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Capítulo 1

Felicito Yanaqué, dueño de la empresa de transportes nirihuala, vivía en el centro de


Piura, recibe una carta sospechosa cuyo objetivo era, extorsionarlo pidiéndole quinientos
dólares, la carta estaba escrita con letra bailarina y con manchones de tinta, resaltando la
firma, que llevaba un tosco dibujo de lo que parecía una arañita.. Se sentía sorprendido,
con la vaga sensación de que se trataba con una broma de mal gusto. Fue a la comisaria a
denunciar, así que hablo con el sargento, ya que el comisario estaba de vacaciones, sin
embargo no le tomaron importancia a dicho caso. Se dirigió al mercado buscar a Adelaida,
a contarle lo sucedido ella le pidió que cediera a lo que le pedían en la carta, ya que tenía
un mal presentimiento, el negándose recuerda aquel día en el que Adelaida también le
advirtió antes de que ocurriera aquel accidente con su camión.

Capitulo 2

Don Ismael pasó por su oficina proponiendo almorzar juntos, Rigoberto pensó que una vez
le iba a pedir que no se jubile ya que era su jefe en empresa que laboraba, sin embargo ,
le pidió que sea su testigo de matrimonio, el reacciono alterándose por dicha noticia ya que
la novia era la empleada de Ismael. Defendiendo la decisión Ismael declara que ella sería
la persona indicada para su vejez ya que estuvo a su lado cuidándolo siempre y siempre
defendiendo su decisión con más argumentos durante el almuerzo.

Capitulo 3

Felicito visita a Mabel, ella era su amante, comienza narrando como la conoció y que fue
un amor a primera vista, la vio por primera vez en un estadio y luego se comenzar a
frecuentar. Después de eso Felicito estuvo en la casa de Mabel, pero estaba raro, él le dijo
que se estaba resfriando pero ella no le creyó, pero Felicito termino contándole sobre la
carta que recibió de los extorsionadores ella se palideció. Felicito le dijo a Mabel que ya se
iba a ir , al salir de su casa vio en la puerta otra carta pero era de otro color al primero ,
pero tenía la misma firma de la arañita, en ella decía que había hecho muy mal en ir a la
comisaria a poner una denuncia , esto quería decir que lo estaban espiando, no haciendo
caso a eso fue de nuevo a la comisaria y habló con el capitán Silva ,éste le dijo que ya
tenía conocimiento de su caso y que no le tome importancia , salió desanimado y
deprimido y se fue a su casa , comenzó a pensar sobre si Miguel era su hijo o no , contó
porque se casó con Gertrudis no amándola , se durmió, al levantarse a las seis, siente
unos golpes fuertes en la puerta , abrió y vio a Lucindo, le dijo que su oficina se estaba
quemando y que valla corriendo.

Capitulo 4

Este capítulo trata del matrimonio de Ismael y Armida, del cual Rigoberto y Lucrecia
recordaban como un matrimonio en el cual no hubo invitados ni festejo y que no tuvo
concurrencia.  El mismo, tuvo lugar en la comunidad de Chorrillos un día normal en el
cual las personas realizaban sus tareas de rutina. Ismael vestía de gris con la
elegancia de costumbre y Armida con un traje sastre y zapatos, se le notaba nerviosa
y retraída.  La ceremonia fue rápida y luego vinieron los abrazos y felicitaciones, luego
pasaron a la iglesia Nuestra Señora del Carmen, a la ceremonia religiosa. Lucrecia le
comentó a Rigoberto que no creía que eso estuviera pasando ya que Armida era la
empleada de Ismael, y ella vestía siempre con ropas muy anchas, y al morir la esposa
de él, esta empezó a coquetearle hasta que lo enamoró. 

CAPITULO 5

Felicito decide hacer público su resistencia a las amenazas recibidas de parte de los
extorsionadores en un diario, siendo celebrado por el pueblo pero advertido por la
policía de su arriesgada acción. Más tarde, se encuentra con su compadre vignolo
quien le explica sobre el crecimiento de la extorsión en Piura y le aconseja que page lo
que le piden para que no pase a mayores, pero Felicito no le hace caso. Más tarde
recibe una carta de los extorsionadores que le dicen que se retracte en su decisión de
no pagarle ya que si no lo hace, ocurriría una desgracia más tormentosa y fuerte de la
que ya tuvo. De regreso a su taller se encuentra con el comandante quien le dice que
tuvieron una pista pero es muy pronto para informarle.

