310410 - EVOLUCIÓ I CONTROL D'INCENDIS EN EDIFICIS

Alumno: José Stalin Santos Castillo | Profesora: Ana María Lacasta Palacio

Legislación y números en el tema de

incendios. Panorama dominicano.

Una breve aproximación a la gestión del tema incendios en el

marco de la realidad del sector de la edificación de la República
Dominicana. A través de la lectura de la recopilación de
estadísticas posibles y consideraciones legales en vigor, se
pretende arrojar luz al rastro de la evidencia -y grado de
madurez- de la introducción del concepto de la “seguridad” tanto
en el ámbito del manejo de emergencias y la siniestralidad en la
edificación. -

Keywords: Estadísticas, 911, daños, víctimas, edificación, incendios,

reglamento, normas.
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Alumno: José Stalin Santos Castillo | Profesora: Ana María Lacasta Palacio
Introducción
La República Dominicana es una de las 35 naciones del
continente americano y se localiza en la América insular
antillana, mas conocida como la región del Caribe. El país
comparte la Isla de la Hispaniola, o Isla de Santo Domingo
con la Republica de Haití, de la cual, el territorio dominicano
ocupa algo más de las ¾ partes del territorio hacia la
estribación oriental (Fig. 01). Para hacernos una idea, la
porción de territorio dominicano es el equivalente a 1,5
veces Cataluña, y en un orden casi parecido, a nivel de
población los dominicanos [1] somos 1,46 más habitables
que catalanes [2]. No así ocurre en términos de economía,
el PIB catalán [2] es tres veces mayor que el dominicano [1],
ello demuestra la existencia -comparativamente- entre
ambos territorios de un margen amplio de disparidad en
términos de nivel de desarrollo, que es muy alto en el caso
de Cataluña. Con este juego comparativo traemos sobre la
mesa un orden de magnitud que nos permite un enfoque
para poner en perspectiva la realidad de la Republica
Dominicana no solo en términos de desarrollo, si no, incidir
en el nivel “material” de este desarrollo en la forma como
se manifiesta. Este formulismo nos facilita a la imaginación
para quien poco conoce desde “dentro” la realidad del país
caribeño plantear conjeturas respecto al nivel de las
implicaciones técnicas y materiales que le son propias al
desarrollo “material”.
République
d'Haïti
Isla de la Hispaniola, o
Isla de Santo Domingo
Figura 01. Cartografía. Mapa Físico de la Isla de Santo Domingo.
Fuente: Bachillere.com
[1] Wikipedia (2020). “Datos & Cifras República Dominicana”. https://es.wikipedia.org/wiki/Rep%C3%BAblica_Dominicana; [2] Wikipedia (2020).
“Datos & Cifras Cataluña”. https://es.wikipedia.org/wiki/Catalu%C3%B1a;
Y es precisamente la parte material de como la creación
de riquezas, un país consigue trasladar sobre el -dominio-
del territorio en la forma de estructuras de asentamientos
humanos el nivel u cuota de desarrollo alcanzado. Claro
está, el desarrollo es una construcción dinámica y, por lo
tanto, la expresión material también lo es, o lo que es lo
mismo, en la medida que un país gana o pierde en riquezas
podemos tener una lectura en el plano físico de la realidad
humana observando la disposición y acceso de qué
tecnologías las cuotas de progreso.
El dominio del territorio se alcanza por medio de la
construcción en donde toman parte una serie de arreglos
de formas construidas que aglutinan y acogen las diversas
actividades humanas que componen el arreglo de
intereses que denominamos “ciudad”. Aquí la construcción
como técnica y tecnología desempeña un papel
fundamental. Y también estará directamente afectada por
el ritmo del desarrollo, de quien recibe la demanda de más
y más espacios, pero igualmente dicho “ritmo” plantea unos
estándares y niveles que definen a nivel cualitativo y
cuantitativo un nivel de respuesta constructivo a la
demanda, siempre con arreglo a la disponibilidad de una
variedad de recursos: humanos, técnicos, materiales,
tecnológicos, etc. Es justamente la “disponibilidad de
recursos” el marco en el que la construcción se define así
misma, justo el mismo marco en donde se suceden
circunstancias latentes e imparables, pero tan
“destructivas” que amenazan la integridad tanto de la
propia construcción como de las personas que viven o
hacen uso de estas; hablamos de los desastres naturales,
pero también de siniestros como los incendios.
Océano Atlántico
República
Dominicana
Mar de las Antillas, o
Mar Caribe
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Una edificación debe asegurarse proveer a sus
usuarios una serie de condiciones ligadas al confort que en
ultimo fin están estrictamente pensadas para favorecer el
buen desenvolvimiento de la presencia y actividades
humanas. Sea el control de la temperatura y la humedad
del ambiente interior, sea favorecer una buena calidad
olfativa del aire, o bien, proveer una atmósfera lumínica y
acústica envolvente y excitante; son todas, condiciones
autoimpuestas que un espacio construido tiene que
satisfacer. Pero yendo un paso más allá, la edificación
también tiene que abordar una condición fundamental para
las personas y que debe saber como implementar, y es la
seguridad. De una manera, a nivel perceptual la
configuración del espacio afecta de forma sugestiva a la
psicología de las personas, y tiene que ver con la
percepción de un grado de protección asociado en el modo
como percibimos en el espacio las formas, medios y
medidas que facilitan la “sensación” de seguridad. Así, la
seguridad asociada a la “sensación” es un peldaño más en
la escalera de condiciones que la edificación debe resolver,
quedando incluso por encima de las condiciones que
derivan de la necesidad de confort. Es lógico, un ser
humano puede permitirse “sacrificar” un poco -no más allá
de las limitantes metabólicas- y tolerar temperaturas
indeseables o bien ruidos molestos, pero lo que no puede
es demorar la respuesta al estimulo de la “amenaza” ante
el peligro; sencillamente, porque nuestra conducta tiene
una parte subconsciente, es nuestro propio “instinto
animal” que nos empuja y toma cuerpo en un acto reflejo
automático muchas veces involuntario, toca ponerse a
salvo.
El tema de la “seguridad” en la edificación es la
construcción de una realidad simulada poliédrica. Decimos
simulada porque la construcción es una concatenación de
variables sujetas al arreglo de las leyes de la naturaleza,
concatenación ésta que da pie al surgimiento de una idea
de la espacialidad estructurada por un modo donde la
materia aparece en cierto estado de equilibrio, es la obra
del ingenio humano y no de las propias consecuencias del
orden natural. Esta simulación de un estado de equilibrio
pretende ser una realidad en la que la percepción de la
seguridad se advierte casi “natural”, emana de la propia
constitución del concierto de elementos que se organizan,
yuxtaponen y se articulan en el lenguaje geométrico.
Dicho lenguaje expresa varias caras de lo que por
seguridad los distintos sentidos del ser humano necesitan
detectar y recoger de manera tal que la conjunción en una
“sola lectura” permite un margen estable y constante de
certidumbre. Necesitamos palpar un sentido de seguridad
estructural, que el edificio no se nos venga encima;
entrever un margen de protección, que el edificio cuenta
con medios de bloqueos u obstrucción ante el intrusismo
por sujetos no amigables; advertir que el edificio cuenta
con unas instalaciones en correcto funcionamiento, de
modo que no existan fallas en el suministro eléctrico, o lo
que es peor un cortocircuito, por ejemplo. Igualmente, que,
ante la fuerza del embate de los elementos el edificio
resista y permanezca de pie de modo que pueda
resguardarnos. Así, el edificio debe protegernos de la lluvia
y del viento fuerte que puede hacernos daño, además de
soportar la sacudida del movimiento de la tierra por un
