y sintiendo las caricias de Normani en su espalda. Sabía que Lauren también deseaba abrazarla. Lo sabía
porque la conocía bien. También sabía que habría decidido quedarse junto a Ally, abrazándola con
torpeza. “Un abrazo de Normani más un abrazo de Dinah son dos abrazos, y Ally solo me tiene a mi”
Sabía Camila había pensado su novia. Y eso estaba bien.
Lauren: Recuerdo ese día –Escucho susurrar a Lauren. Camila se alejo un poco del abrazo de Dinah y la
miro. La chica abrazaba a Ally fuertemente, y, por primera vez, no parecía incomoda. Tal vez ella
necesitaba un abrazo también-… Yo la vi morir, Camz… Yo lo estaba mirando todo a través de la
ventana y ella solo… No fue bonito y no fue ni un poquito bueno, pero no pude alejarme. Lo siento.
Camila: Seguro pensaste que era una pésima persona…
Camila observo como su novia negaba con la cabeza, una pequeña sonrisa en sus labios.
Lauren:Tal vez suene como una persona mala, pero pensé que eras muy bonita.
…………………..
Ally finalmente había dejado de llorar y había limpiado sus lágrimas. Dinah y Normani se ocuparon del
maquillaje, y por primera vez desde que había sucedido lo del beso las chicas bromearon entre sí, como
si nada hubiese pasado. Finalmente la pequeña chica se miro al espejo, encontrando una sonrisa en su
rostro.
Lauren: Estás hermosa, Ally -Susurro acercándose a su amiga, abrazándola como si en verdad quisiera
hacerlo. Camila sabía, por el brillo en los ojos de Lauren, que estaba sufriendo en su interior, pero quería
ocultarlo. Por su amiga. Por Troy. Y, tal vez, por ella misma.
Lo cierto es que Ally realmente estaba hermosa. Su cabello suelto en ondas, su sencillo vestido, sus
zapatillas, su ligero maquillaje y su sonrisa, completamente sincera. Camila pensó que esa sonrisa en su
rostro debía estar allí siempre.
……………….
La ceremonia fue sencilla, pero, aun así, hermosa. Podría describirla, pero hacerlo me tomaría mucho
tiempo, y aun así no podría llegar a explicar la belleza del evento. Intentaría escribir los votos de Ally,
pero no podría lograr que las palabras tuviesen el mismo impacto. Podría intentar hablarles sobre las
miradas que Troy dirigió a Ally en la ceremonia, pero decir que la miraba como si fuese la mujer más
hermosa del mundo no sería suficiente. Ninguna palabra sería lo suficientemente buena, de eso estoy
completamente segura. No puedo decir que el intercambio de anillos fue hermoso, porque la palabra se
queda corta. No puedo explicar cuán conmovedora fue la ceremonia, pero decir que incluso el juez dejo
escapar una que otra lágrima podría darles una ligera pista.
Camila y Lauren estuvieron abrazadas todo el tiempo, Camila rodeando los hombros de su novia, que
lloraba discretamente sobre su hombro. La chica de los lazos sabía cuanto le dolía a su novia perder a
uno de sus dos mejores amigos, así que simplemente se dedicaba a limpiar sus lágrimas con sus
pulgares, y de vez en cuándo con tiernos besos.
Cuándo Camila volteo a ver a Normani, grandes lágrimas resbalaban por sus mejillas, y aunque
intentaba deshacerse de ellas, simplemente no lo lograba. Dinah la miraba fijamente, con los ojos
humedecidos, dudando en sí debía abrazarla o no.
Lo hizo.
Lo hizo y Normani se aferro a ella, escondiendo su rostro en su cuello, la chica más alta acariciando su
espalda dulcemente con sus manos. Camila suspiro. En otro momento habría sonreído, pero ahora,
viendo a Scott, el mejor amigo de Troy, llorar mientras se abrazaba fuertemente a la madre del chico,
mientras el padre mordía sus uñas, intentando retener sus lágrimas, simplemente no pudo hacerlo. Una
lágrima bajo por su mejilla al ver a los padres de Ally abrazarse fuertemente, como si estuviesen
perdiendo a su propia hija.
En parte lo estaban haciendo.
Una vez que pierdes a alguien a quien amas no vuelves a ser completamente tu.
……………
Troy miraba fijamente el anillo que tenía en su dedo y luego el que había en el de Ally, sonriendo,
abrazándola mientras la chica estaba recostada en aquella pequeña camilla junto a su cuerpo. Camila
seguía abrazada a Lauren, que había permanecido callada. No había soltado su mano durante toda la
ceremonia, y tampoco la soltó después de esta. Sabía que en cuánto lo hiciera tendría un ataque de
pánico. Lo notaba en el ligero temblor en sus manos.
Dinah y Normani se habían alejado luego de unos minutos, apenas mirandose. Ahora Dinah estaba
hablando con Scott, un chico bastante callado que había terminado reconociendo como el ex novio de
una de sus primas. Normani había ido al baño. Camila sabía, por el tiempo que llevaba dentro, que
estaba llorando. Los padres de Ally y Troy seguían allí también, observando a la pareja sin decir nada.
Troy: Ally… -Escucho decir a Troy. Era la única palabra que parecía recordar.
Ally: Dime amor -Pregunto besando su hombro, abrazándolo fuertemente, como si de esta forma pudiese
mantenerlo más tiempo a su lado.
Troy: Ally…- Volvió a decir, señalando los anillos que ambos compartían.
Ally: ¿Qué sucede con los anillos? ¿No te gustan? ¿Quieres cambiarlos? Tal vez podamos retrasar la
operación un día y buscar otros…-En sus ojos, Camila noto que Ally realmente deseaba que Troy le
pidiera esto. La chica solo parecía estar suplicando por un día más.
Pero el chico negó con su cabeza, una mueca de dolor apareciendo en su rostro al hacerlo. En sus
últimos días, el dolor era constante para el chico debido al creciente tumor.
Con delicadeza tomo la mano de Ally entre las suyas y la beso antes de tomar el anillo y sacárselo, para
luego colocárselo de nuevo con cierta torpeza. Después, comenzó a mover su dedo índice de un lado a
otro y finalmente llevo su mano a su corazón.
Todos las personas en la sala entendieron. Casi todos, supo Camila de inmediato. Su novia no habría
entendido este gesto debido a su Asperger, pero podría explicárselo más tarde.
Troy no le pidió a Ally que no llorara. Camila jamás supo si no lo hizo porque solo lograba recordar una
palabra o porque sabía que en ese momento su novia necesitaba hacerlo, pero el chico simplemente
limpio las lágrimas de ella con besos y la abrazo con fuerzas.
En sus ojos, Camila vio el deseo del chico de quedarse un poco más.
…………………
Los doctores fueron a buscar a Troy a la habitación diez minutos después.
El chico se despidió de Ally con un beso que, Camila supo, la pequeña jamás olvidaría. No separaron sus
manos hasta que la distancia entre ambos fue tan grande que podrían haber perdido sus brazos.
En cuánto la pequeña supo que Troy no la estaba viendo, simplemente se derrumbo sobre el suelo y
comenzó a llorar. Camila sabía que su novia quería correr a abrazarla, así que libero su mano. Cuándo
vio a Lauren abrazar a su amiga y llorar junto a ella supo que ambas estaban destrozadas, y no pudo
hacer nada más que correr y abrazarlas a ambas. En menos de un minutos, Dinah y Normani se habían
unido.
………………
Lauren: Los médicos dijeron que podía vivir, Ally.
Ally: Ellos siempre van a intentar darte algo a lo que aferrarte, Lauren. Tu lo sabes más que nadie.
………………
Troy murió cinco horas después.
.....................
(Si quieres un poco más de Trolly, tal vez debas leer el OneShot “El chico que se fue”)
La chica de la ventana
CAPÍTULO 33
El funeral de Troy fue un par de días después de su muerte. Lauren sujeto la mano de su novia, quien
había prácticamente corrido a la salida de la escuela para estar allí a tiempo, fuertemente durante toda la
ceremonia.
Dinah y Normani no fueron, no porque no considerasen a Troy un amigo, sino porque Dinah tenía que
cuidar a sus múltiples hermanos y Normani tenía que visitar a un familiar enfermo en el hospital. Aun
así, enviaron todas sus condolencias a Ally y un par de ramos de rosas.
Asistió a la ceremonia un montón de gente que se consideraba amiga de Troy pero la cual no le había
visto en bastante tiempo. Todos intentaban darle consuelo a los padres de Troy con palabras vacías y
copiadas de viejos libros, que sabía Lauren no iban a funcionar. Ally, sin embargo, no era consolada por
nadie. Ella parecía alejarlos en cuánto se acercaban. Tal vez era lo mejor en aquellos momentos.
Cuándo todo término Lauren vio a su amiga acercarse a Camila y ella, sus ojos cristalizados y sus
mejillas humedecidas. No era el mejor de sus días, y Lauren tampoco había esperado que lo fuese.
Era extraño observar como la hermosa y sonriente novia que había visto un par de días atrás se había
convertido en un ser tan triste y desolado, sobre todo para Lauren.
Ally: ¿Puedes quedarte conmigo hoy en mi departamente, Jauregui? No creo poder soportar otra noche
durmiendo sola -Suplico con voz quebrada, una lágrima escandele por uno de sus ojos.
Lauren: Está bien… Yo solo le preguntare a mi mama -Contesto-. ¿Puedes quedarte con Ally mientras la
llamo, Camz? -Pidió mirando a su novia, que también parecía conmovida.
La chica de ojos cafés asintió lentamente. Lauren la abrazo fuertemente y deposito un tierno beso en sus
labios antes de irse.
Tal vez no era el momento adecuado para sonreir, pero si algo había aprendido de la muerte de Troy era
que la vida era muy corta, así que lo hizo de todas formas.
…………….
Su madre lo permitió, pero aun así debía ir a su casa para buscar sus múltiples medicinas y algo de ropa
para dormir, pues la de Ally era demasiado pequeña para ella.
Cuándo regreso a donde estaban su mejor amiga y su novia sintió un profundo dolor en su corazón
trasplantado y rechazado.
Ally estaba abrazando a Camila, llorando sobre su hombro, como si en cualquier momento fuese a
derrumbarse.
………………
Tras despedirse de su novia con un largo y pasional beso, ir a casa, guardar las miles de medicinas que
necesitaría para evitar el rechazo de sus múltiples órganos y sus dosis requeridas de insulina, empacar
ropa en una vieja mochila, llevar algunos crucigramas y despedirse de sus padres y hermanos, se dirigió
al pequeño departamento de su pequeña mejor amiga sintiéndose nerviosa por el hecho de estar
rompiendo completamente su rutina.
En cuánto entro no pudo evitar sentirse atrapada y ligeramente ahogada. El lugar era realmente estrecho,
y el saber que debería dormir en aquel pequeño sofá en medio de aquella aun más pequeña sala no la
rconfortaba. Habría corrido tanto como sus pies lo permitieran si no hubiese sabido que su mejor amiga
la necesitaba.
Se coloco un short de pijama con unicornios multicolores estampados, una camiseta de Bob Esponja y
calcetines hasta las rodillas rotos y agujereados, las tres tematicas no encajando. Ally solo se había
colocado su ropa interior rosa, Lauren no discutiendo sobre esto. Ally siempre dormía de esta forma, y
aunque a la chica de ojos verdes no le gustara tenía que soportarlo. Aquel era su departamento.
Lauren: ¿Te molesta si hago algunos crucigramas? No estoy acostumbrada a no dormir en mi cama y los
crucigramas mantienen mi cerebro ocupado.
Ally: Está bien, Jauregui… Yo voy a -Miro a todos lados del pequeño departamento, sus ojos
quedándose fijos en la cocina-… Cocinare algo -Susurro. Si Lauren no hubiese estado tan concentrada
en las primeras preguntas de su crucigrama se habría dado cuenta de que la chica tenía la voz quebrada y
lágrimas habían comenzado a resbalar por sus mejillas.
Pero Lauren estaba demasiado ocupada encontrando la respuesta de la tercera pregunta en vertical como
para notarlo.
…………………
Estuvo un par de horas resolviendo un crucigrama tras otro hasta que sus ojos comenzaron a sentirse
completamente agotados.
Se alejo del libro de crucigramas frotando sus ojos adoloridos. Suspiro audiblemente cuándo sintió que
casi se caía del pequeño sofá y recordó, debido al susto, que no estaba en su casa y que no podría dormir
cómoda esa noche.
Comenzó a chasquear sus dedos casi al instante.
Lauren sabía que debía detenerlo si no quería sufrir un ataque allí mismo, en medio del departamento de
su desconsolada amiga, así que respiro hondo y llamo a la única persona que sabía podría tranquilizarla.
XX: ¿Lolo? ¿Qué sucede? -Parecía algo adormilada, y pudo jugar escuchar un bostezo.
Lauren: ¿Te desperté, Camz? -Pregunto preocupada.
Camila: No, no… Pero he estado haciendo tareas y estoy completamente agotada.
Lauren: Oh, lo siento, no lo… no lo sabía. Puedo llamar mañana si quieres -Sugirió. Aunque deseaba
hablar con ella, el bienestar de Camila era más importante.
Camila: No, no, estoy bien. Aun me faltan algunas cosas y hablar contigo despejara mi mente.
La chica de ojos verdes analizo lo que su novia había dicho unos minutos con el ceño fruncido, la linea
telefónica permaneciendo casi completamente en silencio.
Camila: ¿Hacer un crucigrama? Sé que eres tu quien siempre dice esto, pero no puedo entenderte.
Lauren: Cuándo yo… cuándo quiero despejar mi mente… hago crucigramas -Explico, tartamudeando
sin razón. Para Lauren Jauregui hablar por teléfono siempre era un poco más difícil que hablar
personalmente-. Y cuándo tu quieres hacerlo… bueno… hablas conmigo. ¿Soy tu crucigrama, Camz? -
Expuso. Cuándo termino de hablar se sintió completamente estúpida-… Sé que es imposible que una
persona sea un crucigrama. ¡Eso fue tan estúpido! Lo siento, Camz. Lo que quiero decir es que…
Camila: Se lo que quieres decir, Lolo…
Lauren: Claro. Yo soy la del Asperger, no tu. Lo siento, creo que en realidad me lo estaba aclarando a mi
misma…
Camila: Calma, Lauren. Esta bien -La tranquilizo. Algo en el tono de voz de su novia la hizo sonreír.
“Tal vez ella también esta sonriendo” pensó-. Y sí, tu eres así como mi crucigrama, pero no soy tan lista
como tu, Lauren, y no he respondido ni la primera pregunta.
Lauren río sonoramente sin saber por qué. Simplemente lo hizo, y al otro lado de la linea escucho a su
novia hacerlo también.
Su risa, debo repetirlo, era la gloria.
Lauren: Tal vez debas darme la primera pregunta. Podría ayudarte -Susurro con una sonrisa, siguiéndole
el juego. Lo cierto es que era divertido jugar con cosas que Lauren sabía no eran ciertas. Obviamente no
podía existir un crucigrama sobre toda su vida.
Camila: Primera pregunta horizontal -Río-: ¿Cual es tu historia?
Lauren: Estoy segura de que esa respuesta no cabra en los cuadros del crucigrama.
Camila: No es uno normal, en el tuyo sí…
Lauren: Aun así, ningún crucigrama…
Camila: Cállate y responde, Lauren.
Lauren: Está bien, está bien… Bueno… em… reo que ya te he contado mi historia, pero voy a intentarlo
de nuevo. Tal vez lo hayas olvidado… No es que piense que eres olvidadiza pero -”¡CALLATE
IDIOTA! ¡HABLA!”-… Mejor empiezo. Estoy hablando tonterías… Ante de nacer el obstetra, al ver las
ecografías, dedujo que yo tenía…
El relato continuo, tal y como Lauren lo había contado a Camila miles de veces, sin cambiar el más
mínimo detalle. Pensó que la chica en serio debía de escribir mucho para resolver ese crucigrama, pero
agito su cabeza cuando recordó que el crucigrama no era real.
Al terminar suspiro, repasando todo lo dicho, esperando no haber olvidado absolitamente nada.
Lo hizo, nada cambiando en el relato. Cuándo termino nuevamente, escucho un gruñido de frustración al
otro lado de la linea telefónica.
Fue un cambio brusco para Lauren, pero, sin embargo, comenzó a hacerlo. El tema fue cambiando
constantemente, y de las risas pasaron a los sonrojos.
Camila: Te amo -La escucho susurrar. Lauren, mirando el techo mientras estaba recostada en aquel
pequeño sillón, mordió su labio ligeramente y sonrío, jugando con los pliegues de su camiseta de Bob
Esponja.
Lauren: Y yo te amo -Le respondió, sonriendo ampliamente al imaginar a su novia sonrojarse tras el
teléfono al escuchar esto.
Camila: Me gusta que me digas que me amas, Lauren.
Lauren: A mi me gusta decírtelo.
Camila: Me gusta decirte que te amo.
Lauren: A mi me gusta escucharlo.
Camila: Me gusta mirarte…
Lauren: A mi me gusta que lo hagas.
Camila: Me gusta que me mires.
Lauren: A mi me gusta hacerlo…
Silencio.
Camila: Lauren…
Lauren: ¿Si? -Pregunto con una boba sonrisa en el rostro.
Camila: Me gusta tocarte.
Lauren: A mi me gusta que lo hagas.
Camila: Y me gusta que me toques…
Lauren: A mi me gusta hacerlo. Tus manos son tan…
Una risa se escucho al otro lado de la linea, una sensación ya conocida en el estomago de Lauren
apareciendo de inmediato.
Camila: Eres tan inocente, Lauren -Definitivamente estaba sonriendo-. No hablo de esa clase de
“toques”… Amo que me tomes de la mano y todo eso, pero me gusta que me toques como… bueno -
Parecía nerviosa-… ¿Recuerdas el día en el que tu padre nos vio besándonos?
Lauren: Por supuesto -Respondió sonrojándose al recordar el vergonzoso momento.
Camila: ¿Recuerdas lo que estabas haciendo antes de que nos viera?
Lauren: Estaba tocando su trasero -Contesto con una sonrisa pícara, no recordando dónde estaba y el
hecho de que Ally podía estar escuchándola.
Camila: Bueno, me gusta que me toques de esa forma…
Lauren: ¿Eso es bueno?
Camila: Solo si tu quieres que yo te toque de la misma manera.
Lauren: Entonces lo esta -Sonrío.
Hablaron durante cinco minutos más sobre completas tonterías, hasta que una pregunta hizo a Lauren
volver a la realidad.
La chica abrió sus ojos verdes como platos y se levanto del sillon, recordando de inmediato donde estaba
y por que estaba allí. Busco a su amiga por toda la habitación.
La encontró sentada en el suelo de la cocina con su rostro entre sus manos, sollozando.
………………………..
Lauren había decidido sentarse a su lado. No le había hablado, ni la había tocado. Simplemente estaba
allí, sentada, esperando para luego hacer lo que ellos le pidiesen.
Cuándo Lauren volteo la mirada sus ojos se encontraron con los de Ally por un segundo, la chica
apartándolos de inmediato al no sentirse cómoda.
Ally: No me dejes tu también, Jauregui. Por favor. No lo hagas tu también -Pidió entre su llanto,
sujetando fuertemente la mano de su amiga. Lauren no se sintió cómoda con el contacto, pero intento
parecerlo.
Becky: No lo entiendo.
Luis: Yo también he estado completamente enamorado, Becky. Y he creído que lo han estado de mi. He
escuchado tantos “Te amo” en mi vida que no podría contarlos… Algunos fueron falsos, otros fueron
verdaderos por un tiempo, y unos, tal vez, lo siguen siendo… El punto es que cuándo alguien dice que te
ama estas atado a esa persona de una forma que no puedes imaginar. Y cuándo descubres que las
palabras fueron solo mentiras se desprende la atadura, y duele, porque es como perder una parte de ti
mismo…
Becky: Lo tuyo es muy diferente a lo que me sucede a mi, Luis -Susurro, una lágrima escapando por sus
ojos mientras sujetaba la mano de su amigo-. Tu no sabes lo que se siente enamorarse de alguien que
ama a alguien más.
……………
Austin había colocado su última grabación sexual en el reproductor y estaba realmente excitado
escuchando los gemidos que los amplificadores le permitían escuchar.
Las constantes penetraciones en el vídeo había comenzado cuándo recibió un mensaje.
“Determine que no me mereces. A partir de ahora, me pagaras con la misma moneda”
……………
Luis: Tienes que olvidarlo, Becky -Le había dicho horas antes-. Existen miles de chicos en el mundo.
Estoy seguro de que habrá miles esperando por ti…
Becky: O tal vez sea una chica y se trate de Mom Mani…
Luis: También existe la posibilidad -Aseguro riendo.
El tono de llamado con el BeatBox de Loren Jambalaya interrumpió la conversación.
Alejandro: Linda ropa -La halago mientras le servía su desayuno, que constaba de algunos huevos
revueltos y jugo de naranja para acompañar.
Sinuhe: Tu padre tiene razón. Te queda bien -Afirmo mientras intentaba arreglar el rebelde cabello de
una adormilada Sofi en una coleta.
Sofi: Te pareces a las chica de la televisión -Susurro entre bostezos, frotado sus ojos.
Camila: ¿Chica de la televisión?
Sofi: Si -Asintió-. El otro día, cuándo fui a casa de Peter por su fiesta de cumpleaños empezamos a ver la
televisión cuándo llego su hermana mayor…-Bostezo- se llama Brenda… Dijo que necesitaba ver la
televisión, así que Peter le dio el mando porque no le gusta pelear con ella. Comenzó a ver un -Bostezo
de nuevo- vídeo musical llamado “I helped put them together” de una banda que se llama… Thug Kar…
no, no… Thug Harmony… Creo que conoces la canción porque canta -Bostezo largo- Demi -Camila
abrió los ojos. Lo cierto era que había estado tan ocupada con su vida personal que había pasado por alto
el hecho de que Demi había colaborado junto a Thug Harmony. Esa canción debía de ser la gloria-. Una
estaba vistiendo como tu, pero luego se teletransportaba a “The Thug Factor” y se vestía como una
pandillera… Y su amiga bajita estaba usando camisa y chanclas. Fue extraño.
Camila: ¿Fue bueno el vídeo? -Quiso saber, sonriendo, imaginando el rostro de su novia al verlo.
Seguramente había sido increíble. Y, seguramente, lo había visto junto a Becky.
Sofi: Si, pero no pude escuchar la canción. Brenda estaba gritando como loca, sobre todo el nombre de
Lorde Trabada.
Camila: Loren Jambalaya -La corrigió con una sonrisa, bebiendo su jugo y llevándose un buen bocado
de su desayuno a la boca.
Sofi: ¡SI! Y cuándo dijeron que vendrían a Miami Brenda grito muy alto que por fin podría conocer a
Karma Queso.
Camila: Karla Pelo, Sofi… ¿Y puedes explicarme como es eso de que vendrán a Miami?
Sofi: Sí, en un mes. O eso escuche además de “Fuck me Loren”…
Alejandro y Sinuhe: ¡SOFI!
Sofi: Eso era lo que decía Brenda -Se excuso encogiéndose en hombros, Camila intentando contener sus
carcajadas.
Sinuhe: No volverás a esa casa -Sentencio.
Sofi: Está bien -Acepto antes de restregarse los ojos de nuevo, como si apenas estuviese despertando-.
Peter no me cae bien…
Camila: ¿Estás segura de que hablaban de Thug Harmony, Sofi?
Sofi: Sí, estoy segura. Muy segura. ¿Qué otra banda tiene a una chica bajita rapeando con camisa y
chanclas, una con dientes de aluminio y otra alta con calcetines hasta la rodilla? -Sofi tenía razón. Thug
Harmony era una banda única-… Igual ¿Por qué te interesa tanto?
Camila no respondió de inmediato. Solo tomo algo más de jugo, analizando la situación, y finalmente
dejo a las palabras salir de su boca.
Camila: Mi novia es una… gran fan de ellas y… -Explico con una sonrisa entre sus labios, sonrojándose
al ver la misma sonrisa en el rostro de sus padres y de su pequeña hermana. Cubrió su rostro con sus
manos por unos segundos para esconder su nerviosismo. Miro a su madre cuándo sentía que no iba a
salir corriendo de la habitación a causa de la vergüenza- ¿Qué necesito hacer para que compres dos
entradas para el concierto junto con los pases al “Meet And Great”?
………………….
Austin: ¡ALEJATE DE JIMMY, BECKY! -Grito alterado dentro del auto de la chica. A penas había
escuchado la noticia de que la chica saldría con el chico cuándo estallo.
Becky: No -Se negó, subiendo el volumen de la musica, el rap llenando sus oídos. ¿Por qué las
canciones Thug Harmony tenían que ser tan jodidamente perfectas?
Austin: Le diré a tu padre…
Becky: Me canse de tus payasadas, Austin… -Sentencio golpeando el volante.
Austin: ¿Perdón?
Becky detuvo el auto en una acera antes de mirarlo a los ojos, completamente enfadada.
Era Vero.
Camila: Hola Vero -La saludo antes de cerrar su casillero y sonreirle amablemente.
Vero: ¿Te ha dicho alguien que tu trasero es gigante? -Pregunto, su mirada bajando unos segundos antes
de volver a levantarla, Camila sonrojándose al instante-. Y lo digo en una buena forma, lo prometo por
los dedos de Lucy.
Camila río.
Camila: Supongo que me lo has dicho tu -Respondió encogiéndose en hombros- Hablando de Lucy…
¿Dónde esta ella?
Vero: No lo sé. Posiblemente con Normani. Ya sabes, hoy es el día -Respondió, codeandola al final y
guiñándole un ojo divertidamente.
Camila: ¿El día? -Pregunto confundida. No sabía a que se refería.
Vero: ¿Normani no te ha contado? -Pregunto indignada.
Camila: ¿Contarme que?
Vero: Nada.
Camila: Vero… -Presiono.
Vero: Oh, mira, allá va Lucy -Dijo al ver a su novia a los lejos. Vero parecía aliviada. Comenzó a
caminar hacía ella sin despedirse, apresurando el paso. Camila sabía que la chica estaba huyendo de ella-
¡Lucy! ¡¿Sabías que Camila tenía un gran trasero?! ¡Debes verlo! ¡Es enorme! ¡Lo juro por tus dedos!
Lucy: ¡VERO! -La escucho gritar enojada al otro lado del pasillo.
……………………
Cuándo las aburridas clases de álgebra comenzaron el profesor Daniel de inmediato escucho los gemidos
de Martín, un chico bastante problemático, en la parte trasera de la clase. Camila no volteo la mirada,
sabiendo que encontraría a Ariana haciendo cosas completamente asquerosas junto a el. Lea, una de las
muchas chicas que formaban parte del coro, sentada junto a ella, intentaba contener la risa.
Daniel: Ariana, siéntate al lado de Camila. Lea, ve con Martín. Y les advierto que si escucho un gemido
más en esta clase prometo que cortare los penes de los chicos con una hoja de papel y se los coseré a las
chicas con las agujas de mi abuela.
Lea: ¡Iug! Penes… -Murmuro por lo bajo, haciendo a Camila reír antes de que la chica tomara sus cosas
y le cediera el lugar a Ariana.
Ariana: Lindos tirantes -Comento en un susurro, el profesor Daniel continuando la clase-. Estoy segura
de que se verán mejor si te los quito – Agrego pícaramente, deslizando el tirante lentamente, mordiendo
su labio.
Camila de inmediato coloco su mano sobre la de Ariana y la hizo a un lado, arreglando su ropa al
instante, enojada.
Ariana: No seas tan difícil, Camila -Suplico seductoramente cerca de su oreja, su mano de inmediato
viajando a la pierna de Camila.
Camila: Déjame en paz -Ordeno de nuevo, alejando aquella traviesa mano.
Ariana: No -Respondió casi automáticamente, colocando de nuevo su mano, esta vez acercándose un
poco más a su centro.
Camila: ¡DEJA DE JODERME LA VIDA, ARIANA GRANDE!
Fue así como Camila fue enviada de inmediato a la sala de castigos, dónde escribió cien veces “No debo
gritarle a Ariana en clases” en un pizarron.
…………….
En clases de geografía Becky se sentó junto a Jimmy, mientras que Ariana, unos puestos más adelante,
esperaba que el primer necesitado o necesitada se sentara a su lado… Aun se sentía mal por el pobre
Martín… Había estado tan cerca…
Luis y Austin ocupaban sus respectivos puestos frente a ella, apenas hablándose. Lo cierto era que el
chico de frente grande solía ser muy atento a las clases, e incluso algo distante de sus amigos.
Ariana: Eres la última persona en la que pensé para que se sentara a mi lado. Pensé que tenías novia, la
amabas y todo ese cuento… Pero bien, todas necesitamos un ligero cambio de vez en cuando.
Lucy: Quiero que dejes de meterte con Camila Cabello -Le susurro frunciendo el entrecejo. Ariana se
sintió confundida. ¿No quería la chica algo de sexo arriesgado asi como todos los demás que se
acercaban a ella?
Ariana: ¿Perdón?
Lucy: Ya me escuchaste, Ariana Grande. Ella tiene novia y es feliz. Déjala en paz…
Ariana: Por favor. Camila necesita diversión…
Lucy: ¿Sabes, Ariana? El solo hecho de mirar a Lauren Jauregui es mil millones de veces más divertido
que tener sexo siete horas seguidas contigo…
Camila no respondió hasta unos cuántos segundos después, sonrojándose intensamente por lo que
planeaba decir.
Camila: ¿Crees que no? ¡Mira tus dedos! ¡Deben de ser la gloria!… Y no olvidemos tus dos… bueno…
tus -Señalo los pechos de Dinah, completamente avergonzada.
Dinah: Oh, ya… ¿Eso quiere decir que si fuese Mani me dejarías violarte?
XX: ¿Violarme, Dinah? ¿En serio?
Ambas chicas se voltearon hacía la voz, a la derecha de la mesa. Habían estado tan concentradas en la
conversación que no la habían visto llegar. Dinah comenzó a toser sonoramente, Camila intentando no
reírse y Normani sonriendo nerviosamente.
Lo cierto es que realmente Normani se veía muy bien. Tenía un nuevo corte de cabello, la cantidad
necesaria de maquillaje, una camiseta por encima de del ombligo y pantalones ajustados.
Normani: ¿Crees que ahora si podemos hablar? -Pregunto demasiado cerca de los labios de Dinah, que
había rodeado la cintura de Normani con sus brazos fuertemente, como impidiéndole marcharse, ambas
manteniendo los ojos cerrados, la chica más alta acariciando la nariz de Normani con la suya.
Dinah: Creo que si.
Austin: Extrañaba golpearte, Gaybello -Susurro maliciosamente antes de volver a hacerlo, Camila
perdiendo el aire.
Ariana: ¡DEJA DE GOLPEARLA! -Interfirió, pero esta vez el chico no se rindió.
Austin: ¡DEJAME EN PAZ, PEDAZO DE MIERDA!
La primera vez, Ariana había alejado a Austin con solo palabras. Esta vez, era el chico quien hablaba, y
la pelirroja quien obedecía.
Fue golpeada dos veces más antes de que la voz que una persona que ya conocía, una voz que siempre
lograba alocar su corazón, apareciera para defenderla.
Lauren: ¡DEJALA EN… PAZ! -Exigió, su voz entrecortada por lo que debía ser la falta del aire.
Austin: ¿Te crees más fuerte que yo?
Lauren: No -Respondió simplemente-…Pero si vuelves… a molestarla… no me… creeré más fuerte que
tu… Lo seré.
El chico simplemente río como loco maliciosamente, haciendo a Camila temblar. Aparto a Lauren de un
empujón, la chica cayendo sobre el asfalto con un débil gemido, Camila sintiéndose enojada por lo que
el chico había hecho y a la vez impotente por no poder defender a su novia.
Esta vez, los dos siguientes golpes que el chico dirigió a la chica de los lazos dieron justamente en su
labio, haciéndolo sangrar y abriendo una pequeña pero dolorosa herida justo allí.
Fue entonces cuándo Lauren la sorprendió, como siempre…
La chica se había levantado, y, con una fuerza que Camila no conocía. Lauren había alejado a Austin de
su cuerpo y ahora estaba golpeándolo fuertemente con el seño fruncido, descargando su ira sin control
alguno… Y el aire no parecía estar faltandole en lo absoluto.
Lauren: ¡NO… VAS… A… VOLVER… A… TOCARLA! -Gritaba entre cada golpe que le propinaba.
Austin estaba casi agonizando cuándo Camila se dio cuenta de que Lauren ya lo había golpeado lo
suficiente y de que sus respiraciones parecían pesadas. Sin dudas, el aire no estaba llegando a sus
pulmones en esos momentos.
Camila: ¡Basta Lauren! -Intento detenerla, sin éxito. No quería acercarse, temiendo salir herida, así que
miro hacía todos lados, desesperada. No quería que el corazón de Lauren siguiera sufriendo de esa
forma.
Camila: ¡Váyanse de acá, estúpidos! -Grito a quienes las miraban fijamente sin haber ayudado en lo más
mínimo segundos antes.
Uno por uno se fueron marchando hasta que el lugar quedo prácticamente vacío.
Camila se sentó al lado de su novia, una mano sobre su espalda, acariciándola, otra sobre su mano,
mientras la cabeza de Lauren se colocaba entre sus piernas, intentando de esta forma recuperar el aliento.
Cuándo por fin su respiración pareció normalizarse elevo la mirada, pero no giro su cabeza para ver los
achocolatados y hermosos ojos de Camila. Simplemente miro hacía adelante, sus puños apretándose
fuertemente. Estaba enojada. La chica de los lazos lo sabía.
Camila: Lolo, tranquila, ya paso… Esto no le hace bien a tu corazón -Susurro dulcemente, posando una
de sus manos sobre el pecho de su novia y masajeando ligeramente el lugar-. El es un idiota.
Lauren: Abrázame -Suplico.
La chica simplemente lo hizo. Amaba abrazar a su novia. Amaba sentir como lentamente Lauren
aflojaba la tensión acumulada y se entregaba completamente a sus brazos. Y la amo aun más cuándo los
labios de Lauren besaron dulcemente su frente.
Como respuesta recibió los brazos de su novia envolviendo su cuerpo en un fuerte abrazo que contenía
tantos sentimientos que Camila sintió que estaba por explotar. No era un “Te amo” verbal… Era mucho
más que eso.
Lauren: ¿Te parece si vamos a tu casa? Tienes que curarte esas heridas… -Indico señalando el labio de
su novia-… Y realmente quiero estar junto a ti lo que nos queda del día.
Camila: Esta bien, pero primero tienes que besarme. Dicen que es una buena anestesia.
Lauren: Eso es impos…
Camila: Solo bésame.
Lauren simplemente asintió, Camila sospechando que se había dado por vencida en explicarle el hecho
de que los besos no podían ser anestesia, y la beso dulcemente, Camila dejando escapar un leve gemido
de dolor.
Lauren: Lo siento…
Camila: Shhh, esta bien -Volvió a besarla, esta vez preparada para el ligero dolor que sintió- ¿Lo ves?
Su novia simplemente asintió y beso la frente de su novia antes de levantarse lentamente junto a Camila,
que aun estaba sufriendo un gran dolor en su abdomen debido a los recientes golpes.
Lauren: Te ves como Karla.
Camila: ¿Eso te gusta?
Lauren: Me encanta -Susurro, besando su cuello durante unos segundos, mordiéndolo ligeramente-
Ahora dame las llaves. No puedes conducir en este estado.
Camila: ¿Sabes conducir?
Lauren: Sí, pero no me gusta hacerlo. Me parece aburrido.
Camila se sintió sorprendido. Jamás la había visto conducir, pero confiaba en ella. Sabía que jamás la
pondía en peligro.
Camila: Entiendo -Susurro abriendo la puerta del copiloto, para luego sentarse con dificultad y colocarse
el cinturón de seguridad, Lauren besando su mejilla antes de alejarse.
Casi se sintió sufrir un ataque al corazón al ver a Lauren rodeando el auto. Llevaba el Beanie morado
típico en ella y una larga camisa negra a cuadros junto a unas zapatillas deportivas. Tal vez no parezca la
gran cosa, pero el punto era que la chica no llevaba pantalones, y sus blancas y largas piernas quedaban a
la vista. Tal vez llevaba shorts, pero eran tan cortos que su camisa los cubría por completo.
Recorrió el cuerpo de su novia una y otra vez hasta que esta entro al auto, no dándose cuenta de que
había tenido la boca abierta todo el tiempo.
Camila: ¿Acaso quieres matarme? -Pregunto, no pudiendo evitar mirar sus desnudas piernas una vez
más. Si tan solo pudiera tocarlas…
Lauren: No, no, no, no quiero matarte -Negó de inmediato, aterrada ante la suposición.
Camila: No es en serio… Es solo que -Trago saliva con dificultad-… Tus piernas son tan sexys y…
¿Cómo se te ocurre no traer pantalón? -De nuevo miro, esta vez por más tiempo, sonrojándose de
inmediato al descubrirse pensando en lo que habría bajo ese mínimo trozo de tela que cubría sus piernas.
Lauren: La camisa es lo suficientemente larga como para cubrirme -Susurro encogiéndose de hombros.
Camila: No lo suficiente -Aseguro. Tenía la boca seca.
Lauren: Puedes tocar si quieres…
Camila abrió los ojos de inmediato, sorprendida y avergonzada, mirando los verdes ojos de su novia de
inmediato. El silencio se volvió incomodo.
Por sorpresa, la mano de Lauren sujeto la mano de Camila y la llevo lentamente hasta su pierna, una
sonrisa dibujándose en ambos labios al sentir el contacto.
Su piel era suave, perfecta y cálida. Maravillosa.
Movió su mano lentamente, maravillándose ante el tacto de la piel de Lauren sobre su mano.
Sin poder evitarlo, se lanzo sobre ella y comenzó a besarla intensamente, olvidando el dolor de la herida
en su labio y los golpes en su abdomen. Medio minuto más tarde ya se había soltado del agarre del
cinturón de seguridad y se había acomodado sobre las piernas de su novia y acariciaba su cuello
lentamente mientras ambas lenguas jugaban y leves gemidos escapaban por sus labios. Las manos de
Lauren solo lograron mantenerse en sus caderas diez segundos más antes de que estas apretaran
fuertemente el trasero de Camila, la chica de inmediato apartando la boca de la de su novia para permitir
escapar un leve gemido, un palpitar comenzando a sentirse en su centro.
La boca de Camila comenzó a descender desde los labios de Lauren hasta su cuello, mordiéndolo y
chupándolo sin rencor, dejando una gran marca allí. Lauren simplemente podía gemir y juguetear con los
glúteos de su novia, la chica de los lazos sintiendo que su corazón pronto saldría de su pecho.
Fue entonces cuándo las manos de Camila descendieron más abajo del cuello de su novia y se
encontraron con aquellos redondeados senos. Primero los acaricio, esperando una confirmación, la cual
recibió en forma de débiles gemidos que golpeaban su cuero cabelludo, debido a que aun estaba jugando
con el cuello de su novia, y que la hicieron sentir aun más excitada.
Comenzó a jugar con sus pechos, apretándolos débilmente y masajeandolos, dándose cuenta de
inmediato que la chica no llevaba brasier.
Camila: Vas a matarme -Susurro contra su cuello, sintiendo que podría seguir así todo el día. Lauren se
limito a aferrarse a sus gluteos, como si su vida dependiese de ello. Un gemido escapo por sus labios de
inmediato, el placer recorriendo toda su espina dorsal y golpeándola como un latigazo.
Fue entonces cuándo se dio cuenta de dónde estaban. Estaban dentro de su auto, frente a su escuela,
donde todos podían verlas.
Ni su primera vez ni la de Lauren debían de ser así.
Se alejo suspirando, aun agitada, deseando volver a estar cerca de su novia casi de inmediato. Se sentó
en su lugar y se coloco el cinturón de nuevo. Sonrío mirando a Lauren, que parecía maravillada y agitada
al igual que ella. Tenía los labios hinchados, una gran marca en su cuello y un brillos especial en sus
verdes ojos.
Lauren determino que la chica por fin había creído en lo que le estaba diciendo cuándo hizo silencio y
camino junto a ella hacía el interior de la casa. Subir las escaleras fue difícil para ambas, pero finalmente
llegaron a la habitación de Lauren, ambas cayendo en la cama de esta con brusquedad para intentar
recuperar el aliento perdido a causa del esfuerzo.
Camila, claramente, fue la primera en recuperarse. Lauren, sin embargo, seguía sintiendo que el aire le
faltaba, así que cerró sus ojos fuertemente y se concentro en recuperar lo que había perdido.
Mientras lo hacía sintió la mano de Camila acariciar su brazo sutilmente y no pudo evitar sonreír y
pensar que había hecho para merecerla. No era más que Lauren Jauregui, la chica enferma que se pasaba
los días encerrada en su habitación, pero aun así, de una inexplicable forma, Camila Cabello parecía
amarla como jamás pensó alguien lo haría.
Poco a poco, en medio de todos sus pensamientos, su respiración logro volver a la normalidad.
Se sentó lentamente, respirando profundamente mientras lo hacía, sintiendo una de las manos de su
novia sobre su espalda, ayudándola en el acto.
Lauren dejo escapar una risita por sus labios y luego sonrío, Camila imitándola.
Camila: Estoy segura de que cada vez que ríes nace un bebe…
Lauren: ¿Lo dices en serio? - “¡Ug! ¡Estúpido cerebro! ¡¿Por qué no puedes entenderla como los
demás?!”
Pero la chica jamás le respondió. Solo coloco su mano sobre la mejilla de Lauren y beso su nariz,
alejándose con una sonrisa en los labios.
Fue entonces cuando la chica recordó por que estaban allí.
Camila abrió los ojos como platos y se sonrojo casi de inmediato, Lauren soltando una leve risita ante
este hecho.
Camila: ¿Perdón?
Lauren: Quítate la camisa. Voy a traer algo para curar tu labio y hielo para tu estomago. Seguramente
tienes un gran moretón allí.
Camila: ¿Bajaras las escaleras de nuevo?… Si lo haces perderás el aire y…
Lauren: No. Chris tiene un refrigerador en su habitación. Buscare allí.
Camila: No tardes -Suplico besando ligeramente sus labios.
Lauren: Esta bien…
Camila: Lauren, yo… -Susurro avergonzada, intentando cubrir sus pechos con sus manos.
La chica de ojos verdes solo acaricio sutilmente las manos de su novia, transmitiéndole seguridad, y
coloco la bolsa de hielo sobre el moretón, un suspiro escapando por los labios de Camila.
Lauren: No deberías avergonzarte. Eres hermosa, Camila Cabello -Susurro, mirándola fijamente a los
ojos, manteniendo la bolsa de hielo en su lugar.
La chica de ojos verdes sonrío cuándo, lentamente, Camila aparto las manos de sus pechos y las coloco
sobre las manos de Lauren, acariciándolas. El ligero rubor que acompaño sus mejillas cuándo Lauren
miro irremediablement durante algunos segundos fue completamente adorable, y la chica mayor
simplemente beso dulcemente su nariz antes de ir a buscar lo necesario para curar el labio de su novia.
Lauren: Esto va a dolerte -Advirtió antes de comenzar a desinfectar la herida en el labio de Camila, que
simplemente cerró los ojos, soportando el ardor-… Creo que termine -Susurro finalmente, sentándose al
lado de su novia y ayudándola a sujetar la bolsa de hielo contra su abdomen.
Camila: Gracias -Susurro con una sonrisa, apoyando su cabeza en su hombro y depositando un tierno
beso allí.
…………….
Estuvieron quince minutos hablando de idioteces, Camila contándole a Lauren sobre lo sucedido entre
Dinah y Normani enseñándole aquel vídeo que había grabado con su celular, la chica de ojos verdes no
pudiendo evitar sonreír. Después de todo, era la capitana del ship Norminah (Conformado por los
miembros de coro, Camila, Lauren y seguramente el perro de Normani)
Esto fue lo que hizo. En cuánto toco la opción verde en la pantalla la voz de Dinah comenzó a
escucharse claramente en toda la habitación.
Dinah: Adivina quién es novia de Normani ahora… -Se escuchaba realmente contenta y orgullosa al
decir esto.
Camila: ¿La Tigresa del Oriente?
Lauren: Eso es imposible, amor. Estoy segura de que La Tigresa no conoce a…
Dinah: No está hablando en serio, Laurenzo.
Lauren: ¿Laurenzo?
Dinah: Sí, ya sabes… El macho pecho peludo celoso y posesivo que vive dentro de ti.
Lauren: No me gusta que me llames así -Susurro enojada. El apodo era demasiado masculino, y ella
claramente era una mujer. No le gustaba. La hacía sentir menos mujer que las demás. ¡No por ser
lesbiana era distinta a las otras! Es decir… ¡Ella también usaba brasier! (Dato importante para los chicos
que leen este fic: Usamos brasier porque los necesitamos porque somos chicas –Dato aportado por la
gran filosofa Lauren Michelle Jauregui)
Dinah: Esta bien… ¿Te parece Daddy Lauren?
Camila: ¡No le digas así! -Lauren suspiro, sonriendo. Le encantaba cuando su novia la defendía-… Solo
yo puedo decirle Daddy a Daddy Lauren -Las cosas buenas duran poco.
Lauren: ¡Camz! ¡No me llames Daddy!
Camila: Esta bien Daddy -Se disculpo abrazándola, la bolsa de hielo cayendo al suelo. Lo cierto era que
ya no parecía necesitarla. La abrazo fuertemente y le beso la mejilla, para luego ocultar su cabeza en su
cuello, Lauren frunciendo el entrecejo.
Lauren: ¡¿Qué te dije?!
Camila: Lo siento Daddy.
Algo le decía a Lauren que su novia solo estaba intentando fastidiarla, y lo confirmo cuándo sintió su
risa contra su cuello.
Dinah: Ustedes son tan tiernas -Susurro, una dulce risa llegando a los oídos de ambas a través del
altavoz.
Camila: ¿Dónde está Normani, Dinah? –Pregunto. Parecía confundida. Lo cierto era que Lauren también
necesitaba saberlo.
Dinah: Bueno, ella… Mila… Bueno -El diccionario mental de Lauren le dijo que la chica estaba
nerviosa-… Verás, cuando un papá y una mamá se quieren mu… No, eso es un mal ejemplo… Cuándo
Dinah y Normani se quieren mucho intentan… No, eso está mal…
Lauren: ¿Hiciste el amor con Normani? -Pregunto, una sonrisa formándose en sus labios y la pregunta
saliendo efusivamente. Era extraño como su cerebro había trabajado de forma tan rápida y analítica esa
vez.
Camila: ¡Lauren!
Dinah: Dejare que lo adivinen…
Normani: ¡AMOR! ¡APRESURATE! ¡EL AGUA SE ESTA ENFRIANDO… Y YO TAMBIÉN!
Dinah: ¡YA VOY, MANI!… Lo siento chicas, tengo que irme.
Camila: ¿No crees que vas muy rápido, Dinah?
Dinah: Conozco a Mani desde hace siete años. Estoy segura de que en realidad voy bastante lento.
Y sin más la llamada finalizo.
……………
Estuvieron juntas durante una hora que pareció ser perfecta. Se besaron, hablaron, se miraron. Para
muchos leerlo podría resultar poco interesante, pero lo cierto es que cuándo estas con esa persona ni
mirar la pintura secarse puede resultar aburrido.
Camila: Tenemos que hacer algo con tus paredes -Susurro mirándolas fijamente. Eran tan blancas,
vacías y aburridas…
Lauren: ¿Cómo qué?
Camila: ¿No tienes fotos de tus artistas favoritos?
La chica asintió. La verdad era que tenía un montón, todas guardadas en un ordenado álbum que no
hacía nada más que llenarse.
Camila: Perfecto.
Quince minutos más tarde Lana del Rey y las chicas de Thug Harmony ocupaban una pequeña parte de
su pared. Lauren las había ordenado bien, de modo que en su pared no reinara el caos.
Lauren: Lana es perfecta -Susurro apareciendo la foto durante varios segundos, una sonrisa formándose
en sus labios.
Camila la abrazo ligeramente, besando su mejilla y luego acariciándola con ternura. La chica de ojos
verdes no pudo evitar cerrar los ojos y sonreír aun más ante este adorable gesto. Realmente, Camila
Cabello era perfecta.
Camila: Linda marca -Susurro alejándose, mirando su cuello. Lauren de inmediato recordó lo sucedido
en el auto, y su centro palpito aun más. No pudo evitar acercar bruscamente sus caderas aun más. El
sonido que salió por los labios de Camila fue la gloria-… Jódeme Lauren -Su voz se escuchaba tan
ronca.
Y sin más, unió sus labios de nuevo, guiando a su novia hacía la cama inconscientemente. Su cuerpo ya
no hacía caso a su mente. El placer y el amor por Camila era quienes la guiaban ahora, aunque parezca
tonto e ilógico.
Beso el cuello de su novia una y otra vez, mordisqueándolo y chupándolo sin piedad, los gemidos
escuchándose cada vez más altos por parte de ambas, una rodilla presionando levemente el centro de
Camila.
Fue entonces cuando Camila aparto las manos de su trasero, Lauren dejando escapar un gruñido ronco
por la falta de contacto, las mordidas en el cuello de Camila aumentando debido a la frustración.
De repente la chica de la ventana sujeto las manos de Lauren, que hasta ese instante habían estado
posadas sobre su trasero, masajeándolo intensamente.
Camila: Aquí -Indico con voz ronca, las manos de Lauren siendo llevadas a los pechos de la chica,
cubiertos solo por su sujetador rosa.
Camila: Esta bien -Susurro separando sus manos de las de Lauren y envolviéndolas al rededor de su
cuello.
Lauren dudo un poco antes de seguir. Miro los ojos de su novia, que se habían vuelto más oscuros de lo
normal, luego descendió hasta sus labios hinchados y finalmente miro sus manos posadas sobre aquellos
pequeños, redondeados y firmes pechos. No pudo evitar mirarlos más de los debido, y un impulso la
llevo a apretarlos ligeramente, disfrutando de la sensación de humedad aumentando en su entrepierna al
escuchar el gemido que su novia libero y sus uñas clavadas en su cuello.
Unió sus labios con los de su novia sin más, masajeando intensamente sus pechos, los gemidos de
Camila golpeando su garganta y sus uñas arañando su cuello.
Presiono el centro de Camila con su rodilla cuándo sintió sus manos apartarse de su cuello y bajar
lentamente a su camisa, comenzando a desabotonar el primer botón de su camisa. Libero un suspiro
contra sus labios cuándo sintió las suaves manos de su novia recorrer la piel expuesta.
Fue entonces cuando sucedió.
El sonido de la puerta principal al ser abierta las hizo separarse rápidamente, mirándose a los ojos con
temor.
XX: ¡HIJA! ¡ESTAMOS EN CASA! -Escucho gritar a su padre. Cuándo Lauren miro el reloj se dio
cuenta de que era bastante tarde.
YY: ¡Y TRAJIMOS A ALGUIE ESPECIAL! ¡SUBIRA PRONTO! -Grito su madre.
Lauren: Escóndete bajo la cama -Dijo a su novia-. Y colócate una camisa. Si recuerdo que estas así allí
abajo iré a buscarte y nada va a detenerme.
Camila solo asintió sonriendo, se coloco la camisa a toda velocidad y la miro una vez más, besando
rápidamente sus labios antes de ocultarse, una sonrisa dibujándose en los labios de Lauren.
La sonrisa se borro en cuánto ese “alguien” entro a la habitación.
Lauren: Luis… -Susurro.
Luis: Sí, yo… -Se estaba acercando. Demasiado.
Lauren: ¿Qué haces acá?
Luis: Verás, he pensado mucho en lo que paso entre nosotros y en como termino todo y…
Lauren: Quédate allí, por favor -Estaba demasiado cerca. Tan cerca que incomodaba.
Luis: Te ves muy bonita –La halago, mirándola con una intensidad que no le gustaba.
Lauren: ¡Deja de mirar mis piernas! -Exigió. Quería gritar, decirle a su madre que no quería ver al chico
nunca más, pero lo sucedido anteriormente con su novia le había quitado el aire de los pulmones y
simplemente no podía.
Luis: ¿Qué es eso que tienes en el cuello? -Pregunto, frunciendo el entrecejo en una mueca aterradora.
De inmediato Lauren cubrió su cuello, recordando la gran marca que Camila había dejado allí, sonriendo
al pensar en la chica que estaba descansando bajo su cama- ¿Ya estas con alguien más?
Luis: Eres tan estúpida… -Susurro, escupiendo mientras hablaba y se acercaba a ella-. ¿Por qué?
Lauren: Lo nuestro no fue real. Lo sabes… Y han pasado años.
Luis: ¡Al inicio lo fue! -Estaba cerca, muy cerca. Lauren intento alejarlo, pero el chico era más fuerte de
lo que ella nunca sería.
Lauren: ¡Nunca lo fue! ¡Tú lo creíste! ¡Yo solo quería que mi mamá dejara de llorar por mí!
Luis: Entonces eres una estúpida por haberme usado y…
Lauren: Tu lo sabías, Luis. Tú también tenías algo que ocultar… Y tú fuiste quien cometió el error.
Luis: Pero yo me enamore de ti…
Lauren: ¿Y por eso me engañaste?
Luis: No podía engañarte. Nuestra relación no era real.
Lauren: Entonces tu amor tampoco -Finalizo.
El chico simplemente suspiro y sujeto los brazos de Lauren, ella de inmediato comenzando a respirar
agitadamente. El aire comenzó a faltar en sus pulmones cuándo Luis comenzó a besar su cuello.
Lauren: Déjame en paz -Susurro, sus ojos humedeciéndose. Le gustaba cuándo Camila hacía eso. Luis
era un asco.
Luis: Tal vez tengas razón. No te ame. Pero aun así quiero hacerte mía, Lauren…
Lauren: Camz -Susurro entre lágrimas, pidiendo ayuda a la chica bajo su cama, pero sabía que no la
había escuchado, y que tal vez no sabía lo que estaba sucediendo debido a la poca visión que debía de
proporcionar el lugar.
Fue entonces cuando Luis se levanto. Lauren ni siquiera pudo correr, pues no tenía aire en sus pulmones,
así que solo miro aterrada como el chico se quitaba los pantalones y los boxers al mismo tiempo, Lauren
de inmediato cerrando sus ojos. No quería verlo. No quería ver algo tan asqueroso que le haría a ella
cosas asquerosas.
Espero el ataque chasqueando sus dedos nerviosamente. Espero a ser violada sin siquiera poder gritar o
luchar. Espero que llegara el dolor. Espero que él se llevara de forma atroz la virginidad que por años
había guardado.
Pero eso no paso, pues una voz resonó en una habitación.
Lauren abrió los ojos, agitada, y se encontró con la versión de su novia realmente enfadada frente al
chico, quien intentaba vestirse rápidamente, con una emoción en el rostro que Lauren solo reconoció
como frustración.
Luis: ¿Novia?… ¿Es tu novia, Lauren? -Pregunto, la chica sintiéndose aterrada por el solo hecho de
verlo- ¡Lesbiana asquerosa!
Camila: ¡CALLATE! -Grito, empujándolo fuertemente.
Clara: ¿QUÉ SUCEDE A…?
Clara: ¡¿QUÉ ESTA HACIENDO LA HIJA DE LOS VECINOS ACA, LAUREN?! ¡¿ACASO NO
HAS ESCUCHADO QUE ES UNA ESTÚPIDA LESBIANA?!
Luis: ¡TU HIJA TAMBIEN LO ES, CLARA! ¡ES SU NOVIA!
Clara: ¡¿QUÉ?!
Era tanto lo que estaba sucediendo en el lugar que nadie noto el hecho de que Lauren estaba llorando,
chasqueando sus dedos, rasguñando la piel de sus piernas, sintiéndose una completa idiota inservible que
solo creaba problemas hasta que sintió unas tranquilizadoras manos sobre las suyas, sus chasquidos
deteniéndose al instante.
Camila: ¿Estás bien? -Pregunto mirándola a los ojos, intentando secar sus lágrimas. La chica de ojos
verdes solo pudo negar con su cabeza.
Fue cuando sintió los reconfortantes brazos de Camila a su alrededor, y supo que todo estaría bien, que
Luis ya no estaba tocándola, que todo había pasado.
Se abrazo fuertemente a ella, como pidiéndole que no la dejara, y sintió un dulce beso en su frente, al
igual que sus mano jugando con la suya.
Y, simplemente, lloro. No porque Camila estuviese a su lado, sino porque, a pesar de que todo había
pasado, aun podía sentir su olor en su piel y sus manos recorriendo su cuerpo.
Cuándo fue un poco más consciente de lo que sucedía, Lauren vio a su padre salir junto a Luis de la
habitación y a Clara mirando a las chicas con los brazos cruzados.
Clara: Bien -Comenzó cruzándose de brazos, su esposo sentándose a su lado, sonriendo amistosamente a
la pareja ya conocida, intentando darle a Camila un poco de confianza-. Creo que es tiempo de que
comiencen a hablar.
Camila asintió nerviosamente, sujetando fuertemente la mano de su novia, como si de ella dependiera su
vida.
Sorpresivamente, la chica de la ventana fue la primera en responder. No es que Camila dudara de ella,
pero conocía bien a su novia y había pensado que tal vez estaría en shock.
“Deberías estar acostumbrada al hecho de que Lauren te sorprenda”
Lauren: Nos conocemos desde hace algunos meses, mamá. Un día yo estaba mirando a través de la
ventana y Camz también lo hizo y… comenzamos a hablar.
Clara: ¡¿La ventana?! ¡¿Te enamoraste de una chica que conociste por una ventana?! ¡Pudo haber sido
una asesina en serie con pánico a las vacas, Lauren!
Lo cierto era que Camila no lo olvidaba. Tenía tiempo sin pensar en ello, si, pero no olvidaba aquel día
en el que por primera vez había sentido tanto temor por la vida de su, en ese entonces, amiga.
Clara: Lo recuerdo -Asintió-… Pero es que… ella no es así, Mike… Ella estuvo con Paul y con Luis.
Ella los amo. Ella…
Lauren: ¡JAMÁS AME A LUIS, MAMÁ! ¡FUI SU NOVIA SOLO PARA QUE DEJARAS QUE
LLORAR TODAS LAS NOCHES POR TENER UNA ESTUPIDA HIJA ENFERMA!
Mike: Lauren, tu no eres…
Lauren: Te escuchaba llorar, mamá. Le preguntabas a papá por que no podías tener una hija como las
demás -Camila se arrodillo a su lado, sujetando sus manos, lo chasquidos deteniéndose y la cabeza de su
novia recostándose sobre su pecho. Sus ojos se humedecieron al ver a su novia romperse bajo sus
brazos-. Le decías que preferirías mil veces tener una hija drogadicta y embarazada antes que una
enferma. Le decías todas estás estupideces y pensabas que no te escuchaba, pero lo hacía mamá… Lo
hacía… Y no me gustaba. Dormía llorando mamá, y me sentía tan deprimida que… -Suspiro-. Quería
lanzarme por esa estúpida ventana. Lanzarme para cumplir tus sueños. Una hija muerta debía de ser
mejor que una hija enferma, mamá… Pero la señora Marta me detuvo. Ella solo me miro, y supe que
estaba mal. Que quería tener su edad algún día… Y por eso comencé a mirar a través de la ventana.
Mirar a través de ella me recordaba que a pesar de todas las estupideces que tu decías tenía que vivir,
porque, tal vez algún día yo podre salvar a una chica como ella me salvo a mi.
Camila suspiro entristecida. Su abuela siempre había logrado hacer que una vida mierda no pareciera
tanto una vida mierda. Deseo abrazarla en ese mismo momento. Su abuela no solo la había hecho feliz.
Su abuela, sin pensarlo, había salvado al amor de su vida.
La rodeo con su brazos sin poder evitarlo. Tal vez ella también necesitaba un abrazo luego de escuchar
lo que había escuchado.
Camila la abrazo fuertemente y coloco una de sus manos contra su pecho, susurrándole al odio que debía
respirar tranquilamente. No logro calmarla por completo, pero algo es algo.
Y sin decir más se dirigió a la cocina, Mike suspirando y yendo rápidamente tras ella. Camila sabía que
el hombre intentaría hacer cambiar a Clara de opinión, pero realmente lo veía difícil.
Volvió a la realidad cuándo sintió a su novia levantándose, Camila siguiéndola de inmediato, tomando
su temblorosa mano entre las suyas, depositando un protector beso en sus nudillos
“¡Brillante, Karla!… Es obvio. Su madre acaba de pedirle que se vaya de su casa… ¿Qué crees que
sucede?”
Lauren: Tengo que irme -Suspiro limpiando sus lágrimas con su mano libre. Camila la ayudo, no
queriendo ver sus hermosos ojos color esmeralda llenarse de tristeza.
Camila: ¿Dónde iras? -Pregunto preocupada.
Camila de inmediato supo que era una mala idea. La chica bajita acababa de perder a su esposo, y
Lauren su casa. No era una buena mezcla, la verdad.
Camila: Ni hablar -Susurro besándola tiernamente, sujetando una de las grandes maletas de Lauren y
llevándola fuera-. Te quedaras conmigo -Decidió.
………………….
Se habían ido sin más. Seguramente los padres de Lauren ni siquiera habían escuchado la puerta
principal cerrarse debido a sus gritos.
Caminaron unos cuántos pasos hasta situarse frente a la puerta de la casa de los Cabello. Sinuhe y
Alejandro ya debían estar allí junto a Sofi. Camila suspiro y beso la mejilla de su triste novia.
Tal vez no sería la mejor presentación, pero no tenía más opción. No dejaría a Lauren sola en algo así.
Era su novia, la amaba, y no estaba con ella solo para recibir unos cuántos besos. Estaba con ella para
apoyarla cuándo más lo necesitaba.
Entraron en silencio, Lauren aun con la cabeza baja, el sonido de la radio encendida en la cocina
llenando el lugar.
Camila dejo una de las maletas de Lauren al lado del sofá, la chica de ojos verdes haciendo lo mismo
con la que ella cargaba.
Camila: Siéntate acá y espérame -Pidió a Lauren, sentándola en el sillón, depositando un dulce beso en
su húmeda mejilla-. Volveré pronto, y todo estará bien.
Lauren: ¿Lo prometes?
Camila se hecho a reír de inmediato. No debió haberlo hecho, pero aun así el sonido salió de sus labios
inconscientemente.
Estaba segura de que sus amigas no se habían detenido ni un momento a jugar.
Sinuhe: No te rías…
Camila: Lo siento -Susurro-… Mamá, en serio necesito decirte algo.
Alejandro: Tal vez deberías escuchar a tu mamá, hija…
Camila: Lauren esta aquí…
…………..
Camila les había contado todo lo sucedido, ignorando a Luis y omitiendo lo que habían hecho antes de
que el chico llegara a casa. Les contó como se habían conocido, cómo habían estado viéndose e incluso
les hablo de Troy y su primer beso. Ya no valía la pena ocultar más nada. En cuánto la vieran, lo sabrían.
Sus ojos se abrieron como platos al recordarla, pues media hora atrás había dejado a su novia sentada en
el sofá, entristecida, prometiéndole que regresaría pronto.
Se golpeo la cabeza fuertemente con la palma de la mano y salio rápidamente de allí, ignorando los
rostros confundidos de sus padres.
Lauren podría haber tenido un ataque y ella no lo hubiese sabido. Lauren podría estar llorando. Podría
estar rasguñando la piel de sus pies. Podría estar destrozando sus crucigramas…
La encontró jugando con Sofi animadamente sobre el suelo.
Sofi: ¡Camila! ¡¿Sabías que tu novia tenía las Barbies de Thug Harmony?!
………………
Camila rodeo con sus brazos la cintura de su novia cuándo esta se puso de pie, arreglando su camisa.
Seguía sin llevar pantalones, y a pesar de que no era el momento, Camila no podía evitar sentirse
distraída.
Lauren: Hola, soy Lauren -Se presento con la miirada baja ante los padres de Camila, Sofi ayudándola a
guardar sus muñecas de nuevo.
Sinuhe: Un gusto conocerte Lauren -La saludo con una sonrisa, estrechando su mano, Camila sabiendo
que el contacto la había incomodado en cuánto sintió a su novia tensarse-. Y este es mi esposo,
Alejandro.
Sofi: Lauren es muy divertida -Dijo a sus padres, guardando la Barbie de Boyfriend Ally, la cual era tan
pequeña que solo habían necesitado la mitad de los materiales para hacerla-… ¿Recuerdan que les dije
que le había devuelto un crucigrama y me había parecido gruñona? Me equivoque. Es más divertida que
Brenda…
Lauren: ¿Brenda?
Sofi: Sí, Brenda Brown, la hermana de Peter.
Camila observo a su novia abrir mucho los ojos, como si estuviese recordando algo.
Camila sonrío al escuchar a su novia hablar de surfanbalaya. La forma en la que podía pasar de ser su
avergonzada y nerviosa novia a una gran fangirl era increíble.