CAPITULO 6

Rigoberto, el padre de Fonchito, junto con su madrastra Lucrecia estaban sumamente


preocupados por lo que estaba sucediendo su hijo y las apariciones que veía, no sabían si
creerles o pensar que estaba mintiendo solo para llamar la atención de ellos ya que no era la
primera vez que el inventaba algo, pero ya él empezaba actuar muy extraño ya no habla ni
siquiera con ellos estaba muy callado y apartado de los demás, ellos les dieron mucha vuelta al
asunto y finalmente decidieron llevar a Fonchito a un psicólogo el cual sorprendente
mente acepto a ir sin objeción alguna.  Al salir del consultorio la doctora les dijo que Fonchito
era el niño más normal que ella a conocido aparte de ser muy inteligente y sensible, que si el
tal Edilberto torres existía, les aseguraba de que se trataba de una persona real de carne y
hueso, despertando aún más la preocupación de los padres de Fonchito. Después de un
tiempo no se volvió hablar más sobre el asunto de las apariciones no se volvió a saber más del
tal Edilberto torres y Fonchito siguió con su vida normal iba al colegio a sus prácticas salía con
amigos y se quedaba horas estudiando pero aun así Rigoberto y Lucrecia no sentían que
Fonchito era el mismo.

CAPITULO 7

Se encontraban, el sargento Lituma y el capitán Silva, examinando las cartas y dibujos de


los chantajistas, cuando el sargento recordó que había conocido, hace mucho tiempo, a
Josefino Rojas, el cual hacía dibujitos muy parecidos a los de las cartas. Habían crecido juntos,
él, Josefino y los primos del sargento, José y el mono León. Josefino Rojas se convirtió en un
proxeneta de un lugar llamado la Casa Verde, y un hombre de la mala vida. Lituma le contó
toda la historia al capitán, que éste último terminó sospechando del tal Josefino.
El sargento se fue a Piura en busca de recuerdos y respuestas y se encontró con su primo José
León. Le trajo muchos recuerdos conversar con su primo, y se le vino a la mente, que no había
sido el tal Josefino el que dibujaba, sino su primo José.

Al regresar a la comisaría el señor Felicito, había llegado con otra carta de chantaje, que decía
que habían secuestrado a Mabel, la amante del señor Felicito.

CAPITULO 8

Miki y Escobita van a visitar a don Rigoberto para pedirle que declare ante el juez que su padre
Ismael carrera que se casó con su empleada no estaba en todos sus sentidos a la hora que
decidió el matrimonio. Llegaron al principio muy calmados bien vestidos cosa que le extraña a
Don Rigoberto por todas las mañas que tienen estos mellizos; trata de llevar la conversión
muy calmada mente pero con el cuidado que estos dos necesitan. Cuando don Rigoberto
les expresa que declarara ante el juez que el Sr. Ismael estaba en todos sus sentidos cuando
tomó la decisión y que nos lo apoyara se molestan suben la voz y se ponen el ambiente tenso,
luego vuelven a tomar su posición de hijos calmados y preocupados por su padre. Le ofrecen
dinero para que declare a favor de ellos ante el juez pero este se molesta y les pidió que
salieran de su casa pero los chicos se alteraron y escobita se levantó con intenciones de
pegarle pero Mike lo detuve y le pidió que se disculpara con su tío, escobita no quería pero su
hermano lo convenció y este se disculpó Don Rigoberto tranquilo desde el principio le aceptó
la disculpa, Miki y escobita se retiraron pero antes le dijeron que pensara las cosas porque a Él
le iría mal judicialmente y se retiraron. Al instante aparecieron Lucrecia y justiniana se
escucharon todo y estaban preparadas para defender a Don Rigoberto.

