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TEMA: ACTIVIDAD N 5
SECCION: AC2M2
Perú
2020
USO DE LA COMA ENUMERATIVA, EXPLICATIVA Y DE VOCATIVO
La coma es un signo de puntuación (,) que indica normalmente la existencia de una pausa breve
dentro de un enunciado. Se escribe pegada a la palabra o el signo que la precede y separada
por un espacio de la palabra o el signo que la sigue. En algunos casos su uso en un determinado
lugar del enunciado puede depender del gusto o de la intención de quien escribe, sin embargo,
existen comas de presencia obligatoria en un escrito para que este pueda ser correctamente
leído e interpretado.
1. USOS LINGÜÍSTICOS:
La coma enumerativa separa los elementos siempre que estos no sean complejos. Cuando
la enumeración es completa o exhaustiva, el último elemento va introducido por una
conjunción (y, e, o, u, ni). Ejemplo:
En la lectura debo tener tres grandes fases: prelectura, lectura y pos lectura.
Matemática, comunicación, química, filosofía son asignatura de formación básica.
La coma explicativa se usa para aislar una oración explicativa que se intercala en una
frase. Ejemplo:
Borges, el escritor argentino, escribió Ficciones.
La coma vocativo se usa coma para separar el vocativo del resto de la oración. El vocativo
es una palabra o grupo de palabras con las que se atrae la atención del receptor. Ejemplo:
Jóvenes, estudien y triunfen.
ACTIVIDADES:
¡Ángelus!
Mira Platero qué de rosas caen por todas partes: rosas azules, rosas
blancas, sin color...Diríase que el cielo se deshace en rosas. Mira cómo se me
llenan de rosas la frente, los hombros, las manos... ¿Qué haré yo con tantas
rosas?
¿Sabes tú quizás, de dónde es esta blanda flora, que yo no sé de dónde es que
enternece, cada día, el paisaje, y lo deja dulcemente rosado, blanco y celeste,
más rosas, más rosas, como un cuadro de Fray Angélico, el que pintaba la gloria
de rodillas?
De las siete galerías del Paraíso se creyera que tiran rosas a la tierra. Cual en
una nevada tibia y vagamente colorida, se quedan las rosas en la torre, en el
Tejado, en los árboles. Mira: todo lo fuerte se hace, con su adorno delicado. Más
rosas, más rosas, más rosas...
Parece, Platero, mientras suena el Ángelus, que esta vida nuestra pierde su
fuerza cotidiana, y que otra fuerza de adentro, más altiva, más constante y más
pura, hace que todo, como en surtidores de gracia, suba a las estrellas, que se
encienden ya entre las rosas... Más rosas... Tus ojos, que tú no ves, Platero, y
que alzas mansamente al cielo, son dos bellas rosas.
Juan Ramón Jiménez - ¨Platero y yo¨
Prosas apátridas
Lo fácil que es confundir cultura con erudición. La cultura en realidad no depende
de la acumulación de conocimientos incluso en varias materias, sino del orden
que estos conocimientos guardan en nuestra memoria y de la presencia de estos
conocimientos en nuestro comportamiento. Los conocimientos de un hombre
culto pueden no ser muy numerosos, pero son armónicos, coherentes y, sobre
todo, están relacionados entre sí. En el erudito, los conocimientos parecen
almacenarse en tabiques separados. En el culto se distribuyen de acuerdo a un
orden interior que permite su canje y su fructificación. Sus lecturas, sus
experiencias, se encuentran en fermentación y engendran continuamente nueva
riqueza: es como el hombre que abre una cuenta con interés. El erudito como el
avaro, guarda su patrimonio en una media, en donde sólo cabe el
enmohecimiento y la repetición. En el primer caso, el conocimiento engendra el
conocimiento. En el segundo, el conocimiento se añade al conocimiento. Un
hombre que conoce al dedillo todo el teatro de Beaumarchais es un erudito, pero
culto es aquel que habiendo sólo leído Las Bodas de Fígaro se da cuenta de la
relación que existe entre esta obra y la Revolución Francesa o entre su autor y
los intelectuales de nuestra época. Por eso mismo, el componente de una tribu
primitiva que posee el mundo en diez nociones básicas es más culto que el
especialista en arte sacro bizantino que no sabe freír un par de huevos
La coma enumerativa:
La coma explicativa:
La coma vocativo:
RESUMEN DE CAPITULO Nº 9:
Siguiendo con que pasaron seis días después de que publicaran el segundo
aviso de Don Felicito en el periódico El Tiempo, no habían encontrado ningún
rastro de los secuestradores ni de Mabel, el capitán y el sargento pensaban
que la noticia de la búsqueda algún día eso dejara de ser asunto poco
importante para la prensa y la radio. Ellos, desesperados por el asunto aún sin
resolver, logran emborrachar a don Felicito, antes de que esto sucediera, al ver
su rostro se notaba el verdadero sentimiento y preocupación que tenía hacia la
mujer.