El carraspeo de sus confundidos padres las hizo volver a la realidad.
La pequeña simplemente asintió y su rostro volvió a iluminarse. Coloco las Barbies de Thug Harmony
en un sitio especial para que no se arruinaran y siguió arreglando la ropa de Lauren junto a su hermana,
haciendo preguntas cada cinco segundos.
Camila: ¡Sofi! ¿Quieres saber un secreto? -Pregunto cansada, sabiendo que la próxima confesión la haría
callar.
Sofi: ¡Si! ¡Si! ¡SI!
Camila volteo su mirada hacía la dirección en la que había escuchado hablar a la voz de su madre, y se
encontró con los hermosos ojos verdes de su sonriente novia.
Alejandro: Ya sabes de lo que hablamos, Lauren. Te dejaremos quedar acá solo si estas en tu habitación
a las diez, duermen en habitaciones separadas y prometes no sobrepasarte con mi hija bajo este techo.
Lauren simplemente asintió, mirándolo con respeto, Camila dejando escapar un leve gruñido de
frustración que nadie escucho… No era como si hubiese querido…
… Bueno, tal vez si…
Lauren: Prometo hacer todo lo que me piden, y mantener la casa limpia…
Alejandro: Ya te dijimos que no tienes que hacer eso, Lauren.
Lauren: Pero yo quiero hacerlo. Sera mi forma de pagarles por todo esto… Es decir, ni siquiera me
conocen y… no aceptaron el dinero.
Sinuhe: Haces feliz a Camila, Lauren. No hay mejor pago que eso…
La chica de ojos verdes simplemente sonrío, mirando a Camila, que le devolvió el gesto de inmediato.
Suspiro. Le encantaba verla sonreír. Le hacia sentir mariposas en el estomago.
Simplemente, estaba enamorada.
Sinuhe: Las dejaremos un rato, chicas. Aun falta una hora para las diez… En cuánto a ti, Sofia. Hora de
dormir. Sin peros.
Alejandro: Tu novia es una buena chica, Camila -Le dijo a su hija en cuándo Lauren entro al baño para
darse una ducha-. No la dejes ir.
Y simplemente se marcho.
…………..
Camila también había corrido a ducharse. Fue el más corto baño de su vida. Lo único que quería hacer
era abrazar a Lauren en ese momento y besarla hasta que dieran las diez.
Sus moretones estaban mejores. En realidad, ya no dolían.
… Tal vez no lo hacían porque estaba acostumbrada al dolor…
Se coloco su ropa interior y una camisa rosa lo suficientemente larga como para cubrir su trasero, pero
tan corta que mostraba gran parte de sus piernas, y se dirigió a la habitación de Lauren. Dos podían jugar
ese juego.
Cuándo llego, Lauren aun estaba dentro del baño. Se sentó sobre la cama y aburrida tomo el celular de
su novia, sabiendo que la contraseña de este era “KarlaPeloHazmeTuya”. La chica tenía a penas un par
de mensajes de Brad, otro par de Vero y finalmente una gran conversación con Ally. Tenía también
varias notificaciones en su cuenta fan en twitter, pero nada realmente importante, y finalmente tenía
varios mensajes de un grupo de Whatsapp llamado “Thug Harmony is my life”, conformado por otras
diecisiete chicas, entre ellas Becky. No hablaban nada serio, y aunque todas parecían coquetear con
Lauren, su novia no parecía darse cuenta. Respiro un par de veces, intentando calmarse al ver los miles
de mensajes sugerentes, pero los celos pudieron con ella cuándo nuevos mensajes comenzaron a llegar.
Mariana-Mom Mani dame hijos: estoy segura de que todas ordeñaríamos a “gOOgle Lauren”…
Fue este mensaje final el que la hizo estallar. Con furia presiono la pantalla del celular de su novia, no
dándose cuenta de que esta ya estaba allí, frente a ella, observando sus piernas con cara de boba.
Fue allí cuándo la cuenta fan de Lauren comenzó a llenarse de menciones. Era claro que no conocían su
cuenta personal, pues sino las chicas habrían sabido su romance mucho tiempo atrás..
Camila no podía evitar reír con muchos de los comentarios, y tampoco podía evitar reírse de aquellas
chicas que les pedían una selfie juntas. Seguramente si hubiesen conocido el twitter de Dinah habrían
tenido selfies suficientes para un año.
Se aparto bruscamente cuándo sintió unos brazos rodear su cintura y un beso depositarse en su cuello.
Lauren: ¿Puedo saber que haces con mi celular? -Pregunto besando su cuello de nuevo, un escalofrío
apoderándose del estomago de Camila cuándo sus dientes rozaron su piel
Camila: ¿Puedes explicarme por qué tus “amiguitas” del fandom no saben que tienes novia?
Lauren: No lo saben porque si se los dijera me pedirían una selfie y no me gusta… Espera. ¿Cómo
sabes?
Camila: Lo vi en tu celular…
Lauren: ¡Camila! -Le reclamo, quitándoselo de inmediato de las manos, revisando sus mensajes y
notificaciones, colocando caras de horror. De inmediato, aunque no era la ocasión, Camila se dio unos
momentos para observar a su novia, y la encontró vistiendo un lindo pijama de pantalón gris y camisa de
mangas largas del mismo color, junto a calcetines blancos que, como siempre, debían de llegarle a la
rodilla.
Camila: Linda ropa -Susurro acariciando su abdomen por encima de la tela, permitiendo a uno de sus
dedos viajar bajo ella, acariciando lentamente la piel de su cadera.
Lauren: Lo mismo digo sobre tu camisa. Estuve cinco minutos mirándote, y… Tus piernas son
perfectas…
Camila: Puedes tocarlas si quieres…
Fue entonces cuándo Lauren la miro, elevando una de sus cejas.
Camila simplemente sonrío. No valía la pena seguir buscando venganza en situaciones dónde tenía las
de perder.
Suspiro profundamente, beso ligeramente sus labios y decidió apreciarla.
Su mirada viajo lentamente por cada mínima parte del cuerpo de su novia, desde sus cubiertos pies hasta
su ligeramente húmedo cabello.
Camila: Te ves tan sexy, Lauren. Estoy segura de que incluso te verías sexy vestida de monja -Susurro
acariciando el cuello de la chica de la ventana, mirando sus manos mientras lo hacía, pequeñas
cosquillas viajando a su centro.
Lauren: Camz… ¿Te tomarías una foto conmigo?
Camila: ¿Qué?
Lauren: Por favor. No van a dejarme en paz si no les doy nuestra foto y…
Camila: Lauren, si no quieres hacerlo no tienes que… es decir… ellas no te conocen, solo Becky y…
estoy segura de que Becky no esta pidiendo una selfie.
Lauren: Quiero hacerlo. Quiero que sepan lo muy afortunada que soy de tenerte y que no te cambiaría
por nada. Quiero que sepan que yo soy la Loren de tu Karla, y que tu eres la Karla de mi Loren. Y que
somos Camren, y que somos reales -Susurro acercándose a sus labios y besándolos con rapidez, Camila
dejando escapar un suspiro- ¿Pero te parece si me escondo en tu cuello? En serio me incomodan las
fotos y no quiero que todas me vean…
Camila: No hay problema, Lauren Jauregui.
Segundos después Lauren ya tenía su cabeza escondida en el cuello de Camila, sus manos aferrándose a
su camisa fuertemente. Camila tomo el teléfono de su novia, y besando la parte superior de su cabeza
tomo la foto, subiéndola al twitter de Lauren bajo la mención “Mi sexy novia Karla Camila Cabello. Es
celosa, y la única que puede tocarme cuándo quiera y dónde quiera”
No lo hicieron.
…………………..
Camila: Faltan cinco minutos -Susurro escondiendo su cabeza en el cuello de su novia, respirando
profundamente su aroma.
Lauren: Quédate, Camz…
Camila: No puedo, Lauren… Escuchaste lo que dijo mi mamá y…
Lauren: Quedate, por favor… Tengo miedo -La interrumpió en un susurro.
La chica de ojos marrones de inmediato se alejo un poco de su novia y la miro fijamente a los ojos,
acariciando su mejilla para luego depositar un casto beso en sus labios. De inmediato, la sintió temblar.
La chica de la ventana simplemente asintió, elevando una de las comisuras de su labio en una falsa
sonrisa que Camila conocía bastante bien.
La chica de inmediato se negó, limpiando dulcemente la mejilla de su novia, sujetando su barbilla para
obligar a Lauren a mirarla.
Camila: No lo eres, Lauren. Hoy fuiste tu quien evito que Austin siguiera golpeándome. No eres una
inútil, Lauren… Solo no estabas en tu mejor momento debido a lo que hice antes de que Luis llegara.
Lauren: ¿Qué quieres decir? ¿Qué hiciste?
Camila sonrío pícaramente y la miro a los ojos, tomando las manos de su novia y llevándolas
burlonamente hasta su trasero, colocándose sobre su novia divertidamente. La respiración de Lauren se
volvió irregular al instante.
Camila no quería verla llorar. Prefería escucharla gemir.
Camila: Te volví loca -Susurro contra su oído, sonriendo y mordisqueando levemente el lóbulo de su
oreja, descendiendo lentamente cada segundo, hasta finalmente encontrarse con su cuello y dirigir sus
manos a los costados de su novia.
Sin poder resistirse presiono sus costillas, escuchando una leve risita bajo sus labios. Lo hizo de nuevo y
Lauren comenzó a reír ante las cosquillas.
Escucharla reír era su cosa favorita para hacer en el mundo.
Lauren estaba carcajenadose fuertemente, Camila haciendo lo mismo escondida en su cuello, cuándo la
voz de Sinuhe las interrumpió.
Sinuhe: Es tiempo chicas -Susurro.
………………….
Camila no podía dormir. Luego de haber besado a Lauren por última vez había mirado sus ojos… Había
pánico en ellos.
Regresar a la habitación tal vez le prohibiria a Lauren permanecer allí, pero por otra parte, imaginarla
sufriendo era demasiado para su enamorado corazón, así que hizo lo que pensó era correcto.
Tal vez podría explicarle a sus padres por qué había hecho que lo que hizo en la mañana, pero no podía
seguir pensando en el hecho de que su novia estaba sufriendo en una habitación desconocida.
Se acerco al cuarto de huéspedes silenciosamente, encontrándose, en medio de la oscuridad, a una
Lauren Jauregui sentada sobre su cama.
Camila: ¿No puedes dormir? -Pregunto silenciosamente, corriendo las mantas y sentándose a su lado,
abrazada a su cintura.
La chica asintió, y sin demora ambas se recostaron juntas en aquella cama, abrazándose la una a la otra.
Lauren: No fue el… mejor primer mes -Susurro entristecida, Camila acomodando su cabeza en el pecho
de su novia.
Camila: Habrá muchos más meses -Susurro acurrucándose, ambos cuerpos dándose calor a mitad de la
fría noche.
Lauren: ¿Lo prometes?
Camila: Lo prometo…
Sinuhe: Oh, Lauren… No esperaba verte -Le dijo con una sonrisa, colocando una mano sobre su espalda
cariñosamente, Lauren no sintiéndose completamente cómoda con el contacto-. Buen día.
Lauren: Les hice el desayuno -Susurro alejándose un poco de la pareja, no comprendiendo como después
de la amplia charla que habían tenido el día anterior aun no podía sentirse bien junto a ellos. Sinuhe era
definitivamente una madre divertida y de mente abierta que la chica de ojo verdes habría pagado por
tener, y Alejandro era un hombre bastante cálido y de mirada reconfortante. Tal vez estaba destinada a
no disfrutar jamás del contacto físico.
Sinuhe: No tenías que hacerlo, Lauren -Susurro, Lauren entregándoles sus respectivos alimentos y
guiándolos al comedor tímidamente.
Lauren: Quiero hacerlo -Susurro.
Luego de esto, ambos decidieron asentir, sabiendo que la chica no cedería, comenzando a desayunar.
El hombre asintió lentamente, calmándose ante el contacto. Sinuhe lograba calmar a Alejandro de la
misma forma en la que Camila lo hacía con ella.
Sinuhe: Es algo tarde… ¿Crees que puedes despertar a Camila? Yo iré a despertar a Sofi en unos
minutos.
Lauren simplemente asintió, dirigiéndose a las escaleras, mirando aterrada el gran trayecto que tenía por
delante.
Subió lo más rápido que pudo, alegrándose al llegar a la cima y entrando a la habitación de Camila
rápidamente, sentándose de inmediato en la cama, intentando recuperar el aliento, no dándose cuenta de
que su novia ya no estaba recostada allí. Le tomo cinco minutos volver a sentir que no estaba por
asfixiarse.
Se sorprendió al escuchar la puerta del baño abrirse, una gran cortina de vapor saliendo de allí junto a
una Camila en ropa interior roja, su aliento marchándose de nuevo.
Trago saliva con dificultad, admirando con los ojos bien abiertos a su novia, que se giro rápidamente a
cerrar la puerta de su habitación, no dándose cuenta de que Lauren estaba allí, la chica de ojos verdes no
pudiendo evitar ver el poco cubierto trasero de su novia.
“Idiota, deja de mirarla”
“Tu también quieres mirarla”
“¿Es que acaso no viste su culo, idiota? Es perfecto”
“Cállate y déjame seguir mirándola… ¿No hace calor aquí?”
Camila: ¡Lauren! -Exclamo no demasiado alto al darse la vuelta, cubriéndose los pechos casi de
inmediato, como si hubiese algo más que cubrir que el brasier no pudiese.
Intento hablar, pero estaba demasiado concentrada en admirar las perfectas piernas de su novia como
para hacerlo.
Camila: ¡Lauren!
La chica agito su cabeza, intentando concentrarse en los ojos de su novia y su sonrojado rostro. Sonrío.
Camila sonrojada era la cosa más tierna que jamás había visto en su vida.
La chica de ojos verdes la miro suplicante. Realmente quería hacerlo. Quería que sus manos sintieran la
cálida piel de Camila bajo estas, y que la electricidad en su cuerpo le demostrara que no estaba soñando.
Camila: Si me miras así no puedo negarme, Lauren -Sonrío, acercándose lentamente, Lauren no
pudiendo evitar desviar su mirada a sus piernas nuevamente- Deja de hacer eso -Exigió juguetonamente,
cubriendo por unos segundos los ojos de su novia cuándo estuvo lo suficientemente cerca.
Lauren dejo escapar un profundo suspiro cuándo sintió a Camila sentarse sobre sus piernas, un par de
ojos deseosos encontrándose.
Lauren: Eres hermosa, Camila Cabello -Susurro deslizando su mirada por toda la extensión visible del
cuerpo de Camila. Observo sus suaves y delgadas piernas uniéndose con las suyas, también descubiertas
debido al short, el contacto entre pieles causandole un agradable hormigueo que terminaba en su centro.
Observo los brazos de Camila al rededor de su cuello, y sus propias manos enredadas en la cintura de la
menor.
Sin temor alejo sus manos de su cintura y descendido hasta que estas se posaron en sus muslos, ambas
suspirando, Lauren recorriendo con la punta de sus dedos una pequeña extensión de piel allí, Camila
erizándose bajo su contacto.
Y Lauren, que habría dado hasta su último respiro por aquella chica de ojos chocolate y enorme sonrisa,
lo hizo, aferrándose a sus muslos como si no quisiera dejarla ir.
…………….
Camila se había marchado minutos después, Lauren sintiendo un gran vacío al no poder tenerla un poco
más. No era como si no estuviese acostumbrada a no verla durante las mañanas, pero ese día realmente
necesitaba a alguien. Estaba en una casa desconocida, con cosas desconocidas, con rutinas desconocidas,
pasando por una situación desconocida. Necesitaba la mano de Camila para sentirse un poquito mejor
con esto.
Tampoco la vería en la tarde, ya que había quedado de verse con Ally en el hospital. No es que le
desagradara la idea, pero ver cinco minutos a su novia antes de irse no le haría ningún mal.
Ya que no necesitaba diálisis podía aprovechar sus jueves mejor que antes, y Lauren solo podía sonreír
al pensar en esto. ¡Saldría a solas con Ally por primera vez en años! Tal vez incluso irían al cine para
rememorar los momentos en los que solo eran Lauren y Ally, las dos mejores amigas que el universo
jamás unió.
Además, la pequeña necesitaba su ayuda. El amor de tu vida no se olvida en unos cuántos días.
En realidad, el amor de tu vida nunca se olvida. Solo se aísla.
Sinuhe, Alejandro y Sofi también se habían ido. Había trabajos y escuelas en sus vidas. Había algo más
que soledad.
Se dedico a organizar y limpiar la casa de los Cabello durante toda la mañana, concentrándose
especialmente en la desordenada habitación de su novia.
La amaba, sí, pero estaba segura de que el bus de Thug Harmony era mucho más limpio… tomando en
cuánta que las cinco eran unas completas desorganizadas.
Camila se ocupo de mensajearla en sus pocos minutos libres, el rostro de Lauren siempre iluminándose
al ver su nombre en la pantalla de su celular.
Fue durante el almuerzo cuándo recibió su llamada.
Camila: Adivina quien soy -Escucho con un tono de voz juguetón en cuánto se llevo el celular a la oreja.
Lauren: Amor, vi tu nombre en la pantalla, y no podría confundir tu voz. Estas loca si crees que no se
quien e…
Camila: Es un juego, Lauren -Explico pacientemente-. Se supone que tu finges no saber quien soy,
coloco mi mejor voz sexy, te doy datos acerca de lo muy atractiva que luzco y terminamos teniendo una
rápida sesión de sexo telefónico…
Lauren: Lo… lo siento. No lo sabía -Se disculpo nerviosa. No podía creer que su novia realmente
deseara tener sexo telefónico con ella en esos momentos, pero tampoco tenía intereses en replicar.
Camila: Tal vez podríamos saltarnos la última parte. Es decir, no quiero tener mi primer orgasmo a
través de un teléfono y… ¡DINAH! ¡DEJA DE MIRARME ASI!… El punto es que soy yo, estoy
enamorada de ti, y quiero hablar contigo.
Normani: ¡Ves, Dinah! ¡Deberías decirme cosas así! ¡No solo…!
Camila: ¡NO VUELVAS A DECIRLO O TE GOLPEARE, NORMANI KORDEI!
Lauren: ¿Qué sucede allá, amor? -Pregunto confundida, sentándose en la cama de su novia, cansada por
haberse mantenido de pie luego de dos horas de ardua limpieza. Su corazón palpitaba como si hubiese
corrido una maratón- ¿Por qué quieres golpear a Normani? ¿Te hizo algo malo?
Camila: No, no, ella solo… Al parecer nuestra querida amiga Dinah no es muy romántica que
digamos…
Dinah: ¡Si lo soy! ¡Ayer le dije unas catorce veces que chuparía sus abdominales hasta el fin del mundo!
Normani: ¡Dinah! ¡Eso no es ser romántica!
Camila: Lo siento, digamos que es su primera pelea de pareja luego de veinticuatro horas de noviazgo.
Ya sabes, las cosas van rápido con Norminah… Estoy segura de que Normani quedara embrazada para
mañana si siguen así…
Lauren: Amor, Dinah no puede embarazar a Normani -Aclaro. Tal vez el desayuno que le había dado la
había afectado un poco.
Camila: No hablo en serio, Lauren -La escucho reír.
Lauren: ¡No te burles! -Exigió.
Dinah: ¡Ves, Normani! ¡Mila no es una buena novia! ¡Jamás habla en serio!… Prometo que estaba
hablando muy en serio cuándo ayer te dije que estaba tan excitada que…
Normani: ¡Dinah!
Dinah: También hablaba en serio cuándo dije que quería chupar tus abdominales.
Normani: ¡Dinah! ¡Por favor!
Dinah: ¡¿Que?! ¡Es cierto! ¡Todos quieren chuparte los…!
Camila: Lo siento, tal vez tenga que irme si no quiero que estas dos se maten entre sí…
Lauren: Si sirve de algo, dile a Normani que Dinah tiene razón. Yo también quiero chupar sus
abdominales.
Camila: Normani, Lauren dice que tu novia fácilmente excitable tiene razón, porque ella también quiere
chupar tus… ¡Lauren!
Lauren: ¿Celosa, Cabello? -Pregunto carcajeandose, levantando una de sus cejas como si Camila
realmente pudiese verla, una débil risita proveniente del otro lado del aparato llegando hasta ella,
haciéndola sentir en la cima del mundo.
Camila: Sí, Jauregui. Y es realmente molesto.
………………….
Luego de terminar de vestirse con unos negros pantalones ajustados, una camisa azul que había tomado
prestada del armario de su novia y un beanie oscuro, salió de su casa para esperar la llegada de Ally,
sentándose en la acera con la mirada baja.
Fue entonces cuándo Clara paso apresurada por su lado. Era extraño verla por allí a esas horas, pues
aunque trabajaba la mayoría del tiempo en casa, debía de seguir un horario estricto.
Lauren la miro esperanzada, deseando que la mirara por unos segundos y le preguntara como había sido
su noche. Que se preocupara. Que la abrazara.
Clara ni siquiera la miro, entrando a la casa con rapidez, unas cuántas lágrimas escapando por los ojos
claros de la chica al darse cuenta de que ya nada sería lo mimo.
Taylor y Chris habían hablando con ella en la mañana, y su padre había ido a verla minutos después de
que la familia Cabello se fuera, pero, aunque fue alentador saber que se preocupaban por ella, lo
esperaba.
Su padre y sus hermanos ya la habían aceptado tal y como era, lo cual no les impedía visitarla y seguir
considerándola la misma Lauren Jauregui que siempre habían conocido, y por ello no se sorprendió al
hablar con ellos. Es decir, había sido predecible. Pero la mente de su madre era más cerrada, y en
realidad habría sido feliz con algo tan pequeño como una simple mirada de la mujer que la había traído
al mundo.
Ally estaciono a su lado un par de minutos después, Lauren saliendo de sus pensamientos y subiendo
silenciosamente al asiento del conductor, un rap conocido llegando a sus oídos.
Ally: ¿Recuerdas la grabadora que Troy me dio? -Lauren asintió. No podría olvidarla, y tampoco a la
carta-. Bueno, antes de morir, creo que incluso antes de saber que iba a hacerlo, compuso y grabo unas
cuántas canciones para mi. Algunas letras son dolorosas y otras tan graciosas que me hicieron reír como
solo el lograba hacerlo -Algo le decía a Lauren que Ally no estaba hablando con ella en ese punto. La
pequeña estaba hablando para si misma-. Tengo que seguir viviendo, sí, pero dudo poder alejarme de el -
Susurro.
Lauren: Ally -Susurro dulcemente. Intento reconfortarla colocando su mano suavemente sobre la de su
amiga, recibiendo un ligero apretón como agradecimiento.
Ally: Estoy bien, Lauren. Es decir, no como antes, pero creo poder respirar por mucho tiempo más.
Supongo que eso es bueno…
Lauren: Lo es, créeme -Susurro con una sonrisa-. No sabes cuánto daría yo por caminar medio minuto y
lograr que el aire llegue a mis pulmones.
Lauren simplemente asintió, sacando la carta de la bolsa de su amiga, notando de inmediato la variable
caligrafía. Estaba segura de que el chico la había escrito día por día, la enfermedad siempre empeorando
al igual que sus facultades.
Amada Ally,
Esta no sera una carta común. Sera una cuenta regresiva hasta mi final. Puede sonar cruel, pero eso es lo
que es. No tengo intenciones de mentir.
Día 1: Se que estas leyendo esto porque me he ido. En cuánto el doctor me miro a los ojos para darme
los resultados lo supe. Supe que tendría que dejarte, y nada me rompió el corazón más que eso. Excepto
verte llorar y saber que era por mi.
Día 2: Siempre te prometí no hacerte llorar. La primera vez que nos peleamos y te vi llorar por las miles
de estupideces que dije te prometí que jamás volvería a hacer nada igual. Pero lo hice, una y otra vez.
Supongo que no puedo cumplir mi promesa.
Día 3: Ahora que lo pienso mientras te veo dormir en el sofá con lágrimas aun en tus mejillas, se que en
realidad debí prometer que te haría dejar de llorar. Sí, admito que a veces era un estúpido y te hacía
llorar. Pero mis tonterías te hacían reír. Supongo que siendo un estúpido también lograba que tu dejaras
de llorar. Pude haber aprovechado mi estupidez un poco más.
Día 4: Esta carta no va a tener sentido, Ally. En realidad estoy escribiendo este párrafo mientras tengo
un dolor de cabeza terrible. Si paso a hablar de mi amor por ti a mis grandes deseos de manejar un
ferrari, espero sepas entender por qué. Lo siento.
Día 5: Te amo. Mucho. Es todo lo que creo ser capaz de escribir hoy.
Día 6: No se como lo haces, pero ayer tenía una jaqueca terrible y tu solo viniste hasta acá, me abrazaste
y poco a poco comencé a sentirme mejor. Y me sonreíste cuándo te dije que te amaba. Sufriría todas las
jaquecas del mundo solo para verte sonreír como lo hiciste en ese momento.
Día 7: Estoy olvidando las cosas muy rápido. Tengo miedo de olvidarte a ti.
Día 8: Lo siento. Ayer me descontrole. No se como destroce la mitad de mi departamento, pues no lo
recuerdo. Lamento que lo vieras, y lamento haber destrozado la primera foto que nos tomamos juntos.
Intentare repararla, lo prometo.
Día 9: No quedo bien. Use cinta y tu nariz esta donde debería estar tu pie derecho. Lo siento. Creo que
termine arruinándolo.
Día 10: ¿Por qué sigues sonriéndome como si no hubiese hecho nada malo? Rompí esa foto. Nuestro
primer recuerdo. ¿Por qué seguiste sonriendo cuándo la viste? ¿Por qué sonreíste cuándo viste una mano
en donde debía estar mi rostro? ¿Y por qué me besaste después?……….. Te hice todas estas preguntas.
Dijiste que mis actos valían más que esa simple foto… No lo entiendo, Ally. Creo que ahora comprendo
a Lauren. ¡Esto es tan estresante!
Día 11: Otro ataque. Lo siento, Ally. Lamento que ahora tus padres lo vieran también, y lamento haber
roto esa taza.
Día 12: El doctor estaba revisando nuevos exámenes, Ally. Hable con el. No recuerdo si estabas allí, lo
siento. Me dijo que el tumor estaba creciendo, pero no pude escuchar que dijo a partir de allí, porque
tenía un bonito reloj detrás de el. Le pedí al reloj que me diera más segundos para vivir, pero la
manecilla seguía andando. Supongo que le gusta burlarse de mi.
Día 13: No se por qué hoy estuve pensando en Lauren. No es como si no hubiese pensado en ti, pero hay
algo en mi cabeza que me dice que ella va a leer esto… Te quiero, Lauren. Y te aprecio. Tu llevas toda
una vida muriendo, pero yo, que apenas llevo trece días, ya quiero mandarlo todo a la mierda. Pero no lo
hago por ti. No lo hago porque tu tienes más razones para hacerlo. Has estado dieciocho años temiendo
no despertar, pero no lo has enviado todo a la mierda. Supongo que yo tampoco debo hacerlo. Es
extraño, pero te admiro por no morir…
Día 14: He olvidado tanto, Ally. Intente recordar cuántas pastillas debía tomarme en la mañana, pero lo
olvide Ally. Lo olvide. Olvide como leer este número (2). Tengo miedo, Ally.
Día 15: Duele, Ally.
Día 16: Lauren y Camila deberían estar juntas siempre. No lo se. Ellas merecen tener la historia que
nosotros no podremos tener.
Día 17: Mi doctor dijo que… Esa mosca es linda Ally. Deberías verla.
Día 18: Soñé contigo. Estabas bailando la macarena. Fue muy gracioso… El punto es que te amo.
Día 19: Tengo miedo. Soñé que me arrollaba un auto, y dolió. Tengo miedo de que morir duela más.
Día 20: Desperté y olvide tu nombre. Vi tu foto y no te recordaba. Perdón. Leí esto y te recordé. Hola
Ally. Te amo.
Día 21: Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally.
Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally. Ally.
No me dejes olvidarte.
Día 22: Gracias por entregarte a mi. Te amo Ally.
Día 23: Otro ataque. Lamento lo de tu libro.
Día 24: Olvide como escribir cas… ces… kas…caz… Es dónde vivo, Ally. No lo se. No lo recuerdo.
Pero siempre quise una para nosotras.
Día 25: Gracias.
Día 26: Te amo.
Día 27: Te amo.
Día 28: Te amo.
Día 29: Tengo miedo.
Día 30: Adiós Ally.
A Lauren no le aterraba el lugar como a la mayoría. De pequeña coleccionaba fotos de lápidas, incluso.
Pero hubo algo ese día que, mientras se acercaba a la lápida de su amigo, le hizo erizar la piel.
Ally se abrazo a ella, como si fuese la única persona en ese momento que podía mantenerla de pie.
No hablaron durante todo el tiempo que estuvieron allí.
Solo miraron, preguntándose como el maravilloso ser que había sido Troy se había convertido en algo
tan insignificante.
Muy en su interior, Lauren se pregunto cuánto le faltaba para estar en la misma situación.
…………..
Recibió una llamada cuándo estaban de regreso, Ally aun escuchando la voz de Troy a alto volumen.
Su risita nerviosa a través del celular hizo que su corazón se acelerara hasta el punto de casi quedarse sin
aire.
Habría dado todo lo que tenía por embotellar ese tipo de sonidos durante toda la eternidad.
Ally: ¿Vas a hacerlo, Lauren? -Pregunto, la chica de ojos verdes sintiéndose confundida al instante. Su
pregunta no tenía ningun sentido.
Lauren: ¿Qué cosa? ¿Abrir la puerta?
Ally: No me refería a eso -Sonrío negando con su cabeza, pellizcando dulcemente la mejilla de Lauren
unos segundos, ella apartándose de inmediato ante el incomodo y, además, bochornoso contacto.
Lauren: ¿Entonces hablabas de…?
Ally: ¿Aceptaras el trasplante?
Camila: Que bueno que llegaron -Se animo al ver a Lauren y Ally-. Me siento algo fuera de lugar con
estas dos besándose cada dos segundos…
Lauren se echo a reír casi de inmediato y se acerco a su novia, saludándola con un dulce beso en los
labios y sentándose a su lado en el sofá.
Ally: ¿De que me perdí? -Pregunto observando a Normani y Dinah compartir un beso justo frente a sus
narices antes de sentarse al lado de Lauren.
Camila: Bueno, te perdiste los primeros quince minutos de una película que no tengo la menor idea de lo
que se trata… y de que Normani y Dinah ahora son novias, pero esto último realmente no interesa.
……………
Lauren: Pensé que estaban peleadas -Dijo entre susurros a su novia, que se había acurrucado a su lado,
su cabeza en su pecho, Lauren acariciando su cabello.
Camila: Norminah va rápido, te lo dije. Intentaron reconciliarse en mi auto… Dinah casi consiguió
quitarle la camisa a Normani antes de que las descubriera.
Lauren: Debió de ser terrible -Susurro, liberando una débil risita.
Camila: ¡Fue completamente incomodo!
Lauren río.
Lauren: Limpie tu habitación -Le notifico, sin venir al tema. Lo cierto era que quería saber si su novia
había visto su trabajo.
Camila: Lo note. Jamás la había visto así. Literalmente puedo ver mi reflejo en el suelo -Contesto
besando su mejilla, una sonrisa apoderándose del rostro de Lauren-. Gracias.
Lauren: No es nada -Susurro, devolviendo el beso en la mejilla de su novia-. Solo quería hacer algo por
ti. Por ustedes. Están dándome un lugar donde quedarme y…
Camila: Y te amo.
Lauren: ¿Perdón?
Camila: Realmente te amo, Lauren Jauregui, y no tienes que hacer nada por nosotros. Estas acá porque
nosotros te queremos acá. ¿Bien?
La chica simplemente asintió, sabiendo que al siguiente día recibiría la misma charla. No dejaría de
hacer lo que estaba haciendo. No quería sentirse como una idiota. Como aprovechada. Como una inútil.
Camila: Lauren…
Lauren: ¿Dime?
Camila: ¿Tienes algo que hacer exactamente dentro de un mes?
Lo pensó unos minutos, buscando algo significante en su organizado cerebro. Si aceptaba el trasplante
tal vez si tendría “algo” por hacer, pero eso aun no estaba decidido, y no iba a hablar de ello con Camila.
Esa era una decisión que Lauren sentía que debía tomar sola.
Lauren solo pudo besarla, sabiendo que jamás podría conocer mejor mujer en el mundo que ella.
……………….
Al terminar la película solo Ally estaba llorando por el devastador final. Normani y Dinah habían estado
muy ocupadas besándose, al igual que Camila y Lauren, pero estas últimas no habían gemido ni una sola
vez.
Austin: No volveré a hacerlo -Expreso dejando escapar una lágrima por sus ojos-. No volveré a
acostarme con Ariana. Lo prometo.
Camila suspiro y sonrío a su novia, levantándose y dirigiéndose al armario del cuarto de huéspedes. Ella
ya estaba lista con una tierna camisa rosa, unos vaqueros ajustados, unas botas negras que había tomado
prestadas de la ropa de su novia, un lazo blanco y una chaqueta negra, que también pertenecía a Lauren.
La chica de la ventana, en cambio, apenas se había decidido por unas zapatillas deportivas y unos
desgastados pantalones blancos que realzaban su tentador trasero…
Cuándo paso al lado de su novia recibió una palmada juguetona en el trasero, Camila volteandose de
inmediato para ver a una Lauren con amplia sonrisa admirando esta parte de su cuerpo. Devolvió el
gesto mordiéndose la lengua para evitar sus carcajadas antes de seguir caminando.
Entre la ordenada ropa de su novia escogió para ella un top con el logo de Thug Harmony en el centro.
Lauren: ¿Desde hace cuánto la tengo? -Pregunto rascándose la cabeza, mirando la prenda y frunciendo el
entrecejo. Camila sonrío. Era muy tierno verla confundida. Sus facciones se asemejaban a las de un niño
de dos años con muchas preguntas.
Camila: Supongo que desde ahora -Dijo sonriendo, acercándose a su novia y pasando la prenda por su
cabeza, ayudándola a colocársela antes de depositar un casto beso en sus labios-. Planeaba dártela antes,
pero luego considere que sería una buena idea que llegara como un milagro cuándo no encontraras nada
que ponerte…
Lauren: ¿Y qué habría pasado si encontraba algo?
Camila: Amor, estas intentando elegir tu ropa para este concierto desde hace tres días. Obviamente no
ibas a encontrarla.
Lauren simplemente sonrío, escondiendo su cabeza en el cuello de Camila, la chica suspirando ante el
contacto.
Camila: Debemos irnos. Se hará tarde, y estoy segura de que Karla y Loren no nos esperaran… Si
llegamos antes de que de que comiencen a manosearse en el Meet And Great sera un milagro.
Lauren se hecho a reír aun con la cabeza en su cuello, y finalmente se alejo lentamente, tomando su
mano y saliendo apresuradamente de la habitación.
……………..
El viaje junto a Sinuhe fue bastante alocado. Le permitió colocar a Lauren “Me and My Turras” en el
reproductor, y sin saber como su madre conocía aquellas letras, las tres comenzaron a rapear a todo
pulmón.
Escucharon las doce canciones, desde “Martillo” hasta “Eres tu… la que roba en el banco”. Incluso
tuvieron que repetir “I Helped Put Them Together” porque Camila amo la voz de Demi allí, y Sinu tuvo
un ataque de “madre fangirl” cuándo escucho a Juan Gabriel cantar junto a ellas “¡Brillo, brillo, brillo y
Thug!”
Cuándo finalmente llegaron al lugar Camila tomo sus entradas y los pases, y ambas se despidieron de
Sinuhe antes de tomarse de las manos y alejarse con una sonrisa. Camila pudo jurar haber visto a su
madre reproducir la canción de “Brillo, brillo, brillo y Thug” una vez más antes de perderla de vista.
………….
Sorpresivamente, Becky también estaba allí. No había conseguido un lugar en la primera fila como ellas,
pero al menos había tenido la oportunidad de comprar los pases al Meet and Great antes de que se
agotaran.
Mientras esperaban a que los chicos de seguridad comenzaran a llamarlas Lauren se entretuvo hablando
con Becky y otras chicas, que, por los nombres por los cuales eran llamadas, Camila reconoció como las
acosadoras del grupo de whatsapp.
También estaba una chica de cabello rojo y ojos azules al final, solitaria. Tenía una camisa con un
collage de fotos… Loren y Karla en una, Loren y un vagabundo en otro, Karla y Agustin Mojon en
otra… Y en la parte inferior la leyenda “OTP’s”… Definitivamente, tenía que ser surfanbalaya.
Dejo de mirarla y se dedico a mensajearse con Dinah, apartada de las demás. Era extraño ser la única allí
que desconocía cuántas veces Finah comia diariamente. Es decir, si preguntaran cuántas veces Harry
Styles había cepillado sus dientes ese día sabía que tendría el dato, pero Finah…
Devolvió su atención al grupo cuánto escucho un par de comentarios de su novia que no le gustaron.
XX: En verdad eres muy guapa, Lauren… -Dijo una chica rubia, mirándola descaradamente, las mejillas
de Camila ardiendo debido a la furia.
Becky: Ellen, ella tiene novia.
YY: Pero ella no esta acá -Dijo una chica bajita de cabello azul. Por supuesto. Lauren y ella se habían
alejado antes de que las chicas acosadoras llegaran-. Así que podemos mirar el culo de Lauren…
Lauren: En realidad, ella… -Parecía nerviosa. Incomoda… Y Camila estaba enojada.
YY: Dime que terminaron -Casi suplico.
Lauren: ¡No! -Negó de inmediato, como si le asustara que algo así sucediera algún día-. No creo poder
separarme de ella, Mariana -Susurro, Camila no pudiendo evitar sonreír a la distancia.
Ellen: ¡Victoria! ¡Deja de mirar el culo de Lauren! -Camila volteo rápidamente a ver a Victoria, que
debía de ser la chica de los tatuajes que la miraba con cara de boba.
Victoria: Lo siento, pero es que es tan…
Becky: ¿Pueden callarse de una vez? Lauren tiene una novia, y es sorprendentemente sexy. Yo las
shippeo… Dinah Jane Hansen es la capitana, y esa chica tiene los dedos más largos que jamás vi… ¡Y
tiene novia también, así que no empiecen a fantasear!… La que amenace con destruir su relación no solo
se las vera conmigo, sino que también se las vera con Dinah y con sus enormes dedos, así que sera mejor
que cierren sus putas bocas de una vez -Advirtió, claramente enojada. Los celos de Camila por la chica
desaparecieron en ese mismo instante. Becky estaba de su lado, o eso parecía. La chica no sabía los
verdaderos motivos por los cuales Becky se había acercado a ellas.
Lauren: Oh, gracias Becky -Susurro dulcemente, Camila derritiéndose de amor en ese momento.
Becky: De nada -Dijo con una sonrisa, como si nada hubiese sucedido. Camila casi sufrió un ataque de
risa allí mismo.
Las chicas estaban mirando a Lauren con la boca abierta, como queriendo decir algo luego de la
amenaza de Becky, pero no se escuchaban nada más que balbuceos.
Camila supo de inmediato que era hora de entrar en acción.
Se acerco lentamente detrás su novia, acomodando chaqueta e intentando imitar el rostro serio que
Lauren ponía cuándo estaba enojada, no consiguiéndolo. Se detuvo a unos centímetros de ella,
admirando su trasero y relamiéndose, sabiendo que las demás chicas ya la estaban mirando
curiosamente. Era cierto que Lauren había subido su foto a twitter, pero allí Camila había estado
besando la cabeza de su novia, por lo cual no habían visto detalladamente su rostro.
Volvió a mirar el trasero de su novia. Ella no tenía la culpa de que fuera tan tentador.
Camila se sonrojo al entender que estaba haciendo aquello en medio de al menos cincuenta personas.
Llenándose de valor y deseos de que las chicas entendieran que Lauren era SU novia, Camila palmeo
fuertemente el trasero de Lauren, sus mejillas de inmediato acalorándose, Lauren volteando rápidamente
para verla, con algo de miedo en su mirada.
Por suerte, Thug Rob salvo las mejillas de Lauren de llenarse de lágrimas.
Thug Rob: Las chicas fueron al baño. La última le vomito las chanclas a Boyfriend Ally -Decía el
nombre de su novia como si fuese la person más hermosa en el mundo-, y Mom Mani tenía que hacer
pipi… Estarán acá pronto. Lamento hacerlas esperar…
Las chicas simplemente asintieron, o al menos Lauren y Camila, porque Becky de inmediato corrió a
abrazarse a una de las piernas de Thug Rob, llorando de felicidad.
Becky: Te amo -Lloro en su pierna. Camila río. Si así se comportaba con el guardaespaldas, no quería
imaginársela con las chicas.
Y como si la hubiesen invocado, la pequeña chica salio del baño. Llevaba shorts deportivos negros, una
ancha camisa gris, chanclas y una gorra. Camila no podía negar que era bastante atractiva, y que incluso
se emociono un poco al verla. Tal vez el espíritu fanático de Lauren y Becky se le había contagiado.
Boyfriend Ally: Amorsito, Thug Robsito ¿Puedes traerme otro par de chanclas? -Pregunto con su voz
chillona-. Las otras están llenas de vomito y estas huelen a los pies de Finah. Estoy segura de que se las
puso.
Thug Rob: Claro my boyfriend, yes my boyfriend -Acepto sonriendo, y sin más salio de allí.
Boyfriend Ally: Oh, hola -Saludo al verlas, de inmediato Becky lanzándose a sus brazos. Para ser tan
pequeña era bastante fuerte.
Boyfriend Ally: ¡Oh, por los pies olorosos de Finah! ¡Ustedes se parecen a Loren y Karla antes de que se
tatuaran y se perforaran hasta el culo!
Becky: También son novias -Susurro Becky, divertida, mirándolas fijamente, como si nunca antes
hubiese notado el parecido. Lo cierto era que Camila tampoco lo había notado.
Boyfriend Ally: Mom Mani tiene que ver esto. Va a entrar en un paro cardiaco -Dijo impresionada, y
luego sacudió su cabeza-. Oh, lo siento. Olvide su abrazo -Y de inmediato se acerco a ellas. Era incluso
más baja que Ally, aunque sus rostros se parecían bastante. Era extraño…
Camila se dejo abrazar. Los abrazos de Boyfriend Ally eran cálidos. Thug Rob era afortunado.
Camila miro extrañada como su novia permaneció entre los brazos de la pequeña chica cuándo ella se
alejo. Parecía haber estado esperando ese abrazo por años, y no los rechazaba aunque no fuese una
aficionada a darlos.
Ni siquiera se alejaron cuándo una chica apareció por la puerta del baño rapeando canciones de Beyonce.
Camila la miro fijamente, reconociéndola de inmediato como Mom Mani debido a sus dientes de
aluminio y a sus miles de accesorios en oro y plata. Camila estaba segura de que Mom Mani podía
rapear hasta las canciones de Barney.
Becky de inmediato se lanzo sobre ella, ambas cayendo al suelo debido a que la chica de dientes de
aluminio no había podido reaccionar a tiempo. Becky también la lleno de besos. Se levantaron segundos
después.
Mom Mani: ¡Boyfriend Ally! ¡Dime que no estoy loca! ¡Estoy viendo a las Karla y Loren de hace seis
años!
Boyfriend: No, Mom, no estas loca… Pero esa chica tiene mejor culo -Dijo palmeando agresivamente el
culo de Camila, la chica soltando un gritito y cubriéndose. La pequeña había logrado que su nalga
palpitara-. Y esta otra tiene mejores pechos -Indico señalándolos sin pudor y sujetando uno un par de
segundos, Lauren cubriéndose de inmediato, incomoda- ¡Y son reales!… Es como gOOgle, si sabes a lo
que me refiero Mom…
La chica simplemente asintió y corrió a abrazarlas. Sus abrazos eran igual de cálidos que los de Ally, y
Camila debía admitir que tenía cierto parecido con Normani.
Eso era una locura.
Mom Mani: Disculpen a Boyfriend Ally -Les susurro-. Le encanta toquetear gente, pero es más virgen
que el aceite.
Boyfriend Ally: ¡No soy virgen! ¡Pregúntale a Thug Rob!
Tanto Becky, Lauren y Camila abrieron sus bocas, sorprendidas ante la confesión.
Thug Rob: ¿Qué sucede conmigo? Yo solo venía a traerle sus chanclas a my boyfriend, yes my
boyfriend…
Boyfriend Ally: Nada, Thug Robsito. Nada.
La conversación se vio interrumpida por un golpe. Cuándo voltearon a ver, era Finah, que se había
golpeado la cabeza con el marco de la puerta. Camila lo supo por las medias blancas que llegaban a sus
rodillas y su GRAN altura.
Finah: ¡Por mis olorosos pies! ¡¿Por qué no existen puertas más altas?! -Gruño-. ¡Todo es culpa de Karla
y Loren! ¡Me echaron Boyfriend Ally! ¡Están tocándose como si fueran gelatina! -Exclamo mirando a la
pequeña, enojada. Boyfriend Ally parecía un bebe frente a ella. Finah debía medir al menos dos metros-.
¿Ya he dicho que odio Koren? -Ciertamente era la única de las chicas que no parecía terminar de aceptar
esa relación.
Mom Mani: ¡Finah, cuidado!
Por suerte, Finah reacciono a tiempo como para sostener a Becky en brazos.
Finalmente, la chica alta logro librarse de Becky prometiéndole un beso si la soltaba. Becky casi entro en
coma cuándo la chica verdaderamente cumplió su promesa.
Finah: ¡POR MI SOLTERIA! ¡EL GOLPE ME AFECTO LA CABEZA! -Grito mirando a Lauren y
Camila, aun abrazadas a Mom Mani.
Camila: ¿Es porque nos parecemos a Loren y Karla, cierto? -Pregunto, ya sabiéndolo, una sonrisa
dibujándose en su rostro. Finah era tan parecida a Dinah.
Finah: Oh, no. Muchas personas se parecen a muchas personas. Lo digo porque estoy viendo pajaritos.
Lauren: Oh -Logro decir Lauren.
Finah: Pero estoy bien -Tranquilizo a Thug Rob, que ya había llamado a los médicos, que se acercaban a
ella con rapidez-. ¡ABRAZO! -Grito, y corrió a abrazar a Camila y Lauren fuertemente. Finah era tan
alta que los rostros de las chicas quedaron fuertemente aplastados a los pechos de Finah durante el
abrazo, Camila de inmediato sintiéndose incomoda.
Cuándo Camila se aparto, Lauren aun seguía acostada a los pechos de Finah con un rostro de tierno bebe
que si no hubiese sido por los celos la habría hecho sonreír.
Camila: ¡Lauren!
Lauren: Dime… -No parecía estar del todo en este mundo.
Camila: ¡Deja de fantasear con Finah! ¡Tu solo tienes derecho a fantasear conmigo! -Exclamo,
tomándola de un brazo y alejándola, Lauren mirándola enojada y cruzándose de brazos.
Fue entonces cuándo Loren y Karla salieron del baño arreglándose la ropa. Karla tenia puesto shorts
cortos y una camisa blanca desabotonada, mostrando su brasier negro que no parecía tener nada que
ocultar. Los tirantes negros se habían resbalado de sus hombros y ahora llegaban a sus rodillas. Estaba
descalza, y tenía varios piercings en el rostro. Loren, por otra parte, parecía ser la más femenina de las
cinco. Su gran lunar en el rostro destacaba, al igual que su gran variedad de tatuajes y su labial
excesivamente rojo.
Karla: ¡Por las vacas de mi abuelo! -Exclamo cuándo Becky se lanzo sobre ellas-. Hueles a cerdo en el
chiquero. ¿Finah te abrazo?
La chica asintió aun entre los brazos de ambas, besando las mejillas de Loren… ¡E incluso sus labios!
Becky, definitivamente, era thugharmonysexual…
Karla: ¡Por las gallinas, Finah! ¿Cuántas veces te tengo que pedir que no las abraces antes que yo?
¡Pamela la Cerda huele mejor que tu!
Karla: Gallinita -Susurro a Loren amorosamente. Gracias a Lauren, Camila sabía que este el apodo que
le tenía Karla a su esposa.
Loren: Dime Karlz…
Karla: ¿Notaste que hay una otra tu y una otra yo frente a nosotras? -Pregunto con los ojos bien abiertos,
mirando fijamente a Lauren y Camila. Cuándo la chica de ojos marrones volteo a ver a su novia,
divirtiéndose por lo que estaba sucediendo, la encontró casi babeando al observar a Karla acercarse hacía
ellas junto a Loren, una punzada de celos apoderándose de ella.
Loren: Ella no tiene mi sexy lunar -Dijo colocándose frente a Lauren, observándola desde todos los
ángulos, Karla haciendo lo mismo con Camila.
Karla: Pero tiene tu trasero -Indico, mirando ambas partes de ambas chicas con descaro.
Camila: ¿Puedes no mirar el trasero de mi novia así? -Pregunto molesta.
Loren: ¿Tu novia?
Camila asintió, orgullosa. La verdad es que amaba decirle a cada persona que podía que Lauren Jauregui
era su novia.
Karla: Felicidades -Dijo emocionada, mirándola a los ojos. Era como ver una versión perforada de sí
misma-. Y lamento haber visto su culo. No volveré a hacerlo. Me conformare con el que ya tengo y amo
-Agrego para luego palmear sonoramente el trasero de su novia, el sonido haciendo eco en las paredes.
Si la nalgada de Boyfriend Ally le había dolido, no quería imaginar lo que se sentiría una nalgada de
Karla.
Loren: ¡Karlz! ¡La compostura!
Finah: ¡No vengas a hablar de compostura cuándo estaban cogiendo en el baño!
Mom Mani: ¡Finah!
Boyfriend Ally: Es verdad, yo las escuche…
Karla: Es imposible no cacarear cuándo tienes los dedos de Loren en la…
Loren: ¡KARLA PELO!
Karla: Perdón, gallinita -Se disculpo, acercándose a abrazarla tiernamente, Loren sonriendo ante el
contacto.
Fue entonces cuándo la voz tímida de Lauren interrumpió el momento. Las demás chicas estaban
hablando con Becky sobre el concierto que darían y pasos de baile, y sobre el olor de Finah, así que no
escucharon.
Lauren: ¿Crees que yo… bueno… yo…? -Estaba realmente nerviosa mientras tocaba el brazo de Karla
con sutileza, como si temiese romperla. Camila sonrío dulcemente y acaricio sus brazos para darle
seguridad-. Perdón, no soy buena… hablando.
Karla: ¿Quieres un abrazo ovejita salvaje?
Lauren simplemente asintió, sonriendo, echándose a los brazos de Karla en cuánto esta libero a su novia.
Río junto a Loren cuándo vio las sonrisa en ambos rostros.
Karla: Me recuerdas tanto a ella la primera vez que la vi -La escucho susurrar, o intentar hacerlo. La voz
de Karla era bastante alta y chillona, y cualquiera podría escucharla.
Fue entonces cuándo Camila sintió una mano en su brazo. Cuándo la vio, la mano estaba llena de
tatuajes. Uno en especifico le llamo la atención. La “K” de Karla.
Cuándo Camila la miro, la chica estaba intentando ocultar sus ojos húmedos.
Loren: Supongo que también deberíamos abrazarnos. Ya sabes, para que no sea incomodo.
Camila lo hizo.
La chica la abrazaba fuertemente y suspiraba, como si estuviese intentando recordar algo. La primera
vez que había visto a Karla, tal vez.
Su abrazo era cálido, reconfortante. Necesitado.
Era como si necesitara saber que estaba haciendo las cosas bien. Que la apreciaban de verdad.
Cuándo se separaron y Loren miro a Karla para luego saltar a sus brazos, supo, al ver los ojos de Karla,
que así se veía ella cuándo estaba junto a Lauren.
…………….
Fueron tres fotos las que se llevaron las chicas, debido a que las portadoras del pase eran tres. La primera
fue un abrazo grupal, luego hicieron caras graciosas y finalmente (no podía faltar) tomaron sus fotos con
su mejor pose pandillera.
Se sorprendieron cuándo las chicas de Thug Harmony pidieron selfies junto a Lauren y Camila, sin
ignorar a Becky, pidiéndoles permiso para subirlas y mostrarle a los fans el gran parecido, las chicas
aceptando solo con la condición de que las siguieran en twitter.
Fueron varias fotos. Una grupal, otra con Lauren junto a Karla, otra con Camila junto a Loren, ambas
parejas, Boyfriend Ally, Becky, Camila y Lauren…
La chica de ojos verdes jamás se sintió incomoda con el flash de la cámara, y para Camila fue genial.
Su novia realmente estaba divirtiéndose.
Cuándo finalmente salieron de allí Lauren aun estaba riendo.
Para Camila ese día, a pesar de que Thug Harmony no era su banda favorita, fue el mejor de toda su
vida.
…………….
El concierto fue verdaderamente increíble, más de lo que Camila había esperado.
El ruido que hacían las fans gritando y rapeando era espectacular, al igual que el BeatBox de Loren
Jambalaya (¡Vamos! ¡Si su novia tenía un crush con Karla ella mínimo debía tener un crush con la
esposa de esta!), aunque, como pudieron notarlo durante los quince minutos en los que interactuaron con
los fans y estos le pidieron algo de rap a la chica del lunar y los tatuajes, su estilo libre era un asco.
A mitad del show, Karla y Loren aparecieron solas en el escenario.
Karla: Ovejitas salvajes -Dijo, Loren intentando silenciar a la multitud-. Loren y yo -La pobre no podía
hablar. La multitud, con solo escuchar el nombre de su esposa salir de sus labios ya estaba gritando de
nuevo-, bueno… hoy tuvimos un encuentro con dos gallinitas enamoradas -Camila sabía que Karla se
refería a ellas, así que rodeo con firmeza la cintura de su novia, que coloco su cabeza en su hombro,
sonriendo- que nos hizo recordar mucho a nosotras… nuestros comienzos y…
Loren: Hemos decidido que tendremos algo así como un “Momento romántico”… mientras yo hago el
BeatBox, Karlz va a intentar usar toda su imaginación para rapear romanticamente o algo así…
Karla: Si trajeron a alguien pueden abrazarlo, besarlo, toquetearlo, hacerle el amor. Ya saben, las luces
van a apagarse -Les guiño un ojo-. ¡Y si no hágalo igual! ¡Las luces van a estar apagada, conejos en
celo!
Lauren: ¿Camila?
Camila: ¿Si?
Lauren: Te amo…
Dinah: ¿Qué tal te fue ayer, Mila? -Mirar a los de segundo ya comenzaba a aburrirla. Era más divertido
ver Normani dormir.
Camila: Me fue muy bien. Las chicas de Thug Harmony son muy guapas… Sobretodo Loren Jambalaya.
Dinah: Y Finah… Finah es atractiva.
Camila: Si, pero huele a pies. No querrías conocerla.
Dinah: Estoy segura de que si querría…
Camila simplemente río y suspiro, aun con los ojos cerrados, el eco del silbato del profesor rebotando en
las paredes.
Camila: Lauren estaba tan feliz, Dinah -Dijo aun con los ojos cerrados, recordando el hermoso rostro de
su novia, su sonrisa ensanchándose-. Era como si… como si Mani y tu conocieran a Beyonce.
Dinah: Eso se escucha intenso…
Camila: Lo fue -Coincidió-… Las cinco son hermosas, Dinah. Y tienen cuerpos de infarto, pero… en ese
momento solo tenía ojos para Lauren, Dinah. Esas chicas podrían haber estado desnudas y yo la habría
seguido mirando a ella y solo a ella… Es tan hermoso verla sonreír, Dinah. Es como si lo demás en el
mundo no importaran… ¿Sabes, Dinah? Cuándo estoy con ella es como si… Estoy segura de que ya has
sentido esto estando con Mani, pero hoy necesito hablar y, no lo se, tu pareces estar bastante atenta…
Debo admitir que la deseo, Dinah. Es decir, veo su cuerpo y solo puedo imaginarme tocándola… Pero
cuándo sonríe, Dinah, o cuando pone esa carita de bebe confundida, o cuándo sus ojos se iluminan al
hablar de algo que le gusta… Cuándo la veo hacer eso solo quiero abrazarla, Dinah. Abrazarla y no
soltarla jamás. Ni desvestirla, ni besarla. Solo abrazarla hasta el fin del mundo… Es como si… Jamás he
llegado a un orgasmo… Es decir, Lauren y yo nos hemos dado placer mutuamente, pero jamás hemos
llegado tan lejos… Pero estoy segura de que verla sonreír es mil veces más placentero que tener sexo.
Una sola de sus sonrisas acabaría con las guerras, Dinah. Una sola de sus sonrisas podría hacer feliz
hasta a la mujer mas desdichada de la tierra… Cuándo ella sonríe, Dinah, siento que el mundo tiene
sentido. Cuando ella sonríe, siento que realmente es aquí donde debo estar…
Dinah: Eso es muy hermoso, Mila…
Camila: No, Dinah. Ella es hermosa -Concluyo. Y era cierto.
Dinah suspiro, Camila comprendiendo que sus palanbras habían hecho pensar a su amiga. Quiso
callarse, pero realmente sintió que necesitaba hablar, así que no le importo que su amiga realmente no la
escuchara. Había algo en su corazón que le decía que debía decir eso aunque Lauren no la estuviese
escuchando.
… Algo que le decía que tal vez no tendría otra oportunidad para decir…
Camila: Pero ella no es hermosa solo por sus expresiones de bebe, su piel blanca, sus ojos color
esmeralda, su cabello largo o su perfecto cuerpo. Ella es hermosa porque cuándo la conocí estaba
llenando un crucigrama, tan ajena al mundo que no escucho los primeros golpes que di a mi ventana.
Ella es hermosa porque, a pesar de no saber su nombre y de ella no saber el mio, comenzó a hacerme
sentir especial. Es hermosa porque se reía sin razón. Es hermosa porque su nombre es Lauren Jauregui.
Es hermosa porque es inteligente. Es hermosa porque no entiende los sarcasmos ni los dobles sentidos.
Es hermosa porque guardaba cosas en su armario que jamás imagine ella tendría. Es hermosa porque no
le agrada el contacto físico pero aun así me deja abrazarla. Es hermosa porque cuándo habla de algo que
le apasiona sus ojos brillan. Es hermosaporue cuándo habla de mi sus ojos brillan… Es hermosa porque
a veces llora. Es hermosa porque a veces ríe. Es hermosa porque es mi novia, y seguiría siendo hermosa
aunque no lo fuera. Es hermosa porque la amo. Es hermosa porque me ama. Es hermosa porque me
protege. Es hermosa porque me abraza. Es hermosa porque me besa. Es hermosa, Dinah. Lauren es
hermosa… Y lo que la hace aun más hermosa es que ella no sepa cuan hermosa es.
Cuándo abrió los ojos, Dinah estaba limpiando sus lágrimas, conmovida.
Dinah: Pasar tanto tiempo con Lauren te esta afectando, Mila. Podría tomarte una foto ahora y saldrías
con su cara de orto…
Camila: Cierra la boca, Dinah -Exigió.
Normani: ¡Woooh! ¡Cálmate un poco, Karla!
Camila: No… me… llames… Karla -Dijo entre dientes, irritada.
Normani: ¿Mal día, Mila?
La chica simplemente pudo asentir, colocando su rostro entre sus manos, suspirando sonoramente.
Camila: Solo quiero llegar a casa y acostarme a dormir durante mil años.
Normani: ¿Solo dormir? -Pregunto elevando una de sus cejas, Camila no comprendiendo exactamente lo
que la chica estaba intentando decirle indirectamente.
Camila:… En realidad creo que estoy pasando mucho tiempo con Lauren. No comprendo lo que quieres
decir, Mani.
Normani: Es solo que… Lauren y tu tienen la casa para ustedes solas casi todas las tardes. Fácilmente
podrían… ya saben…
Dinah: ¡El día que eso suceda dejare a Normani tener el mando durante veinticuatro horas!
Normani: Oh, amor, eso es tan lindo de tu parte -Susurro, acariciando las mejillas de Dinah dulcemente
para luego depositar un beso en la comisura de su labio, la chica alta de inmediato regalándole una
sonrisa antes de tomar su mano y acariciarla-… Ella nunca cede -Confeso a Camila.
Camila: No creo que le des pelea -Opino.
Normani: Tienes razón.
Y, sin más, el chico sonrío maliciosamente y se acerco a la mesa que compartían las amigas junto a Luis,
que caminaba silencioso tras el, con los brazos cruzados, colocándose justo frente a Camila.
En otro momento habría temblado de miedo.
Pero ese día de mierda, Camila Cabello solo estaba enojada.
Enojada porque no había podido terminar su asqueroso almuerzo. Enojada porque habían interrumpido
su charla con sus amigas. Enojada porque la batería de su celular había muerto. Enojada porque ese
chico de mierda y su amigo de mierda querían seguir llenando de mierda su día de mierda.
Austin: El lesbianismo es contagioso, por lo que veo -Se burlo con malicia, fijándose en Normani y
Dinah unos segundos. Sus manos estaban unidas.
Luis: Cinco minutos con Gaybello y ya están todas babeando por gente enferma y estúpida como Lauren
Jauregui.
Camila: ¡ESTÚPIDO HIJO DE PUTA! ¡TU TAMBIÉN BABEAS POR ELLA! ¡¿O ACASO
OLVIDASTE QUE QUISITE VIOLARLA, DESGRACIADO?! -Gritaba desesperada, acercándose
peligrosamente a Luis, no logrando llegar a el debido a que Normani y Dinah habían llegado justo a
tiempo para sujetar sus manos- ¡NO INTENTES HACERTE EL MACHO GOLPEANDOME
CUÁNDO INTENTASTE VIOLARLA EN SU PROPIA CA…!
Una fuerte bofetada la hizo callar y ver estrellitas en todas partes. Su mejilla seguramente triplicaría su
tamaño pronto.
Estaba dispuesta a liberarse de los brazos de sus amigas para golpearlo. Tenía un día de mierda y podía
dar golpes de mierda si se lo proponía.
Pero no fue ella quien hizo retorcer al muchacho con una patada directa en las pelotas.
Ya no era simple Bullying escolar. Ya no eran solo unos cuántos golpes dolorosos.
Aquello era la guerra.
Normani se lanzo sobre Austin, hecha una furia, golpeándolo en el rostro, haciéndolo sangrar. Pero el
placer que Camila sintió al verlo casi llorar de dolor solo le duro hasta que Luis, aun sosteniendo su
entrepierna con dolor, golpeo a Normani, haciéndola caer inconsciente junto a su novia.
Austin: Ahora es tu turno, Gaybello -Susurro vilmente, golpeando la palma de una de sus manos con el
puño de la otra.
XX: ¡DEJALAS AUSTIN! -Exigió una voz femenina.
Era Becky, que corría hacía ellos, intentando detener algo con solo palabras. Se interpuso entre Camila y
los chicos con los brazos extendidos, mirando al chico de ojos claros.
Camila sabía que Becky no iba a golpearlo. Recordaba el primer día, en el que la chica había corrido a
abrazarlo. Recordó haberla visto hablar animadamente con Austin y Luis fuera de clases. Recordó
haberla escuchado hablar de el varias veces como si se tratara de un ángel.
La única razón por la cual Camila no la había alejado de Lauren porque no por ser amiga de unos
cuántos idiotas ella era una idiota también.
Fue entonces cuándo los ojos de Austin parecieron volverse rojos de furia y miraron a Becky con odio.
Tomo la camisa de la chica entre sus manos y la hizo girarse, con su mano obligando a su rostro
observar a Camila. Becky de inmediato comenzó a llorar. Tal vez por el dolor. Tal vez por algo peor.
Camila quería actuar, hacer algo por la chica que la había defendido el día anterior, pero sabía que en
cuánto se acercara Luis la noquearía.
Austin: Cuéntale por que estas aquí, Becky -Susurro al oído de la chica, cuyos ojos se llenaron de terror-
¡CUENTASELO!
Becky: Estaba ayudando a Austin -Dijo con una voz tan débil que Camila casi no comprendió.
Austin: ¡MÁS ALTO!
Becky: ¡TE ESTABA AYUDANDO! -Grito.
Camila abrió los ojos como platos. No entendía a la perfección, pero algo le decía que de lo que se
enteraría no le agradaría. Aquello era…
Austin: ¿Y qué sucedió cuándo supimos que Ariana no nos funcionaria, Becky? -Interrogo, sonriendo
con superioridad, depositando un beso en la mejilla húmeda de Becky, que la chica intento alejar.
Becky: Recolectar información… Sobre Camila… Para hacer de su vida una mierda -Y allí estaba de
nuevo el dolor y arrepentimiento que para Camila valían mierda. La habían engañado. Y, aun más
importante…
Camila: ¡Eres una…! -Intento acercarse, completamente enojada, dispuesta abofetear a Becky, pero Luis
fue rápida y la sujeto antes de completar su objetivo, la chica de ojos marrones sacudiéndose, intentando
liberarse.