CAPITULO 9

Seis días después de publicado el segundo aviso de Felicito en EL TIEMPO, el sargento Lituma y
el capitán Silva no tenían noticias de ella y Lituma conocía bastante a su jefe para saber lo
inquieto que estaba el comisario, estaba preocupado por el caso del Mabel no sabía si estaba
muerta o viva, decidieron llevar a Felicito a un bar porque sufría mucho.
El capitán le decía a Felicito que le crea y que solo les hiciera creer a los secuestradores que
aceptara sus condiciones que no iba a darles ni un centavo, él le juro por su madre que no
pasaría eso.
Felicito recordó que venía de una familia muy humilde, su madre lo abandono, su padre era
muy recto y siempre fue así para hacer de él un buen hombre, siempre fue un niño estudioso
que hacia enorgullecer a su padre haciendo que se hinche como un pavo real del orgullo que
sentía. Su padre nunca pidió limosna, ni dejaba que nadie lo humillara.
El comisario le pidió que solo pusiera el anuncio en el periódico el tiempo, se creerán que lo
han quebrado y soltaran a Mabel y se dejaran ver y así los atraparemos a esos mafiosos,
finalmente Felicito aceptó y el comisario le dictó lo siguiente:
AGRADECIMIENTO AL Señor Cautivo de Ayabaca, le agradezco en su infinita bondad, me
hiciera el milagro que le pedí. Estaré siempre agradecido y presto a seguir todos sus pasos que
me quieran señalar.
Un devoto.
Mientras esperaban noticias de los mafiosos por otro lado Lituma había recibido noticia de los
hermanos León diciendo que habían convencido a Rita de que el mono saliera con ellos.
Se encontraron en un chifa y le costó trabajo reconocer al mono, se abrazaron y pidieron unas
cervezas. La reunión fue estirada al comienzo pero luego ya se ponía más sabrosa la
conversación recordando viejos tiempos y luego más interesante, el mono toco la
conversación de Felicito y Lituma sintió que recobraba la conciencia, le dijo: ¿qué pasa con el
pobre de Felicito primo?, Dijo el mono: ¿Tú debes saber si piensa pagar sus cupos?, Y
respondió Lituma que sus hijos y esposa estaba preocupados por él.
Lituma le pregunto si conocía a los hijos de Felicito, José dijo que poco tiempo y el mono lo
contradijo más bien que tenía tiempo de conocerlos hasta habían viajado con ellos que sus
hijos venia arreglar sus coches a su mecánica de José y con la mirada José como que le
suplicaba al mono que ya no hable más de Felicito y Lituma se dio cuenta que se incomodaba y
otra vez José empezaba a hacer sus rayitas y le preguntaba sobre las investigaciones que ya
habían realizado ,si tenían algún avance ,el comisario solo dijo que tenían algunas pistas tarde
o temprano los atraparan. Lituma se despidió de sus primos y se fue a descansar a su casa y se
quedó en la cama pensando sobre todo en José.
Sin embargo lo primero que hizo a la mañana siguiente es contárselo todo a su jefe pero a él
no le pareció raro, sin embargo lo apunto en una libreta y quedaron en interrogar a Miguel y
Tiburcio (los hijos de Felicito) por separado aún no habían hablado lo suficiente con ellos.
En ese momento el guardia abrió la puerta anuncio una llamada que era de Felicito contesto y
le dijo que los mafiosos habían soltado a Mabel y paso como él lo suponía, le dijo a Lituma y
fueron a su casa a hacerle las interrogaciones respectivas del caso y querían saber en qué
estado la encontrarían.

CAPITULO 10

El padre O Dónovan se sorprendió al ver a Rigoberto por la sacristía y le pregunto ¿qué haces
por acá? Y respondió Rigoberto que necesitaba un consejo.

Eran buenos amigos y compañeros de carpeta de la clase de derecho.

Rigoberto y Lucrecia tenían un problema con Fonchito ya no sabían qué hacer con el porque le
estaba sacando canas verdes. El padre dijo –hombre no te preocupes todos los jóvenes a los
quince traen problemas y si no los tienes, son tontos. Es normal. Le dijo Rigoberto al padre de
que Fonchito no era un chico normal y hacia cosas que los adolescentes hacen más bien dice
que se le aparece el diablo y ve a un tal Edilberto Torres y el cura soltó una carcajada porque
no pensaba escuchar eso de Rigoberto.

Fonchito le conto a su papa que ese señor tenía ojos brillantes y a cada rato se le aparecía, la
otra vez que fue al cine del Larcomar allí estaba a su costado llorando pero una cosa fue rara
no sabía porque y después se fue. El cura le dijo que lo trajera para que conversen pero de
ninguna manera lo obligara y que tenían que conversar como amigos.

Luego Fonchito y el cura hablaron y le cayó muy bien. Había llegado a una conclusión: que su
hijo tenía una especie de don y si era darle cariño y dejarlo en Paz. Lo seguro es que ese
personaje existía o no, no quería hacerle daño a su hijo. Que Fonchito tenía una especie de
contacto con el mas allá por su alama pura y dijo que podía ser una especie de angelito.