sismo y responder con acierto ante un escenario de
incendios donde el fuego puede llegar a comprometer la
vida de las personas.
Precisamente, el tema de incendios es una tarea del
técnico de la construcción que debe prestar mucha
atención y sumo cuidado a la hora de diseñar la edificación.
No obstante, en la práctica profesional la realidad en el
ejercicio diario en las tomas de decisiones el tema
incendios no forma parte de la “ecuación” de la solución
creativa en materia de diseño y construcción en
arquitectura y edificación. Hay un vacío y una falta de
formación en el tema de la siniestralidad asociada a un
cuadro de incendios. En el día a día de un arquitecto es un
tema que francamente pasa inadvertido y que no forma
parte del foco prescriptivo/predictivo a la hora de adoptar
soluciones constructivas y materiales. En todo caso,
dependiendo de si se trata de una tipología constructiva
especial donde la necesidad de implementar unos
márgenes de seguridad es objetivamente manifiesta, es
cuando quizás, aflore la necesidad de considerar el tema
incendios como una parte significativa dentro del proyecto
de instalaciones. El tema de la seguridad y protección en
incendios no forma parte de la cultura de la técnica del
arquitecto -al menos del profesional dominicano-; es un
asunto apócrifo y postergado que queda relegado a un
mero cumplimiento “especulativo” -de llegar a ser
necesario- que se maneja con muy poca propiedad, o bien,
existe el juicio erróneo de que se trata de un asunto que
compete “solamente” a los bomberos.
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En la República Dominicana la cultura de la gestión y
manejo del tema incendios dentro del ámbito de la
construcción apenas se maneja de manera “formal” desde
que hace unos años se introdujo una normativa al respecto
por parte de la autoridad competente, en este caso, por
parte del Ministerio de Obras Públicas & Comunicaciones
(MOPC). En el año 2008 el Ministerio de Obras Públicas y
Comunicaciones (MOPC) comunica que está trabajando
en la adopción e introducción a la industria dominicana de
la construcción de un reglamento para el control y
seguridad de incendios. El gobierno dominicano a través
de la promulgación del Decreto No.85-11 (año 2011)
instituye el “Reglamento para la seguridad y protección
contra incendios R-032” como norma de obligado
cumplimiento para los técnicos y profesionales de la
construcción. Según los planes del MOPC estaba previsto
que para el 2013 el uso e implementación de dicho
reglamente se hubiera generalizado y que a partir de la
fecha se haría efectiva la entrada en vigor tanto del marco
regulador, así como de su correspondiente régimen
sancionador; por lo que desde la publicación del decreto se
contaba con dos años de adecuación y preparación para la
introducción de la norma. No obstante, debido al impacto
muy reducido y poco efectivo de la aplicación de la norma
el MOPC acuerda extender el período de implementación
inicial hasta finales de 2015. Desde 2015 a la fecha actual,
se observa que, transcurridos 5 años, el cumplimiento de
la norma no es del todo cabal y que a pesar de que los
grandes proyectos comienzan a hacer uso del reglamento,
en una gran mayoría las edificaciones son levantadas sin
tomar consideración alguna de las diversas medidas que la
norma recoge en aras de la protección y salvaguarda de
las vidas de las personas.
Ante el “éxito” de introducir -por primera vez- de manera
oficial en el sistema regulador de la industria de la
construcción de la República Dominicana una normativa
específica para el tema incendios que obliga a las partes
implicadas, y a la fecha, los resultados parecen hablar de
una aparente inercia por parte de los profesionales que
muestran una cierta aversión o desconocimiento de la
norma, surgen inquietudes. Preguntas, ¿Cómo se ha
venido gestionado en la edificación el tema antes de la
entrada en vigor en 2013 del Reglamento?; ¿Cuáles
causas o hechos precedentes tienen que ver con un
inicio poco exitoso en la implementación del
reglamento y que pueden suponer en el tiempo el éxito
de su aplicación efectiva?
Ambas preguntas tienen en común una base
“cognoscitiva” a partir de la cual poder encontrar posibles
respuestas, o al menos entender la situación actual y poder
asumir una opinión critica -a partir del diagnóstico- respecto
sobre planes a futuro, como recomendaciones que
contribuyan a rectificar el rumbo. La base tiene que ver con
la historia de la parte legal que afecta a la materia
(incendios), es decir, los antecedentes; y la parte fáctica
que está relacionada con el uso de la estadística como
herramienta que permite hacer acopio de una serie
histórica de datos que son sumamente importantes para el
diseño y desarrollo de la parte legal y que por lo tanto,
terminan afectando a la vida de las personas desde dos
ámbitos: la implementación de medidas de protección y
seguridad (la edificación), y la respuesta a una situación de
emergencia a través de los planes de mitigación y
emergencias (brigadas y cuerpos de seguridad).
Para abordar el estado actual del tema incendios en la
República Dominicana hemos de partir de un enfoque a
tres vertientes: (1.) el corpus legal actualmente vigente
para el manejo de emergencias que en términos de
ordenamiento jurídico ha instituido el Estado Dominicano,
el llamado «Sistema 911»; (2.) la consulta de las
«estadísticas» de incendios (victimas); y (3.) el entender en
que consiste el «Reglamento» para la seguridad y
protección contra incendios R-032 y cómo este incide en la
edificación.
Los Antecedentes
La primera noticia en cuanto al tema de emergencia e
incendios tiene que ver con la creación de los cuerpos de
bomberos de la República Dominicana para el 8 de mayo
de 1880, cuando gobernaba el país el general Gregorio
Luperón. Pero realmente hubo que esperar hasta el 1912
cuando se hizo efectiva tal disposición presidencial. A raíz
del decreto de 1880 surgen brigadas de bomberos en las
ciudades principales de las 9 provincias de entonces en las
que se dividía el país: Santo Domingo, Santiago, La Vega,
Puerto Plata, Montecristi, San Pedro de Macorís, Cotuí,
Azua, El Seibó y Baní. Casi a la par de estos hechos para
el año 1893, estando al mando del país el dictador general
Ulises Heureaux (Lilís), quien encargó al coronel Ángel
Perdomo la creación de un cuerpo especial de bomberos
para un destacamento de emergencia en aduana (zona
portuaria de Sto. Dgo. ciudad capital).
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De acuerdo con una nota de prensa publicada hará un
año y medio en el rotativo El Caribe todo parece que tras
la creación de los Bomberos a finales del s. XIX poco a
nada en cuanto a legislación en materia de bomberos se
ha llevado a cabo: “En la región del Caribe, salvo contadas
excepciones, este es el país con el cuerpo de bomberos
más atrasado en cuanto a normativa, equipamientos y
preparación de sus integrantes. Cuentan con una ley del
año 1912, cuando era presidente el poco conocido Eladio
Victoria y el país estaba sumido en una guerra civil,
liderada por Horacio Vásquez y el general Desiderio Arias.
En ese contexto fue que se aprobó la actual dicha ley” [3].
Fuera a parte de los bomberos, es cosa de no más de
medio siglo que la República Dominicana viene armándose
con una serie de instrumentos legales buscando crear toda
una arquitectura de entidades y entramado de políticas en
materia de control, prevención y mitigación de
emergencias. La propia ley fundamental que da forma al
estado-nación que goza la República Dominicana, la
constitución de 2010 y revisada en 2015 recoge y ampara
una serie de mecanismos legales que le otorgan al Poder
Ejecutivo atribuciones y facultades extraordinarias ante
situaciones especiales. Dentro de estos mecanismos