Austin: Dile que nos vincula, Becky. Estoy segura de que tu querida amiguita Camila quiere saber.
Becky: Somos hermanastros.
Austin: Y dile por qué me ayudaste, Becky. Dile por qué.
Becky: ¡TE AYUDE PORQUE ESTABA ENAMORADA DE TI! ¡PORQUE FUI UNA IDIOTA Y
PENSE QUE ME DARÍAS LA OPORTUNIDAD QUE ESTABA ESPERANDO! ¡PERO FUI UNA
IDIOTA! ¡YO NO SOY DE TU GUSTO! ¡TU SOLO ESTAS ENAMORADO DE UNA PUTA
PERSONA QUE NO ERESCAPAZ DE VALORAR NI UN POCO! ¡PERO YA NO SOY ASÍ! ¡YO
DEJE DE AYUDARTE HACE MUCHO TIEMPO, AUSTIN! ¡ME DI CUÉNTA DE QUE SOLO
ERES UN IDIOTA ENAMORADO QUE HA INTENTADO NEGARLO TODO ESTE TIEMPO!… Lo
siento, Camila. Lo siento. Yo no quería hacerles daño. Ni a ti ni a Lauren. Aprendi a quererlas. Las
quiero, Camila. Por favor, no me odies.
Austin: ¡CALLATE!
Becky: ¡¿QUIERES QUE DIGA SU NOMBRE?! -Grito- ¡¿QUIERES QUE DIGA EL NOMBRE DE
LA PERSONA A LA QUE TANTO AMAS?!
Austin: ¡HE DICHO QUE TE CALLES!
Becky: ¡SU NOMBRE ES…! -Pero Austin ya había golpeado su rostro con su puño varias veces,
haciéndola caer al suelo.
¿Recuerdan ese chico tierno que trato a Becky como una princesa el día en el que se encontraron en la
cafetería junto con Ariana? ¿Ese que parecía quererla a más no poder? ¿Ese que habrían apostado jamás
heriría a Becky de tal forma?
Ese chico ya no estaba.
Ese chico había sido real,y lo seguía siendo. También seguía siendo real el chico que había sido amigo
de Camila los primeros días en los que había llegado a la escuela.
Pero ese chico estaba enamorado, y temía resultar herido. Por eso se ocultaba.
……………..
Camila caminó lentamente por los nuevos pasillos. Las escuelas eran muy distintas a las escuelas en
México, y se sentía aterrada al tener los ojos de los demás fijos en ella.
Estaba tan atemorizada de comportarse como una idiota el primer día que dejo caer sus libros al suelo
cuándo abrió su casillero.
Cuándo se agacho a recogerlos, ya había alguien allí.
XX: ¿Eres la nueva, verdad? -Pregunto sonriendole, tomando los libros y colocándolos dentro de los
casilleros de la chica ordenadamente.
Camila: Si -Murmuro.
XX: Soy Austin Mahone, y me pareces muy bonita -Se presento, mirándola fijamente a los ojos, Camila
sonrojarse instantáneamente.
Camila: Camila Cabello… Y supongo que me gusta tu gorra.
……………….
Austin: Ahora si, bebe. Nada entre tu y yo -Susurro acercandosele demasiado. Su horrible aliento
envenenaba sus fosas nasales.
Camila: Estúpido de pene pequeño…
Austin: Si vamos a recalcar los defectos de los demás entonces supongo que podemos hablar del hecho
de que tu novia no puede dar ni cinco pasos sin morir ahogada…
Camila: ¿Quien te lo dijo? -Pregunto retorciéndose, con veneno en sus palabras, intentando liberar sus
manos de los fuertes brazos de Luis.
Luis: ¡Becky, estúpida! ¡¿Acaso no prestaste atención?!
Austin: Estoy seguro de que Becky tiene su celular acá. También estoy seguro de que su código de
desbloqueo es la fecha de cumpleaños de Loren Jambalaya. Estoy seguro de que tiene el número de tu
amada novia. Y estoy seguro de que, si la llamara, ella intentaría venir acá… Y su corazón no resistiría.
Camila: ¡NI LO INTENTES, AUSTIN MAHONE! ¡GOLPEAME! ¡ESCUPEME! ¡LANZAME AL
RIO! ¡MATAME SI QUIERES! ¡PERO NO TOQUES NI UN SOLO CABELLO DE LAUREN
JAUREGUI!
Austin: Puedo hacer lo que quiera, Camila…
………………..
Austin sujeto uno de los brazos de Camila y la guío a través de la escuela a mitad de la noche, la chica
riendo sonoramente.
Camila: ¿No es algo excesivo venir acá solo por una gorra?
Austin: No cuándo yo te la regale.
Corrieron hacia el gimnasio, Camila aferrándose al chico con miedo a las sombras proyectadas por la luz
de la luna.
Encontraron su gorra bajo las gradas. El profesor le había ordenado quitársela durante las clases y,
simplemente, la había olvidado.
Camila: No deberíamos estar aquí -Susurro una vez fuera del lugar.
Austin: Puedo hacer lo que quiera, Camila.
Camila: Por supuesto, chico rudo.
Austin: Puedo hacerlo si estoy contigo… Y si mi papá me da las llaves del colegio.
Camila rió.
………………….
Austin: Se que su madre es homofóbica con creces. Se que tiene dos hermanos. Se que comparten ropa
mayoría del tiempo. ¡Casi puedo apostar que no usas su brasier solo porque no es de tu talla! Se que se
dieron su primer beso a las afueras de un centro comercial… ¡Incluso se que rieron en medio del beso!…
Lo se todo. Se del Asperger, de sus riñones, de su corazón, de su páncreas. También se que duermes
chupandote un dedo… Becky hizo bien su trabajo, y Lauren ama hablar de ti.
Camila: ¡TE PROHIBO DECIR SU NOMBRE, BASTARDO!
Austin: Se cuales son tus miedos e inseguridades. Como ya te dije, tu novia ama hablar de ti. Se que
cosas te dolería escuchar, Camila… Se cuánto tolerarías escuchar.
……………
Camila: ¡Auch! -Grito cuándo la puerta de su casillero golpeo su dedo bestialmente.
Dinah: ¿Qué sucedió? -Pregunto.
Normani: ¡Acaba de golpearse, Dinah Jane! ¡Lo viste!
Dinah: Lo siento, estaba muy ocupada hablando con Siope…
Normani: Siope, Siope, Siope… ¿Es la única persona que tienes agendada en tu celular?
Y así continuo la absurda conversación entre sus amigas, mientras Camila veía su dedo amoratarse y el
dolor no desaparecía.
Austin: ¿Te duele mucho? -Pregunto sujetando su mano tiernamente. Para ese entonces, Austin era su
mejor amigo. El lo sabía todo sobre ella. El era quien podía consolarla si necesitaba llorar.
Camila: Algo…
Camila: ¿Qué es lo que quieres lograr con esto? ¡¿Qué es lo que quieres?! -A penas podía hablar, pero
algo es algo.
…………….
Austin: Vamos, Camila, se que quieres hacerlo -Había dicho Austin mientras la mantenía presa entre los
casilleros y sus brazos.
Camila se sentía asqueada por su olor a sudor, por sus labios demasiado cerca de los suyos, por sus
brazos demasiado grandes para su gusto…
Camila se quedo callada. Sabía lo que sucedería que si lo decía. En México había cambiado de escuela
tres veces por esa razón.
Y lentamente, Austin acerco sus labios a los de Camila. Ella apretó los ojos fuertemente, esperando que
al abrirlos todo fuese una muy mala pesadilla. Pero no era así. Sus bocas casi se tocaban y Camila estaba
aterrada. Cuando Austin rozo sus labios ligeramente con los suyos, Camila ya no pudo contenerse.
Austin sonrío. Sonrío de esa manera en la que sonríen los villanos de toda película. Con malicia, odio y
unos grandes deseos de golpearle el trasero a alguien.
Austin sonrío aun más ampliamente, y Camila pensó que no iba a hacerle nada. Entonces la mano del
chico aterrizo en la mejilla de Camila, haciéndole voltear la cara y ver estrellitas por unos instantes.
Cuando Camila volvió a mirarlo, Austin ya no estaba sonriendo.
Sinuhe: ¿Hola?
Camila: Mamá, soy yo… -Susurro,un chillido escapando de sus labios debido a la articulación de las
palabras y el esfuerzo que debió hacer para pronunciarlas.
Cayo al suelo, sin impórtale el vomito bajo sus pies. No estaba bien. Se estaba desvaneciendo. Y no
podía luchar contra esto.
Sinuhe: ¿Camila? ¿Qué sucede? -Se la notaba preocupada.
Camila: Necesito que vengas a casa -Susurro, el aire faltandole en los pulmones. Así debía de sentirse de
Lauren cuándo perdía el oxigeno. Ahora comprendía lo horrible que era-. Necesito que me lleves a un
hospital… yo…
Sinuhe: ¿Camila?
No quería hablar, pues sentía la garganta hinchada y adolorida como nunca antes… Era como si se la
hubiesen quemado con un soplete… Así que simplemente asintió. Estaba realmente bien… Es decir, no
había muerto ni nada parecido, o eso creía...
Sinuhe: Llamare a la enfermera -Susurro, acercándose a ella y besando su cabeza unos segundos-.
Vendra a revisarte, y después tenemos que hablar…
Camila: ¿Hace cuánto estoy acá? -Fue lo primero que pregunto, su garganta ardiendo intolerablemente
ante la salida de aquellos sonidos.
Alejandro: Dos días -Susurro, sujetando su mano-… ¿Por qué no nos habíamos contado de Austin, hija?
Camila abrió los ojos, volteando a mirar a sus amigas casi al instante, quienes asintieron lentamente.
Ellas le habían contado a sus padres sobre aquel chico, adivino... Y estaba realmente agradecida por ello.
Camila no lo habría hecho jamás, no porque fuese cobarde. No lo habría hecho porque pensaba que
podía resolver sola sus problemas… Supongo que todos pensamos como estúpidos alguna vez en
nuestras vidas.
Camila: Yo solo… Pensaba… Fui una idiota, lo siento -Susurro, adolorida, sabiendo que el intentar
explicarse un poco mejor solo la haría sufrir- ¿Qué sucedió con el?
Sinuhe: Lo detuvieron luego de que te ingresaran. No pudimos hacer mucho. Su padre pago una gran
cantidad de dinero y le dejaron en libertad condicional… Pero prometió no hacerte daño. Dijo que ya le
habías pagado lo suficiente o algo así -Explico cruzada de brazos, hablando con odio en sus palabras.
Eran pocas las personas que se habían ganado el desagrado de la madre de Camila, y Austin estaba entre
los primeros puestos.
Silencio.
Nadie respondió.
La atmosfera se volvio pesada.
Intolerable.
Dolorosa.
Dinah: Camila, ella… -¿Acaso estaban cristalizados sus ojos? ¿Acaso Dinah sabía algo que ella no?
Sinuhe: Estará esperando en casa. Dice que no le gusta estar en los hospitales debido a su frecuencia de
visitas a ellos, pero también dijo que te ama y… Ella espera que estés mucho mejor cuándo vuelvas.
Camila: ¿Qué sucede, papá? -Realmente estaba preocupada por ellos. Alejandro Cabello no era de esos
hombres que se comportaban como lo estaba haciendo ahora.
Si bien quería salir corriendo y lanzarse sobre los brazos de Lauren aunque su mente protestara por el
dolor, su padre realmente no estaba bien, y los brazos de Lauren podían esperar un poco más.
Alejandro: Tenemos que decirle -Dijo a su esposa, con los ojos humedecidos.
Camila: ¿Decirme que? -Ahora si estaba más que preocupada.
Sinuhe: Hija.. Esto va a ser difícil…
Camila: ¡Dímelo de una vez! -¿Qué mierda estaba pasando? ¿Por qué sus padres se veían tan tristes?
¿Por qué parecían estar escondiendo un gran secreto bajo llave?
Sinuhe: ¿Quieres saber por qué Lauren realmente no te ha visitado? ¿Por qué no te ha enviado mensajes?
¿Por qué no ha enviado una carta o una flor?
Lo primero que se le vino a la mente al ver las lágrimas corriendo por las mejillas de su madre al
preguntar todo esto fue la muerte.
La muerte que siempre acechaba a su novia.
La muerte que siempre parecía querer llevársela.
La muerte que quizás ya había hecho de las suyas.
Camila: Mamá ¿Ella está bien, verdad? -Ahora ella también quería llorar. Le picaban los ojos, y su
corazón se estrujaba lentamente con cada segundo.
Camila: ¿Un ataque, entonces? -Era su otra opción, y no completamente mejor que la primera.
Ella se fue.
Ella se fue.
Ella se fue.
Ella se fue.
Ella se fue…
………………
Camila no había llorado. No había gritado. No había golpeado nada.
Simplemente había salido del auto y caminado lentamente hacía su casa, subiendo las escaleras como un
muerto viviente, olvidándose del dolor corporal mientras daba grandes y audibles zancadas sobre la
madera de los escalones.
Ahora mismo, saber que Lauren se había ido sin dejar una nota, un mensaje o algo era lo que realmente
le dolía. Dolía tanto que la enmudecía y paralizaba. Dolía tanto que la insensibilizaba..
Y no era como el dolor desvanecedor que había sentido días atrás al ser golpeada.
… Dolía mucho más, como mil infiernos, pero ese dolor era tan intenso que no le habría permitido
desvanecerse. No solo quemaba, ardía y entristecía. Ese dolor le retorcía el corazón, lo hacía polvo y lo
pisoteaba miles de veces antes de encenderlo en llamas y lanzarlo a tres mil metros de altura sobre una
cama de púas envenenada para que luego un carnicero acuchillara cada pequeño trozo uno por uno y
repitiera el proceso antes mencionado con cada pequeño pedazo sangrante, envenenado y adolorido.
…Les dije que era mucho peor…
Al llegar a su casi ordenada habitación se encontró con aquel beanie morado con la leyenda “Soy un
unicornio” escrito al revés tirado descuidadamente sobre el suelo. Tantos recuerdos tenía Camila Cabello
con ese beanie sobre la cabeza de su novia de ojos verdes y sonrisa encantadora. Tantos recuerdos que
no podría olvidar jamás.
…La primera vez que se vieron sin una ventana frente a ellas… Su primer beso…
Lo sujeto entre sus manos, aferrando el objeto contra su pecho, sus ojos humedeciendoseal instante. Aun
tenía su olor. Aun conservaba su calor. Era como si el destino hubiese dejado el objeto allí solo para ella.
Para que sufriera más de lo que ya lo estaba haciendo.
Camino muy lentamente y se coloco frente a la ventana, cayendo bruscamente al suelo sobre su
adolorido trasero. Aun no estaba del todo recuperada, y sus movimientos eran bastante toscos y
punzantes.
Miro por unas tres horas aquellas ventana por la cual se habían visto por primera vez, donde habían
hablando por primera vez, donde se habían escrito por primera vez…
Antes, aunque su novia no estuviese, Camila sentía una conexión especial por esa ventana…
Ahora que Lauren ya no estaba allí, en esa habitación extremadamente ordenada frente a la suya, la
ventana ya no era especial. La ventana ya no significaba absolutamente nada.
Era simplemente otra ventana.
Se aferro aun más al beanie, cerrando los ojos con fuerza, pidiendo el deseo de tenerla frente a ella,
sabiendo que no se haría realidad..
¿Cómo dormiría sin Lauren Jauregui? ¿Cómo despertaría sin Lauren Jauregui? ¿Cómo sería feliz sin
Lauren Jauregui?
¿Cómo viviría sin Lauren Jauregui?
Sinuhe: ¿Hija? -La llamo, atravesando la puerta lentamente y sentándose a su lado, Camila apoyando su
cabeza en su hombro mientras recibía protectoras caricias en su cabello de parte de sus maternales
manos. Alejandro, que había entrado junto a ella, se sentó al otro lado y rodeo los hombros de su hija
cariñosamente-. ¿Estás bien?
Camila: Me duele, mamá -Susurro, un sollozo escapando de sus labios-. Me duele mucho.
Suspiro.
Sinuhe: Hija -Dijo dulcemente, limpiando la lágrima con su dedo lentamente-. Esta bien llorar -Le
informo en un gran abrazo.
“Eres hermosa”
“Tú también lo eres”
“Un gusto conocerte, Lauren Jauregui. Soy Camila Cabello y posiblemente soñare contigo”
“Son… son mis zapatos… Yo… Yo quería… quería atarlos pero… mis dedos… mis dedos no son ágiles
en eso y… ¡soy un desastre!”
“No lo eres, Lolo.…”
“¿Tu sabes atarlos, Camz? ¿Podrías enseñarme?”
“Todo estará bien mientras estés conmigo. Yo voy a protegerte, incluso siendo una completa inútil”
“Te quiero”
“Lo único que realmente necesito ahora mismo es a ti. Eres el aire que llena mi existir”
“¿Ahora eres poeta, Lauren?”
“Esa cara tuya es un poema ;)”
“Jajaja, debo confesar que me hiciste reír”
“Tú siempre me haces reír, Camz, así que supongo que es justo que yo lo haga de vez en cuando”
“Lamento solo haberte dado una, Camz. Prometo que en cuánto pueda te regalare tantas rosas como
quieras”
“No quiero más rosas, Lauren. Solo necesito esa rosa que me diste, porque representa el número de
personas con las que quiero estar en este momento”
“Espero ser esa persona”
“Lo eres”
“Te amo”
“Abrázame”
“¿Lo prometes?”
“Lo prometo”
“¿Celosa, Cabello?”
“¿Camila?”
“¿Si?”
“Te amo…”
“Gracias”
Aferrándose fuertemente a aquel beanie y recordando cada momento junto a Lauren, cada sonrisa, cada
lágrima, cada palabra, cada mirada, cada toque,cada abrazo y cada beso, se escondió en el cuello de su
madre, recibiendo un fuerte abrazo de parte de sus padres, y en menos de un segundo un fuerte sollozo
escapo por sus labios seguido de un imparable llanto que pudo haber hecho llorar hasta al chico más
rudo en la faz de la tierra.
…………..
Lauren tenía mucho miedo.
Nueva York era muy distinta a Miami… No es que fuese un feo lugar, pero estaba acostumbrada a otro
tipo de panoramas que ya se habían convertido en rutinas para ella.
El departamento donde se quedarían también era muy distinto a su vieja casa en Miami. Gigante. Con
olor a hombre sudado. Desordenado.
Tendría que aprender a vivir incomoda.
Lauren: ¿Aquí vamos a vivir? -Pregunto, sus dedos comenzando a chasquear y su rostro mirando
fijamente el suelo.
Clara: Sí. Peter, el dueño de la casa y amigo del padre de Ally, nos ha dejado vivir con el.
Taylor: Huele muy mal -Susurro, arrugando su nariz.
Mike: Pero no puedes quejarte. Es una departamento enorme en el que solo vive un hombre soltero y
adicto a las fiestas. No puedes pedir más de lo que ves, Tay.
Chris: Aun no puedo creer que nos obligaran a venir…
Clara: Todo es por su hermana. Deberían pensar en ella…
Taylor: ¿Y quién piensa en nosotros, mamá?
…………….
Lauren se encerró en la que de ahora en adelante sería su habitación y se recostó contra la puerta,
descendiendo lentamente hasta el suelo.
Ahora que estaba allí, a miles de kilómetros de Camila, se sentía la peor idiota de la historia por haberse
marchado.
Pero todo había sido culpa de su novia…
Ella había besado a ese chico…
Ella había besado a Austin Mahone…
Ella solo había buscado aliviar el dolor con un acto apresurado, no lográndolo.
Tomo su celular, intentando buscar consuelo en Ally, pero al ver una selfie de Camila y ella en la
pantalla de desbloqueo solo pudo sentir que su corazón era estrujado cada vez más segundo a segundo.
No estaba teniendo un ataque al corazón.
No.
Aquello era mil veces peor.
Estaba sufriendo por amor.
Lanzo el celular lejos, este estrellándose con la pared y haciéndose trizas.
Lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas, sus dedos chasquearon y sus uñas se enterraron en la
carne de sus piernas. Hacía meses que no tenía un ataque.
Tal vez había llegado el momento de seguir la rutina.
Comenzó a llorar.
Lloraba porque dolía. Porque se había enamorado profundamente de Camila y ahora se sentía
traicionada. Lloraba porque estaba lejos. Porque había perdido todas las fotos de Camila en su celular.
Porque los días serían monótonos y aburridos. Porque no despertaría junto a ella. Porque no podría verla
sonreír. Porque no escucharía sus chistes malos. Porque no escucharía su tierna voz. Porque ya no
tendría que esperarla durante la mañana, escribiendo poemas de amor en su cabeza. Porque no la besaría.
No le diría te amo. No la abrazaría. No la haría sentir cosquillas en el estomago.
Lloraba porque había amado como solo ella podía amar a Camila Cabello.
Con todo su ser.
Fue entonces cuándo grito el nombre de la chica que había roto su corazón.
…………….
La familia estaba bastante callada mientras cenaban junto a Peter, un hombre de unos treinta años,
cabello negro, ojos verdes y bastante atractivo, quien era nada más y nada menos que el dueño de aquel
gran lugar en el cual Lauren había tenido su primer ataque de pánico en meses.
No había sido fácil calmarla.
En realidad, estuvieron a punto de llamar a los paramedicos para que le aplicaran un sedante cuándo, sin
razón alguna, el ataque se detuvo.
Paro porque Lauren había pensado en sus manos.
Sí, tal vez la habían engañado, pero sus manos siempre serían las únicas que podrían calmarla de esa
forma aunque ahora fuesen las manos de austin Mahone las que se aferraran a ellas.
Peter: ¿Cuándo sera la operación de Lauren? -Pregunto a los padres, ignorando completamente a la chica
de ojos verdes, como lo había hecho durante todo el día. Ni siquiera se había preocupado en preguntar
como seguía después de su ataque de pánico. Tampoco es que a Lauren le interesara responder las
preguntas del desconocido.
Clara: Si todo esta bien, dentro de un mes.
Suspiro.
Un mes lejos de casa.
Un mes sin Camila.
Tal vez incluso más.
Suspiro de nuevo.
No. No podía pensar en ella.
No quería tener otro ataque frente al desconocido.
“Ella te engaño, idiota”
“Te engaño”
“Te engaño”
“Te engaño”
Peter: Que bien -Susurro sin emoción alguna-… Ahora -Agrego, volteando ver a la chica de ojos verdes
que comía lentamente con la mirada puesta en el suelo- cuéntame tu historia.
Dinah: ¿Te gusta mi nuevo color de Cabello, Mila? -Pregunto agitándolo ligeramente, Normani besando
su mejilla ante el gesto antes de rodear la cintura de su novia con sus brazos.
Eran esos momentos de ternura los que le hacían desear a Camila prender fuego a sus amigas para que
dejaran de restregarle su felicidad por la cara.
Suspiro y sonrío.
Por suerte, esa vez, Dinah no había salido corriendo.
Normani: ¿Y que tal Demetria? ¿No volvió a descontarte dinero? -Pregunto mirando nuevamente a su
amiga al separarse de los labios de Dinah, la chica alta recostando su cabeza en su hombro y aspirando
su aroma.
Camila: Por suerte no… Según escuche, hoy estaba de buen humor. Su novio le pidió matrimonio o algo
así.
Dinah: ¿El que tiene el…?
Camila: Sí…
Dinah: Y se parece a…
Camila: Exacto.
Dinah: ¡Y habla como…!
Camila: ¡ESE ES!
Normani: No entendí absolutamente nada…
Camila: Hablábamos del novio de Demetria.
Normani: Lo se, pero… ¡Aggg! Mejor olvídenlo. Solo voy a asentir y sonreír como Dinah en clases de
español.
Dinah: ¡Biri biri bam bam!
Camila: ¿La callo o la callas? -Pregunto a Normani, elevando una de sus cejas, pues la chica había
comenzado a gritar “Biri biri bam bam” y los clientes del café comenzaban a mirarlas en forma de
reclamo. No pudo evitar sonrojarse. Sus mejillas eran algo que aun no aprendía a controlar.
Normani: Tranquila, es mi trabajo -Susurro antes de estrellar su boca contra la de Dinah, los gritos
deteniéndose al instante y sonrisas apareciendo en sus labios. Se alejaron lentamente, Normani
escondiendo su rostro en el cuello de su sonriente novia.
Camila: ¿Sabes, Dinah? -Pregunto en cuánto la chica rubia comenzó a recuperarse de aquel beso, no
deseando que volviera con sus juegos que siempre terminaban en una penosa despedida del local-: Ayer
soñé algo muy raro… Eramos parte de una banda y todo eso. Creo que se llamaba Fifth Harmony -No
esperaba dar más detalles sobre esa “banda”, pues Lauren era parte de ella-. Y tu salias con Taniela…
Fue tan extraño no verte con Mani. Cuándo desperté quería abofetearte.
Dinah: Supongo que tuve suerte de que no lo hicieras en cuánto entramos al café -Susurro sonriendo,
acariciando dulcemente los brazos de Normani.
Normani: ¿Al menos era guapa? ¿Algo parecido a mi?… No lo se. Quiero saber como sería esa tal
“Taniela” con la cual Dinah me engañaría en ese mundo paralelo.
Camila comenzó a reír de inmediato.El estomago le dolía y casi podría haberse hecho pipi
Peter: Supongo que tu cama es grande, muñeca -Susurro a su oído morbosamente, acariciando con uno
de sus dedos su escote, haciéndola volver a la realidad.
Lauren: Yo… em -”¡Deja de tartamudear, idiota! ¡A Peter no le gusta!”-. No creo que a mi madre le
guste que compartamos habitación -Susurro cerrando sus ojos fuertemente, queriendo creer lo que
acababa de decir. Lo cierto era que sabía que su madre aprobaría cualquier cosa que el hombre deseara.
Peter: ¿Cree que puedo dormir con su hija, señora Jauregui? -Pregunto a Clara, quien sentada en el
asiento del copiloto revisaba sus más recientes mensajes en el nuevo celular que Peter le había regalado
días atras.
Clara: Pueden hacer lo que sea, Peter. No me molesta. Ya están algo grandes como para decidir por
ustedes mismos…
Lauren: Iré a correr -Notifico. Peter había trazado una minuciosa rutina para ella al comenzar a salir, y
correr durante una hora era tan solo la primera parte de esta.
Cinco horas de su día estaban llenas de ejercicio. Sus comidas venían en porciones pequeñas. Sus clases
de idiomas, música y fotografía estaban diseñadas para fundir su cerebro, aunque las últimas dos
realmente las disfrutaba. A penas podía dormir cuatro horas al día… Era un horario devastador, pero su
mente era adicta a las rutinas y la obligaba a seguirla al pie de la letra, aunque la estuviese matando.
Aunque su vida con ese hombre fuese una tortura…
…………
Corrió durante media hora antes de que su corazón se cansara. Si bien no había sido rechazado y
funcionaba de maravilla, aquel no era su verdadero corazón, y jamás trabajaría como debía trabajar.
Se sentó sobre las escaleras de la biblioteca, colocando su cabeza repleta de pequeñas gotas de sudor
entre sus rodillas, recuperando el aliento rápidamente.
Lo bueno de su nuevo corazón era que trabajaba de mejor forma. Se supone que eso es lo que hacen los
corazones nuevos.
Pero el aire volvió a marcharse cuándo vio a la silueta de Camila caminar en su dirección.
Quiso correr, pero eso habría sido estúpido, y en el tiempo que había estado con Peter este le había
enseñado a no comportarse como una. El hombre de dinero jamás podría salir con una estúpida, o al
menos esto decía.
Nerviosa, chasqueo sus dedos audiblemente en cuánto la vio acercarse.
Hacía ya bastante tiempo que no lo hacía.
El sonido de los chasquidos era algo que Peter no toleraba, así que solía gritarle en cuánto los escuchaba,
su madre golpeando sus manos sonoramente para que dejara de irritar al hombre.
Pero ese día se permitió hacerlo porque ni Clara ni Peter estaban allí. Y realmente lo necesitaba.
Antes, cuándo lo hacía, el sonido solía alterarla más. Ese día, casi logro tranquilizarla. Volver a su rutina
de chasquear los dedos y perder el aliento la tranquilizaba.
¿Extraño, cierto?
Camila: ¿Lauren?
Escuchar su voz de nuevo provoco en su corazón las mismas sensaciones que un ataque.
Lauren: Camz -Susurro elevando su cabeza, sin poder mirarla a los ojos. No sabía por que la había
llamado de esta forma, como si aun fuesen algo más. Supongo que, en su interior, era lo que Lauren más
deseaba.
Camila: ¿Sucede algo? -Pregunto preocupada, mirando sus manos, sus dedos chasqueando rápidamente.
La chica de ojos verdes no podía creer que, después de todo,la hermosa chica de ojos marrones siguiera
preocupándose por ella.
Camila: Entonces supongo que… Bueno, yo… Tengo que trabajar… Te veré otro día.
Lauren sonreía con cada palabra y cada dibujo. A veces, los dibujos hechos sobre su aliento eran
bastante buenos la primera vez que los hacía. Otras se equivocaba y lo borraba completamente para
comenzar de nuevo. Incluso una vez se permitió hacer un dibujo bastante malo (Malo en la perspectiva
de Lauren Jauregui, que es algo así como nosotros describimos nuestros mejores dibujos).
Se estaba divirtiendo, de una forma tan inocente que cualquiera que la hubiese visto de esa forma se
habría sentido completamente conmovido y habría sonreído ampliamente.
Se estaba divirtiendo por primera vez en meses. No en las grandes fiestas a las que Peter la había llevado
muchas veces para exhibirla. No en una reunión con las superficiales y odiosas amigas de su novio. No
en las estúpidas e entendibles (Para ella) obras de comedia que había sido obligada a ver en inmensos
teatros.
Se estaba divirtiendo allí, es su vieja casa, frente a una ventana, dibujando sobre su aliento impregnado
en el vidrio.
Y esto era todo lo que realmente necesitaba.
“Camila Cabello”
Salto hacía atrás cuándo se dio cuenta de lo que había escrito mientras pensaba, el dibujo de la chica
quedando a medias. Lo borro de inmediato con el borde de su mano.
Lo borro porque amaba a Camila Cabello, pero ella la había traicionado y ahora estaba con Peter. Y
Peter era lo mejor para ella según las palabras de su madre.
Fue entonces cuándo la puerta de la habitación de su vieja novia se abrió, la hermosa chica entrando de
inmediato. Vestía la misma camisa amarilla con la cual la había visto esa mañana, y también los mismos
pantalones ajustados.
La chica no lo había notado esa mañana, pero ahora, viéndola mejor, supo que aquel debía de ser su
uniforme de trabajo. Y sabía queCamila tenía un trabajo porque ella se lo había dicho esa mañana, y
Lauren la había escuchado, porque ella escuchaba cada una de las frases que decía Camila Cabello.
Cualquiera habría salido corriendo de esa habitación al ver a su ex novia frente a su ventana, pero ella
era Lauren Jauregui, y simplemente se quedo alli, paralizada, observando silenciosamente, como antes
de que la chica de cabello negro se diera cuenta de su existencia meses atrás y le preguntase que estaba
haciendo.
La vio cambiarse el uniforme por una ropa bastante cómoda sin apartar la mirada, deleitándose con cada
parte de su cuerpo como si Camila hubiese sido esculpida por el mejor de todos los artesanos. Si bien
Peter entrenaba y tenía un muy buen físico, su cuerpo realmente no le atraía. Era demasiado grande.
Demasiado robusto. Demasiado velludo.
Camila era pequeña. Frágil. Delicada. Suave. Camila era todo por lo que Lauren Jauregui suspiraba.
Y no era solo su cuerpo.
Era ella en si.
Pero ella la había engañado, y ahora estaba con Peter. Y Peter era lo mejor para ella según las palabras
de su madre.
Me gustaría decir que Camila volteo la mirada repentinamente y se encontró con los ojos de Lauren fijos
en ella. Me gustaría decir que comenzaron a hablar a través de escritos como la primera vez, y así fue
como comenzó de nuevo su historia de amor.
Pero no sucedió así.
La chica de la ventana simplemente tomo sus cosas y salió de la habitación hablando por su celular,
demasiado perdida en su conversación con quien sea que la estuviese llamando como para mirar por la
ventana.
Tal vez hablaba con Austin. Tal vez con Dinah. Tal vez con Normani. Tal vez con un nuevo chico o
chica que ahora ocupaba su corazón… Lauren no estaba segura.
De lo único que estaba realmente segura era de que no hablaba con ella.
……………
Su vida durante la siguiente semana siguió siendo terrible.
Camila y ella no habían vuelto a hablarse (Si es que a lo sucedido esa mañana se le puede llamar
“hablar”). Su madre seguia ignorando su infelicidad. Peter la tocaba como quería, cuándo quería y dónde
quería. Su padre y hermanos se mantenían al margen. Lloraba a mitad de noche encerrada en el baño.
Lauren sabía que la vida no era perfecta.
Pero no había esperado que la suya fuese un infierno.
Tenía un novio que hacía lo que se le antojaba.
Tenia una madre controladora.
Tenía un padre y unos hermanos que temían a su madre.
La habían alejado de sus amigos.
Su rutina era inhumana.
Camila y ella ya no estaban juntas.
Y para colmo se había enterado, gracias a las miles de noticias que había escuchado mientras hacía su
trote diario, que Karla y Loren se habían separado.
CAPÍTULO 43
Camila había evitado hablar de Lauren con Normani, Dinah o sus padres, aunque estos últimos ya sabían
de su regreso. Sabía que hablar significaría volver a su depresión. Sabía que hablar realmente no la
ayudaría.
No había vuelto a verla debido a sus horarios en la biblioteca, y estaba realmente agradecida por esto.
Debía admitir que temía encontrársela como en elprimer día, sentada en las escaleras. Esa situación
había sido completamente incomoda, y prefería no pasar por lo mismo dos veces.
Porque Camila sabía que si volvía a verla, le diría todo lo que quería decirle…
Estaba cargando libros de un lado a otro de las estanterías cuándo tropezó con alguien que hizo caer todo
lo que tenía entre manos con gran escandalo, un gruñido involuntario escapando por sus labios.
XX: Lo… lo siento. Yo te ayudare a ordenar, lo prometo. Lo siento. Lo siento. Lo siento -Susurro
Austin, tomando los libros rápidamente y organizándolos en su respectiva estantería a una velocidad
impresionante. Estaba temblando. Parecía tener miedo… ¿De ella?
Camila: Esta bien -Lo tranquilizo. Si bien el chico no le caía bien, y todo el mal que le había hecho
durante meses no había sido borrado de su mente, sus exagerados lamentos era algo que deseaba dejar de
escuchar-. No es como si me hubieses vuelto a golpear o algo así. Solo son libros.
Austin: También lo siento por eso -Susurro antes de alejarse silenciosamente, cabizbajo, aun con algunos
libros en manos, su cuerpo temblando ligeramente con cada paso.
Ariana: ¿Sabes si Demetria nos aumentara la paga pronto? -Pregunto arreglando los libros como se le
daba la gana, sin respetar orden alguno-. Necesito nuevos vestidos…
Camila: Estoy segura de que no vas tener ningún aumento en mucho tiempo, Ariana.
Ariana: ¿Por qué lo dices? ¡Soy una excelente trabajadora!
Camila: Primero, has intentado seducirme unas mil veces desde que trabajo acá, por lo cual ni tu ni yo
podemos terminar nuestros trabajos a tiempo. Segundo, siempre te llevas a más de un visitante a la
cama, y eso no da una buena impresión de la biblioteca. Tercero,no sabes modular tu tono de voz y
siempre terminas gritando. Y cuarto, pero no menos importante, siempre te llevas la literatura erótica a
casa sin permiso.
Ariana: Tal vez tengas razón -Susurro-. Pero en serio necesito un vestido -Chillo, demasiado alto-. Ayer
me encontré con un hombre bastante guapo y tuvimos lo que debió ser el mejor sexo de mi vida -Camila
pensó que, o el tipo era realmente muy bueno en la cama, o la chica solo exageraba-. Me invito un
famoso restaurante de la zona dentro de un par de días, pero realmente dudo que realmente lleguemos si
vamos en su auto… O en cualquier auto... ¿Sabes? Realmente debo vestirme bien, porque el tiene dinero
y todo eso…
Camila: Oh, bien… Supongo que eso es… bueno para ti -Susurro, para nada interesada en la
conversación, pero agradecida de que la chica pelirroja estuviese manteniendo su distancia.
Ariana: Puedo proponerle un trío si estas interesada -Agrego coquetamente, acariciando sensualmente
los antebrazos de Camila antes de que esta se alejara.
Ya había pasado demasiado tiempo de “no acosemos a Camila” para la chica pelirroja.
Camila: Ya sabes que no quiero. Te he dicho mil veces que no me gustas… Además…
Ariana: ¡Vamos, Camila! ¡Estas soltera ahora! ¡Disfruta de tu vida!
Camila: Disfruto de ella, lo prometo -Aseguro, organizando una nueva pila de libros lentamente,
cerciorándose de que cada uno estuviese en su lugar correspondiente, arreglando también los desordenes
de Ariana.
Ariana: Mientes. No te he vuelto a ver sonreír como cuándo estabas con esa chica… con Lauren… Tus
ojos no brillan como el primer día en el que te vi -Susurro acariciando sus mejillas, sus mirada
volviéndose menos devoradora y más suave.
Y sin bien en otro momento se habría alejado de Ariana bruscamente, exigiéndole que dejara de joderle
la vida, esa vez la chica pelirroja la había hecho reflexionar.
Llego a la conclusión de que no podía seguir sufriendo por Lauren Jauregui.
Ella ahora estaba con otra persona. Un hombre guapo y con dinero, seguramente. Tal vez la hacía feliz,
tal vez no. Pero era lo que Lauren había elegido.
Fue en ese momento en el que Camila decidió que era tiempo de seguir su vida, tal y como la chica de
ojos verdes lo había hecho. ¿Sería feliz? Tal vez no. Pero era lo único que podía hacer.
Y Camila sabía que la vida no dependía solo de aciertos, sino también de errores.
Y quería vivir al máximo, así que hizo lo que hizo, aunque fuese un error.
Ella simplemente beso a Ariana.
No fue un beso lento ni pasional. Fue un beso brusco, tosco y salvaje, lleno de dudas,enojo, tristeza y
frustración. Camila estaba intentando deshacerse de todo lo sucedido. De sus sufrimientos. De su dolor.
De la infelicidad.
Del recuerdo de Lauren.
Ariana tomo rápidamente el mando, empujándola contra las enormes estanterías y colocando las manos
de Camila sobre su cabeza mientras aun devoraba su boca, invadiéndola de inmediato con su experta
lengua, presionando sus caderas contra las de Camila, ambas dejando escapar un gemido de sus labios.
Camila: No… -Susurro de repente contra los labios de la chica, alejándose, como si algo la empujara
lejos.
No era como si no se hubiese sentido bien besarla. Es decir, hacía ocho meses que no lo hacía, y Ariana
era experta con lo que de usar su boca se hablaba, pero, simplemente, había algo en su interior que le
impedía seguir haciéndolo.
Algo que le decía que aquello no era solo cometer un error, sino traicionarse a sí misma.
Ariana: Te estaré esperando en mi casa a las nueve, Camila -Susurro entregándole una tarjeta impresa
con una dirección, de esas que todo empresario u abogado siempre carga en su cartera por montón.
Camila supuso que la chica iba preparada para toda ocasión-. Si no vas, supondré que este beso fue
suficiente para ti y me alejare. Si vas, prometo que te daré la mejor noche de tu vida.
La chica de ojos verdes arrugo el semblante de una forma tan tierna que Camila habría corrido a besarla
de haber seguido siendo su novia.
Era algo que realmente no comprendía. La chica se había ido de un momento a otro, sin dejar tan
siquiera una nota. Al principio pensó que había sido por problemas de salud, pero luego, cuándo no
recibió llamadas de parte de quien entonces era su novia, supo que algo más grande sucedía. Algo que
no podía comprender realmente.
Y realmente necesitaba saberlo para seguir adelante.
“Te vi besar a Austin” Leyó, el rostro de Lauren dibujando una tristeza que le desgarro el corazón.
“No lo entiendo”
“El comenzó a golpearme porque me negué a besarlo, así que pensé que si lo hacía no me golpearía más.
Tenía razón”
Los ojos de la chica de la ventana se abrieron como platos y palideció. De repente, la miro a los ojos,
una mezcla de arrepentimiento y melancolía en ellos.
Camila conocía a Lauren lo suficiente como para saber que estaba intentando pedirle perdón.
No entendía por qué lo hacía. Se suponía que quería olvidarla con esa charla, pero ahora casi parecía que
estaban intentándolo de nuevo.
“No. Tu no eres una idiota. Tu solo querías que ese estúpido dejara de golpearte”
“¿Te importa si abrimos la ventana?”
Lauren no respondió. Simplemente sujeto su ventana con sus manos y la abrió, sonriendo
melancólicamente, Camila viendo sus ojos cristalizados, haciendo lo mismo que su ex novia.
Camila: Debiste haberte quedado y pedirme una explicación. Nos habríamos ahorrado todo esto -Susurro
tristemente, mirando sus manos y jugando con sus dedos-, chica de la ventana -Finalizo, sonriendo
melancólicamente.
Lauren: Lo se. Entiendo si estas enojada..
Camila: No estoy enojada. Estoy… estoy triste, Lauren. Pensé que confiabas en mi… Y se que tu mente
cree lo que ves, y lo que viste ese día fue un beso… Pero pensé que confiabas en mi lo suficiente como
para ver algo raro, aunque sea mínimo, en ese beso -Suspiro, mirándola unos segundos para luego volver
a sus manos-… Y creo que también estoy decepcionada. Decepcionada de que solo te fueras y no te
quedaras para luchar por mi.
Lauren: No me quede porque, aunque te amaba, sabía que merecías a alguien mejor… Y supongo que
me odiaba tanto a misma que creí que ese estúpido sería millones de veces mejor que yo.
Camila: ¿Te odiabas? ¿Dejaste de hacerlo?
Lauren: No, pero ahora me doy cuenta de que debí quedarme, aunque muchos puedan ser mejores que
yo.
Camila: Nadie jamás sera mejor que tu, Lauren -”Increíble, Camila. Acabas de lanzar tu oportunidad de
seguir con tu vida por la borda”-, mucho menos Austin… Es decir, además de ser hombre y no tener ni
tus pechos ni tu culo -Se sonrojo-, no me trata como tu. Jamás nadie lograra tratarme como tu.
Lauren: ¿Cómo yo?
Camila: Como si realmente me amaras…
Lauren: Te amo -Susurro, Camila levantando su mirada de inmediato, para encontrarse con una lágrima
corriendo por esa blanca mejilla.
Camila: No te creo -Se negó, bajando su mirada de nuevo, su labio temblando ligeramente, las lágrimas
esforzándose en no hacerse presentes.
Lauren: ¿Por qué no? -Balbuceo entre sollozos que hicieron romper su corazón. Por el rabillo del ojo,
logro encontrarse con la silueta de Lauren sujetando fuertemente los bordes de su ventana, como si estas
fuesen lo único que la estuviesen deteniendo de lanzarse al piso y llorar desconsoladamente.
Camila: Porque ahora estas con el -Escupió mirando a Lauren, lágrimas calientes recorriendo su cara,
enojo llegando a ella.
¡¿Cómo podía decirle Lauren Jauregui tan tranquilamente que la amaba cuándo esa misma mañana debía
de haberse besado con ese tipo que ahora vivía con ella?!
Lauren: Lo siento -Susurro simplemente. Las lágrimas caían sobre su ventana, sus ojos verdes mostraban
arrepentimiento, sus facciones demostraban dolor, sus dedos chasqueaban, su labio temblaba
ligeramente y pequeños sollozos desgarradores llegaban a sus oídos.
Camila no supo como logro mantenerse firme después de verla de esa forma, como si le estuviesen
arrancando el corazón lentamente.
Camila: Un simple “lo siento” no es suficiente… Tu ahora estas con el. Ahora lo besas a el. Ahora lo
amas a el…
Lauren: No lo amo -Se apresuro a corregir.
Camila: ¿Entonces por qué estas con el?
Lauren: Porque mi madre me lo pidió -Contesto limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano
repetidas veces, como una hermosa niña pequeña que acaba de rasparse la rodilla.
………….
Luego de que Lauren le explicara claramente lo que había sucedido, Camila ya no sabía que pensar.
No sabía a quien odiar más.
Tal vez a Clara por obligar a su hija a hacer semejantes cosas…
Pero se decidió por Peter, pues sin Clara Lauren no estaría allí, viva y perfecta con lágrimas en sus ojos.
Además, no la trataba ni un poco bien. Era solo otro pedazo de carne en su plato. No la respetaba. No la
amaba. No le era fiel. En resumen, era un idiota que se merecía una buena cortada de pelotas con una
hoja de papel.
Pero Camila no lo odiaba solo porque le hacía todo esto a Lauren.
Lo odiaba porque ella también era una mujer, y seguramente el hombre ya había tratado a muchas de
esta forma. Ella odiaría inmensamente que la trataran así. No podría vivir de esa forma más de dos días
sin soltarle al imbécil lo muy idiota que lo consideraba.
Cuándo Lauren le contó la historia de sus últimos meses, la chica no pudo evitar sentir que todo lo que
Lauren había pasado ella lo había vivido también.
Lauren: Son las ocho -Susurro mirando el reloj, miedo apoderándose de sus ojos verdes al instante-. Hoy
Peter me prohibió cenar -”Ese idiota”-, así que supongo que… tengo que cambiarme la ropa.
Camila: Te esperare -Sonrío, intentando ocultar su disgusto por la mención de Peter, cruzándose de
brazos y viendo a Lauren ir a su armario y tomar algunas cosas, cabizbaja, antes de entrar al baño.
Cuándo salio, la chica de ojos marrones no pudo evitar sentir un retorcijón en el estomago.
Lauren llevaba un conjunto de lencería color negro que apenas cubría sus partes intimas. Se había
maquillado, tal vez demasiado, y a través de la ventana abierta logro detectar algo de oloroso perfume.
Se veía sexy, sí, debía admitirlo.
Pero el punto es que no se veía sexy porque quisiera serlo.
Se veía sexy porque Peter quería que lo fuese.
Camila: Dime que aun eres virgen -Casi suplico, mirándola a los ojos, sintiéndose asqueada ante la
imagen del cuerpo de Lauren al instante. No quería verla así. No cuándo sabía que alguien más la vería
así, no solo ella. No quería verla hacer cosas que realmente no deseaba.
Lauren abrió su boca para responder, pero la cerro de inmediato, Camila deduciendo que no podía hablar
debido a las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos, que se habían vuelto cristalinos.
Camila: ¡Dime que aun eres virgen! ¡Dime que no fuiste tan estúpida como para entregarle a ese
estúpido que no amas algo tan importante como tu virginidad solo porque tu madre caprichosa así lo
quiere! ¡Dímelo!
Camila: Dime que no fuiste tan idiota. Dime que aun te queda algo de respeto por ti misma. Dime que no
cometí un error al pasar todos estos meses sintiéndome una traidora porque, cada vez que miraba a una
chica o pensaba en un futuro donde tu no eras parte de mi vida, pensaba que estaba haciendo las cosas
mal. ¡Dime que valoraste un poco todo lo que tuvimos y fuiste lo bastante valiente como para decir
“no”! ¡Dime que no te acostaste con el! ¡Dime que el mantenerme fiel a ti, a pesar de que no sabía si
volverías, sirvió de algo! ¡DIME ALGO, LAUREN!
Lauren: Lo siento…
Camila: Ella es una princesa, idiota. ¡Una reina! ¡Eres tu quien debería arrodillarse ante ella!
A la mierda el olvido, ella quería a Lauren.
CAPITULO 44
Lauren salió a correr con apenas una manzana y un litro de agua en el estomago. Llevaba ropa deportiva
rosa, lo cual no era de su agrado, pero su madre le decía que debía vestirse femenina para Peter, así que
simplemente lo hacía.
Llevaba al menos quince minutos de camino cuándo escucho una voz que le llamo la atención.
Era Becky.
Se sintió feliz de volver a verla y escucharla. Era bueno no tener que correr sola ni con un desconocido o
desconocida. Además,también era bueno que quien corriera a su lado le cayera bien.
Becky: Pensé que no te vería más -Dijo sonriente, uniéndose a su trote, su cola de caballo yendo de un
lado a otro junto con su ropa demasiado colorida- ¿Dónde fuiste?
Lauren: Tuve un trasplante de corazón -Informo sonriente, mirándola. Realmente estaba muy feliz de
reencontrarse con la chica-. Al parecer es el último.
Becky: ¡Bien, Lauren! ¡Te felicito! -Sonrío, abrazándola de inmediato con todas sus fuerzas, Lauren
apartándola con brusquedad-. Lo siento, olvide que los odias… Aunque cuándo abrazaste a Finah… -
Lauren dejo escapar una risita, recordando el glorioso momento entre los pechos de la famosa- ¿Supiste
lo de su nueva novia?
Lauren negó de inmediato. Su madre le había prohibido hablar, escuchar o leer algo relacionado con las
chicas.
Becky: Se llama Ramiro. ¡Ramiro! Es como… No puedes ser NOVIA de Finah y llamarte Ramiro. Es
decir, Finah es tan Finah y Ramiro es… ¡UNA CHICA! ¡Y NO ES MOM MANI!
Lauren: Creo que deberías respirar un poco, Becky.
Becky: Tienes razón -Coincidió, respirando hondo-. ¡PERO ES QUE NO ES MOM MANI! -Grito
desesperada.
Lauren: Becky, creo que deberías calmarte…
Becky: ¡NO ME CALMO NADA, JAUREGUI! ¡LA SEPARACIÓN DE KOREN ME TIENE MAL!
Lauren: ¿Entonces en verdad se separaron?
Becky: ¡¿Qué?! ¡¿No lo sabes?! ¡¿Quién eres y que hiciste con Lauren Jauregui?! -Se sorprendió,
exagerando todo con su voz chillona y aun una sonrisa en el rostro-. ¡¿Cómo es que no sabes que Loren
se enojo porque Karla se compro una gallinita llamada Anacleta que no dejaba ni para ir al baño?!
Lauren: ¡¿Qué?!
Becky: Lo que escuchas…
Lauren: ¡LA UNICA GALLINITA DE KARLA ES LOREN! ¡ELLA ES LA ÚNICA QUE PUEDE
ACOMPAÑARLA AL BAÑO!… Estoy odiando a Anacleta.
Becky: ¿Todavía quieres que me calme? -Pregunto, elevando una de sus cejas.
Lauren: Definitivamente no. Cuéntame más…
…………
Lauren debió de haber hablado con Becky al menos durante diez minutos más, sin concentrarse en su
trote, informándose de todo lo sucedido con su vieja banda favorita, cuándo escucho a una voz llamarla.
Una voz que conocía.
Una voz que hacía que su corazón se comportara como un corazón de mierda.
Una voz que la hacía sonreír.
La voz de Camila Cabello.
Se detuvo de golpe, dándose vuelta para mirarla. La chica estaba caminando hacía ella, sonriente,
utilizando su uniforme de trabajo amarillo y una gorra colorida hacía atrás.
Becky: Creo que… sera mejor que me vaya. Adiós Lauren -Susurro rápidamente, su diccionario mental
identificando su tono de voz como atemorizado.
Camila se acerco a ella en cuanto Becky se marcho corriendo a una velocidad impresionante, Lauren
reanudando su trote, Camila de inmediato integrándose a su ritmo.
Lauren: Pensé que tenías que trabajar -Dijo evitando mirarla a los ojos. Luego de la noche anterior no se
sentía capaz de volver a verla directamente sin sentirse una completa idiota.
Se sentía humillada.
Usada.
Controlada.
Y lo peor de todo esto es que no podía hacer nada para evitar sentirse así.
Camila: Aun tengo media hora para llegar -Informo consultando su reloj.
Lauren: Bien…
Camila: ¿Por qué estabas hablando con Becky, Lauren?
¿Estaba enojada?
Lauren: Ella se acerco y simplemente comenzamos a hablar de Thug Harmony… Ya sabes, mamá me
prohibió escucharlas y ella… estaba poniéndome al corriente.
Camila: ¿Te prohibió escucharlas? -Pregunto, ambas deteniéndose bruscamente, Camila intentando
mirarla a los ojos. De repente, su extraño enojo parecía haberse marchado.
Lauren: Sí -Afirmo-. Dice que mi… “confusión” contigo fue debido a… Thug Harmony. Ella cree que la
relación de Loren y Karla, los gustos de Finah por mujeres con nombre de hombre, el cuerpo de Mom
Mani y el muy poco respeto por el espacio personal de Boyfriend Ally me afectaron un poco…
Camila: ¿Y tu le crees? ¿Crees que lo que tuvimos fue solo… una confusión? -Parecía estar a punto de
llorar.
Y simplemente no pudo evitarlo. Al ver sus facciones tristes y escuchar sus rotas palabras, solo pudo
lanzarse sobre ella y abrazarla fuertemente, intentando decirle, sin palabras, que amaba verla feliz..
Suspiro.
La había extrañado.
Lauren: Jamás le creería… Yo te amo, Camz. Estoy muy segura de eso -Susurro a su oído, una lágrima
descendiendo por su mejilla.
Camila rodeo con sus manos el cuello de la chica, acercándola más a ella, los pulmones de Lauren
llenándose de aire que fue expulsado al instante.
Su corazón palpitaba rápido, y una sonrisa se formo en sus labios.
Si pudiese elegir un lugar en donde estar para siempre, elegiría los brazos de Camila Cabello.
Y aunque sabía que no era digna de recibir aquel abrazo luego de lo sucedido la noche anterior, Lauren
se mantuvo allí todo el tiempo que pudo.
……….
Lauren: ¿Dónde fuiste anoche? -Pregunto antes de que Camila entrara a la biblioteca. La había
escuchado decir, segundos atrás, que había llegado diez minutos antes, por lo cual aquella pregunta aun
tenía tiempo de ser respondida.
Camila: Lauren… yo…
A los doce años, cuándo aun jugaba Softball, Lauren fue golpeada en la cabeza por una bola que había
sido lanzada a una muy alta velocidad.
Al inicio se sintió mareada, desconcertada, fuera de lugar… No sabía que sucedía. No sabía dónde
estaba. No sabía quien era. Era como estar en una incomoda burbuja.
Luego vino el dolor.
Un dolor taladrante y agonizante, que la hacía querer gritar fuertemente, pero a la vez se lo impedía
debido a su desconcertante intensidad que amenazaba con dejarla inconsciente.
Así se sentía ahora.
Cayo sobre las escaleras de mármol en la entrada, sujetando su cabeza entre sus manos, chasqueando sus
dedos y dejando a las lágrimas fluir.
“Iba a tener sexo con Ariana”
“Iba a tener sexo con Ariana”
“Iba a tener sexo con Ariana”
“Iba a tener sexo con Ariana”
“Iba a tener sexo con Ariana…”
No conocía a Ariana personalmente. En realidad, Camila jamás le había dicho quien era. Decía que no
era importante. Que ella jamás le prestaría ningún tipo de atención.
Y ahora…
Camila: Lauren… Lauren… ¡Lauren! -La llamo, arrodillada frente a ella, sujetando sus manos
bruscamente, Lauren reaccionando el instante e intentando omitir el dolor lo suficiente como para
prestarle algo de atención.
Lauren: Tu… tu… -Tartamudeo.
No estaba enfadada.
Estaba herida.
Camila: No lo hice…
Lauren: ¿Qué? -Susurro, lágrimas recorriendo su rostro, su mirada encontrándose con los ojos de Camila
antes de apartarla. No. No podía mirarla. Sus ojos habían quedado prohibidos en cuánto la había dejado
ocho meses atrás.
Camila: Veras, yo… Estaba herida. Cuándo me dijiste que ya no eras virgen y te habías entregado a el
solo porque tu madre te lo pidió, yo solo… Es decir, no me habría importado si la perdías como una
nueva novia más alta que yo, rubia y de ojos azules que te hiciera feliz. Pero que lo hicieras con el…
Con alguien que no amas… No lo se. Pensé que te valorabas un poco más… Supongo que después de
eso perdí el control, y estuve a punto de hacer algo realmente estúpido. Pero me di cuenta de que no
podía hacerlo… No soy de esas, Lauren.
Camila: Lo es, no puedo mentirte, pero no más que tu… Además, una linda cara no es todo lo que me
importa.
Lauren: ¿Entonces…?
Camila: Lo que en verdad me importa es que seas tu…
Y, sin decir más, la chica comenzó a alejarse, deteniéndose a unos pasos de la puerta para mirarla,
Lauren adivinando que su tiempre se acababa.
Camila: ¿Crees que podrás ir al café a las doce? Estoy segura de que Dinah y Normani te extrañaron.
Puedes invitar a Ally si quieres.
Lauren: Iré -Confirmo sonriendo, limpiándose las mejillas húmedas con el pulgar-. Pero no se dónde está
Ally.
………….
Lauren no asistió al gimnasio durante la tarde, diciéndole a su entrenadora que tenía un fuerte dolor de
estomago. Por supuesto, era una mentira.
Entro al café puntualmente con la mirada baja, usando una camisa amarilla pegada a su cuerpo y
pantalones rosas que apenas le permitían caminar de lo ajustados que eran, además de unos zapatos tan
altos que le lastimaban los pies. Odiaba esa ropa, pero Peter no, así que Clara la obligo a usarla, al igual
que el bolso deportivo rosa que tenía su cambio de ropa para el gimnasio, que no usaría ese día.
Camila: ¡Lauren! -La llamo desde la mesa del fondo, agitando su brazo en el aire, sonriente. Dinah y
Normani aun no estaban allí.
Camino lentamente hacía Camila, lastimándose los pies con cada paso, cayendo sobre la silla con un
leve suspiro de alivio.
Camila: ¿Sucede algo? -Pregunto dulcemente, intentando mirarla a los ojos.
Lauren: ¿Por qué lo preguntas? -Quiso saber, evitándola.
Camila: Caminas como si un tren te hubiese aplastado los pies…
Lauren: Estos zapatos me están hiriendo los pies -Confeso-. Y esta ropa me da nauseas -Agrego.
Camila: Debí suponerlo. Tu desprecio hacía el rosa no pudo haber cambiado en solo ocho meses.
Lauren: A Peter le gusta que use estos colores. Dice que me hacen ver femenina.
Camila: Pero a ti no te gustan…
Ella simplemente miro el suelo y negó lentamente. Odiaba esa ropa, esos colores…
Quería su ropa oscura de nuevo, al igual que sus tenis desgastados. Quería volver a tener todo lo que una
vez había sido suyo y que nadie parecía poder modificar.
Quería volver a ser ella.
Que no se hubiese acostado con Ariana la noche anterior no significaba que no pudiese haberlo hecho
los ocho meses anteriores a su regreso.
Camila: Es una buena pregunta -Susurro, tomando una servilleta y una lapicera, una gran sonrisa
contagiosa plasmada en su rostro. Dibujo un gran circulo en la servilleta torpemente, la tinta de la
lapicera corriéndose un poco, formando lo que debió ser el peor circulo de la historia-. ¿Ves el circulo?
Es un circulo de vírgenes…
Lauren: Creo que ya he escuchado esto antes… -Susurro, sonriendo.
Camila: No me detengas. Estuve esperando a que alguien me preguntase esto por meses. Por favor no
arruines mi sueño -Suplico.
Lauren: Esta bien -Asintió, volviendo a prestarle atención, intentando sofocar una risita que amenazaba
con salir de sus labios.
Camila: Bien, ahora… -Dibujo un circulo más pequeño dentro-. Estos son los chicos de dieciocho años
con una pierna… Y en realidad yo no soy parte de ese circulo porque tengo dos piernas y soy una chica,
pero tengo dieciocho, aunque eso no cambia nada -Explico, tan rápido que tuvo que tomarse un tiempo
para tomar una gran bocanada de aire-. El punto es que estoy dentro del circulo grande, cerca de
Augustus Waters, y bueno… Es lo más cerca que estaré de él en toda mi vida.
Lauren: Bien -Rió- ¿Eso quiere decir que eres virgen?
Camila: Sí, Lauren. Si lo soy.
Lauren: ¿Y dónde estaría yo, más o menos? -Pregunto, sabiendo ya que no habría un lugar dentro para
ella nunca mas, sintiéndose triste con esto al instante.
Camila: Bien… Creo que… -Dibujo un pequeño circulo algo alejado de los otros-. Creo que estarías acá.
Estoy segura de que Augustus pondría en este lugar a las chicas no-virgenes sorprendentemente
atractivas llamadas Lauren Jauregui.
………………
Dinah y Normani llegaron al lugar tomadas de las manos unos quince minutos después, la chica alta de
inmediato dándole a Lauren una bolsa repleta de ropa que podría quedarle.
Dinah: Ve a cambiarte -Le dijo, sin siquiera saludarla-. Después no abrazaremos y todo eso -Agrego
sonriente.
……….
Salio del baño diez minutos después, todo su incomodo vestuario siendo reemplazado con una vieja
camiseta con la cara de Beyonce (¡Es Dinah! ¡No se puede esperar nada distinto de ella!) deformada
debido a su constante paso por la lavadora, unos pantalones holgados negros y cómodas zapatillas
deportivas que, al ver las lentejuelas, dedujo eran de Normani.
Volvía a sentirse Lauren Jauregui.
O una parte de ella.
Tal vez era solo Laur…
Dinah: Dime que tiraste esos estúpidos zapatos rosas -Dijo en cuánto la chica de ojos verdes se sentó en
la mesa, al lado de Camila, el único lugar que la pareja le había dejado libre.
Lauren: Los tire… Y lo demás también -Afirmo, pues era cierto. Peter odiaba que Lauren repitiera ropas
a menos que fuesen sus favoritas, así que habrían acabado en el cesto de basura de todos modos-.
Gracias Dinah.
Dinah: Deberías agradecerle a Mani… No sabes lo difícil que fue deshacerme de esa camisa.
Normani: Tienes muchas otras camisas de Beyonce, amor… Además, esta está tan gastada que su cara
parece vomito.
Dinah: Pero…
Lauren: Puedo devolvértela si quieres… No me importaría usar esa camisa verde con olor a sudor que
estaba a su lado.
Normani: Tranquila, Lauren. Estoy segura de que Diyonce puede vivir con eso.
Dinah: Además, esa camisa verde era de Siope y sería extraño que olieras a el…
Normani: ¿Siope?
Lauren: ¿Diyonce?
Camila: Normani invento ese apodo para Dinah porque ahora que es rubia parece su hermana gemela
perdida -Informo entre susurros, regalándole una cálida sonrisa que Lauren no vio.
Normani: Pensé que habías tirado toda su ropa, Dinah…
Dinah: Lo hice, pero encontré esa camisa bajo mi cama hace unos días y no sabía que hacer con ella…
Normani: ¿Por qué no la tiraste?
Dinah: ¡No lo se, amor! ¡No lo se! Lo siento..
Normani: No me hables. Estoy enojada.
Dinah: Amor…
Normani:…
Dinah: Amor…
Normani:…
Dinah: Mani, soy Beyonce. No puedes ignorar a Beyonce.
Normani:…
Camila: Creo que alguien se enojo, Dinah -Dijo divertida.
Dinah: Oh, por favor, cállate Mila.
Lauren: ¿Ally?
Todas voltearon de inmediato hacia la dirección en la que Lauren estaba mirando, encontrándose con la
pequeña y delicada figura de la chica sentada algo alejada de ellas, tomando una taza de humeante te.
Lauren se levanto, ignorando todo lo que pudiese suceder a su alrededor, y camino lentamente hacía su
amiga, preguntándose si estaría enojada por haberla ignorado durante todos aquellos meses.
Lauren: ¿Brooke?
La pequeña se quedo paralizada unos segundos antes de elevar su mirada, sonriendo en cuánto vio a su
amiga, Lauren imitándola. Ally de inmediato se lanzo a los brazos de la chica, ambas riendo ante el
encuentro, demasiado concentradas en ellas mismas que no notaron que las demás personas en la
cafetería las miraban.
Lauren anhelaba tanto ese reencuentro que no tuvo la oportunidad de sentir rechazo ante el contacto.
Por fin Ally pasaba a la lista de personas que podía abrazar sin sentir deseos de alejar.
Ally: Te extrañe tanto, Jauregui -Sollozo. Ni siquiera se había dado cuenta de que estaba llorando.
Lauren: Lamento no… lamento no haber hablado contigo. Mamá me lo prohibió…
Ally: Tranquila. Lo se… Todo fue por Troy -Susurro alejándose, la sonrisa de sus labios acompañando
sus lágrimas de alegría.
Lauren: ¿Troy?
Ally: Sí. Pensó que el… Bueno, que nosotros, seriamos una mala influencia para ti.
Lauren: ¿Mala influencia? Es imposible. Troy está muerto -Allí estaba Lauren “Directa” Jauregui.