CAPITULO 11

Lituma y el capitán Silva llegaron a la casita de Castilla donde vive Mabel, ¿se preguntaban en
qué estado encontrarían a la pobre morochita? ¿Qué le habrán hecho los secuestradores?

Les abrió la puerta a los policías Felicito y ellos notaron que la expresión de Felicito era buena
ahora sonreía de oreja a oreja, y le dijo que tenían razón que la soltarían a Mabel y que ahora
se duchaba. Luego ella salió para que los policías la interroguen estaba en bata, Felicito les dijo
a las policías que no la habían maltratado y ella lo afirmo pero dijo que no era maltrato acaso
dormir en el suelo y con los ojos vendados.

El capitán silva le pregunto a Mabel ¿logro verle la cara? ¿Qué ruidos escuchaba durante el
secuestro? ¿Los reconocería si los viera de nuevo? Y ella respondió contradiciéndose en la
mayoría de respuestas, despertando así la duda del capitán silva sobre el secuestro luego se
retiraron porque ella rompía en llanto y estaba muy nerviosa y dijeron que le brindarían
protección las 24 horas del día y que descuide.

Pero el capitán silva le confirmó a Lituma su sospecha que a Mabel no la habían secuestrado
sino que era una cómplice de los secuestradores, sorprendiendo así a Lituma ya que él no se
había dado cuenta, acordaron en atrapar muy pronto a los secuestradores porque habían
cometido su primer error.

CAPITULO 12

La señora Lucrecia pregunto a Rigoberto: ¿Encontraste a Narciso? Y cayó al sillón extenuado.

Una verdadera odisea, favor nos hizo Ismael metiéndonos en sus líos de cama y de hijos.
Respondió él.

Los parientes de Narciso, el chofer de Ismael, le habían dado cita en el primer grifo de chincha
y Rigoberto manejo Hasta allí dos horas pero al llegar no vio a nadie esperándolo en la
gasolinera señalada. Después de asolearse un buen rato apareció un jovencito que le dijo ser
sobrino de Narciso y que había habido cambio de planes que lo esperaba en Grocio Prado.
Otra media hora en la carretera en la plaza de Grocio Prado apareció el chofer de Ismael medio
disfrazado con un poncho y muerto de miedo porque las hienas lo acosaban día y noche.

Le habían mandado primero un abogado, un tinterillo palabrero más bien, a tratar de


sobornarlo. Si se presentaba donde el juez ha decir que había sido coaccionado para hacer de
testigo en el matrimonio de su patrón y que, a su juicio, el señor Ismael Carrera no estaba en
sus cabales el día que se casó, le entregarían una gratificación de veinte mil soles. Cuando el
negro le respondió que iba a pensarlo ,pero que ,prefería no tener tratos con el poder judicial
ni nadie del gobierno ,se apareció la policía en la casa de su familia ,en chincha ,a citarlo a la
comisaría .Los mellizos habían asentado una denuncia contra el por complicidad con varios
delitos entre ellos ,conspiraciones y secuestro de su jefe , no le quedó más remedio que
esconderse de nuevo –añadió Rigoberto –Felizmente, Narciso tiene amigos y parientes por
todo chincha ,y suerte para Ismael que ese tipo sea el hombre más íntegro y leal del mundo .
Fonchito estaba en un grupo de personas que leían la biblia y les había causado mucha
impresión ya que un chico a su edad casi no hace esas cosas pero le gusto verlo tan maduro y
sereno.

CAPITULO 13

El capital silva visito a Mabel y ella muy asustada le abrió la puerta de su casa. El Capitán y el
sargento llegaron de improviso cuando ella, pensativa, reconocía una vez más que estaba
conmovida con las demostraciones sentimentales de viejito. Siempre había tenido cariño de
Felicito Yanaqué o, por lo menos, pese a estar ya ocho años de amante suya, nunca había
llegado a sentir hacia él la fobia, el desagrado físico y moral que, en el pasado, la llevaron a
romper bruscamente con amante y protectores transeúntes que le daban muchos dolores de
cabeza por sus celos, exigencias y caprichos, o por su resentimientos y despecho. Cuando
llegaba a estar harta de un hombre, no podía seguir acostándose con él. Le venían alergias,
dolores de cabeza, escalofríos, etc. Mabel para acostarse tenía que sentir al menos alguna
simpatía por el hombre, y además, rodear el cache, como decían los piuranos en vulgar, de
ciertas formas: invitaciones, salidas, regalitos, gestos dándole la apariencia de una relación
sentimental.
Mabel estaba muy nerviosa con la visita del sargento, sin embargo el sargento silva le dijo que
no venía a interrogarla si no a tener una charla amistosa, sin embargo Mabel asustada
reacciono de modo que hizo que el comisario confesara de manera brutal que lo sabía todo,
refiriéndose a los amantes de Mabel, sospechando de ella, juzgándola también por el falso
secuestro que la llevaría 8 y 10 años de cárcel, ella quedó muy asustada.