denominamos estados de excepción, el texto constitucional
enuncia tres tipos o niveles (de Defensa, de Conmoción
Interior, y de Emergencia) [4] y de los cuales, el tercero, el
Estado de Emergencia es el tiene arreglo para los casos
que perturben el normal desenvolvimiento de una parte o
la totalidad del territorio nacional cuando concurra una
situación de alarma o emergencia por las consecuencias
desatadas por la ocurrencia de hechos ocasionados por
desastres naturales, o bien por responsabilidad humana
accidental directa o indirecta como un gran incendio, una
explosión, una deflagración, etc.
Además, existe toda una cadena sucesiva de leyes y
decretos que aparece en orden cronológico más adelante,
en donde el tema “incendios” podemos advertir que su
tratamiento “legal” es difuso al asomar como una materia
más dentro de un compendio amplio de emergencias y
desastres. Por lo que salvo el propio “Reglamento para la
seguridad y protección contra incendios R-032” es el único
instrumento creado especialmente para el tema de
incendios y dedicado exclusivamente para la labor
“preventiva” que le asiste de acuerdo a dicho reglamento a
los profesionales y técnicos de la construcción.
[3] El Caribe, Periódico (02/02/2019). “Los bomberos son la parte más olvidada de las emergencias”. https://m.elcaribe.com.do/2019/02/02/los-
bomberos-son-la-parte-mas-olvidada-de-las-emergencias/; [4] La Asamblea Nacional de la Republica Dominicana (13/06/2015). “Revisión de la
Constitución Dominicana 2010”. http://www.consultoria.gov.do/Documents/GetDocument?reference=3f3df819-9415-44db-a5fb-983016818f68;
Ley No. 257-66, “por la que se crea la Defensa Civil, con
el objetivo de asegurar que los operativos del país sean
adecuados para enfrentar los perjuicios originados por los
desastres causados por inundación, terremoto, tormenta,
huracán, entre otros, así como proveer el orden, salud y
bienestar económico, seguridad pública, preservación de
la vida y de la propiedad en tales circunstancias”.
Promulgación el 17/06/1966. Presidente Provisional de la
República Dominicana Dr. Héctor Rafael García Godoy
Cáceres
Decreto No. 360-01, “por el cual se crea el Centro de
Operaciones de Emergencias (COE) de la República
Dominicana organismo dependiente de la Comisión
Nacional de Emergencias (CNE), el cual funcionará desde
las instalaciones de la Defensa Civil”. Promulgación el
14/03/2001. Publicación en la G.O. No.10076 el
23/03/2001. Presidente Constitucional de la República
Dominicana Ing. Hipólito Mejía Domínguez
Decreto No. 361-01, “el cual crea la Comisión Nacional de
Emergencias (CNE) y nombra a los representantes
permanentes de las instituciones que integran la comisión”.
Promulgación el 14/03/2001. Publicación en la G.O.
No.10076 el 23/03/2001. Presidente Constitucional de la
República Dominicana Ing. Hipólito Mejía Domínguez
Decreto No. 487-01, “que establece la Comisión Nacional
de Emergencia, presidida por la Defensa Civil, es la entidad
responsable de someter al Poder Ejecutivo, los planes,
programas, proyectos o propuestas que formulen en el
área de gestión de riesgos en el país, y que involucren la
participación del Estado Dominicano”. Promulgación el
01/05/2001. Publicación en la G.O. No.10087 el
13/05/2001. Presidente Constitucional de la República
Dominicana Ing. Hipólito Mejía Domínguez
Ley No. 147-02, “por la cual se adopta una política nacional
de gestión de riesgos, y se crea el Sistema Nacional para
la Prevención, Mitigación y Respuesta ante Desastres de
la República Dominicana”. Promulgación el 22/09/2002.
Publicación en la G.O. No.10172 el 30/09/2002. Presidente
Constitucional de la República Dominicana Ing. Hipólito
Mejía Domínguez
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Decreto No. 932-03, “que aprueba el reglamento de
aplicación de la Ley No. 147-02 sobre gestión de riesgos”
Promulgación el 13/09/2003. Publicación en la G.O.
No.10231 el 23/09/2003. Presidente Constitucional de la
República Dominicana Ing. Hipólito Mejía Domínguez
Decreto No. 874-09, “que aprueba el Reglamento de
Aplicación de la Ley No.147-02, sobre Gestión de Riesgos,
y deroga los Capítulos 1, 2, 3, 4 y 5 del Decreto No. 932-
03”. Promulgación el 24/11/2009. Publicación en la G.O.
No.10551 el 02/12/2009. Presidente Constitucional de la
República Dominicana Dr. Leonel Fernández Reyna
Decreto No. 85-11, “por el que se establece el Reglamento
para la Seguridad y Protección contra Incendios”.
Promulgación el 24/02/2011. Publicación en la G.O.
No.10609 el 07/03/2011. Presidente Constitucional de la
República Dominicana Dr. Leonel Fernández Reyna
Decreto No. 364-12, “por el que aprueba la creación y
desarrollo de la Escuela Nacional de Gestión de Riesgos
(ESNAGERI), adscrita a la Comisión Nacional de
Emergencias y a la Defensa Civil. (…). La Escuela
Nacional de Gestión de Riesgos (ESNAGERI), tendrá
como objetivo principal capacitar al personal voluntario y
técnico de la Defensa Civil; así como, de las instituciones
públicas y privadas del país”. Promulgación el 16/07/2012.
Publicación en la G.O. No.10684 el 24/072012. Presidente
Constitucional de la República Dominicana Dr. Leonel
Fernández Reyna
Ley No. 140-13, “que establece al Sistema Nacional de
Atención a Emergencias y Seguridad 9-1-1”. Promulgación
el 25/09/2013. Publicación en la G.O. No.10731 el
03/10/2013. Presidente Constitucional de la República
Dominicana Lic. Danilo Medina Sánchez
Ley No. 184-17, “que establece el Sistema Nacional de
Atención a Emergencias y Seguridad 9-1-1 y deroga las
leyes No.102-13 y No.140-13”. Promulgación el
20/07/2017. Publicación en la G.O. el 28/07/2017.
Presidente Constitucional de la República Dominicana Lic.
Danilo Medina Sánchez
El Sistema 911.
Con la promulgación de la Ley No. 184-17 el Estado
dominicano da un salto de gigante al hacer posible y
“accesible” a los dominicanos de un verdadero sistema que
garantiza los medios y recursos para actuar en casos de
emergencia allí a donde se presente. La ley pone a
disposición de las personas la articulación de un verdadero
sistema de emergencia con una vocación de servicio
público y atención 24/7 al ciudadano (Fig. 02).
Anterior a la puesta en marcha del Sistema 911 el país
contaba con varios números telefónicos para la atención al
ciudadano, un número para cada uno de los cuerpos y
servicios del estado encargados de proveer y garantizar la
salud y seguridad de los dominicanos. Piénsese en la
dificultad añadida que represente en un momento tan
crucial como una emergencia tener que hacer un reporte
en un listado que a 2013 asciende a más de 40
numeraciones de teléfonos en todo el país. No hace falta
tener que hacer un estudio para defender la sospecha de
que el listado no resultaba ser un instrumento
verdaderamente útil, lo que supone la cantidad de
emergencias no atendidas y como consecuencia las
victimas o daños causados por la inoperancia de un
servicio de atención al ciudadano ineficiente.
Antes del Sistema 911 el deficiente servicio de atención
telefónica empujaba directamente a las propias personas
en medio de la emergencia a tener que asumir por si
mismos el modo de revolver o brindar una asistencia
precaria, con lo que suponía para el “buen samaritano”
asumir un riesgo innecesario. Así, las emergencias que
podían surgir en la vía pública eran informalmente
manejadas por los transeúntes que les tocaba asistir a la
escena, en tanto que aquellas que acontecían en las
viviendas eran allí mismas tratadas por familiares y
vecinos, en ambos casos, emergencias que terminaban en
fatalidades al no ser asistidas por expertos.
Figura 02. Emblema. Marca corporativa del Sistema de
Atención a Emergencias y Seguridad (SNS).
Fuente: Sistema 911
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Institución Acrónimo Web Site