Ally: No hablo de ese Troy -Aclaro, su sonrisa ensanchándose. Se alejo de ella unos instantes,
agachándose frente a un cochecito colocado al lado de su mesa, sacando de allí a un pequeño bebe de no
más de un mes de nacido con cabellos rubios y ojos cafés que la miraban fijamente mientras chupaba
una de sus manitas hábilmente-. Lauren, te presento a Troy…
…………
Camila: Entonces… cuánto Troy murió…
Estaba todas reunidas al rededor de la mesa, Normani alzando al pequeño Troy, que jugaba con los
dedos de Dinah, sentada a su lado. Ambas chicas habían logrado arreglar sus diferencias en menos de
diez segundos de plática, lo cual fue increíblemente sorpréndete para Lauren.
¿Relación rápida y perfecta?
La respuesta siempre será Norminah.
Ally: Yo ya estaba embarazada -Confeso con una sonrisa, tomándose unos minutos para limpiar la baba
alrededor de la boca del pequeño, para que solo segundos después volviera a estar en las mismas
condiciones-… Troy y yo hicimos el amor unas… seis veces… antes de que el muriera. No nos
cuidamos porque… El estaba muriendo, así que protegernos no era nuestra prioridad… No supe de él
hasta un mes luego de que te fueras, Lauren.
Lauren: Justo cuándo mi madre me prohibió hablar contigo…
Ally: Exacto. En cuánto mi padre se lo notifico ella me prohibió cualquier tipo de contacto contigo…
¡Incluso señales de humo! Lo siento, Jauregui, pero tu madre esta loca…
Ally: ¿Estás mejor, cierto?… Es decir… ¿Tu trasplante funciono? -Pregunto mientras intentaba
amamantar al pequeño Troy sin que las demás personas alrededor vieran demasiado.
Lauren: Sí… No tengo un ataque desde hace seis meses -Informo más que feliz.
Ally: ¡Bien! Supongo que eso debería ir a tu libro de records…
Lauren: ¿Mi libro de records? Ally, yo no tengo un…
Ally: No hablo en serio.
“Puedes tener miles de corazones nuevos, pero jamás de ser una idiota”
Esa voz otra vez…
Había estado más de cinco meses sin escucharla. Sin llamarse idiota a sí misma.
Supongo que la rutina estaba regresando.
Lauren no le había contado a la chica sobre el beso entre Camila y Austin, pero si de su separación. No
se lo contó porque no había necesidad de que el recuerdo de Camila Cabello estuviese manchado en la
mente de los demás.
La palabra dolía.
Dolía porque no quería ser solo su amiga.
Dolía porque era la verdad.
Ally: ¿Amigas?
Lauren: Tengo novio, Ally…
……..
Ally: Eres una idiota, Jauregui -Murmuro enojada luego de escuchar cada una de sus palabras mientras
recostaba al pequeño Troy en su cochecito y pedía una segunda taza de té. Lauren, por su parte, solo
había bebido unos cuántos sorbos de agua- ¿Por qué no solo te negaste y…?
Lauren: Sé que soy una idiota… Pero no quería más insultos ni más golpes, Ally. No quería eso.
Ally: Y a cambio tuviste humillación, perdiste tu virginidad, la capacidad de controlar tu vida, a
Camila… Te perdiste a ti misma, Jauregui.
Lauren: Si lo dices así suena terrible…
Ally: Lo es…
…………
Luego de que Ally se marchara, demasiado enojada como para seguir hablando con ella, Lauren
permaneció allí, pidiendo una ensalada que de la cual solo planeaba comer la mitad.
Estaba pensando.
En lo tonta que había sido…
En lo bajo que había caído…
En como se había perdido…
Todo porque era una cobarde.
Todo porque tenía miedo de enfrentar a su madre.
Todo porque era una idiota.
Se mantuvo pensando e insultándose durante al menos cinco minutos más, apenas llevándose una
rebanada de tomates a la boca, hasta que algo en el noticiero transmitido en el televisor del local le llamo
la atención.
A pesar de que la entrevistadora, la India María, era algo guapa, no fue ella la que le hizo mirar.
María:… A continuación, un vídeo del evento en alta calidad grabado por nuestros más prestigiosos
camarógrafos hace pocas horas atrás.
Lo primero que noto fueron cinco chicas que reconocería en cualquier parte, con sus ropas casuales y sus
extrañezas, que las hacían perfectas.
Un chico tímido se levantaba entre la multitud, sosteniendo, tembloroso, un micrófono.
XX: Ho…hola. Soy Erick… Qui… quiero saber si… si Koren sigue siendo re… re…. real…
Silencio.
Lauren se sentía en el lugar de la entrevista, frente a ellas. Estaba tan nerviosa por escuchar como el
chico y las demás personas que habían estado allí.
Karla: Sí… Aun lo es ovejitas salvajes. Estamos juntas aun. Nos amamos aun -Confeso, sus ojos
brillando y una sonrisa dibujándose en sus labios perforados.
Erick: ¿Có…como? Pensé que esta… estaban separadas.
Loren: Lo estábamos, Erick… Pero cuándo hay amor, supongo que todo el rompecabezas siempre
vuelve a unirse.
Karla: Awww, gallinita, amo cuándo usas palabras de citadino…
Loren: Y yo te amo cuándo dices citadino…
Lauren casi escupió el trozo de lechuga que se había llevado a la boca segundos antes.
Erick: ¿Qué… que paso con Anacleta?
Karla: Bien, cuándo mi gallinita Loren se fue de nuestro gallinero pensé que Anacleta podría ocupar su
lugar en el nido de mi corazón. Pero me equivoque… Me di cuenta de que la única gallinita con la que
quiero compartir nido es Loren Jambalaya… Y el caldo de Anacleta fue bastante bueno.
Y la grabación finalizaba cuándo las chanclas de Finah se colocaban frente al rostro de Boyfriend Ally.
Lauren suspiro, agitando su cabeza para salir del transe. Era extraño como a veces podía perderse en
cosas tan simples como ver televisión.
Y lo supo.
Supo que, como Karla para Loren, Camila estaba tatuada en ella. No en su manos, pero sí en su corazón.
Y sí, Camila llevaba “c” de culo, pero su culo era tan perfecto como el de Karla, así que si piensas en
culo también debes estar pensando en Camila Cabello.
Como había dicho Loren, por más que lo intentara, no iba a poder deshacerse ni de ella, ni de su
recuerdo, ni del amor que sentía por ella.
Iba a recuperarla, costara lo que costara.
Pero primero tenía que alejarse de su madre… y de Peter.
Se distrajo cuándo la India María volvió a salir en pantalla.
María: Boyfriend Ally, famosa integrante de Thug Harmony, fue ingresada al hospital con carácter de
urgencia hace pocas horas debido a una posible inhalación de gases tóxicos. Sus familiares y fans han
expresado sus mejores deseos para la artista en twitter, usando el hashtag #PrayForBoyfriendAlly. Más
información a continuación.
“Pobre Boyfriend Ally” Pensó Lauren antes de pagar lo poco que había consumido y salir a toda prisa
del lugar.
CAPITULO 45
Camila llego a casa de bastante buen humor. Su charla con Lauren, su reencuentro con Ally, el haber
conocido al pequeño Troy y haber disfrutado de una reunión sin tener que soportar los constantes besos,
toqueteos y otras cosas de Dinah y Normani habían convertido su día en un muy buen día.
Luego de cambiarse el uniforme por ropa mucho más cómoda se sentó frente a su ventana,
completamente agotada, esperando la llegada de Lauren al lugar.
Quería hablar con ella.
Lo necesitaba.
No tardo mucho tiempo en darse cuenta de que la chica ya estaba en casa.
XX: ¡¿QUÉ HACES VESTIDA ASI?! -La voz de Clara era tan alta que traspasaba las paredes y llegaba
a sus oídos. Tal vez estaba en el corredor de la parte superior, o en medio de las escaleras, armando el
escandalo del siglo- ¡¿DÓNDE ESTA TU ROPA?! ¡ESTA NO ES LA ROPA QUE UTILIZA UNA
MUJER, LAUREN!
Las respuestas de Lauren eran imperceptibles. Tal vez porque estaba susurrando. Tal vez porque no las
daba.
¿Quien sabe? Solo Lauren…
Clara: ¡¿CUANTAS VECES MÁS TENGO QUE HABLAR CONTIGO SOBRE ESTO?!…
¡RESPONDEME, LAUREN!
Silencio.
Clara: ¡VE A TU HABITACIÓN! ¡TE QUIERO ABAJO A LAS SEIS! ¡Y BIEN VESTIDA!
Lauren: Hola -Saludo caminando hacia la ventana, cabizbaja, lágrimas aun cayendo por sus mejillas.
Camila no sabía cuándo Lauren había notado su presencia allí, pero estaba feliz de que lo hubiese hecho.
Camila: ¿Qué sucedió? -Pregunto completamente preocupada, queriendo saltar la distancia entre ambas
ventanas y correr a abrazar a la chica de ojos verdes hasta que sus brazos cayeran.
Lauren: Lo de siempre -Respondió encogiéndose de hombros, mirando un punto en el cielo, como si
verdaderamente estuviese hablando con una nube y no con Camila-. Ya lo sabes, si no uso ropa
femenina soy menos mujer para ella… Y si soy menos mujer, Peter no me quiere.
Camila: ¿Y tu le crees? - “¡MIRAME, JAUREGUI!”
Lauren: Supongo que tengo que hacerlo -Contesto encogiéndose en hombros-. Es mi madre.
Camila: Es tu madre, y una estúpida en mi opinión… Lo siento, pero es lo que pienso… Es decir -
Respiro hondo, intentando poner sus pensamientos en orden y olvidar por un par de segundos su odio
hacía Clara-. Existen muchas mujeres en el mundo, Lauren. Unas son rubias, y otras tienen ojos
alargados. Unas tienen uñas tan grandes como garras y otras tan cortas que a penas podría decirse que
hay algo más que piel en sus dedos. Unas perdieron un seno luchando contra el cáncer, y otras jamás han
sufrido absolutamente nada en su vida. Algunas se casan con hombres millonarios en busca de fortuna,
otras se casan con el hombre perfecto y algunas, como yo, Dinah, Normani, Loren, Karla y un montón
de chicas más en este mundo, prefieren buscar el amor en una estructura física más delicada y suave, y
en un corazón más tierno junto a facciones más delicadas… Pero todas seguimos siendo mujeres
igualmente. No eres ni más ni menos mujer que tu madre, que yo, que la presentadora de farándula en la
televisión, que aquella chica que esta intentando perder peso o que aquella soldado que ahora mismo está
peleando en una guerra. Todas somos iguales, Lauren… Y vestir algo cómodo no va a cambiar esto, por
mucho que tu madre lo crea…
Lauren: Tal vez tu deberías ser mi madre -Se burlo, sonriendo débilmente, limpiando finalmente una
última lágrima.
Camila: No… Si lo fuese no podría estar tan perdidamente enamorada de ti.
…………
Estaban hablando sobre temas tan poco serios que un niño de tres años se habría burlado de ellas por ser
tan infantiles, y Camila no pudo evitar dejar salir la pregunta que tenía entre los dientes desde que
Lauren le había confesado que no era virgen.
Camila: ¿Dolió?
Lauren: Dolió… Mucho… Yo… Yo no quería, Camz. Jamás quise… Pero mi madre… El lo quería, y
mamá solo se fue un día cuándo mi padre aun estaba trabajando y mis hermanos en la escuela… Y el…
El solo… Me obligo a hacerlo… Dijo que las… que las novias hacen eso. Y yo… no podía huir, Camz.
Y no fue… no fue ni un poco delicado… El solo quería un lugar donde meter su pene y… No me gusto
ni un poco. Ni siquiera me gusta ahora, cuándo se supone que debo haberme adaptado y… Me siento
sucia… Siempre… No es bonito, Camz. No se siente como se supone que debería sentirse…
Y entonces la furia se apodero de su cuerpo cuándo Lauren termino de hablar, las uñas de sus manos
clavándose en la piel de sus palmas. Quería golpear a Peter. Quería ahorcarlo. Quería cortarle su
estúpido miembro con una hoja de papel y hacérselo tragar. O mejor aun: abusar sexualmente de el hasta
que se sintiese tan sucio e irrespetado como Lauren se había sentido durante el tiempo en el que había
estado con el.
Habría dado todo lo que tenía porque la chica no hubiese pasado lo que tuvo que pasar con ese hombre,
incluso la posibilidad de tener un futuro junto a ella.
Camila: ¿Y qué sucede si un día no quieres estar con el? ¿Qué pasa si, por un día, no quieres sentirte tan
estúpidamente usada?
Lauren: No lo se. Jamás le he dicho que no quiero. Jamás me he negado… Tengo miedo -Confeso, una
lágrima resbalando por su mejilla-. No quiero que se enfade… No quiero sufrir más de lo que ya lo hago.
Camila: ¿Lauren? ¿Realmente crees que podrías sufrir más de lo que ya lo haces?
Lauren: No lo se.
Fue casi como un pequeño y reconfortante rayo de sol atravesando millones de frías y estúpidas nubes de
tormenta.
Fue como un cálido abrazo entre los golpes.
Fue como un dulce beso entre mordidas.
Camila: ¿Qué dijiste? -Necesitaba oírlo de nuevo. Confirmar que no tenía un serio problem de audición.
Lauren: Dije que quiero dejarlo.
Camila: ¿Cómo lo harás? -Si bien se escuchaba fantástico, era poco probable.
Lauren: No estoy segura -Contesto rápidamente, encogiéndose en hombros-… De lo único que estoy
realmente segura es de que te amo, y se que fui una idiota, y que tal vez aun lo soy, pero voy a
recuperarte, porque no me gustaría que estuvieses con alguien más que no fuese yo… No lo se. Se que
existen muchas mejores, pero… Ellas son buenas para ti y ya. Yo, en cambio, lo intento. Intento ser lo
suficientemente buena. Lo suficientemente atenta. Lo suficientemente dulce… Nadie jamás intentara
como yo ser todo lo que necesitas. Creo que eso demuestra cuánto te amo…
Camila: Yo también lo creo…
………….
A las seis Lauren bajo a cenar tal y como su madre se lo había exigido, usando ropa corta de nuevo.
Camila, en cambio, aprovecho el momento para bajar a cenar junto a su familia.
No vería a la chica de ojos verdes por un muy largo rato.
Sinuhe: ¿Lo sabes, verdad? -Pregunto repentinamente a mitad de la cena, Camila no comprendiendo la
pregunta del todo.
Camila: ¿Saber qué?
Sinuhe: Que ella volvió…
Silencio.
Camila: ¿Lauren? -Pregunto preocupada al verla sentada frente a su desorganizada cama, con la cabeza
entre las piernas, llorando desconsoladamente mientras chasqueaba sus dedos y sufria leves temblores
que recorrían todo su cuerpo.
Lauren: Yo… el… yo -Intentaba explicar, ahogándose en llanto con cada palabra.
Camila: Shhh, Lauren. Tranquila -Susurro acercándose, sentándose frente a ella y tomando sus manos
entre las suyas, el sonido deteniéndose y una gran fuerza obstruyendo la circulación de sangre en sus
dedos-. Todo está bien.
Pero Lauren negó, y Camila supo que algo realmente muy, muy, muy malo había sucedido.
………
Luego de quince minutos, la chica apenas se había tranquilizado un poco.
Se ahogaba con sus lágrimas, y sus mejillas estaban completamente húmedas.
Camila se sentía impotente.
Solo podía secar sus lágrimas, sujetar sus manos y decirle de vez en cuándo que todo estaría bien antes
de que la chica negase esto de nuevo.
Sabía que no debía abrazarla. Abrazarla significaba sofocarla aun más, pero tenía tantos deseos de
hacerlo… Sofocar su llanto con un beso. Decirle sin palabras que todo esta realmente bien. Que todo, a
su lado, aunque estuviesen en el centro de una gran explosión, estaba bien.
Supongo que, si hay amor, todo esta bien.
… O, al menos, eso es lo que dicen, y esto era lo que Camila había escuchado durante toda su vida.
Camila: Necesito que te tranquilices, Lolo -Susurro acariciando sus manos dulcemente.
Camila: Lolo, esto realmente no le hace bien a tu corazón. Necesito que pares de llorar -Casi suplico.
Sabía que si la chica continuaba derramando lágrimas por sus hermosas mejillas ella también lloraría…
¿Y quien sería fuerte por ellas cuándo ambas estuviesen destrozadas?
Camila: Sera mejor que bajemos -Susurro, intentando levantarla del suelo, lográndolo, Lauren de
inmediato apoyándose en su hombro para seguir derramando lágrimas-. Algo de agua y un lugar más
ordenado te ayudaran.
Y silenciosamente ambas salieron de allí, Lauren llorando sobre el hombro de la chica, Camila
intentando consolarla sin lograrlo.
La sentó sobre el sofá, buscando agua en la cocina con rapidez. No logro que ella la tomara.
El llanto continuaba.
Camila: Lauren, por favor… No llores -Suplico con la voz rota, su corazón estrujándose al ver sus ojos
rojos e hinchados, de un color gris pálido que solo adquirían cuándo estaba realmente triste, y su nariz
también roja debido al llanto, además de sus mejillas humedecidas y su labio tembloroso-. Por favor,
mírame…
Y lo hizo.
Habían evitado hacerlo desde el reencuentro, pero Camila conocía el poder de las miradas, y esa noche
Lauren necesitaba que un par de ojos color chocolate le dijeran que todo estaba bien.
Y es que las miradas calman, agitan y excitan. Camila sabía que las miradas podían hacer preguntas y
dar respuestas. Sabía que podían dar miedo o consuelo. Sabía que podían hacer reír o llorar, o que
podían ser nada y a la vez todo.
Camila conocía el poder de las miradas.
Camila sabía que su mirada podía calmar a Lauren Jauregui.
No se equivocaba.
Camila: ¿Mejor?
Lauren: Supongo -Susurro limpiando sus lágrimas con el borde de su muñeca, tal y como una pequeña y
adorable niña, aspirando audiblemente con su nariz-. Y lo siento -Se disculpo, encogiendo sus piernas y
colocando estas sobre el sillón antes de abrazarse a ellas-. Mi idea no era llorar hasta que mis lagrimales
picaran.
Camila: ¿Te duele la cabeza? -Le pregunto colocando un mechón de su oscuro cabello tras su oreja. Ella
había llorado así cuándo su abuela había muerto, y sabía que derramar esa cantidad de lágrimas dejaba
un dolor bastante molesto durante horas. También sabía que Lauren no lo diría si no se lo preguntaba.
Lauren: Un poco -Contesto en voz baja y rota, limpiando sus mejillas de nuevo.
Camila: Buscare algo. Espérame acá…
Lauren: ¿Y qué pasa si tus padres vienen?
Camila: Son padres, estoy segura de que ya están dormidos.
Y justo allí, al verla sonreír apenas elevando una de las comisuras de su labio, decidió que era el
momento. Coloco el beanie sobre la cabeza de Lauren, viendo sus grises ojos confundidos.
Lauren: ¿Qué es…? -Pregunto curiosa, quitándose el beanie de la cabeza, mirándolo fijamente con una
verdadera sonrisa en el otro durante algunos minutos. La que quería ver… Tal vez el beanie si tenía que
ver. Tal vez Camila quería esa sonrisa, y sabía que la única forma que tenía para encontrarla era de esa
manera-… ¿Por qué lo conservaste?
Camila: ¿Por qué no?
Al parecer, fue un argumento bastante bueno para la chica de la ventana, pues simplemente se encogió
en hombros, sonriendo de nuevo antes de colocarse el beanie morado que tantos recuerdos guardaba
sobre la cabeza de nuevo.
Camila: ¿Cómo llegaste a mi habitación? -Pregunto sentándose a su lado en el sofá, mientras la chica
aun tomaba su té caliente.
Lauren: Solo salí corriendo por la puerta trasera y busque la escalera… Estaba en el suelo, y tenía algo
de moho… Pero eso no me impidió llegar a ti. Jamás nada me impedirá llegar a ti.
Pero Lauren no advirtió su presencia. Estaba demasiado concentrada en sus clases. Demasiado
concentrada en la pantalla.
Su mente estaba ocupada.
Y ella quería llamar su atención, porque necesitaba mirarla a los ojos, hablar con ella y preguntarle si
estaba mejor.
Camila: Adivina quien soy -Susurro a su oído, colocando sus manos sobre los ojos de la chica, esta no
sorprendiéndose ante esto a pesar de todo. Tal vez estaba tan familiarizada con ella que había perdido la
capacidad de sorprenderse.
Lauren: La chica más hermosa del planeta, supongo… -Definitivamente la enorme sonrisa en su rostro
confirmaba que estaba mucho mejor que la noche anterior.
Camila: ¿Demi Lovato?
Lauren: No…
Camila: ¿Lana del Rey?
Lauren: No…
Camila: ¿Karla Pelo?
Lauren: Tienen cierto parecido…
Camila: Supongo que me rindo.
Lauren: Eres tu -Susurro, y no había ni un toque de broma en su voz cuándo su volteo a mirarla junto
con la silla, apartando las manos de la chica de su cara.
Camila suspiro y sonrío, mirando sus ojos, que volvían a ser tan verdes como antes.
“Como antes…”
“Como antes…”
“Como antes…”
“No como ayer…”
Se levanto lentamente, colocándose frente a Camila, sujetando sus manos antes de mirarle a los ojos,
intentando pedirle perdón por no ser ni poder hacer lo que realmente quería.
Y Camila simplemente se lanzo sobre sus brazos, envolviéndola fuertemente, escondiendo su cabeza en
su cuello, sus lágrimas frías chocando contra su piel.
No en el sentido literal, porque los corazones no pueden romperse así como así, pero el dolor que sintió
fue como ese. Como el dolor que debe sentirse cuándo verdaderamente te rompen el corazón.
Escuchar sus palabras ahogadas acrecentó su dolor. Si antes su corazón se había roto, ahora estaba
triturado.
De nuevo, no literalmente.
Lauren: No lo se…
Lauren: El solo me lo pidió, Camz… No tuve tiempo de responder. Mi madre acepto por mi.
Camila: Pudiste haberte negado -Susurro, aferrándose a la parte trasera de la ajustada camiseta de
Lauren con fuerzas, como si no quisiera dejarla marchar.
No es que quisiera irse a alguna parte.
Lauren: No habría valido de nada. Ellos no me escuchan, Camz… Ellos me ignoran. Es como si no
estuviese con ellos.
Lauren: No lo creo. Mi madre es tan controladora que me detendría incluso antes de pensarlo.
Camila: No me llames Camz si vas a rendirte -Le reprocho, apartándola bruscamente. Lauren sintió el
impulso inmediato de correr a abrazarla cuándo vio sus ojos hinchados y sus mejillas húmedas, pero se
detuvo cuándo su diccionario mental detecto enojo en sus facciones.
“Por favor. Por favor. Por favor. Si nos odia sera tu culpa, idiota”
Camila: No podría odiarte -Sollozo sentándose sobre la cama de Lauren y mirándola fijamente a los
ojos. Lauren pudo jurar que pudo sentir el dolor de la chica en su interior con solo este gesto-. Pero estoy
decepcionada de que realmente no hagas nada para evitar esto… Ayer me dijiste que ibas a dejarlo… Y
hoy… hoy me dices que vas a casarte con el.
Lauren suspiro con tristeza y se acerco a ella, arrodillándose y mirándola a los ojos. Tal vez no lo
merecía. Tal vez no merecía sus ojos sobre los suyos. Pero los necesitaba. Los necesitaba para no
derrumbarse junto a ella.
“Eres una idiota, Lauren. Mírala. Esta llorando. ¡ESTA LLORANDO PORQUE NO ERES CAPAZ DE
HACER NADA POR ELLA! ¡ERES UNA…!”
Sus pensamientos se detuvieron cuándo sintió las manos de Camila sobre las de ella. Involuntariamente,
sus dedos habían comenzado a chasquear.
Camila: ¿Cómo te lo pidió? -Le pregunto tristemente-. Dime que te regalo flores y te dio la mano antes
de arrodillarse y ofrecerte el anillo como si fueses la mujer más hermosa en el planeta. Dime que te miro
fijamente a los ojos, y que sus manos temblaban. Dime que su lengua se trabo al preguntártelo. Dime
que te dio un largo discurso de dos horas diciendo todo lo que ama de ti… Dime que ese hombre te dio
la mirada de un hombre enamorado… Y supongo que, si hizo todo esto, tendré que dejarte ir.
Pero Lauren suspiro, porque simplemente Peter no había hecho nada de eso. Y porque no quería que
Camila la dejase marchar.
Lauren: El solo… Baje a cenar ayer, y Peter, como siempre, se dedico a tocarme el trasero hasta que
mamá puso la mesa. Luego nos sentamos, pero el apenas toco su comida. Se que estaba mirando mi
escote. Lo vi… Y luego solo dijo que nos casaríamos en diciembre, y le exigió a mi madre que
comenzáramos a buscar un lindo y sexy vestido, fuese cual fuese el precio… Y mi madre comenzó a
hablar como una loca sobre un vestido que había visto meses atrás en Nueva York, y que deberíamos
invitar al menos quinientas personas… Como veras, no me lo pidió. Solo lo dijo… También dijo que
seré suya para siempre…
Camila: ¡No!
El sonido que había salido de los labios de Camila no había sido un susurro. Había sido casi un grito.
Lauren salto alterada. Camila realmente la había sorprendido. Estaba enojada. Su seño fruncido, sus
manos en puño y su respiración agitada le decían a su diccionario mental que así era.
Camila: Tu no seras suya por siempre. Tu no seras suya nunca… -Murmuro enojada, levantándose de la
cama y acercándose a ella, Lauren retrocediendo hasta que choco contra las puertas de su armario. Ya no
tenía ningún lugar a dónde ir, y, realmente, no era como si necesitara ese lugar.
Camila la acorralo entre sus brazos y la miro a los ojos. Y, a través de todo ese enojo, Lauren vio sus
ojos cristalizados junto a un reflejo de su propio rostro en sus pupilas.
Lauren: Camila… -Susurro, pero la chica ya había rodeado su cintura con sus brazos y estaba llorando
desconsoladamente sobre su hombro- No llores, por favor…
Camila: Te amo -Volvió a susurrar entre sollozos-. Y lo seguiré haciendo aunque ese hombre se case
contigo. Lo seguiré haciendo aunque encuentres a alguien que realmente valga la pena. Siempre voy a
amarte, Lauren Jauregui, aunque seas de otra persona…
Pero Lauren no mentía. Bajo una de sus manos antes de encontrarse con una de las de Camila y la llevo
a su pecho. Su corazón latía rápidamente,.
Lauren: Soy tuya. En verdad lo soy. Siempre lo seré… Te he amado con dos de mis corazones, y estoy
segura de que también lo haría con los que tuve antes, o con nuevos corazones que podría llegar a
necesitar. Te ame, te amo y te amaré. Y aunque nos separen miles de kilómetros, o la simple distancia
entre nuestras ventanas, seguiré siendo completa e irremediablemente tuya…
Era la primera vez que se besaban desde el regreso de Lauren. La primera vez desde que todo lo malo
había comenzado.
Lauren: Extrañe tanto tus labios -Susurro envolviendo sus manos en la cintura de Camila, sus labios
viajando lentamente hasta su cuello, donde deposito un tierno beso antes de volver al punto inicial-. Y
las otras partes de tu cuerpo -Agrego pícaramente, haciendo descender sus manos hasta su trasero por
unos segundos.
Camila: Tienes diecinueve, Lauren… Puedes marcharte. Puedes vivir conmigo. Podemos ser felices…
Solo ven.
Lauren: Mi madre no me dejaría ir… Siempre encontraría una forma de traerme de vuelta.
Camila: A la mierda tu madre -Susurro enojada, alejándose rápidamente de Lauren y caminando hacía la
puerta.
¿Se iría?
¿La dejaría?
¡¿Usaría la puerta?!
Se sintió confundida cuándo escucho el ligero “clic” del seguro de la puerta, y Camila simplemente se
volteo a mirarla.
Estaba confundida.
¿Camila no se iría?
Camila: Hazme el amor, Lauren Jauregui -Susurro-. Quiero ser tuya, y que tu seas mía, y que no haya
nada en el mundo que pueda cambiar eso… Ni Peter, ni tu madre, ni siquiera tu y yo…
Lauren: Pero yo… nosotras… no sabemos como hacerlo… Cuándo estoy con Peter el es quien hace todo
y… -La sola mención del hombre hizo enfadar a Camila, pero Lauren no lo noto. Ella estaba demasiado
ocupada permitiendo al nerviosismo apoderarse de su piel-. Deberíamos investigar. Dame quince
minutos para leer en internet y…
Pero Camila no respondió. Simplemente gruño y se acerco rápidamente a Lauren, tomando su camisa
entre sus manos y chocando sus labios con desesperación.
De inmediato sus lenguas comenzaron una danza que no habían olvidado, y las manos de Lauren
envolvieron posesivamente la cintura de Camila, acercándola, mientras la pequeña envolvía sus brazos
en su cuello.
Sin poder evitarlo, Lauren hizo descender sus manos hacía el trasero de Camila, acercando sus caderas y
sujetándolo como si su vida dependiese de ello.
“Ya cállate”
Dejo escapar un leve gemido un cuándo Camila atrapo su labio entre sus dientes con una sonrisa para
luego volver a besarla, aun más intensamente que antes.
Cuándo Camila comenzó a bajar sus manos hasta sus pechos, simplemente no pudo evitarlo.
La coloco contra la pared, presionando sus caderas, como si esto pudiese apagar el fuego que juntas
habían comenzado a encender.
No literalmente.
Camila se aparto bruscamente, alejándola solo lo suficiente como para mirarla a los ojos.
Lauren estaba desesperada. Necesitaba seguir besándola. Su centro ligeramente humedecido se lo exigía.
La deseaba. La necesitaba… Y necesitaba quitarle esa estúpida ropa.
Intento besarla de nuevo, pero Camila no se lo permitió, así que simplemente sujeto su trasero aun con
más fuerza y posesión y la acerco a sus caderas, Camila no pudiendo evitar dejar escapar un gemido.
Ver la forma de los labios de la chica que amaba al soltar ese gemido fue completamente excitante, y
cosquillas viajaron desde su cerebro hasta su centro, provocando que su humedad aumentara.
Lauren: Mierda -Susurro mirándola fijamente, no pudiendo evitar sentirse extremadamente excitada solo
con verla así, con los labios hinchados y la respiración irregular-. Esto es tan…
Supongo que ese fue el momento en el que Lauren comenzó a perder su autocontrol
Simplemente arremetió contra los labios de la chica, acercándola mucho más que antes, como si esto
fuese posible.
Lentamente, Camila bajo sus manos hasta la base de la camisa de Lauren, y comenzó a acariciar la piel
de su estomago, al igual que las cicatrices en sus costados debido a sus múltiples trasplantes de riñón.
Lauren suspiro contra sus labios.
Sin poder evitarlo fue descendiendo lentamentente hasta el cuello de Camila, dejando largos y húmedos
besos en su camino, la chica de la ventana retorciéndose bajo su contacto. Lauren beso, chupo y
mordisqueo su cuello a su gusto, sintiendo un cosquilleo en su centro al escuchar los múltiples gemidos
de la chica.
Llevo sus manos a los pechos de Camila y los masajeo tentadoramente mientras intentaba oscurecer las
marcas que estaba dejando el cuello de la chica, quien hacía descender sus manos hasta su trasero y
jugueteaba con el, excitándola.
“Mierda. Mierda. Mierda” Pensaba Lauren, sintiendo a su centro palpitar placenteramente con cada
movimiento de las manos de Camila.
Llevo sus manos a la parte inferior de la camiseta de la chica y la levanto lentamente, harta de que esta
no permitiera a sus manos tocar su hermosa y suave piel. Tiro la incomoda tela a un lado con fuerzas,
alejándose del cuello de la Camila para admirarla.
La chica estaba verdaderamente agitada, e intentaba conectar sus caderas con desesperación. Lauren, en
cambio, estaba demasiado embobada viendo sus pechos como para reaccionar.
Camila: Lauren… Lauren, por favor… ¡Deja de mirarme así y bésame!
Pero Lauren no lo hizo. Le gustaba mirarla. Le gustaba ver como su sujetador rosa se amoldaba a sus
pechos, y también le gustaba la sensación que viajaba a su entrepierna cuándo lo hacía.
Lauren: Eres hermosa, Camila Cabello -Susurro antes de colocar una mano sobre la nueva piel expuesta
de Camila y comenzar a recorrerla suavemente, incluso permitiéndole a uno de sus dedos adentrarse en
el sujetador y tocar ligeramente su pezón levemente endurecido. Camila gimió.
Camila: Mierda, Lauren -Jadeo mientras apretaba fuertemente el trasero de la chica-. Llévame a la cama.
Jadeo cuándo sintió a Camila envolver sus piernas alrededor de su cadera, ella viéndose obligada a
sujetar su trasero fuertemente para no dejarla caer. Camila de inmediato dirigió sus labios a su cuello y
comenzó a morderlo con salvajismo.
Camila: Vamos -Gruño contra su cuello, desesperada, clavando sus uñas en la piel de Lauren. Dolía, sí,
pero le gusta que lo hiciera.
Cayeron a la cama bruscamente, Lauren sobre Camila y la chica aun envolviendo su cintura con sus
piernas.
Camila: Quítate esto -Dijo. Lauren comprendió que se refería a su camisa en cuándo sintió las manos de
Camila trazar los bordes de esta.
Lauren: No voy a gustarte -Susurro avergonzada, alejándose un poco y mirando fijamente hacía un
pared-. Tengo cicatrices… Una en mi pecho, y dos en mis costados… Tu… Peter siempre me hace
cubrirlas. A el no le gusta verlas… A nadie le gusta verlas.
Silencio.
Lauren sintió dos cálidas manos sobre su rostro, y se vio obligada a girarlo hasta que sus ojos verdes se
conectaron con aquella mirada marrón oscurecida que tanto amaba.
Camila: Eres perfecta, Lauren Jauregui -Fue lo único que dijo antes de besarla y sujetar los pliegues de
su camiseta, alzándola lentamente.
Se arrodillo en la cama, sintiendo la mirada de Camila seguir todos sus movimientos. Su mirada estaba
quemándola por dentro. Se mordía el labio, y tenía la vista fija en sus manos, siguiendo los lentos
movimientos.
Lauren: Si las miradas pudiesen quemar ya sería cenizas -Susurro. Mierda, su propia voz sonaba tan
ronca.
No pudo analizar ni un poco la situación cuándo Camila ya había encontrado una forma de sentarse en la
cama y llevar sus manos al broche de su sujetador, mirando fijamente sus pechos aprisionados por aquel
brasier negro y aun aquel labio entre sus dientes. Su mirada estaba llena de lujuria, deseo, pasión… Era
como si aquella fea y rugosa cicatriz no existiera.
Camila: Joder -Jadeo. Las manos de la chica, aun tras el sujetador de Lauen, temblaban.
Camila: Ya estoy jodida -Agrego antes de besarla con descontrol, Lauren no pudiendo evitar introducir
su lengua en la boca de Camila, sintiendo sus jadeos ahogados viajar por su garganta-. Mierda ¡Quítate
esto! -Exigió entre el beso, refiriéndose a su brasier, que sus manos temblorosas no podían desabrochar.
Lauren simplemente sonrió y conecto sus labios con los de Camila de nuevo antes de comenzar a
desabrocharlo y quitárselo, haciéndolo también con el de Camila.
Lauren: Mmmm… Camila -Jadeo contra su boca cuándo sintió aquellas delicadas manos envolver sus
dos pechos y apretarlos como si su vida dependiese de ello.
Camila: Eres tan sexy cuándo gimes mi nombre -Jadeo antes de volver a recostarse sobre la cama,
Lauren siguiéndola y colocando uno de sus manos sobre uno de los pechos de la chica de mirada oscura,
posando sus labios sobre su cuello mientras Camila continuaba con sus masajes en sus propios pechos,
tirando de sus pezones de vez en cuándo, haciéndola retorcerse de placer.
Lauren fue descendiendo lentamente hasta encontrarse con los pechos de Camila. Beso el área que los
separaba, y sintió a Camila elevar su cadera bruscamente junto con un gemido. Trazo un camino de
besos hacía su pecho derecho, y fue avanzando hasta llegar al pezón, al cual introdujo a su boca de
inmediato, su lengua jugando con esa suave y tentadora porción de carne. Camila, bajo ella, estaba como
loca, y jadeaba su nombre cada poco.
Sus rodillas presionaban sus centros, y la piel del estomago de Camila se encontraba de vez en cuándo
con los erectos pezones de Lauren, una ola de calor viajando hasta su sexo al instante.
Se dedico a jugar con el otro pecho cuándo Camila presiono aun más su centro y dirigió sus manos a su
espalda, dejando enormes arañazos allí. Pero el dolor ya no se sentía como dolor. El dolor ahora se
convertía en una inmensa ola de excitación que amenazaba con estropear sus bragas.
Realmente, sus bragas ya estaban estropeadas.
Se sorprendió cuándo Camila logro darle vuelta y colocarse sobre ella, su rodilla presionando aun más su
sexo y su boca de inmediato dirigiéndose al pecho de Lauren. Sorprendentemente, sus senos no fueron
su primer objetivo. Fue su cicatriz.
Camila: Eres perfecta, Lauren Jauregui -Susurro mientras descendía con algo de duda. Lauren lo notaba
en sus labios temblorosos, y en sus manos moviéndose inquietamente por las cicatrices de sus costados
mientras Lauren simplemente acariciaba la espalda de la chica de arriba hacia abajo.
Al inicio, Camila simplemente beso los alrededores de sus pechos, haciendo a Lauren gemir
sonoramente. Era como si la estuviesen torturando. Sus caderas se elevaban involuntariamente, y un
gemido escapaba de sus labios cuándo estas se encontraban con las de Camila, que la recompensaba
presionando su centro húmedo aun más.
Lauren: ¡CAMILA! -No pudo evitar gritar cuándo sintió los labios de Camila envolver su pezón y
chuparlo lentamente antes de comenzar con el salvajismo.
Por dios…
Si eso podía hacer su lengua con su pezón no podía pensar lo que podía hacer con otras partes de su
cuerpo.
“Triple mierda”
Camila se alejo de su pecho y la miro a los ojos, una hermosa sonrisa apareciendo en sus labios.
Lentamente, comenzaron a retirar el resto de sus prendas, ayudándose con manos y dientes, el deseo
aumentando con cada segundo y una capa ligera de sudor envolviendo sus cuerpos.
Camila: Hazme el amor -Jadeo bajo Lauren, que mordisqueaba su cuello con desespero. Sus pezones
endurecidos se encontraban y rozaban, y los jadeos eran inevitables. Sus pieles juntas se sentían tan bien.
Lauren: ¿Estás segura? Podría dolerte… Podría… No lo se… No he estado con chicas. No he buscado
en internet y… -Se callo cuándo sintió el sexo de Camila chocar contra el suyo, ambas liberando un
gemido al instante.
Camila: Jódeme. Solo hazlo. Como quieras, pero hazlo… Me estoy quemando.
Y Lauren solamente lo hizo. Deslizo lentamente su mano por el cuello de Camila, descendiendo por sus
pechos y su estomago hasta llegar a centro húmedo, comenzando a estimularlo lentamente, Camila
cerrando fuertemente los ojos y dejando escapar leves gemidos que para Lauren eran la gloria.
Lauren: Estás tan mojada -Susurro al oído de Camila con una voz tan ronca que no habría podido
reconocer en una grabación. La chica al instante elevo sus caderas para presionar aun más se sexo contra
la mano de Lauren, la chica entendiendo de inmediato la indirecta de que debía aumentar sus estímulos.
Camila: Hazme… Hazme el… joder… mmm… mierda, Lauren… Hazme el amor ahora.
Nadie le explica a un pájaro como volar, y a una tortuga marina bebe no se le enseña a llegar al mar.
Simplemente lo hacen. Es instinto.
Simplemente lo hizo.
Y Lauren estaba siguiendo sus instintos cuándo lentamente comenzó a deslizar uno de sus dedos por la
entrada de Camila, escuchando sus suspiros con cada segundo.
Lauren la miro.
Se veía simplemente perfecta, con los ojos cerrados, su labio entre sus dientes, una fina capa de sudor
rodeándola y el placer recorriendo sus facciones.
Camila: Yo… yo… -No parecía capaz de formular una frase coherente-. Mierda, Lauren… Haz algo.
Lauren simplemente sonrio complacida y comenzó a deslizar su dedo dentro de Camila por segunda vez,
escuchando un largo suspiro de parte de ella, cosquillas viajando hasta su centro al sentir la humedad
que rodeaba su dedo.
Comenzó a mover su dedo rápidamente, al ritmo en el que Camila literalmente gritaba de placer. Se
acerco a sus pechos y los succiono mientras la embestía, agregando otro de sus dedos, Camila gritando
su nombre al hacerlo. Se sentía bien.
La chica simplemente parecía no poder hablar. Cada embestida la hacía callar, y Lauren no planeaba
detenerse. El placer que le provocaba escuchar en esos gemidos podía notarse claramente en su húmedo
y febril centro, que buscaba calmarse frotando una de las tersas y temblorosas rodillas de Camila.
Camila: Mierda… mierda… mmm… Lauren… Mierda… creo que… más… por favor, ve más rápido…
Lauren entendió que Camila estaba cerca cuándo sintió a todo su cuerpo temblar, y a su respiración
acelerarse. Sus paredes comenzaban a contraerse en sus dedos y su humedad aumentaba.
Lauren aumento el ritmo, añadiendo un tercer dedo, Camila acompañándola con el vaiven desesperado
de sus caderas, Lauren chupando aun el endurecido pezón de su seno izquierdo.
Y junto con este grito las paredes de Camila se contrajeron, su cuerpo se relajo y sus ojos se abrieron de
par en par. Lauren se despego de su pezón y la miro mientras aun la estimulaba con uno de sus dedos. La
chica estaba en el estado más puro y grande del placer humano.
Cuándo se tiene sexo se busca el placer propio, y llegar al orgasmo es lo único que realmente importa.
Cuándo se hace el amor escuchar a tu pareja gritar tu nombre y ver su cara de éxtasis es mucho más
placentero que todos los orgasmos existentes en el mundo de los orgasmos juntos.
Lauren se recostó a su lado, esperando que la chica se repusiera, rodeando su cuerpo con sus brazos
mientras la escuchaba respirar pesadamente y su febril centro aun reclamaba algo de atención.
Sonrío cuándo la vio mover lentamente su cabeza hacía su rostro. En el momento en que sus ojos se
encontraron, Camila se hecho a reír.
Y Lauren supo que, pasara lo que pasara, Camila era suya, y ella era de Camila, y acababan de hacer el
amor, y nada en la vida podría arrebatarles ni hacerles olvidar eso.
CAPÍTULO 47
Debieron estar allí por más o menos dos horas, acariciándose y besándose, diciéndose las cosas que no
habían podido decirse en ocho meses durante los cuales habían estado separadas.
Camila estaba ahora recostada boca abajo, sintiéndose como si hubiese hecho ejercicio durante miles y
miles horas. Pero el dolor valía la pena después de todo.
Lauren dibujaba formas en su espalda desnuda, y la besaba de vez en cuándo, a lo que Camila
simplemente sonreía, sintiendo las agradables cosquillas que le provocaban los labios de Lauren.
Ese debía de ser el mejor día de su vida.
Lauren: ¿Puedes no mirarme así? Me hace querer volver a hacerte el amor, y mi madre debe estar a
punto de llegar…
Camila: Lo siento -Susurro sonrojada, sacudiendo su cabeza y fijándose en los cambiantes y hermosos
ojos de la chica de la ventana. En ese momento estaban azules.
Lauren: No puedo separarme de ti… -Murmuro de repente.
Camila: ¿Qué?
Lauren: No puedo casarme con Peter. No puedo seguir a su lado… Soy tuya, Camila. No puedo
permitirle a los demás creer algo diferente.
Camila analizo lo dicho por la chica durante algunos minutos antes de mirarla dulcemente, con una
sonrisa en su rostro, preguntándole entre susurros:
Camila simplemente río y beso tiernamente sus labios. Se veía tan hermosa cuándo un rastro de
inocencia atravesaba su mirada verde.
En realidad, siempre se veía hermosa.
Lauren Jauregui era perfecta.
Camila: ¿Como no casarme con el estúpido de mi novio y huir con la mujer que amo? Yahoo respuestas
-Se burlo.
Sinuhe: ¿Qué tienes en el cuello? -Pregunto al verla. La chica estaba terminando su desayuno en la mesa
del comedor junto a Sofi y Alejandro cuándo ella entro, fijándose al instante en aquellas marcas.
Claramente, su madre no le creyó y se acerco a ella sujetando la mano de Camila, haciéndola descender
hasta que las marcas estuvieron completamente visibles.
Camila trago saliva pesadamente.
Normani: Menos mal llegaste, Mila. Dinah esta matándome. Esta intentando desvestirme… ¡frente a su
madre! -Le conto exasperada.
Normani simplemente rodó los ojos y la hizo entrar a la gran cocina. Por supuesto que debía de ser
enorme. La familia Hansen no estaba conformada por solo cuatro personas.
Dinah: ¡Mila! -Saludo, corriendo a abrazarla tan fuertemente que juro haberse quedado sin aire al
instante.
Camila: Dinah… -Jadeo.
Normani: Amor, la estas ahogando…
Dinah: Suelo dejar sin aliento a muchas personas -Susurro seductoramente, alejándose antes de envolver
la cintura de su novia fuertemente y depositar un dulce beso en su cuello -. A Normani, por ejemplo.
Normani: ¡Dinah! -Chillo- ¡Tu madre está acá!
Milika: Créanme, luego de lo que escuche ayer en la noche absolutamente nada puede sorprenderme.
Camila: Disculpe la curiosidad, pero… ¿Que escucho precisamente, señora Hansen? -A pesar de que
tenía poco tiempo, necesitaba saberlo, aunque ya tenía una vaga idea
Milika: Sera mejor que le preguntes a estas dos…
Dinah: En mi defensa, no es mi culpa que Normani sea tan sexy y las hormonas ataquen hasta en mi
propia casa… Deberías sentirte agradecida de que lo hicimos en un armario y no en la cama de Regina…
Milika: ¡Oh, por…! -Exclamo antes de respirar hondo!- ¿Por qué siempre culpas a las hormonas Dinah
Jane Milika Ilaisaane Hansen Amasio?
Dinah: Admiro la forma en la que dices mi nombre completo, mamá… Normani apenas puede recordar
Dinah…
Normani: ¡Claro que no!… También recuerdo Jane y Hansen.
Dinah: Tranquilo, señor Norman, hoy tendremos un repaso muy divertido…
Normani: ¡Dinah! -Con cada chillido, su voz se volvía más aguda. Dinah simplemente rió y arrastro a
Normani hasta la sala, Camila siguiéndolas lentamente.
Milika: Emmm, Camila -La llamo antes de que esta saliera, Camila dándose vuelta con una sonrisa-.
¿Sabes cuándo volverá tu novia a sus clases de piano? Ella y su amiga Ally eran mis mejores alumnas,
pero Ally se retiro hace meses por unos problemas de salud.
Camila suspiro.
Si Milika tan solo supiese que los “problemas de salud” habían sido, en realidad, un embarazo
complicado.
Si supiera que Lauren ya no era su novia.
Ariana: El es perfecto, Camila. Tiene los ojos azules más hermosos que jamás vi, y un cuerpo bastante
trabajado. Sus abrazos son cálidos, Camila… Y es muy bueno en la cama.
Por supuesto debía serlo. Era Ariana después de todo, y no saldría con cualquier principiante.
Ariana: Pero no es eso lo que me importa… Y se que puede sonar bastante estúpido viniendo de mi,
pero… El… El me dijo que soy hermosa, Camila. Nadie jamás lo había hecho. Soy solo un objeto para
todos. Un objeto sexual con el cual relajarse y olvidarse de sus problemas. No soy más que una muñeca
de plástico… Pero, hace dos días, cuándo fuimos a cenas a ese restaurante el… me miro a los ojos,
Camila. Me miro y juro que estaba viéndome como si fuese una persona. Una muy sexy, pero una
persona en fin -Hablaba como una niña de catorce años a la que el capitán del equipo de fútbol acaba de
pedirle asistir al baile de otoño, suspirando entre palabras-… Y luego simplemente me regalo rosas.
¡Rosas! Nadie jamás me ha regalado rosas. En realidad, creo que mi último regalo fue un condón que
puso mi mejor amiga entre mis pechos antes de irme con el dueño de un bar… No lo se… El… Cuándo
estoy con el no quiero estar con nadie más, y es raro, porque yo siempre he querido estar con alguien
más…
Camila: Imagino que el es un gran hombre -Halago, sorprendida de que por fin Ariana pareciera haberse
enamorado de alguien. Esperaba que el chico también lo estuviese.
Ariana: Si, bueno, lo es -Aseguro-… En todos los aspectos -Agrego con una mirada completamente
pervertida.
Camila: ¡Ariana! ¡Eso fue… asqueroso!
Ariana: Lo se -Rió-. Solo quería ver tu cara de asco -Se burlo.
Camila: Eres una idiota -Sonrío-. ¿Cómo se llama el?
Ariana: Peter… Su nombre es Peter.
………..
Luego de escuchar el nombre de aquel hombre salir de los labios de Ariana, Camila solo pudo
enmudecer y alejarse. El era un idiota, un estúpido, un traicionero, un hijo de puta…
Y lo peor es que no solo estaba jugando con Lauren.
Estaba jugando con Ariana también. Y quien sabe cuántas más.
No es como si la chica fuese su amiga o algo por el estilo, pero se veía tan ilusionada con el que Camila
realmente tenía deseos de tirarlo de un puente o aplastarlo con un elefante obeso.
Luego de lograr tranquilizarse un poco -Tal vez menos que poco- decidió buscar a la siguiente persona
que necesitaba.
Austin.
Si, tal vez el chico había sido un completo abusivo idiota en el pasado, pero ya no lo era más, y si quería
que su plan saliera bien, lo necesitaba.
El aun le debía todo ese sufrimiento.
Por desgracia, el chico no fue a trabajar ese día. Tenía cosas que hacer, según había dicho a Demetria.
Bien, tendría que reformular su plan. O llevarlo a cabo sin el. Los del coro tal vez podrían ayudarla.
Al medio día, en vez de ir al café con Dinah y Normani como siempre lo hacía, fue al departamento de
Ally como lo había planeado la noche anterior.
Conocía la dirección pues, cuándo aun salia con Lauren, la habían visitado un par de veces mientras
Troy había estado vivo.
El lugar no era grande. En realidad, era tan pequeño como la misma Ally. Cuándo toco la puerta y la
pequeña, algo sorprendida, la invito a pasar, encontró que, en medio de la pequeña sala, una sencilla
cuna de madera estaba allí, el pequeño Troy mirando el móvil colorido sobre su cabeza dar vueltas y
vueltas.
Por ser la hija del dueño de un famoso hospital cualquiera se imaginaria un mejor y amplio lugar, pero la
chica estaba allí, en aquel pequeño departamento que apenas tenía espacio para moverse.
Ally: ¿Sucede algo con Lauren? -Pregunto preocupada mientras miraba al pequeño Troy en su cuna
antes de volver a sus labores en la cocina.
Camila: Además de que va a casarse con un idiota, nada grave -Contesto, acercándose al pequeño Troy-
… ¿Puedo? -Pregunto nerviosa, mirando al pequeño bebe que, con una mano en su boca, la miraba con
curiosidad.
Ally: Por supuesto -Asintió sonriendo.
Camila simplemente sonrío y tomo al pequeño Troy en brazos, sentándose en el pequeño sofá a su lado,
sintiéndose profundamente conmovida al reconocer en sus pequeñas facciones a su padre.
Tenía la forma de sus ojos, y su rubio cabello. La forma de su boca también, e incluso la forma de sus
orejas.
Pensó que con una gorra sería su viva imagen.
Camila dejo descender una lágrima por su mejilla.
El pequeño Troy sería como ella, que había perdido a Cameron, su verdadero padre, a una edad tan
temprana que sencillamente no podía ni siquiera recordar su rostro si no era por fotos. Tal vez Ally se
casaría con alguien más, alguien que neutralizara el dolor, pero dentro del pequeño aun habría un amor
incondicional hacía ese ser que no había conocido y la vida le había arrebatado. Jamás se sentiría del
todo bien llamando a su padrastro “papá”. Jamás lo sentiría del todo correcto, pero lo haría, porque ese
hombre la quería a pesar de todo. Y el pequeño pensaría todos los días como sería su vida si su
verdadero padre aun estuviese vivo. ¿Su madre sonreiría más? ¿Vivirían en otro lugar? ¿Sería más feliz?.
Por desgracia, nadie contestaría esas preguntas.
Ally: ¿Sucede algo, Mila? -Pregunto acercándose a ella, sentándose a su lado y limpiando sus lágrimas
con su pulgar, regalándole un abrazo que podría haber unido todas las piezas rotas de su alma.
Camila: Nada, es solo que… No lo se. Supongo que este Troy se parece a otro Troy que conocí hace un
tiempo.
Ally: Tal vez un poco -Sonrío.
………….
Luego de contarle su plan a Ally y la chica acceder volvió al trabajo para terminar su turno, subiendo a
su auto apresuradamente al terminar para llegar a la floristeria, donde se encontró con Brad y Tristan
bastante cariñosos en el rincón de los tulipanes.
Camila: ¿Creen que puedan seguir ustedes, chicos? Necesito.. necesito buscar a alguien más.
Tristan: Por supuesto. Todo sea por Camren… -Aseguro.
Camila: ¿Has estado hablando con Dinah, cierto?
Tristan: Tal vez… -Sonrío.
Camila simplemente río y se despidió de ambos chicos con su mano antes de salir corriendo tras Austin.
Lo siguió a lo lejos, procurando que no la viera. Quería saber a donde iba con ese conejo rosa. La
curiosidad la estaba matando.
Era el día de “Camila Curiosa Cabello”.
No se imagino verlo doblar en un callejón bastante sucio y cruzar las vallas de una casa bastante vieja y
mugrienta, para luego acercarse a una vieja puerta de metal y sacar las llaves de su bolsillo. Debía de ser
su casa.
Realmente no se lo imaginaba allí. Austin era un chico de dinero, capaz de tener lo que quisiera. Y
Camila no se lo imaginaba queriendo algo como aquello.
Tal vez su padre lo había echado de casa, pero aun así lo consideraba lo bastante astuto como para
conseguir un mejor lugar.
Camila: ¡Austin! -Lo llamo atravesando la valla, el chico quedando demasiado sorprendido como para
terminar de abrir la oxidada puerta del lugar.
Austin: ¿Camila? Tu… ¿Qué haces acá? Este lugar es… es peligroso.
Camila: Supongo que pregunto lo mismo… Estaba siguiéndote. Necesito tu ayuda.
Austin: ¿Mi ayuda?
Camila: Eso dije -Respondió.
Austin: Camila, este no es un buen momento…
Camila: Tampoco eran buenos momentos los que tomabas para golpearme después de la escuela, pero de
todos modos lo hacías. Supongo que me lo debes, Austin Mahone.
Austin: Sera mejor que entremos -Recomendó, apresurándose para abrir la puerta-. No es bueno estar
acá afuera por mucho tiempo.
Camila simplemente asintió, entrando al lugar tras el. La sala era casi tan pequeña como la casa de Ally,
y olía mucho peor que un pañal sucio del pequeño Troy. Las paredes estaban destrozadas, y el techo
tenía algunos grandes agujeros que no debían de ayudar mucho en días lluviosos.
No era cómodo estar allí, pero necesitaba la ayuda de Austin si quería recuperar a Lauren, así que…
XX: ¡Papi! -Escucho gritar a una vocecita chillona que llego hasta ellos caminando torpemente a causa
de sus pañales, atravesando un estrecho y viejo pasillo.
Camila abrió los ojos ampliamente cuándo vio a Austin sonreír, correr hasta la niña dueña de la voz y
alzarla en brazos.
La pequeña no debía de tener más de un año y medio. Tenía el cabello marrón y rizado, y los ojos de un
café claro, además de una sonrisa que reconocería en cualquier lado…
Y no era precisamente la sonrisa de Austin.
Austin: Mira lo que papi te ha traído, princesa Luisa -Susurro con ternura, entregándole a la pequeña el
conejo rosa que había estado sosteniendo por todo el camino de regreso a casa. Ahora que Camila lo
detallaba bien, al animal le faltaba una oreja y uno de sus ojos, y tenía unos cuántos arreglos en el
estomago.
Pero la niña sonrío. Sonrío de verdad y abrazo al conejo con fuerzas antes de besar fuertemente la
mejilla de Austin.
Era como si aquel dañado animal fuese el mejor regalo que jamás había recibido en toda su vida.
Luisa: ¡Papá! ¡Cocina! -Grito, Austin riendo ante su voz infantil, Camila no pudiendo evitar dejar de
sentir algo de ternura por aquella escena.
Camila: ¿Necesitas preparar algo? Podría ayudarte. Así terminaríamos más rápido y podría hablar
contigo sobre eso que necesito pedirte -Se ofreció. Lo cierto era que no tenía tiempo para que Austin
comenzara a preparar la comida de la niña y todo eso.
Austin: En realidad…
Luisa: ¡Comida! ¡Papá! ¡Lista! -Grito festejando, aferrándose fuertemente a su conejito y a Austin,
dando pequeños saltitos en sus brazos.
Esta vez, a diferencia de las otras veces en las que lo había dicho, Austin parecía estar diciendo la
palabra con respeto.
Austin: La primera vez que te golpee debo admitir que lo hice solo porque me sentí herido. Nadie nunca
me había rechazado, Camila. Solo tu. Supongo que me dolió saber que no era el chico irresistible que
todas deseaban… Fue cuándo le conté a mi padre lo que me habías hecho, y el me dijo que debía hacerte
sufrir. Dijo que gente como tu no merecía pisar la tierra… Y, simplemente, me enoje. ME enoje porque
yo era como tu. Pero le temía, Camila… Así que, aunque quería golpearlo, no lo hice. Supongo que por
eso fue que comencé a golpearte de forma tan seguida. Imaginaba su rostro en tu cara y era mucho más
sencillo. Por eso Luis siempre me detenía… El sabía que yo realmente no deseaba hacerte daño. Sabía
que, en mi mente, le estaba haciendo daño a el.
Luis: A mi no me parecía correcto, pero… tenía que hacerlo. Lo amaba. Se que me comporte como un
idiota, pero habría hecho todo por el. Daría todo lo que tengo solo para verlo sonreír.
Camila: ¿Y por eso intentaste violar a Lauren? -Pregunto, la rabia acudiendo a ella rápidamente, sus
puños apretando la desgastada tela del sofá.
Luis: No, yo… En realidad…
Austin: El dejo de acostarse con chicas dos meses después de que comenzáramos a golpearte. Yo, en
cambio, preferí seguir. Sexo era igual a más dinero de papá, y debo admitir que era lo suficiente idiota
como para preferir dinero antes que al amor de mi vida… -Luis sonrío tímidamente y escondió su cara
entre sus manos al escuchar a Austin referirse a el de tal manera. Seguramente el chico no lo hacía muy
seguido-. Fue entonces cuándo comencé a acostarme con Ariana. ¿Sabes, Camila? Nunca lo hacía con
una chica más de tres veces. Pero Ariana era un caso especial. Ella me estaba ayudando para acabar
contigo… Supongo que había comenzado a tenerte envidia cuándo desee hacerlo. Te veías tan feliz con
Lauren, pudiendo mirarla como la mirabas sin temor. Supongo que yo también quería un poco de eso…
Luis: No me gustaba que lo hiciera -Dijo mientras se levantaba y tomaba a la pequeña Luisa en brazos,
que estaba a punto de dormirse con restos de la cena en sus mejillas-. No me gustaba que estuviese con
Ariana tan seguido, como si fuesen algo más. Como si fuese yo… Así que decidí pagarle con la misma
moneda… Y la primera chica que se me paso por la cabeza fue Lauren. Ella y yo fuimos novios, pero
eso lo sabes. Lo que no sabes es que ella sabía que yo estaba enamorado de un chico. Jamás le dije
quien, pero el punto es que fingimos una relación durante un tiempo. Ambos necesitábamos esconder
cosas… Termine con ella porque ya no soportaba mentir.
Austin: El punto es que Luis decidió que nada podía hacerme sufrir más que tener sexo con quien había
sido su confidente durante tantos meses… Supongo que tengo suerte de que llegaras precisamente en ese
momento.
Camila: ¿Tu pagaste su fianza, cierto?
Austin: No podía dejar que fuese de nadie más -Susurro levantándose, rodeando protectoramente la
cintura de su novio y mirando a su pequeña dormir en los brazos de su otro padre-. Tu sabes lo que
hacen en las cárceles. No es bonito cuándo lo hago yo…
Camila: ¿Y como entra Luisa en todo esto?
Luis: Digamos que antes de que decidiera convertirme en un casto ángel del señor, olvide cuidarme con
una chica y ella termino embaraza de mi. No supe de Luisa hasta hace siete meses. Su madre la dejo en
la puerta de mi casa y dijo que no cuidaría de ella. Se suicido al día siguiente.
Austin: Yo supe de inmediato que era suya. ¡Mírala! ¡Son idénticos!
Luis: El problema llego cuándo Austin también decidió hacerse cargo de ella…
Austin: No iba a dejar a Luis solo en esto… Durante dos meses, sus padres nos ayudaron. Luego el señor
Santos volvió a Brasil y jamás regreso… y bueno, la madre de Luis murió.
Luis: Supimos que no podíamos hacerlo solos…
Austin: Y yo decidí pedirle ayuda a mi padre. Jamás le dije que la niña era en realidad de Luis. Sabía que
jamás me ayudaría en una situación de este tipo… Lo que no sospeche fue que tampoco querría
ayudarme con Luisa.
Luis: ¡Le pidió darla en adopción! ¡¿Puedes creerlo?!
Austin: Fue cuándo me echo de casa…
Luis: Y nos vinimos a vivir acá… A mi casa.
Silencio.
Camila suspiró.
Detrás de grandes villanos existen grandes historias, supongo.
Austin: Podría haber seguido golpeándote, Camila. Realmente podría haber seguido. Ya no era el beso lo
que me importaba. Era la envidia lo que me motivaba… Pero cuándo fui a la cárcel y Luisa llego… Supe
que no podía hacerlo más, Camila. Ese no era el ejemplo que quería darle a mi hija…
Luis: Nuestra hija -Corrigió sonriente.
Austin: Supongo que Luis termino por hacerme entrar en razón…
Luis: Siempre lo hago -Sonrío.
Camila: ¿Y tu padre sabe que ustedes…?
Austin: No… Si se lo decimos el podría quitarnos a Luisa, Camila. Y no lo digo como una suposición.
El realmente lo haría.
……….
Finalmente Camila había podido contarle su plan a Luis y Austin.
Luis decidió quedarse en casa con la pequeña Luisa, pero el otro chico accedió a ayudarla solo si
terminaban aquello antes de las nueve.
A esa hora daban la repetición de la séptima temporada de America’s Next Top Model.
Camila le aseguro, riendo, que llegaría a casa antes de que Tyra Banks anunciara a la eliminada de la
semana.
Se fueron en el auto de Camila, el cual había dejado aparcado a unas calles de la floristería de Brad. Se
dirigió a su casa a toda velocidad.
Al llegar Dinah, Normani y Ally ya estaban allí.
Dinah: ¡Mila! -Grito al verla bajar del auto, una sonrisa plasmada en su rostro, la cual rápidamente se
borro-. ¡¿Qué hace este infeliz acá?! -Pregunto corriendo hacía el.
Austin: ¡Mi cabello! -Chillo cuándo Dinah se lanzo sobre el y tomo un puñado de su cabello entre sus
manos.
Camila: ¡Dinah! ¡Suéltalo! -Exclamo corriendo hacia ella y sujetándola de la cintura, intentando alejarla.
Normani y Ally se le sumaron, pero no lograron tranquilizarla hasta que Normani introdujo una de sus
manos bajo su camisa y apretó uno de sus pechos.
Ally: ¡Normani! Tu y yo iremos a misa el domingo…
Normani: ¡¿Qué?! ¡¿Preferías que lo matara?! -Pregunto, tomando la cintura de su novia y alejándola,
aun acariciando su pecho, haciéndolo bruscamente cuándo Dinah parecía querer alejarse y volver junto a
Austin, los gruñidos de Dinah confundiéndose con sus gemidos repentinos.
Ally: ¡NO! ¡Definitivamente no!
Austin: ¡Mi cabello! ¿Sabes lo que cuesta que quede así en las mañanas?
Dinah: Cállate idiota…
Camila: Dinah, calma. El es parte de mi plan… Y si no vas a tranquilizarte puedes marcharte, y me
encargare yo misma de atarte en la cama y permitirle a Normani ser tops durante TODO UN MES.
Dinah: No lo harías…
Camila: ¿Quieres apostar?
Normani: Yo apostaría. Me encantaría ser tops un mes… -Dijo, quitando su manos del pecho de Dinah y
rodeando su cintura con sus brazos.