CAPITULO 14

Aquel martes del invierno limeño de don Rigoberto y doña Lucrecia considerarían el peor día
de su vida. La cita en la oficina del juez instructor. Este creía que la nueva diligencia entre el
magistrado seria como las anteriores. Pero esta vez se encontró con que los mellizos habían
escaldado el acoso judicial; además de paralizar el trámite de jubilación con el pretexto de
examinar sus responsabilidades e ingresos en sus años de servicio en la empresa, le habían
abierto una nueva investigación judicial sobre una supuesta acción dolosa en perjuicio de la
compañía de seguros de la que el seria encubierto, beneficiario y cómplice.

Rigoberto llego a su casa molesto ya que se le apareció en un colectivo otra vez, Edilberto
torres.

Ismael Carrera hablo acerca de una hora sin que Rigoberto lo interrumpiera, salvo a una pocas
veces para pedirle alguna explicaciones, y se iba admirando de e. La venta se había hecho
guardando todas las formalidades nacionales y extranjeras. Los organismos administrativos de
Italia, Perú y estados unidos habían dado el visto bueno a la transacción. Se había sufragado al
centavo los impuestos de correspondencia. Todo estaba oleado y sacramentado.

CAPITULO 15

Felicito Yanaqué solo encontrara consuelo con su consejera Adelaida, después de haber
descubierto la verdad sobre las cartas de las arañitas, así decide ir a visitarla. Felicito se
encontraba desconcertado, deprimido no era consciente de lo que sucedía en su entorno. No
concebía cómo su supuesto hijo y amante, la mujer a la que tanto había amado pudo ser capaz
de hacerle eso y encima que hayan sido amantes. Así mientras esta con Adelaida, va
recordando cómo se enteró de la terrible noticia por boca del capitán Silva y el sargento
Lituma. Felicito lloraba, se lamentaba, pero por Mabel, no por Miguel de quien siempre dudo
sea su hijo, Adelaida servía como consuelo ante la agonía que estaba sufriendo. Aunque
Mabel, fue coaccionada por Miguel para juntos chantajear a Felicito, aun así eso significaba
para Felicito una traición. Cuando Felicito ya estaba por retirarse, luego del consuelo de
Adelaida, esta tiene una inspiración y le comunica que algo peor está por pasar, Felicito no da
crédito a que algo peor pueda llegarle a pasar, finalmente regresa a su casa para encontrarse
con la noticia que su cuñada, una señora fina muy diferente a su esposa Gertrudis en todos los
sentidos, iba a quedarse un tiempo en su casa, pues venia huyendo de problemas en Lima.

CAPITULO 16

Don Rigoberto está impaciente ya que Lucrecia se demoraba entonces recordó que las únicas
veces que peleaba con Lucrecia era por la demora antes de salir algún lado dándole a entender
que era una especie de miedo e inseguridad, Rigoberto tenía miedo a preguntárselo ya que de
repente ella decidiera no salir de su casa nunca más sin duda con la angustia y los nervios al
recibir la llamada de Armida anunciándole la muerte de Ismael al que llegarían tarde a su
entierro donde atraerían miradas y todos esperarían a la viuda del difunto. De repente
Lucrecia Salió con el rostro de tristeza al recordar que tal vez a Rigoberto lo había matado la
felicidad ya que creía haber ganado la batalla.

Al llegar al carro Lucrecia comentó que en ningún momento Miki y Escobita se acercaron a
Armida. Algunas personas fueron porque apreciaban a Ismael apoyando a Armida que esta con
dos guardaespaldas y otras apoyaban a los hijos que aseguraban que la justicia anulara ese
matrimonio. Cuando termino la ceremonia Lucrecia propuso pasar por la casa de Ismael para
ver si podían hablar con Armida en el cual solo conversaron con el Doctor armillas diciéndoles
que hay que prepararse para cuando se lea el testamento de Ismael que había dejado casi
todos sus bienes a Armida.