Nivel Ministerial (Dependencias del Gobierno Central)
Ministerio de la MINPRE
Presidencia de la https://minpre.gob.do/
República
Ministerio de Salud MSP
Pública & Asistencia https://www.msp.gob.do/web/
Social
Ministerio de Interior & MIP
Policía https://www.mip.gob.do/

Procuraduría General Ministerio

de la República Público https://pgr.gob.do/

Nivel Institucional (Organismos Públicos, Estatales & No Gubernamentales de ámbito territorial variable)

Cruz Roja Dominicana Cruz Roja

https://www.cruzroja.org.do/

Oficina Presidencial OPTIC

de Tecnologías de la https://optic.gob.do/
Información y
Comunicación
Dirección General de Defensa Civil
la Oficina Nacional de http://www.defensacivil.gob.do/
Defensa Civil
Instituto Dominicano INDOTEL
de las https://www.indotel.gob.do/
Telecomunicaciones
Liga Municipal LMD
Dominicana https://www.lmd.gob.do/

Tabla 01. Sistema 911. Entidades involucradas en el nivel de “gestión”.

Fuente: Sistema 911

Desde que el Sistema Nacional de Seguridad (SNS) o
Sistema 911 iniciara operaciones en el año 2013, los éxitos
cosechados y que se han colocado muy por encima de las
expectativas generadas en la población llevó al Poder
Ejecutivo plantear al Legislativo la necesidad de crear un
nuevo marco legal que profundizara más en las políticas
estatales de fomento a la seguridad y gestión de
emergencia para dotar al sistema de un instrumento legal
más potente, así para el 24 de julio del 2017 el Presidente
de la República, Lic. Danilo Medina promulga la Ley No.
184-17, del Sistema Nacional de Atención a Emergencias
y Seguridad 9-1-1, que viene a derogar y sustituir a la
anterior Ley No. 140-13. La estrategia trazada regula la
gestión, el seguimiento y control de manera unificada de
respuesta a incidentes de seguridad y emergencias.
La nueva ley de 2017 viene a continuar con la
consolidación y potenciación del marco de colaboración
interinstitucional que la ley anterior introdujo. Un modelo de
trabajo sinérgico supone en la práctica un planteamiento
de gestión eficiente del gasto público y de optimización del
capital humano. El grado de acción de cada una de las
distintas instituciones que participan en el concierto del
Sistema 911 depende del nivel competencial o de
funciones que la Ley encarece a las mismas. Existen dos
niveles diferenciados, de un lado, está el nivel de gestión,
que involucra a las entidades o personas jurídicas que
desempeñan la función de regulación y dirección del
sistema (Tabla 01); y del otro, el nivel de acción, que
comprende a aquellas entidades llamadas a llevar a cabo
las acciones directas de asistencia y socorro (Tabla 02).
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Institución Acrónimo Web Site

Nivel Ministerial (Dependencias del Gobierno Central)
Ministerio de Obras MINPRE
Públicas & https://minpre.gob.do/
Comunicaciones
Ministerio de Salud MSP
Pública & Asistencia https://www.msp.gob.do/web/
Social

Nivel Institucional (Organismos Públicos, Estatales & No Gubernamentales de ámbito territorial variable)

Policía Nacional PN
Dominicana https://www.policianacional.gob.do

Cuerpos de Bomberos
Bomberos http://adn.gob.do/

Policía Nacional de DIGESSET

Tránsito http://www.digesett.gob.do/

Tabla 02. Sistema 911. Entidades involucradas en el nivel de “acción”.

Fuente: Sistema 911

El sistema de atención telefónica a través del número

911 ha demostrado ser pionero y efectivo en Canadá y EE. CIUDADANO ACCEDE 9-1-1 CENTRO DE 9-1-1 CENTRO DE ENTIDADES
UU. entre otros países de Latinoamérica que vienen AL 9-1-1 VÍA
TELÉFONO
CONTACTO
Operador/ Receptor
DESPACHO
Tránsito, Salud, Policía,
DE RESPUESTA
(Medios &
(Fijo/ Móvil) CAD Agua, Bomberos, Otros. Brigadas)
utilizando similar sistema. La República Dominicana se
inspiró en los buenos resultados acumulados a lo largo del
tiempo de la experiencia norteamericana. Para el país
implementar un sistema centralizado de asistencia
telefónica significa la oportunidad no solo de acercar a los
ciudadanos al “Estado”, es toda una oportunidad de 9-1-1 CENTRO DE

revitalización de los diferentes cuerpos de emergencia al MONITOREO

promover el espíritu de ley el movimiento de cuantiosos

recursos en materia económica y lo que supone en
términos de cualificación de personal técnico profesional. Figura 03. Esquema. Marca corporativa del Sistema de
Atención a Emergencias y Seguridad (SNS).
El 911 ha resultado ser un servicio esencial para el Fuente: Sistema 911

bienestar de los dominicanos, el mismo funciona 24/7 todo

el año y es totalmente gratuito. La infraestructura
Cuando un ciudadano se ve en medio de cualquier
tecnológica que hay detrás a nivel de telecomunicaciones
situación de emergencia sabe que tiene a disposición a tan
e informática es del primer mundo, tomando en cuenta que
solo un único número de teléfono el acceso a información
la República Dominicana aparece posicionada en el top 3
oportuna y debida orientación, así como las facilidades de
de los países de Latinoamérica con mejor plataforma de
socorro y ayuda de las distintas brigadas que prestan
telecomunicaciones. Gracias a la tecnología el sistema 911
servicio y atención al ciudadano en situaciones de
está pensado para la economía del tiempo tanto de los
emergencia (bomberos, policía, transito, agua, electricidad,
usuarios como del personal que integra el servicio de
salud, etc.).
emergencias.
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El acceso al servicio inicia con tan solo una llamada al
número 911, un operador descuelga y procede a atender a
la petición del ciudadano y cuando se cerciora de la
situación y la evidente necesidad de socorro que le asiste
al ciudadano da la señal de asistencia, señal que recoge
otro operador que está “silenciosamente” mediando detrás
de la conversación en un segundo plano y es quien hace
de controlador (central de monitoreo), una vez que ha
determinado que tipo de ayuda se necesita entonces
procede a solicitar “asistencia remota” a la brigada
correspondiente (Fig. 03). Una pieza clave del servicio es
brindar una atención exquisita en todo momento al usuario
del servicio, por lo que se entiende que el primer operador
ha de estar entrenado en emplear un lenguaje y tono
adecuado en situaciones de estrés, de modo que tiene el
encargo de mantener el clima de calma.
Al realizar una llamada al 9-1-1 el protocolo que sigue
de acuerdo con el esquema de la ruta complementaria a
doble operadores, primero, el operador del centro de
contacto requerirá al interesado las siguientes
informaciones:
1. ¿Cuál es la emergencia?
2. En qué localidad de la ciudad se encuentra (ver
mapa de cobertura)
3. Nombre (para seguimiento y registro)
4. El Operador puede requerir que se mantenga en
línea para ampliar la asistencia u obtener otra
información necesaria para la atención
5. Si el caso ya está siendo atendido, pero se
requiere una unidad adicional, el Operador
completará datos adicionales para enviar la
unidad de respuesta.
Segundo, si el caso es consistente y procede, a
continuación, el relevo del proceso pasa al operador del
centro de monitoreo a quien el sistema faculta a las tareas
siguientes:
1. Despachador recibe evento de emergencia
creado en el Departamento de Recepción o
informado directamente por las unidades en el
campo.
2. Evalúa el tipo y cantidad de unidades requeridas
en función del tipo de emergencia.
3. Identifica y despacha la(s) unidad(es) más
cercana(s) al lugar de la emergencia.
4. Da seguimiento a la unidad hasta el cierre del
evento. Documenta toda la información requerida
en el Sistema.
Así, dependiendo de la ubicación geográfica a donde
se encuentra el ciudadano y ocurren los hechos que dan
motivo a la emergencia, el “controlador” contacta al centro
de operaciones más próximo de entre los distintos
comandos diseminados por el territorio nacional a donde
se alojan -en un mismo recinto- las unidades
especializadas de las diferentes brigadas de los cuerpos
de emergencia.
La historia de expansión por el territorio nacional del
servicio de atención telefónica 911 ha sido desde luego
paulatina y de manera constante en el tiempo. Para
comprender un poco la dimensión y la velocidad de la
ampliación de la cobertura para llegar cada vez a más
dominicanos, lo primero que debemos de tener en cuenta
a efectos de este considerando, es una idea clara de la
división política-administrativa en la que el país se
estructura y organiza. La unidad política y administrativa
base de la cual parte la segregación del territorio es la
provincia, dicha unidad no consta de ningún tipo de órgano
autónomo de gobierno propio, tan solo dispone de un
representante directo del poder ejecutivo y nombrado por
este, el cual se denomina “gobernador”; a continuación, las
provincias se componen de ciudades o municipios que
gozan de atribución jurídica de gobierno propio
(ayuntamiento) y de los cuales uno es la división cabecera
o capital de provincia; prosigue, el municipio se subdivide
en más de un distrito municipal, los que a su vez se
integran por “secciones” y estas por “parajes” o “pedanías”.
Aunque la provincia se asume como la unidad política
base, a nivel administrativo, el Estado dispone de una
modalidad de organización supraprovincial del territorio en
la que un conjunto de provincias conforma regiones y
macrorregiones; de esta manera el país tiene tres grandes
macrorregiones, están, la Región Norte o del Cibao (14
provincias), la Región Este u Oriental (10 provincias), y la
Región Sur (9). Por tanto, el país se divide en 32 provincias
más un distrito nacional (la sede de gobierno y la capital de
la República). Cabe destacar, que igualmente existen otros
dos niveles de regiones macros pero que comprenden el
ámbito de lo municipal, y son las regiones metropolitanas
que explican como el crecimiento, densidad y actividad
económica de un municipio ejerce de polo y una fuerte
influencia sobre los municipios periféricos. La Republica
Dominicana consta de dos áreas metropolitanas, el Gran
Santo Domingo y Santiago de los 30 Caballeros (Fig. 04).
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Alumno: José Stalin Santos Castillo | Profesora: Ana María Lacasta Palacio