Dinah: ¿Las pasivas están organizando una rebelión o…?
Camila: ¡Cállense! -Exigió exasperada-. ¿Vero y Lucy ya están dentro?
Ally: Están allí desde hace dos horas…
Camila: Bien.
Normani: ¿Qué se supone que harán ellas?
Camila: Ellas se encargaran de que Peter no haga nada con Lauren hasta que lleguemos. Lo último que
quiero es que ese imbécil vuelva a colocarle un solo dedo encima.
Dinah: Bien… ¿Y dónde se supone que entran los del coro? Brad me llamo para pedirme prestado el
autobús familiar. El cree que los integrantes del coro son muchos o algo así… Realmente no lo entiendo.
Cuándo mi familia lo usa yo tengo que cargar a Regina… ¡Y mi madre tiene que cargarme a mi! ¡Y los
del coro casi podrían acampar allí!
Normani: Eso sucede porque tu familia es infinita, Dinah Jane Hansen…
Dinah: ¿Nombre completo? Vamos, Mani, lo estuvimos practicando.
Normani: Dinah Jane Milika Ilaisaane Hansen Amasio -Dijo pausadamente-. ¿Feliz?
Dinah: Muy feliz -Aseguro, besándola tiernamente.
Austin: ¿Qué se supone que harán los del coro? ¿Van a hacer un fondo musical como en High School
Musical o Glee?…
Camila: ¡No!… Aunque no sería mala idea.
Austin: Troy es lindo… -Dijo refiriéndose al protagonista de las películas musicales.
Ally: ¡¿A cual Troy te refieres?! -Pregunto molesta, cruzándose de brazos-. Soy una viuda celosa
¿Sabes? Y una madre celosa también…
Austin: ¿De que habla?
Camila: Nada importante -Respondió tranquilizándolo-. Ally, el no se refiere a ningún Troy que sea o
haya sido tuyo ¿Bien? Puedes respirar…
Ally: Gracias a Dios -Dijo suavemente-. No sería feliz sabiendo que mate a alguien…
Camila sintió a Austin tragar saliva pesadamente a su lado, a lo que ella solo pudo reir.
Camila: Los del coro van a ser nuestro respaldo por si Peter intenta golpear a Lauren o por si todo se sale
de control, al igual que Austin.
Dinah: Bien… Mani y yo seremos tu apoyo moral y sus defensoras, según entendimos.
Camila: Correcto…
Ally: Y yo intentare hablar con Clara cuándo todo suceda…
Camila: Ally siempre logra que todos la escuchen -Informo-. No se como lo hace, pero es capaz de
detener un terremoto con una sonrisa.
Ally: Awww, Mila, eso fue muy tierno -Susurro, corriendo a abrazarla fuertemente-. Desde ahora
prometo que, luego de mamá y papá, Camila va a ser una de las primeras palabras de Troy…
Normani: Por cierto ¿Dónde está el?
Dinah: Esta con mi familia. Cuándo Ally atravesó mi puerta al menos cinco de mis tías estaban
preparadas para cuidar del pequeño Troy… Por supuesto, lo dejamos con la mejor niñera del universo.
Normani: ¿Regina?… Ya sabes, ella es buena cuidando a sus muñecas y todo eso -Se burlo.
Dinah: Idiota -Murmuro besando su mejilla con una sonrisa-. Hablaba de mi madre.
Justo en ese momento llegaron los chicos del coro en aquel enorme autobús que habría podido llevar a
todo un curso completo de niños de preescolar al zoológico.
Era hora.
…………..
Lauren no sabía como Peter había conseguido llevársela del salón sin que Vero y Lucy lo notaran. Ellas
habían susurrado a su oído el plan de Camila, y si bien le había parecido algo extremista, se sintió feliz
de que la chica fuese capaz de hacer algo así por ella.
Por eso había estado al lado de sus viejas amigas toda la tarde, a pesar de que su madre desaprobaba que
estuviesen alli. Era realmente ventajoso para ellas que Peter se excitara con el constante juego seductor
de la pareja, por lo cual les había permitido quedarse.
Fue realmente una desgracia que Lauren decidiera ir al baño en medio de una charla sobre las posibles
universidades donde sus amigas asistirían y sobre los cursos de fotografía de Lauren, en los cuales iba
bastante avanzada.
Cuándo salió Peter estaba frente a ella y cubrió su boca con sus manos, llevándola a rastras hacía su
habitación, cerrando la puerta con seguro.
Peter: Quítatelo todo -Exigió bajando la apretada cremallera de su pantalón-. Estoy tan caliente que
podríamos volver de tu casa un infierno.
Lauren: Peter… yo… ¿Qué te parece si hoy lo dejamos pasar? Realmente quiero hablar con Vero y
Lucy…
Peter: Vamos, muñeca, serán quince minutos…
Lauren: Peter…
Peter: Vamos, nena, jamás te has negado. Se que lo deseas tanto como yo.
Clara: ¿Qué haces acá? -Pregunto con repulsión- ¿Qué hacen todos ellos acá? -Ahora se refería a los
chicos del coro, a Austin y a sus amigas.
Camila: Yo… em - “¡Deja de tartamudear! Estamos en una misión para recuperar a Lauren”-. Necesito
hablar con Lauren…
Clara: Lo siento, ella no esta acá…
La mujer se disponía a cerrar la puerta frente a sus narices cuándo Austin corrió hacía allí y mantuvo la
puerta abierta.
Austin: Lo siento, señora. No podemos rechazar esto. Realmente estoy seguro de que Tyra eliminara a la
chica que más odio hoy, y no quiero perderme sus lágrimas de perra…
Clara: ¿Pero que…? -Ya era muy tarde. Camila, con Normani y Dinah a sus lados y los demás
siguiéndola, ya habían entrado a casa-. ¡MIKE!
Mike: ¿Qué sucede, Clara? -Pregunto desde el salón.
Camila: Buenos días señor Jauregui -Saludo entrando al lugar-. Espero no incomodarlos, pero me
gustaría saber dónde está Lauren ahora mismo…
Vero: Está en el baño -Informo rápidamente.
Lucy: Algo debió de haberle caído mal. Ha estado allí por más de diez minutos…
Camila se tenso.
No.
Algo le decía que no era así.
Algo le decía que Lauren Jauregui no estaba en el baño.
Camila: ¡NOOO! -Grito al comprender que el hombre haía golpeado a la chica de la ventana. Estaba
enojada. Peter era un idiota que merecía caer del piso más alto de un edificio-. ¡NO VUELVAS A
TOCARLA IDIOTA!
Lauren: ¡CAMZ!¡CAMZ! ¡POR FAVOR! ¡SACAME DE AQUI! -Suplicaba, seguramente llorando. Su
voz se escuchaba tan cercana. Los golpes en la puerta le notificaron que estaba al otro lado.
Clara: ¡No te resistas, Lauren! ¡El te ama!
Normani: Cállese señora…
Dinah: Te ves tan tierna estando enojada…
Normani: ¡Dinah! ¡No es momento!
Austin: Se esta haciendo tarde para ver a Tyra…
Ally: Por Dios, Austin, por favor cierra la boca…
Camila: ¡LAUREN! ¡VOY A SACARTE DE ALLI, AMOR!
Peter: ¡No la llames amor!
¡Puf! Otro golpe, esta vez seguido del ruido de la puerta cuándo el cuerpo de Lauren cayo sobre ella.
El chico salio corriendo de allí más rápido que Anacleta la Gallina cuándo intentaron hacer caldo con
ella.
……….
Quince minutos después la puerta se abría, Austin saliendo con un muy golpeado Peter entre sus manos
mientras lo insultaba por no haberle permitido ver America’s Next Top Model.
Camila entro al lugar corriendo, encontrándose con Lauren llorando a los pies de su cama, con el labio
roto y un hijo de sangre saliendo de su ceja. Tenía la ropa rasgada, y las marcas de las uñas de Peter en
sus piernas. Sus dedos estaban chasqueando, y estaba hecha un mar de llanto.
Camila de inmediato la abrazo, dejando escapar una lágrima cuándo sintió a Lauren recostar su rostro en
su pecho y llorar desesperadamente, aferrando sus puños a su camiseta
Camila: Todo esta bien ahora, amor. Estas a salvo. Estas conmigo.
Lauren: No me dejes -Suplico.
Camila: No lo haré.
……….
Camila ayudo a Lauren a ponerse de pie y la sostuvo mientras lloraba contra su hombro. Le cambio la
ropa y le limpio las heridas, Lauren contándole que el chico no había logrado su cometido a pesar de
todo.
Bajaron las escaleras silenciosamente, Camila sujetando sus manos dulcemente, evitando que esas
chasquearan, obteniendo caricias en sus nudillos como compensación.
No le sorprendió verlos a todo en el salón.
Y cuándo digo TODOS también me refiero a Peter y Clara que, con ayuda de los miembros de coro, se
mantenían en sus lugares.
Camila se sentó en un pequeño sillón, de inmediato tirando de la mano de Lauren para que esta se
sentara sobre sus piernas.
Camila: Tranquila, puedes hacerlo. Sería todo un privilegio tener tu trasero sobre mis piernas…
Lauren simplemente rio debilmente, asintió y se sentó sobre ella, de inmediato abrazándose a su cuello y
colocando su cabeza sobre su pecho.
Se veía tan débil. Tan rota.
Lauren Jauregui era un ángel. Y se supone que los ángeles no deben llorar.
Camila Cabello deseaba, en ese momento, asesinar a quienes habían hecho llorar a su ángel.
Lucy la codeo, Vero volteando a mirarla, confundida, Lucy susurrando algo a su oído al instante para
que su novia lo comprendiera todo.
Casi todos.
Austin:… Y justo en ese momento la perra salió corriendo y se le cayo la peluca. Fue tan… Oh, lo
siento, le estoy explicando a esta guapura las razones por las que Tyra Banks es mi chica favorita en el
mundo.
Ally: ¡Basta! -Exclamo, todos mirándola atentamente-. Ignoremos el hecho de que la casa esta llena de
todos estos miembros del coro que deberían cantar las misas navideñas en mi iglesia, o de que Austin
esta actuando más femeninamente que algunas de las chicas en el salón, y pasemos a lo importante… La
razón por la cual Camila esta acá.
Todos la miraron en ese preciso momento. Clara con odio, al igual que Peter. Lauren fue la única que no
lo hizo, pues permanecía recostada en su pecho, sollozando.
Camila: Bien, yo… Yo no se que decir, realmente. No es como si raptara a Lauren todos los días, pero…
Yo… Se que parece un plan descabellado y todo eso, pero la amo ¿Bien? Estoy dispuesta a hacer
cualquier cosa por ella. Sostendría sus manos por siempre si eso me asegurara de que no volverá a tener
un ataque jamás. La besaría por siempre si eso me asegurara que no volverá a sufrir. La abrazaría por
siempre si eso me asegurara que eso la mantendrá fuerte. Le diría lo perfecta que es por siempre si eso
me asegurara que no volvería a sentirse insegura. Y la amaría por siempre, aunque eso no me asegurara
nada… Se que no soy un hombre guapo y adinerado. Se que no me visto con suficiente clase, y que
cuándo la gente me mira no siente envidia. Se que no tengo brazos grandes y un abdomen
increíblemente marcado. Se que no tengo barba ni manos inmensamente grandes. Se que no soy lo que
usted quiere, señora Jauregui. Pero soy lo que Lauren quiere… Y Lauren es lo que yo quiero. Nos
amamos, señora Jauregui… No vine acá para llevar a su hija a mi casa, o para tomar junto a ella un
avión a china, o para llevarla al bosque y criar pequeños monos abandonados. Vine acá para asegurar
que ella sera feliz, aun si no es conmigo. Quiero liberarla porque se que no quiere casarse con Peter, y
porque se que Peter, en el fondo, tampoco lo desea…
Silencio.
Era lo único que se escuchaba.
La orquesta del silencio llenando de aplausos vacíos una habitación repleta.
Clara: No te la llevaras -Murmuro enojada, intentando escapar de las manos de Brad y Tristan para
confrontarla-. ¡PETER PUEDE DARLE TODO, CAMILA! ¡TU NO PUEDES DARLE NADA!
Camila no pudo evitar saltar a sus brazos, sollozando, besándola tiernamente hasta sentirse desfallecer,
sonriendo y riendo nerviosamente al separarse, escondiendo su cabeza en su cuello.
Sinuhe: ¿Puedes explicarme que hace ella acá, Camila? -Pregunto su madre al verlas entrar. Lauren
intuía que la mujer se refería a ella.
Camila: Lauren va a quedarse acá unas noches. Su madre es una idiota y quiere casarla con un estúpido
que lo golpeo hoy…
Sinuhe: Oh, no… ¡Eso si que no! -Se negó, cruzada de brazos, sacudiendo su cabeza.
Camila: Mamá…
Sinuhe: ¡Es ella, Camila! ¡Ella te destrozo el corazón! ¡¿Acaso no lo recuerdas?! ¡Volverá a irse,
Camila! ¡Se ira y no le importaras!
Lauren: Sinuhe… Yo… -Intento explicarse. Quería disculparse por haber sido tan tonta.
Sinuhe: ¡CALLATE! -El grito fue tan fuerte que la pobre Ally chillo de forma tan aguda que podría
haber roto una copa- ¡FUISTE SU PRIMER AMOR, LAUREN! ¡Y LA DESTROZASTE! ¡TE
MARCHASTE SIN DAR RAZONES! ¡NO DEJASTE NI UNA NOTA! ¡Y CAMILA ESTABA
DESTROZADA! ¡LIMPIE MÁS LÁGRIMAS EN TRES DÍAS QUE LAS QUE HE LIMPIADO EN
TODA MI VIDA! ¡YO, LAUREN! ¡NO TU! ¡¿DONDE ESTABAS TU CUÁNDO ELLA ESTABA
SUFRIENDO POR TI?! ¡¿DONDE?!
Y así es como Sinuhe la hizo sentir como la mierda que pensaba que era una y otra y otra vez.
“Eres una idiota, Jauregui”
“La heriste”
“Sufrió”
“Por ti”
“Eres una mierda, Jauregui”
“Eres una mierda”
“Eres una idiota”
Le costaba respirar. Sus dedos chasqueaban. Su cabeza daba vueltas.
Dolía. Dolía mucho, pero no sabía precisamente donde.
Era como si le doliese en todas partes a la vez.
Se recostó en la pared más cercana, sintiendo que el aire que recibían sus pulmones era escaso. Todo lo
que estaba a su alrededor se había convertido en formas coloridas, y los gritos de las personas a su
alrededor ya no eran nada más que sonidos completamente inentendibles.
Fue deslizándose lentamente hasta el suelo, intentando tomar el aire que necesitaba con su boca.
Aun así no era suficiente.
Enterró su cabeza entre sus piernas, chasqueando sus dedos, meciéndose en el suelo, de vez en cuándo
enterrando sus uñas en su piel.
“No la mereces”
“Eres una idiota”
“Eres una mierda”
Lauren: ¡BASTA!
Lauren: ¡BASTA!
Pero las voces no se marchaban. Seguían hablando, diciéndole lo poco que valía. Diciéndole que sería
mejor para todos los demás que estuviese muerta.
Golpeo repetidamente su cabeza contra la pared, intentando que las voces callaran.
Pero ellas seguían allí, junto al dolor.
Grito.
Grito porque no las quería allí.
Grito porque quería que se callaran de una puta vez.
Fue cuándo lo sintió…
Unas cálidas manos sobre las suyas, sujetándolas fuertemente y alejándolas de sus oídos.
Era Camila. Lo sabía. La conocía bien.
Cuándo sus manos se alejaron de sus oídos, escucho su voz.
Camila: ¡Lauren! ¡Lauren! ¡Lauren! ¡Lauren por favor escúchame! ¡Tienes que calmarte!
Lauren realmente lo intento. Estaba intentándolo, pero las voces seguían allí. Las estúpidas voces
seguían allí.
Lauren: Diles que se callen -Pidió acercándose a ella, abrazándola fuertemente y escondiendo su rostro
en su pecho, intentando volverse tan diminuta que ni aquellas voces entrarían a su cabeza-. Diles que se
callen, por favor -Suplico temblando.
Camila: ¿A quienes, Lolo?
Era extraño como con solo escuchar ese apodo podía calmarse un poco.
Lauren: A las voces. Diles que se callen -Contesto entre débiles susurros.
Camila simplemente la abrazo aun más fuerte contra su pecho, acariciando su cabello y meciéndola
lentamente.
Lauren cerro sus ojos, concentrándose en los latidos del corazón de la chica. Poco a poco, las voces
fueron reemplazadas por aquel tranquilizador retumbar.
Cuándo pudo concentrarse, pudo darse cuenta de la hermosa melodía que la chica de la ventana estaba
tarareando para ella. Era una simple canción de cuna, pero era lo suficientemente cautivadora como para
hacerla desear escucharla toda su vida.
Se relajo lentamente, el compás del corazón de la chica y su dulce tarareo convirtiéndose en lo único que
estaba escuchando.
Ally: Te prepare algo de té, Lauren -Susurro dulcemente, acariciando sus brazos. Lauren sabía por qué lo
hacía. Estaba buscando asegurarle que todo estaba bien-. Esta en la cocina, pero puedo traértelo si
quieres…
Lauren: No… yo… yo iré a buscarlo -Aseguro levantándose lentamente del suelo, Camila siguiéndola.
A pesar de que no había derramado ni una sola lágrima durante su ataque, la cabeza le dolía casi tanto
como si lo hubiese hecho.
Ally: Saldré un rato, Camila. Quisiera esperar a la madre de Dinah afuera… En realidad, jamás me había
alejado de mi bebe durante tanto tiempo.
Y a pesar de que, en parte, Lauren sabía que aquello era verdad supo, gracias a sus ojos cristalizados,
que existían también otros motivos.
Camila: ¿Hace cuánto tiempo no te sucedía esto, Lo? -Pregunto mientras acariciaba sus brazos.
Lauren: Meses… Supongo que lo que sucedió hoy… Y no lo digo solo por lo de tu madre… Termino
haciendo regresar el ataque con el doble de intensidad.
Camila: Supongo que… supongo que tendrás que contarle a tu psicólogo de esto.
Lauren: En realidad… Deje de verlo hace unos meses, cuándo los ataques terminaron. A Peter no le
gustaba que vieran a su “novia” en lugares así. No querían que pensaran que estaba viviendo con una
loca.
La necesitaba. Necesitaba sentirla bajo sus brazos para saber que aquello era real. Necesitaba sentirla
para asegurarse de que no seguía en casa de sus padres, con aquel idiota al lado de su cama.
Necesitaba sentirla para mantenerse en control.
Cuándo entraron a la cocina, Dinah y Normani estaban allí, cada una en extremos diferentes del lugar,
mirándose con recelo. Sinuhe estaba lavando los platos de una cena que seguramente Camila no había
probado, pues había estado demasiado ocupada sacándola de aquel infierno donde vivía.
Camila: ¿Qué sucede? -Pregunto curiosa al ver a sus amigas de esa forma, presionándose más sobre el
cuerpo de Lauren, la chica más alta ajustando su agarre.
Dinah: ¡Es Normani! ¡Ella empezó todo!
Normani: ¡Tu querías una respuesta sincera!
Dinah: ¡Pero eso fue cruel, Normani!
Normani: ¡Fui cruel porque te amo!
Dinah: Pero…
Lauren las miraba confundida, no comprendiendo aquella conversación. Sinuhe, en un rincón, se reía,
como si nada de lo anterior hubiese sucedido.
Camila obligo a Lauren a sentarse en un taburete cerca de la encimera, la más alta quejándose
débilmente cuándo sus cuerpos se separaron. ¿Quién le aseguraría ahora que todo estaba bien?
Le entrego la taza con el te caliente que Ally había preparado y la miro fijamente a los ojos.
Camila: Bébetelo -Dijo dulcemente, acariciando sus mejillas-. Te ayudara a calmarte… Yo tengo que
ayudar a estas dos a resolver sus problemas antes de que se maten… O antes de que lo hagan ellas
mismas y terminemos viendo porno lésbico en vivo y en directo en la encimera de la cocina…
Lauren río.
Lauren: No me molestaría ver eso -Susurro débilmente, llevándose la taza a los labios.
Camila solamente sonrío, golpeo juguetonamente su hombro y se alejo lentamente, no sin antes haber
depositado un casto beso en sus labios.
Camila: Bien… ¿Ahora que sucedió? -Pregunto mirando a sus amigas con un rostro tan serio que Lauren
casi llego a creer era verdadero.
Dinah: Le pregunte si me dejaría para casarse con Beyonce… Y ella… ella dijo… -La pobre no pudo
seguir, pues se hecho a llorar desconsoladamente, Camila corriendo a abrazarla.
Camila: No llores, Dinah… Shhh, todo esta bien… Normani te ama ¿Bien? Te ama mucho. Tal vez vaya
a dejarte por Beyonce, pero estoy segura de que te ama…
Normani: Emmm, Camila… -La interrumpió, Camila volteando a mirarla con rabia en los ojos. Nadie
tenía derecho de herir así a una de sus mejores amigas, ni siquiera su otra mejor amiga.
Camila: Dime…
Normani: Le dije que no…
Lauren abrió los ojos ampliamente y se llevo la taza a los labios, observando la escena como si aquella
fuese la mejor película del mundo.
Dinah: ¡¿Escuchaste, Mila?! -Chillo-. ¡Dejaría a Beyonce sola y desconsolada por mi! ¡Pobre Beyonce! -
Lloro.
Normani: Pero amor… -La llamo dulcemente, intentando acercarse.
Dinah: No me llames amor. ¡Rechazaste a Beyonce! ¡B-E-Y-O-N-C-E!
Camila: Eres una idiota, Dinah -Murmuro alejándose de su amiga con una sonrisa en los labios. Se
acerco a Lauren, masajeando levemente su cuello, a lo cual ella respondió cerrando sus ojos y dejándose
llevar. En serio necesitaba aquello. Había sido un día bastante difícil.
Camila: Que Normani te haya dicho eso es como si… ¡Como si Lauren me dijera que me prefiere a mi
antes que a Karla Pelo! ¡Sería la gloria!
Lauren: En realidad… Karla tiene a Loren, así que supongo que te prefiero mil veces a ti.
Camila: Awww, Lauren…
Normani: ¿Te gustaría hablar afuera, Dinah? -Pregunto repentinamente.
La chica no dijo nada, pero fue detrás de su novia limpiando sus dramáticas lágrimas.
Cuándo estuvieron solas, Lauren observo aterrada como la madre de Camila se acercaba a ella y
colocaba una mano en su hombro. Lauren de inmediato comenzó a temblar.
Camila: Esta bien, Lo -La tranquilizo, sujetando sus manos. Cuándo Lauren abrió sus ojos se encontró
con la chica arrodillada frente a ella, y respiro hondo cuándo la sintió acariciar sus mejillas-. Ella no
volverá a gritarte ¿Bien? Ally hablo con ella. Ella solo esta herida… Quiere tener una pequeña charla
contigo… Tal vez junto a mi padre, que esta durmiendo a Sofi.
Lauren: ¿Van a echarme?
Camila: No, Lo. No van a hacerlo si hablas con ellos y les cuentas todo lo que sucedió… Incluso podrías
dormir conmigo si a mi mamá no le molesta -Aseguro, mirando a su madre al instante.
Sinuhe: Con la puerta abierta -Permitió.
Camila: ¿Te parece bien?
Camila: Bien -Dijo levantándose, dejando un beso en la parte superior de su cabeza antes de comenzar a
salir del lugar-. Llamare a mi padre e intentare dormir a Sofi yo misma. Luego bajare unos instantes y
ayudare a Ally con el pequeño Troy hasta que estés lista… -Abrió la puerta-. ¡Oh! ¡Se me olvidaba! -
Exclamo riendo- ¿Puedes pasarme un plátano, mamá? Tengo hambre -Dijo en español.
Sinuhe: Claro… -Asintió, buscando una de estas frutas.
Lauren: En realidad, se dice banana -Corrigió riendo tímidamente, mirándola fijamente a los ojos.
Camila: Plátano…
Lauren: Yo digo banana -Dijo, encogiéndose en hombros.
Camila: Yo digo plátano -Imito.
Lauren simplemente necesito ver sus facciones divertidas, el brillo en sus ojos y su hermosa sonrisa para
saber que no podría seguir argumentando contra ella.
Estaban demasiado distraídas mirándose y sonriendo por su pequeña y estúpida discusión que Camila no
noto que Sinuhe le había arrojado aquella amarilla fruta, la cual dio contra su cara antes de caer al suelo.
Camila: ¡Auch! -Exclamo, dirigiendo su mano al lugar golpeado, cerca de su nariz
Sinuhe: ¿Tu madre realmente te obligo a hacer todo eso? -Lauren asintió-… ¿Desde olvidarte de todo lo
que te gustaba y alejarte de tus amigos hasta acostarte con ese idiota? -Lauren volvió a asentir.
Alejandro: ¿Y tu padre…?
Lauren: Mamá… ella siempre ha tenido el poder… No podía hacer nada. Si intentaba defenderme mamá
me golpeaba… Supongo que estaba protegiéndome de la única manera que sabe hacerlo: apoyando a
mamá…
Alejandro: ¿Y jamás te negaste a nada? ¿Solo… lo hacías?
Lauren: Supongo -Contesto elevando sus hombros-. Tenía miedo de decir no…Tenía miedo de que algo
peor pasara si me negaba.
Silencio.
Sinuhe: ¿Cómo podemos volver a confiar en ti, Lauren? ¿Como nos aseguraremos de que no te
marcharas de nuevo y volverás a romper el corazón de nuestra niña?
Lauren: No puedo asegurarlo -Sentenció-. Nada es seguro en esta vida, señora Cabello… Pero pueden
confiar en que la amare. Mucho. Más de lo que cualquiera podría amarla… Lo que voy a decirles ya su
hija lo ha escuchado, pero no me molestara decírselos a ustedes -Suspiro-… No soy la chica perfecta
para Camila Cabello ¿Bien? Existen muchas mejores, pero ellas son perfectas y ya. No tienen que
esforzarse… Yo, en cambio, intento ser lo suficientemente buena como para merecerla… Tal vez miles
de chicas en este mundo son perfectas para Camila Cabello… Pero jamás ninguna intentara como yo ser
lo suficientemente buena.
Lauren: ¿Que quieres decir con esto, Camz? -Pregunto con dificultad, sintiendo a su piel erizarse cuándo
los labios de la chica se posaron en la piel de su cuello durante unos segundos antes de comenzar a
morderlo levemente.
Camila: Quiero decir que tuvimos un día difícil -Explico acariciando sus brazos, permitiendo a sus
manos vagar lentamente hasta su trasero, tomándolo con posesividad-. Y que una buena ducha nos
vendría bien a las dos… Al mismo tiempo, ya sabes, para ahorrar agua… Y bien, supongo que te hice
algo de caso y busque algunas cosas en internet mientras estaba en la biblioteca. Entre ellos un fanfic
Koren bastante subido de tono… Ayer fue tu turno, Jauregui… Hoy me toca a mi.
……………….
Camila había cerrado su ventana con seguro y cerrado las cortinas por si al estúpido de Peter se le
ocurría mirar a través de ella y darse cuenta de que su ex-prometida estaba allí. Lauren la había
observado ansiosa mientras buscaba una camisa ancha para ella, ya que el equipaje de Lauren estaba
repleto de ropa tan cómoda como zapatos hechos con clavos. Según Camila no era necesario usar brasier
(¡¿Quien diablos utiliza brasier para dormir?!) y las bragas seria algo que no necesitaría mientras usara
esa larga camisa.
“Además, estoy segura de que, si te las pones, terminaras perdiéndolas a mitad de noche” Había
asegurado Camila.
Y, aunque los padres de Camila había prohibido el sexo entre ambas mientras ellos estuviesen allí, a
Lauren le gustaba portarse mal de vez en cuándo…
Camila: Bien, eso es todo -Sentencio tomando dos camisas anchas. Una negra y una rosa con el rostro de
un elefante sonriente. Lauren casi rezo porque la suya fuese la negra-. Ahora, al baño.
Lauren Jauregui jamás se había sentido tan impaciente por tomar un baño.
………..
Lauren solo podía aferrarse fuertemente a los hombros de Camila mientras esta paseaba sus manos por
sus glúteos y dejaba marcas en su clavícula. Se sentía desfallecer cuándo sus sexos se rozaban, y el agua
golpeando sobre su piel solo lograba volver más erótico el momento.
Ahogo un gemido cuándo Camila descendió lentamente hasta sus pechos, llevándose uno de sus pezones
a la boca.
Tenía que liberarse de alguna forma.
Sentía la necesidad de gritar, pero no podía, porque eso posiblemente alertaría a los padres de la menor y
las harían salir de inmediato.
Si hay algo más torturante que estar limitado durante el sexo es no poder terminarlo.
Mordió la piel de su muñeca, buscando se esta forma ahogar sus gritos mientras Camila lentamente
descendía por su abdomen hasta quedar completamente arrodillada en el suelo, las baldosas frías de la
pared chocando con la espalda de Lauren.
Lauren: ¿Qué… que vas a hacer? -Jadeo mientras Camila trazaba la forma de sus piernas con sus dedos,
besando partes de ellas lentamente, de vez en cuándo dedicándose a morder.
Camila: Creo que lo sabes, Jauregui… ¿Leíste “Fifty Shades Of Jambalaya”, cierto?
“Dos veces” Quiso responder, pero lo único que logro salir de sus labios fueron gemidos ahogados
cuándo Camila hundió sus dientes en la piel de sus muslos y comenzó a morderlos hasta llegar
peligrosamente cerca de su entrepierna.
Sus músculos temblaban. Su centro palpitaba dolorosamente. Hacía calor. Si Camila no hacía nada en
ese momento era capaz de hacerlo incluso ella misma aunque no supiera exactamente como.
Mordió la palma de su mano intensamente cuándo sintió a sus labios depositar un beso allí. Y luego otro,
y otro, cada vez más duraderos.
Camila simplemente sonrío entre sus piernas y pego sus labios a su centro, permitiéndole a su lengua
vagar por cada rincón de este y mordiendo levemente de vez en cuánto.
Lauren gemía sonoramente, y sinceramente ya no podía contenerse. ¿Qué mierdas importaba si las
descubrían? ¡Aquella era la sensación más placentera del mundo!
Lauren llevo sus temblorosas manos al cabello de Camila, sujetándolo y acercando su centro a la boca de
la chica mucho más que antes, su lengua haciendo estragos lentamente.
Camila acelero lentamente sus movimientos con su lengua, los gemidos de Lauren intensificando su
sonido con cada segundo que pasaba.
Camila llevo sus manos al trasero de Lauren e impuso su cuerpo hacía adelante, su cabeza y su centro
casi fusionándose con el acto.
Camila pareció comprenderla, pues, a los eróticos movimientos de su lengua añadió uno de sus dedos, y
luego otro y otro, hasta que finalmente Lauren estallo en placer gimiendo el nombre de Camila, el ruido
del agua cayendo sobre sus cuerpos apaciguando sus gritos, Camila levantándose rápidamente para
sostenerla, ya que sus piernas parecían haberse rendido con esta tarea.
Lauren: Eres… eres tan… -Intento murmurar, pero lo sucedido anteriormente la había dejado sin
palabras.
Camila: Si te cuento un secreto… Ni siquiera termine de leer el fic. Llegue al capítulo diecisiete…
Lauren: Mierda -Jadeo-. Tienes que terminarlo… Es más, quiero que leas la trilogía completa.
La Chica de la Ventana (Camren Fanfic)
CAPÍTULO 50
Había pasado poco más de una semana.
Camila no podría haberla llamado perfecta, pues eso estaba muy alejado de la realidad, pero tampoco
había sido completamente mala.
Peter había intentando entrar a casa unas cuantas veces, Austin y los del coro llegando de inmediato a
rescatarlas. Incluso debieron llamar a la policía una vez cuándo las cosas se pusieron realmente
violentas.
Para resumir lo sucedido, las chicas habían salido a dar un corto paseo y al regresar se encontraron con
Peter, que debía de estar regresando de alguna de las casas de las muchas chicas fáciles de los
alrededores. Peter de inmediato las miro con ira y corrió tras ellas, logrando alcanzar a Lauren casi al
instante. Estaba apunto de meterla en su auto cuándo Alejandro salió de casa y comenzó a golpearlo con
un viejo sartén, logrando que ambas se refugiaran en casa antes de que el hombre volviese a seguirlas.
Pero no fue suficiente. Cuándo Alejandro logro entrar y les ordeno cerrar todas y cada una de las puertas
y ventanas del lugar, Peter, completamente desesperado, comenzó a golpear la puerta y amenazo con
utilizar un arma si era necesario. Fue entonces cuándo Camila llamo a la policía, el idiota de Peter
ganándose una noche en la fría estación.
Intento acercarse un par de veces más, por supuesto, porque no era uno de esos que suelen rendirse
fácilmente, pero sorpresivamente, el sábado, cuándo se lo encontraron cara a cara luego de una larga cita
con el nuevo psicólogo de Lauren, el hombre simplemente se dio vuelta, entro a su auto y se marcho
como si realmente no las hubiese visto.
El lunes Lauren había ido a la biblioteca a solicitar empleo. Según ella, no quería sentirse como una
inútil que solo asistía a clases de fotografía porque pensaba que tenía un poco de futuro con eso.
Demetria la había contratado de inmediato, indicándole que aquella sería su semana de prueba, Camila
ofreciéndose de inmediato a ayudarla en el proceso de aprendizaje su jefa aceptando, no sin colocarles
antes la condición de “ningún tipo de trato demasiado afectivo en horas laborales”.
El martes, cuándo Demetria la vio llegar junto a Lauren, le dijo tiernamente que jamás la había visto
llegar de tan buen humor al trabajo.
Y fue así como llego el miércoles…
Camila se despertó gracias al sonido del despertador.
No se molesto en buscar a Lauren a su lado porque sabía que la chica ya habría bajado a la cocina para
prepararse algo de espumoso café y resolver unos cuántos crucigramas.
No era como si le gustara despertarse sola, pero era agradable saber que Lauren volvía a ser ella misma.
Lauren volvía a ser la chica que se levantaba temprano y seguía su estructurada rutina. La chica que
podía resolver un crucigrama en diez minutos y disfrutaba de la soledad. La chica que vestía ropa oscura.
LA chica que se reía de sus estupideces. La chica que amaba…
Se levanto lentamente, restregandose los ojos, y corrió a darse una ducha. Se coloco de inmediato unos
pantalones y la camisa amarilla del uniforme, junto con unos tenis y un lazo blanco. Intento también
cubrir las grandes marcas que Lauren había dejado en su cuello la noche anterior, sin mucho éxito.
“Ahora tendré que escuchar “la charla” por tercera vez, Jauregui. Gracias”
La primera vez que había tenido que escucharla había sido justamente la primera noche en la que Lauren
se había quedado allí, cuándo sus padres descubrieron marcas descomunales en el cuello de la chica, al
igual que en sus brazos… Tuvo suerte de que no pudieran ver sus piernas y su estomago, porque se
habrían horrorizado. Le hablaron sobre orgasmos, sexualidad y otras cosas durante al menos una hora,
hasta que estuvo lo suficientemente sonrojada y avergonzada para ellos.
La segunda vez fue cuándo las encontraron en una situación bastante comprometedora (Con
“comprometedora” me refiero a Camila al borde del orgasmo) sobre el sofá del salón.
Sinuhe y Alejandro habían comprendido que prohibirles el sexo no funcionaria en nada, así que
solamente les pidieron que lo mantuvieran entre las cuatro paredes de la habitación de Camila y se
dieran el esfuerzo de cerrar la puerta antes.
Bajo lentamente, intentando no hacer ruido. Quería sorprender a Lauren.
Supo que no lo había logrado cuándo resbalo justamente en el último escalón y su trasero golpeo
estrepitosamente el suelo.
Cuándo entro en la cocina, caminando torpemente y con una mano en sus nalgas adoloridas, se encontró
a Lauren riendo débilmente, vestida con el uniforme de la biblioteca, sus crucigramas hechos a un lado y
su taza de café a medio beber sobre estos.
De inmediato, las facciones de Lauren se deformaron y sus ojos, ese día verdes, empezaron a
cristalizarse, Camila comprendiendo al instante que se había tomado esto en serio.
La sonrisa que en esos momentos se dibujo en los labios de Lauren fue casi mágica.
Camila: Eres una pervertida -Susurro antes de depositar un corto beso en sus labios, sirviéndose algo de
jugo en un vaso-. ¿Qué? ¿No piensas hacerlo?
Lauren simplemente asintió rápidamente, aun sonriendo, sujetando las piernas de Camila para acercarla
a la mesa y luego usando la misma mano para acariciar tiernamente su trasero adolorido, mientras que
con la otra tomaba su taza de café y daba un largo trago antes de comenzar un nuevo crucigrama.
Camila sonrío al verla de esta forma, tan ajena al mundo, acariciando su trasero mientras su mente le
daba las respuestas de aquellos complejos acertijos que a ella le habría tomado años decifrar.
Soltó un chillido bajo cuándo sintió la mano de la chica de la ventana deslizarse bajo su pantalón y
seguir con el trabajo, ahora en contacto con la pie de la zona.
Camila: Lauren -Murmuro, comenzando a sentir como corrientes eléctricas viajaban por todo su cuerpo
con solo esta acción-. Lauren, mis padres entraran en cualquier momento…
Pero la chica de ojos verdes estaba demasiado ocupada en su crucigrama como para prestarle atención a
sus advertencias.
Lauren: El Taj Mahal -La escucho susurrar mientras escribía la respuesta en la quinta columna
horizontal.
Realmente no parecía darse cuenta de las acciones de su mano.
Lo supo cuándo sintió como, lentamente, sus caricias se convertían en bruscos agarres que, a pesar de
que eran endemoniadamente placenteros, necesitaba detener.
Fue entonces cuándo su madre entro a la cocina.
Fue su tercera charla.
……………
Al llegar a la biblioteca las chicas de inmediato fueron asignadas a reorganizar las estanterías de la
sección infantil.
Era un trabajo difícil, porque los niños realmente no son para nada ordenados, ni siquiera en la
biblioteca.
Lauren: Jamás me gusto “Ricitos de Oro” -Susurro señalando el pequeño libro que, el día anterior, algún
niño había dejado tirado en el suelo, cerca de una mesa tan pequeña que ni Ally habría podido sentarse
allí-… Es decir, los osos no hablan ni preparan avena… Y duermen en cuevas, no en casas en medio de
bosques…
Camila: Es solo una historia, Lauren -Susurro dulcemente, acariciando sus hombros antes de tomar una
edición a color de “Peter Pan” y colocarla en su sitio-. En las historias los escritores pueden lograr que
todas las cosas hagan lo que ellos quieran…
Lauren: Pero los osos no hablan…
Camila: No en la vida real, Lauren. Pero el escritor de esta historia deseaba fervientemente que los osos
hablaran, así que creo un mundo donde pudiesen hacerlo… ¿Comprendes?
Lauren: Es como… ¿Podría hacer que Loren y Karla tuviesen muchos hijos?
Camila: Por supuesto…
Lauren:¿Y podría hacerlas volar?
Camila: Si eso quieres…
Lauren: ¿También podría quitarle a Karla todos los piercings y a Loren todos sus tatuajes y hacerlas
pasar por agentes secretos del gobierno…?
Camila: O podrías convertir a Loren en una sexy directora de empresa adicta al poder y la dominación
que tiene un helicóptero, un cuarto rojo y… Lo siento, me deje llevar… El punto es que, entre letras, tu
tienes el poder de todo lo que sucede, Lauren…
Lauren: ¿También es posible escribir una historia sobre dos chicas que se conocen a través de una
ventana y envejecen junto a cinco hermosos hijos?
Camila: Es posible -Aseguro con una sonrisa, entrelazando sus meñiques como cuándo apenas estaban
empezando a conocerse-, pero realmente preferiría vivir esa historia…
Estuvieron algunos minutos más en aquella sección, intentando colocar en orden todo aquel caos,
cuándo Ariana se les acerco dando pequeños saltitos.
Ariana: ¡Camila! -Chillo, acercándola a ella y rodeándola con sus brazos- ¡Tengo algo importante que
contarte!
Camila: Bien -Dijo mientras se alejaba. Lo cierto era que, aunque se negara, Ariana terminaría
contándoselo-, pero antes necesito presentarte a alguien… -Agrego, sujetando la muña de Lauren y
acercándola a su cuerpo-. Ariana, ella es Lauren, mi…
¿Qué eran?
Es decir, vivían juntas y todo eso, pero desde que habían vuelto a verse no habían hablado de noviazgo
ni nada por el estilo.
Lauren: Soy su novia -Dijo de inmediato, rodeando la cintura de Camila con posesividad y acercando
sus cuerpos bruscamente.
¿Lo eran?
Sí, por supuesto que lo eran. Realmente, nunca habían dejado de serlo. Su relación solo había decidido
estar en pausa durante un tiempo.
Camila sonrío dulcementente cuándo sintió las inconscientes caricias de las manos de Lauren cerca de
sus caderas.
Lauren: No voy a impedirles que hablen, pero no quiero que vuelvas a acercarte a ella con estas
intenciones… Tampoco quiero que la abraces o la toques. No confío en ti.
Ariana: No sabía que te gustarán las posesivas, Camila… -Se burlo mirándola fijamente, la menor
sonrojándose de inmediato.
Camila: Me gusta Lauren -Aseguro mientras sus mejillas ardían-. Y si ella es posesiva supongo que me
gusta esto de ella -Afirmo, lo cual hizo que la más alta lograra relajarse un poco. Solo un poco.
Ariana: Bien… ¿Crees que ya podemos hablar? En serio necesito decirle esto a alguien -Aseguro,
exhibiendo una enorme sonrisa-. Puedes quedarte si quieres, Lauren -Agrego intentando fijar su mirada
en sus ojos, Camila sabiendo que no lo lograría.
A veces se sentía bien con la incomodidad que tenía Lauren de mirar a las personas directamente a los
ojos. La hacía sentirse especial, pues ella podía hacerlo.
No muchas personas podían disfrutar directamente de la hermosa belleza de los ojos de la chica de la
ventana.
Ariana: ¡Mira! ¡Nos tomamos esta foto ayer antes de que el comprara el lugar! -Le mostró emocionada,
sujetando su celular frente a su rostro. Ambos se veían felices, era cierto, pero Camila supuso que el
chico era un buen mentiroso.
Lauren: Ese idiota -Murmuro apretando su agarre en la cintura de Camila.
Camila se abofeteo internamente. Se había olvidado de contarle a la chica sobre la nueva relación que
mantenían su ex-prometido y Ariana, y ahora su cintura lo lamentaba.
Por supuesto Peter había comenzado a salir con la chica incluso aun estando con Lauren, porque eso es
lo que hacen los idiotas.
En su cintura Camila sentía los dedos de Lauren aferrarse fuertemente a ella, como si fuese lo único que
la detuviese de salir corriendo.
Pero tal vez su cintura era demasiado pequeña, o la camisa no le permitió el contacto que necesitaba,
porque antes de que Camila pudiese evitarlo, Lauren salio corriendo de allí.
Clara: ¿Qué haces acá? -Pregunto sin expresión, mirándola fijamente. No parecía haber notado la
presencia de Camila allí.
Lauren: Necesito hablar con Peter -Susurro.
La cara de la señora Jauregui se ilumino más que un árbol de navidad al escuchar aquel odioso nombre
salir de los labios de su hija.
Clara: Tienes suerte -Sonrío-. Ya estaba por irse… Decidió mudarse. Dice que te extraña, y todo esto el
recuerda a ti.
“Si, claro, y yo nací ayer y me chupo el dedo” Pensó Camila… Y sí, se chupaba el dedo, pero solo de
vez en cuándo, al tener pesadillas ¡Pero eso no tenía nada que ver!
Lauren entro rápidamente a la casa sujetando a Camila del brazo, Clara demasiado embobada con la
situación como para notar su presencia allí.
XX: Lauren…
La voz era ronca. Posesiva.
Quería golpearlo.
Quería golpearlo hasta que sus nudillos sangraran, e incluso tal vez después de eso.
El hombre estaba sentado en un sillón, mirando un programa de televisión donde una sexy chica hablaba
en un idioma que no podía entender.
Peter: No esperaba verte acá -Murmuro con una sonrisa que Camila deseo borrar con un puñetazo.
Lauren: Ocho meses -Gruño-. Perdí ocho meses de mi vida a tu lado, idiota. Durante ocho meses vestí
estúpida ropa de prostituta para ti y comí solo la miserable ración de comida que me permitías. Durante
ocho meses deje que me tocaras como si fuese masa para modelar. Durante ocho meses asistí a clases
virtuales que odiaba, y fui al gimnasio hasta que ya no podía caminar. Durante ocho meses fui contigo a
estúpidas fiestas y te vi entrar a distintas habitaciones con tus putas… ¡Me humillaste durante ocho
meses, Peter!
Clara: ¡Lauren! ¡¿Qué haces?! -Pregunto al llegar, asombrada al ver la situación-. No le hagas eso. El
pobre ha sufrido mucho por ti, hija…
Camila: Lamento ser irrespetuosa, señora Jauregui, pero creo que Lauren tiene un par de cosas que
decirle a este hombre, así que sera mejor que haga silencio…
Clara: Cállate, estúpida lesbiana…
Camila: Tuve las mejores calificaciones de mi curso, señora Jauregui -Informo-. Así que realmente no
puedo ser una estúpida.. Por otra parte, que me llame lesbiana no me ofende. Créame, aprendí a
aceptarme hace ya mucho tiempo.
Peter: Lauren…
Lauren: ¡Cállate idiota!… ¡Me quitaste mi virginidad, Peter! ¡¿Para qué?! ¡¿Para que ahora te vayas con
esa perra?!¡Perdí la única cosa que en verdad valoraba de mi misma contigo, Peter! ¡Me la quitaste! ¡Y a
ti te vale una mierda! ¡Te vas con esa estúpida a seguir tus juegos! ¡Me obligaste a entregarme a ti! ¡Y
mientras estabas conmigo te acostabas con otras!… ¡Estoy enojada contigo! ¡Estoy enojada porque había
muchas más en el planeta, y justamente me escogiste a mi, la chica que guardaba su virginidad como un
tesoro! ¡La chica que quería entregarse por primera vez a alguien que la amaba y no a un idiota como
tu!… Y lo peor es que no pudiste valorar esto.
Camila conocía a Lauren y sabía que no estaba celosa de Ariana. ¿Quién lo estaría? Era Peter, el idiota
más grande en el mundo de los idiotas… Ni una chica desesperada por amor lo desearia.
En realidad, como lo había dicho, Camila sabía que Lauren estaba enojada.
Enojada porque Peter le había arrebatado algo importante a la fuerza y ahora se marchaba con otra chica.
Estaba enojada porque pudo haber tenido miles de chicas más, pero el se decidió por ella para al final
terminar tratándola como basura.
Lauren: Vámonos Camz -Susurro con las manos temblorosas, acercándose a ella.
Camila: Espera -Susurro acercándose al hombre. Era alto, mucho más alto de lo que había sido Troy, e
intimidante también-. Alguien necesita recibir su merecido…
Se marcharon luego de que la rodilla de Camila impactara fuertemente en la entrepierna del hombre.
…………..
Al mediodía, en el café, Dinah, Ally, Normani, Camila y Lauren se reunieron tal y como habían
acordado el día del reencuentro, el pequeño Troy descansando apaciblemente en su cochecito.
Dinah: No puedo creer que lo golpearas justo allí -Susurro, encantada con la historia.
Lauren: Yo tampoco -Agrego su novia mientras acariciaba sus brazos tiernamente, haciéndola sonreir-…
Cuándo volvimos a casa el aun estaba gritando de dolor -Rió-. Al parecer Camz tiene más fuerza de la
que creemos.
Camila: En realidad -Murmuro con una sonrisa- creo que tu ya sabes hace mucho cual es mi fuerza…
Ally: ¡Camila! ¡No quiero que cuentes tus experiencias sexuales de nuevo! ¡El miércoles pasado Troy no
durmió absolutamente nada, y estoy segura de que no lo hizo porque tus relatos pasados de tono le
dieron pesadillas!
Dinah: O no lo hizo porque estaba demasiado ocupado pensando en la bebe que conoció en el parque ese
mismo día…
Ally: No me hables de ella… ¡Debe de tener unos seis meses más que el! ¡SEIS MESES! ¡Por Dios,
Dinah, es una anciana para el! ¡Y lo estaba mirando como si fuese… no se… el pecho de su madre!
Lauren: ¿No crees que estas exagerando un poco, Ally?
Ally: Oh, no, por supuesto que no. El día que vuelva a ver a esa niña le arrancare cada uno de sus
cabellos YO MISMA… Y luego iré con el sacerdote de mi iglesia para arrepentirme por mis pecados…
¡Pero es que el es mi bebe!
Dinah: No se como harás cuándo lo lleves a la guardería el lunes, Ally…
Ally: No me hables de eso. Estoy paranoica… Es decir, quiero volver a ayudar a mi padre en el hospital
y todo eso, pero… mi bebe…
Camila: Todo estará bien. Estoy segura de que sabran cuidarlo en ese lugar… Además, no es como si los
otros bebes fuesen a comérselo ni nada de eso. ¡Los bebes ni siquiera tienen dientes!
Ally: Nunca confíes en los bebes, Camila Cabello -Susurro seriamente-. Y mucho menos si huelen a
pañal sucio.
Camila: Bien, lo tomare en cuenta para cuándo decida tener hijos…
Dinah: Espero que cuándo los tengas sean de Lauren, porque sino estaré muy decepcionada de las
Camren…
Lauren: Y yo espero que tengas unos quince hijos con Normani antes de que cumplas los treinta, porque
sino me sentire de la misma forma… -Susurro, uniéndose a la conversación y entrelazando su mano con
la de su novia.
Camila sonrío.
No era como si quisiera hijos en ese momento. Tenía dieciocho, aun faltaban algunos años para eso.
Pero los quería. En algún momento lejano, pero los quería.
Y no se podía imaginar dando a luz con alguien más a su lado que Lauren Jauregui.
Camila solamente sonrío ante la estúpida discusión y recostó su cabeza en el hombro de la chica de la
ventana.
Lauren: ¿Los tendrías tu o yo? -Pregunto repentinamente en un susurro, Camila comprendiendo que la
pregunta era para ella.
Camila sonrío y desvío su mirada de Dinah y Ally, que seguían en su pequeña discusión, para mirar
fijamente los ojos de su novia, tan verdes que pocos los habrían considerado reales y beso su nariz
tiernamente.
Era cierto. La morena estaba mirando al vacío, con sus manos temblororsas sobre la mesa.
Dinah: Supongo que es por el lugar en donde están mis dedos ahora mismo -Contesto pícaramente,
volteando a ver a su novia y depositando un corto beso en su mejilla.
Camila: ¡Dinah! -Chillo.
Ally: Por Dios Dinah, arrepiéntete de tus pecados…
Silencio.
Camila se acerco al oído de su novia y susurro un par de cosas rápidamente, uniendo sus meñiques.
Lauren: ¡Dinah!
CAPÍTULO 51
Lauren despertó bastante temprano el domingo, sonriendo al ver a Camila dormir sobre su pecho
mientras chupaba su dedo. La chica había tenido una pesadilla la noche anterior.
No había sido realmente mala, pues solo había caído por unas escaleras, pero había sido lo
suficientemente aterrador como para no permitirle dormir a la pequeña durante un buen rato, en los
cuales Lauren la mantuvo abrazada, tarareando dulces canciones de cuna.
Lauren sonrío al recordarlo.
Por un momento ella dejo de ser la chica débil con ataques de pánico que necesitaba de sus manos para
sentirse en control y paso a ser la novia protectora que abrazo a su temerosa novia en medio de la noche.
Y se sintió bien. Se sintió bien saber que podía hacer algo más que chasquear los dedos y acurrucarse en
un rincón.
Suspiro.
Se veía hermosa durmiendo, aun con el cabello enredado e incluso con un pequeño hilo de saliva
descendiendo por su labio.
Tal vez así se veían los ángeles de los que tanto le hablaba su madre cuándo era pequeña.
Beso su frente dulcemente y acaricio sus mejillas, una sonrisa involuntaria apareciendo en el rostro de su
novia, antes de salir de la cama.
Fue al baño,se cambio de ropa, bajo por las escaleras y entro a la cocina, donde comenzó a resolver
crucigramas mientras desayunaba, como todos los días desde que vivía en aquel lugar.
Había intentando irse a vivir con Ally, o alquilar un departamento lo suficientemente barato como para
poder pagarlo, pero los padres de Camila se habían negado. Al parecer, a pesar de que a veces las
encontraban en situaciones un tanto subidas de tono, les gustaba tenerla allí.
Se tomo sus variadas medicinas y se coloco la insulina antes de subir junto con dos nuevos crucigramas
completados.
Cuándo entro a la habitación, Camila aun estaba plácidamente dormida.
Entro a la cama de nuevo, rodeando su cintura con sus brazos, sintiendo a Camila suspirar en medio del
sueño.
Comprobó con la mirada que la puerta estuviese cerrada, y al asegurarlo simplemente sonrío y comenzó
a depositar tiernos besos sobre las mejillas de su novia, bajando lentamente hasta su cuello.
Camila se removió entre sus brazos.
Camila: mmm… ¿Lauren? ¿Eres tu? -Pregunto con voz rasposa debido al sueño.
Lauren: ¿Esperabas a alguien más? -Pregunto divertida, dirigiendo sus labios a su mandíbula, dejando
sutiles mordiscos en la zona, su novia dejando escapar débiles risitas.
Camila: No… realmente no -Susurro, moviendo su cuello ligeramente para que Lauren tuviera más
acceso a el-. En realidad -Agrego luego de unos minutos, alejándose un poco para mirarla a los ojos.
Lauren suspiró. Sus ojos no cambiaban de color, ni eran claros, ni tenían un tono peculiar, pero para
ella… para ella eran los ojos más hermosos del mundo- ni siquiera esperaba encontrarte a mi lado al
despertar -Confeso acariciando sus mejillas con una sonrisa, Lauren sintiendo decepcionada de si misma.
Camila realmente nunca la esperaba a su lado en la cama. Camila sabia que no estaría-. Es decir, siempre
te encuentro desayunando en la cocina, haciendo un crucigrama… Y esta bien, me gusta que sigas tu
rutina. Que seas tu misma… No pongas esa cara, amor. Ya te dije que esta bien. Te amo, y no necesito
despertar todos los días a tu lado para saber que lo haces también. Solo necesito verte suspirar como
hace algunos segundos, o escucharte llamarme “Camz”, o besarme…
Lauren: Pero yo… yo… -Intentaba hablar, pero un nudo se había formado en su garganta-. El punto que
ambas seamos felices en esta relación, Camz. No solo yo. No me importaría salir un poco de mi rutina
por ti, amor… Si quieres que despierte a tu lado solo dímelo y me quedare junto a ti, pero tienes que
decírmelo. Recuerda que no soy buena en eso de adivinar cosas… ¿Bien?
Camila: Bien… -Dijo con una sonrisa que Lauren imito. Le encantaba verla sonreír, sobretodo si sabía
que ella el origen de esta sonrisa- Ahora, como estamos empezando en esto de la comunicación, quiero
que sigas con lo que estabas haciendo antes…
Lauren: ¿Qué te parece si mejor desayunas y luego damos un paseo por el parque?
Camila: No, definitivamente no -Se negó con una sonrisa, levantándose lentamente de la cama para ir al
baño-. Bajare a desayunar y luego subiré… Espero encontrare completamente desnuda, Jauregui, porque
sino tendré que azotarte.
Lauren: Creo que has leído “Fifty Shades Of Jambalaya” más de lo que deberías, Camz -Se burlo.
Camila: Pero es que Loren es tan sexy en su faceta de mujer dominante y posesiva -Suspiro, perdiendo
de esta forma la poca seriedad que había tenido la conversación-. Pero te hablo en serio, Lauren -Agrego
abriendo la puerta-, realmente quiero encontrarte desnuda cuándo vuelva…
…………
Una hora más tarde Lauren se sentía en medio de un sueño mientras miraba el techo e intentaba recobrar
la respiración, una sonrisa decorando su rostro.
Lauren: Eres increíble -Jadeo mientras Camila retiraba sus dedos de su interior lentamente y los llevaba
a su boca, limpiándolos de esta forma. Lauren supo al instante que jamás podría cansarse de ella.
Sencillamente la amaba. Realmente lo hacía.
Camila: Lo se -Se burlo, recostándose a su lado, acariciando la enorme cicatriz entre sus pechos, por la
cual sus corazones habían sido extraídos una y otra y otra vez. Por alguna razón, Camila, cada vez que la
veía, solía besarla y decirle a Lauren cuan perfecta era.
Lauren: La próxima vez sera mi turno -Notifico con una sonrisa cuándo Camila dejo de recorrer su
cicatriz con sus labios.
Camila: También lo se -Rió, uniendo sus labios unos minutos-. Estoy esperándolo -Suspiró.
Lauren simplemente rió audiblemente y escondió su rostro en el cuello de su novia, sintiéndola tensarse
cada vez que su respiración chocaba con su piel. Llevo su mano a la cintura de Camila, acariciadora
lentamente mientras comenzaba a succionar su cuello, intentando dejar marcas que gritaran su nombre a
kilómetros.
Fue cuándo las interrumpieron…
Camila fue rápida, y logro cubrir sus cuerpos con una sábana cercana rápidamente antes de que Sofi
entrara, haciendo parecer a la situación como si acabaran de levantarse.
Sofi: ¿Por qué tu ropa esta por toda la habitación, Mila? -Pregunto curiosa al entrar.
Camila: Sabes que soy muy desordenada…
Sofi: No desde que Lauren volvió. Ella siempre lo limpia todo… ¡Hola Lauren! -Saludo al verla tras las
sábanas.
Lauren: Hola, Sofi -Saludo riendo nerviosamente, volteando su rostro un poco para ver el de su novia,
completamente sonrojado. Deseo besarla en ese instante, pero se contuvo. Los padres de Camila les
habían suplicado conservar la compostura frente a Sofi-. ¿Crees que podrías dejarnos cinco minutos?
Tenemos que… Camila tiene su periodo y tendremos que cambiar las sabanas porque… -”Eres una mala
mentirosa, Lauren”
Sofi: Sí, sí, ya lo se, mamá me hablo de eso… Ojala nunca me suceda.
Camila: ¿Qué quería papá, Sofi? -Pregunto antes de que la menor saliera del lugar, riendo aun por el
último comentario de su hermana.
Sofi: Oh, si, eso… Quería que le dijeras a Lauren que hay una chica esperándola allá abajo.
Camila: ¿Una chica? -Pregunto elevando sus cejas, Lauren sonriendo ante sus evidentes celos.
Sofi: Sí -Asintió-… Creo que se llama Becky.
……………….
Lauren termino de vestirse y bajo las escaleras rápidamente. Realmente necesitaba hablar con Becky. Al
parecer, ciertos rumores indicaban que Karla Pelo podía estar embarazada…
Lauren: ¡Becky! -Dijo al verla, sentada en el sillón, bebiendo un vaso de agua mientras Sinuhe hablaba
con ella sobre el clima.
Becky se lanzo sobre ella casi al instante, rodeándola con sus brazos.
Lauren se aparto.
Era su amiga, sí, pero aun no estaba acostumbrada al contacto. Tal vez jamás se acostumbraría del todo.
Becky: Lo siento… Yo… yo he estado muy preocupada por ti… Austin me contó lo que hizo Camila en
tu casa y… bueno, he querido verte desde ese día pero no he sabido donde estabas… Hasta que mi padre
se fue ayer por unos asuntos de trabajo y Austin por fin pudo ir a mi casa… Ya sabes, mi padre es
chapado a la antigua y cree que los gays le hacen mal a la humanidad y todo eso… Me dijo que estabas
acá.
Lauren simplemente asintió, sonriendo. Le gustaba saber que más personas de las que esperaba
realmente se preocuparan por ella. No es como si realmente esperara que alguien lo hiciera.
Becky: ¿Estás bien? -Le pregunto intentando mirarla a los ojos. Por supuesto, no iba a conseguirlo.
Lauren: Bastante bien, en realidad…
Becky: Eso puedo notarlo, Jauregui… Esas marcas en tu cuello se ven a kilómetros.
Becky: Y, por supuesto, también tenía que celebrar junto a ti el crecimiento de la familia Jambalaya-
Pelo…
Lauren: ¿Es cierto, entonces? -Podía no sonar emocionada, pero muy en su interior lo estaba.
Becky: ¡Por supuesto! -Afirmo con alegría- ¡Vamos, Lauren! ¡Baila la macarena! ¡Canta! ¡Haz algo!
Lauren: ¿Wiii?
Becky: Sigue intentando, Jauregui -Se burlo, golpeándole levemente el hombro-… ¿Quisieras ir a mi
casa un rato? Unas chicas del fandom también van a estar allí… Ya sabes: Victoria, Ellen y Mariana, las
que siempre intentan seducirte para luego violarte… Tranquila, ya las controle. Nadie separa Camren…
Celebraremos el embarazo de Karla viendo vídeos desde The Thug Factor…
XX: Ella no ira a ninguna parte contigo, Becky.
Era Camila que, bajando las escaleras de brazos cruzados, miraba a la chica con furia en sus ojos.
Lauren: Amor… yo… si es por las chicas podría ir vestida de monja y con una máscara…
Camila: No es por eso, Lauren -Negó, procurando bajar cuidadosamente el último escalón. Lauren rió,
pues su novia siempre solía tropezarse con este.
Becky: Camila, por favor, no le digas… -Ellas parecían entenderse. Lauren frunció el entrecejo,
buscando ayuda en la madre de su novia. Tal vez ella podría explicarle lo que estaba sucediendo…
Claro, podría si no se hubiese ido a la cocina sin que Lauren lo notase segundos atrás.
Camila: Becky no es tu amiga, Lauren… -Susurro, sujetando su brazo fuertemente.
Becky: ¡Si lo soy! Tienes que creerme, Lauren… Por favor… Yo no…
Camila: ¡Deja de ser tan mentirosa! ¡Cuéntale todo lo que hiciste! ¡Cuéntale por qué te acercaste a ella!
¡Cuéntaselo, Becky! ¡Cuéntale que clase de persona eres!
Jamás había visto a su novia tan alterada, excepto cuándo la situación realmente lo indicaba, así que
realmente no podía estar exagerando todo aquello.
Y si le había mentido, tal y como Camila estaba dando a entender, quería escuchar la razón.
Becky le contó todo, de principio a fin.
Le contó como se había acercado intentando separarlas y como luego había servido de informante solo
para tener una bonita noche con Mahone, la cual nunca llego. Le contó como había comenzado a
agradarle, y como se había dado cuenta de que lo que estaba haciendo estaba mal.
Le contó todo detalladamente, y, al final, Lauren no se pudo sentir más usada.
Lo hizo.
Cuándo la chica cerro la puerta tras de sí, Lauren solo pudo girarse y abrazar fuertemente a su novia,
escondiendo su rostro en su cuello, sollozando y dejar a algunas lágrimas salir.
Lauren: ¿Por qué todos me usan? -Pregunto abrazando fuertemente la cintura de su novia. Ella era la
única en la que podía confiar completamente en esos instantes.
Camila: Eso no es cierto, Lo…
Lauren: Mi madre me uso para que Peter le diera cosas… Peter me uso para darse placer… Luis me uso
para ocultar que era gay… Los del coro me usaban para tener buenas calificaciones… Mis primos me
usaban para que mi madre les diera dinero… Becky me uso para poder revolcarse con Austin…
Camila: Lauren, basta -Le dijo, alejando levemente y tomando su mano, llevándola al sofá, donde se
sentaron juntas y se abrazaron fuertemente-… Tienes razón. Muchas personas te han usado, Lauren -
Coincidió limpiando sus lágrimas con sus pulgares-, pero existen muchas más que te aprecian… Dinah y
Mani no son tus amigas porque quieran algo de ti, ni tampoco porque seas mi novia. Son tus amigas
porque realmente les caes bien… Mike, Chris y Taylor también te quieren, Lauren… Y Ally… Ally es
tu mejor amiga, Lauren. ¿En serio crees que te esta usando? Ella nunca haría algo como eso. Ella te
quiere Lauren… Cuándo se abrazaron, el día del reencuentro en el café, lo vi, Lauren. Vi cuánto te había
extrañado… Y yo, Lauren. Yo definitivamente no te estoy usando…
Lauren simplemente asintió sobre el hombro de su novia, limpiando sus lágrimas con su camisa.
Tenía razón.
Camila: Becky es una idiota, Lauren. No vale la pena que llores por ella…
Lauren: Pensé que era mi amiga, Camz…
Camila: ¿Quieres saber que es lo peor de esto, Lauren? -Le pregunto, la chica elevando su mirada para
encontrarse con la mirada achocolatada de su novia-. Qué yo también lo creía…
…………..
Camila y Lauren habían decidido festejar en casa el embarazo de Karla. La estúpida Becky no iba a
arruinar algo como eso.