Después de cuatro días Arnillas les informo que Armida había desaparecido de una forma
extraña.

Rigoberto recibió una llamada de narciso donde lo citaba para encontrarse, se encontraron y
Rigoberto se estaciono con su carro para que puedan hablar allí Narciso le conto que Armida le
pidió que la llevara a un lugar donde ella se iría para que había gente que le quería hacer daño
a ella y a sus amigos después dejo a Narciso y le dijo que seguirán en comunicación. Cuando
Rigoberto llego a su casa y le conto lo ocurrido Justiniana aseguro que Armida se iría a Piura
porque allí tendría una hermana llamada Gertrudis.

CAPITULO 17

Descubren a los extorsionadores que fueron los causantes del incendio, era miguel en
complicidad con Mabel. Luego ya en casa, Felicito nota a su esposa, Gertrudis, algo extraña y le
dice que hay una conversación pendiente pues al día siguiente lo tuvieron en medio de la sala
su esposa le cuenta la verdad que miguel no era su hijo ya que madre metía varios hombres
con dinero para que se acostara con ella y uno de esos fue Felicito a quien le atribuyeron el
hijo y le obligaron a casarse. Felicito estaba consternado y a la vez se enteró que Gertrudis
tenía una hermana y no se explica por nunca le dijo de la existencia de la hermana quien había
llegado de lima huyendo de sus hijastros porque cree que la puede asesinar por ser la esposa
de su padre.

Luego entro Tiburcio quien le pregunto a su madre si era verdad que su hermano fue el
extorsionador, su padre reafirmó la versión; después se fueron a su oficina, Felicito pide
entrevistarse con miguel y el sargento le dice que mañana lo verá.

CAPITULO 18

Don Rigoberto, doña Lucrecia y Fonchito llegan a Piura a pasar unos días, luego Fonchito le
recalcaba que eran momentos muy difíciles y tristes por la muerte de Ismael Carrera y la
desaparición de su cuñada Armida. Esta situación tenía a Rigoberto preocupado porque Miki y
Escobita ambos hijos de Ismael lo tenían de vuelta y media con el asunto de la herencia
dándoles problemas y haciendo lo imposible para que el tío anulara el matrimonio de su padre
quien había muerto y le había dejado todo a su esposa Armida.  Ya que los mismos se habían
puesto en planes de quitarle todo a su madrasta y le pedían disculpas y le rogaban para que
éste les ayudara a mejorar su situación económica ya que Miki y Escobita no tenían dinero y no
aceptaban lo acordado.

En eso, en un hotel se encontró Rigoberto y Josefita, secretaria de Felicito, quien le dijo que ya
esté en camino su jefe. Después Rigoberto aconseja a Miki y Escobita que hagan las paces con
Armida, y acepten a ella como su madrastra, pero ellas se niegan. Más adelante se encuentran
Armida con Rigoberto, quien le dijo que era la mujer más buscada del Perú, se sentaron todos
a cenar y platicaron acerca de lo que estaba sucediendo.

CAPITULO 19

Felicito Yanaqué se levantó temprano, y pensó “Hoy es el día” por fin el problema que lo había
atormentado se iba a zanjar, hizo media hora de Qi Gong, comenzó a recordar lo que le decía
el chino lau, el que le había enseñado el ejercicio de Qi Gong. También se puso a pensar ¿Por
qué el chino Lau y su hermana no se juntaban con los otros chinos de Piura? Había varios
dueños de chifas, bodegas, tal vez no quería mezclarse con gente que no tenían su mismo
nivel. Cuando Felicito llegó a su oficina en la avenida Sánchez Cerro, sus primeros camiones ya
iban a partir y su clientela regresaba ya que se alejaron porque pensaban que iban a ser
víctimas de alguna amenaza, trabajó tranquilo toda la mañana y en la tarde se dirigió a la
cárcel de varones en río seco para el careo con los hermanos.

CAPITULO 20

Cuando Don Rigoberto se despertó, estaba oscuro todavía y pensó “Por fin llego el día”
Lucrecia estaba a su lado durmiendo, estaba cansada porque estuvo arreglando maletas el día
anterior, Don Rigoberto estuvo escuchando el mar, se ponía a pensar que dentro de unas
horas viajarían a Europa.
Se puso a revisar sus papeles, ojeando su maletín si no se le olvidaba nada, le dijo a Lucrecia
que parecía mentira que había llegado ese día, y lo que más curiosidad le daba era cómo los
recibiría Armida.