Unos cuantos tragos, en su estado de desahogo poco convencional, le cuenta
la razón por la cual él no quiere entregarle la plata a los secuestradores, y es
que no es por orgullo, sino porque él quiere recuperar , sin embrago el esfuerzo
que tanto hizo su padre para tenerlo donde está , con mucho dinero, no lo
quiere desperdiciar para dárselos a unos tontos, pero entonces el comisario lo
convenció de que formara el trato para que soltaran a Mabel y así agarrar a los
malhechores, este al final aceptó.
Días después mientras esperaban una señal de los mafiosos que tenían a
Mabel, Lituma fue a ver al Mono este en medio d la algarabía de la recepción
este le pregunto a Lituma que como estaba Don Felicito, Lituma le pregunta
que si lo había conocido y el le dijo que conocía a los hijos del Don desde hace
mucho tiempo.
El comisario al parecer sospechaba de los hijos del Felicito y los cito al día
siguiente. En ese momento la secretaria le aviso que lo estaba llamando Don
Felicito Yanaqué, vio al comisario que respondía a una llamada al parecer del
Don, es cuando le dice con mucha alegría, después de colgar, a Lituma que
Mabel había aparecido y que estaba en la casa Chiquita de Castilla, diciéndole
que se habían tragado el cuento y por eso la soltaron, y fueron ellos contentos
con la esperanza de atrapar a los presuntos mafiosos.
RESUMEN DE CAPITULO Nº 10:
Comenzó con Felicito montando en su camión rojo, estando hay hizo una curva
cuando de repente ómnibus de la Cruz de Chapón que vino a estampillarse
contra su camión, Felicito tenía buenos reflejos y alcanzó a desviar el camión
sacando la parte delantera de la pista, de modo que el ómnibus impactó contra
la tolva y la carga, lo que le salvó la vida. Hasta que no sanaran los huesos de
la espalda, el hombro y la pierna derecha, estuvo inmovilizado bajo una funda
de yeso que, además de dolores, le producía una comezón enloquecedora.
Cuando por fin pudo volver a manejar felicito, lo primero que hizo fue ir al
donde la señora Adelaida que lo o reconoció de inmediato. Al verlo le dijo me
alegro que este mejor felicito le dijo que le dijera como ella sabía que pasaría
eso, la Señora Adelaida no sabía qué hacer con sus manos. Había bajado la
cabeza, confundida. Yo no sabía nada de eso balbuceó, sin mirarlo y como
sintiéndose acusada de lo sucedido. Tuve un presentimiento nada más. Me
pasan algunas veces, nunca sé por qué se lo juro. Es una maldición que me ha
caído encima. Es algo terrible. Me hace sentir culpable de todas las cosas
malas que le pasan a la gente. ¿Por qué me dijo esa mañana que no me
trepara a mi camión? Dijo felicito, yo nunca veo esas cosas que van a suceder
Sólo tuve un presentimiento. Sólo que hay cosas que es preferible no hacerlas,
porque tienen malas consecuencias.
Se habían hecho amigos desde entonces y pronto empezaron a tutearse.
Cuando la señora Adelaida dejó la ranchería y abrió su tiende-cita de yerbas,
costuras, cachivaches e imágenes religiosas.