¿Koren no anunciaba que tendría un hijo todos los días, cierto?
Habían llevado palomitas a la habitación, al igual que algunas bebidas, snacks y la laptop de Camila.
Camila: ¿Sabes, Lo? Podríamos hacer una fiesta acá -Dijo divertida, metiéndose bajo las limpias sabanas
y recostando cómodamente su cabeza entre los pechos de Lauren.
Lauren: No lo creo.„
Camila: ¡Claro que sí! Podría durar hasta que amanezca, me emborracharía descontroladamente y le
gritaría a todo el mundo que te amo hasta dejarlos con un grave problema auditivo…
Lauren: Te conozco bien, Camz… Si fueses a una fiesta esta sería hasta la una y tomarías solo agua y
coca-cola…
Camila: ¡Claro que no! -Negó, tomando un puñado de palomitas y lanzándoselas al rostro, para que
luego cayeran en todas partes. Lauren cerro los ojos y bufo-. Lo siento -Se disculpo inocentemente,
besando su mejilla y volviendo a recostarse entre sus pechos. A Lauren le gustaba que lo hiciera. Se
sentía bien. Era como si Camila la considerara su mejor lugar para descansar-, tal vez deba limpiar todo
esto -Susurro, acercándose tentadoramente al cuello de Lauren, donde la chica de ojos verdes sabía
habían caído varias palomitas.
Rió cuándo sintió los labios de Camila atrapar las palomitas entre sus labios, rosando su cuello con la
acción, haciéndola sentir cosquillas.
Camila: Espera, no te muevas, tienes una justo… -Deslizo un poco la manga de su camisa, exponiendo
su clavícula y acerco sus labios, engullendo la palomita que había estado allí- aquí… Y mira -Estiro su
mano hacía su cabello, tomando rápidamente unas cuadro o cinco palomitas que habían quedado allí.
Pero no las comió como Lauren esperaba.
… Las dejo caer y fueron a parar directamente a su camisa, escabulléndose por el cuello de esta, bajando
por su pecho y deteniéndose en su brasier (Vuelvo a repetir, usamos brasier porque lo necesitamos
porque somos chicas)- ¡Ups! -Dijo inocentemente, una picara sonrisa apareciendo en sus labios mientras
descendía lentamente, su mirada fijándose en la poca porción de sus pechos que la camisa le permitía
ver-. Creo que se cayeron -Informo divertida, relamiéndose.
Y fue entonces cuándo Camila hundió su cabeza allí, intentando atrapar las palomitas que había dejado
caer, Lauren riendo desesperadamente ante la situación, pues cuándo Camila no lograba atraparlas sus
dientes rozaban con su piel causándole una rara mezcla de cosquillas y excitación.
Cuándo por fin logro atrapar la última palomita, Camila salió de allí sonriendo victoriosa, y beso sus
labios tiernamente, Lauren sintiendo la sal en ellos.
Camila: ¿Lista para llorar como una perra loca viendo vídeos de Thug Harmony en The Thug Factor? -
Pregunto mientras se recostaba sobre el hombro de Lauren, la chica de ojos verdes sonriendo y besando
la cabeza de su novia.
Lauren: Lista -Aseguro mientras tomaba la laptop y la colocaba sobre su estomago, reproduciendo la
primera presentación de las chicas en la casa de los jueces.
Las chicas habían sido eliminadas como participantes individuales, y luego obligaron a Demi, la dueña
del programa, a colocarlas juntas de nuevo por medio de amenazas del novio de Boyfriend Ally, Thug
Rob.
La presentación comenzaba con una no perforada y mucho más joven Karla Pelo preguntando a quien
estaba a su lado (Esa chica aun no se imaginaba que aquella mujer de hermoso lunar terminaría siendo
su esposa): “Ay Loren “¿A ti te gusta mi chapa?” y junto con el Beat Box de Loren Jambalaya se
empezó a escuchar estrepitosamente “MENEA TU CHAPA, TU CHAPA, TU CHAPA, TU CHAPA
¡EHHH!”
No hace falta decir que, luego de nueve horas viendo la evolución de la chicas, Lauren termino llorando
debido a la depresión.
………….
Ya en la noche, luego de cenar, mientras Lauren ayudaba a Sofi a hacer su tarea y Camila charlaba con
sus padres sobre lo sucedido con Becky, la pequeña decidió hacer una pregunta un tanto difícil de
contestar.
Sofi: ¿Por qué tu y mi hermana tienen esas marcas en sus cuellos, Lauren? -Pregunto. Por supuesto,
Lauren sabía que las suyas eran mucho más visibles, pero las de Camila no estaban mejor.
Silencio.
Fue justo en ese momento en el cual el timbre sonó, Lauren casi llorando de alegría al verse
interrumpida, sabiendo que no tendría que dar explicaciones… O que tendría un poco de tiempo para
inventar una buena excusa.
No pudo evitar mirar fijamente el trasero de su novia cuándo esta paso frente a ella, decidida a abrir la
puerta.
“Idiota, estas en casa de sus padres, no deberías hacer eso”
“Cállate, su trasero es…”
“Perfecto, idiota. La palabra es perfecto”
Se sorprendió cuándo vio a Ally tras la puerta, con una enorme caja entre sus brazos.
Ally: Siento llegar tarde, Mila -Se disculpo mientras entraba y saludaba con una gran sonrisa a los
padres de Camila, dejando la gran caja al lado de sofá-. La señora Hansen cuidara a Troy esta noche, y
tuve que advertirle a Seth que si llegaba a tocar un solo cabello rubio de mi bebe iba a sacarle los ojos
con una espátula… Tengo suerte de que la señora Hansen no me escuchara. Si lo hubiese hecho
seguramente me habría denunciado con el departamento de “madres celosas”…
Ally: Hola Jauregui -Saludo acercándose a ella, Lauren levantándose de inmediato para darle un fuerte
abrazo. Sentía que debía hacerlo. Habían sido amigas desde pequeñas, y solo diecinueve años después
era capaz de tocarla sin sentirse incomoda. Se lo debía. Le debía aquel abrazo y muchos más-. ¿Lista
para nuestra sesión de recuerdos?
Lauren: ¿Sesión de recuerdos? -Pregunto confundida.
Camila: Se supone que era una sorpresa -Susurro, encendiendo la televisión-. Le conté a Ally lo
sucedido con Becky y todo lo que me habías dicho… Es tu amiga, merece saberlo…
Ally: Tenía que venir aquí y demostrarte yo misma que soy tu amiga de verdad -Susurro con una sonrisa,
tomando su mano, Lauren rodeando sus hombros con sus brazos.
Lauren: Se que eres mi amiga, Ally… Supongo que solo hable sin pensarlo… Estaba dolida. Becky fue
bastante cruel…
Ally: Tal vez un poco -Aseguro-. Bien… Demasiado cruel… Pero, aun así… Tal vez te haría bien
recordar.
Camila: Definitivamente quiero ver ese vídeo donde ambas salen bailando desnudas cuándo tenías cinco
años, amor -Aseguro.
Lauren: ¿Le contaste, Ally?… ¿Qué parte de “no se lo cuentes a nadie” no entendiste hace ocho años?
Ally: Supongo que olvide eso -Se burlo.
Sinuhe: Vámonos Sofi -Cuándo Lauren volteo a verla, estaba riendo-. Estoy segura de que no querrás
ver a la novia de tu hermana bailando desnuda cuándo tenía cinco años…
Alejandro: Sí, sera mejor que veamos Harry Potter por décimo cuarta vez…
Sofi: ¡No! ¡Veremos Barbie!
Sinuhe: Bien, Barbie sera… -Suspiro. Era la decimoquinta.
Lauren: ¿No vas a sentarte, Camz? -Pregunto dulcemente volteando a verla y señalando un espacio
disponible a su lado.
Camila: No… En realidad, prefiero quedarme acá -Señalo, recostándose a la puerta de la cocina-. Es su
momento chicas. Yo solo estoy acá porque quiero verte bailar desnuda… Y aquí aun puedo oler la
cena…
Lauren simplemente asintió sonriendo, volviendo su vista al televisor, de nuevo recostándose sobre el
hombro de su mejor amiga, Camila imitándola desde donde estaba.
La primera escena era de una pequeña niña de unos tres años con trenzas en su hermoso cabello castaño
mirando a una hermosa bebe con pijamas rosas dormir en una hermosa cuna de madera. La bebe debía
de tener más o menos un mes.
Al instante, una mujer se arrodillo al lado de la niña. Camila la reconoció al instante. Era Clara Jauregui.
Clara: Mira Ally -Susurro a la niña. Su rostro estaba mucho más delgado que en presente y había ojeras
bajo sus ojos.
Ally: Si -Asintió sonriendo ampliamente, pasando su pequeña manita a través de los barrotes de la cuna
para sujetar la muñeca de la bebe-. Vamos a ser mejores amigas, Lauren -Susurro como si nadie pudiese
escucharla.
Ally: Esta pesada, papá -Se quejo mientras intentaba sujetar a la intranquila niña que ase esforzaba por
alcanzar el sonajero que Mike movía de un lado a otro frente a su cara.
XX: Lo se mi amor, pero pronto ella crecerá y podrá sentarse a tu lado, y ya no tendrás que cargarla
más…
Ally: ¡Crece rápido Lauren! -Exigió a la bebe, quien se volteo para mirarla en cuánto escucho su voz,
estallando en risas sin razón alguna, Ally imitándola y Mike colocando un brazo protector frente a las
niñas por si el agarre de la pequeña se debilitaba. Eso jamás sucedió-. Pero no más que yo ¿Bien?
Clara: Hola Ally -Saludo una Clara de mejor aspecto que la primera que había logrado ver al inicio de
los vídeos. Tenía a Lauren entre sus brazos. Camila sabía que lo era por sus hermosos ojos verdes y por
la cicatriz en el centro de su pecho, la cual podía ver ya que la pequeña estaba solo en pañales. Debía de
tener poco menos de un año.
Ally: Papá me dijo que Lauren me tiene un regalo de cumpleaños -Susurro con voz ronca debido al
sueño, tallando sus ojos nuevamente.
XX: Así es, bebe. Te va a encantar -Susurro emocionado.
Clara: Vamos, Lauren, saluda a Ally -Indico la mujer, dejando a la pequeña de pie sobre el suelo, donde
se mantuvo unos instantes, tambaleándose.
Fue entonces cuándo la pequeña comenzó a caminar torpemente hacía la -en ese entonces- más alta,
abriendo sus brazos y rodeándola torpemente al llegar.
Ally: ¡Caminaste, Lauren! -La felicito arrodillándose frente a la pequeña, que de inmediato tomo su cara
entre sus manos y dirigió su boca a su nariz para morderla-… No hagas eso, babosa -Reclamo riendo,
alejándola un poco antes de plantar un beso en la mejilla de la pequeña-. Gracias por darme el mejor
regalo de cumpleaños -Le susurro sonriente-… Mi tía me regalo una biblia, y yo ni siquiera se leer.
La siguiente escena era de una Lauren un poco más grande, tal vez de dos años, junto a Ally en la playa,
ambas vistiendo exactamente el mismo bañador rosa, jugando sobre la arena.
Ally: Voy a hacer un castillo, Lauren -Notifico a su amiga, tomando su balde y su pala, comenzando a
recolectar lo que necesitaba.
Lauren: ¡CAS-TILLO! -Grito elevando sus brazos alegremente.
Ally: Sí, un castillo… y vivirá una princesa, un príncipe…
Ally continuo hablando, pero la pequeña de ojos verdes dejo de prestarle atención para tomar arena entre
sus manos y llevarla de un lugar a otro. Luego miro sus manos, ahora sucias, y simplemente se las llevo
a la boca, frunciendo el semblante en cuánto sus papilas gustativas sintieron el sabor.
Ally: Eres una asquerosa, Lauren -Le dijo dando vuelta a su pequeño balde rosa y dejando allí la
pequeña torre de un castillo de la cual cualquier niño habría estado orgulloso-… ¡Mira! -Le dijo a
Lauren, que había vuelto a llevar la arena de un lado a otro. La pequeña, hipnotizada en lo que estaba
haciendo, no le presto atención- ¡Lauren! -Intento de nuevo, pero la pequeña bebe de ojos verdes seguía
en lo suyo, sonriendo de vez en cuándo- ¡LAUREN! -Grito, acercando su pequeño brazo a las manos de
su amiga y limpiando la arena de allí para que la niña dejara de distraerse.
Lauren: ¡MALA! -Grito levantándose del suelo con furia, dirigiéndose con pasos rápidos al castillo de su
amiga para luego patearlo y llenar su cara de arena.
Ally: ¡LAUREN! -Chillo- ¡JAUREGUI NO CORRAS! -Ordeno a la niña, que se había alejado
carcajeándose al ver el enojo de su amiga- ¡TENDRAS QUE PEDIRLE PERDON AL REY POR
DESTRUIR SU CASTILLO!
La siguiente escena era de el cumpleaños número tres de Lauren. No hubo ningún dialogo, pero si algo
mucho mejor que esto.
Mientras los demás cantaban la típica canción del feliz cumpleaños a la niña de ojos verdes, que miraba
al pastel sin emoción alguna, Ally se escabullo entre los presentes y llego a ella, regalándole un abrazo
bastante dulce, Lauren intentando alejarla al instante. La pequeña simplemente dejo de tocar a su amiga,
pero jamás dejo de mirarla.
Era su amiga, después de todo.
Su mejor amiga.
Cuándo los aplausos se escucharon y Lauren volteo a mirar a Ally debió de dedicarle una de las más
hermosas sonrisas del mundo.
El siguiente vídeo mostraba a una Ally ya un poco mayor, de unos siete años, que limpiaba sus lágrimas
mientras, sentada en una silla de la sala de espera, movía sus piernas hacia adelante y hacia atrás.
La pequeña Ally simplemente asintió y miro a la cámara con los ojos humedecidos.
Después de eso se mostraba a Lauren sobre una cama de hospital armando algunos rompecabezas junto a
Ally.
La niña de ojos verdes tenía varios cables conectados a su cuerpo y una gran venda en su pecho, pero la
reciente operación no parecía dolerle, y si lo hacía parecía estar demasiado distraída en encajar el último
vagón del tren como para notarlo.
Lauren: También tengo uno de aviones -Susurro mientras le mostraba varias cajas con otros
rompecabezas a su mejor amiga. Camila suspiro. La voz de aquella pequeña Lauren estaba tan llena de
inocencia… Tal vez así se escuchaban los ángeles.
Ally: ¿Por qué no jugamos a las princesas, Jauregui? Tu puedes ser un unicornio… A ti te gustan los
unicornios.
Lauren: Pero yo no soy un unicornio, Ally. Soy una persona.
Ally: Bien -Accedió rodando los ojos, sacando las piezas de un nuevo rompecabezas-, pero esta vez
déjame colocar al menos una pieza…
La siguiente imagen era la de Lauren bailando alguna vieja canción completamente desnuda, la cicatriz
en su pecho resaltando y sus ojos brillando.
Debió de ser la imagen más adorable que Camila jamás vio en su vida.
Ally aparecía a su lado con un poco más de ropa (Solo bragas) imitando los movimientos de su amiga,
que de inmediato se detuvo y la miro fijamente, frunciendo el seño. Luego simplemente río y volvió a su
gracioso baile.
Camila rió.
“Sueño cumplido, Cabello” Se dijo.
Lo siguiente volvía a ser triste.
Ally debía tener unos once o doce años y sujetaba la cámara entre sus manos, que se movía de un lado a
otro sin parar, jamás enfocando su rostro por más de dos segundos.
Ally: Voy a rezar mucho por ti, Jauregui… Mamá dijo que te dolía mucho el estomago cuándo te
trajeron, y mi padre me contó que iban a sacarte una parte del páncreas… Eres fuerte, Jauregui, así que
confío con que saldrás de allí… Y otra cosa… Si uno de esos doctores te toca más de la cuenta levántate
y abofetéalo. Mamá dijo que las mujeres tienen que darse a respetar.
Camila, a pesar de las lágrimas de la joven Ally, no pudo evitar dejar salir una carcajada.
Lo siguiente que vio fue a Ally en lo que debía de ser un campo de Softball. Llevaba una gorra y debía
de tener unos dieciséis.
Ally: La gran Lauren Jauregui esta lista para batear, amigos -Susurro expectante moviendo la cámara
hacía silueta de Lauren-. Se ha preparado para esto, e incluso busco en internet maneras de correr más
rápidamente. No hay nada que pueda evitar la victoria de su equipo y -El discurso de Ally se vio
interrumpido cuándo Lauren simplemente golpeo la pelota a una distancia considerable y comenzó a
correr- ¡CORRE JAUREGUI! ¡CORRE COMO SI LUIS ESTUVIESE INTENTANDO DARTE UN
BESO!
Ally: Juro por mi vida, Jauregui, que si pudiera regalarte mi corazón lo haría…
Luego se mostraba a Lauren junto a Lucy y Vero sentadas frente a una computadora mientras una mujer
hablaba y hablaba sin parar acerca de las raíces cuadradas, Lauren tomando nota de todo lo que decía a
una velocidad realmente impresionante.
Ally: Jauregui esta recibiendo clases por internet porque ella posee un intelecto superior y no puede ser
educada por profesores terrícolas -Se burlo, su voz escuchándose tras la cámara. Por el rostro de Lauren,
el cuerpo y sus facciones, determino que debía de tener unos catorce, por lo cual Ally debía de tener
unos diecisiete-. Y Lucy y Vero solo vinieron a molestar…
Vero: Estamos dándole apoyo moral…
Lauren: Cállate Vero -Susurro enojada.
Lucy: Si no quieres nuestro apoyo moral podemos irnos -Susurro enojada, cruzándose de brazos.
Lauren: Eso sería lo mejor que podrían hacer…
Ally: Vamos, Jauregui, Ellas solo quieren darte apoyo moral -Decía tras la cámara-… Vamos, Lauren.
Sonríe… ¿Por mi? ¿Sonrisa bonita? ¿Sonrisa grande? ¿Sonrisa pequeñita?
Lauren: No, Ally. Déjame estudiar -Pidió, sus dedos comenzando a chasquear audiblemente.
Ally: ¿Por los unicornios?
Ally: Lauren esta teniendo un mal día hoy, amigos del futuro -Anuncio con una sonrisa antes de
susurrar:- Tiene cólicos…
Lauren: Cállate enana… -Ordeno, aun con el rostro cubierto.
Ally: No me digas así. Ya sabes que aun estoy deprimida porque me superaste en altura cuándo tenías
apenas diez años…
Lauren: Tenía once -Rectifico.
Silencio.
Ally miraba a la cámara divertida, haciéndole muecas a Lauren que la chica no podía ver debido a la
cobertura de sus manos.
Lauren: Yo también te quiero, Brooke -Contesto con una voz tan tierna que cualquiera se habría
desmayado con solo escucharla.
A continuación se mostraba a Ally de nuevo frente a la cámara con los ojos vidriosos, cubriendo su
rostro antes de decir.
Ally: Tu sistema inmunológico apesta, Jauregui -Intento bromear-. ¿Como puedes rechazar tres riñones?
Tendré que hablar seriamente contigo -Su labio comenzaba a temblar-. Recupérate Jauregui. Eres mi
mejor amiga. Te necesito… Y te quiero…
El siguiente vídeo enseñaba a Lauren y Ally entrando al departamento de la menor, el que ahora Camila
sabía también había pertenecido a los padres de la chica.
Ally: ¡Bienvenida a mi nuevo departamento, Jauregui! -Exclamo, dando vueltas a la cámara por todo el
lugar-… Y mira -Susurro guiando la cámara a alguna parte del piso de madera-. Aquí me diste mi mejor
regalo de cumpleaños…
Después se mostraba a una Lauren muy parecida a la Lauren que Camila había conocido sentada en la ya
casi olvidada sala de diálisis. Lauren estaba resolviendo un crucigrama mientras Ally le hacía caras
raras.
Ally: Vamos con Troy, este chico guapo que esta a mi lado -Informo sonriendo tiernamente, sus mejillas
sonrojándose- al cine a ver la película de Thug Harmony llamada… ¡Lauren, información!
Lauren: Ya te lo dije, Ally. Se llama “Todas como machos menos Jambalaya”… -Dijo exasperada, como
si hubiese tenido esta conversación con la pequeña más veces.
Troy: Calma, Lauren. Recuerda que su estatura la limita un poco a veces…
Ally golpeo el hombro del chico juguetonamente, intentando hacerse la molesta, mientras Lauren
intentaba cubrir la gran sonrisa que había aparecido en sus labios con sus manos.
En el siguiente, Lauren y Troy estaba rapeando canciones de Thug Harmony mientras Ally intentaba
repetir las pocas frases que sabía. Otro vídeo mostraba a Lauren haciendo trucos con la patineta, y otro
contenía una explicación detallada de por qué el culo de Karla Pelo era perfecto.
Ally: Este es el último -Escucho decir Camila a la menor antes de que una sonriente Ally se viera
sosteniendo la cámara y sonriendo antes de guiarla directamente al rostro de Lauren, que estaba
intentando dibujar a Troy en una hoja de papel. Seguramente era un regalo para Ally.
La dulce sonrisa de Lauren en el vídeo fue lo último que se vio antes de que la pantalla se volviera
negra.
Como había dicho Ally, aquel debía de ser el vídeo final.
… Pero no lo fue.
Segundos más tarde, Troy apareció frente a la cámara, sentado en un sillón.
Troy: Se que están viendo… viendo esto, chicas… Soy… soy Troy… o eso recuerdo. Mañana… mañana
yo voy al… a ese lugar dónde operaran mi -Se llevo una mano a la cabeza, sin poder recordar la palabra
exacta-… Me acorde de esta… de esta -Señalo la cámara con uno de sus dedos-… Quiero… quise dejar
un… masa… no… mensaje… Yo se que voy a… voy a… -Se golpeo la cabeza con la mano,
evidentemente frustrado al no recordar la palabra, decidiendo dejar la oración inconclusa-… Ally, te
amo. Mucho. Hoy… no… no podía recordarte, pero… pero luego vi tus fotos en mi… mi… es
rectangular, Ally, y hace llamadas… me recordé de ti… y te… te amo…¡Arg! ¡Mi cabeza!… Lauren,
yo… gracias por… por ser la… ami… ami… amiga de Ally… Ella… ella sonríe cuándo esta con…
con… contigo… Ella te qui… quiere… Y tu… tu eres… su mejor amiga… y la quieres y… eres
increíble y… Lo siento, no pu… no puedo seguir. Mi cabeza… duele… las quiero. Adiós.
Y así, tan repentinamente como había llegado a sus pantallas, el chico se fue.
Camila limpio sus lágrimas.
No solo todos aquellos recuerdos entre su novia y su mejor amiga la habían conmovido.
También lo había hecho la visión de Troy antes de la operación. Lo mal que había estado. Lo poco que
sus ojos brillaban. Lo mucho que había sufrido.
Estaba llorando porque, a pesar de todo, el chico había tomado esa cámara y había grabado un mensaje.
Era como si no le hubiese importado su dolor. Era como si hubiese querido minimizar el dolor que iban
a sentir los demás con su muerte.
Volvió a la realidad cuándo escucho a su novia sollozar.
Lauren se había abrazado a Ally y había escondido su rostro en su cuello, llorando desconsoladamente
mientras la pequeña hacía lo mismo.
Si bien Camila deseaba al instante correr a consolar a su novia supo que debía dejarla sola.
Aquel era un momento que Ally y ella debían compartir, como todos aquellos grabados en las cintas de
vídeo y, seguramente, muchos otros que no habían podido captar a través de los años.
…………….
Cuándo Ally se marcho hablando sobre las miles de cosas que el pequeño Seth podría haberle hecho a su
bebe, Camila salió de la cocina y se sentó al lado de Lauren, que aun tenía húmedas las mejillas y miraba
fijamente el suelo, su boca moviéndose sin producir ningún sonido.
Camila: Lolo… Lauren -La llamo, tomando una de sus manos entre las suyas y acariciando sus dedos
dulcemente- ¿Estás bien? -Pregunto sabiendo que la respuesta sería negativa mientras limpiaba las
húmedas mejillas de su novia con ternura.
Camila: Yo saldré y tu iras a mi habitación. Subiré por la escalera y tu me dirás dónde esta el dibujo de
Troy ¿Bien?
Lauren: Bien… -Asintió con una débil sonrisa para luego besarla.
……….
Cuándo Camila subió por las escaleras sintió varias astillas en sus manos, al igual que la humedad en la
madera y su extraño crujir. Tal vez haberla dejado tirada allí durante ocho meses no había sido nada
bueno.
Cuándo llego a la habitación de su noviase apresuro en buscar el dibujo, encontrándolo en la parte más
recóndita del armario de Lauren.
Se lo enseño a su novia, que le dedico una hermosa sonrisa al verlo, confirmando que realmente era
aquel trozo de papel con perfectos trazos lo que buscaba.
Camila simplemente sonrío mientras le lanzaba un tierno beso, la sonrisa de Lauren ensanchándose. Por
supuesto, Lauren no fingió atraparlo.
Después de todo, los besos no pueden ser atrapados.
Salió por la ventana lentamente, guardando el dibujo de Troy en el bolsillo de su pantalón. Cuándo puso
ambos pies en la escalera y escucho el crujir de la madera supo que algo andaba mal.
… Camila Cabello la noche anterior había tenido una pesadilla.
No la recordaba muy bien, pero sabía que había caído, y se sintió completamente aterrada al despertar.
Ese día se sintió de la misma forma por dos razones…
Sabía que iba a caer… Y aquella no era una pesadilla.
Cerro los ojos cuándo sintió a la madera romperse bajo sus pies y a sus manos deslizarse de su agarre en
los laterales, cayendo de inmediato al suelo.
Había otra cosa que diferenciaba su pesadilla de ese momento.
En sus sueños, la caída no había dolido.
CAPÍTULO 53
Lauren no había gritado ni se había alejado bruscamente de la ventana como en las peliculas.
Simplemente se había quedado allí, viendo como su novia caía de la ventana de su vieja habitación
directamente sobre el suelo, los arbustos no siendo lo suficientemente frondosos como para evitar que se
diera un buen golpe.
“Levántate, Camz. Levántate” Suplicaba desesperada en su cabeza, pero la chica seguía allí, sobre al
pasto, la tierra y las hojas de los arbustos,sin siquiera dar señales de vida.
Sus dedos comenzaron a chasquear al instante, y la respiración se le dificultaba lentamente.
“¡Ve, idiota!” Se grito a sí misma “¡Pudo haberse roto el cuello!”
Esto último fue lo que le dio fuerzas para salir corriendo de allí, apenas colocándose una chaqueta negra
para cubrirse la delgada tela del pijama azul oscuro que estaba usando.
Salió de casa sin siquiera haberse puesto unos zapatos.
La encontró sobre la tierra, con las extremidades flojas, completamente inmóvil.
No pudo detallar si había sangre debido a la oscuridad de la noche, pero lo que realmente le importaba
en ese instante era comprobar que su novia todavía tenía pulso.
Cayo al suelo de rodillas, sintiendo sus piernas desfallecer y a su cuerpo temblar. Se acerco lentamente a
su novia con lágrimas comenzando a descender por sus ojos, sus manos ensuciándose al tocar el suelo.
Lauren: Camz… Camz, mi amor… -Sollozaba mientras se acercaba, el aire escapando de sus pulmones
rápidamente, viéndose obligada de esta forma a tomar aire con su boca-. Levántate, por favor…
Era su madre.
De inmediato la escucho correr hacía ella, acercándose a Camila al instante.
Clara: ¿Qué… que sucedió, Lauren? -Le pregunto mientras le tomaba el pulso a la inconsciente chica.
Lauren había comenzado a mecerse hacía adelante y hacía atrás, los sonidos de sus dedos haciéndose
cada vez más altos.
“No, idiota, no. Este no es momento para un ataque. ¡No!”
Lauren: Ella… ella… ella cayo de la escalera y… -Intento explicar, pero la falta de aire en sus pulmones
se lo impedía-. Llama a… a una ambulancia… yo… yo iré por sus… sus padres…
XX: ¡Ey! Cuidado… -Susurro un hombre frente a ella, sujetando su cabeza levemente y alejando el
algodón humedecido en alcohol de su nariz.
Lauren se hizo a un lado al instante, evitando el contacto y detallo que se trataba de un paramedico.
¿Paramedico?
Al instante comenzó a escuchar gritos a su alrededor, y al girar su cabeza levemente pudo notar las miles
de luces y personas a su alrededor.
Pero una voz destaco entre todas…
Era Sinuhe…
Lauren: ¡CAMILA! -Grito levantándose bruscamente. Cuándo lo hizo pudo notar que había estado
recostada en uno de los lados de la ambulancia, y que la cabeza le dolía inmensamente.
XX: Señorita, por favor, tranquilícese…
Lauren: ¡No me pida que me tranquilice cuándo mi novia acaba de caerse de una escalera!
XX: Por favor, usted no esta bien… Tenemos que…
Lauren: Cállese la puta boca y déjeme marcharme si no quiere terminar con mi zapato marcado en el
trasero…
De inmediato supo que era estúpido haber dicho eso, porque ni siquiera llevaba zapatos.
El hombre la dejo marchar, pero no sin mantenerse a una distancia prudente de ella.
Tal vez era porque le temía. Lo cierto era que Lauren sabía que, a veces, podía ser bastante intimidante.
Tal vez era porque había comprobado que estaba parcialmente bien.
Llego a tiempo a la parte trasera de la ambulancia para ver como varios hombres subían a su
inconsciente novia a ella, Sinuhe siguiéndolos.
Mientras la subían había logrado ver sus ojos cerrados, el corte en su mejilla y las heridas de su brazo
derecho, al igual que los moretones y la tierra pegada a su piel. También había visto al hombre que le
daba oxigeno con un respirador y al que gritaba nombres extraños de medicinas que debían suminístrale,
junto con una cantidad precisa.
Sinuhe: ¡Lauren! ¡Ve con tu madre! ¡Ella te llevara al hospital! -Le notifico antes de entrar, Lauren
notando las lágrimas en sus mejillas.
Lauren vio atentamente como las puertas se cerraban y como el vehículo se alejaba. Por suerte, el
paramedico del principio también se había marchado junto con las sirenas y las luces brillantes.
A su alrededor la gente gritaba, hablaba y chillaba horrorizada por lo que había visto.
Intento buscar a su madre entre la multitud, pero al ver tantas personas mirándola fijamente solo pudo
sentirse completamente abrumada.
Se paralizo y el oxigeno le falto.
XX: ¡LAUREN! ¡LAUREN! -Escucho gritar a un hombre entre la multitud. A pesar de que no podía
distinguirlo debido a que todo se había vuelto una mancha borrosa, supo que era la voz de su padre-.
Tenemos que irnos -Susurro en cuánto llego a su lado.
Lauren: Camila… Camz… ella…
Mike: Va a estar bien, Lauren. Va a estar bien -Intento asegurarle, pero la chica sabía que no estaba
seguro de esto.
……………
Finalmente su padre había logrado meterla en el auto junto a su madre y sus hermanos.
Seguía llevando su pijama, la chaqueta y unas viejas sandalias que su padre le había dado, pues se había
negado a entrar a casa, darse un baño y cambiarse de ropa. Lo único que quería hacer era saber como
estaba Camila Cabello.
Subió los pies al asiento, rodeando sus rodillas con sus brazos y sollozando contra ellas. Sus dedos
chasqueaban y su cabeza le gritaba que Camila, su Camz, su princesa, iba a morir.
Mike: Lauren -Susurro dulcemente su padre, acercando su mano a uno de sus brazos-. Llegamos.
…………
Lauren estaba en la sala de espera del hospital aguardando por alguna noticia. Dinah y Normani habían
llegado quince minutos después que ella y Ally unos pocos segundos más tarde junto al pequeño Troy, a
quien dejo en la guardería del hospital no sin antes darle miles de indicaciones a las niñeras.
Dinah había llevado un poco de ropa para ella, pero lo único que había aceptado colocarse eran unas
cómodas zapatillas deportivas. También había cedido ante las súplicas de Ally de lavarse un poco.
Cuándo se miro al espejo, supo que jamás se había visto tan mal.
Los ojos rojos e hinchados, el rostro sucio,el cabello revuelto y las mejilllas humedecidas la hacían
parecer una vagabunda. Jamás se había visto tan pálida. Tan temblorosa. Tan… sin vida.
Ally había limpiado su rostro dulcemente mientras Lauren veía a sus dedos chasquear sin poder
detenerlos. También se había ocupado de sus brazos, e incluso de sus sucias piernas.
Ally: Ella esta bien, Jauregui -Le aseguro dulcemente, intentando mirarla a los ojos.
XX: ¿Lauren? -Era su madre, tocando su hombro levemente-. Te traje algo de té… No es el mejor, pero
te ayudara a relajarte.
Lauren: No necesito relajarme, mamá. Estoy bien -”Idiota, eres una mentirosa”
Clara: Hija, has chasqueado los dedos durante horas. No estás bien -Aseguro sentándose a su lado.
Lauren: ¿Cómo puedes saberlo, mamá? ¡Cuándo estaba con Peter tu no sabías que me sentía como una
mierda! -Había comenzado a alterarse.
Ally: Lauren, no le hables así. Es tu madre…
Lauren: Pero Ally…
Ally: Jauregui, tal vez tu madre no fue la mejor en el pasado, pero tal vez… solo tal vez… ha cambiado.
Clara: Aun no estoy de acuerdo con su relación y todo eso -Expreso de inmediato, entregándole el té a
Lauren, que lo tomo entre sus manos temblorosas-… Pero eres feliz con ella, así que… Creo que el
momento en el que fuiste a casa para decirle todo aquello a Peter fue lo que me hizo reflexionar. Me di
cuenta de que realmente no habías sido feliz y que, aunque yo lo deseara, Peter jamás sería el amor de tu
vida… Fue entonces cuándo, una noche, mire por tu ventana… Estabas hablando con Camila y tus ojos
brillaban… Y luego sonreíste… No te había visto sonreír así en años, Lauren… Supongo que, aunque
ella no me haga feliz, ella te hace feliz. Y eso es todo lo que importa aquí al final del día.
……………..
Media hora después Dinah y Normani se acercaron a Lauren, que había insistido a Ally y a su madre con
estar sola.
Lo necesitaba.
Necesitaba calmarse.
Convencerse a sí misma de que Camila Cabello estaba bien.
… No lo había logrado.
Dinah: ¿Estas mejor, Lauren? -Pregunto al llegar, sorbiendo su nariz -Lauren, que estaba sentada en un
lugar alejado sobre las frías baldosas, simplemente asintió-… Ella va a estar bien. Son solo alguno
huesos rotos…
Lauren: Pero fue mi culpa, Dinah -Susurro tristemente-. Yo quería ese dibujo… Yo deje que ella se
subiera a esa escalera… Yo… Yo no fui con ella… Yo no estuve allí para atraparla.
Normani: Lauren -Susurro dulcemente, arrodillándose frente a ella-. No fue tu culpa. No la obligaste a
subirse allí ¿O me equivoco?
Normani: Entonces deja de lamentarte. Ella esta bien… Estoy segura de que podrás ir a verla en unos
minutos, y lo comprobaras por ti misma…
Lauren: Pero yo… yo soy su novia. Mi responsabilidad es atraparla.
Dinah: No, Lauren. Tu responsabilidad es estar allí incluso cuándo ella caiga…
Lauren: Yo solo le hago daño, Dinah -Susurro con tristeza minutos después, analizando todo lo que
Camila y ella habían vivido juntas-… Cada vez que nos peleábamos. Cuándo me fui. Mis ataques…
Siempre soy yo quien le hace daño… Soy… Soy un desastre…
Dinah: Lo eres -Acepto la chica, descendiendo para colocarse al lado de su novia, intentando sujetar una
mano de Lauren antes de que ella la apartara, incomoda ante el contacto-. Es decir, mírate, no has parado
de llorar y chasquear tus dedos desde que llegamos, además de que sigues teniendo algo de tierra en…
más o menos… todo tu cuerpo, pero… Haces feliz a Camila, Lauren. La haces sonreír. La haces
sonrojarse más de lo normal… Aun recuerdo el primer día en el que la conocí, Lauren. ¿Lo recuerdas,
amor?
Normani: No podría olvidarlo -Rió-. Dinah estaba intentando convencerme de que saliera con su primo...
Es bastante extraño que ella también fuera la razón por la cual lo deje.
Dinah: Ese día estaba asustada, Lauren.
Normani: Cualquiera lo estaría. Venía de un país diferente, con un idioma diferente, con una cultura
diferente. No conocía a nadie. Estábamos a mitad de curso… Y luego se acerco a preguntarnos dónde
quedaba el aula de su siguiente clase…
Dinah: La pobre estaba tan pérdida que habría ido al baño de hombres sin darse cuenta… Y no le habría
gustado porque, bueno,ya sabes…
Normani: Pasamos todo el día juntas… Le pedimos que nos enseñara algo de español, pero fue un
fracaso. Dinah aun no sale de su típico…
Dinah: Biri biri bam bam…
Normani: No nos contó nada sobre su preferencia sexual hasta que Austin comenzó a golpearla.
Dinah: Dijo que había preferido mantenerlo en secreto porque Sandra y Marielle, sus viejas amigas, la
habían alejado por esto. Temía que hiciéramos lo mismo… Pero nos quedamos con ella.
Normani:… Ella era tan débil, Lauren.
Dinah: Intentaba verse fuerte. Intentaba hacer sentir mal a Austin. Intentaba herirlo con palabras.
Intentaba que el chico pensara que los golpes no le afectaban… Pero lo hacían. La veíamos llorar,
Lauren. Y luego, cuándo volvía a casa, sabíamos que también lo hacía. Sabíamos que se sentía estúpida.
Que deseaba ser como los demás. Que no deseaba ser… ella lo llamo diferente.
Normani: Y luego llegaste tu, Lauren… Ella sonreía más. Ella era un poco más feliz… Y cuándo tu
fuiste al hospital, ella también se destruyo más de lo normal… A tal punto que pensé que ibas a
destrozarla…
Lauren: Lo hice -Comento entre lágrimas, recordando lo sucedido hacía meses.
Normani: Sí, pero la reparaste Lauren. Eres tu quien siempre la repara… ¿Cómo es que dice esa frase,
Dinah? La que nos dijo luego de leer Cazadores de Sombras…
Dinah: Amar es destruir, y ser amado es ser destruido -Cito.
Normani: El amor duele, Lauren. No es solo felicidad como te han dicho en miles libros, películas y
fanfics Koren. El amor no es de esos sentimientos que se sienten bien todo el tiempo… El amor se trata
de destruirse, para luego repararse. Una y otra y otra vez…
Dinah: Por supuesto, si lo único que haces es destruir la ecuación no es válida…
Normani: Pero tu la has hecho reír, tanto como la has hecho llorar. Tu las has destruido y las ha reparado
cientos de veces, Lauren, y ella también hace esto contigo.
Dinah: Cuándo te conoció dejo de ser la chica infeliz que era golpeada por Austin, Lauren. Dejo de
pensar que sería mejor ser como los demás… Y paso a ser la chica que estaba profundamente enamorada
de ti.
Normani: Tu la reparaste, Lauren. La reparaste incluso cuándo nadie más podría haber visto que estaba
rota.
Lauren: Y luego la destruí… -Insistió.
Dinah: ¡¿Qué parte de amar es destruir y ser amado es ser destruido no entiendes?! ¡No soporte su
discurso de “Jace e Isabelle son mis nuevos amores literarios” para esto”!
Normani: Tranquila, amor… Lauren, sabemos que la destruiste. En realidad, los primeros meses quise
arrancarte la cabeza, y estoy segura de que Dinah también…
Dinah: No lo dudes…
Normani: Pero…
Dinah: Lo importante ahora no es el daño que pudiste haber hecho, Lauren Jauregui… Lo importante es
que volviste, y recogiste cada trozo de ella, y los juntaste de nuevo a la perfección… Y ahora, con esta
caída, es ella quien te esta destruyendo…
Normani: Y esta bien, Lauren, porque en cuánto entres a ese lugar, la veas sobre la camilla y te sonría,
todo volverá a estar en su lugar…
Dinah: Eres un desastre, Lauren. Tienes razón… Pero uno maravilloso -Finalizo con una dulce sonrisa.
Alejandro: Lamento interrumpir, pero el doctor salió hace unos minutos… Podemos verla.
…………….
Lauren entro lentamente a la habitación con Sinuhe a sus espaldas. Había tenido que esperar
impacientemente a que Alejandro y Sofi entraran a verla antes, al igual que Sinuhe. Ahora la mujer solo
estaba acompañándola. Seguramente quería comprobar que Lauren estuviera bien una vez que se
encontrara con Camila.
Atravesó la puerta de la habitación trescientos dos con el corazón rebotando contra su pecho.
La encontró recostada en aquella pequeña camilla de hospital mirando el techo fijamente, con varios
cables conectados a su pecho, una intravenosa en su mano y una cánula en su nariz para darle oxigeno.
Tenía su brazo derecho completamente enyesado y su pierna izquierda en una férula, su cuerpo apenas
cubierto por la delgada tela de la bata del hospital. Tenía también varios puntos en su mejilla izquierda,
formando una linea vertical de unos tres centímetros, y varios cortes pequeños bajo esta herida.
Normani se había equivocado.
Para repararse no había necesitado que Camila le sonriera.
El solo verla allí había sido suficiente.
Sinuhe: Mira quien vino a visitarte, Camila… -Susurro Sinuhe tiernamente detrás de Lauren.
Cuándo Camila la miro y le sonrío Lauren Jauregui podría haber tenido un ataque al corazón allí mismo.
Lauren recordaba el día en que había conocido a Thug Harmony claramente. Recordaba la felicidad que
sintió, y su estúpido deseo que de congelar el tiempo. Recordó el sentimiento de que el corazón se le
escaparía del pecho.
Ahora tenía el mismo deseo, y se sentía de la misma forma, pero había dos diferencias… Ellas eran
cinco. Camila era una. Y Lauren Jauregui estaba profunda e irremediablemente enamorada de ella.
Camino rápidamente hacía ella, no tardando el rodearla torpemente con sus brazos y enterrar su cabeza
en el hueco de su cuello para aspirar su aroma.
Estaba bien. Realmente lo estaba. Con algunas torceduras y unos cuántos huesos rotos, pero no era algo
que no sanara con el tiempo.
Lauren: ¿Esto era lo que sentías cada vez que yo iba al hospital? -Pregunto entre susurros, un nudo en su
garganta y sus ojos ardiendo debido a las lágrimas que amenazaban con salir.
Y antes de que Lauren pudiese adivinarlo Camila encontró la forma de que sus labios chocaran,
compartiendo de esta forma un hermoso y dulce beso.
Un beso que le hacía doler el corazón.
Un beso que la reparaba.
Sinuhe: Yo… Supongo que estaré afuera -Susurro en cuánto el beso acabo. Lauren observo sonriente
como las mejillas de su novia se sonrojaba y beso dulcemente su frente.
Camila: ¿Puedes creer esto? -Pregunto de repente señalando su brazo roto, Lauren alejándose un poco
para mirarlo y sonriendo dulcemente-. ¡Es mi mano sexual, Lauren! ¡Y se me rompieron tres dedos!
¡TRES! Es decir, mi mano izquierda es buena, pero jamás como la derecha y… Lo tendré durante
semanas, Lauren. ¡Semanas! Es decir, es como… ¡Seré la pasiva por semanas!… Me gusta ser versatil,
Lauren. En serio me gusta. Es como… “Camila la versatil”… Se escucha bien. Se escucha maravilloso.
Es la mezcla perfecta entre dominación y sumisión… Ahora soy… ¡SOY CAMILA LA PASIVA!
¿Escuchaste eso? Camila… ¡La pasiva!
Lauren simplemente rió audiblemente ante el evidente enojo de su novia y negó con su cabeza.
Camila: ¡No te rías, Jauregui! ¡Estoy sufriendo!… Ahora soy… ¡SOY NORMANI, LAUREN! ¡Soy
Normani!
Lauren: Camz… Aun tienes tu boca… -Susurro dulcemente, mirándola a los ojos y acariciando sus
labios con su pulgar.
Camila: ¡Eres una pervertida, Jauregui! -Exclamo divertida, tomando su rostro con su mano izquierda y
acariciando su mejilla tiernamente antes de dejar una juguetona mordida en el dedo de su novia.
Lauren: ¿Yo? ¡Fuiste tu quien comenzó a decir que sería pasiva por semanas y todo eso…!
Silencio.
Lauren: Camz, yo… No debería llorar. Estas bien. Estás a salvo… Tu…
Camila: Estoy bien, tienes razón. Tengo un esguince en mi tobillo, y mi brazo derecho hecho trizas.
Tengo un par de costillas astilladas y este corte que va a dejar un fea cicatriz, pero estoy bien… Aun así,
puedes llorar. Puedes llorar porque tuviste miedo. Porque estuviste preocupada. Porque me amas…
¿Bien, Lolo?
Lauren simplemente asintió y la beso dulcemente, queriendo comprobar que no estaba soñando.
La beso intentando explicarle cuándo se había preocupado, cuánto miedo tuvo, cuánto la amaba.
Fue cuándo, sin poder controlarlo, un sollozo escapo por sus labios y golpeo los de Camila, seguido de
otro y uno más. Escondió su rostro en el cuello de Camila rápidamente, dejando a las lágrimas descender
y a todo lo que había sentido salir de allí mientras la pequeña simplemente la abrazaba con su brazo
derecho, acariciando su cuello tiernamente hasta que el llanto se volvió controlable.
Camila: Tengo algo para ti -Susurro dulcemente luego de limpiar sus lágrimas con tiernos besos-… O tal
vez para Ally… Solo… Creo que mamá lo coloco sobre la mesita de noche.
Camila: ¡Lern Jergi! -Exclamo al verla, intentando que una sonrisa se dibujara en su hermoso rostro, la
enfermera sosteniéndola nuevamente cuándo perdió el agarre de la muleta.
Alejandro: ¿Lista para irte?… Ya firmamos los papeles y todo eso, así que eres oficialmente libre.
Lauren: ¡Vámonos! -Dijo de inmediato, sonriendo por primera vez desde que había entrado-. No me
gusta este lugar -Susurro al oído de Camila-. Y tampoco tu enfermera…
…………
Al llegar a casa Alejandro llevo a Camila en brazos hacía su habitación, donde la recosto sutilmente
sobre la cama y deposito un dulce beso en su frente.
Camila suspiro.
Era bueno estar sobre una cama cómoda de nuevo.
Y, sin decir nada más, se fueron, dejándola sola con Lauren, que había estado escondida tras los padres
de la chica silenciosamente.
Mientras estaba en el hospital la familia Jauregui había ido a visitarla, incluyendo a la señora Jauregui,
pero esta solo se había limitado a mirarla fijamente en silencio durante los pocos minutos en los que
ellos habían estado allí.
Lauren simplemente asintió.
Camila: ¡Excelente! Camila la pasiva tendrá una pelea con su suegra esta noche…
Lauren: ¿Por qué lo dices? -Pregunto con el entrecejo fruncido, completamente confundida, acercándose
a la cama de Camila y dibujando divertidos patrones en la planta de su pie izquierdo.
Camila: Tu madre quiere pelear conmigo, es obvio. Sino fuese así no se acercaría.
Lauren: Ella no quiere pelear contigo, Camz -Susurro dulcemente, mirándola a los ojos unos segundos.
Camila: ¿No? -Ahora la confundida era ella.
Lauren: Dijo que ya no quiere pelear -Comentó encogiéndose en hombros-. En realidad, dice que le caes
bien…
Camila: ¿Esta drogándose, verdad?
Lauren: No -Negó completamente horrorizada-. Mamá no lo hace desde que yo nací, Camz…
Camila: Estaba bromeando, Lolo -Sonrío dulcemente, sintiendo como las manos de Lauren jugaban con
cada uno de los dedos de sus pies-. Es solo que me parece extraño… ya sabes… que yo le caiga bien y
todo eso…
Lauren: Supongo que se dio cuenta de que, por más que lo desee, tu y yo no vamos a separarnos.
Camila: ¿No vamos a hacerlo? -Quiso saber, intentando que sus labios no dibujaran la sonrisa que
deseaba.
Lauren: No -Negó mirándola fijamente a los ojos, gateando lentamente hasta recostarse a su lado,
Camila aprovechando la situación para apoyar su cabeza en su pecho y verse envuelta por los protectores
brazos de su novia.
Al parecer, el que se hubiese caído de una escaleras días atrás merecía una recompensa.
Y Camila no se negaba a recibirla.
Camila: Por supuesto -Asintió mordiéndose el labio, observando como lentamente Lauren caminaba
hacía el armario y buscaba algo allí dentro.
¿Sería una fusta? ¿Una venda? ¿Esposas?… En realidad, la esposas no tendrían mucho sentido porque
realmente no podía moverse, pero…
Lauren: Solo compre una -Susurro alejándose, sacando una hermosa rosa del lugar- porque representan
el número de personas con las que quiero estar en este momento…
Lauren: Te amo, Camila Cabello -Susurro arrodillándose a su lado en la cama-. Amo cada pequeña parte
de ti. Amo despertar a tu lado. Amo que sujetes mis manos y me hagas sentir en control. Amo la forma
en la que arrugas tu nariz al reírte, y como muerdes tu lengua cuándo estas realmente feliz. Amo cuándo
te sonrojas sin razón. Amo cuándo muerdes tu labio y tu ni siquiera te das cuenta. Amo cuándo me miras
a los ojos y siento que podría estar así durante años. Amo cuándo dices que me amas y haces que mi
nuevo corazón funcione como un corazón de mierda. Amo cuándo hablas, y también cuándo callas. Amo
verte pensar. En realidad, amo verte haciendo cualquier cosa. Amo incluso esos dibujos que haces
parecidos a los de una niña de preescolar. Amo cuando cantas y cuándo bromeas. Amo la forma dulce en
la que intentas explicarme cosas que no entiendo. Incluso amo cuándo te molestas. Te ves linda molesta.
Amo cada parte de tu cuerpo, y amo quien eres. Amo ese pequeño lunar en la parte superior de tu frente,
y también amo esa cicatriz que va a quedar en tu mejilla. Amo la forma en la que tus ojos parecen brillar
cuándo hablas de cosas que te gustan y… -Lauren no estaba mejor que Camila. Lágrimas corrían por las
mejillas de ambas y sollozos amenazaban con escapar-. Te amo, Camila Cabello. A ti y a todo lo que
eres… Y si me dieran a elegir entre volver a nacer con todos mis problemas y conocerte, o ser como
cualquier otra chica normal y jamás cruzar mi mirada contigo… Te escogería a ti, Camila Cabello.
Siempre te escogeré a ti. Siempre serás tu… Tu eres mía, Camila Cabello, y yo soy tuya, y no voy a
permitir que nadie cambie esto, porque te amo, y tu me amas, y daría hasta mi última partícula de vida
por ti.
Camila: Jódeme Lauren -Susurro contra sus labios, mordiendo juguetonamente en labio de su novia,
sintiéndola tensarse sobre ella y un leve gemido escapando de sus labios, haciendo que la humedad de
Camila aumentara.
Sintió a la rodilla de Lauren presionarse contra su centro y su espalda de arqueo en respuesta a la gran
ola de placer que la recorrió, un ligero dolor apoderándose de sus costillas al instante.
Camila: Jódeme Lauren -Repitió con un jadeo-, pero lento, por favor…
Lauren simplemente sonrío y fue descendiendo lentamente por su mejilla, dejando cortos y tentadores
besos, Camila retorciéndose lentamente bajo su tacto, hasta que sus labios chocaron con su cuello y
comenzaron a atacarlo salvajemente.
XX: ¡Camila! ¡Lauren! ¡CAMILA! -Era su padre, golpeando la puerta con brusquedad.
Camila: ¿Qué sucede? -Pregunto alarmada.
Alejandro: Los Jauregui llegaran en media hora… ¿Y no podían esperar hasta la noche? Es desagradable
explicarle a Sofi por que su hermana esta haciendo sonidos tan extraños en su habitación…
…………
Lauren había ayudado a Camila a cambiarse, depositando leves besos en las zonas que iba descubriendo,
también dejando que sus labios vagaran por zonas un tanto sensibles, contribuyendo de esta forma a que
sus bragas se arruinaran completamente.
Llevaba una vieja camisa de “The 1975” que Lauren le había prestado, al igual que unos cómodos
shorts, también de Lauren… En realidad, si las chicas no compartían brasier era porque Camila y Lauren
usaban tallas COMPLETAMENTE diferentes.
Camila: Cárgame -Pidió sobre la cama estirando sus brazos y haciendo un leve puchero a su novia, que
la miro tiernamente y rodeo su cuerpo con sus manos dulcemente antes de levantarla-. Te amo, Lauren
Jauregui -Susurro enterrando su cabeza en su pecho, sintiendo como su novia descendía las escaleras
lentamente, aferrándola fuertemente contra su pecho.
Lauren: ¿Uno más? -Pregunto dulcemente, Camila negando con su cabeza como una niña pequeña-.
Vamos, Camz, solo un poco más…
Camila: Estoy llena, Lauren.
Lauren: Amor…
Camila: Vamos, Lauren, es imposible que tenga hambre ahora. Comí como una cerda mientras estaba en
el hospital, y esta es mi quinta rebanada de pizza -Explico alejando la mano de su novia- ¿Quieres que
explote, cierto? ¿Es eso? -Le recrimino, fingiendo enojo.
Lauren: No, yo no… yo no quiero eso.
Camila: Estoy jugando, Lauren.
Lauren: Deberías dejar de hacer eso -Susurro malhumorada, alejándose y dando un mordisco a la
rebanada de pizza como si se tratara de papel.
Camila: ¡No! ¡Es divertido! -Se nego.
Lauren: Bien -Acepto cruzándose de brazos, bufando.
Camila: Bien -Rió.
Lauren: Bien -Repitió.
Camila: Bien.
Lauren: Bien.
Camila: Bien…
Camila habría esperado seguir con el juego. En realidad, le encantaba ver a Lauren molesta de esa
forma. Era divertido. Y ella realmente se veía bastante tierna de esa forma, con los brazos cruzados y el
seño fruncido.
… Pero su novia tenía otros planes.
Lentamente desenredo sus brazos, llevando una de sus manos a la pierna de Camila, acariciándola
lentamente, pequeñas cosquillas viajando a su centro.
Mordió sus labios por instinto, reteniendo el gemido que amenazaba con salir.
Camila: ¿Qué estas haciendo? -Pregunto con los ojos completamente abiertos, sintiendo como la mano
de su novia vagaba hasta el botón de su short.
Lauren simplemente se encogió en hombros, mirándola fijamente, introduciendo uno de sus dedos en su
braga, dejándolo vagar lentamente.
Camila: Deberías dejar de hacer eso -Jadeo mientras juntaba sus piernas, de esta forma solo aumentando
el contacto de los dedos de Lauren contra su centro.
Mierda. ¿Cómo era que no se había dado cuenta antes de que en el comedor hacía tanto calor?
Camila: Por favor, Lauren -Suplico al sentir como sus dedos comenzaban a tantear su entrada.
No era como si no quisiera que la chica de la ventana le hiciera el amor, pero en ese momento sus padres
estaba allí y, bueno, supongo que esas son malas situaciones para hacer el amor.
Y rápidamente introdujo uno de sus dedos en su entrada, Camila mordiendo su lengua bruscamente para
detener el gemido que amenazaba con salir. En su boca probo su propia sangre.
Lauren: Es mejor que prometas que dejaras de hacerlo, porque comenzare a moverme, y llegara el punto
en donde no vas a poder detener tus gemidos, amor -Susurro seductoramente a su oído antes de morder
el lóbulo de su oreja.
Camila: Esta bien, esta bien, dejare de hacerlo intencionalmente… Ahora saca tu dedo de allí.
Camila miro el reloj. ¿Cuánto faltaba para que la estúpida cena terminara y Lauren pudiera apagar el
puto incendio que había entre sus piernas?
…………
Por desgracia, la cena se hizo cada vez más y más larga.
Fue la primera vez que le hablo durante la cena, y la primera vez que no había enojo o desagrado en su
voz.
Era un gran logro, en realidad.
Camila: En realidad, yo… -Contesto, aclarando su garganta y buscando la mano de Lauren- Se que no te
lo había dicho, amor -Susurro a su novia-, pero estoy planeando enviar varias solicitudes a varias
universidades del país y… Veras, se que para ti la universidad es una perdida de tiempo y todo eso, me
lo has dicho. También se que quieres dedicarte a la fotografía y… El punto es que mi abuela tenía
dinero. Bastante. Y bueno, se que tu también tienes un buen fondo universitario que no planeas usar, así
que estuve pensando que… bueno, podríamos alquilar un pequeño departamento cerca de mi universidad
e incluso hacer un pequeño estudio para que tu trabajes allí. También podríamos comprar varias
cámaras, luces y todo lo que necesites... Y yo… yo podría conseguir un trabajo a tiempo parcial para no
depender simplemente de los fondos y…
Lauren: ¿Quieres que vaya a vivir contigo, Camz? -Pregunto sonriente, interrumpiendo su balbuceo.
Lauren: Bien -Acepto-, pero solo si prometes mantener el orden. No se si te has dado cuenta, pero
mantener las cosas en su lugar no es lo tuyo.
…………….
Camila: Bien -Susurro pícaramente con voz ronca una vez que estuvo recostada sobre la cama de su
habitación-. Ahora que cerraste esa estúpida puerta y tus padres decidieron irse, tal vez deberías
continuar con lo que estabas haciendo en el comedor…
Lauren: O tal vez no -Susurro cruzada de brazos, sentándose provocativamente sobre el escritorio frente
a ella.
A veces Camila se preguntaba si Lauren realmente sabía cuan sexy era, y los estragos que esa simple
pose era capaz de hacer en su cuerpo.
Camila: Por favor -Suplico-. Tengo un río entre mis piernas desde hace más de dos horas, y es todo tu
culpa.
Lauren: Si insistes -Susurro fingiendo indiferencia.
Y fue entonces cuándo, frente a ella, Lauren comenzo a quitarse los ajustados pantalones que llevaba, al
igual que la camiseta, revelando así un sensual traje en lencería negro que no ayudo en nada a su febril
centro.
Camila: Jódeme Lauren -Susurro por tercera vez en el día, dejando a sus ojos vagar por la silueta de su
novia una y otra vez.
No era su culpa mirarla con tanto deseo. Era culpa de Lauren “Caliente” Jauregui.
Camila llego a la conclusión de que tal vez debía seguir cayendo desde las escaleras si quería recibir
cosas como aquellas.
CAPÍTULO 55
Los días pasaron rápidamente, tal vez demasiado. Antes de que las chicas pudiesen notarlo, navidad se
acercaba.
Lauren seguía viviendo con la familia Cabello, no porque las cosas con su familia siguieran tensas, sino
porque a Camila le gustaba tenerla allí, y a los padres de esta también.
Aun así,la pareja solía pasar los fines de semana junto con los Jauregui.
Lauren: Cuidado con la escalera, Camz -Advirtió a su novia-. Tienes un muy mal historial con ellas… -
Se burlo mientras intentaba desenredar un montón de luces para colocar alrededor de la casa.
Camila: Muy gracioso, Jauregui, muy gracioso -Dijo mientras subía las pequeñas escaleras de metal y se
disponía a decorar la parte superior del árbol de navidad colocado a mitad de la sala.
Sofia: ¿Crees que puedas acompañarme a comprarle un regalo de navidad a papá y mamá cuando
terminemos de decorar, Camila? -Pregunto dulcemente mientras terminaba de colocar unos cuántos
copos de papel en las ventanas.
En Miami no caía nieve, pero eso no era algo que unos cuántos trozos de papel recortado no pudiesen
arreglar.
Camila: Lo siento, Sofi -Se lamento-. Le prometí a Dinah que la ayudaría a cuidar de sus hermanos
mientras ella y sus padres decoran la casa…
Lauren: Puedes ir conmigo si quieres, Sofi -Se ofreció dulcemente, corriendo rápidamente para ayudar a
Camila a bajar las escaleras y depositando un dulce beso en la pequeña cicatriz que había quedado en su
mejilla luego de la caída de la ventana-. Ally y yo planeábamos hacer algunas compras luego del
almuerzo…
Camila: Pensé que ya las habían hecho hace dos días -Dijo confundida.
Lauren: Ally esta loca por la navidad, Camz. Estoy segura de que ahora comprara un trineo y un disfraz
de santa para el pequeño Troy… Deberías revisar su twitter. Su header son unas galletas navideñas
caseras que hizo para el pequeño Troy y su icon es… bueno, ella con una barba falsa y un traje de
santa…
Camila: Eso se escucha aterrador…
Lauren: Lo es… -Aseguro- Estoy segura de que cuándo llegue el día abrazara hasta a un asesino serial y
le deseara una feliz navidad… -Camila rió ante su chiste, y Lauren no pudo evitar hacerlo también-
¿Entonces, Sofi? ¿Qué dices? -Pregunto a la pequeña.
Sofia: Iré -Accedió sonriendo. Lo cierto era que la relación entre ambas era bastante buena-. Pero no
usare ningún tipo de barba falsa…
………..
Ally: ¡Jauregui! -La saludo al verla llegar al centro comercial, con el pequeño Troy dando pequeños
saltos sobre sus brazos-. Mira Troy, la tía Lauren -Señalo al pequeño, que de inmediato se lanzo a los
brazos de la chica, la cual deposito un dulce beso en su pequeña mejilla antes de alzarlo dulcemente-.
Hola, Sofi…
Sofia: Hola Ally…
Ally: ¿Les molestaría si vamos primero a ver a Santa? Quiero que Troy se tome una foto con el…
Lauren: Pero, Ally… El ya tiene una foto con Santa…
Ally: ¡Eso fue hace dos días, Jauregui! ¡Míralo ahora! Se ve tan hermoso con ese trajesito azul…
Lo cierto era que el pequeño Troy, que jugaba salvajemente con el cabello de Lauren, se veía adorable.
Lauren: Debo admitir que, para tener cinco meses y medio, se ve bastante atractivo… -Confeso con una
sonrisa, llevando su boca al estomago del pequeño, donde comenzó a hacerle cosquillas, el niño
carcajeándose con su voz angelical.
Sofia: Se ve mejor que los niños de mi clase -Admitió, comenzando a caminar al lado de las chicas, en
dirección a Santa-… Y también huele mejor -Agrego.
Sofia: ¿Crees que esto le gustara a mamá, Lauren? -Pregunto enseñándole unos adorables guantes de
cocina, al igual que un libro de recetas.
Lauren: Estoy segura de eso, Sofi -Respondio sonriendo, acariciando su suave cabello-… ¿Por qué no le
buscas también una tarjeta?
Sofia: Bien -Accedió alejándose lentamente con una hermosa sonrisa en los labios bastante parecida a la
de su hermana.
A veces Lauren solía sorprenderse por el gran parecido entre su novia y su pequeña hermana.
Ally: ¡Mira esto, Lauren! -Exclamo al mirar un pequeño cascanueces-. A Troy va a encantarle…
Lauren: Ally, creo que ya tienes muchos cascanueces y…
Ally: Siempre hay espacio para uno más, Jauregui -Dijo sonriendo, tomándolo entre sus manos y
colocándolo en su carrito con delicadeza-… ¿Ya le has comprado un regalo a Mila, Lauren? -Pregunto
tomando a Troy entre brazos, quien de inmediato escondió su cabeza cómodamente en el hueco de su
cuello y se metió un dedo a la boca, sus ojos color café comenzando a cerrarse.
Lauren sonrió.
Ese gesto le recordaba a Camila cada vez que tenía pesadillas.
Lauren: No… En realidad, no se que regalarle. Es la primera navidad que pasamos juntas y… -Era
cierto. Ellas se habían separado antes de navidad, y luego, al regresar ocho meses después, ya era
bastante tarde para un regalo atrasado.
Ally: ¿Qué te parece una de esas bonitas fotografías que tomas de la ventana de su habitación? Ya sabes,
en honor a lo que han pasado y todo eso… Ustedes se irán a Nueva York en unos meses para que Mila
pueda ir a la universidad, así que sería bonito que tuvieran algo para recordar…
Lauren: Podría ser -Accedió encogiéndose en hombros-. También planeo regalarle un rosa, pero aun así
es muy simple… Necesito algo más.
Ally: ¿Por qué no un dije? -Pregunto con una sonrisa-. Todas aman los dijes…
Lauren: Es una buena idea, pero no lo se… ¿Qué forma debería tener?
Ally: No lo se. Un unicornio, tal vez… Tu amas los unicornios.
Lauren: Tu misma lo dijiste: yo los amo. Ella… A ella le gusta Harry Potter. Tal vez deba regalarle una
varita.
Ally: Tal vez…
………..
La tarde fue bastante tranquila.
Lauren y Sofi compraron todo lo que necesitaban y se vieron obligadas a detener las compras de Ally
cuándo en su carrito ya no entraban más cosas.