Región Norte o Cibao Área Metropolitana de Santo Domingo

Área Metropolitana de Santiago Santo Domingo de Guzmán (Distrito Nacional)
Región Este / Oriental Región Sur

Figura 04. Cartografía. Mapa de la división político-administrativa de la Republica Dominicana. Nivel Regional
(3 uds.) – Provincias (32 uds.).
Fuente: Elaboración propia conforme a la situación político-administrativa actual.

Desde la primera sede del “Sistema de Nacional de

Atención a Emergencias y Seguridad (SNS)” ubicada en el
Distrito Nacional que fue inaugurada el 30/05/2014 para
brindar cobertura a las distintas emergencias de las
provincias que integran el Área Metropolitana del Gran
Santo Domingo (Fig. 05), se han ido ensanchando la
cobertura del servicio de emergencia abriéndose paso a
través del territorio nacional. La sede Santo Domingo
integró a sus servicios todas las dotaciones de bomberos y
servicios médicos de asistencia en emergencias que
disponía el Ayuntamiento de Santo Domingo y el Ministerio
de Salud Pública; igualmente cuenta con 1.300 cámaras de
vídeo ubicadas en lugares estratégicos, así con unas
unidades de Policía dotadas de radio y localizadores
satelitales.

La sede siguiente en iniciar operaciones fue la central

Zona Norte para cubrir los servicios para las provincias de
Santiago y Puerto Plata (Fig. 05). Fue inaugurada el
08/06/2017 por el presidente Lic. Danilo Medina para dar
asistencia en principio a más de un millón de ciudadanos.
La sede Cibao empezó a operar con una dotación de 21 Figura 05. Fotografías. Sedes 911. Edificios que alojan las
camiones de bomberos y 4,125 vehículos de asistencia instalaciones de las sedes del SNS – 911. Central Zona
vial, además de 852 cámaras de videovigilancia instaladas Metro de Santo Domingo (arriba), Central Zona Metro de
en puntos estratégicos de la vía pública de la red de Santiago (abajo).
carreteras y de 2,155 terminales de radio de comunicación. Fuente: Tomadas de Internet.
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Figura 06. Cartografías. Expansión Cobertura Servicio 911. El Plan Estratégico Institucional vigente (2018-2020), una planificación
bianual recoge una estrategia de desarrollo de la entidad basada en el objetivo principal de poder arribar a más del 80% del territorio
nacional. La expansión del Servicio 911 es imparable y en tiempo, conforme a lo estipulado en el plan estratégico.
Fuente: Sistema 911
Conforme a la planificación de la propia institución el
objetivo es poder arribar en un plazo de pocos años a todo
el país, de modo que toda la población dominicana
disponga de una cobertura de seguridad y emergencia
garantizada (Fig. 06). Tras las sendas aperturas de las
sedes para las dos zonas metro del país, se han ido
sumando al servicio 911 paulatinamente otros municipios y
provincias (Fig. 07). Con la última ampliación, el Sistema
alcanza unas 20 provincias, y más de 100 municipios y 250
distritos municipales donde viven cerca de 9 millones de
dominicanos, el 85% de la población nacional.
En la región norte, el 911 ha llegado a los municipios
cabeceras de las provincias de Espaillat y La Vega, San
Francisco de Macorís y Hermanas Mirabal, Monseñor
Nouel, María Trinidad Sánchez y toda la provincia de
Samaná. El servicio en la región actualmente atiende a una
población aproximada de 2 millones de habitantes. En la
región este, la penetración del 911 ha alcanzado las
provincias de San Pedro de Macorís, La Romana, La
Altagracia, gran parte de la provincia de Monte Plata y los
municipios cabeceras de las Provincias de El Seibo y Hato
Mayor del Rey. En la región sur, el servicio de emergencias
911, arropa por completo a las provincias de Barahona,
San Cristóbal, Peravia, San José de Ocoa y Azua de
Compostela, y gran parte de las provincias de San Juan y
Bahoruco.
El impacto en el tejido social del sistema 911 es alto y
es percibido como muy necesario por la población
dominicana. La opinión de los dominicanos es favorable
sobre esta medida de voluntad política del Estado
dominicano. Los sondeos de valoración del servicio arrojan
resultados muy positivos, en general, existe la percepción
de que el servicio prestado es eficiente, profesional y en
tiempo.
Miradas hacia adentro de la “cosa pública”, otra lectura
positiva del impacto del 911 -que va más allá del vínculo
social- es que la implementación del sistema SNS supone
la transformación del concepto de servicio público al
implementar políticas y tecnologías que colocan al país en
el tema de emergencia en el buen camino y en la órbita del
siglo actual. El 911 hace que las distintas entidades de
servicios públicos que participan en el concierto del
sistema trabajen en coordinación y en comunicación
constante, lo que impulsa a la revolución en la atención
pública. Al prestar a los dominicanos un servicio totalmente
gratuito, el 9-1-1 impacta significativamente en la economía
de las personas en una situación imprevista, que demanda
de una atención inmediata.
Otro aspecto que señalar, es que los cuerpos de seguridad
y emergencia como la policía y bomberos antes de la
implementación del 911 adolecían de múltiples carencias a
nivel de recursos, personal, capacitación y formación,
medios, tecnologías, etc. El caso de los bomberos era y
todavía siguen siendo un capítulo vergonzoso dentro de la
administración pública. Aunque todavía los bomberos son
entidades de servicio público adscritos a la órbita
municipal, por tanto, un servicio más de los ayuntamientos
no existía una política nacional de articulación del servicio
y tampoco por parte del estado ninguna responsabilidad e
implicación directas. Ahora con el 911 el Estado asume su
parte en la modernización de los cuerpos de seguridad
porque la Ley No. 184-17 dispone sobre el gobierno de la
nación la acción en la creación de políticas de seguridad,
además de que descarga del presupuesto municipal el
grueso del gasto en la modernización y compras de
equipos y medios. Actualmente, es notoria la implicación
del gobierno en la adquisición de vehículos, equipos,
utilería, y otras tecnologías necesarias para adecuar a
bomberos, paramédicos policías y agentes de tránsito.
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Figura 07. Cartografía. Mapa de la dispersión territorial del servicio del Sistema 911.
Fuente: Sistema 911
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Las Estadísticas
En la República Dominicana no existe una cultura de
recopilación de datos relativa al tema emergencias y
desastres. En materia de información las estadísticas
dominicanas no recogen cifras sobre un tema tan
importante como por ejemplo los incendios. En todo caso
lo que pudiera haber es muy generalista, y siendo los
números información “abstracta”, en la medida que los