Llegaron al Aeropuerto y cuando terminaron los trámites, subieron al segundo piso del
aeropuerto había otra cola larga para que les sellen los pasaportes, de pronto Rigoberto vio al
señor Felicito Yanaqué, lo saludó y le preguntó dónde iba y le dijo a Roma.

Cuando ya estaban sentados en el avión y estaba partiendo, Fonchito le dijo a Rigoberto que
Edilberto Torres estaba sentado en la parte atrás, Rigoberto tenía unos deseos de golpearlo e
insultarlo, pero cuando volteó solo había una señora y una niña, miró a Fonchito y soltó una
carcajada, aliviado.

ARGUMENTO GENERAL.

 Felícito Yanaqué es un hombre de 55 años, delgado y pequeño, de origen humilde pero que ha
logrado consolidar una sólida empresa de transporte en la ciudad de Piura, al norte del Perú.
Está casado con Gertrudis y tiene dos hijos (Miguel y Tiburcio); además tiene una amante,
Mabel. Una mañana encuentra una nota en la puerta de su casa, en la que le exigen el pago de
$500 al mes a cambio de “protección” para él, su familia y su negocio. Denuncia la extorsión
ante la policía. Ante la poca atención de ésta, y contrariando las recomendaciones de una
vidente, Felícito decide enfrentar a los chantajistas, publicando un aviso en el diario local de
mayor circulación. Aunque esto le gana el respeto de la policía, le complica seriamente su vida,
pues aquellos comienzan con una serie de actos de violencia en contra de su empresa y de sus
allegados. Sin embargo, Felícito se muestra firme en su determinación de no ceder, teniendo
presente el consejo que le dio su padre antes de morir, de no dejarse pisotear por nadie. Los
chantajistas queman su local y secuestran a Mabel. La policía después de interrogar a Mabel y
ponerle un agente de detectivan se da cuenta de que los chantajistas son su hijo Miguel y
Mabel además ellos dos están liados, pero esta última es también víctima de los chantajes de
Miguel. Felícito que tenía dudas sobre la paternidad de su hijo Miguel resuelve sus dudas al
completo. A su vez, Ismael Carrera es un importante y rico empresario de Lima. Viudo y con
dos hijos (Miki y Escobita). Su más cercano colaborador es Don Rigoberto. Ante la actitud
egoísta de sus hijos, que sólo esperan su muerte para disfrutar de la herencia -de hecho la
celebraron anticipadamente- trama una especie de venganza. Decide casarse con su sirvienta,
Armida y emprender un largo y costoso viaje de bodas. A partir de allí, ambos hijos tratan de
anular dicho matrimonio y de incapacitar jurídicamente a Ismael. Don Rigoberto que fue
testigo de la boda sufre las continuas denuncias por parte de los hijos de Ismael y por
consiguiente el retraso de jubilación. Cuando Ismael y Armida vuelven de su luna de miel,
Ismael se reúne con Rigoberto y al poco de irse éste, Ismael fallece. A los pocos días, mientras
se tramita la herencia, Armida huye a Piura porque se sentía muy estresada y va a parar a la
casa de su hermana Gertrudis (la mujer de Felícito). A la vez que sucede esto, el hijo de
Rigoberto (Fonchito) sufre las apariciones de un personaje extraño llamado Edilberto Torres y
sus padres creen que es mentira pero después pensaron que era un pedófilo y luego que era
hasta el mismo diablo. Felícito, al llegar a su casa después de enterarse que los chantajistas
eran su hijo y su amante, se encuentra una mujer que no conocía, que resultó ser la hermana
de Gertrudis, es decir, Armida. Felícito contacta con Rigoberto para que viaje a Piura para
hablar con Armida. Cuando Rigoberto por fin consigue la jubilación emprende un viaje a
Europa junto con Lucrecia y Fonchito. Estando en el aeropuerto se encuentran con Felícito y
Gertrudis. Después de hablar con ellos suben al avión y Fonchito que está sentado a su lado le
dice que detrás de ella está Edilberto Torres. Cuando Rigoberto vuelve la cabeza solo ve a dos
señoras y una niña. Fonchito empieza a reírse y le dice que se lo creyó y Rigoberto se rió
también, aliviado.

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