Ally: Supongo que debo irme -Comento sujetando fuertemente al dormido pequeño Troy entre sus
brazos-. Alguien necesita alimentarse pronto -Susurro tiernamente, besando la cabecita de su pequeño
hijo… Porque realmente lo era. Lauren dudaba que algún día alcanzara la altura de su padre-… Y
también necesita un cambio de pañales -Agrego arrugando su nariz.
Sofia: ¡Adiós Ally! -Se despidió alegremente, agitando su mano en el aire.
Ally: ¡Adiós Sofi! -Correspondió caminando hacía la salida- ¡Adiós Jauregui!
Lauren: Bien… -Suspiro- Ahora que Ally se fue ¿Quieres tomar un helado mientras caminamos a casa?
Sofia: Me encantaría -Accedió.
…………
Sofia: Lauren… -La llamo mientras intentaba comerse su enorme helado de chocolate.
Lauren: ¿Si?
Sofia: ¿Tu quieres a Mila, verdad?
Lauren: La amo, Sofi -Acepto.
Sofia: ¿Y no esta mal que la ames, verdad?
Lauren: Amar nunca esta mal, Sofi -Negó dulcemente-. ¿Por qué lo preguntas? -Sentía curiosidad.
Sofia: Bien… Hace unas semanas en la escuela mi profesora nos contó una historia. Ya sabes, esa donde
la princesa esta en atrapada en la torre junto a un dragón y el príncipe la salva… Ella dijo que algún día
las niñas encontrarían algún príncipe, y los niños a alguna princesa… Entonces levante la mano y le dije
que mi hermana… Bueno… Le dije que ella te encontró a ti… Mi profesora no me dijo nada, pero en el
descanso mis compañeros empezaron a burlarse de mi. Dijeron que mi hermana era rara, y que las
princesas deben enamorarse de príncipes, y no de otras princesas… Y… bueno… eso es todo.
Lauren suspiro.
“Niños estúpidos” Pensó.
Lauren: ¿Sabes, Sofi? Algunas personas suelen ver de mala forma las cosas a las cuales no están
acostumbradas… Es como… En las historias, las personas no se preocupan en el hecho de que la
princesa probablemente habría muerto si nadie hubiese llegado. A ellos solo les importa que un príncipe
las salvara. Ni siquiera se preocupan en saber si el dragón era realmente malo… Tal vez el dragón solo
quería protegerla. Tal vez el dragón la amaba… Esta bien si el príncipe salva a la princesa, Sofi. Esta
bien si una princesa salva a la princesa. Esta bien si el dragón salva a la princesa… Lo importante es que
la princesa sea salvada ¿Comprendes?
Sofia: Comprendo -Asintió sonriendo-. Entonces, si ustedes dos son princesas ¿Quien salvo a quien?
Lauren lo pensó durante algunos minutos antes de hablar, sujetando la mano de Sofi antes de cruzar la
calle.
Lauren: Nuestra historia no es de princesas, Sofi -Explico-. En realidad, jamás me gustaron esas
historias. Las princesas siempre solían comportarse como idiotas y esperaban a algún príncipe en vez de
intentar salvarse por sí mismas… Nuestra historia es más sobre un dragón rosa y un… un -Lo medito un
instante, hasta que su cerebro dio con algo-. Un unicornio verde.
Sofia: Suena interesante -Halago-. Cuéntame más…
Lauren: Bien… El dragón era hermoso, pero la princesa de la torre y su mejor amiga no querían que el
dragón opacara su belleza, así que golpeaban sus alas para que no pudiera salir volando de la torre a
exhibirse ante el mundo. Dos hadas algo extravagantes intentaban curarla, pero no era suficiente…
Sofia: Pobre dragón -Se lamento, Lauren y ella tirando los restos de su helado a la basura.
Lauren: Lo se, Sofi -Coincidió dulcemente-… En la torre de enfrente vivía…
Sofia: ¡El unicornio! -Adivino divertida.
Lauren: Exacto Sofi… El cuerno del unicornio no solía funcionar como el de los demás, y su pelaje tenía
varias marcas hechas por los hechizos fallidos de su cuerno, así que se sentía inferior a los demás y
decidió confinarse a si mismo a aquella torre… Una noche, mientras la princesa malvada y su mejor
amiga dormían y el unicornio miraba las estrellas, el dragón se atrevió a sacar su cabeza por la ventana
de la torre…
Sofia: ¿No se atasco?
Lauren: Era una ventana grande, Sofi -Aclaro-… Fue cuándo el unicornio y el dragón se vieron por
primera vez. Para el dragón, el unicornio era hermoso. Para el unicornio, el dragón era perfecto… El
unicornio solía usar su magia para escribirle mensajes al dragón con las estrellas, y el dragón usaba el
fuego de su boca para escribir en el cielo. Fue entonces cuándo ambos, dragón y unicornio, se
enamoraron. Pero, a pesar de esto, no podían ser completamente felices, pues las princesas seguían
golpeando las alas del dragón y el unicornio seguía sintiéndose inseguro… Fue cuándo decidieron
ayudarse mutuamente. Con su cuerno mágico el unicornio reparo las alas del dragón, quien le dio al
unicornio una de sus escamas para cubrir su pelaje. Aun así, las alas del dragón no funcionaban debido a
que el cuerno mágico que la chica solo había hecho la mitad de la magia, y el cuerno del unicornio
seguía siendo un asco… Fue entonces cuándo convirtió al dragón en una princesa rosa para que pudiera
bajar de la torre, y también se convirtió a si mismo en una princesa verde, para que de esta forma su
cuerno desapareciera y se convirtiera en su corazón…
Sofia: Dijiste que las princesas eran idiotas… -Dijo cruzándose de brazos.
Lauren: Pero no estas princesas. Estas princesas antes eran un dragón y un unicornio, y los dragones y
los unicornios no son idiotas, así que… ¿Sabes, Sofi? Aunque muchos aldeanos no aceptaban el romance
entre la princesa verde y la rosa, ellas fueron felices. No para siempre, porque eso no existe. Pero lo
fueron tanto como sus vidas duraron, porque se salvaron la una a la otra, y porque eran felices amándose
entre ellas…
Silencio.
Sofia: Me gusta que seas la princesa verde de mi hermana, Lauren. Y me gusta que Camila sea tu
princesa rosa… Eres un bonito unicornio, y ella es un bonito dragón. Y me gusta que la ames, y que la
hayas salvado… Supongo que los niños de mi clase solo se reían solo porque no sabían lo mucho que tu
hiciste por ella. Y lo mucho que ella hizo por ti.
Lauren: Yo también creo eso, Sofi -Susurro abriendo las puertas de la casa de Camila, dónde Sinuhe y
Alejandro Cabello, sentados en el sofá, veían una película-… Y también creo que debo regresar al centro
comercial. Aun me falta algo por comprar.
…………..
En vísperas de navidad Lauren y Camila caminaban hacía el parque tomadas de las manos, sonriendo
ante chistes estúpidos.
Camila: Te compre algo bonito para navidad, Lolo -Susurro a su oído con voz ronca, haciendo
reaccionar a cada una de las terminaciones nerviosas de la chica-. ¿Quieres saber que es? -De nuevo esa
seductora voz. ¿Es que acaso Camila no se daba cuenta de que hablarle de esa forma encendían deseos
en su mente que no podían cumplirse en vías publicas como aquellas?
Lauren: Por… por supuesto -Balbuceo.
Camila: Te lo diré -Afirmo sujetando su trasero apenas unos segundos- … Solo si tu me dices que te
compraste…
Lauren: No te lo voy a decir, Camz -Se negó, alejándose de su novia y sujetando su mano firmemente,
arrastrándola hacía el parque con rapidez, Camila resistiéndose entre bufidos.
Camila: ¡Pero Lauren…! -Protesto.
Lauren: No. Ya esta decidido.
Camila: Te odio -Lauren paro en seco-. No es cierto, Lolo.
Lauren: No fue gracioso, Camz -Dijo seria, volviendo a su trabajo de llevar a su novia al parque, esta
vez alzándola y llevándola sobre su hombro mientras pataleaba violentamente.
Camila: ¡Bájame, Lauren!
Lauren: ¡No! -Se negó, una ligera sonrisa apareciendo en su rostro.
Camila: Lauren, siento que voy a caerme…
Lauren: Jamás te dejaría caer, Camz.
………..
Lauren: ¿Estas segura de que no quieres intentarlo? -Pregunto a su novia, que se había sentado bajo en
árbol con un nuevo libro entre manos. Lauren, en cambio, entre manos tenía su nueva patineta.
Camila: Amor, las únicas veces en las que me subí a una tu estabas detrás de mi para atraparme… Y no
quiero romperme los dedos de nuevo. Esas semanas en las que fui la pasiva de la relación no fueron
bonitas…
Lauren: ¡Claro que si, Camz! ¿Acaso debo recordarte que solías pedirme que…?
Camila: ¡Lauren! ¡Estamos en un sitio público! ¡Cállate! -Lauren lo hizo dibujando una sonrisa en su
rostro-. ¡Ahora ve! Esos shorts te quedan realmente bien, y quiero saber como se ve tu trasero en ellos.
Lauren: Eres una pervertida, Cabello -Rió.
Camila: No más que tu, Jauregui -Contraataco.
Lauren solo se hecho a reír y dio media vuelta, sabiendo de inmediato a dónde se habían dirigido los
ojos de su novia.
Lauren: Te amo -Dijo girando su cabeza para mirarla, descubriéndola con… ¿Los ojos en el trasero?
XX: ¡Lauren!
Era Becky.
De mala gana Lauren dio media vuelta, encontrándose con la chica, la cual sostenía entre manos su
patineta rosa y corría rápidamente hacia ellas.
XX: ¿Qué haces acá? -Era su novia, que se había acercado a ellas sin que Lauren se percatara, rodeando
su cintura con su brazo.
Becky: Solo… yo… Quiero pedirles perdón por haber hecho lo que hice… Juro que, luego de
conocerlas, deje de darle información a Austin… Ustedes dos son mis únicas amigas, chicas… Antes de
ir a la escuela estudiaba en casa y mi vida social era un mierda. Las únicas personas con las que hablaba
eran Austin, Luis, Ariana y otro par de mis hermanastros, pero no eran… Ellos realmente no me
entendían… Entonces te conocí a ti, Lauren. Tu me entendías cuándo hablaba de Loren, de Thug
Harmony y de los olorosos pies de Finah. Tu fuiste la única chica con la que realmente podía hablar de
lo que realmente quería hablar… Ahora tengo a Jimmy. Somos novios desde hace más de un año, pero…
El no me entiende cuándo hablo de Thug Harmony. Y, cuándo esta ocupado o estamos peleados, no
tengo a más nadie con quien divertirme… No planeo que me perdones. Ni tu ni Camila… Pero no quiero
seguir pensando que fui tan idiota como para no pedirles perdón por haber hecho lo que hice… Lo
siento.
El silencio que invadió el lugar durante un par de minutos fue casi sorprendente.
Sorprendentemente, no fue Lauren quien hablo primero.
Lauren: Supongo que te perdono también. Todos hacemos cosas estúpidas de vez en cuándo… Como
Camz. Hace dos días dejo la puerta abierta y su mamá nos encontró…
Camila: No des detalles, Lolo. Estoy segura de que Becky comprendió la idea -Interrumpió cubriendo su
boca con su mano, completamente sonrojada.
Becky: ¡Gracias! -Chillo abalanzándose sobre Lauren y rodeándola con sus brazos, alejándose de
inmediato-. Lo siento. Olvide que no te gustan…
Camila: Em… Becky… ¿Te parecería venir a mi casa un par de horas? -Lauren frunció el entrecejo y la
miro completamente confusa-. Hoy Thug Harmony dará un especial de navidad junto con una entrevista
y yo le prometí a Dinah ayudarla a hacer galletas de navidad junto a Normani para toda su familia, así
que… Lauren tendrá que ver el especial sola… A menos que quieras acompañarla.
Becky: Me encantaría -Acepto sonriente.
……….
Lauren: ¿Pasaras la navidad con Ariana? -Pregunto a Becky mientras encendía el televisor. Camila se
había ido tan solo unos segundos antes.
Becky: No -Respondió-. Ella esta en Nueva York conociendo a la familia de su nuevo novio. Y cuándo
digo nuevo novio hablo de uno oficial, no de cualquier revolcón. Estoy feliz por ella, en realidad…
Estaré con Austin, Luis y Luisa. Irán a mi casa. Mi papá aun no lo quiere del todo. En realidad, esta
enojado con mi mamá por haberse casado con el padre de Austin, vinculándome así con su hijo gay…
Pero supongo que la pequeña Luisa lo conquisto… Ella conquista a quien la conoce.
Entrevistador: Chicas, se que muchos les han preguntado esto, pero jamás han respondido, así que me
sumare a la larga lista… ¿Es este el final de Thug Harmony?
Mom Mani: Lo es -Afirmo tristemente-, pero a la vez no… Es decir, es nuestro final, pero no EL final…
Thug Harmony no es solo sobre cuatro chicas rapeando al ritmo de Loren Jambalaya. Thug Harmony es
cada persona que esta viendo esto y conoce nuestras canciones. Thug Harmony son todos nuestros
fans… Y mientras sigamos en sus corazones…
Boyfriend Ally: Y en sus fantasías sexuales… -Interrumpió.
Mom Mani: ¡Boyfriend Ally! ¡Estaba a punto de culminar mi discurso emotivo! ¡Lo arruinaste!
Boyfriend Ally: Mi culo lo lamenta, Mom…
Loren: Em… Si puedo decir algo… Creo que lo que Mom Mani quiere decir es que… Vaya, esto sera
difícil… -Intento explicarse- No soy de las que lloran, pero las hormonas del embarazo me ponen
sensible… -Susurro limpiando las lágrimas que comenzaban a descender de sus mejillas con sus tatuadas
manos.
Karla: ¡Soy yo quien esta embarazada, gallinita!
Loren: Cállate, Karlz.. Nosotras pronto vamos a tener que ocuparnos de una persona más, y creemos que
dedicar solo la mitad de nuestro esfuerzo a nuestro trabajo no sería justo para los fans. Por eso decidimos
dar final a nuestra carrera… Pero no a Thug Harmony. Thug Harmony va a seguir vivo en nuestras
canciones, y cuándo nuestro último fan muera, ese será el verdadero final…
Finah: ¡Todo es culpa de Koren! -Chillo. Por supuesto, allí esta la jefa suprema de las anti-Koren
shippers- ¡Ni siquiera le pondrán Anacleta si es niña! -El público abucheo al escuchar su nombre. La
pobre gallina destructora de Koren sería odiada por todos los fans hasta el fin de los tiempos.
Boyfriend Ally: ¿Puedes callarte la puta boca Finah? Si no lo haces juro que te meteré una de mis
chanclas por el…
Loren: ¡Boyfriend! ¡Mantén la compostura! ¡Estamos es televisión nacional!
Mom Mani: Loren, Boyfriend Ally no sabe mantener la compostura…
Boyfriend Ally: Creo que la única partícula de educación que había en mi salio por este dedo -Concluyo
elevando su dedo medio.
Loren: ¡Boyfriend!
Karla: ¡CALLENSE! -Grito, lo cual hizo temblar a Lauren, pues el micrófono había triplicado el sonido
de su voz-… Finah, quiero decirte algo. Se que me odias, pero necesito que me escuches -Un sinónimo
claro de enemistad era la relación entre Finah y Karla Pelo-. Loren y yo te admiramos, Finah.
Admiramos que no tengas miedo en decir lo que piensas, y que seas tan determinada. Es decir ¿Quién
vende su perro para pagar la gasolina solo porque quería llegar a tiempo a la audición de “The Thug
Factor”? ¡Solo tu, Finah!… Por eso pensamos que… -Iba a continuar, pero su llanto se hizo imparable, a
lo que Loren Jambalaya respondió abrazándola dulcemente, besando el piercing en su mejilla.
Loren: Si es niño le pondremos Taniela…
Boyfriend Ally: ¡¿Qué puto macho se llama así?!
Mom Mani: ¡Por los olorosos pies de Finah, Boyfriend Ally, cállate!
Boyfriend Ally: ¡Bien! -Acepto cruzándose de brazos-. Boyfriend esto. Boyfriend lo otro. Siempre yo.
Todo yo… -Se quejo.
Loren: Si es niña -Continuo colocando sus ojos en blanco ante las quejas de Boyfriend Ally-, Karla y yo
decidimos llamarla Finah.
Loren no había terminado de hablar cuándo Finah ya se había lanzado sobre ellas, abrazándolas
fuertemente y derramando enormes lágrimas sobre ellas.
Sofia: Esta bien, Lauren. Esta bien -Le decía dulcemente, acariciando sus brazos.
XX: ¿Quieres algo de te, Lauren? -Era su madre que, atravesando la puerta de la cocina, se acercaba a
ella silenciosamente.
Camila: Lauren -Susurro al verla, entrando rápidamente al lugar, cerrando la puerta a sus espaldas
fuertemente. Al instante se arrodillo frente a ella, limpiando dulcemente sus lágrimas con sus pulgares-.
¿Qué sucedió?
Sinuhe: Su amiga Becky estaba en el mismo estado. Tuvimos que llamar a Austin, su hermano, para que
viniera a buscarla… Tu padre casi lo golpeo con el sartén al verlo. El no olvida ni perdona fácilmente.
Camila: ¡Mamá! ¡Ve al grano! -Suplico alterada, viendo como su novia fijaba sus ojos en ella pero no
parecía darse cuenta de que estaba allí.
Sinuhe: Creo que es por Thug Harmony… Se separaron, ya sabes…
Camila: Come un poco, Lolo -La incito tomando una gran cucharada de helado y conduciéndola a la
boca de su novia, quien mantuvo sus labios sellados-. Vamos, Lauren. Te ayudara con tu depresión.
Lauren: No quiero -Susurro con tristeza, tomando las sábanas y cubriéndose hasta la cabeza,
abrazándose fuertemente al cuerpo de Camila y usando su cuello como escondite.
Camila: Vamos, Lauren. Estamos en víspera de navidad. No puedes estar triste.
Lauren: Si puedo -Afirmo.
Camila: Bien, esta bien, pero al menos come algo de helado. No quiero que se derrita.
Lauren: Bien -Accedió de mala gana sacando su cabeza entre las sabanas, sus verdes ojos hinchados
mirando fijamente a Camila.
Camila suspiro audiblemente. De esta forma, enredada entre las sabanas y con los ojos llorosos, su novia
parecía un tierno bebe entristecido.
En esos momentos la chica de ojos marrones solo quería llenarla de besos y abrazos.
Camila: Abre la boca -Dijo dulcemente a su novia, que de inmediato obedeció, Camila depositando la
cucharada de helado en su boca, la cual su novia trago con amargura.
Lauren: Ya no volveré a ver los músculos de Mom Mani, Camz. Ya no las escuchare rapear las
canciones que ella compone… ¡Ya Mom Mani no volverá a escribir frases tan inspiradoras como “Y te
dará con el martillo veinticuatro horas los siete días de las semanas” o “Finah hoy tiene el periodo así
que no tendrá solo”!
Camila: Lo se, amor. Se que duele. Vamos. Otra más…
Lauren: Y yo… yo no… no volveré a ver el culo de Karla Pelo -Estallo finalmente, recostando su cabeza
sobre el hombro de Camila.
Camila: Esta bien, amor. Esta bien.
Lauren: No quiero más helado -Se negó en cuánto la cuchara estuvo de nuevo cerca de su rostro.
Camila simplemente sonrió cuándo ideo un plan para hacer sentir mejor a su novia.
Se levanto lentamente de la cama y corrió a cerrar la puerta con seguro, mirando a su novia pícaramente
al terminar con esta tarea.
Y con esto último Camila simplemente se coloco sobre su novia, gateando lentamente hasta que sus
labios estuvieron cerca.
Lauren: Amor… yo… yo no soy helado -Balbuceo, Camila posando sus labios en su cuello y
dedicándose a chupar este sensible punto, Lauren retorciéndose bajo su cuerpo con este simple acto.
Camila: Lo se -Susurro con voz ronca-. Pero…
Camila se alejo del cuello de su novia sonriendo pícaramente e introdujo uno de sus dedos en el frío
helado de fresa, y luego de esto simplemente lo coloco sobre la mejilla de su novia, trazando un
recorrido hasta su labio inferior, dónde Camila observo con los ojos bien abiertos como Lauren abría su
boca y chupaba la punta de su dedo ágilmente, uniendo sus miradas, el centro de la chica
humedeciendose con esta simple acción.
Camila lentamente fue limpiando el camino de helado con su lengua, y una vez en su boca la beso
hábilmente, su lengua explorando cada pequeño rincón del lugar.
Camila: Si quieres seguir con tu depresión puedo parar -Sugirió mientras se alejaba lentamente.
Lauren: Estamos en víspera de navidad. No puedo estar triste -Dijo sujetando la mano de su novia con
fuerzas, usando la misma frase que la chica había empleado segundos atrás.
……….
Camila había decidido colocarse unos pantalones altos bastante ajustados, una camisa que dejaba a la
vista su abdomen y un lazo blanco junto con unos zapatos deportivos negros.
Lauren: ¿Amor? -La llamo desde el baño, donde se encontraba desde hacía más de una hora-. ¿Estás
allí?
Camila: Sí, amor -Respondió ansiosa. Además de que quería ver la ropa que estaba usando su novia en
esos momentos también quería salir rápido de allí, pues los Jauregui ya habían llegado para la cena de
navidad y no quería hacerlos esperar. No quería ganarse el odio de la familia de Lauren justamente en
navidad.
Lauren: ¿Estás sola?
Camila: Sí, amor -Repitió sonriente.
Lauren: Bien…
Fue cuándo la puerta del baño se abrió, Camila quedando completamente sorprendida al verla salir de
allí con un sexy vestido rojo y unos zapatos altos del mismo color, con la cantidad necesaria de
maquillaje en su rostro y sus ojos verdes viéndose más intensos que de costumbre.
Lauren: ¿Vas a decir “Jódeme Lauren”, verdad? -Pregunto con una hermosa sonrisa mientras Camila
inspeccionaba lentamente cada parte del cuerpo de su novia.
Camila: Yo… yo -Intentaba hablar, pero las palabras simplemente no querían salir por sus labios-…
Jódeme Lauren.
Lauren: Lo sabía -Rió.
Camila: Es que tu eres tan… y tus pechos se ven tan… y tu te ves tan… -Y así es como Lauren Jauregui
te deja sin palabras-… Y tu trasero se ve tan… -Agrego ladeando ligeramente su cuerpo para tener un
mejor ángulo.
Lauren: ¿Puedes subirme el sierre? -Pregunto acercándose a ella, dándose media vuelta y levantando su
cabello, exponiendo su desnuda espalda ante su novia.
Camila dejo un dulce beso allí y subió el sierre lentamente, deleitándose con cada fracción de su pálida
piel,intentando con todas sus fuerzas mantener el control.
Camila: Con ese vestido te vez tan sexy que realmente creo que pude haber hecho un mejor trabajo
conmigo misma -Observo abrazando la cintura de su novia y mordiendo seductoramente su hombro
desnudo.
Lauren: En realidad, te ves fantástica Camila -La halago-. Esos pantalones realzan tu trasero e incluso
podría decir que esa camisa te aumenta al menos dos tallas de brasier… Si no supiera que mis padres y
hermanos están abajo te habría hecho el amor en cuánto salí.
Camila: No podrías haberlo hecho -Susurro girando a su novia para que de esta forma quedaran frente a
frente, ahora Lauren viéndose mucho más alta que de costumbre debido a los zapatos que estaba usando-
. Hoy es mi turno de ser la activa de la relación. Tu no tienes oportunidad hasta mañana y… Mierda,
Lauren ¿No pudiste conseguir zapatos un poco más bajos? Siento que estoy hablando con Dinah…
Lauren: Puedo quitármelos si quieres -Susurro dulcemente, elevando uno de sus pies.
Camila: ¡No! Se te ven increíbles y… Supongo que puedo soportarlo por una noche.
Lauren: Bien -Acepto, comenzado a caminar hacía la puerta, Camila yendo tras ella, no sin antes haberse
deleitado con la buena vista que se le proporciono.
Camila: Lauren… -La llamo en cuánto estuvieron afuera.
Lauren: ¿Si?
Camila: Jódeme…
………….
La familia Jauregui junto con Camila, Lauren y Sofi estaban sentados cómodamente en el salón,
conversando animadamente mientras Sinuhe y Alejandro se dedicaban a servir la cena. Mike, Clara e
incluso Chris se habían ofrecido a ayudarlos, pero ellos se habían negado, argumentando que aquella era
su casa y querían hacer algo bueno para que se sintieran recibidos.
La mujer siempre solía comportarse como la más interesada en sus estudios. Ni siquiera sus padres se
preocupaban tanto sobre sus intereses profesionales.
Lauren: Mira tus agujetas -Susurro en cuánto estuvieron dentro, ambas familias comenzando a charlar
sobre cosas sin importancia-. Están desatadas.
Camila: Oh, yo… supongo que las atare -Susurro, comenzando a descender.
Lauren: ¡No! -Se negó de inmediato-. Yo lo haré… Tu me enseñaste a hacerlo, Camz. Me gustaría
atártelas.
Camila: Gracias Lolo -Susurro con una sonrisa, sujetando una de las manos de su novia para ayudarla a
ponerse de pie.
Lauren: Eres mi princesa rosa, Camz. Y me salvaste… Te mereces mucho más que esto.
…………
A la hora de dar, recibir y abrir los regalos el salón se volvió una locura entre papeles y cajas de
diferentes colores.
Clara había recibido varios delantales, Alejandro un par de zapatos, Taylor un nuevo celular y Sofi
varias Barbies para jugar, además de una muñeca a la cual podía maquillar y desmaquillar a su antojo.
Chris estaba terminando de abrir sus regalos, entre ellos un nuevo y sangriento videojuego, cuándo
Lauren le entrego a Camila tres pequeñas cajas perfectamente envueltas.
Lauren: No me des el crédito por el envoltorio -Susurro divertida-. Lo hicieron en el centro comercial.
Soy un completo desastre envolviendo regalos.
Sofia: ¡Ábrelos! -La animo sonriente.
Camila asintió felizmente, destrozando el papel del primer regalo, siendo observada por los demás en la
habitación. Al parecer Sofi y ella no eran las únicas que sentían curiosidad en aquella habitación.
Se cubrió la boca con una de sus manos al encontrarse con un par de hermosas fotografías de sus
ventanas, cada una con el ángulo y la iluminación correcta. Eran fotos dignas de exponerse en cualquier
vitrina.
Sintió como sus ojos se humedecían y recostó su cabeza en el hombro de su novia, sonriendo
melancólicamente al recordar los inicios de su relación.
Habían avanzado tanto desde ese primer día en el que ambas eran chicas deprimidas que se encontraron
a través de los vidrios de sus ventanas.
Camila ahora sonreía más. No veía su vida como una tortura. Y estaba perdidamente enamorada.
Y Lauren… la deprimida Lauren con una fistula en su brazo y un corazón de mierda que solía mirar el
suelo con los ojos humedecidos ahora era esa chica a su lado, que le estaba sonriendo con un brillo
mágico en los ojos.
El segundo regalo era una varita. La de Hermione, en realidad. Lauren conocía su obsesión tanto por el
personaje como por Emma Watson, y que le regalaran aquello era como… como recibir un cuadro
autografiado de su artista favorito, o la primera edición firmada de Bajo la Misma Estrella.
Camila: Gracias, Lolo -Susurro dulcemente, besando la tersa mejilla de su novia dulcemente,
sonrojándose al recordar que todas las personas allí reunidas la estaban observando.
Lauren: Espera -Susurro levantándose lentamente, atravesando la puerta del comedor y regresando con
las manos tras su espalda.
Camila: ¿Me compraste un perrito, cierto? -Intento adivinar con una sonrisa en su cara.
Se cubrió la boca por segunda vez en la noche cuándo Lauren se arrodillo frente a ella, mirándola
fijamente a los ojos, como olvidándose de que había más gente en aquel salón.
Camila: ¿Vas a pedirme matrimonio, cierto? -Pregunto confusa. No era como si lo quisiera, pero
tampoco como si no. Es decir, eran jóvenes, pero podría aceptar el anillo como una promesa. Es decir,
amaba a Lauren, y Lauren la amaba, y si todo iba según lo planeaba estarían juntas hasta el final.
Lauren: ¿Querías que te lo pidiera? -De nuevo ese rostro de decepción hacía sí misma.
Camila: No… bueno, sí… pero no… Es… es complicado, yo… Es decir, si vas a pedírmelo supongo
que si… pero si no… -Intentaba explicarse, pero las palabras se habían quedado atrapadas en alguna
parte de su garganta.
Lauren: No voy a pedírtelo.
Mucho mejor.
“Gracias, señora Jauregui” Quiso decir Camila junto al toque necesario de sarcasmo.
Lauren: Voy a hablarlo porque ella vivió en México hasta hace dos años, así que ha hablado español
toda su vida. Quiero decirle lo que voy a decirle en su idioma natal… ¿Ahora puedes dejar de
interrumpir para que pueda dar mi discurso?
Clara: Bien -Acepto sonriendo.
Taylor: ¡Espera! ¡Quiero grabar esto! -Por supuesto, su nuevo celular debía de funcionar para algo.
Lauren: Karla Camila Cabello Estrabao… Estoy enamorada de ti. Y se que lo sabes, pero quiero
recordártelo… Antes de conocernos eramos chicas completamente inseguras. A ti los demás te hacán
sufrir. A mi, en cambio, era yo misma quien me hacia sufrir. Y luego llegamos a la vida de la otra,
Camila Cabello, y fuimos cambiándolo todo. Sonreíamos, bromeábamos y eramos capaces de convertir
los gritos de la otra en sonoras carcajadas… Cuándo tengo un ataque, Camila Cabello, eres la única que
puede detenerlo solo usando sus manos… Fuiste la primera persona con la cual me sentí cómoda al
abrazar. Fuiste la primera persona que realmente me enseño cosas… Y no hablo de atarme las agujetas,
aunque eso fue muy útil… Me enseñaste que mi vida no era la más difícil, y que yo no estaba
malditamente enferma como lo pensaba. Cada vez que peleabas conmigo por cosas como esta tenías
razón. Siempre has tenido razón. Tal vez no era la persona más afortunada del mundo, pero tampoco es
como si no hubiesen existido personas en peores situaciones… Ahora, Camz, siento que soy la persona
más afortunada, porque te tengo a ti, y eso es más de lo que jamás podría haberme imaginado… Antes
de conocerte mi seguridad estaba en seguir mi rutina y resolver crucigramas sin parar… Ahora tu eres mi
seguridad. Eres mi lugar seguro Camila Cabello.
Y con estas últimas palabras Lauren llevo la mano que estaba tras su espalda hacia adelante, enseñando
una hermosa y brillante rosa roja.
Lauren: Eres la persona con la cual quiero estar en este momento… En este y todos los demás… Te
amo, Karla Camila Cabello Estrabao.
Camila simplemente no pudo evitarlo. Se lanzo sobre los brazos de su novia, llorando sobre su hombro,
abrazándola fuertemente.
Camila: Te amo, Lauren Jauregui -Murmuro antes de besar los labios de su novia dulcemente.
Y ya no importo que sus padres y hermanos estuviesen alrededor, porque en ese momento, eran solo
ellas, Lauren Jauregui y Camila Cabello, y nadie ni nada más.
Camila se alejo de Lauren con una sonrisa, asintiendo lentamente, aun con las mejillas húmedas. Abrió
el regalo lentamente, sintiendo a su novia sentarse a su lado en el sofá y limpiar sus mejillas con sus
pulgares antes de depositar un beso en su sien.
Taylor: ¡Apresúrate, Camila! Sigo grabando y necesito material… Tal vez suba esto a YouTube…
Lauren: Ni se te ocurra, Taylor Jauregui -Le prohibió.
Taylor: ¡Vamos, Lauren! ¡Esto tendría miles de visitas!
Lauren: Dije que no…
Taylor: Bien, entonces te veras obligada a hacer una orgía con Dinah, Normani y Ally para subirla a
alguna página porno… Tengo que hacer dinero de alguna forma.
Lauren: ¡Taylor! ¡No digas eso!
Sofia: ¿Qué es una orgía, mamá? -Pregunto con curiosidad.
Sinuhe: Nada, Sofi. Nada.
Fue en ese precios momento en el que Camila termino de desenvolver el ultimo regalo de Lauren,
encontrando varias hojas de papel y dos dijes, uno con un hermoso dragón rosa y otro con un precioso
unicornio verde.
Lauren había escrito una historia. Era bastante rara, pues Austin y Luis eran princesas y Dinah y
Normani hadas que no podían mantener su magia en control, pero, a pesar de esto, Camila dejo escapar
unas cuántas lágrimas más al culminarlo.
Ahora lo comprendía.
Lauren era su unicornio.
Ella era su dragón.
Lauren era su princesa verde.
Ella era su princesa rosa.
Y para llevarlo más a la realidad…
Lauren era su chica de la ventana.
Ella era su chica de la ventana.
Luego de que Camila viera todos los regalos que Lauren le había dado se habían mantenido abrazadas, la
chica de ojos marrones dedicando un tiempo a colocarle a Lauren el dije de dragón, mientras ella se
colocaba a sí misma el de unicornio.
De esta forma, estuviesen donde estuviesen, estarían juntas siempre.
Camila sonrío y tomo una pequeña caja de regalo verde, la cual entrego a Lauren procurando no moverla
demasiado.
Camila: Se que no puede compararse con lo que me diste, pero supongo que te gustara…
Camila de inmediato fijo sus ojos en ella y sonrió dulcemente, la pequeña pero hermosa cicatriz en su
mejilla acentuándose con esta acción.
La chica simplemente asintió sonriente, tomando el teléfono y realizando la llamada. Por supuesto, pidió
la pizza más grande del menú, sabiendo que su novia no se conformaría con solo unos trozos.
Cuándo se hablaba de pizza Camila podía pasar horas enteras comiéndola sin importar la cantidad.
Lauren: Si no llega en media hora es gratis -Informo sonriente en cuánto la llamada se termino, como si
eso realmente fuera a pasar.
Camila: Si no llega en media hora la pizza se enfriara -Agrego.
Lauren: Tienes razón -Asintió. Era un buen argumento.
Se sentó al lado de su novia, abrazando sus cintura fuertemente y juntando sus cuerpos más de lo
necesario, intentando proporcionarse calor a sí misma sin que su novia dejara de escribir.
Lauren: Amor…
Camila: ¿Si? -Pregunto sin dejar de mirar la hoja de papel y los diversos libros esparcidos a su alrededor.
A veces Lauren se preguntaba como su novia podía hacer tantas cosas a la vez y no terminar con un
terrible dolor de cabeza.
Lauren: Este sábado Simón fue contratado para el primer cumpleaños de una niña con un padre bastante
influyente y me pidió ser su asistente… Y no pude negarme, Camz. Simón es increíble y quiero
aprenderlo todo de el… Se que es nuestro aniversario de un año y siete meses, pero…
Camila: Esta bien, Lo -Dijo con una sonrisa, desviando su vista unos minutos de la hoja de papel y
besando su fría nariz antes de mirarla fijamente a los ojos-. Supongo que podemos celebrar cuándo
llegues con comida china. Tampoco es como si hubiésemos planeado algo especial… Además, tengo
algunos trabajos que necesito terminar y supongo que eso me dará tiempo.
Lauren: ¿No estas enojada? -Pregunto, su voz sonando como la de una pequeña niña que acaba de hacer
algo que cree realmente malo.
Camila: No podría estarlo… Estoy segura de que Simón va a pagarte, y tal vez yo podría trabajar
algunas horas extras en la biblioteca. Tal vez pronto podríamos arreglar la calefacción… Además, no es
como si te hubieses olvidado de nuestro día. Solo tuviste que hacer algunas cosas -Respondió
tiernamente, acariciando dulcemente su fría mejilla-… Y tu y yo siempre estamos juntas -Agrego,
llevando su mano al pecho de Lauren, donde descansaba el dije del dragón rosa, justo sobre el inicio de
su cicatriz.
Lauren: Aun no comprendo eso -Susurro sujetando la mano de su novia entre las suyas, sus dedos
entrelazándose-. Son solo dijes… No son… no son partes de nuestras almas.
Camila: ¿Tu eres mi unicornio, cierto? -Pregunto llevando su mano a su propio pecho, donde el dije del
unicornio verde podía apreciarse claramente. Lauren asintió-. ¿Y yo soy tu dragón? -Volvió a asentir,
completamente atenta, intentando comprender la explicación de su novia-. Los dijes nos recuerdan que,
estemos donde estemos, tu seguirás siendo mi unicornio, y yo tu dragón. Nos recuerdan que, estemos
donde estemos, nos amamos. ¿Comprendes ahora?
Lauren: Claramente…
Camila: Bien -Dijo sonriendo, volviendo a su ensayo, no sin antes detenerse un par de segundos para
dejar un tierno beso en sus labios-. Ahora ve a la cama, cúbrete con una manta y has un crucigrama
mientras la pizza llega. No quiero que te enfermes.
Lauren: Bien -Asintió levantándose y dirigiéndose al pequeño sofá plegable que también usaban como
cama. Por suerte, durante la mañana se habían olvidado de plegarlo, así que no tuvo que preocuparse por
el gran esfuerzo y los estrepitosos chirridos que tomaba convertirlo en un no muy cómodo lugar para
dormir.
Estaba concentrada terminando el crucigrama que había estado haciendo la noche anterior antes de que
una muy seductora Camila se abalanzara sobre ella cuándo sintió un cuerpo entrando bajo las mantas.
Camila: Hola -Saludo besando su nariz, quitándole el crucigrama de las manos y colocándolo a un lado-.
Traje la cena -Y fue cuándo Lauren sintió el calor de la enorme caja de pizza atravesando las mantas.
Se sentó de inmediato, sonriendo y procurando que las mantas no resbalaran por su cuerpo.
A Camila el cambio de la calurosa ciudad de Miami a Nueva York no la había afectado durante
demasiado tiempo. Lauren, sin embargo, aun no lograba adaptarse después de más de un año.
Supongo que su cuerpo también era adicto a las rutinas, y el calor había sido su rutina desde su
nacimiento.
Lauren sintió a Camila recostar su cabeza en su hombro y sonrió dulcemente, besando su frente. La vio
tomar un trozo de pizza y llevárselo a la boca antes de ofrecerle un poco, Lauren aceptando con gusto.
Lauren: ¿Eres feliz, Camz? -Pregunto de repente, acariciando con sus pies recubiertos por altos
calcetines los descubiertos de su novia, sintiéndola reír ante sus caricias.
Camila: Lo soy -Respondió besando su mejilla, volviendo morder su pizza y ofrecerle a Lauren.
Lauren: Pero… En Miami tu casa era más grande. No tenías que vivir entre el frío, con las luces apenas
funcionando. Cenabas bien todos los días. Tu cama era cómoda y grande. Y…
Camila: Lauren, no me importa todo eso ¿Bien? -La interrumpió de repente-… Tienes razón. En Miami
podríamos seguir viviendo en casa de mis padres, y yo podría seguir trabajando en la biblioteca, y
podríamos seguir reuniéndonos con Ally, Dinah y Normani en el café todos los miércoles… Pero
depender de mis padres no es lo que quiero. Y supongo que tampoco es lo que tu quieres -Lauren negó
de inmediato. Era capaz de vivir bajo un puente solo para sentir que podía ser libre. Pero Camila… Ella
no merecía aquello. Ella no merecía el frío de la noche en sus pies, ni escribir sus trabajos bajo la luz de
una vela-… Me gusta vivir acá, Lauren. Contigo… Existen lugares mejores, eso no puedo negarlo, pero
no podría vivir ni cinco minutos en ellos sabiendo que tu no estas allí… Mira este lugar, Lauren. Cuándo
llegamos solo dormíamos sobre un incomodo colchón inflable que compramos por internet. Ahora
tenemos este sofá.
Lauren: Me gustaría haberte comprado una cama -Susurro con los ojos ligeramente humedecidos.
Camila: Lo harás -Aseguro envolviendo sus manos en su cintura, alejándose un poco para poder mirarla
a los ojos. Y aunque habían pasado más de dos años desde que se conocían, aquellos ojos color café
seguían robándole el aliento-. Y yo te comprare un piano para que puedas tocarme todas esas lindas
melodías que aprendiste con la señora Hansen. Y tu me compraras un televisor. Y yo te comprare un
cómodo sofá. Y tu me compraras una fusta, porque en serio quiero una. Y juntas arreglaremos la
calefacción, y juntas compraremos un nuevo departamento… Y cuándo recordemos el pasado estaremos
completamente orgullosas por haber empezado en este lugar, donde los pies se nos congelaban y
pedíamos pizza para cena… Aunque espero que en un futuro sigamos pidiendo pizzas de vez en
cuando…
Lauren: Lo haremos -Asintió sonriendo. Era extraño como solo unas cuántas de sus palabras podían
hacerla sentir mejor.
Camila: ¿Tu eres feliz? -Pregunto dulcemente rodeando su cuello con su brazo.
Lauren: Soy muy feliz -Dijo, uniendo sus labios nuevamente. Y supo que, estuviese donde estuviese, ella
sería completamente feliz si estaba a su lado-… Te amo, chica de la ventana.
Camila simplemente sonrió y escondió su rostro contra su cuello, uniendo sus frías manos bajo las
mantas.
Por un momento no importo que la pizza se estuviese enfriando, o que las luces comenzaran a parpadear,
o que el sofá emitiera un leve chillido.
Por un momento solo ellas importaban.
Era Simón.
Sacudió la cabeza intentando alejar los malos recuerdos que tenía de ese lugar y se acerco al fotógrafo.
Llevaba ropas extravagantes, como siempre. Una camisa rosa junto a pantalones dorados y una bufanda
verde hecha de plumas.
Lauren: Buen día, Simón -Saludo con una amable sonrisa, dejando su abrigo negro en un perchero. Lo
cierto era que la calefacción de aquel departamento funcionaba a la perfección.
Simón: Sigo insistiendo que tendrías que hacer algunas cosas con ese atuendo, querida -Dijo mirando su
ropa, siempre oscura-. Te falta color.
La chica de ojos verdes simplemente se encogió en hombros, mirando el suelo. Simón era de los que
siempre querían hacer contacto visual a pesar de que sabía que a Lauren esto le incomodaba, lo cual la
obligaba a mirar hacía el suelo la mayoría el tiempo que estaba con el.
Lauren: Así estoy bien -Aseguro-. Por suerte no soy yo quien saldrá en las fotos -Intento bromear.
“No, idiota. No puedes tener un ataque ahora. No hoy. Hoy necesitas llegar a casa y decirle a Camila que
tuviste un gran día para que puedan hacer el amor y comer las sobras de la cena de ayer”
Lauren: Estoy bien -Aseguro elevando una de las comisuras de sus labios.
Simón: Bien -Se conformo juntando sus manos-. Ahora vamos a colocar las cámaras en su sitió antes de
que lleguen los invitados… Tu tomaras las fotos de la recepción y yo me paseare por allí intentando
capturar un buen momento de nuestra pequeña cumpleañera. ¿Te parece bien?
XX: ¡Aquí estas! -Exclamo felizmente corriendo hacía ella y dándole vueltas alrededor.
Era Ariana.
Su cabello ahora era castaño, el cual debía de ser su tono natural. Llevaba una coleta y un sencillo
vestido azul. Sus pies estaban descalzos, y aun no parecía haberse maquillado.
Ariana: Oh, hola Lauren -Por fin había notado su presencia-. Supongo que es bueno verte de nuevo.
Lauren: Lo es -Asintió.
Lauren simplemente le sonrió cortésmente y sacó una de sus mejores cámaras de la bolsa, colocándola
sobre el pedestal, no sabiendo como continuar con aquella conversión.
Ariana y ella no habían sido grandes amigas.
En realidad, no habían sido amigas para nada.
“¿Qué parte de “no preguntes nada personal” no entendiste, idiota? Tal vez debas comprarle esa fusta a
Camila y permitirle que te azote hasta que no puedas sentarte”
Ariana: Sí -Admitió de inmediato, sin que la pregunta pareciera molestarle. Y aunque las pocas veces en
la que la había escuchado hablar sobre el meses atrás parecía verdaderamente enamorada, ahora su
diccionario mental había detectado algo de decepción en su voz-… Pero no te preocupes. No creo que
venga… El… ya sabes… Supongo que la chica del callejón tiene mejores pechos que yo.
Ariana: Te veré más tarde -Susurro dulcemente-. Ahora Mar y yo tenemos que cambiarnos para cuando
los invitados lleguen.
…………..
Lauren: ¡Sonrían! -Dijo a la sexta familia de desconocidos que llego a la fiesta, capturando una hermosa
foto de la escena.
Les dedico una sonrisa cortes antes de que se marcharan, los niños sentándose junto a los payasos y
comiendo una de las muchas golosinas que había en la mesa de dulces.
Fue cuándo Austin, Luis, Becky y la pequeña Luisa atravesaron la puerta de entrada del departamento.
Luis llevaba un traje bastante elegante y Austin una vestimenta muy parecida a la de Simón. Luisa, ahora
con casi cuatro años, llevaba un vestido rosa, y Becky un vestido demasiado colorido para su gusto.
Austin: ¡Lauren! -Exclamo emocionado al verla-. No esperaba encontrarte acá. Ha pasado tanto tiempo.
Lauren: Yo tampoco esperaba verlos -Susurro completamente feliz de conocer más que a Simón y
Ariana en aquella fiesta que seguramente seria enorme y bulliciosa.
Luis: Es bueno verte. Te ves increíble.
Lauren: Supongo que tu también -Su trato con Luis era un poco más distante. Nadie olvida fácilmente al
chico que intento violarla tiempo atrás.
Tampoco se olvida fácilmente al chico que golpeo a tu novia por meses, pero cuándo hay niños cerca
solo se puede mantener la compostura.
Becky: Ni una llamada -Le recrimino-. No me llamaste ni una vez, Lauren Jauregui. ¡Ni una!… ¡¿Sabes
con cuántas personas celebra que la pequeña Finah diera sus primeros pasos?! ¡Con nadie, Lauren!
¡Nadie! -Parecía verdaderamente enojada-. Te extrañe, Jauregui -Dijo, su rostro pasando de la rabia a la
felicidad, lanzándose rápidamente a sus brazos, alejándose al instante.
Lauren: Supongo que yo también -Dijo,reacomodando su bufanda, la cual había comenzado a caerse
gracias al fuerte abrazo de su amiga-.Y lamento no haberte llamado. Supongo que estuve bastante
ocupada… ¡Sonrían!
Austin: Espero haber salido guapo. Si no, le diré a Ariana que no te pague…
Luisa: Papi, tu nunca sales guapo en las fotos -Dijo cruzándose de brazos, caminando hacía los payasos
y tomando una paleta de la mesa de dulces.
Becky: Las fiestas para niños son un asco si no tienen canciones de Thug Harmony -Opino colocándose
a su lado.
Lauren: Pienso lo mismo -Sonrió.
Becky: ¿Camila te hizo esas marcas?
Lauren sonrió.
Por supuesto, el encanto debía de ser algo de madre. Luis no era para nada encantador.
Becky: Va a jugar con ella todos los días, e incluso la lleva a dormir a casa los sábados. Es un gran
abuelo…
Lauren: Me lo imagino -Susurro.
Al menos para Austin y Luis, y también la pequeña Luisa, las cosas habían ido bien.
…………..
Lauren se fue a casa con dos trozos de pastel, unos cuántos dolares en el bolsillo y la promesa de que
pronto llamaría a Becky para hablar sobre los meses de Boyfriend Ally en la cárcel, su conversión y su
nuevo trabajo como predicadora.
Entro a casa sonriendo ampliamente al escuchar a su novia tararear una canción de Ed Sheeran desde la
cocina. Aunque la calefacción seguía sin funcionar del todo bien, la mantenía lo bastante cálida como
para quitarse el fastidioso abrigo y la bufanda.
Lauren: Traje pastel -Susurro dulcemente cerrando la crujiente y vieja puerta de madera tras sus
espaldas, acercándose a su novia para envolverla con sus brazos y depositando un dulce beso en sus
labios.
Aspiro el humo.
Realmente olía bien.
Mejor que cuándo ella cocinaba, al menos.
Camila: Bien -Sonrió-. Yo estoy haciendo vegetales salteados, así que si esperas unos minutos
podríamos tener una buena cena, y doble postre…
Lauren: ¿Doble postre? ¿Compraste helado o algo así?
Camila: No -Negó, mirándola por unos segundos, una sonrisa traviesa que Lauren conocía bien
apareciendo en sus labios. Lentamente Camila coloco su mano sobre el cuello de Lauren y fue
descendiendo lentamente entre sus pechos y por su estomago hasta llegar a su entrepierna, presionando
sus dedos ligeramente a través de la tela del pantalón, lo cual la hizo soltar un gemido y mover sus
caderas ligeramente hacía adelante, aumentando la fricción-. Acá esta mi segundo postre…
……………..
Lauren comía rápidamente, observando como su novia parecía llevarse cada vez trozos más pequeños a
la boca, mirándola fijamente a los ojos.
Estaba provocándola. Lo sabía.
¿Cómo podía pensar Camila en sus padres cuándo luego de hablar se mordía el labio de aquella forma?
Cruzo las piernas.
Lauren: Supongo -Respondió encogiéndose en hombros-. Así podremos ver a Ally, Dinah y Normani
también. Las extraño… Y también al pequeño Troy.
Camila: Yo también. Aun recuerdo la última vez que hablamos por Skype… Fue incomodo.
Camila: ¿Puedes dejar de mirarme así? -Pregunto sonrojándose, llevándose un nuevo bocado de
vegetales a la boca.
Lauren: ¿Cómo? -Pregunto confundida.
Camila: Como si quisieras desvestirme ahora mismo.
Lauren: Supongo que no -Se negó cruzada de brazos, llevando su dedo índice al interior de su copa de
vino barato y luego limpiándolo provocativamente con sus labios, sonriendo juguetonamente al ver
como Camila observaba este acto con una mirada llena de deseo.
Camila: Eres tan…
Lauren: Te escucho.
Camila: Jodidamente sexy y provocativa -Dijo-…. Jódeme Lauren.
Y aunque habían pasado un año y siete meses de relación, Lauren no se cansaba de escuchar esto.
Lauren: Cuándo termines de comer -Accedió con una sonrisa levantándose de la mesa y caminado hacía
el lavabo para lavar su plato, moviendo su trasero provocativamente, sabiendo que, desde dónde Camila
estaba, tenía una visión perfecta de el.
Camila: Nos saltaremos el primer postre -Dijo tras su espalda. ¿Cuándo se había acercado tanto a ella?-.
Esta decidido -Susurro antes de darle vuelta y besarla como si no lo hubiese hecho en años.
………..
Lauren sabía que jamás se cansaría de Camila Cabello.
Lo sabía porque aunque había escuchado sus gemidos y había sentido su piel bajo su cuerpo miles de
veces seguía deseándola cada vez con más intensidad.
Lauren: Te amo, Camila Cabello -Susurro a su oído antes de besar la pequeña cicatriz en su mejilla.
Lauren amaba esa pequeña marca aunque Camila la detestara e incluso intentara ocultarla. La amaba
porque las hacía parcialmente iguales.
Camila amaba las cicatrices en sus costados y la enorme cicatriz en el centro de su pecho. Lauren amaba
aquella cicatriz en su mejilla y aquellas otras no tan visibles que los puños de Austin y Luis habían
dejado sobre su piel. Amaba sus ojos color chocolate mirándola con deseo y la forma en la que su boca
dejaba escapar débiles gemidos mientras Lauren bajaba lenta y seductoramente por su cuello, y luego
entre sus pechos, para finalmente avanzar hacia la izquierda y tomar uno de sus pezones entre sus
dientes, masajeando el otro pecho mientras Camila intentaba ahogar sus gemidos con una almohada.
A Lauren le gustaba recorrer aquel sensible pedazo de carne con su lengua y sentir a su novia
retorciéndose bajo su cuerpo. También le gustaba sentir a sus uñas rasguñar la piel de su cuello y
escuchar las leves malas palabras que Camila dejaba escapar cuándo hacía algún movimiento
inesperado.
Una vez terminando con el pecho izquierdo siguió con el derecho, repitiendo el proceso, torturándola
con cada segundo.
Bajo lentamente por su estomago, dejando suaves besos y también unas cuántas marcas.
Lauren: Es extraño volver -Susurro sentándose sobre la cama, Taylor colocándose a su lado y Chris
recostándose sobre el suelo como si se tratase del lugar más cómodo del mundo.
Taylor: También es extraño tenerte de vuelta…
Chris: Por supuesto que sí -Asintió-. Ya casi había convencido a mamá de que me diera tu habitación.
Lo habría conseguido de no ser por ti. Te odio Perry el Ornitorrinco…
Lauren: No soy Perry, Chris -Se burlo riendo sonoramente, su hermana imitándola.
Chris: Lo se, Lauren… Pero siempre quise decir eso.
Lauren: Eres un idiota.
Chris: Gracias.
Taylor: Eres odioso, Chris…
Chris: Lo se -Acepto encogiéndose en hombros.
Lauren: ¿Qué vamos a hacer contigo?
Chris: Amarme, eso es obvio -Respondió en modo de burla.
Taylor: Chris, hermano, si no te golpeo ahora mismo con una silla es solo por respeto a la silla…
Taylor: ¿Lauren? -Dijo seriamente luego de unos minutos, sujetando sus manos entre las suyas, el
ambiente de felicidad siendo reemplazado por una total seriedad- ¿Cuándo planeas decírselo?
Lauren suspiro.
Era cierto.
Lauren: El jueves, luego de mi cita con el cardiólogo -Decidió, sus dedos comenzando a chasquear
levemente. No había tenido un ataque en meses, pero la costumbre de chasquear sus dedos en
situaciones como aquellas no se marchaba-… Simplemente, no dejen que me de un ataque antes de
hablar.
…………
El jueves en la mañana Dinah, Normani y Camila se reunieron en casa de esta última. Lauren estaba en
el hospital para un chequeo de rutina, así que había decidido pasar su tiempo libre con sus viejas mejores
amigas.
Camila: ¿Así que vas a estudiar en la universidad de Florida? -Pregunto a Normani, que sujetaba
fuertemente la mano de Dinah mientras Camila descansaba sobre los pechos de la más alta y el televisor
transmitía las noticias, las cuales ninguna escuchaba.
Normani: Así es…
Camila: ¿Y qué hay de ti, Dinah?
Dinah: Las universidades dan asco -Dijo de inmediato-, así que voy a dedicarme a vender pasteles de
cumpleaños… ¡No me mires así! ¡Ya me enliste en las clases!… ¿Sabes cuánto dinero puede ganar un
pastelero?… Mi sueño es tener un programa llamado Cake Boss y…
Normani: Ese programa ya existe, amor…
Dinah: ¡No arruines mi sueño, Normani Kordei!
Camila: ¿Y planean casarse o algo así? -Pregunto de repente en forma de broma.
Dinah: Tengo diecinueve años, Camila. No quiero pensar en eso hasta tener unos… treinta y nueve, tal
vez.
Normani: ¿Podrías bajar tus limites un poco, Dinah?
Dinah: ¿Hasta que edad? -Pregunto elevando una de sus cejas, Camila observando divertida el momento.
Normani: Hasta que tengas veinte, tal vez…
Dinah: Eso sera en unos meses…
Normani: Bien. Voy a pedírtelo en tu cumpleaños, pero como soy muy mala para guardar secretos vas a
tener que actuar sorprendida…
Camila: Creo que también necesitaras enlistarte en clases de actuación, Dinah -Aconsejo a su amiga, que
miraba sorprendida a su novia.
………..
Ya en horas de la tarde mientras Dinah, Normani y ella veían la que debía de ser la película más aburrida
del mundo versión extendida Camila recibió una llamada de su novia, pero no fue lo suficientemente
rápida como para evitar que Dinah lo tomara primero y lo colocara en altavoz.
Se escuchaba bastante alterada, y, a pesar de que Camila debía estar molesta por considerar un trío con
Dinah y Normani, simplemente rió.
Fue cuándo una voz que ya conocía se escucho a través del teléfono, más baja que la de Lauren.
XX: Cálmate, Jauregui. No esta bien que te alteres -Era Ally, y parecía verdaderamente preocupada.
El tono de la pequeña chica la alerto de inmediato y con un último esfuerzo tomo el celular de entre las
manos de su amiga y lo acerco a su oído.
Una idea le llego a la mente al escuchar su tono de voz, y el corazón se le contrajo de inmediato de una
forma realmente dolorosa.
Dinah sujeto fuertemente una de sus manos, Normani imitándola con la otra.
Normani: Ha soportado muchas cosas, Camila. Si es su corazón de nuevo estoy segura de que podrá
manejarlo…
Camila: No quiero perderla, Mani… ¿Sabes? A veces, cuándo la veo dormir, no puedo evitar
asegurarme de que esta respirando. Temo perderla, Mani. Temo perderla de un momento a otro… Temo
perderla sin haber hecho nada para evitarlo.
Dinah: No vas a perderla -Susurro acariciando su mejilla-. Ella siempre va a estar en tu corazón, Mila…
Mientras la mantengas allí va a seguir siendo completa e irremediablemente tuya.
………….
A la hora de la cena en la casa de la familia Jauregui había tantas personas que apenas cabían en el
comedor.
El pequeño Troy, ahora de casi dos años, ensuciaba la camisa de su madre mientras esta intentaba
hacerlo comer. Normani y Dinah estaban babeando mientras miraban fotos y vídeos de Beyonce. Sofi,
Taylor y Chris hablaban animadamente sobre algo que realmente Camila no entendía., sus madres
compartían deliciosas recetas de cocina y sus padres hablaban de autos y motores… Y Lauren
simplemente estaba allí, a su lado, chasqueando sus dedos y mirando el suelo, Camila no atreviéndose a
tocarla.
Cuándo habían vuelto a verse minutos antes Lauren apenas había besado sus labios durante un par de
segundos para luego correr a esconderse en el baño hasta que Clara anuncio que la cena estaba servida.
Ally: No, Troy, no toques los cuchillos -Reprendió al pequeño, que había sujetado uno de estos
utensilios de cocina entre sus pequeñas manos.
Esta vez el tono autoritario de su madre pareció surtir efecto pues su hijo deposito el cuchillo
suavemente sobre su mano con la cabeza gacha.
Según Camila tenía entendido James era paramedico y trabajaba en el hospital del padre de Ally.
También era el mismo que había estabilizado a Lauren el día en el que Camila cayo por la ventana.
Ally y el eran buenos amigos, pero Dinah no parecía pensar lo mismo.
Ally: No somos novios, Dinah Jane Hansen. El único hombre de mi vida ahora mismo esta acá,
comiendo un… ¡No Troy! ¡El cuchillo de nuevo no!
Dinah: Vamos, Ally, es guapo y un buen chico según veo…
Ally: Lo es -Reconoció-. Pero mientras Troy siga en mi cabeza y este pequeño no aprenda a obedecer a
su madre preferiría no involucrarme sentimentalmente con nadie más…
Dinah: Bien, porque lo que planeaba proponerte tiene como primer termino no involucrarse
sentimentalmente…
Ally: Ya te dije que no voy a hacer un trío con ustedes… Si quieren algo así díganle a Alexa…
Alexa era una compañera de trabajo de Dinah, y una zorra a tiempo completo.
Normani: ¡Yo no quiero un trío! -Exclamo claramente molesta, cruzada de brazos-… Y mucho menos
con esa zorra que solo quiere llevarse a mi Diyonce a la cama.
Dinah: Amo cuándo te vuelves tan Norman macho pecho peludo celoso y posesivo -Suspiro mirándola
fijamente antes de depositar un dulce beso en su mejilla, las facciones de la morena relajandose de
inmediato.
Normani: El único macho pecho peludo celoso y posesivo acá es Laurenzo. Yo solo soy una dama que
cuida lo que le pertenece.
Camila: Amor… -La llamo dulcemente, acariciando sus manos antes de que Lauren las apartara
bruscamente- Lauren… -Su comportamiento no podía ser normal.
Lauren: ¿Si? -Pregunto entre susurros mirándola a los ojos durante unos instantes antes de dirigirlos a su
plato de comida, el cual estaba aun completamente lleno.
Camila: ¿Estás bien?
Chris: Nosotros iremos -Se ofreció antes de atravesar la puerta del comedor.
Taylor: Si. Tu solo termina de comer.
La chica de ojos marrones comenzaba a ponerse nerviosa. No solo ella había notado el extraño
comportamiento de su novia.
Ally no volvió.
…………..
Luego de cenar vino el postre.
Era brownie con helado, y estaba delicioso, pero Camila realmente no pudo concentrarse en el sabor.
Solo podía pensar en Lauren y en los miles problemas que pudieron haber surgido con su cuerpo.
No quería perderla. Definitivamente no quería hacerlo.
¿Quien la abrazaría en las noches de frío en Nueva York? ¿Con quien compartiría rebanadas de pizza?
¿A quien besaría cada mañana al despertar? ¿Quién la recibiría en casa al llegar?
¿Quien la miraría con tanto amor como Lauren Jauregui?
La respuesta era sencilla:
Nadie.
Lauren: Lamento haberme marchado -Dijo a su madre con la vista fija en el suelo-. Yo… Supongo
que…
Clara: Esta bien, Lauren, lo entiendo -La interrumpió con una sonrisa, invitándola a sentarse-. ¿Quieres
terminar tu comida? Estoy segura de que a los demás no les molestara…
Lauren: No, yo no… tengo hambre -Se negó cortésmente.
Troy: ¡Comida! -Exclamo entusiasmado mirando fijamente los platos repletos de delicioso postre.
Ally: Espero que no les moleste que Troy coma algo de helado -Susurro dulcemente alzando su pequeño
entre sus brazos antes de sentarse en su silla correspondiente-… No, Troy, no toques el brownie. El
chocolate te vuelve loco.
Troy: Tía -Dijo estirando sus brazos hacia Lauren, quien se había sentado lentamente en su silla. El
pequeño, a pesar de su corta edad, sabia que la muy complaciente tía Lauren le daría todas las cosas que
pedía.
Camila simplemente rió y miro a su novia atreviéndose a unir sus meñiques bajo la mesa.
Se sintió aliviada cuándo la chica no la rechazo.
Pero ya era demasiado tarde, pues el pequeño ya estaba masticando un enorme trazo de brownie con sus
diminutos dientes.
Camila rió. Era cierto. El pequeño ya tenía sus diminutas manos entre el brownie de Lauren,
destrozándolo y riendo a carcajadas.
Ally: Tu no estarás feliz cuándo este despierto a las tres de la madrugada saltando sobre tu cama…
Camila: ¡Yo no he hecho nada! ¡No puedes hacerme pagar ese precio solo porque Lauren ama darle
chocolate a Troy!
Ally: Lo que es de Lauren es tuyo, Camila, así que…
Camila: Dormirás sola, Lauren. Lo siento.
De inmediato la chica giro su cabeza bruscamente, mirándola a los ojos, negando rápidamente y
entregando al pequeño Troy a su madre, como si de esta forma pudiese evitarse todas las culpas.
Camila: Tranquila, Lolo -Susurro acariciando su mejilla-. Realmente no podría dormir si no es contigo -
Dijo a su oído.
Y fue entonces cuándo Lauren le dedico la primera sonrisa sincera del día.
Y fue realmente hermosa.
Y cuándo Camila miro sus ojos, ese día tan verdes que parecían irreales, supo que era cierto.
Lauren: Es… difícil, Camz -Fue todo lo que pudo decir antes de que Clara Jauregui interrumpiera.
Clara: ¡ATENCIÓN! ¡ATENCIÓN! ¡¿TODOS ESCUCHAN?!
Mike: Clara, estamos en el comedor, no es un salón de clases. Baja la voz, por favor -Pidió cubriéndose
los oídos debido a que la voz de Clara taladraba sus oídos.
Clara: Bien, entiendo… Estamos acá reunidos hoy para… Bueno, sera mejor que Lauren lo explique.
Todas las miradas giraron a la chica de ojos verdes, y cuándo Camila hizo lo mismo, completamente
confundida, se encontró con que Lauren la estaba mirando fijamente.
Lauren: Se que… bueno, yo… Estaba -Intentaba explicarse, pero las palabras parecían no querer salir de
sus labios.
Ally: Esta bien, Jauregui. Solo respira hondo.
Lauren lo hizo y luego sacudió su cabeza antes de volver a posar sus ojos en los de Camila, uniendo sus
manos bajo la mesa.
Lauren: Bien… Un día en Nueva York mientras Camila estaba en la universidad y Simón me había dado
un día libre, comencé a pensar en la vida. Es decir, tenemos tanta y a la vez tan poca… Algunos viven
muchos años, como la abuela de Camila. Otros tienen vidas tan cortas como Troy, e incluso otros
disfrutan de menos que esto… Tenemos… Supongo que nadie sabe cuánto tiempo tiene realmente y…
No quiero pensar en cuánto tiempo podría tener, o cuánto tiempo podría tener Camz o cualquier persona
en esta sala… En lo que realmente quiero pensar es en que voy a hacer cosas increíbles hasta que el día
llegue mi final. Nuestro final… No quiero pensar que puedo irme mañana sin haber hecho todo lo que
quiero hacer… Así que… Se que debí escribir un discurso o algo así, pero creí que las palabras se me
olvidarían y… supongo que lo deje pasar y ahora mismo siento que voy a vomitar, pero… Quiero
hacerlo, así que.