datos estadísticos no son depurados y detallados cualquier
construcción de interpretación de hallazgos que pueda
llevarse a cabo sería muy floja y de poco calado. No hay
rastro de serie histórica alguna que nos permita poder
construir un criterio evolutivo sobre el esfuerzo y el empleo
de recursos por parte del Estado en la consecución de una
política de seguridad y manejo de la siniestralidad. La
prensa de hecho recoge este hecho y ante la inquietud
plantea reflexiones como:
«Hoy, más que nunca, las estadísticas son fundamentales
para planificar y tomar decisiones respecto al desarrollo en
cualquiera de sus manifestaciones. ¿Cuántos incendios se
han atendido o generado en el país? ¿Cuántos han sido
sofocados exitosamente? ¿En cuáles ha habido pérdidas
humanas y en qué monto se han cuantificado las pérdidas
económicas? Si alguien tiene esta data disponible sería un
gran aporte al país. Pero hay un aspecto de extrema
importancia y pertinencia permanente: ¿Cuántos de los
incendios fueron cubiertos por una póliza de seguros? Es
un secreto a voces que la mayoría de los dominicanos, con
excepción de algunas empresas precavidas, tienen entre
sus planes sacar una póliza contra incendios. Y una
pregunta final: ¿Llevarán los cuerpos de bomberos del
país, especialmente en el de la capital, estadísticas de sus
operaciones? ¿Se puede dudar?» [5]
(El Dinero, 2019)
A sabiendas del poco interés y rigor de las autoridades y
los responsables que intervienen en las tomas de
decisiones y prestación de socorro en materia de
emergencias, es obvio preguntarse por la falta de
compromiso en el control estadístico que se hace
necesario tanto para la planificación u elaboración de
políticas y planes, como también para la previsión, gestión
y desembolso presupuestario para financiar las labores de
los diversos cuerpos que prestan servicios.
[5] El Dinero, Diario Digital (25/04/2019). “Las estadísticas y los cuerpos de bomberos” https://www.eldinero.com.do/81951/las-estadisticas-y-los-
cuerpos-de-bomberos/
No obstante, parece que algo ya está cambiando desde la
entrada en vigor de la entrada en vigor de la Ley No. 184-
17 -y a consecuencia de esta- y la implementación del SNS
911. En el sitio web del SNS podemos acceder a
información de estadísticas recientes -específicamente
desde el 2016 al 2020, justo después de la creación y
puesta en marcha de SNS- que da cuenta de la actividad
de las diversas entidades y cuerpos que prestan su servicio
a la población dominicana en materia de emergencias y
seguridad. Cualquier ciudadano o persona en cualquier
lugar o parte del mundo siempre que tenga acceso a la
internet puede obtener información sobre el SNS visitando
la web https://911.gob.do/. Desde que la República
Dominicana se diera en el año 2004 la “Ley General de
Libre Acceso a la Información Pública”, Ley No. 200-04
todas las entidades, instituciones, empresas y
corporaciones que forman parte del sector público son
sujetos obligados ante dicha ley y por tanto tienen el deber,
de no solo facilitar el acceso a los datos que obran bajo su
poder o custodia, si no, que la ley dispone que tienen que
hacer un trabajo estadístico en lo posible de acuerdo a la
naturaleza de los datos así como su debido tratamiento con
la finalidad no solo de comunicar “bien” con el interesado,
más bien, en el interés del propio Estado para una buena
gestión y como material valioso para la labor de
planificación. Lo que quiere decir, es que el propio Sistema
911 está obligado de acuerdo con dicha ley y por tanto al
igual que el resto de la administración pública cuelga en su
sitio web información de carácter público.
Una vez que estamos en la página web del 911 dominicano
podemos acceder a información estadística y con respecto
al tema incendios, nos encontramos con datos en términos
de valor absoluto que no entran en el detalle de cosas
como por ejemplo segregar por tipos o casos, ni mucho
menos en clasificar los números por tipos de víctimas o por
el nivel de daño causado respecto a la naturaleza del
evento o circunstancias concurrentes, como, por ejemplo,
por quemaduras (fuego, sustancias calientes, etc.) o por
humos (intoxicación por CO2, muerte por CO, etc.). Lo que
si se agradece es que, si bien no es una información muy
“precisa”, al menos los datos se compilan siguiendo una
lógica temporal, pueden ser colocados tanto por meses o
por años, es secuenciación permite seguir la evolución de
la serie histórica, como también total confianza en el
tratamiento estadístico de la información. Igualmente, los
datos servidos en la web son perfectamente exportables.
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Desagregación histórica mensual

Fuente: Sistema 911

Datos globales (nacional):
La web ofrece de momento solo ofrece los datos que van
desde el 31/05/2014 al 05/02/2019. Nótese que la fecha de
inicio de la serie que cubre los 4 ¾ años (1711 días)
coincide justo el día de inicio de operaciones cuando el
edificio para las instalaciones de la sede de la zona metro
de Santo Domingo fue inaugurado. El total de emergencias
atendidas durante el período es de 1.705.639
emergencias, de las un 87% corresponden a las del gran
Santo Domingo y el otro 13% fueron las atendidas en el
ámbito territorial de la zona norcentral de la región del
Cibao.
En términos porcentuales un 5% de las emergencias
requirieron la ayuda de los bomberos lo que supone 85.282
de casos atendidos, de los cuales 61.351 son incendios.
Figura 08. Cartografía. Mapa Cobertura Territorio Nacional.
Fuente: Elaboración propia.
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Estadísticas parciales (zona norte):

Desagregación histórica mensual

Fuente: Sistema 911

Datos parciales (zona metro Santo Domingo):

En el área metropolitana de Santo Domingo (Fig. 09) -la
zona de influencia del Distrito Nacional, capital dominicana-
requirieron la ayuda de los cuerpos y servicios de
emergencia y seguridad un total de 1.484.020 casos. De
los que 51.787 fueron situaciones de emergencia
relacionadas con incendios que fueron atendidas por los
cuerpos de bomberos. En la capital dominicana el centro
del SNS 911 dispone repartido por el territorio de la zona
metropolitana unas 23 estaciones de bomberos, de las que
15 estaciones pertenecen solo al Distrito Nacional, y las
otras 8 restantes se reparte a 3 para c/u. para el Municipio
de Santo Domingo Norte y el Municipio de Santo Domingo
Este, y 1 para c/u. para los municipios de Santo Domingo
Oeste y Haina (provincia de San Cristóbal).
Figura 09. Cartografía. Mapa Cobertura Zona
Metropolitana de Santo Domingo
Fuente: Elaboración propia.
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Desagregación histórica mensual

Fuente: Sistema 911

Datos parciales (zona norcentral):

Las cifras sobre la operatividad del sistema SNS 911 en la
región norte (Fig. 10), concretamente la subregión
norcentral (las provincias de Santiago, Espaillat y La Vega)
más la provincia de Puerto Plata en la costa norte, son
mucho menores que la actividad registrada en Santo
Domingo. Esto se debe básicamente a dos cuestiones, que
la población que concentra la capital y periferias es mucho
mas grande que la población del área de cobertura del 911
en la zona norte; además de que el centro de operaciones
norte tan solo lleva casi dos años de actividad respecto a
los mas de 4 años de su gemelo capitalino. En cuanto a la
actividad de las brigadas de bomberos en la zona norte se
registran unos 9.564 casos de incendios, lo que equivale al
15,60% aproximado sobre el cómputo del total nacional.
Figura 10. Cartografía. Mapa Cobertura Zona Norte.
Fuente: Elaboración propia.
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Nacional
Zona Metro Sto. Dgo.
Zona Norte
Fuente: Sistema 911
A tan solo unos 56 meses de la entrada en funcionamiento
del SNS 911 el impacto de su actividad es muy notorio por
la evolución significativa del registro de las cifras que se
mantienen al alza. La caída que se ve hacia febrero del
2019 se debe a que tan solo han entrado los primeros 5
días del mes al cómputo. Otro detalle del comportamiento
evolutivo es que si observamos la curva tiene una
evolución más suave desde la fecha de inicio del primer
registro, mayo de 2014, hasta junio de 2017, fecha en la
que se inician las operaciones en una primera ampliación
hacia la zona norte del país.
Las tres causas más comunes en la República Dominicana
que ocasionan los incendios son cortocircuito por una mala
instalación eléctrica o una conexión ilegal al servicio de
suministro eléctrico, accidentes con velas encendidas
olvidadas, y la curiosidad de los niños jugando con la
electricidad [6]. Las estadísticas en la web 911 no proveen
ningún tipo de información estadística al respecto que nos
permita corroborar o refutar tales afirmaciones.
[6] CTIF World Fire Statistics Center (2009). “Global Concepts in Residential Fire Safety Part3: Best Practices from Canada, Puerto Rico, Mexico, and
Dominican Republic”; [7] Expansión, Diario Digital (2020). “Haití. Economía y Demografía” https://datosmacro.expansion.com/paises/haiti ; [8]
Expansión, Diario Digital (2020). “República Dominicana. Economía y Demografía” https://datosmacro.expansion.com/paises/republica-dominicana;
Igualmente, los datos más allá del total de incidencias por
incendios, tampoco nos permiten conocer el balance de los
daños humanos. Para hacernos una idea sobre víctimas
mortales y quemados por incendios, podemos ver que en
el informe de 2017 elaborado por el The Institute for Health
Metrics and Evaluation (IHME)/ University of Washington
(Fig. 11) en la Isla de Sto. Dgo. el impacto sobre la vida de
las personas es notoriamente muy acentuado la diferencia
entre los países que comparten la misma isla. En Haití con
una población de 11.123.176 [6] habitantes, durante el 2017
se dieron unos 667 casos de víctimas. Mientras que, la
población dominicana actual estimada se coloca en los
10.266.000 habitantes [7], por lo que en el año 2017 el país
caribeño reportó unos 205 casos aproximados. La
diferencia se coloca en una relación de 3:1, siendo el país
de la parte occidental de la isla de la Hispaniola el que sufre
perdidas o daños mortales producto de la siniestralidad y
las secuelas de los incendios que afectan a los haitianos.
Si contraponemos las cifras para la República Dominicana
con la base de datos del SNS 911 para el mismo año
(2017), aunque para este año la web no ofrece los datos
anualizados segregados por tipo de emergencias, si
hacemos un prorrateo observando que el comportamiento
global por año respecto al total de emergencias dentro del
periodo del registro, el 2017 representa un 31% sobre el
cómputo general, si aplicamos este porcentaje sobre el
total de incidencias de incendios obtenemos el producto de
19.019 incendios en el 2017. Lo que quiere decir al cruzar
este producto con las cifras del reporte del IHME en el
mismo año, que en cada incendio la mortalidad rondaba la
cantidad de 0,01 decesos. Un dato pequeño que lejos de
convencer, no ofrece certeza sobre la realidad cotidiana.
Figura 11. Infografía. Tasa de mortalidad
por incendios y quemaduras en el mundo,
2017. El número anual de muertes por
incendios, calor y sustancias calientes por
cada 100,000 personas.
Fuente: https://ourworldindata.org/grapher/fire-
death-rates
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El Reglamento de Incendios
Como ocurre con casi todas las normas que rigen en la
práctica y la técnica de la construcción, igualmente el
reglamento para la seguridad y protección contra incendios
de la República Dominicana es una norma prestada que se
ha tomado como el resto de las normas de los Estados
Unidos de América. No obstante, el documento en cuestión
representa tan solo una parte de lo que vendría siendo la
norma de incendios aplicable en el sector de la edificación
en los EE. UU. En dicho país no rige una sola norma, se
trata más bien de un código (un conjunto amplio de
normas) y catálogo de estándares que son dictados por la
National Fire & Protection Association (NFPA). La NFPA se
define a sí misma “como una organización global sin fines
de lucro autofinanciada, establecida en 1896, dedicada a
eliminar la muerte, lesiones, bienes y pérdidas económicas
debido a incendios, riesgos eléctricos y otros relacionados”
[9].

Del conjunto de normas NFPA la República Dominicana

introduce -vía las competencias en materia sobre
edificación- mediante el Ministerio de Obras Publicas &
Comunicaciones (MOPC) el código «NFPA 101: Life Safety
Code®» bajo el formato oficial de “Reglamento para la
Seguridad y Protección Contra Incendios R-032”. Aunque
en la práctica, para las obras de construcción en los EE.
UU. los técnicos y profesionales disponen de más códigos
que deben de tener en consideración, sobre todo, el más
fundamental de todos, el «NFPA 1: Fire Code®». Ambos
códigos guardan una estrecha semejanza en parte, pero
básicamente, aunque ambos tienen a garantizar la
preservación de las vidas de las personas, el primero está
pensado especialmente para esta cuestión (la seguridad
de las personas), mientras que el segundo está orientado
en ofrecer las recomendaciones necesarias para garantizar
la integridad del edificio. El código NFPA 101 habla de las
medidas de implementación y de tecnologías y medios
para la evacuación y el control del fuego; el NFPA 1 va a la
parte de la solución constructiva de la edificación,
procurando resolver el tema de la protección de la
estructura para asegurar la estabilidad y permanencia en
pie de la edificación el mayor tiempo posible, o bien, incluso
pretender que el edificio pueda sobrevivir a un incendio.
Vista la comparativa, podemos concluir que el reglamento
de incendios de la República Dominicana lo que persigue
es el diseño de medidas de protección y control a la vez
que se introduce el concepto “evacuación” o “egreso”.
Figura 12. Infografía. Capítulos NFPA en América Latina
Fuente: http://www.capitulosnfpa.org/
En realidad, no tiene por qué resultar “llamativo” el que la
República Dominicana haga uso del código americano, así
como de cualquier otro. La influencia no es solo a nivel
económico, político y cultural de la primera potencia del
mundo sobre el resto de sus vecinos latinoamericanos, es
también muy fuerte en los ámbitos del desarrollo técnico,
tecnológico y a nivel de la ciencia y el conocimiento. Incluso
diría que es mucho mas fuerte el impacto de esta influencia
que la puede haber por razones históricas y culturales de
España sobre los países latinoamericanos, sus antiguas
posesiones americanas. En la construcción dominicana
también las normas del American Concrete Institute (ACI)
y del American Iron & Steel Institute (AISIC) que son
originarias de los EE. UU. rigen tanto los procesos de
producción de las industrias del concreto y del acero
dominicanas así como los procedimientos de diseño
estructura y calculo mecánico de las estructuras de la
edificación. De hecho, la República Dominicana cuenta con
un capítulo propio (Fig. 12) dentro de la red Latinoamérica
de la NFPA, entro a formar parte de esta familia en el 2015
y participa en el correspondiente journal en español para
Latinoamérica de la referida asociación norteamericana.