Fue cuándo Lauren se levanto de su lugar, Camila de inmediato comenzándose a preguntar que era lo
que estaba sucediendo.
Fue cuándo, para su sorpresa, Lauren se arrodillo ante ella y saco una hermosa caja de terciopelo rojo de
su bolsillo.
Lauren: Karla Camila Cabello Estrabao -Comenzó-… Ellos te llaman Mila -Dijo señalando a los demás
con su cabeza-. Yo te llamo Camz… Y eres el amor de mi vida… En cuánto te vi por primera vez,
llorando cerca de la cama de tu abuela, supe que eras especial. Lo supe también la primera vez que te vi
llorar a través de la ventana y solo quise ir a abrazarte, y también cuándo notaste mi presencia… Luego
nos volvimos amigas de la forma más extraña que cualquier persona podría imaginar, y termine
enamorándome de ti… Se que hubo peleas, separaciones y una que otra visita al hospital, y se que tal
vez habrá más de esto para nosotros en un futuro… Pero te amo, y estoy dispuesta a soportar todo eso y
más solo por estar contigo… Y se que tu también estas dispuesta, porque me lo demuestras cada día en
el que despiertas a mi lado, sonriéndome y haciendo que mi nuevo corazón se comporte como un
corazón de mierda… Cuándo me miras es como…Y cuándo me tocas, tu… Eres increíble, Camz. Eres
perfecta… Logras calmarme con solo tus manos y fuiste la primera persona a la que pude mirar
fijamente a los ojos sin sentirme completamente incomoda. Me enseñaste que no estaba malditamente
enferma, y que podía sonreír incluso en los peores momentos. Me enseñaste a contar mi verdadera
historia, y a atar mis agujetas… Eres el dragón rosa que salvo a este unicornio verde. Eres la princesa
rosa que esta princesa verde siempre amara… Y por eso, aunque para algunos podamos parecer
demasiado jóvenes, y aunque otros no nos acepten, quería preguntarte frente a tus padres, mis padres,
nuestras amigas, el pequeño Troy y la foto de tu padre biológico que se siempre tienes en el bolsillo de
tu pantalón, si tu… tu… Quería saber si… Oh, por Dios, no puedo trabarme ahora mismo. Soy una
idiota… Bien, espera… -Respiro hondo, Camila limpiando sus lágrimas. Sabía lo que estaba por venir.
Y quería escucharlo. Realmente quería hacerlo.
Clara: Tienes que quedarte tranquila, hija -Susurro sujetando sus manos, intentando que sus dedos
dejaran de chasquear. Pero Clara Jauregui no era Camila Cabello y no iba a conseguirlo.
Lauren: No puedo estar tranquila, mamá -Dijo nerviosamente moviéndose de un lado a otro por su
habitación, la cual ahora se veía más pequeña que nunca.
XX: ¡Adivinen quienes llegaron! -Se escucho exclamar a una voz que Lauren siempre reconocería.
Ally iba de la mano con el pequeño Troy, ahora de cuatro años. La chica llevaba un sencillo vestido rosa
y Troy un trajesito hecho a la medida que le quedaba realmente muy bien.
Troy: ¡Tía! -Grito al verla, corriendo de inmediato para ser alzado entre sus brazos.
Lauren: Estas pesado, Troy…
Troy: Lo se -Sonrió-. Mami dice que es tu culpa.
Ally: Y de James -Agrego antes de sujetar a su hijo en brazos, evitando de esta forma que sus zapatos
ensuciaran el blanco vestido de Lauren. James y Ally habían comenzado a salir tan solo un par de meses
atrás y el hombre se había encariñado bastante con el pequeño, al punto de querer cumplir todos su
caprichos-. Ese estúpido no deja de darle chocolate.
Troy: ¡Chocolate! -Exclamo entusiasmado, elevando sus brazos en el aire.
Ally: No, Troy. Nada de chocolate para ti. Te daré un jugo de manzana y lo tomaras sentado en la cama
de Lauren ¿Bien? -El pequeño asintió mirándola fijamente a los ojos-. Ahora ve… ¡Y no ensucies tu
traje!
Troy: Si, mamá…
Ally: ¿Cómo estas Jauregui? -Pregunto acercandosele, de inmediato ayudando a Clara a arreglar el
hermoso vestido blanco que cubría la piel de Lauren.
Lauren: Nerviosa, supongo…
Ally: Todo saldrá bien, Jauregui -La tranquilizo acariciando su brazo-. Dinah y Normani la ayudaron a
comprarse unos zapatos lo suficientemente estables como para que no caiga y no la han dejado beber
nada para que no se haga pis encima…
Lauren: ¿Y si soy yo quien se hace pis encima?
Ally: Vamos Jauregui, tienes veintidós años, estoy segura de que ya no necesitas pañal…
Troy: Yo ya no uso pañales -Dijo contento agitando sus pequeños pies en el borde de la cama, tomando
su jugo lentamente y mirando a su madre con una enorme sonrisa, orgulloso de su logro.
Ally: Lo sabemos, mi amor.
Lauren: ¿Y si dice que no? ¿Y si sale corriendo o…?
Ally: Eso no pasará jamás, Jauregui. Apuesto mi vida.
Lauren: No puedes apostar tu…
Ally: Si puedo. Soy Allyson Brooke Hernandez, puedo hacer todo lo que yo quiera -Insistió cruzada de
brazos, mirándola fijamente, retocando el maquillaje de su amiga-. Si Dios me lo permite, claro esta -
Agrego.
Lauren: Necesito hablar con ella… Yo necesito… Necesito calmarme… Siento que voy a tener un
ataque ahora mismo.
Taylor: No vas a tener un ataque si estoy acá para impedirlo, Lauren -Dijo acariciando su hombro,
hablando por primera vez desde que había entrado junto a su madre horas atrás.
Ally: Sería terrible que tuvieran que pasar su luna de miel en un hospital y no en…
Lauren: ¿Nuestro pequeño departamento en Nueva York?… Debo confesar que odio los hospitales, pero
al menos estos tienen luces que no parpadean…
Por supuesto, aunque Lauren ya comenzaba a ganar lo suficiente como para vivir bien y Camila estaba a
punto de graduarse aun quedaba la deuda que tenía con sus padres, además de los distintos gastos que
debían hacer diariamente, lo cual no les había permitido terminar de reparar todas las fallas en su
pequeño departamento ni pagar una verdadera luna de miel.
La boda ya era un gasto bastante grande, y de un viaje era mejor no hablar.
Ally: ¿Su departamento en Nuevo York? ¡No, Lauren!… Ustedes irán a México.
Lauren: Ally, no podemos pagar…
Pero Lauren no había terminado de hablar cuándo Ally ya sostenía dos boletos de avión frente a ella.
Ally: Considéralo mi regalo de bodas -Dijo con una sonrisa-… Junto con mi departamento.
Lauren: Ally, no puedo acep… Espera ¿Dijiste departamento?
Ally: Es demasiado pequeño para mi y para Troy ahora que el quiere estar corriendo por todas partes,
pero estoy segura de que para ustedes dos sera perfecto una vez que regresen… si es que planean
regresar.
Lauren: Voy a hacerlo -Sonrió-. Miami es mi hogar… Acá están las personas que quiero. No podría
dejarlo todo así como así.
Ally: Bien, entonces supongo que esta decidido. Tienes un nuevo departamento, Jauregui… Y un vuelo
a México que sale mañana por la mañana, no lo olvides.
Lauren: ¿No crees que es mucho?
Ally: Eres mi mejor amiga, Lauren Jauregui -Respondió encogiéndose en hombros-. Por ti daría mi vida.
Chris: Lamento interrumpir su sesión de sentimentalismo, pero Camila quiere hablar con su futura
esposa y no podía prohibirle algo como eso en su cumpleaños…
Lauren simplemente sonrió al escuchar la frase “futura esposa” salir de los labios de su hermano y tomo
el celular para luego llevárselo a la oreja.
Camila: Hola futura esposa -Dijo a través de la linea. Lauren sabía que estaba sonriendo-. Tu padre me
dijo que habías comenzado a alterarte. ¿Estas bien?
Lauren: Supongo que estoy mejor…
Camila: Bien. No quiero llegar al altar y descubrir que no estas allí. Sería doloroso y una completa
vergüenza…
Lauren: Tienes razón -Rió-. Estaré allí, lo prometo. Si no me encuentras soy la que va vestida de blanco.
Camila: Con lo nerviosa que estoy tal vez me confunda al mirarme al espejo y termine casándome
conmigo misma…
Lauren: Eso sería imposible, Camz -Susurro en tono de burla frunciendo su entrecejo.
Camila: No hablo en serio, Lolo… Pero estoy nerviosa. Muy nerviosa. Siento que me tiemblan las
piernas, y tengo mucha sed.
XX: ¡No vas a beber ni una gota de agua, Camila Cabello, hasta que las Camren estén casadas!
Normani y Dinah se habían casado hacía ya casi un año. No habían invitado a nadie… En realidad un
día solo decidieron dar una vuelta y al volver a casa ya habían firmado aquel papel.
Camila: ¿Cómo te fue en tu despedida de soltera, amor? -Pregunto intentando cambiar la conversación,
Lauren sentándose en una silla mientras su madre y su amiga comenzaban a arreglar su cabello, Taylor
jugando con el pequeño Troy para que no se quedara dormido.
Si había algo que alteraba durante la noche al pequeño Troy más que el chocolate era el haber dormido
durante las tardes.
Lauren: Supongo que bien. Becky fue a casa y vimos la evolución de Thug Harmony hasta el final junto
a Vero y Lucy… Luego estábamos bastante deprimidas y Vero compro unas cuántas bebidas… No
recuerdo mucho después de eso. Amanecí durmiendo sobre el retrete.
Camila: Si hubieses tomado Coca-Cola eso no habría sucedido…
Lauren: Lo tendré en consideración para mi próxima despedida de soltera -Dijo con una sonrisa que solo
Camila podía hacer aparecer en su rostro-… Y como no tendré otra, eso quiere decir que realmente no
voy a considerarlo.
Escucho a Camila reír a través del altavoz, y eso hizo que sus dedos dejaran de chasquear y su cuerpo se
relajara.
Camila Cabello era la única mujer capaz de hacer tantas cosas en ella sin realmente hacer nada.
Por supuesto, a pesar de que los años habían pasado, el recuerdo de Troy seguía allí.
En realidad, Troy nunca se iría. El siempreestaría todos los días, entre recuerdos y las facciones de su
pequeño hijo… Y Ally tendría que vivir con ello.
Fue entonces cuándo su padre entro al lugar elegantemente vestido, terminando de atar su corbata, Ally
alejándose de inmediato para limpiar sus lágrimas.
Mike: Los invitados ya llegaron -Dijo, y fue entonces cuándo sus ojos se fijaron en su hija,que se había
girado para mirarlo-. Lauren, tu…
Taylor: ¿Se ve hermosa? Lo se… Es todo gracias a mis manos y las de mamá.
Ally: ¡Yo también ayude!
Taylor: Y las de Ally -Agrego como si realmente no interesara. Era claro que Taylor quería llevarse todo
el crédito por el trabajo.
Mike: Princesa, te ves perfecta -Susurro antes de caminar y abrazarla fuertemente, dejando varias
lágrimas caer por sus mejillas.
Mike: Te tuve entre mis brazos cuándo naciste, Lauren, y mi corazón se volvió tan pequeño como una
hormiga cuándo me dijeron que tu corazón estaba fallando y debían realizarte un trasplante. Juro que
jamás llore tanto en mi vida… Tal vez hoy ese día le haga competencia.
Lauren: No llores, papá -Intento animarlo-. Voy a casarme. No es como si fuese a morir o algo así.
Mike: Tienes razón, yo… yo no debería… -Balbuceo mientras comenzaba a alejarse, limpiando sus
lágrimas-. Creo que es hora de que bajemos -Susurro-. Camila no tardara en llegar.
……….
La boda no iba a celebrarse en un lugar grande, o uno lujoso, o uno que hubiese marcado su relación. La
boda iba a celebrarse en el salón de la casa de los Jauregui.
No habían tres mil invitados como en esas típicas bodas de telenovela, ni eran solo Lauren y Camila,
como en esas bodas de libros donde los chicos se volvían locos de amor y terminaban casándose en las
vegas.
Las chicas habían invitado a sus padres, sus mejores amigos, a Becky, Austin y Luis, y a unos cuántos
chicos del coro escolar.
No eran muchas personas, pero sí las suficientes.
No era una boda de ensueño, y Simón, quien se había ofrecido a tomar las fotos, tendría que surcar entre
las apretadas sillas para tener algunos ángulos buenos. No había fuentes de chocolate, ni costosas luces,
ni increíbles decoraciones o esculturas de hielo… Pero era la boda de Camila Cabello y Lauren Jauregui,
y era lo suficientemente memorable como para querer ser recordada por la chica de ojos verdes tanto
como su vida durara.
Es esos momentos se encontraba de pie junto al juez, su padre acariciando sus temblorosos brazos,
mirando hacía la puerta.
“Cálmate, idiota”
Y casi como para relajar la agitada mente de Lauren, Sinuhe y Sofia, ambas con hermosos vestidos
azules, atravesaron la puerta de entrada de la casa y fueron a sus lugares, no sin antes Sinuhe acercarse a
Lauren y darle un gran abrazo, al cual ella no correspondió.
Sinuhe: Te ves hermosa, Lauren -Susurro antes de separarse lentamente.
Lauren: ¿Vendrá? -Pregunto completamente nerviosa.
Sinuhe: Por supuesto -Respondió con una sonrisa-. Solo tienes que esperarla un poco más… Alejandro
tenía que ir al baño. Supongo que esta más nervioso que ella.
Lauren miro nerviosamente hacía la puerta, esperando que su novia la atravesara en cualquier momento.
Se sentía mareada, nerviosa y feliz.
… Más feliz que nunca en su jodida vida.
Las manos le temblaban, y también las piernas. Dudaba que pudiera mantenerse de pie mucho tiempo
más.
Fue cuándo ella atravesó la puerta sosteniendo el brazo de Alejandro.
Estaba completamente hermosa, el vestido blanco acentuando su figura, una sonrisa decorando su rostro
y sus ojos iluminados mirándola fijamente.
Le dieron cosquillas en el estomago y sus piernas amenazaron con hacerla caer. Una enorme sonrisa
apareció en su rostro y comenzó a temblar. Su corazón palpito rápidamente, y casi parecía que iba a
salirsele del pecho si eso hubiese sido posible.
Lauren suspiro, y supo de inmediato que reviviría todas sus alegrías y desgracias solo para vivir ese
momento.
Sufriría miles de ataques al corazón solo para verla así, a punto de volverse completamente suya frente a
la ley… Porque para Lauren, Camila Cabello era suya desde hacía ya bastante tiempo.
Cada paso que Camila daba a través de aquella alfombra blanca que la familia Jauregui había
conseguido días antes era un latido intenso de parte de su corazón, recordándole que estaba viva, en
medio de aquella sala, a punto de casarse con la mujer más maravillosa que pudo haber conocido en toda
su vida.
Fue entonces cuándo Camila llego a su lado, de inmediato sujetando sus manos, deteniendo los
chasquidos que inconscientemente había comenzado a producir, sonriendole ampliamente.
El hombre simplemente sonrió y beso la mejilla de su hija antes de ir a su lugar al lado de su esposa,
limpiando sus lágrimas con un pañuelo.
En realidad, no era el único que necesitaba un pañuelo en aquella habitación.
Al menos la mitad de los pocos invitados ya estaban derramando inmensas lágrimas.
Camila: Te ves hermosa, chica de la ventana -La halago mirando lentamente su cuerpo cubierto por
aquel vestido blanco que tanto había luchado por conseguir.
No era un vestido de diseñador, pero era lo suficientemente bonito como para que Lauren quisiera
guardarlo en su armario y mirarlo de vez en cuándo, recordando aquel día.
Lauren: Tu también, chica de la ventana -Correspondió con una sonrisa, mirándola fijamente a los ojos,
permitiéndole a su mente perderse entre ellos-. Feliz cumpleaños.
Camila: Eres mi mejor regalo, Lauren Jauregui.
Fue entonces cuándo Camila sonrió ampliamente y el corazón de Lauren comenzó a latir tan
rápidamente que nadie podría haberlo superado.
“La amas, idiota. Realmente lo haces”
Fue la última vez que se llamo de esta forma.
………..
Lauren Jauregui sabía que la vida no era perfecta. Esta se lo había demostrado de formas crueles y
dolorosas, pero no se quejaba.
También sabía que la vida tenía momentos felices, y que estos podían durar muchos años o solo unos
cuántos días.
Por eso, mientras veía a Camila firmar aquella hoja de papel en la cual sus vidas quedaban unidas para
siempre, Lauren decidió que iba a aprovechar ese momento feliz que la vida estaba dándole al máximo.
CAPÍTULO 60 (FINAL)
Se que probablemente no leeran esto. Si les soy sincera yo tampoco lo haría, así que realmente no me
molestaría que simplemente ignoraran estas lineas y comenzaran a leer el capítulo final de “La Chica de
la Ventana”.
Si eres de los que seguiran leyendo esto te felicito ¡Te ganaste una de las galletas de Ally! (Miento, las
galletas de Ally son solo mias).
Quiero agradecerles a todos los que han llegado hasta aca y han seguido la historia, a los que han dado
sus votos y han comentado, e incluso a los que solo leen. El saber que la historia le gusta a tantos es
sencillamente increible.
Espero que les guste el final, porque va dedicado a cada uno de ustedes.
Y no se depriman aun. Recuerden que falta el epilogo…
Y dare la misma recomendación que di hace unos cuántos capítulos… Sean fuertes.
-Lore-
***
Camila Cabello amaba leer, y también escribir, aunque sabía que los finales de aquellos hermosos libros,
tanto los felices como aquellos dramáticos, eran una completa farsa.
Camila sabía que Lauren y ella no terminarían sus vidas en medio de un paraíso tropical tomando agua
de coco y siendo abanicadas por un par de esclavos extranjeros muy mal pagados… También sabía que
ningún enemigo del pasado terminaría apuñalandola hasta la muerte, y que Lauren no la vería mientras
se desangraba, y que mucho menos daría sus últimos suspiros mirando los verdes ojos llorosos de su
mujer, recostada sobre su pecho, susurrando sus últimos deseos, sintiendo como la sangre salía por sus
múltiples heridas.
Camila Cabello creía en los finales realistas, y en las vidas realistas. Gracias a esto sus dos primeras
novelas se habían vendido realmente bien.
Las personas adoraban la forma en la que lograba crear historias fascinantes con finales tan comunes que
podían ser reales. Camila sabía que lo hacían porque los lectores estaban tan acostumbrados a finales
dramáticos y finales felices que se habían olvidado de los finales verdaderos.
Su trabajo como editora también estaba dando buenos frutos.
Se podría decir que, con todo su esfuerzo, Camila Cabello estaba triunfando.
Estaba entrando al auto luego de un largo día de trabajo cuándo recibió una llamada de su esposa, una
hermosa foto de su sonriente y perfecto rostro apareciendo en la pantalla del celular junto a la melodía
de una de las canciones de Lana del Rey.
Camila: Hola amor -Dijo con una sonrisa. Era extraño como Lauren, después de tres años de
matrimonio, seguía haciéndola sentir como la chica de diecisiete años que la había visto a través de la
ventana.
Lauren: Amor, se que probablemente estas muy cansada luego de trabajar pero necesito que vengas al
estudio. Mi auto se averió.
Camila: Te dije que no compraras esa chatarra, amor.
Lauren: Era lo único que podíamos pagar luego de comprar este estudio en Miami, remodelar el viejo
departamento de Ally y, bueno… tu sabes que otra cosa.
A pesar de que Camila tenía buenos ingresos y de que el trabajo de Lauren les proporcionaba una buena
cantidad de dinero, Camila estaba empezando en su carrera al igual que su esposa, lo cual no les permitía
darse todos los lujos que cualquier persona querría.
Lauren: Puedo intentar repararlo si estas demasiado cansada. Estoy segura de que moviendo un par de
cables…
Camila: No, yo solo… -Suspiro audiblemente-. Estaré allí en quince minutos ¿Bien? Solo compra un
café y…
Lauren: Lo haré -Aceptó-… ¿Te entregaron los exámenes? -Pregunto después de unos segundos.
Por supuesto, Camila sabía que su esposa iba a querer hablar sobre aquello
Camila: Si -Admitio mientras comenzaba a conducir a través de las calles de Miami hacía el estudio de
su esposa, dónde trabajaba junto a otro joven fotógrafo y un par de aprendices.
Lauren: ¿Qué tal?
Camila: No los he visto… -Contesto en voz baja.
Las chicas habían tenido un par de hermosas niñas hacía ya casi dos años. Aunque físicamente se
parecían a Normani, tenían la energía y la personalidad de Dinah, lo cual las hacía insoportables.
Se llamaban Shaila y Alisha, y aunque Camila las amaba como si fuesen sus propias hijas, a veces quería
atarlas a una silla y cerrar sus bocas con cinta adhesiva.
Y aunque habría esperado una fuerte carcajada, Camila solo escucho silencio.
Lauren:…¿Qué piensas de Cameron si es un niño? -Pregunto volviendo al tema con brusquedad-. Era el
nombre de tu padre biologico y…
Camila: No -Se nego de inmediato, deteniendose frente a un semaforo en rojo-. No quiero que nuestro
hijo piense que escogimos su nombre pensando en una persona que murió…
Lauren: ¿Entonces…?
Camila: Lo decidiremos cuándo llegue el momento, Lauren -Le dijo con frialdad, intentando cortar el
tema de raiz. No quería hablar de algo de lo cual aun no estaban seguras. No quería terminar deprimida-.
En realidad aun no sabemos si resulto. No quiero ilusionarme como la vez anterior.
Lauren: Bien -Acepto, aunque parecía decepcionada.
Camila:…Amor, tengo que colgar. Te veo alla ¿Bien?
Lauren: Bien.
………..
Camila miro a su novia entrar al auto con la cabeza gacha, abrazando el viejo bolso donde guardaba un
par de cámaras que siempre llevaba consigo por si alguna situación inesperada y que necesitara una
fotografía aparecía.
Fue cuándo lo supo con solo mirar su cara.
Lauren simplemente asintió y Camila llego a sentirse algo mal por la conversación que habían tenido
anteriormente, sabiendo que la había tratado con demasiada brusquedad solo por haber estado pensado
en los nombres de sus futuros hijos.
Lauren: Una de mis cámaras se rompio -Susurrro sacandola cuidadosamente de su bolsa-. Fue la primera
cámara que compre con mi propio dinero. Connor dice que no puede arreglarse -Parecía realmente triste
por esto y Camila solo pudo depositar su mano sobre la de su esposa dulcemente, acariciandola,
conduciendo hacía su departamento con cuidado-… Luego vino una clienta bastante exigente que hizo
que le tomara veintitres fotos a su hija antes de que quedara lo suficientemente aceptable para ella. Dijo
que mi trabajo era un asco y que no volvería -Camila se sintió enojada al instante. ¿Como podía esa
estupida pensar que el increible trabajo de Lauren Jauregui era un asco? Sujeto la mano de su esposa con
fuerza, intentando no gritar e insultar a la mujer desconocida… Las fotos de Lauren eran mágicas, y no
solo ella lo decía. Simón, que había sido el maestro de su esposa tiempo atras, estaba de acuerdo-… Y
luego el auto se averio cuándo solo quería ir a nuestro departamento y dormir un poco para olvidar todo
lo que paso… Esto apesta.
Camila: Si hablas del auto estoy segura de que fue Alisha.. Ya sabes, Normani intento cambiarle el pañal
ayer luego de que fuesemos al cine -Bromeo.
Camila: Quiero verlos contigo luego de hacer el amor -Susurromirandola divertidamente, encontrandose
a su esposa con una ceja elevada-. ¿Qué? No puedes culparme… Es tu culpa. Y de tu trasero.
Lauren: De lo único que te culpo ahora es de no conducir más rápido.
……….
Camila recosto su cabeza sobre los pechos de Lauren y acaricio la enorme cicatriz entre ellos antes de
bajar a sus blancas y tersas piernas, sonriendo dulcemente.
Usualmente quien usaba aquella frase era Camila, no la chica de ojos verdes, así que se sintió realmente
sorprendida al escucharla.
Camila: No esperaba escuchar eso… -Sus manos comenzaban a vagar por el cuerpo de su esposa,
haciendola suspirar levemente mientras comenzaban a trazar los contornos de sus puntos sensibles.
Lauren: Lo se.
Camila: Hicimos el amor hace… Realmente no se cuánto tiempo. No cuénto los minutos luego de hacer
el amor… Pero… ¿En serio quieres otra ronda?
Lauren: Soy una mujer con bastante energia.
Camila: Pense que querrías ver los examenes…
Lauren: A la mierda los examenes. Si estas embarazada aun tenemos ocho meses para que tu y yo lo
sepamos.
La chica de ojos color chocolate simplemente rio antes de atacar los labios de su esposa ferozmente.
………
Luego de una sencilla cena fue Camila quien se ocupo de colocarle la insulina a Lauren, depositando un
dulce beso en el lugar en el que su piel había sido atravesada por la aguja.
Lo hacía desde el día en el que se habían casado. Y estaba feliz de hacerlo. Era como demostrarle que
estaría allí, tanto en las dificultades que pudieran durar solo unos días como en aquellas que fuesen
constantes.
Camila sabía que existían cosas que podían eliminarse con unas cuántas cirugias y otras que
simplemente siempre estaban allí. Lauren le había enseñado esto, y estaba realmente feliz de haberlo
aprendido.
Lauren: ¿Crees que es hora? -Pregunto luego de lavar su plato y el de Camila, sujetando fuertemente el
sobre que había permanecido sobre la mesa desde el día en el que había llegado.
Camila: Yo… no lo se -Respondio sentandose en una de las sillas del pequeño comedor. Si bien el
departamento de Ally era más grande que el que tenían en Nueva York aun no dejaba de ser poco
espacioso.
Lauren: Tal vez deberíamos lanzar una moneda…
Camila: No vamos a hacer eso, Lauren.
Lauren: ¿Qué sugieres? Tu no pareces decidirte entre abrirlo o no…
Camila: Necesito pizza…
Lauren: ¿Qué?
Camila: Dije que necesito pizza para pensarlo.
Como su historia era realista Lauren no se nego ni amenazo a Camila con no darle un trozo más de pizza
hasta que abrieran ese sobre. Lauren simplemente llamo al repartidor.
Camila agradecía vivir una historia realista. Si no hubiese sido por eso no habría podido disfrutar de una
deliciosa pizza luego de una corta espera de veinte minutos.
………..
Como Camila vivía una historia realista reconsidero la opción de Lauren y tomo la decsión de que, al ser
la única opción, era la que debía aceptar.
Camila: Tiremos la moneda -Dijo decidida a su esposa luego de tragar el último trozo de pizza.
Lauren levanto la vista del crucigrama que había estado haciendo mientras Camila comía y la miro con
confusión unos segundos hasta que volvió a la realidad.
Camila: Si sale cara, lo abrimos. Si sale cruz, lo dejamos para otro día.
Camila: A la mierda la moneda -Dijo exasperada, tomando el pequeño objeto de plata entre sus monos y
lanzandolo al suelo-. Vamos a abrir ese sobre y punto…
Camila: ¿De qué te ries? -Pregunto, no de mala forma. En realidad ella también estaba riendo ahora que
veía a su novia apenas respirar entre carcajadas.
Lauren: De ti -Contesto intentando controlarse-. Eres divertida.
Camila: Dejare de serlo si no abres ese sobre ahora mismo.
Camila: ¿Es algo conmigo, cierto? -Pregunto tristemente, escondiendo su humedo rostro en el cuello de
la chica de la ventana, quien acariciaba su espalda dulcemente intentando darle consuelo-. ¿Tengo una
falla? ¿Tengo algo malo?
Lauren: Naci con miles de fallas, Camz. Se reconocer cuándo una persona las tiene… Tu estas bien.
Solo… supongo que aun no es el momento -Intento consolarla.
Camila: ¿Y me querrías aunque tuviera fallas?
Lauren: Te amaria.. Y amaría cada una de tus fallas.
Se hizo silencio durante un par de minutos, Camila sollozando sobre el hombro de la chica de ojos
verdes, aferrandose fuertemente a su camiseta desteñida, intentando aliviar el dolor que la decepción
había dejado en su corazón.
Lauren: ¿Quieres que hagamos algo para distraernos?… Tal vez podemos ver una pelicula o…
Camila: No -Se nego de inmediato, alejandose de su esposa para luego limpiar las lágrimas que habían
humedecido sus mejillas-. Ahora solo quiero meterme a la cama y dormir hasta mañana…
Lauren: Pero aun es temprano…
Camila: Lo se. Yo solo… Supongo que… necesito pensar.
Lauren: ¿No crees que sería mejor que hablaramos de esto? -Aconsejo antes de caminar hacía el
refrigerador sacando una botella de Colca-Cola del interior y otra de agua, sentandose en el borde de la
ventana del pequeño departamento, la sucia pared del edificio vecino apreciandose a traves de la
ventana.
Camila: ¿Sabes que la gente suele beber cerveza y no Coca-Cola y agua mientras hace esto? -Intento
burlarse mientras se sentaba entre las piernas de Lauren y apoyaba su cabeza en su hombro, suspirando.
Lauren: A ti no te gusta la cerveza -Respondio encogiendose en hombros-… Y la Coca-Cola te garantiza
diversión hasta la una de la mañana…
Camila simplemente rio levemente y tomo la botella de Colca-Cola entre manos, tomando unos cuántos
tragos de esta bebida.
Camila: No se si quiero intentarlo de nuevo, amor -Susurro mientras cerraba sus ojos unos instantes,
aspirando el olor de Lauren y sintiendose relajada cuándo uno de sus brazos rodeo su cintura
protectoramente, acariciando la piel de su estomago bajo su camiseta.
Lauren: No puedes rendirte tan fácilmente, Camz.
Camila: Lo hemos intentado dos veces, Lauren. Y antes de eso quisimos intentarlo contigo, pero el
doctor dijo que, por tu historial, sería mejor no arriesgarnos… No quiero seguir decepcionandome,
Lauren.
Lauren: ¿Cómo es que estas segura de que vas a decepionarte? ¿Cómo es que estas segura de que la
próxima vez sera como las anteriores?
Camila: No lo estoy -Dijo de inmediato en voz baja, dejando escapar un par de lágrimas que
rápidamente descendieron por sus mejillas-. Pero tengo miedo…
Lauren: Todos tenemos miedo alguna vez. El punto es superarlo.
Camila:… ¿Tu que crees, Lauren?¿Tu crees que deberíamos intentarlo otra vez, a pesar de que todo
podría ser de nuevo un completo fracaso?
Lauren suspiro contra su oido y no dijo nada hasta unos minutos despues.
Lauren: Cuándo era pequeña y mis organos fallaban los doctores nunca se rindieron. Si lo hubiesen
hecho no estaría aca, casada contigo, hablando sobre ellos… Cuándo tu abuela murio no te diste por
vencida. No me di por vencida cuándo mis organos eran una mierda , y tu no lo hiciste cuándo la escuela
era una mierda. No nos dimos por vencidas la primera vez que nos escribimos a traves de nuestras
ventanas y mi madre nos interrumpio. No nos dimos por vencidas cuándo estabamos a punto de hablar y
Sofi nos interrumpió. No nos dimos por vencidas las veces en las que fui al hospital. No nos dimos por
vencidas todas esas veces en las que discutimos… Creo que incluso no nos dimos por vencidas cuándo
me fui… No nos dimos por vencidas cuándo volví y mi madre iba a obligarme a casarme con el estúpido
de Peter. No nos dimos por vencidas las noches de frío en Nueva York. No te diste por vencida cuándo
tu primer borrador fue rechazado, y yo no me di por vencida cuándo aquel chico no quiso contratarme
para trabajar en su estudio… Y hoy no me di por vencida cuándo tuve un mal día de trabajo… Tu madre
no se dio por vencida cuándo Cameron murió y se vio obligada a ser madre soltera hasta que Alejandro
apareció. Normani no se dio por vencida cuándo Dinah le confeso que se había enamorado de ella y por
esta razón quería alejarla. Dinah jamás se dara por vencida ante los intentos de Normani de ser la activa.
Ally no se dio por vencida cuándo Troy murio. Austin y Luis no se dieron por vencidos con su relación.
Becky no se dio por vencida cuándo Thug Harmony se separo. Ariana no se dio por vencida cuándo
descubrio que Peter era un estúpido… Si la respuesta a todo fuese darse por vencido, Camila Cabello, ni
tu ni yo estaríamos aca ahora mismo.
Camila: ¿Eso quiere decir que deberíamos intentarlo?
Lauren: Solo quiero decir que no deberíamos darnos por vencidas, Camz -Contesto.
Camila simplemente sonrio dulcemente, sabiendo de inmediato que Lauren tenía razón.
Ellas merecían ser felices y tener una familia como muchas otras personas en el mundo. No iban a darse
por vencidas con eso.
Era cierto. En el vidrio de la ventana una opaca copia de ella y Lauren tiernamente abrazadas las
miraban fijamente.
Camila: Nos vemos realmente bien juntas -Suspiro mientras juntaba su cuerpo con el de su mujer un
poco más, suspirando ante la cómoda cercania.
Lauren: Lo hacemos -Admitio con una sonrisa-… Hola Camz -Saludo al reflejo golpeando el vidrio
suavemente en el lugar en el cual se reflejaba la nariz de la menor.
Camila rio ante el gesto.
Camila: ¿Puedes creer que, cuándo todo lo nuestro empezo, estabamos en ventanas separadas?
Lauren: Es casi irreal -Murmuro con una sonrisa mientras entrelazaba sus dedos con los de Camila,
quien se mordio el labio inconcientemente al observar sus reflejos.
Camila: Es increible como dos ventanas pasaron a ser solo una, y como dos personas pasaron de ser unas
completas desconocidas a amarse perdidamente, al punto de ser una.
Lauren: Tienes razón -Dijo suavemente mientras sonreia a sus reflejos en la ventana.
Camila Cabello sabía que su historia con Lauren Jauregui tendría un final. También sabía que sería uno
real.
Y como sabía esto quería disfrutar de los pequeños momentos como aquellos, bebiendo Coca-Cola
despreocupadamente mientras su esposa la abrazaba, mirando sus opacos reflejos en la ventana,
hablando sin tener idea de la hora.
Y aunque Camila Cabello odiaba los finales felices, por un minuto, se permitió creer en ellos.
Lauren: Amor -Llamo a su esposa acariciando su espalda desnuda bajo las sábanas azules colocadas en
aquel sofá convertible. Continuaban viviendo en el departamento de Ally, así que no les había quedado
más remedio que cederle su habitación a su pequeña hija y mudarse a la sala-. Es hora de levantarse,
Camila -Susurro contra su oido besando dulcemente su mejilla, justo en el lugar en donde la chica tenía
la pequeña cicatriz de aquella vieja caida de las escaleras.
Camila: No quiero levantarme -Se quejo con voz ronca, cubriendo su cabeza con la sábana y
acurrucandose al cuerpo de Lauren, solo cubierto por unas bragas blancas y un brasier de lunares (No
hare la aclaración en esta parte porque supongo que el dato de nuestra filosofa favorita ya se habrá
grabado en sus mentes).
Lauren: Tienes que hacerlo -Murmuro levantando las sabanas para encontrarse con los ojos cerrados de
su esposa.
Camila: No puedes decirme eso cuándo es tu culpa que este tan cansada -Se quejo mientras se quitaba la
sabana de encima y comenzaba a estirarse y bostezar.
Lauren: Es tu cumpleaños, y quería ser la primera en regalarte algo… Además, estoy segura de que esta
noche estaras muy cansada luego de la fiesta, así que no podremos hacer…
Camila: Lo entiendo -Suspiro levantandose, colocandose la ancha camisa de Lauren que había quedado
tirada sobre el suelo la noche anterior sobre su piel completamente desnuda. Tenían suerte de que
Michelle durmiera tanto, porque sino ya habrían tenido que pagar varias sesiones de terapia-… Lo que
realmente no entiendo es como tu, aun después de ocho años de matrimonio, no me has regalado una
estúpida fusta…
Lauren: Te la regalare cuándo la necesites… -Murmuro con voz ronca y una divertida sonrisa en su
rostro.
Camila: La necesito ahora.
Lauren: No. Ahora lo que necesitas es preparar el desayuno mientras me ocupo de Michelle. Después
podríamos discutir sobre la fusta -Susurro con firmeza antes de levantarse e ir al baño, sabiendo que su
esposa había tenido una buena vista de su cuerpo semi-desnudo en el camino-. Y feliz cumpleaños -Dijo
girando a mirarla con una sonrisa, encontrando los ojos de su mujer caminando tras ella fijos en su
trasero.
Camila: Aun no entiendo como sigues viendote tan perfecta luego de tantos años -Susurro entrando al
baño tras ella comenzando a cepillar sus dientes mientras Lauren decidía tomar una corta ducha-. Yo
tengo las estrias del embarazo…
Lauren: Son las estrias más bonitas que vi -Afirmo mientras abria la ducha, el agua tibia golpeando su
piel con fuerza-. ¿Quieres ayudarme en esto?
Camila: Lo siento, amor. Eso solo nos distraeria,y Michelle tiene que llegar a tiempo, al igual que tu…
Lauren: ¿Qué hay de ti?
Camila: Pedi un día libre. Quiero terminar de escribir mi libro.
Lauren: ¿John y Amy tendran un final feliz? -Quiso saber.
Camila: Terminaran bebiendo cerveza en un callejon y teniendo una charla poco interesante sobre gatos.
Lauren: Es bastante bueno comparado con tus otros finales… Pero sigue sin ser un final feliz… Y eso
me encanta.
………..
Mientras Camila servia el desayuno aun vestida con la holgada camisa de su esposa, Lauren terminaba
de atar las agujetas de su hija en la habitación de esta, demasiado rosa para su gusto.
Aun era lenta, y no lo hacía a la perfección, pero le gustaba poder decirle a su pequeña hija que podía, y
que el esfuerzo vale siempre más que el resultado.
Michelle: ¿Donde iremos luego de la escuela? -Pregunto sin parecer realmente emocionada, mirando
fijamente el suelo con sus ojos verdes, hermosos y escurridizos como los de su madre.
Lauren: Iremos a celebrar el cumpleaños de mami en casa de la tía Ally -Informo dulcemente.
Michelle: Eso me gusta, mamá -Afirmo con una sonrisa, aun mirando fijamente el suelo. Lauren también
sonrio y surpiro. Ver a Michelle era como ver una versión de sí misma en miniatura. Incluso podría
decirse que sus comportamientos eran parecidos, pero Lauren no sabía si atribuirle esto al ADN, a los
años de crianza o al Asperger que ambas compartían. Tal vez cada una de estas tres cosas jugaba su
papel-. Troy es divertido…
Lauren: Lo se -Afirmo. Lo cierto era que Troy tenía el mismo encanto de su madre, y bueno, Ally era su
mejor amiga aun después de treinta y un años, así que Lauren suponía que ese encanto era bastante
grande.
Michelle: Siempre me llama Jauregui. Y dice que soy su princesa…-Relato como si Lauren no supiera
esto- A veces creo que esta loquito, porque no tengo un castillo ni una corona -Susurro con una sonrisa,
como si estuviese contandole un secreto, Lauren riendo ante el gesto-… ¿La tia Mani y la tia Dinah
también iran?
Lauren: Claro que si, amor.
Michelle: Alisha y Shaila siempre intentan abrazarme, mamá. No me gusta -Se quejo cruzandose de
brazos, haciendo un puchero antes de llevarse su dedo a la boca.
Lauren rio dulcemente y beso la cabeza de su hija dulcemente. Sus gestos se parecían tanto a los de
Camila…
Lauren: Se que no te gusta, amor -Dijo con entenimiento, dejando de lado las agujetas ya atadas e
intentando encontrarse con los verdes ojos de Michelle, su hija apartando la mirada de inmediato-. A mi
tampoco me gustaban a tu edad, e incluso ahora solo abrazo pocas personas. Los abrazos son
importantes para ti y para mi, Michelle. Solo se los damos a personas especiales… Si no quieres abrazar
a las mellizas solo debes decirselos ¿Bien? Estoy segura de que entenderan… -Aconsejo- Y si no lo
hacen supongo que decirles que romperas sus discos de Beyonce debería arreglarlo todo.
Michelle: Pero no quiero romper sus discos de Beyonce, mamá.
Lauren: No tienes que hacerlo. Solo les mentiras un poco para que dejen de molestarte.
Michelle: Mami dice que no debo mentir.
Lauren: Tienes razón -Murmuro arrugando su frente-… Supongo que tendremos que idear un nuevo
plan… Pero antes de eso, es hora de desayunar.
Michelle: Cargame, mamá.
Michelle Jauregui-Cabello, tan perezosa como Camila.
Camila: Buenos días, señorita Michelle Jauregui-Cabello -Saludo con una sonrisa a su hija, que había
recostado su cabeza en el hombro de Lauren mientras chupaba su dedo.
Si bien Michelle no era amante de los abrazos, los de sus madres eran bien recibidos, así que cuándo
Camila se acercoa ella y la sujeto entre sus brazos dandole un fuerte apreton y llenando su mejilla de
besos, ella acepto el gesto felizmente.
Lauren simplemente miro a su hija con una sonrisa y asintio levantandose de inmediato para buscar la
sopa de letras a medio hacer, la cual tenía palabras que un niño normal de cinco años no conoceria.
Michelle: Un día voy a ser muy rápida haciendo esto. Voy a ser como tu, mamá.
Camila: No dudo eso -Dijo colocando tres platos repletos de comida sobre la mesa, al igual que dos tazas
de café para ella y su esposa y un vaso de jugo para la pequeña-. Y mientras resuelves eso tal vez
deberías comer un poco, Michelle.
Michelle: ¿Solo un poco?
Camila: Si quieres puedes comertelo todo…
Michelle: Bien -Dijo con una sonrisa antes de volver a su sopa de letras e intentano llevarse un buen
bocado de tortilla a la boca, solo logrando que este trozo cayera directo en la mesa.
Camila: Sera mejor que dejes eso a un lado por un tiempo, bebe -Susurro acariciando la espalda de su
hija, pero esta pareció no darse cuénta de que se le estaba hablando y siguio encontrando palabras en
aquel revoltijo.
Lauren: Dejame hacer esto a mi, amor -Se ofrecio tomando los cubiertos y llevando un pequeño trozo de
tortilla a la boca de su hija, quien lo mastico y trago casi de forma automatica mientras intentaba
encontrar la palabra “Manualidad” en la última hilera-. Cuándo era pequeña era igual a ella. Mamá solía
quitarme el cuaderno de ejercicios para que pudiera comer, pero eso solo me alteraba y comenzaba a
chasquear mis dedos…
Camila: Ella no chasquea sus dedos -Observo de inmediato.
Lauren: Lo se, pero…
Camila: Frota sus manos, lo se.
Lauren simplemente asintio y siguio alimentando a su hija por unos minutos, el desayuno transcurriendo
en silencio.
Michelle: Mami, termine cno este cuaderno de ejercicios -Notifico enseñando a Camila el cuaderno
repleto de sopas de letras terminadas. Cualquiera habría creido que la niña estaría feliz con esto, pero
solo había seriedad, y tal vez tristeza, en su rostro- ¿Puedes darme otro?
Camila: Por supuesto -Accedio levantandose, buscando un nuevo cuaderno de ejercicios en la pequeña
biblioteca-. Pero no puedes llevarlo al preescolar ¿Bien? Recuerda lo que hicieron los niños la otra vez…
Michelle: Les dije que no era un cuaderno de dibujo, pero son tontos.
Lauren: No lo son, princesa. Solo ven las cosas de otra forma. Ellos aun no saben leer, y tu ya puedes
hacerlo como un adulto. Habra cosas que tu entiendas y ellos no…
Michelle: Y cosas que ellos entiendan y yo no. Ya me lo has dicho, mamá.
Lauren: Esta bien recordartelo de vez en cuándo…
………
Mientras Michelle cantaba canciones y hacía dibujos con su divertida maestra y Lauren tomaba fotos en
un bautizo, Camila terminaba de escribir su libro.
No estaba escribiendo su historia de amor con Lauren, y tampoco planeaba hacerlo.
Las historias de amor reales son entre dos personas, por lo tanto, debe quedarse entre dos personas.
Lauren no sabía que su esposa estaba a mitad de la escritura de su epilogo cuándo decidió llamar.
Camila: ¿Lauren? -Pregunto de inmediato, deteniendo su trabajo. Lauren no solía llamarla a esas horas,
pues estaba demasiado ocupada, así que comenzo a preocuparse.
Lauren: ¿Esperabas a alguien más? -Pregunto burlonamente entrando a su auto y dejando su bolsa con
las cámaras a un lado.
Camila: Tal vez alguna promoción de una compañia de cable…
Lauren: Bien, pues yo solo quiero ofrecerte ir a buscar a Michelle al preescolar juntas e ir a casa de Ally
antes de que Dinah, Mani y sus hijos se lo coman todo.
Camila: ¿Y cual es el precio de esto?
Lauren: Solo un beso, señora Camila Jauregui.
Camila: Es una precio bastante alto -Se burlo sin poder dejar de pensar en lo bien que se sentía ser
llamada “Camila Jauregui”. Aun después de ocho años de matrimonio no se había acostumbrado a esto
del todo, y su corazón seguia alocandose cuándo la llamaban de esta forma. Era como si aun fuese su
primer día de casadas.
Lauren: Si acepta nuestra promoción le daremos una fusta como regalo -La chantajeo mientras encendía
el auto y comenzaba a conducir por las calles de Miami en dirección a su departamento.
Camila: ¡Acepto!
………….
Camila: Creo que se me olvido preguntarte por qué saliste tan temprano del trabajo -Dijo sujetando
fuertemente la mano de su esposa, quien la ayudaba a salir del auto, como siempre desde hacía más de
ocho años-… Fue culpa de la fusta. Creo que estuve observandola durante todo el camino. ¿Sabes las
miles de cosas que podriamos hacer con ella?
Lauren: El bautizo termino bastante temprano y el estudio estaba desierto, así que decidi tomarme el día
para celebrar el cumpleaños de mi hermosa esposa -Explico besando su mano delicadamente, entrando al
lugar-. Y no deberías pensar ni hablar sobre tu fusta ahora mismo. Estamos en un preescolar.
Camila: Esta bien. Puede que en eso tengas algo de razón.
Lauren rio.
Lauren:… ¿Terminaste tu libro? -Pregunto con interes abriendo la puerta que daba hacía el patio de
juegos, donde los niños solían esperar a que sus padres fueran a buscarlos.
Camila: Si… John dijo “¿Sabes que, Amy? Te comprare un gato para navidad”, y di por terminada mi
sexta obra maestra.
Lauren: Suena bien. No puedo esperar a leerlo.
Camila: Tendras la primera copia, ya lo sabes.
XX: ¡Mamá! ¡Mami!
Antes de que Lauren pudiera darse cuenta la pequeña Michelle ya había llegado hasta ellas y abrazaba
con fuerzas las piernas de ambas.
Lauren se sentía orgullosa al decir que era de una de las pocas personas a las que Michelle Jauregui-
Cabello abrazaba. Eso lo hacía más especial.
Camila: Hola bebe -Saludo cariñosamente, alzando a su niña entre sus brazos, quien de inmediato
escondio su cabeza en su cuello y comenzo a frotar sus manos-. ¿Cómo te fue?
Lauren conocía la conducta de su hija. Sabía que el que estuviese frotando sus manos solo indicaba algo
malo.
XX: Tropezo mientras jugabamos a las carreras y algunos niños se rieron -Camila suspiro. Si bien la
niña tenía la sangre de su esposa y era una pequeña copia física de ella, a veces la mujer no podía
comprender como parecía tener su torpeza-… Pero no se preocupen. Ellos pasaron un buen tiempo en el
rincón.
Lauren: ¿Puedo hablar con ellos? -Pregunto de inmediato, un claro enojo en su voz.
Camila: Lauren -La detuvo-, son solo niños. Respira.
Lauren asintio lentamente y tomo aire, de inmediato sintiendo sus dedos comenzar a chasquear.
Excelente, ahora Camila tenía dos ojiverdes a las cuales tranquilizar.
Pero justo en ese instante un pequeño niño de cabello rubio y rizado, con hermosos ojos color miel y
sonrisa levemente torcida llego hasta ellas.
YY: ¿Esta bien Michelle, señorita Jones? -Pregunto casi en un susurro, como si no quisiera que Lauren y
Camila le escucharan.
XX: Lo esta, Will -Aseguro.
Will: Pero ella no parece estar bien…
XX: Lo esta, Will. Ella solo esta cansada, así que ira con sus madres a dormir…
Michelle: No iremos a casa -Interrumpio en voz baja, aun frotando sus manos-. Iremos a casa de la tía
Ally. Hoy es elcumpleaños de mi mami Camz…
Lauren: ¿Quien es el, amor? -Quiso saber de inmediato. Los celos y la desconfianza eran evidentes en su
voz.
Michelle: Es Will. Me cae bien -Susurro bajando de los brazos de su madre, quien sujeto sus manos de
inmediato, haciendo que estas de dejaran de frotarse entre si. Al parecer las manos de Camila Cabello
eran mágicas para Lauren Jauregui y toda su descendencia-… El le dijo a los otros que se callaran
cuándo me cai.
Camila: Un gusto conocerte, Will -Saludo con una sonrisa.
Will: ¿Ella es tu mamá, Michelle? -Pregunto señalando a Lauren, que lo miraba seriamente, como si
hubiese cometido algun delito. Por suerte era un niño, porque sino habría salido corriendo. Michelle
simplemente asintio llevandose un dedo a la boca-. ¿Y ella también es tu mamá? -Pregunto ahora con
una sonrisa en el rostro, señalando a Camila.
Michelle: Es mi mami -Murmuro en voz baja con una sonrisa, escondiendo su rostro timidamente en una
de las piernas de ella, su cabello siendo acariciado por la mano de Lauren.
Will: ¿Tienes dos madres? -Pregunto con los ojos bien abiertos, Lauren riendo por primera vez desde
que lo había visto.
XX: Will, no creo que debas preguntar eso…
Camila: Oh, no, esta bien. Es solo curiosidad -La tranquilizo de inmediato.
XX: Oh, bien, yo solo… ¡Sam! ¡Deja la nariz de Josh en paz!… Lo siento, tengo que cuidar a los demás
niños.
Will: Genial -Dijo mirando a las mujeres con una sonrisa-. Yo solo tengo dos papás -Les comento con
total naturalidad.
Michelle: Eso es raro -Comento con una sonrisa, arrugando su nariz como Camila lo hacía al reir.
Will: Claro que no. Ellos son raros -Comento mirando a los otros niños, que hacian pasteles con la tierra
del patio de juegos y reian como locos-. Tienen solo un papá y una mamá. Es muy extraño.
Michelle: Lo se -Rio.
XX: Hora de irnos, William -Dijo en cuanto atraveso la puerta, abrazando al pequeño y dandole vueltas,
ambos riendo a carcajadas.
Lauren: ¿Brad? -Pregunto asombrada en cuándo las vueltas pararon.
Brad: ¡Lauren! -Exclamo animado, dedicandole una sonrisa. Al parecer aun recordaba su regla de “no
abrazos”.
Lauren: ¿Dónde has estado? Siempre voy a tu floristeria, pero ahora es tu hermana quien se encarga del
negocio…
Brad: Tristan y yo estuvimos trabajando en una sucursal en Florida. Volvimos hace solo un par de meses
luego de adoptar a este travieso -Notifico revolviendo juguetonamente el cabello del pequeño.
Will: ¡Papá, no hagas eso! -Dijo enojado, alejandose-. ¡Papá Tristan estuvo peinandolo por cinco
minutos en la mañana! ¡Se va a enojar conmigo!
Camila: No se va a enojar contigo -Dijo con una sonrisa que pareció tranquilizar al pequeño.
Camila recordo la vez en la que Michelle y ella habían tenido una guerra de pinturas en el salon. Lauren
se enfado porque habían ensuciado su ropa, pero toda su ira fue dirigida a Camila y no a la pequeña
Michelle. No le hablo durante un par de días.
Ally: ¡Jauregui! -Saludo al llegar, saliendo de la cocina de la enorme casa que había comprado años atras
con un monton de harina en la cara- Llegaron antes de lo que esperaba -Dijo con sonrisa antes de abrazar
fuertemente a Camila-. Feliz cumpleaños, Mila.
Camila: Gracias, Ally… ¿Estabas haciendo galletas o algo asi?
Ally: Sí -Asintio con una sonrisa-. Molly quiere algunas, y Thomas es demasiado perezoso como para
prepararlas.
Thomas era el nuevo esposo de Ally y llevaban juntos unos cuatro años. Se conocieron en la iglesia, y
hablaron hasta que Troy le dijo a su madre que tenía sueño… Molly era una hija que el hombre había
tenido en su matrimonio anterior, el cual había sido completamente desastroso. Estaba con ellos la
mayoría de los días, ya que su madre biologica viajaba por todo el mundo haciendo negocios.
¿Qué sucedio con James el páramedico?
Supongo que lo suyo con Ally no estaba destinado.
Simplemente existen cosas que funcionan, y otras que no.
Troy: ¿Quieres dibujar un rato, princesa Michelle? -Pregunto con una sonrisa a la pequeña, que miraba
el suelo fijamente mientras chupaba su dedo.
La niña asintio y no dijo nada al chico por haberla llamado “princesa”. La pequeña no solía hablar si no
era con sus madres.
Troy: Vamos Jauregui -Animo sujetando su mano, su voz fallando al final de la frase debido a los
efectos de la pubertad.
Lauren: Se parece tanto a el -Suspiro en cuánto se marcharon.
Ally: Lo se, Jauregui -Dijo con una sonrisa, mirando como ambos se sentaban en la mesa del comedor, y
con hojas y lapices comenzaban a dibujar-. Pero tiene el encanto de su madre, debes admitirlo.
Lauren: Eso no sabría decirlo -Intento burlarse.
Ally: Tiene novia ¿Puedes creerlo?… ¡Usa faldas sobre su rodilla! ¡Sobre la rodilla, Jauregui!… El dice
que una buena chica, pero no puedo creerlo cuándo se viste así. Es mi bebe, no puede salir con una -
Miro hacía todos lados, con miedo- prostituta barata -Susurro.
Lauren: Estas exagerando, Brooke… -Dijo con una sonrisa
Ally: Dimelo cuándo Michelle tenga novio -Contraataco con cierto enojo antes de volver a la cocina.
No hace falta decir que Lauren dejo de reir con estas palabras.
………..
Dinah, Normani y sus cinco hijos llegaron justo cuándo Ally terminaba de sacar las galletas del horno.
Las mellizas y Jamal y Said, de cuatro y tres años, fueron de inmediato a pintar junto a Michelle y Troy
en la mesa, mientras que la pequeña Anjali, de uno, prefirio quedarse durmiendo en los brazos de Dinah.
Dinah: Me estan volviendo loca -Se quejo al sentarse en el sofa, donde Lauren y Camila estaban
también, la mayor rodeando protectoramente la cintura de su esposa-. Los amo, pero lo estan haciendo…
Normani: Solo lo dices porque se comen la mitad de los pasteles en la pasteleria -Se burlo acariciando
sus brazos y dejando un tierno beso en su mejilla-… Y porque no hacemos “eso” desde hace una
semana…
Dinah: Said decidió escoger esta semana para tenerle miedo a la oscuridad -Comento con cierto fastidio.
Normani: Fue tu culpa. Tu le metiste esa idea de los monstruos bajo su cama en la cabeza.
Dinah: ¡Solo quería que limpiara!
Normani: ¡Ofrecerle un dulce habría sido suficiente!
Dinah: Ese consejo habría sido bueno si…
Lauren dejo de prestarle atención a la discusión de la pareja cuándo su pequeña hija se acerco a ellas
timidamente, con un papel tras la espalda.
Michelle: No es bonito como los dibujos de mamá, pero -Explico en cuánto logro detener su risa,
sacando el dibujo tras su espalda- es para ti, mami… Feliz cumpleaños.
Los ojos de Camila de inmediato se llenaron de lágrimas y simplemente abrazo a la pequeña con fuerzas,
quien rodeo su cuello con sus pequeños brazos y planto un beso en su mejilla.
Camila: Explicale a mamá y a mami el dibujo, amor -Pidio con una sonrisa, lágrimas llenando sus
mejillas.
Michelle: Esta soy yo -Dijo señalando a la figura más pequeña, la cual tenía un pequeño cuaderno entre
manos. Lauren dedujo que se trataba de su cuaderno de ejercicios-. Y esta es mamá -Indico señalando a
una mujer con ropa oscura y una enorme bolsa. Lauren rio. El simple detalle de las bolsas de sus
cámaras indicaba cuán bien su pequeña la conocia-. Y esta eres tu, mami. Y estas usando una de las
camisas de mamá porque tu siempre usas las camisas de mamá.
Camila: No siempre…
Michelle: ¡Claro que si! -Dijo de inmediato-. La camisa que llevas ahora es de mamá -Camila no pudo
decir nada, pues era cierto-… Tal vez deberías comprarle solo ropa a mamá, y así tendrías más dinero
para comprarme sopas de letras.
Los niños piden juguetes. Michelle Jauregui-Cabello se conformaba con letras esparcidas al azar en un
cuadrado.
Lauren: Es una buena idea -Dijo encogiendose en hombros. No le molestaba compartir ropa con Camila.
Lo hacían desde antes de casarse.
Camila: ¿Y qué es este punto azul al lado de ti, Michelle? -Pregunto curiosa.
Lauren se sorprendio, pues no lo había notado. Era tan pequeño que lo había pasado por alto.
Lauren: ¿Quien quiere algo de Coca-Cola para celebrar que mami se este volviendo anciana?
Camila: Eres un año mayor que yo, Lauren. No deberías burlarte con eso.
Michelle: Yo quiero -Dijo ignorando el comentario de su madre, corriendo al refrigerador para sacar dos
botellas de Coca-Cola para Camila y ella y una de Coca-Cola light para Lauren, sosteniendola entre
manos.
Camila: Dejame ayudarte con eso, bebe -Dijo tomando las botellas-. Y no me vengas con que no eres
una bebe. Lo eres para mi y punto.
Lauren simplemente rio y se sento en el borde de la ventana, la cual seguia teniendo vista a la sucia
pared del edificio vecino. Camila, como siempre, se sento entre sus piernas, y Michelle sobre las piernas
de Camila.
Michelle: Me gusta mirar por la ventana con ustedes -Susurro recostando su cabeza sobre el estomago de
Camila mientras esta jugaba con su cabello-. Es divertido… La tia Ally y Troy ven television. Las tias
Dinah y Mani juegan a las charadas con los primos. Becky ve videos de Thug Harmony con sus hijos.
Las abuelas ven telenovelas. Los abuelos reparan los autos. Vero y Lucy viajan todo el tiempo… La
señorita Jones me dijo que esos eran pasatiempos. ¿Lo que nosotros hacemos con la ventana es un
pasatiempo también?
Lauren: Lo es, amor -Susurro con una sonrisa-. Hola Michelle -Dijo con voz tierna, golpeando la nariz
del reflejo de su hija en el cristal, quien arrugo la nariz tiernamente ante el gesto.
Michelle: Hola mamá -Dijo con una sonrisa.
Ya no eran dos ventanas separadas, ni una ventana con dos reflejos. Ahora eran tres reflejos, y Lauren y
Camila solo podían sentirse completamente felices con esto.
Camila: ¿Sabes que tu mamá y yo nos conocimos por una ventana, Michelle? -Pregunto con una
sonrisa,observando a aquella pequeña que se había robado su corazón en cuánto la tuvo entre sus brazos.
Michelle: Lo se -Asintio con una sonrisa, cerrando sus pequeños ojos verdes-. Mamá dice que sigues
siendo tan hermosa como la primera vez que te vio, y que esta feliz de que su historia fuera sobre
dragones y unicornio -Susurro como si no quisera que Lauren escuchara, sujetando inconcientemente los
dos dijes que colgaban de su cuello. Eran el dragon rosa y el unicornio verde que Lauren le había
regalado años atras, los cuales la niña había quitado un día del cuello de sus madres y no había devuelto-
. Me dijo que te ama mucho -Murmuro.
Camila: Y yo la amo mucho, bebe -Reconocio girando su cabeza para encontrarse con los ojos verdes de
su esposa, que le sonreia dulcemente.
A Lauren le gustaban sus ojos color chocolate. Le gustaba la forma en la que podía verse en ellos y darse
cuénta de cuan feliz Camila la hacía.
Michelle: Mamá también me dijo que eres perfecta -Añadio con un bostezo.
Camila: Ella también es perfecta, bebe -Reconoció acercandose lentamente a los labios de Lauren.
Michelle: Ambas lo son -Decidio antes de que Lauren y Camila se besaran.
……..
Camila: Fue un día largo -Dijo con una enorme sonrisa antes de meterse bajo las sábanas.
Lauren: Y aun no ha terminado, Camz -Añadio.
Camila: ¿Que quieres decir con eso?
Lauren: Quiero decir que son las once y cinco, así que aun es tu cumpleaños… Y yo tengo un regalo más
para ti.
Camila: ¿Otra fusta?
Lauren: No -Nego riendo, sacando algo cuidadosamente de uno de los cajones del pequeño escritorio
sobre el cual descansaba la computadora de Camila, colocandolo tras su espalda antes de recostarse
sobre el sofa al lado de su esposa, que de inmediato se acurruco a su lado.
Camila: ¿Una rosa, entonces?
Lauren: Casi adivinas -Murmuro con una sonrisa, besando sus labios por unos segundos-. Son dos -Dijo
sacando ambas rosas rojas de la parte trasera de su espalda, Camila mostrando una clara confusión al
verlas.
Camila: ¿Dos rosas? ¿Acaso has estado engañandome? -Pregunto burlonamente.
Lauren: No -Nego de inmediato, completamente horrizada-. ¿Acaso olvidaste lo que significan?… La
rosa significaba las personas con las cuales quería estar en ese momento… Estas dos rosas significan las
personas con las cuales quiero estar en ESTE momento.
Camila: ¿Michelle y yo?
Lauren: Michelle y tu -Reconocio-… Jamás imagine que dos personas pudieran hacerme tan feliz. Daría
mi vida por ustedes… Las amo tanto, Camz…
Camila: Yo también las amo, Lolo.
Lauren sintió sus ojos humedecerse al escuchar el apodo que usaban años atras, cuándo comenzaban a
conocerse, así que sujeto la mano de su esposa fuertemente, acariciando sus nudillos con su pulgar y
beso sus labios con ternura.
Luego abrio sus ojos ampliamente, como recordando algo, y saco un papel arrugado de su bolsillo,
dandoselo a Camila, quien lo desdoblo al instante.
“Te amo, chica de la ventana” Citaba. Y Camila recordo claramente como papeles y trazos habían
constituido sus primeras conversaciones.
Lauren Jauregui no necesitaba conquistar a Camila Cabello con poemas sacados de internet. Lauren la
conquistaba con cosas pequeñas y significativas como aquella, y amaba esto.
Ella era completamente perfecta para Camila Cabello,
Lauren sonrio y miro el reloj digital pegado en la pared frente a aquel sofa plegable que usaban como
cama.
Lauren: Once y once -Murmuro con una sonrisa-. Se que somos grandes para esto, pero pide un deseo.
Camila: Ya tengo todo lo que deseo, chica de la ventana -Dijo antes de besarla.
……….
Me gustaría decir que su historia fue eterna y completamente perfecta, pero ellas eran chicas reales con
historias reales, así que esto es imposible.
Me gustaría decir que tuvieron un final feliz, muriendo ambas anciadas y tomadas de la mano junto a un
lago mientras hablaban sobre sus miles de gatos.
Me gustaria decir que vivieron grandes aventuras junto a sus hijos y que compartieron hermosas sonrisas
junto a sus nietos.
Pero si lo hago estaría mintiendo.
Lo siento…
No dire como paso, ni cuándo.
Solo dire que, a los treinta y tres, Camila y Lauren hablaron sobre el final.
Lauren pensaba que sería la primera en morir. Pensaba que alguno de sus problemas volvería y
terminaría con ella… Tal vez sería su corazón, o algo nuevo y completamente mortal.
Camila, en cambio, pensaba que ella sería la primera. Dijo que un auto la aplastaria, o que el cancer, el
cual se había llevado la vida de su padre biologico cuándo tenía tres años, la atacaria y terminaria con
ella.
Supongo que la chica de la ventana tenía razón…