[9] NFPA: National Fire and Protection Association (2020). “About Us: Overview”. https://www.nfpa.org/overview
310410 - EVOLUCIÓ I CONTROL D'INCENDIS EN EDIFICIS
Alumno: José Stalin Santos Castillo | Profesora: Ana María Lacasta Palacio
En el año 2008 el Ministerio de Obras Públicas y
Comunicaciones (MOPC) comunica que está trabajando
en la adopción e introducción a la industria dominicana de
la construcción de un reglamento para el control y
seguridad de incendios. El gobierno dominicano a través
de la promulgación del Decreto No.85-11 (año 2011)
instituye el “Reglamento para la seguridad y protección
contra incendios R-032” como norma de obligado
cumplimiento para los técnicos y profesionales de la
construcción. Según los planes del MOPC estaba previsto
que para el 2013 el uso e implementación de dicho
reglamente se hubiera generalizado y que a partir de la
fecha se haría efectiva la entrada en vigor tanto del marco
regulador, así como de su correspondiente régimen
sancionador; por lo que desde la publicación del decreto se
contaba con dos años de adecuación y preparación para la
introducción de la norma. Desde 2013 a la fecha actual, se
observa que, transcurridos 7 años, el cumplimiento de la
norma no es del todo cabal su implementación y que a
pesar de que los grandes proyectos comienzan a hacer uso
del reglamento, en una gran mayoría las edificaciones son
levantadas sin tomar consideración alguna de las diversas
medidas que la norma recoge en aras de la protección y
salvaguarda de las vidas de las personas.
La introducción del “Reglamento para la Seguridad y
Protección Contra Incendios R-032” en la industria de la
construcción dominica fue mediante efecto de
promulgación de decreto del Poder Ejecutivo, facultad que
le reconoce la propia constitución dominicana vigente.
Específicamente en el año 2011 por el Decreto No. 85-11
y luego modificado en sucesivas modificaciones por
Decreto No. 364-16 (en el 2016) y el Decreto 347-19 (en
el 2019). A continuación, los primeros cuatro capítulos del
decreto que crea e instituye el reglamento:
ARTÍCULO 1. OBJETIVO. El presente Reglamento
establece los requerimientos mínimos para el diseño,
construcción y mantenimiento de las edificaciones y
estructuras, o porciones de éstas, para la seguridad de la
vida humana contra los incendios u otras emergencias
similares. Dichos requerimientos mínimos incluyen los
Medios de Egreso, Sistemas de Detección y Alarma y los
Medios de Extinción para cada tipo de ocupación.
ARTÍCULO 2. Los requerimientos del presente
Reglamento formarán parte integral del diseño
arquitectónico, estructural, mecánico, hidráulico y eléctrico,
que proporcionen las facilidades mínimas necesarias para
prevenir los incendios o controlarlos en sus inicios, y en
caso de que sea inevitable su propagación, contar con los
medios adecuados para evacuar a los usuarios y extinguir
el incendio de manera efectiva; todo esto minimizando las
pérdidas de vida y bienes materiales. Asimismo, este
Reglamento regula y controla el diseño, la instalación, la
calidad de los materiales y la localización de los equipos o
uso de las partes eléctricas y mecánicas de los sistemas
regulados por este Reglamento.
ARTÍCULO 3. CAMPO DE APLICACIÓN. Este
Reglamento será de aplicación obligatoria en todo el
territorio nacional, (…). Este Reglamento abarca tanto
edificios existentes como nuevos y recién aprobados, ya
sean privados o gubernamentales, cuyos planos deben ser
sometidos al Ministerio de Obras Públicas y
Comunicaciones para su aprobación y emisión de la
licencia de construcción correspondiente.
ARTÍCULO 4. EDIFICIOS RECIÉN APROBADOS. A la
entrada en vigencia de este Reglamento, el (…) MOPC,
notificará a través de los medios de comunicación a los
propietarios de los proyectos aprobados, cuya construcción
no haya iniciado o esté en fase de construcción, para que
sometan los diseños de sistemas contra incendios
correspondientes, de acuerdo a los requerimientos de este
Reglamento.
Finalmente, si comparamos este reglamento con su norma
homónima española, el Documento CTE DB-SI, podemos
colegir que al menos -sin haber efectuar una revisión y
comparación exhaustiva- el dominicano representaría la
mitad de los objetivos que la norma española persigue. Eso
quiere decir que el 50% del peso que representa la
convergencia entre ambas normas comparten la parte que
está focalizada en la adopción de aquellas medidas,
protocolos, procedimientos y requerimientos que tienen
como objetivo básicamente la protección y salvaguarda de
las vidas de las personas que puedan verse amenazadas
por un siniestro de incendios. Sean sistema de extinción,
de antiincendios, de evacuación, señaléticas y rotulación,
colocación y disposición de accesos de emergencia, así
como de utilería y equipos son de los elementos que ambas
normas recogen en común. No obstante, la norma
española ofrece en el otro 50% que no comparte con la
dominicana las recomendaciones obligadas para el diseño
correcto de la sección constructiva para proteger la
integridad de la edificación a nivel estructural y material.
Esta es la parte que todavía le queda al MOPC por hacer.
310410 - EVOLUCIÓ I CONTROL D'INCENDIS EN EDIFICIS
Alumno: José Stalin Santos Castillo | Profesora: Ana María Lacasta Palacio

CONCLUSIÓN

La Republica Dominicana en el ultimo lustro ha dado un Vistas de la Ciudad de Santo Domingo de Guzmán, D.N.
gran paso en la buena dirección con la creación del Capital de la República Dominicana
Sistema 911. De esta manera el país apuesta Fuente: Fotografías tomadas de internet

verdaderamente por crear y desarrollar una verdadera

cultura en la gestión y control de incendios que redunda en
la calidad de vida de todos los dominicanos. Ahora bien,
debido a las largas décadas de dejadez por parte del
Estado en este asunto, hay todavía carencias y
necesidades que resolver y enfrentar en la medida de los
recursos y la planificación con el paso del tiempo. Se
espera que debido al logro y buenos resultados que el
Sistema 911 puede presumir no sea muy tarde que el país
pueda disponer de un verdadero cuerpo de bomberos de
profesionales altamente especializados y dotados con las
mejores herramientas en materia de tecnologías y equipos
para que puedan desarrollar un trabajo en mejores
condiciones de protección y celeridad. Por otra parte, hace
falta insistir en la necesidad de adoptar de un sistema
estadístico que lleve el control al día y al detalle del
acontecer de las diversas actividades y emergencias que
los cuerpos de protección y seguridad que integran el
Sistema 911 prestan a la población dominicana. Es de
especial interés sobre todo las cifras en torno al tema de
incendios. Se trata de que hay muchas vidas en juego y los
daños materiales que también se ocasionan con las llamas.
Sobre el Reglamento de incendios cabe observar que se
trata de una transposición sin poca corrección o ajuste a la
realidad dominicana, más bien, se trata de una buena
traducción al castellano más que una “adaptación”.
Hablamos de que llevar una norma de un país a otro sin
previos ajustes adecuados conlleva a una serie de
consecuencias indeseables a la hora de la entrada en vigor
del reglamento. No se tratan de realidades
socioeconómicas homologables porque el índice de
desarrollo en cada país es distinto y ello impacta
directamente no solo en términos de la provisión y alcance
de recursos, si no en el propio desarrollo tecnológico y
material de cada país. La norma americana en materia de
seguridad ante incendios introduce un uso intensivo de
medios y recursos tecnológicos que la República
Dominicana no puede proveer por su propia industria local,
lo que lleva a tener que plantearnos dos alternativas, tener
que incentivar el desarrollo de una industria nacional en
torno al fuego, o bien conformarse con la importación y
dependencia exterior. Hay que pensar en estas cuestiones.